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TIERRA-
LOS CHACRAS EN EL
CUERPO HUMANO Y SU INFLUENCIA EN EL
PROCESO DE LA ALQUIMIA INTERIOR DESDE LA
FILOSOFÍA HINDÚ
El destino es simplemente la suma de todos tus Karmas pasados, tanto buenos como malos, y está
escrito en los tres Chakras inferiores
En forma física: tierra, agua, fuego.
Sin forma: aire y éter.
Hay quien culpa de casi todas las enfermedades físicas y mentales al bloqueo de los
Chakras...
Los Chakras existen en el cuerpo sutil, su conexión con el cuerpo físico es muy sutil. Es cierto que
ambos pueden bloquearse, pero en la mayoría de las personas la energía Kundalini está
profundamente dormida en el Muladhara chakra. Mientras estés lleno de apegos a la vida, tu
conciencia nunca podrá acercarse lo suficiente a ninguno de los Chakras para percibir su
fragancia, ni mucho menos para experimentarla.
La Kundalini es una fuerza etérea que circula por nervios etéreos y puede estar afectada por la
gravedad. Los cinco grandes tienen forma etérea y la gravedad se debe sobre todo al elemento
tierra. De hecho la gravedad etérea es más difícil de vencer que la física.
Nunca se logrará que Kundalini ascienda mientras no puedas controlar la circulación de energía
vital o Prana en tu cuerpo. Kundalini sólo puede abandonar el Muladhara cuando Prana, que
normalmente asciende, es obligado a descender. Y cuando Apana la energía de expulsión que
normalmente desciende, es obligado a ascender.
Cuando Kundalini abandona para siempre el Muladhara chakra, renuncia a cualquier conexión
con el elemento tierra y a todas las creaciones de millones y millones de nacimientos. Éstas pasa
a través de la conciencia de su camino de salida y aprendes todo lo que hay que aprender del
elemento tierra. En realidad no es más que un repaso de todo lo aprendido sobre la tierra en tus
vidas anteriores. Cuando has adquirido el pleno conocimiento del elemento tierra, puedes estar
seguro de que el Muladhara se ha activado completamente, pero no antes. Una vez has
renunciado al elemento tierra, tienes que desprenderte también de la codicia y la avaricia, las
emociones basadas en él. La tierra es el único elemento sólido, lo único a lo que puedes
“aferrarte”. Cuando renuncies a la necesidad de aferrarte a algo, estarás en condiciones de
progresar.
Después del Muladhara chakra viene el Svadhishthana el centro del elemento agua y la
procreación. Cuando Kundalini abandona definitivamente el Svadhishthana , el que practica
sadhana, aprende todo sobre el elemento agua. Para ir más allá del Svadhishthana, tienes que
vencer la lujuria, el impulso instintivo de procrear.
Desde el Svadhishthana chakra, Kundalini asciende al Manipura Chakra , el centro del elemento
fuego, donde tiene lugar el metabolismo. Es verdaderamente crucial. Como sólo dispones de una
determinada cantidad de fuego en tu organismo, debes escoger la manera de utilizarlo (fuego
digestivo o fuego espiritual). Si no eres capaz de digerirlo, vomitarás todo el conocimiento en forma
de ira, emoción muy característica del electo fuego. La principal causa de esa indigestión es el
elemento de la duda. La gente se pasa el tiempo tratando de comprender mediante preguntas,
aunque la mayoría tampoco sabe qué preguntar!!!. La única manera de saberlo es experimentarlo;
no hay otro camino. Sin experiencia personal no puede haber una comprensión profunda. Hay tres
nudos importante que obstaculizan la libre circulación de Kundalini por los nadis, entonces si las
personas toman gran cantidad de Shakti antes de eliminar esos nudos, se quedará atascada en el
camino y o bien tu sistema nervioso se sobrecargará o colapsará, o toda la energía será vomitada”
dentro de tu organismo y te volverá loco. Pues Shakti lo aumenta y expande todo, incluidos sobre
todo los apegos.
Más arriba del chakra Manipura se encuentra el Anahata Chakra Anahata significa “sin golpeo” ,
el primero de los tres Chakras superiores destinados exclusivamente a las actividades espirituales
como el sacrificio = yajña que en sánscrito es ya= yam es uno de los principales bija mantras
para el Anahata chakra. jña significa Sabiduría espiritual. Una de las principales finalidades del
sacrificio es nutrir y complacer a diversos seres etéreos con la fragancia del humo procedente de
las distintas ofrendas consumidas.
