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MICHEL MAFFESOLI

LA TRANSFIGURACIÓN
"
DE LO POLITICO
La tribalización del mundo posmodemo

Herder
CONTENIDO

LA POLÍTICA DE LO INFORMAL, LA POTENCIA. . . . . . . . . . .. 13


DEL POLITEÍSMO Y LO PROFANO DE LA CIUDADANÍA
Prefacio a la presente edición
Michel Maffesoli y Daniel Gutiérrez Martínez

Título original de la obra: lA transfiguation du LA RUGOSA REALIDAD '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 33


Politique, la tríbalisation du monde poslmoderne
Traductor: Daniel Gutiérrez Martínez
Prefacio a la tercera edición francesa
Revisión de la traducción: Areli Montes Suárez

Diseño de la cubierta: Armando Hatzacorsian ADVERTENCIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 41

Formación electrónica:
Quinta del Agua Ediciones S.A. de C. V. 1. EL POLÍTICO y SU DOBLE
qae@prodigy.net.mx
1. La fuerza "imaginal" del político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 49
Esta obra se terminó de imprimir y encuadernar 2. La "perfección" del Uno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 65
en 2005 en Quebecor World Gráficas Monte
Albán, S.A. de C.v. 3. Los propietarios de la sociedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 77
www.quebecorworld.com 4. La implosión de la sociedad programada . . . . . . . . . . . . . .. 93
© Michel Maffesoli, 2004

© 2005, Editorial Herder, S. de R.L. de C.v.


n. LA SOCIALIDAD ALTERNATIVA
1. Potencia de la utopía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 103
ISBN: 968-5807-12-4
2. Libertades intersticiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 117
3. Secessio plebis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 134
La reproducción total o parcial de esta obra sin el
consentimiento expreso de los titulares del
Copyright está prohibida al amparo de la legisla-
ción vigente.
m. LA CULTURA DEL SENTIMIENTO
1. Ambiente, ambiente... . 149
Impreso en México / Printed in Mexico 2. La fuerza viva del sentimiento 163
3. La necesaria superfluidad 177
Herder
IV. EL RITMO SOCIAL 187
www.herder.com.mx

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BIBLIOTECA 7
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LA POLÍTICA DE LO INFORMAL, LA POTENCIA
DEL POLITEÍSMO Y LO PROFANO DE LA CIUDADANÍA

PREFACIO A LA PRESENTE EDICIÓN

MICHEL MAFFESOLI
DANIEL GUTIÉRREZ MARTÍNEZ

Uno de los temas principales que siempre están en la mesa de


discusión y reflexión en los temas políticos es sin duda el relacio-
nado con la cuestión del Poder y la gestión del llamado poderío o
potencia que yace en la cotidianidad. Este tema tiene sin duda un
estrecho y directo vínculo con las relaciones de dominación, totali-
dad y violencia que constantemente circulan en la atmósfera social.
Han sido pocos los que han tratado de dar cuenta de la manera en la
cual estas dos entidades (poder-potencia) se imbrican, se retroali-
mentan y encuentran diferentes espacios de expresión. En una frase,
ha habido poca preocupación por analizar la dinámica de ida-y-
vuelta que existe entre estas dos entidades y la relación con la lla-
mada contidentia oppositorium que las vincula.
Por el contrario, tal parece que las ciencias sociales desde su
advenimiento a finales del siglo XIX se han visto obnubiladas por el
análisis únicamente del problema del Poder, y por consiguiente, los
observadores sociales han estado más atentos desde la tradición eu-
ropea marxista a la cuestión de lo político desde el ámbito de lo ins-
tituido, de lo oficial, de lo nonnativo, y no desde el punto de vista
de la dinámica instituyente, infonnal, policultural, es decir, aquello
que de manera cotidiana irrumpe en la estructura social y política
conjuntándose con dinámicas inesperadas, asociadas a los impon-
derables y a lógicas subterráneas. En su época, Durkheim ya anun-
ciaba que la ciencia social se encontraba en constante confusión
ante la diversidad de su o?jeto d~ análisis y ante la movilidad de sus

