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INTRODUCCION
Diseño ecológico
Van Der Ryn y Cowan (1996) lo definen como "toda forma de diseño que
minimiza los impactos destructivos del medio ambiente a través de la
integración de sí mismo con los procesos de vida". Además, el Diseño
ecológico es un campo interdisciplinario emergente de estudio y práctica y que
algunos pudieran argumentar que se trata de un campo transdisciplinario que
se ocupa de la creación nuevas aplicaciones que puedan surgir de sus
disciplinas progenitoras o derivarse de una síntesis de varios. De tal manera,
que influenciado principalmente por la ecología, las ciencias ambientales, la
planificación ambiental, la arquitectura y estudios de paisaje, el diseño
ecológico es uno de los que presenta una rápida evolución (teórica y práctica)
de los enfoques de desarrollo más sostenible, humano y ambientalmente
responsable . En el sentido, el diseño ecológico se desprende de la relación de
interdependencia y dinámica entre la ecología y la toma de decisiones.
También, Van Der Ryn y Cowan (1996) describen el diseño ecológico
como una bisagra que une la cultura y la naturaleza, lo que permite a los seres
humanos que adapten e integran los procesos de la naturaleza con las
creaciones humanas. En las sociedades industrializadas modernas, la cultura
humana y la naturaleza son percibidos y tratados como reinos separados, sin
embargo, su interfaz ofrece un terreno fértil para la creación de nuevos
hibridado, ecologías naturales/culturales y la rehabilitación y re (des)
recuperación de los demás.
El diseño ecológico descrito por Van Der Ryn y Cowan, (1996), se
esfuerza por lograr una creciente dependencia de fuentes de energía y
materiales renovables, manteniendo los estándares de calidad de los bienes y
servicios y reducir el consumo general de recursos, generación de residuos, y
el daño ecológico a través de la eficiencia de uso, reutilización y reciclaje. El
diseño es el punto de intervención clave para la toma de la sostenibilidad en la
ecología.
El diseño ecológico se ha convertido en un medio para modelar los
procesos y funciones ecológicas, y como un modelo para la sostenibilidad.
Además, el diseño ecológico en opinión de Shu-Yang et al. (2004) ofrece un
marco para unir perspectivas convencionales sobre diseño y la gestión con los
ambientales, mediante la incorporación de la consideración de las
preocupaciones ecológicas a escalas espaciales y temporales pertinentes. En
tal razón, uno de los objetivos del diseño ecológico es ayudar a cumplir con
esta visión de la sostenibilidad ecológica, mediante la búsqueda de formas de
fabricación de bienes, la construcción de edificios, y la planificación de las
empresas más complejas, tales como parques empresariales e industriales, al
tiempo que reduce el consumo de recursos y evitar daños ecológicos a la
medida de lo posible.
De tal manera que, Shu Yang et al., (2004), señalan que si se aplican
con rigor los principios del diseño ecológico, se avanzará de forma importante
hacia la sostenibilidad ecológica, ya que el diseño del paisaje depende
principalmente de los recursos naturales, por lo que es de vital importancia
tener en cuenta la sostenibilidad ecológica. Es decir, cuando se toman en
consideración los parámetros de sustentabilidad en el diseño de un paisaje,
esto contribuye a la sostenibilidad ecológica.
El diseño ecológico en los últimos años se ha aplicado a una variedad
cada vez mayor de tecnologías y soluciones innovadoras para la gestión de los
recursos. Por otra parte, el conocimiento ecológico permite una comprensión
integral del paisaje como el resultado de la interacción procesos evolutivos
naturales y culturales que representan el patrón, la diversidad, la sostenibilidad
y la estabilidad (Van Der Ryn y Cowan, 1996). Ver figura 1.
La sostenibilidad ecológica
La sostenibilidad no es un solo movimiento o enfoque, es variada como
las comunidades y los intereses actualmente luchando con los problemas que
plantea. Por un lado, la sostenibilidad es la provincia de los responsables
políticos mundiales y expertos en medio ambiente y por el otro, es el dominio
de los grupos ambientales y sociales de base, los pueblos indígenas que
preservan las prácticas tradicionales, y la gente comprometida con el cambio
de sus propias comunidades. El educador ambiental David W. Orr llama a
estos dos enfoques la sostenibilidad tecnológica y la sostenibilidad ecológica.
Si bien ambos son respuestas coherentes a la crisis ambiental, están muy
separados en sus detalles.
La sostenibilidad tecnológica, parece tener la mayor parte del tiempo en
el aire, se puede caracterizar así: "cada problema tiene una respuesta, ya sea
tecnológico o una solución de mercado. No hay dilemas que hay que evitar, no
hay dominios donde los ángeles temen pisar", la sostenibilidad ecológica es la
tarea de encontrar alternativas a las prácticas que nos metieron en problemas
en primer lugar; entonces es necesario repensar la agricultura, la vivienda, el
uso de energía, el diseño urbano, el transporte, la economía, el patrón de la
comunidad, el uso de recursos, la silvicultura, la importancia del desierto, y
nuestros valores centrales, mientras que los dos enfoques tienen importantes
puntos de contacto, incluyendo una conciencia compartida de la magnitud de la
crisis ambiental global, que encarnan dos visiones muy diferentes de una
sociedad sustentable (Der Ryn y Cowan, 1996).