Cuando llegas al Anahata Chakra, donde reside el elemento Aire, lo aprendes todo de los seres
etéreos, los “espíritus de aire” que van y vienen lo mismo que el viento. El lenguaje es sonido y
éste se trasmite a través del aire, cuando lo sabes todo sobre el aire, adquieres una capacidad de
comprensión que sirve para todas las lenguas.
Una vez que tu mente esté debidamente condicionada, Kundalini pasará del Vishuddha chakra
al Ajña Chakra, el tercer ojo. Entonces la Shakti individual (ego- luna), que ha
estado identificándose con todo tipo de objetos sensoriales externos bajo la ficción de que ella
es el cuerpo, debe ser devuelta a la fuerza de Ajña chakra donde sólo habrá uno con el que
pueda identificarse: su gran consorte, el Señor Siva (Self-Sol).
En el Ajña chakra, la respiración se detiene casi por completo porque ahí es donde empieza el
estado de vacío, nada, en ese estado, todos los hombres y formas se extinguen y de lo único que
eres conciente es de tu propia individualidad; aparte de eso, sólo queda vacío-llenado. Todo lo que
hay en el Universo es una forma inmanifiesta.
Mientras Kundalini siga concentrada en los Chakras inferiores, incluido el Vishuddha , sigue
existiendo el riesgo de que se identifique con el cuerpo. Una vez asciende la Kundalini por encima
del Vishuddha chakra ya no es posible ningún pensamiento mundano por que ya no queda
ninguna sujeción a deudas kármicas. Pues ya has ido mas allá de los cinco elementos que
componen el universo físico; no queda ningún lazo físico.
Cuando Kundalini pasa del Ajña al Sahasrara desaparecen los últimos restos de identidad y el
sadhaka se funde con el alma universal. Desaparece toda diferenciación y el resultado es un
estado en que la conciencia está profundamente concentrada en un punto. Lo único que se percibe
es esa Alma universal. Ya no hay más dualidad, sólo UNO
k*, ûKaf, Luz del Trono, Recepción, Vasija, Diseño de cada ser. Jésed - Nétsaj
Jaf
Luz de la Aspiración, Despliegue, Expansión, Ley de la balanza, Guevurá -
l, Lamed Retribución. Tiféret
•*, Shin, Luz de la Omnipotencia, del Movimiento, del Cambio, Equilibrio Hod - Maljút
Sin energético.
t, Tav Luz del Mérito. Rectificación, Tikún, Completitud, Perfección. Yesod, Maljút
-LAS LETRAS DE LA TIERRA- Qué trabajar con cada letra:
h : He: 5: Recobrar el alma, la esencia de las cosas. Cuando uno se siente en un estado disminuido
de ser (por ejemplo, en depresión, vacío, desierto).
w : Vav: 6: Self. Actuar desde el centro. Identidad. Yo soy. Unir cosas separadas.
y : Yod: 10: Proyección de luz. Intervención activa de lo divino. Poner una semilla y energizarla.
Poder espiritual.
k : Kaf: 20: Ser receptivo. Moldear. Formular. Dar forma. Crear condiciones. Contextos. El
contenedor de algo.
m : Mem: 40: Relajación. Dulcificar situaciones. Limpieza. Misericordia. Obtener la visión global.
Matriz.
n : Nun: 50: Para individuación. Terminar con una situación. Cortar. Trasmutación. Regeneración.
Renacimiento.
s : Samej: 60: Equilibrio, armonía, contacto con nuestro ser interno. Nuestro ángel. Círculo. Ciclos.
[ : Ayin: 70: Ser conscientes. Ver las probabilidades y/o posibilidades. Ser creativos. Experiencia.
x : Tsadi: 90: Estructurar, integrar, desarrollar, crecer. Canalizar. Influir positivamente en el entorno.
q : Qof: 100: Contactar con el inconsciente. Armadura de carácter. Psiquismo. Ilusión. Sueños.
• : Shin : 300 : Energía. Fuego. Despertar. Cambio. Sintonía con la energía cósmica.
1ª inspiración: visualizar las letras en de fuego blanco irradiando luz blanca en el centro de la
coronilla.
1ª espiración: contemplar simplemente.
