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Lo reprensible y lo irreprensible

Judas 1:9 “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando
con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición
contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.”

¿Qué es la reprensión? Según el diccionario de la lengua española la palabra


reprensión significa: Pena que se ejecuta amonestando al reo, y se considera
grave o leve según se aplique en audiencia pública o ante el tribunal solo. En
otras palabras, la reprensión es un señalamiento para castigo por haber hecho
algo indebido. Para reprender a alguien es necesario tener un código o un
reglamento o una ley que sirva de base a la decisión. Una persona irreprensible
es aquella que su modo de vivir no le coloca en una posición de señalamiento o
juicio. El apóstol Pablo se califica el mismo como irreprensible de acuerdo al
condigo judaico o a la ley de Moisés, veamos como lo dice en Filipenses 3:4-7
“Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que
tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje
de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley,
fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que
es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo.” En cuanto a la justicia que es en la
ley, irreprensible. Tomen nota que está hablando de una justicia legal, la ley de
Moisés es un asunto legal. Recordarán que ya hemos escrito acerca de la ley y
la gracia como dos extremos y que ya no vivimos bajo la ley sino bajo la gracia,
pues dijimos que la ley vino por Moisés pero la gracia por Jesucristo. Pues
Pablo se consideraba irreprensible por los aspectos la ley, pero eso lo
considera como basura por el amor de Cristo.
Una persona se considera como irreprensible ante su propia justicia, o sea
según sus propios métodos de vivir pero una cosa es la justicia de los hombres
y otra la justicia de Dios. Lucas 16:15 “Entonces les dijo: Vosotros sois los que
os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce
vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de
Dios es abominación.” Lo que es sublime para nosotros es menos que basura
para Dios porque nuestros juicios no son los juicios de Dios, Deuteronomio
32:4 “El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son
rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” La
Biblia nos trae el caso de un hombre que es justo porque ha cumplido desde su
infancia los mandamientos de Dios como ser, no matar, no adulterar, no hurtar,
no dar falso testimonio, honrar padre y madre, amar al prójimo, etc. etc. todo
esto lo hacía a él ser justo e irreprensible según la ley de Moisés, por lo que él
se consideraba el mismo como un hombre correcto y quizá hasta orgulloso de
la clase de vida que había llevado. Pero una cosa es lo terrenal y otra lo
celestial, Jesús habló con ese hombre, veamos esta conversación en: Mateo
19:16-26 “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para
tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno
sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le
dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás
falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a
ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué
más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes,
y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el
joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico
en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello
por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Sus discípulos,
oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá
ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible;
mas para Dios todo es posible.” ¿Qué ocurría con éste hombre? El era perfecto
ante los hombres pero no lo era delante de Dios. ¿Cuál era la diferencia?
Estaba apegado a sus posesiones (riquezas) y eso no lo hacía candidato a
tener la vida eterna.
En nuestra vida tenemos dos trayectorias, o vivimos de acuerdo a lo terrenal, lo
humano o lo material o vivimos de acuerdo a lo espiritual, lo divino lo celestial.
Una cosa es lo terrenal y otra lo celestial. ¿Cuál está usted tomando? ¿Busca
usted ser irreprensible ante Dios o ante los hombres? No es lo mismo, mucha
gente se califica como ser correcta y también califica a otros como ser
correctos, pero estos son los juicios de los hombres no los de Dios. Los
caminos de Dios son rectos, son justos, son divinos mientras que los caminos
de los hombres son torcidos, son imperfectos y son terrenales. Según Pablo,
cuando él era un fariseo, el perseguía a la iglesia porque en esa manera
pensaba agradar a Dios pues su religión así lo exigía, pero habiendo conocido
a Jesús las cosas cambiaron, en lugar de perseguir la iglesia, ahora perseguía
a los gentiles para convertirlos a Cristo. Eso mismo le puede estar sucediendo
en estos tiempos amucha gente que piensa agradar a Dios con cosas que a
Dios le desagradan. En la mente de Caín y de Abel las ofrendas que ellos
presentaron a Dios eran buenas según cada uno, sin embargo una de ellas
agradó a Dios y la otra no. ¿Cómo estaremos seguros de agradar a Dios?
Una cosa es ver hacia arriba donde está Dios y otra cosa es ver hacia abajo
donde mora Satanás. Si nuestra mirada está puesta en las cosas celestiales,
andamos bien delante de Dios pero si pensamos humanamente andamos mal.
Por ejemplo, hay dos clases de familia a las que uno pertenece, una cosa es la
familia carnal y otra la familia de Dios. ¿Cuál de estas dos familias tiene su
preferencia? Todos buscamos nuestra familia carnal por supuesto, pero ante
los ojos de Dios la familia es la familia de Dios. Vea como Jesús ve este
asunto: Mateo 12:50 “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.” Y no es que Jesús
ignorara tener una madre y hermanos aquí en la tierra, porque si los tenía
como lo vemos en Mateo 12:46-47 “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí
su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He
aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.” O en 1
Corintios 9:5 “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por
mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?” o
en Gálatas 1:19 “pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el
hermano del Señor.” Jesús tuvo su madre y sus hermanos terrenales, sin
embargo para él la familia son los que obedecen al Padre o sea los hijos de
Dios.