El concepto de sistema
Un sistema consiste en una organización de elementos idealmente
separables y en las interacciones entre otros elementos. También, se puede
definir un sistema como un conjunto de objetos unidos por alguna forma de
acción regular o interdependiente (Antequera 2004). Un átomo, una galaxia,
una planta, un animal, una persona, una ciudad, una comarca, el planeta en sí
mismo, todo el Universo es un sistema, hecho de componentes que pertenecen
a un número finito de clases. El numero de interacciones posibles entre dichos
componentes ese igualmente limitado.
Las partes que componen los sistemas más evolucionados son
numerosas y las interacciones entre esas partes son muy complejas. Los
resultados que producen las interacciones entre las partes del sistema hacen
que los estados futuros del sistema queden limitados a un número de
posibilidades, por ello la descripción del sistema entero puede ser más breve
que la enumeración de todos los estados posibles de las partes del sistema, ya
que cada elemento influencia las posibilidades o estado de los otros y en
consecuencia disminuye el número de los grados de libertad de los que podrían
gozar estos componentes si estuvieran aislados (Margalef 1993).
El sistema ecológico
En un sistema ecológico, todos los elementos se observan integrados en
el paisaje, y está comprendido por elementos naturales y humanos vinculados
por relaciones de dependencia mutua, entre los cuales están el relieve, clima,
ríos, suelos, seres humanos, plantas animales, entre otros. En este sistema las
características de cada elemento se explican por causas naturales (físicas,
químicas, biológicas). En este sistema, el hombre interviene como un ser vivo
especial porque depende de los recursos naturales pero también tiene una
capacidad para modificarlos rápidamente, sea con efectos positivos o
negativos.
Los sistemas pueden ser entendidos como "abiertos" o "cerrados"
respecto al flujo o movimiento de ciertos elementos o procesos.
Sistema abierto.- En los sistemas abiertos se intercambia materia y
energía.
Sistema cerrado.- En los sistemas cerrados es posible el intercambio
de energía con el universo, pero no el intercambio de materia. Así, la
mayoría de los procesos con gases se realizan en sistemas cerrados.
Sistema aislado.-En los sistemas aislados no se producen intercambios
de materia, ni de energía. El universo puede ser considerado uno de
estos, si aceptamos que no hay ningún ambiente rodeado al universo
con el que se pueda establecer un intercambio de materia o energía.
Antecedentes
El término "autoorganización" fue introducido por vez primera por
Immanuel Kant en la Crítica del juicio y recuperado en 1947 por parte del
psiquiatra e ingeniero W. Ross Ashby. El concepto fue pronto utilizado por los
cibernetistas como Heinz Von Foerster, Gordon Pask, Stafford Beer y el propio
Norbert Wiener, en la segunda edición de su "Cybernetics: or Control and
Communication in the Animal and the Machine" (MIT Press 1961). El concepto
de "autoorganización" fue adoptado por todos aquellos asociados a la Teoría
de Sistemas en la década de los 60, pero no se convirtió en un concepto
científico común hasta su adopción por parte de los físicos y, en general, de los
investigadores de los sistemas complejos en las décadas de los setenta y
ochenta (Wikipedia en línea).
Autoorganización
El fenómeno de autoorganización fue primeramente reconocido como
un aspecto importante de los amplios procesos de cambio en sistemas
operados por la física y la biología (Ruelle, 1979; Prigogine y Stengers, 1982;
Prigogine y Nikolis, 1989; Bak y Chen, 1991; Kauffman, 1993).
Este proceso ha sido observado también en las redes de organización
comunitaria que surgen después de desastres naturales o tecnológicos
(Drabek, 1981; Comfort, 1990). Las urgentes necesidades de una comunidad,
producidas por el impacto de fenómenos peligrosos como terremotos,
huracanes, inundaciones, incendios o fugas de materiales peligrosos, la gente
responde voluntariamente con bienes materiales, habilidades y conocimiento
para restaurar el orden, algo semejante pasa en los ecosistemas, donde se
autoorganizan dando forma global de orden o coordinación, surgiendo esta de
las interacciones locales entre los componentes del sistema inicialmente
desordenado.
