Sei sulla pagina 1di 272

1.

il

UNIVERSIDAD OOr-1P.WTENSE DE NADRID

FAaJLTAD DE CIENCIAS POLlTICAS y OOCIOLOGIA

EPISTH10LOGIA DE LA CRISIS: DE l. KANT A M. WEBER.

(~nesis y Problem~tica de la Fundamentaci6n


Fbrma1 de la Ciencia Social)

rol-lO PRIMEID

TESIS DE LOGroRALO presentada por:


D. Víctor Abreu Fernández.

Dirigida por D. Jos/' t1ª. ORLONEZ ID BINA , Profesor


titular de Teoría del Estado y Derecho Cbnstitucio­

nal.

-1984­
t
2

~..
Quisiera mostrar mi reconocimiento y mi gratitud sincera
en relación con las siguientes personas que han contribuido a la
~
realización de esta investigación que presentamos como Tesis de
Doctorado : ,j
.1
j
~

Al Profesor D. Carlos OLLEro GOMEZ, Director Honorario del


Departamento de Ciencia Política, por su generoso apoyo y sincera ~
k
comprensión y por su manifiesta solidaridad con las dificultades r
¡
del trabajo teórico. Es mi intención ofrecerle, con toda modestia,
J
este trabajo de investigación como homenaje a su sobrevenida jubi­
lación como Catedr~tico de Teoría del Estado y Derecho Constitucio­
nal de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociologla, donde las
huellas de su trabajo y dedicación permanecerán para siempre.

Al Profesor D. Josl! MI!. ORIDNEZ roBINA, tanto por su condi­


ción de Director de esta Tesis de Doctorado como por su condición
de Coordinador del grupo de trabajo en el seno de cuya actividad
ha tenido lu~;ar el desarrollo de este mismo trabajo de investiga­
ción. Es necesario significar la ingente paciencia y el denodado
tesón que ha desplegado para que el trabajo de investigación haya
podido llevarse a cabo felizmente.

Al Profesor D. Roberto GONZALEZ LIDN, con quien he manteni­


do provechosas conversaciones, con pertinentes indicaciones biblio­
gráficas, en relación con la problemática metodo16gica que subyace
al planteaJ;)iento de la "&Jciolo¡.;la de la Religión" de Nax Weber,
objeto central de su Tesis de Doctorado pr6xima a presentarse.

Al Profesor D. Josl! Mª GARCIA BLANCD, cuya Tesis de Docto­


rado: "Poder y Organización Política en Weber, Persons y Luhmann",
dirigida por el Pro.fesor D. Enrique HARTIN LOPEZ, nos ha permitido
caracterizar la necesidad de profundh..ación científico-metódica a
partir de las interpretaciones actuales a niveles socio16~icos, so­
bre todo por lo que afecta a la cuestión del "sistema pOlitice".
A D. Fernando SANCHEZ-BEATO LACASA, cuya tesina de licen­ • 4
ciatura: "Lo 'Politico' en C. Schmitt" nos ha proporcionado una
interesante perspectiva en relaci6n Con el planteamiento del pro­ A DI. Belén MARTIN SAN CHEZ , sobre quien ha recaido la ta­
blema de la unidad juridico-politica.
rea del mecanografiado, la cual ha realizado con inmensa pacien­
cía, corrigiendo los errores pertinentes, y con inner,able cordial
A D. Carlos A. CASTILLO MnnDZA, cuya tesina de licencia_ disposici6n.
tura: "La G~nesis de la Mercancia Dineraria en • El Capital' de K.
Marx. Aproximación a un Estudio Textual" se ha tenido en cuenta También debo hacer menci6n especial de las personas del
en sus oportunas referencias.
profesor D. José Mª. RIPALDA Y de D. Juan BLANm por la orienta­
ción de ambos en esta investigaci6n.
A Dª. Elena BEJAR NERINO. cuya tesina de licenciatura: ItEs_
pacio y Publicidad en el Origen de las Ciencias Sociales (J.-J. Finalmente, quiero agradecer a todos los compañeros del
Rousseau e l. Kant)" nos ha permitido contrastar verificadoramen_ Departamento de Ciencia Política, en especial a la Profesora Dª.
te algunas hipótesis de indudable inter~s en relación con el eje Pilar CHAVARRI -con quien he llevado a cabo algunos seminarios­
del principio trascendental del Derecho Público y la g~nesis de así como al Profesor D. Juan Luis PANIAGOA -Secretario- y al Pro­
la moderna publicidad.
fesor D. }~anuel PASl'OR -Director- por las atenciones recibidas
desde que aceptaron mi ingreso en el propio Departamento.
A Dª. Rosa mBJ REmA, cuya tesina de licenciatura: "El

Principio de Renaturalización en J .-J. Rousseau" se ha tenido

pertinentemente en cuenta.

A la Biblioteca de la Facultad de CC. PP. y Sociología y


muy especialmente a Carmen HORTA GARCIA, bibliotecaria, cuya ama­
ble disposici6n ha contribuido decisivamente para la realizaci6n
del propio trabajo de investisación.

A la Dirección de la Biblioteca del DIDTSCHES KUL'IU RINSTI­


TUT de Madrid y especialmente al Profesor D. Johannes fRJNTHíANN
por todas las atenciones recibidas respecto de las solicitudes
realizadas. También hay que significar a la Profesora Karin STEIN­
BRECHER por los desinteresados desvelos que se ha tomado con la
realización de este trR.bajo, all:l'. donde su asesoramiento fue in­
dispensable.

A lY-!. Antonia roDRIGUEZ CHIMENO, as! como 11 Dª. Pilar YUBE_


ro y a Dª. Beatriz PER.:r-,"'Z r-~ATAr'lALA por la desinteresada afabilidad
y el cordial trato que siempre han desplegado para resolver las
cuestiones académico-administrativas, as! como también a D!l f-1!J.
del Carmen SALCEDO, gerenta de la Facultad. A este respecto nos
complace asimismo sic;nificar la solfcita disposición mostrarla por
D. Antonio roTILLO 8'JTlLW en la realizaci6n del trabajo de repro­
ducción.
, 5

IN'l'RODUCCION

La intención que guia al trabajo de i~vestigaci6n que


aqui presentamos, se halla condicionada en el análisis compreR
sivo del status de cientificidad a otorgar al conoci~iento po­
litico y al conocimiento juridico, ello puede resultar. siqui~
re sea a primera vista, como expresi6n de incompatibilidad en
relaci6n con la propia tam6tica desarrollada en este trabajo
de investigaci6n. Sin embarco, semejante expresi6n da incompa­
tibilidad es más aparente que roal, sobre todo si se atiende
al hecho, tal como es prescriptivo hacerlo, de que ni el cono­
cimiento politico ni 01 conocimiento juridico dejan de ser ma­
nifestaoiones del propio aotuar humano, el cual, naturalmente,
alli donde recaba sus legitimos dereohos cientificos reivindi­
ca, asimismo, la soluci6n científica para aquellas dos eSferao,
la politioa y la juridica. como elemontos o componentes inte­
Grantes.del mismo y, sUbsecuentemente, como realidades que ce~
tifiquen la mencionada legalidad científica a la que se aspira.

Desde este punto de vista, pues, si advertimos, con su­


ficiente claridad, la importancia que tiene el hecho de la a­
claraci6n del m~todo cientifico a utilizar. a fin de otorgar
plena legalidad cientifioa al conoclmiento social e hist6rico,
es indudable, a su voz, que ello actuará decisivamente clarif!
cando el panorama de expectativas científica::; quo envolveran el
an6liois pOlítico y jurídico, de suorte qua, con ello, sea po­
sible, cuando menos, enfrentar con cierta orientaci6n cetodo12
gica -a todas luces relevante- el propio problema del conooi­
miento pOlitico y jurídico. Asi, pues, quo la esfera juridica
Bea susceptible de subsunción en la esfera politica o que, por
el contrario, sea imprecindible atribuir específica autonomia
para la propia esfera jurídica, implicando con ello una limit~
,
¡i ción inexorable del ~rea de incidencia de la esfera pOlitica
son cuestiones decisivas que atenazan a la propia ciencia jur!
dico-politica. En este sentido. evidentemente, es necesario no
olvidar que, en tanto factor intorrelacional, esto condiciona
netamente, .allí donde semejante construcción del problema ope­
ra con elementos de interpretación antropológicos, la propia
, , .. 7
concepci6n eenoral del conocimiento social e
histórico y, su~
siguiente~ente, plantoe l~ legitimidad de su conocimiento social e hist6rico constituye un ioportante -al
status de cient!
ficidad, de lep:alidad dentifica. menos, según nuestro modesto enterder- punto de referencia,
siquiera séa a niveles metodológicos, que permita afrontar t~
Supuestas, por consi~iente, eatos condiciones, es cl~
da aquella problem~tica teórica con mAs amplias expectativas
ro, entonces, que no es posible hablar, sI menos aparentemen_
de intelecci6n de su propio status científico. Y, es nquI, de
te, de una ciencia pOlítica como una realidad inexorable, del
modo claro, donde se inserta el objeto de nuestro trabajo de
mismo modo como tampoco puede establecerse un criterio de va­
investigación, en la medida en que haci6ndose cargo del propio
lidez absoluta en relaci6n con una posible "Teoria del Estado". problema metodológico acerca del conocimiento social e ~ist6-
ya que, obviamente, tanto ~8ta, fundamontalmente, como aqu~lla rico nos abre vías de interpretación en relaoión coo el status
son susceptibles de interprotación no-unilineal, por no decir
científico de las esferas politica y jurídica.
plural. Evidentemente, que sea necesario dejar abierto el ho­
rizonte te6rico en relación con el conocimiento del hecho po­ Atendiendo, por lo tanto, a tales consideraciones, es,
litico y jud:dico, cm la medida en que no es factible reducir por lo que hemos orientado el tema de este trabajo de invest!
a validez efectiva absoluta el problema planteado por la refl~ gación en funci6n del problema metodoló~ico del oonooimiento
xión científica acerca del Estado, en tanto cuestión medular social e histórico. intentando, a su vez, dirimir las razones
de toda prosiblc ciencia política, constitUYe un elemento que que retuerzan la necesidad de operar te6ricamente de conform!
no es sosl~yable cient!ficamente Y. en consecuencia, toda con dad con el alcance formal-racional del propio conocimiento s~
sideración del mismo, en tanto tal problema te6rico. obliga cia1 é histórico, esto es, desentrañand~. por 01 lado opuesto,
irretragablem~ntG a no perder de vista. no s610 que es nocesA las razones que justifican a fortiori la imposibilidad de co~
rio resolver la cuestión de la interrelacionabilidad entre la cebir la realidad hist6rioo-social bajo la perspectiva de la
esfera jurídica y la osfera pOlltica. sino que. además, es pr~ validez absoluta y universal de su subyaoente raoionalidad.
ciso afrontar la búsqueda del pertinente punto de equilibrio
entre ambas esferns, en relaci6n Con 10 cual, obviamente. de­ A rIn, pues, de aclarar,semejante problem&tica nos he­
sempeña la concepci6n del conocimiento social e hist6rico una mos visto obligados a indagar gen~ticamente las razones que
ranción decisiva, allíddodde su propia configuraci6n met6dica explicitan la imposibilidad de predicar racionalidad absoluta
presenta la orientación cientlfica adoptada como, 'condicionada y universal, en tanto única alternativa posible que permitie­
eminentemento, lo que en modo aleuno se puede identificar su~ ra abrir la perspectiva de justifieaci6n cientifica del limi­
perficialmente con sen6nimo de falsedad, solo porque acaso no te formal oon el que debe desarrollarse toda racionalidad que
puede evitar el carácter limitativo que inhiere a todo conoe! pretenda hacer valer, realmente, sus le6ítil~os derechos cien­
miento científico prOPiamente dicho. tíficos. Evidentemente, en modo alguno es dable deducir de t~
les palabras la posibilidad de agotar la inm~nsa riqueza de
Operando, aa!, en funci6n de tales elementos, no hay semejante tem~tica, aunque, no obstante, creemos habor alcan­
duda aleuna de que construir científicamente el edificio del zado el modesto abjetivo que nuestra intención se traz6, sin
conocimiento pol!tico y juridico obliga El renlantearse el PI'Q que en ello haya de verse presunci6n ninguna, puesto quo, eh­
blema del EstRdo, en tanto marco que hnco posible el desarro_ vinmente, el horizonte de expectativns en torno a la relaoión
llo "racional" de la convivencia sooial, en la medida en que do las esfer&s políticas y jurldicas ha quedado ampliamente
ello es indispensnble para reajustar sus pretenSiones de le~ obierto de suerte que, como consecuencia de todo ello, sea p~
lidad absoluta. En este sentido, discernir la concepci6n del sible interpretar, con mayor nitidez, la polémica o debate que
los pensamientos pOlíticos-jurídicos de C. Schmitt 1 de H. Ke!
, 9
sen, en tanto puntos de referencia permanente de la moderna
teoría jur!dico-constitucional hall desplegado, los cuales, e­ guDa de raoionalidnd, como superficialmente pOdría hacera&-,
videntomente, no dejan de ser herederos -en la medida en que de modo que, oomo consecuencia de todo esto, es nedesarío ha­
es necesario fundamentar explícitamente si es posible cons­ oerse cargo del problema cientifico~~et6dico que se halla a
truir semojante teoda juridico-constitucional, all! donde la la base de todo ello y que se sustantiva all! donde la funda­
perspectivA de la sociologin,jur!diea la deja abierta de modo mentaoi6n de la Sooiolog!a comprensiva extiende sua brazos p~
claro como probleea te6rico, desde Una 6ptica pol!tico-poeit! ra abarcar intelectivamente la realidad que pretende conocer.
va o ei, por el contrario, es indispensable profundizar, inte!!.
tando dar cuenta de la posibilidad do su imputaci6n cac3al. la Es claro. entonces, que el fundamento de toda int9rre­
~ptica iuspoeitivieta, corno doice alternativa de 80luei6n- del l8ci6n entre la esfera jur!dica y la esfera politice ha de bu~
propio planteamiento eientifico-mot6dico desarrollado por la caree, supuesto lo anterior, en, de un lado. haciendo valer
Sociolog!a cort,prensiva de f'!ax Weber, Con todo lo que ello 1m­ una de ellas en contra de la otra o viceversa -lo que Doa co~
plica 0.11! donde puso de relieve la necesidad de operar con duce directamente a la problem6tica de la legalidad de la le­
la unidad cientirico-met6dica como condici6n de todo posible gitimidad o, por contra, a la legitimidad de la legalidad- o,
conocimiento. A este res~ecto, pues, es necesario advertir ya de otro lado, a indagar un punto de equilibrio entro ambas,
la imposibilidad de profundizar la temAtica jur!dico-POlÍtica siempre sin olvidar la l~bil frontera que las s9para. Esto, i~
sin clarificar previamente tóda la problem'tica que, metodo1! discutiblemante, es algo que es legitimo inferi~'del monciona­
gicamente, estA 8 su base, que es, como dijimos, lo que orie!!. do planteamiento que aocio16gicamente ea desarrollado por Max
ta especificamente nuestra intenci6n respecto de este trabajo Weber en relaci6n con las eeteras jur!dica y polítioa y, ade­
de inveBti~aci6n. m's, os algo que, mutatis mutandis, se deduce de la validez ~
fectiva pretendida, cient!ficamente, por la Socio10gia comprea
x X X X JI: X X X siva. en tanto alternativa de soluci6n que permitiera dar ouea
ta científicamente del conocimiento social e hist6rico, en t~
El plonteamiento de la Sociolog!a comprensiva de Max w~
to intelecci6n cient!rica del aotuar humano.
ber aport6 toda una problemAtica te6ricn de indiscutible riq~
za cient!fics. l/a necesidad de profundizar las reBonea que ll~ Desde esta perspectiva, pues, se impone observar atont~
varon a la fundamentaciOn de la misma es also importante, en mente cu6les son las condioiones que justitican el desarrollo
la medida en que su intelecci6n del problema politice y jur!d1 del pensamiento socio16gico-comprensivo de i"lax Weber, all! do!!.
ca desempeña una funci6n bastante relevante COl90 para cendici2 de indagar las razonos metodo16gicaa que certifican la necesi­
nar -según ocurrió- notablemente la orientaci6n de las invest! dad de operar con una cobertura científica eminentemG~to tor­
gacionos al respecto. Que el Iusnaturalis~o se conciba, en ta~ mal-racional, como baso que uormita el acceso cient!fico de la
to racionalizaci6n fUos6fica del problema jur!dico, como ant,!! propia Sociolo~ía comprensiva. La necesidad, por tanto, de BiS
sala de la posibilidad de aplicaci6n estricto del Derecho, es­ niricar la imposibilidad de predicar valores absolutos y uni­
to es, Como heri.onte que certifica la necesidad del iusposit! versales, en tanto elementos constitutivos de una raoionalidad
viemo, a la vez que, al monos aparentemente, no exista otra p,2 científica de sir,¡ilares cunlidndea, obliga, pues, a dar cuenta
eibilided de inteligir el hecho pOl!tico m6s que como fen6meno del limite te6rico con el que es cientificamente indispensable
de dominaci6n -cuelesquieran sean sus m6todos o formas- es al­ operar y, subsecuentemente, a ahondar las razones que imnosib!
go que, sin ninrrune. duda, deteroina la imposibilidad de predi­ litan la eficacia teórica de tal racionalidad absoluta y uni­
oar acceso n tnda racionalidad absoluta y universal al respec­ verssl.
to -aun a peonr de que de esto no debe deducirse ausencia nin­
, &

10 • 11
Bajo tal horizonte, es, pues, claro que DO hay posibi­
lidad de dejar de plant~arse ln interrelaci6n, respetando sie!!!, Desde este punto de vista, se torna indispensable atr~
pre ~l autonomia respectiva, entre las esferas social El hist6­ vesar tanto el planteamiento neokantiano del problema hist6r!
rico, en cuanto abren la vis de interprctaci6n de presente y oo-tilos6fico llevado a cabo por Windelband y Rickert -en ta~
del paGado, ser,&n es prescriptivo. Ahora bien, semejante inte­ to proped6utica a la reflexi6n aocio16gica de Max Weber- como
rrelnci6n en modo alguno deja de hallarse sometida a la tensi6n la significativa orientaci6n cientifico-metódica que, en rol~
do hallar el punto de equilibrio que consolide científicamente oi60 con el mAtodo cr!tico-trascendental kantiano, desarrolla
el propio conoci~iGnto social e hist6rico y, consiguientemente, la Escuela da Marburgo, asl como poniondo de relieve la "cri­
se impone aquí afrontar las consecuencias de todo esto, ~on tQ tica de la raz6n histórica a • metodo16gicamente justificada, de
dao las implicllciones cien",;ffica8 que poseo.
Dilt~ey, para a trevAs de un generalizado planteamiento del

Naturalmente, seme,jantes consecuencias se espeoifican. surs1miento de la racionalidad bist6rica en He~el descubrir


en esencia, de conformidad con el hecho de que no es posible ~ lea raices qua gen6ticamente lo provocan, las cualeG no son ~
lUdir la enfatizaci6n del lado social o del lado histérico. de tras mis que le de interpretar muy especificamente el proble­
modo incont~overtible. Ello, evidentemente, es un problema ciea
.a metodológico planteado por el pensamiento de Kant.
tifioo de primer orden allí donde se ha de afrontar la aoluci6n Llegados, pues, e este punto, esto es, a la reflexión
de la problem~tica del conocimiento social o histérico Y. des. del propio Kent es prociso, segdn se hece, dar cuenta de la
de luee;o, semejante enfetizaci6n no ha de verse solo por el lJ!. ooncreta artlculac16n de su pensamiento cientitico, para lo
do positiVO, sino, a fortiori, por el lado negat.ivo, esto es, cual, evidentemonte, DO ha sido posible soslayar un análisis
de suerte que el 6ntasis se haga de acuerdo no con la menor s~ general de las condiciones oientifico-motódicas que testimo­
rie de elelaentos contradictorios -que pueden haberlos tanto do nian la lneluctabilidad del propio plant~amiento del m6todo
un lado como de otro-, sino, b&sJ.camente, de aouerdo con la iJ! critico-traecendental. A este respecto, pues, hemos intentado
posibilidad de que la enfatizaci6n de Un lado permita anular dibujar en la pol&mica Descartes-NewtoD la problemática que
01 otro, lo que deviene totalmente imposible. genera la concreta estructura orientativa dal penEamionto ka~
tiano, de suerte que, a la vez, que damos cuenta do aquella
Evidentemente, la legitima pretensi6n defendida por Max se pueda, por otra parte, significar la incidencia que tiene
Weber, en aras a dar cuent.a del status oiend.fico de la Sooio­ en la construoci6n cientlfica del problema politico, cuya cr!
loc;ía cowprens:l.va, es una ouesti6n que DO puede ser soslayada 8i8 se certificará con la exposici6n del pensamiento de Rous­
a este rN1pecto, sobre todo allí donde las propias expeotativas aeau, como exponente supremo de la necesidad de remontar cien
cienUfjcas no dejan de responder al condicionamiento metodolQ titicamente el cambio que se ha operado all{ donde la pol&mi­
gico que le es oonsustancial. como alternativa de resolver el ca ~escartes-Newtou ha testimoniado un horizonte teórico muy
propio problama de sU validez teórica. Desde esta perspectiva especIfico y notablemente diferente del que, hasta poco tiem­
pues, ser& posible entonces abordar, con mayor claridad, el prQ po antes, se consideraba como intsn~ible e inmutable.
blerna planteado, o niveles científicos, por la racionalidad hi~
tóric8 propinmAnto dicha, en cuanto que de este modo no se po­ En este sentido, por tanto, alli donde el hombre mismo
dr6 eludir ni las contradicciQnos que sean dable hallar en el tiene que hacerse cargo del conocimiento de su propia realidad
mismo, ni la nece'sido.d de enfrentarlas rcsolutiv8f:lente, sigUi.!! y desarrollo, es indispensable profundizar en todos los ámbi­
ra sea, al menos, abriendo aaí el horizonte del conocil~iento tos que le son correlativos y entre ellos el de la historici­
histórico-social en toda su amplitud. dad no es el menos importante, en la modida en que lo necesita
. 12
.. 13

para courar conaciencia de si mismo, tanto en el marco del pr,! del conocimiento social e hist6bico ya brevemente reflejada,
sente COIIIO en p.l marco del pasado. aunque. naturalmente, no d,! de modo que, como coosocuencia de todo esto. es doblo exar.linar
Ja de ser ilusorio que con csto se intentase agotar la totali­ 108 lícitos derechos cientlticos de la propia racionalidad hi~
dad de contenidos que BO abren allí donde se despl"ga el pro­ t6rica hasta enoontrar cu51es soaD las razoneo que justif:l.can
pio actual' humano, puos la racionalidad histórica en modo el€:!!, la ineludiblo neoesidad de la rellexi6n socio16gica como alte~
no C'uede hacerse cargo, por ejemplo, del problema de la tempo­ nativa do soluci6n que permita enfrentar In cientificidad del
ralidad sub;jetive. que, como tal, en tanto conocimiento psico12 conocimiento histórico-social, en tanto problema metódo16gico
gico, no dejo de constituir un punto de referencia a integrar que noe facilite la posjbilidad de resolver la cuesti6n ñel
cicntlficamente. En este aspecto es. pues, como ee hace posi­ punto de equilibrio entre ambas esferas, la social y la hist6­
ble inlieir la quiebra que envuelve al pensamiento de Roussoau rica, con la esperanza da que ello, a su vez, arroje luz acer­
en la medida en que se vi6 obligado a llenar con el contenido ca del punto de equilibrio que ee preoiso illdae;ar cientl1'iCIl'"
autobiogrAlico el vacío en el que incurrí6 toda posible racio­ mente entre las esferas juridica y política.
nalidad a desprender de la anlicaci6n alsoluta de los valores
universales ep.enciales que aparentemente oreyó discernir a tr~ x X X X X X X X
VOs del contraste entre "lo natural" ., "lo social".
La articulaci6n de In estructura del trabajo de inveet!
Sin duda alguna, es esta quiebra la que intenta evitar gaoi6n se ha realizado sobre la b~se de respetar la cronoloBia
el propio Kant all! donde plantea la mediaci6n que al respecto de los problemas teóricos, negdn fueron formulados por los co­
debe cUJ!Iplir la racionHlidad moral. aunque para ello se vea o­ rrespondientes autores. Desde esta porspectiva. pucs, la eBtru~
bliGado a trastocar loa supuestos cientlficos que establoci6 tura del trabajo ba quedado dividida en tres partes. diferen­
como requisitos d9 todo conocimiento científico. trastocamien­ ciadas. pero directamente conexionadas entre si, de suerte que,
to que en modo alguno pOdría identificarse, como superficial­ hasta donde es posible, ea dable hablar de una ltnea de conti­
mente sucoderia de hacerlo, Con contradicci6n ninguna. Bajo e~ nuidad. 9ObJ:e todo si se atiEmde especialmente al propio probl,!
te perspectiva, por tanto, el 8n6lisio del pensamiento de kant ma tem&tico, segdn se va desplegando.
con vistas a plantear la le~it;ir.1idad del d~recho científico de Supuesto, por conetpliente. el car6cter tripartito de
la racionalidad moral obli~a a una consiñeración general y e~~ la estructura del trabajo de investigaci6n, es conveniente, e~
tensa dol minmo, de suerte que con ello se haga posible. ento~ tonces. indicar que la primera parte esta dedicada por entero
ces, no sólo enfrentar la problem6tica teórica anterior a 61, a señalar la importanoia metodo16e;ica de la polémica manteni­
sino, asimismo. examinar r;en6ticamente las condioiones que Qb­ da .ntra Descartes, por un lado, y Newton, por el otro. en la
jetivan el pensamiento científico posterior a aquél, en virtud medida en que ambos son loa más conspicuos representantes do
de lo cual sea factible partir de una s6Uda baso que perMita las corrientes que. el' derredor suyo, irian desplee;ándose filo
a1'rontar toda la mencionada cuosti6n anteriorclonte d9~crita cQ s6fica y cienttf'icamente. La c.ep;unda parte esta consagrada po;
mo ~óvil principal de la indicada intenci6n que gula este tra­ entero al an5li8is del J)onsamiento de Kant, en tanto eje cen­
bajo de inveatigaci6n.
tral del propio tr;¡bajo do investiCllci6n, alli donde la 1'ormu­
laci6n del tn~todo cr!tico-trllscendento.l resulta decisiva no S2
Fartiendo. por cO!1sif';Uie~lte, de tal análisis del plan­
lo para esclarecor el panorama teórico que le precede, sino.
teamiento cient!fico-:net6dico kantiano es cono, jUl',tamento,
asimismo y muy cs,ecialmente, para comprender les razones de
noa hallamos en condicioner; de advertir la Dropia problemática
la orientación específica que, en rclaci6n con el conocimiento
• 14 • 15
social El hist'~rico, se abor1aran metodo16gicamente en la ter­ cueDcia de esto, conviene ineludiblemente no 8610 indicar en
Cera 7¡arte. Este tercera parte, evidentemente, so dedicar! al que medida incide 18 enfera metodo16gica sobre los plonos cien
examen de lS9 condiciones que, atravesando el historicismo de tIficoa, sino, ssimismo, desarrollando in concreto esta cues­
\\ Dilthey :/ la corr'icnte neocritioü3ta o neokantiana en (';ene­ ti6n signiticar la condicionalidad aquí preSUpUf!fJta. Deude es­
ral, daran como resultado 1'il1al la concreta oríentaci6n Boci.Q. ta perspectiva, pues. yo no es posiblo concebir el an(¡}isis 1'!
l6Eico-comprensiva del proDio pensamiento de Max Weber, a ni­ 1086tico como algo desgajado de todo cont;enido social, OiDO Que
veles f!minentemente metodo16gicos, que clarifique la gama de por el contrario, en la medida en Que aqu6l presupone ~ste -~
expecta.tiv8a cient!t:l.cas con la que haJ' que abordar la :.:'oali­ 11i donde no puede eludir Que la proyecci6n ele su reflext6n se
dad social e histór:l.ca. 'orienta hacia el dominio te6rico y pr~ctico del objoto de con~
oimiento-, l€ e necesario advertir en las posiCiones racionalis­
x X X X X X X X tas ;¡ empiristas su aut6ntico se!'ltido efectivo a niveles cien­
Atendiendo, por conSiguiente, a la articulación m00ci~ tí:ficos, en cuanto que semejante diferenciación es de suyo m'a
nada de semejanto estructura del trabajo de investigación, os aparente que real como con~ecuencia de la vrofUndizaci6n que a
nece"orio hacElr alr;unas puntualizaciones en relaci6n Con el este respecto es imprescindible realizar atendiendo, :fundamén­
planteamirmto concreto de cada una de las partos, a fín de pe!: talmente. no ya a la mera intencionalidad que se oculta entre
1'ilar introductoriamente el desarrollo interno de cada una, tales posiciones t sino a la irro1'ragable porspectiva cientiti­
sot;l'tn se expone en el propio trabajo. A este respecto, convi!, ca que se crea en torno a la propia intelecci6n del objeto de
ne, realizar tal e~posici6n brevemente, para, finalmente, cl~ oonocimiento. Desde este punto de vista, pues, ni el panteismo
fificar el prop6sito y Ion objet'vos del mismo m6s derallada­ de Spinoza, ni el ocaeionalisno de Malebrnnche, ss! como ni el
mente. panlogismo de Leibniz pueden pretender otro status cientítico
mAs que aquel que razonablemente ee les puede otorear como in­
Uesdo esta perspectiva, es indispensable advertir que tentos de soluci6n -J' en tanto tales, ~rorundizando la cohore~
el dessrrollo de la primera parte, llevado a cabo en tree cap! cia '1 eliminando las contrndicciones correspondientes, van ge­
tUlos, abarca, según se indic6, la problem~tica del debate on­ nerando el propio objeto de conocimiento. Del mismo modo ocu­
tre Descartes y Newton, de modo que con ello se puedan poner rre en lo que concierne al Cl1pirismo de Locke, al idealismo de
de relieve las consoC~-.::.cias mr,.todo16gicas en torno El llls pos! Berkeley '1 al escepticismo de Hume. Todos, estos plllnteamie'll­
oienes f110s~ticas del racionalismo y del empirismo, a tin de tos tilos6ficos no son de SUJ'O más que la ~nica alternativa de
poder extraer de ellas la incidencia concreta gue subsiste a­ soluci6n p~ra el conocimiento cientítico, or. la medida en que
111 donde es necesario dar cuenta de la fomación de la cien­ vaD pertilando el propio objeto de conocimiento y, subsecuent~
oia de la r~alidnd pOlítica, en tanto principal problema a re­ mente, la intelecci6n posible del mismo•
. s olver desde una óptica social concebida en toda su extensi6n
y (\'eneralidad. Evidentemente, discernir ouál sea esto objeto de conoe!
miento -pese a la le~itimidad de tal interrogaci6n- es dar por
En este sentido, por tanto, as claro quo, si 1/1 re1'le­ resuelto el propio problema que aun se halla en germon, esto
xión racionalista de Descartes no deja do in:fluir en la con1'i­ es, ea pretender resolver 01 problema c.i.end.fico propiamente
c;uraoión del ven~amiento pOlitico de Hobbes, la re1'loxi6n crí­ dicho atendiendo a critorios puramente lógicos, bien porque ee
tica de Nalo/ton roaliza El partir de los supuestos cartesianos atirme la eficacia do la l6Gics, bien porque ee la niege, para
tampoco '.10.18 de incidir en In formación del pensamiento pol!t! lo cual, obviamente, no deja de utilizarse la ooherencia 16gica
00 de autores como Locke ,1 ¡:lontesquieu, de suerte que, a cons!,
I

17

como fundamento demostrativo do su ineficacia. Inmerso I€ n el


seno de tales paradojas, el propio objeto de conocimiento ti~ tantivaa en relaci6n con los mencionados planteamientos te6ri­
ne que afrontar el oBpcjismo de toda intelocci6n del mismo de coso Desde semejante perspectiva, pues, el desarrollo del pen­
manera inoxorf.'ble y en ero,te c.entido no puede eludir la nmbiv,!! samiento de Kant va a adquirir un interós específico, on la m~
lencia que le os inherente. Así, pues. el conocimiento del h.!! dida en que va a'poner de relieve la intrínseca incoherencia
cho pOlitico, por ejemplificar el problema, tiene que aumir la que atenazaba al ponsamiento filos6fico-científico anterior a
impotencia d", flU racionnlid(ld allí donde ésta se articula pr.!. 61 y en funci6n de esto es como. justamente, va a construir su
pontemente y a este rQspocto nada mAs ilustrativo que el cESl,! propia alternativa de sOluci6n, en tanto sintesis de toda aqu~
bre toxto do hontesquieul "ks Cartas persas", tan importan­ lla problemática. Con Kant, pues, a la ves que se cierra un p~
te por múltiplos rnzones. riodo se abre otro y es en esto, eminentemente, en 10 que rad!
ca la propia riqueza de BU pensamiento.
Atendiondo, por conSiguiente, a todas est:as considera_
ciones, as claro, indiflC'ltibl~'mente, que toda pcoibilidad de Partiendo, oomo es natural, de la problomática abierta
tornar efectiva -en BU m6s cruda positividad_ a la cientific! por los pensadores que le antecedieron, no puede 01 propio Kant
dr-¡d no pU0de eludir enfrentar la mencionada problemátioa teó­ allí donde indacar la legitimidad de los supuestos científicos,
rica y ello, en mucha mayor medida -aunque no absolutamente_, eludir la necesidad de superar el problema esencialmente ló~i­
Condiciona el objeto del conocimiento correspondiente a la cie~ co que, con relaci6n al objeto de conocimiento, se había plan­
cia pOl!tica, sobre todo en cuanto que sus determinaciones m,! teado anteriormente. l~nfrentar, pues, semejante problema no era
tOdolóBicas no pueden evitar las paradOjas a las que, induda­ cuesti6n fácil ni sosla;yable, puesto que, además, de su corres,
blemente, han de dar lugar cientificamente. Ea manifiesto, pues, to planteamiento y"eoluci6n dependía, en buena medida, la fulida
que solo en base a tales supuestos es como se bace posible iA mentaci6n del conocimiento científico de una manera clara y m~
terpretar la especifica orientación dada al pensamiento poli­
nifiesta. El análisia. pues, de la concepci6n kantiana de la
tico de Hobbes, Locke ;y l"iontesquieu, espeCialmente.
"raz6n teórica" que lleva, por especifica soluci6n, a la "raz6n
práctica", desde donde, Q su vez, se haga posible modiatizar
~esde este punto do vista. y entrando aqui ya con la
la conflictivid~d socio-política que so d~sprende de la obra de
problom~tica de la ser;unda parte de este trabajo de investi!?:,!
Rousaeau, de similar modo a como se ha intentado delimitar fua
cióD, es claro que el contraste subsistento entre la ciencia
dameotaci6n filos6fica para el problema del conocimiento mnte­
natural-que sI oertifica, sor;6n su optico cif"'nt!fica, una po­
m&tico y físico on el planteamiento de la validez efectiva de
sitivi:l.ld indUdable, tal, CO!'lO, por ojemplo se soienta en fu,!!
la raz6n te6rica, constituye, por su propia din&mica, un punto
ción da la r;rsvedad ne', ·toniano- y la ciencia POlitica-social
de referencia totalmente decisivo para comprender la orienta­
se agrava profundamonte, sobre todo si no se pierde de vista
ci6n subsecuente del planteamiento del problema del conocimie!!.
el cometido delet6reo realbado por Rouesc:;eau allí donde puso to social e hist6rico.
de relie"e la fra¡:;i1idad de la prc~sunci6n del positiVismo -en
tanto aplicación racional del conocimiento científico_ on re­ Evidentemente, una vez señalado el hocho epistemológico
laci6n con el marco .Jel actuar humano. La nocosidad, pues, de como cobertura de la validez universal y alsoluta del conoci­
miento matemático -en la medida en que al coincidir la forma
afrontar todas estas cuestiones os lo que motiva, fundamenta!
mente, la construcción del propio pensamiento de Kant, el cual consiGO misma, 6ste no se puede concobir, allí donde su objeto
no deja 'le hallarse delimitado por su pura configuraci6n for­
realiza un colosal esfuorzo por intent0r salvar el obstáculo
mal, de otro modo que como se ha indicado-. a la vez que del
de las antinomills, en el üentido de incohorencias, que se SUB­
18 19 ~"

conocimionto r!sico, v~lido 11 nivel de principios -en cuanto ello, en tanto desideratwn principal. A este fin, naturalmen­
semejante conocimiento desborda el 6mbito puramente formal-, te, nada se opone tampoco a que se extraiga la necesidad de
es claro, entonces, que, partiendo de tales resultados, no hay tal aproximaci6n a partir do realizar un análisis del pasado
duda ninr;una que al11 donde entra en juego la intelecci6n CO!! que juotirique condicionadamente aquella necesidad ~, de esta
ceptual -como único modo que, epistemológicsmente, ea dable guisa, nos vemos inmersos ya 4D la validez cientírica do la
para oapl;Ar la realidad, tr(lscendiendo, por as! decirlo, la racionalidad hist6rica de un modo inexorable, poniendose as!
mero forma-, no es posible dejar de interrogarse acerca del de relieve el teleologiemo determinis~a que subyace oculta­
status de veracidad quo hay que otorgarle al"mismo, en cuan­ mente al propio planteamiento, según lo signirica primordi~
to que la propia cientifici~ad exigo, por si ~isma, algo mAs mente el propio Hegel.
que un mero desorrollo 166ico que, bnturalmente, hay siempre Ahora bien, esta no os la única via ni opci6n que hace
que dar como ¡"ro-supuesto.
posible el desarrollo del pensamiento de Kant, existe tambi6n
Bajo estH perspectiva, si a la base de todo concepto la via p opción que se tundamenta en runci6n de poner de re­
debe hallRrse la intuición oorrespondiente -base de todo el lieve la ilegitimidad cient!rica de la racionalidad moral, e4
desarrollo de la lógica trnscendental, totalmente indispons.! to es, no de la mera moral, sino del asiento racional de la
ble para qtlS la cientifici.dad no se pierda en una mera petitio moralidad, según se ooncreta en relaci6n con el plano de "lo
p~cticon. Semejante ilegitimidad cientifica hay que indagar­
principii-, ss claro, entonces, que metamorfosear el concepto
on idea solo es autorizable a partir de concebir esta dltima la b&sicamonte de conformidad con el hecho de que la simple
como in-ontologizable ~ en esre sentido, naturalmente, no exi4 intelecci6n como "exterioridad" de la esfer" de libertad que
te otra alternativa que limitar especificamentecl conoeimie!! se articula juridico-polft.icamente s6lo es tal en base a que
to racional a su propio olcarlce trascendentnl. La operaci6n no se advierte, con suficiente nitidez, que la "interioridad"
que Kant lleva a cabo, muy sutilmente, n fin de hacer valer regulada moral-racionalmente no deja de ser una simple oonca­
p~ra el conocimiento práctico la validez de la razón, de sue~ tenación conceptu"" ;que, por lo demtis, es preciso fijar cien­
te que con ello, a trav6s dol supuesto de eficacia de la raci,2 t1ricamonte remont:ando la aparente contradicción que aquí su,2
~ace alli donde el fundamento antropológico se halla eminent~
nalidad moral, se pu~da encontrar el punto de apo~o necesario
que mediatice la Pl'?rspectiva del conflicto social, analizado mente escindido, es decir, en la medida en que interiormente
se hace factible prodicar la operativi!ad de una cierta raci,2
como ineludible ~)or la obra de Housseau, constituye un probl!.
ma que es indisnensable abordar para observar que cobertura nalidad, mientr6s que er:oriormel1te se pradicfl una cierta -es
imposible decir ebsoluta, por obvias razones- irracionalidad,
es necesario, a su vez, atorear, a niveles científicos, al c,2
en contraste manifiesto, por lo que, como consecuencia, todo
nocimiento jurídico-politico e hist6rico-filos6fico, en cuan­
actuar humano aparece, entonces, como susceptible de ambi~ale!!
to que de semejante delimHRci6n va a depender muy estrecha­
cia, esto es, en cuanto quo si, interiormente, es posible es­
mente el fundamento de ol'iontnci6n del conocimiento social e
tablecer cierta prepoaderancia de la intelecoión sobre la vo..
histórico, pueslo que, si somejante validez de la racionalidad
lici60, sucede, ceeteris paribus, lo contrario desde la exte­
moral es dable supoT1orla como tal, nada, entonces, se opone a
rioridad, donde la volición resulta primade en relaci6n oon
que subsista posibilidad -ounque inmc,diatameote no se dé- de
la intelección.
que pueda establecerse un control rac:onal de la activi.ctad s,2
cial de los mimr.broB intr!r;rantes de le comunidad política y, La necesidad, pues, de asumir cient!ficamente semejan­
Subsie;uiNltel"}ente, n post:ular la nocesidad do aproximarso a to ambivalencia conotituye un punto de referencia del an&lisis
20 21

resulta enteranente indispensable, cuando monos, en relnci6n


tro análisis a unos pocos, en todo caso aquellos que hemos
con toda poaible fundamentaci6n científica del conocimiento
creido los m!a relevantes y siEnificativo8 a nuestro objeto
social o hist6rico. Desde esta perspect:tVIl, por tanto, es na­
de investigación.
cosario, conjuntawente con al hecho de intentar elevor el su­
puesto de racionalidad de la interioridad hasta la exteriori­ Atendiendo, pues, el desarrollo del pens3t:1ientol" do e§.
dad abal'cando os! la totalidad de los contenidos correspondic.!! tos 61timos -a los que se dedica la tercere parte do este tr~
tes, proceder de modo que se ponga de reliove en qu6 medida bajo- entrllll10s en el análisis somero da larlmisma, en tanto r!
la irraCionAlidad de la exterioridad no es 0110 consecuencia rere.cia introductoria, y sin perjuicio de que ello conlleve
inexol'a»le del carscter mn-:--emente nOD'IÍnal del racionalismo de dar por terminad.a la introducción correspondiente a la se(';UD­
la interioridad, de SUerte que se indague aquí cuAles Bean las da parte. En eate sentido, pues, debemos singinicar que la ~
perspecitivas científicas a deducir de esta dltima orientación bivaleDcia que subsisto, 8 modo de conclusi6n definitiva, en
del problema, a fin de disponer del horizonte te6rico impreci,!! el pensemieneo de Kant, y qua es lo que constituye, eminente­
dible para clarificarlo científicamente. mente, la riqueza del mismo, representa, a su vez, un punto
de referencia fundamental para esclarecer toda la problem6ti­
~s aquí, consiguientemente, donde se presenta el probl~
ca del amocimiento social e hist6rico, tal como hoy se mani­
ma central, on la medida en que hay que asumir la ambivalenoia
fiesta, en cuanto que la clarificación de la cuestión metodo­
del conocir.¡ien1;o social e histt)rico, eminentemente provocada
lógica no deja de arrojar luz suficiente para inteligir las
por el hecho de que la aplicación del t:l,~todo critico-trascen_
razones que avalen una u otra orientaci6n en referencia al
dental es, al menos en prinCipiO, tan legítima de un lado como
problema científico del conocimiento social e histórico.
del otro. En esta sentido, pues, si por lo que respedta a la
primera orientaci6n, socón se indic6 precedentemente. es nece. ~esde este punto de vista, pues, suponiendo la identi­
sario salvar el escollo de la temporalidad subjetiva, por lo dad entre la primero orientación indicada y la validez de la
que concierne a la se(iUnda orientación el obstáculo principal racionalidad histórica, ee claro, como contrapunto de ello,
viene dado de conformidad con el hecho de encontrar las propias que la posibilidad de otorgar status de legalidad cientírica
perspectivas de objetivación cientitica del conocimiento resU! a Ista requiere, ineludiblemente, que se raau••va la problom!
tantee
tica no sólo de la temporalid~d subjetiva (Dilthey), sino, a­
Es indudable, entonces, que el desarrollo de esta oegun­ simismo y como consecuencia de ello, que se advierta, ndem&s
da orientaci6n ha do realizarse en funci6n de operar crítica­ del límite inmanente a toda racionalidad que se pretenda his­
mente sobre el definitivo acabamionto de la primera orienta­ tórica, absoluta y universalmente, la necesidad de que la io­
ción, extendiendo así el radio de acci6n de la problemátioa en telecci6n de la realidad presente tiene que hacerse posible
torno al conocimiento social e histl)rico. La eran agudeZa do oomo tal, esto es, ajustada a los límites propios que tornan
Kant le perJlito advertir toda esta cuestión. allí donde no in­ efectivamente empírica a toda racionnlida4 propiamente dicha
tenta resolver detinitivamenta la mencionada ambivalencia, su,!! y no en fUnci6n de mediatizar ulteriormente la inicial prepo­
que no, l'Iat:uralmente, desarrollarlo on toda su extensión, lo tencia que desapercibidrunente se le ha otorgado. En este sen­
cual es, pues, la tares que 6ste deja a la posteridad como h~ tido, pues, es como lSurc;e el contraste entre "lo social" y "lo
rancia y quo retomada por multitud de autores se ha ido profuB. histórico", de tanta importancia para clarificar.el panorama
dizando. A este reepecto, noootros hemos debido limitar nUes­ cie'ltífico del conocimiento que se reriere al actuar humano.
~videntemente, este contraste no ea sino la consecuencia cie
22 23

tirica que se infiere da la mencionada al:1bivalencia que, El


guisa de conclusión, abrnza a toda la reflexión kantiana, 1 tórico", según se consolida, a partir de la distinción metód!
Cuya incldoncia antropo16eica vi~ne a indicar, por encima de ca de Windelband, en el axiologismo de H. Rickert, de:;de don­
todo, la problem¡'ticidad que existe al!! donde la posibilidad de procede Max Weber para la construcci6n d~l conocimiento
de est.ablecer una unidad conr;ruente entre la eF;i'era inteloct..!. científico del área social, allí donde edifica su r~cioloGía
va y la osfera volittva se muestra como esencialmente irredu~ comprensiva como alternativa de soluci6n al problema del con2
tible. cimiento cient.!i'ico hist6rico-social. Es, pues, en eate eent.!.
do. es decir, partiendo del espectro de expectativas que las
El problema, pues, de si la subsunción de la intelecci6n reflexiones de W. Dilthey, por un lado, y, de otro, de la8 m~
en la racionalidad permite domeñar a la volici6n o si, por el ditaciones realizadas por los escuelas neocritieistas o neo­
contrario, supuestos los lImites de toda elevación eubsuneiva kantianas, como lleGa el propio Max Weber a enteoder la nece­
de la intelección en la rncionnlidad, el dominio de la voli­ sidad de fundamentar, comoconoci~iento cientIfico, su &ocio­
ci6n se muestra como reductible solo relativamente 1 ello en logIa comprensiva, la cual, naturalmente, se erige en respue~
funci6n de le lAbil frontera a discernir que le es correlati_ ta alternativa, a niveles cientíricos, a la orientaci6n que
va, no es nA huero oi vacío. De ello dep~nde, ~6gic8mente, que del problema te6rico acerca del actuar humnno se consolida en
se pueda hablar, por un lado, de una homoeeneidad de tinea o, jUncióo del otorgamiento de validez efectiva a la racionalidad
de otro, de una heterogeneidad de fines, con todo lo que esto hist6rica. Desde este punto de viste, pues, colocado rrontal­
implica en relación Con el conocimiento social e hist6rico. mente, 8 trnv~s del desarrollo crItico realizado por 108 men­
cionados peneadores, anto la cuostión de la racionalidad his­
Obviando, pues, aquí la cueati6n en torno El la homoge­ t6rica, t-Iax Weber no puede eludir el debate con toda eatl'! pr,2
neidad de los fines por razones de todo punto ya indicadas, es blematica teórica, de suerte que, como conse~uencia de todo
claro que la cuestión referonte a la heterogeneidad de los ti­ esto. ha de inquirir por las razones que certifican la cient.!.
nes tiene qUA postularse cunndo menos corno condición que perm.!. flcidad de las posiciones de Hegel y de t-~8XJ con vistos a di!!,
ta salvar el obs<:&culo de la temporalidad subjetiva, en tanto cernir la posibilidad de la soluci6n alternativa que subyace
que sólo así es COelO n~ pueele respetar la .eneionada cuestión. al planteamiento de la 80ciolor;la comprensiva, en virtud del
En este sentido, por lo tanto es tot,almente imprescindible a~
cual es donde se asume la problem6tlc* de la interrelaci6n de
vertir que la intelección del actuar humano tiene que sor co~
los 6rdeDos sociales y se consolida ineluctablemente, la nec!!,
prendido de acuerdo Con la interpretaci6n de la inteneionali_
sidad de profundizar cientificamonte el hallazgo del punto de"
dad que le es propia y, naturalmente, ello implica descartar
equilibrio que debo serle correspondiente. i~aturalmente, sem!!,
toda posibl~ fundamontaci6n del conocimiento que no sea aque­
jante punto de equilibrio entre los 6rdones sociales es plcn!!.
lla que se basa en i'unci6n de su cobertura formal-racional, c2
mente susceptible de permanente, constante, cambio, pero ello,
mo dnica posibilidad q1le permita el desplier,ue intencional del desde luego, es un prohlema que no se puede resolver apriorí~
actuar humano y, consecuentemente, do cuenta de la hetero~ene.!. ticn~ente y que debe ser asumido corno tal por la propia conce~
dad de los gincD, en tanto supuesto científico irrenunciable. ción científica histórico-social.
ObViamente, supuesto todo esto, es manifiesto que ha­ x X X X X .x: X X
blar de valores universales y absolutos es una simple aporía,
acaso posiblo tan s610 en función de no advertir la problem&_ AtendiendO, por conSiguiente, a tales razonea mencion!!.
tica SUbyacente entre el contraotC'! de "lo social" "S de "lo hi~ das, es como creemos heber dado cumpli:uiento del objeto, que
plante6 inicialmente este trabejo de investif,ación, de suerte
que, al menos, es posible, on la medida en que quepa pensarlo
24

como tnl y concluir de todo eato, siquiera (;oa desde una ópti­ c&r lss condiciones sociales de la realidad presente, las cu~
ca eminentel'le,te metodo16gica, una cierta aproximación a la les, por su l6gica situacional, rebaSaD toda sicplo interpre­
problem~tic8 del conocimiento histórico-Social que pennita a­ tación individual qua al respecto quiera llevarse a cabo. As!
frontar el horizonte de la l'eor1s del .t;l:1tado, tanto en su ve!t pues, la necesidad de profundizar en la .1~terrAlación entre
tiente polItice como 9'1 su vertiente jurídica, COD mayor r;e­ las esferas jurIdica y polltica constituye un punto de refe­
rantla de- protundidad teórica, seg(jn aa, precisamente, la ti. rencia fUndamental que permita aclarar la gama de expectativas
Dalidad de11propio trabajo de investigación, el cual, natura! con la que debe inteligirse toda reflex16n acerca del problema
mente y hay, siquiera sea por guardar la propia coherencia de del ~stado y en este sentido, desde luego, la problem~tica a­
las conclusiones del susodicho trabajo do investigaCión, que bierta por la reflexi6n metodo16gica y to6rica que sigue no es
enmarcado en el ámbito de preocupaciones intelectuales de un de suyo sino un intento de eproximaci6n al mencionado ~roblema
r~po de trabnjoy en la medida en que ello es conditio sine con el prop6sito de esclarecerlo en la medida de lo posible.
qua non de todo poaible desarrollo del conocimiento cient1fi_
co -aun con todas las limitaciones que pueda tener el trabajo
aquí presentado que, obviamente, sólo .ompeten a mi persona_
en la actualidad. Desde este punto de vista, puea, es claro
que el objetivo, como finalidad del propio trabajo, queda t~
t
xatlVt menl-9 circunscrito en el eeno de lse razones intenciono!
mente reseñadas, en virtud de los cuales, por tanto, es pertes
ta.:¡:ente posible concluir, pare tinalizar eeta introducci6n,
que la necesidad del anlilisis do las esterAS jurtdic8 y pOI!.
tica solo es dable establecerlo a partir del planteamiento
precedente, en cuanto que 8010 8B! se hace factible no ya to­
mar plena conscioncia de la problematicidad del hallazgo del
punto de equilibrio correlativo, sino, asimismo, no perder de
viste, por ningÚn instante la necesidad permanente de profun­
dizaci6n que al rospocto es impr(!scindihle realizar, allí do!!

de cor:lprenaivamente se ha sdvertido el horizonte cient1tico

histórico-social.

Evidentemente, las razones que fuerzan a plantear tan­


to la necesidad del respeto mutuo de las ot;ferns PoH.tica y
jurídica, allí donde su autonomía no se puede soslayar sola.
mente porque no sea posible predicar pera laa mismas absoluta
independendia, obligs y incuestionablemente a no perder de vi§
ta la susceptibilidad de modificllci6n a la que está sometida
toda intelección te6rica d!!l l':sf;adQ, susceptibilidad de modi...
ticaci6n que, en ruodo alL~no, puede implicar ID irracional
presunci6n de BU irrealidad, salvo como contrapunto de trast,2
lNNGE na TOMO PRn~ERO

J'
~~.

lNTro ro cmON ••••••••••••••.•••••••••••••..•••••••••.•••••••••••••• 5


-Indí ce del Totno Primero .......•....•.•.•.•..•.••••••.•.••••.•..•••26
Abreviaturas utilizadas ..•••••••••.••••••••••••.•••••••••••••••••• 30

PRIMERA PAffi'E: EL METOID CHNTIFIm EN EL SlGLO XVII Y ro INFLUEN­


CIA EN LA mNSTIiU CCION DE LA CIENCIA FOLITl CA•••••• 52

capí tulo Primero: LA OBJETIVI DAD m GNO SCI TI VA :EN DESCARTES••••••••'33

1.1.1.- Antecedentes ••••••••.•••••••••..••••••••••••.••••••••33


1.1.1.a.- Mec~nica Cl~sica y Paradigma del Conocimiento ••34
I.l.l.b.- El Paradigma de la Mec&nica Cl6sica y la Filo-
aorta de Descartes •••••••••.••••••••••.•••••••• 50
I~l.l.c.- Autonomía y T~cnica del Hecho Politico. El Or­
to del Problema de la Filosofia Burguesa de la
Historia ••••••••••••••.••••••••••••••••.•.•.•• 58
1.1.2.- La Búsqueda de la Evidencia y el Concepto de 1ntuici6n
en 1Jescartes ....•...••••.•.....••. "..••.•......•••••• 17
1.1.3.- Los Planos de la Objetividad Cognoscitiva y el Proble­
ma de la fualidad Sustancial: Res Cogitans y Res Exten­
sa. La Necesidad de la "Nediaci6n 11 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 96
1.1.4.- La Matematizaci6n de la Raz6n y el Problema de la Hi­
p6tesis ...........•.•....................•..••....••. 111

1.1.5.- La Provisionalidad de la Antropologia Racional. Moral


y PoI!tica ..............•..••.......••.....•....•...• ~35

1.1.5.a.- Racionalidad y Voluntad••••••••••••••••••••••• 135


1.1.5.b.- Antrópologia Racional ••••••••••••••••••••••••• 138
1.1.5.c.- ~loral y politica •••••••••••••••••••••••••••••• 152
.. 28
Capitulo Segundo: LA CRITICA DE NDf.roNÁ DESClR'l'Ba. LA IU~A M:mu ro­
1.3.1.c.- Leibniz ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••<s~
LOGIA DE LA CImCIA NAiURAL•••••••••••••••••••••• •1V6
l.3.1.d.- ilinclusi6n ••••••••.•..••..••••• '.................~4

1.2.1.- Los Problemas de la Metodolog!a Cartesiana•••••••••••••


, " ' 176 1.3.2.- La Orientaci6n Empirista y sus Problemas ••••••• ~ •••••• ~99
1.2.1.a.- Las Dificultades de la Física de Descartes••••• •176 1.3.2. a. - Lo cke ............................................ 299

I.2.1.b.- Las Bases Criticas del Pensamiento Físico de New­ 1.3.2. b.- .:Berkeley.4O ••••••••••••••••••••••••••••••••••••• '304
ton '" ..... .. ... ........................
'" '" •••••••• 183
I.3.2.c.- Hume ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• So'?
I.2.1.c.- Conclusión en torno a la Pol&mica Descartes-New­ 1.3.2. d. - Cbnc~usi6n ••••••••••••••••.••••••••••••••••••••• 3~~
ton •••••••••••••••••••••• ~ •••••••••••••••• '" ••••••1!lcJ
1.2.2.- El Planteamiento de la Objetividad Cbgnoscitiva en New­
ton. '" • '" '" '" • '" •••••••••• '" •••••• ~ •••••••••••••••• '" ••••• '" ••• 193
1.2.3.- La Influencia de la Metodolog1a de Newton y la Génesis SEGJNDA PARTE: CRISIS Y REOONSTRJCCION EPIST:EMOLOGICA EN KANT: EL
de la Ciencia Politica en la Epoca de la Ilustración. MEl'OIO TRASCENDENTAL Y ro S OONSErnENCIAS. EL PIDBLE­
Leyes empiricas y Leyes politicas••• : ••••••••••••••••••~ MA DE LA CIENCIA EDCIAL ••••••• ., ........................ '336

1.2.3. a. - La Orientaci6n .letodológica de Newton•••••••••••.209


I.2.3.b.- Hobbes y la Recepción del Problema Politico en CapitulO Primero: EL PIDBLH1A DEL OONOCIMIENTO ..................... '33'1
wcke. '" •••••• '" • '" • '" • '" '" ••••••••••••••••••• '" • '" •••• .21:5 11.1.1.- La Filosofia Trascendental deKant ••••••••••••••••••• 35~
1.2.3.c.- Montesquieu y el Problema de la Ciencia Pollti­
11.1.2.- Razón Te6rica y Raz6n Pr~ctica ••••••••••••••••••••••• 550
ca ••• "' •• '" '" • '" • '" •• '" '" '" '" '" "'. '" ",:. ••• '" •••••• "' •• '" '" • '" ••• '" .ma
I.2.3.c.l.- El Problema Metodológico en Montesquieu.238 Capitulo Segundo: EL OONOCINIE"l'TO IN'lUITIVD •••••••••••••••••••••••• 369
I.2.3.c.2.- Montesquieu y la Ciencia Polltica ••••••• ~~1 11.2.1.- La Facultad de la Sensibilidad••••••••••••••••••••••• 369
I.2.3.d.- Conclusi6n en torno a la Reflexión Cientifica del 11.2.2.- El.. Espacio ........................................................ '31g
Problema POlltico •••••••••••••••••••••••••••••••• 26Z
II.2.2.a.- Exposici6n MetafIaica del Espacio •••••••••••••~g{
II.2.2.b.- Exposición Trascendental del Espacio ••••••••••3~?
Capitulo Tercero: PANORAHICA GENERAL EN TORNO AL DEBATE r'lEI'OIDLOGHX> 11 .. 2.3. - El Tiempo -: ....... ,.................................................................... 3&9
y ros OONSErn:ENCIAS: EL RACIONALIB-íO y EL EJ.iPIRI&­
I1.2.3.a.- Exposición ~letafisica del Tiempo .............. '390
tl0. ,. ................................................ 2~1
II.2.3.b.- Exposición Trascendental del Tiempo ••••••••••• 396
1.3.1.- La Oríentacion Racionalista y sus Problemas ••••••••••••• 27i 11.2.4.- La Idealidad Trascendental del Espacio y del Tiempo • .'toZ
1 ,. 3. 1 • a. - S¡:> ino za" ................................. 2!fZ
111 ••••••• •

Capitulo Tercero: n. OONO cnu fl~TO m SOJ RSI VD •••••••••••••••••••••• .Ld9


1.3.1. b. - ~:alebranche .......................................218

11.3.1.- El Problema de la Lógica••••••••••••••••••••••••••••• ~~9


11.3.2.- El Obncepto y el Juicio •••••••••••••••••••••••••••••• 427
3D
ABREVIATURAS UTILIZADAS
29
11.3.3.- Las FUnciones l6gicas judicativas•••••••••••••••••••434 Obras de autores

11.3.4.- Las Cate~orlas •••••••••••••••••••••••••••••••••••••• ~39


11.3.5.- La Ler,itimidad de las Categorias •••••••••••••••••••• 4~8 OCDAT, que corresponde a OEJVRES OONPLErES de R. DESCARTES. Ed. de

Ch. AOOi et P. TANNERY. Ed. VJUN. Paris, 1973-1976.

11.3.6.- La Funci6n Cbf~oscitiva del Pensamiento ••••••••••••• 456


11.3.7.- El Esquematismo Trascendental ••••••••••••••••••••••• ~13 OED, que corresponde a OBRAS ESOOGl DAS DE DESCARTES. Ed. SJ DAi'íERI CA­
NA. B. Aires,
II. 3. B. - El Sistema de lo s Principio s del Entendimiento Puro. A~1.
OCJI1, que corresponde a OIDVRES OONPLErES DE r-l0NTES~IID. F.,d. SJ SIDIL.
a.- Axiomas de la Intuici6n•••••••••••••••••••••••••••• 4~3
Paris, 1964.
b.- Anticipaciones de la Percepci6n•••••••••••••••••••• 4g7 C>. DPhSLG, que corresponde a mE FHlLOffiPHlSC8:EN SC8RIF'rm von G. W.
c.- Analogias de la Experiencia•••••••••••••••••••••••• 495 LEIBNIZ. Herausgegeben von C. J. GERHARlJI'. G. OLl-íS VERLAG.

d.- Postulados del Pensar Empirico en General ••••••••••• 506 Hi1desheim, 1978.
WJ. LOCKE, que corresponde a THE WOIiKS OF J. LOCl\E. SCIENTIA VERLAG
11.3.9.- Noúmeno y Fen6meno •••••••••••••••••••••••••••••••••• 5 d3
AALFN. Germany, 1963·
11.3.10.- Anfibolia de los Conceptos de la Reflexi6n ••••••••• 5QO
JLEEH, que corresponde a ENSAYO ffiBRE EL ENT»1ml'lIEl~TO HUNANO. J. Loc­
ke, Ed. NACIONAL. Madrid,
PW. HUl'lE, que corresponde a TRE FHILOffiPHI CAL WOIiKS OF D. HUME. SCIEN­
TIA VERLAG AALEN. Germany, 1964.
WA. KANT, que corresponde a 1. KANT. WEIiKAUSGABE. Herausgegeben W.
WEI SCHE]JEl.. SJHEKAi'1P VERLAG. Frankfurt, 1968.
CRPu, que corresponde a 1. KANT. CRITI CA DE LA RA2'{)N Rl HA. Ed. FORIDA.
Nhico,
OCR, que corresponde a OIDVRES COMPLErES DE J.-J. IDUSSEAU. Ed. ro
SEJIL. Paris, 1971.

WL, que corresponde a GESAi'í11ELTE AUFSATZE :mR ....'ISSEl~SCHAJ!TSLEHRE. M.


WEBER. Besorgt von J. WINaCEIJ.~ANN. VERLAG J. C. M. MOHR (P. SIE­
BECK) TUbingen, 1951.
EW. HOBBES, que corresponde a THE ENGLlSC8 wom:s OF T. HOBBES. SCI:EN­
TIA VERLAG AALEH. Germany, 1966.

NOTk: Las citas se hallaran al final del correspondiente capi tu10.


31 32
ABREVIAruRAS UTILIZADAS

llevistas

AES, que corresponde a ARCHIVES IDWPENmES DE OOCIOLOGIE.

Al::J1, que corresponde a ANALES DEL SEMINARIO DE NETAFI SI CA.

ASR, que corresponde a ANNALES DE LA ffiCIETE J .-J. OOU SSEAU.

AR und SPh, que corresponde a ARCHIV PUR RECHT8- und OOZIALPHILOffi-

PHIE.
CIS, que corresponde a CAHIERS INTERNATIONAUX DE ffiCIOLOGIE.
CS, que corresponde a LE OJNTRAT llCIAL.
CWP, que corresponde a CAHIERS W. PARETO.
D, que corresponde a mALOoos.
EF, que corresponde a Esrumos FILOOOFlOJS.
HS, que corresponde a L'HO!!¡NE ET LA llCIETE.
IP, que corresponde a IL POLITIOO.
KS, que corresponde a KAUTS SIUmEN.
KZS, que corresponde a KOLNER ZEITSCHRIFT PUR ffiZIOLOGIE.
QS, que corresponde a QJADERNI m 00 CIOLOGIA.
RCSF, que corresponde a RIVISTA CRITICA m STORIA DELLA FILOOOFIA.
REP, que corresponde a REVISTA DE ESIUmOS POLITIOOS.
RICS, que corresponde a REVISTA INTERNACIONAL DE CI:mCIAS llCIALES.
RIS, que corresponde a REVUE DE L'INSTITUT DE ffiCIOLOGIE.'
RIffiC, que corresponde a REVISTA INTERNACIONAL DE OOCIOLOGIA.
RIFD, que corresponde a RIVISTA INTERNAZIONALE m FILOffiFIA DEL
mRITTO.
RIP, que corresponde a REVUE INTERNATIONALE DE PHILOOOPHIE.
~R'TM,que corresponde a REVUE DE NETAPHYSIQJE ET DE MORALE.
RPh, que corresponde a REVUE PHILOffiPHIQJE.
SD, que corresponde a roCIOLOGIA DEL mRITTO.
SP, que corresponde a STORIA E POLITICA.
SR, que corresponde a roCIAL RESEARCH. HUMERA PAR'rE

EL NE::'Ono OUnTlFJCO EN F.L SIGLo XVII Y DU INFLU:::rfCIA E:¡ LA


CU;S : RUCClOl'i DE LA 01 ENOIA ¡'CLl'rIOA

33

j
,
d

1
CA1ITUlJO PRItt,LRO

LA OBJETIVIDAD OOGiK:GCITIVA EN DESCAR'l'ES

1.1.1.- AI1'l':ECEDETlTI!:S.

Un anAlisia, por somero que pueda pareoer, de las


condiciones desde las cuales sa erige la construcci~n del
pensamiento tiloeafico cartesiano, constituye un eje in­
terpretativo esencial para advertir cuales sean no salo
108 resultados que puedao derivarse del sistema racional
cartesiano, aino. asimiam08, 000 vistaa a poder dar exac­
\ ta cuenta de 108 1tmitea 1 problemas de su reflexi~D ti­
loaafica. En el orden racional cartesiano 1 en su estruc­

l' tura deduotiva S8 ponen de manifieato cuestiones de car&c­


ter metodolagico que constituyen el punto de p8!~ida de

nuestra lnvestignci~n 1 que, por otra parte, no pueden pa­

I sar desapercibidas como tacUmente se evidencia con la

misma lectura del sistema de la filosofi8 de Descartos. (1)

Desde este punto de partida, conv:i.ene dar oomien­


zo al examen de la conoepcian tilosarica cartesiana to­
mando como eje del anAlisia de aquellos supuestos teari­
C08 desde loo cuales se concede validez e la iotegrnlided
sistemAtice pretendida por el propio Descartes en lo que
respecte. a su rerloxi~n filo8o!'ica. la problem!tica gno­
\' seol~Gica del orden construido por DescarteD ofrece el

marco de referencia ir.',prescindible para comprender hoy

la crisis tearica de la fundsmentncian de les ciencias

sociales y desde aqui intentamos eXplicar los logros 1

limitaciones de la aportaci~n de Descartes a la Ciencia

y a la Filoaofia.

