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KOBIE (Serie Antropología Cultural).

Bilbao
Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
N. ºXI, pp. 3 l a 40, año 2004/5. ·
ISSN 0214-7971

CONSTRUCCIÓN RITUAL DEL ESPACIO Y NEGOCIACIÓN


DE IDENTIDADES SEXUALES
Ritual construction of the space and sexual identities negotiation
Maribel Suárez Egizabal (*)

RESUMEN

El espacio no tiene un significado definitivo, está en permanente definición. Este cambio se realiza a través
de actividades que en ellos se desarrollan y que en numerosas ocasiones los transforman en lugares, espacios
dadores de identidad. Las actividades que modifican la calificación de los lugares pueden ser diversas, pero
cuando estos cambios se realizan a través de rituales, no es únicamente el espacio, el lugar modificado. Se
puede producir también un cambio en la identidad de quienes participan en el ritual. La transformación es, pues,
doble, se construye un espacio, se define, y a la vez esta modificación produce el cambio en las identidades,
que en el caso de nuestro análisis, son identidades de género. Para analizar este proceso nos valdremos del cro-
notopos genérico, que nos permite estudiar los procesos de cambios de identidad en el tiempo y el espacio del
ritual.
Palabra clave: espacio, lugar, identidad, ritual, cronotopos genérico, geografía del temor, ciudad.

SUMMARY
Space does not have a definite meaning, it is constantly being defined. This change takes place through acti-
vities that develop in themselves. On severa] occasions they transform into places, spaces given their own iden-
tity. The activíties that modify the gualification of the places can be different. When those changes are held
through rituals, the space or the place is not the only one that undergoes modification. A change in identity can
also take place in those taking part in a ritual. The transformation is double therefore, a space is built, defined
and at the same time this modification leads to a change in the identities. To analyse this process we will use
generic cronotopes, which will let us study the process of identity change in the time and space of the ritual.
Key words: space. place, identity, ritual, generic cronotopes, fear geography and city.

LABURPENA
Guneak es du behin-betiko esanahia. eternrnbeko definizioa du baizik. Aldaketa hau bertan gauzatzen diren
ekintzen bidez gauzatzen da eta, askota~, nortasun ematen duten leku eta gune bihurtzen dituzt~. Guneen kali-
fikazioa aldatzen duten jardurak desberdinak izan daitezke, baina a]daketa hauek eITitualen bidez gauzatzen
direnean, gunea ezezik erritualean parte hartzen duten nortasuna ere aldaraz daiteke. Aldaketa, bada, bikoitza
da. Horrela, gunea eraikitzen, definitzen eta, aldiberean, nortasunen aldaketa gauzatzen da. Gure kasuan, alda-
keta hauek generoen aldaketak dira. Prozesu hau aztertzeko, errituaren denbora eta lekuaren nortasunaren alda-
keten prozesuak astertzen laguntzen diguten kronotopo generikoaz baliatuko gara.
Giltz-Hitzak: gunea, lekua, nortasuna, en-itua, kronotopo generikoa, beldurraren geografía, hiria.

