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'ts inacabadas
<(Nada de eso. Piensa en lo que podrías hacer con el dinero. queará su respiración pero también los movimientos de su pel-
Corre el riesgo... Bien te lo mereces, etc.» vis. El que desea controlar un grito de cólera presentará una
I
II guaje popular. da. El que quiera retener sus lágrimas o su asco no se servirá
prácticamente de su diafragma para respirar y utilizará solamen-
te la parle superior del pecho.
Los fenómenos fisiológicos de la angustia La angustia parece ser, pues, el síntoma, íntimamente ligado
a la respiración, de un conflicto entre la excitación provocada
«...Tengo un nudo en la garganta... Lo tengo atravesado en por la posibilidad de una experiencia nueva y el miedo de
la garganta...», etc. Como la expresión popular, la etimología afrontar lo desconocido. Puede tomar formas muy diferentes,
misma del término angustia (angustia: paso estrecho), describe relacionadas con la manera en que la excitación inicial haya
bien este fenómeno característico de constricción de las vías sido identificada en el campo de la conciencia. Por ejemplo,
respiratorias. «La ansiedad es la experiencia de dificultades una persona puede fácilmente atribuir su angustia aJ miedo a la
respiratorias durante el bloqueo de la excitación», dice Perls mirada del otro, cuando puede tratarse de un resentimiento
(F. S. Perls, Gestalt-thérapie, Stanké). La excitación es la mo- cuya intensidad no era soportable y que ha preferido transfor-
vilización de energía a c u m u l a d a que interviene cuando hay una mar en timidez.
fuerte preocupación o un contacto intenso. Esto provoca un Las angustias no verbalizables, corno las que pueden vivirse
aumento de la necesidad de oxígeno, a lo que el organismo en el grifo primal o por medio de un rebirth, participan de la
reacciona normalmente aumentando el ritmo respiratorio y la misma definición: conflicto en el recién nacido entre el miedo
amplitud de la respiración. , intenso a utilizar por primera vez una modalidad respiratoria
No hay nada de patológico en la suspensión momentánea de desconocida y la excitación vitaJ.
la respiración que tiene lugar cuando un potente estímulo se Quisiera ciar aquí el testimonio escrito de una participante
presenta bruscamente («me he quedado sin aliento»). Es como en un grupo de Gestalt que evidencia las relaciones entre angus-
si 'el individuo que tiene necesidad de toda su atención suspen- tia y respiración, a la vez que pone de manifiesto esa angustia
diera el ruido y los movimientos musculares que conllevarían el primaria, difícil de vincular a un acontecimiento preciso, pero
riesgo de distracción. que evoca sin embargo el primer traumatismo del nacimiento.
Por el contrario, cuando la constricción de la respiración es
causada por un conflicto entre el autocontrol y la excitación «Me ducie la garganta. Me siento mal. Triste, sola. Tengo la
intensa, puede constituir un síntoma neurótico. sensación de que por debajo del bienestar apárenle que ha sur-
gido de la danza (los participantes en el seminario hablan estado
Toda ansiedad posee su matiz peculiar, determinado por la bailando durante la pausa) hay un gran charco de tristeza. Me
ciase de excitación bloqueada. Con frecuencia, se encuentra siento separada de los demás. No sé qué hago aquí. Todo es
vinculada aJ miedo y en ocasiones confundida con él y se acom- demasiado difícil.»
paña también de manifestaciones somáticas concreías. «Me tumbo de espaldas. Largo ralo. Me cuesta concentrarme.
AJÍ, la persona que terne una excitación sexual intensa, blo- Respiro con dificultad en la parte superior del pecho. Sienio un
u u u u
puente arqueado, son mis costillas. Debajo, hay un rio. Siento su contacto con los demás panicipanies y su sensación de bien-
un hormigueo en la espalda y ardor en toda la zona de los estar.
trapeaos. Invierto la respiración.» Estas modificaciones de la respiración y de la postura tienen
«Ahora en el vientre. Veo un tubo negro, largo, muy largo, como objetivo alterar el entorno habitual, crónico (corta respi-
caj¡ sin final, mucho más largo que mi cuerpo,,.» ración pectoral, postura muy rígida) para permitir que nuevas
«Soy un tubo... profundo... negro... mis bordes son blan- OestaJts (miedo, ahogo, tristeza, etc.) puedan emerger.
dos... me cuesta trabajo hablar. Me ahogo.»
