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PASOS PARA REDACTAR UN BUEN TEXTO

ACADÉMICO Y CIENTÍFICO

Por:
Ricardo Visbal Sierra
Departamento de Lengua y Literatura
Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas
Universidad de La Sabana

ideas que el investigador desea dar a conocer. En este sentido, el presente apartado mostrará una
serie de actividades fundamentales que se deben tener en cuenta para escribir, pues para crear un
texto adecuado es indispensable tomar un camino que permita desarrollar el escrito con coherencia,
claridad y, sobre todo, con una buena argumentación.

Por esta razón, cuando una persona empiece escribir, debe tener en cuenta que existen cuatro procesos
fundamentales para que la redacción sea exitosa:
1.
La pre-escritura consiste en la planificación del
texto, por ello la persona debe tener en cuenta
la finalidad que pretende desarrollar; para esto,
quien escribe debe investigar sobre el tema con
antelación y, a p d, plantear la idea central del
escrito. Si todavía no posee con precisión dicha
idea, se debe comenzar a esbozar, pues este es
el gran punto de partida.

La planificación es, en sí misma, una de las


estrategias que el investigador está llamado a
utilizar, pues le da la posibilidad de economizar
tiempo, ya que, puede organizar y expresar sus
ideas de manera efectiva y de este modo alcanzar
sus objetivos. Atendiendo a lo anterior, el paso a
seguir es elegir una bibliografía adecuada, tomar
nota de las citas de los artículos, los libros y los
sitios web que se han rastreado.

En la planificación se utilizan con mucho éxito los


mapas mentales y las lluvias de ideas, dado que,
el escritor puede crear un bosquejo —como hacen
los pintores— sobre su redacción final.

En el desarrollo de las ideas de un texto el investigador

2. debe crear el bosquejo general del escrito. De este


modo, es importante plantear una posible estructura y
hacer una lista de los temas que va a tratar a lo largo de
la exposición, narración y argumentación de las ideas.

Lo primero que tiene que escribir es el título, porque le


ayuda a definir el tema central del texto y es el resumen
del contenido que va a exponer.

En el desarrollo de las ideas se visualizan los párrafos


de introducción, la ubicación del argumento central,
dónde se localizan las citas que van a justificar la
investigación, el desarrollo de la sustentación y qué
idea se va a plantear en la conclusión. Esta parte es
importantísima, pues se presenta la estructura general
del escrito y cuando el investigador la elabora con
cuidado, tiene adelantado un gran porcentaje de la
totalidad del trabajo de escritura.

En este punto es necesario conocer a qué tipo de público


se dirige el texto, esto se llama la adecuación, puesto
que es diferente redactar para el público general o para
un grupo selecto de personas que conocen el tema.
3. En la organización del escrito y en el proceso redacción,
el investigador parte de la estructura que ha elaborado
con anterioridad; es en este punto en donde se desarrolla
el ejercicio de la escritura como tal.

Cabe anotar que el proceso redacción se hace más


fácil si se tiene claramente estructurada la idea que se
desea desarrollar, pues si el autor comienza sin una
guía preestablecida, el artículo puede convertirse en una
serie de argumentos que no están conectados entre sí.
Por eso, la fase de la redacción no es la última, en razón
a que el investigador debe corregir constantemente lo
que escribe.

La edición es el último paso y, quizás, el más importante de

4.
todos. Aquí se analiza la capacidad de corrección que tiene el
investigador. Esto se debe a que todos los textos deben ser
evaluados a partir del mismo escritor y revisar constantemente
lo que está describiendo y narrando.

En la edición se recomienda que se «deje descansar» el


texto algunos minutos, horas y a veces hasta días para que
el investigador lo vuelva a leer y observe con cuidado lo que
ha escrito. Si el escritor se siente poco capaz de evaluarse —
cuestión que sucede con mucha frecuencia— es pertinente que
pida el favor a una persona cercana y con criterio que revise
el texto, con el fin de que esta le otorgue una opinión lo más
objetiva posible.

Entonces, no tenga miedo a las observaciones, incluso si son


negativas; porque a veces la idea que el investigador plantea
se va por otro camino y es más factible que un lector diferente
del escritor pueda ver los errores en los que se incurre dentro
del texto. Es necesario recordar que escribir es un ejercicio
constante de corrección.
No olvide que en la edición se hacen las correcciones
gramaticales, ortográficas y argumentativas; no tenga miedo de
autocorregirse continuamente, sepa que hasta los profesionales
más avezados en la redacción tienen la costumbre de mirar
minuciosamente sus escritos, pues conocen la importancia de
revisarlos con frecuencia, no solo al final. Sin embargo, no sea
tan perfeccionista pues si ve errores en todos los párrafos y en
general, en todo el escrito, nunca va a salir a la luz un artículo.
Además, aunque seamos autónomos en la redacción, siempre
van a existir personas que tienen el tiempo y la preparación
para editar el texto y, de este modo, quede bien presentado.
Finalmente, es importante recalcar que la escritura de un texto es
un proceso donde lo principal es la generación de ideas. También es
importante reiterar que el escritor, desde el comienzo, debe tener una
ruta clara para que cuando llegue al final, es decir, a la conclusión,
pueda hacer visible la pertinencia y la coherencia del argumento;

para que así el lector comprenda a


la perfección la idea que se quiso
exponer.
BIBLIOGRAFÍA

Boeglin, Martha (2008). Leer y redactar en la universidad. Del


caos de las ideas al texto estructurado. Bogotá: Magisterio.

Instituto Cervantes (2007). Saber escribir. Bogotá: Aguilar.

Onieva Morales, Juan Luis (1995). Curso superior de redacción.


Madrid: Editorial Verbum.
Serafini, María Teresa (1995). Como redactar un tema. Didáctica
de la escritura. 2ed. Barcelona: Paidós.

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