I
~
34 35
I.l.l.o- ¡,l¡CANICA GI,ASICA y I'/.HADIGl1A Ill':L OONOGIHlhNTO.
introducido por J... Csiender, en 01 cual se ponia de relie­
ve In distancia qua el reformismo luterano mantenta en r8­
1Ja inaerci6n de la rcfloxi6n filos6ti ca oartesiano looi6n con los resultados establecidos por el propio Cop6r­
en 01 marco c;:'f::noscitivo aborcado por el r6tulo de MecAni­
Dico, 00 concordancia con la vehomente reap'lesta dada por
co cl!.oic8 no 8610 constituye una determinaci6n hist6rica,
el miSMO Lutero, referente al hacho da que la Biblia no po­
sioo que, aden6s nos indics bien a las claras la baso fun'"
dta ser rofutada. (2) Lo que nos interesa eXp11citamonte
damaotadora desde la que opera el propio pensamiento gene­
~8 comprender cu!les son las consecuencias del paradigma
ral cartesiano y s6lo 8 partir de tal determinaci6n es c6­
O~loCidO por Oop&rnico respecto del problema anterior­
mo puedo ofrecorse una expliceci6n suficienteoente a61ida
mente'rcsefiado sion;pre an relacilm con el sur8imiento de
da los resultados obt~nido9 por su reflexi6n fi16sofica.
la fil~)sfla cartesiana. T, desde luogo, es necesario de­
puesto que 6610 en funci6n de semejante lntegraci6n e8 '>,
terminar 10> oobertura desde la que 01 propio Gop¿rnico es­
comprende nítidamente la raz6n por la cual el propio Gar­
') tablecer! la tundarnentac1&n de la conaepci6n he1ioc&ntrica
tesiua otorgará a la "res extensa", en tanto repreaenta­ del Universo, Q di~erencia de los ojos sustentadores del
ci6n filos6fica del conocioiento matomAtico, la posibili­ geocentrismo coamo16gico aristot61ico-ptol€ m aico, ya que,
dad del conocit:liento exacto y veru. Corno se ver~ poste­ de esta manera, prima tecie, se podr& obtener la p(;sibili­
rionnente, a trov~B del conocimiento matem&tico propiemen. ded de explicar tundadamente lss ratces de validez de le
te dicho 60 haga petent.e el conocimiento fisico- eens6r1al "ratio mathomstice K, si no per se, si, cuando menos, por
, stricto seneu, de conformidad con la posibilidad de dejar exc1usi6n. en b~Be 8. poner en tela de juicio la ~uDdamen­
indaterr.Jinnda la carecter!stica "eminencial" inherente a taci6n meramente 'K6ntics" del conocimiento ~!sico, os de­
la Idea pura, la estructura l6gica de la matem'tiea posi­ cir, tratamos de aolarar la relaci6n entre el surgimiento
bilita la identidad del sujoto y del objoto. de le tlsiea cl&sica, ontendido este a partir del Cosmo de
Ante este probloma coc,noseitivo da la "rÚ8 extensa" le r,eomatrizaci6n del espaCio, con la nifinitud que abri6
sa hace imprescindible obeervar lae condiciones ~enera1es Cop&rnico el especio de la subjetividad.
desde las cuales se erico, la oontextura de su reflexi6n El cOlltacto trabado por Cop~rnico durante su estan­
filos6fics, problema que, gravita en torno a un hecho cia en Italia -concret&~ente en Bolania donde ostudiar&­
roconocid.o como de sine;ular troocendencia por nosotros hoy con lo doctrina pitag6rica-plat6n1ca, entonces en pleno
y que tiene ltll~ar on ~'l transcurso del afio de 1543, cuan­
auge y efervescencia como consecuencia del impulso que le
do Rbeticus, el disctpulo roformado de Nico16s Cop&rnico, concedi6 la Academia florent1na, asi como por las invosti­
consi~~ quo se imprima la obra de su maestro, postrado
r,aciones del propio Nicolás do Cuaa, cuyo ~ecureo a la
ante el lecho de muerte, la feJllosa DE HEVCIÜ'rIONlflUS funcionalidad matematizante so haee imprescindible para
ORIHU"1 CAET,F.Gi'IUH, por cuyo intermedio se plantean toda
coordinar la unidad de esterae entre 10 divino y lo to16­
una serio de call1biOB y transformaciones, cuya im ortancia rico, como nos lo pone de relieve el profesor J. Fueyo,
nos es hoy bien conoci:la, cuyos rosull;sdos, sin embar¡;:;o, I( al decirnos aS!1 "La obra de Cuea puede Ber interpretada
causaron un tremando impacto en la I.)r:OC8, el pesar de las -y do hocho lo ha sido m~s de una vez- en el sentido de
cautelas del propio astrónomo de '¡'hom. quien dedic6 la UDa rncionalizaci6n mntematicista del orden divino y, on
obra al ,rapa rabI') }lI t as! C01~0 respl~cto del l'r~lor;o tal seo!;ido, como un paso decisivo en la trayectoria que
36
37
conduc:e a la imagen del univorso mec&nico. Sin embargo, un terminado en el pleno sentido de la palabra" (4)
ootudio m6e atento muostra que, no obstante el decisivo
papel que rlico16e de Cusa reconoc~ a la regularidad ma'!;e­ El eje de coordenado,s cognoscitivas do aqu! deri­
m!tica, no es ~Dta sino un principio 9spiritual-metat!si_ vable nos indica que la situaci6n en la cual se desenvuel­
co, el fundamento de la totalidad objetiva. Esto resulta, ve el propio Cop~rnico no so halla establecida m~e que so­
con evidencia, de la idea del ~ombrQ que el CUBano se tor­ bre la base del rechazo del geocentriemo 8ristot~lico-pto­
ja. El hombre, como ser, aparece inscrito en una posioi6n lemaico, supuesto que no se puede encerrar la t~finitud en
onto16gica tan peouliar que aloja en sí, en cierta medida. lo meramente finito, sin que, por el contrario; pueda in­
los dos mundos. ( ••• ) ¡' ferirse de esto Que sea posible determinar intinitud posi­
I tiva para el universo copernioano, dado qua la certeza
co~ esta antropología, gue bace 2!! hombre !! ele.. cognoscitiva con la que 'ate jugaba y se ationzaba no re­
!! ~ 22! Universo ~ r!!!!.2 q.spiritua1. bien que tini­ sidra m~a que on costrar. por modio dol dosarrollo de las
to, oe integra Nicol~B de Cuae en la poderosa ola espiri­ funciones tri~onom6trics.s, una suotanois"l roducci6n ..a
tual humnn!stica, con el humaniSIllO en sentido estricto, con menos de la mitad- de las operaciones de~alculo utiliza­
aquel desplazamiento del universo too16gico hacia el pro­ das por 01 eistema cosmo16gico ptolomaico, lo cual, ope­
blema del ser humano, de su alma y su destino ••• "e,) rando con el movimiento terrestre propio dol heliocentris­
mo, constituía un bloque sistem6tico interpretativo del
Conviene igualmente seftalar que el car&oter psra­
movimiento j desarrollo cosmo16gico, ouyo base de sueten­
d~gioo del matematismo del Cueano. ee pone de relieve -por
taoi6n, pues, no residía m!s que on el hecho de quo(era
citar un ojeMplo- por medio del hecho de que el "maxlmum"
posible mostr.ar otra hip6tesis, con an!logo caracter va­
de 'la circunt"erencia del ctrculo coincide Con una recta
lidatorio. similar a la quo había sostenido la concepci6n
ana16gamente B como sucedo con el "minlmum", no dejo de
8stron6mica peripat6tico-ptolemaion, corno se pone de re­
repreGentor una velada contradicci6n con el car6cter per­
lieve en estos pasajes del mismo Copórnico que extracta­
fectible, cuasi-divino, que se otorga al circulo en la ti­
mos do su ohrslde Revolutionibus Orbium Caolestium: fiLos
sica ari6tot~lica, lo que permite ya entrever en n1 pr~io
tiloBOfo8 antiguos... inton'taron demostrar en esta cues­
Nico16s de Cuaa que la perspectiva de aprehensi6n de 10
ti6n que la tierra e~taba en el ~edio del mundo. As! alo­
divino escapa, en su intogralidad obsoluta y completa, a
gl'ln como causa m6s poderosa la do lo, GZ'avedad y la ligo­
la potoncia oor,noscitiva humana. A. Koyr6 8S! lo advierte.
reza. 1'ues lo tierra es el elemento mts pElsado y todas
" ••• Dado que es bien cierto que Nicol&s de CUBa nio(';s lo
las cosas pesadas son conducidas hacia ella, y tionden ha­
finitud del mundo y su clausura dentro de los rouroa de lae
cia su 8ut~ntico punto medio. En efecto, siendo la tierra
esferas celesteB. Oon todo. no atirma su positiva intinitud
es.r6rica, haoiA. ella son arrastradas las cosas mós graves
de hochoe, evita ton cuidadosa y continuamonte, como el
por su propia naturaleza, fOrR!sndo &ng".Jlos rectos con su
propio De(lcnrtes, la atribuci6n al universo del coliticati_
superficie, y si no fuoran retenidas en dicho superficie,
vo "infinito" que reserva pero Dios y 0610 para 'l. Bu uni­
caerlan ha.cia su centrol puesto que una linea recta, que
verso no ea infinito (infinitum), aino "interminado" (in­
cae perpendicular a una Guperficio plana, tangente a la
terminntum), lo cual significa no solo que carece de fron­
cafera, pasa por el centro. Foro parece se~üirse que las
teras y no est~ limitado por una c!1pa extorna, sino tambi6n
cosas 80n conducidas al punto medio para quedar inm6viles
que no eatA "terminado" por lo que ataAe a aua consti tu,yen­
en el centro. ;~n consecuencia, t.anto m6s d~scanGará todo
tes, es docir que carece expresamente de preclsi6n y de de­
terminaci6n eetrictn. !lunca alcanza el "limite", oa inde­ I

38

39

le. tlorra en el cGntro, y ella, que recibe pn 1'11 todo 10


que oae, pcrmm:ecer& inm6vil pOI' BU peso. con el del mundo, ¡ compuosto de UD movimiento recto y
uno circular. Y en cuanto a las cosas que caon por BU
De igual modo, tambi~n De intenta probarlo en ra­ propio peso, siendo sobre todo de tierra, no es dudoso
z6n dol movimiento y do su naturaleza•••
que las partGs conGerven la misma noturaloEa que el to­
Consecuentemente, dice Ptoloméo de J.lejandr!ot 8i do. ( ••• )
la -:;iorrn diese We1tsB, al. m()nos una revoluei6n dio.r1B t ( ••• ) Finalmente siendo mnnifiesto Que las oa­
tOúdr!n quo rmceder 10 opuesto a 10 8Dtes señalado. Pltos trellas errantes se aproximan o se alejaD de la tierra.
su movimionto tendría que ser muy violento y su rapid(lz
entonces serA el movimiento de un s6lo cuerpo que S8
in(¡upcroblO, ya. que Ol) XXIII! (sio) horas recorrerla to­ desarrolla alrededor del punto medio (ellos quieren que
do el ácbito de lo tierra. Pero este movimiento vertigl.. sea el centro de le tierra), desde el. punto medio, ¡
noao lanzarla de repunto todas las cosas y parecoríeD tembi6n hocia el mismo. En consecuencia, conviene que el
incnpaceo de unirse, y m6s bion se dispersarla lo unido. movimiento, que se realiza alrededor del punto medio, sea
o no ser que alguna tuerza d9 coherencia 10.8 ms.ntuYle1'8
tomado como el m&s general ¡ suficiente, de modo que el
en su unidad. Y ytJ. heoo tiempo, dijo, la tierra disper­
movimiento do cada uno se apoye sobre BU propio cent~.
ssda se habría elevado al mismo oiolo (10 que OB total­

~ente ridiculo), y con mayor motivo, los aerea aDj~adOB


A partir do todas estas COBas odviertes Que es
y tod~u las dern!s cosas sueltas 8n maDera alBUnB perrnn*
m&s probable la movilidad de la tierra Que la quietud,
necartan estables. ( ••• ) sobre todo con r~8pocto a ls revoluci6n diaria, mucho
ro'e propia de la tierra••• (5)
Por estas y semejantes razones dicen que la tierra
sed inm6vil en el medio del mundo y que no ha,y duda so­ No ee dificil atisbar que los argumentos valida­
bre 9110. Faro si alguien opinora que la tierra da vuel­ to~ioB del pansamiento copernicanc.' pr~sentan siempre la
tos dlr!n Que tal movimiento es natural y no violento. T contel.'tura recurrenctal al pensamiento &stron6mico aria­
10 que acontece de acuerdo con la naturaleza produce re­ tot~li~~ptoleirnaico, indic&ndoeenoa asl, como señala el
sultados opuestos a lo que acontece de aeuerdd con la vio­ propio Koyr¿, gue el universo copernicono "es ~un un
lencia. }·UC6 es necesario que se destru,yan BQuellas C08fl8 mundo finito" (6), aun cuando la susodicha redueci6n dol
sobre las qUe o.ctua In t".Jerza y eJ. !mpotu, j ~ue no puedan c&lculo do operacicneo para proceder a la voriticnci6n
subsietir lIl".1cho tiempo. rero 10 que surge de la. natur@lE>za dol movimiento oonstitutivo de 1~8 6r.vitas celestes coim­
se mantiene correotamente y se conserva. en su comp08ici~n plicn ya de modo claro una cobortura de primera magnitud
6ptlma. Luego, en vano teme Ptolomeo que la tierra y todo 0011 vintas a delinea.:, 100 fundamontos sobro los cuales

10 terrestre se disperse 8. causa de una revoluci6n reali­ (lebe npoyarso el oBpuoio y la estrucl:ura cognoscitiva
zad.a por la eficacia de la naturaleza, que oed. bien lejos poel:or5.or.
de la del arte () de 10 que puede consef;Uirse mediante el
in~enio humano. ( ••• ) As!, plles, es al propio Cop~rnico quion abre la
puerta a una posible interpr9taci6~ matomntizaoto del co­
( ••• ) Pero tenemos que confesar que el movimiento noc1.l.lhmto r!sico-aatl'on(¡mico, l:~quidundo ·"or ende com­
de 10 que cao y de 10 que se eleva os doble, en comparaci6n pletament'J la difltinci6n aristot61ica encra la eefera
40

41

sublunar 1 In estera Bupralunar, interpretaci6n que ad­

su entusiasta partidismo por los nuovos descubrimientos.


quirir' un irle6Uto vigor desde el miBlbo instante en

y cuyo pensamiento tiloe6fico alcanz6 noto.ble 6xito co­


~ue. operando con les figuras derivadas por intermedio

mo consocuenoia de la propa~8ci6n pdblica que hizo de


de la producci6n de cortos oblicuos en el cono cegdn lo

la doctrina cor9rnicllne, aun cuando, COplO sUbroya el pro->


expuesto por Apolonio de P'rgruno, se origine, como sefie.­

pio E. Oassirert "••• No l10g6 a penetrar en el moderno


le el rrotesor Fueyo ~.1 ~xito que Kepler obtuvo al aco­

concepto de la 9ausalidad matem~tica. Oómo hemos visto,


modar 108 re~istroa de Tycho Brahe a una 6rbita eltptica

t'
eorx'obor (8.l'ldo) eu en la idea dfl que 18 cotlst1tuc16n

del Gni verr.o respondía a 108 mecflniemos matGmlUc08 III~S

aete concepto, y con '1 la posibilidad de una mec&nica


cient!tica, surge graoias 8 18 rigurosa separ6ci6n que
Kepler introduce entre causas ltespiritu6les~ y "netura­
~j~pl~s." (7) Evi1~ntc~ente, la tundamenteci~n cosnoe­

les", eo;re el conoepto de sIma y el concepto de fuerz~.


cHiva de unti "r8t10 II!l!tthematice" no dejaba lugar a du.­

Para Bruno, en cambio, la indit~rancia de estos d.oe fac­


das de~de al micmo examen d~riv8do de la tormulaci6n ke­

toree torma el punto de partida caraotorístico y la pre­


plerisl)(l de sus tres leyefll, puesto que de le. lIIifJ1l!S8 Be

misa de que jruntí.s se aparta, ni aun en. leo conclusiones


in.fer{.!l une. "plena amonta" similar. un mecanismo de

mAs avanzadas de su doctrina. ( •••••• ) El concepto del


relojer{.a....ejemplo utililllld.o comln!llente por 108 pensa­

dores ele la ~POCQ pElr& l'etorirE.8 , b. raciotlallzaci6n

!lE! 2!! universo es el concepto correlativo y necesario


de le idea de la conex16n caunal. 8610 podernos llegar a
co~ple~a que animaba 3 vivi.fic~ba al conocimiento mate­

comprender la relaci6n de dependoncia que media entre


m6ti,.., 1F.';rieto sen., Con ello, por lo tanto, el cara:::...

ter "6ntico" (tx1!'lwr:cr) que eustantivada todo .1 armas6n

t!sico-astron6m1co eristot'lico-ptolemelc.o, por trus in­

\ los elementos del Ber separados en el espaCio tomando


como ba•• la unidad de un espiritu com~D originario que
intorma todo el universo y oobre expre&i6n más clara o
herentes fisuras, dejaba el paso anteremente abierto al

rigorismo tOl~al de la "ratio msthematice", como clave


t mAs contusa en lo~ diferentes g~nerOB e individUOS, S9­
g(¡n~Be condioiones espeCiales do la organizaoi6D de
de toda cer.teza y objetividad cognoscitiva.

Bemej8ntea planteamientos, adéntr4ndose en la con­


I cad" uno dft ellos." (8)

Ser!, por consiguiente, como indica el propio


textura misma da la ortodo.ia peripet6tioa, colocaban a
Oassirsl' el concepto de "tuerza" kepleriano, radicalmente
le dogmAtice eeool;;stica en una poaici6n hArto del1C3dll opuesto al alma (7), el que perooite determinar una ínn-'
y compleja t t:mt?l!Ito que no 8610 lE'\ estructura 00190i60­
c10nalidad expl!oita para la validez de la "ratio mathe­
tica rMcc~on6 vehemel1te, oino qUa hasta el ¡riSlllo ¡,uta...
matice". expresa obJetividad cognoscitiva, en tanto en
ro oonden6 la obra ooperoicana dobido B ~ue tenta la
cuanto que por intermedio de aqu6l se puede establecer
pro8ul10i6n no 8610 do rostular hechoo sin comprobaoi6n
una certeza cognoscitiva -logislnci6n natural- derivada
etoctiva. sensorial por enda, sino. p.<l.em~o, do trasto­
del análisis roatemlitico que cancele por cOllipleto y ento­
car 108 dnsignios divinos ostablecidos en lns Sagradas
ramente la mera postulaci6n de la entelequia (Ü~np~~i~
Escrituras, lo que se refleja ciaramente en el prÓlogo
redactado por Calandar ente la publiceci6n de la obra
&e ",~e' ~j(o«1't'"QIJ yl'Jor:; TOV fle.v ~lInAEX€tq:. 'tOu ÓE.. ÓV~E.\., ~ 'tOÚ
Suv~\. bVto'il ~'t'E.Xiypa.. ñ 't'o\.oíittw, K(V'1(ti:.~ !a't'ul ) (9) co­
del Bstr6nooo do Thorn, como j8 hemoe indioado anterio1_ mo t>xpliceci6n originaria de t(jdo movimiento, de modo
mente. La opoeici6n lle~ a BU c6spide en el año 1600,
que SIIl secreto de Q.uede plenamente desvelado 8. trav~s
cuando G. Bruno muri6 en la hoguera a consecuencia de
de r,~.'.:m:..;() manifiesto a ls funcionalidad cognoscitiva

......&.
otorgable a la "ratio mathematice~.
a una entera comprensi6n puedan llegar los m&s especu­
Desde esta perspectiva, oa claro que la posibili­ lativos in~en10s. Esta Vana presunci6n de entenderlo
dad de establecer un marco "deductivo", similar al que todo no puede t~ner m's principio que el de no haber
opera en 01 marco del pensamiento ti1006tico peripat~ti_ comprendido nunca nada, porque si al~ien hubieoe in­
co prcGentn toda una serie de complejidades y problemas tontada ontender perfectamente una aola cosa. y hubie­
insoslayables, puesto que el plano metodo16gico con el se gustadO verdaderamente de c6mo esta hecho el sabor.
que S8 trabaja no corresponde a lns estruoturas dé pen­ conocerla c6mo. de la intinidad de las otras conclu­
samiento v'lidas en la AntigUedad y, Bun cuando todavía siones, ningune conprcnde n• (11)
no ha aparecido el DISOOUR3 DE LA MNrHODE cartesiano.
sin embargo la concioncia clentltica advierte la problem'. Evidentemente. los condiciones oerivadas de tal
tica sobre la cual, oviamente, va a erigir Descartes su presupuesto metodo16gico nos indican que el manteni­
concepc16n til086t1c8, como teoilmente puede interira. miento de los postulados de la flsica aristot61ica de­
de las siguientes palabras que Galileo pone en booa de ben aometerse a una revisi6n profunda y, naturalmente,
Salviati para revelarnos tal problemltic8' w••• Pero, bajo tal punto de vista, la estimaci6n peripat6tica
tuera como fuese la progresi6n de Ariat6telos. o bien del peso de los cuerpos oomo cualidad propia do los mi.
que al razonamiento a priori precediese la experiencia mos que o bien los obliga a descender o bien, debido a
a posteriori. o al contrario, parece claro que el mismo su "ligoreza n, los conserva suspendidos, deviene una
Arist6teles, como otras veces se ha dicho. antepone la. cuesti6n oomplicada a resolver, en tanto en cuanto el
experienoias de 109 sentidos a todos los razonamientos••• " propio Galileo ha establecido que en la caida al vacío,
(10) sin resistencia. los cuerpos deborían moverse con velo­
cidad in crescendo. aunque siempro dentro de magnitudds
La necesidad do eliminar toda posible "apeoulatio" tinitas para la misma, por lo que In ruente del movi­
en tanto eritorio supremo de conocimiento objetivo im­ miento debe buscarse esencialmente en el carActer de
plica, naturalmente, la recepoi6n del m'todo proporeio­ gravedad que irradia a los cuerpos en SUB caidas uni­
nado por la tuncionalidad cognoscitiva de la nratio ma­ torme~ente aoe1eradas, con lo que, obviamente, ee es­
thematice", de modo que, dosde el preciso inatante. en tablece lo unidad tísico- c6amica que en Arist6teles
que la certeEa CognOScitiva no se ajuste eXp1ioitamente aparecla explicitada bajo las dos esteras, la sublunar
a las condiciones generales impuestas por 'ata y, en su y la supralunar, tal y como n08 lo subraya el mismo A.
tatua presunci6n. pretenda determinar la totalidad cog­ Koyr6 en su excelente obra sobre el Gran tísico flo­
noscitiva por medio del mero "apeculum n tropezar!. ine­ rentino, cuando nos dice lo sie;uientea "••• },08 cuer­
vitablemonte, con la ininteligibilidad de BUR especifi­ pos oaen••• 10& cuerpos físicos. claro est!l los· cuer­
cas conclusiones. como. por medio del ponderado Sagrado, pos r;eomlttricos no "caen" lo que quiere decir que es­
nos advierte el sabio tlorentinos "Temeridad oxtr~a me
ha parecido siempre la de aquellos que quieren hacer de J pont&neamente se ponenen en moViwiento, lo que hace de
la risicn una ciencia especial y la distine;uo de la
la capacidad bumana, medida de cuanto puede y sabe ope­ ,J geometría 1 los cuerpos son graves ••• Por mtis que la
rar la naturaleza, ya que, bien al contrario, no hay r:ravedad no sen una noci60 clara, matemét1ca, y no de­
etecto alguno en la naturaleza, por minimo que 'ste see, sir;ne una cll31idad esencial del cuerpo, la tísica,
ciencia del movi:ni"nto y del re¡;oso. no puede prescio­
44
45
dir de ella. ¿C6mo iba B hacerlo? Los cuerpoe de la fI­
sioa matem!tica, los cuerpos galileanoa o, para llemar­ jetividad cognoscitiva no deja de coimplicar, bien por­
los por su vordadaro n6mbre, los cuerpos arquimedianos que 0610 se tenga en cuon~s el conocimiento proporcio­
no son otra cosa que "cuerpos" geom6trlc08, euolidianos, nl!do por los sentidoe -6nticamento-, bien porque dnica­
dotados de 6ravedad. F.n otras palabras, la gravedad ea mente ee advierte el conocimiento aportado por le intra­
la dnics propiedad "tlsica" que poeeon ( ••• ) profundidad de la Idea pura en su obsolutez positiva,
qUé la propia base especulativa no se asienta mlle que
La gravedad es una fuente de movimientos ~sta es en la cobertura do alterar situaciones objetivas con
una. proposioi6n r&c11 de admitir. Es sensata. Es inolu­ vistas a conformar la realidad al desideratum derivado
so, de sentido comdn. Ta~bi'n 9& uDa propo&ici6n de la de los postuladoB tornados como puntos de partida, por
.física adstot~lica. Iero, evidentemente, la tIsien a­ lo que, en consecuencia, la dnics posibilidad de recon­
ristot'lica no puede admitir que sea la &nioal lutrIa ad­ ducir y reorientar eeta problemática cognoscitiva debe
mitir, al propio tiempo, la unidad de le materia, serta vertebrarse específicamente a trav~s de un permanente
abandonar la dlvisi6n del Cosmos en dos regiones, la ce­ recurso a la experiencia, teniendo cuidado de adquirir
leste y la sublunar, y reconocer que las mismas ley9a y conciencia de 10& "idola" baconianos, y contando con el
que la misllla tIsica son v&lid8S tanto en la tierra como hecho de la 3usteza y objetividad que, cognoscitivamen­
en los ciolos." (12) te, n08 es proporcionado por la "ratio mathernatico", en
cuanto que su car&cter formal nos asegura plenamente la
Do esta manera. se ve di&ranemente que la funcio­ veracidad cognoscitiva de sí misma, que es lo que le 0­
nalidad cocnoscitiva dosempe~ada por la "ratio mathema­ tor~a a 6sta -8 la matemática por tanto-, un ramgo de
tiee". que en Galileo, como indica ampliornente A. Koyr& primera magnitud en la determinaci6n de toda objetividad
en ells obres, se da a través de 18 aprebensi6n geom'tri­ cognoscitiva, como el propiO Galileo nos 10 indica al
co-espacial, implica ademAs le necesidad de liquidar y señalarnos lo siguientes ""iuy agudamente oponeis, y pa­
Buprimir la dualidad de esferos e6smics& como oonditio ra responder a la objeci6n, hay que recurrir a una dia­
sine qua non de la autovalidaci6n de aquella, eato es, tinci6n tiloe6rica, diciendo que el entender so puede
de la propia "ratio mathematioe", le oual, e pesar del tomar de dos modos, os decir, intensive y extensive, y
oBr!ct:or formal que la inhiere. no obstante, debido al que extensiva, esto es, en cuanto a la multitud de loe
exhultante entusiasmo renacentista ante la resurrecci6n inteligibles, que Bon infinitos, el entender humano es
de la doctrina pitac6rico-plat6nioa, conllevaba a la po­ COll'O nnlo, sunque 6ste entendiese mil proposiciones, por­
sibilidad de dar cuenta de los fen6menos naturales Dor que mil, respocto nI infinito es como cero, pero tomando
intermedio de su explIoito recurso, tal oomo el propio el entender intensivo, en ounnto tal t~roino indica in­
Galileo noa lo advierte al significarnos)" ••• por .fuerza tonsivamente, ee decir, perfectamente, afirmo que el en­
8e ha de confesar qua al intentar tratar de las cuestio.
tendimiento humano puede entender algunas proposicionos
nes naturales sin el conocimiento de la r-eometrla es pre­ de esto manera, y por tanto, tener do ellas certeza ~b-­
tender haoer lo que no puede Ser heOho." (13) Boluta, así son,por ejemplo, las ciencias matelll~ticast
es decir, la aritm6tica y la geometrís, de las cuales el
Con suma tacilidad se puede en~ender a partir de intelecto divino sahe infinitas propocicionos m6a, por­
les consideraciones precedentemente señaladas que la que lae sebe todas, pero, de las pocas comprendidas es
perspoctiva de afianzar sobre la mera "spoculatio" la ob­ igual al divino en cuanto a le. certeza objetiva, puesto
46

47
que llega a conprendar su necesidad. y sobre 'sta, no
parece que pueda existir eer,uridad mayor." (14) tar.to tales como criterios de certeza se revela como una
"ratio deceptrix", por lo que, naturalmente, ni estos,
evidenterr.ente, la consecuencia derivada de tal par se, pueden tomarse como fundamento axial de objeti­
planteamiento no puade ser otra que la de advertir, cons­ vidad cognoscitiva ni tampoco, por otra parte, pueden
cientemente, del encaño que producen los sentidos como determinarse la realidad derivadas de aquell08 em fun­
criteriQ de objetividad cogn08citiva. puesto que el des­ ci6n de articular el pensamiento de conformldadcon
cubrbiento de la8 manchas solarea a trav'a de la proyec­ los mismos. debido al forzamiento que hay que estable­
oi6n visual que faoilita (13) el teloscopio daba, igual­ oer, dogmAticamente, para validar su objetividad que, en
mente, al traste con la eepeoulaci6n ariatot6lica de la buena l6gica, debería present&raenos espont&neamente a
pureza porfecta que irradiaba a la esfera celeste, por nosotros mismos. En consecuencia, la Gnica posibilidad
lo cual, la posibilidad de discernir y determinar oon ni­ subyacente pare proseguir por un camino no meramente
tidez Suficiente, plena certeza oognoscitiva no era 8Ua~> "deceptor" no puede ser otra que la de otorgar validez
ceptible de alcanzar m~s que en tanto en c~anto ee toma­ al conocimiento proporcionadO por la propia "ratio ma­
ge como punto de partida el copocimie~to proporcionado thematice" , a la vez que ostrchar taxativamente el cír.
por la propia "ratio mathematice", ya que .610 por su culo en relaci~n oon le certeza que 00& ~a aportada por
intermedio se DOS garantiaa claramente le eomprensi~n de nueatroB sentidos que de esta manera, pues, se convier­
los fon6men08 naturale8"Aquella serA el lenguaje en que ten en el iropreacindible marco de rererencia verificado­
se nos expresaD latos, como el propio Galileo nos lo in­
ra, a saber, el reCurso a lo propiamente empírico. Se
dica en un famoso pasaje de Il Saggiatora de la aiguien­

te moneral "La filosofía estA escrita en un 1!l8 6t10 libro,


) pone de relieve, en base a lo dicho, la necesidad de es­
tableoer dos planos. primario y secundario, a la hora
siempre abierto ante nuestros ojosl el universo. Imposi­
de determinar la objetividad para el conocimiento y que
ble es entenderlo sin aprender previamente la lengua.
manifiestamente dejen entrever, la perspectiva desde la
8in conocer. los caracteres en que estA escrita. Su idio­
cual ve a operar el empirismo anglosaj6n desde Locke,
ma es el de las mstemAticBs, y las letras son los triAn­
recogiendo la herencia aquí expuesta grosso modo, como
P.Qlos. loe círCUlos u otras figuras geomAtricss,medi08
consecuencia de los modificaciones metodo16g1cas con
sin los cualoo no 9S dado a ningÚn 8er humano comprender
168 que debe enfrentarse Galileo. E. A. Burtt n08 lo in­
una sola palahra, sin ellos, el eap!ritu deambula en un
dics as!, "Para todos Ion pensadores antiguos y medie­
oscuro laberinto." (16) vales de importancia el hombre era un e,uténtico micr~ ,
co~o. Ea el hombre se representaba la uni6n de las co­
fsrUendo do la distinoi6n entre !IlIIbos planos cog­ sas primarias y secundarias de tal modo que simbolizaba
noscitivos -conviene r~cordar que la palabra latina 9pe­ verdaderamonte la8 relaciones de las oosas en el vasto
culatio tione la misma ratz que epeculum-, la perspectiva macrocosmo, ya se considere lo real y primario como idea
de Bsentamiento de la objetividad cognosoitiva debla. i .. ya como suatancin material. Ahora bien, !! troducir !.!!i!
nexorablemento, fijarse y establecerse sobre la propia distanoia ~ As primario Z As secundario !2 t~1~ino8
especificflci6n roatem6tica de 108 ten6ml~oos naturales, de
acomodados ! una nueva intetpretaci6n mat~m&tica 2! !!
oonformidad con su cuantificaci6n cognoscitiva que noe
naturaleza, tenerno~ !! or1mer ~aso ~!! intetpretaci6n
aportan nuestros sentidos. la posihilidad de tomarlos en
gua exclNo !! ~ 2! !!! !:.2!!!.2 !:2!! it Erimario. Es

~
48
claro que el hombre no es un tema susoeptible de estudio
m~tem'tico. Suo realizaciones no pueden ser sometidas 8 de manerB rolativn~ente compleja, problem!tica, eus­
un m'todo cuantitativo, salvo superfioialmente. Su vida ceptiblo de pormonente verificabilidad, 3 no, como S9
esta heche de coloree y sonidos, de plaoeros y dolores, pOdr!a colegir pera la relz originaria explicativa de
de amores ardientes, de ambioiones y conatos. De aqu! oquella. totalide.l absoluta. deterlilineda de una vez
qué el mundo real sea el mundo exterior al ;ombrel el por todas y para siempro, por cu:¡O intermedio ee nos
mundo astrc~6mico y el mundo de los objetos terrestres pone de manifiesto el oambio y tranetormaci6n que se
que estan en reposo unoe, y en movimiento otros. Lo 6ni­ opera en cuanto que lo importante, pues, aquí no re­
00 com6n entra el hombre y este mundo real era su capa­ side de BUyO ya m'a que en buscar las condiciones me­
cidad pare desCUbrirlo. " (17) todo16gicaa desde las cuales sea factible estab1ecor
7 fijar crltertoe de veracidad que, por sl miemos, no
Una vez expuesto lo enterior, el trAnsito hacia pueden sor mls que criterioede verosimilitud.
DISCOURa IlE LA MEl'pODE do Descartes ee revela de mo­
1J:;
do claro y manifiesto. La espGciticnoi6n de la per8pec~ Dodo, pues, el rigorismo formal del que hace
tiva de certeza cognoscitiva hey ya Que incardinarla en gala la "ratio methematlce" en eu determinaci6n veri­
tunci6n de la validez explíoita totalmente atribuible a tntiva, la posibilidad de conservar el fundamento sus­
la "ratio mathematice". tal '3 como surge de las oondi­ tancial del 'bilemortiemo' ~eripat'tico ee vuelve har­
ciones obaurvada8 a lo largo de este apartadO, cuyo ce­ to problem&tica y complicada y, por tanto, el princi­
nit se alcanza er lo tamosa noche del 10 de noviocbre pio de cauealiJad no puede ser comprendido ya, sin m!e
de 1619, en le cual, entueillltlcamente arrebatado, el ambages, como 'logos' de 1apercepci6n, de lo 6ntico,
gran ri16sofo de la Fleche atisba la unidad espeoírica
tal 7 oomo ee fundamenta toda la estructura y armaz6n
y peCUliar de lss leyes naturales y de la "ratio matho­
de la Silog{stiea, SiDO que debe sor valido como -fac­
matice", dendo, por conSiguiente, fundamento explicati­
tum', como "oonditio sinq qua non" del conocer y, por
vo a la pOSibilidad de la "Mathesia unlvers81ia" pita­
ende, desde el propio Bujeto cognoscente como construc­
g6rica stricto seneu. tor de la posible totalidad objetiva, co~o inteligibi­
lidad lIubjetiva, no COlIJO l:IerO opel.'ario intelectivo, lo
Oon ello, evidentemente, ee penetra en el umbral cuel os precisamente lo que aClarar', desde una 6ptioa
del mundo moderno, en ouanto que la objetividad cognos­ rilos6rica, por primera voz, el propio Descartes, como
citiva hay que inatelarla precisamente Sobre el riguro­ vemos a tener oCA8i~n de comprender, // pero no sin
so tOrIDailsl:Io propio de la "ratio Mathematice", dejando, antes indicar Bn'logarnente de modo somoro la perapeo~1-
en conseouenoia, al plano sonsorial una esfera cognosoi­ va da t.l.'anarormeci6n que se produce en el marco socio­
tiva singularmente seoundaria. Oomo hemos visto, por lo polttieo que es lo que va e ocuparnos seguidamente.//
que, desde luogo, la posibilidnd de determinar y de es­
tableoer la totalidad abSoluta oomo finalidad de la ob­
jetiVidad cognosoitiva DO se revele mA$ que como un do­
aideretum que, sin embargo, debo, coherentemente, con­
cebirse oomo tal, aceptando, lnavitablement., como obli­
gada inferencia de lo expuesto, la tundmnentaci6n cnusal
50 51

I.l.l.b._ ID:. l'.I\HADIGl1A DE LA l'iEOANICA OLASICA y LA


FILOO(lFIA UF. DESCAHTES. galileann, segÚn indioamos anteriormente.

No hay, entoncos, duda alguna al respeoto que per­


Es hoy comrletamente evidente. tal oomo puede ~ita omitir el desentrañamiento de 8qu~11u, esto es, de
constatares por lo precedentemente expuesto, que el sur­ tal unid.ad-identidad entre forma y matarb oomo l'unde.men­
~1miento de la denominada "mec&niea c18sies" oonstituye to de todo ontologiam~ stricto sensu, doúentrañamiento
la piedra de toque de la construeci6n dol edifiCio del que. por la parte que le correspond':', obli(}Q a aperoibir­
pensamiento mod.l~o groaDo modo conoebido. Y esto ea ss! se ein prejuicios de ningOn tipo de la prob11m&tio8 que
~anto por lo que 'sta r~presentn, es decir, por aquello va a constituir la clave de b6veda de toda la retlexi6n
que rundamenta, como, en contrapunto, por lo qUe deja cartesiana, taxativamente inscrita en la enorucijada en
irrosuelto e indeterminado, tal como pod{a oomprobarae la que teTldr6. que desenvolverse, es dec:i.r, alll donde el
por lo que sigue.
espl~itu medieval conserva a6n una lnegablo ~'i6encin '1

~n cste sentido, conviene resaltar, oon la aayor donde la modernidad tan 8010 comienza a echar SUB raioea
nitidez, que ~l modelo insorito en la propia contormaci~n de la8 cuales, BU retlexi6n, la dal propio Descartes, va
enuRal d~ lo mecAnica e188iea, a partir de 8Us ortticae a ~ctuar como banaen fructltoro.
radicnles al ontologismo aristot6lioo fundamentalmente, Es, pues, as! dnicemente como resulta coherento
nos algnitio8 7 a , de manera taxativa, ls imposibilidad de la propia r~rlexi6n filos6rica cartesiana, en la medida
postular una ostruoturaoi6n de aquello, o aea, de la 00­ ~~ que n todas lueoa va a ser la reflexi6n que se haGa
nexi6r. ceueal, td.guiendo le. unidad 7, por ende la id.cU­ cargo de equGlls frangibilidad inhercmte a la unidad-i­
dad subyacente. entre la torma 1 la materia, al modo co­ dentidad subyacente al ontolo~ismo. frangibilidad qua ee
1110 er';) !)resorlptivo.
llIanitiosta &un "'e moüo Jomplejo, pc"r imposibilidad de
reducir la estructura 16Gica a ou condici6n actual, ea
La poeibHidftd de conservar tal unidad-identidad
dGoir, a la oondi~i6n marginal de que BU ericacia es no­
no dejaba. obviamente, de plantear agudae cuestiones que,
oesaria. ~:;nque no suficiente COL'llOscitivamente, por lo
como homos E~l'ialado, on modo alguno podtan ser soelayadas,
requiriéndose inevitablemúllte procooer 8 8U estricta que • como consecuencia, obligtlr~ tO:Jabla a operar COD
crmcomltancias que BtJ podran dirimir tllia adelante. Por
comprobnci6n a .fin de diluoidar au espec!tioa e irrecusa­
ahora nos conformamos con eib~iticer su relerancia, en
ble validez. la cual como oontrapomtida torn&bsse cada
cuanto que ello nos adll'lorte, ... eu vez, do laG dll'icul­
ve~ rn~8 labil y lrangible a con~ecuenc1a de los supuestos
indicadoa. ~ad~s implícitas en la antedicha rofloxi6n filos6tica
elol mismo Descarten. en tanto nos pone de rolieve que
tal esfera 16gica, como preecripci6n do la superioridad
Desde eete punto de Vista, pues, la necesidad de
fo:t'lllsl que inhiere al morco de la matem:,tic8, de la. que
arr!ntnr la recu88ci6n a la que la do~t~ina aristot61iea
el propio Descarten es un ilustre prAcureor al slgebrai­
velsso sometida, obligaba, como contrapunto, a advertir
zar el instrumental goom6trlco oon el que hosta en1:ono08
la imposibilidad de sostener tal unidad-identidad y 8
se operaoa. no puede mantenerse. en tanto astera 16gica
problematizar ~sta hasta 8U propia raiz. tal como S9 8i&­
nirica, ecaeo con mayor Vigor y fuerza, on la rotlexi6n pura, a excepoi6n da dejar infundada lo propia cont.lguYf:"\'\jI;I.f'L.7il~;.,
raci6n de la "ratio mathematice". en el sentido de que $:J~ : '1.\'

si esto fuern as! no se advertirl a ra2:6n e.lguna que c~. r ..


~
?
/
'O/ol ./
52 53 ~"-

invalidase aquello unidad-identidad, deJqndo sobre su


edviHt:e la 1¡;¡90eibllidad do transferir la veracidad cog"
base, entonces irrecusable, a la propia ontolog1a qua
noecitiva de 18 matomática a la estera 16¡;ica. cicndo,
le oUbyace,
justamente (,tIlo la base p..rs x'sconvertlr tal trans.f'erfm­
ci~t d'ndole contenido l6gico, en~el sentido de reali~ad
Bajo tnl perspectiva, pues, es claro qUQ le no­ a la matElm!tic8, al conocimiento ma:t6Irtátieo stricto sen­
cenidad do enfrentar el problema 16gico propiamente di­ su, que es lo que si~nifica eoo m~or claridad aquella
cho pasa loexorablemante por d1luci 1e::.' el stntue C06. encrucijada citada.
noecit1v:-: 8ailJllsble al cO'lOcimiento mata:n6Uoo, el oual,
uoa vez ent:ableoido como tal supuesto insoslayable, Bolo PArtiendo de tales oondiciones, 9S ello precisa­
aparontcn~nte permito prooeder a identlficar forma y ma­ mente lo qua orients, d.8 !tSDero. indiecut ibIs, la polllmi­
torie, es decir, que 8010 formalmente la propia realidad ca de M. Gerou1t eon F. Algui6 r~cogida en el c~lebr~
se p')Sl3e ti. sI misma, lo cual, invadiendo el terreno l~ debah de "Cahler8 de Ro;yaumont" (1) 1"eRpoctc da funda...
6 ico , como (I,1e gra.v1tativo de la certel'll1 mate.iUca 8 1>\ mento y de su modalidsd de concepc16n en torno el onto­
que no pU3d9 renunciar nln~n OOTlocimifJDto que se precie logismo subyacente on el pensamiento cartesiano, en la
de tal, obU;-;a inevitablemente El arrastrar la8 con8BOuen­ medida en qua, ce.¡;o veremos mita adelante, 1& posibilidad
cios de un3 cODcepci6n de la veracidad l6gica. que en DIO'" de reconvertir aq1lella mencionada traTls.f'erenc1s, ai bien
do alGUno puede ser en todo identidicada con la realidad cient!.ticamonte no es susceptible de 11uoi60' de prable­
como lo presupone le dootrina onto16gica 3 que. como con­ maLicidad co~nof3citi'V?, si que 610 embargo es legitimo
trapunto, circunscriüe néce5eri~p~te el &mbito <le la. si se at:l.f!nde é'Xpre:S8D 'lote a lss C(,"r'I.1010n09 envolvent&s
idesa a planos "no absolutamente puros". que rodean el I:lUrgimiento de la propia re.f'lexi6n oarte- .
alaoa.
Ee~c lla i.te tia i.::purezIlS de.i. 91!J9ntlJl'lliento de le. co­
bertura 16gica .19ne d6~o esencialmenta en tunci6n de que Esta legitiaided le viene cnd~ sn tanto en cuanto
todo conocimientc como tal no e8 de BUyO m6e que la con .. prcr.upuestn <,emo el': preceptivo la Í':l.entilhd entre la "ot:'­
oepc16n ~&1 sU,1eto cognoscenl;e. el cual, a su vez, se eD­ gi.tatio" :- 11'1 "cogn1tic", la captac16" de los nexos cau­
·~·lEmtrll. in serto en la urd:tmbre de 8\1 complojidad, esto
sfl!e qu~ entrel$~an el "gran. livre du monde" t~rnaeG
es, 90 la urdimbre darivada de la impoSibilidad de otor­ totnlmente factible, &.'l el santido de que sI u:er:o& epa'"
gar absolutas positiva para le idea pura, precisamente renteu¡ente na.df.l se opon!:', de acuerdo con el c:.u-tctElr n:e­
por él antedicho limite gue ir.volucra e toda la &otivlda<l t6dtco "Uf¡) envuelve i1l " dubito" • tl que la intelocci60 de
~o(9l08citiva humana, e i . bien en Deacllrtes ello es 8IIIb1­
1& Ob;!9ttvldad co;.;:ncscit-lva asa e.f'ectiva ..tal como lo s­
Oalento en la I:)Gdids en que no existe nltidamente traza­ test:tffUtI la mEl.tQ:II~tlo8 que da tundar.lento (1 la "res exten­
da uns llneatronteriza entre le "oogitetio" y la "cae­ $6"-, efectividlld que, an6lot!.amellte, es retrans.t'erible a
n1tio", oorno posteriormente la dirimirll Kaut. lo ecc.l~n da la "res eog1t&us" en cuanto que aparontamoo­
te tampoco nada ee o:)one squ{ ti la intelocci6n de la idoa
Es en tal sentidc como BO produce el carlicter de pura toda vez que se respecta aquella con.f'o~u&ei6n met6­
enorucijada, al que ya bm:-¡ol3 hecho aluei6n, que envuelvo dica aneja fl 16 dllda, cuya articulaci6n S'1ui, en la es!a­
al ponsamiento cartesiano, on cuanto guo ont uS1f1smado, ra de la "ratio idealo", se revela tal 8 partir de su im­
procisamente por BU propio descUbrilDipnto motemttlco, no posibilidad manifiesta de asentar noda negatiVO, como nos
54
55
lo indico F. Algui&, cUando constate qUes "Oreo asimismo
Bajo esta consideraci6n, pues, es clero q~e la
que la oVi1enci.n que eostiene la pruebe ontoltglO es
A construcci6n del "cogito" cartosiano responde explicita­
:¡J:t'ecisaIDente de est", ord~n. La prueba dE'scaalla menoa 1;0­
mente a una determineda actitud eo{~osoitiv(l. que consoli­
b.!:'! la dGdueci6n de le. existencia ti part::l.r de la eeef1'!ia
da 9':'1 sus aupuel'ltos "claros y distintos" la posibilidad
que cobre nuestra imposi1:i1idad de negar a Dios.n (?)
de discernir irreouGabl.f''lIt'tnte plena veracidad -al menos
Es E'"ITidente Que la eauej6n e8taJ)looida de Gata ello os as! para lD eutoconcler.cia cartel'inna T;ropiamen­
I'l:'Odo, como lIIarco r9rerOnc~al de v"!!rtatraoi6n de la "cla­ te dicha. ~n tal sentido, la posibilidad -afirmada en
ridad y c'iel:inei6n" do todo oonocimiento propiamente di. runeiAn tanto ?or 01 c~50ter rorm81~9nt~ positivo in he­
cho oonstituye 10 riedre d~ toque desde In que 01 1lI1emo ront. e. la matelll{¡,tica como por al c81.'~ci;er imposible de
l'('scorte!l levr:mtc. el edit'ieio cognoscitivo fin radical ()..o ooncebir negativamente a la idea pura- de dIrimir pIona
POdci6n Ell 0scoptiCi{¡mo, 9!'1 tanto doetrtnA tilos6tica. ob.jetividad cogno8oitlv.<\ constituye un eJ9 gravitatorio
onde eLlte punto de vista, ,ues. al aseguramiento (1. la que ticme que pron~'lld9r a aonsc;.1de:'sQ de modo inestable,
VCX'uc:idnd imDl1cite en le actividad coe:n0F-oitiv8 ropre­ f;'.un ouando ~·sl consolldaci6n tenga qUé trnpezar con los
Der.te.ba aquel (' je de Cuya tundamer>tac16n dftpend1a en lmo­ lImites d&=¡...,adoe de une "unlvr.rBo.lidsd" flupraterrenal 'Y
nc. l1\odida el moncionado eolitieio, 880€,'Uremianto que ~e por ende. 11r:-:'&strar l8s consecuencias d.i'lna mera "gene­
hoca patente en .runci6n de 109 eaiíal8do9 (lre8t1pU96tou que ralidl'1d" siumpre susceptible asil t,t,ticamente de aproxi­
dirimen es! In posibilidad de obt.nci6D de conoc1mie~to marse a uquella ulliveI.'salidad, como lo pone de relieve,
de modo il.·1'8Ctlsabla, tal como nos lo indioa él pror."'8f1r con sinGular olaridad. el propio Hax Horkheltlsr, cuando
E. Lled6 ouando, al roepecta. DaR significe lo e!~tlQDtol retirillJdofle a tal 8c¡;it:u' e08Uoscitiva nos dice Bsis
"El "mi miamo" conlltitt;ye. como ea pnbido, le primera "En el '1enacit'lien::o SO punieron lna bases de la ciencia
piedra dol cali 4 icio c~teaiano. Sin embarco, la selecci6n natural contampor&n9a.. El objotivo de esta cioncia es
ca el:te"obJeto" tilos~rioo tiene lugar deupu6H de uua detoot;!,7.::: xOl,"Ularidsj,)¡-, e-n 01 curso de In 1'lstursleza COD
eDpecie de ~ecorrido 8ocr&tioo antA distintoo naberos, ¡ la ayuda lÍa expo:::-lencias sioteJlliticarnen;'e organizadas pn­
uespu60 ""'" haber intontado l~er en el "liore du monde". r~t B partir del conocimiento de dichas regularidades,

.. l;ro este "moi-mnmo" temati:l.l:do como Ob¡jof;o de invosti_ poder provocar o evitar a voluntad deter..:linados e!'cctos
gac16n, 00 pundo en '::eaeartQtt Ber 01 "yo" Yacio, Puro IIUs­ c t con otro.• pa130rast pllrL poder domilH'r. lo mls posi­
tonto de la conciencia.. for eo¡:aie,uieu"te, aeta "moi-mllm6" ble t la naturaleza. Si el comp()rt:runiento intelectual de
tieno quo prGE;Olltar un Ot;PG90r detorminado pa:::a evit{U,
109 ho,':¡'bres de la EdSld Hedia estaba 6IJoncialmante 6rien­

~¡¡6 Sil dllU..1R en eGua "sp6cullltiollll gIli ne produisent BU­


tudo a dOMnt.rañot"- el srJu·i;iÚo y la tim.llittad dél mundo
eUn oJ:J:ect". El "yo" como objeto os en lJe~certe8, el
y do la vida, por lo cual S9 habia acotado casi por oom­
truto d9 Ulla dOcepci6r. ante loe d1ctintoa saberes que 6e
pl()to on la 11ltorproteoi6n de la TIevelaci6n y de lss su­
han ido depositando on la conciencia nin critica alguna,
toridades ocloslhatica9 ! RntiBUBs. loa \Jambres del Re­
pero en u1nct1n tlomcnto la ncenei&n dol mundo, sino la a­ nll:::l!~i"mto comer¡~,a.()n a j"Jro¡>,unta:r "e por lns causas in­

.rirmaci6n de qUé en esa Conciencia BO ha constituido una !'ro.munmmnD t cau¡¡¡as qua han de estaulecoroe mediante la
visi6n d()1'omad& de lo. realidad. :;',a cla.ro que csta dei'or­ obcorvQc16n 6ensible, onvez de intarro~arse sobre la
mQci6n tiene lugar oxclusivamonte por intermedio del lún­ finalidad ult:J:'llterreU6 que se pretandin conocer indagan­
guaje que da eontonido 8 le. eEltrlletura .fol'lllal del "lIIoi­ c!o on la tradición. As:! pues la convioción de que existe
lIléme" .... O) ei.erta uniformidad en el curso de la nat,traleza. ( •• ,)
La ,)t)sibilidfld do unas leyes de 1"l naturaleza, y, por
I
l I
----1
56
con8iGUiente, la del dominio de 'sta. aperece en le nue­ damiento consigo misma.
ve ciencia del Renacimiento en dependencia 16g108 de le
preeupoBl.c:f.6n c'o que el acontecer naturnl est& sUJoto a Es i.nJiecutible 9 ecte rcs¡Jccto que le. funci6n
Une 1'(>(;ul.o¡rldod. " (l¡.)
dp.ll~mpei'iadtl. por le reflexi6n !Uos6fica carteoiena cons­
tituyo un Elje gravitativo de :t.mposíblo eosla,yamiento
Pe~~e Gete punto do vista no hay duda alguna al en cuanto que In capaoidad Que le es diapoo1ble pera
respecto de que el arrastrar la cueol;16n on torno a le penetrar tales cuostiones eontredictories y sign:l.!icar
ceu~-!!U(iad pro;lampl'lte (,:lcha Con lleva toda una serie de la encrueijade dI'> Jo; f.POCB hist6riolil rEpreSel1t9 B~ ma­
im,'UcI"CJl'noB y Concorni.taneit'ls de lnd11dable e.fflctividad m~r:lto '1 &u relevenoia m!s decisiva, Como m&a adelante
m&ximp pi se advigrte Como es prescriptivo el marco de p()d~" ad.vert irsecon mayor eupindla e. medida que n08 8­
"Gel'Jt?rt>lided sobrl! el Q\l& tione Que 9flenlilree realiter dt'ntremOl' en E'!pta problom6ti.ca eor,noecitiva que lo envuel­
t(1<i~ Il~ive!'~!\.l:i.d.l'.d ::::tl"ieto llenan. F.sto fln 3u et8lllent"" 10 ve.
Q.Ue 0ncnra J~ ratlex16n 11108(,/108 Cartesiana, haciendo
e. ou Vr-z frr ",,~e a la problomtitiell .ec~Ptica mencionada.
}~"'J() eamejl'.r¡r':) perapeotiva. pues. pe Q181'~ que la oon....
t.ruec56D del peosl'lIlliento Cer1:<30iE'0 d9E!envu&lve en el 8a­
no d(' tal snc!'Ucijada. qua t"s lo gue le he valido su grano.
dozn • -1'lIálogflrnonte a su capacidlld para detectar tales
Contrad:l.cifmes.

UbViaJ.l'~mte,s(>mo,1lJllte articulaci&n del conooimien_


to no Podía en modo alr.uno ver indiferente a la estera
pol!tieo-goCíal c~mo bo.y es snbldo. en la medida en que
como se pone de rali$v3 en la famosa obra de p. Meanard
sor
"LtEs de la Philosopbie Pol1tique au XVI Bit\cle" la

cueaUon en torn., a la OTgoniza';i6n de la vida politico_

socio1 8uac:l:!;6 viv:;¡a polémicas agu26 a los esp.!ritu& in­

qulFltoE! a la busquada d". v!no que permitIeran resolver

el probloma !lr~sentado por "El suc,.,;. ;-ba!)donedo del Im­

per.lo y 01 Cuadro muy uniforme de la Blltigua Univereitae"

(5). QUO 00 preoisamente 10 que groGao modo Va a ocupar­

nor; en el s:l.guiento apnrtlldo, Como e::q:.resi6n delas con­

dioiones rel'lles .:IlI1puea1:ao al (-onst\Jllianto .Y al conooimien_


to p(.1' loe mecanI.B1l1os lndica,1()s. e(~ docb', por la pro­ \

b19lOaticir'8d dOl':lvada do una concepoión de la causalidad


envuell:a en uns. impoa:!.bU idad absoluta do cumpl1:nlento
de sí mibllla :r, por anal:! t SOlllatir1e al vai ven de una 000­
1'l:l.etlv:tda.d man:l..fl..;l(¡to on el Dlr,:no ¡;'.:'oceder de su acor­
S'8
1.1.1.0._ AUTOUorUA y TECNICA DEL HEOHO POLITIOO. EL
mundo le&ponde a un determinismo riguroso en la qu~ todo
CRTO DF.L l'R(·BLJo.1-lA DE LA F!LGSOFIA BUROU1:SJ\
DE LA fIIS'FCRIA, ente y todo aoaecer estAn enlazados por conexionaR nece­
sari.8s preestablecidas por su propia posici6n cl)sfilics.,
~~ el procedente apartado hom~s oxpuesto que la ( ••• ) Mientras Que la metafísica de Áverr098 es el re­
PoGib:llidad de ma'1tener la totalidad abSoluta como ex­ sultado de una ~niquilaci6n ontol6gica del hombre, y, OD
P~~i&n reproY90tnda sobra el hombre desde su propia definitiva, de una ruptura de todo vinculo ('9 gracia en­
proyecei~n a la exterioridad abSOluta concebida bajo la tl'e Dioe y el hOMbre, lo que hunde a 6ete en el universo
6gtda de totalidad no 8e pu.ede conservar debido, eseD. neclíni,co COMO un enr,I'al1aje minúsculo de una m6quina sin
oial~entet a lOA figuraa presontadas por la oODsxi&n fin, al que se asigna una funoi6n dentro dol mecanismo
tetracausal del 'hilemorlismo ari8tot~lico' en el plano már., vesto y comr.lejo de In ospecie la idea mod'!lrna de la
flsico-astron6mico. En el plano eocio-pal1tico sucede suetantividad objetiva del espiritu, ha arrancado t seg6n
un f9n~meno semejante. y aun cuando aquí, la Vigencia de hemos de ver, de una atirmaci6n vigorosa de la roz6n hu­
la idea de Dios mantiene un fundamento .xplicatiyo ab­ mana conectada a l''1a aniquileci6n progresiva de la idea
soluto, sin embargo, la artioulaci&n OI'!;'milllativa del de Dioe como suprema entidad metnt!sica y principio de
pOder eclesi6stieo implica toda una sorie de prOblemn. to~a vida e$~ir.itual ••• rt (1)
que nlltlralmente no pueden omitirse al dar Cuenta de la
cauAal vertabraoi6n unitaria dentro de 108 problema. As!. pues desde este punto de vista, la posibili­
~e.l :I.niOio de la f11080f1a burguesa de la historia. La dad de otorgar valIdez abBolu~amente positiva a la idea
dualidad organbativa del poder en poder ec1e8i&stioo pura como seria eo~~letamen~a preseriptivo de confirmar­
t se la vigencia de la divinidad no llevaría de suyo más
que se autof'XpUca S8tiB.tactorfamcmte, y poder pol1ti_
co, que aapira 11 su autonO&I!a, S9 imbrica -lo OUal 1m... que a la necesidad de contraponer -en cuanto que la pre­
pItea la toorizaci~n del problema_ Con la receptividad suposici6n de identidad 'riginaria no ee ¿~ de conto~i.
de la obre. rerip9t~Uea en OOcidente a trav's de la fi­
dad con el susodicl"o criterio de ab601utez positiva- a
1080lla ~r8be. El Profesor J. Fue:ro nos subraya Con mag­ aquollQ~vigenaia con la teluricided ;cr la Que se mani­

nifioa nitido?" el planteamiento te~rico inicial, al liesta, como tambi6n nos lo pone de relieve el propio
pro!'~aor J. Fueyo en un pasaje enteraruento diAtano al
significarnos. "avioena deearrolla UDa epiatemolog!a,

como rssul tedo de la cual se ostablece 19. existencia de


respeoto, cuando nos advierte as!: "Justamenta es Santo
1~om's el primero en dar al concepto de communitns ~
un 8&10 intelecto agente para t01a la hnmllnidad, 9n 01

~ BU pleno desarrollo. ( ••• ) Para nuestro inter's,


que por f:r::1doe P9rtic1¡Jfl el .!ntelocto 1208ible de cada

in1:J,viduo. Esta ideafuf¡ JeS~trrollada hasta el limite


a sab~r, que en esa idea de la communitas 2er!ecta no se
de sus Posibilidades l6~ioos por Averroee. El !nteleoto
disolvía In entidad espiritual y !.IIorel del hombro eu UDa
8(;l3l"te el'! entendido por el filostro 6z'cbe de 06rdoba
conciencia social objetiva, bas~a recordar un lugar cl&­
como susts'1cl!\ inteligible trascendente POI' completo al sieo de la obra del Santo de Aquino: ~ ~ er~o !!!!_
~ ~ multitudinis vivoro secundum vlrtutem, ~ ¡sr
hombr.s. 'llil')nt:-ns Que la intOligencla llUmana es una mera
partipaoi6n en In .t'uncitin do aquella ruteltf;encio tras­ virtuosam !!!!! porvinere !2 truitionem ~1vinam.~ (2)
cendental, la capacidad rJce~toru de lo inteligible, el
!ntellectus RBBSi VUs. ( ... ) l.a imagen avorroístn del Conetando las antedichss condiciones, obviamento
el mero asentamiento "petrino16gico" del poder ec1e81&8­
/

60
61
tiec (3), a pesar de 108 regresivop intentos cealjzodo8 relRc."itn con 108 postu1a·jos llIetodo16gio08 oriente.dCJres
p!>r "loo lllllbieioSS1S bulas ponti:tieiae do Bonitacio VIIZ de la 8in~lJl8r trana!crmaoión O}lHI'ada por la r,zcepción
-le. "Unrun Sanotam" ente todo- proclsman(do) 8U ir.~perio de 109 dualismos arietot$lJcos , por el inicio de la
universal", couo bien n08 testifica el profesor c. ~o7a eonGt~cci6n te6ri~ft de loe par~digmas de la risica CIa­
(l~h no se sostiene por sí mismo, neturalmente, 8ino 8':l Bica. loa 11~port9.nte retleA:i6n de Dante Alil511ieri sobre
:tunci6n d.1'J unll b6squeda Juatil"icativa reSl)()oto de la he­ el problema polltico puede eel:I7ÍI.'!lOS de mue.tra y guta
rencia del pasado que, no obstallte, rt'l8ulta ser SUDlmaen...
de lo que venimo& diciendo.
te t'd,~il y endeble debido a la receptividad eecoUstica
del ponsamionto filoebfico aristot'lioo, de oonformidad l,a bllsG rllctora del panser,¡iento dantosco S9 halle.
(!t'.1 el desdoblumiento radioal de la inicial configura­ 8ub8U111ida en el eje de coordenadas y indicado, de modo
016" jer&rquica del pOder Mudamente concebido, como n08 quo toda po.cibilid:'1d ('\() abordar en profundidad I'll Dismo
lo indica el profesor W. Vll_ann, 01 advertirnos aal. no puade tenor luga~ sino en función de la advertoncia
"Baste deciL' que, debido n la llUeva interpI.·staoi6t1 de A_ de 108 antedichos oamb~os, oomo con toda justeza lo cons­
riet6teles, la atenci6n vino a oentrarse en un punto de tata el profesor J. Fueyo, el decirnos as!, "Dante-en
vista dualinta, puosto que ahora pereeta existir UD or­ quien se perCibe ya la huella averroistf'.- ,,·arte de lB.
ganismo natural, el Estado, ",unto a uno sobrenatural. premisa de Q'lle ninguna potencia o faoultad en la que par­
la IslesiR tun~nda por Oristo. Ambo. no estaD separado. ticipan verlos Sflres do espacier; d1:terentef:l, en ¡;radoa
ni divididos en el pensamiern;o tomista, poro cODat1tu­ diverso"', puede alcanzar la perrecci~1) suprema en uno de
jon esferas diEerentes cada una regida por BUe propias ellos. fueeto Q,ltE:l Ir P9r1'9cci6n r:u.!,'ret'a de un ser cons­
leyes. rn e!'ecto, cada vez se vela m!e a la Iglesia 00­ tituye su especie, oaurrirt~ en tul caco que una esencia
mo el cOfeU! !lsticU!, .~ tanto que el Estado natural estar{1l aonstituida por la participllc16n de varies espe­
oomplemento de ella era el gOERUj 291itlcUG !! moral•• cies, 10 qua por derinioi·~n 81l! imposible. r,t~ perfeccióo
ilderJAe, Oon el !tomo Como punto de reEerencia, ee abrie_ suprema dEll hombro ...siBue diciendo.... 00 RS existir pura '3
ron nUeva u porspectivas hosta entonces desoonocidas.­ simplemente, ni siquiera or/j~'!'llca ni ;'iol~r.icSl1lente. Es-
(~n
tus totmas de porread6n les comparten ptI'OS sores con "'\
el h~~bre. 1,8 plenitud ontológioa del hombre consi~to
Esbozada semejante panorAm1ca balo Cl~a 'gida
pare Dante (tn reeo@'eI' las .fOrnl9.S inteligi'¡'19s de los de-
discurre el sendero do objetividad cognosoitiva en lA
m6.s oeres en un intelecto posible, perfoeci6n Justam9n­
BRJI! .Edad l'iedia, se hao e absolutamente indispensablo ad­
te e~<1\lclal por cuanto no conviene n ningún otro ser, ni
vertir que la diatil'.1ci6n de esferas, aun Cllando Jer6r­
por enoima ni por debajo de la eopecio hUDlana. Sim embar";
Quioamenta subsistente en la retlexi6n nqulnatenee. im­
go, esta potenoia intelectiva no puede ~er actualizada
plicaba '30. la evidencia de la :..mposibilidad de su ",erar­
ni por el individuo aislado nI por los GrUpos 80cialoD
quizaci6n de modo que tuera imprescindible replantoareo de ri.n~)s limitados, y siendo esto asl, es de necesidad
la CUé8tiiSn scerca del tundamento "pel;rinolc'Sgioo", su.. en "1 E~ner('j hurr,anc, 11 fin de quo,l!IodiantEl ella, pueda
primiendo concomitaotemente toda validez para le acepta­ reali?8.I'E:(9 on toda su plenit;u1 la pot.~ncia intclE'ctual
ei6n de la legaci(.r, de Constantino, lo cuel, obViamente, do la hu:w.nidad." (6)
no pOdio rdelizarse aino de con~ormidad con 108 cambios
de racionalidad que aqut homos epuntado brevemente en Ee indudable que el recul'SO a la "auetorieas" no

1"1.