2ª inspiración: Rayo de luz desciende al centro del corazón y se escriben las Letras en él.
2ª espiración: Rayo de luz desciende al centro de Maljút y se escribe n las Letra en él.
3ª inspiración: Rayo de luz amarillo-rosácea asciende de Maljút al centro del corazón y se escriben
las Letras en él.
3ª espiración: contemplar simplemente.
Repetir el proceso varias veces mientras se va acumulando una esfera de energía intensa en el
centro del corazón.
Cuando se considere adecuado (normalmente por el propio impulso desbordante de la Luz), esa
esfera se expande e irradia (podemos ayudarnos de las manos tanto para expandir como para
dirigir y proyectar en el caso de intenciones concretas tales como curación, ayuda a otras
personas, etc.), llenando el aura, irradiando al entorno, en esferas cada vez más amplias,
dirigiendo en particular a las zonas o círculos que estimemos más necesitados, hasta abarcar toda
la Tierra, incluso todo el Cosmos.
¿Qué son las Sefirot del Árbol de la Vida?
Las 10 Sefirot
Una sefirá (pl. "Sefirot ") es un canal de energía Divina o fuerza de vida.
Se describen en la literatura cabalística un total de 11 sefirot, pero
siendo que dos de ellas (Keter y Daat), representan diferentes
dimensiones de una misma fuerza, la tradición habla generalmente de
sólo 10.
Las sefirot representan secuencialmente las distintas etapas del proceso
creativo, por medio del cual Dios generó desde el mismo núcleo de Su
ser infinito la progresión de reinos, los cuales culminan en nuestro
universo físico finito. Como grupo coexistente, las sefirot constituyen los
componentes interactivos de una única estructura metafísica o
espiritual, cuya expresión "genética" puede ser reconocida en todos los
niveles, y dentro de todos los aspectos de la Creación.
Subyacente al aspecto puramente estructural-funcional de la sefirá, hay
una fuerza motivacional oculta, que es mejor entendida a través de su
comparación con algunos estados psico-espirituales del alma humana.
La forma en que el jasidismo (interpretación religiosa ortodoxa y mística
dentro de la religión mosaica o judaísmo que destaca por la
minuciosidad de los mandamientos que la regulan) expone las sefirot,
consiste básicamente en la articulación de estos estados, y la
exploración del rol que ellos juegan en el servicio del hombre a Dios en
este mundo.
La configuración de las sefirot es descripta gráficamente en los textos
cabalísticos con un esquema de tres ejes paralelos (kavim) en sentido
vertical, representando cada uno de ellos, un modo de influencia Divina
dentro de la Creación. La literatura se refiere en forma diversa a esta
configuración: como sulam (escalera), etz (árbol), o tzelem Elokim
(suprema "imagen de Dios"). De acuerdo a esta última designación, la
configuración de las sefirot sugiere la del cuerpo humano, ya que como
está escrito en la Biblia, el hombre fue hecho a imagen y semejanza de
Dios. De esta manera, cada sefirá es asociada con un miembro o un
órgano particular, coincidente con su posición en la estructura
anatómica de las sefirot.
El orden y significado de las sefirot es el siguiente:
Jojmá (sabiduría)
La segunda numeración es llamada la inteligencia iluminadora. Es la
corona de la creación, el esplendor de la unidad, igualándola. Es
exaltada por encima de toda cabeza, y los cabalistas la llaman «la
segunda gloria».
Imagen mágica: una figura masculina barbuda.
Nombre de Yahveh: Yahveh, o Ja.
Arcángel: Razi El.
Orden de ángeles: Aufanim.
Chakra mundano: el Zodíaco.
Virtud: la devoción.
Títulos: poder de Yetsirah, Ab, Abba, el padre supremo, tetragrámaton,
yod del tetragrámaton.
Experiencia espiritual: la visión de Dios cara a cara.
Color atsilútico: azul suave puro.
Color briático: gris.
Color yetsirático: gris perla iridiscente.
Color asiático: blanco moteado de rojo, azul y amarillo.
Vicio: (ninguno).
Símbolo: el falo, yod, la túnica interior de gloria, la piedra de pie, la
torre, la vara de poder elevada, la línea recta.
Un misterioso diálogo entre Moisés y Dios nos da pistas de “los caminos de Dios”.
Revelaciones de un conocimiento místico y profundo que enriquece nuestro entendimiento
de la Torá.
