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Clase obrera y marxismo

Carlos Riquelme
Miembro del GEM

Tal como indica Marx, son los hom-


« y*-
la mayor parte de las experiencias
bres quienes hacen la historia, pero humanas colectivas. Ello no signifi­
no la hacen 'a su absoluto arbitrio, ca, en caso alguno, suponer que las
sino que la hacen desde donde se si­ desigualdades distintas a las de cla­
túan (en su presente) e influidos nro- se no sean dignas de atención para
íagónicamente por su pasado. Que la el análisis, o que cualquier forma de
vida que le toca vivir a los hombres opresión ligadas a ellas no deban ser
y a las mujeres determinará las de­ combatidas por los comunistas pro-
cisiones que tomarán a lo largo de tagqnicamente1. Lo que significa es
su existencia significa poco y nada. otorgarle el “lugar” que le correspon­
Ahora bien, si se entiende que la vida de a las relaciones sociales de produc­
que viven está a su vez condicionada ción y así a las clases sociales dentro
por fuerzas y condiciones que se pre­ de la vida misma. Como bien resalta
sentan como exremas e impuestas, y Atilio Borón, la mayor parte de las
que dichas fuerzas' y condiciones les desigualdades distintas a la de clase
imprimen constantemente una huella ya acusadas podrían ser resueltas vir­
indeleble, el problema se vuelve mu­ tualmente dentro del marco de un ca­
cho menos trivial así como más im-* pitalismo tolerante. Muy por el con­
portante. Entre esas condiciones ma­ trario, terminar con las diferencias
teriales de existencia podemos contar de clase seria imposible dentro de di­
la raza, el género y la clase social. cho modo de producción en tanto su
En nuestra opinión, existen muy bue­ igualación, supondría, precisamente,
nas razones para considerar a la cla­ el fin de las clases2. A su vez, el fin
se social como el eje articulador de*. de la división de la sociedad en clases

1 Siguiendo al joven Marx, la “crítica” de lo existente debe fundarse en un sencillo “im­


perativo categórico”: echar por tierra todas aquellas relaciones en las cuales los hombres
y las mujeres sean seres humillados, sojuzgados y abandonados. Cfr. Marx, Karl (1987).
Escritos de juventud. México: Fondo de Cultura Económica, p. 497.
2 Borón, Atilio (2003). Tras el búho de minerva. Mercado contra democracia en el capita­
lismo de fin de siglo. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, p. 46.

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C ia s e o b r e r a y m a r x is m o
remitiría también el ftn de la explota­ La explotación
ción, algo sin lo cual ni el capitalismo “La historia de todas las sociedades
ni el capital podrían subsistir.
que han existido hasta nuestros días
El presente trabajo tiene por objeti­ es la historia de la lucha de clases"3,
vo otorgar elementos para construir dicen Marx y Engels en el Manifiesto
una noción de la clase obrera en el del Partido Comunista. Como es sa­
marxismo y pasar revista de algunos bido, Marx utiliza el término “clase”
de los argumentos de dicha tradición en dos sentidos: Desde un punto de
para entender al proletariado desde vista general, para contraponer rela­
su subjetividad revolucionaria. Que­ ciones de dominación y opresión o
remos enfatizar que estamos firme- riqueza y pobreza; y desde un punto
mente convencidos de que el estudio de vista estricto, en el cual las cla­
de los trabajadores y la defensa de la ses se opondrían a otros fenómenos
subjetividad proletaria no es un mero* pre-capitalistas, como las castas y los
ejercicio académico. Por el contra­ órdenes’. Pese a ello, estimamos que
rio, entendemos, éste corresponde a uno Je los elementos fundamentales
un campo abierto de disputa políti­ de la categoría corresponde a la no­
ca. Precisamente por ello, los “ex- ción de “explotación".
marxistas”. quienes comprendieron En términos marxistas, la categoría
este punto mejor que nadie, tuvieron
“explotación” remite a la apropiación
por bandera de lucha la destrucción
de una parte del producto social por
de la subjetividad proletaria y su pro­
parte de un sector de la sociedad en
yecto histórico: el socialismo, siendo
desmedro de otra. Para .que la explo-
ambos remplazados por la siempre
tación tome cuerpo, es necesario que
predilecta condición “transformado­
la sociedad haya alcanzado un cierto
ra” del “pueblo”, la “ciudadanía” y su
nivel de productividad que le permi-.,
“democracia radicar.. Naturalmente,
ta contar no sólo con lo estrictamente
estamos conscientes de que el proble­
necesario para su supervivencia bási­
ma sólo_£o^áserresuelto_enJa^ ca, sino también con un “sobre-pro­
,tica. Por ello, lo que se pretende en
ducto” o “excedente”, que propicie
estas líneas es otorgar, sencillamente,
que algunos de sus miembros no to-
algunos elementos para la lucha po­
men parte en la producción material
lítica.

3 Marx, Karl y Engels, Friederich (1966). Manifiesto del Partido Comunista. Obras escogidas
en dos tomos. Tomo I. Moscú: Progreso, p. 19.
4 Cfr. Bettelheim, Charles (1985). Reflections on Concepts of Class and Class Struggle in
Marx's Work. En: Rethinkingmarxism: Essays for Harry Magdoff and Paul Sweezy, New
York: Autonomedia, p. 15. Lo mismo puede encontrarse en Gurvitch, Georges (1970). El
concepto de clases sociales. Buenos Aires: Nueva Visión, p. 24.

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M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
directa. Históricamente, cuando el ductivamente, sino que se reinvierte
excedente se hizo más o menos per­ en la producción una y otra vez (con­
manente. apareció la posibilidad real sumo productivo), acrecentándose de
para que en las sociedades se comen­ esa manera no solo la riqueza de.la
zaran a tejer las complejas redes de la clase que se apropia del excedente
división social del trabajo5y, por me- (plus-trabajo) sino también el volu­
dio de ella, a configurarse la división men mismo de lo producido y la clase
de la sociedad en “clases” en el senti­ que se involucra directamente en la
do marxiano laxo de la expresión6. '
producción.. t „
Pese a que gran parte de las socie­
dades pre-capitalistas comparten con La explotación capitalista
este modo de producción la explota- Pero esta no es la única diferencia
ción de un grupo social sobre otro, entre las sociedades capitalistas y
ellas se diferencian radicalmente de las pre-capitalistas. Además de care­
las sociedades capitalistas en tanto en cer estructuralmente de la lógica de,
estas últimas el sobre-producto toma la ganancia, en las sociedades pre-
la. forma de plusvalor y el piusvalor, capitalistas la explotación se llevaba
la forma de capital. De manera bas­ a efecto por medios “extra-econó­
tante sumaria, puede decirse que en micos”, entre los que destacaban la
general, en las sociedades pre-capita- coerción (ya sea legal, política o mi­
listas la producción no estaba media- litar) lo que precisaba muchas veces
da dominantemente por la lógica ere también obligaciones públicas para
la ganancia, como ocurre en las so- los apropiadores7. Como bien indi-~
ciedades capitalistas. Es precisamente c^ Daniel Bensa'id, en las sociedades
en este tipo de sociedades, en donde pre-capitalistas, las jerarquías apare­
la acumulación no <¡e traduce en acu ­ cían mezcladas con la explotación,
mulación de valores de uso, sino en aunque no coincidían necesariamen­
» » — ■"» ........... ' ii9
acumulación de capital propiamente te con ella8. De esta manera, econo-
tal. De este modo, el excedente pro­ mía y política se unían hasta cierto
ducido no sólo se consume impro­ punto para abrir paso a explotadores

