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ESCUELA PRIMARIA JESUS N.

MERINO

Nombre del alumno (a):


Johary Cortes Berzunza

Grado: 5° año

Grupo: B

Materia: ciencias

Nombre de la Maestra:
María del Roció Olmos Tobar

Investigación:
Situaciones de riesgo en la adolescencia: consumo de
sustancias nocivas
Situaciones de riesgo en la adolescencia: consumo de sustancias
nocivas

Hoy en día el consumo de drogas, por su incidencia y las graves consecuencias que
estas sustancias acarrean para la salud está considerado como un problema social. Los
adolescentes son uno de los grupos más vulnerables al consumo de estupefacientes.
La oficina de las naciones unidas contra las drogas (Unodc) y el delito destaco la
importancia de conocer y entender porque este sector, es más propenso al consumo.

Entre los factores que elevan el riesgo de consumo de drogas se encuentran la fácil
accesibilidad a muchas sustancias como alcohol y tabaco, existe suficiente información
epidemiológica para sostener que los adolescentes son los más vulnerables al consumo
de sustancias legales e ilegales y drogas médicas.

¿Cuáles son las drogas más consumidas, por menores y adolescentes? De las
sustancias legales, las más consumidas son el alcohol y el tabaco y las ilegales como el
éxtasis o también la cocaína.
¿Cómo afecta el consumo de drogas a la salud mental de los adolescentes? El consumo
de drogas en la adolescencia es el origen de muchos problemas de salud mental. Los
efectos de este tipo de conductas se traducen muy a menudo en trastornos de estado de
ánimo, ansiedad, problemas de aprendizaje y conducta.
Cuando hablamos de consumo de drogas es común visualizar la más duras, sin embargo,
no podemos perder de vista que tanto el alcohol como el tabaco son sustancias nocivas
y adictivas con las que los adolescentes de 12 y 13 años suelen iniciarse. Así mismo,
también es importante tener en cuenta la más extrañas como puede ser inhalar
pegamento; un consumo más accesible y que está causando ya estragos en los países
más pobres.
Hay algo muy evidente que nos muestran estudios como el llevado a cabo en la
universidad de Nlaryland; el consumo temprano de drogas (se la que sea) tienen un
impacto directo a nivel cerebral no olvidemos que estamos entre un cerebro aun inmaduro
y en desarrollo. Algo así aumenta de formas exponencial el riesgo de sufrir algún trastorno
psicológico.
En la adolescencia su significado en latín es “crecer” crecer adolescentemente debe
distinguirse de la pubertad, que se refiere, al crecimiento físico de maduración y que se
encuentra muy ligado a los cambios hormonales, que provocan la aparición de los
caracteres sexuales secundarios y de otras transformaciones semánticas corporales.
La adolescencia, como periodo del desarrollo del ser humano en el cual él sujeto alcanza
la madurez biológica y sexual; y se busca alcanzar la madurez emocional y social a su
vez la persona asume responsabilidades en la sociedad y conductas propias del grupo
que le rodea , conlleva integrar experiencias del pasado, adaptarse al presente, y tener
una visión sobre el futuro, proceso que resulta complicado para el individuo ya que lo
anterior se presenta en conjunto con los cambios físicos presentando constantes
fluctuaciones en el estado de ánimo, debido en parte, a la personalidad desarrollada por
medio del ambiente familiar y cultural del adolescente
Por lo cual es necesario para el adolescente lograr una serie de objetivos imprescindibles
en el logro de su identidad, para quedar inserto en la sociedad adulta con una sensación
de bienestar, eficacia personal y madurez en todos los procesos de su vida, sin embargo,
no existe un acuerdo general en cuanto al orden de adquisición de dichos objetivos, lo
anterior debido a las diferencia entre individuos; el lograr estos objetivos prepara el
terreno para que el individuo adquiera las habilidades de afrontamiento necesarias para
funcionar en el entorno social que le rodea.