62

63
puede entonces ser men~enido ya nor m!B tiem~o e~ le ma­
dida en que prcciaam~"te por 1'11 caractel.' ageflte anejo a que eat! de ElCUElrdo con la voluntad d:ivi.na es, por esto
toda intoltgeci~l', aqu"llla, COMt) tal anetoritae, para 0­ mismo, derecho. Por lo cual investicar ei un hecho se a­
torga"!(, validéz "ropis!ag'lte d:l.eha, reqlJ.lere de Que tRl ;lusta El dsr::lcho eQuivale, con otr9s palabras, a investi­
inttlligil1Jli·:t:'Jl l'I()l:l!;al, e,::to ee, sea aeente, do contar­ gar si tnl llocho ee con!'o~:me con 1", voluntad de Dios. Ha
T.lidad con la claridad que lt'; 'Jebe eer Inherente, ID cUfll do ad::lit1rsel, pnr tanto, qUé lo q\l0 D:I.t)f; quiere en la
er: wodc ru.cnno es ldflntJtlcable -silVJiendo el "iPS8 di­ llociodad do lOf. bomb;:'3f1 doba Ii!C.'~lt(Ca., oomo verdadero :l
xit"_ COI} ninguna realidad quo no ee pueda constatar. lG¡;1tir:o dm.'BC:,O." (a)
qu.e es, COitO contrapunto. lo 'que 110VII al propio Dente a
EBt~ pasaje ea completamente revelador de la 0­
!·Cchat..;¡r por ileg~t1l4a le. legac16n da Const8.l1tino al pa....
rientaci6n que va ~dquiriendo el pensamiento filcsófioo­
pOdo, por la cuaJ '~ta $0 atrib~e el poder eeleei¿stico
poHtioo dllrsnt~ 18 Baja Edad dedia en su caraoter1t:aoi6n
Ci)!l'JO madi!'iui,sn cr;' stlana derivada del "Creator mundi", a
del marco de desenvolvimiento y d\:lsarrc!lo de la convi­
In voz que lo orienta eo torno a pergeñar una contigll1.'a:­
vencia humana, dn la convivencia 8001&1, por cuanto pBr~
0160 Jur!dico-po~ttioa Que recoga lB tradioi6n r~an8
ln daci6n erootiva de &p.te se hace indispensable e8tabl~­
stricto seneu, sin esoonderla tr~. 1ae ficoiones prop1~.
cel' un marco de relaoiones .1urt.dica8 '1'le normativicen
Con 185 que se legitimaba aqu~l, o 8$8. el poder ecle­
.Ustico r.ropiamento dicho. (7) lar. propios rolaclones hu;nonas, de lIIodo que ~staB caigan
e"{plt~itlll:1ent<! e" 01 $ono riEl csta flnfel.'!3 como conditio

Pe esta. mafl".ra, la 9Gtructur~cj6n de la conviven_ si'10 que l:'on de o.quF.llll eonviwmciD. social, dejando para
eh. social l:1umane " vida poI i ti. ca no e~ !!lIgo que PU9da "1 pleno Atico ur"l 1'uncional1d.sd marginal en lo que re8­
~er 6s!:oblecido de fOrllle te16rica por mflra delegeci6n poeta al 0601eo e~oncia1 de G¿ta eue~ti~n pa1!tioll. se
div~n8. c~<no quo Heme 'ii.ie ser tell1rj,cHilYIf'IfIt8 determina_ 1'ttcHite, !ls! la q'lip.bra de la estructura r(¡rrea del po­
da por relact6n a si misma. YI'!. que la i(lentUioaoi6n de der aclesi~Bti.co, cuyo bf1.911l'llento prlat:l.nl) hay que inoSJ:'loo
le. naturaleza social del homb~ nI;) .,uede da,jar de dil!lcU<io dinar10 ':i arrai~f'<rl0 tUTldamemtlllmento en la unidad 6ti­
rriI' Pttlllelamente a la. "vo1untal' del n. de modo que 01 co-jur!dtoe, derh'ada de l~ intro;rccd6n 9ubjetiva de la
Mon~C8 eomo tal vien9 a representar la posibilidad de
div:i.nidad. do poder artioular, de ttlat'llllrl! alguna, la 1n­
enga1:C9 antr9 l!l!l1bos pl"nos en eu unidad Ru~r9m8 terre­
teligibilidad de la divi,nidad O!l t@mto e11 cuanto "prin_
allllente concebida. Cemo ftl ml8.':.o llante noo lo indioa.
cipium !lgena" del uni.verso.
"Dr lurto 89 infi$re que, Riendo el der'8d<~, un bien. e­

La búsqueda de una faotible axplicaci6n causa1­


:t:ista pL'imarament:e on la mente de 1'10e, y como todo 10
mente Eundada en tOl~O a estas cuestionaD no puade de
qU(~ exie1.e en la me,1te dé 1:'i05 el.: DioR... • . . . . . IIlgue­
suyo dara9 mAs qU'3 9. condia16n da abanr.,;.mar la funoiona­
se que el derpcho que en '1 llX '.st., es querido por Diov.
lidad lineal qua pretende otorgarse a la idea pura como
Y 00:110 la voluntad y IR cesa quoridn .on en Dios une mis­
tal en su incerdinaci6n terronal, uo modo que, inoxora­
ma coe.a. rasul te de ello que ~l ~iamo ~.el'~oho se identi­
blemente, se plAntee 6sta de contonüde.d consigo misma.
fien oon III voluntad rt:!.vina. y de aquí se sigue que el
asintotizando la ~lncionalid8d co~noBtiva de aquella co­
deroChr> on lne eOC1"lB no ~g m~8 que une. 'il<.!~1I9janza de la
~o 6nica y ~xclueiva fundanentaei6n poa~ble, tal y oomo
voluntcd divina, y por eso todo 10 que ea eorytrario a
el pr<>pio Dante nos lo !'ovele.. ousr.do l.'ocoe;iendo la he­
l.a voluntad divina no puede ocnstlt1l1r. d':lre{'ho y todo lo
rencia de la refle'lCi6n del Áquino, nar; dice que "la

./
í
64

toridod del monorca teeporal, sin nin~n intermediario,


6610 IlLl 8& como, vorde.deramente, puod<l' adquirir sentido
descionr:e sobre ~Bl;e dest'\e le Ji'uente de la autoridad u­
"coercitlvo" 18 propia l'ogule.eitCl Jlomativa (le la cODvi­
nivJlrsnl ••• " (9). de "'!odo, 'lul:! oSl'tiendo de tolelJ condi­
venQ!a social-humana, quo no 8$ ol:rR 0(')110 m~o que Iso
CirHlon, ;J:(lr:rClnondc ~1 !l.CnflrCa, como lmperator temporal,
lW.ucalOll ooneseeuenciae Qt•., va a iui'cJ'ir el ;)1'opio t16r­
7,"'Ei.t' le .. d~st.t:ws -16 1, cOlimnid3d 'mlvcl:sal, intentando
e111" .le :i "'iua. hl prolt!oor iI'. l111Jll81!n nos lo ind.1.cl!l el
c()nl1lor·.rar 18 P::IZ el') todos 105 lUEare.:l, haciondo recpetsr
tíeoi"n"s q',uu "l.·a d&s1uneci6n óel ;;JU0blo COlllo loe;ielntor
IilUS ~rdene.s :¡ leyes .'! debiendo 61 mie;]]'!), como condici611
irwntdJÚ~ 8l!.:>1'888 I!IU" eloramente la f{\nd6n principal del
do su dominio l.e lírhHro sUJ:'l'elllo a nivelos temporlllefl.
Estado, .,s deoi.r. la eleboraci¿n de 1118 18185. l'íara1U.o
r(~opet;er lau cO!Jtumhr{~a de los propios pueblos, impar­
io.1ate repetidamente eobro este .epacto. 6010 por medio
tiMdo anl le. mrucina justicia posible. As! lo Que la po..
ü. lee l~~es puedo re~lRr•• la Ordeneef6n del Eetado,
slbi 1:1 ('ud de que tuera expulsfldo do su carr;o por medio
ue! COt!G lf. ,,14a ., 1ae N1adcner. 80cial eSl., T.al.e. leyee
df> dlctá:l!onca, asimismo tewporalGtl t cono los que lIe de­
ecn. pUGa, laG :l.r.urtt'UlDentol '3 loe ¿aleoe medioo e trade
rivaban da lB natividad politico-espiritual del pontiri_
d'?loe cuele. pce ,'o .1ean,ul~ el fin I'lono de toda elu­
cado vublvese negativa, eml!~olide.lldo, Gn consecuencia a
t d.d~nta (unlverelt•• otviu~). (•• ~) As! lo voluntad dft1
eoutil como el.1prC¡:lo juoz y !I,'bitro de la convivenehl en4!l
t)l'~bl0 ccnetH.1lye 191 olct:lonto runc}RIJ.~tal de 18.8 hye. '7
01al y humana, que ea ju&t;aroE!nt;(' lo que nos subrn¡a el
el !,')r~,nc1.r:el Illilpccto de la 4octt'ir J meran1ana," (11)
¡.rof9S01' C. ¡'oJa on su obra, DE Ls. CIUDAD Y PE SU RAZON,
CU&fJuO aU." lerte h, si5u:iont~, It • • • Dante afil'llla le auto- Desde este pWltO Je vista, por tanto. una vez 0­
1";_1a radical ,la lo polftico :('!'cnj¡o nI poder eclesi&Rti_ pl'l?f'tos entre si ul poder eapidtuul-eclesiásticn y el
co, en C1Jnn;;o autonomía de la '1 natu:::-alcza temporel" de peder politic~t~mporal como dos Gafaras independientes
la sociedad hUi.nann 1'~nte e. la "o·t;ornldad lIIobrenatu.ral" :1 liut6nOíiitis, cu;¡o oJe de dl'lsplazauianto hay que buscorlo,
del Reino de Oristo." (1") como vim.:>A, en el punto d", interoecci6n ostablecido a
trnvlla de la Jero.rquiJlaci6D aquinntenee. hay que aeñalor,
!::'lide:rtcnonta. I1n1\ vez oElont.:tda 111 cobertura deá _ 00 t;onccl3. COL10 obli~du CO!/Sucuotlcia, la linea rectora o
de la. cual el ¡-¡onarca temporal-universal detenta los e­ hilo conductor en tunoi6n del cual va a artioularse la
;;;8 de eoordenadas desde los cUo'll~s va a reslizoree le­ telnrie1dad atÍl'lllativa de te.! distinci6n entre .ambos pla­
gall:l';¡:-II;e la estructura f~e la conviv.?:lcia humann, desdo nos, en el sentido lle que hay que obpervar n!tidamente
una perspectiva no ya m~ramente &tic3, ~lno marginalmen_ como el acataroiento a la legislaci6n po), I ":1ca debe roali­
te .saca. la po€ j bili(ad dé edecuaeitin e idoneidad pare. zarse de modo electivo u inmediato, esto ea, sagOD qu&
la miama le¡:::alidad no í Jede venir dada Jl~S que en tunci6n eJo de coordenadas va a ser posible ar18n~ar el ast8~lo­
do la oonsensunlidcd (:;01" o;ada pOI 1:->$ ¡:J.'r:>pios miembros­ cimiento dol poder pol.Ltic() una vez que se ha vieto que
ciudadanos o. le :lIis::Ja legalido:! Sl¡sodteha, de modo qtlIJ la la oticidad queda vertebrada marginl!.lmente al plkno pro­
aut&nt;ica floberl'l.!){o. coherantCtlCintc. LO rosido, en bu.;;.na piamente ¡Jud.dico :J que, por ende, la t causa portandi
Hgicc-F:un CUU!1d.o (Jf'lrn el exilado flcrm;tino siga r,!di­ glnudiuw'(12) DO puede sostenerse y~ mAs que sobre la fun­
c&.ndo en 1:'1 propio dictslT.en del mcnal'CI;.i_ sino en 01 ca- ci6n da la o~'~anaci6n de la convivoncie. sooial de acuerdo
1"cter cooüenOllal de!'d" el cuel se da nntera y completa con la utilidad publica, tal COOlO se ha o~servado para "~, ¡Ji
lecitirnirlad al ejerclc: f) de pOder l'ealizlldo por el monar­ i,,;;;;
106 autoJ:QG anteriormente indlcedon y tal oomo se advier- 1,<-;
ca de confOl"r.lidttd eon la localidad Sl.lPUoBtll, puesto qua te, ys. desde loa planto8J'lliontos de AverrCQ8 respecto de ir:;
C.?
\\ -'!
'\ \ I
'-!!!liuo
-~;.;;;.r
66
67
tal Cuestión! "1.0 metafísica política de Averroea es só­
lo una proyoCclón do atributos divinos sobre la entidad lo la posibilidad de orocc16n de un morco de 0~denoe16n
del (',onorcn. 1;:1 rey de i1verroes es el primer Dioe mortal de In m.18l1111t .ino, u la posibUidad, consecuontemente
del Denso:¡¡jen';O po) !tlco de (ccidente y sobre esa su oon­ derivado de la prln¡;:!ro, de acatar tnl ordeno-dento. co..
dición hier~ticll s'~ alza el cuerno politico, 01 cunl, 110 debor de ot)edtencla• ..rodo ello quoda Boñnlc.do por A.
por ende, no es unll unidad orr:;6nica actuando cont01'lIIe El Rennudet de la aicuiol'lto manera. "En 189 primares d&ca..
su estI'lJcturn objetiva, sino un m~'caniBmo re~lado desde da. del air.;la XVI l. 'tio. de ~~aqulavQlo constituyo un.
tuera por Un .Qrimer moto! SOCial que es, justlllllente, el novedad. JJ. 6tlca do 108 cristianos ticne 'Por centro 01
royo Se trata sencillBlllente de la mtsma imagen con la que alma humana u su 8.1v80160, la 'tic. humeniRta. el alma
Averroes explica la relsci6n entre Dios y el Univorso, hUIIIana 1 su erandesa. Una 1 otra tionen por obJeto al
extremando hllsta SUs con[i(!Cuencias 61timas la idoa aris­ individuo y por. f1n 8U doetlno, bien 80 trote de sustraer­
tot~lica del primer ~. Como Quiera que se juzrue es­ le a la aoa6n bojesa, o de alzarlo da tna calda 1 cur~
te explicación, es lo cierto q¡~e el planteamiento del le 8U8 aflicciones, La Atlca de Moqulavelo DO 80 preocu.
probloma en el orden politico se ajusta por completo a pa del individuo y 8U doatinol .610 lo pido que 8irva .1
una situaci6n hist6rica en la que la communitas eortectn Eetado. Ee ante todo une &tica de le8 obligaciones del
aparece oxclusivamente Como a~ticulaci6D politica sin o­
tras clavos de construcci6n gue las de autoridad y 8umi­
si6n." (13) .'t. ___
..
hombre re.pecto a une obra quo sobrepasa 8U horizonte.C.
)
bn 01 eomento en que ee trota do .ervir al Estado,
La tundamentaci6n de la eXplicsci6n causal tal co­ el centro do1 debate 8e despl••• , el imperativo do la ley
mo viene dada mediante la jorarquizaci6n articulada del ",oral ~pi.rd. 8U carlicter abaoluto :1 8e roduce al dobor d.
pensamiento aquinatense no se puede sostaDer m6s que en obodeoor, 01 problema 'tico 0&10 8e plantea para quien
tunci6n de conservar la unidad dogm~tica de la "petrino_ tienda en nombre (;81 Eatedo. Ha hay lilAs 'tica que la del
10f';!a" que. como hemos observado precedentemente, no pue­ Gobiorno.- (14)
de mantenerae a sí misma por las contradicciones alUdidas.
Por tanto, In ánica alternativa posible de.jagada de las
lnl'lGrito8, entoncos, en 01 eje de coordenadas que.
susodicllsa contradicciones no puede ser otra que la de
como 'nctum politicum, el propio v.aquievolo orienta BU
I
r.~tlox16n, en tanto indagadorA do lns retones oond1010­
Donar de ~1anitie9to que el plano político debe ser conce_

bido nut6noma e independientemente, sin referencia nin­


nantos de la 8inguler y sapear'ica 'conetltutivldad' del
guna a supraposiciones. tal como ~esulta devenir el cri­
:r:stf.ldo, no deja de flor completamente Jr.snit1esto que la
terio hico desde In validsci6n expHcita del pOder es­
conoordancia del planteamiento realizado deba armonizarae
ritUal-oclesi&stico. DéS esta manera el individuo debe
conitalmente en el hecho miomo de le oxpl{oita dorjinaoi6n
vivir en la comunidad terrena per se y desde ella orien_
polItica, pu~sto que 8610 en tunoi6n de 8U recurso y con­
tar su vida y anhelos, por lo que naturlllmfmte aquello currencia puede dorso la nec8Goria 'posltividad' que de •
que adquiere, ahora, un rango de primera mab~itud no pue­ be inhorir, 1err,{timo 1 ler.almente, a In comunidad pollti­
de ser otra cosa que la de buscar e indagar las razones ca, en Quanto quo el mistorio de QU n!irnnc16n como tal
eXplicativas desde las cuales se asiente la espedrice comunidad ~ol!tica no puedo buscarse por un inquirir "Cau­
e8 c8usarum", 81no,rreciBamo~te, por el responder a la
cobertura de la comunidad pOl!tica como "EstBdo",.razones
que obviamente deben taxatival:1ente circunscribirse no s6­ "ratio COUDOO", en tanto conditio Bino qua non de la cer­
tozo cor;nosoitlvn a asegurar ~;nquil!.volo crea :1 lIlantleno
cm! (} nroblcnfl duran'.. o f'U vida, a trnvAs dol interrogaree
I .... ~.or lllr; rllzünos dorivados co lnn oonductoa pollUcaa,
68 69

'. Bario para proporcionar e aquol a quien la naturaleza


Como se puede observar en su obra, bien por referencia
a las decisiones tomadas por J.uis XII de Franciaen con­ hubiera dotado de un gran valor y de una prudencia po­
nivencia con el papndo, a la sGz6n rogentado por Ale­ co comlin la ocasi6n de introduoir aqul una nueva mane­
jandro VI, padre de C~sor Borgia, en guien tantas eope­ ra de Bobernar por la que, honrAndose a si mismo, hi­
ronzas depositara 01 propio l,jaguiavelo, como respecto oiera la relicldad de 108 italianos. ( ••• ) Despu6s de
de las tomadas por la realeza española en la disputa del tantos años de expectaei6n inquietante, Italia espera
territorio italiano. en su af!n por mantener dividida que aparezQa, el fín. su redentor en el tiempo presen­
Una naci6n cono condici6n mAs favorable para proceder 8 te." (15)
la oxpansi6n de sus dominios imperiales, conductas polí­
Indiscutiblemente es este anhelo, esta esperanza
ticas que debían ser comprendidas, det;de el punto de via­
de 'oonstttutividad' del Estado la que anima y vivifica
de la dOlllinaci6n poHtica stricto sensu, para poder deli­
el pensamiento político como condici6n de eliminaci6n y
mitar con nitidez lss conoecuencias inferibles de las

liquidaci6n de la inestabilidad en las que se vivía du­


mismas, lo cual es lo que lleva al gran pensador politi_

rante el ~edioevo. ya que, desde luego, el juramento de


co florentino a buscer las razones explicitas a travGs

filelidad y vollasaje obligaba a una dependencia bastan­


de las cunles so conservaba a Italia dividida, entre las
te estrecha y estricta respecto de la voluntad de otro
cuales, desde lueco, no era la instauraci6n del dominio

ser humano. cuyas atribuciones al ser incontrovertibles,


pontificio una de laa menos poderosas. Aa! Be Bdvierte

pOdlan dar Como consecuencia resultados 1 etectos nefae­


ya en ¡';aquiavelo con entera claridad, una t6rrea crítica

tos para los propios miembros-vallasos. "La insecuridad


al poder ecl(jsir.etico Oomo eje clave de todas lS8 des­

del mundo para el hombre medieval formaba perte integran­


eracios de la n8ci6n italiana, Cuya divisi6n debla ser
te de su comprensi6n do la realidad. Pues todo lo qUe
extirpada y pAra conseguir lo Cual se hacía imprescindi_
sobre este mundo se la habia prometido, no oorno una even­
ble e8tehl~cer un poder polItico f~rreo .'! compacto que
tualidad, sino como la naturaleza misma de le vida munda­
impusiera un orden general en la naci6n italiana, obli­
na, pertenecla al reino del pecado••• " (16)
¡:,ando al po.ltificsdo a ocuparso de las labores oapiritua­

les exclusivamente y restribgi&ndole. en consecuencia, su


La necesidad no s610 de someter a control la die­
pOderío sobre loa asuntos terrenales. Políticos-tempora_
?ersi6n política de la nación italiana, sino, asimismo.
les, de 1~ cual nos queda constancia por algunos pasajes
de otorgar legalidad al ejorcicio del poder político, es
de Il Principe en el cual alienta el propio Naquiavdo
precisamente lo que lleva a naquiavelo, a reflexionar
al libertador italiano para realizar BU tarea de saoudir_
detenidamente sobre 108 m6todos legitimos de adquisici6n
se el yugo del dominio extranjero y pontifical en el que
del poder político, asentado en el ~xito de la empresa
había caido la ;;eninsula italiana, poniendo toda su oon­ la eficacia del resultado y esfuerzo desplegado, tenien­
fianza en la familia ~iedicis, toda Vez que O&sar Bore;ia do buen cuidado de tomar consigo mismo les sufioientes
habia desaparecido del e~cenario pOlitico como Consecuen_ procaucionos con ei prop6sito de no Ber posteriormente
cia de su falta de previsi6n y errorest Despu~s de haber objoto de conspiraciones como conditio sine qua non de
meditado sobre cuantas Cosas acaban de exponerse, mo he consorvaci6n del poder legítimo. cuya perduraci6n debe
preguntado a mí mismo si existen ehora en Italia circuns_ intentar mantenerse por todos los medios posibles al al­
tancias tales que Un principe nuevo pueda ndquiri~ en e­ canoe, en funci6n de lo cual ee fundamenta la c6lebre
lla mt)s eloria y ei se halla en la 060i6n cuanto es nece- "raz6n do i:Etado", de la cual el florentino es el gran
.,

71
79 Evidentemente, la eonsecuci6n de semejante obje­
portavoz. DI:' est;,~ modo, la nuda refloxi6n mequieveliana tivo no puede tener lugar m~e que 8 trav~8 do la secu- ;~

ncerca riel c>odel' polit ico nos perr¡¡j.te colocarnos fron­ 1ari2laoi6n do la orgonizad6n de la convivencia 80c1.o­
talmente antn 11\ rC'slidert pror,ia del orir:en dal EotEldo, politicS. como hemos visto, por ouanto s610 ae! es da­
como comunidpd polItica. intentando tecnificar, en 1(1 ble conceder la marr.;innlidad 'tica que debe acompañar
medida de lo pos:i.blo, 101'3 actos y acciones de absoluta n todo ao'lisis del Facturo politieo propi~ente cooei­
necesidad pn.re consal'var legítimamente el poder politi­ derado. tal Y como oomienza a revela~se desde ~l mismo
co obtenido, leeitini~~d que se autrfundamenta en y por Dante basta adquirir verdadera expreei6n en la "raz6n
si misma en el ~xito de la acci6n, oomo hernol indicado, de Eetado" maquiaveliena, por cuyo intermedio, debido

por donde se nos revela bien a lns clarae le. "ratio oau­ al mero asent~iento nudo de las relaciones de dom1n1a­
ene" que vivifica al pro:do ponsamiento maquiaveliano. ci60 strioto seneu como n601eo central, baya la poáibi­

lidad de colocares frontalmente con referencia el uso

Es, pues, justamente, de conformidad con eetas que ~aya de hacarse de áquellas susodichas relaciones

pro-condiciones del an!lieis del Factum polf.Uco dadas de dominaci6n. para poder conseguir sU posterior orien­

taci6n respeoto de la "utilitad p6blica • Sin embar~,

u
en la ohra de l-laquiavolo como se abre la perspectiva de
so~tenimi()oto ( f la convivencia social regida de su pro­ las condiciones estoblecid~. por medio de laari~eei6n

pia temporalidad sinr,ulnr, 0'1 cuanto que la dieposici6n del poder espiritual~Clesi'stieo, tal como venian da­
de dominaci6n otor~able al propio monarca permite entre­ das en tunci6n de la inseripci6n 'tica en el plano de la

ver ya clarBmente la necosidad de "gobernar" como expre­ dominaci6n. aun cuando, prima tacie, parec!an dejar en­

8i6n s6lida de la confirmaci6n de GU poder político. de trever una espeoie de morali~aci6n de las aut~nticas re­

modo qlle. preSUDuosta la obediencia ciudadana, se deter­ laciones de dominaci'n, nO por ello obten!an tal resul­

mine la seguridad de los propios ciudadanos de acuerdo tado, puesto que 10 que, verdaderemente, realizaban no

con la normativa jur1dica rectora de toda seguridad pd­ era mle que el ocultemiento 1 vel~iento de las propias

blics, como clHramente nos lo Indica el prOfesor J. Fue­ relaciones dv dominaci6n, facilitando a 'stas unas esfe­

yo, al decirnos 8s1. "'l'oda la estructura conceptual eo­ ras de expaosi 6n abeolut~ent9 enormes, como se pone de

bre la que 91 ¡<atado moderno trota de comprenderse a el relieve por medio del1aa relaciones de dominaci6n Que

mis!'lo est! dominada por el principio de seguridad. La i implicaban los juramentos de !'id.olidad del vasallaje

dea Jel contrato 80o.i8l.1 tanto como la del l';otndo como (vincul juris. como nos lo indica el profesor W. Ull­

um
communitas )lerfecta, dan por el' pueRto que 1'.1610 en la OI.'­ mann (18) ) extendidas a lo largo 1 ancho de la estruc­
denaci6n política es pbsib1e la vida del hombre en su tura social feudal, cuya c6epide se hal~aba en el jura­
plenitud existencial. ( ••• ) mento de fidelidad que debian Bostener los monarcas ree ­
pecto de la Iglesia como portavoZ del designio divino
Al cabo de este procoso, en el que paralelamente por el cual aquellOS eran propi~ente monarcas, ya que
se ha operado una estrueturaci6n t~cnica del poder y una "extra ecclesinm nu11e aaluS", por cuyo modio se espre­
integraci6n idoo16gica del mismo, el Estado desde el si ­ saba apag6gio.amente la mediaoi6n del poder oelesi6tico,
g10 XVI, ost& en condiciones de servir de plataforma de
como 6ltimo detentador de la decisi6n suprema.
seguridad al dospliegue de la raz6n social moderna, esto
es, al avance y desarrollo sistemfltico de la sociedad en
todas sus estructuras parcialos de ro18ci6n objetiva. !la
conseguido la seguridad pftblicc. (17)

73
72 De esta manora. pa.rtiendo del hecho de que la es­
tructut'aci6n organizativa del 'reino terrenal' no podio
As!, pues, si de 10 que se trataba era do obto­ realizaroe de suyo sino en tunci6n de la toma del podar
n&r el m!ximo de se~lridad, ~3te, desdo luego. no po­ pol!ti<,:) por pnrt9 del representante secular, como mo­
dia cor 3er;u:írse sino por medio del recurso del asenta­ narca. cuya ratz explicativa hay que buscar en el libro
miento explícito del podor del monarca, como aut~ntieo II de la I'!onarchia d.e Dante y cuya exposici6n m!s diMa­
ndeleo de irrs.diaci6n de la normativa jud.dica. como na se proyecta en I l Principe de Mac:'l1avelo, es obvio
expresi6n clara de aquellas condiciones que deb!an ser que, una vez afianzado tal poder politico, ~Bte como me­
respetadas por enoima de todo para qu~ tal poder no se ro dominio regio debe tender hacia el gobiorno por mera
viniero abajo y decayera, de modo que las consciencias opooioi6n interna consigo misma, ya que su independencia
d.9 los sdb<titos Cueran libres de toda atadura creencial proyecta tembi&n .obre SUB subditoo la dutonomta de los
mero~enta determinada por sI mismos, eu~ es el objetivo mismos, de modo qué la& reglas de mutuo respe~o queden
que cumplen, a pessr de todo, la retorma lutertma, abrien­ ~ur{dicsmente consignadas oxpressis verbis, lo oual es
do asl la perspectiva de tránsito para la seculariz8ci~n preCisamente lo quft modifica, eticis'ndo10, el uso del
dol poder eclesi~stico desde BU propio tondo interior, propio poder politico, poniendo en tela de juioio el rac·
tal como nos l~ señala el propio E. Troolatch, cuando n~s tiblo arbitrarismo que del mismo poder pueda hacer el de­
dice as!: "l,a cultura moderna, si considoramos SU cone­ tentador suscrito (np(SOtia regie vs. negot:l.a regni. oomo
xi6n m&o inmediata, t1a surr;ido de la gran 6"oca da la indica el protesor Ul1mnnn (20) ).
cultura eclesiAstice que rep.osaba en la cr90neia en una
revolaci6n divina absoluta y directlry en la organizo.ci6n Ba30 esta perspectiva general, pues, lo primordial
de OGta r~valaci6n en ~l inetituto de 9s1vaci6n y da edu­ no 8a otra COBa que el afianzamiento y asentamiento del
e~ci6n que era la Jglosia. ( ... ) Con esta cootrontaci6n poder po1itico como conditio sine qlla non de la conviven.
se aclara la naturaleza de la cultllra l:loderna. Significa, cia social humana, lo eual implioa por parte del sujeto
en ~enoral, la lucho. contra la cultura eclesiástica y 8U una actividad en aras a obtener el tin y prop6sito y no
sustituci6r por idoas culturales aut6nomemente encendra­ ya una mera concesi6n gratie dei como el instituto hiero­
das, cuyo validez es conQocueneia do su fuerza persuAsi­ crAtico de la Iglesia lo habia concebido hasta entonces.
va, de p.u inrnanento :y directa capacidad de impresionar. 1,0 que icporta exp1icitamente ~s la afirmaci6n de aque­
F\1ndeae ccxc se funde, todo le d.omina la autonomia tren­ lla ectividad de dominaci6n haata llegar a objetivares
te 9. la outori.ded eclesiastice, frente a los normas di­ como tal por medio de )~ expresa detentaci6n del poder
vinas directas y puremdnte exteriores. Cuando se esta­ politico normativizador, ,a quo, obviamente, el propio
blece, por prinoipio nuevos autorid.ados o so lss obede­ Maquiavelo plantea la posibilidad de poder, mediante la
ce do hecho, BU lep;itill'idf.ld se funda l!Iier~.pre en una con­ variante ampliamente conocida como maquiav61ica, segOn
vicci~n puramente out~nom8 y racional, y en los COBOS en
señRla L. Gautier-Vignal (21), como la actividad impres­
que persieten tocnvla 19.8 viejas concepciones relip;ioses cindible para conservar los dominios como oondici6n de
su v~rdad y su fuerza vinculntoria 80 fundan on primor gobierno, cuyo prueba m6s evidonte es la exigencia plan­
lUGar. por lo menos entre 108 protestcntes, en la dlti­ tea~a por el tlorentino respecto de obtener un eJ6rcito
ma eonviccit~n personal y no en la. autoridad d.ominante propio, naoiono.l Y no eotar Bujeto a los vaivenes del
como tal. " (19) mercenerisco. tan ambigUo politica como militarmente. Le
condición de gObierno, por tanto, implica aquella suso­
dlcha avtivld~ld que debe incardinarse en el exproso o­ positiviemo de t-1aquia.velo se restringe volun1:ariamente
peral' 1'01 í ti ca, estrictamonte!:lo!~oti:-!lI a la roai ti vi.rt(lq al dominio del ~stado. excluyendo de ~l todo lo que,
irr!Jdiada en lo. mera con"!ocllcHin del pron6sito, de mo­ de cerca o de lejos, no se refiera al arte de obtner 108
do que voluntad o intelecci6n no se hallen Sep!lrodas, servicios y obediencia de los hombres. " (22)
sino unidO"', aunque su uni<iad telfiriOa RSa 8610 posi­
Vemos, que el secreto de la cueeti6n metodo16gica
ble bajo la perspectiva ñs lo problemático y no como la
no radica de suyo m&s qUe en el hecho de transtormaci6n
unidad 8urra-tel'~ricE\ ullidad abeolutomonto trl:>seenden­
del prinoipio de causalid&d, el cual. una vez perdido
te, la cual, en !~allera alguna, requiere de otro !unde­
todo fUlaro arquimidadl, realidad y Qexo de unidad, debe
mento que IW GlW. el especI.ricemente dorivedo de si mis­
colocarse frontalmente ante sI mismo y derivar de esta
ma, a di!4!reno1f\ de lo unidad teldrica, '::11.)'a problel!!ati­
.froDtalldad su especifica condioionalidad constructiva,
cidud necesita no e610 de su 6ctivaci6n y comp~ob8ci6n
de modo que 8610 en tUDci6n de lo r&cticc se hago paten­
fticUcf'., sino, ademAs, de un remomorar y revivir su actw\­
te la conciencia de la Idea que le subyace que, a su vez,
ci6n pret(.r:ita con vistas a Ddquirir conciencia de su
no se constituye como tal mle que a p~rt1r de la intra­
pro!, i.a traos.forl!" '1i6n actual, de modo ';:!le "qu! ,,]. eetu­
actividad que la inbiere en tanto reterencialidad f~cti­
di::! de le .facticidad hist6ricIl se torna en imprescindi_
ca, 10 que, verdaderamente, no presenta l'laquiavelo aein­
ble condici6n de garnntla p~ra el otorgsmi~nto d9 va1!­
totlzando .&s que como faoticidad t6cnico-metodologica.
df'E 8. la propia actividad, como despliogue racional, tren­ 6610 as!. aceptando la cruda tecnicida.d la metodolos!a
te nI objeto cognoscible.
expuesta, es como se puede acoeder a la 'oonciencia meto­
t.o hay duda alguna de que toda pO.!libilidad de cou­ dolog!ea' acerca de 18 cu&ati6n cognoscitiva aqu! trata­
ceuer pIolla validez liI la actividad poHtica 8e conviert~ da. Tal trnasterenoia de la olave del principio de causa­
en conditio siDe qua non de oonocimiento, por lo que la lidad, -'a no asentado ni en la Duda cobertura de la mera
causalidad mibma no so ouede eXplicar mAs que en fdnci6n dominaoi6n ni en la r~ra revelaoi6n del facturo, implica,
de sí misma, en tanto desarrollo y despliegue, como ela­ por ende, una prob1ematioidad en la detorminnci6n del
bOl'sci6n tz:snsformacional, da correspondencia con la pro­ punto de intersecei6n que, por lo que se :['(~tiere al pla­
blema:ticidad subyacoilte a la unidad terrenal y no de mo­ no politico, noa subsume en la compleja red de delimi­
do que so de';e!'mine por modio df' intervenciones 9specie.­ taci6n problem&tica entre la legitimidad y la legalidad,
les de conoesi6n gratia dei o de validaciones absoluta­ cuya articulaci6n serA preciso abordar con vistas a bus­
mente incOLupI'obables, tal Co,no el mll'lmo A. Renaudet nOl! car el citado punto de interseoci6n en funci6n del cual
lo seríals III describir el t;r'nsito metodo16gico impuesto pueia observarse oon nitidez la ~oximizBci6n de los ob­
por la obra IlIsquiave1illna de la siguiente formal "Haquia_ jetivos subyacentes, en tanto .}1l0 objetivos que tienen
velo no intenta ya resolver, como los fil6sofos antiguos que ver no s610 con la mera conaervaci6n del poder y sus
o los humanistas italianos, el problema del buen Itobier­ medios. sino, asimismo, de leu porspectivas de asents­
no. ua roto con esta tradici6n recibida de la e~colásti­ miento y consolidaci6n del mismo, a trav~8 del filtro del
~obterno. como instituci6n a contiaurar.
ca y el humanismo. ( ••• ) liaquiavolo no considera ni el
bien de los hombrea ni sus derechos, sino los modios m6a Es evidente, como consecuaDJia de lo dicho prece­
seguros de imponerlea un orden y una autoridad. ( ••• ) El dentemente, tanto en 6ste como en el anterior apartado,
76
77

qua In plenitud que debe ser inherente a la HazcSn como


deterwinante supremo de la orientaci6n del sujeto oognoS­ I.l.2.- J"A BUSQUEDA D~:,LA RVID?:"!ClA y .~J:., GONGEPI'O DE
cente 01 cual. cono safia16 el l'rof'esor J. Fueyo, no pue­ U:TUICION 'Er~ DE!,.CAiU'r:..<>.
de ser comprel1dido mlla que como 'intellectus paeslvus',
no se sostiene per se en manera alguna, oino 0610 en f'un­ 'JbI10I'vm1 la nr¡cosidad de clar~.f'icar el fundamento
ci6n de entablecer f'orzamientos, bien por dominaci6n 00­ Il 0,16 d,wdo el cual ti:;.19;1 que aparar el principio de
lítica absoluta, bien por domlnaci6n osrirituol complota. causnlidod, c~mo clave centro1 do la intarpretaci6n ao­
1'o<1a poslbilidad de enfrentarse a tal situaci6n debe pa­ cadenada da 10G plJOsamientos, la tarea do reorientar .¡
sBr, necesariamente, por advertir que la antedicha "ple­ roconducir l:'l investigta.clón {lor GstO:3 dGrroteros no
nitudo rationis" no puode mantenerse como tal 1 que, en hacon es¡>srnr .. La causalidad s:)lo po '1.'11 hacerse compren­
conr,clcllanciR, hay que dirimir un posible nvacuumll' que e8 sible de conformidad coo aquellas c~ndicione8 que se de­
conditio sine qua n')n de toda posibilidad de objetivar lIacbt\n lior 9::fclusi ~n para Que la "p14r!i';'1~do ratiooisll'
el conocbliento, racío con el cual tendr! que enfrentar­ puedo. asonta%'oo 1 afirmarse po.. si miaraa.
se toda la ro.t'l(lxi~n filosófica del sielo XVII para bus­
car la posibili.dad de darle plElnitud de una u otra for­ El 111lflVO h")cno oo¡:;nonci'!;ivo originado por la 1'9­

ma, o bien de aceptarlo sin m!e. ~bage8 debido a la i­


10016n entrA el principio da oallnnHdCld ~1 las nuevas
rreductibilidad de su soluci6n. Ciertamente, lo que sI
cnnd:1.cioncB <lo ln idoa purno'l r'l plenitud racional 1m­
que 60 puede establecer do modo p~evio a todo anAli8ia
pl.ica i:"loxo:c-nb1ol'lonto, tm repln:1tomionto minucioso 1 de­
posterinr con respect0 B esta tem!tica 8S Que se haoe
tAllado dal horizonte an al quo ae muevo el ospacio cog...
absolutdmente indispensable indagar e investigar las po­
1"Ionoitivo. el cual, he;:r G'.ta incar:linl1rlo en torno al de­
sibles soluciones a tal. problema, tendipndo en cuenta
sarrol".o poderos" que In "ratio mathomatico" ha tenido
que le..-.)tencialided de la inteligibilidad no puede com­ der:d,~, 10El oomi·::¡nzoG del I!lovimiento cultural l'enacentistR

premIarAR nudarnente s;;'n 01 reourso coneurrencinl de la tal y ·:Ol.'lO hemso vi;;'tl'l ~n el apartado primero de este
antividfld intelectiva, a axoepci6n, claro está, que se aS\"l!tulo. Desda a.o:ta psrspectiv8, por ~n::lto. es obvio qUQ,
encuentre y halle alg6n mecnnismo por donde sea posible 1:: posib:Uida.d de otorgar fundamentaci6n causalmente cogo­
plenificar la actividad corrODcltiva do manera que la nrmcitiva para la prOi)!a "ratio m6thamat~.o9" se presenta
inteli~ibilidad se Coloque nítidamonte fronte a su termi_ e~:::!., '.m ln[i:llot9 pl'oblGa r;.:'t')do16¡;;ico, pueRto que, la po­

nua ad quem que, sin embargo, no se darA ya m~s que como 3tb1l1dad :1& aSEmta1.'la en el seno o9t=:-icto de el espacio
aproximnci6n tande~cisl y no como Unidad Determinante, cosno3citi vo pr·')supusllIto por ln estructura siloghtioa
como hasta entonces, lo cual as ••1ust8lllent e , lo que va­ no !le ;ousd¡') l'.l<l.l"t\l::'lWlr 3:1 ;lod~ alguno, sin infringir la pro­
mos a ver que sucedo en uascarl;ea como punto de arranque pin. ;11'1tur111o~a del mod::> m:>,toj::l~tlc.') de cO;1ocer, dirocta­
de to'io el pensamiento f'ilos6fico moderno en mento ()riell~lldo naoin su ~6pl:lcabi1idad inmediata". L.
aras a deter­ .: ~}zzi nos nrlviarto t f:lIX?1.'CU39llldnt3 seto mismo referido a
minar la sonda y orientac16n metodo16git'lp.. de
dad cl)g o9citive. moderna. la objetivi_ la rGOOn'11:cM60 IDc';odo16r,:lc!l que roaliBm'B Descsrtosl"La
Q,:,osicí6n m~c v&l~.do. :;J la silot,!:1etica es a.quella de Des­
carteG, qua no acuse a la silogintica enüeñade en la 88­
ouoll" solo dE'! nbstraci611, sino tftll¡bi6n de incapacidad de
0[1'0081' tma inforCilCic. eficaz pura l!i i~n.eotigac16n cien­
t1.!:',ca. L1i ocusaoi6n de abstracci611 es comdn a la de los
78
humanh,tos, pero en Descartes asume una matizaci&n di­
79
verss, para Descartes no tiene sentido haber construido aquel sueBo tenido por el ti16sofo en la noche de noviem­
u~ si!;tema de inferencia sin saber si las proposiciones bre de 1619, al cual ya hernos hecho roferencia: "De todo
componentes 80ab verdaderas o falsss, o mejor aun sin se colige ovidentemente porque la oritm'tica y la geome­
saber si oc ouoden construir de hecho. Es evidente, tem­ tria son mucho mAs ciertas que lae dem's disciplinas, a
bi~n para Descartes, qUe la l6gica tieno como objeto de saberr porque solo ellas posoen un Objéto tan puro y sim­
ostudio la forma estUdiada. ( ••• ) Deocsrtes denuncia es­ ple que DO es necesario hacer ninguna suposici6n que la
te peligro, dedo que el mayor ndmero do proposiciones experiencia baya hecho inciorta, sino que ambas consisten
universales afirmativas, sin las cuales no es posible absolutamente en una serie do consecuencias que deben de­
cumplir ninguna inferencia, no son otra Cosa que juegos ducirse por via racionnl. 80n, por consiguiente. lae mls
de palabras, o sea. son proposiciones verdaderas solo tlciles y claras de todas las ciencias y tienen un objeto
por el hecho de que se le han acordado los significados como el que buscamos. puesto quo en ellas pareo e que el
do loa t6rminos, sin conocer ni el preciso ~mbito de eu hombre apenas puede equivocarse si no Ele por inadverten­
extensi6n, ni los especificos atributos do eu comprensi6n. cia." (2)
~cadeDar entre sí las prOPOSiciones, es decir, pasar da
una propoaici6n a otra e de dos proposiciones a Una ter­ Es, plenamente evidente que la bdsqueda de la co- ,
cera es para DOscartes totalmente evidente. la diticultad bertura de fundamentaci6n de la "ratio mathematice" cons­
est& en COlegir la voracidad de la proposici6n usada por tituia un eje clave a la hora de proced91' a examinar las
este encadenamiento, y el estudio de los diversos modos condiciones metodo16gicas por las cuales debía discurrir
de deducci6n puede ser s6lo causa da compresi6n. la investigaci6n cognoscitiva. La presuposici6n l6g1ca
stricto senau, tal como habla estado formulada hasta en­
Bs indudable que do esto manera se pierde la pe­ tonces no permit!a, on modo alguno, resolver la cuosti6n
culiaridad p~opia de la l6gica, la cual nnda dice acerca en torno a la susodicha fUndamootaci6n de la matem!tica,
de la verdad o falsedad de las proposicionos en si misma, puesto que, si bien su cogno8cibilidad requería todavía
puesto que no garantiza ni la premisa ni la conclusi6n, de tal tundamentaci6n. no obstante, la certeza irradiable
sino exclusivamente su consecuencia. " (1) desde ella convertiase en un aut~ntico caballo de Troya
para la estructuraci6n puramente l6gica del conooimiento,
1,os conñicionoo con laa que se enfrenta Descflrtes como ee n08 indica por el propio Descartes. de la torma
se centran en la p06ibilidad de afianzar !undadamente la
siguiente. ny no me cansA mucho en buscar por cu&les era
"ratio mathematice" y osta tarea no puede residir en un
necesario comenzar, pues ya sabia que era por las rula
mero desarlollo l6gico. La estructura l6gica de la raz6n
simples y l&oil08 de conocer, y considerando que entre
matem6tica el?tá plenamente asegurado desde que en 10 que
todos lo~ que han buscado hasta aqui la verdad en los
arecta al conocimiento matem!tico stricto senau, la tor­
ciencias 8010 los matem6ticos han podido enoontrar algu­
ma u objeto u contenido del mismo, tiene que acordarse y
nas demostraoiones, es decir, algunas razones ciertas y
conformarse consigo mismo de manara inexofable y di'tana
evid.entos, no dudaba que habia que empezar por las mis­
y esto es lo que nos pone de relieve el mismo Descartes
mns que ollos han examinado, aunque DO esperase ninguna
en sus REGULA,,~ liD DI¡;¡~CTIONni INGENII, en las cuales se
otra utilidad sino que acostumbrarían mi espíritu a sa­
(liluc1da clarar.Jente y por vez primera. el resultado de
ciarse do verdades y a nc contentarso de ningán modo con ,,;,.p;"<;~~>
'/)\'11' ~ ..... "~~
falons razones. " (3)

r SI.
80
81
Vemos, indudablemente, por esta GltimB reterencia
del DISCOURS DE L.~ NETHODE, CMO para Descartes estA el! QUebrada la estructura cognosoitiva de la eilog!!
borada ya plenamente la base de firmese sobre la cual d! tlca como m6todo de conocimiento que pormite determinar
be asentarse el conocimiento matemAtico, Cuya invastiga_ el objeto y contenido del mismo, tanto te contormidad con
ci60 inicial hay que determinarla a tinales de la decada la intra-sprehe))si6n de las oondiciones fAotico-emp{rica
de loe veinte del siglo XVII, entre 1628 y 1629. dUr8nte como respecto de la raoionalidad absoluta de la Idea pu­
la redacci6n de las tamosas REGULAE AD DIREOTIOttEM INGE­ ra solíoito de pIona positividad, en cuanto que su acti­
NII, Oomo proped6utica a la obra citada en primer lugar vidad cognoscitiva, esto es, aplicativa resulta entera­
que, publicada conjuntamente COD la DIOFTRIQUE los MErEQ mente "deceptrix", como consecuencia de la tunci6n pura­
RES y la GECY,ETHIE, constitUYe un hilo de primOrdial re­ mente "creencial" que anida en su propio 8eno metodo16g!
levancia pare la contiguracipon del pensamiento tiloa6t! co, se haoe completamente indisgensable estableoer como
co moderno. Be replantea aquí la necesidad de indacar un conditio sine qua non da toda certeza y obJetividad cog­
m6todo que sirva para regir 108 destinos del proceso cOI noscitiva buscar e indagar laa condiciones por cuyo in­
noscitivo, sobre la base de la certeza que debe serIe i! termed10 podamos hacer CTente a la 'Infinitud' ante la
harcote y que se opone al escepticismo que se apodera del que nos hallamos, aun cuando 6sta intinitud no aea 18 ve!
espíritu humano y que el propio ti1680to de la Fleche DO dadera intinitud, ya que sotto voce. contamos con la tu2
deja en modo alguno de oombatir, como puede apreoiarse aionalidad cognoscitiva proporcionada por la "ratio math!
por sus propias palabras. ",Por lo tanto, mucho mejor que matico" que, cual ovillo de Ariadna n08 permite, como T!
aeo, salir del laberinto .io&nico, una vez que nos hemos
buscar la verdad sin m'todo es no pensar jamAs en ella.
pues esos estudios desordenados y esas meditaciones oao,!! dado cuenta que el propio minotauro no es mAs que una fi2
ci~n nuestra en la ooncepoi6n de lo infinito, como el prg
ras, sin ningunaiuda, enturbiaD la lUB natural y Ciegan
pio Vescartes nos lo subraya, al advertirnos a811 " lues
los espíritus, y los que act'tumbran a andar en las tini!
bIas debilitaD de tal manera la penetraoi~D de su vista finalmente el m4todo que enseija a seguir el verdadero O!
den y a numerar exactamente todas las cirounstancias de
que luego no pueden soportar la olaridad del día••• " ~4)
lo que se busca contiene todo lo que da certidumbre 401..
Lo que tambi'n se a.tirma en el DISOOURs DE LA ME­ reglas de la aritrn~tica.
THODE, resalt&ndose Una Vez m!s la importanoia esencial
~aro 10 que me contentaba mAs en este m~todo era
orientadora del m6todo, como guIa de todf.'. posible objet,!
que oediante él yo estaba seguro da utilizar en todo mi
vidad cognOSCitiva. de la torme que soguidamente se ind,!
raz6n, ai no perrectemente. por lo menos 10 meJor que p~
Ca. "Pero no temeria decir que pienso haber sido muy te­
diera, ademAs de que sent{a al practicarlo que mi esptr!
liz por haberme encontrado desde mi Juventud en oiertos
tu se acostumbraba poco a poco a concebir con mayor Dit,!
caminos que me han oonduoido a consideraciones y mAximas
dez y mayor distinci6n aue objetos y que. DO hnbi6ndolo
con las que he tormado Un M6todo, por el cual me parece
sujetado a ninguna materia particular, me prometta apli­
que tengo un medio de aumentar gI"odualmen'l;e mi conoci_
carlo tan 6tilmente a las uiticultades de la8 dem's oie2
miento y de elevarlo poco a poco el gr.ado m&s alto que
cias como hab{a heoho a las del &l~ebra.n (6)
la mediocridad d~ mi espíritu y la Corta du raci6n de mi
vida le permiten ~lcanzar." (5)
Es muy importarte y significativo que esta cues­
tilln tombi6n se ponca de manifiosto en lns Regulae ad
82 83
directionem nigenin cuando el propio ti16sofo de la Fl!
representaba un medio de conocimiento absolutamente irr!
che nos conaigna la siguiente re!~exi6nl "Pero de todo
cuaable y pBico16gicamenta hasta improscindible, como de
esto se ¡lB de concluir no $010 que h8,j' q'.l9 aprooder arila
vione diM'ano.mflntA oY.:'pueato (m el e):aman del primer SUb!!;
mlotica y geotlet:~la, sino unicamente que los que buscan
partedo de este primer capItulo. 1.a roourrencia al marco
el rncto camino de la verdad no deben _cuparse de nine;3n
l6gioo de conocimiento aportado por la 0I:¡tructuraci6n s1
ob~gto que no ofresca una cerLeza igual a la de las de­
loglstica implicaba inexorablemente la imposibilidad de
mostrsciones arito&ticoe y geom&tricRs. " (7)
su aplicabilidad y, por ende, el Bcceso a un determinado
Dirimida la cuesti6n al M'todo, la problem&tica tipo de conocimiento meramente cogitativo, retlexionante,
se or:tenta hacia, la ed1ticaci6n de la objetividad cognO! aun cuando tuViera la presunci6n de dar plena y absoluta
citiva, como conooimiento científico, como ~iencia, des­ cuente. ds le. roalided p rolli9.lllente renom~nica, cuando sin
de la operatividad m6vil que se puede controlar desde el embargo, la COBnoeoibilidad do la misma no so revelaba
13Atodo, tal como nos lo precisa el propio pensamiento ca~ m~e que tioticiamente, es deoir, diQl~uticamente, lo que,
tesianOI " Tods ciencia es un conocimtento oierto 1 evi­ naturalmente, no 8s9guraba en manerB alguna la certeza
dente••• Y as!, por el titulo de esta regla, rechazamoa cO~loscitiva buscaBa 1 anhelada, de modo que el escepti­
todos los oonocimientos 8610 probables 1 estableoemos que cismo desspareciera del horilllonte oculto por el fulgor l,!!

no se debe orear sino en los perfectamente conocidos , minoso de 108 rayos solarest de forma que, de una vez por

respecto de los cuales no se puede dudar••• Parece, pues, todas, la métnmorfosis dol raoiocinio puro no implicase

que no podernos adquirir cienoia p9rtecta de tOdas aQuellss la ficci6n de :11 cognoscibilide.d, reaotivando la tunci6n

cosas que son opiniones probables, porque no es legitimo. oogitativa, como si 6sta no tuviera rín nunca, como si el
sin incurrir en ligere.a. esperar de nosotros mismos m's pensamiento no pudiera fijar su propia actividad pensan­
de lo que 109 c:;ros han hecho, de modo Quet si nueE'tro e&! te, movi6ndoee interminablemente en un "dubito" inapren­
0\110 es exacto, d<e todAS lfs ciencias ya constituidas .6­ sible. el propio Descartes nos lo indica de la siGUiente
lo queda la 8ritm~ti.ca y la geometr!a, a las cuales .,08 manera. It l'ero para que se advierta aOn con masar evidG2,
lleva la obsorvKci6n de esta rer~Q.ft (8) cia que aquel arto de raSonar no aporta ninguna utilidad
al conocimiento ~e la verdad, es preciso advertir que los
La neoesidad de articular certeBa cognoscitiva pl! di8l~ctiooa no pueden formar so~~ BUS reglns nlnGÓn 8i­
na converdase en un requisito indispenssble para la tpo­ lorr,i$lllo CU3'a concll.lai6n sea verdadera e:!. no cuentan antes
C8 csrtesiana, ya que scoatumbredos a enc.ontrar en la idea con 11'1. materia ñel mismo, esto es, si no conocen previa­
de la divinidad el gozo eupreme dn la existencia humana s2, mente la verdad que deducen por ese medio. Vemos, pues,
te la desdicha de la ectividad i.nmediatmento real, la pos! con olaridad, que una forma tal no lea ensoña nada nuevo
bilidad que se deriva de la disoluci6n de 6sta idea, de y, por tanto, Que la dial~ctic8 vulgar es completamente
conformidad oon los contrapuntos descubiertos a la hora de inntil para los qua quieren invostigar la verdad de las
poder otorgar 6ut6ntica "9rE>cidad para la singularidad del cosas y que 8610 puedo servir, a veceSt pora exponer con
universal pl'sitivo, como maximum de la realidad coe;nosci­ mayor facilidad a los dam&s las razones 3ft conocidaSt 1
blof obligaba, en consocuencia, B. procoder 8 ponerse fren­ que 9S pr.eciso trllsll1dare9 do la filosor!.a a la retorica."
te 8 18 inconmenllurable realidad del conocimionto, ante la (9)
cual la objetividnd proporcionada por la "ratio mathematice"
84
85
O, como tambi6n nos lo advierte en su Disoours
de la i'lethode, de la rorma siguientes " Pero al examlnBt propono, por cuyo intermedio se dilucida claramente la
lss not~ que en Cuanto 8 la l6gica sus silogismos y la cuostión en torno al combio de rumbo y orientaei6n que
mayorla de sus dem4s inat~JCCiones sirven mds bion para
eXplioar a otro las cosas Que se sabe o inOlUso, cC'rno en
Ql arte de LUlio, a hablar sin Juicio de las que se ign2
•.'
iI;\'
la objetividad cognosoitiva tomarA desde el siglO del
Barroco en adelante, oircunscrita por la problem&tica
ropr.esentade pat· la "ratio mathomatice". " Ahora bien,
ra, m&s que a aprenderla. y aunque en ereoto oontiene m! ontiondo por m~tod(', rúglas ciertes y tAciles, cuya r,!
chos preCAptoa muy verdaderos y muy buenos h~, sIn embaE gurosa obsorvac:.tm impide que jamAs se suponea verdade­
go, tantos otros mezlllados con ellos que son dañinos o ro lo te leo y hece que la inteligencia, sin gasto inutil
SUPlerlluos, que es casi tan ditIoil separarloe como sa­ de eatueJ:1l'OI!J oino aUl!Jontando siempre la ciencia, llogue
Car une Dinna o una rUneI"Ta de Un bloque de mArmol todavía al verdadero conocimiento de todo lo que as oapaz." (12)
ain deSbastar." (10)
De este modo, llegamos por rin a la exposición
De conformidad COn lo dicho S9 Ve 14cilmente co­ de la beso esencial metodo16gica propussta por Descartes,
mo Descartas se opone radical y taxativamente a la torma como garent!a para la certeza coenosoitiva. Y como cau­
l6gica dorivada de la Cilog!stica peripat¿tica, ya que oi6n de objetivid6J cognoscitiva, en la medida en que,
sus resUltados cognoscitivos no implican de Buyo m&e que desde luego, s~lo respetando tales reglas met6dicas os
articulaciones sobre las Cuales nada Puede estableoerse COIIIO se hace factible no incurrir en errores y equivocos

de verdadero y ralso, PU4~ permiten eSConder elementos tanto rn~s gr8Y::lS cuanto qua le. Oiencia pendula inexora­
rant6stioos de los cuales no se puede uno dar buena cue~ blemente de vu elusi6n y erradicaci6n. l'ado ello, e6lo
ta. ror consi¡;uiento, 8e impone la necesidad de revisar
el m~todo siloe!stico. b Ea pues, sobre el car40ter ror­
mal de la 16g1ea da Ariat6teloa donde Descartes ooloca
todo el peso do BU crítioa, y espeoialmente 80bre la t3S
nica elaborada por la eeool¿etioa pera rormar 108 silo­
I
J
es d~acartQble desde le 6ptica nitida y di&tana de las
reglas que seeuidamente se exponen, por ll:tedio do las CU!
lee E>E) hace factible la aplicabilidad del "en&118i8" pr2
puesto por DevcaI·tes, tel y como n9 euLrayn en el ro-m}!
TURE llISTORIQUE de E. Gilson (1,), las cuales nos son
gismos (Descartes escribe siempre. Sillogismorum tormae). reveladas por el miomo Oartel<iue BS!I ..... As! en vez de
y el punto al que apunta especialmente es la legitimidad epa ¡;ran cantidsd de preceptos de que se oompone la 16g!.
o la miama 'POsibilidad, de Un m6todo que pretendería re­ ce, ere! que tcndrla bastante con loe cuatro Bi~11enteB,
glamentar la lorma de los razonamientos indepondientemc~ supuosto que yo tomase una fir.re y constante reeoluci6n
te de su CO.,tenido. La lóp,-lca oartesiana ser! do tal mo _ do no dojar ni una vez de observarlosl
do, al contrario, que el contanido del razonamiento engen El pr:l.r.I"3ro era do no reoibIr jllt:l~s ninguna cosa
dr(Lra ipao tacto la forma, no haCiendo 6sta dltima nada como verda~ere que yo no la conociese como tal. ee decir,
orm da evito!' cuida10GBI!lente lo precipitaci6n y la prevcnci6n,
m4s qUe 1" ':llar el mismo movimiento cumplido por 01 os..
píritu en sU.án6lis1s da les ideas." (11) y no compronder en mis juicios nada Inás que lo que se pr,!
sentara a mi ceplritu tan clara y tan dietint8Illente qua
Establocidl.l la problem4tica ante la Cual se encuen no tuviore ninguna oCAsi.ón de pcnerlo en duda.
tra el rilósofo do la FlGCho t conviene, proooder a nden_ ElsoCUndo, do dividir cada una de les dificultades
tramos on la est~ctura cognOscitiva metodolÓGica que qUt~ examinoI'e ~n tantae partos como se pudiera y como lo

exisiflra su mojor solucl6n­


86 87
El t~rcoro, en conclucir con orden mis pensami92 con las siguientes palabras de Descartes, en lo que nos
toe cOillenzando \)01.' los objetoe mis simples y doiles de advierte I " Entiendo por intuici6n no la confianza in­
conocor para ascender poco a peco, como por grados, hs! cierta Que proporcionan los sentidos ni el juicio enga­
ta el conoc'¡mien'\;o de los m!s compuestos, El inoluso su­ ñoso de una 1maginaci6n Que re8liza mal las composiciOM
poniendo un orden entrn los que no se preoeden natural.. nes, sino un conoepto que forma la inteligencia pura y
mento unos a otros. atenta con tanta facilidad y distinción, que no queda
ninguna duda sobro lo que entendemos. o, lo que es lo
y el tht:!.mo, de hacer en todo enultwraci6n tan mismo I un concepto que forma la inteligencia pura yate!!
detalladas y rGlvieicnes tan gen~r8le8 que estuVielle se­ te 8in ninguna duda y que nace s6lo do la luz de la razón
guro do no omitir nada. n (14)
y que, por ser m's simple, es m6a cierto que la misma d!
Tomndsa, por onde, estas regles met6dicamente ducci6n, la cual. ain embargo, tan poco puede ser mal b!
cognoecit5vafl como taloa no ea difIoil constatar Que G!! cha por el hombre, como ya hemos apuntndo. H (15).
realidad, dado 01 car6.ct'~r "deceptor" y engañador que!
rradia lo getrllcturn 'doductiva' de la si 1.0e;!stica. el Por consiguiente, la intuición es justamente la
as-s:-ttsnientc e:r.pl1:cito de In "ratio II!llthematloe" no pu,! fuente de todo nuontro conocimionto cierto e indubitable,
de de suyo establccer3& m&s que en tune160 de determinar es decir, que la "intuición" representa aquella base de!
alr;una !ormll do oonocimit'nto d~1l3dé la cual sea posible de la cual, existiendo conformidad entre el contenido y
garantizs.r la cOhr.n·'mcía intrr-fotEf.'.1 de aquel tipo de 02 torma, puede comenmar a oonstruirse el edificio de la Oien
nacimionto que nos 98 proporCionado por la misma matemá­ ota 9bn plens conoordancia, y ya hemos aprehendido Que la
tica. Esta en preo~.samonto la taren que IJeecartes se tr! esencia misma de la objetividad cognoscitiva tal y como
lila CO!'IJ::> ponearior, en t:>.nto y t;l'1 cuanto ltl. b:Joe potenoieJ.
es planteada por el propio Cartesius en el famoso pasaje
de :lntel1~:!.bili dad dClhe cOIlC·)I'dar plcnonünto con la os­ de sus REGULAE AD DIR:r;CTIONE)! INGENII, !;\l.ll: cuyo interme­
tructura imaginaria, eoncebiblO'monte 'tib-urativa', desde dio puede inctarae la b6squoda cel asentamiento del'pote!!
la cual parte 15 co:c-;oza COgllOBclti'!Q que inhiore n 1.. cial oognoscitivo propio del sujeto cognoscente, o de su
inteli~ibilidad debe comprenderse como actividad cogita ­
propia Hratio mathematice", 10 que verdadoramente hay que
tiva, como aotividad intelectiva, oomo olave de toda au­
fundamentar, por tonto. n" es otra Cosa que la olevaciAn
t~ntioa racionalidad expressia vorbis. Todo ello, oondi­
a z'aclonelidad dol conocillliento aportado por la conatruS
ció" loatlilw6I;ice., a trl3V~s del an6.lisis 8lg.3l>ro.ioo que De!
cionar' la met6dica oartesiana en oras a la determinación
de la objetividad oognoscitiva atribuible y otorgable a
C"rtf!8 de~.cuh:re en sus m<GtiLAE AiJ DIR'.C1'ION"I'¡ INGEl'IlI, c2
la propia actividad intelectiva, cuyo fundamento no pue­
mo ell 8lnpli8lllente sabidQ. La cobertura desde donde 80a P2
de. por tanto, establocerse m&s que partiendo de las CO!!
aible ests.ble(")e:.' nquE:J.la fundamer:L.aci6n no puede residir
dictones metodológicas que se infieren de la falsedad, en
en la mera estructura deductiva eilof;!S·cicll, ya que aqu!
10 que respecta e la determinación veritativa. dela si­
la garantIa <le contor;¡:aci~ de la forma tigurada consigo
misma no l'.parece Ilítidam~nto B9.lvRcrtlarda.la, por lo que logística peripat6tica, es decir. en baa8 al hecho de CO!!
cobir "met6dioamente" el camino o sendero de la. certeza
no h8J' otra orci~n qu,!:' ot;orgarle a la prop.ia actividad i!!
cognoscitiva bajo la proped6utica de la "dubitacl&n". cg
tele~t;lva del sU,jal;o Oognoscente la capacidad o potQncio.
mo máxima precaución de acceso a la susodioha corteza cos
de ftCü91:'do susorí tI) sin la iotuici611 pura la mateDlt.tica,
noscitiva..
y esto, evidentemente, no puede dirimirse de conformidad
88
89
M••• !'ero Como ahora deseaba dedicarme solamente a la iE
veetigaci6n de la verdad, pensaba que debla bacer todo a sI misma de acuerdo con los dictemenes respectivamente
10 contrario y rechazar Como absolutamente ralso todo a­ inferidos por l8s potenoias o racultades que se dibujan,
Quello en 10 que PUdiera imaginar la menor dUda, para ver inicialmente, desde la actividad sensorial, como "lo.
si deApu6s do eato no quedaba aIr,o en mis creencias qUe sentidos", por intermedio do los cualep rocibimos las i&
ruese enteramente indUdable. Así como nuestros sentidos presiones, pasivamente, de los Obj~tOB, que son tan s6l;
a veces nos engañan, qUise suponer que no hab!a ninguna "externamente- receptivos, 1 en los cuales se nos graba
Cosa que ruese tal Cual ell08 nos la hacen imaBinar. y la impresi6n objetualde similar modo a como el sello gr!
puesto gue hay hombrea que se equiVocan al razonar inclg ba su impresi6n en la cera, sesón el famoso ejemplo uti­
80 en loe temas m6s simples de la geometría e inourron ! lizado por Descartes, lo que nos revela, as!, la posibi­
111 en paralog!emos, y jUzgando que estaba SUjeto a error lidad del sentido eorn~n, cuya funci6n describe as! DescBt
lo mis~o Que Cualquier otro, rechas' como raleas todes test • En tercer lugar, hay que ooncebir que el sentido
las razones que antes había tomado por demostraciones. comdn desempeñe tambi¿n el papel de un sello para impri­
( ••• ) Deepu¿s de esto coneider6 en general lo que se re­ mir en la fantasta o imaginaci6n, como en la cere, las
quiere de una ProPosici&n para que sea verdadera y cier­ miemas figuras o ideas Que llegan de los sentidos externos
ta••• juzgu~ que Podía tomar Como regla general que 188 puras e incorp6reaa, y que esta fantasta es una verdadera
Cosas qUe concebimos muy claras y muy distintamente 800 parte del cuerpo, y de una magnitud tal que sua diversas
todas verdaderas, pero que s6lo hay alguna dificultad en partes pueden revestir varias figuras distintas entro sí,
7 que suelen guardarlas durante mucho tiempo, y entonces
(16) bien cU!lee son les que concebimos distintamente.­
notur
recibe el nombre de memoria." (17)

La cooprehenai6n "intUitiva" del objeto cognosci_ Las potencias o facultades intra-intelectiyas por
ble por parte del SUjeto cognOscente implica la actividad medio de las cuales se activa la compreher.si6n, deben d~
tntrlnseca del mismo, puesto que de que otra manera 00 h! se a partir de la receptiVidad sensorial de las impresio­
br!a poeiblided de otorgamiento de aut6ntica explioaoi6n nes de los objetos que nos afectan, las cueles son lleva­
causal para la propia determinaci6n cognoscitiva. Por oo~ das a la imaginaci6n, do conformidad con el sentido com6n,
Siguiente, el ~stablecimiento de toda certeza cognosoiti_ que las guarda y CunserYa en la memoria. Es as! como el
Va Queda pertectaceote en~8rzado en 01 marco cognoscitivo Inteleoto produce el conocimiento, pues el filtro repre­
delineado, a troves d--'l oual, ademAs. deben ponerae de 1'!
lieve las condiciones potenCiales que como potenCias o a~
sentado por estas tres potencias intra-intelectiyas ase~
,
ra y carantiza plenamente que 01 mareo comprehensiYo del
­
tiYidad inteloctiyas, nos suministran la Posibilidad del conocimiento so balla perfectamente asimilado y elaborado
conocimient.o "intuitivo~, o lo qUe 8S lo mis~o de toda Pg con vistaS B proceder posteriormonte con el mAximo aval a
sible objetividad cognOscitiva, por medio del "asentnmieu eatDbleeer la detm:'I'ninaci6n coe;noscitiva "intuitiva~ como
to" que n08 proporCiona la conducci60 de la actiVidad in­ eleve de todo el edificio cognoscitiVO desde el punto de
telectiva de conformidad Con las reglas met6dicae Conceb! vista dela !Jndamentaci6n co~noscitiva, plenamente confo~
das, Como actividad intre-intelectiva. meda a 18 validez explicita que nos proporCiona y otorga
la misma eficacia cognOSCitiva inherente a la ftratio ma­
Esta actividad intre-intelectiva, debe conrir,urarse thomatice". Todo ello, noe permite atisbar con 1,. BuriOie!!
te olaridad la interna depondencia directa Que vertebra
~ - .. ,.!~ ,­

90 91
el propio conocimiento te6rico en Descartes, de modo que
eje de vertobraci6n del~noc1miento, que no puede pasar
una vez doterminada la "intUici6n", puede proCflderr:9 y~
desapercibido y que hay que advertir aquí por encima de
a establecer la "deducci6n" desde aquella, en funci6n del
todo, ya que ello caracteriza, sincularmonte, el hilo ,
EJnCadenamiento sucesivo plenamente garantizado por el r,2 ~; conduotor de-ls retlexi6n cartesiana. Fareceria, pues,
quisito oomprehensivo exigido por toda determinaoi6n in­ ~- que s610 en funci6n de la propia actividad intelectiva
tuitiva pora la r,radualidad progresiva do su fundamenta_
que es inherente al sujeto cognoscente pOdría ser fact!
nt6n. Aqu! realmente, no hace Descartes mismo mAs que r!
ble dirimir objetividad cognoscitiva expressis vorbis,
coger la herencia de la tl10softa de la Stoa, como bien
como verdaderamente deviene ser para el gran ti16sofo de
pone do relieve el mismo W. Dilthey (18) y como puede
la Fleche por lo precedentemente observado, pero, enton­
comprobarse, asimismo, en la obra de A. A. Long (19) y
en la de R. "ondollo. (20) ces, nos enfrentamos, bajo esta perepectiva, anAlogamen­
te a oomo lo tuvo que haoer ~l mismo, con 01 problema de
Una vez establecidas lse potencias o tacultades otorgar .alidez absoluta a la Idea pura, como concesi6n
intra-intelectivas que dirimen la base tundamental do la de realidad existencial para la divinidad, para Dios. Ee
receptividad dolos olementos en !'unciAn de los Cualeo PU! te enfrentamiento no puede eludiree el implica una supe­
de articularse la posibilidad cognoscitiva, no es dif!cil rac16n de les condiciones objetivamente formales que se
comprenñer que el acto esencial. desde el cual ee estructl! irradian desde el plano de certeza inmanente a la ffratio
ro la certeza cognoscitiva propiamente dicha no puede ser mathematice". Ahora bien, c6mo sea esto posible se nos he
otra que la "intuici6n", por cuyo mediot naturalmento, 82 ce complicado derivarlo inmediatacente, por lo que, pre­
quiore la "ratio mathomatice" aut6nticB auto-tundament~ vi~ment. a la sOluci6n, caso deru posibilidad, se nos he

ci6n, de modo que e8 as! como tenemos aprehendido el acto ce abaolutamente imprescindible comenzar a plantear y r!
primero en el cual 01 Intelecto despliega su pOderlo de solutivamente, las condiciones cognosciti.as que se der!
objetiVidAd cognoscitiva, que, de suyo, puede perfilarse .ar!an, para el propio sujetó cognoscente desde aquella
como garantizado, por lo que el desarrollo del acto segug superaci6n cuya cdspide reterencialmente emptrica no su2
do, pues, DO ee mAs que el encadenamionto sucesivo, como siete ya eino de acuerdo con los supuestos cognoscitivos
deduoci6n". Esta aparece plenamente asegurada porque la inherentes 8 la fundementaci6n co~oscitiva otorgable a
comprobaci6n intuitiva otrece UD marco reterencial de ga­ la "ratio mathematice". tal como ha sido expuesta antes.
rant!adesde donde puede otorgarse a eeto segundo acto ig Asl, pues, partiendo de semejantes condiciones c06
telectivo propia veracidad y 8610 as! subsiste la fUnda­ noocitivas, es enteramente indiscutible que la articula­
mental cauci6n que Descartes resolvta como necesaria e i! c16n de lo certez8.y objetividad oognoscitivas no pueden
prescindible para todlJ determlnaci6n de objetiVidad cog­ dirimirse m&s que da cun~o~~idn~ con la actividad inteleg
noscitivo, que no era de suyo m~s que la intelecci6n "cl! tiva del sujeto cognoscente strioto sensu, ya que de otro
re y distinta" tal comose cumple por medio de la "intui _ modo 01 requisito indispensable de la demostroci6n cient!
lt
ci6n que S< <egura la anhelada .E.'videncie..
tica se disolverta como lo nieve frente 01 ~310r solar.
Le. colocaci6n de la activ '¡ad intelectiva de Con­ do manera que, por onde, el único camino posiblo de vert! .
formidad con las condiciones internas del prOpio sujeto braci6n de cortoza no puede estar mIs que en tunci6n del
cognoscente implica tocio un cambio de fundament ....c16n del dubito", como precnuci6n conatqnte y tenaz respecto de la
objetividad asignable a nuestros conocimientos, por lo que
92
93
inmernos en el seno Oa la mis~a duda como obstáculo n B~
percr, nin cuya C010CB0160 frontal ante nosotros mismos formidad con la erticulac16n veritativa deducida de la e
no podrtamos s~,lir de ella, aprehendemos eoencialmonto concordaaoie de la forma que lo inhiere consigo misma,
que ella. on tanto duda met6dica, no puede dejar de im­ neda eubeisf;e ya como problema irresoluble desde donde
:llicar al "Cogito" dub1tante, el ~:mal, por sí, pOdr.'. té noa haga lnex~~sable la tund80entaci6n de tal trAns!
entonces, dirimir para su capaoidad cogitativa al sor de to relativo a la determinaci6n "unitaria", idontificadg
aí mismo 00:;0 expreo16n de aquella, lo mismo que de la ra ndem&s, de lEl ob~etividad cognoscitiVa. que, asimismo,
-ratio matbomatice" que 8610 nU9Ltra activida~ intelect! debe irradiar inmal:ontomento aJ propio "Cogito" t1n la i

va concibe .Y construye podemos extraer el ser o realidad comprehensi6n cierta y objetiva de 81 misQo. Todo esto, ¡

de cosas que, por su intermedio, se nos hacen comprensi­ como desarrollo ~a lo que nop va a ocupar en el siguiente
bles. La ~olidoz intrínseca propia del "Cogito" DOS rev! apartado, donde pondremos de manifiomto las conclusiones
la a trav6s de la propia oondic16D d';b1tativa¡ que de sI 1 resultados que Descartes har! de los presupuestos est!
mismo na deriva una "realidad" que no ~uede sosl3Yaree 1 blecidos en cstas dos obrss que noa han ocupado essncia!
en funci6n de la cual sería factible, aeaeo, establecer mente aqu!, a pesar do la condena de Galileo y con toda
el flllcro arqui.ida1 desde donde sea pOSible dar buena lae precauciones mostradas por 01 fi16aofo do la Fleche,
Ouenta de la problemAtica en la qua hasta entonoos esta­ ya que las oriticas recibidss por lS8 obras que acompañan
ba embrollado el aoceso a toda ob~etividDd cognoscitiva. 81 DrSCOURS DE LA "1El'HODE por parte de la Compañia de i!
En un famoslsimo pasaje del DrSCO~tm DE LA MErHODE nos &de 10 hac!an bAeioamente sospechoso o, ouando menos, SU!
lo indica el propio fi16sofo de la Fleche, de la sigu ie2 ceptible de in~r.ctor do la normativa dogm!tica del Escg
'te f'ormnr "r'ero inmediatamente dospu6s advertI que mien'" l:lsticismo aferrado por el poder eclesi6stico. sin que
tras yo queria pensar de ese modo que todo ere falso era el hecho do domiCiliarse en Holanda 1:.1 pUdiera privar do
preciso necesariamonte que yo, que lo penssba, fuese al _ problems8 como los tóndrA 01 mismo año de la publicaoi6n
guna Oosa. Y notando que esta verdad.¡ienS2. luego eqZ. de su gran obro. filosófica, las l!f!l.'IJ':",'ATIONES DE PRIMA PHI
era tan firme y segura que no eran capaces de conmoverla L080PHIA, con el rector de la Univeraidad de Utreobt.
las mAs extravagantew suposiciones de los esc&pticos, ~u!
La garantía proporoionada por IR rellexi6n carta­
gu& que podta aceptarla. sin 9scrupulos. como el primer

el0.n8 al ItOogito" t al asentar en la intuici6n, concebida


principio do la filosoda qua buscaba. - (21)

al modo como hemos visto, la cobortura de tundamentaci6n


De esta manera una vez que lo estruoturaci6n fun­ dd toda evidenoia stricto sensu, permite, como contrepu!!
darnentadora de la "ratio mathematice" hace su aparici6n to, no 8010 proyectarla, a trav6s de su estructuraci6n
en !unci6n d.o la mt)str...11!' cl')'lIrre"'si6n de la actividad i!! met6dica. es decir, por el mecanismo de conversi6n deduS
tivo~,propiamente dicllo, 6. O;vdl:l$ las esferas cognoscitivo.s
to10otiva, articulada do conformidad con las potencias
intra-intaloctivas que conti.guran loa actos de la nintu,! cualeaquieran sean 6f1tns, sino, adem6s, obtener de 'stas
oi6n" y de la Ifdeducci6n", disponemos ya de la posibili­ la certezb que, aparentemente, se ditumiriaba toda vez que
dad de af'ianzar y asentar la cobertura de un "Cogito", la idea pura no albe~ase la absolutE!z pop:; tiva que debla
desde el cual se nOh haga posible eetablocer objetividad serIe inherente parn no perder su compacidad indispensable
cognOscitiva, aunque '~tc, es decir, el susodicho ~Cogi­ en e~te sentido. pues, el aseguramiento de esta compacidad
to"~ nos pone de relieve que el acceso cOGnoscitivo res­ o sea, do lo. absolutaz positiva para la idea pura. resulta­
pecto del mundo exterior es porfectamente válido, de c02 ba, cuando menos. !act:l.ble siGuiendO por tanto el hilo
94
95

conductor 8umini$traQ~ por ln cODtormaci&n de la ~ratio


mathematice". la cual, por su propia contextura, no evA D__ de eate punto do vista, pues, la necesidad de
ta tal doterminaci6n proyectiva a Div~~lee cognoscitivos, enrrentar la cuesti6n en torno B la nratio ideale", en
a nesar de que para ello tenga que pasnr desaperoibido tanto ?roblema insoslayable que dirime la certeza coguO!
el sentido limitativo que envup.lve a la oont1curaci6n i C'itiva del "Cogito" constituia uns. "iEldra de toque de
~"

"formal" de la propia "ratio matbematiee"t tal como se \fli'-'


relevancia irrefragable a consecuencia, obviamente, de
podrA advertir en el e:i¡:,uiente apartado, en la medida en que 8010 asl no solo se otor5srta validez al marco cog­
que no habr& ya ohataculo alguno, al menon en principio, noscitivo de la int'lici6n, sino que, asiaismo, eE.;e fa­
para proceder e contruir la oontormaci&n del "Cogito" a cilitarla la evidencie, universalmente anhelada, quo d!
la canera ant.edicha, es decir, de Acuerdo a una certeza cidiera aceroa de la efectividad del propio conocimiento,
ouya irreeusabilidad se afirma b~sicamente en la propia de modo que .1 Wcogito" saliera de la perplejidad en la
intuici6r. otricto sensu. que lo habla sumer~ido el prescriptivo "dubito" coneomi~
tantsmente con el rigorismo met6dico prnpol~io"ado por
~G indudable que lo posibilidad de constituir UDa la proyecei6n de la "ratio mathomatice", de acuerdo con
"ratio ideale" do oonformidad Con tal cons~rucci6n del la oonlcid~ncia de la forma coos150 misma que es precep­
H
"Cogito no deja, como rt'cilmente podr& signiticaree '3 tiva oomo estructura cOGnoscitiva, reduetibllizando, por
como, grosso modo, ha podi<io ya inf'eriree, de plantear oonsiGUiente, a "cogito" todo "cogitor" estrictamente
graves y complejas cUElHtiones e!] la medida en que, apea considerado,
':'entet:lonte, la identidad entre "lo objetivo" y "lo abs,2
luto" DO es pQstulable de modo totalmente innegable, en Le posibilidad, por tanto, de ope~ar siguiondo t!
cuanto gue In generalizaci&n Con la que aqu61 opera, o loa marcos de re.tereucia, no deJa de IE'~':' tan 8010 oso, o
sea "10 objetiVO", DO Bolo careoe de la universalidad sea, una posibilidad, que se desenvolvorA al modo como
que, 8010 COI:IO pre"'sUpuesto le es asigtl'lble, sino que, vamos a 97poner en el siguiente 8p~rtado. tropezando, i­
adem~.8t tnl aS:Lgnac16n solo se da en funcllin de tal CO!! nexorablemente, de bruces con llils oonr..... clr>nee sUr}intBlll9!!
copci6n del trAnsito de la generalidad a la univer.sali_ te indicadas aquí, es decir, con la problemática dificu!
dad, omitiendo la subjetividad Que le da vida, la oual, ted derivada de la t..rnnepoBiei&n en un:l.versalidad de la
en tanto tal, aun requeriría do un examen en profundidad genere.lidad. transposieit;n que, inevitablemente, hay que
con vistas a observar tal posible convorSi6n, aimilarmeE encarar en tanto condici6n indispensablo Que permita otO!
to a como la oadena deductiva 8010 ase¡:,urll la veraclds.d gar plenn validez cognoécitiva al marco referencial in­
al1! donde esta "pre-supuesta" la intuici6n, cuy~ validez tuitivo estricto
eractiva no por 0110 e::?eep!'l ::1 le neco,ddad do su oontra!!
taoi6n, sobre todo por lo que refiere al conocimiento que
no es stricto sensu matem'tiCo, es deoiz', al tipc de ca-.
nocimiento que bUsca discernir Veracidad en tOdO, no solo
.formalmonte, tal como suceder! para el conocimiento .f!si­
co propiarnento dicho, en cuanto es formalmente 11'J 'eduoti­
ble.
96 97
1.1.3.- LOSa,ANOS '::g LA OnJF:rIVIDAD Y EL nWBI,J!l".A DE
"
que opera el f"i16sofo de la Fleche.
LA DUAl.IDAD SU:::TAllCIALs Rh"S COGITf,l'R y RES E!

