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LAS DIEZ PALABRAS

Veamos ahora con detalle cuáles son las 10 Palabras (Mandamientos) que el
Señor le dio a los israelitas, como parte del Pacto entre Dios y Su Pueblo:

a. RELACIÓN CON DIOS


Los primeros mandamientos hablan sobre nuestra relación personal con Dios:

I. Reconocer que Jehová es mi Dios


(Éxodo 20:2) Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa
de servidumbre.

II. No tener otros dioses, ni hacer ídolos


(Éxodo 20:3-6) No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni
ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia
a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Esta expectativa de “exclusividad” que Dios espera de su pueblo, se puede


comparar con la fidelidad que una persona espera de su pareja con quien se va a
casar.

III. No tomar el Nombre de Dios en vano


(Éxodo 20:7) No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará
por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

En Levítico explica a qué se refiere este mandamiento:


(Levítico 19:12) Y no juraréis en mi nombre con mentira, ni profanarás el nombre
de tu Dios: Yo Jehová.

La gente tiende a usar el nombre de Dios para sus juramentos, con el fin de que la
gente les crea. Pero esto no es correcto ni necesario, como explica Santiago:
(Santiago 5:12) Mas por sobre todas las cosas, mis hermanos; no juréis, ni por el
cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y
vuestro no, sea no; para que no caigáis en condenación.

IV. Guardar el día de reposo (heb. Shabat)


(Éxodo 20:8-11) Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu
Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni
tu ganado, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, y el mar y todas las cosas que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día sábado y lo santificó.
Este mandamiento es un recordatorio porque ya lo había enseñado a los israelitas
(en el contexto del Maná) y desde el principio de la creación, cuando Dios apartó
el día sábado como día de reposo, para ser santificado (Gen. 2:1-3).

b. RELACIÓN CON EL PROJIMO


Ahora veamos los mandamientos que tratan sobre nuestra relación con el prójimo:

V. Honrar padre y madre


(Éxodo 20:12-17) Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en
la tierra que Jehová tu Dios te da.

En una carta Pablo hace referencia a este mandamiento, señalando que es el


primer mandamiento con promesa. También expande sobre este tema, enseñando
sobre la relación entre padres e hijos:
(Efesios 6:1-4) Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es
justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor.

VI. No asesinar
(Éxodo 20:13) No matarás.

Aunque la palabra se traduce como “matar”, en realidad se refiere a: “asesinar”.


Matar es quitar la vida, pero puede ser de forma accidental o por deber (en la
guerra, como ejecución de una condena). Por otro lado, “asesinar” es matar de
forma intencionada, con premeditación y alevosía, como un acto criminal e ilegal.

VII. No cometer adulterio


(Éxodo 20:14) No cometerás adulterio.

Así como Dios demanda fidelidad hacia Él, también espera que las personas sean
fieles hacia su cónyuge.

VIII. No robar
(Éxodo 20:15) No hurtarás.

Por principio, el Señor nos enseña a respetar la propiedad privada. Robar es


apropiar de una cosa que pertenece a otra persona.

IX. No testificar falsamente


(Éxodo 20:16) No hablarás falso testimonio contra tu prójimo.

Este principio no sólo aplica a dar un falso testimonio en un juicio, sino también a
“mentir”, lo cual provoca que el oyente tenga una idea falsa de lo que se ha dicho.
La palabra “falso” en hebreo es: “Shequer”, que también se puede traducir como:
mentira o engaño.

X. No desear lo ajeno
(Éxodo 20:17) No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la esposa de tu
prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu
prójimo.

El peligro del pecado de la codicia de lo ajeno es que lleva a una espiral


descendente de pecado. Un mal lleva a otro mal, trayendo mucha destrucción y
maldición. El profeta Miqueas y el apóstol Pablo lo explican de la siguiente
manera:
(Miqueas 2:1-2) ¡Ay de los que piensan iniquidad, y de los que fabrican el mal en
sus camas! Cuando viene la mañana lo ponen en obra, porque tienen en su mano
el poder. Y codiciaron las heredades, y las robaron; y casas, y las tomaron;
oprimieron al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

(I Timoteo 6:9-10) Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo,
y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y
muerte. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores.