(*) Antropóloga.
32 l'vlARIBEL SUÁREZ EGIZABAL

Introducción no, la historia ele las ciudades y de la prostitución


habrían tenido un recmTido paralelo, ya que los gran-
El pasado 22 de noviembre del año 2003, acudí des núcleos de población siempre tienen en su seno
en Bilbao a una manifestación que se celebraba en tanto actividades marginales como sectores discrimi-
contra de las agresiones sexistas y sexuales convoca- nados (Juliano, D. 2002: l 09).
da por la Coordinadora de mujeres jóvenes de Biz-
kaia. Esta partía de la Plaza del Corazón de María, a En la ciudad también se han constituido los deno-
las 12:00 de la noche y seguía recorrido por San minados " espacios de temor" para las mujeres. El
Francisco y Bilbao la Vieja, a través del Casco Viejo abandono de los espacios privados a los que estaban
hasta acabar en la Plaza de Santiago. Esta "proce- confinadas, y la ocupación de espacios típicamente
sión" feminista que permitía la apropiación por parte de hombres, las han puesto en el punto de vista de la
de las mujeres, mujeres jóvenes, de un espacio y un violencia masculina. Las agresiones sexistas y sexua-
tiempo designado generalmente a los hombres, me les son el alto precio que han tenido que pagar las
trajo a la memoria otro ritual, el de la procesión del mujeres por usar y reclamar espacios que les estaban
Nazareno que discmTe por la Calle Cortes y San prohibidos por razón de género. La ciuda9, es pues
Francisco durante el Lunes posterior al Domingo de también un espacio de represión y temor. Unicamen-
Ramos. En este ritual, otras mujeres, las prostitutas, te las "mujeres públicas" pueden utilizar los espacios
tienen también una gran protagonismo, aunque su públicos de una manera diferente a la que no sea de
finalidad es, no sólo diferente, sino, antagónica. paso hacia otros lugares, tareas "El hecho mismo de
Mientras el del 22 de noviembre es de rebelión y su aparición en las calles dejó a la condición femeni-
reclamo de la calle y la noche, el de la procesión, es na expuesta a la interpretación y, con frecuencia, a
de abandono de la calle y reafirmación de los roles requerí mi en tos sexuales no deseados"(McDowell, L
sexuales de la mujer. 2000:228). Las mujeres van a ver así delimitado el
espacio en el que van a desarrollar su vida cotidiana,
En este artículo pretendo analizar ambos ritua- aunque en algunos de ellos solamente durante la
les, en los que se da esta negociación y transforma- noche, cuando estos se transfom1an en "espacios de
ción del espacio. Los dos transcurren por el espacio temor".
urbano; por las calles de la ciudad, que tienen una
especial relación con la situación de la mujer en Pero los espacios, su significación pueden cam-
nuestra sociedad. El espacio transformado es el biar. Para Teresa del Valle "el espacio es cambiante
espacio público, negado a las mujeres, que son en sí. Existe toda una serie de matices y de gradacio-
recluidas al espacio privado constituido por la casa, nes respecto a como se configuran los espacios y a
delimitado por las funciones que se le asignan en los significados que se les atribuye que sirve de
relación al género. Es pues, no sólo un espacio marco para contextualizar el lugar que ocupan sim-
construido, sino constructor de las identidades de bólicamente, las personas y los grupos dentro de una
género en función de su relación con él. Me valdré ciudad y de los espacios más específicos que contie-
para este análisis de una estrategia metodológica ne" (Del Valle, T, 1998:34 ).Pero la forma en la que
denominada cronotópos genérico, utilizada para el las mujeres van a transformar estos espacios es dife-
análisis de rituales donde se dan negociación de rente que la utilizada por los hombres.
identidades de género.
El cambio de uso de un espacio por parte de los
hombres, requiere un acto individual de uso u ocupa-
La ciudad Espacio de libertad y de temor ción que en la medida que se vaya haciendo más con-
tinuo transformará la relación hombre-lugar. En el
La relación de las mujeres con la ciudad ha sido caso de las mujeres es diferente, esta transformación
de ambivalencia. Por una parte ha constituido para se debe hacer de forma colectiva, pues mientras la
las mujeres espacios de anonimato que les conferían identidad que definirá a un hombre en función de un
libertad para desarrollarse y oportunidades en el sen- uso de un determinado espacio será individual, la
tido planteado por Jane Darke y Linda McDowell, definición en la mujer será genérica. Como afirma
como espacios de superación del dominio masculino Celia Amorós mientras las mujeres construyen su
y las nonnas sociales impuestas, un lugar donde identidad desde el colectivo mujer, en el espacio de
desarrollarse libremente a nivel profesional y perso- las idénticas, los hombres lo realizan a nivel indivi-
nal (Darke, 11998: 127/ McDowwell, L 2000:220). dual desde el espacio de los iguales Todo proceso que
También es en las ciudades donde comienza la pros- pretenda invertir esta situación deberá hacerse desde
titución propiamente dicha. La prostitución es, según el genérico, como paso previos a la posibilidad de