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elementos de estudio. Si bien esta preocupación no deja de ser em- pensamiento polarizado en cuestión, y que no han dejado de tener
blemática para ilustrar los nudos a los cuales desde sus inicios se ha un impacto notable en la sociología hispana, sea en América, sea en
confrontado la sociología, también es destacable observar en esta la península ibérica. Dichas corrientes, si bien no han negado por
posición la fuerte influencia del pensamiento unicista o dialéctico completo esta lógica informal, han tenido tendencia, para bien o para
en las ciencias sociales, donde la reflexión de un único polo do- mal, a beneficiar los análisis de tipo institucionalista: ya sea que se
minó la sociología moderna. trate de una perspectiva más social y estructural como el llamado es-
Hacemos referencia en todo esto, sin duda, a la llamada diná- tructuralismo genético representado principalmente por Pierre Bour-
mica del triadismo. El análisis de esta dinámica, o lo que de manera dieu, y reflejando un compromiso político de izquierda, ya sea desde
contemporánea en el ámbito político podemos denominar como el un enfoque más individualista y reflejando los intereses políticos de
pensamiento del mestizaje o del policulturalismo, se ha visto trun- la llamada derecha con Raymond Boudon, quien aboga por el po-
cado y desdeñado. No es aquí el lugar para extendernos en la noción tencialismo del individualismo en las sociedades llamadas "avan-
del triadismo y de la primacía que le han otorgado diversas investi- zadas", o fmalmente desde una mirada circunscrita más bien en la
gaciones antropológicas (Lévi-Strauss, Dumézil, Durand, Escuela llamada política del centro con Alain Touraine, quien patrocina el
de Palo Alto). Baste con decir, en el sentido fuerte del término, que agenciamiento civil dentro de un marco democrático. Cada una de
la política está constantemente influida por el dinamismo cultural estas tres categorías, si bien esbozan algún resquicio dinámico de la
e individual que descansa principalmente en la tensión de elemen- lógica informal en la política, permanecen muy preocupadas más
tos heterogéneos. Se trata de una perspectiva que está adquiriendo bien por el aspecto instituido del Poder, de las instituciones, del in-
cada vez mayor importancia a medida que resurge una visión sim- dividuo racional, del contrato social, cada una sin duda a partir de
bolista del mundo social. Naturalmente, nos hallamos muy lejos de una posición política específica.
esta unidad analítica que ha caracterizado las reflexiones políticas Quizás habría que ser un poco ambicioso o, por qué no, preten-
que, desde el alba de la Modernidad, han pasado a ser el objetivo sioso y optar frente a estas corrientes de pensamiento por una posi-
de estudio del racionalismo occidental. La metáfora del triadismo ción prospectiva más que por una posición alternativa. Con ello
permite, por tanto, poner de manifiesto la paradoja, el estallido, el queremos decir que se trata de presentar el otro lado siempre exis-
desgarramiento, lo contradictorio que existe en el acto mismo; en tente de aquello que dominó durante la modernidad en los temas po-
suma, la pluralidad constitutiva del neo-tribalismo contemporáneo líticos como fue el problema del Poder. En efecto, hay que destacar
que permea la vida política de las sociedades. Todo ello se puede es- en la actualidad el aspecto informal de la vida, lo instituyente con-
bozar con la noción de la política de lo informal o la dinámica de la tra lo instituido, más aún se puede decir que se trata de lógicas que
informalidad. pueden describirse a través de la llamada socialidad, o lo que en otros
Por tanto, nunca es suficiente reflexionar en torno a la diná- espacios se ha denominado como centralidad subterránea. Todo esto
mica de lo informal de la vida social, más aún alrededor de la re- no son más que nociones diferentes que expresan una misma diná-
lación que siempre ha existido entre la política y la estrategia infor- mica siempre presente en nuestras sociedades y enuncian una misma
mal. Relación, cabe insistir en ello, que ha sido desdeñada por la realidad. Es esta misma realidad la que llamamos el substrato de la
sociología moderna y, más aún, en algunos ámbitos contemporá- existencia, del cual es necesario dar cuenta de manera metafórica ,
neos. Al respecto, se pueden mencionar en la actualidad las tres aunque sólo sea para desenmarañarlo de las percepciones letárgicas
corrientes predominantes en Francia que han sido herederas de este de lo político constituidas a su alrededor. Manto freático se ha dicho
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tropológico de la violencia: su constricción, su hostilidad, su animo-
para ilustrar la dimensión informal de la existenci~; pues. es a par-
sidad, su letanía etc., que al tiempo que es totalitaria es también fun-
tir de esta informalidad que se elabora la construcclOn SOCIal de hoy
dadora, y de la cual nos es difícil distinguir el buen o mal uso de
y de los años venideros. . ella. En suma, es la violencia de los buenos sentimientos que con-
Aspectos todos ellos que pueden ser denommad?s con ~a me-
cede protección a cambio de sumisión. Cabe señalar que no se trata
táfora de la potencia o poderío del tejido políticO-SOCIal. A. diferen-
sin duda de un elemento nuevo emergiendo en las sociedades pos-
cia del poder, el poderío se refiere al ejercicio práctico y dIrecto de
modernas, sino de algo palpable cotidianamente de lo cual no es
los actores sociales sobre su entorno y la potencia; como sucede en
necesario más que tener la sensibilidad e intuición sociológicas para
la mayoría de los casos, representa efectivamente las posibilidades
analizarlo y prestarle su correspondiente atención.
efectivas que tiene un individuo de influir su entorno. En otras pa-
En cierta medida, hay que decirlo, toda la sociología estable-
labras, para librarse de la normatividad del deber ser, hay que ase-
cida -el stablisement sociológico- tiene dificultades para tomar en
diar la lógica de una forma social (política, utópica, poder .. :) y, para
serio estas "banalidades", pues permanece obsesionado, obnubilado
ello, poner en juego una insolente ingenuidad Y un formalismo so-
por aquello que representa lo instituido. Así algunos pensadores al
fisticado en muchos aspectos. empecinarse en retener modos de analizar la sociedad, anteriormente
Para decir de manera resumida 10 que en otros espacios se ha
dominantes, se ven limitados para percibir esta dimensión informal
dicho, se trata de poner en énfasis los fenómenos informales Yla lla-
de la existencia que es, hay que insistir en ello, el substrato de la rea-
mada Violencia totalitaria. l La primera metáfora da cuenta de las
dinámicas vinculadas con la maña, el arreglo, la astucia, la negocia- lidad social y política. Es el manto freático que como tal se encuen-
tra de manera horizontal, en la corteza y el núcleo de la vida social
ción en tanto que productores del cambio social y político, princi-
y que en innumerables observaciones se puede encontrar lo esen-
palmente en los espacios de incertidumbre generados y emergentes.
cial de la existencia y en este caso de la misma vida política.
Dicha dinámica informal se localiza al margen de una estructura
formal en donde a través del intercambio en una diversidad de fac- Esta situación no es una excepción en América Latina y en la
tores producen una diseminación de la estructura forma~ o instiU:~da.
Europa ibérica, donde existe una fuerte influencia no nada más en
el ámbito académico sino en la manera de valorizar la sociedad
En efecto, se trata del funcionamiento de la riqueza SOCIal YpolítIca,
pues se ha conformado una obsesión por alcanzar las formas insti~
que forma parte de los procesos subyacentes de inter~cción indivi-
tuidas de lo político que se establecieron como las únicas posibles y
dual (pasiones, sentimientos, pertenencias) donde se Juegan la~ re-
legítimas en el mundo social (violencia totalitaria), todo ello a par-
laciones de fuerza, de respuesta y resistencia. La segunda metáfora
tir de la predominancia de los análisis unicistas. .
da cuenta de esa imposición de la forma característica del Estado, de
En este sentido, no está de más resaltar aquí la existencia de un
la ontología, de las instituciones Y de sus diversas repr~sen~~ciones
estrecho lazo entre política, politeísmo y lógica informal que se pue-
que a través del discurso, de la imagen y otros modos srmbohcos de
instauración logran presentarse como formas certeras de lo social. de resumir perfectamente en la noción de potencia. Más aún, cabe se-
ñalar que debido a su intensa confrontación con la historia, América
De lo que es importante tomar nota es del aspecto estructural y an-
Latina se ha visto en la necesidad de lidiar, armoniza u organizar las
dos lógicas aquí mencionadas (informal-estructura formal, insti-
1 Daniel Gutiérrez M., Les Phénomenes informels et le concept de Gou-
tuyente-instituido, certidumbre-razón, etc.). Hay que ver en ellas, al
vernance, Mémoire, DEA, I.E.D.E.S, París 1., septembre 1999; Michel Maffe-
menos en lo que concierne a los observadores sociales, que más que
solí, La violencia totalitaria, Barcelona: Herder, 1982.
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tratarse de una tensión o contradicción destructiva que ha impedido Es a partir de esto que se elaboró en la vida moderna la con-
a la región hispanoamericana su "desarrollo", son elementos de po- cepción occidental de la política: a partir de la idea de un solo Dios
tencialización para la consolidación de su propia concepción del que gobierna nuestras vidas en el más allá, la política se va a trans-
mundo y la identidad que le acompaña. Se trata en efecto de valorar figurar en otro Uno que es el Estado-Nación y más adelante lo hará
la concepción trágica de la vida y el mestizaje identitario que per- en la Institución burocrática, ministerial o secretarial, donde todo lo
mea la existencia política y social de América Latina. relacionado con el intercambio y gestión políticos se constituye bajo
Para encontrar el fondo de todo esto, hay que ver en la tradi- la lógica del Uno. Así, la fórmula de Marx es interesante en el sen-
ción moderna de lo político la elaboración de una concepción mo- tido que se puede observar en ella la duplicación que va sufriendo
noteísta del mundo. Para ello basta con recordar una idea muy sim- la política en la modernidad.
ple, que puede ser ilustrada con la pertinente reflexión que hizo Marx En la actualidad este proceso continúa, pues al desgastarse la
en La cuestión judía, cuando menciona que la política es la forma concepción monoteísta judeocristiana de la organización de bienes
profana de la religión (refiriéndose por supuesto a la religión judeo- y del poder después de tres siglos de dominación, se transfigura en
cristiana). Así el meollo del asunto inscrito en esta frase es que la una concepción mucho más politeísta del mundo, entendiendo con
política va a realizar lo mismo que hizo la religión, es decir, va a or- esto una metáfora social, aquella misma que utilizará Weber con la
ganizar, a gestionar y a distribuir lo político desde una mirada erigida noción del politeísmo de valores. Hecho que se traduce en nuestros
por la concepción monoteísta del mundo. Para retomar una metáfora días, particularmente en América Latina, por la aceptación y convi-
bien conocida podemos decir que el principal planteamiento del vencia del policulturalismo con sus conocidas reivindicaciones étni-
monoteísmo tiene que ver con el hecho de que el destino de los cas. Esto quiere decir desde nuestro enfoque que hay una retroacción
hombres no puede estar a merced de una pluralidad de dioses que li- del politeísmo de valores en la vida política de nuestras sociedades,
tiguen entre sí para disputarse el poder. Hay que ver en esto que el lo cual exige al mismo tiempo que lo político ya no continúe orien-
monoteísmo no es privativo de las religiones históricas de salva- tándose bajo el mismo esquema planteado por el monoteísmo.
ción, sino también de la historia de la secularización que se cons- En el fondo se trata de una concepción política Unitaria del mun-
tituyó bajo las sombras históricas de la religión y más aún de la re- do que tradujo bien esta Gran idea monoteísta del mundo. Augusto
ligión judeocristiana. Sea que se trate de un liberalismo católico Comte en el siglo XIX ya lo había formulado con suma claridad con
latino, sea que se trate de una concepción cívica anglosajona perte- la frase Reductio ad unum. Todo ello parece haber perdido sus bríos
neciendo a un liberalismo reformado, todos ellos son testimonios de en nuestra actualidad, más aún en nuestros mundos hispanos.
este legado, que no dejó de tener un impacto mayor en la constitu- Para ilustrar esto de manera más concreta a nuestras realidades
ción de los Estados latinoamericanos. Estos dos ideales de una u otra latinoamericanas, podemos hacer referencia a la concepción iden-
forma han encontrado contradicciones políticas internas, situación titaria de la ciudadanía, que es el pilar de la percepción política es-
que es observable no nada más a partir de la formulación de los di- tatal y unicista del mundo que se estableció en gran parte de las
ferentes artículos constitucionales, sino también a partir de las diver- repúblicas latinoamericanas. Efectivamente, el sustrato vinculado
gencias que pueden encontrarse en la vida política y práctica de to- con la ciudadanía es aquel de la síntesis de la diversidad cultural
dos los días. Este conflicto étnico interno que viene de viejos y de las múltiples identidades en una sola. Es la etiquetación del
debates europeos, no retratan más que una percepción unitaria de la ser humano a una única norma de comportamiento, a un solo senti-
vida, la de la fuerza del Uno. miento de pertenencia. Refiriéndonos únicamente a América Latina ,