Una de las razones por las que la tradición mística del judaísmo es llamada Cábala
(que significa “recibida”) es para enfatizar que uno debe haber recibido este
entendimiento místico de la Torá. Los elementos de la Cábala fueron revelados por
Dios en el mismo momento que el resto de la Torá, y desde entonces han sido
transmitidos de un estudiante a otro, a diferencia de otros aspectos de la Tradición
Oral, que requieren interpretación.
Él (Dios) dijo: “Tomaré toda Mi bondad, y la pasaré frente a ti, y llamaré el nombre
del Señor delante de ti; seré cortés con quien yo seré cortés, y seré misericordioso con
quien yo seré misericordioso”. Y Él (Dios) dijo: “Tú no puedes ver Mi rostro, porque no
hay hombre que pueda ver Mi rostro y vivir”. Y el Señor dijo: “Hay un lugar a Mi lado
y tú te puedes parar sobre la roca. Y mientras Mi gloria pase, te pondré en una
hendidura en las rocas, y pondré Mi palma encima hasta que Yo haya pasado. Luego
removeré Mi palma, y tú verás Mi espalda, pero Mi rostro no será visto”. (Éxodo
33:18-22).
Si bien este diálogo es misterioso y confuso, hay ciertas cosas que pueden ser
deducidas de él.
Ten en mente que este diálogo ocurrió muy pronto después de la entrega de la
Torá. La Torá fue entregada a Moisés en su totalidad, y no quedó nada por
entregar (Ver Maimónides, “Fundamentos de la Torá” 9:1). ¿Entonces qué quería
Moisés de Dios?
Cómo Dios dirige el mundo es la esencia del conocimiento profundo que Moisés
persigue.
Nuestros sabios han explicado que el pedido de Moisés fue el entendimiento
máximo de “por qué los justos sufren y los malvados prosperan”. Esto se ve
inmediatamente en la respuesta de Dios: “seré misericordioso con quien seré
misericordioso”. La manera en que Dios dirige el mundo, Sus caminos y costumbres,
son la esencia del conocimiento profundo que Moisés persigue.
Dios situó límites en el nivel de comprensión que uno puede alcanzar. Alguna
gente (acostumbrada a los efectos especiales de las películas de Hollywood)
imagina que “ningún hombre puede ver a Dios y vivir” ¡es por la luz deslumbrante
y el sonido estruendoso! Pero no existe tal cosa como la conciencia física de Dios.
En cambio, nuestros sabios explican que la interpretación correcta de este versículo
es que “ningún hombre puede comprender a Dios completamente mientras esté
con vida”. Una persona, sin importar su nivel de perfección, sigue siendo física, y su
entendimiento es de cierta manera físico. Esto le impide comprender aquellas
cosas que son en cierto grado totalmente metafísicas.
Estos entendimientos están incluidos en “el nombre del Señor”. Así, Dios describe
estas revelaciones como “llamando ante Él, el nombre del Señor”.
Así, cuando Moisés pidió llegar a comprender más profundamente los caminos
misteriosos de Dios, la revelación de Su(s) nombre(s) fue el vehículo principal para
esto.
Veamos esto en el contexto de los eventos que rodean este diálogo misterioso:
Esos “trece atributos de bondad” (Éxodo 34:6-7), son la base para nuestras
plegarias en Iom Kipur, en los días de ayuno y en ocasiones para plegarias
especialmente solemnes.
Los simbolismos de la cábala, que examinan las acciones de Dios a través de metáforas,
nunca pueden llevar a la creación de imágenes, o a la sugerencia de que el Dios Único
existe en fragmentos.
Nosotros hemos mostrado en un artículo previo de esta serie que en la Torá misma
hay una clara (aunque disimulada) alusión a un entendimiento más profundo de
Dios y de los caminos en que Él interactúa con el mundo.
Hay otros dos puntos importantes en la Torá misma, que se relacionan con el
simbolismo y el lenguaje de la cábala.
