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CUADERNILLO DE CIENCIAS SOCIALES

1°AÑO

BACHILLERATO “GRAL. JOSÉ DE SAN MARTIN”

Anexo ESOPI N°2058 “7 de Mayo”, Perteneciente


al Sindicato de Artes Gráficas Santa Fe

AÑO 2018

PROFESORA TITULAR: Lucía Ferrero

REEMPLAZANTE: Rocío Canteli


Fundamentación:

Las Ciencias Sociales se definen como un


conjunto de disciplinas que estudian el origen y
el desarrollo de la sociedad, las instituciones y
las relaciones que ordenan la vida social. Por lo
tanto son estas ciencias las que tienen a su
cargo la formación de sujetos libres, críticos,
creativos y democráticos a través del estudio de
su entorno social, aportando a una valoración de
la propia cultura y el respeto hacia otras;
comprometiendo a los sujetos al continuo
desarrollo de una convivencia democrática
procurando la transformación social mediante la
protección del ser humano y el medio natural en
el que se desarrolla.

Es por ello que la presencia de Ciencias Sociales en la escuela es de suma importancia


para la formación de un ciudadano crítico, capaz de comprender la sociedad en la que se
desenvuelve cotidianamente, la cual es producto de una construcción humana y está en
permanente reconstrucción a lo largo de las generaciones. De esta manera es fundamental
percibirse a sí mismo como un sujeto social que interviene en la sociedad.

Las Ciencias Sociales nos aportan las herramientas intelectuales necesarias para poder
hacer un análisis del presente, del pasado, de los cambios y continuidades y las
permanentes transformaciones de la sociedad. Su aprendizaje debe posibilitar a los
alumnos y las alumnas discernir y explicar los procesos que han vivido otras personas a lo
largo de la historia y su forma de relacionarse con la naturaleza, así como también
reconocer la existencia de múltiples interpretaciones que se disparan de un mismo
fenómeno social y adquirir la capacidad de analizarlos críticamente, de elegir y construir
herramientas para la sociedad del futuro.

Recorramos juntos este camino de continua formación y apropiación de conocimientos que


nos permitan constituirnos en ciudadanos activos, críticos y comprometidos con nuestra
realidad social.
ACTIVIDADES:
Marcar en el planisferio:
 Paralelos y meridianos (en rojo los paralelos y con nombres, y en verde los meridianos y con nombre)
 Identificar con distintos colores los continentes
 Señalar los océanos y escribirles sus nombres
 Señalar donde se encuentran las latitudes y las longitudes.
La crisis del siglo XIV.
Durante todo el siglo XIV, y agudizándose hacia el año 1400, Europa occidental, atravesó una crisis
que desestabilizó al estado feudal, disminuyendo la población a límites impensados.
Las tierras, base económica de la época, se tornaron improductivas por el agotamiento de los
suelos, las variaciones climáticas con lluvias intensas que provocaron inundaciones, y la falta de
técnicas agrícolas adecuadas. Todo esto provocó grandes hambrunas que ocasionaron un
debilitamiento generalizado de la población y, así, quedó expuesta a contraer enfermedades.
A partir de 1348, Europa se vio afectada por una epidemia de peste negra, que le costó la vida
aproximadamente a 25.000.000 de personas. Las deficientes condiciones sanitarias contribuyeron a
su propagación, extendiéndose desde el norte de Europa (Noruega y Suecia) hasta el mar
Mediterráneo y desde Constantinopla hasta Gran Bretaña. Es probable que la enfermedad haya
tenido su origen en China, y llegó a Europa a través de las rutas comerciales.
La peste manifestaba sus síntomas a través de dolores de cabeza, fiebre, manchas negras,
forúnculos y expectoraciones. Hoy se sabe que la peste negra o bubónica es causada por la bacteria
Yersinia pestis propagándose a través de las pulgas de las ratas, y tiene cura, pero en ese tiempo fue
atribuido a un castigo divino, idea de “Dios castigador”, y la gente llegó a auto-flagelarse como
penitencia para obtener la salvación.
Esta recesión produjo un aumento de precios, una baja en los salarios y por consiguiente el aumento
de la tensión social: importantes revueltas sociales.
Las guerras que enfrentaron a los diversos reinos agravó aún más el problema, como la que
sostuvieron Francia e Inglaterra, conocida como La Guerra de los Cien años.
Los campesinos que sobrevivieron, debieron emigrar a las ciudades en busca de mejores
condiciones de vida y así nació un nuevo orden económico-social, con el desarrollo de las ciudades y
la concentración del poder real, que desembocaría en un cambio político,
del feudalismo al absolutismo monárquico, que caracterizaría a una nueva etapa histórica, conocida
como Edad Moderna.
FUENTE: La crisis del siglo XIV | La guía de Historia http://www.laguia2000.com/europa/la-crisis-del-siglo-
xiv#ixzz4cpmTNwYh (adaptado)

ACTIVIDAD: Resolver las siguientes preguntas:

1. ¿En qué consistió la crisis del siglo XIV?


