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Jer 33:15. ¿Quién es el “brote” de David? (jr pág. 172 párr. 10).

Jeremías 33:15

15 En aquellos días y en aquel tiempo haré que brote para David un brote justo, y ciertamente
ejecutará derecho y justicia en la tierra.

10 Jeremías llamó apropiadamente al futuro Mesías el “brote” de David. Mientras Jeremías servía de
profeta, el árbol genealógico de David todavía estaba cortado; sin embargo, su tocón no estaba
muerto. Al debido tiempo, Jesús nacería en el seno de una familia del linaje real de David y se le
llamaría “Jehová Es Nuestra Justicia”, destacando así el profundo interés de Dios en dicha cualidad
(léase Jeremías 23:5, 6). Jehová permitió que su Hijo unigénito sufriera y muriera en la Tierra; ahora,
en armonía con la justicia, podía aplicar el valor del sacrificio del “brote” de David como base para el
perdón (Jer. 33:15). Esto allanó el camino para que algunos seres humanos fueran declarados “justos
para vida” y ungidos con espíritu santo a fin de ser incluidos en el nuevo pacto. Otra prueba más del
interés divino en la justicia es que incluso aquellos que no participan directamente en este pacto
pueden beneficiarse de él, como veremos a continuación (Rom. 5:18).

Jer 33:23, 24. ¿Cuáles son “las dos familias” que se mencionan en estos versículos?
(w07 15/3 pág. 11 párr. 4).

Jeremías 33:23, 24

23 Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndole a Jeremías, y dijo: 24 “¿No has visto lo que han
hablado los de este pueblo, al decir: ‘A las dos familias que Jehová ha escogido, también las
rechazará’? Y a mi propio pueblo lo siguen tratando con falta de respeto, para que ya no continúe
siendo una nación delante de ellos.
Una es la familia real de David, y la otra, la familia de sacerdotes que descendieron de Aarón. Con
la destrucción de Jerusalén y su templo, daba la impresión de que Jehová había rechazado a las dos
familias y de que ya no tendría un reino sobre la Tierra ni que reviviría su adoración.

¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?

Jer 32:10-15. ¿Cuál era la razón de hacer dos escrituras de la misma transacción?

w07 15/3 11; La Atalaya 2007


La escritura abierta servía de fuente de consulta; la sellada era una copia para comprobar la exactitud
de la primera si fuese necesario. Jeremías siguió los trámites legales pertinentes incluso cuando hizo
tratos comerciales con un pariente y consiervo, lo que es un buen ejemplo para nosotros.
it-1 839 Perspicacia, volumen 1
ESCRITURA DE COMPRA
Cuando se pagó el dinero, se redactaron dos escrituras, probablemente idénticas, “conforme al
mandamiento [judicial] y las disposiciones reglamentarias [legales]”. Una de estas era “la escritura de
compra, la que se selló”, y la otra, “la que se dejó abierta”. (Jer 32:11.) Se dice que únicamente
firmaron los testigos la primera de las escrituras, y toda la transacción se llevó a cabo “ante los ojos
de todos los judíos que estaban sentados en el Patio de la Guardia”. (Jer 32:12.) Luego se guardaron
las dos escrituras en una vasija de barro. (Jer 32:14.)
Era muy práctica la costumbre de hacer escrituras por duplicado, pero tan solo sellar una de ellas. El
dejar una copia abierta permitía que las partes interesadas se remitieran a ella. Si alguna vez se
estropeaba, se ponía en tela de juicio su autenticidad o se sospechaba que había sido alterada, podía
presentarse la que se había sellado a los jueces de la ciudad, quienes, después de examinar el sello,
lo rompían y comparaban las dos escrituras.

