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En un principio el hombre solo tenía en sus manos más que los recursos naturales de
que valerse para curar sus enfermedades, lo que quiere decir que el medicamento ha
dependido de la experiencia y del trabajo de la humanidad con su entorno, lo que
permitió que fuera avanzando desde la preparación de las primeras infusiones
realizadas, sin gran técnica, sin conocimiento de los males, ni de las plantas que iban
a utilizar, solo su observación y deducción acompañadas de ritos, oraciones y castigos
todo esto lo hacían con una figura que representaba a toda la comunidad a la cual
llamaban chamán.
La antigüedad clásica
Pero fue en 754 en Bagdad donde los árabes establecen las primeras farmacias,
siendo reguladas por los abasidas en el siglo IX.
Se considera a Avicena como el padre de la farmacología, y es quien consolida la
separación de la farmacia y la medicina en el medio oriente, siendo los árabes los
encargados de esta separación. Además, Avicena describió varias formas
farmacéuticas para administrar los medicamentos: papelillos, tabletas, jarabes, polvo,
ungüentos, baños aromáticos, aceites, tinturas, gotas medicinales, laxantes, lavativas,
etc.
La forma más empleada de preparación de los medicamentos eran las tisanas, las
infusiones obtenidas al introducir la sustancia o sustancias base en agua hirviendo,
aunque también podían ser desleídas en agua tibia o fría.
La inclusión de pulque en las recetas, además de llevar consigo los principios activos
que ahora reconocemos, como es el alto contenido en endorfinas, añadía las ventajas
inherentes a la fermentación y al contenido en alcoholes derivado en ella.
Así mismo, cabe destacar las aportaciones del mundo islámico, el cual, si bien se
inspiró en los autores griegos y romanos, no se limitó a rescatar y repetir lo que ellos
habían dicho. Cabe mencionar en primer lugar, los repertorios. La expansión del Islam
a Occidente promovió el contacto, y no se tardó, tanto en el califato de Bagdad como
en el de Córdoba, en traducir la Materia Médica de Dioscórides y las obras
farmacológicas de Galeno. Desde los primeros tiempos del Islam aparecen obras
sobre medicamentos, en especial medicamentos simples, como es el Kitab al-adwia
al-mufrada de Hunayn Ibn Ishaq. Poco antes del año 1000, Ibn Juljul, en Córdoba,
participaba en una traducción en una traducción de Dioscórides y redactaba un
pequeño tratado de fármacos no mencionados por dicho autor. En el siglo XIII, Ibn al-
Baytar, está vez en Málaga,componía un Libro de los nombres de los alimentos y los
medicamentos simples (Kitab al-yami li-mufradat al-adwiya), en el cual hacía
referencia a algo más de 1400 medicamentos, expuestos por orden alfabético, con los
que figuró 2324 entradas.
También y alrededor del año 1000 hicieron su aparición los primeros libros de farmacia
propiamente dicha, en los cuales se reunían diversos recetarios, en su mayoría
procedentes de los numerosos hospitales que, en todos los ámbitos del mundo
islámico, tenían sus farmacias y preparaban sus medicamentos. En esos libros se
explicaba la manera de elaborar correctamente las más variadas presentaciones, que
iban de medicamentos de uso tópico a píldoras y pastillas, pasando por jarabes,
colirios y supositorios. La destilación y la posibilidad de hacer extractos alcohólicos fue
otra gran innovación.
En los inicios del siglo XI hicieron su aparición dos textos de importancia fundamental.
En el primero, el Libro de farmacia en el arte de curar (Kitab al-Saydanah fi al-Tibb) de
Al-Biruni, se incluían los nombres de los fármacos, y las relaciones y sinonimias entre
los fármacos griegos, árabes y de la India. Del segundo texto, De medicinas
universalibus et particularibus, de Masawayh al-Maridini, conocido como Mesué el
Joven, se sabe que tuvo una gran difusión en su momento, pero no se han conservado
manuscritos árabes, de manera que sus referencias proceden de códices en latín,
pues fue traducida tempranamente en Venecia en 1471.
Renacimiento (1453-1600)
Barroco (1600-1740)
Ilustración (1740-1800)
Romanticismo (1800-1848)
Un gran avance se dio a partir del aislamiento de la morfina a partir del opio, en el año
de 1806, practicada por Adam Sertürner.
John Newport Langley desarrolla trabajos sobre la relación entre el Sistema Nervioso y
los fármacos: Inicio de la farmacodinámica.
Los farmacéuticos en la primera mitad del siglo XX que enseñaban Farmacia en las
facultades solían tener dobles licenciaturas: Farmacia-Ciencias Naturales (botánica),
Farmacia-Ciencias Químicas (esta era la más frecuente por el alto contenido de
materias comunes) aunque también había farmacéuticos dedicados a la galénica.
Estos farmacéuticos estudiaron con el plan de 1886 (que duró 50 años). La
licenciatura constaba de cinco cursos: el preparatorio que se cursaba en una Facultad
de Ciencias y se estudiaba Ampliación de Física, Mineralogía y Botánica, Química
general y Zoología.
Era obligatorio realizar prácticas para obtener el doctorado y defender una tesis de
investigación.
Botica medieval.