«Mi garganta está completamente cerrada, mi voz no sale.
Soy un cubo blando... casi sin final... un tubo de dolor.» Le desaparición efe la angustia
—¿Qué dolor?
—No lo sé, Tengo la impresión de una gran masa de dolor
A veces, la toma de conciencia de un conflicto es suficiente
difuso. «Soy el dolor que fluye por el tubo. (Estalla en sollo-
zos). No puedo fluir, es demasiado duro. Es pegajoso.» para hacer desaparecer la angustia que lo acompaña. En el caso
(Mane me da la vuelta hacia un lado, las piernas replegadas. de Aliñe, que aquí relato, ha bastado poner en evidencia la
En esa posición, lanzo profundos sollozos, como si fuera un dicotomía entre su verdadera personalidad, que quiere vivir y
bebe.) actuar por sí misma, y la introyección de su personaje de buen
«Es un antiguo dolor, muy profundo, muy lejos en mi cuer- samaritano, para desbloquear su energía y suprimir su angustia.
po. No puedo identificarlo ni relacionarlo con ningún recuerdo.
Mi nariz está tapada. Me sueno.» ALIÑE: «No puedo más. Me siento completamente acorrala-
«Me parece que aquel dolor que era corno una tenia en mi da. Mi hermana mayor es una carga excesiva. Me devora. Tuvo
cuerpo ya ha pagado. De el sólo queda una pane muy pequeña la polio cuando era pequeña. (Las lágrimas fluyen de sus ojos.
en mi cabeza. Quizá mis relaciones con los demis... los demái... Deglute penosamente. Su respiración es prácticamente inexisten-
los miro. Me siento viva... Tienen aspecto de peces muertos. te.) He pasado diez artos de mi vida con ella.»
Leí digo que tienen aspecto de estar muertos, Luego, uno por MARIE: «¿Y ahora?»
uno, los miro de cerca para ver si están vivos. Están vivos. Me ALIÑE: «Ahora, Vivimos separadas, pero no deja de contro-
siento bien y agolada.') larme. No se queja nunca. Pero se las arregla para hacerme
saber que está sola, abandonada y que debo volver. Me jala la
A lo largo de este trabajo, la participante loma conciencia en vida.»
el aquí y ahora dr sus sensaciones en lanío que imágenes que les M A R I E ; «¿Está inmovilizada?»
están alonadas. Mi intervención se limitó a pedirle que verbali- ALIÑE: <(No, anda con muletas.»
zara lo que ocurría, secuencia a secuencia, después a proponerle MARIE; «Mucjtra cómo camina.»
que K tumbara de espaldas, que desplanara su respiración del Aliñe duda, un gran dolor se dibuja en su rostro. Atraviesa
pecho aJ abdomen y, finalmente, que cambiara de postura. Se lentamente la habitación, moviendo al mismo tiempo el brazo y
advertirá cómo la modificación de las imágenes está ligada al la pierna del mismo'lado. Llora.
modo de respirar. El largo tubo blando y negro evoca el paso
difícil en el transcurso del parto, así como la dificultad de MARIE: «¿Qué sientes ganas de hacer ahora?»
verbaüzar que acompaña a esta imagen y la angustia que le está , ALIÑE: «No lo sé. No puedo dejar de caminar así.»
unid». Los sollozos provocan, de hecho, un modo respiratorio MARIE (con voz tierna y maternaí): «AJÍnc, querida, qué
djfereote acompañado de un aumento de la oxigenación, que buena er« olvidándote de ti misma para encargarle de tu herma-
provoca la desaparición de la angustia. Esto le permite entonces na.»
una nueva relación con el mundo exterior que se manifiesta por A L I Ñ E (vociferando): «¡No, no soporto eso! Me hablas como
Individuo sano, individuo enfermo A nguslia y Gesta/is inacabadas
manía. Toda la vida me han estado viniendo con el mismo mo modo de reacción en lugar de hacer frente a una situación
cuento. Mil padres, mis hermanos, jestoy harta!»
nueva, a una excitación nueva, en una tentativa desesperada
MARIE: «Di a tu hermana lo que quieras decirle.»
por terminar de forma gratificante una Cestalt antigua.