Ahora bie'P a pesar de advertir tales contredicci2


TEi'TSA. LA NECEHIllAD DE r.A -MRDIAclorr-.

nes en 01 marco del pensamionto cal'tosiano, son, precis!


t mente. 'atan loa quo le dotan a aquel de lo enorme riqu2
La C!ortl'.lza COL'1l08citiva Como cimiento de todo 91

zn filos6flca Que deaenwelve y desarrolla, como expre­


edifIcio eo~oscitivo, se estruotura en Dencartes de cog

si6" del car&cter de encrucijada Que rodea al mismo rilg


torrr.jdad con el supuosto de colocar 8 la "lntultus" como

gafar de Descartes. en cuanto hay que colocar como aut'2


~'ndnme~to explicativo de la objetividad Co~oecitiva

t:l.co m~"ito ¡¡:uyo la traslaoi6n que r'caliza hacia el pla_


oto~~able e la -ratio mathematioo", por cuyo intermedio

no ,~eramente tiloe6rico del problema que plantea acerca


so advierte con entora nitidell que 'iIl punto de apoyo Pl'2

del fundo.mento o'l'ip:!.TltJrio de toda obJ(ltividod cognoscit!


pio dol ocnocimiontc etrjcto sensu no puede residir, en

va, distinguiendolo es! tie moJo di!rano dal inquirir te2


m;n~ra alguna. en postular plena veracidad, como de suyo

l6gico en cIegue basta entonces so hobia ocultado la re­


so deepron1e rAcilmAnte, m6e que para la concordancia de

la -rorma" con81go miem~t como oxpree16n del alcanoe Oo!

soluci6n del eusodi~ho probleea, dado que en esto ,


ta~tividad de 19 "creencia" cobra viGor per se, ein que
­
la sus
ncecitivo aei~able a la propia "ratio mathematloe".

sea prociso no nacosarlo asumirse co~oprobloma.


Conjuntamente c~n eato y por mera concomitancia,
Es indiscutible por lo anterio~onte señalado, que
so han observado asleismo. lae implioaciones generales

si la Idea pura no dispone de la posibilidad d~ validar


deriva1us de tomar com~ pun~o de partida seme~ante oond!

su e=ir.tenoin como abnoluta positlvidod, en'tonces es Co!


ci6n cognoscitiva. en cuanto que lo conetruoci6n poaiti­

plet8lllonr:() neceeario indagar las condiciones mediante as


vamp.nte absoluto e inmanente a la Idea pura S8 torna prg

que ~ea posible otorgarle a ~sta su voraz realidad, lo


blem6tioa y coropla~at aun cuando, -oomo vamos aeguidameg

qua, do:'?de lueco, no puede tenvr lU[;>Ir mIs que en tunci6n


te a referir-. tal cuesti6n no S8 encuentre tOdavía man!
.L do 18 posibilidad da obtoner su extracc:i.6n de las c<.mdi­
fiest9l:letlte planteads, en la retlexi6n fUos6fica dI:) Des­

ciones oogitativas inherentes al pl."o7'io "Cogito·t • Esto


certes. sino por mee¡io del oarlicter fox'zedo con el que.

coora vigor por si mis::lo de acuerdo con 01 becho a sign!


se pretende llenar ~l vac!o ebierto por la objetividad
tioar por el eU31 01 d06p",rtor antllai5G~;ico de la dóotri
corrnoscit:iva, coherentemente llevada hasta sue thtimas
consecuénci!u,'!t impHcita en 01 propio tunda:ilento de la
na pitac6rieo--Plat6nica,· COl1Q virlos precedentemonte: ilo:
pliea, en su oxtret1o completo, In ponibilidad do expli­
"ratio methematice". De conf"ormidad con la contextura e! oar tundadnmcnto la realidad tísico, corpóroa, a partir
pllciteds respocto del conocimiento mBtem~tico la conse­ dol D9ro anAlisia mntom~tico stricto sonau, de forma que
cuencia c"l;,resa no p\1ede ser (ltra, Aino lo. conatataci6n 01 alcance cognoscitivo otorGohlo al conocimiento intui­
de le probloll1Rticida<t inherente al propio acto de pencar. tivo nos pe~it9 accedor haatn l~ propia trascondencia
lo que, deF.de luego, no puedf\ plantearse Ain rndo nmbagos da c.;i misrlo por ¡;jodia ocl trnocondor 13 formo. que iohere!!
ya que, in,.xorablEl!nontl'l, conlleva la dubitaci6n hasta. ea!; tomente le ,"onf'igurn eo~'o corteza co¡;noBoitiva eete fen~
tremas Clooplet'tmente insostenibles, daC:a la p9rdllrabla meno eEl. pI'C ci!'J:'U!lonte , el que invado coutrodiotoriemente
incidoncia con~~r.ved~ ft~n por nI eje de coordonadas co~­ l.a roí'lexi6n cartesiana on la encrucijoda que so nueVe
n09cit:tvas ¡lr.'opio del Oscolal'lticismo que~ claroUlente, se noce,ar:lnmonte. Y que ne deriva del hecho jel dC'9cubrimle!!
refleja en la e~t.nlctur.'D fundrunentarora con la que tiene
99
98 ""
la posibilidad de validar expreseio verbio una determi­
tlJ de IR "gaometr!a a08111:ic8" como oxprod6n de la pos! nada esfera eognoecitiva plenamente veras desd9 ei mia­
bilidad do determinar cognoso:!.tivamente el el'pncio, tal mo. y COt/lO msnit!stac16n de su pOldbiHded cognosoitiva
como nOD lo r'one de r!'lieve E. A. l\urtt, dando, do esta saSU y ciertD., lo que, naturalmente no pueda concebí::
ra
manerD, pues, plena cuenta de la singular ilus16n que ee 11166 que como "sul1tancia", esto es, como "res extensa".
envuelve al penp.ami~nto tilos6rioo cartosiano de la oi­ Ahora bien, llegadcE' a ests plane oO!3flooeitivo, se plan­
~'.uiento manerat " ••• Descartes obeer-v6 qua la naturnlcza t.ea '1(}\11 la cuesti6n ACOrea de e6mo so realiza esta tran.!l:
del espaoio o extens16n era tnl que BUS relacionas. por fnrenoifl dosde la diElPonibilidnd eoc:noscitiva inheronte
t!ompli~ad(l.s que tuererl, élodf8t:l expreS1.lrS9 sieQpre en t6:: ti. le. "ratio lIlothomf.\tice" 9U BU Cotltsci6n formal de los

mu:'.as algebraicas, y YiceverslJI, ~ue las vardadee aritm4­ fentaenCl8 naturdes hasta dirimir pura 011e una r.ealidad
ticoR (dentro de lo~ líaiteo de ciertas potencias) pOd!an sustancial, 10 cne.l, obvi'JIlltmte, ha,v que resolver desde
renresentan;o fHp(1)cialmente. Oomo resultndos natural de el otro plano cor:noFocitivo, puesto que, ",dn cuando la 12
tuici6n nOD asegura la antedicha eortoza cognoscitiva,
e:.t notable '.nvent.o, Descartes acaricill profundamente la
ein embarco, su run~8mentoci6n no permito determinar en
9aperanza de );'educir todo el 1mbito de la deica a eUIJ.1!
t6rminoB absolutos la total veracidad existencial de la '
dR.ci.~G p,eom~·t;ricM. " (1)
sustancialidnd qua sO pretenda colocar a su basG. cual
Desdq es1.;e punl;o dp. vista, 8i observ8lllos que la es el probloma que el ¡:~opio Descartos va El intentar r!
posibilidad de conociulento tisico no depende m~e Que de Mlver en su:. MEDITA~IONE8 DE· PRntfl P!lI!.·OSOPliIA, Estas
la profundi~aci6n hasta sus dltimas consecuencias de la l-iodil:C\.cionAs publicadas on el año do 1641, cuatro años
"rad.o mntheml'itice", entonoes, la aaptaci6n y compraben­ rolla tarde qua el DTScouns ])E LA 'RB'J'RODE, retoman la eue!
Si~D de 108 ten6monos naturales, como Naturaleza no pU$-ó tion con viatua a ofrecer una pnnor6mico general desde
dan I!loetr&reenos mAs quo de cOl'ltormid,ad con la cuantiti­ 18 cunl se asienta claramonte 01 tundnrnento de la objet!
caci6n que est! a eu basa ~ pare que 6sta tenga lugar d! vidad coe;noGcitiva qua rodea al A"" humano en su actividad
he presupono,rse una identidad exJ!1{c1ta entre aquella y co~itf.\tlva.
la espacialidad, la cual, una vez admitida, cimienta ....
El ojo de lEls !1EDITA'rION;':S va a ser exprosamente
s9I1cialm.F.:nte la ~o.se desde la CUl,ll se hace posible otor­
le b6squeda e indagnci6n a p~i~ de la cual oes po~ib1e
gar pl~n8 veracidad al conocimiento mat~m'tico, por oon­
dlri~ir. desde la actividad intrlnseca al sujoto cognos­
riucto de la. propia intuioitn, en tanto que e:. ta como f'll!!
dsmen+.o de la misma "ratio mathematic." nos permite dir!
e~nte, una estera cognoscitiva q'.le ssegur.e y gnrantice
le expl'\.caoi6n originaria del 1teeT-u!" dal eonocillli0nto
mir su conocimiento expreso para sl fen6mcno natural, la
como suataneialidad inderogable e indeotJ."llotible, para
qU(J, ,,¡'viamente, aQuello contiene In reterencia espaoial
lo cual es ante todo indispensable interrogarse ocerca
de modo dlÚarlO como cond.ici6n de sl misma.
da lo pro;ois constituvidad 6Usto.ncla.l que as inherente
for consi~iente. operando con semejantes con,ji­ al robao sujeto cognoscento, C()1ll0 "Ooc í 1;0", da contorm.!
ciones, es clar.emente evid.ent9 que le aprahensi6n del pl! dat\ eon lss condicinH:'!L cognoscitivas anteriormente se-­
no de objetividad prol.lamente otorgabla a la "ratio ms.­ ñaladas y, o.deLÉ's, adecuersc al prog;rume. mismo que 61
theme.tice"-eol...o vtmos en el apo.t-tado 8.nterior- ee inoon­ nos tr~za en la car!;1l qUl~, envi'.:vla a loa sabios de la
trove~tible y en conseouencia el propio sujoto cognosce­ So:rDO!!8 J eil 18. que t'lGcahe. 6\.1 anuencie., ¡)roced.J a
te, corno oct'tvidad eogite.{,iv,l El intnlcctJ.va, d... epone de
10a ...
101
El:r~osi.ci6n
de la obrr proplamcnte dicha, carta en la que
el mismo De~cnrtes nos h~b18 as1. " Siempre he conaider! a la misma, cuya sol11c:..::n no pueda darse mAs que "como
do que estf.e dO.1 CUOS"l:!on08 dE' Dlos y dol alma eran lae ei" .tuera posiblCJ ostab1ecor "singularidad-parn-el-uni­
Que principalmente dehen lIer d(.!mostradas por les razo_ \f. versal-pooitivo" cm t~rminos absolutos, es decir, ioco!!
nes de la Filosofía antes que les de la rl'eolo~ía.... (2) trC'vertiblclIlcnte. f'or lo tanto, la necealdad do datorm!
Dar tal situaci6n cognoeci~iva ee incardina plonnmento
La necesidad de abordar esta problomttica es au­ on la contextura ~~obnl de ls Eilosofia cartesiana, de
Bolutamente esencin_ para la construcci&n de la t;)jeti... mo1.., que con ello se haga posible evitAr decididamente
vidsd Cognosciti Va en la EilosOfo!a cartesia::a, ya que, 01 error como m6todo cognosoitivo, C01'10 espadA. de Damo­
eVidentemente, aunque, de una parte, el sujeto cognoeceu oles del escopticisrno, por C'lYO :l.ntermedio contrapuesto
te encuentra en la "ratio mathematice" una contextura de quede, pues, ontonces, plena vigencia para la exactitud
cortoza, din ombargo, la garantía de 6ata, en su pleni_ como eje e~l!cito de Qonocimieoto, de modo que sea, en
tud trasceriente de conocimiento, tai como 8e dibuj6 an­ conseouencia, posible dirimir la ~Cau~a cau8arum~, ant!
toriOl~ente, requi&re del asentamiento do un espeoial t! riormente inuicedo, -:le conro!~idBd con el supuesto sub--.'
po de cobertura que, naturalmente, no puede establecerse jetivamento cor,noGcente de ln "l'l.'\tio causae", lo que el
sino de acuerdo Con la presuposici6n de determinar una propio Descartes nos l~ eX?resa de la rorma siguiente.
absoluta cauci6n pRra Ir antedicho. trans.torencia. Esta, • Sin embargo, hace mucho que ton~~ en mi espíritu cio!
a su ves no tendrl lu~ar m~s que si se garantiza a el ta OpiDi60, a sabor, que existe un Dios que lo puede tg
"Cogito" mismo la autenticidad de su cognoscibilidad que, do y por el cual he sido creado y producido tal como soy",
por consiguiente, no pOd..rIi, taxativaI!lente deccril;o, expl! Pues. ~ qui&n me pOdría aaehUJ:'ar que este Dios bo ha h!
eitarse sino en .tunci6n de dirimir ple:;;J, objetividad cOl,¡ cho que no exista tierra ninguna, nincdD cielo, ningdn
noscHiva para la eotructureci6n Co[;itatlva del mismo, cuerpo extenso, ninguna liguro, ninguna magnitud, nin­
en decir, por medio de dar plam ;>Osit:\'vidad para la u g6n lugar y que, sin embargo, yo tenga la sensaciones
nided formnl-oaterial que estA a lu baBe do tOdo pene~_ de todas estas cosns y que todo 9ato no ~. e parezca e­
mi€'nto, ml.ixjme 91 ~lJte se conciba oomo plena nctividad xiatir sino como lo veo? Et igualmonte, como B vucee 3u!
CO¡;;itattv8, ya que solo aaí, por mera concomitonoia. se go Que loo dom~s se equivocan, incluso en 1l1s cosaa que
asegurar! de modo claro y nítido la posibilidad db Con~ piensan saber con rn~yor certidumbre. puede oer que 61
ceder exactitud absoluta a la trans.teroncin cognoscitiva baya querido que yo ms equivoque siempre que hago la su­
en relaci6n con la comprehensi&n de los fan6menos natuf>& . ma de dos y tres, o que cuento que los lados de un cua­
les, qua, espocíficamente, deben ser enter81tonte canEor­
mes con loa dict~menea derivndos de la veracidad inhera2
te e la "ratio motheDlatice".
- drado. O que juzgo acerca de alGO aun mAs r&cil, si es
que se puede imaginar alrro m6e E&eil que esto. Pero QU!
z& Di<'J 00 ha Querido que .rueGe encañado de esta manera t
puea es soheranamente bueno. Con todo, si repuqreara a
As!, pues, la garnntía qua asevera la corteza del su bondad ~l habermo hocho tal qu~ ~~ Me (~cañara siem­
"Ooeitor" no puedo radicarse u..6o que en la posibilidad
pre, pel.·ecer::'a. tambilm ser contrario a 61 pormitir que
de determiner plena Clllrida.d para que la positivJñ.ud no me Cmf,Me n vece.J y sin embarc;/), no puede dudnr de que
se pueda concebir más que como tal, sin necesidad da re­ lo permita." C~)
currir explrci tar:.ente a condic._"nes analÍ ticas negclti Vas
102 103
En nosihle pUGS ~onCGbir la unidad productora de
pGn~cdo bien, y de haber examinado cuidadosamente todo,
10 positivo, en caso contr<~rio no sa verla Como lhlta aS!
hay que concluir y tenar por establecido que ~sta proP2
or
quiere C0'18i ah:n ... ia por misma como tal posi"ividad
t .j:, oic1601 yo BOy, JO 9xisto, ee necesariamente verdadera
mÚ'1danEll. tel6rics, (lado que ~!lta coimplica la cortozu i
s5~mpre qua la pronuncio o qno la concibo en mi eep5.ritu. ft
indU~itable d~ la neceGided de preceder a omitir su ne­ (4)
r;aci6D. Es, por oc.lsigulente, obVio que si la actividad
C("~'lt~tiva stricto S("'SU n08 Hova hasta aquí, pUesto El "Cogito" e~ auto-aprohende y en pued~t enton­
que, ei bien por sí misma no dispone de la Posibilidad, cee dirimir pare st mil.'lil'O sus suotancialidad t perfecta.".
poa: ti vam'mte ccnslderllda, de acceder a tal ¡:..:.anteamien mente inhibido respecto de toda r~laci6o empiricBt aseg
to, sí quo, I'lllando m~nos, desde la posibilidad del "du_ tado sobre 91 mismo de conformided con la racionalida.d
bl ::0" puode, r·orfoetamo!'lte, llegar basta el plano mismo derivada de r:n prcmi~ intr('ilpecci6n coeitativat nltida­
donde la dUda desaperece trAs lll8 brumas que la genera_ mente expedida en lo idea. De similar mod~ a como la N!
ron, haci'n(,osEl de este mo<ic absolutamente impI'cecindi.. turaleza no :la percibe oino '.'.9 conformidad con la idee.
hIe tomar como clave centiz de todo conocimiento aqUello oxtendn que nos abre el ed6n intalectual de la cuantif!
quo viPlOB anteriorment.e, es decir, la propia actividad. caci~n, como hase de sllst9ntaci6n del "idealismo" desde
int"i!lectivtl ijel "Cogito". DOscartes mismo n08 lo pono de el cual opera. Y cuyo fundaol)nto supremo hay qlIJ incar­
1'0111)'19' .. Poro, ¿ qua ~\) yo si no habrA alguna otra c2 dinarlo GIl el asantarnientv intuitivo de la "ratio math!
sa diferon!;t:ls de lRR que Ilcabo de juzgar inciartas J" dE matico". Se a ....to-afinna as! aquel idealismo de contor­
la q,) ¡ no pueda caber la menbr dude? ¿No hebrA acA.SO u.., midad nnn la "intuitus" intellectualis" que estA a la
dios o al~n oh'o poder que me ponF,a eetoEl PQ1Jsnmientos balle mismo de la actividad cogitativa en cuanto puede
en el espíritu? Esto no es necesario, t)ues quiz& yo
,1 extra-proyectar la introspccci6n intra-intelectiva ant!
eoy capaz do pro;iucirlos por mí mia:no. Pero, al mODoa, ced.entem{mte descrita desde le funda.q¡enta<::i6n de la pr,2
¿IlO 80y aCflf¡O ale;uua Cosa? Pero ;, ti he "qgado que tenga
pio. "ratio mathemr,tice", como cond.Lción ¿.¡moral de cobe!,:
elgdn sen:;ido ni Cuerpo alguno. Vecilo, ei.n embargo, tura de la fictivido.d cOGnoscitiva eLioto senau, en aras
pues, ¿guo se Sit':Ue de ah!? ¿soy de tal modo dependien_ a rli:d.lT!ir 01 cer~cter vorite.tivo qUE: c,l ti1600fo de la
to del cuerpo y dct loe sentidos que no puedfl existir sin FlrchG pretende para BU doctrine. filos6fica, tal como
olloe? lero ho llegado R convencerme de qUe no ha.:>!a al:! el ~ir-mo n08 lo indical n Pero, por fin, he aqui Qua he
solutamento nada en el mundo, que no habla ni cielo, ni 110.cado insensiblemente adonde quería, pues, ya que me
tierra, ni ellp!ritu, ni cuerpo al¡:;uno. ¿Acaso no r.~ h(,' es actualmente conod10, que propiomente hablando no cou
convencJ.do tru¡;bi6n t1.e que no existIr en Ilbsoluco? rlc, por cobimoB los cuerpos mr..e que pOT' la .rae..::ltad de entender
cie]'~o, ;yo e:X:intle, sin dUdl", si mo ho convencido, o si QUQ existe an nosot.ros, :¡ no por In ima:inaci6n ni por

solament:e ¡,o ponsado algo. 1.I'Iro hl:!Y un enge';ador (i[-;oo­ los sentidos, y qUé noles conoc~mos porque los "'emOR o
ro cual) mu,~' pOderoso y mn;' ElstutC" qlle f''Dplea todo su tocamoa, sino solamente porque lo!:! c(.ncebi~ 08 m{!diante ,
habilldad .lb en¡:ailllrme siempre. No hay, pues. ninguna el pCIT>SamÜml 't conozco O'Tidc:1tcr;¡;:mte qu":! no hay nada
duda de que Ol: iS-I;o ei DIe enCaiia, ,Y ollgañeme Cuanto qui~ que m0 seA m~B rrcil de conocer Que m! esp1ritu." (5)
re, jatJ¡~S pOdr!i hacer que yo no eOa nada en tan1. J qUe
piense ser una :alguna Cosa. Df.! modo que del3pu~s de haher
Descartes articula la Ofjtructura veritativa que
pret·'nde inhorir 8 flU sistema fil0861'ico de contormidad
104
105
Con le. ob,19tivi:lad i"mp.;.';'oito, como poeitividnd, en la
uios, la raz6n para du~ ,r quo dc!)t)ndo Bolaro"mte de esa
"intuitus illtellectualea tt , dosde eate punto de vista. 111
opin16n os bi~n li~éra, y por Ilsr 1Qcirlo mgtar!eioa."
posibn tdad de o\;orgar realidad ex::'stoncia1 pIona par!:'
la divinidad, Corno representaci6n de la Idea pura, ad­
811 (6)
'~.'
quiere una consistencia do prioera magnitud. ya qua, Fuode percibirse r&cilmente que la ~ustanciali­
indiscutiblementf.., la Posibilidad do oonced<?r 01 Ollgruic> dad que onvuelvo al "Co~lto" c<!Irteeüm r • dispone de una
pe~~ 13 misma, una ve~ S~puasta 10. Posibilidad veritat! positividad generada por st mimno, en cuanto la b~squ!
va para el inteleoto humano no &ignifica mAs ~Ue una oca de. de 10 veritativo l::] descubre la posibilidad oe . . ti];;"
tra::}:" cUo in adjecto ebsolut3...l Il.mte insostenible, pues, marsa a sI mismo de conformidad coo la impositllided dé
Como pnralo~i3mo. viene dlAtana r'PidamD~te. oemo nI mi! que ce d& aquQllo que lógicawente e~ considera irreol,
mo .fi16aotl'\ :lo 11:\ l1'l'Jobo DOS adviortet .. Pero cuando CO!,'! es decir, que la forma se conforme consigo misma o que
si~lerabll algo muy tdi:lple j' muy f!cil -aspeoto de la ari! el peneami nto piense, lo ~~al nos revela n{tidementc
m.hica y la !::;eor.:etrt~. por e.í",mplo, que la reuni6n do dos que la posibilidad suprema de yertebr.ci6n no puede re
sidir de sUJo m¿~ qu') en el ce.r'-cter intuitivo que ea::
y tres producGn 01 ;-¡G:;¡ero cinco, ;y otraD COSIlS pareoidas,
¿no l~s concebía da UD mod~ SUfiCientemente clero para ! t' a la bese de toda inteligibilidnd, una vez supuesto
q"~ ~bta, como lntelig:: bilidad, se basa oxplleitlllllcnte
.fi.rma.r al monos qua erun Vordtid0rse? Oiertametn.:e, si de!
PU62 he ;juZf';odo que 138 podta dudar de estas cosas, no .tue en 9quella, sobre todo por lo que respecta al lJlnno de
por ninguna otra rAz~n, aino porquCl se l1Ie oeurrta que QU.! la "ratio Illa themat;ice " , cuya corl:;cza esta total y plo­
de Un :'10s podra haberme dAdo una naturaleza tal que me nQlllente asegurada por lo anteriormente visto, de modo
equivooara incluso con respedto O-las oosaa quo me pare­ que nad~ sO opone a la propia su~tanci61idad dol pens!
cian mita claras. Pero ·siempre que se pz-oaenta a mi peDa! ln1anto, concebido, entoncos, como "Res r.('gitans", lo
miento esta opini6n preooncebida 4.,1 sobe.?ono poder de que se DOS subraya as!, " rio"1admito ahora nada que no
un ,lJios me Veo obligado a con.fesar que 16 es r'cn, 8i sea necee.ariamente verdadero. yo '>'l soy,'lues, hablando
qUiere, hacer de modo que yo me equivoque inCluso en laa con preeisi&n. m6s que una cosa que pie~sa, ~s d~eir.
cosas que oreo OOIlOcor con una ovidencia muy Brande, :r un esp{ritu. un ontend1ciento o una raz6n." (7)
por el contrm'io, siempre quo I<Ie vuolvo hacia las OJsos
IndudllblElmcnto. siguiendo el hilo corlductor tr!
qua pienso qua conoibo c19!'8IOeuto t mo convencen tanto
zeda por el propio D~H;Ct4-teo. al sujoto co¡;noElcente dQ
qUe gustoso me dejo arrastrar por estaa pnlrbrnes enga._
conrormidad con su propia actividad eocitntiva extrae
ñeme quien ?ueda, qUQ jaw!ís lObTar& hacer que no sea n!
de y po.ra si una oh;JctiV:i.dad cognoocitiv8, airJile.r ti.
da lI!ieotrea pienso que s0.1 algo o que 8,1(:l1n d!a sea ve!
aquella gu~ pro,}'<:>ctn desdé si hacia. lo "ratio mathema­
dad qU'J no 1)(> sido nuncn, alendo verdad allora que soy.
tice" ~.esde donde puedo dar cuenta de 109 fen6rnenoB n!
o bj eo que dos ;¡ trea rOUII.idoa hacen :r.tia o rnenlS qu"J oi!!
turnles, d8 cuya funcionalidad da cuenta intror;::.ectlv!
co, o C0138S par!)cidlls. que veo clara..ler.i;e ;,¡ue no Pueden
ment~ c{'nfor11lc al cl3r~ci;er ini:uitivo quo d,'be irradiar
ser de otro IIJodo que como lae concibo.
a la Ilctiv:;.d,ñ intolroctiva que, por eeo precisamente,
y ciert8l:ieots, puer.,to que no ton~.··o nincuna :az6n
debe buscnr e in· 'a¡;or su prC'pia ra!z cxplicoti va. fund!
pera creer que existe alp,Ún Dios enr;añador, e incluso rnentadcra en tm r1ano, ideal por supuesto, que no yUo­
qul'! no he considerado aún las qun nt'uúban qUe existe Un de (ler ni a<;:uel que recibe "oxtr,finmonte" lae ideas por
los sentidos ni aquel otro que lDS contic;ura "adventi­
ciarnente" por lo. tnntas!a y 11; imoc;innci6o, como eosD!
106
107
blaj3s <1'la no propor.'Cuman pl'?J'lB
corteza cOGnoscitiva 1
In postbj U(~t'1d ele une J'unCi0118lidad cor:;noscHiva pura 6~
qua es lo que Justamente se
pereig11& aq¡¡!. No puede hn­
t~E1, ~ somej(lnr:a de Equclla, es cecír, eoocc~id[;., cnto!!
bB-I' pO·' 1:) tantC' otra residenoia para lS8 mi.Gf!:as idar "',

o-';orc;od_orae de cf'lrtGza, quP. las propiamen;,e "innata",


j,. ces, como "ratio ictanIe", por medio do la cual intenta
:'1 nI i'iJ (-"!joro t~.9 la J:'leche dar plena cu!:)ntl do su OOf,o!.'ce
Que es 10 que .fundamenta el Llealiemo raoional oarteai!
real y ('.fcct:l.vo. So evita ae! las cootrodlcci0oo:; our(:.!
no, on Cuonto quo s6lo aa! S3 puedo dor debidamente OlJ!!
daD d'?s~o la Op~!l'{\tivic:'lld CO(J1osc:i.tIva pro?(')rciCJr::ada -01'
1_:01 "archat;.ypue" !.leude 01 cual ee oriGinan un 1'1080_
tJ~OO oomo "criuturas humansR" lRS perepeotivro OOglJosc! 1:- sHor,1:sl;:I ce, COlll!' vimos anteriormente, yo. q!'G a le s!:

ti"._lJ~, tal y Como oucedo Oon la idna de la di vinidad. eodichn "ratio idealc" pU0d.a ccnctlcl6rscle cl,..ram(!ote ¡¡na
oí.' 1 :::80i& cogDoEieitiva no Itcrtul("n·~,] diall:ctic:l, O!'l lo cual
cuya exiotencia OOS o.oet1!rarla, pues, claramente la llU,g
inourría la estruoturE'. cognoccitivu silcc:lsti:lQ, cm C1.J.JJ!!
sistoncia .fundtlLlontador8 ,lo tOl'p. la armaz6n coenoBciti...
to que leo l'cr.lprehl1n:.:i~n y 9x!;el'!1l16n dol ms.t'co Gllo~{t;t1
Va husta ontonces dibu,jada, c JillQ nos 10 expresa seguid!
ca no se ba.llaba plODarns¡lte E's¡:ocifi ,ado, lo gue s! oc:!
monto el propio .ril'~aol'o de l.a ¡¡l'lcha, " I1e queda 801a­
rre aqus. de conforr.ldad con la zs.rant!1l quo aporta al !
me"r~e por eXOIainar de qu6 manera he adquirido Osa ldoa.
sontamiento intuitivo del c()DOCimia11to, d'!1 modo como
rlOS no la he rocibid· por los sentirlos, y j8I!l118 $6 be
nos lo expone el 1'1.'01'1.0 DoscarteSJ " DJzpués de lo cual,
·o.f.'r 'ccido a r.l! inesperadamen te, como lo hacon uf) ordin!
.retlexionado en aquello de que dudaba y on qUJ, por 8°2
rio l!.la i,108'3 de las Cosas sensibles, Cuando 08:'9.9 cose.e
eigul(!ute. mi ¡;,~r no era eompletamente p<lrfeol;o, puer;
se pl'!3fHmtau o paroce:') presentarse 8 los ar5anos extol":tg
vele. e1arl'l!l1-::mte que oon009r era un:; perfoecitSn superior
l:es :.W mis sentidos. lIo GEl ta'Upoco Una pura cI'f.laoi6n o
R du"¡¡:,, quise lndae;ar d'l! d6nde habia apNndido a pensar
.ricci6n de mi espíritu, puos no ost& on mi poder quita!
en al~o m§s perfocto que yo. y conod 0videntemente qU9
le ni agrogarle nada. Y, por consiguIente, DO quoda 1!I~8
deb1s de e.er por alguna naturaleza que fuese. en e:!'ecto,
que Q8clr sino que, al igual que la id~B de mí mismo,
ro!", perfecta. ( ••• ) Pero no pOdfJ ocur1'1r lo oislLo con
hs naoido y ha sido producida oonmigo ti ¡::Iartir dC.l !!lO­
mento en que he sido croado." (8) la idea de un BOl' m's perfecto que el~:o. pueE' ora ma...
nifieetulllente 1nlposible obtenor la de la nada, y como
Uno. vez qU(;! ;¿ ~ he. udve¡-tido la
¡loGibilidad de no hay monoa cont:l'adicoi6n on que lo m~B perfecto Boa
di::lp~l!1Qr d':! ido0.3 ill!lv.tas I?tl el l1ujeto COl;Tlosoonto, no une. consecuencia :1 una uependencia da Iv lDenoe perfecto
e:. di::!cil apercibirso, por conoomitancia, que en ellos que <lO pensar que de nadn provenga algo, tampoco podra
eucuen-:;l'~\ 3U roaicl.~.moi!l la pt'opia di'/illl dad, en CUtiuto proceder de m! mismo. De manera que solo quedaba que h~
que ~Gt:;:.
€lé la ,nn:6nHco. a:.'-d'fiM, C::.mo prodnctori!!_ dlt,! blooa sido pueatn 011 ¡f.! por urJa naturaloza Que fuere. ve,!:
Ita., nqu{:llco, dndo ql..!e al t":oncebir a l~ misma divini­
C.-: UUU01.'aiUon!;c m{¡s POl~i'Oote. de lo q:.te ;;0 lo ora e inoluso
dad so lo e'tor;:;a pl::-n8 r'?aJ.ídt'd ~:xist;,mC:ial, :unqua ah,2 Que í .lviafJo en s1 ~odaG las porfoccionc,s de que yo pu­
ro. 8610 de modo "ol!)inonto", no Ir.~rt, .•~m~·l:o l.ctunl, puosto dhlra temn.. ¡:¡lguna ici.eo., e::; (lucir. para oxpli('az'mc con
q:H) <':1lo oré rl"Oc~.r.n.'r.cntc 1:::: con"oCl.lo!)cin Que 6<: in.riere una Ili~lubl'a, quo fuel'a .Dios." (9)
de la PC9f:ulnci;0 (;8 le. "intl1it.lls intC'l1;lc !::unl ie" t pDr
Donde 1U3[;0, ln "eminrme:1a" respecto de la rea­
moHo do cuyo. tl'annfercmc5.& dO(l('e la r'..lll,:::i.!in cot,nclscit.!
lidad e~ifltencj~l de Dios no ~B aleo qu~ perteneZJ8 8 la
va, como m:!J'a ffint;uitliS", de Ir "¡'atto r.[1:! lGm a1:ico", vi,!;
divinidt\d rdsma, ¡meB e>llo per1a 1.m menoRcubo absoluta­
na o cumplir en 01 phmo do 13$ i""eus, r:;cn;:6ndoSG as!
men7,~ imp"oible dG ostcb1ocer sif1:u:i.cmdo <'11 M~todo co~o!
108
109
facultad de conocer que existe en m! y de la facultad de
1
elegir, o sea de mi libre albedrto, es decir, de mi en­
citivo cartosiano, sino que no viene a significar m&s
que la manera cSmo los seras humanos "limitados" con­ tendimiento y al mismo tiel'lpo de mi voluntad." (10)
cebimos "su" actualidad, 10 que, evidentemente, nos c! No es dificil advertir que la problomaticidad iU

plica BOtto voce la prob1ematicidad que inhiere a la herente a la determinaci6n de la "ratio ideale" no per­
especifica conc1uDi6n que debe magllf'tizar a la "ratio mite dirimir para la racionalidad el "lmperium" absolU­
ideale"t en cuanto qua la sustancia1idad subyacente al to que habla conoervado hasta entonces, aqu! se detecta

pensamiento no puede construirse sino de conformidad '3 descubre, manifiestamente, que la subsunci6n sustan­
con una trascendonoip determinadat pero cuya determi­ cial del oonocimiento presenta gietas Y fisuras que son

naci&n no sert, asimismo, concebida mAs que tra6cen­ insoslayables desde intento de clarificar su aloanoe Y

dentementet por 10 que,en oonsocuencia Obligada, la i9 objetividad cognoscitiva. por 10 que, si para la "ratio

fer8ncia que de aqu! puede establecerse nos ob1iga,e! mathematioe" subsiste la posibilidad de articular, de

tonces, a pODer de r~lieve Que la propia construcci6n conformidad con la congruencia de la forma consigo mis­
cognoscitiva inherente al sujeto cognoscente, al "00. ma, un conooimiento exaoto por medio de lo intuitivo.

gito", d6se singularmente a trov¿s del filtro de SUB la posibilidad, por otra parte. de trasladar eemejante

"limitaciones", as! el "error" tiene un lugar peculiar garantia de oerteza Y exactitud al placo de la "ratio
en la contextura de aquella oonstruoci6n cognosoitiva q ideale rt no deja de presentarse, prob1em&tica y compleja
que se esta diseñando, aun cuando parecia no existir pues la racionalidad no 9610 tiene que determinarse a sI
en modo alguno, 10 Que no deja de mostrarse singular­ misma como tal -10 cual no ?uede realizarlo sino de a­
mente significativo cuando se hace uso de la operaoi6n cuerdo con la expliCite inteligibilidad de ei misma- trans!
cognoscitiva propia de la "ratio ideale", como cons­ 80 que, ademls, se tropieza con la muralla del auto· §
trucci6n cognoscitiva edifi.cada sobre la base de la canderee para 10 cual no puede coadyUvarl a la funci6n
transfer'oncia de 10 intuitivo al plano de la misma "i!! intelectiva que se estrella contra la multiformidad que
tui tus inte11ectua1ie". Todo 10 que pone de manifiosto subsume la unidad racional, multiformidad Que, por con­
la prob1ematicidad anoja al resultado cognoscitivo pr2 siguiente, tiene que aparecer singularmente comp1eje,
porciona::o por la "ratio idea1e" t cuya justificaci6n la ofreciendO claramente al provio desenvolvimionto inte­
determina el propio fi16sofo de la Fleche de conformi­ lectivo los limites que le son anejOS, los rt cuales se r!
dad con los supuostos que seguidamento se indican. "As! velan no s610 en la coocepci6n "eminencia1 de le actU!
conozco que el orror, en cuanto tal, no es a1~o real lidad divina, sino, adem&s, por concomitancia hipost&t!
que depende do Dios, sino qua es solamonte un defecto oa, en la problematioidad de rundamenteci6n absoluta de
y, por consir,uiente, quP. no tengo necesidad para en~n­ la sustancialidad, por medio de la complejidad que aCO!
ñartle de a1r,una facultad que me hayo. sido dada por Dios paña internamente el tr6nsito del pensamiento a lo real
particularmente para eso erecto, eino que sucede que me al ser. que, si bien deja libre el dominio de la concieg
engañ.o porque la .facultad que Dios me ha dado para dis­ eia subjetiva, sio embargo lo hace molgr ' lui, como nos
cernir 10 verdadero de 10 falso DO ea pn mi infinita. 10 indica bien claramente el propio Descartes asi. rt • • •
( ••• ) llospu6s do 10 cual observándome m6s de cerca, y ¿De d6nde nacen, pues, mis errores? A saber, s610 de
considerando cua1eo son mis errores (los cuales son los que siendo la voluntad mucho más amplia Y m6s extensa
unicos que atestiguan que es mi imperfecci6n), encuentro
que dependon del concurso de dos oausas, a saber, de la
111
113
Se establoce esi la susodicha transferencia al
que 01 entendimiento, no la conteneo en loe mismos 11m! plano de la "intuitus intellectualis" desde la cual cobra
tes, sino que la oxtiendo tambi6n a las cosas que no e!! ~alor el argumento onto16gico aneelmiano reco~ido her!
tiendo, y como ea de suyo indirerente a ellas ee extra­ ditariamente por el propiO Descartes, y mediante el cual
n
via muy .rAcilmonte, y elige el mal por el bien o lo fe.! tiene lugar el neo?tamiento de la tundamentaci6 tilos2
so por 10 verdadero. Esto hace que yo me engañe y peque." fica del "Idealismo" oartesiano. y cuyas raices oxplic!
(11) tiva9 hay que buscarlas en la reviviscencia de la doC­
trina agustiniana en conexi6n con el despertar del doc­
8610 asl,de oonformidad con la sustanoialidad, t2 e
trinarismo pitag6rico-plat6nico al que haciamo alusi6n
do lo invade oomo el alma 3 Dios so configuran como ee­
precedentemente. que es, preoisamente, lo que da aut'n­
tructuras cogitativns con presunci6n de aer, con prete!!
tica justificaci6n comprensiva al hocho mismo de la tran!

si6n f~ctica. Partiendo de la realidad misma de la diy!


ferencia antedicha, en cuanto no se ha advertidO todavia

nidad, 'sta con su omnipotencia y omniscienoia debe 1­


la problematicidad de la misma traSlBci6n , en cuanto

rradiarlo todo, pero no cabe la menor duda de que pese


subsiste a6n la posibilidad de la misma, puesto que la

a esto la subsistencia inteleotiva de la sustanoialldad.


validez de la "ratio mathematice", en tanto racionalidad

humann abre una serie de lagunas que en lo que corres­


matem'tica, no puede subsistir per se a excepci6n de e!

teblecer explicativemente el origen de ~u propia racio­


ponde a la divinidad, no se dan debido a su "eminenoia­
nalidad, la racionalidad matem!tica deber~ para ello a~
lidad", y esto claramente permite entrever que la clau­
sura del escepticismo no se establece,tan elusiva de d!
to-comprenderee como Buto-racionalidad, es decir, como
ficultadoB como a primera vista podr!a parecer, sigue
"ratio ideal e " desdo la oual se pueda vertebrar signif!
subsistiendo la c~aplejidad respeoto de la congruencia
cativeroo la reminisoencia Cognosoitiva desde la sus­
intelectivo de la unidad-multiforme de la raoionalidad, nte
tancialidad gradativa-causal, como el mismo Descartes
cuya contextura no se da mAs que en tunci6n de "raeeci!!
nos la describe al deoirnos as!e # y no solamente cono!
dir" ls. aotividad intra-cognoscitiva propia del "Cog1to lt
00 estas cosas 000 distinci6 n cuando las considero en 62
concebido como sujeto humano, como ae ba visto anterioI
noral, sino que tambi&n, por poca atenci6n que ponGa,
mente y como el mismo Carteeius nos lo advierte, remar­
concibo una infinidad de particularidades respecto de loS
cando la significatividad del problema aludido. de la
ndmeros,las figuraé, los movimientos y otras cosas aem!
siguionte mnnerar " ••• l~es siempre quo contengo mi vo­
jantes, cuya verdad aparece con tanta evidencia y con­
luntad en loo limites de mi oonocimiento, jo tal modo que
cuerda tentbf.Gn oon mi naturaleza que, cuando comienzo
no forca nin~n juicio sino de las oosas que le son cl! a desoubrirlas, no me parece que aprendO algo nueVo, s!
ras y distintamente representndas por el entendimiento, no m~s bien que me acuerdo de lo que ya sabia antes. eS
no puede ser que me engañe, porque toda percepci6n ola­ decir, que percibo cosas que estaban ,a en mi esp!ritu,
ra y distanto es sin duda aleo real y positivo y, por aunque no hubiese dirigido a6n mi pensamiento hacia ellas.
consiguiente, no puede tener origen en la nada, sino que
neoesariamente debe tener a Dios como su eutor, Dios, (13)
diBO, que siendo soberanamente perfecto no puode ser ca~ Es obvio ahora que, una. vez establo cido el rulcro
S8 de nincón error y, en consecuencia, es necesario c02 arquimidal desde el cunl se da plena cuenta de la raiz
cluir que tal percepci6n o tal Juicio es verdadero." (12) oriGinaria de toda potencia cognoscitiva, la autonomia
113
112 no puedo tenor lugar m&s que en runci6n de resolver la
de la actividad cognoscitiva humana ee configura como inteligibilidad, comprensivamente, que ost& a su base
tal en funci6n do una dependencia indirecta desde aque­ propiamente dicha, lo cual es justamente lo que convi~!
lla. Sirnile.rmonte a como se sustantiva en el J.i1::NON pla­ te en tal a la "rli',tio idcale" como probl úmn cognoscitiVO
t6nico, por cuyo concurrencia se hace imposible la dad!
dad do ninc;11n "daus deceptor" que, naturalmente, contr!
• expressis verbis, planteando, entonces, como consecuea
cia, no la problematicidad derivada de aquel esfuerzo
dice le pureza absoluta que debe irradiar al "Ene per­ concipicnte, sino, justamente, por concomitancia, la ie
foctiesimum" - tal como lo hemos obsorvado precedente­ posibilidad e.cerca del~'mismo, aun cuando, desde luego,
mente- que ea preciss!':lente lo que da vida a la;'propia ello no coimplique su mera negaci6n como es evidente.
"ratio idaale" ostrictemente considerada, tal como el Desde este punto de vista. pues, es obvio que el acceso
mismo Ilescartes nos lo eUbraya de forma que quede plona a tal magnitud cognoscitiva no eo da rnfle que de una ma­
constancia do la certeza que debe acompañar a todo cons nera "eminencial", marginal si so prefiere, en cuant.o
cimiento cient!ficamonte vilido y, por ende. a toda Oiea que la poter.cialidad cognoscitiva inherente al sor hum!
cia, de la s '.B1.licnte manora. " rero despu6s que recono­ no no permite detorminar otra veracidad para lo entera­
c! que existe UD Dios, porque al mismo tiempo be reoons mente trascendente, ya quel " ••• el hombre. siendo una
irnie
cido tambi6n que todo depende de 61 y que no es engaño­ naturaleza finita, no puede tener m's que un conoc 2
so, y que como consecuencia de 0110 he juzBado que todo to de una perfecciAn limitada." (15)
lo que con,:ibo clara y distintamente no puede dejar de De forma, pues, que indudablemente la acentuaoi6n
ser verdadero, aunque no piense mAs en las razones por de la posibilidad de dirimir la cogooscibilidad'no puede
las que he juzgado que aquello era verdadero, siempre articularse m's que de congruente conformidad con el he­
que ne acuerdo de hoberlo comprendido clara ~ distinta­ cho de establecer el requisito comprobatorio de lo pr~­
mente, no se mo puede educir ninguna raz6n contraria vismente presupuesto, o, si se prefiero, con lo hipot6­
que mo haga ponerlo jem6s en duda, y de este modo tengo ticamente proyectado hasta 'des-convertir', por reali­
una ciencia vordadera p cierta. Y esta misma ciencia S9 zarla, la presuposici6n hipot6tica atricto sensu. ES i~
extiende ta:nbi'n a todo,s los dem&s cosas que me acuerdo dudable que la estructura cognoscitiva impl!cita en ea­
que ho demostrado en otra oportunidad, como las verda­ te mecanismo de constataci6n de la hip6tesie se infiere
des de la geometr!a y otras semejantos ••• Y as! recono! nitida y claramente de la construcci6n filos6fica que
00 muy clar!llllente que la certeza y la veX'(2ad de toda squi n08 h~mo~ detenido en exponer, de modo que resulte
ciencia depende dnicemente del conocimiento del verdode manifiesto el car6cter contradictorio derivable entre
ro Dios, de modo que antes do conocerlo no pOd!a saber la certeza orisinaria presumible Y la consecuencia del
perfectamente ninguna otra. cosa." (14-) resultndo efectivo y real. Desde luego, si bien tal me­
canismo guarda correspondencia expresa entro la forma
intuitiva, la forma real, como es presnr¡~tivo para la'
As!, pues, de conformidad con tal planteamiento,
se ~one di§tanamente sobre el tapete el hecho de 9uo 52 validaci6n de la esfera de la "ratio matnemotice",sin
lo por medio do ln resoluei6n del problema de la "intu,!
embareo , en lo que respecta a la validez Cognoscitiva
tus intolleotualis", COIJO <'XVlicaci6n idl,ntico y unitll­
otorgable a la "intuitus intollectualis" colocada expl!
ria de lo multiformidad subyacente en la cogitaci6n de
citamonte como tund"'lllento de la certeza que irradia a­
la "idea", se hace posible scceder a plano ideal del co
nocimiento cient!ficc, cuyo desarrollo y desenvolvimiento
115
114
consecuencia, la necesidad de arrast1;-or somejante oond!
la "ratio ideale", obviamente, se presenta como un Pl'2 cionalidad, tal como ya se ha puesto de reliove. obliga
bloma. ein::',uler que, naturalmente, no permite n:~s eolu­ it;exornblemente B dirimir para aquella "evidencia intul
ciAn que invalidar la dealectioidad d.c la silog!stioa
eh funci6n de un !lIero negarla. Esto no determina de sg
ti
tiva" una infinitud siempre "necativamente" -en funci6n
de la limitaci6n del "cogito". en tanto "cogitator" que
yo ninguna altel~ativa cl~ra acerca de la cuesti6n aqul fundamenta la realidad de la "ratio ideale"- concebida.
abordada, que es lo que presumiblemente se buscaba af! puesto que no 9xiste otra alternativa que permita ope­
nOEamento. rar constitutivamente con el enlace causal etricto seg
su a oxcepci6n de construirla al modo antedicho, esto
A partir ~e todo lo anterior parecerla que le9 es, conciviendo. aun a pesar de su obvia imposibilidad

fisuras hablan sido eUcinadas, de forma que le conce¡ el enlace oausal como positivo de modo irrecusable, SO!

c16n te6rica cartesiana deviniera un bloque compaoto layando, como mbl menor. la8 consecuencias derivables

dando cuenta d .. los fen6mcnoe cognoscitivos. Y esto es


de tal imposibilidad.
preciS8monts, lo que presenta el susodicho problema
-por cuanto vamos a tener ocasi6n de señalar seguida­ Es indudable que el asentamiento de la cobertura
mente- desde el instante en que n08 adentramos expl!o! de tundamentBci6n del enlace causal a partir de la p r 2
tamente en la e~)09ici6n de las antedichas tisuras, yecci6n de la evidencia intuitiva del conocimiento mateM
groGso modo, en le concepci~n t!sioo-astron6mica que m!tico respecto de la posible validoz analoBa atribui­
Descartes establoce como planteamiento gooeralilado d! ble a la "ratio ideale" no deja de implicar toda una s2
rivado del apuntado mecanis~o cognoscitivo. en su emp! rie de cuestiones delicadas Y graves que no son omi8i­
fio por acceder al "rerum cognoscere causas". no obota~ bles bajo ning6n concepto y a les cua1e'1 3 a hemos hechO
te dicho plBntemiento. problemAtico. es lo que indioa, referencia en 10. medide. en que esto y no 01;ra. cosa es
conjunta~ente. el carActer de encrucijada que envuelva lo que. precisamento constituyo el punto central de sr!
al pensamionto cartesiano a In vez que noe revela el vitaci6n del pensamiento 1'i10861'1co cartesiano. Esto es
sonder.o por. ,,1 cual va a discurrir el pem~amiento ti12 precisamente lo quo 130 va 8 poner de manifiesto en el
e6fíeo moderno. como es bien conocido. siguiente apartado aCBBO con ma.yor fuerza sl Cl).be de la
que ee nos man1feet6 en el actual aportado, juntamente
E'videntelTioote, tal sendero no se advierte do sg como conseouencia expliCita de la aplicabilidad efectiva
yo mAs Que de conro~nidad coo tal cer!ctér de encruci­ de los ',)r( .'3t;pt: UltOS 1'ilos61'icos-metl'lficos que se han
jada, en :',Q r:':didn en que la posibilidad de resolver estado construyendO hasta entoncee. en la medida en que
01 probl!]Dla CEillstll stricto sensu no permite sosla.yar en so vuelve completamente. prescriptivo dirimir cual ssa
modo alguno laG reforcncias inexcusables que les son el elcancc asignable 8 la evidencia intuitiva all! don­
coneusta11cialc9. esto es, las referencias que como ma!: df? la "ratio matbematice" tiene qua tlornarse en valideZ
coe le otorgan 8 la propia oausalidad la cobortura de inexcusable e irrefragable, esto es, en 01 plano fisioo
fundamentaci6n que néCet>ita para efoctivizar plenrunell
sobre todo.
te su volidez.
F.l probloma prcsontedo por la fundamentaci6n del
Zn tnl sentido, l.~ configuraci6n de la certeza conodmiento f!slco constituye un eje c;ravitativo de
co¡;tloBcitiva -en tanto evidencia intuitivs- -inherento
al "cogito" no puede eludir tal problematicidad y, como
116 117
pri:nora m.9gnitud pnrn la erectividad inexorable de lE!. r! 1.1.4.- 1.sA MATtllAl'IZ..ACION DE Id, R,'.ZON y EL IROBL1:l'IA
flexi6n filoa6fice cartosiana, puesto que, indiscutihl! DE I,A HU'{]l'F13IS.
mente e~, supueatao las COr;as al modo Busodicho, todo
ello debe suceder .ce~n lo previsto, eEl obvio entonces
Hemos visl;e, en todo 10 precedentemente expuesto.
qu~ l~ validez de aqu~l, o sea. dol conocimiento r!sioo
que la autorizaci6r. exprel"a d.e transferencia del plano
debe anfloga~~nte hacerso manifiesto como consecuencia
de la "intuitus" hasta la estera de la "intuitus inte­
ineludible do la plena eficacia cognoscitiva asignable
llectualis", como exponentes tundementadores de la val!
a la "ratio idenle", 10 cual, en tanto tal, no deja de

mostrarse como una espinoas cuesti6n 8 reeolver en la


dez cognoscitiva tanto de la "ratio mathomatice" como
de la "ratio ideale". constituye un problema de no esc!
medida on que tal eficacia no es constatable por ee y,

sa magnitud, en la medida en que, desde luego, la pess­


desde luego, atendiendo al razonamiento cartesiano qUe

pectiva de soluci6n en torno a la cueeti6n de la obJet!


so indicara, no ser& dificil advertir tal problematici_

vidad cognoscitiva aparece o bien desdoblada y dual izada


dad, por c l 16.nto lS8 (leterminaci6n~ea f!eica, aolo gro.­

o bien a8en~ada sobre una identidad que no es tal, en


sso modo, 9a decir, en tanto en cuanto respetan la oaf!

cuanto que la eonsolidaci6n de la divinidad no se pre­


ra incidencial de la "ratio rnathematice" se ven 8Uaapt!
senta m~s que en contrapartida con la inexorable cooc12
bIna de eludirlo en tanto tal problematlcidad cognOBoit!
s16n da las limitaciones que envuelven al conocer humano
va, la Cl'.s1, pues, debe hacerse manifiesta dé, conformidad
En lo qUf, corresponde al examen mismo del susodicho co­
con la confizuraci6n hipot~tica del Coftocimiento Como
nocer humano, obviamente, 6ste no puado articularse de
exclUsiva salida a aquella aludida problematicidad segdn
su;yo m&s que en con.t'ormidad oon eu "sustancial" duali­
va a ocuparnos seguidamente. y ya. sin mAs au.bagea, pas!
dad -Res cogitans y Res extensa- que, en obligada cons!
mos directamente al siguiente apartado indicado.
cuoocia, no permite dirimir para el mismo un acceeo cc~
noscUivo similar a aquel que, potencialmente al menos,
ee docir, "eminentemente", podemos d.eterminar para el
propio Dios, do modo que. en lo que concierne al prcpio
conocimiento humano, subsiste una especie de paralogis­
mo que so nos muestra ",o la iI:.poaibilidad de transcendor
la teluricidad en la que DOS desenvolvemos. aoaeo debido
al entusia!'ll11(\ de creer que con el mero desplazamionto de
su punto de apoyo evitaríamos incurrir en el insalvablE)
ergotismo hasta entonces utilizado.

De esta monera, pues, deviene enteror.Jente claro


quo al problema acorca de detenninar los accesos y li­
mites, como alcances cognOSCitivos, del propio conocer
humano no puede vertebrarse m~s que en tunoi6n de la a­
ludida dicotomia sustancial, puesto que s6lo por ella
es como se tlU.~óe hacer manifiesto el marco de pooibil!
dad de coordillar .-:oherentomentc para oqp.al conocer hu­
119
118
t~rminos dualos, teniendo que dejar manifiesta constan­
mano una veraoidnd explicita con las indicadas condici2 cia de que, si bien on lo que respecta a la "ratio i~e!
nes c~S~loscltiva9, sin incurrir necesariamente en la lo" tll conocimiento puedo cO:lcebirse pleno en su total!
tactici1~d inexorable ño su 11quidaci6n como tal duali­ dad, f\unqu9 "eminentemente" concebido, en lo que concie!;
dad sustancial. cosa que resulta estrictamente ioposi­ ne e la "ratio mnthematice" aqu6l no puedo comprenderse
bla si no ee qujere invalidar la posibilidad conoipien­ de suyo mAs limitativament0 sujeto a la torma que le pr 2
te de la divinidad como tel. Si, pueo, para preservar porciona su basamento "intuitivo", pero con pretensiones
aquella veracidad que, corno tal, no puede asentarse mAs expresas de determinaci6n voritativa strioto sensu, es
que sobr~ el propio sujeto cognoscente, conviene proce­ decir, como si "la materia" tuera enceremente posible
der a ostablecer la susodioha dicotom{a, 1 6~ta eotonces comprehenderla ".eode BU moro carActer famal-extenso, ro!
dehe observarse,como dada, en conformidad con el miéll'lO tem&ticamente por ende. Todo esto naturalmente, nos lo
sujeto cognoscente corno verdadero artifice de la misma, señala el mis!llo Descartes de l.~ niguiente forma que a
como dualidad auto-comprensiva de su propia identidad, c~ntinuaci6n se expresa: " Bastar! con observar soleDeg
esto es, C("IIO alma y cuerpo, por cUJos intermedioá S9a te que todo lo que percibimos por mediaci6n de los sent!
·posible discernir IRs coberturas respectivaa tanto de dos, S8 refiere a la estrecha uni6n del alma con el oue!;
la "res coc'.tans" como de la "res extensa", que ee ;Just! po, 1 que de ordinario conocemos por ellos aquello de
mente lo que el propio ri16soto da 18 Fleche nos signi­ 108 cuerpos éxteriorea que nos puedo aprovechar o perj~
c
fica cuerdo nos dice as!. w•••. ObserYo oqu!, en primer dicar, pero !!2 12 ~ !!2!l !!l!!' como no sen rara y ac !
lugar, que existe una 61'sn diferencia ('l'ltre el espíritu dentalmente. ( ••• ) }Inciendo esto, (labremos que la natu­
y el cuerpo. en cuanto el cuorpo. por &u naturaleza, es raleza de la materia, o del cuerpo tomado en general, no
siempre divisiblo_ y el esptritu es enteramente lnd.iVi... consiste en ser una cosa dura, o pesada, o coloroada, o
8ible, r~es, en efecto, cuando considero a mi eeptritu, que afecte nuestros seotidoG en cualquier otra forma, s!
es decir, a m! mismo en tanto que soy solamente una co­ no solamente en ser una IDtbstanci! extensa en longitud.
Ba que piensa, no puede distinguir en &1 ninguna parte anchura ':1 profundidad." (2)
sino que me ooncibo como una cosa sola y entera. ( ••• )
Pero todo lo contrario ocurre en las oosas corporales o Esta es la condici6n general indispensable desde
extensas, pues no existe oinguna que yo no desarme rA­ la cual tiene que partir el ao&118i9 !J!e;_co cartesiano
cilmente en partes con mi pensamiento, q'le mi esp!ritu para e:·poner su sistemn mundano, tal como lo hece en sus
no divida m'l,y f!cilmente en numeroAas partes y, por coa PRINCIPIA PlllLOSOFHIA, donde l'ealmente va a darse plena
si(MJionte. que no conozca que es divisible. 1,0 aual bB!! cuenta de lo que aquí hernos ueñalado como aspecto con­
tarta pera ensefiat:'llle q'Je el eS]j!rHu o el alma del hom­ tradictorio de su doctrina filQs6ficB, por cuyo interro!
bre es enteramente diferente del cuerpo, ai no lo supi! dio vem06, n pe~~r de haber previa~entG advertido de su
ra su~lcientemente ya. d (1) imposibilidad, que va a ape.recer, finalmente, bajo el
rope.je que se prefiera, aquel "deuf:¡ deceptor", como oon!
PartiBndo de semejantes oondiciones oognoBcitivas, trucci6n conclusiva il"!'3vltablo de confol'midad con los
no puede darc19 identidad expHoita pero. el propio sujeto prcsUpU12',ltos tcm~dos cor.;O pU!lto,::¡ do partida, ya que, O!
cognosoente, n excepci6n de conced.er -lo que no deja de turalmente, la rcd.ucci&n extenso. de la unteria. desde
resultar contradictorio y parad6jioo-que aquelln, esto lucl)O, si bien pne6e establecerse, no o'!)etante, ello no
8S, la susodioha id"ntidad, se rcsuel.a 'Jncisivamente en
123 121
-evitando todo corte tranavex'sal entre la intimQ depeo­
permitir5 dirimir ro&e cognoscibilidad acerca de la misma dei'lcia que Vi~lcula 11 la estructura cognoscitiva prove­
que la qua se infiere de la propio forma a la que se ta yl::1:10l:1 as! de uns oxplicita continuidad- la eluai6n de
acced'j do por medio de h' ante<:1iche reductibilidad fo:nnRl... dctar<:llinsr "vaelos pGnSant9s" (Natura abhorrat vacuUll1),
extensa, puesto que no hay otr~ alternativa, ya que pro'" tel y como seria proscriptivo toda vez que la transf'e­
811pOU01' entre embaa osferas una identidad sil:liler a la renc~a no pudiera reali~ar8e bipolarmente como plena
de la cera y el ae110 no deja de ser uns. mera extrapol! certeza rezpecto do la fundQmsntaci6n de la ostructura
ci6n de loq limites funcionales con loo que ee opera, c0000scitiva propuosta, cuyo foco do irradieaci6n, pues,
preau poniendo una virtualidad en modo al!!.Uno efectiva debe articularse désde la neeesidad ~xistencial de Dios,
ni real, aunque, eao s!, total 1 absolutamente coheren­ por lo que, naturalmonta, el "innatismo" anula toda po­
to dosde el punto de vista de "re-traneferenoiar" coo­ sibilidad de vac!on. ase3Urandry 8S!, en obligada cono&­

wertiblemente el eequem~ de la "lntuituB intellectual1a" cuenois, la "plenitudo rationi'," t ';an cara !JI f'il6sofo

al plano de la mera "intuitue". c~o condibi6n impres­ de la Fleche, de la cual nos da lBe razones quo aegui~

cindible de verac:!.dod. No eo advierte la problemotioidad mente nos stfia1e., en' araB 8 demostrar la 1'irmuza de su

que inhiere a embae esfaraa en cuanto que 'ste dltmo arguroentaci6nt "M~s cuando tomsmoa esta palabra sor,dn

plano, relativo a la mera intuitua como fundamento de la BU eignificaci6n ordinaria, al decir que un 11l¡;:;lU' est&
"ratio rr.athemetice". no puede disponer dé "logicidad" &! vaci6 no queremos Significar que no existe absolutamen­
guna que no sea la propiamente proporoionada por sI mi! te nada de lo quo pensabamoe dobla habor en 61. As!, pua!
mo, que es precisamente lo que lleva el mismo fi16sofo to qua una c6nta~a est~ hecho pdra contene= agua, deci­
de la Fleche a dete:nllinar uno conoxi6n intrínseca entre mos que est' vacio cuando no contieno r.l,~s que airo••• y
el cuerpo, y el espacio de modo que, p~r comprensi6n de en sato miomo sentido, 00 en el quo decimos gue un eap!
su 1'1,' gnitud extensa, pueda darse cuenta del primoro en cio ost& yacio, cuando DO contieno nnda qua nos sea se!!
funei6u de lo. "correlBci6:n" exproSIl (lon ~l segundo. el! s:;.hle, nunquo contonr;/l u¡'¡a materia croada Y una substs!!
minaodo as{ -lo gue explica perfectamente la convertib! cla extenoll, pUOB no eol.omon considerar ei¡¡p aquo1las
lidad de la "re-transferoncia"- toda posibilidad para cosas que nlcnnzan R nuostror; aonU.dose ( ... ) ror tanto,
"vacuum" alr,uno. Eate no ae presentarla, entonces, m&s si so noa pregunta que O\1co(!oria en el cnso d.e que Dioe
Que como "espacio incorp6reo" lo que DO deja de ser un qu~tasa todo el cuerpo existente en un vaRO, sin permi­
pnrol~gismo, siguienuo el hilo conductor del pensarnie~ tir que otro le reemplazase, responderemos que las par!
to fUOb6fico dol mismo Descartes, en cuanto que el mil! dos de este vaao se enc(/ntra.r~an tan p).·oxirJ6S gue ee t2
mo espacio no ea otra C008 q!,~e la "co-relaci6n rt en la carian directan:<;!l1te. lu~q ~!'J necesar:'o quo dos cuerpos
que se baIlan los propios cuerpos, como '1
mismo nos lo
advierte. " ••• Las palabras lugar y espacio no sigoiti...
ee toquen tllutuamente CUBndo nada exiBte entre ambos,
porque habr1a contradicci6n suponiendO que estamos aep!
can nnda que difiera verdaderamente del ouerpo que dec! rados, esto es, qU(~ habiando una distancia intermedia.
mos eat& en alg6n lugar, y designar 6nicamente su mago! esta distancia no fuese nada, ya que la distancia ea u.."l
tUd, figura 3 situaci6n entre loa damas ouerpos." (3) modo de la extensi6n, que no pOdria subsistir sin algo
extenso." (4)
AEI, ,'uel'!, cCllllbinend" telN1t fe.ctoT'oS, os como se
l>0ne de rnlicl1{€l 1.11 a:!.::;n1.tlcnUve conoxi6n 1.ntr!neocn a­ \lnn voz¡ quo DC ha diri!'lido l~. tlbs('IJ.u1:a plenitud.
ludida, por cu:'o inf;0rmedio se hace ?lef!fI.!!lente posible
122
123
de contornidl'ld con la "extelJei6~ d·' la ma.teria" , ~atl1
misma. como tal plenitud, perMitir5 determin~r su pro­ del ¡¡¡ovími.mi;o en i'c[\cartos, Plll'g GI cual, puea f el n:o­
pio Quto-desenvolvillliento', ;'\'a ClUB, en caso cl)nt.rario, vimiel:t;o proyirunento dicho rasid'! l>6.o1Cl\l11onte en 01 l:'~!
no aerIIl tal. Esto Os precisamente lo qu~ caracteriza IilO Illli·¡:"J., cuya veriticnci6n se da ¡,tor cici;plazor..hm-:;o

la "emlnencialidad" dal Deu8 cs:r.teaiano, en cuanto qUA rectil1neo, cono traBle.ci~n, cO,,"O ~l f'lisr,¡o nos lo imU­
en El 80 hace tactible esconder, explic8tivemente, la \,;b, en &u raUlosn dorlnlc~ 6n del mov1mieo 7,o. que reza OH!'

incomprensibilidad de las potenOias causales etrioto .. Poro ei... deEE){I!!lOB saber en qu6 cone1[1[;0 re¡;,lmon'te
sensu, d,Q modo, pupa, que el prine1:pio de la coneervaci6n 01 mOVit1jento, dirorr:cs, para atribuirle una naturaleza
del movimionto encuentre en ~l ell f.mtentica expl1caci6n. dotorrr.inndo., que es la "trl:lsll\ci6n de una ¡>f1rte de la re!
en cuanto que nuestras eornpren~ibilid8d aoerca del r.iamo teri~, o de un cuerpo, de le vecindad de 108 CUOrp09 que

