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Para Kairós

¿Cómo sobrevivir con las malas noticias eclesiales?

¿Cómo lidiar con las malas noticias eclesiales? ¿Cómo sobrevivir frente a
ellas? Hace bastante tiempo, que venimos recibiendo malas y horrendas noticias
sobre todo, relacionadas con abusos sexuales y de conciencia. La capacidad de
asombro es cada vez mayor, recibiendo reiterados golpes amargos que se van
acumulando en el cuerpo y en el alma. Cuando vi por la televisión, la entrevista
de Marcela Aranda relatando los abusos de Renato Poblete, casi no pude dormir
esa noche. Son personas concretas, que muchos hemos conocido y que ahora
nos enteramos de su perversidad y de víctimas que han sufrido lo indecible.
Quedamos perplejos y mudos frente al calvario de hombres y mujeres destrozados
absolutamente. Además , duele una iglesia institucional, que todavía no se hace
cargo completa y eficazmente con esta historia de dolor. Variados fantasmas se
nos despliegan, con su cuota de malestar y de angustia inefable, que nos puede
llevar literalmente a enfermarnos, también a los que somos testigos
espectadores de todo este tormento.

Hay personas que prescinden y no desean enterarse de nada; esconden la


la cabeza. Hay otros, que se mofan y de manera morbosa, desean saber los
detalles mas escabrosos del último caso que surgió, sólo para acopiar más
noticias oscuras. Existen, los que ya perdieron toda adherencia con la iglesia, son
escépticos, y solo es más material para corroborar su increencia, que a estas
alturas, es entendible. Sin embargo, también, estamos los que padecemos,
porque todavía nos afecta la comunión con la iglesia y que nos sentimos parte de
ella, a pesar de todo, por nuestra fe, condición e historia.

¿Cómo sobrevivir en la fe y adherencia a una iglesia cuestionada y que ha


tenido o tiene, todavía en su seno a abusadores? No se trata de dar recetas, solo
intuiciones en un camino oscuro, por el cual estamos ahora transitando.

Puede ser importante, saber expresar nuestras angustias, con personas y


grupos, que nos acojan y reciban nuestro dolor y decepción. Hace mal, quedarnos
con ese barro oscuro que tapa las coronarias de nuestras creencias. Entendiendo,
naturalmente la fe, como una manera de ser, de estar y de comprender la vida.
Tenemos que construir espacios que acojan sin morbosidad lo inexplicable.
Lugares, verdaderamente terapéuticos que, logren despejar lo que atora,
nuestra psique y en nuestra alma. Para algunos, quizás, también será necesario la
consulta profesional.

Hay tener en cuenta los bombardeos de los medios, con estas noticias,
que influyen en nuestra estabilidad emocional y espiritual ya que quedarnos
profusamente en lo sombrío tiene una energía -aunque paradojalmente fascinante-
que puede llegar a ser obsesiva. Ser continuos espectadores de lo oscuro, tiene
una fuerza que se puede desbordar de mala manera. Sobre todo, si ya estamos
debilitados por nuestros propios problemas y el estrés cotidiano. Nuestros hogares
o comunidades no pueden ser caja de resonancia de todo lo que ocurre afuera de
manera violenta o amenazante sino una especie de termostato que procure paz y
amabilidad, obviamente, no de una manera ingenua. Sentirse en casa , hoy es
una vital asignatura pendiente.

Hemos dicho, que no se trata de ocultar lo que sucede, sino, de tener la


sabiduría necesaria, para conocer, afrontar e implementar recursos físicos,
psíquicos y espirituales, frente a toda esta realidad. La malignidad de los abusos
es que siguen destruyendo y ampliándose en el tiempo, como las ondas de una
piedra en una laguna. De ahí, a construir la diferencia , entre lo que nos sigue
aniquilando y lo que nos puede ayudar a enfrentar esta situaciones, a los que
somos, público del horror.

Una, de las característica de la espiritualidad, es el sentido de la


experiencia de Dios en medio de los conflictos y dificultades. No se escapa de la
realidad, sino que la modifica integrando lo sombrío. Despeja a través del
discernimiento evangélico. De esta manera, podemos transformar situaciones
densas en espacios de Dios, descontaminando el alma. En el evangelio de San
Mateo (15,11), Jesús habla que lo que entra por la boca no mancha al hombre
sino lo que sale. Hay que estar muy atentos, a cómo vamos procesando estas
noticias horrendas, como ya lo hemos expresado.

Si es posible, tenemos que ir a encontrarnos con la naturaleza y


empaparnos de ella e instaurar prácticas de meditación. No olvidar las comidas
mas sanas. Lo que se juega es vital. Tenemos que convocar a nuestro cuerpo y
nuestra alma para que exista mas vida, alegría y belleza y por lo tanto, surja el
espacio para que se explaye Dios en nuestras vidas y en las de los demás. Como
protagonistas, testigos y espectadores de atrocidades, debemos afrontar
creativamente estos tiempos sombríos y de crisis eclesial, que nos toca vivir.

Juan Carlos Bussenius R.


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