2. ¿A quién se le atribuyó la expansión de la peste negra?
3. ¿Cuáles fueron las consecuencias sociales de la crisis?
4. ¿Cuál fue la consecuencia política de la crisis del siglo XIV?
MONARQUÍAS ABSOLUTAS.
¿Qué es Monarquía Absoluta?
El concepto de monarquía absoluta, también conocido como absolutismo monárquico o antiguo
régimen, caracterizó el modelo político de la Europa occidental del siglo XVIII, aunque se puede
decir que se inició hacia el fin de la Edad Media. En una monarquía absoluta todas las facultades de
mando están concentradas en esta única persona, el Rey.
¿En qué consiste la monarquía absoluta? En éste tipo de monarquía, el monarca concentra el poder
de forma absoluta, ya que no existe una división de poderes. Por esta razón, el rey se encargaba de
dictar leyes y decretos (atribución legislativa), y de juzgar y condenar (atribución judicial). A
continuación se señalan, a modo de resumen, características de las monarquías de tipo absoluto.
Características de la monarquía absoluta:
1. Derecho divino: Esto significa que el poder emanaba de Dios y que el monarca ejercía dicho poder
sin necesidad de atenerse a ningún tipo de limitación jurídica, dado que su voluntad quedaba por
encima de las leyes. De alguna manera la Iglesia operaba de “intermediaria” entre Dios y el Rey, y se
asumía que el Rey era naturalmente bueno, correcto y justo.
2. Poder hereditario y vitalicio: La condición de monarca o rey pasaba de padres a hijos de forma
automática, más allá de condiciones o capacidades individuales, y se ejercía de por vida.
3. Poder absoluto: El monarca concentraba y detentaba el poder absoluto, no había ningún tipo de
división de poderes, como hay hoy en los estados modernos. El rey tomaba la potestad de fijar leyes
y decretos (atribución legislativa), asesorado cuanto mucho por un grupo de consejeros, así como de
juzgar (atribución judicial), de instaurar impuestos, etc. No existían organismos fiscalizadores del
accionar del monarca.
4. Ejército profesional: La persona del rey y sus amplísimas posesiones debían ser defendidas por una
nutrida guardia real y por el accionar de un ejército profesionalizado, que le era incondicional y
debía mantener el sistema monárquico en orden, puesto que era su brazo armado.
5. Sociedad estamental: Las monarquías absolutas rigieron en una época en que la sociedad estaba
claramente dividida en clases o estamentos: por un lado estaban los miembros de la nobleza y el
clero, con numerosos privilegios, y por otro lado existía una amplia clase integrada por campesinos,
burgueses y asalariados urbanos, que son quienes realmente trabajaban y generaban los ingresos de
la corona. Solo esta última clase, que vivía humildemente en áreas rurales o urbanas, cargaba con la
obligación de pagar impuestos o tributos a la corona y el diezmo a la Iglesia.
6. Burocracia y diplomacia al servicio del rey: Un grupo considerable de ministros y funcionarios
públicos eran los responsables de que funcionara el reino como unidad administrativa. Una forma
de ganar tierras y poder para los reyes era la guerra, pero otra muy importante fue la negociación.
Para eso se necesitaban embajadores, que además de hacer tratados, alianzas y pactos, buscaban
efectuar matrimonios convenientes.
7. Respaldo de la nobleza y el clero: Es evidente que en la monarquía absoluta no existían derechos ni
garantías individuales, y que la inequidad era un fermento permanente del descontento, que se
pudo mantener por el apoyo de los nobles, que recibían ciertos favores del rey, y del clero, que era
parte del poder mismo en estados teocráticos como los de entonces.
8. Administración centralizada: El pago de impuestos sostenía los elevados gastos que demandaba la
casa real y el funcionamiento de una compleja burocracia. La economía se basaba en la explotación
agrícola de las tierras pertenecientes a los nobles, también se desarrolló el mercantilismo, con gran
peso de los metales preciosos en la economía.
9. Enormes y lujosos palacios: Quedan en el mundo como testimonio de esa época de enorme
inequidad social y económica obras de arquitectura notables, como el palacio de Versalles en las
afueras de París.
10. Ejemplos de monarquías absolutas: Existen numerosos casos de monarquías absolutas en la historia.
La sucesión de Luis XIV, Luis XV y Luis XVI, detentando el poder absoluto en Francia durante más de
una centuria (1661-1789), suele tomarse como caso paradigmático del alcance de estos regímenes.
Luis XIV pasó a la historia con el rótulo del Rey Sol, y es recordada su frase “el Estado soy yo” como
síntesis del concepto de absolutismo monárquico, que tras un gran derramamiento de sangre dio
paso a la Primera República Francesa
Fuente: https://www.caracteristicas.co/monarquia-absoluta/#ixzz59AShxIEQ (adaptado)

ACTIVIDADES:

1. Define que son las monarquías absolutas.


2. Elaborar un cuadro sinóptico en donde se establezcan las características de las
monarquías absolutas.
Los Incas
Los Incas, hacia fines del siglo XI emigraron desde las
proximidades del centro de Bolivia, hasta el fértil valle
del Cuzco en la actual República del Perú. Se
establecieron poco antes del 1300 y para principios del
siglo XVI se extendían por una gran parte de América
del Sur abarcando unos 4.000 Km. por la costa
occidental. Cubrían la mayor parte del Perú moderno,
de Ecuador y Bolivia, el Noreste de la Argentina y la
mayor parte de Chile.
En la ciudad de Cuzco se instalaron grandes almacenes de granos, barrios, un complejo sistema de
riego y depósitos de todo tipo. Los templos y los pucarás (construcciones militares) ocuparon un
lugar preponderante en la ciudad. Los Incas consideraban a su capital el centro del universo.
El imperio, que ellos llamaban Tahuantinsuyo estaba dividido en cuatro regiones, las que, a su vez,
se subdividían en provincias. La población de cada provincia se repartía en ayllus, dirigidos cada uno
por un Curaca.
Al frente del imperio estaba el Inca, considerado un ser divino al que se trataba como un dios. Vivía
en un palacio con su familia en la ciudad de Cuzco. La mayoría de la población estaba compuesta por
hombres libres que vivían del trabajo de la tierra y la cría de animales.
La vida social de los incas se centraba en los ayllus. Todos sus integrantes tenían acceso a tierras de
cultivo, agua, rebaños de llamas y lugares de caza, entre otros derechos.
Cada ayllu debía pagar impuestos en forma de trabajo que podía consistir en la construcción de
caminos, puentes o templos, en el cultivo de tierras públicas, trabajar en las minas o cumplir el
servicio militar. Este trabajo era denominado mita y era realizado por los varones de los ayllus en
forma rotativa.
La agricultura fue la base de la economía del imperio incaico. La producción era muy variada y los
cultivos más importantes eran el maíz y la papa.
Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la
zona árida de la costa usaron el guano - excremento de aves marinas rico en fosfatos- como
fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el interior, sobre las laderas de las
sierras, cultivaban en terrazas.
En primer lugar, el relieve montañoso donde habitaba la mayor parte de la población del imperio,
fue aprovechado mediante la construcción de innumerables andenes o terrazas de cultivo que
permitieron utilizar las laderas de las montañas andinas. Estas verdaderas escaleras gigantes,
erigidas sobre terraplenes con muros de contención de piedra, evitaban la erosión de los suelos
impidiendo que las lluvias arrastraran la tierra y sus cultivos al fondo de los valles. En estas terrazas
agrícolas se podían obtener hasta tres cosechas anuales, sobresaliendo el maíz, los porotos, las
calabazas, el maní y la quinoa, esta última con más de un 50% de contenido proteico, que el arroz, el
trigo o el maíz.
Para facilitar el traslado y las comunicaciones, los incas crearon una importante red de caminos que
unían enormes distancias a través de difíciles terrenos, como selvas, montañas o desiertos. Nadie
podía utilizar los caminos a menos que estuviera cumpliendo con funciones asignadas por el Estado.
¿Cómo te parece que se efectuaban las comunicaciones a través de tan extensos territorios?
Implementaban un sistema de corredores, hombres jóvenes llamados chasquis, que se turnaban a
través de postas llevando la información velozmente.
Los incas también se caracterizaron por ser expertos constructores. Los palacios y los templos más
imponentes se encuentran en Cuzco, y la localidad de Machu Picchu, a 130 km de esta ciudad, son
un claro ejemplo de la habilidad de sus arquitectos. Las paredes de los edificios estaban hechas con
grandes bloques de piedra rectangulares, se las cortaba perfectamente, se las pulía y ensamblaba.
Actualmente estas edificaciones permanecen en pie y son miles las personas que visitan estos sitios
reconocidos como un patrimonio cultural de toda la humanidad.

TRABAJO PRÁCTICO: Civilizaciones precolombinas


Nos reunimos en grupos de 3 o 4 alumnos y seleccionamos una civilización.
Resolvemos las siguientes consignas:
1. Investigar la civilización seleccionada (aztecas o Incas) y elaborar un texto en donde
aparezcan las siguientes características:
 Organización social y política
 Actividades económicas que desarrollaban
 Desarrollo cultural
 Creencias religiosas
2. Exponemos lo investigado mediante la utilización de un recurso didáctico (afiches,
PowerPoint, etc.)
UNA PERSPECTIVA SOBRE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN
ARGENTINA
Quiénes son los pueblos indígenas
Aunque mucho se ha dicho y escrito sobre este tema, existe en
el mundo la idea de que los indígenas1 pertenecen a un tipo de
sociedad que, por razones que nunca se aclaran del todo,
sobreviven actualmente como residuos de sociedades antiguas
que no se han integrado completamente a la sociedad
mayoritaria. Por ello, se sostiene, viven en malas condiciones
materiales, presentan altos índices de desnutrición infantil,
mortalidad y analfabetismo, y poseen una escasa participación
en la vida política social.
Estas concepciones, que presentan a los indígenas como sociedades incompletas e imperfectas y
que tienen su origen en antiguas creencias sobre la existencia del progreso social unilineal, se
reflejan en categorías tales como “minorías empobrecidas”, "grupos vulnerables", "sector
careciente", "grupos marginados", "segmento social atrasado", etcétera.
El problema de este tipo de categorías sociales es que ellas son las que crean que tipo de derechos
son los que los grupos indígenas están autorizados a reivindicar y determinan la orientación y diseño
de las políticas públicas. Así, es posible que se acepten –y propicien– demandas de asistencia
económica, pero se califiquen como "excesos" intolerables las reivindicaciones de autonomía
política de los pueblos indígenas.
Un enfoque basado en las categorías señaladas, sostiene que la existencia de los pueblos indígenas
es una cuestión circunstancial que se da en un momento determinado, pero que puede –y debe–
cambiar si se adoptan medidas positivas dirigidas a alcanzar su integración en la sociedad global
civilizada.
Siguiendo estas perspectivas, en Argentina se han implementado sucesivos planes y programas de
integración que según las épocas se llamaron "reducciones”, “reservas”, “colonias” o “misiones", y
cuyo objetivo principal era la "radicación" de los indígenas a la tierra como campesinos o peones

