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Seminario de Literatura Iberoamericana II

Profesor Christian Pageau


Alumna Delia López

La herida colonial en
El zorro de arriba y el zorro de abajo (1971)
de José María Arguedas
Yo estaba regresando a Montevideo, al cabo de un viaje. De dónde venía, no recuerdo, pero sí recuerdo
que en el avión había leído El zorro de arriba y el zorro de abajo, la novela final de José María Arguedas.
Arguedas había empezado a escribir ese adiós a la vida el día que decidió matarse, y la novela era su
largo y desesperado testamento. Yo la leí y le creí, desde la primera página le creí: aunque no conocía a
ese hombre, le creí como si fuera mi siempre amigo… El libro de los abrazos, Eduardo Galeano.

Yo no soy un acullturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en
cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal
parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido. José María Arguedas

José María Arguedas nació en 1911 en la provincia Andahuaylas (Apurimac) en el


corazón de la región andina más pobre y olvidada del país , allí estuvo tempranamente
en contacto con las personas que luego se convertirían en parte y esencia de sus obras
literarias. El contacto con la cultura original peruana vino dado por la adversidad de la
muerte de su madre y las ausencias de su padre, Arguedas formó parte de los paisanos
andinos de quienes adquirió la lengua quechua, sus creencias y valores. Por ello mismo
tuvo muchas dificultades de adaptación cuando empezó sus estudios (como se puede
notar en la ficción de los Ríos profundos, en el personaje de Ernesto) y como escribe en
uno de sus diarios de El zorro de arriba y el zorro de abajo
¿Cómo no ha de ser diferente el hombre que comenzó su educación formal y
regular en un idioma que no amaba, que casi lo enfurecía, y a los catorce años,
edad en que muchos niños han terminado la escuela? ¿Por qué no ha de ser
cierto que ese individuo haya tenido dificultades para entender el Ulises de
Joyce y los tenga para seguir a Lezama Lima, tan densa e inescrupulosamente
urbano?
No podía renunciar a sus tradiciones indígenas, y esa conciencia del otro, de ser otro y
ser indio, encaminó sus estudios antropológicos y su propuesta literaria, ambas con el
objetivo de revalorizar y dar el lugar a la coexistencia del mundo indígena y español,
proponiendo el encuentro de ambas culturas en estrecha relación y dialogo.
La novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo de José María Arguedas
presenta el diálogo de dos culturas y dos mundos contrapuestos, indígena y español,
que se funden y se manifiestan en la construcción de la identidad del autor, la cual se
desborda en el sujeto real y el autor de la novela.
La narración de la vida de personas que se encuentran en plena modernización del
pueblo peruano de Chimbote se intercala con anotaciones íntimas y cartas de
despedida que esperan ser reveladas luego del fin de la vida del autor mediante un
premeditado suicidio. Tanto las historias desgarradoras como la última voluntad del
autor, los encuentro estrechamente relacionados con la concepción de herida colonial
que han dado a conocer los estudios descoloniales.
Estos hechos se producen en el contexto de la modernidad latinoamericana que
irrumpe luego de las distintas colonizaciones. José María Arguedas nacido en Perú vivió
el encuentro de ambas culturas, indígena y española, y por lo tanto su identidad se
construye a partir de este encuentro abrupto. Sin embargo es su conciencia sobre este
encuentro de ambas culturas que desde su posición de pensamiento fronterizo crítico
discute y defiende, debido a que se encuentra frente a una aculturación incesante de
los pueblos originarios del Perú y de toda América latina.
Es su proyecto literario junto con su investigación antropológica lo que le permite ser
un participante activo de la lucha por el reconocimiento cultural de sus raíces indígenas
mediante su ejercicio literario, es el arte un refugio y una posibilidad de revertir la
tendencia a la homogenización cultural que implica la globalización.
El zorro de arriba y el zorro de abajo es su último proyecto literario que busca la
concientización de aspectos tales como la crítica al pensamiento eurocéntrico y la
colonización cultural que trasmite un dejo de desaliento ya que nos encontramos con
la despedida del autor.
Quizá la cuota de esperanza fue dejada poco a poco en el camino y la intensidad con la
que luchó lo encontró sin fuerzas. A partir de estos testimonios tan íntimos como
reales, y su estrecha relación con las historias de los personajes propongo estudiar la
relación existente entre ellos con la herida colonial y los conceptos/fenómenos que
esta supone.
José María Arguedas se encuentra dentro de la literatura de los márgenes, ya que su
persona se conforma en un diálogo conflictivo entre dos mundos distintos que
confluyen por un lado y se amenazan por otro. Desde esta doble confluencia y la
conciencia de la misma, el escritor se sitúa dentro de la construcción literaria y crítica
de un paradigma otro que nacen en la contracara de la modernidad, que es la
colonialidad y la conciencia de la misma. Este paradigma otro es definido por Mignolo
como
La diversidad (y diversalidad) de formas críticas de pensamiento analítico y de
proyectos futuros asentados sobre las historias y experiencias marcadas por la
colonialidad más que por aquellas , dominantes hasta ahora, asentadas sobre
las historias y experiencias de la modernidad. El “paradigma otro” es diverso, no
tiene un autor de referencia, un origen común. Lo que el paradigma otro tiene
en común es “el conector”, lo que comparten quienes han vivido y aprendido en
el cuerpo el trauma, la inconsciente falta de respeto, la ignorancia (p.20).

