Sei sulla pagina 1di 4

¿DONDE INICIA EL ACCESO A LA JUSTICIA?

INTRODUCION:

El siguiente texto contiene una reflexión jurídico-social, con el propósito de generar


luces acerca de la importancia del ACCESO A LA JUSTICIA en un marco subjetivo,
resaltando que este es un principio inherente al que hacer judicial, el objetivo
primigenio es generar una visión ut supra y hacer connotación de cómo este
principio se vuelve un punto de partida en el desenvolvimiento del Poder Judicial de
Honduras y un vehículo que se mueve en el pensamiento unipersonal y que busca
como estancia los juzgados y tribunales del país.

ANALISIS Y PLANTEAMIENTO:

El contexto de este ensayo tiene dos arterias, la primera es endógena, por el hecho
que se reflexiona desde el pensamiento del usuario, esto gracias a la interacción
diaria que hemos tenido en nuestra carrera judicial donde al momento de recibir una
denuncia, notificar una sentencia, desarrollar una audiencia, etc. Se ha tenido la
oportunidad de saber porque la gente acude a un juzgado y haciendo análisis de
esa premisa descubrimos como el acceso a la justicia nace en el interior de la
persona; La segunda es exógena, esto porque al hacer un análisis de los cuerpos
legales que hablan sobre el ACCESO A LA JUSTICIA y relacionándolo con la
actividad judicial nos damos cuenta del como de desenvuelve este principio en
nuestro entorno social, desde que nace en el pensamiento y se cristaliza con la
llegada del usuario al respectivo juzgado, una llegada que se da porque este pensó
que ese determinado lugar no iba a sufrir menoscabo y discriminación de sus
derechos.
¿DONDE INICIA EL ACCESO A LA JUSTICIA?