El adolescente debe convencer no solo a sus padres sino también a una parte de sí
mismo de que no tiene necesidad de ellos, de que él mismo y sus padres son diferentes.
Por lo tanto el adolescente que cree percibir que no es aceptado, valorado o amado por
su familia, llega a sentirse con baja autoestima y auto concepto, generando una
proclividad gradual a diversos tipos de riesgo.
Todo este contexto tiene un cierto impacto en el adolescente, quien viene atravesando
un particular periodo de desarrollo para consolidar las bases de su salud mental y física
y alcanzar la estabilidad del adulto. No hay que perder de vista que la adolescencia
constituye la última oportunidad de la persona para establecer la estructura de su
personalidad.

Los adolescentes se sienten cómodos entre sus compañeros, quienes atraviesan los
mismos cambios físicos y psicológicos que ellos. Es de mucha ayuda tener amigos que
estén viviendo las mismas experiencias y que pueden disminuir las ansiedades de los
momentos difíciles. Cuando cuestionan las ideas o normas de los adultos, recurren a
ellos para pedirles consejo, y cuando se plantean ideas o valores nuevos, pueden
hablarles abiertamente sin temor a ser ridiculizados por los adultos o sentirse fuera de
lugar.

El grupo de compañeros también es un lugar donde establecer relaciones cercanas, que


sirven como base para la intimidad en la edad adulta. Además, los amigos proveen
diversión y emoción a los adolescentes con su compañía y recreación. La amistad es
más intensa en la adolescencia que en cualquier otra época de la vida.
Los varones, tanto adolescentes como adultos, suelen tener un mayor número de amigos
que las mujeres, pero las amistades entre ellos rara vez son tan cercanas como las
femeninas. Entre las mujeres, un aspecto fundamental de la amistad consiste en
brindarse apoyo emocional y compartir experiencias.

Los adolescentes tienden a escoger amigos con rasgos muy similares a los suyos, de
manera que la influencia que ejerce el uno en el otro los hace más parecidos. En la
adolescencia, esta similitud entre amigos es más importante que en cualquier otra época
de la vida, tal vez porque los adolescentes luchan para diferenciarse de sus padres y les
resulta necesario contar con el apoyo de personas que se parezcan a ellos. Por este
motivo tienden también a imitar los comportamientos de sus compañeros y recibir su
influencia.

Los amigos influyen en la forma de vestir, actividades sociales, comportamiento sexual y


consumo o rechazo de drogas. La amistad puede ayudar en ese proceso de
descubrimiento sobre una misma esencia para el desarrollo de nuestra identidad
personal. Sin embargo la dependencia puede desvirtuar esas relaciones en una amistad
las opiniones deben de ser respetadas.
Pero muchas veces preferimos callar y solo seguir la corriente por no estar solos y no
perder la amistad. Identificarse con los amigos es bueno para la construcción de nuestra
identidad. No obstante, una identificación excesiva con los amigos siendo como ellos o
imitándoles en forma constante dificulta la identidad propia como personas.
El adolescente ensaya modos de vida alternativos que otro problema que enfrenta el
adolescente es el estrés generado por sucesos familiares como la separación o el divorcio
de los padres, la formación de parejas nuevas o el fallecimiento de uno de ellos,
enfermedad, y otros.
Finalmente, hay ciertas características de la personalidad y el comportamiento de los
adolescentes que pueden servir de indicadores cuando están involucrados en el abuso o
dependencia a sustancias, como son los factores ambientales que influyen en el
desarrollo de la habituación, como el rendimiento y abandono de los estudios, apatía,
déficit motivacional, alejamiento de la familia, actitud pro consumo, cambios en el
carácter, pocas actividades extraescolares y la débil comunicación con los padres,
porque los adolescentes consumidores son más proclives a experimentar altas tasas de
ansiedad y depresión, frente a los que no consumen sustancias.