La postura de Jehová en materia de justicia


Jer. 32-19. grande en consejo+ y abundante en actos,+ tú cuyos ojos están abiertos sobre todos los
caminos de los hijos de los hombres,*+ a fin de dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al
fruto de sus tratos;+
12 En el ocaso del reinado de Sedequías, cuando los babilonios sitiaron Jerusalén, Jeremías dijo que
Jehová es Aquel “cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, a fin
de dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus tratos” (Jer. 32:19). Estas
palabras indican que el profeta entendió cuál es la postura de Jehová en materia de justicia: el Altísimo
observa lo que hace cada uno de sus siervos y escucha sus sinceras súplicas, y, a su vez, sus siervos
ven más y más testimonios de que Él da “a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de
sus tratos”.
Volver el rostro.
Jer. 32:33 Y siguieron volviéndome la espalda y no el rostro;+ aunque se les enseñaba, madrugando y
enseñando, pero no hubo ninguno de ellos que escuchara para recibir disciplina.

it-2 872 Perspicacia, volumen 2


‘Volver el rostro en dirección opuesta’ puede ser una demostración de indiferencia o desprecio. (2Cr
29:6; Jer 2:27; 32:33.) Dios manifiesta su desdén para con los que rechazan su consejo, mostrándoles
“la espalda, y no el rostro”, en el día de su desastre. (Jer 18:17.)

Es un yermo desolado
Jer. 32:43. Y ciertamente se comprarán campos* en esta tierra+ de la cual ustedes estarán diciendo:
“Es un yermo desolado+ sin hombre* ni animal doméstico. Ha sido dada en la mano de los caldeos”’.+
it-1 446 Perspicacia, volumen 1
Jerusalén no sufrió la misma suerte que otras ciudades conquistadas, como, por ejemplo, Samaria,
habitada de nuevo con cautivos procedentes de otras partes del Imperio asirio. A diferencia de la
política habitual de los babilonios para con las ciudades que conquistaban, Jerusalén y sus
alrededores fueron despoblados de habitantes y quedaron desolados, como Jehová había
predicho. Algunos críticos de la Biblia ponen en duda el que la tierra de Judá, en un tiempo próspera,
se convirtiese de repente en “un yermo desolado, sin habitante”, pero no hay pruebas históricas ni
registros de este período que prueben lo contrario. (Jer 9:11; 32:43.) El arqueólogo G. Ernest Wright
escribe: “La violencia que se abatió sobre Judá queda atestiguada [...] por los testimonios
arqueológicos de que diversas ciudades fueron quedando una tras otra deshabitadas en esta época.
Algunas no volverían a ser ocupadas nunca de nuevo”. (Arqueología bíblica, 1975, págs. 261, 262.) W.
F. Albright concuerda con esta misma idea: “No conocemos ni un solo caso de que una ciudad de la
Judea [Judá] propiamente dicha estuviera ocupada sin interrupción durante todo el período exílico”.
(Arqueología de Palestina, 1962, pág. 144.)

¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?

¿Dónde está Jehová?


Jer. 33:3. ‘Llámame, y yo te* responderé+ y prontamente te informaré de cosas grandes e
incomprensibles que no has conocido’”.+
jr 115 Jeremías
Fijémonos ahora en la invitación que el Oidor de la oración extendió mediante Jeremías en el décimo
año de Sedequías: “Llámame, y yo te responderé y prontamente te informaré de cosas grandes e
incomprensibles que no has conocido” (Jer. 33:3). Si el rey y la nación renegada llamaban a Dios, él
les revelaría cosas “incomprensibles” para ellos: la destrucción de Jerusalén y su reconstrucción tras
yacer setenta años desolada. ¿Cómo podrían buscarlo? Una forma sería solicitando su guía mediante
oraciones sinceras. Así lo hizo el rey David, quien rogó a Dios: “Hazme conocer tus propios caminos,
oh Jehová; enséñame tus propias sendas” (Sal. 25:4).

Al imitar a Jehová en el tema del perdón, ¿cuál debe ser nuestra meta?

Jeremías 33:8
Y los purificaré, sí, de todo su error con el que han pecado contra mí,+ y perdonaré, sí, todos sus
errores con los que han pecado contra mí y con los que han transgredido contra mí.+
jr 152, 153 Jeremías
¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con palabras y
acciones irreflexivas? Tocante a los antiguos judíos, Jehová dijo
que ‘purificaría’ a quienes perdonara (léase Jeremías 33:8). Él es
capaz de purificar en el sentido de que olvida el error de los que
se arrepienten; hace como reza el dicho: borrón y cuenta nueva.
Por supuesto, el que la persona obtenga el perdón de Dios no
significa que se la limpie de la imperfección heredada y quede
perfecta, sin pecado. Con todo, hay algo que podemos aprender
de lo que Dios dijo sobre purificar a los hombres. Nosotros
debemos esforzarnos por borrar el error de nuestro ofensor, lo
que equivale, por decirlo así, a purificar el concepto que
albergamos de él en el corazón. ¿Cómo hacerlo?