Felizmente, Pablo nos señala cuál es la medicina en contra de la codicia: el


contentamiento (Heb. 13:5):
(I Timoteo 6:6-8) Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento. Porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que,
teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

EXODO 20:18-23. Reacción a la Experiencia del Sinaí

La experiencia en el Monte Sinaí fue un evento espectacular que sobrepasó las


expectativas de los israelitas. Ellos habían presenciado muchas señales y
prodigios en los últimos meses, incluyendo las plagas y los milagros en el desierto;
pero nada se comparaba al día en que la presencia de Dios descendió sobre el
Monte Sinaí, a los ojos de todo el pueblo de Israel.
(Éxodo 20:18) Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el
sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y
se pusieron de lejos.

Por primera vez en la historia, Dios habló directamente con todo un pueblo.
(Deut. 5:4-5) Cara a cara habló el Eterno con vosotros en el monte de en medio
del fuego. Yo estaba entonces entre el Eterno y vosotros, para declararos la
palabra del Eterno; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al
monte.
La presencia de Dios se sintió tan fuerte en el Monte Sinaí, que los israelitas
tuvieron miedo. Por eso le pidieron lo siguiente a Moisés:
(Éxodo 20:19) Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos;
pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

Moisés les dijo que no temieran, y les aclaró que no iban a morir (mientras
respetaran el límite establecido por Dios). Esa experiencia temible no era para que
murieran sino para que concieran la grandeza de Dios y le temieran.
(Éxodo 20:20) Y respondió Moisés al pueblo: No temáis; porque para probaros ha
venido Dios, y para que su temor esté ante vosotros a fin de que no pequeis.

Moisés no se “inventó” esta respuesta, sino vino por revelación. En Deuteronomio


Moisés cuenta lo que oyó de Dios en esa ocasió, y cuál fue la reacción del Señor
ante la preocupacion de los israelitas:
(Deu. 5:28-29) Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y
me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han
hablado: bien está todo lo que han dicho. ¡Quién diera que tuviesen tal corazón,
que me temiesen, y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que
a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!

El temor de Dios (no miedo sino temor reverente) despierta la conciencia de las
consecuencias de las acciones, y lo lleva a uno a la obediencia.
(Deu. 10:12-13) Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que
temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas
a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los
mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que
tengas prosperidad?

MOISÉS SIGUE OYENDO


En la narrativa de Deuteronomio, queda claro que Dios no había terminado de
hablar cuando el pueblo lo interrumpió. Los Diez Mandamientos eran tan sólo la
introducción de la Ley. Dios iba a seguir hablando ante todos, pero tras la
interrupción del pueblo, el Señor siguió la conversación sólo con Moisés. Luego él
les transmitiría el mensaje a todo Israel. Ésto fue lo que le dijo Dios entonces:
(Deu. 5:30-33) Ve, diles: Volveos a vuestras tiendas. Y tú quédate aquí conmigo, y
te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les has de enseñar, a
fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy para poseerla. Mirad,
pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado: no os apartéis a
derecha ni a izquierda. Andad en todo camino que Jehová vuestro Dios os ha
mandado, para que viváis, y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que
habéis de poseer.

SE ALEJARON
Mientras que Moisés subió al monte para oír el resto de la Ley, la Biblia dice que
los israelitas se alejaron.
(Éxodo 20:21) Y el pueblo se mantuvo a lo lejos; y Moisés penetró en las densas
tinieblas en donde estaba Dios.

El primer mensaje que Dios le dio a Moisés parece una repetición:


(Éxodo 20:22-23) Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros
habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo
dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.

A primera vista, podría parecer que volvió a mencionar el segundo mandamiento


(en contra de la idolatría); pero, en realidad, era una advertencia para que no
cayeran en el pecado del Becerro de Oro (el cual estudiaremos más tarde). Dios
comenzó dándoles ese mensaje para darles la oportunidad de no caer en ese
error.

La frase “No hagáis Conmigo”, se puede traducir literalmente: “No hagan de Mí”.
Algunos comentaristas lo interpretan como la advertencia para que no hagan una
falsa imagen de Dios. Ese tipo de idolatría es más sutil, ya que pretende adorar a
Dios, pero en realidad es una imagen falsa de Él. (Nota: Profundizaremos más en
este tema cuando estudiemos el Pecado del Becerro de Oro, en el cap. 32).