5 Cfr. Mandel, Ernesto,(1969). Tratado de Economía Marxista. Tomo I. México: Era, pp. 22-
44. ,
6 De acuerdo a Emest Mandel, “la utilización de prisioneros.Üe guerra o de cautivos de todas
clases como esclavos (...) representa una de las dos formas más habituales de una primera
división de la sociedad en clases. La otra forma de esta división primitiva consiste en él
pago de un tributo impuesto a una parte de la Sociedad”. Ibíd, p. 40. En un sentido similar,
cfr"Marx, Karl (2010). El Capital, Tomo I. Santiago: Lom, p. 508.
7 Cfr. Meiksins Wood, Ellen (May-June 1981). The Séparation of the Economie and the Poli-
tical in Capitalism. En: New LeftReview (1/127), p. 81.
8 Cfr. Bensa'id, Daniel. La discordancia de los tiempos, p. 109.

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C la se o b r e r a y m a r x is m o
y explotados que pueden entenderse ciones contractuales entre producto-
como clases* en el sentido amplio de res ‘libres’ - jurídicamente libres y li­
la expresión: órdenes, castas y esta­ bres "de los medios de producción
dos (en el sentido del tercer estado). un apropiador que tiene la propiedad
Es en este punto cuando introduci­ privada absoluta sobre los medios de
mos la diferencia que entendemos producción”10.
fundamental entre las sociedades ca­ . Precisamente porque las relaciones
pitalistas y las pre-capitalistas: La se­ sociales capitalistas reconñguran la
paración entre lo político y lo. social, relación entre las dos “esferas” es que
es decir, la fractura entre 7cTsociedad los productores directos en el modo
política y la sociedad civil. de producción capitalista, se encuen­
Dicha separación, implica que la ex­ tran, por decirlo de algún modo, abso­
plotación toma cuerpo en el terreno lutamente desamparados. Como dice
de “lo económico”, por medios “pro­ Marx, “La continuidad de la relación
piamente" económicos. Ello supone entre ,esclavo y esclavista es tal que
un distanciamiento radical entre los en ella el primero se mantiene sujeto
productores directos y sus medios de por coerción directa. El trabajo libre.
producción, el control del proceso de por el contrario, está obligado a man­
producción por parte de los apropia- tener él mismo la relación, ya que su
dores y la propiedad de los mismos existencia y la de los suyos depérv
sobre los medios de producción9. En de de que renueve continuamente la
este contexto, como bien señala Ellen Venta de su capacidad de trabajo al
Meiksins Wood, “(...) las ¡funciones capitalistá*’11.
sociales de la producción y la distri­ No obstante, Meiksins Wood advierte
bución, de la extracción del exceden­ que la diferencia antes indicada no
te y su apropiación, y el reparto del supone “(...) sugerir que la dimensión
trabajo social están, por así decirlo,' política «s de algún modo extraña a ,
privatizadas y son conseguidas por las relaciones de producción capita­
medios ‘no autoritarios’ y no políti­ listas”, en tanto “la esfera política en
cos, (...) por medio de los mecanismos el capitalismo tiene un carácter espe­
del intercambio de mercancías”, be cial al punto de que el poder coerciti­
esta manera, "los poderes de la apro­ vo que sostiene a la explotación capi­
piación del excedente y la explota­ talista no es detentado directamente
ción no descansan directamente-en por el apropiador y no está basado en
relaciones de dependencia jurídica o la subordinación jurídica o política
política, sino que se fundan en rela- del productor a un amo apropiador.

9 Cfr. Marx, Karl. El Capital, p.. 709.


10 Meiksins Wood, Ellen. Op. cit. p. 81 [traducción propia],
11 Marx, Karl (2009). El Capital. Libro I. Capítulo VI (inédito). México: Siglo XXI, p. 68.

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M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
Sin embargo, un poder coercitivo y de nuestros días, tal como lo sugie­
una estructura de dominación son re David Harvey, a propósito de la
elementos esenciales de la relación de "acumulación por desposesión” en El
explotación, incluso si la libertad os­ Ñuevo Imperialismo'3. Lo que signifi-
tensible y la igualdad en el intercam­ ca, por el contrario, es entender que
bio entre capital y trabajo significan en las sociedades contemporáneas la
que d momento de la coerción está articulación misma de la explotación
separado del momento de la apropia­ se efectúa protagónieamente por la
ción. La propiedad privada absoluta,* extracción de plusyalor por medio de
la relación contractual que une al relaciones sociales propiamente capi­
productor y al apropiador, el proceso talistas.
de cambio de mercancías -todos ellos Ahora bien, de acuerdo a Bensaid,
requieren formas legales, el'aparato* tanto para Giddens como para Gode-
coercitivo, el mantenimiento del or­ lier,’las clases modernas (o las clases
den por parte del Estado-, Históri­ propiamente tal¿ en sentido estricto)
camente también, el Estado ha sido se habrían constituido como resul­
esencial al proceso de expropiación tado de la separación entre sociedad
que es la base del* capitalismo. En política y sociedad civil. La vieja so­
todos estos sentidos, la esfera eco­ ciedad feudal. herida de muerte por el
nómica descansa firmemente en 15 desarrollo de la industria y la revo­
política,' pese a su diferenciación”12. lución francesa, se habría fracturado
A su vez, tampoco significa desterrar dramáticamente, lo que habría tenido
del todo las formas extra-económicas como resultado la coagulación de las
de extracción del excedente de las diferencias en el ámbito privado, en
sociedades capitalistas contemporá­ el ámbito de te sociedad civil. Como
neas. La corrupción,’ la guerra y la ya vimos, seria precisamente a este
expropiación a “plena luz del sol”, ámbito privado al cual la moderni­
propias de la acumulación origina­ dad habría relegado la explotación,
ria, no son extrañas al capitalismo

12 Meiksins Wood, Ellen. Op. cit. p. 81 [traducción propia].


13 Así, indica Harvey por ejemplo, que: “Todas las características de la acumulación orimit¡i-
va. mencionadas por Marx han seguido poderosamente presentes en la geografía histórica
del capitalismo hasta el día de hoy. Durante las tres últimas décadas se ha acelerado el
desplazamiento ~ae poblaciones campesinas y la formación de un proletariado sin tierra
en países como México y la India; muchos recursos que antes eran de propiedad comunal,
como el agua.| están siendo pnvatizados {con frecuencia bajo la presión del Banco Mun­
dial) y sometidos a la lógidá tlt! U acumulación capitalista (...); se privatizan industrias
nacionalizadas: las granjas familiares se ven desplazadas por las grandes empresas agri-
colas; y la esclavitud no ha desaparecido (en particular en el comercio sexual). Harvey,
David (2004). El nuevo Imperialismo. Madrid: Akal, p. 117.