Es por ello que el adolescente experimenta como el niño pequeño cuando se disfrazaba
de “papa o mama” y explora su convivencia social entre ellos el mantener una copa con
la mano o llevarse a la boca un cigarro; donde esa exploración ya se ha convertido en
adicción, donde este cambio experimenta sensaciones emocionales y son para el
adolescente un salvavidas; para afrontar sus problemas, una fuente de escape el conocer
las drogas el cigarro y el alcohol.
las drogas corresponde a un afán de huir de la realidad que lleva el adicto, para ellos es
un alivio momentáneo, ya que en esos instantes de “descanso” se olvidan de sus
problemas personales, familiares o sociales, los cuales son factores importantes que
llevan a los jóvenes a consumir drogas.
En ocasiones el adolescente no cuenta con toda la información disponible referida a la
sustancia y sus efectos, por lo que la percepción del riesgo que entraña su uso puede
verse alterada en gran medida; en lo toman decisiones en función de las consecuencias
positivas que van a obtener y evitan las consecuencias negativas. Si perciben que algo
les va a acarrear dichas consecuencias negativas no lo harán.
Por ello, la concepción que se tiene sobre las distintas drogas, que depende tanto del
uso, como de las creencias y de la propia construcción social sobre la sustancia, influye
en su consumo.

El nivel de riesgo percibido es específico a la frecuencia de uso, de tal forma que los
adolescentes perciben menor riesgo para la salud en el consumo de drogas legales que
en el de ilegales y el uso continuado de drogas como más perjudicial que el uso
esporádico de sustancias. Por ello es de gran relevancia proporcionar información
correcta y tener siempre presente que el objetivo de una persona es tener las suficientes
habilidades para enfrentarse adecuadamente al mundo circundante y tener una buena
adaptación en el mismo.
En los factores sociales encontramos la venta legal de drogas sin fórmula médica como
tranquilizante, somnífera, hipnótica, entre muchos otras, asimismo el amplio tráfico y
distribución de drogas ilegales como la marihuana, el éxtasis, la cocaína, etc.

En los factores de tipo familiar encontramos a los hijos de padres fumadores, bebedores
o toxico dependientes son más propensos a consumir drogas que los hijos de padres que
no lo son. Luego encontramos la desatención de los hijos por parte de los padres, las
familias divididas o destruidas, las continuas peleas de los cónyuges frente a los hijos, la
falta de comunicación entre hijos y padres, todos éstos son factores que contribuyen a
crear un clima de riesgo, donde la droga puede convertirse fácilmente en una salida fácil.

"La drogadicción es fruto de una sociedad que perdió el sentido de la vida" El consumo
del alcohol y drogas afecta a las personas, a las familias, a la sociedad. Cuando se habla
de “la droga” como causa de muchos de los males sociales se está concibiendo a una
sustancia, es decir, a una “cosa” como protagonista de un proceso, sin advertir que el
consumo de drogas es una consecuencia de una serie de influencias que llevan a que
las personas incurran en esa práctica. Por otra parte, hablar de la droga en singular lleva
a no tener en cuenta las diferencias entre los tipos de sustancias y sus efectos, así como
a ocultar la importancia del consumo de las drogas cuyo uso está legalizado,
especialmente el alcohol.
Se asocia el consumo de drogas a los jóvenes se limita el análisis del tema a la adopción
de conductas por parte de un determinado grupo etario, ocultándose las raíces sociales
que están influyendo para que ese grupo adopte tales conductas. Se niega así la
responsabilidad de los adultos en la construcción del mundo que se les ofrece a los
jóvenes, parte de los cuales pueden no encontrar cabida en él y, asimismo, se ocultan
los consumos de drogas que llevan a cabo los adultos.
Es importante el núcleo familiar donde se encuentra un adolescente de ello depende la
disciplina y la libertad necesaria que le das a los hijos en donde ellos aprendan a
diferenciar lo que es bueno y lo que es malo. Como decía Françoise Dolto, muchas veces
la angustia y la tensión de los padres puede ser aliviada con unas palabras que les
"despierten", para que puedan mejorar la relación con sus hijos y se comuniquen mejor
con ellos en un espacio de respeto mutuo. La obra de Françoise Dolto nos recuerda que
"educar es suscitar la inteligencia, las fuerzas creativas de un niño o una niña dentro de
sus propios límites para que se sienta libre de pensar, sentir y juzgar de manera
independiente y con amor".
La crianza es un proceso dinámico y complejo que incluye, por un lado, la obligación de
los padres de cubrir las necesidades básicas del niño, tanto físicas como afectivas y
psicosociales, y por otro, facilitarle pautas de aprendizaje y ciertas condiciones de
estímulo que favorezcan un desarrollo biopsicosocial saludable. Desde la perspectiva
ecológica se sostiene que el comportamiento parental está determinado por varios
factores, como los individuales (características de la personalidad de los padres o de los
hijos), evolutivos, familiares, sociales y contextuales.