“Dios les habló desde en medio de las llamas, el sonido de las palabras ustedes
escucharon, pero no vieron ninguna imagen, solamente una voz”. (Deuteronomio
4:12)
“Y ustedes cuidarán mucho sus almas, ya que no vieron ninguna imagen en el día en
que Dios les habló en Joreb, de en medio del fuego. No sea que se corrompan y
hagan para ustedes una estatua de cualquier figura”. (Deuteronomio 4:15-16)
Estos dos versículos parecen referirse a una cuestión que surge de la revelación en
Sinai, dado que la mayoría de la gente equipara “revelación” con alguna clase de
“visión”. Sin embargo aquí hubo una revelación en donde la presencia de Dios fue
sentida, Sus palabras fueron claramente comprendidas, y ninguna imagen fue
contemplada, ninguna figura fue vista. Es una idea difícil, dado que nuestras
mentes prefieren trabajar con imágenes más que con palabras y conceptos.
La mayoría de la gente equipara “revelación” con alguna clase de “visión” y aun así la
Torá excluye claramente esta idea.
Este mandamiento en contra de asociar una corporeidad a Dios se extiende no
solamente hacia una imagen rudimentaria de Dios, sino también a cualquier cosa
que ubique a Dios dentro del marco de la psique o de la personalidad humana.
Esto significa que cualquier tipo de estudio que describa las acciones de Dios debe
estar desprovisto de cualquier sugerencia de que Dios “siente” o de que tiene
emociones que lo inspiran. La Mishná declara esto con gran énfasis:
Él que reza [como un cantor, utilizando las palabras], “De la misma manera en que
tú tienes piedad por un nido de pájaros, ten piedad por nosotros”, es destituido de
su trabajo, porque ha descrito los atributos de Dios en términos de bondad,
cuando en realidad son decretos. (Brajot 34a)
Maimónides señala que cuando Dios es descrito como “amable” o “piadoso”, estas
palabras deben ser entendidas como metáforas:
Estos términos son sólo una descripción de un patrón divino que se compara con
la manera en la que nosotros actuaríamos si estuviésemos inclinados
emocionalmente a actuar de esa manera. Pero Dios está absolutamente más allá de
términos como “emoción” o “personalidad”.
La Unicidad de Dios
Dios es uno. No dos o más de dos. Uno que es distinto a otra unicidad. No una
unidad que consiste de partes, no una unidad corpórea que puede ser dividida en
partes y componentes, sino una unidad que es diferente a cualquier otra unidad
(Maimónides, Los Fundamentos de la Torá 1:7).
La manera en que la cábala trata con el asunto es mejor descrita por el Malbim, un
comentarista de la Torá del siglo 19, al explicar las palabras del profeta Ezequiel; el
profeta dice:
“Como la imagen de un arco iris en un día lluvioso, así también era la imagen del
brillo que lo rodeaba; era la imagen de la majestad de Dios”. (Ezequiel 1:28)
Así también, nosotros entendemos las acciones de Dios solamente cuando son
examinadas por separado. Sin embargo, debemos entender que separar las
acciones de Dios en diez o en cualquier otra cantidad es inadecuado, no es Su
realidad. Él es unidad y unicidad completa.
Una de las hipótesis a la que los cabalistas, quienes al alcanzado el Mundo Espiritual, se adhieren es que la
Cabalá, como una ciencia que estudia el Universo que nos rodea, data de la antigua Caldea (en Mesopotamia)
en la ciudad de Ur. Las crónicas de esa época dan cuenta de la historia de un habitante de Mesopotamia, llamado
Abraham, quien fue el primero en investigar la relación entre la percepción de la realidad circundante y el
desarrollo volitivo de un nuevo sexto sentido.
El método de este desarrollo recibió el nombre de Cabalá, y empezó a extenderse entre los descendientes de
Abraham y sus discípulos. Con el tiempo, el grupo creció para convertirse en una nación de alrededor de tres
millones de personas. Los integrantes no formaban parte de la nación por nacimiento; únicamente se unían
quienes se suscribían al método. Por consiguiente, es imposible llamar a este grupo una nación, basándonos en
las características y definiciones de "lo que constituye una nación". Era sencillamente un grupo de cabalistas,
es decir, un grupo de investigadores que examinaban lo que se alcanzaba y sentía dentro del sexto órgano de
percepción. El grupo empezó a llamarse a sí mismo "la nación de Israel" cuando todos sus miembros
adquirieron, al mismo tiempo, una adecuada sensación del mundo en el sexto sentido. Lo que expresamos aquí
tan sencillamente representa un nuevo planteamiento en la historia de la humanidad y únicamente una inercia
psicológica nos impide adoptar esta percepción de nosotros mismos y del mundo. Los miembros de este grupo
cabalista desarrollaron en sus hijos una percepción suplementaria de la realidad Suprema y éstos la acogieron
con toda naturalidad.