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C la se o b r e r a y m a r x is m o
el proceso de trabajo y el acto del Elementos para una definición de las
intercambio. Así, para Giddens, se­ clases en el capitalismo
rían propio de las clases en el sentido Como es sabido, Marx nunca siste-
moderno tanto, “(...) la disolución de matizó su concepción de las clases
los vínculos personales de dependen­ 'sociales. En el Libro IJLi de t i Capi­
cia en beneficio de relaciones inter­ tal, cuando las líneas comienzan a
personales de tipo contractual” como . desarrollar la idea, el manuscrito se
que la pertenencia a las clases no esté interrumpe bruscamente, dejando al.
determinada “(...) por la tradición o
lector, ávido de preguntas, absoluta­
la lev”14. Daniel Bensaid resalta que
mente desconsolado16. Precisamente
en un sentido similar se pronuncia por ello, desde M a^, es una tarea
Godelier15. pendiente para el materialismo histó­
En nuestra opinión, la forma de la rico la construcción de una concep­
explotación capitalista presenta espe-. ción más acabada de las clases socia­
cificidades históricas determinantes les. Para dicho esfuerzo, estimamos
que separan por mucho al siervo de que deben seguirse las advertencias
la gleba del proletario moderno. Sin de Daniel Bensaid a este respecto. Él,
embargo, no queremos sostener aquí propone que, “mientras que la socio­
que los órdenes, estados y castas no* logía. positiva pretende “tratar a los
puedan considerarse “propiamente hechos sociales como cosas”, Marx
clases”. Ahora bien, si se quiere de­ los trata siempre como relaciones. •
cir que las clases son específicamente No define de una vez por todas a su
modernas en tanto tienen una exis­ •objeto a través de criterios o atribu­
tencia meramente económica, no po­ tos. Sigue la lógica de sus múltiples
demos sino estar en desacuerdo, El" determinaciones. No “define” una
riesgo de dicha posición radica en clase. No fotografía un hecho social
terminar identificando o separando etiquetado como clase. Contempla,
radicalmente a la clase y la concien­ la relación de clase en su dinámica
cia de clase, abriéndole el paso/ya á conflictiva. Una clase aislada no es
las tesis del “reflejo” (identidad inme­ un objeto teórico, sino un absurdo’’17.
diata entre la clase y su conciencia) De este modo, para nuestro autor, las
o a la de la “desconexión absoluta” clases son “una totalidad relacional y
(los “intereses de clases” no tienen no una simple suma”18 de individuos,
nada que ver con las expresiones po­ de modo que una clase “no es clase
líticas).

14 Cfr. Bensaïd, Daniel. La discordancla dé los tiempos, p. 110.


15 Ibid. p. 114.
16 Marx, Karl (2009). El Capital. Tomo III. México: Siglo XXI, p. 1123.
17 Bensaïd, Daniel (2003). Marx intempestivo. Buenos Aires: Herramienta, p. 175.
18 Ibid. p. 158.

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M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
más que en relación conflictiva con como un complejo entramado que
otras clases”19. Pero aún más, si las es resultado no solo del “desarrollo
clases son un fenómeno relacional de las fuerzas productivas” y de las
que se articula en la lucha, las clases ’“tendencias inmanentes ”dél modo de
se identificarían tanto con el “capita­ producción capitalista” sino de la lu­
lista” como con el “obrero colectivo" cha de hombres y mujeres de carne y
de Marx, de manera que "las relacio- hueso. Así, ese “complejo entramado”
nes de clase po pueden reducirse, en­ debe considerarse articulado por de­
tonces, al_cara_a_cara entre patrón y* terminaciones que exceden el antago­
obrero en la empresa”20. nismo directo de la producción pero
¿Cómo podrían ser consideradas de; que lo entienden incorporado coma
manera “aislada” las clases? Si la su núcleo. En definitiva, el análisis
explotación capitalista se articula, mismo de las clases debe observar no <
específicamente, en el momento de sólo aspectos “económicos”, sino sus
la producción y si en ella se contra-, formas de lucha, de organización y
ponen fundamentalmente dos inte­ las manifestaciones de su conciencia.
reses «divergentes, ¿Puede explicarse Análizando el problema que aquí co­
la burguesía sin la remisión explíci­ mentamos, Carlos Pérez indica que
ta y específica a la relación de ex­ “es el control de la división social del*
plotación? ¿Puede hacerse lo mismo- trabajo, y la apropiación diferencial^
con el proletariado? En tanto que del producto social que permite, 15
estimamos que las respuestas a estas que constituye y define conceptual­
dos últimas preguntas son negativas mente a las clases sociales"21. A su
estamos de acuerdó con las preven­ vez, agrega que “el análisis de clase
ciones efectuadas por Bensaid. De (...) intenta (...) determinar la alinea-:
este modo, creemos que el primer ción de los grupos sociales en tomo
paso para aproximarse a una cons­ a un eje particular: el modo en que
trucción de las clases sociales en el participan en el nrnrinrtn social. Las
materialismo histórico corresponde al palabras son engañosas y en ciertos
desarrollo de las relaciones, y no a la casos esto se agrava con la cacofonía.
petrificación esquemática o estatuta- Entendámonos, el eje es el “modo”,
ria de cierta estadística. A su vez, di­ no el “monto”, de su participación”22,
chas relaciones deben ser entendidas de manera que, “las clases sociales,

19 Ibíd. p. 159. ,
20 Ibíd. p. 172.
21 Pérez, Carlos (2008). Para una crítica del poder burocrático. Santiago: Lom, segunda edi­
ción, p. 170.
22 Pérez, Carlos. Proposición de un marxismo hegeliano. Santiago: Arcis, p. 150.