1
*Nota del autor: Indígena es toda persona que manifiesta descender de los pueblos y comunidades
autóctonos que “estaban antes” de los procesos de conquista, colonización y nacionalización que
desencadenó la expansión mundial de las naciones europeas.
rurales. Pero estas políticas de invisibilización de la diferencia fracasaron de unos años a esta parte,
tal cual lo demuestra la importante reemergencia de las identidades indígenas, el fortalecimiento de
sus formas organizativas propias y su accionar como actores políticos novedosos en el orden interno
e internacional.
A partir de esta constatación proponemos, entonces, adoptar un punto de vista distinto al citado.
Un enfoque que tenga en cuenta, en primer lugar, las consecuencias jurídicas que acarrea para los
pueblos indígenas el ser ubicados en una u otra categoría y, en segundo lugar, que pondere la
categoría social que sea más compatible con los objetivos y aspiraciones del grupo cuyos derechos
desea proteger.
Diversas definiciones de “pueblos indígenas”
El Relator Especial de la ONU, Sr. José Martínez Cobo, en su “Estudio del problema de la
discriminación contra las poblaciones indígenas”, define que: “Las comunidades, pueblos y naciones
indígenas son aquellos que, teniendo una continuidad histórica con las sociedades previas a la
invasión y colonización que se desarrollaron en sus territorios, se consideran a sí mismos distintos
de otros sectores de las sociedades que prevalecen actualmente en esos territorios, o en partes de
los mismos. En la actualidad constituyen sectores no dominantes de la sociedad y están
determinados a preservar, desarrollar y traspasar a futuras generaciones sus territorios ancestrales
y su identidad étnica, como base de su continua existencia como pueblos, de acuerdo con sus
propias pautas culturales, instituciones sociales y sistemas legales”.
El National Congress of American Indians en 1999, que propone reemplazar las definiciones por el
siguiente texto: “Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo e individual de mantener y
desarrollar sus identidades distintivas y a ser reconocidos como tales”.
Frente a tales planteos los Estados se han visto, en parte, obligados a aceptarlos incorporando el
autorreconocimiento como criterio fundamental para la definición de indígena, esto es: la
conciencia que los mismos tienen de su identidad indígena o tribal.

ACTIVIDAD:

