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La finalidad de este texto es poner de relieve las consecuencias que ha traído para el siglo XX y
lo que va del nuestro esa idea de “progreso” desarrollada en el correr de la modernidad. Se
entiende el progreso de la humanidad como un avance hacia lo mejor, entendiendo que la historia
es lineal y que entre el siglo XVIII y XIX se había llegado al esplendor de la vida humana. Que
mejor que en ese momento no se había vivido, y que ampararse en el progreso implicaba que
todo en adelante sería aún mejor. Pero hacia fines del siglo XIX esa idea comenzó a tambalear y
el siglo XX no sólo fue un siglo de guerras, sino EL siglo de las guerras, entre estas, una de las
peores que ha sufrido la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
El progreso científico tecnológico que tenía como objetivo dominar la naturaleza en beneficio de
la humanidad culminó dominando al hombre en beneficio de otros hombres. Así, el concepto de
“progreso” se vincula con el dominio/poder en la historia. La Segunda Guerra Mundial nos muestra
la “fabricación”, en términos industriales, de la muerte. Toda una maquinaria ideada, creada y
construida para eliminar personas lo más eficientemente posible. La razón se vuelve un
“instrumento” para la muerte. Lo mismo ocurre con la fabricación de bombas atómicas. Pero no
sólo las guerras muestran esta crisis con la idea de razón y de progreso. Ocurre ya con las distintas
disciplinas: psiquiatría, medicina, educación, derecho, parece que tienen por función “normalizar”.
Hacer entrar al hombre dentro de un marco, de un canon, estandarizarlo, para ser una pieza más
de la maquinaria de producción: el/la locx, la histérica, el/la enfermx, el/la homosexual, el/la
trans, el/la petisx, el/la gordx, “el/la burrx”, el/la delincuente, son piezas disfuncionales de la
máquina que hay que encauzar. Son los anormales que hay que normalizar. Esa misma noción de
progreso recorre los cambios en las ciudades, el consumo e incluso las democracias actuales,
tendiendo hacia una uniformidad del pensamiento y de la vida, y como siempre al “normalizar”,
excluyendo a quienes no sienten ese modo de vida como propio.
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] Si la historia está dotada de este sentido progresivo es evidente que tendrá
más valor lo más «avanzado» en el camino hacia la conclusión, aquello que
Sólo si la
historia es esté más cerca del término del proceso.
entendida en
sentido lineal,
Ahora bien, la condición para concebir la historia como realización progresiva
se puede hablar de la humanidad autentica estriba en que pueda ser vista
de progreso como un proceso unitario. Solo si existe la historia se
La noción de
puede hablar de progreso1. progreso lleva
a establecer
Pues bien, la modernidad, de acuerdo con la hipótesis que propongo, se una diferencia
entre
acaba cuando —debido a múltiples razones— deja de ser posible hablar de “civilizados” y
la historia como de algo unitario. En efecto, tal visión de la historia implicaba “atrasados”
La filosofía, a lo largo del XIX y el XX, ha sometido a una crítica radical la idea de
La “muerte una historia unitaria, justo viniendo a desvelar el carácter ideológico de tales
de Dios”
pone en representaciones. Así, Walter Benjamín, en un breve escrito de 1938 (Tesis sobre
tela de la filosofía de la historia), sostiene que la historia como curso
juicio el
sentido unitario es una representación del pasado construida por los
lineal de la grupos y clases sociales dominantes. ¿Qué es, en realidad, lo
historia La historia en su
que se transmite del pasado? No todo aquello que ha carácter unitario y
ocurrido, sino sólo lo que parece ser relevante. En la escuela, progresivo es la
historia escrita por
por ejemplo, hemos estudiado mil fechas de batallas, de tratados de paz,
los vencedores, los
o de revoluciones, pero nunca se nos ha hablado de las transformaciones colonizadores, los
relativas al modo de alimentarse, al modo de vivir la sexualidad, o a cosas opresores, que son
quienes
parecidas. Lo que narra la historia son los avatares de la gente que
establecieron las
cuenta, de los nobles, de los monarcas o de la burguesía cuando se diferencias entre
convierte en clase de poder: los pobres, sin embargo, o aquellos aspectos “civilizados” y
“bárbaros”, siendo
de la vida que se consideran «bajos» no «hacen historia».
ellos los civilizados.
En cuanto se desarrollan observaciones como estas (según
Los una vía iniciada, antes que por Benjamín, ya por Marx y
“vencedores”
también Nietzsche), se desemboca en la disolución de la idea de historia como
“redactan” los curso unitario; no hay una historia única, hay imágenes del pasado
programas
escolares. El propuestas desde diversos puntos de vista, y es ilusorio pensar que haya un
criterio es “lo punto de vista supremo, comprensivo, capaz de unificar todos los restantes
canónico”, lo
estatuido por (tal sería el de «la historia» que englobaría a la historia del arte, de la
ellos como “lo literatura, de las guerras, de la sexualidad, etc.).
mejor”
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
El supremo imperativo del día es definir las fronteras entre la razón y el simple
Racionalidad vs.
funcionalismo que conduce a la deshumanización. (Kokoschka, 1988, 245) Racionalidad
instrumental
(subjetiva)
Para la concepciónUrgido a dar una respuesta, el hombre medio dirá que,
instrumentalista:
lo útil es lo evidentemente, las cosas razonables son las cosas útiles y que todo
racional hombre razonable debe estar en condiciones de discernir lo que le es útil.
Desde luego, habría que tomar en consideración las circunstancias de
cualquier situación dada, como asimismo, leyes, costumbres y tradiciones. Pero el poder que,
en última instancia, posibilita los actos razonables, es la capacidad de clasificación, de
conclusión y deducción sin reparar en qué consiste en cada caso el contenido específico, o sea
el funcionamiento abstracto del mecanismo pensante. Esta especie de razón puede designarse
como razón subjetiva. Ella tiene que habérselas esencialmente con medios y fines, con la
adecuación de modos de procedimiento a fines que son más o menos aceptados y que
presuntamente se sobreentienden. […]
Por más ingenua o superficial que pueda parecer esta definición de la razón
[instrumental], ella constituye un importante síntoma de un cambio de Para la racionalidad
abarcadora, el
profundos alcances en el modo de concebir, que se produjo en el
énfasis está puesto
pensamiento occidental a lo largo de los últimos siglos. Durante mucho en los fines. Para la
tiempo predominó una visión de la razón diametralmente opuesta. […] instrumental, en los
medios.
Tal concepto de la razón no excluía jamás a la razón subjetiva, sino que la
consideraba una expresión limitada y parcial de una racionalidad abarcadora […]
El énfasis recaía más en los fines que en los medios. […]
Hay una diferencia fundamental entre esta teoría, […] y la enseñanza que nos
La razón
instrumental dice que [la razón] es una capacidad subjetiva del intelecto. Según esta última,
(subjetiva) es únicamente el sujeto puede poseer razón en un sentido genuino; […] En última
una razón instancia la razón subjetiva resulta ser la capacidad de calcular probabilidades y
calculadora
de adecuar así los medios correctos a un fin dado. (Horkheimer, 1969, 15 y 17)
Nosotros preguntamos por la técnica cuando preguntamos por lo que ella sea. Todo el mundo
ha oído las dos frases con las que se responde a nuestra pregunta. Una dice: la técnica es un
medio para un fin. La otra dice: técnica es un hacer del hombre.
Ambas determinaciones de la técnica se co pertenecen. Pues La técnica es
Técnica= un medio y
elabora poner fines, que utiliza y dispone medios para ellos, es un hacer es una
instrumentos,
del hombre. A lo que la técnica es pertenece el elaborar y utilizar producción
dispositivos
para realizar instrumentos, aparatos y máquinas, pertenece este elaborar y humana
fines
utilizar mismo, pertenecen las necesidades y fines a los que sirven.
El total de estos dispositivos es la técnica. Ella misma es un dispositivo; dicho en
latín: un instrumentum.
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[…] Jamás un instrumento ha sido un mero «instrumento» (cf. G. Seubold, Heideggers Analyse
der neuzeitlichen Technik; Friburgo/Munich 1986, 35-38). El instrumento «deja ver» el mundo
circundante, lo configura y canaliza. Y a su vez, ejerce un influjo retroactivo sobre los hábitos
sociales, creencias y actitudes, e incluso sobre los órganos sensoriales de quienes los utilizan,
o al menos experimentan las consecuencias de su uso. El instrumento no es algo externo al
hombre o al mundo, sino la frontera móvil de ambos: la relación que a ambos da sentido, de
consumo […]. (Duque, 1995, 38)
La casi totalidad de las sinagogas y miles de negocios, talleres y domicilios de los judíos del
país, […] fueron destruidos esa noche, en un macabro ritual de odio y fanatismo.
(Clarín, 1988)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…]
[…] De este modo, la ciencia y la técnica fueron entendidas desde siempre como
un componente esencial de la cultura humana, como instrumentos indispensables de los que
ésta se sirve en la lucha contra el oscurantismo y la alienación, en favor del progreso y la
emancipación. Ellas aseguran al hombre la buena vida o, cuando menos, una calidad de vida
superior. (Volpi, 2005, 145 y 147)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] Si hay algo que hace a nuestra época realmente distinta de las épocas
La ciencia y la anteriores, ese algo es la ciencia y las técnicas que ha sido producto
técnica como suyo. En ninguna otra civilización ha representado la ciencia un Hoy:
productos ciencia
papel constitutivo y tan fundamental como en la nuestra, hasta el =
propios de
nuestra punto de que se puede decir, como afirmaba Ortega y Gasset, que verdad
época los hombres de hoy día “viven de la fe en la ciencia”, por lo que viene
a ser considerada como la medida de la verdad. Ni siquiera los pensadores más
audaces y revolucionarios parecen atreverse a discutir su reinado. Y es que, como dice
Fayerabend, “la imagen de la ciencia del siglo XX en las mentes de legos y
científicos está determinada por milagros tecnológicos tales como la televisión
en color, las fotografías lunares, el horno de infrarrojos, así como por un rumor El éxito de la
ciencia está
o cuento de hadas, un tanto indefinido pero pese a ello muy influyente, que fuera de
concierne a la manera en la cual se han producido esos milagros.” discusión, pero
también ésta se
Sin entrar ahora en otras consideraciones, conviene reconocer que su éxito convirtió en un
está fuera de toda duda, hasta el punto de que el siglo XX es modo de vivir y
de pensar
inconcebible sin ella. La ciencia, y las invenciones mecánicas y
De la
esperanza técnicas que la acompañan, han dejado de ser algo
ingenua de la complementario en nuestras vidas, afectando no sólo a nuestra forma de vivir,
modernidad
al llamado a sino también a nuestra forma de ser y de pensar. Hoy no podemos prescindir
la cautela. de ellas hasta el punto de que parecen haberse convertido en el nuevo “dios” de
la actual existencia, pero, no está todavía muy claro si se trata de un dios benéfico
o maléfico.