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C la se o b r e r a y m a r x is m o
desde el punto de vista marxista se gencia de terminar con las formas de
constituyen en tomo a las relaciones opresión contra la mujer (y mostrar
de apropiación del producto social y, los logros de la naciente república
"en particular,''por su posición respecto ' proletaria a este respecto) indicaba
Je las relaciones de explotación, bu que: “Las clases son grandes grupos
clasificación y caracterización.permi­ de hombres que se diferencian entre
te definir un “modo de producción ”, sí por el lugar que ocupan en un sis-*
es decir, un estado determinado de la tema de producción social histórica­
historia humana”23. mente' determinado, por las relaciones
Discrepamos fundamentalmente con, en que se encuentran con respecto a
uno de los puntos del profesor Pé- los medios de producción (relaciones
rez. Ello en tanto entendemos que.la que las leyes refrendan y fb rmul an en
‘ “apropiación” es sólo uno de los mo­ su mayor parte), por el papel que des­
mentos entre vanos de jos que deben empeñan en la organización social
"considerarse a-la hora de la determi- . del trabajo, y, consiguientemente,
nación específica de las clases. De por el modo y la proporción, en que
está forma, no es sólo la apropiación perciben la parte de riqueza social de
la que las constituye, sino también la que disponen. Las clases son grupos
producción misma, así como el con­ humanos, uno de los cuales puede
trol, ño sobre la división del trabajo apropiarse ^1 trabajo de otro por ocu­
(que las dinámicas del'capital hacen par puestos diferentes en un régimen
prácticamente incontrolables24) sino determinado de economía social”25.
sobre el proceso de trabajo propia­ Pese a que la definición anterior po­
mente tal. dría considerarse “excesivamente
Finalmente, en un artículo esencial­ económica”, pueden encontrarse en
mente práctico,Lenin también se dio, Lenin aproximamientos bastante su-
a la tarea de definir a las clases socia­ gerentes en lo que a la constitución
les. Eirél, junto con aclamarla inicia-, política de la clase se refiere. Así,
tiva de algunos comités comunistas discutiendo con los mencheviques a
para trabajar “horas extras” por la propósito de la relevancia de la he­
revolución, y pasar revista de la ur­ gemonía proletaria sobre el resto del

23 Ibíd. p. 151.
24 Al respecto, indica Marx, “(...) la división social del trabajo enfrenta a prnrinrtnrpg in­
dependientes de mercancías que reconocen como única autoridad la competencia, la
coacción que ejerce en ellos la presión de sus intereses recíprocos, del mismo modo que
en el reino animal el bellum ómnium contra omne^ nr^serva en mayor o menor medida,
J a s condiciones de existencia, de todas las especies”. Marx, el Capital Tomo I. p. 358.
25 Lenin, Vladimir (1970). Una gran iniciativa, p. 228. En: Obras Escogidas en 3 tomos.
Moscú: Progreso, pp. 217-239.

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M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o -
movimiento revolucionario ruso, in­ La clase obrera en el marxismo
dicaba: “Desde el punto de vista del Tal y como lo destaca Mateo Alaluf28.
marxismo, la clase, en la medida en la forma en como se entienda a la cla­
que renuncia a la idea de hegemonía se obrera es fundamental para contar
o no la toma en consideración, no es no solamente con resultados teóricos,
una clase, o no es todavía una cla­ sino también para sacar conclusiones
se, sino un premio, o la suma total de propiamente políticas. De esta mane­
varios gremios ... Es la consciencia de ra, no es casual que los ex-marxistas
la idea de hegemonía y su aplicación y, en general, los.teóricos del “fin del
a través de sus propias actividades lo trabajo”, tiendan a .identificar estric­
■que convierte a los gremios (...) en su tamente a la clase obrera con el “mo­
conjunto en una clase,”26. derno proletariado industrial". De este
Una idea similar aparece en varios modo, argumentando que la tenden­
•textos de Marx, donde es el proleta­ cia en los países “primer mnnriistas”
riado, por medio de la lucha, quien es a la baja del número de ese tipo
“conquista” su posición de clase, de trabajadores, no tuvieron más que
quien se transforma “propiamente decretar el fin del trabajo, la muerte
en una clase27. de la clase obrera y el fin del socialis­
mo como proyecto histórico29.

26 Lenin, citado por Perry Anderson. Anderson, Peny. Las antinomias de Antonio Gramsci.
En línea: http://revoltaglobal.cat/IMG/pdf/form_antinomiasgramsci.pdf, pp. 13-14.
27 Por ejemplo, la idea está tratada en “Miseria de la filosofía”, “Manifiesto del Partido Co­
munista”, entre otros.
28 Cfr. Al aluf, Mateo. Work and the working class. En línea: http://socialistregister.com/
index.php/srv/article/view/5536, p. 455.
.29 Ni siquiera existen evidencias sólidas de la desaparición del trabajo industrial a nivel
mundial, ¿orno bien señala ue la Garza: “En cuanto a la PEA [Población Económicamente
Activa] en la industria en relación con la PEA asalariada, entre y l^ b ,1 en Latino-
Bmélkk en general se'mantiene en los niveles históricos del 20°/o con excepción de países
como Panamá; en oíros, cómo México, aumentó esta proporción. En cambio, en EEUU
disminuyó a diferencia de Asia, dpnde es muy alta y as¿se ha mantenido. En Europa en
general sucede como en estados. Unidos, aunque los niveles son más altqp. Es decir,'con
todo y el evidente crecimiento de los servicios, dentro dé los cuales habría que diferenciar
los modernos de los precarios (en el Tercer Mundo el crecimiento del terciario se debe
principalmente a esto ultimo),* la caída en importancia del sector industrial como emplea­
dor no es mundial, y hay regiones en Tas que el porcentaje de trabajadores mausmaies eft
él total dé asalariados sigue siendo elevado, aunque en ningún pais, en ninguna época,
ha sido mayoritario". De la Garza, Enrique (2000). Fin del trabajo o trabajo sin fin. En:
Tratado latinoamericano de sociología del trabajo. México: Fondo de Cultura Económica,
p. 760.

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C la se o b r e r a y m a r x is m o
Para Marx, y en general, para la ma­ para comprender lo que puede enten­
yor parte de la tradición del materia­ derse como la “condición proletaria”,
lismo histórico, la clase obrera no se en tanto develan las relaciones socia­
restringe, en ningún caso, al “moder­ les que son propias del modo de pro­
no proletariado industrial”, ni. a uy ducción capitalista. Sumariamente,
tipo de trabajo esperifirn (manual puede caracterizarse esta “condición
d intelectual)30. Como ya se dijo, el proletaria”,,con^los siguientes ele­
problema de las' clases‘son las rela­ mentos31:
ciones sociales de producción, no una. • a. Productores que se encuentran
actividad laboral especifica. De esta separados radicalmente tanto de
manera*, la conditión proletaria debe los medios de trabajo como de los
ser construida no por los valores de medios de vida.
uso que resulten de un proceso pro-
ductivo particular (en tanto el trabajo b. Que tanto la propiedad privada
en él capitalismo' debe considerarse haya sido “liberada” de. las trabas
como trabajo humano abstracto o in­ comunitarias como que la produc-
distinto, creador de valor), sino por ción de mercancías sea dominante
las relaciones sociales que la produ­ en la sociedad.
cen y reproducen. c. Que de esa manera, el productor
Así las cosas, si como se dijo anterior­ directo se vea obligado a trabajar
mente la explotación capitalista tiene asalariadamente.
ciertas características especificas res­ d. Que por medio del trabajo (la ven­
pecto de las otras que han existido ta de su fuerza de trabajo) adquie-
históricamente, son ellas mismas las ra los medios de consumo*negg53-
que nos entregan las herramientas rios para su subsistencia e incluso
la de su familia.