EXODO 20:21-26. Dios Sigue Instruyendo

Como vimos en el capítulo anterior (Exo. 20), Dios comenzó a darles las leyes a
en ese encuentro en el Monte Sinaí. Los 10 Mandamientos (o 10 Palabras) que el
pueblo oyó en persona conforman la introducción de toda la Ley. Pero los
israelitas tuvieron miedo de oír la voz de Dios, así que pidieron que Moisés fuera
el intermediario entre Dios y el pueblo.
(Deu. 5:27) Acércate tú, y oye todas las cosas que Jehová nuestro Dios diga; y tú
nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros lo oiremos y lo
haremos.

Esto fue lo que el Señor respondió a Moisés ante la petición del pueblo:
(Deu. 5:29-33) ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y
guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos
les fuese bien para siempre! Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas. Y tú quédate
aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les
enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por
posesión. Mirad, pues, que hagáis como el Eterno vuestro Dios os ha mandado;
no os apartéis a diestra ni a siniestra. Andad en todo el camino que el Eterno
vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días
en la tierra que habéis de poseer.
Mientras que el pueblo se quedó en el campamento, Moisés subió al Monte Sinaí
para seguir escuchando la Ley de Dios…

LEYES EN EXODO
En el libro de Éxodo, Moisés hizo un resumen del resto de las leyes que Dios le
dio en el Monte Sinaí (posterior a los 10 Mandamientos). Sin embargo, la ley
completa la transcribió en el libro de Deuteronomio.

El resumen de la ley en Éxodo se encuentra entre los capítulos 20 al 23. Esta


sección se puede dividir de la siguiente manera:

a. (Exo. 20:22-26) Leyes sobre cómo acercarse a Dios


b. (Exo. 21-23:9) Leyes básicas de convivencia y justicia social
c. (Exo. 23:10-19) Leyes sobre los tiempos de Dios

PRIMERA INSTRUCCIÓN
Mientras que el pueblo se quedó en el campamento, Moisés subió al Monte Sinaí
para recibir el resto de la instrucción de Dios.
(Éxodo 20:21) Y el pueblo se mantuvo a lo lejos; y Moisés penetró en las densas
tinieblas en donde estaba Dios.

El primer mensaje Moisés recibió parecía ser una repetición del segundo
mandamiento (en contra de la idolatría).
(Éxodo 20:22-23) Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros
habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo
dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.

Más que una repetición del segundo mandamiento, ésta es más bien una
advertencia a los israelitas para darles la oportunidad para que no cayeran en el
pecado del Becerro de Oro (esto lo estudiaremos en el cap. 32).

La frase “No hagáis Conmigo”, se puede traducir literalmente: “No hagan de Mí”.
Algunos comentaristas lo interpretan como la advertencia para que no hagan una
falsa imagen de Dios. Ese tipo de idolatría es más sutil, ya que pretende adorar a
Dios, pero en realidad es una imagen falsa de Él.

LEYES SOBRE EL ALTAR


Luego de la advertencia en contra de hacer una falsa imagen de Dios, el Señor
enseña sobre la forma adecuada de acercarse a Él.
(Éxodo 20:24) Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos
y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere
que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti, y te bendeciré.

Altar es una piedra o lugar elevado donde se ofrecen sacrificios a una deidad.
Desde el principio, con Abel y Caín, el sacrificio en un altar fue la manera en que
el hombre a buscado acercarse a Dios. A estos hermanos, Dios les enseñó que
para el sacrificio era necesario derramamiento de sangre. Progresivamente, la
Biblia va revelando lo que representan los sacrificios, hasta llegar a la revelación
del sacrificio de Jesús en la Cruz (Heb. 9:11-14). Para propósito de este estudio,
no nos adelantaremos a la revelación completa, sino sólo veremos lo que Dios
instruye en la revelación del Monte Sinaí.

En esa ocasión, Dios instruyó a Moisés sobre cómo debía ser el altar para los
sacrificios:
(Éxodo 20:25-26) Y si me haces un altar de piedras, no las labres de cantería;
porque si alzas tu herramienta sobre él, lo profanarás. Y no subirás por gradas a
mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.