La madurez de la familia posibilita lo que denominamos desarrollo psico-social,


entendiendo por tal el proceso de diferenciación progresiva del sistema nervioso central
que permite la adquisición del lenguaje, y de capacidades cognoscitivas y sociales que
facultan al sujeto para vivir con normalidad en el seno de la familia y de la sociedad. Tras
esa fase, el adolescente se convertirá en adulto, libre y útil a sí mismo y a los demás.

La familia clásica de corte tradicional, judeocristiano, en la que convivían abuelos, hijos y


nietos, ha dado pasó a otras, parejas de hecho (mixtas u homosexuales), parejas de
derecho, familia nuclear (mono o biparental), familia polinuclear, familia sin abuelos,
familias agregadas, temporales o reconstituidas. La familia convencional mononuclear
biparental supone ya, en muchos países, el 50% del total.

En las definiciones actuales no se consideran los aspectos jurídicos, religiosos o


sociológicos, respetando otros conceptos, ya que se entiende por familia al Grupo de
personas que viven en el mismo hogar, que se cuidan mutuamente y dan orientación y
guía a sus miembros dependientes. Estas nuevas familias están luchando para conseguir
la equiparación y el reconocimiento social.
Es evidente que en ocasiones, la dispersión familiar y la separación de los padres afectan
a los adolescentes, ya que se impide que reciban los factores protectores adecuados,
bien porque se actúa con sobreprotección para congraciarse con los hijos de la nueva
pareja, o se produce el rechazo o hay situaciones ambivalentes que estallan
posteriormente en alteraciones de conducta y comportamiento.

La importancia de la comunicación paterno-filial en el tema de las conductas adictivas la


familia debe buscar momentos de comunicación en los que exista un adecuado
intercambio que sirva para orientar y encauzar al adolescente en la búsqueda de su
identidad, al mismo tiempo que se le permita sentirse querido y apoyado. Cuando esto
está ausente y se da incomunicación entre padres e hijos, pueden existir consecuencias
negativas para el adolescente.
El conjunto de estos factores desencadenaría algunos comportamientos y actitudes
concretos que marcan un estilo educativo propio, el abuso de drogas en adolescentes y
jóvenes y vulnerabilidad familiar Los modelos de crianza entendidos como la forma de
inculcar disciplina, hábitos o valores, no se desarrollan de forma unilateral en los padres,
sino que se dan en un marco de relaciones, donde los padres reciben mensajes verbales
y no verbales de sus hijos y con ello modulan sus estilos de crianza. Padres e hijos
reciben la retroalimentación bidireccional que irá configurando su estilo educativo.

Las características personales de los padres y de los hijos (saludables o con patologías)
influirán sobre los propios modelos de crianza que se desarrollen en el entorno familiar

El abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad familiar En cuanto al


temperamento; los niños se pueden diferenciar en niños fáciles o estables, y difíciles. Los
niños fáciles son aquellos que poseen humor positivo, se adaptan con facilidad a los
cambios, mantienen reacciones de baja intensidad ante estímulos nuevos y están
preparados para este tipo de estímulos.
Por otro lado, los ambientes concretos en que se desarrolla el niño pueden aumentar,
mantener o reducir la probabilidad y frecuencia de estas patologías. En ese sentido, las
variables ambientales pueden considerarse como de riesgo si aumentan la probabilidad
de aparición de trastornos, o de protección si disminuyen o amortiguan el impacto de los
acontecimientos de riesgo.
Al igual la escuela reúne a los niños y pre-adolescentes y jóvenes, lo que posibilita la
ejecución de intervenciones controladas y permanentes en el tiempo. Figuran los propios
maestros quienes pueden ser sujetos de estudio, además de actores principales en las
actividades preventivas.
En la escuela es posible detectar a tiempo los problemas personales, familiares y sociales
relacionados con el consumo de drogas. La escuela puede realizar acciones educativas
en torno a las drogas, tanto como parte de los programas de estudio como en forma
extracurricular.
El sistema educativo puede establecer fácilmente canales y espacios de colaboración
con los programas de otros sectores, en especial con el de la salud y el de procuración
de justicia. Es importante, en todo caso, que la institución escolar sienta la necesidad de
replantear sus acciones permanentemente, sin perder el deseo de caminar hacia las
buenas prácticas de inclusión social y laboral. Deseo que compartimos en este trabajo,
esperando que nuestras reflexiones y propuestas contribuyan a desarrollar buenas
prácticas sobre la transición del sistema educativo al empleo.