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se puede observar en la instauración de la noción de ciudadanía, las llamadas a mediados de los años ochenta, como la emergencia de la
diferentes contradicciones culturales e históricas que han existido, Sociedad Civil, concepción que no deja de estar asociada a las per-
tanto en los diferentes proyectos societales como en las relaciones de cepciones políticas establecidas por la democracia republicana. Una
poder inscritas en el proceso de construcción política de los Estados. vez más esta concepción muestra la poca importancia que los ana-
Asimismo, se puede observar que paralelamente a la consti- listas políticos han dado a la dinámica misma del estar-juntos que
tución de semejante ciudadanía tal y como ha sido concebida en el siempre ha manifestado modos de comportamiento a contracorrien-
marco de la herencia europea del siglo xvrn, se ha conformado en te de las propuestas estatales de la ciudadanía modernista. Se trata
el continente en el enraizamiento del estar-juntos una ciudadanía de un concepto que quiere suponer que a raíz de un largo trabajo de
que está lejos de ser la imagen pretendida por las Repúblicas cons- instauración del proyecto ilustrado de la ciudadanía, de golpe, en
tituidas. Se trata de una ciudadanía más cercana a una concepción consecuencia de los avatares naturales que se presentan, el pueblo
práctica y cotidiana de la circulación social cuyas reglas se constru- se despierta en una dinámica de participación solidaria llegando a
yen cada día y aún más a partir de las necesidades cotidianas e in- consolidar el proyecto republicano de la ciudadanía, pero bajo otras
mediatas de la colectividad o del grupo en cuestión, y no de una ciu- dimensiones. Con ello se ha querido designar movimientos de lucha
dadanía oficial o republicana cuyas normas habían sido constituidas solidaria, o incluso dinámicas de empoderamiento político y social,
por aquellos que se sintieron con el derecho de decir lo que es y lo cuya fuerza puede llegar a influir en el ámbito político del Estado.
que debe ser; se trata de una especie de tribalización de la ciudada- Al querer hablar de sociedad civil como una forma de situar estas
nía tal y como fue propuesta por el proyecto de la modernidad. En contradicciones en cuestión no estamos más que designando con
esta constitución alternativa o paralela de la ciudadanía se pueden un concepto matizado la tribalización de la política, es decir, ese fe-
ver reflejados en gran medida algunos elementos esenciales de la nómeno de grupos, de redes de contacto, que funcionan a partir de
identidad latino-americana, sus modos de comportamiento, sus gus- las necesidades cotidianas, de los sentimientos compartidos, de los
tos que se han constituido a través del tiempo. Nos referimos al es- afectos resentidos, más que a partir de objetivos a largo plazo o bus-
tablecimiento de dinámicas de solidaridad, de organización social, cando un fin eterno, una Historia única y certera. Efectivamente, más
así como dinámicas de intercambio mutuas que se hacen por fuera que tratarse de una forma de empoderamiento, de una nueva dinámi-
de las reglas políticas oficiales e independientemente del proyecto ca ciudadana en el sentido formal del término, nos enfrentamos con
ciudadano oficial. En suma, estamos hablando de una ciudadanía no la potenciación, en momentos presentes de dinámicas solidarias siem-
oficial, llamada profana o informal, que involucra sentimientos de pre existentes; es la reaparición de la fuerza del sentimiento de per-
pertenencia, formas de socialidad grupal, tribal, clánica, vínculos tenencia grupal, de un mutuo codeo, de un corporeísmo, que cuando
de arraigos subjetivos. las demarcaciones se vuelven demasiado rígidas, tiende a aflorar con
En la actualidad se ha reconocido que existe una distancia entre mayor fuerza.
el proyecto ilustrado de la República y las prácticas, los intercambios, La ciudadanía pretendió borrar de manera formal toda diferen-
las relaciones de poder vividos cotidianamente por los latinoameri- cia tanto racial como cultural que ya estaba consolidada desde hace
canos. Se acepta en este momento aunque de manera muy matizada varios siglos, tanto en la dinámica social como en la lógica cultural,
la existencia de una dinámica, de una energía particular fuera del y que la imposición del ideal republicano no hizo más que encasi-
contexto estatal y más cercano de las dinámicas sufridas en el "com- llar en lo clandestino y la ilegitimidad de la ley. Sin duda es una di-
bate del barrio". En América Latina estas dinámicas han sido mal námica ya existente desde hace mucho tiempo en las sociedades de