Dolores Juliano, un fenómeno eminentemente urba- individuación (Amaros, C 1987:113). El hombre
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como individuo puede mantener una relación indivi- ció a la Anteiglesia de Abando. Las calles, como
dual con el espacio, la mujer lo hará desde su perte- corresponde, son estrechas, edificios antiguos, escasa
nencia al genero femenino, y por lo tanto como colec- iluminación. En la Calle Cortes se observan gran
tivo deberá impulsar su transformación. El espacio número de solares, donde hasta hace menos de q~ün­
püblico está determinado para el hombre, por mucho ce años había viviendas. La utilización de las vivien-
que una mujer haga uso de él, no va a conseguir que das desde principios de los 80 para fines delictivos,
esta percepción cambie, deberá ser el conjunto de sobre todo tráfico de drogas, unido a la falta de cui-
mujeres quien lo haga reclamando su derecho a usar dados, provocó el estado de ruina de numerosos edi-
el mismo espacio en igualdad de condiciones, para ficios, sobretodo en Cortes, y que obligó a den"ibar-
que ese hecho se dé. los, Hasta 1992, se cifraron en quince el número de
edificios derribados.
La reclamación del derecho a el uso de un espacio
se transforma en mucho más que en una reclamación En un artículo sobre reducción de impactos publi-
de derechos, va modificando la identidad del grupo cados por la Asociación Vecinal de san Francisco en
que lo consigue. Aunque eminentemente mientras su revista "Cure Auzoa" en mayo del 2004, centran
siga habiendo una separación sexual que determina la en cuatro las actuaciones urgentes en realizar en la
separación espacial, los espacios siempre van a deter- zona. Estas giran en referencia a la compra-venta de
minarse en función del género, pero se abren posibi- drogas ilegales, consumo de drogas ilegales en espa-
lidades de identificaciones múltiples. En la medida en cios y vías públicas, pernoctaciones en espacios y
que los espacios se vayan transformando, bien porque vías públicas y puntos extremos de suciedad y aban-
se les adjudique nuevos usos, a través de rituales, dono.
reclamaciones sociales, sexuales, o de otro tipo, tam-
bién van a ir cambiando la relación de las mujeres En referencia a la población de la zona, cuenta
con ellos, su identidad se verá determinada de otra con una población censada de 6.013 personas, que
manera en función de otras posibles identidades, tra- representan el 42% de la población del Área de Bil-
bajadora, parada, madre, de izquierdas, de derechas, bao La Vieja y el 11, 63 % de Bilbao. La composición
lesbiana, heterosexual. Van a hacer un uso diferente de esta población es heterogénea. Hay que tener en
de los espacios según su relación con los roles de cuenta que toda la zona ha sido históricamente lugar
género, su ideología y su trabajo, y al mismo tiempo de llegada de la inmigración. Podernos encontrar un
el uso que hagan de ellos va a configurar su identidad gran n(1mero de población inmigrante antigua, llega-
a ojos del resto de la sociedad. da de otros partes del Estado, población gitana e
inmigrantes de llegada reciente. En relación al origen
y número de esta nueva inmigración, los datos cam-
El barrio de San Francisco bian según se consulten fuentes oficiales o de otro
tipo, ya que muchas de estas personas se encuentran
Los rituales a lo que nos referimos recorren el en situación inegular. El origen del mayor número de
b~rrio de San Francisco, y en cierto momento el reco- personas es africano, sobretodo de Marruecos y Gui-
ITido entre la calle Conde Mirasol y Corazón de nea Bissau 1 La presencia de estas personas en la calle
María sus itinerarios coinciden, si bien el de la proce- es evidente, se las puede ver en grupos a lo largo de
sión es ascendente y el de la manifestación descen- las calles, además de regentando establecimientos de
diente. Este barrio es un ban-io popular situado en la hostelería y comercios de productos, en muchos
zona antigua de Bilbao, aunque carece del status del casos de sus lugares de origen, y también locutorios,
Casco Viejo representado por las Siete Calles. Está espacios destinados a la comunicación telefónica y
situado en pleno centro de Bilbao, considerado el envío de dinero. La presencia más abundante es la de
"barrio chino" o guetto, o incluso el Bronx bilbaíno, hombres, tanto en la calle como en las plazas se ven
está separado del resto de municipio, por barreras grupos de hombres solos. En la calle Cortes, por e1
simbólicas. Estas batTeras simbólicas están represen- contrario se observan son sobretodo mujeres de ori-
tadas por los puentes que lo unen o separan de Bil- gen africano y latinoamericano, junto con mujeres
bao: el de Cantalojas, La Merced, El de San Francis- muy mayores y algunas drogodependiente, en grupos,
co y san Antón, este ultimo en Bilbao La Vieja. No o delante de los establecimientos de alterne. La calle
son los únicos nexos de unión, pero si los que hacen Cortes es lo que se podría denominar un espacio de
más evidente esta separación.