Las piedras del altar no debían ser labradas, sino lo más natural posible. El altar
no debe ser una “obra de arte” humana sino un lugar donde el énfasis está en
Dios, no en el hombre. Por otro lado, los oferentes deben cuidarse de ser
recatados (contrario a los altares paganos donde se realizaban actos impuros).

En el próximo capítulo seguiremos leyendo sobre las leyes que Dios entregó a su
pueblo en el Monte Sinaí…

EXODO 21:1-11. Leyes de Esclavitud

La nación de Israel nació de una forma muy distinta a las demás. Por lo general,
las naciones se forman alrededor de un grupo de personas que comparten un
lugar en común; los vecinos se asocian por intereses en común, cooperan entre sí
y establecen un orden de beneficio mutuo, con leyes y gobierno en común. A
diferencia de la norma, Israel nació como una nación antes de tener tierra. Lo que
los identificó como nación fue su relación con Dios. El Señor escogió a Israel para
ser su pueblo especial, y los israelitas aceptaron a Jehová como su Dios. En el
desierto, el pueblo de Israel recibió sus leyes de convivencia, aún antes de contar
con el territorio donde ponerlas en práctica.

En el capítulo 21 encontramos las principales leyes de convivencia social (la lista


completa está en Deuteronomio). Dios está enseñando a su pueblo a cómo vivir
en justicia y respeto.

SERVIDUMBRE Y ESCLAVITUD
Las primeras leyes sociales que se mencionan en Éxodo tienen que ver con la
esclavitud. En nuestros días, tal vez nos parezca extraño hablar de ese tema, pero
ése era precisamente el tema con que estaban más familiarizados los israelitas,
acabando de ser librados de la esclavitud en Egipto. Dios les enseñará ahora
cómo se trata justamente a un siervo o esclavo.
Pero antes de entrar a examinar las leyes sobre esclavos, primero debemos
entender cómo funcionaba esto en esa época. En tiempos bíblicos, las naciones
hacían guerra con sus vecinos, no sólo para conquistar territorio, sino para obtener
esclavos y mano de obra barata—como parte del botín.
(2 Pedro 2:19) …Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo
venció.

En el mundo antiguo, los conquistadores hacían lo que querían con los


conquistados, pero no debía ser así entre el pueblo de Israel. Por primera vez en
la historia, se pusieron límites a la esclavitud. La principal razón por la que la gente
caía en esclavitud en Israel no era por guerra, sino por deudas o necesidad
económica. No es que alguien fuera a “someter” a otro para ser su esclavo, sino
ellos mismos lo solicitaban por necesidad, tal como se explica en el libro de
Levítico:
(Levítico 25:39-40) Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se
vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. Como criado, como extranjero
estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.

Cuando una persona cae en tal crisis económica que no puede salir adelante por
si solo, entonces se veía en la necesidad de “venderse” como esclavo para cubrir
sus deudas o necesidades. En muchas ocasiones, ofrecían el trabajo de sus hijos,
en tanto podían recuperar el dinero suficiente para redimirlos.

Jesús dio un ejemplo de esto en una parábola.


(Mat. 18:23-25) Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que
quiso ajustar cuentas con sus siervos. Y al comenzar a ajustarlas, le fue
presentado uno que le debía diez mil talentos. Pero no teniendo él con qué pagar,
su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía,
y así pagara la deuda.

ESCLAVITUD HOY
En la actualidad, la esclavitud no es una práctica generalmente aceptada; sin
embargo, todavía existen algunas formas de esclavitud:

a. Trata de blancas. Es decir, la venta de mujeres para someterlas a la


prostitución obligada. Esto es ilegal, pero tristemente se ha propagado a nivel
mundial.

b. Esclavitud por deudas. En algunos países subdesarrollados, aún se practica


la esclavitud por deuda. Pero sin ir tan lejos, debemos reconocer que cualquier
deuda es un tipo de esclavitud espiritual, por principio. Si alguien se endeuda, se
vuelve dependiente de quien le prestó, tal como dice el proverbio:
(Prov. 22:7) El rico domina a los pobres, y el deudor es esclavo del acreedor.

c. Esclavitud al pecado (Pro. 5:22). Aunque nos creamos ser “libres”, la realidad
es que todos nacemos como esclavos del pecado.
(Juan 8:34) Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado.
Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su
pecado.