Para bien o para mal, la gran esperanza del hombre de nuestros días está en la ciencia y en la
tecnología. Sin embargo, hoy esta esperanza ya no puede ser tan ingenua como lo fue en los
albores de la Edad Moderna cuando los hombres que entrevieron sus posibilidades pensaron en
ellas como instrumentos de la gran liberación de la humanidad, que iban a permitirles ser
dueños y señores de su propio destino, abriéndose ante ellos una etapa de necesaria
prosperidad y bienestar para todos. (González, 1987, 234)
[…] De hecho la humanidad alcanzó de forma gradual un grado de libertad mucho mayor, pero
de la misma forma los problemas y los peligros fueron en aumento ante la mala administración
y la inmadurez que los hombres pusieron pronto de manifiesto. La degradación de la naturaleza,
y muy especialmente la posibilidad de una guerra nuclear, sacaron a la luz un problema
dramático: el de la supervivencia tanto de la naturaleza como de la propia humanidad.
(González, 1987, 236)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Si en un
principio la
ciencia se
encargó de
disipar nuestros
miedos, hoy es
el producto de
nuestros
mayores miedos
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] La civilización industrial contemporánea demuestra que ha llegado a una etapa en la que
«la sociedad libre» no se puede ya definir adecuadamente en los términos
tradicionales de libertades económicas, políticas e intelectuales, no
porque estas libertades se hayan vuelto insignificantes, sino porque Hoy la “libertad
económica” significa
son demasiado significativas para ser confinadas dentro de las “libertad de la economía”,
formas tradicionales. Se necesitan nuevos modos de realización que pero debería significar
correspondan a las nuevas capacidades de la sociedad. “libertad de la economía”,
es decir, del control de la
Estos nuevos modos sólo se pueden indicar en términos negativos, economía. Y lo mismo
para las otras libertades.
porque equivaldrían a la negación de los modos predominantes. Así,
la libertad económica significaría libertad de la economía, de estar
controlados por fuerzas y relaciones económicas, liberación de la diaria lucha por la existencia,
de ganarse la vida. La libertad política significaría la liberación de los individuos de una política
sobre la que no ejercen ningún control efectivo. Del mismo modo, la libertad intelectual
significaría la restauración del pensamiento individual absorbido ahora por la comunicación y
adoctrinamiento de masas, la abolición de la «opinión pública» junto con sus creadores. El
timbre irreal de estas proposiciones indica, no su carácter utópico, sino el vigor de las fuerzas
que impiden su realización. La forma más efectiva y duradera de la guerra contra la liberación
es la implantación de necesidades intelectuales que perpetúan formas anticuadas de la lucha
por la existencia.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] Se puede distinguir entre necesidades verdaderas y falsas. «Falsas» son aquellas que
intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que
perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de lo
más grata para el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser
Falsas
necesidades mantenida y protegida si sirve para impedir el desarrollo de la
capacidad (la suya propia y la de otros) de reconocer la
Las necesidades
enfermedad del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla. El resultado falsas son
es, en este caso, la euforia dentro de la infelicidad. La mayor parte de las productos
necesidades predominantes de descansar, divertirse, comportarse y consumir sociales que
constriñen al
de acuerdo con los anuncios, de amar y odiar lo que otros odian y aman, individuo para
pertenece a esta categoría de falsas necesidades. dominarlo
[…] Una tecnología novedosa: el desarrollo, del siglo XVI al XIX, de un verdadero conjunto de
procedimientos para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a los individuos
Una tecnología
para y hacerlos a la vez "dóciles y útiles". Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes,
“normalizar”: la rangos y lugares, clasificaciones, exámenes, registros; una manera de someter
disciplina los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de
La disciplina: un
manipular las fuerzas se ha desarrollado en el curso de los siglos
método de
clásicos, en los hospitales, en el ejército, las escuelas, los colegios o los sujeción para
talleres: la disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades, pero les dio hacernos
dóciles y útiles
un subsuelo profundo y sólido -la sociedad disciplinaría de la que aún
dependemos.
[…]
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A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que
garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad,
es a lo que se puede llamar las "disciplinas". Muchos procedimientos disciplinarios existían
desde largo tiempo atrás, en los conventos, en los ejércitos, también en los talleres. Pero las
disciplinas han llegado a ser en el trascurso de los siglos XVII y XVIII unas fórmulas generales
de dominación. Distintas de la esclavitud, […] distintas también de la domesticidad, […]
distintas del vasallaje, […] distintas también del ascetismo […] El momento histórico de las
disciplina es el momento en que nace un arte del cuerpo humano, que no tiende únicamente al
aumento de sus habilidades, ni tampoco a hacer más pesada su sujeción, sino a
la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto más Una política
de las
obediente cuanto más útil, y al revés. Fórmese entonces una política de las
coerciones
coerciones que constituyen un trabajo sobre el cuerpo, una manipulación
calculada de sus elementos, de sus gestos, de sus comportamientos. El cuerpo humano entra
en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone. Una "anatomía
política", que es igualmente una "mecánica del poder",2 está naciendo; define cómo se puede
hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea,
sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se
determina. La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos
Una política
"dóciles". La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de y sobre
de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de los cuerpos
obediencia).
[…] La "invención" de esta nueva anatomía política3 no se debe entender como un repentino
descubrimiento, sino como una multiplicidad de procesos con frecuencia
menores, de origen diferente, de localización diseminada, que coinciden, se
Hay política de los
cuerpos, repiten, o se imitan, se apoyan unos sobre otros, se distinguen según su
tecnologías de
encauzamiento, dominio de aplicación, entran en convergencia y dibujan poco a poco el
diseño de un método general. Se los encuentra actuando en los colegios,
en las escuelas, los
hospitales y losdesde hora temprana más tarde en las escuelas elementales; han invadido
cuarteles
lentamente el espacio hospitalario, y en unas décadas han reestructurado la
organización militar. […] Siempre, o casi siempre, se han impuesto para
responder a exigencias de coyuntura: aquí una innovación industrial, allá la recrudescencia de
ciertas enfermedades epidémicas, en otro lugar la invención del fusil o las victorias de Prusia.
[…]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
las diferentes formas de actividad en la distribución de los "puestos". […] Bajo la división del
proceso de producción, al mismo tiempo que ella, se encuentra, en el nacimiento de la gran
industria, la descomposición individualizante de la fuerza de trabajo; las distribuciones del
espacio disciplinario han garantizado a menudo una y otra.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
los de la misma lección estén colocados en un mismo lugar y siempre fijo. Los escolares de las
lecciones más adelantadas estarán sentados en los bancos más cercanos al muro, y los otros a
continuación según el orden de las lecciones, avanzando hacia el centro de la clase... Cada uno
de los alumnos tendrá su lugar determinado y ninguno abandonará ni cambiará el suyo sino
por orden y con el consentimiento del inspector de las escuelas." Habrá de hacer de modo que
"aquellos cuyos padres son descuidados y tienen parásitos estén separados de los que van
limpios y no los tienen; que un escolar frívolo y disipado esté entre dos sensatos y sosegados,
un libertino o bien solo o entre dos piadosos".
[…] Al organizar las "celdas", los "lugares" y los "rangos", fabrican las disciplinas espacios
complejos: arquitectónicos, funcionales y jerárquicos a la vez. Son unos espacios que
establecen la fijación y permiten la circulación; recortan segmentos individuales e instauran
relaciones operatorias; marcan lugares e indican valores; garantizan la obediencia de los
individuos pero también una mejor economía del tiempo y de los gestos. […] La primera de las
grandes operaciones de la disciplina es, pues, la constitución de "cuadros vivos" que trasforman
las multitudes confusas, inútiles o peligrosas, en multiplicidades ordenadas. La constitución de
"cuadros" ha sido uno de los grandes problemas de la tecnología científica, política y económica
del siglo XVIII: disponer jardines de plantas y de animales, y hacer al mismo tiempo
clasificaciones racionales de los seres vivos; observar, controlar, regularizar la circulación de
las mercancías y de la moneda y construir así un cuadro económico que
pueda valer como principio de enriquecimiento; […] El cuadro, en el siglo La disciplina, un
principio de
XVIII, es a la vez una técnica de poder y un procedimiento de saber. Se enriquecimiento
trata de organizar lo múltiple, de procurarse un instrumento para
recorrerlo y dominarlo; se trata de imponerle un "orden".
[…] Pero el cuadro no desempeña la misma función en estos diferentes registros. […] En la
forma de la distribución disciplinaria, la ordenación en cuadro tiene como función, por el
contrario, tratar la multiplicidad por sí misma, distribuirla y obtener de ella el mayor número
de efectos posibles.
[…] Walhausen, en los albores del siglo XVII, hablaba de la "recta disciplina" como de un arte
del "buen encauzamiento de la conducta". El poder disciplinario, en efecto, es un poder que, en
lugar de sacar y de retirar, tiene como función principal la de "enderezar
Los medios del conductas"; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más. No
buen encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace de manera que a la vez pueda
encauzamiento multiplicarlas y usarlas. En lugar de plegar uniformemente y en masa todo lo
que le está sometido, separa, analiza, diferencia, lleva sus procedimientos de descomposición
hasta las singularidades necesarias y suficientes. "Encauza" las multitudes móviles, confusas,
inútiles de cuerpos y de fuerzas en una multiplicidad de elementos individuales
—pequeñas células separadas, autonomías orgánicas, identidades y La disciplina como
continuidades genéticas, segmentos combinatorios. La disciplina "fabrica" “fábrica” de
individuos; es la técnica específica de un poder que se da los individuos a individuos,
produce
la vez como objetos y como instrumentos de su ejercicio. […] El éxito del subjetividades
poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la
inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le
es específico: el examen. […]
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El edificio mismo de la Escuela debía ser un aparato para vigilar; los aposentos estaban
repartidos a lo largo de un pasillo como una serie de pequeñas celdas; a intervalos regulares,
se encontraba el alojamiento de un oficial, de manera que "cada decena de alumnos tiene un
oficial a derecha y a izquierda"; los alumnos estaban encerrados allí durante toda la noche.
[…] El aparato disciplinario perfecto permitiría a una sola mirada verlo todo permanentemente.
Un punto central sería a la vez fuente de luz que iluminara todo, y lugar de convergencia para
todo lo que debe ser sabido: ojo perfecto al cual nada se sustrae y centro hacia el cual están
vueltas todas las miradas.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] Algunas décadas más tarde, […] las funciones de vigilancia llevan ahora aparejadas casi
todas un papel pedagógico: un auxiliar enseña a coger la pluma, guía la mano, corrige los
errores y a la vez "señala las faltas cuando se discute"; otro auxiliar desempeña las mismas
tareas en la clase de lectura; el intendente, que controla a los demás oficiales y vigila la actitud
general, está también encargado de "acostumbrar a los recién llegados al estilo de los ejercicios
de la escuela"; los decuriones hacen recitar las lecciones y “marcan” a aquellos que no las
saben. […] Inscríbase en el corazón de la práctica de enseñanza una relación de vigilancia,
definida y regulada; […] como un mecanismo que le es inherente, y que multiplica su eficacia.