La estructura física de la zona está determinada


Fuente: Dispositivo de seguimiento del 1\!/ercado de Trabajo en el
por su construcción a finales del siglo XIX, fecha de A rea de Sa11 Francisco, Bilbao La Vit'.ia y Zabala.(200 l ).
su anexión a Bilbao puesto que hasta 1870, pertene- Elaboración: IKERTALDE Grupo Consultor, SA:
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prostitución mixta, puesto que se mezclan tipos de huecos de escaleras, callejones en los que no se ve la
prostitución diferentes, a la prostitución de clubes salida; aumenta el miedo ante la poca visibilidad, la
hay que sumar la de calle y sobretodo la de posibilidad de no ser oída, entorno deteriorado, entor-
"cocheo":!. no con grafittis sexuales".(Del Valle, , 1999:48).

La zona de Bilbao La Vieja ha sido la zona de Pero no es durante todo el día cuando estos espa-
prostitución por excelencia de Bilbao desde que en cios son espacios de temor para las mujeres, donde
1502 mediante una "Provisión Real" otorgada por los creen que pueden ser víctimas de agresiones sexua-
Reyes Católicos las prostitutas fueron arrojadas del les, sino fundamentalmente durante la noche"El con-
Casco Viejo. El auge de la minería, a finales del siglo cepto de los tiempos y espacios que nos negamos
XIX y principios del siglo XX, junto con la edifica- incluye la exclusión intencionada de salir a ciertas
ción de la zona, van convirtiendo a la Calle Cortes, en horas, de excluirse de recorridos y lugares en base a
un espacio de prostitución creciente, que alcanza su miedos que encie1nn la proyección de posibles agre-
máximo esplendor hasta la Gueffa Civil, con abun- siones, especialmente de agresiones sexuales (del
dantes cabarets, espectáculos y prostitución de lujo. Valle 1997: 198-201 ).Es habitual oír que a las mujeres
Tras la guerra, la prostitución sigue en el barrio, a no les gusta salir de noche solas"( del Valle, 1999:48)
pesar de que de vez en cuando hay redadas. Se puede
decir que gracias a la prostitución que favorece el Es también durante la noche cuando San Francis-
paso gentes diferentes, convierten a la zona en una co en cierra su parte más terrorífica para las mujeres.
especie de "zona franca" o zona de un mínimo de A la escasa iluminación de las calles, hay que sumar
libertad, donde se favorece el intercambio de mercan- que la mayo1ía de los establecimientos y comercios
cías, sobretodo las provenientes del extranjero: lence- cierran temprano, para las diez y media de la noche,
ría, joyería, formadas. También la hostelería y se ven pocos bares y tabernas abiertos. El deterioro y
comercios de ropa, peluquerías, zapaterías, se ven suciedad todavía se ve más amenazante con contene-
favorecidos, de tal forma que a San Francisco se la dores de basura desbordados y bolsas con su conteni-
conoce como la ªGran Vía Obrera". Este florecimien- do en el suelo. La escasez de aparcamientos hace que
to dura hasta finales de los 70 cuando coinciden el gran número de coches aparquen en las aceras convir-
cien-e de las minas con la aparición de las drogas ile- tiéndolas en espacios cerrados, con escasa visibilidad.
gales, sobretodo la heroína, según algunos introduci- Lonjas vacías, entrantes en los portales. Drogodepen-
da por los mismo dueños de clubes .. Así nos lo con- dientes deambulando a lo largo de la calle la calle en
firma Isabel, vecina de San Francisco, inmigrante busca de su dosis. Grupos de hombres en ]a calle, la
andaluza que llegó a servir con 25 años y que ahora gran mayoría inmigrantes de origen magrebí y subsa-
tiene 80: hariano, con lo que a al hecho de ser hombres se suma
el de lo desconocido, el "otro". La Plaza corazón de
Eso, han perdido mucho. Mucho. Eso era un río María, sus arcos con gente consumiendo sustancias
de oro, el que venía, todo el mundo aquí, de aquí, ilegales o dunniendo, grupos de hombres en los ban-
p 'aca y eso, y daba mucha vida, a los comercios, y a cos. Gritos arriba y abajo en idiomas múltiples, peti-
todo. Ha perdido mucho, mucho. La gente mira como ciones de auxilio, llamadas a la policía. Esto todo
está... todo cerrao ... todo lo tienen los negros, los junto a una zona de prostitución, con lo que las muje-
moros, y eso. Y eso solo por el "chuche del drogueo" res que pasan por la noche temen ser confundidas con
ellas.
Ambos fenómenos prostitución, comercio y con-
sumo de drogas ilegales, espacios deteriorados y
sucios, escasa visibilidad, presencia de hombres solos Análisis de dos rituales antagónicos: la Procesión
en grupos, conforman lo que Teresa del Valle deno- del Nazareno y la manifestación de Noviembre
mina "geografía del miedo" (Del Valle,
1999:51 ). "Hay un acuerdo acerca de los sitios que La estrategia metodológica utilizada para analizar
inspiran temor y son aquellos de poca visibilidad, estos dos rituales es la del cronotopos genérico. A tra-
paradas desiertas de autobús, estaciones de trenes, vés de esta metodología nos acercamos a comprender
pasos subten-áneos, aparcamientos desiertos o de los significados posibles de la simbología del ritual,
varios pisos, esquinas sin visibilidad, lugares amplios desde el espacio y tiempo que los define y delimita, y
como la playa (del Valle 1997:187-191), ascensores, que también les otorga múltiples significados, puesto
que colabora en su contextualización, y que en los
rituales que nos ocupan están estrechamente relacio-
2 Modalidad de prostitución de calle, el contacto se realiza con nados con el género. Teresa del Valle define el crono-