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BIBLlOTE J'A
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América Latina, pero que en la actualidad por el desmoramiento que tido de manera marginal, sino que han colaborado de manera directa
ha tenido la lógica unicista del ciudadano pleno dichas lógicas in- al mantenimiento de la promesa democrática. ¿Cuánto tiempo no
formales se vuelven más visibles. Es importante mencionar aquí que pasó antes de que se reflexionara de manera normativa en el seno de
la dinámica participativa y organizadora en el seno de la sociedad las Repúblicas ilustradas, en tomo a la convivencia y tolerancia de las
ha sido más evidente, a falta de una estrechez y rigidez acrecentada diferencias? Ésta no surgió sino a partir de una doble saturación: la
del Estado, y a su falta de capacidad de agenciar la diversidad que del discurso unicista y la de las dinámicas informales y heterogé-
contiene. La dinámica de la política informal va mucho más allá de neas presentes cotidianamente.
formas estructurales o normativas de organización; ésta forma parte En suma, esta ciudadanía profana e informal está profunda-
de los afectos, de las decisiones tomadas en el momento mismo de la mente imbricada con los elementos identitarios de los latinoameri-
acción. Pero también de forma racional y calculada en los momen- canos que se han conformado a lo largo de los siglos, en paralelo y
tos en los cuales lo político no cumple su papel de redistribuidor del de manera interdependiente, con el proyecto republicano de nación.
poder otorgado, ahí la potencia encuentra su espacio de expresión. Encontramos así una tensión que se encuentra entre la evidencia del
El principal cuestionamiento en el caso de América Latina tie- principio político y el carácter más incierto de su fundamento socio-
ne que ver con las constantes confrontaciones entre el proyecto his: lógico. El estar-juntos se vuelve sagrado en el momento que parece
tórico de constituir una sociedad homogénea fundada sobre el ideal ser menos perceptible. El problema que encontramos en todo esto
del Estado-nación de identidad unitaria -aunque diferenciada, y una tanto en el continente americano como en el europeo es que el siste-
realidad constituida por una visión contradictoria, es decir, una di- ma político fundado a partir del advenimiento de un mundo perfecto
námica pluricultural. A lo largo del siglo XIX, la constitución del dis- hace ilegible a la sociedad en sus diferencias. En este sentido es cier-
curso y decisiones políticas se centraron en este reforzamiento repu- to que las naciones europeas se encuentran en un callejón sin salida
blicano negando toda la gama de diferencias, pero principalmente de en cuanto a la representación política, tanto como las naciones ameri-
modos de percibir y reapropiación del sentimiento de pertenencia. canas se encuentran en una democracia que no logra conformarse
Durante el siglo xx este sentimiento se quiso canalizar bajo la única como tal, que no puede establecerse como modo de razonamiento co-
identidad del trabajador, del obrero, del funcionario, todos ellos ins- tidiano entre su población.
critos en los ideales cívicos del Estado-nación moderno. De esta ma- En todo esto hay que tener presente que al mismo tiempo que
nera los Estados latinoamericanos se han visto confrontados desde la política moderna le confiere al pueblo la conducción de los intere-
el inicio de su independencia a la dinámica de una ciudadanía más ses comunes (al menos en la teoría) sacraliza la voluntad común
bien pluricultural, informal, jugando el papel en lo cotidiano de manto contra el orden de la naturaleza y de la historia (contrato social),
freático identitario. Esta problemática permanece aún en la actuali- tendiendo a volver abstracto lo social, a divinizarlo en una sola en-
dad como el principal vector de análisis para entender la dinámica tidad; en suma, a monoteizarlo. Existe así una contradicción que se
política latinoamericana, con sus conflictos, sus bullicios, pero tam- instala desde el inicio mismo de la política moderna. La historia de
bién sus virtudes y seducciones. la soberanía en América Latina muestra claramente que no existe una
Así, junto al republicanismo erigido por la élite ilustrada lati- sacralidad en la ciudadanía republicana, sino todo lo contrario: la
noamericana, siempre ha habido otras formas de organización, otras mayoría de los grupos, individuos, personas en Latinoamérica otor-
reglas de soberanía cotidianas, otras maneras de representarse y de gan un sentido mayor a las relaciones de compromiso, de pactos soli-
negociar, otras circunstancias de reciprocidad, que no sólo han exis- darios, de reciprocidades políticas y cívicas, e incluso a las filantropías