Felizmente hay una salida para “la esclavitud al pecado”, y Pablo lo explica:
(Rom. 6:16-18) ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para
muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque
erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser
siervos de la justicia.

Los israelitas entendieron bien este proceso, ya que habiendo sido esclavos de
Egipto, luego fueron liberados y enseñados a obedecer la justicia de Dios. De la
misma manera, nosotros nacimos esclavos al pecado, pero la sangre del Cordero
de Dios nos libró de esa esclavitud, y ahora debemos aprender a ser siervos de
justicia.

LEYES EN EXODO
Teniendo ahora una idea básica de cómo operaba la esclavitud en los tiempos
bíblicos (y actuales), regresemos ahora a Éxodo para entender las normas que
Dios estableció sobre los siervos y los esclavos en Israel:

a. Tiempo límite de esclavitud


Contrario al esclavo en las naciones, que era sometido para siempre, la Biblia
pone un límite en el tiempo de servicio de un esclavo:
(Éxodo 21:1-2) Estas son las leyes que les propondrás. Si comprares siervo
hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.

Un esclavo podía servir a su amo por seis años. Al séptimo año, el esclavo debía
ser puesto en libertad. Esto le daba una nueva oportunidad en la vida.

b. Relaciones familiares (durante el tiempo de esclavitud)


Aunque la esclavitud tenga un tiempo máximo de siete años, eso sigue siendo
mucho tiempo. Por lo tanto, la Biblia contempla lo que puede suceder con el
esclavo y sus relaciones familiares:
(Éxodo 21:3-4) Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con
él. Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus
hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

c. Permanencia voluntaria
La Biblia también contempla que, llegando el final de su tiempo de servicio, el
siervo no desee ser puesto en libertad. En ese caso, la Biblia presenta la solución:
(Éxodo 21:5-6) Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos,
no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a
la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para
siempre.

d. Mujeres esclavas
Las mujeres se encuentran en una posición más vulnerable en la esclavitud, ya
que los amos solían abusar de ellas sexualmente. Para evitar esto, la Ley de Dios
determinaba que una mujer tomada por esclava debía darsele el lugar de esposa,
con todos sus derechos; si el amo no quería, entonces podría ser liberada.
(Éxodo 21:7-11) Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá ella como
suelen salir los siervos. Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó por
esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño
cuando la desechare. Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella
según la costumbre de las hijas. Si tomare para él otra mujer, no disminuirá su
alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal. Y si ninguna de estas tres cosas
hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero.

EXODO 21:12-34. Leyes de Restitución

La siguiente sección de leyes sociales trata sobre compensación y restitución por


causa de daños. Dios quiere que su pueblo aprenda a asumir responsabilidad por
sus actos. Según sea el daño, así será la pena. Aquí se presentan los casos más
graves primero, y luego los menores.

a. Daño de muerte

Si alguien provoca la muerte de otro, la pena es equivalente: la muerte.


(Exodo 21:12) El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.

Podríamos preguntarnos si esto aplica también a las muertes accidentales. La


Biblia da la respuesta:
(Exodo 21:13) Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus
manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir.

Sólo en caso de que la muerte haya sido accidental, la ley a una provisión para
que el homicida pueda refugiarse. Los detalles de esto se encuentran en
Deuteronomio:
(Deu. 19:4-6) Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que
hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él
anteriormente; como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su
mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y
diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y
vivirá; no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, y le
alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado
a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente.
La justicia de Dios contempla tanto el lado de la víctima como el de la persona que
causó el accidente. Ambos son considerados. [Nota: para más información sobre
esta ley y sus consecuencias, les invitó a leer el estudio del capitulo 19 de
Deuteronomio: Devarim 19. Ciudad de Refugio. Otra ref.: Números 35:9-29.]

La excepción es para las muertes accidentales, pero si fue adrede, entonces el


asesino debe pagar con su muerte, y no podrá refugiarse ni aún en el santuario.
(Exodo 21:14) Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con
alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

b. Ataque a los padres


Dios considera como criminal a alguien que ataca física o verbalmente a sus
padres, y le asigna la pena máxima.
(Éxodo 21:15,17) El que hiriere a su padre o a su madre, morirá…Igualmente el
que maldijere a su padre o a su madre, morirá.