clientes en coche, y las mujeres se suben a ellos. topos genérico de la siguiente forma, "en el término
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cm110topos se encierra la conjunción del espacio y Cuando aparece la Dolorosa las mujeres le arrojan
tiempo. Por cronotopos genéricos entiendo en primer flores desde las ventanas y la calle, pero la verdadera
lugar los puntos donde el tiempo y el espacio itnbui- ofrenda se la realizan a Nazareno. El Paso se para
dos de género aparecen en una convergencia dinámi- delante de cada club, o donde hay una mujer con
ca. Como nexos podemsos cargados de reflexividad y ramos, con toda la comitiva eclesiástica detrás. Sólo
emociones, pueden reconocerse en base a las carac- se pone de nuevo en marcha una vez de que la mujer
terísticas siguientes: actúan de síntesis de sign(fica- haya depositado el ramo, en algunos casos son traves-
dos más amplios, son catárticos, catalizadores, con- tís quienes los depositan. La entrega de estos ramos
densan creatividad y están sujetos a mod(ficaciones y delante de la comunidad de la zona, de la eclesiástica
reinterpretaciones continuas. Son enclaves tempora- y de la de las mujeres adquiere un significado que va
les con actividades y sign(ficados complejos en los más allá de la muestra de fervor y respeto de quienes
que se negocian identid(ldes, donde pueden estar en la hacen. Se transforma en un ritual privado, determi-
COl{fiicto nuevas inte1pretaciones de acciones, símbo- nado por la zona donde se lleva a cabo, por quien lo
los creadores de desigualdad. Puede negociarse la realiza y por quienes aparecen como testigos.
desigualdad y o reafinnarse, expresarse. Lo nzismo
que puede ser ol~jeto del mismo proceso la igual- La muestra personal de fervor se convierte en un
dad". (del Valle 2000:246). ritual de sacrificio, en una ofrenda que va a propiciar
la purificación de un "espacio de pecado" a través de
Analizaremos, pues, la procesión del Nazareno del arrepentimiento público de estas mujeres. Se
que se celebra el lunes siguiente al Domingo de recuerda la figura de Maria Magdalena, para que el
Ramos. Esta parte de la Iglesia de San Francisco de éxito del ritual sea total las mujeres no sólo muestran
Asís en Hurtado de Amézaga y asciende hasta la arrepentimiento sino que se someten ante el Nazare-
Plaza Zabálburu, San Francisco, Cantalojas, luego no, que en estos momentos no representa sólo a la
discurre por Cortes, baja por Conde Mirasol para Iglesia, sino también a la figura masculina (Suárez
ascender de nuevo por San Francisco y volver a la lla- Egizabal, M, 2004:6). Año tras año se renueva el
mada Quinta Parroquia de donde salió, en Hurtado de contrato de perdón de estas mujeres con la iglesia,
Amézaga. La singularidad de esta procesión se pone deben ocupar su lugar en una sociedad que las con-
de manifiesto en su rec01Tido por las calles Cortes y siente como pecadoras, pero no como mujeres libres.
San Francisco, pero sobretodo por Cortes. A pesar de "La prostituta (lbandona la posibilidad de una
ser una procesión relativamente nueva, la Cofradía sexualidad autónoma, que le produce bienes econó-
del Nazareno se creo en 1947, y la Procesión se llevó mico, para o..fi·endársela al varón. La mz{jer autóno-
a cabo por primera vez en 1953, tiene una fuerte rai- m.a, duena de su cue1po y su sexualidad se rinde
gambre en el barrio, con un contenido muy popular. .fi·ente al varón, se muestra sumisa y pierde su posi-
ble independencia cediendo ante el control ejercido
Durante el recorrido por la calle Cortes el paso del por la sociedad, bajo la mirada del resto de las
Nazareno, se para delante de algunos balcones desde nu~jeres que no podrán tomarlas corno modelo de
donde se cantan saetas. Popularmente se ha identifi- liberación. La ofrenda de estas n1ujeres es pública,
cada a quienes cantas estas saetas con prostitutas al para que pueda ser observada. Aparece la mujer
aparecer publicado en un periódico durante los años sumisa frente a la "mujer fatal", independiente,
80 un artículo en el que se entrevistaba a una prosti- devoradora de honzbres, que duena y senara de su
tuta que las cantaba. Pero además de mujeres prosti- cuerpo y se.rnalidad mnenaza el poder patriarcal".
tutas y travestís, también cantan hombres y mujeres (Suárez Egizabal, M, 2004:6)
"honradas". Lo que une a todos y todas ellas es su
procedencia del sur de Estado. Durante el paso de la En este caso la efectividad de este sacrificio está
Procesión, los bares y clubes de alterne, los pocos que condicionada a que sea público, y a que llegue al
quedan en funcionamiento, han permanecido, y resto de las mujeres como mensaje importante. A lo
siguen permaneciendo cerrados. Ante sus puertas se largo de las calle se amontonan personas provenien-
pueden ver mujeres con ramos de flores, por cada tes de todo Bilbao. Se ven muchas mujeres que
club, hay una mujer prostituta con un ramo. En estos durante el resto del año perciben la calle como un
momentos sobretodo son mujeres extranjeras, lati- espacio vetado o en palabras de Dolores Juliano ha
noamericanas y subsaharianas, las pocas autóctonas desaparecido el "toque de queda" simbólico que
que quedan son mujeres muy mayores o drogodepen- hace referencia a que durante ciertas horas del día,
dientes. fundamentalmente por la noche, existen ciertas
zonas o calles que parecen vetadas a las mujeres
El Paso de Nazareno es el último que aparece, le que no se dedican a la prostitución (Juliano
precede la Dolorosa, pero sólo desde hace dos años. 2002: 114).
36 MARIBEL SUÁREZ EG!ZABAL