DC' Puede transc~:l:b:!, en mer.;lra algunll, 811 propia tact! le tocen inmodio.ts:lumte, y Que c,-naideramoa COL'(jO eH :r.e¡¡g,
ciclad, sU inatantannidad. por cuyo lfJtt'U."IIIedio diapone_ so. f1 la veoindad de otros. fOl' un euer¡:.,o. o bien por
mas justamente del conocimiento del cambio O movimiento • una parto do la mato1ia, entiondo todo lo que es trael!
y as! noe lo inMeo el propio .tUoa6to d!" la Fleche eo dado a la "ez, aunquo nuevamente C),;t(¡ cr,mpuAsto de mu­
su trat~do ~oerea ~e la .tIsies, conOCido Como LE "afiLE, ChC9 partnF, dotadaa tembi~n de movimient~, 1 di~o que
1;,1 cl..'8.1 ronunc:! a 8 pUblioor, trIs nonoct>r la Condena de es la trsalncd.&n ., no la tue't'.a o 800i6n que transporta,
Galileo Galile:l de 16 33, en € l que nos dice as!, ft Oon­ para moatrsr que el movimiento est6 siempre OD el m&vil
sidero que huy unn iDf'inid~d de diverso", I"ovirll!enl;oa que y no en ~l movimiento••• " (6)
dm,'an P9rpetUamento ~n el mundo. ( ••• ) No me detengo a
De ea'\;:;. !:lanar"" tenet:.os que 'Pr)r~ Doe.cnrtos, el l:I2
buscar la caUSa de SUB mOVimientos, pues me basta pensar
·timiento no diDpone de uns s:xplicaci6n ccuDal quo no Boa
que han COillOtH!lSdo a moverse tan pronto como 81 lIIU'!ldo he
el tropio m6vil, por cuyo intermedio, pues. pUt>dc no c~
comensedo n Ilor. En tal condici6n, flnCllentro, por mis
lo comprenderse la itJ'tervenci6n "olt1ncncinl a de la di-,!
razones, que es imposible que eus movimientos Cesen ja­
Didau, sino, Ildem~D, el car5.cter esonc:!,nlu:onto l1aturdi!
m[,,8, ni es! mismo que c8~b1~n de otro modo Como de !!u­
ta-Iaf?;al que Irradie. al pon&a:::iento tUofJ6tico on SI! a­
j~to. Es decir Que la virtud. O In potencia de moverse
r~oosa b6aquedé por ofrocnr cxp1icac36n ca~aal certeza
por sI InlO'llO, que Se encuentra en un ouerpo, pueda po­
de loa l'en6menoa Daturalel'l, cuya CobEll.'tura, por ende, hay
sar 9n todo o en parte El otro, y as! DO hallarse m&. en

que buscarla, en su absoluta ulterio!.'idad, en la validez


el prj!IlErrO, atno que ~11a no pueda DO hallal'se por com­

da (¡b~atividad cOi':;noGcitiva otol'¡::;a.blo a la "ratio math!,


"letl) en ,:,1 r~':ndo. (n.) ! ain embargo potieta imagina_

owtioe" C:Jll:C 'limos prscedcmtomonte y, sin que si bien


rl)s~ si os pa~~CQ, tal como hacan la m~yor parte de 108

{.u€da deej¡rse que Uescartef.: resuelva la c\¡esti6n de mo­


Doctos, que hay al¡;1::l Primer Uotor. que, Girando alred,!

do clobel, ein emburgo. lo que constituye un m6rito tne!


dor del t.¡llndo con Una vlllloctda.d :f.nco¡nproneiblo, 98 01
cusab1e suyo, ,,1 qUE> abt'e la puo:r'ta 8 la investie;acl6n
")r:tBen y 113 tuellt@ do tod(}s loe otroQ JIlovlll'litmtos que
Be encul!tntran en 61." (5) (¡¡'j~er,i), pl¡mo, como aut~ntico pional'o del conocimiento
rlsico. cm el senth10 de qua otrece t por vez primera. ~
l'or lo tanto, partiendo Da Clq:>licne:i.6n dOGm~taf!Diea, aun cuando 6610 UD mero
de eRta oposioi6n al ~lg
damento caueal aristot~lico intonto, do le. rCf:l1idad ríaioe t c~yc' punto cent~, sin
hay que Articule.r laR modi_
tic8ciones sl1otancialos que cuy~, con{'urr;m<,:ill no l.ubicrn~ddo ¡,osible tal proceder
operan on la con.f1.gurnci~n
:i.nvr-é,t:i,¡::;ndoI', b¡;¡y ":1I0 bÜ[1cUI'lo. nomo dijlnos, en la prg
124 125
te m:\:;,o cubor' 8i Dion lmM.ern podj.do hncer un JIIum\o in!!
ola COD"titutivjdad Rvanzeda '8 de 1& "ratio mathomat,l­ nito, l.' bnata con sabor 1u~ 2!! re.!lli~!\d nI') lo hizo. p!
co". ro 1'UGI'.e -';f1S, al ('\ontT61"\0. nOB 'j~~:!J.('i~ q'lA Di:)B !!2 ~
bvidentemente, la retlexi6n oartesiana coimplioa 'lit ~ dojar dG CI'!'!n::'10 inr~.n'.:I:o, fI~.l'r:"líll!!nntn porque la
coni'ormement~ eon 01 princ~ pio de le. conservación de la fi:l_'.:t:d (\91 ~~p!lcio nn n'heurdll. l~,' al tonon. e~tf) podJ:il'l
cantidad do movimiento, ae! como por el pl"incipio de la bnstB:l:.'. Los cuerpO!) r.;nl:Uennoe. qua onmo hel':los vistt:l son
1:el"ldencialidad rectUlnea d.el mismo movimiento una. tran! C~~veB, no as "uedeo mover gn line'l recta 1;)" cualquior
fo~acionea el~llcativas qce no pueden dejarse de 8dveE
i61'h Neeellf1rill '3 nat\lr8lm~n~e Bn" lleva.doR be.cia
"abajo". Y, Ilde:'C6s,. no pueden én :-:-éell(ind oontinuar in­
tir, abriendo, pues, la persl>ectiv8. de modo claro, a la
constI~ce16n do la rfaica moderna. hoy llamada Cl&810*,
Que modifica sur~a~~ialmeot~ los marcos operativos de la
-
derinidOIlltlnt<J :ro movimiE!'l'tos la r'i:'litud rl"sl del mu'O,l'>
se opono B ello. No hay neda de *eto en D~oC8rtas. Sus
rIsien poripet6tlcs, bajo CU.YOB ausp:f.ci08 ee 1I0vian lee OU~rpOSf CUérp03 euel11isno$ '3 ya no arqu1medianos, no
eXOllliuedores d.elao!; u.al Nedioevo como han puesto de mI son llevado!! '01 atreidos B. ning'ma '¡:''lrte. lio thnen ya
nltieoto m...ct:os investigadores del conociJllt.tllto clienti... nilll:D ll1O tsndonoia ni ounlids.d interna. No ':'''.enen ningu-.
!;CO on 18. ~ctualiut\d, indicando olaramente le ruptura
na rQlaci~n -éxcepto la espBcial- con BUS vecinos, no
of1peC'lti ca que 8~ opara por medio de le. retlexit,n oert!· los atraen ni l os buso~~. Por eso 9ued~n oontinuar lDd!
duna, COI.'IO señal&bRllloe. Todo lo cual quede patentemente ti~idament.e en la misma direcci6n su IDovi~iGnto una ves
revelada, 011 las oir,uientp.8 peJ.B.brIJlB de A. XoyÑ que. a comenzado." (1)
continuaci~n~ inRortamoa coco clari~ic~ci6n de la euea­ llGsde el!\te pUfl';;O dE') vl.eta, rues. v.n3 vez plante!
tj6n Que n08 ocupa. n As! pu~s. 01 $ovimie~to certoeiano do el problema en terno al "Pr:\.~,um movil~". cuyE'l 90].U­
esa nlovlmient:') que ea la cosa m's simple y más fAoil de citn n!) !.sdios., para el pro.;'lio D9E\ca.t'tee, n:tis quo en 91
conooor, esencia purementlJ intaHgible Qtte, tanto en el hecho de que este tiene que hall g rs9, come tal, en la
ol"d.on de las razones oomo en el orden de las cosas, vi! cor:eoyei6n de uto!':, oomo réP~eet'ltaci~n "eminE'nte" de
De antoo de todAS lss otras esoncias materiales, ante8 ltl omnipotencia Y omnisélieneia absolutas, de i'Or:IlP qua,
incluso eJe la torma espacial, ese movimiento e8 el de 10B en1;onceo. la I'osibiUdr.<'! de ince:rdinar la intorvenci6n
ge6metres. ( ••••••••• ) Sin duda la raz6n ultima 89 e! del mismo Dioo no vm~1() hacerse m6s que::. omitiendo expr!
euontra en el radicalismo el.ol pensem!cf\to cartesiano. sa'.lentf' In Iuülma, ya. qUG, Di bi€>n todo Clf?cto l:mndano -:
Que rlCsU.za Elxaetemonto el pro~ama que nos trazara el t'llúrleo C<1CJ,,,tro ao J::l su ~rietina c3una, ain embarr;o
Sai!,e;iatoT<:l y que 1'educe lo real a lo materlal -a. lo se2 el nOCGBO cognoscitivo bumano no puedo lle~ar hasta e­
D!'trico- exclu,YElndCl de la cODet1tuoi!n del cuerpo ~il!li ... lla y d~b'J, r~::r. end.e, contm:llBI'OEl con eua lilllites cog....
co TODO lo que va m~.s al) 5. de su conat.ituoilin esencial, ncociti"CB. i!'lF(!'(r~:etos,,,oro n,) ;:Jot' olla lno~er~nt~8.
todo, es decir, tambi~n y -sobre todo- la p9sentea. Co­ fr!. r er ~je~pl~. como vimos anterio~cnte, el movimion
m~ ,& di~imoa, Galileo ee pregunta, ¿ 06mo proced.e en to pr.o'Piv'l'~nto d'tcho debe tntoligi.rse como ef'ecto,traa­
r~alidnd le naturaleEa? Descartes. ¿ c6mo debe consti­ l(lti cio t)l'O P.1!l lo que jUE'.t.·amente se infiere de la COUG!
tuirse y actuar? Galileo, tlsico al i~lal -ei no m4e­ o.el'nd 6n "mtt.('nso" de 16 realidad t1Iut~ri81 t en cuanto
que (l;El6motra, 8e detiene Rnte el hecho, 130 somete a ) ('1 qllft 6r.te Sq no~ 1'"co eOl'1r.renaibla po't' la. 6lOtf¡caci6n me.­
real, Descartes, matemático ante to{to, ElO nlAga a reeg t('ml>ti ce de lo f'p.pt'.del i.da<1, Cl'yOB Cu;-rp05 más skples.
nocer el hecho. Por eao nos dice Gal Uno quo no ElS aGuE,
126 127
..!':ne'ld6n d(?J pro"(!io ~scartes, reva'.f.ndoncl'! elerEUT'e!Jte
yüc,s, no e..:<t:·t:.n, entonc~s, l:J~S q"e m9ros "pU':1t08 150005­ p.l C'flrf,oter. de aner.uci.1ada en el que ee encuentra :tos­
t;rlco~~" t C{)If.O os obvio, por 10 q\le, "l" con8E1cuencin, l'!l crit~ (''U -pCnI!Dm:l.ronto filoF6rico, tal Y come fl9 nos mt1e!!
u(.t.r\,(~,:~L!·C. l!'.évl1 del uní VerlO') nI') d(rí ",n"l' rota qul'! ¡\09 los trI'! f!"If:ld.dan\l>ntl!', cuerdo nOO di.eoJ n Sin embarco, ea
ílliF,l-'OS ~:"lC:r¡:,,¡¿: r·ll11t'131m;¡orte :l.ntl?¡;;rañolS, CllJH (¡l ':::\J!U\ rá... r-rr.eiso dl'c18T.'ar Que l:lPy 9.:"r:o el" este movimiento, que
.,l,":r~leia no ·~c'do.r,<)s dC'l;~:>:".:;;l.n&rl/!i. "TI rnock fil(,"'Uno, sir;", a nuoatra alma concibe como verded.erot peX'fl que no pUIO·c'.e
excope:l6n lir¡prol3uponor (JO Dioe el ¡..'o,~er ltIutie'tGnte, lo c(')nrpr.ol'Jd~r. esto E!liIt une. diviei6n de algune.s pertes de
qllG \':0 Sla )¡s1ta en ecntr.adloei6n alguna oon la porf8ctJ¡ la rnotér1e hllsta lo lnfinito, o bien une ~ioiei6n inde­
'bilide.d qU(1 aloja en 13~ como llooi6n pura, pS:l.'1l es1:ablo­ rinida, y eo tantea pert~9t que ael'te~oe incepaC8. dé
cal.' tal t¡ovi:uionto, 91 cUfll, JUll~emonte.¡)t¡I' la proyio detlill'1l!iner mentelmen',;e una tan pl"t'Jut':Ra Que DO conc:'.tn­
11:,'pen<Jtro.bilidad co:w(n.·..msiva }lUm'.na <le Sil CllU8S1i,11!ld, mos qUé 9at& t:·,d.d\I'Í1l eteeth~ent() di':t:iditl.a en otras
dob0¡¡jOS aC'..?i;nrlo dE' modo comploto y total oomo derlvs.­ mls p~queñfJ'h ( ••• ) y aunque no ccmprend.amoe o6mo se h!
(lo dol o.bsolu1;·:J poo' ,Uvino y por anda no sujlltó 8. va­ ce este, divisi6n indefinida, no d.-bereos por esto dudar .
ria.":Jiliflad ninguna en sus conl:!tsn f;'JEJ absolutaSt lo qno. de que deje do realizarsé, puesto que pa7'f"ib1moa clera­
cmiqisGlo, fluc~dB para 1aa partes materia,..,;s. lim1tada. mtmté es une. consecuencia necesaria de la naturaleza éI.a
en sus pos:íblof; vt.rie.cionos, tal OOIDO nos lo ee;>¡nla el la matetie., de la cual tonemos yo. 1.lO conocimiento ev1­
miMo lJeacol"tes de la d¡:;ulente manera' " En cuanto 11 r.ent!simo, y sabo"oc¡ te;;lbi~n que esto. verdad es del E&.
la prime:!.'a (cnuen unb1~T.'sal), l'IIe pareoe Elv1dento, que nero de las que nuestro ~enSGmi9nto !init~. no pueie
no puede haber otra, que Dios m1enío, qlle ;;:¡a cNado en oOlllpl'endt'r. n (9)
el P1·:iooi.pio la meteJ.'ia ao!' el movimiento y el roposo,
De crntoroidnd con l:'Iate "DelIa ex machina", qtll)
:1 qU€; conserva ahora Gn el IJnivoreo, por 8U solo oonoUS
Tl98caM;ns trReladB al eseenar; t') actual de 18. villa mode~
so ordinurio, tanto ruovill'liento :¡ reposo C0l40 puso en 6.1.
nA, disponnr.lOR da lo posibilidad de interprotar 1& roa­
al orearlo. Pues. bion que el movimiento no SEla 8ino un
l:i.dR.u nntural, yo que, obviat:onto, ln eortoza proporei!!,
m~do en la meteria movida, posee sin emborgo 6St8, una
mulR por la "ratio JIIt'!th'ltll':ltiae" noa suminiatrA. 01 fund!!
detaroinada oantidad de aqu~l. que 1'60ilm80te pe oompre!!
ll1onto vliUdo -pt\rf\ tnl c1etarm1nnc16n, !,0r 10 quo las pr 2
de, es siempre la misma eu 91 oonjunto do tod88 le8 00­
pin!!! "lo(l':oS motu.", en obl:tr;lIdo con:Jcct'encie., !,m~d'3n ser
bfta, por mls que en lee partes de dicha materia, haJa
:?lGv~r'lo.B 11. "1egee l1A.tnree ll , 00'111'1 dllterm:i nnci6n rtbaoluta
unes vecos m~B y otras menos. " (8)
d./!! la NfltllX:Pl"'1~a, en cuanto que puedo 1.'1"A.lizf.lXse plana­
Lo cu.:.l se not; pone do roliav() por el beoho, c12 ",ente, urm V(lZ Q'le el vnc!o bt' l'Ij,,~o tnt8l y complotl'lIt9ll.
1'0 y n1tilio, en t'ulícltJn u.sl cUl'l puede c{Jl':prenders8 la 1;e dqsearlndc, ll'l incardi.naci6n dI> lo ":::,atio io!!ee.le" en

e1'icucia otorgada ¡¡(JI.' ~l a la "1'al:io ideole" como comp!!


nentit? co¡:;noacitivo UC pl'imol'a :06E,'llitud, do Que In p061­
')jI' ";vl ue enfrentnl.'¡¡'.o con la in.finil;ud do pa1'1;!cula9,
puntos tlliteuliticos, no pueda detsrolnal'"e m¿s que en
I ]I'! !(I"o".ia e')[ll'l"trucci~n eO/Tno¡;citiva proporcionade. por
1,-, "ratio mG.tnemetlce". To~,o el) o ño sinli1ar ll'od.o El co"
me vtmoc (1U& se prnd.ujo respeoto R le toxativa e1rcuns-­
eri\loi(,n eOlT1]"1rensivn de le. met:arie en ln extensi6n, por

funo:tt>n 19 m:tablooer. BU verosL"I1ilitu1 como "indefinida", lo que, natuX'sltll8f!te, aquellas le:,\,!'8 flo1 movimiento,·· Po!

qua el" lo qt1(~ or:':'('CEI, traneparantor.¡{\1'Jto, la importRncie. pue~tas ((s! 1 (1) "te';.!". COlla permanElC'e ""TI al (U'tt!ldo en

do aquello tranufornnúia 8nt~ri()rnc!!ta ¡¡ludida que, co­ <tU(~ lile encuent;~13. Jll:1.entl'tis nada la r.1'f:'" crunlJiar", (2)

110 F.JG~)Odn de TIm:¡oc1 as, pen::lo sO<lilJito::'l1B.."I1oTlte sobro la


128 ,... 12'9
"to.:ic, c;"el'''O :;¡u~> se mucwo t Í{:mde & ¡ll'or;e¡;uir en lfr;o~ ~oo. Oo-",iem..n el pro.'1io i'ilos6J:o dEl la rlacho pOl.' diE;...
1.'E.cla i:lU IDt'vi:n!Hnto.. y (3) .. si I1n e1l9rpC que se mt,et-e cernir entrEil 100 cuerpos "duros" y "rlnldoo", ,por lo
enCU(;/J[Ul l) ot:í'O Jltll fl;cttl" \lUO h, n" piard€! nao!:! ~f'.
qua so ,.)ltmtoa do nuovo lo "ratiQ o6uaaa" del all~tlis1t1
f'U a;o'Jir~iOl¡(:c't :J o;. ¡,r'.lll a otro ~1~(1 1#jbH Que 1>1 pn~-::l"
r101Cot dA conror:'.Jiclsd con lOR i¡r0:supUl)fltos anteriór­
b:"'Hl:r', ph,nitc tanto Ctll,:C) 1(' un", nos ot:r:ecen, Co:no der.!!
m.::wto indicados qUJ nos 1':'<9\'olo.bnn la pro1Jl'.¡ma1;1oidad d'Ji
Ili09, uno ;.nl'erlJr(!toc~ ~n del UnivGrso }:ln:c la cual ce haoe aoUnto dearll'¡l una perepoct:'v!\ Gst1r.i.ctl:ml.mtf) lOetQlh1,&¡;iCOt
poslblú clArpm':'nte vertElbror la f1oturnlol!:"- COtlO do:rlv8.... pOI' 10 que. f91iollltivcmellte conceb.ido, a.quol ml:l.l,'CQ rol.!
c.n IIe lcc; poclcI'eEl di VJ"l"OH, PIl:r'o fiut6nor,¡ClIIGnt{' r"¡gide.. roncial no pOdio (johlpr'~lld9ree m!a que "hlpot'tio$Jllonta" t
tlll ct1.ul TiO~ 10 sGiinlf' do 16. Gi(;\t.lente L'o;:,nn, 1f St'I d.... :!t'l que eata Otl la CQT)(\Uio Il1otolu.16gic8 n~Q9sm'lB de~do
nostl·,c:,& tf,¡¡-,bi~n la ot:::'A, parte c,r Gata rOgla, 51 Se ti.! 1,'1 Que tiello que partir y oporar ,)1 i'il6~/)ro 'lo la ~'l.,.
JlC en cuenta ln imr.utnhilidad de la flcci~n de Dios. cOIl oho 00;110 gOI'antia do veX'sciliad pe.l'Cl Inri tar toda "docep...
serv¡;mdo 01 n.undQ CL;; In :Liml\a acci6n guo lo cre6. lUeA tru" :;,'ooibl.,. probl'.l.~o1tlcidad qUr;} Otl pODe da manU1.oa-.
~'(;tnndQ "-0;( nt:upndo por eU(lrpos. :7 a pesl!:l:' de quo cal1a to dr:lsdo oute sie;nU'lcat:tvo 'pasaja 'le oyosiei6u onrte­
¡/tll te do lo h6tGrin tiende D. moverse en , ~nea l'octa, ~. 8iat)0 8 loe 8ist~Jma3 óoomo16gicoa (la Copl1l:" .. ico ':J de 'L';y­
ovid~ntl3 qlh~ desdE' el firiTle1oio cuando Dios crt}~ el muD
'io, no Bo]amente he nlovido ::te. <livlt.!'lIo modo BUIt portes, ­ eho Brcha, en 01 q~9 n08 dice eO!l ~~$r ~so yo diein­
t!4)odo de a'litos 9610 porque ten;h·{. mt.le cuidado que 00­
t:ltno tl!'ll1l-dtn qUG las }lA Looho de tal naf;ul'81eza, que párn100 de no lIltl'lbui.r ntn/!¡ol}!') movimiento l!! le. '1'iorra, 3
desde ent.o·mea la8 unas han cOIllt'uzado Xl e'Apu.1o.r a lEla 2 ouidar' que mis razonamiento. sobre estll p ..lnto sean IlIle
tl',:lI:~, .1 e. comul1icf'.rl"s (llDa IZantidad ele) su movil'llento, veI"iade:ros que los de T;yc~'lOt he de pl'oponer aqui la h1...
3 PU~s~o qun 188 oon69rva hoy con In &i9~a anci6n y la. potee1e que me parece D!s se~o111a que ninguno, ¡ la m'a
~i8Wes loyes qua los hizo oboervsr al croarlas. Os pre­ o6aoda. tanto p8J.'. conooer los .fontJlllenos, oumo ,,/!ira bu!
ciao que que Orml'lervc en todo. ollas. el movimionto prj¡ Car las natllra1~8 Cfll1SQS de los miamoR. Y. sin Ellllbargo,
l!Il ti VI) , eOI1 la Pl'opiE'l(lRd I']ue hu dado a ésto de no peJ.'llI! advierto, que no pretendo que sea recibida como ent.era.
ll~eer ligmdo siempre ¡q l!'lEl mismas. y do pasar de las U'C88 mente oonforme a la verdad, sino solQllloni;e 001110 una hi­
A las otras, ~eg6n las diversas blCUGS o~nourr6n~iaa de potosis (.0 fJuposicilm qU9 puede sal' {dsn.).- (11)
dichas pertes. De 8uorte Que, esta mi&ms lnmutabili~d
continua ~e lna criaturas es un argumento de la lnmu~a­ De conf.ormidad con el supll~eto de concebir la ~.!
bilidad de Dioe.~ (10) fara Q·:'.lesto como una mat~ria fluida, da comienzo la c;ona
h'llc<:l6n cJf;l'I,:Jl~gica c.atGdllDn, Gn cuanto qU& la aUBod!
D¡~ nato :lodo, por consicui,,¡nt:e, oporaodc coo lls+:aa
chlll mal:el'ia fluidB cAebe 8I!>t(,r inte{7adr:. por torbellinos
"lel!~i, itlotua". ~u i:unto "leCGS nat;urá~¡" cor;:¡o ~l l'l1!oaJO
("vtrtio&u"). por 0\1,70 in\;e1'lll(!dio s:e pl'cducc- la pel'.1ll'"
las (!en.:.¡¡;ina Gil Gua r¡¡Il1C:n'!J\ I't'ILOllGnUA so dlepot:t.I
n",ncia del ll1ov·iTo.'icntc de lB meterla cóstlicn. cu,yo imru6
,¡.~ ,r,1 ',lm~c() r~fol:9nclIl1 GOtloral dosde (!l cuul a:tieular
t
",:;ón r,',~'dl es inbel'iíI11te 8 la Tierra e;l tanto en cuanto
.ds/;e¡"IÍ::lcw,1ollte 01 cm}o~!Hisotc r!lSico, Oote t~rlier:dó que llIsgnEltizt< a tOO(, 01 lhl.lloment", lo que oe nos &0ña­
en cuenta la ~vI''3n\::!a 00CGSIl por 11] Gr~ctivll generallz! In pe'):' 01 pl'"pio Du¡;.énrlee de la. eie;uLnte lIIao.re. " . . .
o:!.&n inhcrml!;G 8 la "l~al:io l%!llth,1~9.¡;J.()a" f.m su doterdii .!!
11 Puesto Q.UE) vo¡aos q\le la TiorrA no OBtli. SOl;~teDida por c'¡
01611 Ox,t.stm:::i'l.l "~l >"Ch) CIsico, ,1ebe pr'Jc'3de:.,' a tlxa­ lu;¡:ns>s, ni elU'lp~l.ldide, en el tdre por !.1al'()I\Ull!l, sino Que
,llillur "I!'Qa1t1'lr:~s" .'oas condlc,ÍGous r.:l;~::-cti·'a8 de loa OU(\:: Oll '';('H:OO los so:rtld:.'H est& rcd.:lt:,dR de l¡n Olelo muy t161<1.o,
,\
~\
~\
>.
':l
~,;
133
131
cc.;r.(jidol:'ClIDO(¡ qua ()st6 (¡1I 1'9pOSO. y qU& no tiene p1'OpGll­ ob;jg\;o de aUl, :',omOt-tL'!!.cionec, )' el! ente. ne.t",ria no son­
Gi~n 6.l b ullu al lIlovimierrco 38. qUG no 11:1 aci\'e1'timo& ;m uiucre cino sus di visiones, SUD fit,"U:.:es :.' BUS ¡ilOViél1cn-­
ella, ",,,~.,:) no c~oan;ce t6JlibitlJ, que fl~to pueda fl\itEd,', 1,08, :i (;11 .cIn, ref'Ql'eth6 a C¡;to, 00 q,ui.el.'o 6,Cu,,;li.'h' rer
~uc seu J.;rS1JOporl.a<1.ll por el curso del "ie10, ni deje do vel't~ado¡:o nada QUo tlO ¡:¡on tal" cvidot"~el;,ellt;o deducidc d",
Ler;oir el i.,¡Oviilliento Q& aquÓl, f:1erl:lBnociorJdo iOG.6vil UIlUt:lll€\G DQci,:ma.o cc¡.~unoG, u", CUJ'Ci ve:::c'uti no 6e .)uc(1e
f;1 n olnbaI'€ , "C. as! un bEi..l':"CO, DO impulsado por 01 vi,,!!
COL:O du:lru::, que pumte. sa::.' Cibj<.;to di! U,la \¡e,:.otlt.r,·,cl~n l1il>.tPln'­
t.r: t ni por remos, ni retenido pOI: las anals9, pnmanooo 1.i,oa. 1 pu~st;o qUE! de ea'l;o Clodo üO pU'Jue (~r :r:az6o oe
q¡;;ifltO en modio del mar, &Uo(Oue IUlaliO el 1"1ujo o r$tlu­ tOf!OQ los !on6lllGuos do le !Jat;uraleza, 001:10 60 v·>¡W. pl)r
jo c!o 01\:1;8 itl{;Elilto ItiEtta de ap;1u., lo trausportG in,¡ensi.. 10 quo sigue. no considero qUI) (i<,,;oa.Tl ser oo:¡itidotl "teoa

t,L,mC/l1;c C('\osigo." 0.;::) yrinci~loB en lo F'tsioa, nl qua :.e;ye lllotiV':)s paT.'a d~noar

),' o':"ros quo loo axplicndo8." (1')

0?ei"!lnd(l, l't1!'t. (':on estoD f'eotorc.... -o:>mo it'dtclI 'i'

,
r.. J'1l\1.:l t Mo~r/tro ~e OeecartE!tI_ 'ste no bUflCabs. DI&' g"9 },\~~' Indu(t,ablem(lnte, part:! 8Tl'l.O (f.O'! le.~ nntB{l:Ieh",s (lond!
jnt ~~r~r los do!:: pl ellOS. r.l gt'!odntt"ico;:. ,1 holioe6n­ .' .' e:f.N'lPB rcsofit\da(O, es obvio qut'I. tod(J voz ",m;l 1n ltIt.~ted a
trico, e~ll vtetns '1 QU9 BU tratado r!sioo fuere. 1ado c.f¡ f{oicn dobe ~,nBenvolv",ree f'!8pac:\.Rlmont;(I y '1110 ~;~tCl, ",o
1',0 1 iJn'{. ~n 1", onse'lanz"l, evltando .!ts! tt'Jn9r cuelqui9r .' "t!'l.!lto t~i O;>L"9~·ol~" es "cot'1'01at·i.vo" '" le>::: miotlo!il eUOI'J)OB

­
:t

('onfl:1,c:to e~n l\llS p-utip:uos maestros de la ~ompañ!a, 8:


~:

,C{sicos. la o('III!;'rElt:'lsi,6n dn ~(;tf), ~)'fl'tonco~, m~toB'lQtieWiien


11:'. Vt~Z q1le aCaso irltluido por lee reoi,,"ntt's condens,e dol
••
.:~.

te realizada, O"e;~lI IClttensi611, nos d3r,( p~.3na cUEmi;Q de


'lrj bunDl dEl le Inquidción, aun eUfUllo. sin emtSl:'€1;O. lo aquella t11l~eria (l(lrprlral Y. !lO)" en;";}I'l, <'le la miOlllll rg~l!
que aí ll\¡)arr~c'3 1iM!'.no ell qL1'<! Dosearte:! no conoibe lr, dad rieioa etricto Sér.>6U. lo cnal t pues, mEltodo16e:ie~­
t"Ol'ÍIJ. Copflrniceoa on su absoluto tuero interno, prosea Bll'lnt;e no ~a de :riIu.'Vo m&s qUH la l.nov! ~ahlE'l eonsflcueocia
tando la altarr.ativ:1 rn6.s arriba suscrita, (ID funoi~n dtl darlvada del h(llotlo d~, l'11SllZtloi6n (;.P. la eludida ttanaf',!
h elle1, ot'sde luego, tlUlbién introduco el ten6meno &1'1 l'ryncl'!\ ent;:o:-o loe plftnoa d~ la "ratio ltathE>lI\l'Itico" y d~
vitaeional. por modio de la p1"ofundizeei6o de la dieoti la "r1:ltio idf.lsle" t como 9Xprp.sionca dE'! le d:l..:lotomia :J0ij
mio grave-ligero P6ripa~6tioe., coloc(ndolo ea tor~a que nOflcitiva. que im'(ldls 1!11 carActer üllI'or.tecto del oono01
resulte plenamente consecuente con la mis!!la "plonitud
miento humano. OU;Y8 eertosa. por !;onsib\l:l.onte. eu lo que
del firmamento". en cuanto IBa pert{OU1a5 et'reae, al
l'éspocta ru. ¡:llano :('í.eico-exten!lo-tm lo gaQ concie:rm~ ni
ser d6 composio16n m5s poderosB ~ pesada que las que se
oogit"-ltivo-ide1:l.1 l() vimos en el o.pru:-tudo unterio%'- DO
llevan dEl lel ..i.ie1"1'8, de l'orma. pues, qUe la gt'avodad DO
puede rel.>i<1:).l' m6a qua 011 lu ~nniriost;n oonutrucci6n de
68 presenta m&a que oorno un efeato de la plenitud corP2
UD tipo do conooim:l.Onto Ulo,;o:nllt::.CO po:;:, ou;:,o COflOUL'BO 6Ga
l'ea qu.. dabo i.TVad!!' sustancialmente a todo el espacio, posibla de1;<3r¡;¡iClv,r oOl3lloscitilJili!.i.nd total y absoluta
da eon1'OI'lIliGtld oon la idontiüaó. del espacio oon le. "rilliJ paro. los f01l61llonos nlltaI.'111au. le. oual oa ju¡:¡tomontu 10
f:xter•.¡&" t tQlfls.da como punto de partida, I;al como '1 p 2 ;¡UO ~~ pretondo un In "tlathllDiu Univorsalis" carteaia."lat
r
pio D¡¡;soartea no lo coaf'íesa al siC;oi.Clcarnos lo slguieg
tea "rUIiI!lI ooofio&o L'I:·ancameote. :tue no conozco otra lila­
modinn'.;a la cual 01 !i16ao.fo do la ,,:;.'100:10 eleva é lo Iilb
uoluto eu lllu(ltoamionto coünoscitivo tul eOl!1o lohe!!lQ, ­
tlilZ'1a de l'la COSGS oorpGreEuS t Que la que puede ser dIv! <¡ioto desn1.'.rolloxsa 1:asto. n.'1ora. 113 ;¡,no nos lo coneiBllR
dida, 1'iguraua :i movida de las .uli." div&l'élaS formas, 1)8 <la la ¡üb'uic,ot:;} lllDJlI.U·St tl Mwr'a 1:-10;;, sl se considera . ","
. 0'''\ >­

d~o!t, la que l(JG GdiliatL'u llaman can::idad, J tOilian por (,Juan tao ¡>.!'op:í.edlll.dou di vorlJUS d~l Wó"l. dol .ruogo, 1 d,.:¿> J
l"-:~)
\ -::,~.

~ LJ
\7:>
132
133
:!'n f'fh:- '.:':1" "tr,cla del ~:~1l1do, hen nide MUy nvi1(\,Tl\':t"mo~t:~ iu,tiEoDdo. lo0l. 10 taIltQ, de tlllel: e<j€lB do CO(of~i
(I~'.~lIe~.'l~f' d.'" nn ~f'!'1tv'lPO n~l'1f'ro dn cnnnt'll'l qu~ (110 p'J"CIi'~0! nfd!:-.!t él!:claro Que la corwt:Y"1;.cd6o 11(.1 lv ~b.1(¡tivi~.bd cos
"re f:I~ tcr'~ I'nr.n rto I!r:te t"r:.tl'\~o) t "11 n (JUf' !'la inn~:tn~ que IlO!.lCit i \"t,;. B.l medo como la :vl8.lrtefl u1 '(I,1s"-'0 l'('E·{' ~l'l ~s
l:?l' t",!" nI tll':n:r' , ;; fdn qllt? la ')"ov.tln me h(l~a pe;::
!::')")ll"l'-t.O COl1l\.:Utu,yo un ei 1i Clm !,;O ~N!f) 81(jlHJt~ NI u'al; e. (torCal'
r,·"r.Ii'.dt:' ~(> l:'111'1A, "O ~.~, ñp.,:nrll fle tenor, pC\r 10 Mf!nO(l~ l"i',¿'l't.ura de run<1liJ,eilt::lc:l.~r. ti In ¡r,iG1liH, O.e O('J1I>¡;rd(' C<"fJ
1'B"'to 1"Imrlmll€1ntl) P""'A juze:nr qUEl non l11S vnrdadnrr.fJ on! la clshma·t:l ciduu t¡Ut! debe sede 1nl 1orcntc, !L' curll Elf)
I"I:1S de +'orlo JI';' n.,tle de (>11".s hé dn;lucirtl'l, como lo hAY 'P! !.Il)!.e. dUul!l1nedo todo, ves qua la cotitl.ld cl.'!tict". t't"l1l'cc!!,
:::'1'1 creor q.l.1e (;1') ha e:",~(mtr~.d.!'J 01 vf!\rdndf'ro snntirlo ~$ tlsta 119&6 ,..1 cen! t e.e au :!'.:t:dul'cz, hl!oieud~t t:f'l Cf'IIlO
u""';a O~Cllt;l1:'a cH'rpdi!l, Cl'IH~~.t) do( (':- ('¡ flenti<'l.o surge de 111. l'9 eO'Clstath ef) la rt~r1e:r.:16rl gt,lil~flnll., lrl·evel'sS.blt> t'l1
r1 f;'l'dfl r ':1':16n qun f'l1!J PI!' dEldo po!' ocmj('!ott!T't.'I a cada l.,trat ¡.roC€ U lO de itlVeHUll;tlcil}n, se~n 1.:1 l'lJo(){;e 01 ~'l'c>rio l'f."!
f,"(W ~1 l'1':'n'l>1'1ó> rJ(> ll'!s le~r.BI'l dEll /llrs~lntn «IR muCil0 m.<:s.­ eartelh
0' ':':\' [!'w nI de" 1::1'" !'~'~ M(>~_'!.. l:' Ca.'llClt'.S que 'S" hl' GUpUów1:o, ::r
Fa indudGb1e qUé adn 11 !,l')íl!'1" de 1.1':'8 dHieultedoG
!';)? re !'H')f)Stl:r1hl''9. !"\ 1'('11':101' "'~)T"ItN) po1f1brr>1II ni fil'n hmte.s
qUI'! lS~ le prca"ntl':l'on p.'lrt' lo ob'i;rn1e~6n (:r- tel 8il'\tt~!'I...1-
J I;"TN! "11 t'.n~ ef.'tertt~JJ'fI n~rT~I9(\ 00':10 "r",,·, "1)$1 divf'r9c~
t:l c1 d!ld. le rel'll!\xi.A!'l cnrlouil'"I''!. hec1endo frente e 1&
'.,~ ;lO:-".1.~C~ft0 ;;'0 <le ('!!.'t",n Cf.tUI.I1J8." (14)
r;l'!cl'ldd(.tl t\e tu'Oder.:enhrr g:lOl'eol!.r:;icMen-:::o el oonoe:!.m1011
Afl1., pUAfI~ de conton'lid.e.d con éste eoméro j>le:nt.e¡ 10 proporclontldo ;>ot' la "ratio r.:8th~:natlce" t cuya es"
1'l~.€:nto ncorOtl 001 prob1en:1l oetodo16r,ico Que eubyvofl I!I la trueturs interna facilitaba una ~ertleicl.ad lrro:trsbable,
l'ef1md6n C(1.:.-t<lI'l:tenl'l rel'?('cto de las relaoiono!' entre la ~~
que conduo(1, como heroe oe;}alndo ya. o trrw'l' {~_e la ro­
"reo c,.;trmso" "J I('lB eUo:!r;>OB :ft~1.C"B hQIIlt;ls pod.1do di t'im1r t'}" d.b:i.lids.d de tomar en intelMtj V~ la pI'ol:ia intnieiGn t
'"t f\ ocmsol1der le bDel!l (lo~noEcitivn al! lo "rt'tio id~~le",
rot:.!\tln¡¡;,;¡nt;'.;' 11:\ impor"tr-mcil\ quo, en al m,lll.rco aplicativo, ~.

ne>a o\.lHga entC'I1C~,lI\t ;, d.isoernir f]tl el caso dG qus este


P7.'O.1(',~ta. Cl:V)l1f!lSllllc,,-.to do! fi.16D'::'f'o de le Fleche, on f i'ill;híf\ ae~ poei ble 000\0 tal la cu(mt:i(m ~n tornQ Il 1,..
Cl.lt;J:1 t ·o qU<1 "In 61 lo que f2l0 r.:)v",la con nhDo1uta primacía,
P')'!'!3, nI) f>S rr';:ri"l. C0,'t\ que el dominio htlm"lno sob::-e la 1'1'2 e:plicabUid!ld de la ¡.18mE\. er. touoa les h'r¡>€ l l;oa. \:81 °2
;:ta N!.'\tll~'~tl"O!7:ú.. F.A .1nst '.ií.:.onto este el objetiTa qne so mo e18rfl~.ellte l'(!l!\lltel'Í ~ rrecerti.vr. debido <lustD.tt'nte ti\.
t;rn!t~1 y l\:1te ~1 (mal s,", 9nfrento. 00'1 un e&mulo dE" probl,! la tlupe~'ior:ldad qu~ el apriorisnlo que le el' ioberante le
¡:mn dn ftmétcu1lC'ntl\ci f¡n t~6rica lne~lc1,11(lbleD, lo que (UI otorga.
rr(1(.~:!.ntlJI0l-'!;0 cm CJ.utl5t'lt:l.co m61·i+:o. S pOT' 1., Que ol~l\!!1en ...
E'r. N'~ 1;,~ s('ltd;id.O NI elerf' .,ue !.;i p\ll1.iax·f) opel'nreo
te an C:OTOt:q (':uSo fUcoE'6.rJ.eo-rlEltmlnl!)r;len 9t'l deeon''',1(\'1'¡9
c"n tC'l e.rriC1:r.il':no, (!f, ClC!cir., nnncnb1.r op ... roti""l!!cmtc
hnzo ·:-1 car~()~e:r' <in 900!'l.lo'JNln. y!.\ qua, 'I1a.1;~:t'~l!t\!'Jnt:1t
ltt "')t:'o~':i.1~'" de (1s""'tll(>(~o" ).(-1 r.:obnrtu:'!""1l. OO(,1'lot'oiU.va e
:!.PE ,i('ltp!'mil'lnci{'nnr :1ntr!nsccE.f\ P le "l.':Jt~ o id~al'~" t en !'

t:r"nCN~ 1"010 ee'!"'{l' al 'P:':'Od.o pl~l'tf!BIIl:l Gnto cpxl;ec!I:7J'O la


\lvrt1:,:, d'?l "'1.n::moo ~.nf;rtnnn('lO tU pro!,!,,, rmjcto eOG""lo'lceg f'('I'!N'~ e:E' a! l/Iif'III(), 01\ la. TN!(Jh.te. en oup 11'1 p:t'oviaionl\l,l
~C! r:!'I"n~i.1;1\¡'O une: r:,:,,·,hl'1I'1I'l~;~.cn b·':r.'l':'untndl'1 qUA r(H!UIl-r.~&
dt"d 13$ le "oreJ iclp<! -tal 0111.\1 nos va 8 Ocuplr.r en el 191­
(b un :'.nT.lC'nno cOl'H',('il"\~cnt', ':'!'Ir,':'! h~eorll'1 fn'lnte. 10 qua
f'ult>nt~ epE'rt edo- ~ejar~ ~ ~e ser tal pOt'19 convll'rtiree
,'(¡fle.jo '1U0 ~', cl"lmo N~\r::"" I P.-O 1":1'\ E!l"'t·!'1·~o s"bro loe e~ f'fl "definitiva", el' ¿laoir, t!1' Ol'it!'ntEc~6n de le. oC'nd"c'"
pnl11",o dI" pu,:;Ant' CI'HJ eolr,~~t)~.
tp. )-"'1110 m', totsllÍ'ente 1rr.poelble dG euhr.nm!rla en ~rror.
lo cuol e~ pt'et':l.aE'J"l'lnte, por lE.' perte qu~ le OOrl'E'Sronde •
134 135
1.~J q'.H) ((\1"rot:~ t.u:,;,C J I'l i ",:-hl('l",nt~ c.l r1t;<'! con lt.\ 111m tü'1"'1'
1.1.5.- LA I'ROVIBIOll'ALIDAD DE LA ANTROFOLOGIA RAOIONAL
(~t'::- rl :'~'í'r":(lr!IC (!l ·¡¡('nr.",r,lrynt,., O(1Tt:(>fl~,I'lTl<"'lt eTl 1",. ll"O~.1-
MORAL y POL~rICA.
'~~r O~· ;" 1'(' Nn'.elj A f.lM';.flJ'{ r'F'I¡It TU'I !Jt" r.I:lvrln rn 1'l['1:(1 plr.­
neo C('l~n ",;",) r:"n !,\\lO N! f'llne' lm dfl !1(,,'ltlm.'rIr fl010 for.­
r,f.) '\"'01', r:1''' ,..fo¡ ~.n (':ll!:t:!.!Jll " :t'l)e()lv~r, ~1'" r.1lf1~to ni 1.l.5.a.- RACIOt¡ALIDAD y VOLtlN'i'AD. lIa podido advertiE
~;'l. lmidl¡O '11)). ~l'''';rn''' :v rlnl fll!rn ('1:1 ~al rl!1'! qlH' 1''''J !lt1..... se por lo procedentemante expuesto que la re100i6n entre
'7r~"!mt.Fl • .,,1 ~ 1':. '!ol"iHl:kl'lrl "'e e0T1dUc1rl"fI eo!) A'tTorlo "­ la "res cogitans" y la "res extensa", como expresiones
c~J.".r~l':l.r:'f3 mor-:.loFl 1.r''''~~l]ct;:l ~l"'Fl el:! op'9rl"tivl'l. ~i nt:l .ce sustanoiales a partir de las cualea se dan reepectiva V!
1"Ir.'Ir;'r:;r':e 1"'l'.<t:!11r> f'r,.,hl~l" 1;' 01 (II:'c', d~ 11'1 cae} 11EI!1CI'!.:rtel'! lides a 10B planos cognoscitivos repreBentados por la
'1'8 1: En!, ~',' tri",~1.' T'f)!.... P..VOl'l pr·r:·!)·.I"¡rI('mt€ "iC~('If (m ('VEU:t­ "ratio ideale" y la "ratio matbemotice", nos proporciona
'1:,. 't'(:, C0~''''' VN"O!'J ,. t('T)"T." IJCI'J.(1~ 60 d~ OhBQrV'c-r, I"If.'Irá un engarce o enlaoe do primera magnitud puesto que entre
'1;t1.~$~·~\J:'~.O .::>n·:·~·"'ln$!',J;\~' n"d5f.\c.ionos <}UI' p(':rnih:m nlHcHr ambas subsiste un eje oomdn desde el oual articular como
1 ~ ,..(}rf"lic·';1v:t~1})rI "nl'3C'g!o,y',l:ol(' ,Io!'iV(lflC! dn 1~1 l."rontt'll! totalidad integral aquello que manifiestamente aparece
'~;'f'. 1;")1'(~5 rl'.' ('n1':t'1!) l{l(' t'lor;,11 ~I r>!':?08 r.",t0~.t't~ f'clcan ~P8:t'Q!! esoindido, eje cuya verificabilidad se nos otrece a tra­
''-'m¡1~'1:! .~l.~·~r.• ~. la [·,.:.'.~if;,=,b"ilh'I>.(t toi'",ot'vn, S1.QTltpl'(I 1!''.1,:! v~a del filtro de la "mediaci6n" divina, en cuanto que
c"-";iol~ (j.,? irre'(h'etil>:i11(lllrj, eJ<:c~}t:u{\nl!O <ll pllll"lo ~.(\ .8 hace posible pensar constructivamente 6sta por la si!
:LU " r ::.'!. 1.0 !'::C·.t:h""::-!/l t'i.'J"'·' f;\t'l ct>et¡to q'lO en tl t~l. problG'­ 1 ple raz6n de que nada S9 opone a si misma en el mero y
7:'(1 ,-,,,.1.(. 1"JI3'-".'l to d", tmt:~tllJ¡lr)_
\.
'I' puro plano del pensemiento mismo a la cual puede otorg't

~'"
sele una estricta realidad existencial, por ouanto, a su
vez, ella debe disponer eminentemente de todo lo que nos
}:- ;.:
es dado a nosotros, oomo seres humanos limitados. As! la
I intuioi6n debe acordlrse1e similarmente a como nosotros
disponemos de ella, ain que ae adviert~ especlricamente
la propia fUncionalidad limite que inhiere a toda intui­
oi6n en aras a determinar explíoitamente su aloance oog­
nosoitivo.

Abora bien, si la "intuitus" Oomo exprssi6n de o~


jetividad cognoscitiva contiene en y por si la unidad a~
soluta desde la cual pueda vertebraree consecuentemente
la propia certeza, en el sentido de Que por su interme­
dio el Intelecto oonstriñe a la Voluntad basta reconvor­
tirla en UDa "intelecci6n operante" debido a la indudab~
lidad de su inmanente certeza, entonces, una vez que Be
ha admitido que la "ratio mathematioe" se conduoe de pl!
no acuerdo y conformidad con aquellas condiciones coguO!
citivas, pareoerla que no habrta necesidad alguna de ex!
minar nada más en la contextura cognoscitiva humana, ba!
136 137
tarta tan s610 con ajustarse estrictaGente a aquellas cog intelecci~n de aqu6lla, por la olegida, sino meramente
diciones para eludir perfectamente todo error, lo cual, .tormal, debemos entonces advertir que la posibilidad de
por lo obaervado en el apartado antorior, he;¡¡os visto que . discernir para In racionalidad una esterD incidenoial
no puede concebirse expressis verbis sin ~an menoscabo '""
\)'t

sub epecie alternitetis no es factible mAs que o bien


de la ~ropia csteza cognoscitiva, puesto que la funcio­ asintotiz&ndola, como tal racionalidad, o biGn signiti­
nalidad del conocimiento "hipot6tico" no por ello deja oando la complejidad derivada de toda postulaci6n del
do representar un acceso a la objotividad cognoscitiva enlace causal que le es inmanente a la misma en su epI!
enteramente insuperable prima racie. Se hace pues abso­ cabilidad, on su operatividad, tal como con mayor fuer­
lutamente indisponsable proceder a observar que, aun cuan za si oabe se nos pondr& de relieve en lo que afeota a
do Oon la susodicha "intuitus" disponemos de la posibi­ la inteleoci6n del acto volitivo de lo que se nos puso
lidad de dete!'lllinar plena realidad existencial para la de manifiesto en el plano rtaioo, por medio del recurso
divinidad, sin embarco, ae pros&nta el problema, on cua~ a la hip6tesis como ~nica alternativa quo permitiera
to que la trans.teroncia no es plenem.abtlr,,"reconvertible" dar plenitud a la tendencia cognoscitiva implIcita en
,como serta deseable, de abordar la cuesti6n acerca del el pensamiento propiamente dicho.
conocimiento humano, oomo objetividad cognOScitiva y no
como mera "speculatio", ea decir, no como mero desider! La necesidad, evidontemente. de que el desarrollo
tum oogltativo o pensante. Nos tropecemos inmediatamen_ de una acci6n volitiva discurra de acuerdo al hecho de
te con 01 hecho, de que no puede dojar de Der concebido, sU intrínseca inteligibilidad. raoionalmente orientada,
en',ol seno de estes coordenadas, Corno un aut'ntico pro­ tendrA que tropecBr con los indicados obst&oulos, en la
blema, derivado de la atribuci6n de objetividad al pla­ medida en que la reducci6n del cuerpo, como actividad,
no merAm~nte intuitivo, rectoramente "roroal", puesto
al alma no presenta mayor fundamento que la de la posi­
que la posibilidad do concederlo objr>tividad plena re­
ble reducci6n del alma a las necesidades del cuerpo.
querirte, a su vez, pOder extraer de ~l aquello que, jU!
signitic&ndonos as! la problem&tica uni6n con la que hay
tarnente, ni contiene ni lo interosa abarcar, tal como
, concebir la relaci6n animico-corporal, de modo que como
nos viene dado en Iunoi6n de la divisi6n entre "res ex­
consecuencia tal uni6n, toda vez que se advierte la in­
tensa" y "res cordtans", ~'a que 'sta 61tima le resulta
manente coulplejidad que le subyace, obliga a discernir
completamente marginal a la determinac16n de BU estric­ una intelecci6n de la aoci6n volitiva como absolutamen­
ta objetividad cognoscitiva esencialmente "formal". En
te impbsible de subsumir bajo el apriorismo de ninguna
caso contrario, evidentemente, no habría rBlt6n para di­
racionalidad en si, por lo que se torna absolutamente
rimir tal escisi6n, al modo oomo lo hace el !il6so!0 de
necesario advertir que toda dete~linaci6~ cognoacitiva
la Fleche, soglin oe ha visto.
como tal, en lo que a.tecta al plano pol!tico-moral, ti!
ne que ser ooncebida bajo la prOVisionalidad qua le es
En este sentido, pues, pBrtien~to del hecho de que consustancial, en tanto imposibilidad de elevarse a al­
la posibilidad de dirimir tal escisi6n entre "res cogi_ guna racionalidad que apri6ricemente dirima las orient!
tans" y "res extensa" se prosenta como articulada en la cionea explIcitas de la conducta humana, tal como vamos
problematioictad formal que le ea inhoronte en la modida seguidamente a desarrollar.
en que la irreductibilidad de ambas es ten manifiesta
como lo es el que la reducci6n de una a otra no facilite
138 139
los &onidos, 109 sabores, el dolor Y otras cosas dome­
1.1.5.b.- Al¡rrROFOLOGIA RJ\C:üNAL. De esta manera,
pues, la cuesti6n en torno a la unidad del alma y del
',p.'"
jantes, aunque menoS distintamente. y en ,tlabto :que
cibo mucho mejor esas cosas por los sentidos, por medio
cuerpo se presenta como un problema que, pose a 18 coh!
de 108 cuales Y de la memoria parecen haber llegado ha­
rencia proyectada por el pro~io Descartes en toda BU o­
ta ml imaginaCi6n, ere que, para exarulnarlas m&s'comod!
bra no puede ocultarse la problematieidad que acompaña
mente, es oportuno que examine al mismo tiempo lo que
la cuobti6n oencionada. ya que, dosde luego, ni el cueI
es eentir y que vea 8i de estas ideas que reoibo en mi

po es reductible a mera "extensi6n". a excepci6n de ha­


esp!ritu por este modo de pensar, que llamo sentir. PU!

cerlo bajo la 6gida de una intelecci6n moramente formal.


do extraer alguna prueba cierta de la axistencia de las

n1 el almo puede ser concebida como mero pensamiento,


CO¡;IO "Co~ito" simplo y puro, separada d.e la unidad exi!
cosal! corporales." el)
tancial vital, su validez en el seno de esta separaci6n semejante problema es el que requiere se exp1lc!
no tiene lugar mlls que en tunei6n, de otorgarle a 'sta tamente planteado Y abordado como requisito necesario

plena validez desde la admisibilidad absoluta de une U­ de aprox1maoi6n para verificar la comprenai6n objetiva

nidad trenBce!ldente pera cuya edificaci6n 9610 estemos que 80 presume acerca de la realidad humana. ya que la

autorizados desde una perspectiva meramente negativa, oriontaci6n indicada desde un punto de vista gnoseol6­
es decir. como rgsultado conclusivo articulado de con­ gioo antoriormente no deja de coimp1icar una estatic1­
~orrnidad con le Identidad, siempre marginal. en la que dad en la contextura estructural del conocimiento hum!

se mueve la pura actividad cogitativl'l. pensante por en­ no que, sin embargo. debe pergeñarae veritativemente
de, sin que por ello sea posible dirimir para la singu­ como condici6n de su aceptabilidad. Esto eS justamente
laridad de ese "universal-positivo", concebido tan s6lo lo que vemos erigirse e.qu! como un oing",lar e in8091a.
desde el "universal-ner;ativo" por adicilSn de particula­ ¡able problema, pues, evidentemente, la tunci6n recto­
ridades, la estricta y completa realidad integrol pres~ ra del Alma no deja de BUYO de testimoniar su problem!
puesta, que os lo que l6gicamente se busca apenas el tlcidad en cuanto qUé. cpmo vimos, la actividad cogit!
pensamiento se autonomiza e independiza de toda la role tiva atricto BensU no garantiza la oerteza cognoscitiva
c16n corpórea y entra en el marco de una autarquta int2 aino de modo d eminencia1", lo que, neces~iemente, cond~
gral. ce a un reexemen aoerca de la cuesti6n indicada, a ex·
cepci6n de que el Alma sea receptora scnsoria1 lo que
Desde este punto de viste y para evitar tales implicarla un rebajamiento de la misma desde su estado
consideraciones que no permiten dirimir para la anhela­ puro, contradich·rio con su aut&ntioo desideratum COg!
da certeza cOEn03citiva m6a que un mero aproximarse co­ tativo. Constituye uno de los m6ritos principales del
gitativo, se requiere plantear la cueeti6n expresa de ri16soto do la Floche el habarnos advertido esto por m!
la propia incardinaci6n de los planos cognoscitivos. a~ dio de la radicellzaci6n del planteamiento que estamos
virtiendo ,:,xp11citamente la complejidad derivada de un abordando' " 1, primeramente, no cabe ninguna duda de
mero interpretar la corporeidad COlroO simple "extenei6n" que todo lo que lo naturaleza me enseña encierra algu­
que es precisamente lo que el pro~io Descartes advierto na verdad. f~es, ~or la naturaleza, considerada en ge­
en ~l texto si~iontel " I1ues acostumbro a imaginar mu­ neral, entondiendo ahora a Dios mismo, o bien el orden
chas otras COSIlS. ademós de ~eta naturulezll corporal y disposici6n que Dios ha establecido en lns cosas
que es el objeto do la geometr1a, a saber, loa colores.
140 141
CrlJllCat. y por mi no,turaleza en particular, antie'do 132 provocan en m! 01 sentimiento de dolor. y a dirie:irme
lo la complexi6n o la reunic$n de todas lal' (".'sa.' qu" hacia aquellas que me comunican algdn sOl'1'::lll'if'nt.o ~p
Dios me hn dado. Ahora bien, esta naturaleza no me ens,!! placer, pero no veo Que adem!s do eoto me ensañe qu.e de
ña nada rnlí.s ~xpresa y dis sensiblemente sino que tenco estas diversas percepciones de los sentidos nunca deba­
Un cuerpo que eet! mal dispuesto CualIdo siento dolor,
mos sacar conclusi6n o.lguna respecto de la.s cosas que
que itene necesidad de comer o de beber cuando tengo lo s est~n fuero de nosotros, sin que el espiritu las haya
sentimientos de hanbro o de sed, etc. Y, por oonsiguic!! examinado ciudadosa y maduramente. Pues solo el espi­
te, no debo de ninrr'n modo dudar que hey en esto algo ritu y no al compuesto de espíritu y de cuerpo corres­
de verdad. JJo outuralezo me enseña ta¡;¡'l1i6n, por medio ponde. me parece, conocer la verdad de esao oosas. n (3)
de estos sentimientos de dolor, de hambre, de sed, eto.,
que no solo estoy en su barco. sino que, Bdem&s de esto, La significaoi&n problem&tica inferida de este
le estoy muy estrechamente unido y contundido y mezOla­ planteamiento acerca de "qu& 8ea" la realidad humana no
do de tal modo que formo como un 6nieo todo con &1." (2) deja de eoimplicar una atGntica rovoluci6n en el seno
del eje de coordenadas en el que hasr;,: e;¡tonces se morla
La perspectiva de dilucidar la oonte%tura de la el conocimiento en torno a la roalidad humana .tri~o
unidad humana corno problem&ticit pr:ro derivada de quo seDau, por cuento intoduce Una 1'lexibilidad de criterios
aqUella unidad. se do. e1'ectivamente por medio de la mera interpretativos DO segdn positividad alguna, pero sl de
f'unci6n coeitativa, no cogno8citivamente e implioa, co­ modo negativo por la simple raz6n de que problematiza la
mo indicamos, no 8610 Un m~rito específico dol ti16aofo propia base operativa del "Intellectu apna n , los eenti -
de la Flecl~e, sino, adem6,a. una veta de incalculable l!! d08 no tienen par se comprensi6n cognoscitiva como mar­
tor3a para plantear diÜenamente el rumbo por el que ha co ret'!ll'9ncial 'mp{rico pero si se presentall, como com­
de gui.arse 10. conciencia del hombre actual, en cuanto ponentes cognOSCitivos inomisibles de manera qua, en ad~
que con ello el intelecto humano, en BU individualid.ad. lante, s6lo Una vez Que 88 haya resuelto tal euastilln,
debe realizarso como concipicntecnnte activo y no mora­ poctrl darse plena cuenta no e610 de la funcionalidad de
mente "pa&sivue". Lo corp6reo entonces como representa_ 6etoe, sino, adem6.s. de eu consideraci6n positiva o nel:;!
ci~l'l, constituye. aSim1s1I1o, una funci6n de incardina_ tiva en oroen a la erecci6n de la objetividad cognoscit!
ci6n de la actividad inteloctiva COrtlo actividad an1mica, va como deeideratum general de la aotividad intelectiva
aun cucodo ~sta, ea decir, la mera representaci6n corp§ del hombre como tal.
real aun no se halle expltcitamente concobida como tal.
aino de con1'ormi<'.ad con la ncgaci6n in1'erible de su a]:: La enorme tarea llevada a cabo por el propio ti12
soluta cooprenai6D en el seno de la mera aotividad "C2 B01'O en arae a doterminar no 8610 hipot6ticamente, si
gitativa", tal COllIO el ;::ro"io j)escarten nos lo advierte sus invostigaciones en este terreno, las observaciones
as!. " Pero para que no haya en eato nada que no conci­ realizadas sobre las viseeras cerebrales, ence1'álic88,
ba distintamente debo defjnir Con preciBi.~n lo que en­ y del coraz6n de animales tal y como so presentan en
tiendo propirunente <mando «ieo Que la naturaleza me en­ el TRAITE DE L'HOHME, que constituye la se6Unda parte de
seña al~o .. C••• ) Solamente de las cosas que Dios me lIn LE tiONDE, as! como en LA DESORIPTION DU CORPB nUriAI t CO!!
dado en cuanto estoy compuosto de esp1ritu y de cuerpo. juntamente con la exposici6~ que realiza en su DISCOURB
Pues esta naturaleza ma enlJeña a ovítl1r 18.s Cosas que DE LA MEl'1l0DE acerca de los descubrimientos de Harv;y
142
143
respecto (l le. circulaci6n sanguínea, no revela. bj.!)n e
las claras la problem6tica con 19 cual se ~")fren~8 ~~ qu,,) nOIJ ¡Jon propias, os! como cuontau pode!.3os iI;.;.;.gillar
rela.ci6n con el marco de 8u'onom{a e indepande::¡cia con que no provienen sino de la materia y que ne :13plmJen 1Ilj.
.DO de la dis?oeici6n de los 6rganos. Conocemos rolojo~,
~l cual comienza a comprehenders/i) la pr.opia renlidad
huma.!la y natural, en el sentido dA !J'.le si, desde lU9F!O ruantes artiticiales, moliDOS ;¡ ot;¡;'aa mli.quinaa similares
hay qua Gubcribir la unidad intr!s~ca al sujeto COr,n08­ qua, habiendo siolo realizadas por el hombro, siD ombar€,'O
cente como individuo humano, eim embargo, tal Unidad no poseeD ruerza para moverse de modos distintos en virtud
puede pergeñarae ya dende esf'erp8 supra-teltU-ic8S, sino. de sus propios medios, oreo que no se~18 capaz do imagi­
nar tanta diversidad de movimientd~ en lista, que supongo
justmnente, en .funci6n de invElsti{';$c:f.orJ9a que diluOiden
y esclarezcan completa e integrnlmente la sUsodicha Prg
cOllstruida por la mano de Dios, ni de atribuirlo tal m.....
blem&ticn como conditio sine qua non de su at~ntica y tUieio, como para que no tenga18 motlvos pera pellsar
segurl'l v&lido21 stricto seneu, que pudiera aventajada por otra." (4)

En runoi6n de la constelaci6n or¡r,Anica dol cuerpo


No obotante 10 dicho, la per'spaotiva eon la cual
humano, construido metaf6rioamoDte como una máquina, la
tiene que Colocarse rrontalmento el propios DeF~8rt?~ no
"eminoncialidad divina" 8e incardina especifica ~ p~~l­
permite "relativizar" 108 critqrioe interpretativos, ei­
cularoonte y de esta forma puede aq~6l ser plen8monto E:
no. a lo eUL'lO "flexibilizarlo", en BU 'poca la conaec'19!,!
barnado, en cuanto es obsel-vado como ente orgánico obe­
cia del "maquinismo" humano, del cuerpo humano. no ccns­
diente 1, a 8U vez. sus 6rg80oB, tanto internos como ex­
tituye mAs que una mers. consecuencia ya que lo importan_
ternos. que son los qlJe propi8Jlloote nos pODon en contao­
te se deriva expresamente del propio planteamiento, en
to con los objetos sensibles, hacea ~osible la intima co
el aent:ldo de qUe la "organieidad" aomplexiva dE'll rntsmo
nexi6n qllH tiene lu¡;a:r y se desenvuelve e~ runci&o do ­
cuerpo humano no nos deja de revelar, signiric8tivamonte,
la8 articulneicnss nerviosas que estan desplegadas por
la raiz explicativa del miamo. la cual debe, o bien dar­
todo el cuerpo, eBt~s, por su parte, hallan 8~ centro 8!
se de una vez por todas y 4etinitivementB, o bien Oons­
pansivo o toco de irradiaei6Ll ,¿¡n el carobl'o, por cuyo ir;
truirs9 ae! miaoo de mRne~8 inevitablemente "problem't~_
te:rm\\ldic son captad.as 1 eobreimpresloDEJ.daa aquellas coo2
ca" 10 que desde luego solo puedo SUbrayarse necative_
xionee sensoriales. les cuales nos dirimen las funcionos
mente de conformidad Con la vigencia, de los criterios
do la imeginaci60 y d.e la memori3, como anteriormonte se
bist6ricos, aun cuando su estructura m6vil no deja do
ha eXpuesto. de modo que se haca posible la retranstel'8g
conllevnr una complejidad del tipo de la aludida y lle_
cla desde el oerebro 8obreimpreeionado hasta las articu­
na de riqueza pc-ra. lile inveatil!8cioneo pooterioJ:'ost tal
laciones tisicae reprosentadas por la organicidad nervi2
como ~l mismo nos lo indicar " Su pongo que el cuerpo no
sa y cuya tuniona11ded tiene lugar de confor:dda.d con 01
as otra cosa que una estatua o m!quina de tierna a la
riego saogu1neo que abriendo y cerrando sus rilamentos,
que Dioe du forma con el expreso prop6sito de que sea l~
noe perwite desplegar tales interrelaciones ner\dosss
m&s sel!lejante a nosotros, do modo que no 8610 conriel'~
con el cerebro. por cuanto aqu&l, o soa. la circulaei~D
a la misma el Color de su exterior y la rorros de tOdos
sangUínea, concebida motrizmente, impulsa tal trensfereg
nuestros miembros, sino que tambi~n dispone en su inte­
eie. "refleja" por medio del eoraz6n. CUJO bombeo y fil­
rior todas 109 pi<;lzas requeridas para. lograr que S€l mu,!!
tro purificador, conlleva la subsiGUiente dispersi6n de
va, coma, rospire y, en resumen, imite tQdHa las funciones
los f.ilamentos q1la activan las articulaciones nerviosas•