La vigilancia jerarquizada, continua y funcional no es, sin duda, una de las grandes
"invenciones" técnicas del siglo XVIII, pero su insidiosa extensión debe su importancia a las
nuevas mecánicas de poder que lleva consigo. El poder disciplinario, gracias a ella, se convierte
en un sistema "integrado".
[…]
1) […] En el taller, en la escuela, en el ejército, reina una verdadera micro penalidad del tiempo
(retrasos, ausencias, interrupciones de tareas), de la actividad (falta de atención,
Micro penalidad descuido, falta de celo), de la manera de ser (descortesía, desobediencia), de
del tiempo la palabra (charla, insolencia), del cuerpo (actitudes "incorrectas", gestos
impertinentes, suciedad), de la sexualidad (falta de recato, indecencia). Al mismo
tiempo se utiliza, a título de castigos, una serie de procedimientos sutiles, que van
desde el castigo físico leve, a privaciones menores y a pequeñas humillaciones. El castigo y su
Se trata a la vez de hacer penables las fracciones más pequeñas de la conducta función
y de dar una función punitiva a los elementos en apariencia indiferentes del disciplinadora
aparato disciplinario: en el límite, que todo pueda servir para castigar la menor
cosa; que cada sujeto se encuentre prendido en una universalidad castigable-castigante. "Con
la palabra castigo, debe comprenderse todo lo que es capaz de hacer sentir a los niños la falta
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que han cometido, todo lo que es capaz de humillarlos, de causarles confusión: cierta frialdad,
cierta indiferencia, una pregunta, una humillación, una destitución de puesto."
2) Pero la disciplina lleva consigo una manera específica de castigar, […] Lo que compete a la
penalidad disciplinaria es la inobservancia, todo lo que no se ajusta a la regla, todo lo que se
aleja de ella, las desviaciones. Es punible el dominio indefinido de lo no conforme: el soldado
comete una "falta" siempre que no alcanza el nivel requerido; la "falta" del alumno, es, tanto
como un delito menor, una ineptitud para cumplir sus tareas. […]
3) El castigo disciplinario tiene por función reducir las desviaciones. Debe, por lo tanto, ser
esencialmente correctivo. […] Como decía, por su parte, J.-B. de La Salle, "Los trabajos
impuestos como castigo […] son, de todas las penitencias, lo más honesto para un maestro, lo
más ventajoso y lo más agradable para los padres"; permiten "obtener, de las faltas mismas
de los niños, medios para hacerlos progresar al corregir sus defectos"; a aquellos, por ejemplo,
"que no hayan escrito todo lo que debían escribir o no se hayan aplicado a hacerlo bien, se les
podrá dar como castigo algunas líneas que escribir o que aprender de memoria" […]
5) La distribución según los rangos o los grados tiene un doble papel: señalar las La función de
los rangos
desviaciones, jerarquizar las cualidades, las competencias y las aptitudes; pero
también castigar y recompensar. Funcionamiento penal de la ordenación y carácter
ordinal de la sanción. La disciplina recompensa por el único juego de los ascensos, permitiendo
ganar rangos y puestos; castiga haciendo retroceder y degradando. El rango por sí mismo
equivale a recompensa o a castigo. […]
[…] Aparece, a través de las disciplinas, el poder de la Norma. ¿Nueva ley de la sociedad
moderna?
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[…]
El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigile y las de la sanción que normaliza. Es
una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar.
(Foucault, 2002, 145-153 y 175-189)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Galton Laboratory for National Eugenics. “Lo que la naturaleza hace ciega, lenta y burdamente
-decía Galton- el hombre debe hacerlo previsora, rápida y suavemente.” Esta prédica logró
atraer a un grupo de entusiastas dispuestos a llevar a la conciencia cívica este nuevo deber para
influir en los legisladores. Para ello formaron una sociedad denominada Eugenics Education
Society que comenzó sus actividades en Londres en 1908 formada por médicos, abogados y
personas influyentes con poca o ninguna capacitación científica en el tema pero con un alto
poder de penetración social. La Eugenics Society, como se la conoció, sirvió de modelo para
otras semejantes que se instalaron en al menos 40 países, entre los que se encontró Argentina.
Galton falleció en enero de 1911 y no llegó a ver las aplicaciones brutales de sus ideas en las
agendas políticas para el control social de los grupos desfavorecidos de la sociedad (Cecchetto,
2008, 125), para el exterminio racial de las consideradas “razas inferiores” y distintas políticas
destinadas a “higienizar” el cuerpo social bajo la excusa de combatir la homosexualidad, la
prostitución, el alcoholismo y otras conductas consideradas viciosas o anormales.
En Argentina, […] a diferencia de otros, en sus inicios las ideas eugenésicas tuvieron una
impronta progresista orientada a mejorar las condiciones de vida y reemplazar las normas
sociales heredadas de las costumbres coloniales por otras científicamente avaladas. Los
partidarios de la eugenesia en nuestro país fueron políticos, médicos, psiquiatras, escritores e
intelectuales de distinta orientación que se sumaron a un ideario apoyado en endebles bases
científicas pero de gran prestigio en el discurso de la época. La eugenesia, este nuevo saber,
precario desde el punto de vista teórico pero, en contraste, muy operativo desde el punto de
vista práctico, motorizó la adopción de muchas normativas sociales respecto a la profilaxis en
el cuidado de los niños, en estudios prenupciales, en la medición de coeficientes de inteligencia
en las escuelas y universidades, así como las medidas tendientes al control demográfico, como
la implementación de la educación sexual en las escuelas como medida profiláctica, y también
normas de alimentación e higiene personal.
En nuestro país, la educación pública fue un territorio de especial interés para los eugenistas
bajo la idea de que los maestros debían trabajar conjuntamente con los médicos en la formación
de las nuevas generaciones de ciudadanos. En 1932 se fundó la Asociación Argentina de
Biotipología, Eugenesia y Medicina Social (AABEMS) que fue absorbida por la Secretaría de Salud
Pública de la Nación en 1943 con el principal objetivo de conocer los biotipos étnicos de la
población argentina para diagnosticar, en base a este conocimiento, medidas de medicina social.
La aplicación de técnicas eugenésicas como la craneometría, la frenología, la antropología
criminal, los tests de Cociente Intelectual, la confección de fichas antropométricas en escuelas,
no sólo son expresión de determinismo biológico sino, sobre todo, de intentos de medir y
sancionar científicamente la desigualdad (una cuestión social y política) a partir de la diversidad
(una cuestión biológica). (Palma y Gómez, 2009). En 1933 la Dirección General de Escuelas de
la Provincia de Buenos Aires implementa de manera experimental la ficha biotipológica en la
Provincia de Buenos Aires. El decreto ordena la implementación de la ficha biotipológica escolar
experimental en dos escuelas de la provincia: la Nº 1 de San Isidro y la Nº 66 de La Plata.
Luego, la AABEMS funda, en mayo de 1934, la Escuela Politécnica de Biotipología, Eugenesia y
Medicina Social, con el objetivo de formar a los maestros que actuarían como asistentes
escolares en la confección y análisis de las fichas biotipológicas. Y en 1935, la Municipalidad de
la Capital Federal confió también a la AABEMS la confección de la ficha biotipológica de los 3000
niños que concurrían a la colonia de vacaciones de la Quinta Presidencial de Olivos. (Palma y
Gómez, 2009). Cierra el artículo con esta inquietante conclusión:
20
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Como destaca Cecchetto, la eugenesia fue más una preocupación de gentlemans de buena cuna
que se dedicaban a estudios científicos entre otras ocupaciones que de científicos profesionales
formados académicamente, es decir, de personas de ascendencia social que desestimaban los
debates teóricos y buscaban la rápida utilización de estas ideas. Desde el punto de vista de los
estudios científicos en las Universidades Nacionales, los estudios sobre genética comenzaron en
nuestro país con 30 años de demora respecto a Europa. El Instituto Fitotécnico de Santa
Catalina, dependiente de la Universidad de La Plata fue fundado en 1929, en el mismo año en
que también se fundó la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la U.B.A. En 1938 se dictaron
por primera vez los cursos de citología y genética en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(U.B.A.) (Ambrosini y Beraldi, 2015, 499-503)
Lo ideológico [La] absorción de la ideología por la realidad no significa, sin embargo, el «fin
está en la basede la ideología». Por el contrario, la cultura industrial avanzada es, en un sentido
de cualquier específico, más ideológica que su predecesora, en tanto que la
producción
científica ideología se encuentra hoy en el propio proceso de producción.
Se producen
Bajo una forma provocativa, esta proposición revela los aspectos teorías
políticos de la racionalidad tecnológica predominante. El aparato productivo, y científicas con
determinados
los bienes y servicios que produce, «venden» o imponen el sistema social como
fines que son
un todo. Los medios de transporte y comunicación de masas, los bienes de considerados
vivienda, alimentación y vestuario, el irresistible rendimiento de la industria de valores.
las diversiones y de la información, llevan consigo hábitos y actitudes prescritas,
ciertas reacciones emocionales e intelectuales que vinculan de forma más o menos agradable
los consumidores a los productores y, a través de éstos, a la totalidad. (Marcuse, 1984, 41-42)
Más duramente estamos entregados a la técnica cuando la consideramos como algo neutral;
pues, esta concepción, que tiene hoy día gran aceptación, nos vuelve
La idea de
completamente ciegos para la esencia de la técnica. (Heidegger, 1997, 113) neutralidad es
manipuladora
21
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Mientras las fuerzas productivas dependían de manera intuitiva y evidente de las decisiones
racionales y de la acción instrumental de los hombres que producían en sociedad, podían ser
entendidas como un potencial de creciente disposición técnica, pero no podían ser confundidas
con el marco institucional en el que estaban insertas. Sin embargo, con el
Los intereses
progreso técnico y científico el potencial de las fuerzas productivas ha adoptado
están en la
una forma que hace que en la misma conciencia de los hombres el dualismo de base…
trabajo y de interacción pase a un segundo plano.
Ciertamente que lo mismo antes que ahora son los intereses sociales los que determinan la
dirección, las funciones y la velocidad del progreso técnico. Pero estos intereses definen al
sistema social tan como un todo, que vienen a coincidir con el interés por el mantenimiento del
sistema. […] (Habermas, 1984, 76-81)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Originalmente, la neutralidad de la ciencia tuvo que definirse sobre todo en relación con la
religión. La delineación de esta frontera fue escenificada en el proceso de Galileo por la
Inquisición y en los debates públicos que siguieron a la publicación de la teoría
darwiniana de la evolución. Fuera cual fuese el verdadero curso histórico de estos
acontecimientos, lo cierto es que han resultado ser mitos El Estado decide
Hoy la potentes en el establecimiento de la ideología de la ciencia sobre sus
investigación no “políticas
académica. […] científicas”. Así,
es individual, es
colectiva: o bien la ciencia
Hoy en día el desafío a la neutralidad de la ciencia procede
estatal o bien produce lo que
corporativa principalmente de la política. La colectivización de la ciencia el Estado
ha hecho que la investigación quedase bajo el control del necesita o
permite
Estado, de tal modo que en las decisiones sobre la política científica
influyen inevitablemente consideraciones políticas.
