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DERECHOS HUMANOS DE PRIMERA GENERACIÓN

Llamados también Derechos Civiles y Políticos, porque fueron los


primeros en ser reconocidos como Derechos Humanos, así como
nuestra participación en los asuntos políticos. Garantizan el derecho
a Ia vida, a Ia libertad y a Ia seguridad personal; a no ser detenidos
arbitrariamente o exiliados: el derecho al debido proceso en materia
civil o criminal y a Ia presunción de inocencia, mientras no se
demuestre Ia culpabilidad; el derecho a Ia privacidad y a Ia
propiedad, la libertad de expresión religiosa de asociación, de
movimiento, de pedir y gozar de asilo en otros países y de tener una
nacionalidad; el derecho a participar en el gobierno de su país a
través de elecciones periódicas y auténticas, en las que se ejerza el
sufragio o el voto universal secreto. Estos derechos también
prohíben Ia esclavitud, Ia tortura Y los tratamientos crueles,
inhumanos y degradantes.
El Principal instrumento internacional que enarbola estos derechos,
es el Pacto de Derechos Civiles y aprobado por Ia Asamblea
General de las Naciones Unidas, convenio que en nuestro País tiene
efecto vinculante, por haber sido ratificado por el Estado boliviano.
En el ámbito regional podemos citar a Ia Convención Americana de
los Derechos Humanos, más conocido como Pacto de San José de
Costa Rica. Estos derechos están íntimamente relacionados con el
concepto de Estado de Derecho, el cual se refiere a todo un sistema
político que respeta las libertades básicas, de tal modo que nadie se
encuentra por encima de la ley. Se encuentran en la clasificación de
los Derechos Humanos dentro los Derechos Civiles y Políticos.
a). El Derecho a la Vida.
Se trata del Derecho básico de las personas. Es necesario que el
Estado garantice y resguarde la existencia física de todo individuo
como condición básica para que este pueda gozar de los demás
Derechos.
En el caso de la pena de muerte, por ejemplo, los tratados
internacionales establecen que no se puede restablecer en el caso
que los Estados ya lo hayan abolido. Pero no podemos olvidar que el
Derecho a la vida no puede ser considerado sino conjuntamente con
los otros derechos fundamentales.
Cada hombre y cada mujer, niño y niña, no solo tienen derecho a
una vida digna, sino también incluye la satisfacción de las
necesidades básicas y el goce de los demás derechos civiles y
políticos.
b) EI derecho de libertad y seguridad de Ia persona
Este derecho se refiere a la protección que tiene todo el ciudadano
frente a las detenciones arbitrarias y a Ia privación de libertad, tas
cuales deben estar sujetas siempre a la ley.
En la historia de la violación de los Derechos Humanos, las
desapariciones no son una novedad. EI carácter sistemático y
reiterado de esta práctica en diferentes países de América Latina, su
utilización como una técnica destinada a producir no sólo Ia
desaparición misma, momentánea o permanente, de determinadas
personas, sino también un estado generalizado de angustia,
inseguridad y temor, hacen de ella una forma compleja de violación
de los Derechos Humanos que debe ser encarada de manera
integral.
Se trata de garantizar la libertad de circulación y desplazamiento y
de asegurar la protección de las personas frente a los organismos y
agentes de los Estados, los cuales no deben violentar
arbitrariamente nuestras vidas y no atentar contra nuestra seguridad
como personas.
c) El derecho a la Integridad personal.
Este derecho, que incluye la integridad física, psíquica Y moral de
las personas, no puede ser suspendido por el Estado en ningún
Caso; si nos privaran de este derecho no podríamos gozar de los
demás derechos.
Sin embargo, en el transcurso de Ia Historia el Estado ha ejercido
sus poderes en el seguimiento de sus objetivos e intereses, sin
limitación alguna. Si era necesario se recurría a Ia tortura, sea física
o psíquica, para alcanzar éstos. Por ejemplo, Ia tortura podía ser
utilizada como método para obtener informaciones o confesiones en
la investigación de los delitos, sin que surgieran mayores
cuestionamientos acerca de su legitimidad.
Uno de los grandes avances del sistema de protección de los
Derechos Humanos justamente ha sido la restricción de los poderes
del Estado. Los representantes de los órganos judicial, legislativo y
ejecutivo hoy en día quedan inhibidos de utilizar o permitir el uso de
métodos inhumanos o degradantes en la búsqueda o consecución
de sus objetivos.
d). Prohibición de la esclavitud y servidumbre.
La esclavitud es una práctica degradante para la dignidad de las
personas, porque convierte a los seres humanos en meros
instrumentos o extensiones de la voluntad de otros. Esclavizar a