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cotidianas que puedan producirse en el momento de la interrelación cercanos de funciones públicas más que como medio de redistri-
misma. La lógica de la mafia vista aquí en su sentido metafórico, da bución a la población. Todo ello contribuye a la falta de fe por parte
cuenta de esto que paralelamente juega en la política republicana, es de la población en el proyecto político republicano y a la confianza
decir, el sentido de pertenencia, el pacto solidario y de honor, com- o incremento de dinámicas asociadas a la informalidad. De esta ma-
promisos sentimentales, estrategias grupales y lealtades racionaliza- nera es que se postula que no se trata de un problema de infraestruc-
das, todo ello superando la racionalidad supuestamente neutral de la tura y de igualdad de oportunidades lo que está verdaderamente en
democracia. Dicho de otra manera, la ciudadanía profana se realiza el fondo del asunto político, sino más bien un problema de identi-
más bien en los códigos de la calle, en el bullicio cotidiano, en el arre- dades que se asocia estrechamente a las relaciones de fuerza entre
glo inmediato y en la astucia, todos ellos más sagrados que los có- diferentes culturas que se han consolidado desde el periodo inde-
digos instaurados por una representatividad oficial y constituida por pendiente en América Latina, cuya élite dominante ha impuesto de
un documento republicano. Hay algo de profano en el ciudadano, en manera totalitaria y fundadora su proyecto de nación, pero no así en
relación con el proyecto político moderno, pero hay sacralidad en la las dinámicas comportamentales y las relaciones cotidianas.
constitución de la vida política de todos los días que se realiza por En otras palabras, la iglesia republicana con su corolario ciuda-
cada miembro del grupo, de una colectividad, de una tribu o de una dano, no ha podido apropiarse de toda la congregación que genera el
micro-sociedad. Si hacemos referencia a lo profano de la ciudadanía estar-juntos, pues se siguen practicando aún los ritos profanos de la
es precisamente porque inscribimos todo el proceso tanto de identi- calle; se continúa negociando a través de acuerdos por fuera de la li-
dad como de la constitución de las naciones latinoamericanas en turgia de la iglesia republicana y el libro sagrado de la constitución;
una lógica de fe y creencia, en un proceso de legitimación alrededor la gente continúa creyendo más en los trucos mágicos (ahora enar-
de dinámicas religiosas y discursivas de tipo monoteísta que se ven decidos por los medios masivos de comunicación), en la magia de
confrontadas a otras dinámicas más bien de tipo mágicas, carismá- la corrupción, del nepotismo, del arreglo entre amigos, de la elec-
ticas; en una palabra, politeístas. De ahí que se juzgue y no se po- ción carismática, más que en las reglas formales de la Institución
tencialice en cuanto a formas de desarrollo, las llamadas dinámicas democrática. Con esto no se quieren negar los avatares a veces per-
clientelistas, momentáneas, que se consolidan en el instante mismo judiciales que puedan advenir, pero eso es algo que siempre ha exis-
y cuanto más a través de adhesiones permanentes. De ahí igualmente tido. El punto aquí es el no negarlos o querer superarlos a través del
se puede explicar que la mayoría de los latinoamericanos al momento imperio de la ley de lo instituido, sino vivir con ello desde una pers-
de votar lo hagan más bien por una imagen, por un compromiso, por pectiva trágica de la vida y arreglárselas de manera que se convierta
una individualidad carismática, más que por un proyecto republica- en una potencia. El ejemplo suizo es de los más esclarecedores al res-
no de sociedad. Todo esto sin dejar de mencionar los fenómenos de pecto, cuestión conocida por todos pero poco enunciada, pues han po-
abstención o la no inscripción a las listas electorales, la credibilidad dido constituir una riqueza financiera considerable, a partir de la
descendiente de los partidos, los fenómenos del voto útil para quitar potenciación de los beneficios monetarios ilícitos que se generan en
a un partido en el poder, más que por razones de una creencia explí- el mundo entero, por no decir principalmente en los regímenes re-
cita en el sistema democrático de desarrollo. Se percibe la política publicanos latinoamericanos.
desde la distancia existente entre las élites gobernantes y el pueblo, Así, cabe insistir que los análisis realizados por los politistas se
a través de la impunidad de la que se benefician los políticos, como basan más bien en las características observables de una realidad
el espacio de adquisición de bienes económicos y repartición a sus política inscrita en el interior del proceso formal cívico, ya que el