ALIÑE (caminando ahora con paso normaf): «|Te veré cuan-
do tenga ganasl jTengo mi propia vida y tengo derecho a dis- 1
frutarla y vivirla sin ti! ¡Ooooh! ¡Que bien me siento,..! Hstas Gestalts inacabadas están presentes en la formación de
las resistencias y en la estructuración de las neurosis.
Los movimientos de Aliñe son más vivos, su respiración es
amplia, su mirada vivaí y sus mejillas han tomado color. Es
sorprendente el contraste entre su actitud cuando imitaba a la 2. AQUÍ Y AHORA SE DESARROLLAN
enferma, con sus gestos pesados, y su viveza actual. La desapa-
rición de la angustia se manifiesta también en el comportamien-
SIEMPRE LAS GESTALTS INACABADAS
to del grupo, que se anima, se agita, mientras que habla estado
inmovilizado durante todo el trabajo de Aliñe. Un nirto siente la necesidad de recibir los minios de su ma-
dre. Se dirige a ella y se sube a sus rodillas. «Deja de estar
El tratamiento de la angustia no puede hacerse más que de siempre pegado a tu madre», exclama el padre con su voz
forma indirecta. Implica que la persona tome conciencia de su terrible, Asustado por la orden de su padre, el niflo baja de las
excitación y supere sus resistencias al aceptarla como suya. En rodillas de su madre y sale de la habitación. Aguarda desespe-
el cajo de Aliñe, la excitación está causada por la perspectiva radamente a que mamá le llame. Nada sucede. El niflo decide
de una salida o do un encuentro con personas interesantes, y la entonces volver a entrar y para vivir sin demasiado, dolor su
resistencia parte del personaje benefactor que quiere sacrificar- frustración, niega su necesidad de ternura. «Soy mayor, no
se. La angustia que le está asociada se ve reforzada por la tengo necesidad de carantoñas.»
actitud culpabilizadora de su hermana.
Es a menudo difícil llevar a una persona a tomar conciencia A lo largo de toda su vida, el niño, convertido ya en adulto,
de la naturaleza de la excitación que siente. Como he mostrado intentará torpemente colmar esta Gestall interrumpida. Ya
precedentemente, esta persona se forja toda una serie de com- sea pasando fugazmente de un ser a otro sin poder saciar ja-
portamientos estereotipados que le impiden tomar conciencia más su vacío, ya sea reproduciendo indefinidamente la res-
de lo que emerge. puesta de salvaguardia que ha opuesto a la prohibición emi-
Por otra parte, ha decidido de una vez por todas que se tida por su padre: «Soy mayor, no tengo necesidad de caranto-
trataba de sentimientos inconfesables que en ningún caso po- ñas.»
dían ser suyos. ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a
admitir que en ciertas circunstancias hemos deseado realmente Y sus comportamientos más anodinos evidenciarán su com-
ia muerte de alguien? pulsión a concluir de manera positiva esta Gestall inacabada.
«Es posible, dice Pcrls, que la propiedad más interesante y más
Por fin, en la constitución de las resistencias interviene tam- importante de la Gestalt sea su dinámica, la necesidad que tiene
oién lo que Perls llama las Gestalts inacabadas. Orientan lo:> una Gestalt fuerte de encontrar su conclusión. Y esta dinámica
comportamientos repetitivos que tienden a reproducir un mis- SC CXDCrimcnfy rarlíi rt,'-, »«
Individuo sano, individuo enfermo Angustio y Gestalts inacabadas
situa ción mac a- m-ie nto en la tenta tiva
deno mina ción de la Gest ad inco mple ta es la de das que nos dicta n nues tro com porta il.
bada .»