Los adolescentes viven ligados, inexorablemente, a etapas de transición (académica,


laboral, biológica), los sentimientos que la acompañan son de temor ante la posibilidad
de no estar preparados para afrontar con solvencia estos cambios, de desosiego ante lo
desconocido. De ahí que la transición a la vida activa adquiera especial relevancia en la
adolescencia. La calidad de las capacidades desarrolladas por el sistema educativo,
preferentemente, y la formación adquirida a lo largo de la vida marcarán el rumbo de la
proyección vital de los/las jóvenes, bien sea como empresarios o como trabajadores,
consiguiendo así una vida cotidiana digna, justa y equitativa.
Los principales elementos relacionados con la escuela que han sido identificados como
factores de riesgo y protección son: Experiencias escolares negativas: Algunos
elementos escolares, como son un bajo rendimiento escolar, un mayor absentismo, una
menor implicación y satisfacción en relación al medio y actitudes negativas hacia el
profesorado y la vida académica, suelen encontrarse asociados al consumo de drogas y
otras conductas desviadas como la delincuencia
El fracaso escolar y auto concepto académico: El fracaso escolar de forma específica,
incluyendo en éste la insatisfacción escolar y el absentismo injusticia cado, ha sido
identificado como un predictor claro del abuso de drogas en la adolescencia y otras
edades.
Es importante la prohibición de consumo de drogas en el medio escolar (tabaco y alcohol
fundamentalmente), tanto entre los profesores y adultos, por su papel como modelos de
conducta, como entre los alumnos, ya que ello contribuye a reducir el número de ofertas
y la presión hacia el consumo.
El sistema educativo debe ayudar a los alumnos y alumnas a despejar dudas y
prepararles adecuadamente para que afronten su transición a la vida adulta y activa en
condiciones óptimas, resolviendo positivamente sus procesos personales de transición.
Esta función orientadora, debe incidir en la potenciación de la igualdad de oportunidades
para los/las adolescentes, abriendo nuevas perspectivas de desarrollo profesional que
superen los roles sexistas aún existentes en nuestra sociedad y tomando como base el
respeto por las necesidades personales.
Vivimos en una sociedad tecnológica, industrial, en la era informática y de la
comunicación en la que priman el interés mercantil y la escasa transmisión de valores
éticos, morales y humanísticos. Teniendo en cuenta que en la adolescencia son
características la rebeldía y la escasa percepción del riesgo, la familia se enfrenta a serias
preocupaciones ante la conducta de algunos adolescentes que hacen un uso inadecuado
de su tiempo libre o caen en conductas de riesgo respecto a sustancias tóxicas,
accidentes o aspectos de la sexualidad.
La relación entre los jóvenes es fundamental para la socialización y desarrollo normal,
aunque se ha modificado por el uso de las nuevas tecnologías, apreciándose además
cierto aumento de la violencia.

La familia es la entidad idónea para transmitir factores protectores en colaboración con


los docentes y deberá ejercer una autoridad afectiva, compartida y responsable; los
adolescentes necesitan ayuda para crecer sanos, estar interesados en el bienestar
común y ser responsables.
Las familias constituyen el espacio promovedor por excelencia para que adolescentes
logren su desarrollo. Se consideran elementos para su desarrollo al apoyo,
fortalecimiento, límites y expectativas y uso constructivo del tiempo en la dimensión
externa y compromiso con el aprendizaje y valores positivos en la dimensión interna. Los
padres forman, por acción y por ejemplo, las vidas de sus hijos desde el nacimiento hasta
la adultez.
Los adolescentes deben adaptarse a un cuerpo que duplica su tamaño y adquiere
características sexuales; aprender a manejar los cambios biológicos y los sentimientos
sexuales que los acompañan y a practicar conductas sexuales saludables.