Desde finales del XIX el farmacéutico avanzado tiene detrás del mostrador, no una
rebotica amable y acogedora, capaz de albergar agradables tertulias más o menos
científicas, sino un auténtico laboratorio químico-farmacéutico donde puede con toda
solvencia preparar nuevos medicamentos. Otros farmacéuticos se salen de la oficina
de farmacia para crear laboratorios independientes. Posteriormente será la industria
farmacéutica la que prepare los nuevos medicamentos relegando la actividad galénica
de los farmacéuticos de Oficina de Farmacia a una importante decadencia durante el
siglo XX.
LA FARMACIA EN COLOMBIA
Las normas jurídicas que se dictaron por aquella época, tales como la Ley 12 de 1905,
Ley 83 de 1914 y Ley 15 de 1925, sólo entraron a legalizar la situación encontrada, es
decir a expedir títulos de idoneidad a quiénes venían ejerciendo la Farmacia.
Los planes de estudio educativos sufrieron modificaciones que dieron origen a una
nueva concepción para el desempeño farmacéutico. Hubo orientación hacia el
desarrollo de métodos y procedimientos para el control de la calidad del medicamento.
No obstante, el régimen de otorgar licencias a personas sin bases académicas,
continuaba en forma vehemente.
La farmacia como tal sigue siendo manejada mediante las acciones de titulados y
licenciados quiénes comparten experiencias.
La ley determina quiénes pueden ejercer la farmacia en el país y hace énfasis en que
se requieren Químicos Farmacéuticos, titulados en Universidades aceptadas por el
Estado. Aún que sigue permitiendo a los Farmacéuticos Licenciados antes de la
vigencia de la Ley.
En la década anotada se presenta una dualidad entre lo que debe ser el ejercicio de la
farmacia: la fabricación de drogas en áreas especializadas y con tecnología
farmacéutica delimitando una verdadera fase de producción y la distribución de
productos farmacéuticos delimitando los sistemas de promoción, expendio y suministro
de aquellos.
Ante esta situación el país vivió la necesidad de profesionales idóneos que enfrentaran
la dualidad planteada. En un diagnóstico realizado sobre el ejercicio farmacéutico se
vio la necesidad de buscar una alternativa profesional que llenara el vacío dejado por
el Químico Farmacéutico en la fase de distribución del medicamento, ya que estaba
ubicado en la fase de producción. Por Ley 47 de 1967 se faculta al gobierno para crear
la carrera intermedia de Regencia de Farmacia y correspondió a la Universidad de
Antioquia el desarrollo e implementación de éste.
Fase de producción
Libre importación de la materia prima que debe ser sometida a control especial.
Importación al país de materias primas no autorizadas en otros países con alto nivel
tecnológico.
Falta de control sanitario en los laboratorios de producción farmacéutica por parte del
gobierno.
Fase de distribución:
Fase de consumo:
Automedicación excesiva.
EN RECURSOS HUMANOS:
Con base en los puntos críticos anotados el gobierno dicta diversas e importantes
normas que se resumen así:
-Conceptuar sobre las normas de carácter científico que deben regir para el registro y
control de los medicamentos, y demás productos bioquímicos que incidan en la salud.
-Proponer las modificaciones de las anteriores normas cuando el avance científico así
lo requiera.
-Eliminar y/o restringir los medicamentos restringidos en otros países por la autoridad
de salud y de acuerdo con la LISTA CONSOLIDADA DE LAS NACIONES UNIDAS DE
SUSTANCIAS DE USO RESTRINGIDO Y/O PROHIBIDO.
Dentro de las principales líneas de acción para dicho programa se destaca el apoyo a
la información y educación del personal de salud y del público en general, sobre el uso
apropiado de medicamentos esenciales, la inspección de la calidad y la vigilancia de
las reacciones adversas.
El programa busca que los medicamentos estén a disposición del público por su
nombre genérico, esto es, el principio activo con el que se fabrica el medicamento.
Como tales el Ministerio de Salud seleccionó 435 productos, 54 de ellos tenidos en
calidad de imprescindibles, por cuanto son los utilizados en el nivel de atención
primaria. Todos han quedado incluidos en el Formulario Terapéutico Nacional con su
nombre genérico, que es el que en forma llamativa los identifica comercialmente.
Sin embargo la Casa fabricante puede seguir utilizando al mismo tiempo el apelativo
de marca, a condición de que se presente con caracteres similares a los del genérico.
Con el programa de acción se busca, sin duda, que un mismo medicamento esencial
comercializado por distintos fabricantes entre en franca competencia en el mercado,
identificado con su nombre genérico solo o asociado al de marca.
Durante la década de los años 70, el país sostuvo un mercado caótico de sustancias
Psicotrópicas. Estas eran manejadas por los individuos en forma indiscriminada. El
escaso control oficial generó un mercado ilícito de estupefacientes y de otras
sustancias sicoactivas.
Se inicia así el control del acceso por parte de la población a la gama de drogas con
capacidad de producir alteraciones en el comportamiento humano. La droga de control
debe ser despachada con fórmula médica.
En un esfuerzo regional los países de América del sur realizaron en 1973 el Acuerdo
Suramericano sobre estupefacientes y psicotrópicos y fijaron de común acuerdo el
siguiente derrotero:
Conclusiones