1. Con un compañero, analicen el texto y respondan las siguientes preguntas:


 ¿Con qué ideas se asocia a los llamados pueblos originarios?
 ¿Cuál ha sido el tratamiento que durante muchas décadas han recibido por parte del Estado
nacional los pueblos originarios?
 ¿Qué cambios se advierten en los últimos años?
2. En relación al documental que vimos sobre la escuela Mocoví “Com Caia”, señalen de qué
trata el mismo y cómo podemos vincularlo con el texto.
La conquista de América
Los dos arcos de conquista: México y Perú
Los españoles avanzan sobre México.....
Los primeros asentamientos españoles se ubicaron en las islas Antillas, estableciendo su centro de
operaciones, primero en La Española y luego en Cuba.
Desde allí partió Hernán Cortés, un funcionario del gobierno español, en febrero de 1519 a realizar
la conquista del continente, impulsado por el deseo de hallar las riquezas de las que había tomado
conocimiento a través de los relatos de los indígenas de la zona.
El avance hacia la capital azteca, fue facilitado por numerosas tribus, que veían en los extranjeros la
posibilidad de liberarse de los fuertes tributos que imponían los aztecas a los pueblos sometidos y
especialmente por una mujer, que le fuera entregada a Cortés, llamada La Malinche quien aportó
datos sobre la situación de las tribus y sirvió de guía e intérprete.
Los españoles llegaron a Tenochtitlán (capital del Imperio Azteca) en 1521. Este año se correspondía
con el “año 1- Caña” del calendario Azteca. Se repetía cada 52 años, y en ese momento se esperaba
la llegada del dios Quetzacoatl. Ese año no se produjo el retorno del dios, sino la llegada de los
españoles. Aprovechándose de esta coincidencia los españoles lograron entrar sin problemas en la
ciudad y apoderarse de su Emperador Moctezuma y hacerlo prisionero con el objetivo de dominar a
todo el pueblo.
La escena en la que Moctezuma recibió a los españoles (pese a las dudas de sus consejeros) como si
fueran dioses se ha hecho célebre: fue a recibir a los invasores y les regaló collares de flores y oro
como señal de bienvenida; después pronunció ante Cortés el sorprendente discurso:
“Señor nuestro: ... Ya a la tierra tú has llegado. Has arribado a tu ciudad: México. Aquí has venido a
sentarte en tu solio, en tu trono...
No, no es que yo sueño, no me levanto del sueño adormilado: no lo veo en sueños, no estoy
soñando...
¡Es que ya te he visto, es que ya he puesto mis ojos en tu rostro! ...”
¿Sabías que Hernán Cortés le escribía al rey de España contándole sus hallazgos? En una de estas
cartas le describe la grandeza de Moctezuma:
“Moctezuma era tan temido de todos, así presentes como ausentes, que nunca príncipe del mundo lo
fue más (...) Vestíase todos los días de cuatro maneras de vestiduras, todas nuevas y nunca más se
las vestía otra vez. Todos los señores que entraban en su casa no entraban calzados y cuando iban
delante de él (…) llevaban la cabeza y los ojos inclinados y el cuerpo muy humillados y hablando con
él no le miraban a la cara, lo cual hacían por mucha reverencia y acatamiento...”
La captura de Moctezuma provocó la ira de los aztecas, quienes sitiaron a los invasores. Cortés,
obligó a Moctezuma a presentarse ante su pueblo para calmar la situación y pedirles que
abandonen el ataque, pero el jefe azteca es asesinado. Para algunos fue muerto por una pedrada de
sus propios hombres, en la confusión del momento; mientras que para otros, fue asesinado por los
españoles.
Cortés y algunos de sus hombres huyeron a Veracruz, desde donde reorganizaron sus fuerzas. De
esta manera lograron regresar y vencer definitivamente a los aztecas, quienes habían sufrido una
epidemia de viruela, traída por los propios conquistadores, que mató a muchos aztecas.
Los españoles, tras una lucha feroz, se convirtieron en dueños absolutos de un rico y próspero
territorio. Luego de la conquista, Tenochtitlán pasó a ser llamada México y se transformó en el
Virreinato de Nueva España.
Los españoles atacan Perú...
Los españoles una vez instalados en América Central, emprendieron viajes y exploraciones hacia el
sur. Motivados por los relatos de otros españoles, sobre las riquezas que podrían hallar y la
conquista de México, se pusieron en movimiento hacia el Perú.
En el año 1529 Francisco Pizarro, conquistador español, llegó al Perú. Supo utilizar, al igual que
Cortés, los enfrentamientos internos generados a raíz de la muerte del emperador Inca y la lucha
por su sucesión entre Huáscar y Atahualpa para vencerlos.
Atahualpa estaba a punto de derrotar a su oponente, por lo que Pizarro intentó ganarse su
confianza y en 1532 acordó un encuentro en la ciudad de Cajamarca, al norte del Perú.
Los españoles se valieron de la entrevista para tomar prisionera a Atahualpa. El emperador intentó
salvar su vida a cambio de que su pueblo llenara una habitación con oro y plata. De esta manera
comenzaron a llegar de todas partes del Imperio metales preciosos, inclusive hermosos adornos
provenientes de templos.
Sin embargo Pizarro no perdonó la vida de Atahualpa y lo ejecutó en 1533. Partió a Cuzco, capital
del Imperio, a la que tomó sin demasiada resistencia e inició la conquista del resto del territorio. No
fue una tarea sencilla y tuvo que enfrentar varios levantamientos de otros jefes incas que persistían
en el objetivo de restaurar el antiguo imperio.
¿Cómo crees que los Incas veían a los españoles? Titu Cursi Yupanqui, gobernante incaico del siglo
XVI, relató cómo sus antepasados vieron a los conquistadores:
“Decían que habían visto llegar a su tierra ciertas personas muy diferentes de nuestro hábito y traje,
que parecían viracochas, que es el nombre con el cual nosotros nombramos antiguamente al
Creador de todas las cosas (...) y nombraron de esta manera a aquellas personas que habían visto lo
uno porque diferenciaban mucho nuestro traje y semblante y lo otro porque veían que andaban en
unas animalías muy grandes, las cuales tenían los pies de plata: y esto decían por el relumbrar de las
herraduras”.
ACTIVIDADES:
Luego de ver el documental “La Conquista de América” y leer el texto completamos el siguiente
cuadro comparativo:

Los españoles alcanzan América del Sur...


