Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Muchas veces todos vivimos una vida a medias: cristianos a medias, amigos a medias, esposos a
medias; en una mediocridad constante porque no estamos dispuestos a tomar una decisión radical,
y poner de nuestra voluntad para ser mejores. Y no es algo que sucede únicamente a los jóvenes,
sino que también a los adultos. Pasamos con un pie en el pecado y un pie en la gracia.
Alguna vez te has detenido a pensar ¿Cómo estaría si Dios no estuviese en mi vida? Muchas veces
pasamos por alto, que en su infinito amor y Misericordia, el Señor nos llamó para protegernos,
bendecirnos y santificarnos desde nuestra juventud. Tomamos como algo normal, como un juego o
como algo social el estar en Comunidad y servirle; cuando en realidad es un regalo maravilloso:
¡cuántos jóvenes perdidos en las drogas, cuántos jóvenes que no se saben amados por Dios,
cuántos jóvenes desperdiciando los mejores años de su vida en cosas vanas!
Pero debes enamorarte del Señor, no como una frase bonita, sino como un acto concreto de
voluntad, que se manifiesta en acciones: ser asiduo a la comunidad, los Sacramentos, el Grupo de
Oración y dejar lo que le desagrade. Ir cambiando poco a poco.
No tengas miedo de ser radical y entregar los mejores años de tu vida al Señor, puedes si quieres,
porque él no te deja, está siempre contigo. “Yo soy quien te manda; esfuérzate, pues, y sé valiente. No
temas ni te asustes, porque contigo está Yahveh, tu Dios, adondequiera que vayas.»” (Josué 1,8-9)