30 Por ejemplo, nótese esta definición “amplia” del propio Marx en el Primer Tomo de ¿LEÍ
Capital". “Por proletario ha de entenderse, en el sentido económico, el obrero asalariado
que produce y valoriza capital, y que es lanzado a la calle no bien se vuelve superfluo
para las necesidades 'TIC V51orí?ación de Mounsieur capital (...)”, pp. 609-61ót. Una defi­
nición parecida aparece en el Segundo Tomo, donde además se define sumariamente a
los capitalistas: “Pues aquí sólo existen dos clases: la clase obrera, que no dispone más
que dé su fuerza de trabajo, y la' clase capitalista, monopolizadora tanto de los medios
de producción como ae amero". Marx, Karl (2006). Él Capital. Tomo II. México: Fondo d e'
Cultura Económica, p. 375. *
31 Estás condiciones se encuentran resumidas en: Mandel,* Emest. The Role of the pfoletariat.
En línea: http://www.marxists'.org/archive/mañ3ei/iyá2/xx/proletariat.htm. Así como en
Marx, Karl. El Capital. Tomo I, p. 709. También en Mandel, Emest (1971). La situación de
los obreros en el neocapitalismo. En: Mandel, E. Ensayos sobre el neocapitalismo. Méxi­
co: Era, p. 68. Mandel, E. El Capital, cien años de controversias en tomo a la obra de Karl
Marx. México: Siglo XXI Editores.

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M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
e. Que el control del proceso de tra­ periódica de la venta de sí mismo, por
bajo mismo le sea extraño al pro- el cambio de su patrón individual y la
aductor. oscilación que sufre en el mercado el
f. Que la actividad no se relacione precio del trabajo”32.
con funciones .políticas especificas Teniendo dicho resumen a la vista y
ni con funciones de represión. tomando en cuenta el anterior pasa­
Para Marx, es el propio proceso de je de Marx, estimamos que la mayor
producción capitalista, el mismo pro­ parte de los empleos que en algún
ceso d e Jacumulación de capital, el momento del* desarrollo capitalista
que reproduce las propias relaciones eran propios de las capas medias o
capitalistas, y de este modo, al prole­ de la pequeña burguesía han pasa-
tariado. Así, indica: ido a afirmarse dentro Sel centro de
gravedad de la condición proletaria.
“El proceso capitalista de producción, Enfermeras, periodistas, publicistas
por tanto, reproduce mediante su y técnicos calificados, han pasado a
propio desenvolvimiento la escisión engrosar las ftias^de un proletariado
entre fuerza de trabajo y condiciones ampliamente mayoritario no sólo en
"de trabajo. Reproduce y eterniza, con Chile, sino en el mundo? Un botón de
ello, las condiciones de explotación muestra particularmente importante
del obfero. Lo obliga constantemen­ a este respecto corresponde a la des­
te a vender su fuerza de trabajo para calificación progresiva de los curri-
vivir, y ofrece constantemente al ca­ culos universitarios, sobre todo con
pitalista la posibilidad de comprarla respecto a los de las ciencias sociales.
para enriquecerse; Ya no es una ca­ Cada vez más, los currículos se con-
sualidad la que contrapone en el mer­ centran^en la ejecución de activida-
cado de mercancías al capitalista y al des técnicas, más que en una forma-
obrero como comprador y Vendedor. ción cultural íntegra propia de una
Es el mecanismo del mismo proceso profesión liberal pequeño burgalesa*
el que vuelve continuamente a lan­ 'leí caso de los abogados es particu­
zar al mercado a uno como vendedor larmente mostrativo a este respecto).
de su fuerza de trabajo y transforma Para Emest Mande!, otros indicadores
siempre su propio producto en el me­ del mismo fenómeno radican la re­
dio de compra del otro. En realidad, ducción de las diferencias de salario,
el obrero pertenece al capital antes de la sindicailzacion qe trabajadores de
venderse al capitalista. Su sujeción empleos considerados otrora de “cue­
económica está simultáneamente llo blanco”, la semejanza en aspectos
mediada y velada pCr la renovación de consumo y en sus condiciones de

32 Marx, Carlos. El Capital. Tomo I. pp. 574-575.

47
C la se o b r e r a y m a r x is m o
trabajo lo que implica también una toda vez que las barreras de entra­
“(...) creciente similitud en la mono­ da para las esferas más rentable del
tonía, la mecanización, la falta de mercado capitalista suelen ser bas­
creatividad, el daño para los nervios tante altas. ¿Constituye dicha capa
y en el embrutecimiento del trabajo propiamente una ‘‘clase” distinta de
en la fábrica, el banco, el autobús, en la burguesía y del proletariado? ¿Co­
la administración pública, en los al­ rresponde a una* capa de alguña’ de
macenes y en los aeroplanos”33. las dos clases sociales? ¿Ninguna de
* las anteriores respuestas es, satisface
Así como estimamos que esos em­
pleos se han “proletarizado", el re­ toria? La cuestión viene dividiendo
sumen anterior también nos permite aguas en las ciencias sociales desde
concluir que no todos los asalariados* principio de los años treinta del siglo
forman parte del proletariado34. Prin­ pasado y pensamos hacemos cargo
cipalmente, porque una capa de los de este debate en el futuro.
asalariados no sólo se desconecta de ¿Qué ocurre con los cesantes? Una
él en tanto ejerce funciones propias persona .no deja de pertenecer a la
del capital (vigilancia y control del clase obrera por haberse apartado del
proceso de producción hasta cierto proceso inmediato de producción así
punto, pudiendo muchas veces deci­ como, por regla general, las familias
dir la contratación o despido de otros de los obreros que no participan di­
trabajadores) sino también porque rectamente del mismo son muchas
muchas veces percibe una remunera­ veces también miembros de esa cla­
ción que le permite acumular paula­ se. En este sentido, cabe destacar que
tinamente capital (ya sea por medio analizando el fenómeno de la acu­
de inversiones en el mercado, bursátil mulación capitalista, Marx concluye
o por el ahorro sistemático destinado que la “sobrepoblación relativa” (ca­
á amasar un capital suficiente para tegoría que excede a los trabajado-
participar en un negocio específico). res desocupados) es consustancial al
Naturalmente, el monto a acumular capitalismo35.
deberá ser relativamente abultado,

.33 Mandel, Emest (1971). Op. cit., p. 76.