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ejercicio político de los grupos e individuos es concebido todavía a Los latinoamericanos, con su socialidad del sur que les caracteriza,
partir de manifestaciones y movimientos sociales enmarcados en la se encuentran más compenetrados por la resolución de problemas de
dinámica republicana o democrática y no en función de las dinámicas responsabilidad y compromiso a través de las prácticas informales, u
informales de compromiso que la socialidad impone y que la pobla- otras que son normatizadas cada día pero que no entran forzosamen-
ción mantiene en su cotidiano. De esta manera tal y como la Iglesia te en la lógica de las instituciones del Estado-nación. Esto se llama
siempre ha desdeñado, negado o despreciado los procesos espiritua- un efecto de resistencia o un centralidad subterránea. En otras pala-
les de tipo mágico, el conocimiento esotérico, la institución republi- bras se trata de un problema que vincula al poder con la potencia.
cana no quiere ver en la dinámica política y social de la centralidad Así, otro tipo de dinámica ciudadana se ha conformado en ra-
subterránea, del estar-juntos político un poderío en la constitución de zón de la distancia que existe entre un proyecto decimonónico y el
la sociedad. Y el sentido común, más aún el sentido del humor, no panorama de las diferentes culturas y diversas maneras de ver las re-
dejan de ser más certeros que los mismos especialistas en presentar laciones entre los miembros pertenecientes a un mismo espacio. Se
la realidad política. Las diversas caricaturas esbozadas en los me- trata de una ciudadanía en el sentido metafórico, pues involucra res-
dios masivos de comunicación no hacen más que destacar con tra- ponsabilidades con respecto a los otros miembros del grupo con el
zos, gestos y mimos exagerados la política y su doble, presentando [m de conformar una cohesión social, pero es informal puesto que
situaciones chuscas que no hacen más que hacernos sonreír, y en el estas responsabilidades se caracterizan por compromisos momentá-
mejor de los casos carcajearnos de una política formal supuestamente neos, por reglas que se construyen en las costumbres diarias y en "la
objetiva y perfectible, que se ve rebasada por lo profano de la reali- calle", que no pertenecen al conjunto de reglas y normas preconiza-
dad, por este politeísmo de la cultura de los sentimientos y de las pa- das por el discurso oficial de la ciudadanía republicana. Es la manera
siones que le acompañan. Así, la caricatura -en su sentido estricto en la cual los ciudadanos satisfacen individualmente o en forma de
de lo que tergiversa- es herramienta heurística importante para dar acuerdo grupal fragmentado sus necesidades y deseos, sus derechos
nota de la realidad política latinoamericana, pues ella pone en armo- fundamentales, sus exigencias sociales y políticas, a través de sus
nía las dos lógicas aquí resaltadas: la que se ha construido fuera del propios medios o los medios acordados en el momento mismo de la
contexto oficial y formal del proyecto de nación, y aquella fundada acción. Incluso si esta ciudadanía, la mayor parte de las ocasiones
a partir de la noción de ciudadanía republicana y el concepto de de- es más eficaz para satisfacer las necesidades de una colectividad di-
mocracia formal. La primera toma su revancha de manera humorís- ferenciada en relación con una ciudadanía formal y oficial. Por su-
tica frente a la lógica de la segunda. puesto que en ello no deja de existir dinámicas subterráneas, sea de
Es así que los análisis propuestos por los politistas especializa- corrupción, de arreglo amigablemente, de nepotismo, de improvisa-
dos encuentran su esfera de reflexión alrededor de la capacidad de ción e iniciativa con la falta de cultura cívica que se le agrega, pero
las instancias políticas de lograr hacer equitativo e igualitario el ac- todo ello son formas de respuesta, que más que quererlas superar es
ceso a este proyecto. No obstante, se puede observar que a pesar de necesario normalizar.
los esfuerzos por democratizar los servicios sociales, los derechos Ahora bien, es importante tomar en cuenta que los diferentes
cívicos y la promoción de participación en la toma de decisión, los la- desafíos, fracasos, contradicciones, campos de lucha y de negocia-
tinoamericanos no han integrado esa racionalidad característica de una ción que se han dado en América Latina, se han consolidado también
ciudadanía republicana de tipo formal, de manera que se puede ob- en razón de la existencia de lógicas contradictorias. Así es notable
servar el no respeto de las leyes en el comportamiento cotidiano. observar que el sueño republicano latinoamericano de la identidad