Los compromisos valorativos y los intereses ligados a ellos dan forma a las prácticas científicas
en cualquier área de investigación, de muchas maneras. 6 Ellos intervienen
Imbricación
indudablemente en la generación de los motivos, las preguntas y los problemas; entre hechos
en la formulación y la argumentación de sus respuestas; en la adopción de y valores
métodos y teorías; en los usos, distribución y ejercicio del poder; en el
reconocimiento; en la dirección de la financiación; en la conformación del sistema educativo, y
hasta en la composición misma de los grupos científicos (en términos de clase, género, raza,
etnia, religión). (Gómez, 2014, 135)
En suma, si durante el siglo XIX y a comienzos del XX la ciencia y la técnica fueron consideradas
-con las excepciones mencionadas- como directamente funcionales y favorables al progreso
humano, hoy nacen dudas respecto de tal identificación inmediata entre el progreso científico-
tecnológico y la realización cultural y espiritual del hombre. La "epistemofilia" y la "tecnofilia" 7
ingenuas han dejado lugar a una actitud inspirada en la cautela y la vigilancia. (Volpi, 2005,
150)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] La hegemonía actual de la ciencia no se debe a sus méritos, sino al tinglado que se ha
montado a su favor.
En este montaje está involucrado otro elemento que no debemos olvidar. Ya dije antes que las
ideologías pueden sucumbir aun en el caso de competencia leal. En los siglos XVI y XVII se dio
una competencia (más o menos) leal entre la ciencia y la filosofía occidentales antiguas y la
nueva filosofía científica; jamás hubo una competencia limpia entre este conjunto de ideas y los
mitos; las religiones y los procedimientos de las sociedades no occidentales. Estos mitos, estas
religiones y estos procedimientos desaparecieron o se deterioraron no porque la ciencia fuese
mejor, sino porque los apóstoles de la ciencia eran los conquistadores más
decididos y porque suprimieron materialmente a los portadores de las Una colonización
del conocimiento:
culturas alternativas. se sustituye una
visión por otra
No hubo ninguna investigación. No hubo ninguna comparación «objetiva» de
métodos y resultados. Hubo colonización y supresión de los puntos de vista de
las tribus y naciones colonizadas. Estos puntos de vista fueron sustituidos primero por la religión
del amor fraterno y después por la religión de la ciencia. Unos pocos científicos estudiaron las
ideologías tribales, pero -al estar llenos de prejuicios e insuficientemente preparados- fueron
incapaces de encontrar prueba alguna de superioridad o, cuanto menos, de igualdad (y, en caso
de haberla descubierto, no la habrían reconocido como tal). De nuevo vemos cómo la
superioridad de la ciencia no es el resultado de la investigación ni de los argumentos, sino de
presiones políticas, institucionales e incluso militares.
Para ver lo que sucede cuando se eliminan estas presiones o se utilizan contra la ciencia basta
con echar un vistazo a la historia de la medicina tradicional en China.
China fue uno de los pocos países que escapó al dominio intelectual ejercido por Occidente hasta
el siglo XIX. A comienzos del siglo XX una nueva generación, cansada de las viejas tradiciones
y de las restricciones que éstas conllevaban, a la vez que fascinada por la superioridad material
e intelectual de Occidente, importó la ciencia. La ciencia no tardó en dejar de lado todos los
elementos tradicionales. La medicina herbaria, la acupuntura, la moxibustión, la dualidad yin/
yang, la teoría de los chi, fueron ridiculizadas y eliminadas de las escuelas y los hospitales. Se
consideró a la medicina occidental como el único procedimiento sensato, actitud en la que se
persistió hasta aproximadamente 1954. Entonces el partido, advirtiendo la necesidad de una
supervisión política de los científicos, ordenó la vuelta de la medicina tradicional a los hospitales
y las universidades. Esta orden restauró la libre competencia entre la ciencia y la medicina
tradicional. Se descubrió entonces que ésta última disponía de métodos de diagnóstico y terapia
superiores a los de la medicina científica occidental. Quienes procedieron a comparar las
medicinas tribales con la ciencia hicieron descubrimientos similares. La lección que podemos
extraer es que las ideologías, prácticas, teorías y tradiciones no científicas pueden convertirse
en poderosos rivales de la ciencia y revelar las principales deficiencias de ésta si se les da la
posibilidad de entablar una competencia leal. Darles esta oportunidad es tarea de las
instituciones en una sociedad libre. (Fayerabend, 1982, 118-119)
24
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] Ante la nueva situación surgieron las críticas contra la concepción “técnica” de la realidad y
del hombre, en la que los principios rectores serían el cálculo, la utilidad y el puro rendimiento,
y cuyo máximo peligro no estaría tan sólo en la destrucción final atómica, sino también en una
vida diaria en la que el hombre mismo estaría sometido al dominio de la técnica. De ahí que
muchos, dejando de lado estas y otras críticas que están dentro del ideal de mejoramiento de la
modernidad, hayan proclamado el final de ese ideal, su agotamiento y el comienzo de algo
radicalmente distinto que permita nuevas posibilidades de existencia. Esa sería la
postmodernidad, que sugiere la necesidad de una despedida de la modernidad, dadas las nuevas
condiciones de vida de la existencia actual que permiten mostrar a nuestra época como el lugar
en el que se anuncia para el hombre una diferente posibilidad de existencia. (González, 1987,
266)
Los regionalistas como Bazin o Pereda, Bartels o Hugh Walpole, o los críticos de la
gran ciudad como Unamuno buscaban detener la rueda de la historia. No así los
Rechazo o
actitud que experimentaron la gran ciudad como un infierno, desde Baudelaire hasta Rilke
ambivalente y Azorín, entre otros. Su actitud ambivalente frente a la gran ciudad tiene, como
ante la Gran
todo lo que en el mundo de la modernidad parece a primera vista una
Ciudad
contradicción, su propia coherencia. Rilke y Azorín, para citar los más claros
ejemplos de esta problemática, no pretendieron refugiarse en la vida del campo o del pueblo.
Se diferenciaban de los regionalistas en el hecho de que mientras los primeros intentaban
restaurar o redescubrir el mundo íntegro y autónomo (es el caso de los modernismos
nacionalistas, como el brasileño y en parte el catalán, que comparten en sustancia metas
semejantes a las del indigenismo latinoamericano), los segundos, como Rilke, Azorín y tantos
otros, trataban de revalorar las cosas que habían perdido su propia significación en la sociedad
capitalista y burguesa. Es decir, intentaban ir más allá de la forma de vida abstracta,
impersonal, racional de la gran ciudad, de la sociedad (a diferencia de la
comunidad), sin volver por ello necesariamente a la vida simple, emotiva, íntegra
La mercancía:
del campo o del pueblo. Esa revaloración de las cosas fundaba su necesidad en todo tiene
la experiencia de la sociedad y de la vida urbana que precisamente había valor
enriquecido su horizonte y, con el "cosmopolitismo", su sensibilidad. Pues el económico, y
es el valor
revés -o si se quiere, más bien, la base- de este "cosmopolitismo" era el hecho supremo
de que, como apuntaba Marx, "la riqueza de las sociedades en las que domina
la forma capitalista de producción aparece como una 'monstruosa colección de
mercancías', y la mercancía singular como su forma elemental"
25
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
A este sentimiento "corresponde una nostalgia profunda de dar a las cosas una nueva
significación, un más profundo sentido, un valor propio. Pero las vivaces excitaciones en el
arte, la búsqueda de nuevos estilos, de estilo en general, el simbolismo, y hasta la teosofía,
son síntomas de un anhelo de una nueva, más profundamente sensible significación de las
cosas -sea que cada una reciba un acento más valioso, más emotivo, sea que mediante la
fundación de un contexto, mediante la redención de su atomización la
Los objetos recupere-. Si el hombre moderno es libre -libre porque puede vender La búsqueda
de un nuevo
se vuelven todo, y libre porque puede comprar todo- entonces busca ahora, si sentido
un valor
fuerte bien frecuentemente en veleidades problemáticas, en los objetos
mismos, la fuerza, consistencia y unidad anímica que él ha perdido en las relaciones
con ellos, modificadas por el dinero"
[…] Esta revaloración de las cosas revela la dialéctica de la experiencia urbana. Tanto el lujo
como las cosas humildes (san Francisco de Asís inspira muchos poemas de los escritores de fin
de siglo, así en Darío o en Rilke, por ejemplo) eran objetos que habían creado la sensibilidad y
el horizonte para percibirlos como lujo y entorno. Pero esos mismos objetos, colocados en el
mundo de la experiencia diaria, multiplicados, accesibles a todos (al menos a la vista) en la
gran ciudad, perdieron lo que Walter Benjamín llamó "aura", el "aquí y el ahora del original",
su "autenticidad", y así la literatura de fin de siglo, al transponerlas en poesía y creación
literaria, al acentuar sus contornos y su valor, creyó recuperarlas, darles una nueva "aura" que
ya no descansaba en su pura originalidad, sino en el sentido profundo y trascendente que podía
encontrar en su simple humanidad o en su pasajero brillo. (Gutierrez Girardot, 2004, 115-118)
Hay una forma de experiencia vital —la experiencia del tiempo y el espacio, de uno mismo y
de los demás, de las posibilidades y los peligros de la vida— que comparten
La modernidad
como experiencia hoy los hombres y mujeres de todo el mundo de hoy. Llamaré a este
de vida conjunto de experiencias la «modernidad». Ser modernos es encontrarnos
en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de
nosotros y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos,
todo lo que sabemos, todo lo que somos. Los entornos y las experiencias modernos atraviesan
todas las fronteras de la geografía y la etnia, de la clase y la nacionalidad, de la religión y la
ideología: se puede decir que en este sentido la modernidad une a toda la
humanidad. Pero es una unidad paradójica, la unidad de la Modernidad:
En la desunión: nos arroja a todos en una vorágine de perpetua unidad de la
modernidad… desunión
todo lo sólido desintegración y renovación, de lucha y contradicción, de
se desvanece ambigüedad y angustia. Ser modernos es formar parte de un universo en el que,
en el aire como dijo Marx, “todo lo sólido se desvanece en el aire”. (Berman, 1989, 7)
26
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
A
partir de aquí se torna conceptuable el carácter La ciudad
El desarraigo
intelectualista de la vida anímica urbana, frente al de la (intelectualista) vs.
como
pequeña ciudad que se sitúan más bien en el sentimiento el campo (sensible)
problema:
hay que
y en las relaciones conforme a la sensibilidad. […] El tipo del
sublimarlo
urbanista (que, naturalmente, se ve afectado por cientos de modificaciones
individuales) se crea un órgano de defensa frente al desarraigo con el que la
amenazan las corrientes y discrepancias de su medio ambiente externo: en lugar de con el
sentimiento, reacciona frente a éstas en lo esencial con el entendimiento, para el cual, el
acrecentamiento de la consciencia, al igual que produjo la misma causa, procura la prerrogativa
anímica.