A lo largo del siglo XVI, los conquistadores avanzaron paulatinamente hacia diferentes regiones del
continente americano. Fueron incorporando el sur del actual Estados Unidos, América Central y por
la cordillera de los Andes, en América del Sur llegaron hasta el centro del actual territorio argentino
y Chile (a la altura del río Bío Bío).
La conquista del actual territorio argentino se hizo básicamente desde el Alto Perú (actual Bolivia).
Se buscada una salida al océano Atlántico y poner un freno al avance de los ataques indígenas en las
zonas fronterizas. Para esto se requería de la fundación de ciudades como medio de expansión,
asentamiento y dominio del territorio.
En 1536 llegó desde España al Río de la Plata una expedición española al mando de Pedro de
Mendoza. Fundó la ciudad de Santa María de los Buenos Aires (hoy Bs. As), pero a causa de la falta
de alimento y la hostilidad de los indígenas tuvieron que abandonar
la fortaleza. Un grupo de los expedicionarios partió hacia el norte y
fundó la ciudad de Asunción en salió la expedición que fundaría Bs.
As por 2ª. vez en 1580.
Referencias del mapa:
1. Corriente del Norte: Desde el Alto Perú llegaron expediciones que
se proponían buscar una comunicación con España a través del
Atlántico. Fundaron las ciudades de: Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán, Córdoba, Salta, la
Rioja, San Salvador de Jujuy y San Fernando del Valle de Catamarca.
2. Corriente del Este: Desde Asunción los españoles querían avanzar hacia el sur y fundar un puerto
que les permitiera conectarse con España. Fundaron Santa Fe, Corrientes y Buenos Aires (1580).
3. Corriente del Oeste: Desde Chile llegaron conquistadores para establecer ciudades que les
permitiera defenderse de los ataques indígenas de la región. Fundaron Mendoza, San Juan y San
Luis.
LA FUNDACIÓN DE SANTA FE
El primer español en pisar tierras santafesinas fue Sebastián Caboto, que en 1527 funda el fuerte
Sancti Spiritus en la desembocadura del Río Carcarañá, pero la población no tarda en abandonarlo.
Años más tarde, los españoles decidieron fundar otras poblaciones sobre la costa del río para "abrir
puertas a la tierra", esto significaba fundar puertos para poder comercializar los productos de la
agricultura.
Y aquí comienza la historia santafesina: el 15 de noviembre de 1573 cuando Juan de Garay, por
encargo del gobernador de Asunción, deja oficialmente fundada la ciudad, en la barranca occidental
del río de los Quiloazas, hoy Río San Javier. De acuerdo a algunos historiadores, Garay llamó a su
ciudad Santa Fe en homenaje a la fe católica.
Los antiguos pobladores
A la llegada de los españoles, nuestra provincia se encontraba poblada por diversos grupo de
nativos, que eran los dueños de estas tierras. Organizados en Tribus, se han podido distinguir 4
grandes grupos:
Zona central norte: mocovíes, avipones y tobas.
Zona sur: querandíes.
Estos pueblos poseían un idioma y una cultura común, cuyos restos materiales enriquecen los
museos de la ciudad. Algunos grupos vivían de la agricultura y la caza; otros eran solamente
cazadores y pescadores. Existieron también tribus más pequeñas, llamadas ribereñas porque
habitaban las costas del río Paraná. Estas eran las Timbúes, Corondas, Quiloazas y Mocoretás.
La antigua ciudad
La ciudad, entonces, se recostaba sobre el Río San Javier, y se edificaba en torno a la Plaza de Armas,
con su Cabildo y su Iglesia Matriz. Tenía once manzanas de Norte a Sur y seis de Este a Oeste.
Pero a la hostilidad de los aborígenes (tobas, mocovíes, guaraníes, abipones y calchines) que
habitaban primitivamente la zona, se sumaba el acoso del río que con sus crecidas aislaba
totalmente a la ciudad, anulando totalmente la función que había inspirado la fundación de Santa
Fe: facilitar las comunicaciones entre Asunción y la metrópoli.
Así, tras setenta años de soportar esta situación, los pobladores decidieron abandonar la ciudad
y reconstruir otra en un lugar más apropiado.
El traslado y la nueva ciudad
Finalmente ese "lugar más apropiado" resultó ser el que actualmente ocupa la ciudad: a orillas del
Río Salado.
El traslado hasta aquí, duró 10 años, y el 3 de abril de 1660 ya se encontraban instaladas en el nuevo
sitio, llamado "Pago de la Vera Cruz", las autoridades capitulares.
La reconstrucción de la ciudad respetó la estructura y disposición de su antiguo modelo: la plaza
principal, el Cabildo, las Iglesias de San Francisco y Santo Domingo...
A partir de entonces, estos hechos fueron reconocidos por la tradición popular, pero nunca
documentados oficialmente. Hasta que tres siglos después, el gobierno santafesino inició
excavaciones para determinar el emplazamiento de la antigua ciudad.
Para ese entonces, en el lugar se levantaba una colonia: Cayastá, fundada en 1867 por el Conde
Tessieres le Bois de Bertrand, quien ni siquiera sospechaba en aquel momento de la riqueza
histórica de la zona.
La tradición popular nunca había dudado del sitio original de la capital, a tal punto que en 1923, la
conmemoración del 350° aniversario de su fundación tuvo como acto central la inauguración de un
monolito en el lugar señalado por la leyenda.
Confiando también en la memoria colectiva, el Dr. Agustín Zapata Gollán, hundió su piqueta junto al
monolito, dando nada menos que con las ruinas del templo de San Francisco.
Las excavaciones descubrieron poco a poco las principales construcciones de la antigua ciudad,
objetos de uso cotidiano, planos y numerosos datos sobre las costumbres y la vida cotidiana de
nuestros antepasados.
Las Ruinas de "Santa Fe la vieja", en Cayastá, son visitadas año a año por estudiantes y turistas
deseosos de conocer las raíces de nuestra historia.
Fuente: http://www.unl.edu.ar/santafe/index.php/historia.html