.a.¡¡¡,.
144 145
La consideraoi6n meramente fisio16gica del cuerpo humano A trav6a de la expCJsicitn suscrita anter:i.únioElnte
viene a signifioar su propia auto-explionci6n motriz, 8e pued()n advertir las bases galvanizadol.'8& <lEtl 11101;OQ­
conoibHndon& ns! Con la pasividad que le otorga el pro­ mien-to cartesiano respecto do la unidad ar¡{mico-corporal,
~io DaDc~es al marco receptivo de la peroepCi6n senso­ en cuanto que la sustancialidad que est& a su base ueb~
rial, la cunl, una vas ~Btrict8mente asentada, permite actuar m(jt6:..~ialmeDte, corporalmentot de plena (.onformi­
diriwir, por la propi~ aotividad funcional del cerebro dad con los supueDtoB lnl1i08d08, eeg\in la descripoi6n
una 9uto-motricid~d interna por cuyo medio sa hace posi­ fisio16gico-mec!nica deecrita groseo ~odo, como dnioa
ble la relaei6n unitaria anJmico-corporal, lo cual nos
posibilidad de re-convetir la ant~~icha transíeréncia­
lo indica del aiguionte modol"••• Debemos creer que todo lidad metouo16gics, en tanto que expoeici6n tilos6fioa
el calor y todoa los movi~ientos qua existen en nosotros, de lo. unidad te6rico-practico que se pretende oonseguir
en tanto que no dependan del pens8mie~to, no pertenecen
como derivaci6n de la radioaci6n subjetiva del problema
mAs que al cuerpo." (5)
cognoscitivo. Esto mismo 8e nos señala, tm lo que res­
"fero no se saba coóuánlllento de qua manera estoa e! peota al tema que nos ocupa pero de o¡~r.>I. torma, en (11
p!ritus animales y estos nor-,ios contrlbUJen a los movi­ SiGUiente texto I " Y yo he 9XplicBdo en la Di6ptrica 00­
mientos y & los sentidos, ni cual es el principio corpo­ mo todos 108 objetos visibles no se comunican a nosotros
ral que loa hace obrar••• mientrAs vivi~oo, hay un calor solo porque mUeven localmente. por intermedio de loe
continuo en nU&utro coraz~nt que e8 una especie de fuego cuerpoe transparentes que ost~n entro ellos y nosotros,
qua la sangro de las venas mantiénon en ~1, y que este 108 pequefios filamentos de los nervios 6pticos que astan
fuego oa el prinCipio Oorporal de todos lOA movimiontos en el fondo de nuestros ojos, y en seguida las partes
de nuostros miembros." (6) del cerebro de donde vienen estos nervios, que ollos los
mueven -digo- do tan diversas maneras como nos hacen ver
"r'E'ro lo que hay en esto m&8 not;Rble es que todas diferencies en las cosas, y que no son inmediatamente
VJ.s pal'teo rJás vivas y sutiles de la sanc:re que el calor 106 movtmientos que ee hacen ~n el ojo, slno los Que se
ha verificado en ~l coruz6n entran sin cesar en gran cag hacen en el cerebro, lo que reprecento en el alma estos
tidad on 1GB cavidadou del cerebro. ( ••• ) Pues bien, es­ objotos. A cuyo ejemplo es f~cil de cencebir que los s2
tas partes do la oangre 1llUy sut;Uas compoDen los espíri_ nidos, los olores, loe saboras, el calor, el dolor, el
tus 1."."!:u:Jsles y no ticmm nec(JBidad o. esto efecto de rec,! hambre. la sed, y genor91mente todos 108.objel;os, tanto
bir ningun otro cambio en el carobro. sino que ellas es­ do nuestros otros sentidos exteriores como de nuestros
tan allí separadas de las otras Pa1'tes do In sangre me­ ap(ltitoe :intoriores, excitan t8JllH~n slgGn IDl)vimiento
nos sutilos. ( ••• ) Do suerte que no se dotienen en nio­ en nuestros nervios que pasa por su medie hasta 01 cer!
g-Gn lugar, y a medida que entran algunos de ellos en las bro, y ndemAs de que estos diversos movimlentos del ce­
cavidades d01 cerebro salen trunbUn algunos otros por rebro hacer; ver e. nuestra alma diversos sentimientos,
los poros que hay en BU SUbstancia, cuyos poros los coo­ pueden tnrcbi6n hacer ain ella que los espíritus tomen
duoen a los nervios y de allí a loa m~Beulos, y por este su curso hncla .:iertos ¡:¡{1sculoB nntes que haoia otros,
medio mueven el cuerpo de todas las diferentes maneras y así que muovan nuestros miembros••• " (8)
que puede ser movido. rt en
As!, pues, una vez amaitido que el cuerpo S8 ri­
ge y gobierna Bel~n 10B destino::; de UDa mAquina, natu­
146 147
ralmente, como tal gobierno y direcci6n no le viene mAs " ••• Como, al oontrario, se puede generalmente llamar sus
quo de la vctividad anímica, 6ate, en consocuencia, te2 pasiones todas 108 clases de percepoiones o conocimientos
dr' de suyo que vertebrarse de conformidad oon aqu6l, que se enouentran en nosotros a causa de que a menudo no
de forma que subsiste una reloci6n unitaria que es lo es nuestra alma quien los haoe tales como son y que sie~
que propiamente so indagaba. Sin embargo, obviamente, a pre ella las recibe de las cosas que est&n representadas
BU vez, una Vez que tal unidad se ha supuesto, ls neoe­ por elloe." (10)
sidad de olarifioar la propia aotividad del alma debe,
por oonsiguiente, confi~rarse en funci6n de su misma ~ Da esta manera, ae noa aparece un horizonte expl!
Didad quo, naturalmente, debe aparocer, otra vez, esoia cativo complejo. por ouanto, si bien las acoiones antm!
dida, en cuanto dnlca pOSibilidad de dar cuenta de las cne no presentan ma,";or problema ya que ella8 se inscri­
formas de gobierno del propio cuerpo, en su aotividad ~ ben taxativamente en el marco de UD pleno gobierno, tal
nitaria. Tal esoisi60 en lo que respecta al marco de la oual es el representado por la "intelecoión volitiva",
actividad anímioa hay que busoarlo en la distinoi60 pl~ cuya armonla no deja de coimplicar su intrlnseca, eun
teada por el mismo Descartes, en el seno de la oual BU~ cuando no justificada, disarmonla, sin embargo, por 10
eiste la posibilidad no 8610 de una actividad disarm&ni que concierne a lse pasiones antmicas, ~stas sl que, D!
ca entro ambas esforas, sino, adem's, la signiflcaci6n turalmente, conllevan una problematicidad insoslayable,
de otro plano perfectamente ooncordante entre aquellas puesto que implican un determinado oomportamiento que,
eSferss, de forma que pueda atisbaree con cl'aridad la aunque injustificable, no obstante, es ine1im1nable e
problem,tioidad de la misma estructuraoi6n jerArquica inderogable. como puede colegirso de la desor1pci6n que
entre las dor, esferas. Así, por tanto, la antedicha di! de la8 mismas nos revela el propio Descartes, caracter!
tinoi6n oartesiana cobra vida en funci6n de discernir .Andolas a81. "••• Las percepoiones o los sentimientos.
entro las ~aooiones" y las "pasiones" de la misma aoti­ o emociones del alma, que se relaoiona particularmente
vidad anímica, de modo que las primeras no devengan de a ella, y que son causadas, mantenidas y fortalecidas
suyo dadas m&s que en funci6n de las determinaciones de por alr;dn movlmiento de los espíritus." (11)
nuestro "libre albedrío", cayendo, por consieuiente, de
Dada la Intima conexi6n anímico-corporal operan­
modo explícito en el terreno de la "intelecci6n voliti­
te para Descartes, es claro, que la residencia de las
va", Oomo ~l mismo nos 10 indicaa " Los que yo llamo sus
pasiones debe verificarse similarmente a toda la estrug
aooiones son todas nuestras voluntades, a causa de que
tura unitaria, para ouya preservaoión el propio fil~so­
experimentamos que proceden directamente de nuoatra~al_
fo le asigna su ubiouidad on una cl&ndula site en la w!
ma, y paraoen no depender mAs que de ella••• " (9)
sa enc~falioa. Y a trav&s de la oual se origina la act!
En lo que conoiarne a las "pasionos", su constit~ vidad an!mico-pasional. la cual y en aras a su determi­
016n nos muestra otro específico sentido anímico en cu~ naci6n expresa, aparece dividida en pasiones originarias
to se nos apareoe como receptivo, eato es precisamente y pasiones particulares, en el seno de las cuales, o sea,
lo que laa caracteriza Oomo aut6ntioas paaiones, ouya di para 'stas Gltimas, hay que incardinar toda una multitud,
pendencio respeoto de la actividad anil!l....:a no se prese!! siendo el merco relativo a las primere u 'riginarias las
ta con la claridad propia de la relativa a las aociones, denominadasl edmiraci6n, amor, odio, desoo, alegria 7
tal oomo nos adviorte el propio l':l.lósol'o al decirnos aaís tristéza. do las ouales 80n aquellas segundas meramente
derivativas.
148 149
Const(n,licmtemente, no hay duda ql/!,una que Con la n{tidamente la revisvicenoia que ee opera en Descartes
divisi6n entre acclonI'C8 y pneicmes SI) ha establecido Una de los presupuestos estoicos, en el sentido de que el in
distinci&n de primor orden en lo ql19 rOsp43cta a la com­ dlviduo debe ser concebido como un todo personal, para
prehf'.mai6o do lo conducta humana expresais vérbis. por el cual el propio marco deoisorio tiene que constituir
cuanto subsiste aquí la ·U.f9rencia inoltorable e indie­ Fllgo m~s que un mero dcsideratum, lo quo, sin gtnero de
penSDble antro un COMportamiento pu:¡;o y z'adicalmente r! dudes alguna, modifica sustancialmente 108 éjes desde
cional conjuntamente con un C01!lportrunlonto 'no-raOione.l'. los luales se habia orientadq la moralidad de laa accio­
quo justamente es inadmisible en la estricta tundament! nes humanas, ya no puede regirse el comportamiento huma­
oi60 de la conducta humana seg6n la oonstruocj,lin del pe!! no por buscar el t'~ino medio entre dos pasiones. ni
samiento oSool~stieo, en cuanto que la validez abeoluta_ tampoco puede. por simple "coincidentia oppositorum". r!
mente positiva que macnetiza es inherente a la Idea pura cionaliz&rs8 la conducta de pleno aouerdo con el dictamen'
no puede deJar de ooimplicar un comportamionto absoluta_ absolutamente puro de una Idea absoluta en si misma que
mente concorde consigo misma Corno es plenamente p;:,scept! gobierne eXpre8am~nte a quella conducta, siempre porfec­
vo, incontrovertiblcmente, esto plantea en Deecartos la tamente conoorde con SUs presupuestos. por cuanto no PU!
susodicha ",flexibilidad" <lo criterios interpretativos de da subsistir armonía m6s que hipot6ticllIIIonte. En conse­
forma que se pon~a de manifiesto. oon antera nitidez, la cuencia, la posibilidad de desonvolver el presupuesto
"proviairmalidad" Que abarca a toda posible "antropolo_ moral para el marco de la conducta humana debe compreho2
gIa racional" etrioto sanau. El marco referencial deBer! derse bajo el supuesto de la problematicidad inherente
to como pasiones no sólo no puede ser oliminado, sino d.$ lo a.ntedicho. sin que,sin GlJbargo, por no darse en su
que, adom~st hasta se cooat/:lta BU indispensable coherf)n­ forma pura resulte anulada en su afoctividad, puesto que
cia Co:npronsiva rcspool;o de la propie "racionalided" de la oon"lu8i&n que pueda desde lllago no es otra sino la
la condUct~1 hum::nll, lo que, a pesar flUyo debe roconocol'­ derivada de que el misno presupuesto moral no garantiza,
se expl!eitamente para pOder adquirir pleno. conGc:l.nneia
en modo aleuno, la reotitud convivencial que &st' a su
de la CUOl9U&n con la que sa opara y que se intonta dil!!
base por la simple raz6n de que nada nsef!ura un COllport!
ci;¡ar, tal y como queda reflejado por el mismo Dencartoa
miento somejante. Es;osto. como vimos en el segundo ap~
aaÍJ " I~ue8tras pasiones no pueden ser directamente exc,!
teda de este capitulO. lo que conduce inexorablemente B
tados cuitadas por la occi6n de nuestra voluntad, paro
dotar de juridicidad a las rolaciones de convivencia hu­
pueden sorlo indireot8r.!onte por la reprofleo'/:;ac16n de 11:\8
mana en tanto o:arco general cm el Que debe desenvolverse
Cosas qUe tienen costumbre de estar unidas COD la8 P~8i~
la conducta humana oonrormo con los prescripciones de
nes que queremos tener y Que son contrarias a los Que d!
Bor,uridad que envuelven a la misma.
sesmos rechazar." (12)

La derivaci6n d0 estos presupuestos generales de


La posibilidad do irraoionalidad plona queda aquí la re!loxi6n filos6fica cartesiana respecto de la condu2
descartada, si no en tlinninos reales, s1 al monos sobre ta humana no deja do parecer importante, máxime s1 se
el papel, ya que la posibilidad de re-conducci6n "indi­ tieno en cuenta como se infieren de la contextura metod2
roota" de la "re-conversi6n transferl·,w::.....1" no pOd!s de­ 16gica con la que no oper.a en el pensruniento del fi16so­
jar de incardinarse aquí coherente y consecuentemente, ro, puesto que son portoctamento ooberentes consigo mis­
como olnramento se pone de relievEI, en cuanto mecanismo ~o~, ya que. por su intermedio, indudablemente, se da
metodo16gico stricto sensu, desde el cual se puede inferir
"'11

151
159
Es de cputormidad con 01 hecho deoisorio subjet!
buena cuenta de la modUicaci6n tlustoncial mlts arriba ! vo e indivud*al desde donde se hace de pleno acuerdo con
ludida introducida por el pro~io pensamiento cartesiano, el Dien, 'sta no puede dejarse llevar por meras pasiones
coloc&ndo como clave central de le misma conducta hilillsns si desea poseerse Q si misma como voluntad consciente ~
el propio heoho decisorio individual. subjetivo, cuya cuyo foco d.e trradiaci6n no puede ser otro que aquel al
'tendencielictnd ahora no encuentra en nlngdn ente extraño que nos referimos como individualmente decisorio, donde
y todopoderoso que rige sus determinaciones 8U correla­ la actividad intl!leotiva gobierna reotamente sobre la ID!
ci60 explicativa. sino que debe deduc1~ ue si mismo. co­ re volici6n en el sentido da que se hace a &sta querer

mo decieiGo eXplioitamente sub;jetiva la orientaci6n y el el Bien, en tanto autodeterminaci6n interna, u ••• y en

rUMbo de su conducta. As! nos lo rovela en su LES PASSION8 esto coneiote la principar utilidad de la moral ••• " (l5)

DE L' M1E, libro que dirigido o. la f'rinceea Eliesbetb pa­ Se pone as! de relieve la peculiaridad , especificidad

ra eocorrorle del estado de amargura en el que se halla­ de la construoci6n moral cartesiana, la cual, DO 8610 no

ba sometida y cuya pUblicaci6n no S8 realiza hosta 1649, niega la perspectiva de "no-racionalidad", sino que e9

un mes despu6s de que el ti16Boto de la Flecho llogar' a justamente en tunci6n de ~sta como baoe posible construir
Suecia, donde morir' al año siguiente. 1 en el que nos pr'cticsmente la posibilidad de la coroprensi6n racional
dice al res?ecto lo siguientes " ••• PuP.8 en aquellos en de la misma conducta humana, en cuanto que la raoionali­
Quienes na:turalmontb la voluntad puede m6s t~,oilmente ve!! dad constituye originariamente el eje explicetivo de to­
cer las pasiones y detener loe movimientos del ouorpo que da conducta disarm6nica consi~o mi~oe, tal como el pro­
las aco¡¡~pañlln tienen sin duda las almas mAs luertes, pe­ pio fi16eoto nos lo ha dilucidado por lo anteriormente
ro hay algunos que no pued."n experimentar su tuerza, pOI expuesto y tal oomo n08 lo refleja de la manera siguien­
que no hacen luchar su voluntad (Ion sus propias armas, te. a ••• Es oierto que, oon tal de que nuestra alma ten­
sino solamente con lss que le proporcionan algunas pae1g ga siempre de qu6 contentarse en su interior. todas las
nes pare reaistir a otros. Lo que yo llamo sus propias turbaciones que proceden de otra parte DO tienen poder
armas gvO los juicio~ ril~e9 y determinados respecto nl p~a molestarla, por el contrario, sirven a aumentar su
conoc1oionto del bien y del mal, sogtln 108 cualE':!.. 311a alegria, en que, viendo gue no puede Ber ofendida por
ha resuolto conducir la8 acciones de su vida. w (1') ellas. esto lo hace conocer su perfecci6n. y a tin de que
nUlilstra al¡'8 tenga as! de que estar contenta, no tiene
Evidentemente, el planteamiento cartosiano de la
necesidad m~a que de seguir exactamente la virtud. (16)
w
cuesti60 qua n08 ocupa no de;ja de mostrar una enorme re­
percus16n t por cuanto con 61 se pone de relieve la sus­ As1, pU<ls. partiendO de los susodichas considera­
tancial rnodi.ficaci6n que introduce respecto de la estrug. ciones, es obvio que la 0regunta en torno a qué sea la
tura del problama analizado por loe ri16sofos de la Ant! virtud. qul! 80a el Bien, qu6 haya de entendert:e por una
gU~dad. lo qua el propio Descartes lo advierte con 'nta­ u otro no deja de implicar un problema de enorme magnitud
sis indiscutible, al decirnos1 " Nada demuestra mejor c§ bvidentementet Descartes, una vez presupuesta la exis­
mo las ciencias que tenemos da los antiGUOS son derectuo tencia de Dios no requiero plantearso semejante cuestig
sas que lo escrito por ellos de las pasiones••• Yo no nes de modo operativo y expreso, aunque, sin embargo.
puedo tener ninguna esperanza de acercarme a la verdad no deja de reBultar problemAtico no (~irar en torno 11 las
si no ee alejándome de los caminos ,r.ld ellos han see;uido." respuestas a estas preguntas cuando manifiestamente 8e
(14)
1
152 153

ba dírimj do ¡lfiH. la divinidl)d uno. existencia "eminencial" ya que. indiscutiblemonte, la paciCicaci6n del estado te
por excelencia, como résultn olaro por lo anteriormente plicabn una mengua en las posibles atribuciones ambicio­
oxpuesto. 1¡0 es dificil atisbar QUo semeja.nte respuesta sas de loa arist6cratae dirigentes de sendos partidos en
inplicabe toda uno. serie de conexiones intrfnsocas tan la disputa del poder, que es justamente 10 Que propone
absolutnm~nte inomisibles como ~speras de plsntear por el propo J. Bodin cuya muerte acaece en el mismo año en
un pensador cu.yo rGcogir.lient.:l fue enteramente manifies­ que nace nuestro ril6soto tal como nos lo refleja el p~
to. Sin embargo, no h~y duda al~nn do que sU silencio resor il. Jueyo al advertirnos lo siguiente. " Que las
a este rospecl;O fue tan revelador como un aut~ntiClo tr! eauerr:n! S! !;elir;i6n motiveD el esencial argumento hist6­
tado sobre la tem&tica rnrorida, por cuyo intermedio y rico-politiCO de los siglos XVI Y XVII es la comprobaci6n
por sus dispersos, pero ricos comentarios, puedo, de al m6s elocuente del ennarcnmiento ideo16gico de las teDsi2
gona manera, articularse, al menoe intencionalmente, una Des politicas en ese mundo. Y'en primer lugar se trata
oierta contextura de su :'ensomiento sobre semejante oue! de una lucba por la nacioDalida4, por la integraci~n coa
ti6n quo, desde luo~o, merece unas p&ginas. creta y total del espacio politico contra 108 poderes h!
gem6nicoB -la Iglesia oat~lica Y el Imperio-, aunque sea.
1.1.5.c.- MOR!.L y l'OLITICA. Y. asi, adentr'ndonos en como frecuentemente lo es, apropiándose en su miGmo orto
la 6pooa hist6rica en lo. que transcurre la existencia de el Eetado-Naci6n las oategorias universales de orden de
Doscartes, podemos, en primera instancia, advertir que, la civilizaCi6n tradioional." (17)
aproxima1maento, treinta años antes de que nazca el ri12 Asi, pues, en conformidad a la conflictividad re­
soto finaliza el Ooncilio de Trento, en el cual se re­
ligioso-politica. contruye J. Bodin su pensamiento polí­
fuerza radicalmenta la autoridad eClesi!stica. tanto doS
tico desde la atalaya que permite entrever el desgaste
mltticamento 00."0 en lo qUé concierne al poder pontifical,
tremendo que suponian soroejantes guerrns, cuyo eje se
instaur&ndose algunos mecanismos de oar[,cter jurtdico­
estructura en torno a la Boberanta regia como conditio
eclesitsticos por cuyo concurso !'Uera posible hacerle frO!
sine qua non de oonservaci6n del ormaz6n socio-politico
te a. la herej1e lutorana y reformista. y cu.ya convocato­
de la oonvivencia humana, como se pone de manifiesto por
ria se 11ov6 6 etecto (Ion In quiescencia del emperador
euS propias palabras. " Rop(¡blica es un rocto gobierno
Carlos V y "on la radical oposlci6n de ¡rranclsco 1, lo
de varias ramilias y de lo Que les cs com~n, oon •poder
que, de lejos. nos descubre las intorminables guerras que
soberano •••• Asi la ro?~blicn, sin el poder soberano
van a asolar a la noci6n rrancesa durante la segunda mi­
que une todos loe miembros Y partes de esta y todas las
familias Y colegios en un solo cuerpo, deja de ser rep~
tad del siglo XVI. entro los partidos cat6licos y hugon2
tes. que tan s6lo con la aBcensi6n al trono e;alo de l:."nr,!
blies••• La sobersnta es el poder abscluto Y perpetuo
que IV podr' atisbar una larza tregua, como consocuencia
de una Ropóblica••• Adom6e de la soherenta. oa preciso
do la proclamaci6n del ramoso Edicto de nantes, por el
que haya alguna cosa en comdn y de oarActer público, 02
cual se reconoce a los hUGonotes su derecho de ciudadonia mo el patrimonio p6blico. el tesoro p~blioo, el recinto
durante el transcurso del año de 1598. Oon la entrada en de 10 ciudad, las callos, lae muro.llss, las plazas, 108
vigor de ecta Edicto de Nantos ee obtiene al menos la P2
temrlos, los mercados, los usos, las leyes, las costum­
eibiJ idad de evitl'r permanentes ~erras conjuntamente con
bres, la justicia, las recomponsas, las pensa Y otras
el hecho de roa.tirmar la autoridad ~{ el poder dol Nonaron,
...,

155
154
enolavada en ostructurns mentales del pasado, sin que e­
cosae eemejanten, que son comunes o pdblicas, o ambas llo sisnifique, en manera alguna, menoscabo para su PO!
COUle a la vez." (18) terior realizaci6n problem!tic8, como oxpresi6n unitaria
de la pluriforme rederaci6n de estados. (19)
Es rt,cil advertir por las palabras de Bodin la
plena conciencia adquirida de que le. conntituci6n del La descripoi6n de la 8itu~ci6n goneral en la que
Estado, cono Estado Absoluto, bajo la autoridad y el P2 vivo nI propio Doacartas nos otrece una panor!mica gen!
dar del f.tonarca 'nioo, ee configura como la conditio s,! rol quo, acaso, sea relevante en aras a explicar algunas
ne qua non de la posibilidad de la convivencia humana a orientaciones d.e su pensaqiento, pues &1 mismo debta ba­
n'-v'~ll~l'I Rociales y pOl!ti'Jos, sin cuyo conourso no se lIarse al corriente de la conrlictividad de su ~poca, ya
puede ni asegurar la seguridad de sus miembros ni la pe!: que no 8610 porticipa en la guerra de los Treinta años,
tinente tolerancia de los misllIos, de forma que con ello sino quo~ adem!St no deja de tener eonrlictos con las O!
ee ponga ·le manifiesto le orientaci6n general que S8 lE. fora8 reliciosas basta all! donde BU retiro parec1a ine!
troduce en la propia contextura constructiva del Estado­ orutable. Desde este punto de vieta es indudable que la
Naci6n al quo nos re.t'iri6 el profesor Fueyo, ya que, e­ eituaci6n general de Francia no era la id6nea para un
videntomonte, la necesidad de proceder a establecer un reflexivo ser como Descnrtes, pues, hasta en 108 61timo8
fortalecimiento del poder temporal del r.:onarca como po­ años de su exist~ncia, aun cuando con la firea de la paz
der abs~luto contitu!a un eje interpretativo clave con de Weattall0, en 1648, parecia que Europa ontrartn en
vistas e. menguar y limit.ar el poder territorial susten­ una cierta tregua, sin embargo, la naci6n francesa vue1·
tado por las aristocracie.s reudales, de forma que pudi! ve a S9 agitada por la revoluci6n de la Fronda, -DOL'Cnr­
ra determinarse UDa legialaci6n general en todo el te­ tes regresa apresuradEllllonte a Holanda-, por la cual se
rritorio, cu;¡'o cometido fuera dosB.rrolll.l'io por un apara intentaba poner un cerco expreso a la tarea nacionalista
to administrativo fuertei y poderoso, tal como 10 empez! ­
de Ricbelieu, continuada por Hazarino, de f~I1lla que, a...
rA a crear el todopoderoso primer ministro franc6s, bajO provechando la minoria de edad del que' J.\ U1 t:f\ seria el
el reinado do Luis XIII, el c6lobre Ricb91i~. quien, m! Rey 601, fuera psoble minar los bases de la z.tonarqu!a a2
dinnte la formaci6n de un ej~rcito permanente y de una soluta, intentando restaurar Jos arcoDoS poderes feuda­
adminiatraci6n central y local, torja la estructura in­ les de los que habio ~ozado la aristocracia terratenien­
terna del Estado franc6s, cuya inoidencia en la guerra te gala. Ea juetaoenta en plona efervesconcia del conflig
de 108 'l'reinta años (16l8-lEA-8) lleva, en cierta modida, to de la Fronda cuando Descartes decida marchar a Suecia,
la huella del eron estadista. galo. La necesida.d de con... donde, como ae Dabe, morir&, vlctima, entre muchas otras
vertir la estructura interna del Estado en un mecanismo co~ns, de la desconfianza de loa asesores de la reina
pol:!tico de relojerla, por medio de articular su defen­ Cristina Y de la neumonla que se apodera de &1 a conse­
sa y su circulaci6n tanto interna como extorna, 08 algo cuoncia de la tempranas horas en las que conversaba con
que se debe, primordialmente a las consocuencias de la In propia reina.
GUerra de loe Treinta años en la cual ae atisba nltida­
mente la irrpesibilidarl de conatrutci6n de un ltnperio Como ha podido observarse por lo dicho, es obvio
stricto eam.,u. disolviendo as! el fantasma da la. tlonar­ que paro DQscartee no subsiste una problem6tica socio­
quf.a Universul como onera represontnci6" y desideratum
156 151
Bien y la virtud en general. sin embargo, establece el
polItice similar n la que existe para BOdin, inmodiato
marco operativo de tales valores on relaci6n con 01 pI!
antecesor suyo, pues, si bien 'ate 61timo proclama la n!
no referencial que le ofrece la convivencia humana a
oesidad do la Boharan!a regia ~ la posibilidad de gober­
trav&s de sus leJes 1 costumbres, guiando AUA aceiones
nar como atributo derivado de aquella, 01 propio Descar­
segdn las opiniones m5s eensatas de aquellos coetáneos,
tes, voluntariamontQ, mantenido al margen de todo con­
aparece aol nítidamente dibujado que en la esfera socig
flicto social y polltico desde que su regreso a Francia pOl!tica la c autela y la precauci6n deben Bor extroma­
lo obli~6 a recogerse ~ radicarse en Holanda para poder das hasta el mbimo con vistas 11 evitar prohlemas con 108
desarrollar sus invostigaciones, no considera, como O­ poderos pGb1icos 1 se enti~nde BU conciencia de que las
bligada consecuencia, discernir nada aceroa del proble­ relacionss politieas son auténtica cucsti6n de poder,
ma pOl!tioo desde una ~ptica general, pero sI que ee da 8610 si S8 entra en 8S8 ospacio existe posibilidad de 2
una seria de normas individuales de conducta que son tan rientar 81 rumbo de la conrlvencia, pero si no conviene
claramente proeoriptivas oomo un tratado de 108 m&todos mantenerse expresamente al marGen de toda determinaci6n
por los que debla regirse In conducta de los s~bdito. de g~ner&l al respeoto, de modo que pueda el individuo de­
la &poca, tal como vienen formuladas en su DISCOURS DE aarro1lal' SU inter~s especifico subjotivo y articular
LA MEl'HODE, donde nos dice nsl. ".... ÁS!, con el ftn de

en torno a 61 las orientaoiones de 'su vida, tal como


no permaneoer irresoluto en mis acciones mientrAs la ra­
pone de relieve E.. GUson <JO su CG1M.~::NTAIRE HISTORIQUE.
z6n me obligaba a serlo en mis juicios y de no dejar de
dando n08 subraya lo siguientes " ••• En el sentido pre­
vivir de all! en adelante lo m's felimmente que pudiera,
ciso donde felicitas se dietincrue de beatitudo. La dis­
me form6 una moral provisional que solo consiatirta en
tinci6n ea importante para interpretnr la moral prov!....
tres o cuatro m!ximas••• " (20)

" , sional. Dosoartes permabece en moral heredero del ideal


La toma de posioiAn cartesiana en lo que conoieI griego trensmitido a los tiempos modernos por lo eacolá!
ne a la primera de sus mAximas, evidentemente, no ora
.~
tica medieval y el estoicismo cristiano del siglo XVI •
otra que la de mantonerse lo más lejos ~oGible a trav~s el objeto 6ltimo de la moral es pues p6r~ tI el Sobera­
del m's acentuado respeto a las leyes y costumbres del no Bien que puode 9610 darnos la Sabiduria. DandoDos el
pale, de modo que su tiempo pUdiera resultar lo m's trae Soberano Bien. la Sabiduria nos pone por lo mismo en P2
sesi6n de la B eatitud. de donde resulta evidentemente
quilo y sereno posible para dedicarse a sus intereS~B ci92
tUieos, tal como 61 mismo nos lo afirma as!. If La pri­ que la Beatitud. fruto de la Sabidurla, presupone el a­
mera es' obedecer 8 la8 leyes y a las costumbres 'de mi país cabamiento. de loa filosofía ~ de la mo~al definitiva que
conservando con firmeza la rOligi6n en la que Dios me ha la termine, Fero, en defecto de una vida bienaventurada
concedido la gracia de ser instruido desde mi infancia y (vivere beate' a la cual no pOdría conducirnos una moral
rigl~ndome en todo lo demAs seg6n las opiniones mAs mod! ' imperfecta y provisionul, podemos al menos ensayar a vi­
radas y mAs alejadas del exceso, que fuesen comdnmente vir lo mAs felizmente pOSible (quam felicissime), es de­
admitidas en la pr&ctica por 108 mAs sensatos de aquellos oir, de la manera mejor adecuada a nuestro ontorno natu­
con quienes tundrIa que vivir." (21) ral y social. ~a tunci6n propia de la morol proviSional
serS pues. no de conducirnos h~sta la beatitud. sino as!
No es difteil advertir en esta rn6.xima descrita c§ gurar esta sdecuaci6n. M (22)
mo, si bien Descartes no define ni deHmita qu~ BeB. el
l5S 159
cualea quedan plenamente puestas de manifiesto a medida
Combinando tales fectores condicionantes e9 puede que nos decriba lno respectivas recIos restantes, en les
pt:lBar t antes de otrecer las dos m~xi;nas que rostan paro. Que nos pondr& d~ ralievo la posibilidad de alcanzar el
la configuraci6n dI) la moral provisional cartesiana 1, maximo de adaptabilidad, por )illl-te del in,;.ividuo-miembro.
justament", como antssala de lss mismss, p1,)ceder a in­ de torma que sea posible plantear la adecuaci6n de su 12
sertar la coneluei6n Que establece el profosor E. al180n terés con la lh,rmntiva genere.l como condici6n del des:::.­
al r0Sr'ecto y qJ1e B9 delimita el problema da la forma G!
rrollo de ambas esferlls,· ~a sel?,Unda m6xima era ser lo
BU tent91" Si es as!, la mr ,rl1l provisional del Disourso 11'11>13 rh~e 1 resuelto que pudiera en mis acciODOS Y no S!
IIIS noa 8p'!rece no Como un 8A'Pedi9Dte, Di asimismo como
r,uir con menos cODstancia lee opiniones mbs dudOBas c~aa
una procauci6n facultativa, sino como una estricta nooe­ do 1110 hubiera determinado une vez e el1as, como si bubi!
sidlld. Su fundamonto mets.:flsico primero es la diBtinci6n sen sido muy seguras••• Mi tercera mrxima tue tratar eie!
entre el ordon de la Yere~d y el orden del bien, el hom­ pre de vcrcerme B mi miemc mAs bien que a la fortuna, Y
bro estA cl"l~promstido en la. vida, por consiguien'l:e. vi­ de er:mblar mis deseos UI'S que el orden de1 mundo, y gon!
vir t os obrar, y obrar es perseguir un bien. Pero la ta­ ralmente de acostumbrarme 8 creer que no bay nada que ea
cultr-d de elecir un bien no ee mAs que la voluntad. La t6 enter~~cnte en nuestro poder m~s Que nuestros pensa­
vida pone as! !1 la voluntad en estado de ojercer conti­ mientos, de manora que deepu&a de babor obrado lo mejor
nu~ente ml elacci6n, y ElS por lo que la vemos decidir
que hemos pOdidoresp')f}to de le8 cosas que nos son axta­
en el orden de lB acci~!é mhms sln el auxilio del inte­ :r;'loree. todo lo que talla en el logro €1St rcapeoto de
lecto. I.e mareol provisione.l presentar' pues un car&oter nosotros, absolutamente impoBibl~." (24)
netrunente definido y sus principios. ssim:a.smo' si tieneo
el ocismo contenido, diteriran de 108 principios te6rl­ S: comprende r6cilmente c6mo para 01 propio DeS­
cos como el orden difiere del de la verdad. El signo es cartes la determinaci6n morel de: la conducta no pu~de de
que, 8i biEln no hEly probable en el dominio del conoci­ suyo mostrarse m!s quo como unn implicaci6n del hecho d!
miento, 8i que lo hay en el dominio de le acci6n. Alll clsl'")T'io del indlviduo-miembro, pues, BU,j~to inevitable e
dond(' sn el uso de la vida no ept& en 3U:'l:;o !1o,da nos o­ inexorablemente e loe lazos Bociales Y politicos, deter­
bHga a adelantar le. ovidencia y lo probable no vale mAs minados en tunc16n de la legislaci6n, aqu&l debe, onton­
que 10 ralso. al11 donde el uso dé la vida est& en 3uego ces, flceptancló,": tales marcos referonciales 9soncialmcnte
rehusar querer el bien m/ts probable seria condenarnos v,2 ético-jurtdicoSt adaptarse plena Y consecuentemente a 108
lunt:ariameote a la doagrllcta. AsI, todas las roglas da mismos, sin por ello descuidar ni soeleyar, en modo nl~~
le more~ provisional pres~ntaran esto doblo c~ctert de no, su inter6s ospecifico subjetivo el que debe tender ­
no ser vorde:iea demostradas y de carecer, por consecuen­ desplegar Y deaarrollsr en la medida de sus fuerzas. Es­
cia, de valor te6rico',pero de flI'Iegurar prActic8l!lElnte al to os, precisamente, lo que caracteriza a la "morale en
hombre que no conoce el bien con certi.dumbre, o osimismo prouision" cartesiana mediante la cual se pone d.9 relie­
Que 10 ignora completamente, las posibilidados m&8 nume­ ve la probleme.ticidnd de la incardineci6n de une "ratio
rosas de reencontrarlo. ft (2') ideale" en estd mismo plano de auto-e;nosis humana.

Partiendo, pues, de est~ excelente caractorizaci~n Puede observvrs8 tambi6n como. si bien Descartes
de la ftmorale en prouieion ft do Descartes no es difIcil 62 teniendo posibilidad do realizar una carrera politice,
vertir las consecuoncios que se infieren de la misma, las
161
160 de la conduota individUe1-s,,\bjetiva que por su parte, d!
dada la tradici6n familiar, sin embargo, el fi16sofo de be a conexionarse de acuerdo COD aqc~lla leg1s1aci6Dt "
la Fleche no d.)¡¡¡cuida, a pesar del asencial car!eter Las leyes comunes de la sociedad, todas las cuales tien­

científico de sU inter6s personal, poner de relieve la den a que unos Y otroe sa haga.n ~l b:i.en 0, ,?or lo meDOS,

a no hacerse mBl, eet'n, seg&n me p~ece, tan bien eBta~


\:1'

cuesti6n acerca de la estricta eorrelaei~n determinada


entre la 6Uca :1 declsi6n po1!Uca, lo cual. justamen­ b1eoidae que curu.quiera que las ei.¡;;a trencRClcnte, sin nie.
1,.,

tet constitu1G uno de los pilares de la estructura del gÚn disimu1Q ni al"111, llevo \lno. dda mE.A te1iz "3 role S!

poder espiritua1-aclesiAstico, como ha podido observarse gura que 108 que b\\ecen su util1ttad por otros oat!!in08t ."

en el segundo apartado de Gste capitulo. Asimismo, re­ en verdRd ~stoR 8. vecl'ts triunfan por lo ie;nor(\rtoio. de los

planteando semejante ouesti6n no deja do ser significa­ dem'" Y por el favor de la rortun~ ••• " (25)
tiva la cvngruenola que existe entre la antedicha moral
Desde este punto de vista se explica, la eonside­

provisional cartesiana y el fameso lema greciano respec­


rsci6n de la tiranta o despotismo como sistema de gobie~

to del hecho dlil que el ius naturalie constitu1a una ce1"­


00, tal como durante la 'poca en que vive Descertes tie­

taza indubitable, puesto que eu validez devendr!a intac­


ne lugar por aedio de la oposici6n monarc6mnce, eeg6n la

ta aun cuando el propio Dios no ee ocupase de las cosas


caraoterizaci6n de O. V. Gierke, que nos dice as!." Loe

humanes. estrictamente considor.ada tal situaci6n, la va­


monarc6mac08 hablan convenido en atribuir.le al Soberano,

lidez ~e la normativa ~urldlca de los Monarcas debla,


trente al pueblo, la caracter!stioa de un supremo runci2

en buena 16ciea, articularse de conformidad a 108 dere­


nario popular designado en virtud del cont.rato, ejerci­

Cl~os individ:.l.a1es de los miembros ciu~"..!;.danos O .6bdit08,


tando el poder estatal por un dereoho independiente pero

a Gxcopoi5n, claro est!, que fuera la propia armaz6n es­


sujeto a condici6n resolutiva. Definieron contempor6nea­

tatal la que estuviera en entredicho. lo que. natural­


mente el poder Soberano como una potestad limitada del

mente, no asegurarla ni garantizarla en absoluto el buen


Arebito de la runoi6n asignada '1 de 10B derechoS de los

Uso del p01i9r concedido, en cuonto que este 61timo debr!e.


s6bditos, y obao1utemento vinculada a la oonstitucUm 'Y

p;.'Opender a impulsar el desarrollo de 108 ind:i.viduos-mie!!!


a la ley. Dejaron empero indeterminada la relaci6n de

bros de conEl\;'/cuencia con la pauificaci6n interna, crean­


una parecida concesi&n con el concepto de monarqu!a y de

do modios sufiohmts3 para obt~iller tale(. venta.1as, 10


una cua1quie~p. "majestas" per.sona1. ( ••• ) Entre los de~

oua1, en Descartes, se configura desde la 6ptica misma


chos oorre&pondientes al puob10 como oonsecuencia de le

d$ la consciencia individu91""'llliem">ro como adaptabilidad


suporioridad de la eolooti'ridad todos los monarc6macos

a las cond.iciones gGne1'alas de de$plieguo de la convive!!


insistieron especialmente sobre la facultad. de suyo a­

oia hU,¡;¡ana, a. part;!r del desGnvolvimí';'¡lto de la mu1tifor


tribuida al puoblo, de oponerse con violencia al soberano

midad de intl}l'e¡·aa individualos, repre<:.ontado singular­


deveniondo "tirano". de juzgarlo y, en caso nocesario,

mente en eu subjetlvidad, ya que este carácter decisorio


que ea inher&nta a la subjetivided no os m!s que la ine­ depono r 10 Y oondenarlo." (26)
xor.6.b1. conseouencia del ¡,)lant&wuiQDto de la ooordina­ Indudablemente, la oposici6n al despotismo reeu};

016n de decisiones oon vil,tas a coníormarlas de acuerdo taba una eoneta:lte inomlsiblO dAsde oua1quior 6ptiC&t

con eu cOnV1V6\loialidnd. Todo ello, no puade realizarse pare. 10 cual la obra dé Naquiuvo10 desempeñaba una run­

por un mero cOl:.pl'omiso mor.al,. sino quo tiene nocesaria­ ci60 de primer orden, por cuanto. naturalmente, la fun­
mente -que vertebraree de oonformidad con el dictamen
~.:. jurídico QUE.' coactlv8.rnente- compole a 1n determioaci6n
162
163
damentaci6n que sobre la :uera ".tuerza", COl!:O exprosi6D
final del POdqr ~olitico. otrecía el tlorentino, on tag signific6 respecto de la moral no puode concobirse SiDO
to 6nico forma de constituci6n del porler soberano, no d! dentro del ejo ~e coordenadas representado por la expec!
jaba de aignl,ficar Una evidente contradlccilm entre 108 .~
rice tunoi6n de gobierno. ~a que lo atribuci6n deJpbdor
result~dos que se querían obtenor y 188 premi~as que d! t'~, politico no puede gestarse de suyo, una vez concedida la
bren tomares co~o puntos de Partid~, cuya justiticaci6n "eminencialidad" divina que v.eroga toda petrnolog!a a la
se buscaba explícitamente en la absoluta imposibilidad vez que detormlna la teluricidad del poder, más que en
de separar la et1cidad de la jurid:loldad y de 10 pol!t.! contol~idad con los fines quu se derivan de la propia e­

co, ;ya que. si 'bien no oon el grado implioado por me~io rieaeis gubernamental, es deo ir, por medio de legialar ;y
do la instf'lraei6n dnl poder enpiritual-ealesi'stico, hscar respetar IR legislnci6n expreseis verbis, de !'orms
sí quo. el meno:;;, Oon lÍn cierto grado, todo lo precario qua con ello se ponga en funcionamionto el aparato admi­
que se deAe~t alcanzaba un plano A otro, no era posible nistrador '1 distribuidor de justicia que, en buena 16gi­
as! d~te~io~r una eaci816n tan radical como la que Op! ea, no debe dep9nder mAs que de la autoridad que dotenta
re en el .florenttno, euy~ eX!>re8" compreh(l!1"Ifl16n jU8tit.! la soberanía y no de poderes t$rr1toriallzados. tal como
cativa no deviene tel, 0011'10 vimos, m4s que en funci6D deventa obligando establecerlo para eooeevur el poder
de UD!'R ccordanadas 9tlpec1.a1tll1l d6\das en la pen!nWla 1­ por plU'te de la "e.utor1tas" Q'Jl(ioi&stica, aégdn 01 loma
talianEl.Dcndo osto punto do v:J.stat in~udablementet la "divide et impera",el propio Desoartea n08 10 advierte
c;-:-:-~i::16n cartAs:!.ana e. laR m&x:lmaa POHt.~ca8 de Maquis­ 8S!' " Por lo quo Sé ref.iere a loa súbditos. hoy dos 012
velo se ind:tca netament;e. respect.o do! cOI!IMtario de la s.s. s subor, los grandes ~ el pueblo. ~o comprendo. ba­
obra de r­1aqu1 avel/) que el t i 1680fo de la Fleche realisa jo el nombre de los grandes, a todos aquellos que pueden
P~.~ la princesa Elioabetn de Bohemia, tr!s haber termA .fol'lliar partidos contro el Prínoipe, de la .fidelidad de
nedo el oomentario sobre S~noca, en el eUnl nos advierte los cuales debe ester mu;y asegurado. o, si no lo eetA,
el miA~? Daocortes do la manere siguiente, y sin dejar todos loa polítioos eat&n de acuerdo que debe emplear tg
luzlixo a dUrina r('~t>octo de los r:t~1;odoe propuestos por el dO~l los cuidados para reducirlos. ;y que en tanto que es­

.flc!'~nt:l.not " Micl"~;!:'~~ que, pllrtl instruir El un buen Prin tan inolinadoG a perturbar el l!:etado, no les debe consi­
oi.);'('I, aunql.l'3 Bolo inmedietomel')to aflentat:lo en un Estado, derar mM que oomo en.:Klligos. Fero, pa:x'(I. sus otros súbdi...
m~ ~a~~o~ que se 10 debe pr~pon~r m~~~os ~nteromente tOB, debe sobre todo evitar su odio ~ 8U desprecio, 10
contrar:tas. ~, (l'lpor>er qUf'! lo~ medio n de loe cuales S8 be. qüe croo qUé pUGce siempre hacer, ~rovie~o Que observe
sorvido para eF.tnble~orse han sido loa 4~stoS •••• (27) exactamente la Justicia a su modo (ea decir sicuicndo las
":.",' leyes a las cuales Be han habituado), sin Der mu;y riguZ1!
Ha Oa dificil atisbar en ecte planteamiento de la so en los CllII't!gcS, ni muy indulBento en las gracias, ~
cuesti60 socio-PolItica, brovísimo pero rico, que reali­ que no conrie todo Q sua Qinistro9, sino Que, dejando 82
za el Propio Descartas lB or1~ntani6n qlln 10 otorga a la lamente la carga de lna condonas ~6s odiosas, testimonie
tarsa efootiva de gObierno,teniendo en cuenta qUe esta tenor ~l miomo el cuidn4c de todo lo dew&s••• " (28)
operando con condiciones enteramente nuevas desde una
tradic16n r&rreamente anclada en estoreotipos tljos e .DI!' ,,:sta manera. pues, 01 t10nnrce debe ajustarse a
inderogables. As!, pues, la determinaci6n del Bi~n ;y de una !'Il'lri.éI ds limites qua ostm1 :t'e;>r~sen1;Edo .. por la coo,!
la Virtud a nivelos socio-pOl!ticoB, en'logomente a como eis"lcin de ro!le rro:p1.os s6bdi,tost a los cuRies debo tender
( ef:"L'I",':~e.l' Y a r;:ohflrner, no deceirlmdolefl ni provoc&ndoloB
164 165

Con actos oscandalosos, •••• T Que DO haga aparecer en vada del paradiglla metodo16gieo con el que tuvo qUA 00­
p6blico m'a QU':) las mAs Berias accionOD, o aquellas que frenterae, el euel no deja de incidir a BU vee en la eo!
pueden sor aprobadas por todos... liles en rIn 01 pUl3blo prensi6n del hocho politico etrleto eenau. Desde este
punto de vista ea 0181'0 que el uflEl!jU1:araiGl,¡;O d,,,1 orden
sufre todo 10 Que so le puede persuadir ser justo, 7 se
ofonde de todo 10 Ql;;,C itntlGi:'.a ser injusto, '1 la arroen! lntorno del estado constituye una promi'a irrenunoiable
ela de 109 Prlucipes, es decir. la usurpaci&n de alguna desde donde ar~iculer la esrera de orieecia del marco
autoridad. do al¡;,'Unos dQrcOI,oSt o de algunos honores que politico, en cuanto que la consolidaoi~D del poder no
cree no Garlee dobidos, no lo es odioso. m&s que porque debe advortir.. tan 8610 en fUllci6n de lliS guerras, sino
la considera COlllO una aGracie do in3ueticia." (29) de con~orm1dBd eon el lnoromento do la riQue~a para 10
cual no basta B~lo el uso de la guo1~a. como ya ha podi­
Es de suyo evidente que la oautela alabada por do oonstatarae.
Déccertea respecto del modo de ~obernar constituye uno
La posiMli~n.d. por tl'luto, de establecer equl al!!
de loe fijes centrales por los cuales debe deaenvolverse
el ebeolutiamo t'eBl0 v!.gente E:'n la &pOOR, pare contra­ l)-6n a~riorismo e!l obra li!t:) la moo..1.ña en que, ei bien ro!:

rrester no 8010 las insurreccioneR de la noble~a, aino. malm~nt~ ea ~i~nabl~t o&s alll do esta formalidad 89 to!:
8d9~Aet p~ra conservar 81 ord«n, tal m~el lo necesita Da en fatl'Jl, oomo ooneeeul.'lneia de la esv... citicid.ad del ,(
booho poli~icot 9'1'1 tflnto -pt'Oyeoe16n dal ,t'undamento entro
pol;ciOO oon el que st'l ha vinta ~ay qUf!. concebir al hom:
pAra rleAnrrollnrae la incipiente in~u8tria. Esta caute­
11.': 9n modo aleuno implica d9bllida.d. 1'I".no todo lo contr,!
bre miCl3o. cuyn ostrooba uni~n de alma ;/ de C'lerpo no es
rlo, I,ldec 1laci6n n las condiciones irll'ueatas por el tiem­
po, en le medida en que 91 maquiavelismo ea esenclalmea COIll¡>ron8iblo m&& que en base a re1ucir una 6sfex's a otra
o vicaverol1, haci."do caor el pOGO deoisorio eiemI'I'tI '9D
~e contraproducento para aqu'l desarrollo industrial. no
porque lo omltn, s1no !)orque no genera ltUI noc.sari88
una que Dolo formaliter abarca n la otra, lo cual. v!li­
do "sial_o metodo16gicementé pllra 01 hecho polit'-co nOs
condieiones pare que ~ste en produmoe. do conformidad
eo~ 1lI.B alterl'.eione!! 8 lel" que debe verse sometido el
',r slg!lU'ica que hacer caer la decia16n ora oobre la maje!
('.j~i'eicin del ?e~tI!rf lAS cunlP.9 sen per.t"!'\otamente como.
tad !le! prlncipe ora $obre el ~bierno y 91 or..:len inter­
ne que. eonoecuentemente, prQsupooe aparentemonte uno El!
t'!'~nr-.i"'lfl!'3 (Ir! -:>1 ~!'tf'd,o it!'.l'.l:l.e.no. ~er" on modo e.lguno
'rusr!!'!1 !,,:ene-ralir:1.U'11l9. C01'!'O he. pueetr, de relieve la guerra
torno, implica la dUicultad e. entrenh.l", eu,ye. soluoi6n
de loo +'r.eillt~, al':r.-s con !!U subeoot.\énte trlltado de Weet­ ~scnp& ~ature1ment9 a ~osenrtGe, por la singularidad de
sus intereses, pero que no 1ej~ ~.(t plantear como proble­
tRUa, qt'e dblign :1 U!ll'l. rnco"f)idGr8C~ J."'l haoia el :I.nterior
de lt::>e t''['O-piOR El~tt'ld,oEl t'o!:lfeato t l.91 hecho pOlitioo mu­
ma co~o h~~bre inquieto per lo~ ~conteoimiontos de la ,­
oho me.'Yor a cOTlElec'lencia d?" le. quiebr.'a tl.E! la politioa de poca.
cooquiste qu!' M rr(v.! 11ee ror te~ p.conteeimiento. Vemos, pltl'la. que el aprior:l.amo propiamonte dicho
<;:tlC, sparonte y eolo aparentemente, surge del pensamien'"
En este sentido; la correlaoi6n factérial tanto
to cartesiano se d1buj~ en una inmenaa problematioidad
internamente como externamente Obliga a discernir un ti­
po de politica espeoltico del cual se hace eoo el propio
en la medida eo que no puede eludir las implicaciones em
ptdor:-r 4!lf'Ar.,-nc;,ales que son imprenoindibles Y cuya cap­
Deso81~es, siquiera sea tan Bolo como conAeou~ncla deri­
taei.6n lo tornan, a aqu61 apriorismo, en esencialmente
166 161
"tormal". es decir, en "eminente ft atricto eensu, tal 00­ CITAS DE LA PRn1ERA PAR'rE
mo vimOB que devenla presoriptivo concobir toda raciona­
lidad.
CAPITULO PRDt,ERO
cnfI.'ent81Ji<mto, p~.r co'Osiguiorlte. dol l!mite
1;;].
del apriorismo y de toda racionalidad por ende obliga a 1.1.1.- ANTECEDEr;TES
ditlcernir la propia riqueza da la reflexiSn cartosiana
en la modidu en quo aun a su ~Gsur, no ha podido $081a­ 1.- De entre la gran multitud existente de estudios sobre el
yar sGmojante ,moblomútico.. COf!lO cu<;>,ti6Doentral d<l to­ pensamiento de R. Descartes -para lo cual remitimos a la
do el pensamiento moderno, cuyas concomitancias vemos a bibliograf!a general- entresacamos, atendiendo a la esp~
sigtlit'icnr eu linoae genere198 en 10G capltuloo poste­ clfioidad del tema que nos ocupa. para la valoroci6n del
:riores como recepci6n de lo. herenoia dejada por el pro­ mismo las Siguientes obres, concretamanto relacionados
pio Del!iCartes, eo cual1to resultaba indispensable arraa­ con este temal A. Koyre. Estudios Galileanos. Ed. Si~lo
trar con talos oonsecuencias cognoscitivas. á cuyo tra­ XXI. r'1adrid l~O. A. Koyre. Del Mundo Cer.cado al Univer­

vós ~~a90 podamos aedir con ~~yor enjindria la aigo1fl­ so Infinito Ed. Siglo XXI. Madrid 1970. A. Koyre. Etudes

caci6n decisiva Que noa proporciona la rotlexi6n carte­ Neutoniennes. Ed. Gs11imard. Paris, 1968. E. Ce8sirer.

siana px'Opit.mente dicha, ln cual en modo alguno dej& dO El Problema del Oonocimiento. T.l. F.C.E. 1974. W. Dilthey

cor.stetsz· con admirnble claridad la e;~'l.!ruoij8da en la Hombre y Mundo en los Si~los XVI y XVII. F.C.E. 1947. !l.

que ten1a que verse envuelta. V.l. Hegel. Lecciones sobre la H~ de la Filosof!a. T.llI.
F.C.E. M6xico. 1972. JtL. Al1ard. Le l1athematisme de De,!
lndU~ghlemonte, la oriontoei~n ulterior del pen. cartes. Ed. de LtUniversit& d'ottaw•• ottawa. Canada. 1963.
$smi~~t~ mod3~O ~s doudora do la refl~~i6n cartesiana E. de Ang!lis. 11 Metodo Geometrico nella FiloBofla del
y ello \;~6s'Í.~a:!l!ente po:, euanto la constataoi6n cartea1a­ Seiscento. Ed. Felice Le Monnier. Firenl:e. 1~. E. Denis­
ng dol ltnit~ formal in~ercnto n tcd~ r~ciona1idad COD! !2!t. Doscartes premier th60ricien de la Fhysique math'm~
~it\l{!,) lma ri~d!'::I ec teq'le <¡'n no e:t"'l ,,,dble soslayar tique. Bibliothéque philosophique de Louvaine. Louvain.
'" C)x~epoi~Sn <j~ anrrC'!ltDt" l!'JS ire,lict1o~.oneB con toda su
1970.
I!I1.lr! ~Si::'l. Y ';;l:'e.".~;,'lT.c!lci". '::al C'Y.!'f.\ r":l~l tan netamente a
'3J:"tir d" le ii!i;;,)l3i~n B.~d ~.'3 Con'!lE.:rver el desideratum l.l.l.a.- r1"ECItfIICA CLIISICA ! PARADIGHA .m.:;L. CO!"IOCU:IEH'l"O.
de le ontolo::;h F.'i81!'1 -ne~ lo '!'!)v~llt -:-1 propio Descarte.
debido ':11 h1;C110 de qU9 pan scs!;'.:'!1Qr 'st'\'l es necesario 2.- 11. Kesten. Cop6rnico y su !-1undo. pago 269 ss. Ed. A. Za­
"per,"lJ." (Ion U:1l?3 ecn':lici,,~~!.'l eorrnose1tlvf.!s gue desde lu! mora. B. Aires. 1948. A este respecto, Cfr. J. Vernet.
g<'\ no ;,~T'tr,:¡:-.t":'~~n si.,o sol., fOI'lll:tJl'1'.'!m+:& f;l! propio pensa­
Astrolog!a y Aetronomla en el Renacimiento. Ed. Ariel.
:1Iit)!')to hU"":Iano. on la tlC'did3 el!'! g'.\e es':" aolo negativa­ '1Barcelonn. 1974.
mente puad/) o19vat's·~ f.I ,..,ns'-'.1' 1n 3bsclutol: do lo ideo
pur",. f'r::Td.".üeT1~;e (11.eto".. 3.- J. Fueyo Alvorez. Lo. Hentalidad Modorna pago 25 y 26 l.
E.P. Madrid. 1967.
4.- A. Koyre. Del Mundo Oerrado el Universo Infinito pago 12
Ed. cit.
168 169
5.- N. Copernico. Sobre Las Revoluciones de Los Orbes Oelestes. 1.- Varioe autores. Descartes. CARIERS DE ROYAUMONT. Vide,
paga. 108, 109, 110, 111, 112 Y 113. F..d. Nacional. fladrid esp. pa~. 10 a 141. Philoso~lie uQ 11. Ed. de Minuit.
1982.

6~- r~undo Cerrado


;.; Besan<;on. 1957.
A. Koyre. Del
Ed. cit.
al Universo Infinito pago 33.
t\,
i
2.- lb. pago 17.
3.~ E. L1ado.'FiloBo/fe y Lenauaje. pago 178. Ed. Ariel. Bar-'
7.- J. Fueyo Alvarez. Op. cit. pago 50. celona, 1974.
8.- E. Cossirer. El Problema del Conocimiento. T.l. pego 406 4.- M. Horkheimer. Historia, Metafísica y Esoepticismo. pago
y 407. F.O.E. 1974.
1& y 19. Alianza Ed. Madrid, 1982.
9.- Aristoteles. Phyeique. 111. 2Ol.a. pago 90. Ed. Les Belles 5.- P. Mesnard. LtEssor de La Phi1oBophie Po1itique BU XVI
Lettres. Paris.
. 8i3c19. pag.' 665. VRIN' Ed. Paris, 1977.
10.- G. ORlilei. Dialogo sobre Los sistemas mbimos. pago 106.
Jorntlda primera 1;',d. Aguilar. Madrid, 1975. Cfr. G. Galilei 1.1.1•.c.- AUTONct1IA y Tl."CNICA DEL HECHO POLITlCO. EL ORTO
Dialogo eoprs i due Massigi Sistemi del Mondo, pago 64. DEL PROm t;;MA DE IJA FILOSOB'IA BURGUESA DE LA HISTORIA.
EINAUDI, 1975.
1.- J. Fueyo Alvarez. Estudios de Teoria Politica. paga. 141,
11.- G. Galilei. Op. cit. pago 184. Cfr. Ed. italiana cit. pago
125. 142 Y 14'. I.E.P. Madrid, 1968.
2.- J. Fueyo Alvarez. lb. pago 140.
12.- A. Koyre. Estudios Galileanos. pago 233 y 234. Ed. Siglo
XXI. f>Jadrid, 1980. 3.- W. UllmaoD. Principios de Gobierno y de politica en la
Edad Media. Pega. 37ss. Rev. de Occidente. Uadrid, 1971.
13.- G. Gslllei. Op. cit. pago 180. Jornada segunda. Cfr. El.
italiana cit. pago 274. 4.- O. Moya Valgañon. De la Oiudad 1 de SU Raz6o. pag, 129
Ed. CUPSA. ~Iadrid, 1977.
14.- G. Gsli1ei. Op. cit. pago 187. Jornada primera. Cfr. Ed.
italiana cit. pago 127. 5.- W. Ullmann. Op. cit. pego 252.
15.- G. Gali1ai. Op. cit. POf:\. l10ss. Jornada primera. Cfr. 6.- J. Fueyo Alvarez. lb. pago 140 y 141.
Ed. Italiana. cit. pago 68se. 7.- Dante Alighieri. Obras Complotas. Pago 735. B.A.C. Madrid.
16.- G. Ga1ilai. Prólogo a la Ed. Italiana cit. pago 4. Vide, 1973.
a eate respecto, D. Pappl un de la FíSica. pago 68. Espe­ 8.- Dante A1ighieri. lb. pago 711.
sa Calpe. r-Iadrid, 1961.
9.- Dante A1ighieri. lb. pago 741.
17.- E.A. Burtt. Los l<undamentos t1etal'isic.09 de l,a Oiencia flo­
10.- C. ~loya Va1geñon .. lb. pago 130.
daroa. pago 95 y 96. FA. Sudnnericnnn. D. Aires, 1960.
11.- W. U11mann. Op. cit. pago 266 1 267.
I.l.l.b._ EL P,\RADIGt'¡A DE LA r:.EOAN!CA CLASICA y LA FIWSOE'IA 12.- W. Ullmann. lb. pago 66.
DE D~·;:;CAR1'ES.
13.- J. Fueyo Alvarez. lb. pago 144.
14.- A. Renaudet. Nequiavelo. pego 338 y 339. Tecnos, M'adrid,
1965.
171
170
9.- OED, paga. 75 y 76, que norr~sponde a la OCDA'.!', pago 406.
15.- N. Maquiave10. El Prlncipe. pago 195 y 201. Ed. Rueda.
B. Aires, 19G8. Vide, ad. ir.'.lio:oa. Il Principe. pago Vol. X.
148, que corresponde a la OCDAT, pago 17. Vol. VI.
125 '1 129 de EINJ,UT>I, 1974 • 10.- OED, psg.
Historique. pago 184. VRIB. Paris,
16.- J. Fueyo Alverez. La lienta1idad r':¡odornn. pego 145. Ed. 11.- E. Gilson. eommentaire
cit. 1930.
12.- OED, pago 45, que corresponde a la OCDAT, paga. 371 1 372.
17.- J. l~ueyo A1varez. lb. par;. 150 :¡ 155.
18.- W. U11mann. Op. cit. pago 167. Vol. X.

13.- E. Gi1son. ep. oit. pago 189.

19.- E. Troe1tsch. El froteatantismo y el Mundo Noderno. pego a la OCDAT. paga. 18


148 "3' 149. que corresponde
H, 16 Y 17 F.C.E. 1979. 14.- Or~D,paga.
1 19. Vol. VI.
20.- U11mann. Op. cit. pago 174.
15.- OED, paga. 42 "3' 43. que corresponde a la OCDA~, page 368.

i~.

21.- I •• Gautier-Vigna1. f.laquiave10. pago 63. F.C.E. 1971. Vol. x. Crr••• este respecto. !l. Grima1di. 'Le dialectique

22.- A. Renaudet. Op. cit. pago 141 y 143. du tini et de l'infini dans la philosophie de Descartes.

~i. n~ l. 1969.
1.1.2.- LA BUSQUEDA DE LA EVIDENCIA Y EL CONCEPTO DE ItITUICION 16.- OED, paga. 159, 160 1 161, que corresponde a la QCDAT, paga.
EN DEBCARi'ES.
31. 32 y 33. Vol. VI.

17.- OED. paga. 82 Y 83, que oorresponde a la OCDAT, pago 414.

1.- L. Pozzi. Da Rnmus 8 Kant: i1 Dibattito aulle Si11ogieti­

ca. pac,s. 12 y 13. Franco Ange10. Ed. Milano. 1981.


Vol. X.
18.- W. Dilthey. Hombre "3' Mundo en los siglos XVI "3' XVII. paga.
2.- R. Descartes. Obres Escogidas. pago 40. Ed. SUdamericane.

B. Aires. 1967, que corresponde 8 le pago 365. Vol. X de ~5as. F.C.E. 1947.
la Ed. de Adam et Tenner:¡ de las Oeuvres Completes de Do~ 19.- A.A. Long. La Filosorla Helenística. pags. l26s$. Rev. de
cartas. Ed. J. VRIN. Paris. 1974. En adelante citaremos Occidente. Madrid, 1975.
la edición española con el grafismo OED :¡ la edici6n ori­ 20.- R. Mondolto. El pensamiento Antiguo. T.II. paGS. 117s8. Ed.
ginal trancesa de Adrun el Tanner:¡ con el gratismo OCDAT.
Losada. B. Aires. 1969.
3.- O1m, par;s. 129 y 130, que corresponde e la OODNl', pago 19 21.- OED, pago 160. que correspondo a la OCDAT, pae. 32. Vol. VI.
Vol. VI.
4._ OED, pago 45, que corresponde a la OODAI', pago 371. Vol. X. D1~ LA OBJErIVIDAD y EL PROBLN'íA DE LA DUAL!
1.1.3.- !,os PLANOS OOGl'l'Alm y RESEX'.I'ENSA. LA. NEOESIDAD
5.- OED, pago 136, que corresponde a la OCDAT, pago a. Vol. VI. DAD SUSTAHCIALI RES

DE LA "MEDIACION".

6.- OED, pago 151, que corresponde a In OCDAr, pago 21. Vol. VI.
7.- OED, par:. 40, que corresponde a la OCDA!', pAgo }66. Vol. X. 1.- E.A. Burtt. Op. cit. pae. 116.

8.- OEn, paca. 37 y 38, que corresponde a la OCDAT, paGs. 362 2.- OED. pago 201, que corrosponde a la OCDAT. pago 4. Vol. IX-l

y 363. Vol. X.
172
173

3.- OED, pag. 219 y 220, que oorresponde a la OCDAT, pag. 16. 1.- OED. pags. 284 y 285, que co~r9sponde a la OCDAT, pago 68

Vol. IX-l. Crr. M. Guerin. L~ Malio G6nie et L'iDstaura_ Vol. IX-l. crr. P. Marignac. Desoartes et ses concepts de

tian de la pona6e oomme philosophie. ~~. 09 2. 1974. la Substance. RMH. nQ 3, 1980.

4._ OED, pag. 223 y 224, que oorresponde a la OCDAT, pag. 19. 2.- R. Deocartes. Los Principios de La Filosofía. pago 68 1 69

Vol. IX-l. Ed. Reus. Madrid, 1925. que corresponde a la OCDAT, pags.

64 y 65. Vdl. IX-~ Cfr. F. Azouvi. Le vele du Carps ches

5.- OED, pag. 232 y 233, que corresponde a la OCDAT, pag. 26.
Vol. IX-l. Descartes. RMM. ng l. 1978.

3.- R. Descartes. lB. pag. 74 que corresponde a la OCDAT, pags.

6.- OKO, pnc;. 234 y 235, que corresponde a la OCDAT, pag. 28.
Vol. IX-l. 69 y 70. Vol. IX-2.

4.- R. Descartes. lb. paga. 76 1 77, que corre~ponde a la OCDAT,


7.- OED, pag. 226, que oorresponde a la OCDAT, pag. 21. Vol. IX-l.
paga. 72 y 73. Vol. IX-2. Crr., a este respecto, A. Paochi,
8.- mm, pag. 250, qUe oorresponde a la OCDAT, pags. 40 y 41. Cartesio in Inghilterra. Da r'lore a Boyle. Roma. Laterza.
'Tol. IX-l. Crr. N. A. Kala;yeropoulos. Le Principe de la 1973.
diatinotion chez Descartes. ~n~. nº 3, 1970.
5.- OODAT, pags. 10, 11, Y 12. Vol. XI.
9.- OED, pag. 161, que corresponde a la OCDAT. paga. 33 y 34.
Vol. VI. 6.- R. Descartes. Principios de la Filosor1a. pags. 80 y 81,
que corresponde a la ~;DAT, pago 76. Vol. lX-2.
10.- OEO, pags. 254 y 255, que corresponde a la OCDAT, pag. 43

y 45, Vol. IX-l.


7.- A. Koyre. Estudios Gall1eanos. paga. 308, 315 y 316. Ed. cit.
8.- R. Descartes. Principios de la Filosofía. pago 88, que co­
11.- OEJ), paga. 257 y 258, que corresponde a la OCDAT, pag. 46.

Vol. IX-l.
rresponde a la OCDA'r, pago 83. Vol. lX-2.
9.- R. Descartes. Prinoipios de la Filosof1a. pags. 87 1 88,
12.- OED. pag. 261, que corresponde 8 la OCDAT, paes. 49 y 50.

que oorresponde a la OCDAT, pags. 82 1 83. Vol. IX-2.


Vol. IX-l. Crr. p. Naulin. R6rlexiona sur la port6e de la

preuve ontologique chez Anselme de Cantorbery. RMM. nD l.


10.- R. Descartes. lb. pago 93, que corresponde a la OCDA'r, pag.
1969. ASimismo, vide E. Gilson. Etudes sur le rSle de la
87 y 88. Vol. IX-2.
Pens~e ,edievale dans la formation du SYst~me Cartesien.
11.- R. Descsrtes. lb. pago 118, que corresponde a la OCDAT,
VRIN. Paris, 1975. y M. Gueroult. Nouvellea R6.rlexions
pag. 109 y 110. Vol. IX-2
sur la preuve ontQlocique de Descartes. VRIN. Paris, 1955.

12.- R. Descartes. pago 122, que corresponde a la OCDA'!', pag.


13.- OED. paga. 262 y 263. que corresponde a la OCDAT, paga. 50
113. Vol. IX-2.
y 51. Vol. IX-l.

13.- R. Descartes. lb. pag. 109, que corresponde a la OCDAT,


lL~._ OBD. pags. 269 y 270, que corresponde a la OCDA'l', paGs. 55 pag. 102. Vol. IX-2.
y 56. Vol. IX-l.
14.- R. Descartes. lb. pae. 411, que cor!'esponde a la OCDAT,
15.- O1m. pag. que corresponde a la CCDAT, pago 67. Vol. IX-l. pags. 323 y 324. Vol. IX-2.

I.l.4._ LA riATE11M.'IZfl.CIQ[j n,,; LA !tAZON y El, J'ROm.F;r.jf., DE IJA LII01'ESIS. I .1. 5.- LA FROVIBIOfl¡\J,! DAD D¡'~ LA AH'fROr'OLOGIA RACIonAL. MORAL

y rOLIl'lCA.

174
175
1.- OED, pag. 272, que corresponde a la OODA1', pags. 58 y 59.
Vol. IX-l.

2.- OED, pago 279, que correspondo a la OCDA'I', pago 64. Vol. IX-l.
3.­ OCD, pago. 200, y 2111, que corresponde a la OCDAT, paga.
65 y 66. Vol. IX-l.
l_,.
o .~
18.- J. Bodin. Los Seis Libros de la Republica, pago 11, 19 "1
20. Ed. Aqui1ar f'iedrid, 1973. Vido J. Hodin. Les Six Li­
vrea de la Republiqne, page. 1, 12 "1 14, Seientia Verlag
Aalen. Darmstadt, 1977.
~+

19.- Vide A. Guerard. Breve HA de Francia. pego 110ss. Espesa


4._ R. Descartes. Trptado del flombre, paC. ~. Ed. Nacional.. Calpe. Madrid, 1966. Crr., asimismo, J. stoye. El Despli~
f>ladrid, 1980, que corre6ponde a la OODAT, pag 120. Vol. XI. gue de Europa. 1648-1688. paga. 78ss. Siglo·XXI. Madrid,
5.- R. Descartes. Las Pasiones del Alma. pag. 5. Ed. lberia. 1974.
Barcelona, 1963, que corresponde a la OCDAT, pago 329, Vol. 20.- OED, pago 152, que corr9sponde a la OCDAT, pago 22. Vol. VI.
Xl.
21.- OED, pago 152, que corresponde a la OCDAT, pags. 22 y 23.
6.- H. Descartes. lb. pags. 7 y 8, que corresponde a la OCDAT, Vol. VI.
pago 333. Vol. XI_
22.- E. Oi180n. Commentaire Historique. pago 230. F4. cit.
7.- R. Descartes. lb. pag. 9, que corresponde a la OCDAT, paga. 23.- E. Oilson. Oommentaire Historique. pago 233. F.d. cit.
33l~ y 335. Vol. XI.
24 .... Olm. pags. 15' "1 154, que Mrresponde a lA OCnAT, pags. 24
8.- R. Descartes. lb. pago 12, que corresponde a la OCDA'l', pago "1 25. Vol. VI.
338. Vol. XI.
9.- R. 25.- OED. pago 449 y 450, que corresponde a la OCD~T, pago 357.
Descart:Ele. lb. pag. 15., que corresponde a la OODA'l', pago Vol. IV.
342. Vol. XI.
10.- H. Descartes. 26.- O. van Gierke. Giovanni A1thusius e lo Sviluppo storico
15
lb. pag. , que corresponde a la OCDAT, pago delle Teoria Politiche Giusnaturalistiche. pegs. 124 "1 125.
342. Vol. XI.
EINAUDI. Torino, 1974. A este respecto, Cfr. K. Wolzen­
11.- R. Descartes. lb. pago 20, que correspoode a la OODAl', pag. dorrr. Staatareoht und Naturrecht in der Lehro vom WiderA
342. Vol. U. tandarecht des Volkee gegen rechtsvidrige AusUbung der
Staatsgewelt, especialmente Erster Teil. Bciantia Verlag
12.- R. Descartes. lb. pago 31, que corresponde a la OCDA'l', pags.
362 y ;63. Vol. XI. Aalen, 1961.
13.- R. Descartes. lb. pago 35, que corresponde a la 06BAT, pacs. 27.- OODAT, pago 487, Vol. IV.
366 y 367. Vol. XI.
28.- OODA'I', pa.g. 489. Vol. IV.
14.- R. DElBCortes. lb. pa~. 3, que corresponde n la OCDAl" .,pags. 29.- OODA~t pego 489, 490 Y 491. Vol. IV Ctr. S. Goyard-Fa.bre.
32'1 y 32il. Vol. XI.
Descartes et Machiavel. RMM. nI:! 3. 1973.
15.- R. ne8car~es. lb. pago 90, que corrospondo a la OCDAT, pago
436. Vol. XI.

16.- R. Descartos. lb. pago 94, que correspondo 8. la OOllAl', pago


442, Vol. XI.