34 Por eso no estamos de acuerdo con la definición de Ricardo Antúnez quien desarrolla
una “noción amplia y moderna de la cíase trabajadora”, a la que denomina “clase-que-
vive-ctePh-aDaiq en tanto para él “incluye la totalidad de aquéllos hombres~y mujeres
que venden su fuerza de trabajo a cambio de .salario” Antunes, Ricardo (2006). Algunas
tesis sobre el presente (y el futuro) del trabajo: Perennidad y superfluidad del trabajo. En:
Actuel Marx, Intervenciones N° 5. Santiago: Lom, pp. 135-136.
35 Cfr. Kabat, Marina. La sobrepoblación relativa. El aspecto menos conocido de la concep­
ción marxista de la clase obrera. En línea: www.razonyrevolucion.org/secciones/anuario/
A09kabat.pdf, p. 110.

48
M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
Las razones por las que la dase Ahora bien, tal y como resalta Marx,
obrera es revolucionaria en el la importancia del proletariado en el
marxismo materialismo histórico no supone en­
¿Qué significa que la clase obrera sea tender a los proletarios cómo a “dio­
el-sujeto revolucionario para el mate­ ses"37. A su vez, ella no se funda en
rialismo histórico? ¿Significa, acaso, un “acto de fe”, sino en el análisis'
que los trabajadores están “destina­ mismo de la realidad38. Como ya se
dos" a hacer la revolución? No es esa ha visto, dicho análisis resalta tanto
nuestra opinión. Muy por el contrario* - la centralidad de la explotación en
estimamos que ninguna revolución la vida misma como los elementos
socialista será materialmente posible propios de la condición proletaria.
o llevada exitosamente a su término Son precisamente éstos los que de­
terminan no sólo la potencialidad re­
sino se involucran los trabajadores
en su curso: Ya con huelgas, pique­ volucionaria de la clase obrera sino
tes, asambleas de discusión; en suma, también la posibilidad material de su
por medio de un protagonismo .polí­ proyectó histórico: el socialismo.
tico desbordante Burante todo su de­ • El proletariado como
sarrollo. La cuestión es tan relevante clase universal
para el propio materialismo histórico,
La noción del proletariado considera­
que el descubrimiento mismo de la
do como clase universal aparece repe­
potencialidad revolucionaria d etp rS ^
tidas veces en los escritos de Marx39.-
letanaao, asi como el desarrollo de la
Esta concepción supone que el prole­
teoría de la autoemaneipación de la
tariado es la única clase capaz de una
clase obrera, tueron los ejes que dis­
“revolución radical”, es decir, de una
tanciaron a Marx, tanto de las sectas
revolución que derribe los cimientos
socialistas jacobina^ como del ^co-
mismos de la sociedad. De este modo,
munismo filosófico” alemán, y que le
la autoliberación de la clase trabaja­
permitieron parir, junto a Engels, su
dora se considera como la “autolibe­
“nueva concepción” de la historia36.
ración general”40, de manera que al

36 Cfr. Lowy, Michael (2010). La teoría de la revolución en el joven Marx. Buenos Aires:
Herramienta/El Colectivo.
37 Marx, Karl y Engels, Friederich (1971). La sagrada Familia. 0 critica de la critica. Contra
Bruno Bauery Consortes. Buenos Aires: Claridad, p. 51.
38 Cfir. Meiksins W., Ellen (1998). The retreat from class. A new 'true' socialism. Verso.
39 Por ejemplo, Introducción a la critica de la filosofía del derecho de Hegel, Miseria de la
filosofía, Manifiesto del Partido Comunista, Ideología alemana, Sagrada Familia.
40 Marx, Karl (1987). Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Escritos
de juventud. México: Fondo de Cultura Económica, p. 500.

49
C la se o b r e r a y m a r x is m o
emanciparse ella misma, “emancipa a resuelta contradicción con todas las
todas las demás esferas de la socie­ demás clases; una clase que formaría
dad”41, aboliendo las clases mismas42. de todos los miembros de la sociedad
Ello se debe a que la clase obrera no y de la que nace la conciencia de que
se opone a una “injusticia particular” es necesaria una revolución radical,
"de la sociedad capitalista, sino a la la conciencia comunista, conscien­
sociedad capitalista como tal. Si se cia que, naturalmente, puede llegar a
considera que la condición proletaria formarse también entre las otras cla­
ha sido caracterizada principalmente mes, al contemplar la posición en que-
como la carencia tanto de los medios se halla colocada esta (...)”45.
de trabajo como de la falta del control
Algunos dé los elementos expuestos
del proceso de traDajo (la ciase obrera
aquí han sido severamente criticados
está “absolutamente desposeída”43), y
a lo largo del desarrollo del capita­
si se entiende que ambas caracterís­
lismo. Los argumentos más comunes
ticas, sumadas a la explotación, son
han sido esgrimidos en tiempos de
tres de los ejes del modo capitalista
bonanza económica, y apuntan a que
de producción, se puede fácilmente
cuando los “negocios andan bien”
comprender la idea.
no puede considerarse que la clase
Junto a ella, el proletariado es la cla­ obrera se encuentre “absolutamente
se universal en tanto es una clase desposeída”, en tanto serla partici­
internacional, en tanto el desarrollo pe de una mayor “tajada” de la tor­
mismo del capitalismo se expande a ta de la producción. Asi las cosas, el
través del globo, instituyendo “(...) a “aburguesamiento.” de la clase obrera.^
individuos histórico-univezsales, em­ liaría volar por los aires sü carácter
píricamente universales, en vez de universal, y tendríamos que correr
Individuos locales”44. a encontramos otro sujeto, si es que
En definitiva, el proletariado es con­ estimásemos que en esas condiciones
siderado como una “clase condenada algo merecería ser cambiado de igual'
a soportar todos los inconvenientes manera. Muchos de estos argumentos
de la sociedad sin gofcar de sus ven­ no logran comprender que la clase
tajas. que se ve expulsada de la socie­ obrera no es la clase universal, nece­
dad y obligada a colocarse en la más sariamente, porque se encuentra su-

41 Ibíd. p. 502.
42 Marx, Karl (2005). Miseria de la filosofía. Buenos Aires: Gradifco, p. 173. '
43 Marx, Karl y Engels, Friederich (2004). La Ideologia alemana. Buenos Aires: Nuestra
America, p. 31.
44 Ibid. p. 32.
45 Ibid. pp.3 5-36.