EL IMPACTO DE LA CONQUISTA.
¿Cómo es posible que imperios tan fuertes como el azteca y el inca, fueran destruidos tan
rápidamente por unos centenares de españoles? Sin duda los invasores se beneficiaron de la
superioridad de las armas: espadas de acero contra lanzas de obsidiana, armaduras de metal contra
túnicas forradas de algodón, arcabuces contra arcos y flechas, caballería contra infantería. Pero esta
superioridad técnica parece que fue de una importancia relativa: los españoles poseían pocas armas
de fuego en el momento de la conquista, y eran de disparo lento; su impacto desde el principio fue,
como en el caso de los caballos, principalmente psicológico.
“Por todas partes vienen envueltos sus cuerpos, solamente aparecen sus caras. Son blancas, son
como si fueran de cal. Tienen el cabello amarillo, aunque algunos lo tienen negro. Larga su barba es,
también amarilla; el bigote también tiene amarillo... Los soportan en sus lomos sus «venados». Tan
altos están como los techos. Y cuando cae el tiro [del cañón]... Pues si va a dar contra un cerro,
como que lo hiende, lo resquebraja, y si da contra un árbol, lo destroza hecho astillas, como si fuera
algo admirable, cual si alguien le hubiera soplado desde el interior.”
La victoria española fue ciertamente facilitada por las divisiones políticas y étnicas del mundo
indígena: los imperios azteca e inca habían sido construidos por sucesivas conquistas. Algunos
grupos veían en la llegada de los invasores una oportunidad para librarse de la dominación opresiva:
tanto era así, que fueron los mismos indios quienes proporcionaron el grueso de sus ejércitos
conquistadores a Cortés y Pizarro, los cuales eran tan numerosos como los ejércitos azteca e inca
contra los que luchaban. En México, los recién conquistados totonacas se rebelaron contra
Moctezuma y se aliaron con los españoles, quienes inmediatamente recibieron una ayuda decisiva
de los tlaxcaltecas. En Perú, la facción de Huáscar se unió a Pizarro, quien también consiguió la
ayuda de grupos tales como los cañaris y los huancas, los cuales se negaron a aceptar el dominio de
los incas.
El resultado del conflicto no dependió sólo del poder de las fuerzas en oposición: desde la
perspectiva de los vencidos, la invasión europea también contenía una dimensión religiosa, incluso
cósmica. Pillajes, masacres, incendios: los indios vivían verdaderamente el final del mundo; la
derrota significaba que los dioses tradicionales habían perdido su poder sobrenatural. Los aztecas
creían que eran el pueblo escogido de Huitzilopochtli, el dios Sol de la guerra; su misión era someter
bajo su gobierno a los pueblos que rodeaban por todas partes a Tenochtitlan. De este modo, la caída
de la ciudad significó infinitamente más que una derrota militar. Además terminó el reinado del dios
Sol. En lo sucesivo, la vida terrena perdió todo su sentido, y desde que los dioses murieron sólo les
quedaba a los indios el morirse:
“Muramos, pues, Muramos, pues, Para nosotros los dioses están realmente muertos.”
En la sociedad de los Andes, el Inca, como hijo del Sol, mediaba entre los dioses y los hombres, y se
le adoraba como a un dios. Representaba en un sentido el centro corpóreo del universo, cuya
armonía garantizaba. La muerte del Inca representaba la desaparición del punto de referencia
viviente del universo, la destrucción brutal de este orden. Y es la causa por la que todo el mundo
natural participaba en el drama de la derrota:
“El sol vuélvese amarillo, anochece, misteriosamente;...
La muerte del Inca reduce al tiempo que dura una pestañada.
La tierra se niega a sepultar a su señor, y los precipicios de rocas tiemblan por su amo, canciones
fúnebres entonando,...
Como que esto era lo que nos habían dejado dicho los reyes, los que rigieron, los que gobernaron tu
ciudad:
Que habrías de instalarte en tu asiento, en tu sitial, que habrías de venir acá.”
LA CIUDAD COLONIAL.

“Instrumento de la ocupación territorial de la constitución de una nueva sociedad en esos


territorios, las ciudades latinoamericanas de la primera época fueron fundadas formalmente.
Después aparecerían otras espontaneas, fruto de un proceso interno. Pero la primera ola
fundacional es fruto de un proceso externo, que se origina en el designio de los conquistadores. Por
eso la fundación fue un acto político. Los hechos se repitieron muchas veces de manera semejante.
Un pequeño ejército de españoles o portugueses mandado por alguien que poseía una autoridad
formalmente incuestionable, y generalmente acompañado por cierto número de indígenas, llegaba
a determinado lugar y, previa elección más o menos cuidadosa del sitio, se instalaba en el con la
intención de que un grupo permaneciera definitivamente allí. Era un acto político que significa el
designio –apoyado en la fuerza- de ocupar la tierra y afirmar el derecho de los conquistadores…”
Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI, 1986. Pág. 61-62.

“El sitio no fue elegido con el mismo criterio en Brasil que en Hispanoamérica. En Brasil hubo
preferencia por los lugares altos susceptibles de ser bien definidos, en tanto que en Hispanoamérica
se optó generalmente por lugares llanos. De aquí que en los trazados difieran, pues aunque en Brasil
no falto una cierta tendencia a la geometrización
o, al menos, a la regularidad, la topografía de los
lugares altos impuso sus propias reglas. A partir
de 1580-cuando Brasil quedo unido a la corona
española- se tendrán más en cuenta las normas
de regularidad que España imponía a sus
colonias. En estas, la regla fue el trazado en
damero, generalmente con manzanas cuadradas
y con una plaza aproximadamente en el centro de la traza. La plaza mayor debía ser el centro de la
ciudad; a su alrededor se construirían la iglesia, el fuerte o palacio para la sede del gobierno y el
cabildo o ayuntamiento. Para las iglesias y conventos de las diversas órdenes se reservaban solares,
y el resto se repartía a los pobladores en lotes regulares.”
Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI, 1986. Pág. 62.