Establecer una identidad sexual y desarrollar habilidades para las relaciones románticas,
desarrollar y aplicar habilidades del pensamiento abstratcto: Los adolescentes suelen
atravesar cambios profundos en su forma de pensar durante este periodo lo que les
permite: Comprender y coordinar ideas abstractas más efectivamente; pensar en distintas
posibilidades; ensayar hipótesis, pensar en el futuro y pensar sobre el pensamiento y
construir filosofías.

Los adolescentes típicamente desarrollan un entendimiento más complejo del


comportamiento moral y los principios subyacentes de justicia y afecto, cuestionando
creencias de la infancia y adoptando valores, visiones religiosas y sistemas de creencias
personalmente más significativos para guiar sus decisiones y comportamientos.
Los cuales adoptan los papeles que se esperará de ellos durante la adultez, aprendiendo
a adquirir las habilidades y manejar las múltiples demandas que les permitirán moverse
en el mercado laboral y satisfacer las expectativas en cuanto a su compromiso con la
familia, la comunidad y la ciudadanía.
Renegociar las relaciones con los adultos que ejercen el rol de padres: Si bien algunas
veces la tarea de los adolescentes ha sido descrita como “separarse” de los padres y
otros cuidadores, se la considera ahora más como una tarea conjunta de adultos y
adolescentes para negociar un cambio que establezca un equilibrio entre la autonomía y
una conexión continua, enfatizando una u otra según los antecedentes étnicos de cada
familia. El cumplimiento de estas tareas les permitirá insertarse en el mundo adulto para
contribuir plenamente a su desarrollo individual, familiar y de su comunidad. La
participación de los padres en este cumplimiento es indispensable.
La tarea más importante de la adolescencia, es aprender a ser tú mismo y crear tu propia
identidad. Durante los años de la adolescencia, tendrás que aprender a asumir decisiones
propias, nuevos compromisos y en definitiva, ganar experiencia y con ella, más
independencia. La adolescencia te permite unos años de aprendizaje bajo la protección
de tu familia que te ayudará a afrontar ser mayor de edad con seguridad, confianza y
solidez.

Es el periodo crucial del ciclo vital en que los individuos toman una nueva dirección de su
desarrollo, alcanzan su madurez sexual, se apoyan en los recursos psicológicos y
sociales que obtuvieron en su crecimiento previo, recuperando para sí las funciones que
les permitan elaborar su identidad y plantearse un proyecto de vida propio, y así los
conocimientos y habilidades que adquieras, se traduzcan en conductas positivas que te
permitan pensar, sentir y disfrutar una vida saludable y libre de riesgos. Es importante
que conozcas que la salud mental significa un estado de completo bienestar con
interacción y equilibrio entre todos los aspectos de la vida social, física, espiritual y
emocional.
Es importante resaltar que los y las jóvenes han sido socializados en el consumo como
modo de satisfacción de sus deseos y necesidades. El consumismo se refiere tanto a la
acumulación o compra de bienes o servicios considerados no esenciales, como al
sistema político y económico que promueve la adquisición de riqueza como signo de
status y prestigio, riqueza que es asimilada con la satisfacción personal. En esta edad y
este contexto, los usos de drogas no son banales ni gratuitos, tienen razón y sentido,
suelen ser potentes generadores de identidad grupal al igual como lo es la música, el
vestuario y todos los símbolos que distinguen un "estilo de vida" que se escurre en los
"tiempos libres" de los intersticios que dejan los espacios institucionales
homogeneizadores. Los estilos de vida tienen cinco componentes básicos: los ejes en
torno a los que gira la vida diaria, las relaciones, las imágenes-disfraces, los gestos y
lenguajes, las culturas de referencias.