[…] Las grandes ciudades han sido desde tiempos inmemoriales la sede de la
economía monetaria, puesto que la multiplicidad y aglomeración del intercambio La gran
económico proporciona al medio de cambio una importancia a la que no hubiera ciudad, sede
del dinero
llegado en la escasez del trueque campesino. Pero economía monetaria y dominio
del entendimiento están en la más profunda conexión. Les es común la pura objetividad en el
trato con hombres y cosas, en el que se empareja a menudo una justicia formal con una dureza
despiadada. El hombre puramente racional es indiferente frente a todo lo auténticamente
individual, […] [Y] el dinero sólo pregunta por aquello que les es común a todos, por el valor
de cambio que nivela toda cualidad y toda peculiaridad sobre la base de la pregunta por el
mero cuánto. (Simmel, 1986, 247-249)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Buenos Aires ha crecido de manera espectacular en las dos primeras décadas del
La gran ciudad siglo XX. La ciudad nueva hace posible, literalmente verosímil y culturalmente
es el lugar del aceptable al flâneur que arroja la mirada anónima del que no será reconocido
anonimato
por quienes son observados, la mirada que no supone comunicación con el otro.
Observar el espectáculo: un flâneur es un mirón hundido en la escena urbana de la que, al
mismo tiempo, forma parte: en abismo, el flâneur es observado por otro flâneur
que a su vez es visto por un tercero, y… El circuito del paseante anónimo La gran ciudad es
sólo es posible en la gran ciudad que, más que un concepto demográfico o una categoría
ideológica, el
urbanístico, es una categoría ideológica y un mundo de valores. […] La
lugar del valor
ciudad se vive a una velocidad sin precedentes y estos desplazamientos modernidad,
rápidos no arrojan consecuencias solamente funcionales. La experiencia de progreso, cultura,
civilización…
la velocidad y la experiencia de la luz modulan un nuevo elenco de
La gran imágenes y percepciones: quien tenía algo más de veinticinco años
ciudad, con en 1925 podía recordar la ciudad de la vuelta del siglo y comprobar las
sus valores, diferencias. Sin duda, las cosas habían cambiado menos en Floresta que en el
se va
derramando,
centro. Pero la actividad del fomentismo, las uniones vecinales y cooperadoras,
del centro a el crecimiento de centros comerciales en los barrios relativamente alejados como
la periferia Villa Urquiza o Boedo, trasladaban hacia la periferia, atenuados, los rasgos del
centro.
Creo que el impacto de estas transformaciones tiene una dimensión subjetiva que se despliega
en un arco de tiempo relativamente breve: en efecto, hombres y mujeres pueden recordar una
ciudad diferente a aquella en la que están viviendo. Y además esa ciudad diferente fue el
escenario de la infancia o la adolescencia: el pasado biográfico subraya lo que se ha perdido (o
lo que se ha ganado) en el presente de la ciudad moderna. (Sarlo, 1988, 13 y 16-17)
Entre los muchos símbolos e imágenes con que Nueva York ha contribuido a la cultura
La Nueva moderna, en los últimos años uno de los más llamativos ha sido la imagen de la
York de los ruina y la devastación modernas. El Bronx, donde yo crecí, se ha convertido en la
años 80 contraseña internacional de las pesadillas urbanas de nuestra época: drogas,
pandillas, incendios premeditados, asesinatos, terror, miles de edificios
abandonados, bloques transformados en solares cubiertos de basuras y ladrillos. Diariamente,
cientos de miles de conductores, al utilizar la autopista del Bronx que pasa por el centro del
barrio, ven la horrible suerte corrida por el Bronx, aunque quizá no la comprendan.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Esta vía, aunque atascada noche y día por el tráfico pesado, es rápida, mortalmente rápida;
los límites de velocidad son transgredidos rutinariamente, incluso en las rampas de entrada y
salida, con pasos a nivel y peligrosas curvas; convoyes ininterrumpidos de enormes camiones,
con conductores ceñudamente agresivos, dominan el campo de visión; los coches zigzaguean
insensatamente entre los camiones: es como si en esta autopista se apoderara de todos una
prisa desesperada e incontrolable por salir del Bronx a la mayor velocidad que les permitan sus
ruedas. Una ojeada al paisaje urbano del norte o del sur —es difícil hacer algo más que echar
rápidas ojeadas, pues buena parte de la autopista está bajo el nivel del suelo, enmarcada por
muros de ladrillo de una altura de tres metros— sugerirá la causa: cientos de edificios
abandonados y tapiados y esqueletos de construcciones consumidas y carbonizadas; docenas
de manzanas donde no hay nada más que desperdicios y ladrillos rotos. Diez minutos por esta
ruta, dura prueba para cualquiera, es algo especialmente horrible para aquellos que recuerdan
el Bronx tal como era antes: que recuerdan estos barrios tales como en otros tiempos eran y
se desarrollaban, hasta que esta misma autopista atravesó su corazón, haciendo del Bronx,
por encima de todo, un lugar del que hay que salir. Para los hijos del Bronx, como yo, esta
autopista lleva una carga especial de ironía: mientras corremos a través del mundo de nuestra
infancia, apresurándonos por salir de él, aliviados a la vista del final, no somos meros
espectadores, sino también partícipes activos en el proceso de destrucción que nos rompe el
corazón. Dominamos las lágrimas y pisamos el acelerador.
[…]
Al ver cómo era derribado uno de los más encantadores de estos edificios para dejar paso a la
autopista, sentí una tristeza que, ahora puedo verlo, es endémica de la vida moderna. Pues a
menudo el precio de hacer avanzar y expandir la modernidad es la destrucción no sólo de
instituciones y ambientes «tradicionales» y «premodernos», sino también —y
El cambio de
aquí reside la verdadera tragedia— de todo lo más vital y hermoso del propio fisonomía de
mundo moderno. En el caso del Bronx, gracias a Robert Moses, la modernidad las ciudades
del bulevar urbano fue sentenciada por obsoleta y hecha pedazos por la
modernidad de la autopista interestatal. ¡Sic transit! Ser moderno resultaba mucho más
problemático y más peligroso de lo que yo había pensado. (Berman, 1989, 304-305 y 310)
Las
La arquitectura
demoliciones modernas son maravillosas,
NYC: la ciudad
moderna no espectacularmente semejantes a los lanzamientos de de los
cohetes. El edificio de veinte pisos cae por completo, a plomo,
tiene en cuenta “rascacielos”
la vida
hacia el centro de la tierra. Se hunde tieso como un maniquí y
sin perder de vista su compostura vertical, como si descendiera hacia una trampa,
y su propia superficie en el suelo absorbe sus escombros. He aquí un arte maravilloso de la
modernidad, que iguala al de los fuegos artificiales de nuestra infancia.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
El número de sirenas aumenta, de día y de noche. Los coches son más rápidos, los anuncios
más violentos. La prostitución es total, la luz eléctrica también. Y el juego, todos los juegos, se
intensifican. Siempre ocurre cuando nos aproximamos al centro del mundo. Pero la gente
sonríe, sonríe incluso cada vez más, aunque nunca los unos con los otros, sino
siempre para sí mismos. Multitudes
solitarias
[…] Aquí el número de gente que piensa sola, que canta sola, que come y habla
sola por las calles es pavoroso. Sin embargo, no se aúnan. Por el contrario, se sustraen los
unos a los otros y su parecido es dudoso.
Pero hay cierta soledad que no se parece a ninguna. La del hombre que prepara públicamente
su almuerzo sobre un muro, sobre la capota de un coche o a lo largo de una verja, solo. Esto
se ve aquí por todas partes, es la escena más triste del mundo, más que la
Nueva York, the big
miseria. Más triste todavía que el mendigo es el que como a solas en
apple, es la ciudad
moderna por público.
antonomasia
[…] Nada tan intenso, tan electrizante, tan vital y animado como las calles
de Nueva York. Siempre lucen llenas de multitud, el tráfico, la publicidad, a veces con violencia
y otras con desenvoltura. Abarrotadas por millones de personas errantes, indolentes, violentas,
que parecen no tener nada qué hacer, y sin duda no lo tienen a no ser producir la trama
permanente de la ciudad. (Baudrillard, 1987, 26-27 y 31)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Uno de los efectos más visibles en las ciudades ha sido la creciente especulación urbanística,
que arrastra a fenómenos como la gentrificación […], un proceso de transformación urbana en
que la población original de un barrio deteriorado es progresivamente desplazada por otra de
un mayor nivel adquisitivo. Primero suben los precios, a menudo
La gentrificación
en Buenos Aires: simultáneamente a la apertura de modernos comercios y cafés; eso forzará
Palermo y San paulatinamente a los antiguos vecinos a desplazarse a zonas más periféricas.
Telmo Si bien se trata de un fenómeno mucho más avanzado en Europa
[…] avanza también sobre América Latina: ahí están, en Buenos Aires, los casos El capital
financiero
de Palermo y, más tímidamente, San Telmo. global
En un mundo en que la lógica financiera rige cada vez más ámbitos de la vida y decide sobre
los usos del
existen inversores globales cada vez más poderosos, el riesgo es espacio
La creación de que sea únicamente el capital financiero quien, con sus
valor se
inversiones selectivas, decida a su antojo sobre el uso del espacio, sin más
convierte en el
único valor de objetivos que la creación de valor. Frente a consideraciones de orden político,
un espacio, de social o medioambiental, manda quien paga, al tiempo que la producción del
una ciudad
espacio se torna un elemento clave para la acumulación de
capital en el siglo XXI. El resultado son “ciudades globales” […] Las nuevas formas
Son, cada vez más, núcleos urbanos de límites desdibujados, una especie de administrar el
espacio generan
de mancha urbana que tiñe todo el territorio y que crece mayores
desordenadamente, sin contemplaciones ambientales. El suelo reafirma su desigualdades
condición de mercancía […] Por supuesto, estos cambios producen ganadores
y perdedores y, a menudo, profundizan la brecha de la desigualdad que deja huellas evidentes
en la fisonomía de las grandes urbes […]
Ciudades Ciudades globales como Barcelona, Estambul, Nueva York o Río de Janeiro quedan
globales: marcadas como destinos turísticos o centros idóneos para las conferencias o los
Barcelona, negocios […]
Estambul,
Nueva York,Es fundamental en este proceso el papel del Estado, como ilustra el ejemplo de
etc.
los megaeventos deportivos, especialmente desde que los Juegos Olímpicos de
Barcelona en 1992 ofrecieron un modelo de cómo el capital podía rentabilizar al
máximo la celebración de un acontecimiento deportivo.