“Distinta concepción de los métodos que debían utilizarse tuvieron en España y Portugal. Este
último confió la tarea a los señores que recibieron las tierras aptas para la agricultura, en las que
empezó a producirse azúcar, tabaco y algodón, y donde surgieron las plantaciones y los ingenios,
unidades económicas y sociales sobre las que se organizó la vida de la colonia. Centros
administrativos, las ciudades fueron durante largo tiempo simples factorías que daban paso a la
riqueza que se embarcaba para Europa. Fueron los señores de la tierra los que dibujaron la primera
fisonomía del Brasil colonial, en tanto que las poblaciones urbanas- artesanos pequeños
funcionarios, clérigos y pequeños comerciantes- fueron sobrepasados. Y hasta el siglo XVIII solo
alguna ciudad –Salvador de Bahía y la Recife holandesa- insinuaba su capacidad de influir sobre la
poderosa aristocracia terrateniente, que amaba la vida rural y residía en medio de sus posesiones.
España, en cambio, imagino su imperio
colonial como una red de ciudades. Sin duda
en ciertas regiones prevaleció la influencia
de las grandes haciendas, o mejor, de los
viejos encomenderos que se hacían fuertes
en sus dominios rurales. Pero, a diferencia
de Portugal, asignaba a la colonización una
trascendencia que no se agotaba en la
explotación económica. Vagamente unas
veces, muy categóricamente otras, España afirmaba una misión que debía realizar un grupo
compacto, una sociedad nueva que mantenía sus vínculos y velaba por el cumplimiento de aquella.
Era una misión que sobrepasaba el objetivo personal del enriquecimiento y la existencia personal
del encomendero. Debían cumplirla todos, y el instrumento que se puso en funcionamiento para
lograrlo fue la ciudad (…).
La red de ciudades que debía crear una América hispánica, europea y católica; pero, sobre todo, un
imperio colonial en el sentido estricto del vocablo, esto es, un mundo dependiente y sin expresión
propia, periferia del mundo metropolitano al que debía reflejar y seguir en todas sus acciones y
reacciones.”
Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI, 1986. Pág. 11-14.

ACTIVIDAD:

1. ¿A que hace referencias la primera cita cuando señala que la fundación de una ciudad es un acto político?
2. ¿Qué normas imponía España a sus colonias en relación a la organización de la ciudad?
3. En un cuadro comparativo señalar las características de la ciudad en Brasil y la ciudad en Hispanoamérica.
EL TRABAJO INDÍGENA.
Los tres tipos de trabajo aborigen Fueron: encomienda, mita y yanaconazgo. El primero consistía en
la cesión de un grupo de aborígenes a un español (encomendero) para que percibiera y cobrara para
sí los tributos que debían aportar los indios mediante su trabajo. A cambio, el encomendero debía
cuidarlos, proveerles vestimenta y alimento, e instruirlos en la fe católica.
Con la encomienda, la Corona pretendía que se poblaran y defendieran los territorios conquistados;
sin embargo, los abusos de los encomenderos fueron numerosos y muchos sacerdotes misioneros
alzaron su voz contra éstos, tal el caso de fray Bartolomé de Las Casas.
La mita -de origen incaica-, fue un repartimiento de nativos para emplearlos en trabajas públicos. 15
días al año en trabajos domésticos, 3 a 4 meses como pastores, 10 meses como mineros. Se les
pagaba un jornal y no podían ser escogidos para el turno inmediato.
La mita era una institución prehispánica, utilizada en los tiempos de la dominación inca. Cada aldea
proveía al Inca de cierto número de servidores, los mitayos, que trabajaban en 105 cultivos, en la
reparación de templos y caminos y participaban en las guerras. Los mitayos trabajaban en forma
rotativa, en turnos que duraban de una a tres semanas, y luego volvían a sus aldeas. Durante ese
lapso, el Inca proveía a sus mitayos la bebida, el alimento y la vestimenta necesaria para su trabajo.
Cuando los españoles derrotaron a los incas, se apropiaron de ese método de explotación de los
campesinos. El sistema rotativo de mitayos provistos por las comunidades campesinas se utilizó,
sobre todo, para la extracción de plata del cerro del Potosí, en el Alto Perú (actual Bolivia).
La manutención de los trabajadores no la hacían los españoles sino que quedaba a cargo de sus
respectivas aldeas. Además, los turnos se fueron haciendo cada vez más largos y los servicios se
superponían mientras en las aldeas indígenas disminuía el número de trabajadores y la vida de la
sociedad se veía afectada.
El yanaconazgo era también una institución prehispánica. Los incas elegían en las aldeas servidores
personales. Los yanas o yanaconas perdían sus vínculos con sus aldeas de origen y, por lo tanto,
dependían para su supervivencia exclusivamente del inca. Los españoles conservaron esta práctica,
pero al tomar cada vez más trabajadores y usarlos para trabajos serviles, se vela afectada la
economía comunitaria de las aldeas que cada vez perdían más mano de obra.

ACTIVIDAD:

1. Identificar las formas de trabajo forzado.


2. Explicar en un texto breve cada una de ellas.
3. ¿Qué significa que algunas de ellas son instituciones prehispánicas?

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