17.- J. Flle,o Alvnrez. Estudios de l'eor1a Política. par;. 451. Ed.


cit.
'1

I
176 177
matice", asentando asi un golpe !tortal B la divisibilidad
OAPITUI,O SEGUNOO
de las esteras, torrena Y ooleste, que desde la refle1d6n
r.A ORT'.f'IOA DE NJ::Vl""'N A llESOAR'J'~
peripat6tica habian atenazado al pensamiento filos6tico­
I,A tltíL;Vf, ;,l:1CDOLt:G:iA DE LA CIHiCIJ¡ NA'rUHJ'..L. fisico subsiGUiente. Indiscutiblemente de esta manera,
la escisi6n entre la astronomia y la fieica no podia m~
tenerse con la riGUrosa diatinci6n on la que hasta eutoR

1.2.1.- LOS .l:-ROBLEI-lAS DE LA MEl'ODOLOGIA CARTESIANA ces se habia conaevado, implicando como sO deriva de lo

ya expuesto, la necooidad do proceder a un nuevo examen

"Es evidente que el d(>f:\orrollo del pencamiento de


integrador de la problem'tica mencionada de forma que

di!Cct'l:ruir le l'li~";et:latiel(l.d de ~ma


ll~eol'll't"Js t'!'l !.'.rEl.1!I fI.
fuera posible acordarle una unicidad sustancial b6sica­

l'!'!c1.onalBad que e.s"gurnrt' al conoetmiento propiamente mente propias, aunque claro es, enteramente diferente de

dicho 1~ obj~tivi1ad quo 10 vnlldarn como tal, no dej& aquella en la que hasta entonces se habia desenvuelto.La
de p1~~te~ ezu1ss euc~tior.~s de careetel' metodoltgieo determinaci6n de la objetividad eo~osoitiva no .se esta­
¡ d er:t!fic0, de les ct~.alee va:nO$ e. ocuparnos ahora. blece ya por medio de una mora conformidad entre la inte~
CO!'" !ll·!I!'{"')S rcf'ero1'lcial':!s de dcsé'-rI'ol10 d.9 su pensmnien
pretaci6n oualitativa Y la percepci6n sensorial, sino que
tOt en le ~~1ida en qu~ p~nsadores posteriore. tuYieron
requiere de una explicaci6n ouantitativa en tanto condi­
<].'1(' bf}e:'J"I'l19 i !lcludiblcmcnto en aqn61 t como dniea alter.
ci6n general de la eonstataci6n del efecto, tal como he­
r,'1t l.va qu" j.')'!:::-.nitier3, ~I·:.:.:..i:.:1d.12andolor., ofrecer 81gu­
mos visto que ae origina on funci6n de la or!tica galil!a
n~~ solucion~s ~ las p~9r,JntaB squi abiertas, de 10.8 na a la determinaei6n de la gravedad por la cera pesantez
CU'll'?s yn llcmos hl::'<:!:'o r.!onci6n.
de loe cuerpos en Arlst6teles.
No 9S posibl~ como consecuenoia pesar inadverti­ ~~identemente, operando con el susodicho factor
damente por el pensamiento cartesiano, tal como Be~id~ de la pesantez aristot~lica, se ,bace necesario, presuP2
mente podr& comprenderso, por cuanto el planteamionto 2
18bc~~do y asumido por '1
respecto del ltmite necesario
con el que ha;., qUé concobir a toda racionalidad, 0000
nar una diferencia cualitativa ontre le enlera sublunar
y la esfera suprnlunar como 6nic8 y exclusiva condici6n
de explicar por causalidad marginal 165ic & de la realidad
racionalidad tormel, obltga inexorab1emonte a adecuarse c6smica que, de otro modo, resultaría inexplicada, inc~
8 una eond.1 ('!:! ~n co¡;:noocitivao oxpl!citno cuya problemat! plicaci6n que os nitidamente el centro desde donde se pu~
oidsd sin ombnrgo tampoco dejar! de subsistir_ de vertebrar la fUndamentaci6n meterisies de la oOr.!prehen
ai6n cosmo16gica strieto senau. Desde este punto de vis­
I.2.1.a.- LAS DIFICULTADES DE LA FISICA DE DE..<;CAR7.b-:8 ta, la concepci6n cartesiana del movimiento, en tanto ten
dencialidad rectilínea de los puntos matem4ticos, a la
Paralelamente a su propia eonstituci6n, el panSA
vez que inheridos inercialmente, conlleva una modifica­
miento c~l~eslsno en su perspectiva general oXpandía una
ci6n sustnncial de los presupuestos o~s elementales de la
potente estela en torno suyo, la cual origin6 unos resu!
astronomla-f!sicn aotieua en el sontido de que opera con
t~dos de incalcu18bl~ valor, por cuanto abri6 de una ma­
factores b&sicamente diferontes, e la vez quo, incontro­
nera explIcita el horizonte a lt¡ integraci6n monoc6fJl1lic~
a trav~s del intente' ele oXplicaci6n enusel segÚn lA es­ vortiblemento, pueda extraer consecuencias an'logamente
tructura COl~oocltiv~ proporcionada por la "ratio mathe­
179

178
Desde esta perspectiva, pues, eo evidente que la
distintas a las establecidas esenoialmente por la con­ posibilidad de dirimir certoza cognosoitiva no puede ·le
cepci6n del estagirita. suyo llevarse a cabo m&e que a condici6n de establecer
Ahora bien, l!lB condioiones generales con lae que "hipótesis" (lUyOS marcos referenoiales, por constataci6n
opera el propj.o Descartes implican una elevaci6n a lo ah emp!ricB, noo sumn!stren, a su vez, la posibilidad de
soluto del oonocimiento aportado por la "ratio mathemat! determinsoi6D preaupuetta en aquel dirimir. ya quo, ob­
ce", de tal formo, que su fundamento cognoscitivo, la viamente, los cuerpos no actdan siempre de la mioma ma­
"intuitua", permite dirimir una veracidad irrecusable e nera, como seria preceptiVO establecer si el espacio
indiscutible, por lo que, consecuentemente, la posibili­ ccntuviers en .! e la materia. corno queria el mismo De~

dad de construcci6n de una "ratio ideale" desde el mismo cRrtee, lo que, naturalmente, conjuntamente a las expe­

instante en que se advierte la posibilidad de establecer riencias en torno al Yacio. implicaba la necesidad de

concipientemente su inevitable conclusi6n nos permitir' revisar talos aupuostos, estrictamonte articulados en

derredor a la omnipotencia ¡ a la omniaciencia divina.

asimie;mo disponer de una "intuitu8 intellectualis" de c:!!,


teb dignamente estableoida por modio del auto-desenvol­

ya certeza tampoco puede dudarss lo m&s mínimo ein grave


vimiento de la propia "ratio ideale u • como explicaoi6n

riosgo de Oaer en la negaci6n de la antecedente, ee esto


causal pre-potente respeoto de las con~lusiones que a
lo que, precisamente, facilita la perspectiva do determ! \
priori se habian entrevisto 1 Que segdn tal Daus ex ma­

nar absoluta, aunque ingenuamente, la re-convertibilidad


china resultaban. a fortiori, inevitables e incontrove~

transferencial entre ambas, sin advertir, con la especi.


tibles. A. Koyr& nos subraye ~al cuostí6n ya desde el

ficidad del ~nra9iB que le caraoteriza, la tunci6n cog­


mismo instante en que Uenry .iore revisa su posioi6n pe¡:

noscitiva formalmente positiva que inhiera a la primera


Bonal y ataca a la propia contextura del ponsamiento

y la tunci6u, n6tese bien, que cognoscitiva se puode o­


cartesianos " ••• La falta de extensi6n constituye proc!

torgar a la segunds, y que Dsturalmente no puede ser o­


samente la raz6n por la cual Dios, el alma humaDa y cual

tra que la do concebir "positivamente la realidad sbsol~


quier número de logelos pueden estar todos juntos en 01

tan en conroI~idad con el recurso de BU 8impie ·posibil!


mismo lugar. Por lo que respecta a los !tomos ¡ al vac!o

dad coacipiente", lo que no deja, en modo alr;uno, de re­


es ciorto que siendo finits nuestra inteligencia e infi­

velarse como estricta determinaci6n negativa en su glebA


nito el poder de Dios. no nos compete imponer limiteB.

lidsd. Uegativo en el sentido de que la "plonitud" que


As! hemos de afirmar con resoluci6n que "Dioe puede ha­

se puede in.ferir de agur no se constituye m'8 que "no-p,2


cer todo lo que concebimos corno posible, y no Que no pu~

aitivamente", lo que, si bien no implica absoluta negat,!


da hacer lo que repugna a nuestras ideos" ••• A decir ve¡:

vidad, sin embargo, tampoco oomporta aquella realidad


dad. no es nada convinconte el intento cartosiano de aa!

sustanoial stricto senau que se habia inicialmente pres~


ver la omnipoteocls divina negando, con todo, la posibi­

puesto, lo que deviene oomplotamente indispensablo en el


lidad des espado vo.cio por incompatibilidad con nuestra
an'lisie de la retlexi6n filos6fic8 carteoiana ya que s~
manera de pensar. El Dios de Descartes es un DaU8 verax
lo as! puede volverse a dar el paso de roconversi6n tran~
que garsntizs la verdad de nuostras ideas claras ¡ dis­
lerencial para conceder a la detorminaci6n cognoscitiva
tintas. Por tanto, no es ye que sea repugnante a nuestro
de la "ratio mathematice" absoluta proyocci6n tIsica. tal
ponsamiento, sin que reeu1ta imposible que sea real algo
oomo lo decidi6 el f1l6sofo ,'~e la l~loolle por todo lo an­
teriormento oxpuesto.
180
181
que vemoa claramente que implica contradicci6n. En este
mundo no hay objetos contradictorios. si bien podrían a la "ratio mathematioe" por un lado, y, por el otro, por
haberlos en otro." (1'1 el car&cter "a postoriori" que irradia todo el foco ex­
pansivo de la verifioaoi6n y comprobnci6n e~pírica. es
Así. pues de conformidad con lo dicho s6lo B trA esta la Gnica y exclusiva pocibilidad paro ovitar 1n peor
v6s de colocarse frontalmente nnte la cuest16n del "Ve­ de todas lna contrapartidas en ln edificaci6n del cono­
cuum" es como podr& dete~inarBe estrictamente la presun cimiento objetivo hucano, cual no os otra que concluir
ta "plenitudo rationis". como fundamento propio de la el propi6 "vaouum rationis" de la misma presunta tlpleni­
"ratio ideale~, ya que. para disponer de la posibilidad tudo rationis", lo cual es, preoisamente, el punto de
de auto-otorgrrse aut~ntica realidad. 6ste., oomo "ratio partida Que como toma de posici6n de objetividad cognos­
ideale", debe necesariamente integrar. sistem&tioamente citiva. irradia a la expansi6n del pensamiento filos6fi­
los elementos dispersos, sin cuya ooncUrrencia abarcado­ co-metolb16gioo newtoniano, como puede verse claramente
ra no ,e prosenta en su pretenSi6n absoluta m&s que oomo en lUnci6n de un extracto suyo de una obra juvenil, den2
una sombra de sí misma. Ahora bien, una vez colocada t'ren minada DE GRAVITATIONE El' AF.QUIPOHDIO FLUlOORUt1, en la
te a si misma, la primera consecuencia invariable que ~ que el o~lebre ris1co de Cambridge nos dice lo sieuientet
cede no ea otra queJ,la,quesse deriva de revelarse 8 91 " El espaCio, en cualqui~r direcci6n, puede dividirse en
misma como plenificada ticticiamente y contrndictoriamen partes, cuyos limites comunes se denominan superEicies,
te, sobre el polivalente marco del "credo ut intellignm" y las superficies, en cualquier direcci6n, pueden divi­
del que, no obstante, no puede salir sino aceptando tal dirso on partes, cuyos límitos comunos se denominan lí­
pre-supuezto de s1 o:i6ma rebcltido por la determinaci6n neBs, y las líneas, en cualquier direcci6n, tombi6n pue­
empírica, puesto que de sí' misma no puede operar mAs que don dividirse en parte, dsnoClinadlls puntos. De donde la
con el élcm~nto "hipot6tico" y, en manera alguna, con la superficie no tiene profundidad. ni la lInea anchura, ni
absoluta dPterminaci6n real que sería lo que SU 9nE&tio8 el punto dimensiones. ( ••• ) Adem6s, los espacios ccn por
prosunoi6n le conmita a terminar sub epecie arternitntie. doquiera contiguos a loe espacios, la extensi6n, por do- ,
Quiera yustapuesta n la extensi6n, de donde por dóquiera
De esta manera, por conSiguiente, se hace absolu_
hay limites comunas a partes contiguas, ee decir, por d2
tamente ilnposible mantener y consevar por m&s tiempo la
quiera existen superficies que delimitan por todos lados
oonvertibilidad tranSferencial anteriormente subrayada y
s61idos, 3 por doquior lineas en las cuales ee unen las
por ende. se hoce an610gamente indisponsable proceder de partes de las superficies, y por doquiera puntoD en los
inmediato y oúbitamonte a valorar específicamente el al­ cuales lns portes contiguas de las lIneas se ligan. De
cance cocnoDcitivo otorgable a la propia "ratio mathemn­ donde por doquiora hay fisuras de todo tipo, por doquie­
tice" strioto sensu, asentada sobre su peculiar rundame~ ra esferas, por doquiera cubos, pOl.' doquiera triAngulos,
to intuitivo. pero, en modo alguno, convertible hasta qUe por doquiera rectas, por doquiera círculos, elipses, pa­
DO so descubra exprossis verbis la susodicha posibilidad rAbolaa, y otras (figuras) de todas las formas y tamai!os,
transferencial, sin poder pro-suponer de ning6n modo al­ aunquo no eat6n visiblomente delineados. As! pues la de­
f;amativa alguna "apri6rica" que no sea especifica y ní­ linoo.c16n mnterial de una fie;ura no cs una pl'oducci6n nu,!
tidamente derivada " inferida de la operatividad purame~ va respecto al capad.,,,,. sino seneill6!!lente la representA
te formal proporcionado por la validez Objetiva asignable c16n corp6rea do olla, por lo cual aparece algo que aotes
ero imperceptible en 01 espacio." (2)
1
1
182 183
deja de revelarnos que el tratamiento de la objetividad
Es evidente que la opoeici6n constituida por la~
cognoscitiva tieno querotructuraree de conformidad con
teoriaa dO Descartes y de Neuton no puede concebirse en
los fen6mc:os Y SllS corrospon(lientca percepciones y no
su absoluto antagonlomo, por la simple raz6n de una con
puede ser abor~n(la pOX' medio de presúpue"tos teleo16gi..
t:i.nuidad subyacente a BlIlbos, en la medida en que la meto!!
coe, enteramente mar~inaloG B la propia certeza cognoac!
si6n ca~:esiana, si b~co no es aplicable como rn~todo al
tivB, lo oual, si bien no expllcitamentc, si al menos,
supuesto metafisico como deseaba el mismo Descartes. no implíoitamente eat6 dado en Doscartes, aunque problemá.
por ello deja de ser efeotiva formalmente respecto de la
ticamente, de aouerdo con la "emiencinlidecl" asignada
realidad, tal como 10 plantea Newton. el cual extrapolag a la misma divinidad, oomo qued6 estableoido por lo pr~
do tal circunetancia parece desaperoibirso de la omniva­ cedentcmonto expuestol Así, vemOB una vez ~~s la tilos2
loncia oon la que opera Desoartes, eD cuanto que tal om­ tIa natural, experimental, buena y empírica no excluYe
nival€ i 'neia crea dificultad para dirimir la veracidad 00,6 de la trema del mundo y de la composici6n de los cielos
no~;citiva do la monovalenoia de la tísicA, quo es el ob­
las tuerzas incaterialee o trnnsmaterinles. A lo 6nico
jetivo newtoniano. sin que ello eigoitique necesariamen­ que x.'enuncia es a la discusi6D de BU naturaleza y, ocu­
te absoluta invalidez para la retlexi6n oartesiana res­ pandoee de ellas ten 6010 oomo causas de 106 efectos o~

pecto de la extensi6n. ya que rells bolle hace uso de la servebles. las trata ..puesto que es una tilosofla natu­

misma el propio NeutoD, aunque aparentemente no result. ral MAT~1ATICA- como causas o tuerzas matem6ticast es

as!, que es lo que mitiga el ardor de la oposici6n. del deoir, oomo conceptos o relaoiones matem&.ticas." C:~)

antaf;oDismo.

AS!, pues. contando con tal situaoi6n geDeral pu~


de estar olaro, por lo dicho, que la neoesidad de esta­ I.2.1.b.- 1.AS BABES CRITICAS DEI. FENSAi,:IEllTO FISlCO
blecer la cobertura cognoscitiva intrineeca a la "ratio DE NF.WTON.
matbematioe" en el aeno peCUliar de la formalidad que in
hiere a la intuici6n no constituyet por tantol m~s que "Dosde este punto de vista, pu.es, partiendo del
la condici6n general que se derivaría del propio plante~ hec~)o irrecustlbJ.9 ~p lp imposibilidad de ascntar sobre
miento de obje~ivil1nd cognoscitiva cartesiana y despeja.. la oerteza inherente a la "ratio mathematice" cualquier
das todas las dudas en rele.ci6o con la posibilidad de certeza que no sea 'sta, al modo como hemos visto que So!
convertir la antedicha trnnsferenoia cognoscitiva, cuyae oede para Descartes, rosulta totnlmento necesario adver­
implioacionos hemos tat'lbitin tratado. En obUlada conse­ tir que le referencia emplrica a la porcepci6n sensorial
cUGnoia la obaervaci6n respecto E l~ constitutividad do propiF~ente dioha, no puede ser soslayada se~n pnrece
certeza cognoscitiva que nos es proporcionada por la mi4 deducirse de In intolecci6n ciue de la "roa extensa" est~
ma "ratio mathematice" debo, entonoes, ser colocada oomo blece el miamo Descortes, en la medida en que de la pre­
problema a resolver en primer orden, de modo que don 0110 suposici6n de la rea!i<Jad corp6rea que le os consustan·
se advierta clara y nttidamente que la positividad que oial no se in1':l.ere certeza acerca de la corporeidad mAs
se infiere del conocimiento matem6tico, propiamente dicho, \ que 1'ormaliter. lo que contrasta radioalmente con la as­
pirncj6n cientl1'ica quo envuelve al conocimiento d.sico,
no puede determinorse ya m&s que como meramonte formal.
en tanto "reprosentaci6n corp6rea"t como se desprende del el cual, como bien plantea el !:lismo NewtoD, tiene que h,!!
mi¡mo texto newtonirunQ antes sei1alado, lo que a su vez no cerse posible en 1'unc;6n osencialmente de no omitir aquella
184 185
referonoia empirica propia de la percepoi6n oensorial. '" tico "Deue ex machina", como se ha visto anteriormente.
en cuant? que es una condioión inexorable de veraoidad
al respecto, de consumo con la proporcionada por la ~ Desde este punto de vista. la complioación cien­
tem'ticA. As!, pues, contando tanto con la certeza im­ titien introducida en la doctrina llsico-astron~mioa
p1!cita formalmente en 01 conocimiento matem!tioo, un! ce.rtee1anu en la cunl '10 bo.y posibJ.lidad de explicar, a
da a la eX¡l orimentaci6n que es requisito indisppn~able trav's del movimionto turb111onnrio o movioiento de lon
de conocimiento 1.'!s5.co, enaontrsmos la clave de bóveda vórtices, choca oon laa le:ree kepleriana.s, de la8 que
metodo1ogics desde donde articular el pensamieDto crt. Neuton se siente heredero. 01 movimiento turbil10nario,
tieo mewtoninno en arRe a edil.'icar eu sitema lI8ioo, caso de ser cierta su consideración hipot6tica, no po­
con sUficientes ea:rantlarh drIa exolicar ni 1r-! segunda ley de Kep1er, como ponen
de manitiesto tanto A. KoyrA (4) coco p. Brunet (5), a
k :':3cesidad de a.juetarse por tanto, expresamea la vez que, naturalmente. dejaba imposibilitada la ex­
te al cOllocimiento que puede derivarse de las propia. p1icaci6n para les estimaciones eesqui!ltera8 inheren­
cosas materiales o COSBS naturales, ain preQuposici6D tes e la tercera ley de Kepler, 19 cual ea realmente el
apri6rion alguna Yt rechazando toda articulaci6n hipo­ centro de su concepci6n "armónica" del Universo 1.'1eioo­
t6tica que no puede sor c~"ce"'ida ahora mAs que C«)lllO aatron6mico (6). 10 oual se pone tambi6n de relieve ten
fenómenos, es -precisamente- lo que conduce a NewtoD a to por Koyr6 (7) como por Brunet (8), de l.'orma que. en
establecer como rata originaria de toda objetividad llnoes generalas, lo hipotosie turbi1lonarie no darta
cognoscitiva, la positi.idad que es inherente al bvCho como resultado m~s que el hecho de ,:!UOI ..... El sistema
observable y observado, percibido por tanto. como oon. solar careceria de estabilidad y de persistencia. Se d~
dici6n genoral de certe~a atrioto aeneu. oomo b6squeda sintegraria si alguna fuorza -tuerza de la cual no da
de una exacta comprehensi6n del problema del conoci­ cuenta 01 mecanismo del turbi1lon- no 10 "refrenase".
mionto c3ncebido en t6rmlnoB explícitamente ~unitario8ftt Asimismo Wn sietema ~ts pequeño, no implicando m!s que
esto nos permite ver la posible incidencia del socia­ un s61.0 planeta o sat&lite, tampoco seria éat'lble sin
nismo, como doctrina religiosa, de la cual fue l.'iel a­ semejante tuE'C3a. Adem&s. con:o él movimiento es conti­
depto, on la contextura de su propio pensamiento, por nuamente tranf'aridlJ de los globos en rotaoión a la ma­
cuyo medio, pues, no deja de indagarse lA. posibilidad teria del fluido que loe envuelve, y como no pueden 02
de erradioar la "roed.iac16n" como el.'ecto derivado del municar movimiento sin absndonarlo en la misma propor­
presupuesto trinitario que aquella reohaza Axprossle ei6n, este movimiento distribuido 1) estaria "tragado
verbis. Su oposioi6n observada en el seflo del eje de y pertUdo en 01 espacio sin l!mitfi.~", 2) si los globos
ooordenadas antes dOEorito rospecto de Descartes, pues. no recibieran continuamente un nuevo movicionto de al­
no s610 conlleva elementoe cienttl.'iooB, sino, asimismo. e;6n "principio activo", su movimiento "$e debilitarta
"ideo16gicos" em el sentido estricto del t~rmino, 108 por grad.os" y, 8s1 como los turbil10nes. " a la larga
cuales edguieren un inaudito vigor por cuento los fallos devendrían completamente inm6vi1es". Resultado muy ~
perceptibles en la doctrima dsico-astron6mica cartesi,!! portante puesto que muestra gue la concepci6n de los
na permit!an incidir con mayor 'nlasis en la cueetión turbillones es incompatible con el principio de la con
mencionada, en el sen~ldo de c~ncehir como eXpresi6n de servaci6n del movimionto, en el cual los Cartesianos
ateiemo al "daua" cartesiano, arti~u1odo como un aut6n­ creian a dil.'erencia do Newton. Adem6s, el resultado de
186

187

Newton muostra que la teoria de loa turbillone~ implica


un reem1·1az8lllicnto continuo de la "pArdida" por un "pri!! propias percepciones sensoriales, por intermedio de lae
cipio aotivo", os decir implica una cosa en la que New­ cuslas podemos otor~ar a la oerteza cognoscitiva de une
ton crela a ditez'cncia de loa Cartesianos." (9) vigencia hso tacto, absolutamsnte irrecusable, Esta vi
goncia instant~nea no viene deterr.lln'lda co;no tal m6s
Con Gota argw:Jontcci6n nemoDiana on cootr!1 d.e qua en tunc:\.&n de aquellas condiciones que la hacen po­
la taorta turbillonaria cartesiana apareco di!ronemente sible 'St por CJuyo cOT1(Jureo, se .~st;ablcce la autlintica e
en 01 borizonte motodo16gico en torno a la objetividad incontrovertible carteza cognoscitiva, lBS antedichas
Co(;n09ci Uva 111 necesidad do ab01'1ar tal problemAtioa condiciones, pues, no puedon ser otras que aquellas que
desde el punto d~ vista estricto de su e.decuaci6n riSiC,2 de suyo nos muestran y manifiestan l~ comp~enensi6n del
m3tedittca, sin recurrir 8 presupuestos que eon margin!! desenvolvimiento y despliegUe de los cuerpoa tísicos,
les Q las aeterminnciones que 09 ,retende establecer de esto es, aquellas que hacen posible lB ropresentoci6n
esta for::Ja y consecuentemente con lo dicho, puede diri... de los aiemos y la subsiguiente comprehenai6n que, tomA
mirse la certeza cognoscitiva como tal, en la cerraB~D das a partir de la absolu~ez que irradia a la "unidad"
interna que roquiera en y por s! misma, como apreheDsi6n inherente al su,ieto cognoscente de;:'e !;)oder ser elevada
exnlÍcitn de su propia y .:.I:J.t611tica "unidad" particular. a la oategoría de lo abaoluto come reprosentaoi6n del
e3e de coordonadas supremo desde el cual se vertebra la
Desde eata perspeotiva ea indudable que si hay que est~lctura toda del conocimiento humano, El mismo Dios
partir necesar:l.amente d.] esa susodicha "unidad", obvia­ no puede aparecer sino en funci6n de tal absolutez, co­
mente, lo pl"imero que aparece en el horhpnte cognosc1t! 1110 transcendencia de la misma, 'lua, por lo dem6.s, s610
YO ea el requisito dEl la Jl)odolaci&n ab ovo de las condi_ nos es aprehensible, como aquella absolutez enteramen­
cion08 cognoscitivas entrovistas, lo que en realidad no te transcendente, tal como 61 mismo t!euton nos lo pono
viene a significar de suyo otra C008 m&s que revelar a­ de relieve en el tamoso Geholium que sigue a las defi­
qUellas condiciones deEde las cuales ae hace posible sr. niciones que dan comienzo a su c~lebre PHILOSCPHlAE NA­
ticular por entero las perspectivas de certeza cognosci­ TURALIS l"lINOII'IA NNl'BF1'iATICA, en el que nos subraya lo
tiva aquí inferibles. y así. dende luego, deviene, en siguientEu "1, El t:teropo obsoluto. verdado::.'o y matem&ti
pr!r,1er lug'ir, por circunatnnciss absolutamente claras, co fluye -en si y por su nature~e~8, sin releci6n a ne­
que l~G coadicionea generEl.les de objetividad cognosciti­ da externo- de manera uniforme, con otro nombre ll&msse
va y de veracidnd estricta no estan dadas m~e que en !un "durnci6n", el relativo y vulgar eEl una roed.ida sensible
ci6n de la vali.dez intrinsElca ti la "ratio m3.thOlllatiee" y externa de cualquier dureci6n, mediante un movimiento
en tanto on cuanto n03 pormite dirimir, a trnv6s de 18 -medida exect~ o inexaeto-, de 1~1 cual se sirve el vu!
intuici6n 8 su base, las detQrmioacionos "formales" que, go. on lugar del t:!.qmrO verdadero -ss{. se sirve de ho­
~~:no:~rf!Jll~~se'ltacioneB corp6reas le soo inherentes, a la
ra, dIo, mes y año­
vez que, en funci6n de las citadas determinaciones tor­
males, disponemos de la posibilidad de veriticar y con­ 11•.81 egpocio absoluto permanece -por su naturaleza SiD
trastar, con certeza co~ptirativa, por modio del recurso l'olo.ci6n alguna B algo oxl;ornO= S!nIDP¡:~ G9l'.1ojante e imn,2,
ble. El relativo oe una medida o dimensi6n cualquiera
a la experiencia, en :::~lya contextUra adquieren carácter
movible de tal espacio. medida que nuestros sentidos d!,
de objetividad -eunque no mera y pura objetividad_ l6s
tinon por su situaci6n reopecto de 108 cuerpos y que el
188 189
vulgo toma por !')spacio sUbterr6neo, a~roo o celol'3tiol, Pertenece a su eMncia 10 do ser lugnrel', y ea abeurdo
do.finid¡. por su eH:unoi6n respecto de la tierra. Son una el quo se muevan los lugRres primarios, por tanto son
y In misma COGo el eapo.;:io absoluto y el relativo, en ellos lu~ares abaolutos, y 6nicamente las traslaciones
errpoc10 -:¡ on r,1llrr,:1it 1ld, mos no permanocon siolJpre num~r! respecto de tales lugares son movimientos absolutos.
camante 10 mio:J!o, porque Di la tierra, vgr., se mueve, Empero, porque estas partos del espBcio pueden
01 ospvcio de nuestro airo -que relativamente y respoc­
sr.r v18tas y nuestros sentid.os no pueden distinc;uirlas
to de lu 'tiorra pormaneco sioepre el misr:Jo- serA ahora tlutre st, emplearnos en su lugar medidas sensibles. 1t (11)
osa parto dol ospacio absoluto por la que pasa el aira,
ahora, otra parte de 6l-y na! so mudarli absoluta y par­ No es dit'!cil advertir on fl".nci6[j dE! 10 expuesto
potuar.!cmto." (10) el rumbo especifico y peculiar que la JliotodoloC!a uti1!
sada por Newton introduce en el campo overativo de la
Y, oomo vetamos ~on antérior1dad, dada la íntima conntruoci6n de la objetividad oognoscitiva. remozando
e intrinc!'da conexi.6n que debe preouponorSIl como condi­ oosi por completo la estructura filos6tica cartesiana c~
tio oine qua non p8ra la validoz de la "rat:io mothewat! ya cobertura prístina, pues no rEO' lidia, de suyo, m&s c;,ue
ce" stricto eonsu conjuntamente con el marco empírico, en el antedicho esquema de la convertibilidad de la tran~
generalizador de 1[\ certe:I'.1 i:,!lerente a In percepCi6n lerencie, cuyo resultado concreto, por tanto, introduc!a
sensorj,al, os obvio, entonces, qU'9 lo. susodicha ltabSOl!! una serie de factores realmente ccm9lejoB a la hora de
tez" debe invadir todo el ter¡itorio proplomente oogno~ proceder atrioto senau e su constataci6n veritative. De
citivo, de torwa que ~i ella 9S vAlida respecto dol m~ éste punto de vista. pues, la estructura mec&nica del
00 osvacio-temporal ti0ne, por ooneoMitaneia, que serlo,
Universo cartesiano ee abordado frontalmente, dependien­
an6logamenta, respecto de l/i factioidad local de loa do exclusivamente de la certeza p~o,o~cionada por la va­
cuerpos os! C')ü10 ce su movimiento, 1., cual ge nos subr,! lidez intrínseca d la Itratio mathematice".
ya por úl mis!;l'.) Navton de lB siguionto ¡¡¡'lnara. 111. Lu­
r.;ar es la parte del eopncio que ocupo un cuerpo, :l. por .LndiSct~tiblemente, la cobertura estrictamente ma­
raz6n del espaoio es absoluto o relativo lugar. Digo tom&tica desdo la que opera el propio Newton constituye
"parte del eopscio", :1'.), ponici6n d(Jl cuerpo o superfi­ él oje gravita~orlo desde donde 6nicamente pueden expli­
cie ambiente••• corso los plloejoe 9.ntes citadoa referidos al Bcholium de
BUS PRl,mIPIA, ya quo s6lo QI) funci6n de 'eta, o sea a
IV. ¡;:c'limisnto absoluto (~s la troslaci6n de un cuerpo
trav6e del Darco intuitivo, es c6mo 89 hace tactible la
lucar absoluto /i otro lur.;ar absoluto,
<;!s un !:lOS el :rel,!! elovoci6n de este dltimo hesta 01 r,lano de 10 absoluto,
tivo, de rl9lotivo a relativo.
de otro Dodo no habrla posibilidad explicativa alguna.
en el sentido do gue. al::! advertir le funcionalidad io­
An! como el ordon de la8 pryr'tt>s dol tiempo es in
mut.able, lo os 01 ordon do las portes dol enpacio. Si tulti'la exrressia verbis, se procede a la e1evnei6n del
"fon6merJo" a eOrJdici6n general del eonoeil.liento, de un
se mUoven do 0110 lur;aros, RO rnovarlin (por. ns:f deCirlo)
COllocimiGoto a.bsolut;o, transcendiendo por completo el c,!
de 131: r.liemns, porQuo tielll;JOs y ~spocios son cual lue;e­
roo etc al mismos y do todao lna 0008S. ;;n 01 til'mpo o,!! r6.cter mismo de la propia "fonomoneidad lt , como si esta
tlin oolo';adflG todas las cosos Iiln ouanto al ordon de S!! pudiera separarse do la percepci6n sensorial hasta con­
vertirse on un en y por sI miamth 'rodo esto, metodo16gi­
c8016n, en 01 espaCio, en cuanto al ordon do posici6n.
190 191
cemente, no deJa de plantoar Una vasta gama d~ proble­ operar reterencialmente de modo hipot6tico. en tanto eg.
mas, mAKimo por cuanto todo aquello que como transcen_ quema l6gico inexorable, como 6nica alternativa posible
denCiA pueda concebirs~ tiene que regirse en su acci6n Que salvaguarde el margen do error que 99tá implrcito
concipienta como "mediatizado. por ése absoluto Aenso_ en una racionalidad que no 9S apriorica rols que forruali­
rial mencionado V61idamento asignable hasta a la divi­ ter. Lo necesid.ad, po"':' tanto, de eludir semeJante meca­
nidad oomo le reprochar! Justamente el mJ.smo Leibniz a nismo cognoscitivo intrinseco a la hip6toais y, por ende
Newton.
~~ dibujar un horizonte cognoscitivo donde la Ciencia

pueda oonstruirse como tal, obllea ineludiblemente tal


h~'identementet la contextura de 1n opo8ici6n ne~ como nos puso de rolieve el miomo !ip·~'ton. 8. advertir el
tonian~ al po:cnmiento filos6Eico cnrtaoiano, que es lo limite explicito do la formalidad inherente al conoci­
que noe in~preGaba exponer aquí, queda, pues, reEleJada miento matem6tico y a no subsumir el mnrco tenom6nico,
en tunci6n de la elimiuaci6n de tOdo marco re1'eroncial 1 .. exper1:nl'}ntac:iÓt' por ende, bajo ni:'1gÚn concepto, en
veritntivo que Do S9 circunscriba taxativamente al pla­ tanto condic:t.6n ind18pel'Jl.'IEl.ble para 8t\':)3Ur~.:t' carActer
no del obBOluto-1'enom~nicot qUe eS t proCisamente, la e! cio:1t!rico •.1 cllnocimhmto.
1"ora desdo la cual parte el 1'!sico de Cambridge, 10 cual
constltt;ye el marco cond:i.oiorumte disorecional 1'rente Desrle tal per.specttva, pu~s, es claro qua 10. re­
al Cual deb~ Colocarse ou estructura motodo16gioa, tal ferencia emp!rfoa 80 convierte en un "(laso inoonlayable
como vemos o obaorvnrla en el apartado siguiento. da toda cienti1'icidad y, naturalmente, toda cobertura
de 1'undamentaci6n cient!tica debor~ exigir incontrover­
tiblemf>nte cartas crediticias de la verac:t.dad postulada,
1.2.1.0._ CONCLUSION Eff TOIINO A LA l'OI..&UCA DESCAnTES­ a fin de que se destierre el REmtido hipotlttico de la
NEWl'ON. Cioncia, ssto es, a fin de no con1'und.ir bip6t6sis 7 OieE.
cia, en la me~jda en ~ue la especulaci6n no puede ser
F~ indUdable que lo relevancia de la Pol'~ica m~ oaractoristice. de 601;8. última.
tenida por Descartes y Newton be. proporCionado un eje de
f;1:'c:vedad Elsenctal 1'Br.n comprender la estructursci6n del En eete sentido se bace entAramente imprescindi­
peneaQlier.to científico mOderno, en la medida on que la ble enfrontar, tal como veremos en el siguiente apartado,
conrróntaci6n de lee t.omes de poeici6n metodo16gioas han la cuesti6n en torno al carhoter absoluto que se despre.u
8(';rsvltdo la COlllplejidad de la oerteza cognOScitiva pro­ do de la idea newtoniana de Cienoia, en la medida en que
piamente diche, incidien~o direotamente tanto sobre o­ se intente. penetrar en el &mbito de lo irrecusable, de
trae es.fe.t'81! cognoscitivas como sobre otrcs penf1lldOl.)~U; lo irreversible. cognoBcitivl3.C1nnta bablando, para deste­
mlie o menos coet~neos suYOS, como tendremos seguIdamente rrar toda especu1.aci6n 9ro"piamenta dichn, con lo cual, a
ocnsilm de observer, los cuales tampoco han dejado de t,! la vez que impulAa a cotas elevadlsimas, es, a su vez,
n el mismo ~éwton receptor de 18S construcciones 1'ilosóti­
nar sie ificaci6n decisiva para el cismo deearrollo de
le pludida pol~mica. caa críticas dirigirtas al sistoma cientifico cartesiano,
sobra todo por la corriente empirista anglosaJona. cuyo
La Posibilida.: de subsumir loe .fe,,6menos bajo la ,>unto de part:l.da hay que buscarlo en les objeciones de
Gs'era do la "I'ce ElxtenSR" presupe'no inevitablemellto Hobbes a las Meditaci0nes Metafísicas de Descartes, en
192
193

1.2.2.- EL PI.ANTEAtUENTO DE LA OBJh"'rIVIDAD COGNOOC!

cuanto toda concepci6n de la substancia no pUf'dn on1:nbl,!


TIVA EN NEWrON.

ceree n;As quo a partir ele unidades reunidas y en modo al "

guno individualmente, (.lomo piensa Descartes mismos. La La fundamentación del "absoluto tenom&nico! new­
necesidad de Ilsumil' la problematicidad do la substancia toniaDo debe incardinar su raz6n de ser explicltamente
3', por tant;o, d6- arLicular1a .formalmente, de conformidad en .tunci6n de lo conexi6n intrínseca a establecer de la
con la cel'toza matea;ática, cuyo e.pI'iorie:Jo es ta;¡ solo "ratio ideale" en la propia ccmplexi6n de la "ratio ma­
oon.f01':0e con aqu6l1u, obliga, por su part6l, a disóurnir thematioe", en tanto exclusiva alternativa de construc­
la rorert>ncia elllp!rica como una condici6n indispensable ci6n de aquel "absoluto tenom6nioo", en cuento que 8610
de toda objetividad cOl<;Iloacitiv8, lo cual motodol6sica­ as! puede elevarse a esta 6ltima a Raz6n suprema expli­
mente es asumido pUl' el ¡!llamo Hoboea como lo serA por cativa del conooimiento objetivo, de torma que, sin lugar
Hewton, F..un cuand() Bea solo el t)xito de 6"te ultimo el a dudas. no deja de aparecer en semejante constitutividad
que f)levar{¡ tal crmfiguraci6n me::odo16g!ca a requisito de la objetividad cognoscitiva como, por parad6jico que
n~cesario e inoxcusable, tal como vamos a tener ocaai6n
resulte, una metalisica de la "ratio mothematice", que
dI! observar seguidamente. 8S precisamen~e, 10 que se nos subrnya en los antediohos
pasajes de los l'RINCIP1A.
Evidentemente, operando oon semejantes combinato­

ria de factores, el resultado metodo16gico no puede ser

otro que el susodicho, en funci6n del cual, indudable­

mente, comienza a establecerse definitivamente la ruptu­

ra completa con la eatructura oomprehensiva de la reali­

dad vista desde una 6ptica cualitativa, tal como perdura

en el corpus fieico-astron6mico aristot61ico-e8col~sticot

para proceder a su reconduoci6n indispensablo hacia una

comprehensi6n de la misma realidad desdo una perspectiva

cuantitatiVA lo que subraya tambi6n A. Koyr&, " La desa­

porici6n -o deatrucci6n- del cosmos dignifica que el m~ .

do de la ciencia, el mundo verdadero, no es observado o

concebido ~As como un todo finito y jer&rquicamente ord,!

nado, por tanto cualitativa Y onto16gicamente difereoci~

do sino como un Universo abierto, indefinido, unificado

no por su estruotura inmanente sino solamente por la i­

dentidad de sus leyes y de sus elementos fundamentales,

un Universo en el cual, en contraste con la concepci6n

tradicional que separa Y opone los dos mundos del deve­

nir y del ser, os decir, de la Tierra y de los cielos,

todos BUB componentes aparecen situadOS al mismo nival

194
195
ont016Gico, un Universo en el cual la physica cae1estis
1 todo 10 demAs hay que deoterrar10 de 19 ciencia, que
y la pqysicu terrestris son identificadas y reunidas,
se presenta asl como Un cuerpo do verdades absolutamen­
en el cun1 la astrono~in y la rielcn devienon interde_
te ciertas sobra los hechos del mundo 1'1sioo." (3)
pendiontclG y unidas Como consecuencia de su Co:nl'in sumí...
si6n 11 la r,-ool:let:l:'Ía." (1) A partir do la antedicha subsunci6n de la "ratio
idea1e" en el seno .ismo de la "ratio mathematice", tal
Evidentemonte, 01 rochazo del universo matem~tico como se opera en Newton, es como, precisamente, 6ste t2
que se origin6 en la doctrina peripat6tica y que ee pro­
ma posici6n ante la cuesti60 metafisica, en un intento
yect6 posteriormente sobre otras doctrinas 1'i10s61'icos,
desesperado por evitar caer en los errores de las pre­
encuentra su lncardinaci6n en el propio ontologismo sri§.
suposiciones no susoeptib1es de estricta comprobaci6n y
tot~lico, y adem~s, en su exp1icnci6D, funcional~onte verificaoi6n. por ouyo intermedio se intenta, a su vez,
respocto de aqu61, en la innocesaria disponibilidad de
evitar la vana presunci6n del "horror vacuis" que, sin­
dos conceptos, en tanto desdoblamiento en idea de ~ste,
gularmente 1 s610 singularmente, pareceria una caracte­
COrlO cr,ttica a P1at6n, a la vez que, como nos eefia1a A.
r!stica inherente a toda ref1exi6n metafisica, se nos
Koyr~, no sa puede dar cobertura oertera Q la realidad indica as! que el abarcamiento comprehensivo y absolut~
humana por modio do la procaria referencia numltrica."Es
mente explicativo de la totalidad de la realidad no es
1'oci1 ahora comprender porqua la ciencia Clásica ha -c2
posible de un plumazo 1 que. por ende, hay que estimar
mo se ha dicho a menudo_ sustituido el mundo de la cua... oomo ignotas oausas que nos son inaccesibles. Todo lo
1idad por el de la cantidad. Precisamente porque, como cual la inteligencia omniabarcadora del tlsico de Cam­
10 sabía ya muy bien Arist6te1es, no hay cualidades en bridge, acogida al optimismo explicativo de la "ratio
el Universo de los ndmeroa ni en el de las tigures geo­
mathematice" no pOd!a prever " en obligada consecuen­
m{¡tricas. tio hay lugar paro. ellas enee1 reino de la 00­ cia, SU antagonismo no se constituy6 m&s que en el mAs
to10r;1a matern!tica." (2)
visoera1 en1'rentamiento con la incardinaci6n de la motA
tisica en la es1'er$ propia de la ciencia, on tanto obj~
De forma que 10 constitutividnd de la objetividad
Cognoscitiva nowtoniana situada (ln la antedicha conexi6n, tividad cognoscitiva, 10 que ~l mismo no dejo de poner
no pU,'do de suyO artiCularse m6s que en función de dete!: de manifiesto, al advortirnos al rospecto, en su OI~ICS.
minar clara y tajantemente la contextura de la misma s~ publicada en 1704 -c8si veinte años despu6e de la pub1!
gtÍn leyes rnntom&ticas por medio de los cua10s pueda da.!: caci6n de los P1HNCI.PIA..., 10 si8Uien+.e como rumbo meto­
se raz6n certera de los fen6menos nlltura1ea que, debidos do16giool "Para el rechazo de tal modio, disponemos de
u la autoridad do a4e1108 de los m&s ancianos y c~lebres
a la pro1' ndizaci6n metarlsJca del concepto, quedaron
fuera de toda considel'nci6n de veracidad, Como homos ob­ 1'ilóso1'08 de Gracia y de Fenecia, quienes hicieron del
servado on el apartado primero del primer capitUlO, lo vacio, los &tomOG y la gravedad de los 'tomos los prim~
cual, pues, se nos advierte por E. A. Burtt de la siCUieQ ros prinCipios do su filosorta, ntribu;\'~ndo t!eitamente
te forma. " Para Hewtclm, pues, la cioncia so COOpana de la gravedad a una causa distinta de 1n materia donsa.
loyos que exprosan solo el comportamiento matemático de Fi16so1'os posteriores borraron de la fi10sofia natural
la naturaleza -leyes que se deducen claramente de los r~ la considernci6n de tal causa, imaBinnndo hip6tesis pa­
n6menos y so Comprueban con exactitud en 10(, ,fonómonos_, ra explicar meclinioamente todas las dem6s d311i~~' y rel!.
gando a la metafísica todas las dem&e cauaas, Si~ embar
197 ~'i
196
los cuerpos de nuestra experiencia, no lo encontramos
go, el objetivo b'-sico de lu 1'11oso1'la natural es arli;u­ en nuestra vida cotidiana. Es el movimiento de los cue~
pos geom~tricos (arquimedianos) en el espacio absoluto.
. '~,il
mentar a partir de los fenómenos, ain imaginar hipóte­
sis, y deducir 10.0 cousas n partir de los efectos hasta ( ••• ) La transtormaci6n del concepto de movimionto por
alcanzar la ?rirnerlsima causa que ciertor:lente no CG me­ l. sustituci6n, en el concepto empirico, del concepto
c6nica." (4) matemático bipostaAiado es inevitable si debemos somoter
el movimiento al n6mero para tratarlo matemáticamente y
Es, por consiguiente, a partir ".e este rechazo
explIcito do las consideraciones mata~!eicas, siempre construir una tisics matem!tica." (5)
involucrados de olemp.Dtos hipot&ticos, como surge el l~ (2) ~l cambio del movimiento es proporcional a

IDa nev/toniano de las "¡¡ypothoses non finEo" a trav6s del la tuerza motriz impresa Y se efectda seg&n la linea re~

cual S9 in1;enta desterrar del maroo do la objetividad ta en dirección a la cual se comunica dicha rucrza, sien

co~noecitiva todo aquello que no cai~a expressie verbis, do (3) aquella Que nos dice. A toda acci6n se opone aiea

en el sono dI) los .fenómenos misr::os, de modo que DO sub­ pre una reacci6n contraria e igual' es decir, qua las a~

sista ontoncos plano alguno donde la indagación de la ciones entre dos cuerpos son siempre iguales entre si y

anholada certeza no se halle prosoriptivamente ase~ada dirigidas en sentido contrario, de la cual nos dice D.

y gnrantiznda. Pappa "imagina entre dos cuerpoS A Y B que S9 atraen un

obst!culo e que impide que se unan. Si las acciones de

Desde este punto de vista, el empirismo newtonia­


A y B no tueran iguales Y opuestas, el conjunto A B O

no comienza a cobrar carta do naturaleza de forma que 82


estad.a animada en el vado de Utla velocidad continua­

lo mediante ~l noa posible dirimir plena certoza sin lu­


mente acelerada, lo que contradice el principio de la

gar a duda aleuno, lo cual adquiero plena consistencia


inercia. En una experiencia real coloca un im'n y un tr2

en función do sus axiomas de las leyes del movimiento,


zo de hierro sobre dos soportes livianos que nadan en el

ns! enunciadas, (1) Todo cuerpo porsevera on su estodo


agua de un recipiente. Cuando la atracción magn6tica ba

de reposo o de movioiento uniforme y en 110el1 recta, sa!. llevado los dos soporteD al contacto, el movimiento cede

vo en cuento mude su estado obligado por tuerzas exte­ al rayoSO determinado por la igualdad de lns aociones

riores, lo que es señalado por A. Koyr6 de ln siguiente


opuestas del im!n y del hierro." (6)
manera I "Estando 8s1 colocados al mismo nivel ontológico,
estando despojados de su distinci6n cualitativa, el mo­ De conformidad con estos "axiomata, sirve leges

vimiento y el repOBO devienon indiscernibles. El movi­ motus", Newton comienza a vertebrar sistem6ticamente la

miento y 01 ropo so oon aón -y m&s que nunca- opuestos el complexi6n del universo matemático de la Naturaleza,

uno al otro, poro su oposici6n resulta una pura corrola­ concibiendo integramente a los cuorpos flsicos mismos b~

ción. El movimiento :¡ el reposo no ex5.sten yo. en los jo la perDpectiva matemática de forma que 6stos deban coa

cuerpos mismos, los cueI~OS eot!n en reposo o en movimiea prenderse de acuerdo con el comportamiento de las leyes

to 6nicrunente por relaci6n de loo unOfl con los otros, o matemliticrunente deducidas. En consocuencia, lo caracte­

en el espacio en el cual existen, reposan y se muoven, rístico do aquellos ya no ser& la mera pesantez, sino su

el movimiento y el reposo son relaciones aunque, al mis­ "masa", en cuanto que con ella damos asinismo explicaci6n

mo tiempo, 800'-' conoidorndos como oatudos. ( ... ) El mo­ certera de sU per;antez, atendiendo al marco gravitatorio

vimiento del cual trata esta ley no oa el movimionto de


199
198
Dependiendo, por tanto. de los descritns condi­
en el que deben hallarse, hacia ahí tiende claramenta ciones, es, entonces. obvio que la concopci6n de la Nat~
toda la teoría flsico-catem&tica newtoniana, en el sen­ raleza adquirir'- en conformidad con los Qupueotos roseñ..!!
tido de que los difer~ntes co~portamientos do loa cuer­ dos una constitutividad oxplicativa causal ha~ta entoncos
pos quedan explicados bajo su considernci6n como npunt~ ignota, con lo que, naturalmente DC modifica sustanoial­
masivo"~ con lo cual se resolv1a la mec&nica cartesiana mente, valga lo ext1'3.ño del planteamiento, lo. concepei6n
(7) en lo que de problemática tenia ~nta, tal como nos carte9iana, por cuanto ya no 6610 se busca una simple
lo indica D. Papp al decirnos lo siGUientes "Estableci­ matematizaci6n, sino. ade~'s, la poeibilided de ofrecer
das y codificados las leyes fundamentales, üewton desa­ certera respuesta al problema risico a tra~s del filtro
rrolla en los Principia su dinrunica del punto masivo. de validoz Cognoscitiva proporcionado por la propia "ra­

¡-íuchoo de sus teoromas y proposiciones no son nino ¡JalQ tio mathematice d (10). "As!. la naturaleza ser! muy sim­

nes en el crunino hacia BU objetivo final, la ley de la ple y concorde consigo misma, realizando todos los gran­

atraoci6n universal. Demuestra en el libro 1 -( ... )­ des movimientos de los cuerpos celestes con la atracci6n

que si la trayectoria de un m6vil es una elipse, ocupan de la gravedad que media entre ellos Y casi todos los 1112

do uno do suo focos el centro de tuerza, 'sta obedece a vimientos pequeños de sus pnrt!culas con otros poderes

la ley del cuadrado inverso, por otra parte invirtiendo atractivos Y repuleivoB que median entre ellas." (11)
el probloma, deduce que si un m6vil obedece a dicha ley
Lo que, por otra parte, se DOS especifica de la
su trayectoria debe ser una c6nica. Una larga serie de
torma siguientes "lo m!s bien infiero de su cohesi6n que
argumentos••• ••• le llova a la soluci6n del c61ebre
las particulas se atraen entre si por cierta tuerza que
problo~a que le habia detenido varios afio s antes en su
resulta extremadamente grande con el contacto inmediato.·
camino, demostrando que la fuerza atractiva de un CUer­
po act6a como ai toda su mAsa estuviera concentrada en ••• - (12)
su centro de Gravedad ••• " (8) De esta manera, indudableulente so profundiza la
tiewton mismo resuelve as! la problem!tica en la intima e interdependiente conexi~n causal que busca e in
que encaden6 BU propia vida. "En el mismo año (1665) daga el fisi.co de Cambridge en su intento de explicar
eropec6 a pensar que la ~ravedad se extendía hasta la ~~ matem'ticnmente la Naturaleza. hasta convertir a &sta en
bita do la Luna. IJespu,lis do haber loe;rado estimar lfl fue,!: una ciencia, en la Fieica, cuyas leyes generales. anterio~
za con la cual un globo que gira dentro de una esfera, mente enunciadas, nos diseñan con neta claridad la elimi
presions sobre la auper.ficie de la miamn, de la ley de naci6n Y liquidaci6n de la dualidad de op!eras c6smicas
Kepler seedn la cual loa tiempos per16dicos de loe pla­ y sU subsecuente unidad !hico-§stron6mica, cuya contex­
netas guardan una proporci6n sesqui!ltera con las dis­ tura expresa no se alcanza mis que bajo la perDpectiva
tancias 8 los oentros de sua 6rbitas, dedUJe que las matom'tica 18 profundiznci6n newtoniana debe, conjugar
fuerzas que mantienen los planetas en sus 6rbitus deben otro factor, que no es otro que el de la materia. el de
ser inversas a 108 cuadrados de sus distancias al contro la constitutividad de la materia en su infinitud at6mic8,
en torno al cual so desplazan. Comp9r~ despu6s la tuerza que devenia complotamente ~nrginal a la estructura com­
rOQuerida para mantene. - la :Luna en BU 6rbita Con la fue,!: prchensiva propuesta por Descartes, en cuant" '1'J~ la SU,8
ma de gravedad en la superficie de la tierra y encontr6 tancialidad de la "roe extensa" daba perfecta cuenta de
una correapondencia satisfactoria..... (9)
201
200 de la constetaci6n empírica, lo que. deede luego, reeu!
este fon6meno ein advertir la complejidad que lo envol­ taba para Descartes algp completocento innecesario, el
vía por si mismo, d.e forma que la constitutividad del ejemplo m!s relevante de esto Gcaso aoa el de le desco~
movimiento como tal no aparezca mediatizado desde oau­ posici6n del espectro luminico frente a las afirmaciones
sas metoffeicas, sino, espooifioa y nitidamante, envue! cartesianas de que la luz ee propaga instont6neamente
to en una explicaci6n causal absolutamente terrona, tal cita (15), a la vez que las implicnoiones derivadas da
cual ha sido antoriormente descrita y que se nos subra­ , la cuantificaci6n de la velocidad de 18 propia luz, as!
ya por el miBtlo tlewton de la forma que seguidamente se como la oyoaici6n corpuscular nevtoninna a la concepci6n
refleja. ~as via lnertiat e8 un prinoipio pasivo aro­ ondular de Huyghens.
oias al cual 106 cuerpos persisten en su movimiento o PartiendO del eje de coordenadas supuesto en

reposo, reoiben movimiento en proporci6n a la tuerza


torno a la posible matematizaci6n del universo, de las

que lo imprime y resiaten tanto como son resistidos.


leyes que rigen Aste, como leyes naturales expressis ve~

Con este prinoipio s6lo, nunoa habría movimiento en el


bis, ~evton no deja de colocarse frontalmente y tomar

mundo. Se requiere otro principio que ponga los cuerpoe


posioi6n respecto de la tradici6n aristot6lic0-8SCol!s­

en movimiento y, Uns, vez en movimiento. otro prinoipio


tica en el sentido de que SUB leyes. naturales no pod!an

es necesario para conservar el movimiento." (13)


observarse segÓn los esquemas estereotipados de la arc~

Vf.sta, por tanto, las limitaciones derivadas de na interpretaci6n dicot6mica supra y sublunar, por el
tal consideraci6n se hace absolutamente indispensable hecho de que con aquellas no ee presupon{a ningún mist~
proceder a establecer, en l{noBs generales, .las per8pe~ rio que no pUdiera d~svelarse por se, es~detir, matem&t!
tives desde las cuales tendr' que producirse .1 mov1mien cemente, tal como '1 mi8lll0 oos lo pone de relieve al de­
to como tal, lo que se nos subraya asl. "( ••• ) Tr&s con... cirnos ast, -No considero qU8 estos principios aea cua­
siderar que todas estas cosas. me pareoe muy probable que lidades ocultas, supuestamente derivadas de las tormas
Dios haye creado desde el comienzo la materia en forma espec{ticasde las cosas, sioo que son leyes r;enerales ~.,
de partículas s6lidas, mesivas, dures, impenetrables y de la natural.za por la que se forman los cosas micmas Y
cuya verdad S8 nos aparece por los ten6menos, aun cuando
m6viles•••
eua causas a6n no hayan sido descubiertas. Estas cueli~
••• Tambi~n me parece que estas partíCUlas no s~ des son manitiestas y s6lo sus ceusaa son ocultas. ( ••• )
lo poseen una vis inortiae, acompañada de lss leyes pa­ Deoir que todo tipo de cosas ea~a dotado de una cualidad
sivas del movimiento que derivan naturalmente de esta oculta especIfica por la que act66 y produce efootos ma­
fuerza, sino que tambi6n estan movidas por ciertos pr1n nifiestos equivale a no decir nada. Sin embargo, derivar
cipios activos, tales como el de la gravedad y los que dos o tres principios generales del movimiento a partir
oausan la tormentaci6n 1 la cohesi6n do los cuerpos.ft (14) de los ten~menos, paro decir a continuaci6n c6mo se si­
guen de esos principios manifiestos lBS propiedades 1 as
De esta torma llega el propio Newton a estable­ ciones de todas las cosae oorp~reas, babrIa de constituir
cer las condiciones generales de desenvolvimiento mec! un gran paso en filosotla, aunque las causas de esos prin
oico del Universo, ouya expl1caci6n causal debe balla!: cipios ahn no se hftbieDen desoubieto. Por tanto, no ten­
S9 no s610 en le consid·"Il'8ci6n IDstem6tica de los fen6rn,! e ningóo escr{¡pulo en proponer los principiOS del movi­
DOS por modio de la detarminaci6n de las leyes tísicas, o
miento anteriormente mencionado, vuesto que son de una
sino, ade:n6s, como es p1an8mente prllscriptivo, en funci6n
202 203

como tal no puede identificarse sin m~s con la realidad


aplicaci6n general. aun cuando sus Causas eet6n a6n por total, ya que quedarian as! hechos inexplicadOS que con~
descubrir." (16) trastarfan con la potencialidad explicativa que nos es
ES. por lo tanto, aa!, en funci6n de la antedicha proporciona<ia por el conocimiento metem6tico stricto sen
incGrdin~~i6n subsuneiva de la "ratio ideale" en la es­ BU.
tera de la "ratio mathematico" oomo se va construyendo Dende este punto de vista, pues. nos encontramos
el edificio de la objetividad cognoscitiva newtoniana con el h~cho que la disposici6n del mundo, su "ser-ast­
respeoto de la Naturaleza, segan la correlaei6n tleieo­ y_no-de-otro-modO. depende de aleo que oscapa a todo d~
matem&tica, en cuyo seno loa fen6menos tienen que aer terminiamo cuantitotivc 1 cualitativo 1 cuya presuposi­
plenamente concordantes eon las determinaciones matero&. Oi6n, ein poder afirmarla. COIIIO Deseartes miomo habla
ticae en cuanto que 6stas no resultan de suyo sino de indicado. tampooo ~s inteligible sino 8610 negativamen­
conformidad con aquelloB en tanto talos, aceptandos8 te, de modo que como oonsecuencia toda aproXimaci6n a
clara y tajantemente 01 "vaouum" que subsiste en el eje 10 misma no ea dable mas que en tanto en cuanto la pr&­
de coordenadas metodo16gico aqul trazado de acuerdo oon 8upontmos como plenamente separada de toda realidad ero­
el hecho de que la "oausa sui" deviene inaocesible en pirica, eA decir, colocada por enci~a de nuestra reali­
su perfecta coruprohensi6n como "causa oausarum" ...... A dad, en ouanto que 8010 asl e8 perfectamente. aunque por
si, alinque cada paso verdadoro dado en esta fil080rla parad6gioo que rosulte. inteligible puesto que de este
no n08 lleVl' inml'd.iatamente al conocimiento de la cusa modi) es como la pode~os comprender roalmente como aust~
primera. con todo, nos acerCG a ella. Por lo que ha de oia, a diferencia de la sustancialidad cartesiana que
ser tenida en gran estima." (17) el mismo Nevton pone en tela de juicio en la medida en
que como tal no puede ser inferiblo sin grave riAsgo de
O, como tambi6n nos subr~a el respecto, en otro alterar las condiciones cognoscitivas de la conformaci6n
revelador pasaje. ~Ahora bien, COD la ~da de estos del conocimiento matemAtico, en el sentido de que toda
prinCipios, todas las cosas materialee parecen haber s! austanoializnci6n de ~ste conduce a una dosoirtuaci6n de
do formadas a base de los particulaa duras y s61idaa ~ la propia sustancia 1. por endo, de la omnipotencia di­
tes mencionadas, diversamente B8ooiadoa en la primitivo vina, tal como se nos significa dv la siguiente manera.
creaci6n por consejo de un agente inteligente, pues co­ "Con todo, no hemos de tomar al mundo como el cuerpo de
r1~sponde ol~enarlas a aquel que las cre6. w (18) Dios ni a SUB diversas partes com~ partcs de Dios. hi
es un ser utliforrllt'. ce.rante de 6r~anos, miembros o par­
Es claro que precisamente por la irrecusable cer
teBa que envuelve al conocimiento matem'tico disponemos tes. estando aquellos 'lriaturas suyas subordinadas 3. &1
y a su voluntad. El no ea el Elma de ellas. del mismo
de IR pOSibilidad de discernir nexos causales respecto
modo que el alma humana no es el alma de las im6gines
de la realidad fisica, sin que sin embargo soa a su vez t
de las cosas transportados por los 6rcanos de loo ser. 1
posible reducir toda realidad, ni tan siquiera la pro­
dos haato el lugar de la eensaci6n, donde las percibe
piamente tisica a conocimiento por medio del filtro de
mediante su inmediata presencia sin la intervenci6n de
la matem!tica, como aparentemente quiso hacerlo Descar­
una tercera cosa. Los 6reanos de los Bentido~ l:O tienen /: 0\,\eL':-7~,
tes. Ahora bien, si tal reductibilidad mU'Atraae como las ime.~ í(~\
como misi6n pe~itir al alma la p~rcGPoi6n d~
J

imposible, no hay duda entonces que, supuosto el postu­ ~' \ i"<'"


~
< "'.
·ff, G" < S
lado del conocimiento rIsico en lIneas gonerales, ~ste '.~ ~ r. '\ o
\-;!,
.-.:' J9.::t>
r::::,'
"',?'!a
. ¿ 10TEC."
-,,_.- !
204 205
anAli_ie consiste en realizar experimentos Y observaoi&
nes de lS8 cosas en 01 sensorio, sino tao s610 se lilllitan
nes, on sacar de ellos conclueionos genorB1eD por indu~
a llevarlas al11. Dios no tiene necosid.ad de semejantes
oi6n y er no admitir otras objeciones en contra de eeaS
6rgnnos. al estar por todas partes presentes en las co­
conclUsiones que aquellas salidas de los oxperimentos u
elle misulS. Puesto que al ~6paeio es divisible al infi­
otras verdades ciertns, pues las hip6tosis no han de ser
nito y la materia no eB~6 necesariamente en todas p~
tenidas en cu~nta en la fi10sofia experimental." (20)
teSt ha de concederse tambi6n que Di08 es capaz de crear
particulas de materia de diversos tamaños y figuras, en Oomo e9 ha podidO observpr a lo largo ds este a­
distintas densidados y fuerzas, A tin de oambiar con ello partado es rlcilmeote perceptible, que la oontextura m~
las leyes de la naturaleza y formar mundos de distintos todo16gioa proporcionada por la vigorosa Y enjundiosa ~
tipos en diversas p9rtes del universo. Al menos, no veo 010si6n del pensamiento newtoniano ha introducido una
nada que oet5 en contradicci6n con todo esto.~ (19) manera de enfocar las 00S8a importantes, ya que la pos!
bilidad do discernir atricto sensu la constitutividad
Acogi~ndose a la contextura explicativo-causal en
unitaria, por medio de la lesiolaci6D mateioAtica. del
la QUo se dflsen'lluelve su pensamiento. Newton esboca su
comportamiento de los cuerpos rlsic08 y eatelares, im­
eomploxi6n metodológica de conformidad con los supuestos
plica la panorlmica do trazar una identidad, cuando me­
anteriormente señalados, a travl. de los cuales puede
n08 potencial hasta SU demoBtraci6n contraria, pero sin
pertecta~ente advertirse la complejidad inferida para
embargo completamente operativa, f1sico-astron6mica, i­
mantener el car!cter "en y por sI" que vivifica toda la
dentidad que elimine Y cancele la esciei6r. 1icot6mica
actividad cognoscitiva de l~ "ratio ideale", ya que, en
supra-sublunar que resid1a en la estructra metatlsica
funci6n de la ~Rypothe8e non fingo" debe dosterrar de
del pensamiento su aut&ntica explicaci6n oausal. No ob~
la esfera taxativamente oircunscrita de la objetividad
tanta, conviene no omitir que la radicalidad del ~l~
cognoscitiva Yt por onde. de la Ciencia. toda perspec­ tesmiento oognoscitivo newtoniano no deja do coimplicar,.
tiva de incardinaci6n absolutamente pura positiva para
mutatis mutanci una especie de metatisioa, en cuanto que
la propia idea pura en tanto que esta no se revela mAs
subsumiendo integramente la esfera de la "ratio ideale"
que como "ens rationis~ mera y simplemente. Ast que a­
en la "ratio mathamatico" pretendo res61ver la perspec­
oeptando tales condiciones, se llega, por un lodo, a
tiva "eminenoial" cartesiana. sin que, sin embargo, so
los presu~08ici6n del "sensorium dei u como extrapolaci&n
pueda propiamente hablar decididament~ de soluci6n,
que no se puede autorizor, poro que tampoco se puede n,!
puesto que &sta se hella parcializada a lOG planos ob­
gart a la vez que, por 01 otro, se accede al doiamo, servados, eoto es, a loe planos risico-astron6micos, que
oonfirmando la absoluta oonoordancia y armon!e de las caen en la esfera superior de Ciencias de la ilaturaleza.
leyes naturales con los designios divinost los cuales, como planos objetivos que det01minan aquello que hay que
obviamente, por su intr!naeca transsustancialidad, de­
concebir como baturaleza stricto seneU.
be acordarse con la positividad de nuestro conocimiento,
puosto qua aquollos s6lo son pensl1blos y concebibles de§. ~esde este punto do vista podemos observar con
de la efectividad expresa do &ste, o soa, del conocimien claridad el marco discrectonal que esta implicito en la
to científi\:o propinmo,;te dicho, que es lo que confirma soluci6n Que ofrece Newton en torno a la ol:jo-!;',·,idad
plenamente la contoxtura mctodo16gioa newtoniana."Como cognoscitiva, lista aparece envueFa bajo el ropaje de la
en lBS matem'ticaB, en la fi1osof!3 natural la investi­
gaci6n de las cosas dir!ciles por el m3todo de 8n&li8i8
ha de preceder siompre al ml:ttodo de composici6n. Eate
206 207
"ratio ma~hemntice" sin que, naturalmente, ee pueda de­ ojemplificada de relieve. sentando lss b8S9S do la fís!
ducir de aquí ninguno perspectiva clarificadora que no ca oomo conocimiento oientífico. I~ pronpecci6n similar
sea la pJ~' ¡pia conCltlsi6o de la comprensi~n matemAtica de de otrEt8 8efex'f'ls ciEtnttficao debla ser r~nlizada de a­
10$ mismos fen6menos naturalos. 'fodo 0110 deja abierta cuerdo con 01 e3e de coordenadas cognoscitivas aquí en­
por COT:Jpl&to la puorta para inveatj.gacionas do otra ln­ treabierto, el cuel no era 8010 obra del mismo flewton
dolo, enfatizando ospec!ficamento que en lo que concia!: a6n a pesar d.e significarse sU ponaornionto como cenit
no a la Naturaleza la orientaoi6n de lo objetividad cos de la moeernide.d, por razones perftlctemonte conocidas,
noscitiva debe y tiene que articularse de conformidad es decir, en cuanto representa la cima de la cientifi­
con loo 9Upu f :atoG entrevistos. Dosde luego, tal conolu­ oidad modema a diforencia d.8 otres configuraciones
s16n no pue<!e indic8:::-nOS Una expresa eXplicaCi6n oeusal oognoscitivas del pasado, tal como oos lo aignifica
acerca de la realidod tot'11 que oomo ob3etividad cogn0.l olaramente el propio A. Ko¡r' cuando advierte cata oiE
citiva,tione que significar la meta de acercamiento y A ounstanoia del siguiente modOI "Por tenl.o, hay UnA CÓ­
proxia.3ci6n de l~ propia actividad inteleotiva humana, SE. da la cual ··euton d.. . be ser hecho reapollf!!able -o,
pero, sin om~argo, al que nos advierte que toda aproxi­ por me30r decir, no solamente Newtont sino de ciend.9.
mo0160 a tal meta no puede realiearse 9ino en tunci6n moderna en ~enernla e~ la divia16n de nuestro cundo en
do una eXplicita limitaoi6n de la actividad oognosciti­ doo. io dioho quo In c:1.8ncia modema hablo trastocado
va de modo que la 8cci6n inteleotiva descubra los meCa­ las barreras que eeparRbaD loo Ciélos y la Tierra, que
nismos elusivos de S11 inmediata transtormao16D metamor­ un:!.! '1 unific6 01 Univorl!lo. F.sto es veréad. l'ero. he
foseada en lntelacci6n pura o Raz&D absoluta, determi­
dicho t8IDbi~nt lo hizo sustituyendo a nU08tro mundo da
Dando pAra ~sta una estera cognoscitiva problem&tica y
Qualidadec ¡ de perce~ciones sensibles, mundo en el
co~pleja qua requiera aut6ntica constataci6n 00 obstan­
cual nosotros vivimos, amamos y morimos. por otr~ mun­
te, todo &sto dGvieno en ....ewtoo de modo enteramente mS!:
do. el mundo de la cantidad, de la geomotrla reificads,
ginal. puaoto que, do ninBt1n modo. punde deoirse que 01
mundo en el cual, aunque haya lugar ~ara toda cosa, no
f1s1co de Cambridge se ocup~ de teoría del conocimiento
lo hoy para el hombre. AS!t el mundo de la ciencia -el
aleuDa oXpraseis verbis. mundo reol- Da aleja y se sop~. enteramente del mundo
do la vida, que la ciencia ha sido iTlcllpaz de explicar­
El sontido marginal aludido respeoto de la des­
lls1mialllo por una explicr,ci5n disolverte que llevara unE!
prooc'lpac16n newtoniana, siempre relativa acerca de los
aporionc1a "oubjQtiva". (21)
problemas gnoaeo16gicos es por lo dem'e perr~ctomente
ooherente en la medida en que al opera~ con la base e­ Así, altn cuando hoy sabenoo que 13m; inquietudes
pis'I:emo16gica abierta po)'.' I'lescartes dB por sentado que religiosas tueron muy fuertes, la imagen que se nos hn
aquellos, en tanto tales problomlls cnosea16gioos. se legado y que pervivi6 en su 'pocn, especialmente en el
hallan en unn esfera acerco de la cual la ~iencia nada tránsito del Barroco a la 11ustraci~n, acerca del Bew­
puede dirim:r y respecto de la cuAl conviene ser enor­ ton cientl.rico por excelencia prcdu,16 una e;ran convulsi6n
memente cauto y prudento. As!, pues, ajustarse ex~ltc! en el pensamiento moderno reorientando sus perspeotivas
tamente a. la esfera del oonocimiento cientttico, en la coe:noscit::..vas, !'8orienta.ci6n que pur lo dero4s q~tab8 ro!!.
medida en que noe os pOSible, oonstituye la principal tatie mut.,ndi fl partir de lns conrlioioncs de conocimien
tares a dosarrollar, sef,6n 61 mismo nos la ha pueeto to proporcionadas por la roflexi6n cartesiana.
208 209
La poeibilidad de que DO 8010 fuera posible elJt,Cl I.2.!I.- LA l;¡fLU¡:l¡CI!1 D;:; Lf, m:r011C!,(vlA DÍ': ij!~,·;:¡'Ctl "í

blacor un conocimiento cient!rico stricto senau que. a­ LA G<Ffi!D DE 1.A el nicrA :'rL1TICI'~ !:11 l.A EP5l

dO::¡olS, OOI:¡O oonaeouencia fllora ovidente resolver loe pr,2 CI! o:::: J.-A jJ,ur;.::nAGl{;t1. l,EYEn r:\fF!:aCAS y LF.....

bIemae q'uo el ponr-31f:irmto enti.r,po y medieval no hablan YEn rOl,HICAS.


s~l¡ido l'lorr.~)1·f'nr;er, nbri6 el hori~onte lwata l{mitos in­
Una vell OJEpÚ::l·tc8 lea condicionee Q!J8 bacon p08!
aospcohHdos,siendo el cismo Ne",ton ur.3. pieza fundamen­
blo de.cernir la metodoloc{a cient!rica novtonlena, va­
tal on tRl plantcamionto. Sin ellbergo, adn a pesar de
mos ft ocuparnos en eate apartedo dO SU iutluencia en el
tel le;;{timo ~mtuB!.ssmo, el pensemhmto moderno 00 las
plono aooial , politico, on cuanto loa perspoctivas
tania too8a consigo y su (lnfnmtamiento a toda Una se­
oienttrica8 de 'ate no dejon de depender de aquello. coa
rio de problemas qu.e oonsecueotcl.llento ruoron manlteet'a
d1c10n88 Qetodo16g1ca8. rara ello pI~c.d.rcmoa exponian
d~se d~~ia puso 9. discernir Q su vez los limites con que
do proviOlllente la orlontaoi6n dada por 01 mimo l¡o~tont
squ6l entusiasmo eient11'ieo debía a:tTostrar, los cuales
O~n 01 prop6aito do exponer ulteriormente las orient ac12
vamos seguida:nente a obseI'var, en tanto desarrollo do
ne8 de transtoreoci6n de la roalidad 80C161 Y politica

te.les condicion,..:.s cognocoitiv&et &sl:.o ee, de las deriva.


que vionen optldl010nCldll8 por tal oltruotura cetodo16ei­

das a partir d.:l la critica de Hewton al ponsamiento do


CIl. en aros 8 hacer pos1ble l. COb.,,'tura do tundomente­
Descarto€ , se¡:,'Un ee nos ha puesto de I'elieve en funoión
016n da la ciencia politice etricto 80n SU t .eG6o la oon

de todo lo nntcriorm,gnte expuesto.


cil'1& el penoamiento polluoo de lB llu,Btrt\ol~n.