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ciudadana ha podido mantenerse aunque sólo sea de manera virtual, en la dinámica política y que puede contener un aspecto potencia-
a raíz de la cohabitación de diversos elementos contradictoriales e dor en épocas venideras.
interdependientes. Tan paradójico pueda ser esto, la economía pre- Empero, hay que entender juvenismo desde su sentido socioló-
conizada por el Estado y los organismos internacionales, la democra- gico, es decir, sea desde una perspectiva weberiana del tipo-ideal,
cia promovida por los gobiernos y las llamadas ONO 's, han podido sea desde la propuesta hecha por el mismo Durkheim de figuras
mantener su retórica, han podido abogar por el sistema político y emblemáticas, el juvenismo sería la característica posmoderna de la
económico -cuyas raíces se pueden encontrar en los dos mil años lógica social y política. Durkheim muestra muy bien en Las formas
precedentes del judeocristianismo, pero renovado con algunos tec- elementales de la vida religiosa, cómo en su época la figura emble-
nicismos pluralistas- gracias a la política informal y socialidad que mática moderna sería aquella del adulto racional, serio, calculador
se ejercen cotidianamente, pues éstas han funcionado, para bien o en la cual de manera inconsciente o consciente todos los actores
para mal, de contrapeso a la supuesta primacía del monoteísmo. sociales van a reconocerse. Ahora bien, la figura emblemática mo-
En la actualidad gran parte de las constituciones de los gobier- derna, aquella elaborada desde el siglo XIX en Europa, es la figura
nos de América Latina se han esforzado en reconocer una pluricultu- del adulto productor y reproductor -figura que dominará las imáge-
ralidad política; todo esto nos muestra que la realidad multicultural, nes y dinámicas de la época-, es la que va a contaminar el conjunto
politeísta, informal supera la virtualidad ciudadana, lo instituyente de la vida social, a las nuevas generaciones que por efecto de mime-
rebasa lo instituido. Esto no es más que la historia de las contradic- sis van a adherirse a esta imagen decimonónica del adulto serio y
ciones que marcan las pautas de la vida en sociedad, tanto como la responsable.
muerte marca las pautas de la vida misma. Todo ello hace referen- Como en otros lados se ha dich0 2 , la figura emblemática pos-
cia a la percepción trágica de la vida que tiende a predominar cada moderna es la figura del adolescente o del infante eterno; esto no
vez más en nuestras sociedades. Así, los comportamientos cotidia- quiere decir que nos refiramos a una figura efímera, a un momento
nos muy alejados de los planteamientos oficiales de la democracia pasajero, a una etapa específica que con los años se superará y que
republicana han contribuido a la renovación de la política misma, en sólo puede fungir para analizar las generaciones de jóvenes y sus di-
una palabra, a su transfiguración. versos avatares. La figura juvenil es algo que va a tener la misma
Asimismo, hay que estar atentos al hecho de que todas las prác- importancia en la posmodernidad, como la que tuvo la figura del
ticas contemporáneas, principalmente las prácticas juveniles, son adulto en la Modernidad, es decir, que la figura del infante eterno va
las que van a caracterizar la posmodernidad -que no es lo mismo a ser contaminadora. En este sentido queramos o no, en la posmo-
que la llamada modernidad tardía o hiper-modernidad. Vale la pena dernidad estaremos preñados de este modo de actuar juvenil, con esta
insistir bien en esto, pues hay verdaderamente un regreso del poli- energía desbordante, con este barroquismo comportamental. Cier-
culturalismo, del politeísmo, que lleva evidentemente a plantearnos tamente esta propuesta puede tender a confundirse con el aspecto
la vida política bajo otros lentes que con los que estábamos acos- peyorativo del juvenisismo que es utilizado para calificar a los hom-
tumbrados a mirar. Hay que tener ojos para ver en esta dinámica la bres maduros que se visten como sus jóvenes contemporáneos, ac-
potencia social venidera, si se quiere entender de manera más pros- túan como jóvenes, etc.
pectiva la dinámica política que yace en América Latina. Efectiva-
mente, hay que estar atentos a lo que podemos denominar como ju- 2 Michel Maffesoli, L'Ombre de Dionysos, contribution a une sociologie
venismo, pues ésta es una de las mayores características que existen de l' orgie, París: Le Livre de Poche, 1991.