Los rituales por definición son polisémicos, sig- Esta manifestación del sábado anterior al 25 de
nificados distintos en contextos diferentes, poseen noviembres es muy reciente, se lleva celebrando
un significado relativo y en ocasiones restringidp desde el año 2001, coincidiendo con un intento de
(Augé, M: 1998, a 81-115). El significado que violación en octubre de ese año en San Francisco,
adquiere la procesión durante su paso por San Fran- parte de la Plaza del Corazón de María, lugar referen-
cisco es diferente que cuando recorre otras zonas de te en el barrio, y baja por la calle San Francisco hasta
Bilbao. No va a consistir simplemente en la reme- la Plaza de Bilbao La Vieja, allí se para un momento
moración de un hecho importante dentro de la Igle- y sigue atravesando San Antón por el Casco Viejo,
sia e importante para los creyentes como es el sacri- para acabar en la Plaza de Santiago, en el mismo
ficio del hijo de Dios. Pero incluso va a ser distinto Casco. La elección del reconido no es solamente
para diferentes colectivos o testigos de la ofrenda. debido al intento de violación, sino al hecho de que
Este se va a unir con la realidad del barrio y se va a son tres zonas de esparcimiento y alterne de gente
transformar en un ritual diferente donde el sacrifica- joven, además de ser por su misma estructura y carac-
do no es el Nazareno, sino las mujeres prostituidas, terísticas espacios de miedo para las mujeres durante
a través de la ofrenda que realizan al Paso. Para las la noche .
mujeres va a significar una inversión del proceso de
liberación que podian constituir las prostitutas., con- A la manifestación acuden en su gran ~1rnyoría
cebidas como mujeres autónomas, dueñas de su mujeres jóvenes, aunque también se ven mujeres
sexualidad. más mayores y algunos hombres jóvenes. Durante el
recorrido entre la Plaza del Corazón de María y la de
Para quienes se benefician económicamente de la Bilbao La Vieja, las calles son de las mujeres de la
prostitución, aunque sea de fom1a indirecta, el ritual manifestación. Esta calle y plaza ocupada normal-
de rememoración cristiano se transformará en un mente por hombres se encuentra desierta. Sólo se ve
ritual de perdó!l de estas mujeres y a través de este de y escucha a las mujeres. La soledad de la calle, úni-
purificación de un oficio del cual se beneficia todo el camente rota por la presencia de estas mujeres, pone
barrio. Para R. Briones las ofrendas se tratan de de manifiesto la caracterización de la zona como
"prestaciones simbólicas con lo sagrado que desde un espacio de temor, sólo queda algún que otro estable-
estadio más materializado se irá espiritualizando. El cimiento abierto, escasa luz, arcos y espacios oscu-
principio de interacción, que está en la base de la ros en la plaza, calles y callejuelas. Las mujeres de la
ofrenda se refiere al sentimiento de culpabilidad de manifestación son las únicas presencias visibles en la
Jos humanos frente a lo sagrado y de Ja utilización de calle hasta llegar a Bilbao La Vieja, a partir de al1í la
lo sagrado como fuente de bien por las contrapresta- manifestación se pierde en algunos momentos entre
ciones que se esperan en las ofrendas" (Briones. R, el gentío que hay en las calles un sélbado por la
1997: 184 ). Las ofrendas de las prostitutas, purifican noche.
el dinero logrado de la prostitución y que revierte en
el barrio., que de otra forma seria dinero sucio, man- Si durante el ritual de la Procesión el espacio
chado por provenir de un "comercio" impuro y con- profano se sacraliza, durante el paso de la manifes-
denado por la Iglesia y la moral. "El mismo ritual que tación se da una especie de exortización del espa-
sirve para reconciliar a la comunidad que se beneficia cio de temor, la calle y la noche son de las mujeres.
económicamente de la prostitución, con la Iglesia y la Esta manifestación no se debe a un acto de denun-
moral cristianas, sirve para mantener la desigualdad cia o reivindicación puntual. Unida a la reivindica-
de las prostitutas. Renueva las diferencias sexuales ción de un espacio y tiempos, está una evocación
recreando la idea de las buenas y las malas mujeres. de un hecho en el que se fundamenta, además de
Reduciendo a la mujer a categorías diferentes en base seguir un orden y tiempos establecidos. Recopilan-
a la utilización que hagan del sexo-maternidad". do las propiedades formales de los rituales según el
(Suárez Egizabal, M, 2004:9) antropólogo Rodrigo Díaz Cruz, los cumple todos:
a)repetición, en un tiempo o espacio establecido;
Si la Procesión del Nazareno, es sin lugar a dudas b)acción, actividad no espontánea; c)comporta-
un ritual que adquiere características y significados miento "especial" o estilización, las acciones o
diferentes en su recorrido por el barrio de San Fran- símbolos utilizados son extraordinarios u ordina-
cisco. La manifestación que recorre el sábado ante- rios pero usados de manera especial; d)orden, con
rior al día 25 de noviembre, Día Internacional contra reglas y guías; e) estilo presentacional evocativo y
1a violencia de Género, las calles de san Francisco y puesta en escena; f) dimensión colectiva y pública;
Bilbao La Vieja hasta el Casco Viejo, también es un g)multimedia, con canales variados de expresión;
ritual vinculado a la significación de la calle para las i) tiempo y espacio singulares. (Díaz Cruz,
mujeres. 1998:225-226).
CONSTRUCCIÓN RITUAL DEL ESPACIO Y NEGOCIACIÓN DE IDENTIDADES SEXUALES 37