Los eventos
Aunque el relato que se difundió del proceso de reorganización del espacio deportivos, una
urbano en Barcelona fue triunfalista, hubo también perdedores, que oportunidad para
permanecieron invisibilizados […] Lo han vivido en sus cuerpos los la transformación
de las ciudades
habitantes de las favelas de San Pablo o Río de Janeiro, para quienes las
millonarias inversiones del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos
cariocas de 2016 han sido la excusa para expulsarlos de aquellas zonas de la ciudad
ambicionadas por el sector turístico e inmobiliario.
Los megaeventos de Brasil han sido también el lamentable ejemplo de cómo, cuando las
medidas del Estado no gozan de legitimidad, se recurre sistemáticamente a la violencia. […]
31
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
[…] En los países del Sur global, el capital ha encontrado dos motores para activar esos grandes
proyectos: de un lado, los (mal llamados) desastres naturales, como sucedió en Haití tras el
terremoto de 2010; de otro, los megaeventos deportivos […] En el
Los desplazamientos
Creciente camino, las comunidades desplazadas, para las que su “forzosos” alteran
desigualdad territorio sí tenía un valor diferente del precio, pierden lazos los vínculos sociales
sociales y vínculos identitarios, además de precarizar su
acceso a las infraestructuras urbanas y los servicios públicos básicos.
Lo que hasta no hace mucho (¿30 años?) no parecía posible ahora lo es: ver más allá del
horizonte físico que abarcan nuestros ojos. Para eso el ojo tecnológico mira por nosotros y nos
entrega imágenes, sonidos, información sin que nos movamos. A comienzos de este año, en
un breve ensayo que viene al caso, titulado Provincianos y cosmopolitas […], el filósofo,
novelista y poeta catalán Rafael Argullol rescató un relato de Xavier de Maistre […], que en su
momento tuvo bastante difusión: Viaje alrededor de mi cuarto (también se lo cita
como Expedición nocturna alrededor de mi habitación). De Maistre, francés, hermano del
filósofo Joseph de Maistre, [era un] acérrimo crítico de la Revolución, […].
Viaje alrededor de mi cuarto es producto de una enfermedad que durante más de 40 días le
impidió a su autor salir de su habitación. Valiéndose de su propio cosmopolitismo y
conocimiento del mundo, de las diferentes culturas y personas, De Maistre imaginó un largo
viaje durante el cual se sucedían escenarios, personajes, riquísimas y variadas ideas. Sin
Internet ni redes sociales, trajo el mundo entero, y más, a su pequeño entorno. Y desde allí
conservaba y celebraba la diversidad. Algo opuesto parece ocurrir hoy, cuando las herramientas
globalizadoras tienden a uniformar al planeta, a sus fenómenos, a las experiencias y a las
personas. Algo que es paradójico cuando dos palabras se multiplican por todos lados:
diversidad y personalizar.
El mundo real nos muestra, en cuanto nos paseamos por él, aeropuertos, museos, cines,
edificios, restaurantes, resorts, shoppings y hasta centros históricos de las ciudades, todos
similares entre sí, como diseñados en el mismo estudio por el mismo arquitecto.
Uniformizar:
el fin de la Salimos de nuestras fronteras para encontrarnos, cada vez más, con
El miedo a
diversidad la réplica de nuestros escenarios cotidianos. Temerosos de lo distinto, lo distinto
y clamando por seguridad, a pesar de la reiterada invocación de la
diversidad, cada vez nos atrevemos menos a explorarla más allá de declaraciones. Queremos
comer lo mismo que en casa, movernos como en nuestra ciudad, reconocer las mismas modas,
autos y arquitecturas y hablar el mismo idioma. Adoptamos entonces el inglés. De las seis mil
lenguas que quedan en el mundo, se calcula que desaparece un par cada dos semanas (con la
muerte de su último hablante), y que hacia fines de siglo se habrá extinguido el 95 por ciento
de ellas (según la Unesco y el Worldwatch Institute). Con cada lengua mueren culturas y
memorias. Lo realmente distinto va quedando arrinconado en zonas de penumbra mientras el
mundo se llena de turistas que pasan en masa por la superficie del planeta y cada vez hay
menos viajeros dispuestos a internarse en esa compleja riqueza que se alimenta de lo diverso.
32
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Una cosa es la globalización, con sus herramientas que permiten acercamientos, mixturas,
intercambio de información y conocimiento, y otra es la uniformidad. Hay un peligro cierto de
que, con los instrumentos de aquella, esta última licúe y lime mucho de lo que hace tan
apasionante al universo que habitamos. Aquello que desde siempre convocó a la humanidad a
internarse en él.
De Maistre escribió Viaje alrededor de mi habitación porque era su manera de salir de su cuarto
y sondear el vasto mundo. Expandirlo. La uniformidad quita motivos para hacerlo. No habrá
allí nada nuevo, ningún misterio. Podremos quedarnos en nuestros cuartos, con nuestras
pantallas. Mientras afuera el mundo real seguirá su marcha, más ancho de lo que creemos. Y
más ajeno. (Sinay, 2016, 52)
4. La sociedad de consumo
Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad.
Y a medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más
clases sociales, el adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se El consumo
de productos
convierten en modo de vida. Es un buen modo de vida —mucho mejor que se torna un
antes—, y en cuanto tal se opone al cambio cualitativo. Así surge el modelo de modo de vida
pensamiento y conducta unidimensional en el que ideas, aspiraciones y objetivos,
que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son
rechazados o reducidos a los términos de este universo. La racionalidad del sistema dado y de
su extensión cuantitativa da una nueva definición a estas ideas, aspiraciones y objetivos.
(Marcuse, 1984, 41-42)
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Con el universo de los objetos, de la publicidad, de los mass media, la vida cotidiana y el
individuo ya no tienen un peso propio, han sido incorporados al proceso de la moda y de la
obsolescencia acelerada: la realización definitiva del individuo coincide con su
desubstancialización, con la emergencia de individuos aislados y vacilantes, vacíos y reciclables
ante la continua variación de los modelos. Cae así el último reducto que escapaba a la
penetración burocrática, a la gestión científica y técnica de los comportamientos, al control de
los poderes modernos que en todas partes aniquilan las formas
tradicionales de sociabilidad y se dedican a producir-organizar El consumo no se
Una gran
impone por la
paradoja: lo que debe ser la vida de los grupos e individuos, hasta en fuerza, seduce,
libera y regula
sus deseos e intimidades. Control flexible, no mecánico o es mucho más
al mismo
totalitario; el consumo es un proceso que funciona por la sutil la
tiempo
imposición
seducción, los individuos adoptan sin dudarlo los objetos, las
modas, las fórmulas de ocio elaboradas por las organizaciones
especializadas pero a su aire, aceptando eso pero no eso otro, combinando libremente los
elementos programados. La administración generalizada de lo cotidiano no debe hacer olvidar
su correlato, la constitución de una esfera privada cada vez más personalizada e independiente;
la era del consumo se inscribe en el vasto dispositivo moderno de la emancipación del individuo
por una parte, y de la regulación total y microscópica de lo social por otra. (Lipovetsky, 1986,
106-107)
Hay que afirmar claramente que no son los objetos y los productos materiales los que
constituyen el objeto de consumo: solamente son el objeto de la necesidad y de la satisfacción.
Siempre se ha comprado, poseído, disfrutado, gastado y, sin embargo, no se “consumía”. Las
fiestas “primitivas”, la prodigalidad del señor feudal, el lujo del burgués del siglo XIX no son
consumo. Y si justificamos el uso de este término para la sociedad contemporánea, no es porque
comamos mejor y más, porque absorbamos más imágenes y mensajes, porque
dispongamos de más aparatos y gadgets. Ni el volumen de bienes ni la El consumo en
la sociedad
satisfacción de las necesidades bastan para definir el concepto de consumo: no actual
son sino una condición previa. El consumo no es ni una práctica material, ni una
fenomenología, de la “abundancia”, no se define ni por el alimento que se digiere, ni
por la ropa que se viste, ni por el automóvil de que uno se vale, ni por la sustancia
Consumimos oral y visual de las imágenes y de los mensajes, sino por la organización de todo
signos:
-de cultura esto en sustancia significante; es la totalidad virtual de todos los objetos y
-de moda mensajes constituidos desde ahora en un discurso más o menos coherente. En
-de clases cuanto que tiene un sentido, el consumo es una actividad de
-de poder Lo que
-de género manipulación sistemática de signos.
consumimos
-de política
etc.
El objeto–símbolo tradicional (las herramientas, los muebles, la unxs nos
diferencia de lo
casa misma), mediador de la relación real, o de una situación
que consumen
vivida, que lleva claramente impresa en su sustancia y en su forma otrxs
la dinámica consciente o inconsciente de esta relación, que por lo tanto no es
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
arbitrario, este objeto ligado, impregnado, cargado de connotaciones, pero viviente siempre por
su relación de interioridad, de transitividad hacia el hecho o el gesto humano (colectivo pero
individual), ese objeto no es consumido. Para volverse objeto de consumo es preciso que el
objeto se vuelva signo, es decir, exterior, de alguna manera, a una relación que no hace más
que significar. Por consiguiente, arbitrario y no coherente con esta relación concreta, pero que
cobra su coherencia, y por tanto su sentido, en una relación abstracta y sistemática con todos
los demás objetos–signo. Entonces se “personaliza”, forma parte de la serie, etc., es consumido,
nunca en su materialidad, sino en su diferencia.
[…] Esto explica que el consumo no tenga límites. Si fuese aquello que uno cree ingenuamente
que es: una absorción, una devoración, se tendría que llegar a una saturación.
El consumo no Si fuese relativo al orden de las necesidades, se habría de llegar a una
satisface, no
satisfacción. Ahora bien, sabemos que no hay tal: se desea consumir cada vez
se consuma, es
ilimitado, no más. Esta compulsión de consumo no se debe a alguna fatalidad
tiene fin psicológica […], ni a un simple constreñimiento de prestigio. El consumo no
Si el consumo parece ser incontenible, es precisamente porque es satisfacción
de necesidades
es una práctica idealista total que no tiene nada que ver […] con la satisfacción
de necesidades, ni con el principio de realidad. Es porque está dinamitada por el
El consumo: proyecto perpetuamente decepcionado y sobreentendido en el objeto. El
un proyecto
de vida. Me
proyecto inmediatizado en el signo transfiere su dinámica existencial a la
voy a comprar posesión sistemática e indefinida de objetos-signo de consumo. Ésta, entonces,
esto, y lo otro, sólo puede rebasarse, o reiterarse continuamente para seguir siendo lo que es:
y lo otro…
una razón de vivir. El proyecto mismo de vivir, fragmentado, decepcionado,
significado, se reanuda y se aniquila en los objetos sucesivos. “Moderar”, el
consumo o pretender establecer una red de necesidades capaz de normalizarlo es propio de un
moralismo ingenuo o absurdo. (Baudrillard, 1969, 223-224 y 229)
contenían los elementos que ponían en peligro su promesa de una existencia libre
y plena: la esclavitud del hombre a través de su propia productividad, la glorificación de la
satisfacción propuesta, el dominio represivo de la naturaleza en el hombre y fuera de él, el
desarrollo de las potencialidades humanas dentro del cuadro de la dominación. (Marcuse, 1967,
401)
Uniformidad […] La clase política se transforma en un mismo grupo a escala mundial. […] Como
política resultado de las crisis, los regímenes políticos clásicos crean frustración,
malentendidos, ira y una oscura rebelión. Y todo se dirige contra el camino único
que hoy, con algunas diferencias, aunque pequeñas, proponen los miembros de la clase política.