Cuando hablamos de este tema automáticamente nos transportamos a las puertas


de un juzgado o tribunal, en una entrevista el primer funcionario judicial del país,
Rolando Edgardo Argueta Pérez, comento “el principio de acceso a la justicia es
muy importante, a efecto de materializar que las personas, en todos los municipios
de Honduras, puedan acceder sin inconvenientes, sin obstáculos al poder judicial”,
“a reclamar justicia y que los jueces puedan brindarle a las personas una respuesta
en el marco de la Constitución y la ley” tomando ese comentario como punto de
partida haremos una definición más forense del asunto, el acceso a la justicia es un
principio básico del estado democrático, siendo este el derecho que tienen las
personas a acceder a las herramientas y mecanismos legales para que se le
reconozca y protejan sus derechos, este principio garantiza que las personas
puedan asistir a un juzgado y puedan solicitar la satisfacción de sus peticiones en
base a ley, también reclamar que se protejan sus derechos todo esto sin importar
su estatus económico, social, político, migratorio, racial, étnico o de su filiación
religiosa, identidad de género u orientación sexual, después de esta exegesis
hacemos la siguiente interrogante ¿A dónde inicia el acceso a la justicia? En un
cumulo de respuestas cotidianas enumeramos las siguientes, el acceso a la justicia
inicia cuando alguien acude al juzgado y confía que su problema será solucionado
sin sumar en la balanza su condición, sexo o raza, cuando se realiza una petición
al tribunal y este la acepta independientemente de la definición social del usuario,
que una persona de escasos recursos económicos reciba la asignación de un
defensor público, el hecho de poder solicitar auxilio a la autoridad policial sin
importar la circunstancias o momentos, y así podríamos enmarcar muchas
respuestas símiles, después de hacer un análisis de estas contestaciones
habituales en la sociedad llegamos a la siguiente conclusión, este principio no nace
en lo tangible o palpable, este nace en la subjetividad del pensamiento, en el
ejercicio intelectual, según los grados de confianza que se tengan en las casas
impartidoras de justicia, para ampliar el panorama citaremos un ejemplo: cuando
una mujer es sujeto de violencia domestica esta piensa que hacer, como
pensamiento primigenio puede pensar en defenderse o en soportar lo sucedido,
después de su breve análisis de la situación se decanta por la primera opción y llega
a la conclusión de buscar una solución eficaz, es ahí cuando el acceso a la justicia
hace su aparición, ante esta imperiosa necesidad de restaurar su derecho a la paz
o de que se le proteja de una segunda escena de agresividad, sus sentidos del
pensamiento avizoran donde acudir o que hacer, entonces ella tantea visitar el
juzgado, ir a la policía o al ministerio publico incluso podría llegar a pensar en acudir
a la iglesia estas instituciones que hace algunos años tenían una gran incidencia en
el asunto de la solución de problemas, pero en compañía de este pensamiento nace
el debate sobre la credibilidad, eficiencia y disponibilidad de esas instituciones,
cualquiera de esas instancias que la mujer decida visitar deben tener un talante de
los elementos antes mencionados, sobre todo seguridad de que no sufrirá
discriminación de ningún tipo y aunado a eso la certeza de que allí encontrara un
remedio jurídico a su conflicto doméstico, cuando la persona piensa y se convence
de acudir a cierta instancia judicial aludiendo que allí no será discriminada, que
tendrá una representación legal gratuita y adecuada así como un trato justo e
igualitario, en ese momento nace el acceso a la justicia, desde esa oportunidad el
mecanismo legal se activa, con solo el hecho de tomar en consideración poder
acudir a ese lugar, el usuario le da vida al centro impartidor de justicia y como
consecuencia de ese pensamiento viene el desplazamiento físico del usuario siendo
en ese momento donde empieza a funcionar el derecho procedimental, activando el
botón de lo que consideramos acceso a la justicia; ¿por qué es importante la
confianza de una herramienta judicial? ¿cómo puede existir un mecanismo judicial
si ni siquiera es considerado como una opción?, si no es tomado en cuenta como
una opción por el sujeto, es como que no existiese por lo tanto no tendríamos allí
acceso a la justicia, la intención de acudir a la instancia judicial para que el derecho
sea tutelado no es suficiente para darle vitalidad al principio que hemos
mencionado, para que tenga vida, la persona debe estar convencida de que en esa
judicatura se le puede atender y abrir las puertas para la solución a su problema,
sin ese convencimiento el acceso a la justicia no se llegaría a cristalizar en algo real,
en síntesis es necesario tener instituciones sólidas que proyecten ante la sociedad
un cara de justicia pronta y eficaz sin sesgo de ningún tipo, accesibles y de apertura
sin importar quién y para que, una casa impartidora de justicia que con solo el hecho
de pensar en acudir a ella se tenga la certeza de que en ese lugar se le reconocerán
sus derechos o se le aplicara una panacea a su problema jurídico; la institución
judicial debe reflejar credibilidad y disponibilidad, cuando la institución goza de esas
y otras características automáticamente le estamos dando acceso a la justicia al
usuario, por el hecho de que se le está haciendo saber que existe un mecanismo
efectivo y abierto, una herramienta real y tangible que va más allá de un nombre,
que con solo pensar en su credibilidad se está teniendo acceso a una justicia
verdadera y capaz, por lo tanto es menester del funcionario público judicial trabajar
para propiciar una imagen ecuánime de las instituciones de justicia, al fin y al cabo
los juzgado, fiscalías, oficinas policiales son solo inscripciones, las personas que en
ellas laboran son las que le dan un grado de confiabilidad y genuinidad a los
principios que en ellas se profesan, los principios judiciales nacen en el
pensamiento, sobreviven de la aplicación y se alimentan en los hechos, dejando
como resultado confianza en las instituciones que los promueven.
Abogado Edwin Alberto Alvarenga Melgar

Juez de Paz Cabañas Copan

Fuentes y Bibliografia

Entrevista de abogado Rolando Argueta


https://fidesdiariodigital.com/2019/01/07/ddhh-destaca-importancia-del-principio-
de-acceso-a-la-justicia/

Declaración universal de los derechos humano, Articulo 8, sección I

Potrebbero piacerti anche