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Por ello, cualquier proceso de mediación familiar debe respetar nueve principios básicos
para llegar a buen término.
1. Voluntad.
Las dos personas que formaban la pareja desean resolver de forma constructiva la
situación de conflicto que están viviendo y quieren llegar a soluciones que den respuesta
a sus necesidades.
2. Voluntariedad.
Conlleva la capacidad de decisión que los participantes en una mediación tienen con
respecto a iniciar, seguir o abandonar un proceso de mediación en el momento que lo
deseen sin que ello les suponga ningún perjuicio.
3. Confidencialidad.
El contenido de las sesiones de mediación siempre está bajo secreto profesional, salvo
en situaciones de violencia en que los mediadores deberán comunicarlo a las
autoridades, tal y como regula la legislación española vigente. Esto garantiza que las
personas puedan expresarse con total libertad, lo que servirá para construir una relación
de confianza hacia el mediador o mediadora. Los contenidos no podrán ser divulgados
excepto en los casos en que esto constituya un ilícito penal.
4. Flexibilidad.
El procedimiento de la mediación debe adaptarse a las necesidades de las personas
mediadas.
5. Neutralidad.
La persona que media en el proceso debe mantener una postura y una mentalidad
neutras, sin ceder a sus propias inclinaciones o preferencias, y respetando las
preferencias de las personas sujetas a la mediación.
6. Imparcialidad.
El mediador o la mediadora debe actuar libre de favoritismos y prejuicios, tratando a las
personas mediadas con objetividad y sin hacer diferencias que puedan perjudicarles o
desequilibrar el proceso. Es fundamental recordar que son las partes las que deben llegar
a acuerdos entre ellas, el mediador solo se encargará de facilitar que encuentren las
soluciones o los posibles pactos.
7. Inmediatez.
Por su carácter preventivo y de tratamiento de crisis en el menor tiempo posible, el
servicio de mediación familiar debe prestarse con la mayor celeridad posible,
simplificando los trámites y procedimientos.
9. Buena fe y transparencia.
Durante todo el proceso de mediación debe prevalecer la transparencia y la buena fe por
parte de todas las personas que participan.
Ciclo de Carnot