50
M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
jeta a la miseria absoluta46. Según lo están determinados por el desarrollo
expuesto hasta aquí, el'proletariado capitalista, y si se entiende que el
goza de ese “privilegio” (si es que es_ capitalismo sufre crónicamente de
posible calificar así la situación real crisis cíclicas, no se puede sino con­
del proletariado mundial en la actua­ cluir que la estabilidad económica no
lidad) en la medida en que se encuen­ puede durar mucho tiempo, lo que re­
tra “de manera objetiva”, en directa abre las posibilidades materiales para
oposición con las sociedades contem- el desarrollo mismo de la conciencia
poráneas, en tanto ellas se fundan en obrera47.
su explotación y opresión.
• La posibilidad de la clase obrera
Sin embargo, debe reconocerse que de actuar colectivamente.
mejores condiciones de vida y me­
jores salarios tienden a aminorar la Considerada la contraposición en
“radicalidad” del movimiento obrero. que se encuentra la clase obrera con
la burguesía, y entendiendo que di­
Pero quien reconoce esto debe aten­
chos intereses comunes son “objeti­
der también a que históricamente,
el proletariado más “aburguesado” vos”, es necesario también tener en
de todos (el alemán occidental y el cuenta que la propia organización
francés), se alzó durante las jomadas de la producción capitalista (la “gran
industria”) “avuda" a su articula-
de 1968. Junto a ello, si se conside­
cióñ4». fcste desarrollo organiza a un
ra que dichos tiempos de bonanzas

46 Uno de los puntos predilectos de los críticos de Marx era su supuesta teoría de la “ten­
dencia a la miseria absoluta del proletariado". De acuerdo a Diego Guerrero, dicha “teoría”
se encuentra absolutamente ausente de los textos de madurez del autor de “El Capital".
Aún más, lejos de condenar ál proletariado a lá misena aosoJuta, las tendencias identifi­
cadas por Marx apuntan a un empobrecimiento “relativo” de la clase obrera aparejado al
desarrollo capitalista, algo bastante diferente. Para estos efectos véase, Guerrero, Diego.
Depauperación obrera en los países ricos: H caso español. En linea: http://marxismocri-
tico.com/2011/ll/Q3/depauperacion-obrera-en-lQS-paises-ricos-el-caso-espanol/
47 Tal y como argumenta Mattick en el “nuevo capitalismo y la vieja lucha de clases” publi­
cado en el primer número de la Revista Materialismo Histórico (2011), Grupo de Estudios
Marxistas/Quimantú.
48 “La gran industria agrupa en un solo lugar una multitud de gente desconocida entre sí.
La competencia divide sus intereses. Pero el sostenimiento del salario, este Ínteres común
queTienéll l'UIUtei el patrono, los reúne en una misma idea de resistencia: coalición.
Es decir, la coalición tiene siempre un ¿oble objeto: el de hacer que cese entre ellos la
competencia, para poder hacer una competencia general al capitalista./ Si a primer fin d e'
resistencia ha sido sólo el sostenimiento rip los salarios, a medida que los capitalista^, a
su vez, se reúnen en una idea de represión, las coaliciones, aisladas en sus comienzos, se.
agrupan, y entrente del capital, siempre uíído, el sostenimiento de la asociación se hace
(liara Jilos más necesario que el del salario”. Marx, Miseria de la filosofía, p. 171.

51
C la se o b r e r a y m a r x is m o
gran número de trabajadores en una del agroj, hoy se encuentran someti­
misma fábrica, escuela, cali center o dos a condiciones bastante similares
malí, lo que facilita “materialmente” a las de la gran industria. Así, quien
su organización. Así las cosas, junto hace 30 o 40 años encontraba en el
a ser “propiamente una clase” (contar agro a campesinos y semicampesinos,
con intereses comunes), la misma in­ hoy encuentra un cada vez más pre­
dustria les permite articularse en base dominante proletariado agrícola, que
a su propia condición49. trabaja coordinadamente.
Podría objetarse qye^esto ya es cosa »La “posibilidad” de actuar colecti­
del pasado y que la peyragmentación vamente, o esta verdadera “palanca,
productiva ha decretado la explo­ para la organización”, no garantiza
sión denlos niveles de coordinación nada, y eso está claro. iTistóricamen-
productiva de los trabajadores ante­ te, la clase obrera construyó asocia­
riormente existente. En nuestra opi­ ciones y sindicatos donde manifestó
nión, el fenómeno debe entenderse sus intereses “inmediatos” contra el
de manera “desigual y combinada”: patrón. Naturalmente, la organiza­
Si bien es cierto, en muchos casos la ción por el salario no puede en caso
desfragmentación productiva es real alguno compararse con la organiza­
(repartiendo a los trabajadores en ción para la revolución. Sin embargo,
cientos de pequeñas empresas), en en ella es posible encontrar el germ en
otros tantos, como la extemalización de la coordinación indispensable para"
de trabajadores, ella no es más que la transformación radical de la socie­
una “ficción jurídica” urdida por los dad. Como bien resalta el Marx de los
patrones para eludir sus obligaciones Manuscritos de 1844 a propósito de
legales. Aquí, los trabajadores con­ las reuniones de los obreros comunis­
tinúan trabajando juntos, aunque lo tas franceses:
hacen para distintas personas jurídi­ “Cuando los obreros comunistas se
cas controladas por los mismos pa­ reúnen, ante todo su finalidad e’s la
trones50. Aún más, si en determinados doctrinadla propaganda, etc. Pero al
casos la desfragmentación es feal, en misi&o tiempo se apropian, por eso,
muchos otros, sectores que se carac­ de una nueva necesidad: la necesi­
terizaban por la descoordinación de dad de la sociedad, y lo que parecería
procesos de trabajo (como el caso ser el medio se ha convertido en el

49 Como bien resalta Miguel Silva: “los trabajadores asalariados laboran en grupos, juntos,
integrados en una u otra forma, y por lo tanto'es más factible que podrían comenzar a
pensar y actuar “como trabajadores””. Silva, Miguel (2011). Carlitos Marx, rebelde. San­
tiago: Ernesto Carmona (Ed.), p. 92. * '
50 Esto llega a ser denominador común en el caso del retail.