El consumo de drogas en la adolescencia, el estilo de vida viene a ser la llave maestra:


todas esas conductas que a nuestros ojos de viejos se nos hacen incomprensibles,
encuentran su luz en un sentido de identidad colectiva juvenil. Este período de fuerte
identificación con el grupo es un momento necesario para la construcción de la identidad
individual, es humano que así sea. Si los adultos de hoy adolescentes de ayer,
hubiéramos aprendido a pensar, como se lo exigimos a ellos hoy, tendríamos que estar
expresando respeto por esas pequeñas, escasas e intrascendentes manifestaciones de
autodeterminación, pero en cambio política y socialmente hemos dispuesto un control
milimétrico sobre sus pasos, los adolescentes se nos hacen "sospechosos", menos mal
que ellos, que son pura vida, se nos escapan.
Hay que saber que los adolescentes que más lo necesitan, generalmente, no acuden a
los centros de tratamiento y si ello sucede es probable que no lo hagan de mutuo propio
sino que son llevados, obligados, por lo que es esperable que se queden poco tiempo.

Si el adolescente, obligado o no, solicitara ayuda en un dispositivo de tratamiento para


dejar las drogas debe recibir el tratamiento que mejor se ajuste a sus demandas,
necesidades y posibilidades de intervención en ese momento. Por lo tanto, la asignación
terapéutica al mejor modelo de intervención ha de responder a criterios técnicos y
científicos y debe huirse de acciones voluntaristas o guiadas por principios ideológicos.

Ayudar a los adolescentes a reafirmar su identidad y por otro lado, suelen ser poco
receptivos a determinados mensajes de salud que les advierten del peligro de las drogas,
ya que se sienten envueltos en una coraza personal que les protege mágicamente de
todos los peligros. Se sienten en un período pletórico de salud, de vitalidad, y por tanto,
las advertencias sobre los efectos de las drogas sobre su salud, en numerosos casos, no
se tienen en consideración.

Si además de todo esto, los adolescentes han tenido experiencias positivas previas con
el consumo de drogas, tal experiencia pondrá en entredicho los mensajes “atemorizantes”
que recibieron y su sentimiento de invulnerabilidad se verá aún más reforzado; “yo
controlo”.

El objetivo es tener un conocimiento de las drogas y de sus riesgos y determinar en qué


aspectos de su desarrollo madurativo el menor presenta ambigüedades derivadas de su
período evolutivo. El tipo de Intervención dirigido a este grupo son los Programas de
Prevención Selectiva y que en algunos casos particulares requieren una atención más
personalizada, solo cuando los padres o el propio chico/a lo demanden, y además el
menor esté conforme con la intervención.

En algunos casos, se detecta una severa desestructuración personal, familiar o social,


en algunas ocasiones estos factores de riesgo son previos o corren parejos con el
incremento en el consumo de drogas. Otras veces, son consecuencias derivadas del
consumo de las sustancias.
En cualquier caso, se trata de fenómenos que aparecen imbricados en el transcurrir vital
de algunos menores y que vienen así a iniciar un proceso de destrucción en el que juega
un papel importante los usos de drogas, ayudar a los adolescentes en sus emociones ya
que es una etapa en la cual pasa por diferentes emociones, como padre ayudarlo a
encontrar su identidad, sus gustos y estar alertas a su grupos de amigos donde se
encuentra, el papel de los padres no es fácil es una etapa en la cual como padres ya
pasamos y sabemos los cambios que pasamos en la adolescencia, la función de nosotros
es guiar a nuestros hijos o encaminarlos, para que no se desvíen por el camino de la
destrucción “las drogas”.
La comunicación en casa es fundamental para saber que piensan nuestros hijos que
necesitan, lo fundamental es darles amor, que se sientan protegidos amados, sentirnos
orgullosos de ellos darle confianza, de eso depende; de nosotros forjar ciudadanos con
ideales.
Si en la familia hay unión habrá adolescentes queridos y amados, de eso depende que
no encuentren amigos o inclinaciones hacia las drogas, la escuela representa un papel
fundamental para entender a los adolescentes del maestro depende entender a sus
alumnos tanto en conocimientos como sus emociones.
adolescentes

Situaciones de
riesgo en la
adolescencia:
consumo de
sustancias sustancias nocivas
nocivas
Muerte
Bibliografía

La educación en el núcleo familiarPreguntas, inseguridades y límites


Françoise Dolto Editorial: Ediciones Paidós.

Temática: Para padres | Educación | General educación Colección: Guías para


Padres Número de páginas: 192.

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