El verbo que se traduce como “hiere”, en hebreo es: Naká, que también se puede
traducir como: golpear, atacar, y aún matar.

c. Secuestro
Dios también asigna la pena de muerte a los secuestradores y a los traficantes de
personas.
(Éxodo 21:16) Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere
hallada en sus manos, morirá.

d. Pago por daños personales


Cuando alguien causa una herida a otro (que no sea de muere), éste debe
responder pagando una compensación por el tiempo que el otro no pueda trabajar
como consecuencia del daño causado.
(Éxodo 21:18-19) Además, si algunos riñeren, y uno hiriere a su prójimo con
piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere en cama; si se levantare y
anduviere fuera sobre su báculo, entonces será absuelto el que lo hirió; solamente
le satisfará por lo que estuvo sin trabajar, y hará que le curen.

En el caso de los esclavos, el amo no tiene que darle compensación (pero si será
castigado si éste muere).
(Éxodo 21:20-21) Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere
bajo su mano, será castigado; mas si sobreviviere por un día o dos, no será
castigado, porque es de su propiedad.

Si la herida es a una mujer embarazada, y ella perdiera al bebé, quien determina


la pena es el esposo de la mujer, bajo el consejo de los jueces.
(Éxodo 21:22) Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare,
pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido
de la mujer y juzgaren los jueces.

OJO POR OJO


La expresión “ojo por ojo, diente por diente” ha sido malinterpretado. No es un
concepto de venganza, sino un principio de justicia. Es una norma de
compensación y restitución, que determina que lLa persona que ha causado una
pérdida, debe pagar conforme a la medida del daño que provocó.
(Éxodo 21:23-25) Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por
ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura,
herida por herida, golpe por golpe.

Si alguien hace daño a otro, éste debe responder a la medida y compensar el


daño que causó.

En el caso de los esclavos, la compensación se maneja de forma diferente por su


posición:
(Éxodo 21:26-27) Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo
dañare, le dará libertad por razón de su ojo. Y si hiciere saltar un diente de su
siervo, o un diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

OTROS DAÑOS
Dios también hace responsable a las personas por accidentes relacionados con
los animales de su propiedad. La pena se maneja de forma distinta:
(Éxodo 21:28) Si un buey acorneare a hombre o a mujer, y a causa de ello
muriere, el buey será apedreado, y no será comida su carne; mas el dueño del
buey será absuelto.

Si se descubre que el dueño sabía que el animal era peligroso, pero no hizo nada
para evitar la tragedia, entonces la pena será más severa:
(Éxodo 21:29) Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño
se le hubiere notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el
buey será apedreado, y también morirá su dueño.

El dueño guardará su vida sólo si el juez le impone un “precio de rescate”, es


decir, una cantidad que debe pagar como compensación (Exo. 21:30-31). Si la
persona que muere es un esclavo, se tendrá que pagar compensación monetaria
al amo (Exo. 21:32).

Si la víctima no es una persona, sino otro animal, la pena será diferente:


(Éxodo 21:35-36) Si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo de modo que
muriere, entonces venderán el buey vivo y partirán el dinero de él, y también
partirán el buey muerto. Mas si era notorio que el buey era acorneador desde
tiempo atrás, y su dueño no lo hubiere guardado, pagará buey por buey, y el buey
muerto será suyo.

La Ley de Dios también lleva a asumir la responsabilidad por descuidos en la


propiedad:
(Éxodo 21:33-34) Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la
cubriere, y cayere allí buey o asno, el dueño de la cisterna pagará el daño,
resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo.
Otro ejemplo de esto lo vemos en Deuteronomio:
(Deu. 22:8) Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que
no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.

Por principio, Dios nos enseña que cada uno somos responsables por nuestros
actos y por nuestra propiedad, y parte de ello es prevenir y pagar por los daños
causados.

EXODO 22:1-15. Leyes sobre la Propiedad

En el capítulo 22, Moisés sigue enseñando sobre las leyes básicas de convivencia
social, tal como Dios lo instruyó en el Monte Sinaí. Parte importante de ello es el
respeto a la propiedad.