Hoy el ejercicio de la política es el ejercicio de muy pequeñas diferencias en el marco del mismo
camino global.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Esto genera efectos en la sociedad: desorientación, ausencia total de dirección en la vida, falta
de visión estratégica sobre el futuro de la humanidad. Es una situación así, buena parte de la
gente busca en la oscuridad, en las falsas novedades, en las visiones irracionales, en el retorno
de las tradiciones muertas, una respuesta. Es así como, frente a la oligarquía
Trump, ¿un
nuevo política, aparece un nuevo tipo de activista y nuevos soportes de la demagogia
fascista? violenta y vulgar. […]
Esta nueva figura política [Trump] está cerca de los fascistas de los años treinta. Hay
similitudes, aunque faltan los grandes enemigos de aquella época: los partidos comunistas. Es
una especie de fascismo democrático –una determinación paradójica–, es decir, se trata de
políticos que se mueven en el plano democrático, dentro del aparato democrático, pero que
juegan un papel algo diferente. Tocan otra melodía: racista, machista, violenta y también –una
característica fascista– sin ninguna consideración por la lógica o la racionalidad. […] Porque el
discurso, […] es precisamente una dislocación del lenguaje, la posibilidad de decir algo y lo
contrario al mismo tiempo. El lenguaje no es el lenguaje de la explicación sino un lenguaje
orientado a crear efectos de sensibilidad, un lenguaje afectivo […]
Ya había ocurrido con Silvio Berlusconi, la primera figura de ese nuevo fascismo democrático
[…] Pero también en el caso de Viktor Orbán en Hungría y, según mi opinión, de Nicolás
Sarkozy. […] Y pienso que podemos llamarlos fascistas porque así era en los treinta: después
de todo, Hitler también triunfó en elecciones. Es una novedad, pero una novedad que se inscribe
en el contexto general del mundo de hoy. […] En algún sentido, el efecto de Trump es el efecto
de algo nuevo. Pero de hecho, en los detalles, no hay nada nuevo, porque no tiene nada de
nuevo ser racista o machista: son rasgos muy antiguos. Pero en el contexto de la oligarquía
global actual, esto que en realidad es tan antiguo parece nuevo. […] La conversión de lo viejo
en lo nuevo es otra de las características de este nuevo fascismo.
Esto describe el estado actual de la política atrapada en una dialéctica fatal de cuatro términos.
[…] Hillary Clinton y Donald Trump son muy diferentes. […] Pero no podemos olvidar que en
algún punto esta diferencia existe dentro del mismo mundo. No es la expresión de dos
diferentes visiones estratégicas del mundo. […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Hace veinticinco años, la expresión “movimiento antisistema” era usada con Movimientos
antisistema, de
frecuencia, […] para describir las diversas fuerzas de izquierda hostiles al ayer y de hoy
capitalismo. Hoy en día, sigue siendo pertinente en Occidente, pero su
significado cambió. Los movimientos contestatarios que se multiplicaron en el
El neoliberalismo transcurso de los últimos diez años ya no se rebelan contra el capitalismo,
como problema,
por pensarse sino contra el neoliberalismo8 –es decir, la desregulación de los flujos
como única
alternativa financieros, la privatización de los servicios públicos y la profundización de
las desigualdades sociales–, la variante del reinado del capital que se instauró
en Europa y Estados Unidos desde la década de 1980. El orden político y económico que deriva
de ella fue aceptado casi indistintamente por gobernantes de centroderecha y
Una
centroizquierda, consagrando el principio del pensamiento único ilustrado por estigmatización:
la máxima de Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. Dos tipos de el populismo
movimiento se desarrollaron en reacción a ese sistema. Ya sean de derecha o
de izquierda, son estigmatizados por las clases dirigentes que los presentan como una amenaza
única: la del populismo.
No es casualidad que esos movimientos hayan aparecido antes en Europa que en Estados
Unidos. […] El Mercado Común de 1957 […] era el producto de un período de
El paso de un pleno empleo y de alza de los salarios medios, de afianzamiento la democracia
Estado fuerte e representativa y de desarrollo de los sistemas de redistribución. Los acuerdos
independiente a
un Estado comerciales derivados del Mercado Común invadían poco la soberanía de los
manejado por el Estados miembros, que salían más fortalecidos que debilitados. […]
poder financiero
[…] Desde mediados de la década de 1970, las sociedades capitalistas
desarrolladas entraron en una larga fase de declive […]: década tras década, una disminución
sostenida de las tasas de crecimiento y una desaceleración de la productividad, menos empleos
y más desigualdades, todo ello acompañado por fuertes recesiones. A partir de la década de
1980, en primer lugar en el Reino Unido y Estados Unidos y luego en el resto de Europa, la
estrategia se invirtió: reducción de las asignaciones sociales, privatización de las industrias y
de los servicios públicos, desregulación de los mercados financieros. El neoliberalismo hace su
entrada. […]
De la Unión Monetaria (1990) al Pacto de Estabilidad (1997), luego al Acta del Mercado Único
(2011) y al Pacto Presupuestario (2012), los Parlamentos nacionales fueron suplantados por
una estructura de autoridad burocrática protegida de la voluntad popular, como El “pacto” de
lo había predicho y reclamado el economista ultraneoliberal Friedrich Hayek. austeridad
Una vez que esa mecánica estuvo instalada, desde arriba pudo
Alineación
con Estados imponerse una austeridad draconiana a un electorado sin recursos, bajo la
Unidos dirección conjunta de la Comisión Europea y de […] Alemania […] convertida en el
Estado más poderoso de la Unión […] Durante el mismo período, la Unión y sus
miembros dejaron de desempeñar un rol en el mundo y de actuar a contracorriente de las
directivas estadounidenses. […]
Dado que la casta cada vez más oligárquica de la Unión Europea, ignorando Contra la “casta”:
los sucesivos referéndums, se burla de la voluntad popular e inscribe sus la derecha y la
izquierda
exigencias presupuestarias en la Constitución, no sorprende que provoque
tantos movimientos de protesta de todos los colores. ¿A qué se parecen estos? En el núcleo
duro de la Europa previa a la ampliación, en otras palabras, la Europa Occidental de la Guerra
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Fría […], los movimientos de derecha dominan la oposición al sistema en Francia (Frente
Nacional, FN), Holanda (Partido por la libertad, PVV), Austria (Partido de la Libertad de Austria,
FPÖ), Suecia (Demócratas de Suecia), Dinamarca (Partido Popular Danés, DF), Finlandia
(Verdaderos Finlandeses), Alemania (Alternativa para Alemania, AfD) y Reino Unido (Partido
de la Independencia del Reino Unido, UKIP).
La razón más evidente del éxito de los movimientos de derecha es que de entrada se apropiaron
de la cuestión de la inmigración. Juegan con las reacciones xenófobas y racistas para ganar el
apoyo de las capas más vulnerables de la población. […]
Todo esto instigó la xenofobia, que los movimientos antisistema de derecha convirtieron en su
fondo de comercio y que la izquierda combate por fidelidad a la causa del internacionalismo
humanista. […] El rechazo de esta Europa por parte de los movimientos de derecha resulta
políticamente más coherente que el de la izquierda –otra razón del avance de los primeros
sobre la segunda–.
La llegada del M5S, de Syriza, Podemos y la AfD marcó un salto hacia adelante Los
en el descontento popular en Europa. Las encuestas actuales muestras niveles antisistema
récord de rechazo de la Unión. Pero tanto en la izquierda como en la derecha, siguen siendo
una minoría
el peso parlamentario de los movimientos antisistema sigue siendo limitado. […]
Un sexto del electorado no representa una amenaza seria para el sistema. […]
En realidad, existe una gran diferencia entre el grado de desilusión popular en contra de la
Unión Europea neoliberal de hoy y el apoyo a las fuerzas que pretenden
El sur europeo es oponérsele. Si bien la indignación o el fastidio se volvieron corrientes desde
quien más sufre hace ya algún tiempo, el voto de los europeos está (y sigue estando)
las consecuencias
del neoliberalismo determinado por el miedo. El statu quo socioeconómico es
detestado en gran medida. Lo que no le impide ser
La moneda única
reafirmado en forma regular en las urnas, con la confirmación de los partidos no solucionó los
que son responsables de la situación […] La moneda única no permitió problemas, pero
dejarla de lado
ninguna aceleración del crecimiento en Europa y puso en dificultades a los
horroriza
países más frágiles del Sur. Sin embargo, la perspectiva de una salida del euro
horroriza […] De allí la aceptación por parte de los votantes griegos de la capitulación de Syriza
frente a Bruselas, el retroceso de Podemos en España y las tergiversaciones del Partido de
Izquierda en Francia. […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Último factor, y no de los menores: la diferencia histórica que separa el Reino Unido del
continente. Culturalmente, no sólo Gran Bretaña fue un imperio mucho más poderoso que sus
rivales europeos durante siglos, sino que, por añadidura […] no sufrió derrota, ni invasión, ni
ocupación durante las dos guerras mundiales. En un contexto como este, la captación de los
poderes locales en beneficio de una burocracia establecida en Bélgica sólo
La inmigración:
un problema de podía ser rechazada con más fuerza que en otras partes: ¿por qué un Estado
identidad que en dos oportunidades había puesto en su lugar a Berlín “Razones”
tendría que someterse a Bruselas o a Luxemburgo? La cuestión para votar a
de la identidad podía, pues, suplantar a la del interés material con más facilidad Trump
que en el continente. Es por esto que la idea de que el temor a las consecuencias
económicas podía suplantar al de la inmigración no funcionó, debido a una mezcla de
desesperanza económica y orgullo nacional […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
que salir de ella o deshacerla a fin de poder construir en su lugar algo mejor, con otros
cimientos, […]
La elección de Donald Trump es una más de una serie de impactantes revueltas políticas que,
en conjunto, señalan un colapso de la hegemonía neoliberal. Estas revueltas incluyen el voto a
favor del Brexit en Reino Unido, el rechazo a las reformas de Matteo Renzi en
Rechazo a la
globalización, al Italia, la campaña para la nominación de Bernie Sanders por el Partido
neoliberalismo y Demócrata en Estados Unidos y el creciente apoyo al Frente Nacional en
al establishment Francia, entre otras. Aunque difieren en su ideología y en sus
metas, estos motines electorales tienen un blanco en común: ¡No! a la:
- austeridad
rechazan la globalización corporativa, el neoliberalismo y a los establishments
- libre comercio
políticos que los promovieron. En todos los casos, los votantes dicen “¡No!” a - deuda usurera
la combinación letal de austeridad, libre comercio, deuda usurera y trabajo - trabajo
precario y mal pago que caracteriza al capitalismo financiarizado de hoy. Sus precario y mal
pago
votos representan la contracara política subjetiva de la crisis estructural de
esta forma de capitalismo. Esta crisis estructural, que se manifiesta desde hace
algún tiempo en la “violencia lenta” asociada al calentamiento global y el asedio mundial a la
reproducción social, saltó a la vista de todos en 2007-2008 con el derrumbe casi total del orden
financiero mundial.
