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EJERCICIO DE SANACIÓN: LIBERAR APEGOS Y DOLORES

EMOCIONALES

Toma unos minutos para estar a solas contigo mismo.


Con tres respiraciones profundas, empieza a relajarte y a adentrarte en tu
interior. Puedes cerrar los ojos si lo deseas.
Ahora, recuerda una situación concreta o una persona que te haya generado
una emoción negativa o dolor. También pueden ser varias emociones
negativas, como por ejemplo, el enojo, la rabia, la ira, el rencor, el
resentimiento, el odio, la cólera, el miedo, la tristeza, etc.

A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién siente esta emoción?".


Permanece unos instantes en silencio, auto-indagando en quién es el que
siente la emoción.
Tu respuesta es "yo". Pero, ¿quién es este "yo"?.
Contempla eso. Contempla quién es este "yo" que siente esa emoción negativa
o ese dolor.

Ahora, hazte la pregunta: "¿Soy consciente de esto?".


Permanece unos instantes más en silencio, auto-indagando en si eres
consciente de este "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es "sí, soy consciente".
Si no fueras consciente, no te darías cuenta de nada de esto, estarías
totalmente ausente. Por tanto, hay alguien ahí que es consciente en todo
momento.

A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién es el que es consciente?" o “¿qué


es eso que es consciente todo el tiempo?”
Toma unos momentos para estar en silencio, para auto-indagar en quién es
consciente del "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es: "Yo soy consciente".
Entonces, hay dos yoes; el "yo" que siente la emoción y el "Yo" que es
consciente del "yo" que siente la emoción.
Por tanto, ¿cuál de los dos yoes eres tú?
Contempla eso.

Estás cambiando el modo de ver las cosas. Estás cambiando tu foco de


atención y te estás dando cuenta de que tú eres dos yoes, pero uno de ellos es
real y el otro es ficticio, ¿cuál de ellos es el real y cuál es el ficticio?

El "yo" que siente la emoción, es tu persona, tu identidad. Es tu identificación


con el cuerpo-mente y tu historia. Este “yo” ha experimentado una situación
concreta y de ahí ha surgido una emoción. Este “yo” es el ego o también
llamado "yo separado".
Este “yo” no es real, es tan solo una creencia mental que se identifica con
este cuerpo-mente, dando lugar a un personaje ficticio basado en conceptos y
condicionamientos mentales, y patrones establecidos. Todo esto forma parte
de la historia, de la película, por tanto es ficticio.

Por otro lado, el "Yo" que está más allá de la historia, y que está todo el
tiempo observando todo lo que sucede, es un "Yo" que no puede ser
nombrado, no puede ser descrito, porque no tiene nombre ni forma. Está más
allá de lo que acontece, percibiendo, observando y siendo consciente.
Siempre permanece como Presencia Consciente, como observador.
Este "Yo" es tu verdadera naturaleza. Eres Tú. Es la Conciencia Pura no
manifestada que está más allá de las formas manifestadas.

Ahora puedes ver claramente que no eres el personaje que está implicado en
la historia. Puedes ver que esa emoción que sientes no es tuya, simplemente
ha surgido debido a que estabas identificado con el “yo”, y cuando ha surgido
un pensamiento, te has apegado a él. Este apegarse al pensamiento ha
generado una emoción en tu cuerpo, la cual te ha hecho sentir mal, te ha
hecho sentir dolor.
Así pues, cada vez que te identificas con este “yo” que crees que eres, cada
vez que te identificas con tu cuerpo-mente y tu historia, estás generando
dolor y sufrimiento. El apego al “yo” es la causa de todo el dolor emocional.

¿Puedes darte cuenta de que tú no eres el “yo”?


Contempla eso.
Tú eres eso que está más allá de esta película del “yo” y su historia. Eres eso
que siempre observa, eso que siempre está consciente.

Pongamos un ejemplo: Imagina la pantalla de un cine, y en la pantalla


aparecen unas imágenes; un bosque que se está quemando. Los árboles se
queman, pero ¿se quema la pantalla?
La pantalla no se quema, pues no forma parte de la película.
La película es una proyección, por tanto, es una ilusión.
La pantalla, en cambio, es el espacio en el cual sucede la historia. Y nunca es
afectada por la historia. Los árboles que aparecen en la pantalla sí se
queman, porque forman parte de la película; pero la pantalla no se quema, ya
que está más allá de la película.
La pantalla se mantiene siempre intacta. La película no puede dañarla, no
puede herirla.
Tú, Presencia Consciente, eres la pantalla, en la cual sucede una historia.
Mientras no estés identificado con un “yo”, no puedes ser afectado por lo que
sucede en esa historia; no puedes ser tocado, ni herido. Por tanto, no puedes
sentir dolor ni sufrimiento. Únicamente siente dolor y sufrimiento el
personaje que está involucrado en la historia; el “yo”, el ego. Es importante
trascender este “yo” y vivir desde nuestra verdadera esencia.
Mientras nos identifiquemos con un personaje que vive una historia,
sentiremos dolor y sufriremos, pero si cambiamos nuestro punto de vista y
enfocamos nuestra atención a Eso que está más allá y que siempre es
consciente de todo lo que acontece, y reposamos como Consciencia Yo Soy,
entonces nada ni nadie podrá afectarnos ni alterarnos, no habrá sufrimiento,
solo paz.