En tal sentido, Bak y Chen (1991), presentando su explicación en forma
de analogía con una "pila de arena", donde notaron la recurrencia de este
fenómeno en ambientes naturales, en la cual, al agregar un grano más de
arena, en un punto indeterminado, toda la pila se reordena sin intervención
externa. Mediante este ejemplo se puede entender, como los sistemas
naturales se pueden autooganizar sin intervención externa. Los componentes
de los sistemas autoorganizados usan sólo información local y no requieren de
un líder o control central, estos sistemas son muy robustos (son resistentes a
cambios en su entorno y a la pérdida de componentes) y también son
adaptativos (pueden ajustarse a los cambios). Estas propiedades son comunes
en los sistemas vivos.
Y cuando aprovechamos estas propiedades en el diseño de sistemas
ecológicos autoorganizados artificialmente, donde interviene la mano del
hombre, se pueden lograr cambios más rápidos y favorables en pro del
ambiente, como por ejemplo, el diseño de sistemas ecológicos de Humedales
(Fitodepuración) de aguas residuales. Estos humedales artificiales son zonas
construidas por el hombre en las que, de forma controlada, se reproducen
mecanismos de eliminación de contaminantes presentes en aguas residuales,
que se dan en los humedales naturales mediante procesos físicos, biológicos y
químicos. Ver figura Nº 2.
Control y autoorganización
Los mecanismos de control son esenciales para el mantenimiento del
sistema. Existe una cierta convergencia en el comportamiento de los diferentes
elementos del sistema. Antequera (2004), señala que la actividad de cada
componente depende de sus relaciones con los componentes que lo rodean, y
aparece como guiada o bajo el control de mecanismos de retroalimentación, o
regulación o control mutuo de unas partes sobre las otras. Del resultado de
dicho proceso de control se genera un grado de autoorganización en el
sistema que conforma su complejidad. El que las relaciones no sean
igualmente intensas entre y cada uno de los elementos, facilita el desarrollo de
la noción de jerarquía en el interior del sistema (Margalef 1986).
Antequera (2004), señala “el sistema es auto-eco-organizador puesto
que su entorno participa de su organización”. Cuanto más autónomo se hace
un sistema vivo, más se convierte al mismo tiempo en dependiente de su
ecosistema, a través de la multiplicidad de relaciones vitales, que su propia
complejidad debe establecer con el ecosistema. Por ello su independencia es
proporcional a su dependencia respecto al ecosistema. La dualidad entre
estabilidad y evolución (cambio) son las características del desarrollo de los
sistemas complejos.
Propiedades de la autoorganización
Los sistemas vivos son cerrados desde el punto de vista de su
organización, pero abiertos desde el punto de vista material y energético, pues
para mantenerse vivos deben alimentarse de los flujos de materia y energía de
su entorno. Así que interactúan materia y energía a través de las propiedades
de auto organización de la naturaleza, que son de carácter sistémico, constante
y abierto, posibilitando la variedad y la inteligencia de las formas de vida
(Dimuro 2008).
La autoorganización se caracteriza por cuatro propiedades, a saber:
1. Totalidad de un sistema: Un sistema no puede ser reducido a sus
componentes pues la naturaleza es un juego entre las partes. El
conjunto genera propiedades emergentes y nuevas posibilidades que no
son previstas en sus partes más pequeñas.
2. Auto estabilidad o equilibrio (autorregulación): A pesar del constante
cambio entre materia y energía, los sistemas pueden auto regularse
para adaptarse al medio y combatir los peligros de su existencia. El
“feedback” es la acción y la reacción que ayuda a percibir el mundo y
hace con que el sistema conteste de alguna manera, comunicándole
cuando un comportamiento es disfuncional y la respuesta es el cambio y
la reorganización. Esta característica fue reconocida como el origen
dinámico del desarrollo, del aprendizaje y de la evolución.
3. Complejidad: Cuando un desafío presentado por el medio persiste, los
sistemas abiertos se desmontan y se adaptan, reorganizándose en
mejores y más complejas formas, evolucionando.
4. El sistema es un holón: Es algo interno en sí mismo, comprendido en
subsistemas (partes de un todo y al mismo tiempo parte). Sistemas
dentro de sistemas, jerarquías abrigadas que se tienden de abajo hacia
arriba (holonarquias). “El sistema se genera sólo a partir de la
cooperación adaptativa y espontánea entre las partes, en beneficio
recíproco.” (MACY, 2004, p. 62, citado por Dimuro 2008)
REFERENCIAS
Der Ryn, Sim Van y Stuart, Cowan (1996). Diseño Ecológico. Island Press. 201
Pp
Kauffman, S.A. (1993) The Origins of Order: Self Organization and Selection in
Evolution. Oxford University Press. Nueva York.
Prigogine, I. e I. Stengers (1977, 1984) Order Out of Chaos. Bantam Press. Nueva
York.
Shu- Yang, F., Freedman , B., y Costa , R. (2004). Principios y práctica del diseño
ecológico. Environ. Rev. Vol 12:, 97 a 112 .
Wilber, K. (2007). Una teoría del todo. Una visión integral de la ciencia, la política,
la empresa y la espiritualidad. Kairos, Barcelona, España.
Información en internet