Así continuaron hasta un determinado momento histórico, en que el grupo entero instantáneamente perdió la
capacidad de percibir la realidad Suprema (la explicación de este importante momento histórico se presentará
más adelante). Hasta ese momento, la nación estaba constituida por un grupo que vivía al interior de las
sensaciones del Mundo Superior. Sin embargo, después de que perdieron la sensación del Mundo Superior, se
convirtieron en una nación como las demás. Dejó de ser un fenómeno especial en el mundo, ya que la existencia
del grupo se justificaba tan sólo por el grado de percepción espiritual. Por el contrario, de inmediato adquirió
la forma correspondiente a la de una nación dispersa entre las naciones del mundo. Sin la sensación del Mundo
Superior, este grupo no tenía derecho a llamarse "La Nación de Israel", es decir, la nación que vive según las
leyes del sexto sentido de percepción, ya que Israel significa "Yashar-El" (traducido del hebreo, "que aspira al
Creador"). Habiendo perdido la sensación del Mundo Superior, en lugar de acciones espirituales, el grupo
empezó a practicar sus interpretaciones físicas, atribuyéndoles el nombre de acciones espirituales.
El desarrollo del egoísmo, una etapa necesaria en la historia del desarrollo de la humanidad
Siguiendo su creciente deseo de llenarse de placer, o como la Cabalá lo apunta, con el crecimiento del egoísmo
en cada generación, la humanidad lucha por satisfacer sus deseos. Esto determina nuestro progreso, el cambio
de estructuras de estado, relaciones sociales, estilo de vida, avance tecnológico, desarrollo cultural, etc.
Nuestra historia empieza con la aparición de un ser humano con un deseo egoísta de recibir el grado cero
(aspereza, profundidad). Es un deseo minúsculo en el que la persona sólo siente un impulso por los placeres
corporales que están presentes en un animal: sexo, comida, familia y un ambiente limitado. La humanidad se
ha estado desarrollando dentro de este deseo durante miles de años.
A medida que el deseo crecía y se volvía más egoísta, el lapso de tiempo para satisfacerlo y reemplazarlo con
otro, se fue contrayendo como corresponde. En nuestra época podemos observar la dramática rapidez de la
transformación, mientras que hace cien años los mismos cambios hubieran requerido de mayor tiempo.
Cuando la persona empezó a evolucionar de estos deseos corporales a otros de mayor nivel, empezó a ansiar
tener riqueza, honor, poder y conocimiento, hasta llegar a la cuarta etapa del deseo de recibir (un deseo
espiritual). Por consiguiente, los deseos:
corporales,
por riqueza,
por honor y poder,
por conocimiento, y
por la espiritualidad,
Vista
Oído
Olfato
Gusto y
Tacto
A través de estas cinco "aberturas" en el cuerpo, el hombre recibe la información desde fuera y la absorbe con
la ayuda de los sistemas analíticos de su mente, memoria y cerebro, dependiendo de su educación, carácter,
ánimo, capricho momentáneo y muchas otras peculiaridades humanas. Después de esto, goza o sufre para
después atraerla o rechazarla.
Cualquier investigación que el individuo realiza sobre lo que se encuentra fuera, la acumula dentro de sí. El
hombre es totalmente incapaz de trascenderse y percibir la realidad exterior. Sólo podemos expandir el alcance
de nuestros sentidos naturales, aumentar su sensibilidad y ampliar su percepción utilizando un microscopio o
telescopio además de nuestros propios ojos, un sonar en lugar de nuestro oído y así sucesivamente.
Aunque todo está cambiando constantemente en el mundo, los cinco sentidos funcionan siempre igual. No
importa cuántos aparatos o instrumentos podamos inventar o los conocimientos que podamos adquirir sobre
nuestro cuerpo, siempre estaremos confinados a las sencillas reacciones que experimentamos de lo que proviene
de fuera. Hacia finales del Siglo 20, los científicos finalmente agotaron el sistema existente de aprendizaje. La
investigación de nosotros mismos y el estudio de nuestras reacciones a algo que es externo, no nos permite
controlar nuestra realidad y existencia.