Sin embargo, hasta hace muy poco, la principal respuesta a la crisis era la protesta social,
dramática y bulliciosa, sin lugar a dudas, pero en gran medida efímera. Los sistemas políticos,
por el contrario, parecían seguir relativamente inmunes, aún bajo el control de funcionarios
partidarios y elites del establishment, al menos en los países más poderosos del núcleo
capitalista, como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Pero ahora la onda expansiva que
produjo la elección repercute en todo el mundo, incluso en las ciudadelas de las finanzas
globales. Los que votaron por Trump, como los que votaron por el “Brexit” y contra las reformas
italianas, se han levantado contra sus amos políticos. En un gesto de burla hacia el
establishment de los partidos, repudiaron los acuerdos que han venido vaciando sus condiciones
de vida a lo largo de los últimos treinta años. La sorpresa no es que lo hayan hecho, sino que
hayan tardado tanto.
Rechazo al
neoliberalismoAun así, la victoria de Trump no es sólo una reacción contra las finanzas
progresista
globales. Lo que rechazaron sus votantes no es el neoliberalismo a secas sino
el neoliberalismo progresista. Para algunos esto podrá sonar como un oxímoron, pero es una
confluencia política real, por más perversa que parezca, que proporciona la clave para entender
los resultados electorales de Estados Unidos y tal vez también algunos acontecimientos
producidos en otros sitios. En su forma estadounidense, el neoliberalismo progresista es una
alianza entre, por un lado, corrientes dominantes de nuevos movimientos sociales (feminismo,
antirracismo, multiculturalismo y derechos LGBTQ) y, por otro, sectores “simbólicos” de lujo y
negocios con base de servicios (Wall Street, Silicon Valley y Hollywood). En esta alianza, las
fuerzas progresistas se unen eficazmente con las fuerzas del capitalismo cognitivo, en especial
con la financiarización.
Incluso sin darse cuenta, las primeras les confieren su carisma a las últimas. Ideales como la
diversidad y el empoderamiento, que en principio podrían estar al servicio de objetivos
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
diferentes, ahora dan lustre a políticas que devastaron la manufactura y los modos de vida de
clase media que en algún momento estaban al alcance de quienes trabajaban en ella.
Además, a lo largo de los años en que la industria se derrumbó, Estados Unidos bullía en
discursos que hablaban de “diversidad”, “empoderamiento femenino” y “lucha contra la
discriminación”. Al identificar progreso con meritocracia y no con igualdad, estos términos
equipararon la emancipación con el ascenso de mujeres, minorías y gays “talentosos” en las
jerarquías exitistas de las empresas, en lugar de equipararla con la abolición de esas jerarquías.
Esa comprensión liberal e individualista del progreso reemplazó gradualmente a otras nociones
emancipadoras más expansivas, antijerárquicas, igualitarias, con conciencia de clase y
anticapitalistas que habían surgido en los años sesenta y setenta. Con el declive de la Nueva
Izquierda, se diluyó su crítica estructural de la sociedad capitalista y se reafirmó el pensamiento
liberal e individualista característico de Estados Unidos, y así se redujeron imperceptiblemente
las aspiraciones de los “progresistas” y de quienes se autoproclamaban de izquierda. Sin
embargo, el golpe final lo dio la coincidencia de esta evolución con el ascenso del
neoliberalismo. Un partido enfocado en la liberalización de la economía capitalista encontró su
aliado perfecto en un feminismo corporativo meritocrático, enfocado en “ir adelante” y “romper
el techo de cristal”.
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
los gerentes, los pequeños empresarios y todos los que dependían de la industria en el Rust
Belt y en el sur, así como las poblaciones rurales devastadas por el desempleo y las drogas.
Para estas poblaciones, al daño de la desindustrialización se suma el insulto del moralismo
progresista, que día tras día las retrata como culturalmente atrasadas. Al rechazar la
globalización, los votantes de Trump también repudiaron el cosmopolitismo liberal identificado
con ella. Para algunos (aunque desde luego no para todos), de ahí a culpar por el deterioro de
sus condiciones de vida a la corrección política, la gente de color y los musulmanes había un
solo paso. Para ellos, el feminismo y Wall Street son tal para cual y se unen perfectamente en
la figura de Hillary Clinton.
Lo que hizo posible esa fusión fue la ausencia de una izquierda genuina. […]
Fue así, al menos hasta la notable campaña de Bernie Sanders, quien se esforzó por unir estos
polos tras el empujón que recibió del movimiento Black Lives Matter [Las Vidas Negras
Cuentan], [h]aciendo estallar el sentido común neoliberal dominante […] La revuelta de
Sanders en el bando demócrata fue paralela a la de Trump. Mientras este último vencía al
establishment republicano, Bernie estuvo a un pelo de derrotar a la sucesora
La alternativa:
ungida de Obama, cuyos apparatchiks controlaban cada palanca de poder
neoliberalismo a
la Clinton o en el Partido Demócrata. Sanders y Trump movilizaron a una inmensa
neoliberalismo a mayoría de los votantes estadounidenses. Pero sólo el populismo de Trump
la Trump
sobrevivió […]
Lo que quedó fue […] una elección sin alternativa entre el populismo reaccionario y el
neoliberalismo progresista. […] (Fraser, 2017, 8-10)
Las numerosas obras que analizan esta pérdida de confianza de los ciudadanos articular lo
esencial de su reflexión en torno a la noción de soberanía: la de la nación y la del pueblo. Pero,
aunque globalmente comparten el mismo diagnóstico, dónde ponen el acento y las soluciones
propuestas muestran cierta pérdida de los puntos de referencia tradicionales: así, lecturas “de
izquierda” y lecturas “de derecha”, a veces pueden coincidir. De esta manera, ninguno de los
analistas pone en duda las grietas abiertas en la soberanía de la nación, por su subordinación
a poderes supranacionales como la Unión Europea o, en una perspectiva más amplia, porque
“el capitalismo global neutralizó a las democracias nacionales” […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
y los de abajo, una poder oligárquico y una democracia convertida en ficticia. Una buena parte
del pueblo ya no se reconoce en sus representantes habituales –los de la moderación– y elige
outsiders, algunos de los cuales parece peligrosamente “antidemocráticos”.
Entonces, ¿por qué se olvida de votar o vota tan mal? El fenómeno recibe explicaciones
diversas. Como lo recuerda Ivan Krastev, “el progreso de las libertades individuales y la difusión
de los derechos humanos estuvieron acompañados por un declive del poder del ciudadano de
cambiar, por medio del voto, no solamente de gobierno, sino también de orientación política.
La disolución de las oposiciones esenciales entre la izquierda y la derecha va a conducir a que
casi ya no se las pueda diferenciar […] ¿Cómo devolverle su soberanía [al pueblo]?
Ante la […]
uniformidad La uniformidad
La filósofa Chantal Mouffe, […] plantea la necesidad de conduce al
política, surge
la necesidad de “construir un ‘nosotros’ y un ‘ellos’ que permita llevar adelante totalitarismo
construir un un combate por la verdadera puesta en práctica de los
espacio donde
principios ético-políticos de la democracia […]; ya que, como le dice Iñigo
existan las
diferencias Errejón, cofundador y estratega de Podemos: “hoy, todo lo que tiene que ver
con la democracia entendida como igualdad y como soberanía
popular fue descartado por la hegemonía del liberalismo”. De esta La necesidad
manera, para subvertir las relaciones de poder y dar una representación de un
pluriverso
auténtica al “descontento huérfano” de los ciudadanos, sería
frente al
Radicalizar la importante trabajar en la creación de un espacio público universo
democracia agonístico, es decir, conflictivo, en el que se expresen los actual
diferendos, los antagonismos, el desacuerdo, en un marco compatible
con el pluralismo democrático. […] Se trata, pues, no de terminar con la democracia
representativa, sino de radicalizarla. […] (Pieiller, 2017, 216-217)
[…] El Consejo Europeo, que asumió enérgicamente la iniciativa durante la crisis financiera,
está compuesto por jefes de Gobierno o de Estado de los 28 países; su función, a los ojos de
los ciudadanos, es representar sus respectivos intereses nacionales en la distante Bruselas. Se
suponía que el Parlamento Europeo, elegido por voto directo de la población en los diferentes
países, tenía que constituir un puente entre el ámbito nacional y las decisiones tomadas en
Bruselas […]
Una El resultado es una brecha entre la opinión y voluntad de los ciudadanos, por una
brecha… parte, y las políticas efectivamente adoptadas para resolver los problemas más
acuciantes, por otra. Esto también explica por qué las concepciones sobre la UE y
las ideas sobre su futuro se han mantenido en general difusas para la población.
En este marco, los ciudadanos coinciden en una actitud euroescéptica, que se ha vuelto más
aguda durante la crisis […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
En resumen: Europa está atrapada en un dilema entre, por un lado, las políticas económicas
necesarias para preservar el euro y, por otro, los pasos políticos hacia una mayor
La impotencia integración, que son impopulares y despiertan una resistencia espontánea en
política ante el
poder los ciudadanos. La propuesta elaborada por las instituciones europeas intenta
financiero salvar de manera tecnocrática esta brecha entre lo que es económicamente
necesario y lo que parece ser políticamente posible, sólo que al margen de las
personas. […] Bajo la fuerza de esta dinámica tecnocrática, la UE se acercaría al dudoso ideal
de una democracia que quedaría aún más impotentemente expuesta a los imperativos de los
mercados. […]
[…] Por razones demográficas y económicas, el liderazgo corresponde hoy a Alemania. Esto no
sólo despierta fantasmas históricos; también tienta a elegir un curso nacional
unilateral o incluso a sucumbir a las fantasías de poder de una “Europa alemana” ¿Una
en lugar de una “Alemania para Europa”. Los alemanes deberíamos haber Europa
alemana o
aprendido de las catástrofes de la primera mitad del siglo XX la importancia de una
evitar el dilema de un estatus semihegemónico que a duras penas puede Alemania
para
mantenerse sin caer en conflictos. El logro de Helmut Kohl no fue la reunificación Europa?
alemana y el restablecimiento de la normalidad nacional, sino el hecho de que este
feliz acontecimiento se produjo en el marco de una política de integración con Europa.
Alemania no sólo tiene interés en desarrollar una política de solidaridad hacia Europa, tiene
incluso una obligación normativa. […]
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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó
Este esfuerzo exige que Alemania y otros países acepten efectos redistributivos negativos a
corto y mediano plazo en su propio interés de largo plazo, un clásico ejemplo de lo que, […]
llamamos solidaridad. (Habermas, 2015, 4-8)
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