El Siguiendo el camino hacia el sur y no muy lejos de nuestra
ciudad de Trujillo, pero muy cerca del valle de virú, a la margen derecha de la carretera, se destaca a la vista, imponente y bella, la más grande duna hallada sobre la faz de nuestra costa, montículo de arena que se ha formado en el valle por obra del viento, y a la que se le conoce con el nombre geográfico de PUR- PUR.
En el valle donde se sienta esta natural figura vivieron hombres
descendientes de los antiguos moches. Y la tradición venida desde la lejanía del tiempo- cuenta que los lugareños consideraron a la duna como refugio de poderes misteriosos: para unos era morada de seres malignos; para otros, altar donde Vivian espíritus beneficiosos. Creencias, al fin, que se han repetido de generación en generación, convirtiendo a la duna en objeto de un mito permanente. Los habitantes del lugar tienen la creencia y manifiestan que nadie puede escalar la duna, pues todo el que lo intenta parece devorado: el montículo tiembla violentamente y el intruso es sepultado en las profundas entrañas. Esta versión tan ahonda en el espíritu de los moradores del valle de virú cobra realidad y la imaginación se desborda sobre la porción de arena salpicada de la leyenda. Lo cierto es que desde el camino grande se observa y piensa que esa majestuosa y perfecta configuración es obra del viento, que llena la faz de la tierra sin intervención de la mano del hombre.
Extraído del libro "LATIERRA ENCANTADA" de SANIEL LOZANO ALVARADO