Las ciencias naturales nos enseñan que toda célula viviente, o un organismo completo deben estar en equilibrio
con su ambiente para poder existir y sobrevivir. Sus cualidades interiores deben armonizarse con la realidad
exterior. Tiene la obligación de cumplir con este principio de homeostasis. En la ausencia de este equilibrio, el
organismo percibe incomodidad y hasta puede perecer.
De este principio se deduce que al adquirir el conocimiento sobre el mundo exterior más allá de nuestras
sensaciones corporales, descubrir la forma que tiene en realidad, nos permitiría volvernos similares a él y por
consiguiente lograr un estado óptimo de existencia.
Por lo tanto, queda clara la lógica de un deseo en desarrollo: la pasión por el conocimiento es el más fuerte de
entre los deseos terrenales y antecede a la aspiración por la espiritualidad. La razón es que lleva al hombre a
necesitar el Mundo Superior, haciéndole ver que no podrá sobrevivir sin él. El aprendizaje de las leyes de la
naturaleza y el Mundo Superior le otorga al hombre la oportunidad de familiarizarse con las fuerzas de la
naturaleza que lo afectan. Si logramos la homeostasis con ellas, nuestra existencia se volverá perfecta.
Una de las consecuencias que habrá al recibir la información espiritual será la desaparición de la noción del
tiempo. Adquiriremos un conocimiento absoluto del futuro y controlaremos nuestro destino. La ciencia de hoy
comprende la necesidad de ir más allá de nuestros cinco sentidos, pero carece de un método para tal empresa.
Descubre la cuarta etapa de su enfoque en la investigación de la realidad.
1. Durante miles de años, el desarrollo de la ciencia se ha basado en la suposición que existe una realidad
objetiva que el hombre observa e investiga. Aún cuando no exista un observador, la realidad continúa
existiendo. En la mecánica clásica, los eventos ocurren a pesar del observador. La realidad existe objetivamente,
ya sea que la perciba o no. De la misma forma, la mecánica cuántica tradicional sólo analiza los cambios que
se efectúan en el objeto mismo.
2. Un análisis más profundo nos lleva a concluir que ese no es el caso: nuestra percepción de la realidad depende
de nosotros. Einstein introdujo una corrección de velocidad que pertenece al observador. Esto sencillamente
toma en cuenta los procesos que ocurren en el universo y que no se manifiestan en la vida diaria del hombre.
3. La observación de cualquier objeto es una interacción entre el observador y el objeto observado. Con esto,
la observación de inmediato transforma el estado interior, tanto del objeto observado como del observador. Es
imposible hablar del objeto investigado sin tomar en cuenta al investigador. Los cambios en el objeto siempre
estarán determinados por el cambio en el observador. Un cambio de condición no sólo depende de la
información, sino también del observador. La probabilidad es una característica del futuro como lo es del pasado
porque está condicionado al momento psicológico personal del observador. Hue Everett fue el primero en
demostrarlo mediante cálculos matemáticos en su artículo, Formulando la mecánica cuántica a través de la
noción del 'estado correspondiente'. En otras palabras, en esta teoría de mecánica cuántica tanto el objeto como
el observador cambian su estado.
4. Una percepción más elevada del objeto se basa en el hecho de invariabilidad del universo entero, en la
unicidad de la Causa y Propósito, en la unicidad del atributo de la Fuerza Superior: la bondad y el otorgamiento.
Todos los cambios ocurren únicamente en el observador, en la dualidad de su atributo de recepción-
otorgamiento con respecto al único atributo (otorgamiento) de la Fuerza Superior. Solamente la comparación
de estos atributos genera la auto-consciencia de la criatura y la sensación del mundo que lo rodea. Esto es, la
percepción del universo se realiza por dos influencias en el hombre:
De lo anterior se deduce que la absolutamente perfecta Fuerza Superior ha creado al hombre en toda la
magnificencia que conviene, en perfecta armonía con sus propios atributos, pues si es perfecta no puede de
ninguna manera crear algo imperfecto. Por lo tanto, nuestra mente procede para que sea forzoso que
comprendamos y aceptemos el opuesto de lo que observamos y decidamos que en realidad somos criaturas
perfectas, magníficas y en armonía con la Fuerza Superior que nos creó.
Además, todos los atributos sublimes pueden surgir de los nuestros que son insignificantes e inferiores. Por
consiguiente, se debe observar el final de una acción y de ella alcanzar la concepción entera de nuestra creación.