23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso jarrón antiguo. Si se manchase por alguna razón,
¿lo echaríamos a la basura automáticamente? No. Lo más seguro es que procuráramos limpiarlo con
cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que deseamos es que luzca bonito y brillante. De
igual modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier rencor o animosidad que sintamos hacia un
hermano que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a dar vueltas y vueltas a las palabras o
acciones que nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la mente, purificamos la imagen y los
recuerdos del hermano al que hemos perdonado. Una vez eliminados de nuestro corazón los
pensamientos negativos, estaremos más dispuestos a volver a disfrutar de la estrecha amistad que
nos unía.

Jehová Es Nuestra Justicia


Jeremías 33:14-16
14 “‘¡Mira! Vienen días+ —es la expresión de Jehová—, y ciertamente llevaré a cabo la buena palabra
que he hablado,+ acerca de la casa de Israel+ y acerca de la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel
tiempo haré que brote para David un brote justo,+ y ciertamente ejecutará derecho y justicia en la
tierra.*+ 16 En aquellos días Judá será salvado+ y Jerusalén misma residirá en seguridad.+ Y esto es lo
que se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia.’”*+
it-2 51 Perspicacia, volumen 2
Esta expresión traduce las dos palabras Yehwáh Tsidh·qé·nu, que se hallan en Jeremías 23:6 y
33:16.
Jeremías 23:5, 6 es una profecía mesiánica que habla del futuro rey que sale del linaje de David para
“[ejecutar] derecho y justicia en la tierra”. Como representa a Dios en su función de gobierno (como
David y otros reyes ungidos de Dios que se sentaron “sobre el trono de Jehová”; 1Cr 29:23), la profecía
dice: “Y este es su nombre con el cual se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia”. No hay ninguna base
para alegar, como algunos han hecho, que este nombre signifique que Jesús, el Mesías, y Jehová son
el mismo, que forman un solo Dios. En efecto, en Jeremías 33:14-16 se registra una profecía mesiánica
de carácter similar, en donde se aplica idéntica expresión a Jerusalén, al decir: “Y esto es lo que se le
llamará: Jehová Es Nuestra Justicia”. En ambos casos la expresión muestra que el nombre de Dios,
Jehová, colocado tanto sobre su rey prometido como sobre su capital escogida, es una garantía de su
justicia. Por otra parte, el derecho y la justicia que emanan o se expresan de estas fuentes son el
resultado de la devoción completa a Jehová y a su voluntad divina, y traen consigo su bendición y guía.

Cortar el becerro en dos y pasar entre sus pedazos


Jeremías 34:17-19.
17 ”Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Ustedes mismos no me han obedecido, en cuanto a seguir
proclamando libertad+ cada uno a su hermano y cada uno a su compañero. ¡Miren!, voy a proclamarles una
libertad+ —es la expresión de Jehová— a la espada,+ a la peste+ y al hambre,+ y ciertamente los daré para
trepidación a todos los reinos de la tierra.+ 18 Y de veras daré a los hombres* que traspasaron mi pacto,+ puesto
que no llevaron a cabo las palabras del pacto que celebraron* delante de mí [con] el becerro que cortaron en dos+
para pasar entre sus pedazos;+ 19 [a saber,] los príncipes de Judá y los príncipes de Jerusalén,+ los oficiales de
la corte y los sacerdotes y toda la gente de la tierra* que fueron pasando entre los pedazos del becerro...

it-1 296 Perspicacia, volumen 1


La expresión ‘cortar el becerro en dos y pasar entre sus pedazos’ alude a un modo antiguo de entrar
en una obligación o pacto solemne. (Compárese con Gé 15:9-21.) Jeremías debió usar esta expresión
con el fin de recalcar lo sagrado del pacto en el que los judíos habían entrado delante de Dios, y por
el que estaban obligados a liberar a los compañeros israelitas que habían esclavizado. (Jer 34:17-19.)

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