El ritual al que denominaré reivindicativo y que modelo de mujer. Rito de inversión, en el sentido de
consiste en una manifestación que recorre diferentes Marc Augé "los ritos de inversión son obviamente
calles reclamando el derecho de las mujeres a usar un marcadores de identidad sexual o socíopolítica, en la
espacio público a cualquier hora se desarrolla en un medida misma en que escenifican una voluntad
espacio y tiempo repetitivo, siempre es el mismo (interpretada) de desmarcarse "(Augé 1998, b:70).
recorrido, el de los espacios de ocio de las personas
jóvenes en Bilbao; y el mismo tiempo el sábado ante- En los rituales analizados se da una negociación de
rior al 25 de noviembre, día internacional contra la las identidades de género, aunque de fonna antagóni-
violencia de género, a las doce de la noche. A pesar ca. Mientras en la manifestación de noviembre se trata
de ser una manifestación no es espontánea en el sen- de superar esta división de géneros, en la procesión se
tido de que se prepara con mucha antelación y de que trataría de mantener la posición diferenciada de los
tampoco surge como respuesta a un hecho puntual géneros volviendo al papel tradicional de la mujer a
como podría ser una agresión. La forma que adquie- través de la separación mujer honrada-pecadora. La
re es la de manifestación, se produce ruido con silba- manifestación de noviembre significa la reclamación
tos, se llevan pancartas y banderas y se reparten pan- del espacio público por parte d; las mujeres. Reclama
fletos todo ello con un significado diferente. El ruido la calle y la noche, espacios tradicionalmente vedados
de los silbatos no sólo pretende llamar la atención a las mujeres. Se exige una posibilidad de utilización
sino también el hacer presente de esta forma a las del espacio que plantea también la figura de una mujer
mujeres, dotar de estridencia a quienes en otros nueva, no condenada al espacio privado, o aquellos
momentos prefieren pasar inadvertidas por el miedo a espacios públicos que podrían estar unidos al espacio
la agresión.; las pancartas y las banderas cobran el privado, sino la utilización de la calle en igualdad de
mismo significado de visibilidad. condiciones con los hombres. El eslogan "la calle, la
noche también son nuestras", no de lugar a dudas. Se
Es evocativo en una doble vertiente, por una parte trata de exigir un derecho únicamente en poder de los
una evocación en la distancia y el tiempo que conme- hombres hasta ahora. Participar en plena igualdad en
mora el asesinato el 25 de noviembre de 1960 de las esos "cotos masculinos". Pero esta renegociación de
hermanas Mirabel, activistas políticas muertas a identidades pasa también por la resignificación de
manos de la policía secreta de Trujillo en la Repúbli- espacios, el espacio de prostitución, impuro, se trans-
ca Domínicana. Por otra parte una evocación más cer- formará bajo el sacrificio de las mujeres prostituidas;
cana en tiempo y espacio, recuerda el intento de vio- el espacio de temor se redimirá a través de la ocupa-
lación en San Francisco en el año 200 l camino de la ción de las mujeres.
estación de tren, sufrido por una chica de Basaurí que
volvía de estar de fiesta en Bilbao La Vieja. De ahí
que se reclame la noche y la calle, concretamente el Conclusiones
espacio de ocio y alterne. La dimensión es colectiva,
representa al colectivo mujeres jóvenes, y pública se Los lugares como espacios creadores o significa-
desarrolla en el espacio público para ser visto. Los dores de identidad pueden tener un papel fundamen-
canales de expresión son variados: eslogan gritados, tal en la creación de ciertas identidades. En el caso de
panfletos, silbatos, pancartas, banderas, es por lo las mujeres la relación identidad - lugar es fundamen-
tanto multimedia. El tiempo y el espacio son singula- tal, ya que parte de su identidad como género consis-
res puesto que el tiempo es la noche, tiempo prohibi- te en la negación del espacio público como espacio
do para las mujeres en los espacios públicos; y el femenino, situando el espacio privado, dentro del
espacio es un espacio de temor para estas. marco del hogar como el lugar adecuado. En los dos
rituales estudiados, la negociación de las identidades
Lo denomino Ritual Reivindicativo o de libera- de las mujeres tiene una conexión fundamental con la
ción porque además de rememorar un hecho aconte- utilización que estas hacen o quieren hacer del espa-
cido reclama o reivindica para quienes participan en cio público. En ambos casos la negociación de sus
el, como colectividad, en representación del género al identidades de género pasan por la renegociación del
que pertenecen, un espacio y tiempo determinado. El significado de los espacios por los que transcutTe el
simbolismo se representa en la evocación del hecho ritual.
que recuerda, en la ocupación simbólica del tiempo y
el espacio que se reclama, y en el hecho de quienes Está resignificación de identidades y espacios va
participan en el ritual lo hacen representando a todo a ser diferente según responda a necesidades de las
el género femenino, a todas las mujeres, pero el acto propias mujeres o de la comunidad. En el caso de la
de reclamar el espacio y el tiempo, es en sí mismo un Procesión del Nazareno, la comunidad renegocia la
acto de reclamación de libertad y de un determinado identidad de estas mujeres con la Iglesia y el resto de
38 MARIBEL SUÁREZ EGIZABAL

