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Los seres humanos durante toda nuestra existencia hemos ido evolucionando y por lo
tanto todas nuestras estructuras sociales lo han hecho y lo seguirán haciendo. La familia
al ser la base fundamental de la sociedad no ha sido la excepción y ha sufrido
innumerables cambios y transformaciones a través de la historia.
Por tradición y costumbre nos han enseñado que la familia se encuentra conformada por
papá, mamá e hijos, donde el padre es quien se encarga del sostenimiento económico de
quienes integran la familia, la madre es quien se encarga de las tareas del hogar y criar a
los niños, quienes crecen bajo la protección y autoridad de sus padres. Pero hoy, las
dinámicas sociales han cambiado y desde la constitución se han tenido que reformar
leyes para brindar protección a las nuevas formas de familia. (Colprensa @ElUniversalCtg
Diciembre de 2014).
Desde la promulgación del Código Civil, en la segunda mitad del siglo XIX, se han
introducido numerosas nociones de la familia, como un organismo dentro de nuestro
ordenamiento jurídico. Hasta ese entonces, la normatividad se encaminaba al fortalecer la
autoridad de la figura paternal del hombre sobre los demás integrantes de la familia,
estableciendo una serie de principios derivados del derecho romano que decían que los
miembros de la familia dependían era del hombre de la casa es decir del padre de familia
y marido.
Por esta razón los romanos definían la familia en atención al vínculo formal que la
conformaría, a saber, que el matrimonio del cual refería Modestino que era la unión entre
marido y mujer, unión para toda la vida, vínculo jurídico humano y divino (MODESTINO.
Digesto. 23, 2, 1).
Exactamente, desde que nuestro Código Civil recoge esa idea de la autoridad del padre y
marido en el ámbito familiar, se hizo necesario desarrollar un nuevo concepto donde las
mujeres tuviéramos más independencia para que en caso de que la autoridad patriarcal
faltara por la causa que fuera, no quedaran los demás miembros de la familia
desprotegidos. Hay que recordar también que las mujeres anteriormente cuando
contraían matrimonio, se consideraban como incapaces y quedaban a potestad de los
maridos.
De acuerdo a lo anterior, en lo referente a la posibilidad de que el padre o marido faltaran,
fue necesario hacerle unos ajustes al ordenamiento jurídico a partir del año 1992, con el
fin de darle independencia u autonomía a la mujer en casos estrictos. La Ley 8 de 1922 le
da cierta capacidad a la mujer para ser testigo en juicios y le da la facultad de solicitar la
separación de bienes.
Dentro de las disposiciones que han surgido para la protección de la familia, es importante
destacar la Ley 45 de 1936, sobre filiación natural; la Ley 83 de 1946, de defensa del niño;
la Ley 75 de 1968, filiación y creación del ICBF; el Decreto 2820 de 1976, otorgamiento
iguales derechos y obligaciones a las mujeres y a los hombres. la Ley 5ª de 1975,
adopción; las leyes 1ª de 1976 y 25 de 1992, divorcio, separación de cuerpos y de bienes
de matrimonio civil y católico, y cesación de efectos civiles de matrimonio católico; el
Decreto 2272 de 1989 que organizó la jurisdicción de familia; el Decreto 2737 de 1989 o
Código del Menor; la Ley 54 de 1990, unión marital de hecho; la Ley 82 de 1993,
protección a la mujer cabeza de familia; la Ley 294 de 1996, violencia intrafamiliar; y la
Ley 1098 de 2006. (Víd. MONROY CABRA, Marco Gerardo. Ob. Cit. Página 19)
“Es una estructura social que se construye a partir de un proceso que genera vínculos de
consanguinidad o afinidad entre sus miembros. Por tanto, sin bien la familia puede surgir
como un fenómeno natural producto de la decisión libre de dos personas, lo cierto es que
son las manifestaciones de solidaridad, fraternidad, apoyo, cariño y amor; lo que
estructuran y le brindan cohesión a la institución.” (Sección Tercera, sentencia de 11 de
julio de 2013).
Además se reconoce que este concepto de familia es inconstante debido a que la
sociedad va sufriendo cambios, transformaciones, y para esto se reconocen tres
contextos claros de evolución que son en primer lugar el avance en el reconocimiento de
familia sin presencia del padre o madre; es decir, las madres o padres cabeza de hogar.