Por eso mismo, lo que caracteriza a los indios (y también a los negros, los criollos, los
indios de India desde la llegada de los británicos, los africanos del norte del continente,
etc.) es que su interpretación subjetiva se construye, como la de los pueblos
colonizados en general, sobre la herida colonial.
Esta herida colonial se construye en las subjetividades que atravesaron el proceso de
colonización, colonialidad y posterior imperialismo. Los pueblos que fueron
colonizados y explotados por las diferentes hoy potencias mundiales, empiezan a
repensarse desde esta posición, reflexionando sobre los mismos y buscando una
solución donde todas las culturas coexistan y se respeten unas a otras.
En la presente novela vemos cómo los pasos de la modernización van socavando sobre
el pueblo de Chimbote, encontramos a los personajes que descienden de las sierras
hacia las costas para de alguna manera adaptarse a la nueva forma de vida aplacada
por el capitalismo, en este encuentro de los habitantes de arriba con los de abajo se
deja leer un declive de la civilización originaria, una pérdida de sentido de la vida y un
desgarramiento cultural enorme.
El visitante dirigió una mirada neutra a don Angel.
̶̶ Son obsesiones que tenemos los alevitados, amigo. Pero dicen, don Angel,
que aquí, en Chimbote, a todos se les borra la cara, se les asancocha la moral,
se les mete en molde. (…)
̶̶ La avalancha de agua, de tierra, raíces de árboles, perros muertos, de piedras
que bajan bataneando debajo de la corriente cuando los ríos se cargan con las
primeras lluvias en estas bestias montañas…
̶̶ Así es ahora Chimbote, oiga usted, y nadies nos conocemos. Les dije que
redujimos los obreros de doscientos cincuentaiocho a noventiséis, ¿no? Esta
lloqlla come hambre. Más obreros largamos de las fábricas más llegan a las
sierras. Y las barriadas crecen y crecen, y aparecen plazas de mercado en las
barriadas con más moscas que comida.
La descripción que establece el personaje es un ejemplo de lo que ocasiona el
capitalismo, el flujo de personas acumuladas en un mismo lugar, el poder concentrado
en un solo sector, en este caso en la figura de Braschi. El capitalismo es una
consecuencia del colonialismo que encuentra su continuación en la idea de raza,
también impuesta luego de la colonización, como explica Quijano:
Si se observan las líneas principales de la explotación y de la dominación social
a escala global , las líneas matrices del poder mundial actual, su distribución de
recursos y de trabajo entre la población del mundo, es imposible no ver que la
vasta mayoría de los explotados, de los dominados, de los discriminados, son
exactamente los miembros de las “razas”, de las “etnias”, o de las “naciones” en
que fueron categorizadas las poblaciones colonizadas, en el proceso de
formación de ese poder mundial, desde la conquista de América en adelante
(1992,p.12).