La Cabalá se adhiere al cuarto planteamiento; no existe una realidad en la ausencia de un observador. Fuera del
hombre sólo hay la Luz Superior, una fuerza excelsa. Esta luz es una, única y homogénea. No existe nada en
ella y lo que la persona percibe es tan sólo el resultado de su reacción a esta influencia externa invariable. Al
transformar sus propios atributos, la persona siente un cambio en el ambiente, aunque todas las transformaciones
ocurren dentro de él. En otras palabras, la realidad no es sino una copia de los atributos interiores del hombre.
Si las persona se vuelve semejante a la Fuerza Superior en su atributo de otorgamiento, sus sensaciones
trascienden los limites de sus deseos, deja de depender de la vida y la muerte del cuerpo, del espacio, del tiempo
y el movimiento. La ciencia moderna está preparada y dispuesta a adoptar esta propuesta, por consiguiente la
antigua y largamente olvidada sabiduría de la Cabalá ha resurgido en esta época.
La sabiduría de la Cabalá sugiere que no debemos preocuparnos por los atributos humanos terrestres, porque
no pueden ser corregidos directamente. Sin embargo, la misma diferencia entre nuestros atributos y los
espirituales evocan en nosotros la sensación del sufrimiento.
La sabiduría de la Cabala hace este ofrecimiento: si la persona desea alcanzar una existencia perfecta, debe
copiar la ley espiritual de otorgamiento para que las leyes interiores y exteriores se vuelvan equivalentes.
Históricamente en el transcurso de nuestro desarrollo (esto es, el crecimiento de un deseo egoísta del nivel 0 al
nivel 4) nos oponemos más y más a la ley Superior de otorgamiento. Mientras estamos en los niveles 0, 1 y 2
nuestra oposición no es tan extrema. Sin embargo, después de alcanzar los niveles 3 y 4 de nuestro desarrollo
egoísta, que coinciden con nuestra época, nos hemos vuelto una antítesis exacta de la Fuerza Superior y nos
exponemos a mayores sufrimientos como nunca antes. Estos sufrimientos son de carácter distinto; se
manifiestan como depresiones, desorientación y temor a la destrucción.
Para desarrollar aún más las ciencias, sus representantes deberían colaborar de cerca con los cabalistas. De esta
forma. al menos se abrirían para nosotros sorprendentes oportunidades.
Existe una necesidad urgente de crear una ciencia integral con los consiguientes institutos, especialistas, etc.
Hasta ahora hemos logrado comprender el mundo dentro de nosotros, más o menos ampliando el campo de
nuestra percepción sensorial. La sabiduría de la Cabalá abre ante nosotros la realidad exterior; con su ayuda,
descubriremos las leyes que nos afectan. En la medida que la persona pueda igualar su estructura interior con
la Fuerza exterior, podrá utilizarla para su propio beneficio.
Al conectar la investigación de la naturaleza con el equilibrio y las leyes generales que los rigen, regresaremos
al punto mismo donde los antiguos filósofos se separaron de los cabalistas y siguieron cada cual su propio
camino. A partir de este momento podemos volver a caminar juntos.
Durante los últimos siglos, la psicología materialista empezó a desarrollarse en lugar de la filosofía. La ciencia
que estudia nuestros atributos, sentimientos y visión expuso las limitaciones de nuestra percepción y probó que
tan sólo percibimos todo dentro de nosotros mismos. Esto nos dio la oportunidad de comprender lo que la
Cabalá nos ofrece: trascender los límites de nuestros sentidos.
La semejanza de los atributos con la fuerza general se alcanza paso a paso. A la comparación gradual de los
atributos del hombre con el atributo característico de otorgamiento de la Fuerza Superior se le llama ascender
los niveles de los mundos espirituales de Assiyá, Yetzirá, Briá, Atzilut, Adam Kadmon y finalmente el Mundo
del Infinito, en donde alcanzamos la absoluta equivalencia con la Fuerza Superior (ver el dibujo 1).
Dibujo 1
Este ascenso incluye 125 niveles: 5 mundos que contienen 5 Partzufim con 5 Sefirot en cada uno de ellos. Todo
suma 125 grados de comparación entre los atributos del hombre y el atributo de otorgamiento de la Fuerza
Superior. La persona puede positivamente influir en sí mismo y en su ambiente en la medida de su semejanza
con la ley general.