A continuación, la Biblia señala cuál es la pena por robo o por daños a la


propiedad ajena:

POR ROBO DE GANADO

Las leyes sobre robo comienzan mencionando el robo de ganado, dado que esta
era la principal propiedad que tenían los israelitas saliendo de Egipto. El castigo
dependerá del estado en que el dueño recupere su pertenencia:

a. Si el ladrón ya se deshizo de lo robado, debe pagar una remuneración


considerada:
(Éxodo 22:1) Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por
aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas.

Se pagaba más por el buey dado que éste producía más utilidad que la oveja.

b. Si el ladrón todavía tenía lo robado completo e íntegro, debía devolverlo, y aún


así debía pagar extra:
(Éxodo 22:4) Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u
oveja, pagará el doble.

c. Por principio, el ladrón debe restituir por lo robado. Si no podía pagar, entonces
tendría que servir como esclavo hasta pagar el monto de lo que debía por el robo.
(Éxodo 22:3b) …El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será
vendido por su hurto.

POR ROBO EN UNA CASA


La Biblia autoriza que las personas se defiendan en caso que un ladrón entre a su
casa.
(Éxodo 22:2-4) Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y
muriere, el que lo hirió no será culpado de su muerte. Pero si fuere de día, el autor
de la muerte será reo de homicidio.

Por lo general, los ladrones roban en casas durante la noche, cuando todos
duermen, y éstos llegaban armados (Mat. 24:43; 1 Tes. 5:2).

POR DAÑOS
La Ley de Dios sigue enseñando sobre el respeto a la propiedad privada, al igual
que la responsabilidad que se asume si se incurre en daños.
(Éxodo 22:5-6) Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere su bestia en
campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña pagará. Cuando
se prendiere fuego, y al quemar espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o
campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado.

En el trabajo, uno debe tener cuidado de lo que hace para no dañar la propiedad
de otros. Y si se incurre en daños, debe pagar para restituir.

AL CUIDADO DE LO AJENO
La Biblia también contempla el caso en que alguien deje a otro al cuidado de sus
pertenencias. Si éstas se pierden, ¿quién es responable?

a. Si fuera robado…
(Éxodo 22:7-8) Cuando alguno diere a su prójimo plata o alhajas a guardar, y fuere
hurtado de la casa de aquel hombre, si el ladrón fuere hallado, pagará el doble. Si
el ladrón no fuere hallado, entonces el dueño de la casa será presentado a los
jueces, para que se vea si ha metido su mano en los bienes de su prójimo.

Los jueces van a determinar si la persona encargada es inocente del robo, o si es


responsable.

b. Si se pierde o muere un animal a su cargo…


(Éxodo 22:10-11) Si alguno hubiere dado a su prójimo asno, o buey, u oveja, o
cualquier otro animal a guardar, y éste muriere o fuere estropeado, o fuere llevado
sin verlo nadie; juramento de Jehová habrá entre ambos, de que no metió su
mano a los bienes de su prójimo; y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará.

Esto también aplica al caso en que un animal fue arrebatado por una fiera (Exo.
22:13).

c. Si se prueba que el encargado es responsable de robo o descuido, entonces


deberá pagar al dueño.
(Éxodo 22:12) Mas si le hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño.

PERTENECIAS PRESTADAS O ALQUILADAS


En el caso de cosas que se pidan prestadas o alquiladas, si se daña o se pierde la
Ley de Dios determina lo siguiente:
(Éxodo 22:14) Pero si alguno hubiere tomado prestada bestia de su prójimo, y
fuere estropeada o muerta, estando ausente su dueño, deberá pagarla.

Diferente caso es si el dueño está presente…


(Éxodo 22:15) Si el dueño estaba presente no la pagará. Si era alquilada, reciba el
dueño el alquiler.

¿DE QUIÉN ES?


En el caso de que dos personas se peleen por la misma propiedad, el caso se
llevará ante los jueces.
(Éxodo 22:9) En toda clase de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre
vestido, sobre toda cosa perdida, cuando alguno dijere: Esto es mío, la causa de
ambos vendrá delante de los jueces; y el que los jueces condenaren, pagará el
doble a su prójimo.

Adjudicarse algo que es de otro es equivalente al robo, y el castigo es similar. La


palabra que se traduce como “fraude”, en hebreo es: “Pesha”, que también puede
significar: defecto, falta, infracción, iniquidad, maldad, ofensa, pecado, rebeldía,
rebelión, traición, trasgresión.

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