Además de la explotación física que sufren los que trabajan en las fábricas que los
llevan hasta la muerte. El caso de don Esteban es contundente para la representación
de la enajenación de los indígenas, éste divaga entre trabajo y trabajo para subsistir, y
va desgajándose a cada paso
Don Esteban sabía, entendía que cuando su mujer hablaba de ese modo, para sí
misma, si dirigía a él como si fuera un cadáver. “Todos los que de me pueblo
fueron a la mina Cocalón han muerto; así vas a morir –decía la mujer-. Pateas
menos que gallina. Estás muerto pero estás vivo, maldición del Señor. En tu
cuerpo hay diablo en “toda su potencia” y tu boca habla, echando carbón
maldecido….
Por otro lado la lógica del capitalismo se funda en el flujo del dinero siempre llevado a
un mismo lugar, las condiciones malsanas de los trabajadores de la costa los lleva a
contraer vicios en lugares de dispersión creados estratégicamente para mantener el
poder en el mismo sector. Estas actividades conducen a distintos personajes a la
perdición, se corrompen, son absorbidos por el nuevo orden social que se impuso
abruptamente frente a ellos. El consumo de la prostitución conlleva la explotación de
las mujeres que no encuentran un trabajo digno y son el vivo escapismo de los
trabajadores que malgastan sus salarios en acciones mundanas revelando un
consumismo irracional. El individualismo que se presenta se opone totalmente a la
fraternidad comunal del pueblo quechua
Asto salió del cuarto de la Argentina al callejón techado en el que caían las haces
de luz de unos tubos de neón rojizos. En esa luz los rostros se veían como
indefinidos, los trajes oscuros se intensificaban. Asto no percibió las filas de
clientes de la Argentina y de las otras. Se fue silbando un huayno, cruzando las
otras filas de clientes. Zavala lo vio irse. “Pise firme ahora –dijo-. Camina firme,
silba firme ese indio. Desnudo, amarrado al muelle, días de días, aprendió a
nadar para obtener matrícula de pescador. No hablaba castellano. ¿Cuál
generosa puta lo habrá bautizado? Desde mañana fregará a sus paisanos, será un
caín, un judas.
El personaje de Asto representa el destino de los indios que bajan hacia la costa y
deben someterse a actividades que no conocen para poder tener un lugar en la
sociedad que se está desarrollando, que implica la pérdida de su subjetividad indígena
hasta corromperse totalmente absorbiendo lo peor del nuevo modelo y reproduciendo
las actitudes de su explotador.

Por último, es inevitable no relacionar estas acciones con la vida real del pueblo
Peruano y la herida colonial latente en el suicidio del escritor. Si bien la novela no
plantea una linealidad desde el principio, hacia el final en el ultimo diario, el escritor
advierte los destinos que deja sin narrar porque ha llegado el momento de quitarse la
vida, es imposible no ver el desborde de la crisis general del pueblo peruano sentida en
el cuerpo del autor, el lugar de José María Arguedas, su proyecto literario es un pensar
y sentir, su lugar en el pensamiento fronterizo está atravesado por el sentir y pensar, su
utopía estaba dirigida a la construcción de un mundo donde quepan muchos mundos.
Sin embargo está esperanza se pierde poco a poco como su capacidad de escribir, su
única arma para lograr salir adelante, así va dejando registros en los diarios
intercalados de Los zorros y así expresa en la carta dirigida a su editor
Yo no voy a sobrevivir al libro. Como estoy seguro que mis facultades y armas de
creador, profesor, estudioso e incitador, se han debilitado hasta quedar casi
nulas y sólo me quedan las que me regalarían a condición de espectador pasivo
e impotente de la formidable lucha que la humanidad está librando en el Perú y
en todas partes, no me sería posible tolerar ese destino. O actor, como he sido
desde que ingresé a la secundaria, hace cuarentaitrés años, o nada.
Sin embargo se vislumbra una cuota de esperanza, tal vez ese tumultuoso Perú que
alberga a todas las clases de hombres pueda reconocer su esencia multicultural y
poder así dar su lugar a cada cultura, mezclarse, reconocerse en esas culturas y que
cada una logre tener la misma importancia
Despidan en mí un tiempo del Perú. He sido feliz en mis llantos y
lanzazos, porque fueron por el Perú; he sido feliz con mis insuficiencias
porque sentía el Perú en quechua y en castellano. Y en el Perú ¿Qué?:
Todas las naturalezas del mundo en su territorio casi todas las clases de
hombres (…) Despidan en mí a un tiempo del Perú cuyas raíces estarán
siempre chupando jugo de la tierra para alimentar a los que viven en
nuestra patria, en la que cualquier hombre no engrilletado y
embrutecido por el egoísmo puede vivir, feliz, todas las patrias.

Bibliografía
Cornejo Polar (1996) Los universos narrativos de José María Arguedas
Mignolo, Walter (2007) La idea de América Latina
Quijano, Anibal (1992) Colonialidad y modernidad/racionalidad. En Perú
indígena, vol. 13, nº29, Lima.
Quijano, Anibal Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. Centro
de investigaciones sociales, Lima.

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