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Al referirnos a esto queremos dar cuenta de que la contamina- experiencia implícita que puede existir podrá tomar forma y poten-
ción va a incidir en nuestra continua capacidad de asombro, en la cialidad concreta en la medida que los mismos observadores socia-
persistencia de la actitud contemplativa, la curiosidad incisiva, el les latinoamericanos tengan la valentía de acercarse más a lo que
gusto por el presente y el momento compartido, aunque esto no deje está presente día con día que a lo que se quiere construir estática-
de tener la crueldad tan bien descrita en los niños por la psicología del mente (estatalmente) con la insignia de lo universal y permanente.
desarrollo. Lo que es interesante en todo esto es que no se trata de En América Latina, en el mundo hispano, tener la capacidad de
prácticas efímeras que serán superadas rápidamente. Se trata más pensar en sí mismo en su potencialidad propia, resultará no nada
bien de valores alternativos que podrán quizá en su momento tomar más en la construcción de una identidad proyectiva sino también
el papel que tenía la figura emblemática del adulto en la moderni- en la elaboración de sus propias herramientas de análisis. En una pa-
dad. No se puede desvalorizar, relativizar estas figuras que son de- labra, resultará en un proyecto de sociedad que pueda contaminar el
terminantes para el análisis de la posmodernidad. resto del mundo social, aunque sólo sea para dar cuenta de una de
Lo más interesante en la utilización de la metáfora del juvenis- las tantas dinámicas sociales humanas que existen en la dinámica
mo como figura emblemática, es que ella ha revestido toda la his- política, pero de la que es necesario dar cuenta y tener en mente
toria de América Latina, pues el juvenismo que integra la cotidiani- constantemente.
dad en esta región es la misma que en una primera instancia llevó a El gran problema en la actualidad con los intelectuales latinoa-
justificar o legitimar a los ojos de la conquista la instauración del mericanos es que permanecen .obnubilados por los enfoques euro-
progresismo colonialista. Sin duda el argumento se basaba en la ne- peos clásicos, por la misma razón de que estuvieron formados en
cesidad de educar a estas poblaciones carentes de madurez, se debía Europa, permaneciendo obsesos por los esquemas del Estado-nación,
educar la inocencia pueril autóctona. En la actualidad esta figura de la ciudadanía, de la filosofía de la ilustración. Se puede pensar de
juvenil se vuelve una especie de seducción, sobre todo en lo que manera irónica que la Ilustración o la época de las luces se han vuel-
concierne el ámbito turístico, pues lo que más añoran los turistas to pequeñas luciérnagas parpadeantes, puesto que en el fondo lo que
cuando arriban a tierras latinoamericanas o a tierras españolas, so- funcionó durante tres siglos, ya no funciona en la actualidad, aun-
bre todo cuando se trata de un turismo anglosajón, es el juvenismo que los intelectuales latinoamericanos permanezcan imbuidos en
del autóctono con la energía que le caracteriza, y que en cierta me- estos enfoques decimonónicos. En la actualidad, es necesario justa-
dida aún está presente de manera flagrante en estos lugares, irrum- mente desapegamos del sentido de seducción que efectuó el gran
piendo el fastidio demasiado progresista de las sociedades adultas, ilusionismo de la época de las Luces y estar atentos a la realidad que
vividas en las sociedades en su mayoría demasiado asceptizadas. sucede día con día en nuestras sociedades. Esta realidad es justa-
Efectivamente ya no se puede continuar funcionando bajo la mente aquella que está directamente imbricada con la dinámica in-
ideología del Estado-nación pues hay que tomar en cuenta este po- formal, con la dimensión múltiple étnica, en suma, con la lógica del
liculturalismo étnico, y desde ese punto de vista América Latina es mestizaje.
un laboratorio de observación para el mundo occidental intelectual Michel Maffesoli
europeo, pues permite percibir esta lógica que se presenta cada vez Daniel Gutiérrez Martínez
más en Europa. Aunque América Latina fue heredera de la llamada Ciudad de México-París
ciudadanía moderna, los modos de funcionamiento políticos coti- 20 de agosto de 2004
dianos ya no funcionan más bajo este registro. De esta forma la

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