En segundo lugar la ampliación de los derechos de manutención a las parejas
encargadas de las labores domésticas y a los hijos menores de edad o estudiantes, a una
pensión alimentaria y en tercer lugar la ampliación del reconocimiento a las parejas del
mismo sexo, lo cual aún está generando controversias.
En cuanto a la primera parte, como introducción a las alocuciones que van a incidir en la
construcción de un concepto de familia para el siglo XXI, es necesario para mi compartir
una frase de Martha Nussbaum, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de
Chicago, quien en una entrevista con Daniel Gamper Sachse en el Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona, el 28 de junio de 2010, señaló lo siguiente:
“Vivir en democracia implica respetar el derecho de las personas a elegir estilos de vida
con los que no estoy de acuerdo.” (NUSSBAUM, Martha C. Libertad de conciencia: el
ataque a la igualdad de respeto. Katz Editores 2011).
En cuanto a lo segundo, la elección, nos describe la socióloga Eva Illouz: “La posibilidad
de elección constituye el hito cultural que define la modernidad porque, al menos en el
ámbito político-económico, simboliza el ejercicio no sólo de la libertad sino también de las
dos facultades que justifican a esta última, es decir, la autonomía y la racionalidad.”
(NUSSBAUM, Martha C. Libertad de conciencia: el ataque a la igualdad de respeto. Katz
Editores).
En este sentido, puede advertirse un discurso, desde el ámbito político, que ha de ser
analizado desde la perspectiva de la elaboración de políticas públicas y que, como lo
refiere el investigador Fernando Pliego Carrasco, surge a partir de la concepción en
diversos círculos de opinión y de la academia en el sentido de caracterizar una mayor
riqueza cultural y social en una democracia por la pluralidad de arreglos familiares, en
desmedro de la unión familia conformada por una pareja casada en primeras nupcias
(Susan Sontag - PLIEGO CARRASCO, Fernando Pág. 9) .
Otra perspectiva política puede darse desde un ámbito de control demográfico como fue
planteado en el Memorándum de Estudio para la Seguridad Nacional No. 200 de 24 de
abril de 1974, elaborado por Henry Kissinger, quien planteaba que una manera de evitar
el crecimiento mayor de la población de países en vías de desarrollo era la de legalizar,
por un lado, el aborto, la esterilización y la anticoncepción como servicios gratuitos
prestados por hospitales públicos, y por otro lado establecer condicionamientos a los
créditos otorgados por organismos multilaterales al cumplimiento de cláusulas
demográficas (Jorge. Ob. Cit, páginas 286 a 287).
De igual forma, los conceptos de la familia desde el orden religioso y científico tendrán
que concitar la atención cuando se genere un nuevo concepto de familia para este siglo.
Los cambios sociales a los que nos enfrentamos de manera constante como por ejemplo
el de las familias conformadas por parejas del mismo sexo, a los cuales se les deben
garantizar todos sus derechos entre ellos el de conformar una familia, es una muestra
clara de que el concepto de familia va cambiando de acuerdo al avance de la sociedad y
que por más que se quiera mantener un solo concepto de familia llegara el momento
donde será inevitable hacerlo.
Por ejemplo en el caso de las parejas del mismo sexo se ha trato de alguna u otra forma
vulnerar el derecho a quienes pertenecen a esta comunidad a conformar una familia,
cuando este fenómeno social ya no tiene reversa, en cuanto a este tema la sociedad
debe empezar por dejar atrás los falsos moralismos, los cuales profundizan prácticas de
discriminación y estigmatización.
A manera de conclusión se puede decir que las bases estructurales de la familia han ido
cambiando de forma radical y nuestro país al ser un país en vía de desarrollo no podría
mantenerse al margen de los cambios que se han ido dando al interior del núcleo familiar,
los cuales han generado unos rasgos y características tan particulares que no permiten
hablar de un solo modelo de familia, sino de núcleos familiares diferentes.
Sin lugar a dudas, la familia es un núcleo social que trasciende, de ahí la importancia de
que se encuentre inmersa en un constante dinamismo ayudando a reforzar la calidad de
vida de las personas.