otras personas significa considerarlas como pura fuerza de trabajo,
significa avalar el pensamiento según el cual el bienestar de algunas
personas se pude justificar con la explotación de otras.
La esclavitud niega a los seres humanos su derecho a escoger a
decidir y a desarrollarse como individuos. La prohibición de esta
práctica en los tratados de Derechos Humanos es una importante
conquista histórica.
Al firmar los tratados internacionales que prohíben la esclavitud, los
Estados se comprometen a no hacer uso de la esclavitud o de los
trabajos forzados y demás se obligan bajo su jurisdicción, nadie
recurra a estas prácticas degradantes.
Esto significa que en el caso que se constate que intereses privados
esclavicen otras personas en su territorio, los
Estados adquieren la obligación de intervenir y acabar con estas
prácticas. El estado en este caso puede estar violando los Derechos
Humanos por acción (permitir legalmente la práctica de la esclavitud)
o por omisión (en el supuesto que no tome las medidas necesarias
para acabar con estas prácticas).
e) Protección de Ia honra y de Ia dignidad y el derecho a Ia
privacidad
En este caso el Estado debe garantizar que los representantes de
sus órganos respeten la dignidad y Ia privacidad de las personas. De
Ia misma manera si otras instancias por ejemplo los medios de
comunicación violan este derecho, el Estado debe asegurar las
condiciones para que se investigue el caso y, existiendo
culpabilidad, se sancione a quienes han violado la honra y Ia
dignidad de otra persona.
Al mismo tiempo deberá garantizar a Ia persona afectada el derecho
de rectificación y respuesta, lo cual significa que ésta podrá hacer
conocer mediante los mismos medios de comunicación que han sido
utilizados en su contra, su propia versión de los hechos.
Se trata aquí de proteger Ia intimidad, Ia vida privada de las
personas, en particular el hogar y el ámbito familiar, contra todo
abuso o exceso, venga este del Estado o de otro particular.
f) Libertad de conciencia y religión.
La humanidad ha conocido un sin número de conflictos cuyo origen
era Ia intolerancia de un grupo de personas hacia las creencias
religiosas o políticas de otros grupos. En Ia mayoría de los casos se
trata de minorías que se ven discriminadas por parte de medidas
legislativas del Estado, o por acciones do entidades privadas u otras
personas.
La libertad de conciencia y religión ampara a las minorías políticas o
religiosas y protege su derecho de pensar o creer en cosas
diferentes a lo que piensa Ia mayoría.
g) Libertad de pensamiento y expresión
Este derecho se encuentra estrechamente vinculado al anterior. Si
tenemos el derecho de adoptar con libertad el tipo de religión o
creencias que más nos parecen adecuadas, necesariamente
debemos tener el derecho de expresarlas y hacerlas públicas.
El derecho de poder expresar ideas y opiniones libremente es
considerado por muchos como uno de los pilares de los países
democráticos. Parte de este derecho es la libertad de buscar, recibir
y difundir informaciones públicamente1 por cualesquier medio
tecnológico disponible para ello.
El Estado está prohibido de legislar expresamente en contra de
cualquier opinión o idea.
En ningún caso se pude restringir Ia libertad de expresión: solo está
permitido sancionar a quienes ejerciendo este derecho, hayan
violado el derecho de una tercera persona por ejemplo su derecho a
la honra y dignidad, Sin embargo, los espectáculos públicos pueden
ser sometidos por Ia ley a censura previa con el exclusivo objeto de
regular el acceso a ellos para Ia protección moral de Ia infancia y Ia
adolescencia.
La libertad de expresión y opinión en síntesis, reconoce Ia
importancia de Ia libre circulación de las ideas de una sociedad libre,
dinámica y democrática.
h) Derecho de reunión y asociación.
Nos reunimos o nos asociamos cuando tenemos intereses, fines u
objetivos comunes. La diferencia entre reunirse y asociarse es que
en el primer caso lo hacemos transitoriamente, en el segundo se
trata de asociarse permanentemente.
A sí mismo, las asociaciones pueden acceder al reconocimiento de
su personalidad jurídica.
En concreto, este derecho permite crear asociaciones cívicas,
políticas, religiosas culturales y deportivas, y también formar
sindicatos y otras asociaciones gremiales y laborales. Como se
aprecia, es este un derecho que abarca distintos ámbitos de la vida
social y de gran importancia para la convivencia democrática.
Si consideramos que estamos hablando de libertades, entonces
tenemos que considerar que la asociación debe ser considerada
siempre como un derecho, y de ninguna forma como una obligación.

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