la sociedad, ellas part1c1pan corno parte de esta Bibliografía


comunidad, no como mujeres. A través de este ritual
las mujeres prostitutas son entregadas en sacrificio
para reconciliarse con la figura masculina, con la A.moros, e
Iglesia y la moral cristianas; para ello ceden el espa- 1987 ''Espacio de los iguales, espacio de las
cio público que han venido ocupando hasta el idénticas. Notas sobre poder y principio de
momento para ejercer su profesión. A quienes bene- individuación" pp.113-127. En A.rb01;
ficia este ritual y las negociaciones que de ellas se Noviembre-Diciembre 1987.
obtenga es a la comunidad, para las mujeres supone
la entrega de un espacio que seguirán ocupando en Asociación Vecinal de San Francisco
calidad de usurpadoras, bajo la mirada constante de 2004 Gure Auzaa. Boletín ir~fonnativo de la
los hombres y la moral. Este ritual consigue el per- Asocioción Vecinal de San Francisco. Mayo
petuar el papel de las mujeres, los hombres son quie- del 2004.Bilbao.
nes verdaderamente negocian esta identidad, las
mujeres acuden como testigos y como víctimas Augé, M
sacrificadas. Se acentúa la separación entre mujeres, 1998 a Hacia ww antropología de los mundos
subrayando la diferencia entre mujeres honradas- contemporáneos. Barcelona. Ed.Gedisa
mujeres pecadoras, a través de la concepción ele la
sexualidad como algo que debe ser ligado a la mater- 1998 b Las.formas del olvido. Barcelona. Ed. Gedisa.
nidad dentro del espacio privado. Briones, R
Además, si las procesiones sacralizan los espacios l 997 "Creencias ideologías y Valores" pp. 157-200.
profanos por donde discurren, en el caso de la calle En Aguirre, A Cultura e identidad cultural.
Las Cortes, espacio no sólo profano, sino de pecado, Barcelona. Ediciones Bardenas
está sacralización se convierte también en penitencia Darke, J.
y perdón. Durante el periodo de tiempo en que dura
la procesión, el pecado desaparece, la estigmatización 1998 "La ciudad modelada por el varón." Pp. l 15-
con que el ejercicio de la prostitución contagia el 130. En Booth, C; Darke, J et Llenadle,
espacio se diluye, transformado así también 1a identi- S.(coord.): La vida de las nu{ieres en las
dad del lugar. ciudades. Las ciudades, un espacio para el
cambio. Madrid.Ed. Narcea.
Por el otro lado la manifestación de Noviembre
Del Valle, T
significa una reclamación del derecho a usar un espa-
cio, y por lo tanto a romper las diferencias sexuales 1998 "La importancia del espacio en relación a la
en relación a estos, también intervienen el tiempo, la identidad individual y grupal: límites, conteni-
noche vedada históricamente para las mujeres se con- dos y significados desde el enfoque antropoló-
vierte en un tiempo no prohibido. Las mujeres apare- gico". Pp.33-44. Ponencia inaugural del I Con-
cen aquí como sujetos autónomos, protagonistas por greso de Arquitectura lnteri01: Donostia, 15 y
entero de este ritual. Se negocia una identidad gené- 16 de octubre de 1998.
tica en oposición a la mujer definida desde el patriar-
1999 "Reelaboraciones de la conceptualización
cado. La mujer-sujeto de este ritual nos transmite una
espacio-temporal desde el análisis feminista y
identidad basada en la superación de los roles adjudi-
su aplicación a la antropología urbana" pp. 43-
cados a la mujer y de los espacios que acompañan a
52. En Esteban M.L. et Diez Mintegi, C
estos roles. Se reclama una sexualidad autónoma,
(Coord.): Antropología Feminista: Desafíos
desde el derecho a una utilización libre del espacio
teóricos y metodológicos. Ankulegi.Rev. de
público. Se reconvierte este espacio de lugar de temor
Antroplogía Social. Número espacial Septiem-
y de represión a un lugar donde desarrollarse libre-
bre 1999. Donostia. Ankulegi.
mente, creando y recreando diferentes identidades.
2000 "Procesos de la memoria: cronotopos genéri-
Así pues, los espacios sociales, están en perma- cos" pp245-265. En Del Valle, T (Edt): Pers-
nente definición en base a las actividades que en ellos pectiva feministas desde la antropología
se realicen. Estos espacios, como lugares dadores de social. Barcelona. Ariel editorial.
identidad, transforman su propia identidad en base a
los diferentes procesos de configuración identitaria Diaz Cruz, R
de los que formen parte, a través de los rituales que 1998 Archipiélago de rituales. Teorías antropológi-
en ellos se dan. cas del ritual. Barcelona. Ed. Anthropos.
CONSTRUCCIÓN RITUAL DEL ESPACIO Y NEGOCIACIÓN DE IDENTIDADES SEXUALES 39

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