Ahora que puedes ver claramente que Tú eres Presencia Consciente, observa
esa emoción que siente este "yo" que creías ser. Únicamente observa
intensamente esa emoción. Al observarla siendo Presencia Consciente, verás
que la emoción desaparece. Se disuelve en la nada. Se transmuta en luz.
Tú tienes el poder de poder transmutar toda negatividad y dolor en luz. Solo
con la luz de tu Presencia Consciente, cualquier forma de negatividad, se
disolverá.
Ésta es la sanación más elevada. Y tú puedes acceder a ella siempre que
quieras.

https://www.youtube.com/watch?v=Sse_EBHjVJE
MEDITACIÓN GUIADA PARA LOGRAR EL ESTADO DE
ILUMINACIÓN

Ésta es una práctica de meditación para lograr estados superiores de


consciencia, elevarte por encima del pensamiento, aprender a permanecer en
tu centro y comprender tu naturaleza esencial, la iluminación.

La iluminación no es nada más que el estado natural de tu verdadera esencia,


tu Ser interno; libre de ego (identificación con tus pensamientos). Es la paz de
espíritu, el equilibrio interno, el estado de gracia y felicidad que todos
tenemos cuando permanecemos en el núcleo de nuestro ser interno y dejamos
de perdernos en nuestros pensamientos.

Para empezar la meditación, primero debemos sentarnos en una posición


cómoda; puedes sentarte en posición de loto, o medio loto, o en una silla.
La posición no es lo más importante de esta práctica, lo más importante es
poner tu atención en tu Ser interno, es decir, tu presencia, estar siendo. O
dicho en otras palabras, el permanecer en el aquí y ahora, el momento
presente.
También es importante poner atención a observar tus pensamientos;
simplemente observarlos, sin identificarte con ellos.
La posición de las manos: puedes hacer el mudra de la armonía, o el mudra de
la sabiduría, o el mudra del vacío.
Así pues, empezamos!

Una vez sentados y las manos en posición, cerramos los ojos. Hacemos tres
respiraciones profundas: cogemos aire por la nariz, inspiramos profundamente
y lo dejamos ir por la boca, exhalamos profundamente, sacando todo el aire
al exterior.
Volvemos a inspirar profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente
por la boca.
Última respiración, inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos por
la boca.
Una vez hemos hecho las tres respiraciones profundas, ahora respiramos de
manera natural: cogemos aire por la nariz y exhalamos también por la nariz.
Ponemos especial atención a la respiración: inspiro por la nariz y expiro por la
nariz… inspiro y expiro… inspiro y expiro…

Ponemos una breve atención a nuestro cuerpo; notaremos que está rígido…
relajamos… soltamos… dejamos ir…

Ahora ponemos nuestra atención en los pensamientos. Los observamos, sin


identificarnos con ellos. Simplemente los dejamos pasar; ellos vienen y se
van. No nos aferramos a ningún pensamiento, nos mantenemos en nuestro
centro, con una plena atención a nuestro ser interno.
Viene un pensamiento… lo observo… es como una nube en el cielo… pasa de
largo… y se disuelve… desaparece…
Viene otro pensamiento… lo observo… no me aferro a él, no me engancho a
él, simplemente lo veo pasar…
Hay un espacio, una distancia entre el pensamiento y yo… El pensamiento
pasa de largo… y se disuelve… desaparece…
Así permanecemos durante un largo período de tiempo; observamos nuestros
pensamientos, vemos como vienen y pasan de largo… nos mantenemos
presentes en nuestro centro, en el núcleo de nuestro ser interno.

Observaremos que cada vez aparecen menos pensamientos… Seguimos en


nuestro centro, poniendo especial atención a nuestro ser interno…
Poco a poco notaremos más espacio… más paz… como una especie de
apertura…
Al tener toda nuestra atención en nuestra propia Presencia, no sentiremos
nuestro cuerpo… Estamos elevando nuestra consciencia, y, por tanto,
trascendemos nuestro cuerpo y trascendemos la mente, de esta manera,
alcanzamos estados superiores de consciencia.

Seguimos poniendo toda nuestra atención a nuestro ser interno… Somos


presencia… Estamos totalmente en nuestro centro, en el núcleo mismo de
nuestro ser…. Somos espacio infinito… una totalidad… una unidad… Somos uno
con Todo…
Permanecemos así durante toda la práctica de meditación.

Si aparece algún pensamiento, simplemente lo observo… no me agarro a él, lo


dejo pasar… viene… pasa… y se va… se disuelve…
Soy Presencia… Soy espacio infinito… Soy uno con todo… Soy la totalidad
misma…
Siento una fusión entre la dimensión de la materia y la dimensión divina… no
hay separación… Una unidad… Un Todo…
Hay una sensación de gracia… una paz infinita… una felicidad… Éste es nuestro
estado natural… nuestra verdadera esencia… es el estado de iluminación…
Permanecemos en este estado hasta el final de la práctica de meditación.

Para finalizar la meditación, vamos tomando consciencia de nuestro cuerpo;


hacemos tres respiraciones profundas; cogemos aire por la nariz… inspiramos
profundamente… y lo sacamos por la boca… exhalamos profundamente.
Inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente por la
boca…
Voy tomando consciencia del lugar en el que estoy… Voy moviendo mis manos,
mis pies…
Inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente por la
boca… y abrimos los ojos lentamente…

Lo importante es mantenernos en este estado, durante todo el día. Es de esta


manera, como logramos traer el Cielo a la Tierra, es decir, el estado de
iluminación.

https://www.youtube.com/watch?v=Xzeo39_RfMk (viaje astral)

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