1
repe tida de cont rola r una situa ción difíc
Haré más explícito erte pasaje un poco técnico mediante un Eltsabeth se t u m b a , c i e r r a los ojos, parece distenderse un
ejemplo que mostrará cómo una Gestalt no terminada (el duelo poco.
por la muerte del padre) puede ocultar el campo de posibilida- M A R I E : «¿Sientes el sol en lu c u e r p o ? »
des de una persona, y cómo el impacto emocional de esta ELISABETH: «Si.»
GestaJt inicial ha sido desviado para ser más soportable (soy M A R I E : « A h o r a di a tu padre: "Siento el sol en mi cuerpo".»
demasiado pequeña), pero a costa de bloquear la vitalidad de la Repite casi i n i n t e l i g i b l e m e n t e :
persona. «Siento el sol en mi cuerpo.»
M A R I E : n Y t ú , ¿no sientes el sol en tu cuerpo?"
Elisabeth rep'le dolorosameme.
Elisabcth, una m u j e r pequeña de unos 35 artos, delgada, in- MARIE: «¿Porque...?»
colora, de gestos encogidos, con respiración casi inapreciable, se ELISABETH: « P o r q u e . . . estás m u e r t o . »
queja con voz débil de su baja estatura (1,56 m.) que la i m p i d e M A R I E ; «Y yo...?»
ser tomada en serio. Le incito a que diga a varias personas E L I S A B E T H : « Y y o , estoy v i v a . »
del grupo: «No me gusto, soy demasiado pequefta.» Cumple el
mandato con dificultad y luego se queda parada en medio del La, m u e r t e del padre constituye para Elisabeth una Gestalt
circulo que forman los participantes.
no terminada. Basia su evocación para traer de nuevo a la
conciencia esta Gestalt p u n z a n t e que le impide cualquier otra
Le p r e g u n t o :
relación.
«¿Hacia que edad (e d i s t e cuenta de que no crecerlas más?»
E L I S A B E T H : « H a c i a los M o 15. artos, >• Se puede suponer que Elisabeth, que no ha podido integrar
MARIE: «¿Son alios en tu familia?»
la muerte de su padre (lo que la había llevado a una Gestalt de
E L I S A B E T H : «Mi m a d r e es b a s t a n t e a l i a . » este tipo: «Él está m u e r t o , yo siento pena, pero estoy viva.»), ha
Prosigue:
preferido hacer morir en ella una gran parte de sus necesidades
vitales.
((Mi padre...»
y Intenta así reproducir indefinidamente el comportamiento
En este momento se siente profundamente inquieta, las lágri- q j e corresponde a «Está muerto y yo también estoy muerta»,
mas le vienen a los ojos, sus manos se abren y se cierran espas- chocando permanentemente con la realidad de su existencia.
módicamente. A p a r e n t e m e n t e , una Gestalt fuerte ha surgido en Por otra parte, intenta ocultar la Gestalt incompleta de la muer-
su interior, cortando nuestro contacto. te de su padre desviándola hacia zonas algo menos dolorosas.
MARIE: «¿Qué o c u r r e ? » como son sus relaciones de inferioridad con los otros a causa de
Elisabeth queda muda por un insiante y luego añade con difi- su baja estatura.
cultad: Toda t e n t a t i v a de ser feliz y mantenerse en comunicación
«Siempre ocurre lo mismo c u a n d o hablo de mi p a d r e . » con la vida chocará con: «No tengo derecho a vivir puesto que
MARIE: «¿Por que?» mi padre está muerto», o bien con la forma edulcorada, despla-
ELISABETH: «Por que ha muerto.» zada, de la primera proposición: «No tengo derecho a vivir
MARIE: «¿Cuánto hace de eso?» puesto que soy pequeña.»
ELISABETH: «Once artos.» El trabajo terapéutico consistirá en llevar a Elisabeth a que
MARIE: «Túmbate boca arriba, imagina que cslás en una asuma la responsabilidad de estar viva, frente a la imagen de su
playa bailada por el sol.» padre muerto. Deberá favorecer la conclusión del duelo por la
individuo sano, individuo enfermo
5. LA NEUROSIS