52
M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
fin. Pueden observarse los más bri­ La potencialidad considerada
llantes resultados de este movimiento Como hemos subrayado hasta aquí,
práctico cuando se ve una reunión de para el materialismo histórico, el pro­
obreros socialistas franceses. Fumar, letariado es “potencialmente'’ revo­
beber, comer, etc., va no son pretex­ lucionario. Ello quiere decir que | no
tos de reunión o medios de unión. La necesariamente, no por obligación,
asamblea, la asociación y la conver­ no por irrevocable decreto de la his­
sación que, por su parte, la sociedad toria, no porque sean los portadores
tiene por finalidad les bastan; en ellos materiales de las relaciones sociales
la fraternidad no es una frase vacía,
i j - *• ’ * de producción, harán la revolución.'
' sino una verdad, y la nobleza de la Estimamos fundamental que quede
humanidad brilla en esos rostros en­ absolutamente claro que su vocación
durecidos,por eHrabajo”51. revolucionaria es una potencialidad.
• La posibilidad de detener la Ésta, debe entenderse enmarcada no
producción y de reorientarla sólo en lo “económico”, sino también
en la construcción de en las dimensiones políticas y cul­
* la nueva sociedad * • turales. Más arriba dijimos que las
clases sociales no pueden apreciarse
Así como pueden reconocer sus inte­ desde un punto de vista estrictamen­
reses objetivos y como cuentan con te económico. Ello se relaciona, entre
la posibilidad de organizarse' colecti­ otras cosas, con que lo “ideológico”
vamente, la clase obrera arranca su no es un mero epifenómeno de la
poder de sú lugar estructural en la economía. Lo propio ocurre con la
producción. Al producir y reprodú- "situación de clase” (i.e., condición
cir la vida misma”, los trabajadores proletaria) y la conciencia de clase.
cuentan con lá posibilidad de detener
Ésta última, lejos de ser automática,
la producción y así, cortar el flujo d? se adquiere, particularmente, por me­
las ganancias para la clase capita­ dio de la organización y la lucha.
lista. A su vez, involucrados en los
' espacios de ejecución técnica de las Esta distinción entre clase y concien­
actividades, pueden organizar la pro­ cia de clase aparece subrayada en
ducción misma en el período revolu­ varios escritos de Marx. Entre ellos,
cionario y post-revoiucíonario. destaca el siguiente,’ quelúe utilizado

51 Marx, Karl (1972). Manuscritos de 1844. Buenos Aires: Estudio, p. 152.

53
C la se o b r e r a y m a r x is m o
por Lukács como epígrafe para uno tión fluiría, en contra de todo lo dicho
de los capítulos de Historia y con­ hasta aquí, que el proletariado estaría
ciencia de clase: “destinado” a hacerla revolución. Sin
“No se trata de saber lo que tal o cual embargo, leído atentamente, el pasa­
proletario, o aun el proletariado ín­ je anterior se encarga de constatar
tegro, se propone momentáneamente una tendencia histórica (que existía
como fin. Se trata de saber lo que ef en ese momento), una tendencia del
proletariado es y lo que debe histó­ proletariado a la revuelta y a la insu­
ricamente hacer de acuerdo a su ser. misión. A suvez, el texto se encarga
*5u"finalídad y su acción histórica le de distinguir también la “conciencia
están trazadas, de manera tangible e inmediata” o psicológica del proieta-
irrevocable, en su propia situación de nado (lo que tal o cual proletario se
existencia, como en toda la organíza- proponga como fin) de s u gonrienciá
ción de la sociedad burguesa actual. de clase, de su conciencia histórica.
Nos parece superfluo demostrar aquí Esta “diferenciación” de las “con­
que una gran parte del proletariado ciencias” es lo que permite explicar
inglés y francés ya ha adquirido con­ la necesidad de la actividad histórica
ciencia de su misión histórica y no del sujeto (social y política) con miras
deja de esforzarse para dar a esta con­ a definir, por si mismo, la conciencia
ciencia toda la claridad deseada”52. de"cías?3. Aún más, la parte final del
pasaje de Marx resalta que la con­
En este punto, Marx parece estar ciencia de clase debe ser conquistada
contradiciéndonos. Ello, en tanto su­ o adquirida por el proletariado (labor
pone que el proletariado debe hacer que en esa época asumía noblemente
algo “históricamente” porque está de el proletariado inglés) por medio de
“acuerdo a Su ser”. Vale decir, de una su propia praxis.
lectura apresurada del texto efi cues­

52 Marx, Karl y Engels, Friederich. La sagrada familia, pp. 51-52.


53 Cfr. Lowy. La teoría de la revolución en el joven Marx, p. 137.

54
M a t e r ia l is m o H is t ó r ic o
Conclusiones Por otro lado, queda pendiente tam­
Lo dicho hasta aquí sólo constitu­ bién un análisis de las “nuevas for-
ye un primer intento, una primera mas de explotación del trabajo” en
aproximación para lo que podría ser nuestro país. Ellas suponen nuevos
un análisis de la clase obrera. Actual- desafíos, no tanto para el desarrollo
mente, algunos compañeros han asu­ teórico, sino sobre todo para la prác­
tica política del movimiento obrero.
mido la tarea de investigar no sólo sus
condiciones de vida y su régimen de Si se sostuvo acá -siguiendo a Ben-
saíd- que las relaciones de clase no
trabajo, sino también sus Juchas y su
conciencia. En este sentido^ son nota­ pueden reducirse a las que exisfen en
bles los trabajos de Santiago Aguiar sólo una empresa (el obrero y su pa­
trón), sino que se identifican con el
y su grupo de estudios del trabajo,"
“capitalista” y con el “obrero colecti­
así como es destacable el camino que
vo” de Marx, entonces un primer paso
está comenzando a recorrer el Centro
con miras a la superación de este de­
de Estudios de Investigación Políti­
safío pasa por dejar de lado el “feti­
co y Social (CIPS). Por nuestra parte,
chismo iu ririirn sin d ic a l” que Supone
queremos comenzar a abordar algu­
que los trabajadores, aunque trabajen
nos de estos problemas en el Grupo
en un mismo lugar realizando ta­
de Estudios Marxistas jGEM).
reas conexas, tienen que organizarse
En suma, queremos enfatizar que dentro del marco de sus “respectivas
el fenómeno social conocido como empresas”. Así las cosas, la unión de
“clases” n o .puede entenderse desde trabajadores de distintos patrones
un punto de vista meramente econó- con miras a una negociación común
mico. Precisamente por dicha razón, parece ser un ofijetivo fundamental
reconocemos que el análisis aquí pre­ para el movimiento obrero de nuestro
sentado es insuficiente. Por ello insis­ país. Los trabajadores subcontrata­
timos en que en el futuro, dicha tarea dos del cobre ya han marchado por
debe ser tomada, profundizada y ex­ esa senda, igual camino pretenden
tendida. A su vez, insistimos en que asumir los trabajadores de la cons­
él problema aquí analizado es, por trucción organizados en su ü in d ic a fo
sobretodo, político. Particularmen­ Nacional. Existe un .germen de esto
te lo son las razones por las cuales en algunos sectores de los trabajado­
el materialismo histórico entiende al res de la educación. Como solía decir
proletariado como “la clase revolu­ Gramsci, “se puede predecir la lucha,
cionaria". pero no el resultado”. Dependen de la
clase y sus propias organizaciones in­
clinar la balanza a su favor.

55
C la se o b r e r a y m a r x is m o

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