¿Dónde pone su mirada? ¿En lo celestial o en lo terrenal? No todos por


supuesto podemos poner la vista en lo celestial porque para muchos eso es
una locura inexistente como lo dice su Palabra en 1 Corintios 2:14 “Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.” Jesús mismo lo dijo en Juan 3:12 “Si os he dicho cosas
terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? “ Pablo nos
habla de dos cuerpos distintos en 1 Corintios 15:47-49 “El primer hombre es de
la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el
terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los
celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también
la imagen del celestial.” Cuando somos del cielo pensamos como piensa Dios
pero cuando somos de la tierra pensamos como piensa Satanás. Fíjese en esta
conversación entre Jesús y Pedro: Mateo 16:22-23 “Entonces Pedro,
tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de
ti; en ninguna manera esto te acontezca (hablando de su muerte). Pero él,
volviéndose, dijo a Pedro ! Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres.”

A lo largo de nuestra vida, nosotros emitimos juicio hacia los demás y les
calificamos como buenos o malos, pero lo hacemos desde el ángulo terrenal o
humano como sucede cuando pensamos que las cosas de Dios son terreno
para la religión y no para nuestro diario vivir. Los religiosos viven asiduos al
templo y asisten todos los dias a las ceremonias que se programen y hasta dan
limosna pero ese no es el justo juicio de Dios ya que eso lo hacían los fariseos
y eran considerados como hipócritas delante de Dios. Los fariseos
acostumbraban diezmar los alimentos al templo pero vea lo que Dios les dice:
Mateo 23:23 “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis
la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia,
la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”
Muchas de las actividades de los escribas y fariseos fueron consideradas como
hipocresía delante de Dios pero para ellos era lo correcto. Mateo 6:2 “Cuando,
pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres;
de cierto os digo que ya tienen su recompensa.”
Mateo 6:5” Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el
orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de
los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” Mateo 6:16
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos
demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo
que ya tienen su recompensa.” Mateo 15:7-8 Hipócritas, bien profetizó de
vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón
está lejos de mí.” Mateo 23:15 “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le
hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.”
Debemos tener mucho cuidado al opinar acerca del comportamiento de los
demás porque generalmente nuestro concepto de lobuelo anda errado y
pensando que es bueno hacemos lo malo ante Dios, el apóstol Pablo lo dijo
una vez así: Romanos 7:19 “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que
no quiero, eso hago.” (v 15) “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago
lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (vv 17-23) “ De manera que ya
no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en
mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí,
pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado
que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal
está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero
veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que
me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” Se dan cuenta
ustedes que una cosa es lo que nosotros consideramos como buena y otra es
lo que hacemos? Pablo dice en otro lugar: Romanos 2:1-3 “Por lo cual eres
inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que
juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es
según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y
haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” Jesús habla acerca del
mal que vemos en los demás y dice esto en Mateo 7:3-5 “¿Y por qué miras la
paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he
aquí la viga en el ojo tuyo? !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y
entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
Busquemos no ser reprendidos por Dios aunque los hombres nos reprendan
sabiendo que el juicio de los hombres es torcido, que nuestra vida sea
conforma a la Palabra de Dios y no a los juicios humanos. María la madre del
Señor salió embarazada antes de su casamiento y no tuvo reparos en
declararse a favor de la voluntad de Dios sin importarle el que dirán de los
demás, Lucas 1:38 “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase
conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.” Jesús lloró
amargadamente antes de ir a la cruz pero no doblegó la voluntad de su Padre y
dijo: Lucas 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya.” Busquemos la voluntad de Dios y no hagamos
lo que consideramos correcto. No olvidemos que nuestro juicio por más
sublime que sea es inmundicia a Dios.

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