.!

1.2.'•••• LA onIE11'1'I\CIOR t'i'C:'OOOLOGICA DE NE'\lIl'ON


Et indudable qua a partir do lo aot.oriomente el!

P"ooto, 81 carActor ·positivo· d. la ostruotura metodol~

gica noutonian~ impl103 uno tran.roranci~n Buatanolnl

on lan parauoctivao co~proh.n.ivaD do la objetividad cOS

n~.cit1va reo))ecto dO la eatr\lotura motn'1016g1ca oarte­

alena, sin que, no obstnnt~. Be~eJnnte trnnstorooción

ha:?1l que lntoli¡sirlt1 1JI)1Il0 abGCllut8!!lOnt:e contrnpuosta,

pues. en reBl1dad, lo qua OeC6rto 110 sit,TlU'iCG :::66 que l!


oa prof"umlizec16n, on f'unc16n 10 una GDpfJc!tlca dlrecci6n
obiorta Gn Def¡Cartos, do ln oontcxtu!'n ro10lnn en ln quo ee ~"
desenvuolve el pen!'.laml()n~'o
tilos6f1co de ~ate,
dircoci6n .
e
quo 80 proyecta en plrme. conf'orrol,:'\ad con r.l e3 de Coor­
denado8 que rOl' ndvinrto de la oomploji!tsd de sustantivar
atrjcto 8onO~ 01 conociml.~to proporcionado por la mlsae.
"rotio ldvol a " euo.nrto, mlltlifioetnClE' ItO. 6sta no se pro son

ta, a ?O~Br del raourso ansolrolan n • 6~8 qua ~~ ~o ano­

ponitivo" o. al so profióro, ten 6610 "poeltivumente 1nt.l

lcctual", do 10 cual,. vord'ldero!llente. no DO puede concluir

210 211
nOClldo on ;lodo aleuno, n1'O oata't'(;o sl prot.,·ntobo ciertos
su etoctivn roalidad quo, jUBtnrnonto, e91~0 Que lo con­ ~elo8 n6giC08 que no :0 ne~itlBn 10 tronsyarencia india
viorto en un plano 91nto~Aticamente "eminencial". peY'1(!Hble para deter';1oo.r Elx¡¡rosoio vorbio o aquolla cor­
1,a nocooidad de oI'!"adicar semejnnto conooir.lionto
teBa cognoscitiva, lo quü. dicho 800 de paso, n08 poro1­
ta, por ou porto. or.1vnrt,lr olornmcr.te la cuesti6n ¡;¡otcdg,
CODO hip~teci9 de la cual nada puode dAclrso ~orque ev!
16g1ca n_wton1ona en 01 ejo de coordenados 0'0 el que tiA
dontomente, tal Buponici6n Cao tucra de nuostro radio
ne que desenvolvorso, ajuat6ndoae c~11cit8monte al ~Br­
de acc16n y, por lo tanto todo lo Que de ello 8e dica
00 e.plrico-cauea1 da loo ten6man09 naturales. AS!, noa

no constituye 06_ que una utilizoci~n no autorizablo,


lo preoont8 '1 miBOO, en OUS "ner,ulao pbiloaonphandi- .0,2.

Conduco o dejar al margen tales prosupuest09 ~ a operar


niocada. al principiO del torcer libro de t".l8 l"RnrCIl'Uf.­

eepoctrico y ooncrota~onte con 01 marco de oonocimiento


en lae que dirime 108 aendea a s.~ir ~or la inveoti~a­

efectivo QUo podemos inducir del an'11818 de loo heohoa


ci&n como condicionoD do conoeioionto vero.a , exacto, lao

renloe cono oxpreo16n do lo naturaloza, de teltorma QU8


C\1aloa •• n08 reflojan de la siguiente \Ilenoraa Regula la

8610 acogi&r:dose y l1oit6ndoee 8 tales eotoras'es como


-De lea 08uae8 de laa cooa8 naturale. no se deba admitir

se haco posible dirimir con certeza un conocl~ionto Que,


mAa que oQu"ll~o que 800'0 verdadera8 3 ouficiente. paro

por lo deo6e, nos tocilita la evidenoia eo 01 plano ti­


eXplioar sus mismos ren6menos-, Regula 111 Wfor ena re­

eico-natural stricto aenou, icpidi&ndono8 caer en el : lA


.6n, on la medida en qua oe la8 encuentro, 80n oaigpnda8

borinto dol wdeus docoptor" cartesiano, quo •• procisa­


caUDOS a 108 efoctos naturalos del miomo etnero -, Regula

mente lo Que reprosento la meta aupreoa del sendoro mo­


1111 -Las cualidades da loa cuerpos que no puedan auaon­
todo16g1oo nowtoniano metodo cuya proyecci6n al futuro
tar ni disminuir, 1 que 80 refieron a todos 109 cuorpoa
quoda plonamento abierto on tuno16n do la cnuelan y sa­
on 108 cuelea S~a lIcito instituir experimentos, Bon te­
~ontta qua otr0ce rospecto del 9ucodicho plano COgnODO!
nidas por cualidades de loa cuarpoa en goneral", Recula
tlvo, pormitiendo expandir BUS ?rosupuoetoa metodo16si­
IVa "Ea til080rla experimóntal, 18S pro?osicionoo de loe
coa cuen(lo Clonoa I\ebido a la se~ridod QUo expidO, "'ro­
do 01 siglo XVIII ha comprondido y admirado en esto Den
ren6mono~ cole~ldB. por inducci6n, no obstante 108 bip6­
ted8 contrariaa, deben tenerse por oxactos o aproXimadA
tido lo obra de Uewtoo. Venera en '1 al croo inveotica­
mente verldiooB, hOtita 01 1D0tlonto en que ocurron otr08
dor ooplrioo, poro 00 60 pnra en Goto, sino Que subraya
too6monoB que 10.8 heton 0'8 oxact68 o lo.o Bocotan a ox­
aierr,pre, cade. vos con mayor peootrl1ci~n, Que Mewton no
0610 ha dado roclno tirmeo y duradoros a la naturalosa, copcionos". (2)
e1no tf1l:lbión a lo tH9soI'ig. W (1) I:.vidontor:Jf.mto, la modelooi6n d0 lo estructuro. lile­
todo16giCB dorivada do ",stas "Reeuloe pl1llosoPhor.dl" coi!
Ad, pues, partiondo do la critica a Oescartes
pUco un comb10 de intarprotl1ci6n respecto do la cortolla
en tunci6n de lo kposibil1dad de unlf1cnr ospocto y ti,!
cor,nofioitivo do modo rRdioal, pUGD con neta claridad, no
toria por Ilmdio do la Buatanolnl1r:8ci~n do la "ox!:enoi6n",
se puono prerJuponor yo ein ",68 ambor,eB qua el pOflGnn1on­
NOlllton pl1000 discernir con nitidoz tonto 18 validoz dol
to BO activa a 01 m15f.lo, sino que, nnturollr.90to, dobe bu!!.
plano de la "ratio matt1oDotice" COl10 lo vali¿oz otor(\a­
cnr su lncnrdinnci6n cognoscitiva en tunci6n de una rofe­
ble el plano :8mplrico, on tunci&n, a su vez, dol rGou1:
r('ncin ocrp!rica a trov6s do ou"o tiltro se hO{>8 posible
80 oontrnetndor y voritlcodor, corno condici6n de objetA
ln sUlJodic!u! c,."rtozo coC;no6citiV;" por lo que. on obllra
vided cognoscitiva que, si bien en Doscartes no eotaba
213

212
da consocuoncio. no SG puado ovitar ni oludir lo oritioa
o la cnosoolor,lo innnti.~. cartosinno que, on reolldnd,
materla, ttowton lo ai"ada la aolide..
ft
aBS contrndico1onoe. ( , )
ü.
Descort.. aaegura que .610 la ext('lT"8i6n hoce la
1
aqut unaa tur st

8e conviorte 0n lo piodra do toquo 'lo toda la nueva O&~


En el .8no 4. esta p016mlca, lo que conatitU38 su
tructurn rentodo16clea newtoniono como objetividad oogno.
en~rc~, pro~lamente di~lO, no os otra coea 8ino la noc2
cltiva 110 lo dolco-natural. educa que llovada a cabo
sidad, subyacento en lo matodologla nawtonlono, del ro­
~or Locko. Com:"> 08 Mbido. da.1a ontoromonte abiorta la
ourso Indispensable para estableoer toda objotividad ooS
n08citiva rGpro~ontodo por lo rotor.neia o la experien­
pol6nicll dcootodo pé>r lo rofh"xi6n nowtonlnnn, do torma
Qua se pod!a concluir con Voltaire aet. -Un trano'. qua
c1a, lo que, deado lueso, en Dosoartee aparec{a volado 7

lloga a I~ndroa encuentre les C08a8 auy cambiada. en ti­


oculto por el concurso de la bip6toai8, c~o ori~en o~

loaorte, 001:10 (>n todo lo demA•• Ha dejado el mundo lleno, pllcotl.o no ruede ballarao mA. que en la outo-activldad

lIe lo oncuentre vaclo. .En I'ar!IIIl, 8. va el Universo oom­


oogitotlva, como 8urgiendo por •• de au propla interiorl
i>ue~!to de torbollinos do motorlá eutil. en Londrna no ao
dad, colocada trente a lo realldad, a diterencia do lao
ve nadn de eso. Entro nosotros, .a 10 p~81&n da la luna ta
propiedades cognoscitivas impllclta8 on lo .otodolOC
lo. Que ccuen el flujo <1el Der, entre 10. ingle.e". e. el newtoniana quo bincan SUB rateo. varitatlV8IJ explloite­
mnr on quo gravita hacia la luna, de tal torme que, CU~ ••nte en la neooeidad de operar ab OVO COD la experioncia,
do oro&ls que la luna debería damOD mar.a alto, aooa •• partiendo por dlatinc16n entro el oD~.ciO 1 lo matoria,
ñoroo oreen que debe hebor marca baja, lo que daadlcha­ do tal tormo, pues, quo la ropreBantaci6n de la dlvlnlda4
dOl:lonte no pUO(18 ver1ticarsu. puea habria he·oho falta,
qu.~aa. rosguardada de toda aoapocha de lncordlnaoi&n
poro aolararlo, examinar le luna 1 lae m~re8. en el pri­ real que, en 41tima lnatancia, no oondujera a ninguna coa
mor instanto de 18 c1'Oa016n. car.o matoria11ota da lo. lIli$lllO, al podor Bor concebida
iAo
rlotor6aie ede:z:4s que 01 801, que en Fronc1a no iJl oomo un aGUa ex machina, tal COlllO 80 n08 .ei'lola por O...
tervione pero nada en Gnta asunto. contribuyo aqu{ por .airor do la elguleoto formal .~ contro.p08ic16n entro
lo menos en uns cuarta porte, Dntro vOBotroo, cartosianos, 188 dos oonoepciones que~ba claraxonto definida 1 oxP~
todo IlSUcede por 1I1;pulso del qUe) noda 88 oomprendo, en al eoda 00 un conocido t6piOOl ora la roaooi6n oontra el 1111.
Sr. NevtOD. e. por una otraoci6n ouya cauea no 8a cono ca teriallsmo de Descartes, quion oonviorte la oxtens16n on
mojor. r.o ¡aria. 08 Ugur4is la tierra heoha un cel6n, en materla, tretibaa. de dmaoatrar en oontra d.e Gato, 01 ca
r~ndre8. catA nplastada por los do. lados. La lus, para
rictar .eplrltual o lncorp&roo del copacio. 6610 cuando
se lograra eeto, podr{a conalderarse verdaderamente dl1R'
un cartosiano, edsto en el aire, pnr9 un nowtonlnno, vi!.
ne del 801 en .ole minutos y medio. Vuoat"a quimioa har! oidada la disputa entre 108 interesol rollgiosoS y la la
todes 8UO operaciones con leidos, bases y materia sutil, vestl~9c16n empIrlea. el anll181s mato~&tlCO de 10B cue&
pOD 1 de OU8 movlmientoD sa convierte, sal, en medl0 pa­
la atrnccllm domina hanta on la quiclea 1nsle8s.
ra el conoeimionto al. profundo de Dio. Y da sus atribu­
La oaencia ¡;¡if.¡::¡a ele la8 coeaa ha cambiado total­ tos.... (4)
monto. No estAr610 de acuordo no el.lbre la derinlet6n del
De Gata manera, pues, podre obtenerso una rola­
alma ni sobre le de la motaria. Doscartas osq;urn que 01
81ma se 10 ¡:¡lomo que el peTloamionto, y I,ocl:o p!'Uovn boe­ 016n eapoctrlca entro 01 principio 1 los hochos, entre
tante bien 10 contrario.
214 215
mismo 8u3eto cognaDc.ntO quo, por tonto, ~'3ra ~oder ee­
la causs y el efecto, en l{noB8 genorales, por cuento 8e tablecor dicha re1ac:~n no puedo disponer máa que del C2
dejo.bB al Iilorr:en todo dOr.llalón respecto do la causalidad nociQlento derivado de la antedicha contiguraoi6n do tal
de le celJe~ que, noturnl!t.Qotc, devon!a inaccosible • ie­ rolao16n Y no de interioridad algune que la ~ermito apri~
nota, a.1uatAndo80 exoreaois verb18 a lna detomineclonoe ricamonte semejante detorcinaci6n rolacional. ~ articu­
QUo nuostrss pereepcioneo noo prosenten c~~o ten6u.ono8 1a016n do tal roloc16n tiene ~10S que conducirse de con­
como condic:l6n do intorprotaoi6n de la exporienoia y do formidad oon 108 presupuostos Que la hecen poeiblo Yt por

dirimir parB 'oto un ototUB de obje1.J.vidnd eOl;'lloooitiva, tanto, en runci6n de vortabrar la actividad del rone8Di~n

bafl'ndonoll explícitamente en su conecJreo y dojando al en tunci6n de la intollcibilidad de aquoll o que lo suci­

I!larr:on lntorpretacionen "modilldoru" de lila cuolee no s.. nietra el matorial del mi800 pensamionto, 08 dooir, la 0&

bomoe par 80 nada y de 198 cuoles entrovemoB eu neceoidad parienc10, cuyo oriCen, pUGa. debo situarae do acuerdo

ton 8610 en func16n dol autootorgam1ento de cognoBcibil! con loo dictAmenos do lo peroepci6n .ensorial, como rolA
dad protendldo por la pro~i. autoootlvidad oogitatiYa a1n 0160 bipolar que asoguro le unidad COGnoscitiva que os
Que. 8in e~lbarG(), podemos ooncluir otro .tatua aaiBtl8ble 10 que permite ostablecer una ~srerft de ObjetiVidad ple-
que no Bes el mora~ente nogotivo desde el exolUloote p~
no dol simplo pono301ento, tal cual •• nos pone de mani­ Da.
tiosto por el miooo A. KO¡r6. -Aal la eienola newtoDiana. 1.2.'.b.... nOBm::s y I..A nF.cm,'CIOtl DI,':L FROm.Hf,A rOLITlCO
aunque 118..'18 roeDunclefl0 en tanto quo tl1oéotla matem'tlca m LOOKE.
de la naturaloz. a la inY.otl~o16n de la8 oauaoa (tanto
precedentemente a la critica newtonlana a Descar­
ti.icas como metatlsicae), aparooe en la bintoria oomo
te. Y b0080 oomo condici6n provia dé lo mlema, en tonto
fundad.8 aobro una concepci6n 4inAmioa de la cau6ftlided
contlnuaci6n da toda una corriente tilosbrlco do opooi­
tlelca 1 como 11sada a una motatialoa teleta o deiata.
ci6n al autor del Discurso d81 M'todot como consocuoncia
( ... ) Une .ee !!lAa ,,1 libro do la ti.tural••e 'Pereota reVJ.
do la intorveno16n dol 1'. Meraenne quO envi6 UD e3emplnr
lar 8 Dioe, un Dios ingeniero ••ta v... que no solaoente
de l$a V.odUlOo10ne. hetottaicae pero. BOr comentado. 110­
habla tabrioado al reloj dol mundo aino quo dabla conti­
bbeG tuvo oC&8i6n de (to.arrollar orttioGlllento sus proau­
nuamente vieilarlo y cuidarse para reparar aU mecanismo.
puestos tilos6ricoB en clero contraste con 108 de D.r.C~
81 fuera nocesario••• El desarrollo m18~O do la oienoia
novtoniona que descubrh gradualmente la habilidad. OOD8l! tea miamo.
meda dol Arteoono dlvino y 1aa perteocI0n•• inrtnita. de Ad, alta cuandC\ vata po16mi.ca no hoya sido V81o~
su obra, dejabll coda ve. monoe lugar a 1. 1ntorvonci6D dA en su inexorablo relevancle, ea indiscutiblo que la
divino. El rolo3 del mundo tenia coda .es ~en08 neeouidad opoe!o16n hobbeelana oobra certB de naturaleza 1"ronto al
de Ger reparado o arreclodo. Una ves puesto on movim1ento rnoion~lismo con una enjundia tan ~goroBa como rODult8
tunc1onove para 8i9~lpro. Una vez eumpl1'li1 la obra de la ser su argutnent8ci60. Esta, en tonto tal ar~entaoi6n,
Crtlaci&n, el Dioe de "~wton ( ••• ) no tonta onda mtl. quo corre paralelo ~on 01 becho de lo imposibilidad do fijar
bacer en el mundo.- (5) la realidOd o contonido de les ropreeentooionoe concep­
tuales do modo Qorn~onte racional. en In modida en que
Si por conaieuicnte, 01 o('paclo y lo ffiotario oons­ oe neceGorio advorti!' to(la una Borie de otroe tactoros
tituyen dos cotoroa 41torantes, aunquo roleclonndns, le
IiUfIcrite roloci6n. pUGO, debo orticull'l'OO on 1'unci6n del
217

216

omitir tal condicionalidad ~ como conoocuancia de ella


qua, inoidiondo dirf!cta~o:1to tallbien Gn 1'\ tomo.o16n de rooulta inevitable, tal como noa lo 885010. el propio 112
aquolltl 1'ei'resentoo16J eoneout;unl. no puedon 80.r dejados bbee, advertir 10 8iguiente. -for lo qua respocta a lo~
al morgan CO!:IO lo roquorlrtn su 801uci6n pUr8~¡¡·Jmt. 1'801,2 r en l!l8.Client08 dol hombre quiero oonoider8rloD on primor
oal. t6rmino a1ogulprpgptt••• §ingulormpnt! oada uno de 0110.
•• una representaci6n o ~ep~ de clerta cualidad o
Desde eate punto do vi~ta. puao. 01 tundamento r¡a de otro accidente de un ouorpo exto.a:ior a Dosotroe, da
cionaliata del conocimiento, esto .a. aquel que hao e de. 10 qu~ oomdnmente llamamoa ebJeto. Dicho objeto aotda
corgar 01 peeo de lo. vorocidad 40 la ropreeentael&n oon­ .obre loo Oj08, oid08 ~ otl"88 partea del ~u.rpo humono.
ceptual sobre IR intaligibilirlad incontroYertlble que ~ por 8U diver8idad de ectuaoi6n produce diversidad de
funda el "mol-mlme". tao olaramente indicado por el pro­ apartenci... El origén de todo ello ea 10 que llomamos
tenor F. Lled6, no puade elUdir en eodo alguDo fU propia lIPaaol6g Can etecto. no exiete ninguna cenc8?o16n en el
centlictividad en la medida en que tal inteligibilidad intelecto humano que enteo no hoya 8ido reoibida, total­
no e8 duoña de si mioma mI_ que como cona.ouencia de poa monta o en parte, por 100 6r~ano8 de los sentidos). Todo
tular eu acceeo • la idoa pura desde .1 miaaa, oa deoir, lo dem6. doriva do e.ta alOl1lcmto primordial. <••• ) La 1­
dende la propia intoligibilidad propiamente dicha, 10 que aaglnaci6n qua .e produce en ~l hombre••• por modio de
no da coao reaultado aec:dn ya ••belllOs 8ino una cOIIlpren­ palabras u otro. 81~oa voluntarios 8S lo quo t.onoralm~
816D ftner,atlva· de tal idea pura. en concordancia oon lo. te llomamoo !ptsmd1pl1on3iSh que es comim a 108 hoObrea '1
limites anejoa a toda inteUgibilidad htmaDa. tal oomo lo a 108 animales.,. El entendimionto que 88 peculiar al
revela la pro~ia conticurBci6n de la rotlexl&n cartealank. hombra, no es 8oleoente co~preD8i6n d8 au voluntad, sino
de SUD ooncepOionee '1 ponsamiontos, pOr la euceal&n ~
.í:.n eate oentido, no es pa8ible soslayar que la coa
agrupeci60 da los nombroa de 181 coeas en afirmaciones,
diei6n ineluctable de asentamiento de la co~rtura de ~
damentaci'n dol conocimiento c1entttioo en aodo alguno DeCReianaD , otra. torma8 de o~vro816n.
puede colocarso sobre la vuelta sobro el .1~a de la act1 Por S9.peocBtnoil o JAt12 do ~oneomionto9 oompran­
vided intol~otiva. 1oepojada de toda reterencia omp!rioa, do la BUceei&n de un pensamiento a otra, e8 lo quo, pGr$
~a qua do oste modo no 69 hace .&8 que tornar a un oiren­ distinguirlo dol discurso on pelabra.. denominemos ~
ll) v1c1('1so, 11'1 naee8ided, por tento, do tener en cue'ta cur§2 mept!l. Cuando UD hombre pioDsa en una cosa cuo1­
la base del conocimionto Como tal obliga • no eobrepaoar quiora, su pensamiento inmediataoonto postorior no es,
el .tmite eopociticGmonte i~pu••to, por aquella reteron­ en derinltlva, tan cOGuel como ?udiorn perocer. Un pen­
cia omp{rloo. le cual condiolonando toda conotruce16n p~ samiento cualquiera no euce,le a culllquier otro peneem1ell
re ~, absoluta por onde. del conocltll1onto prop181llonte di to de mOllo lnd6rerento. 1"101 lIIieoo 1010:10 quo no tencmoe
abo conduco inexcu(wble~otJto a discornS.r un tipo de intA 1l!1~t"onQG, a no GOl' que antes ho,8DlOS tenido senaaclones.
lielbi.ldad Que en modo alguno puede ser autoautlcionte. en conjunto o en pArton, as! tampoco tonamos tranaici6D
de una imafSOn 11 otro 81 f)lltes no 1.. hemos tenido en nue.
1.a eurielencia do la intelig1bllidad, ('ln el caso
de que ceo posible oGtablecerla COIDO tal, procisarlo oon.. trae sansacionos.- (6)
truirla ain que E\I3 r'ueda aban'lonar la l'Ofor<mcl0 eup!rica SUjO!;OCi, por.' tonto, o loo condiciones iapuestae
eub¡ooento, como condioi6n ln<I!spenec,ble de otor{';nrlo va­
lideB Clor;noscltivb :¡ operativa. 1::a, pues, !)OC98nrl0 no
219

218
al menoS apor€nto~ento, la posibilidad do un nexo cau­
eal en tunci6n de loe onloces 16gicos toda ve. quO 80
por la reto!"oDo1a olll.,idca inoxcuGob10 no J.J posiblo d1 admita que talos enlocao l&r;ioos no puedan articularse
rlmlr par~ lo intollgiJilidad propla~ente dicha otro !Un slno de conformidad oon oritorios roales, 08 docir, con
demento cauDal excepcionalmento 01 que ce doriva do la critorios ~uo aludan el enGaño. la Husi6n acerca dé la
miema en BU rororonoie om~tr!cn etricto bonsu. I~ claro propia realidad humODA, la cual para podarla concldoror
en~onca8 qua "deo-suBtancialiaado" ~oda inteligibilidad, c1Qntltlc~onto requerirla encontrar 01 púoto do inflo­
al modo oomo reou1ta prosorlptiro para apoyar lo rete~ xi6n donde lo triooi6n entro lo singular 3 lo unlvorsal

oia omp{rico, la vorac1dad, • su ve., de 1. mloma iotel! no apnrascn coco tal, esto 80, donde la tragmontaci6n

€ : ibilldad dnbo entr&ntarso oonsigo mioma '1 en tal s.nH.. de talos esferol no oea noc••arl~ente presoriptivo. p~

do la conet:rucci6n cognosaltiY8 no puede otal8'1sr la Pr.2 ra ello hay que enfrontar la cuosti6n en torno a la ea­

l·,e~3tlca impuosta por la iU8sinacl&n on tanto aotividad Oi816n qua oe produce on pl ponsamionto antropo16gico­

unificadora de pon&am1ento .que '1a ramiten siempre aonea eecollstico , que hoota oierto punto pervive on Doocar­

riolmonte, 8e8 dirocta, BOO ln~lreotamont... en la medi­ tee, en torno a la imposibilidad do comprobar por las
da en qua descubrir la Qsoncia mioma del obJoto no e8 ~ oonduota. .in~18reé la universalidad dol Dien Supremo
da do modo a~ri6rlco. que •• pt08upone como ftn 1 meta de aquollas conducta8.
t .... necosidad, puos. de ajustar tal Glilcis16n ea 000'(lioi60
lJeI',do Gata porpootivo, pUéa, 10 articulada" del indlepenaoble para la posibilidad do plantear cientttl­
nexo cauDol presenta toda 8oluci6ft coorce del miomo como cemente aquellas esterse cognosoitiVOS que envuelven la
eminente y malmente c~~pl.ja, en cuanto, el'mnnoD aparan aotividad hool).no., social '1 polttic9."!lente. 108 cuoloa d.t.
tomen~e. tal noxo causal no deja do moatrer.e como un baa
ban mootrar BU noxo causal de modo indisoutiblo, BiDi­
do rolnc1Qnec. Din embargo, a posar de que 'ete •• una laraonte a como el conocimiento mat~'tico noo da cuen­
cOl,cluei6n porEoct8l:lento lnferiblo del plantenmlento o0D.
ta do lo realidad rieieo, '10. qua, al menos, el hombre
dicionel a nive1eo clent!ticoe derivado do la ooncepci6n puede ser intorpretado como un simple "punto". cuyo de­
hobbesinno, d~ acuerdo 8 BU poslci6n crltioa trente a sarrollo singulor 08 incomprensibla ai nO ae odviorto a
Ue~ónrt.o, BU onunci6n nn ero en modo alnuno factible dA
partir de los condiciones univor~Blo8 Que Bon nocosarioa
bido !Undomentnlmonte e lea condioionae SUbyacentes de para SU propio dooorrollo, oondioiones universalos 60tGS
sUGtOtlcl01be.ci6n que 01 tíodioevo aun proycotaba liobre que adeoC,e de sor imprescindible discornirlao a partir
ltu' ooncienoias do los ponsado",8 del Barroco. De\1er in­ do uno generalidad oporativa Que, por tnftto, no puede
doteroinndo el nexo causal, toalndolo como un he. do re­ sor ninGÚn Bion Supremo opr10rioamento estableoidO, si...
100ionoo cO~plOj8St oonotituta una e~tro~01aoi6n intole­ no aQuollo que DO infiaro do IBa proviO. orlontQOionea
rable. sobro todo cuando el oon~cimiGnto mntemAtico moe­ icpltcitoo en lns conductoB buaen8o. 00 osiciSDO noce8~
traba 16cid8!l1onte lo poslblU~Ie.rI oporativo dn una CAUSO­ rio constituirlos OXOhlOlv8lllonto on tunoiiln do tales o­
li<tad -cuya ontructurtl fo:n;101 ~dn no "O haM.1i despo.1o.do, rionteclonc,s. en 1& medida en qUé nU generalidad c02Ilm
como di,limaD, d O . 8UBtftnclnliriad, tel COl:!O pontorlor­ ret'.resente no Bolo una rt'lforencin emptrlcn neta, "ioo,
mGn~o 110 hart. de I!!o,lo claro El lrre@ragablfJ, 60[;-60 t~ndr.l
sdoc:AEl. un oritr.lrio seguro d.9 asont8I3ien'to del nexo call
moe oco~:i~n do ebt'orver-.
r,nl cienttt'iC811:(·nto v611rlo
....ontando CClO la im,1rescriptlblo cOr1;"zn inhorente
al c()nOeitllelit', r.ill":elitlco 08 posiblo ontonces dibujllr,
223 221
Oho a la CODa en cuesti6n. En ereoto, quien ronunoia o
Tal punto de intloxi6n deGde 01 que lAglcamonte
abandona eU dereoho, no da o. otro ho~brO un de~Cho que
seo. correcto olu(.\lr le susodicho triccitlo o tra("'monta­
eoto ~lt1mo hotlbro no tuviera antee. !to hey nodo a que
c16n !lOorea de la reol1-1od antropo16gic8 que hay que
un hoobro no tonfa dorocho por naturalezas nolamonte s.
tomar eOrJo nUllto ¡lo partida no puedo, entonces. ser o­
aporta dol oamino de otro para que 6sta puodo gozar do
tro mna quo aQuol quo 90 nos manitiesta a tr8v~8 dol
BU propio dorocho original sin obGt~oulo suyo, ;y oin im
11l6a rod~cal er;OiClmo hUCl8no, on 10 modlda en que el hoa
br~ no tiene ra~6n alr,una para renunoiar a nincdn der.! podimento ajeno." (7)
0110, a e:!oopci6n do lo de eu propio porjuioio '1. edn Toda vea que ~o adviorte la nocesidad de r~culo.r

os!, te:o¡mco ronuncie, evaluando 11101 188 eor.secuonCia8 la vida socio.l oomo 6nio8 contrapartido quo haga posible

derivados ca leo sot1efocoioneo eoporoda8. Una convi­ evitar el eatado natural, o aea, 01 ootcdo que decido el

vencia do este tipo encapa a toda presenola i~ediat8, -bel1UD omniua contra omne5 u • por cuyo intermedio eoa

pero ello no quier¡, decir que no ••• 16g1oamonte corr0R. to.otlble reconvertir el cor'ótor del "homo hominia lUpus­

ta proeuponorlo., en lo. modida en quo no aolo S8 puode en un oarActer dondo impere la sociabilidad, dando 108

ea! dar cuenta de loo heoh08 roales qua rigen 108 orie.a derocho. ;y cOllaecuentément8 los doboros 8ptl.1'CZean neta­

tacionoa de lee conductas huenona, 8ino ademA. no DODl~ mente de_imitados, ea claro entoncOD que lo dooieivo al

;Yf¡r tel roalidad en ara. a destigurar lo que Gonat1tu;ye respecto viene a eer dirlD1r la estora de ejercicio de

exproaamento el m6~1l do aquollas conducta., eu donen­ la .obaran!a on la medida en que 0010 ae! se puedo dar

tronado ego{sClO. Ello os lo Que represonta tonto el 11... aquella roeonverai6na "Dic.eo que un ~gt!d2 ha 8ido ~

mite c~o el m&ritn (ie irrocueable valido. que tione el ¡1tp1dg cuando una multitud do hombro. convivon o pao­

an~11.i8 sooio-polltioo hob t 'Ge1ano, en cuanto eleva el tan • .W!. l!!l9. 09n ~!lll2t quo a un cierto J:o¡:¡bx:! o a­

naxo ceuonl hasta su logioidad interno ab80luta deede IEltA 1\! bOmbtlft ea lo otorGBl", por ma;yor!at el ~

donde en ox-pl1cllblo rundadamonte tonto la deaoompoeío16n ~ de E'PresontRE a la persona de todos (e. doo1r, de

de la unidad medioval de la torma de vido. como el sur­ S9r eu rOPf900nkente). Oeda uno de ell08, tanto los que

giniento de 1018 condiciones 1'101 universo modorno, en han IS!tw!g Jm l2I2 como loa que han votodo !!! 29ntra , de­

tanto tro.nalc16n inovito.b10. be ¡ut2r1 zat toda. 188 aociones Y juioioB de ooe hombre

o floaoblea de hombroe, lo misoo que oi tueran G~OO pro­

Una vez quem OODO henos dioho, ho,y quo toanr el


piOD, 01 objeto de vivir apaoiblemonto entro e! y eer

er;oismo hUll:ono ccn:lO una oood10i6n inaoolayablomonte u­


protecidoD contra otroe hombreo. (,.,) .fe ~n virtud de

nido a toda conducta hUI'Jo.no. 98 claro qUe) la pol\ibil1drtd


esa ínetituci6n, autor do todos loa soto. ;y juicios del

do vertebrar uno situaci6n roal dondo la convivenoia 62


sobarauo inatltuido, roaulta que oualguiera COB8 que 01

ela1 ee haGA lectiblo tiono Que venir dada en boso • dA


Boborono haca no pU9¡)é conatituir injuria para nincuno

r1mlr lee Cll!oro8 de dort'chos ;y deboroo do la mlsl!lo, ;ya


de suo st1bditOB, ni debe ser acuDado do injuL,tio1a por

Qua solo de oato modo éll 0000 de puede r;orontlsar aque­


lla oonvivencia 800ia1 por dondo loo hOl'lbrOfl so venn o­ ninguno do olloe••• " (8)
bll(;!ldOO (1 ronunciar 1) sus derechos ilimitvdoo que el U. poder del Sobaro.uo ee absoluto. tlo es posibl.,,-·---~',-_ \
er;olsmo natural proBer>tn con~ontomontol "... BOlluos!U protesto: ninguna por parta de 108 e6.bditoe t:rento ~.{}Jj"'\\'i'J).E~~
un derooho e cierta O'!:)S8 es slRspo;lClrpe ti s! miel::o de la rnis~oon la cedida on quo 10. aquicOConcia otorgado
\~ cr" ~~"
'~\J
liber1j!d do lr.¡podir a otro el bc-nefioio dol propio tlero­ r::r:
~,~
\?
t.
'J.,
;A.'."
$'1
1 !

,'o /

. ~
"""

222 223
sensualmento al mi9ao ohlles irreversiblemente e la acoa conoebido, Go~n do oomo resultado la consolidaoi&n del
taoi6n de aua doai.r;nios. Er<t?s deeignio8 dorivados do le poder soberano atricto sonau, obeolutomonte por onde,
volunt9d del Bobornno no son de SUJIO mAs que lo conoecuen ea d.oir, 8Uotanoializado n ~oenr de todo. No vamos a
(lie de su poder irrocusabllt, 8 cuyo trav6s tle 88&Gt:,ra, entrar a discutir oquí lo convonioncin d.9 tBl hocho de
pu~et el noy.o cauool inforido de aqual fundamento l6clco modo coeplete.monto aborco<lor res!,octo do la problemAt!
articulado como intel.'Pretaci6n entrepolAgiea. Tal noxo ca subyaoente. T~ eato 8ontldo, lo quo orionte nUGstro
COUE:ol, -!c:r;de dondo ea vertebra 16r.;lelllllonte la cont.:rtu.... inter&. especItico .s discornir l!' bese condicional'
ra dol llo:,!or po1!t1co, dal podor sobor/.no. en tanto lel!J. desde la que 8e ya a edificar 01 aieteao pol{tico Locks
tir:d'led y l&¡:al1ded irrefraceblo., ea lo que pemite dar ano en la madi<!. en qua rG8ulta lIer la mAs ~ntente mu0a.
801ucign a aquel estedo natural y oonti~lrar la 000.8.1­ tr. de la problomatloidad cousal derivada del terrono
dod do ln orlentnoi6n explíCita del poder pol{tlco, como polltico propiamente dicho de la estructura metodo16ci -
e;je gravitatorio del morco do la oonvivencia 800ial, do. 00 newtoniens. problomGtic1~ad caueal quo en modo alr,u­
de donde &sto se har,a pooible 1 real, en lo medido en no 8ignifioa negoci&n cau801, sino complojidad respecto
quo de roete modo so concibe une carantt. inexorable para de 18 especifioidad de la causaci60 eatrletGmonto oona1
los derechos y debores de 108 e~bd.it08 00 .tunoi&. de BU dorada, ~8 decir. en la modida on que no ee posible BU~
sOIlIeti:r.icnto al poder 8obersflo. • ••• r.a inherente a la sumir sustanoialmonte Y por onde &o81ayo~ la contingen­
soberno!a 01 pleno podor do pr~acribir la. nor.o. en Y~ cia qua, por otro perta, debiendo sor tenida en cuanta
tud de leB cualee cada hombre puedo sabor qua bienes pu.l, coma tactor do 8n'118i8 dobo ser resueltacient1t icnmon.
dO disfrutar y qu6 oceioDas puedo ll~var o cabo 8in ser te. desde la ~ptiCB filoe6rica-polltica. con 10 finall­
molo.todo por cualquiera de SUD conciudadano.. Esto os dad de auto-otorcaree plana valldoz oient!tico, no pUB­
lo Que los hombroa llomon ¡¡pp1ed'd. En efecto, antoe de de omitir plantear SU retorencialidad reopocto do otrae
instituirse el poder soberano ( ••• ) Todo. 109 hombra. osteraa 80010188 que DO por no ser eoon010108 pueden
tionen derecho 8 todas 188 c08aa, 10 cual 88 nooo.or10.... 808l018l'88 nI modo como Bl.leedo en nobb88t tal cual ocu­
mente causo de cuen'a, 1, Jli)r eonaiRUionte, aiondo e.ta rra con la catera econ6mlca.
prepi~dQd Docenaria para la pas '1 Lopondlendo del poder
Lo posibil1dod do extabloeiQiento do un pacto en.
soberano G8 el acto de eato poder para enegurar la pa. tre los miembros de uno comunidad que d& como rosultado
p6bUca. F.at08 nOl'r.lOO de prophdad (o S!!!!! '1 1l!!:e) '1 de su constituci6n ooc,o tal coounidad, oriontado, por un F2
lo bu,r~ y lo aal2, do 10 ¡,gltimo e ~loGit102 en le. <ler 80barano no oa pooible pros1l.pODor 10 IlIAa que a con­
aocionoo do 108 ndbd1toe, 80n leyes civiles. 80 decir.
dici6n do que loe otrlbuciones del poder soberano reeu­
layes do cada r..todo partioular••• " (9)
len expeoittoamento tonto BUS propias accionos cocO la
Uo en dificil advertir aqui. a portir do lo ante­ de 105 c1udedftnor,...miombroa respeeto de que to1uo leyoo
dicho. COr.\O la refloxil)n hObboele.na, aun D pesor de eU soran X'flOpotod88t la cual poroanooe en Hobbea baotonte
opoeic16n e Descartes, opera con la auatenelaliznci6n del eontlJlIO, en la mo,Udo on que la omn1jur1adicc16n intri&
poder politico. on cuento que no aolo bucca en el fUndo­ 80ca o la soboraoto le concodo un onrcon de oooi6n tan
mento antropo16clco la haso desde 10 que construir 16e1­ o.tl'pl1o QUo 10G mic:"broe oomuniterioo puodon sentirse
comente el noxo eouaal. oino que odom'e tal fUnctacanto too inSOGUros CODO on 01 pro~io cotado de naturaleza 1­
aparece en lo quo reo('locto al objoto tratmlo no~o:tivnmonte dORdo eo terno al :' Jjg radical oGo1smo.
225
224
voluci6n de 1688, como Locke va a orientar su penoomien­
Ello. cono lJoñolA Ilnephet'son. hay que entendorlo to cr{ticsmonte asentedo .obre la r~rloxi6n polltica ha­
bAoico:llonto eo:to un dosllt'r,,110 tc>dnvla no Jonaolidndo de bbeslonn. Ee indu~oble que, metodo16gicamonte. Looke ••
la aoonorda da tlorcado (lO), ea decir. en la 00:11d8 en halle influido por lo misma contoxtura dol pensamionto
que la Rutonoola del mercado no ee tal y procioa )ara eu newtonlano Y en este eentidO BU critico tanto a Descartes
asontamionto de la etioa~ 1ntorvonei6n de un poder qua oomo • Hobb•• oonstitu1r6. tanto tiloe&tlcamonte corno P2
sober.nocento tenr,a tel atribuoi6n, en tanto oondioi6n lf,tlcament8, un rewlsivo d.e primer orden con Vistaa a
que IP "~'o ':;108 un d<ltormlnedo tlr,o de ncci6n QUo ponga reoriontar 1.8 direotrioe. del pensamiento oiont!liCo en

r!n 81 der.cho ilimitado dO loa miembroa del estado neta genoral. En osta .entIdo, en porpeotiva oognosoitiva ge­

rol. Ee, oDimin~ot claro que tal inoipiento desarrollo neral. tal oomo puo~e observara•• se orientarA 08pec{íi~

de la oconom!a de mercado, al modo como e. da en Hobbea. camento en poner de I/anlti••to la imposibilidad do oon­

vo unido a toda otra sorio de eon80ouonciaa que en a040 serYar 8Uatanoialidad alguno que no aGa ••nsorielmente

alguno eon eoe1nyableo. tal co~o nos 10 refiere en ~ ya conatatable, 10 cual e. lntrlnsooemente contradictorio,

016a1co eatu'.110 al reapoeto el I/lsmo p. T8nnie8, quien. para do esta canera poder llaEOr a 8aclareoer lae diti­

en la primo~e p~rte fundamontalmento, di roz6n de la. eultade. l&gicaa 48 eaontemiento dol noxo cauoal. 00 la
circunstancias hist~r1oo-polftlo88 y sooiales que eovuel medid• .., que 6ate no requiere do ning6n otro !'Undamonto
van la vida '1 la obra de Nobb.. (11), la. oual•• DO 8010 l&;ioo que no soa el que por .1 miamo se pone do meni­
por el exilio del .i~o ri1680fo pol!tico, Bino odemAs fieeto. tal como $O nos 80ñala del l/oda aiguiento.· •••
por una 80rle do conseouencies, deed. al regicidio ha8ta Porque 8i Dloa hubiera grabado alSUna improsi6n o rasBO
la inet8uroc1&n de lo dictadura cronmwalliana, pasando en el entendimionto de loe hombrea, Berio lo mAs rasona~
por 10 inDtauraei6n da la Monarquía inglesa 7 la. sub... ble que habrta 8i40 una Idea olara Y uniformo oobre sl
cuentev luche. da los distinta. tpccionoa hallta la lle,. mismo. siempro quo nuostra 11oitedo capaoidad tuoo. ca­
da 01 trono de Guillermo de vran3a. dibujan toda la ari­ pa. do reoibir un objeto tan incomprensiblo o infinito.
ale ?e~ecida on area a la conaolidacI6n de un poder poI! ¡'oro el heChO de que nuestras I/onteo eare.oan de esa 1­
tico lJobernno tirmo y ~6l1do que icpueiera los lt~lt •• d••, en un prinoipio. alendo la ele importante pera n082
preecl'iptiv60onte necosarioa QUe tacillta.en 01 deoarro­ troe, e. un arcumonto 8&11do contra cualqulor otra impr;t
110 eoelo-pol!tioo y ocon&r 100 de la n8016n brltAnioa, 8i60 que ae pretenda innata. (, •• )
lImitos astoa Que, como 01 mismo Uobbea ve con claridad
meridlana, preoiean de la instauraci&n do una Boboran!. ( ••• ) SI In naturaleza .e hublora preocupado de
lrrecu!¡able. aun cuando eU:o paremoa contradeoir, 'POI' el dotemoa de alrruna idea, bien pÓdr!emos eeporar que e.
intorvenoionismo permanonte que se le asigna aparontemon trotara de la do sustanoia. :yo. quo DO podemos procur6xw
te, la 16c1ca de la autonomta del merondo tal como lo dR naala nosotros mioll:ol!l pór mod10 de nuestras propias r....
menda 01 propio s1otoma capitalista. (12) cultados, sin eabargo v~oo que por el contrario :a qua
eota ldee no lo alcancemos por ló. 3iGmss viae por los
Es, por oonsiCUiento, operando oon talos condio12 Qua llecan 8 In monte 108 do06a, DO la poseemos. de he­
nGs, csto es, con aquelloa que 4iOO,lon no 111010 un dOGe­ cho, COIDO una idea olara, de tal manera que la palabra
rrollo ca~ltaUota rnlle elovado slno ademAs con loe qua sustanoie no .lenifica nada, al no es una incierta supa­
.e derivan, conoomitnJlonto do una aobernn!a mucho m6B 0.11 I!licilln do no &0 sabe qu6 i(loa (os decir. al{~lU'Ul cooa dt
tabla 7 oQuilibrado, oogdn !lO produco por t:locH.o de la R.t
226 227
la que no tenemos nin':o;tmn particulnridttd die tinta '3 poa! como con toda claridad noo aoñoln e\ ~roresor J.
Uva), idoa QUO conoidorI:W06 como subotratum O 80porte Jl'uG)'o en eeto p~tT8rO 00 olaro quo tal Ilbatroeci6n no
de &QuolloB otrnn que al conocamos. puade eri~iree mAs que a eondio16n do respetar ostricta
mente 01 sontido cau9al. en tanto reforoncia GQP!rlea que
( •• ,) Guponcamos, pues. que la mente Be~. como a. ~r8ntlo. 18 voracidad Cognoscitiva buscada, es docir,
dice, un papol en blanco, 1i~pl0 de todo inetruoci6n, 8in lorpoe\ble do fU!!1' roeuelto po:, m9<l10 do Buetanoialbac.l.o­
ning1.,l ~j l.• loa, ¿O&!l:O lloca entoneo. a tenerla? ¿De d6ndo noa. oomo haste entoncos ue hab!a re8u~lto. Desde oste
00 haco la monte coa esa prodigi.008 cantidad que la lDa­ punto de vi.ta, pu... no 8. posible ~tonee8 aaentar
6in&016n lit:litadB '3 activa del hombre ha grabado en elle, cientificidad alguno a excGpoi~n de qU&08to .e estableA
con una vnrindad oe8i infinita? ¿De d6nda extrae todo 0.0 co sobrO la pre8crl~ci6n causal propiamente dicha y 'sta,
i\Gteri81 de lo raz6n '1 del conocimient01, A 8ota. pregUl1 dosdo lueCOt no 08 ap01abla d. ninsuna manera que no 8Ga
tes contooto con uno 801a palabra. do la experionoia, h. • t1'0v6. de la antedioha reteroncia omp!rioa. Ello si6"1

oqu! el fundamento do todo nue8tro saber, '1 de dondo en fica, pua., que el s08tenimiento de la mlaQa couBalldad

4l.t1ma instancia lIe doriva. -le8 obe.rvt,looee Que bao .... no puodo articularso BObre n1nG~n preaupuooto entropol&­

moe Robre 106 objetos sensiblos astemo8, o 80bre la8 o­ sico que no .8a dabla con~ertlr precencialmonte, en cuaa

peraciono8 internas de nu stra monte, lea cual.. percibl to que eOlIo hOCloa vi.to para flobb.. nO aa mt:.s que UDa el.

moa. :1 sobre lae que reflexionamos no.otro. miamos, Don trapolaci6n 4e lea condicione. reales por loa quo debe

lo que proveen a nuestro entendimiento de todos 108 mat. 4esarrollarse todo an6lis18 7 qua no acaba mA. que en pOA

rielas dol pensar". Rotas Don leo d08 fuontes de conool­ tuladoa da dudoso solid.. eientItice.

aiento do donde portan todos 188 ideas que tenemos o que


podomoG toner de cenero natural.- (1') Bajo esta perspootiva cientlftoe, puoa el penoo­
mieoto 10ckG8no di.oiarno con neta claridad que aquel ~
l~G protundb.:and.o 01 nOlllinal1at'lo hobboeiaoo, 00lIl0 vil que rice 108 acciones humanos no puede ser otro DAs
on tunc16n do 10 inmanente corrolaci6n nQwtoniana de la QUo 01 que nOD aignifioa sU ~ropia tondoncia 8 la satis­
causo :1 1101 efocto, pI'Ocodo I.oek4' a exor.Jinnr loo tunda­ taoei6n de necesidades 1 que la lno8t1Gtacc16D (uneBai­
ment.os 61timoB del conocinient-o humano, denechando tete¡ neen) aotlia como Dotor pro\luleor de 108 conductas huma­
monte todo prinCipio innat1nta, por cuyo inte~odio ca­ nas. En •• te nontidot la oonaorvoci6n dol eco lomo radical
mienea 8 perf1lorso aquello que, 8agdn pnlabroe del prorA natural hobbea1ano no tiene en1.once8 m~or tundaconto a
Bor J. Fueyo 8e nos carect~ri.a aot. -El roinndo lndiGoa exoepci8n del corrosponditmto a 'lo. propio oatiGtocci6n hJl
tido do ··ovtOD en el ai(7;lo XVIII ee. sin duda. una de l.os 1Il8nO de suo nec6sl,dBdelh hiñiendo, por tanto, do lBS di
notoe tipiea. do 1.0 cultura de la Iluatrac16n. Fue Newton ohes condicionaD s9~81odao por Looke .e indudablo que lo
Quion detormln~. on efecto, el ostilo de todo un ponan.. verda~ler/)m(lnte decia1vo no oa entonces 1 8 la consolida'"
mionto cientlfleo re~ido por la preouposici6n tundomentnl 0160 de un po~er oob~rnno que ponga lícito o 108 afanea
de lo motecttloa inmanente del Univeroo, promiso con 10 nRtuI'aloa or;olat88 do loe hombros. alno, procbamente,
QUo a0 sentaban 1811 bOBoe de una oxpl!eec16n cient!rica el dot'.lonfromiento de 108 tloconi~lIos qua ooegurondo aqua­
r1curo88monte inmenontista autorieendo 8 abatraor, por el lla tondoncia a la sotletscci6n de noceoldades, permita
'OiBlllo canon e1entf.fico, todos loe .,lE:'I!l('ntos troBoenflenta 01 libre desarrollo do lo convivoneio sooiol :' en oeto
les." (14) fl(!!1tí,:1o la l1mitoc16n de le. Dafara do podar polItioo con­
229
228
tAndola n lo que aleonsan el trabajO de un hombre y lna
v16rto&o on mi ejo control do aquella libortad de movi­ . t1ocosidndt'!9 do le vida, ( ••• ) l:~8 01 trabajo, 8in duda.
miento y desarrollo ~oGIB1. altun~. lo que ostabloce on todas loe coaos la diroronoia
~a~ativomonte circunscrito 8 somejantes condiotA
do valor. ( ••• ) De tod~~lo antorior rosulto evidente que.
nos, la estora incidencia1 propia dol poder polltioo, ca a posar dQ hab&raonon dado en oomón todo!' los cosao de
mo poder soborano. en ln mndlda en quo es roguledor 4e ln tiaturalollo, el hombre (como duoilo do si mismo y pro­
leyos qua fijcn ,1eroehos y doberes, tGDpOCO estA exento pietario de nu pornone. do sus actos (1 dol trebaJo de le
miama) llevaba dentro do a! la e;ran beso do 18 proplodo.d.
da lne ~lGm8. y e8 en eete sentido como la retlex16n 10­
en efocto, ou trabajo, que entraba CODO parte prinCipal
ckoana decida acerca de la tuncl6n expreea a de.empefiar
por aquel poder Boberano en cuento tiene quo t~ndor a en todo aquollo de que 00 8crvia pnra su auGtcnto Y com~
gobernar con tona la cnrga que esta palabra conlleva. dido.d, eopoclelmento cuando le invonc1~n Y 1.8 nrtoo lo
faoilitaron, le corroBPondio perfoctamente on propiOdad
Bajo tal orlentaci6n. ea decir. a trovas de 'ata y no pertenocio en co~óo a loa dem6o. ( ••• )
caroctor1otica gubornativa que 1nhiore 01 poder politioo
As! fuo como 00 introdu;~o 01 (II:lpleo dol dinoro. os
en tanto poder AlOboraflO os como a. garantiza aquella li.­
bertad (¡e movimiclnto y do desorrollo para loe miembroe
decir. de alguna 0000. duradera que loo hombros podIon con
intngrantes do lo ooounlded pol1tioo propiamente 4ioha servar sln que so echase a perdor. Y que loe hombreo, por
mutuo acuordo, aceptarlan a cambio do articulos verdode­
en In medida en que con 0110 debo tonder o ev1tarse lo
ramento 6tile8 para la vida '3 de aondic16n perecedero.
orbitrariGdod en el eJeroicio del propio poder politico
oonjuntoconte o la 000008160 de aquel margon do libertad
C••• ) ••• El doscubrimiento dol dinero di6 a loo hombrea
la 0008i6n do soguir adquiriendo y oucontondo GUS odqul­
que pormite. 01 libro desenvolvimiento de lsa reloclan••
ontre loe propios miombros oon vi.tea El la propio .eti~ sio1onoo. ( ... )
tecc16n do SUB nocesidadea, lo oual no 98 posible obte­ ( ••• ) A esa ieunldad mo reteria•••• 01 dol derocho
nerlo, dondo luogo, c~o que • cond10160 dft r08~otar el iGUol que todos los honbros tienen a su libortad natural
prooeeo de 1nter.;.ambio blpueoto por el desarrollo de la 8in estor ninguno a~otldo a la volunted o 8 la autori­
800n0=1a oapitalista en 13 medida on que 8010 881 8a co­ dad do otro homl,re. ( ••• ) ••• LA ley .... no &quiva1e ton­
mo, por modio do la divie16n 8001al del trabajo, puede to a l1mltnci6n como a dirocoi6o do un agente libre El ia
alean.aree tal porspoctiva do plena eatl~raoc1&n. en t~ teliscnte hacia su propio intor6e, Y 6010 manda 10 que
to m~vl1 esenciol que rice loe dostinos de lo oonducta convieno 01 bien generol de loa qúe cotan 8o~etld08 a
humana. sosGn o~ia1omo8 y segÓn •• nOG pone de manirles­ olla. ( ••• ) Do lo que DO trata 00 de Que cada euol tonga
to El trnv6s de laa pr.op1as palalJrl!ls del mismo I.ock. cuea libertad paro dls.'onor, C0130 bien le parezoa, de su per­
do al respecto n08 edvlerte ost. -Lo ley lm?uost8 el be¡ sona, do SUB actos, de GUS bieneo Y do todo cuanto le
bre le ordeneba, en roellünd, quo lIe sllropinee do ella. portenece, Gometi6mi08o a lo qul'J ordenan 10.8 loyee bajo
Dioe le 1r:puso la oblicociSn do tl.f:ll.Ljnr, y our: necesldJl lBS cualos vivo, pora no varoo eomotitlo, de eee modo. a
d8. le ob11[;81'On e ello. F.ra. pues, su trabajo 01 quo lo voluntad arbitrorla ~o otro, y podor ~Elguir libremen­
creaba 8U d01'00110 de p1'Opi.r:dad. y no podio. at'r8bat6r~¡elo te ln suyo. ( ••• ) Rosulto que 0610 existo 80ciedod poli­
8eo deroeho uno ves qua lo habie conoor:uido. ( ••• ) LA mi. tice allí, Y n11í oxclusivamonte, dondo cada unO do 108
elida. de la pro.~io'18d 18 so:¡o16 bien la naturaleze liml­
23a 231
miembros ha heobo ronunda de oao podor nnture1, entre­ con sufioionte atenoi6n el fundamento cntem6tico propio
g6ndolo en monos de 18 oomunidad ••• (que) ••• viene a del ponr:8TJl1ento tia DeGCartoB y o. retornar aa! desdo el
convertirse en Arbitro y Qua, interpretando le. reglas ·puntualiemo" mate=Atico cartosiano 8 la particularidad
f;9no:m.les y por intormedio do ciertos hombrea autoriz.... Cl'avttica de 10B cuorpon call1oal1Os -que no ha¡ que cO!!,
dos por osa oomunidad para eJecutarlos, resuolve todas fundir eon la atrocc16n grav!tica nevtoniono- COIIIO gama
las dirorcnclae que puedan surgir entre 10& m1embro. de tia do la realidad efectiva, no formal moramente, con la
dicha 8001edad on cualquier asunto do DerechO, 1 oaoti­ Que debemos proceder a construir todo conocimiento, tal
Bale. culpa8 quo cualquier rdOlllbl'O ha.ra comotido oontra como oon meridiana claridad n08 lo ndvierte 01 proteGor
la soc104od••• ( ••• ) De o•• modo, el Estado vleoe a di. O. I'loya en 8U ·Prologo al Leviathan, donde noe dico oa! I
poner de poder paro fijar 01 eoetiso que hnbrl de epl!­ .Lo. evidencia tundada de lo F1e1ca Universal da Hobboa
co.roe e les distintas tranogreetone•••• Este 8. poder dicoI ·nada ba¡ tuera da los ouerpo.-. Eso tisicalismo
de hacor l8S loyes•••••• Ahl n08 encontramos con el o­ nonlnali8ta, extrapolando genialmonto la l6gica meconi.
ribon do1 poder legislativo y del poder .~ecutiyo de 1. oista do Galileo al mundo de 108 ·cuerpoe vivientos" -nA
sociedad civil, Que tiene que jU1car, de acuerdo eon ~ turalea o artiliciales- tundamenta opisttmo16c1eemonto
yos establecidas, el Gredo dO caatlgo que ha de aplie~ la ooostruoc16n ciontlrioo-anolltica do la Polttica.- (16)
oe 8 loo oUlpable. cuando han cometido una falta dentro
de ose ¡.:.tado... ( ... ) 'l'enOlll08, puo., Que la finalidad SGlllejanto extrapolaci6n, OOtCO con toda: justesa
ElAxaa y principal quo hUllcan 108 bombrea ai rounlree advierto Locto. no puoda aoatenero. m4a que en la modida
en Estados o comunidadee, 8omatl&nd08o e un sobiorno, e. en que no 8e intente dirimir un tundooento plenamente
10 de salvaguardar tus bienoa••• • (15) cientitioo pora la realidad sooio-pol!tica, ya que una
y •• orientado cient!tlcamonte 01 an61iDi8 polltico ea
~. monitiooto Que advertidae eeta. considerecione. imposible oculter lo causalidad en 131 misea, e trav&s de
de Locko, la ooneorvaci&n dol -8staticmo- contractual desentreñar ltisicamente el fundamento ontropo16gico que
hobbeeiono no 8. sostonible en medo aleuno on la medida condu.ca a talos reeultadóé, ser,do 108 hcocs visto pre­
en que no aolo poltticamente S8 le otorga un fundamonto cedentemonte 8 exce~oi6n de dejar irresuolto el propio
ciontítioo qUe no p080e mAs oobertura que la derivada problema político, el cual requorir& de encontrar un fu!!,
da la valide. do una simple hip6te.i. 16g1ca. la del demento que no puade sor otro quo el Elmplricomente co­
fundamento antropo16sico ind10ado, 8ino Que .etodo16t1_ rrespondiente que garantioe plenamonte el eatricto dos....
cemente tampooo 08 oonsolidable en cuanto que no .. a. rrollo causal de le estora que nos concierne esto so, la
tiende expresamente a la rot.ronoia emp!rica Que irradia aocio-polltica. pora 10 mal el plstltoDllliento hobbesiano
a todo oausaliamo, la oual como tal roterenoia empírica con8tit\~. lo clave do b6veda crítica. Que h~1 que tomar
•• aubreptioiaconte escondida en la validos 16gica de como punto de pe.rtido.
aquel fundoaento antropoll)gico elevado a condici6n abso­
luta y urdvorsal do la reolido.d humana. Donde semejante perspectiva os clero que la confi­
gurooi6n de la ostera politica tiene quo buscar on el
lndudf!blemente. la alternativa crItioo presentada miema on cuanto ooa rosible, sin quo 0110 implique el
por Hobbea oon vi~vaa a eludir lna oontrndioeiono8 de la 80slayamionto de BU roferoncia a otros csteras, el noxa
lIIetatidca cartesiaTla le oblir,a de suyo a no ooneidorer caucsl qua, justoreento por 0110, tione qua revolar.e
232 233
concordomente oon eu 16gico interna 1 no de aouerdo a .ton este 8ontido, por cone1gulonto, 08 claro QUe
profJupuootoEl 1t1gi.coB oxtrañol!l, tal oual 8a 01 metafísi­ la divisi6n lockeana de eeleres de poder ~onatituyo él
camento dlsoornido por la maldad humana absoluta hobbe. treno B toda arbitrariedad roopocto dol ejercicio del
Diana. El oatado do natur81o~a, puoa, tione entoncea mismo. aun cuando enta ~iviGi6n no adquiora todavta la
que articularse CODO una eondic16n que haea factible el .iatemat1014ad de que la dotar6 posteriormonte Monte~
transito hocia la faotioidad politioa presenoial 7 no quiou o~o tendremos oC8816n de oboorvar mAa adolanto.
concebirse como Un estado ajeno a la propia realidad ~ Ae.curod08 881, por medio do tal divlsi6n de poderos,
mona, Bogdn 10G parAmotros dol egoiomo absoluto radical. 108 derechos d~ propiedad de 108 ciudadanos, e8 oloro
Semojante 9(t;'01emo no pU9lte ser a.entado sobre la ronli­ que con ello S8 taoulta un poder de dispooioi&o de los
dad hUUlftna m60 quo extrapolando BU 8ut6ntioa realidad.
le oual, on tanto tal, tiene que interpretara. como vi­
mos tan Bolo en tunoi6n do la legitima tendenoia haoia
que.e
bion.. lincho 111&. tluido que 180 Uobbea en la modida en
rospeta netamonte la libortad de moviQicnto de
loe m1smos oonJuntamente al hecho da que la ralaci6n
1

la propia aatistaoc16n do neo••14odoa que e. lo Que ve& de intercambio meroantil lo torna posible, haata con­
daderemonte rermite disoernir la necesidad 4e regular vertirse en hocho .ut~nomo. DeJo tal coneideroci6n.
10B derecho., 'J' por en4e la propiedad, dO 108 aiembroa pue., la arUculaolh do ambos factoros, la razonable
integrante. do la comunidad, tel como DOa lo advierte uti11saci&n del poder politico, eometido a leGalidad, 'J'
el propio n. POlin en su conocida obre sobre Lacte, la autonoala del intercambio mercantil, que presupone
cuando noo dice. "La preooupooi6n IUprema de Looke co~ el pOder diopoeltivo de la propiedad de 108 ciUdadanos,
eiste en hacer admItir por todo•• que la 181 tundalaen­ actda rociprooamonte, como condiolonalidAd IllUtua, impo­
tal de la propiedad cata opo'J'odo 80bre el oonsentimien­ ai&ndose de e.te m040 como tin prinoipal de toda la o~
to do cada uno. de tal modo que, en la comunidad oivil. YivonCia looial, lIogdn n08 lo señala C. B. tlaophereon
la prop~e~ad ea intanr,ible sin el oonsentimiento expre­ cuando nos dico asta ftEn el ostado do Lacke no .. halla

80 de aquello cuyn nropiadad e8 susceptible de Ber al­ diroctamonte protegidO nlngan derocho individual. La 6­
cafllu!'¡,(fa, J.tOD derechos del poder ebao1uto lIIiemo (que DO Dica protocc16n de que disvone el individuo trente a un

ee un poder arbitrorio ni irracional) 8e detienon ante gobierno arbitrario 80 8itda en el derecho do la moyo­

el doreoho do propiodnd.· t (17) r!a do la noeiedad civil a d~o1r cuando un gobiernO ha

pordido su confianza do nctunr 8iempre en 01 sontido del

Voede esto punto de vieta, puos, la garantiR dp\


bien pdbll00 ~ nunca arbitrariamente. Lacko podIo preey

nexo coneal hay que colocarlo deoiaivamonte en le propio


mir quo Gota supromaoía de la moyor!a e88 salvaguarda

eatructuraci6n dol poder po1itico, en la medida en que suficiento do loe derochos de coda uno, pues oupon!a que

8~10 aal podrA rCBolverac la ouost16n on torno a la oi~


cuantos ten{an 01 dorncho a ser consultados oBtarton de

titioidad de la realidad pOlítioa. Ea indudable que al acuerdo en un concopto dol bien p6bllco, quo sarla en

tomar tal eje de coordenada. CODO punto de partida .e dltimo t&rm1no elevar al cAx1mo In riquoe& de lo noci6n,

convierte en decieiva la problem&tica en torno al @lcan­ 'l. por tanto, (80¡~n penscba 61), el bhmeatar do la na

oe otorgable al propio pod&r político, el cual por tanto 016n. lo<lIo cuponer or,te acuerdo aolamonto en virtud d.

debo ajustarse expreeanento 8 un ejerCicio razonable, no eu supoe1ci6n de quo la closo trabajadora no fiGUraba

nrbitrnrio de BU ",..tera. de CODlpotenoia on lo J:lodido en


que debe respetar expllcitomento lon dorcchoo de 108 ci~
da48noo, Elate 8e, su derecho de pro;,lodnd.
234 235

aunque con conten1dos , m6todos bien distinto••


entro quim'lcG ten.Ion d~rooho t1 sor consultados. 1::]. oona
titucionaUomo de locke en OBonoielm.)nte une defenss de Evldontetllonto. la concepci6n lov1ethanofJca llobb.l
1« ouprAMl'.lclo do lB pl'opiodad ••• n (le) alano. no puedo OOOSfJrvuoe por si 11151:10. mt\ximo cuando
ella D1aDa sumlnietra lvw elemontos osenc1alos para p~
Desde Qst.e punto de viata, puea lo pol6mioa mon" o.dar o ou revle16n estructural, pueoto quo, el arbit~
temida por l,ccke oontra le cono.~i6n lQnotheneaca ho­ riamo inhorente al poder mon6rquloo no puedo e08tenor••
bbesltn'lo 000 revela que la posibilidad d.e construir le en una cstructura relacional do moroado. ya quo no 8610
outoridac.\ dol pOder pollUco debe l'eftlie:aroe de contor­ os innocesar1o, eino, ademA_, plonamente obstaoulizodor
midad con el obJoto quo so pretondo oonfigurar 1 no Pro! del mismo, tal es la rae6n por donde Looke articula 8U
C1Bcoonte pera rlestrulrlo, sl modo como en Hobbo8 .1 Poi erttioo al c6lebro dlactpu10 da Booon. rocogiondo loa
der, trocAndo.e 8 si mismo. deja do parecer ahueo do 81 fruto. oetodo16giooo newtoo1anoB, en cuanto que olimina
m1~~, eota 08, en cuanto que la maldad, una vea eleva­
el oer&ctor nominalista del conooimiento a trev&o do un
da '" 6U r;roda etlpromo de racionalidad. d.ja d. apereoor e.tuortO d8 ajuatam1ento claro Y taxativo do lo relo016n
OOJlO tl'll, para manifestarse .ecann 8 atributo. in_nea
de CBuea 1 ereoto. por CU10 interoodio 8e boce, entoneo_,

.l.
tes, tal como 88 muootra por l. abaoluta enejenaoi6n da plonamente por\b18 proceder a UD conato de tocnificac16n
lOE s6bdlt08 .,Jn la docisi6n uniYol1tiY8 del monero.. Ta de loa relacionea pollticea, en cuanto que el poder po­
do olIo, no deja sintomltica.ente de resultar QUe l{tico como tal no noceBita n1 requiore para BU oficas
una consoeuGncie estrictamente inferible do&4e la vali­ tunoionomlento m08traroe permanonte y conotantemonte ba
dos nomativa da la slloe;t.atica, ',unque oporando con una jo 10 eubfeconte ruerea coaotiva pora "elider BU c~r60-
avldont& hip6atasis en 8U contenido, en euanto que 1. ter dominador, puesto que 'ete 80 revola o puede revo­
aotropolotla humana no 80 va 18 ni en tunci6n dsl t'~l laras con eotricta nitide. en tunci6n de la oparionoia
no medio entre dos contrarios, ni como deri"ada de 1. da resulac16n normati"a, jurldicaaonte por endo. Doedo
absoluta bondad pro-ou,¡uoata, siOO, por 10 d8tlAa, espo-> aqul 8. 1Pllnitie&ta IlqUella tuetoen coect.ivB enteramonte
clricsmonto colegida dende 01 m&. ,,11 intere6s humono, racionoUzoda, de forma que lo etiencio lntrlneoca al
lo Que, deude luego, no subslete en t&rmino8 reales, por rdsmo poder pollUca no prociso. de 0\130 por ontonooo all
lo que hay que mostrorae, como preoisamente lo hoce .1 quo Dostra l' como re~18dar de 10n normas rectoros do
!!I18mo Hobbea, blsicamonto nOtlinalieta, en tanto quo tal la oonvi"enc1a 80ciol, bajO euyo nmporo daben articu1~
asto.do·otoctivemente llupUGeto no puede colocara. 81no 80 108 relaciono. DociBles de 108 ciudadonos, rolacio­
como contrapunto ficticio en un univerao "natural·, pue.! nes 8001010.. ~uos. quo tione" que con8~ruire9 en runci~n
to que la victoria cromwllian. y su subaiguiente in.t~ <1el coff.cter de eprop1aci6n individuol que rteo toda la
racibn institucional no careoo de ra~oneB explicativas vida Bocial. ,!ejando libro dosenvolvimiento al interosa
hiatl)rleae quo, no obetante, Eobb•• 00 ncc6 o ver, lo bio meroantil y comercial, en el sono del cual boy que
que, conoc1da la motivaci6n referencial h18t6rica h ­ situar ns1minmo el morcndo laboral que quode eoonoieloen
quiavallena, no pueds 80r co~pren8ible m~D que coco ooa te abiorto on tunc16n dol examen lockeono. La mdximo C!
secuencia del inefable entuaialMllo oxistente qua parm1­ rnnt{1l de tunoioncmlento eroctivo do eote sistema queda
tia atalayar al conoc1oicnto oientttioo bajo la 6pt1ea nsogurnda yor 11l o"iclonte Booptac i.6n de la not'lllotiva ja
do la universalidad abooluta, en lo oual, obviamente, rldico-pol{tiea, ,reGentndo de aeud."do con la oBtructura
•• peroibo lo influoncia poripat&tica. CODO or1con rarnoto.

11

111
237
236
Ea, pue., osi, üomo la contlguroc16n del pena&­
d1v18ionnria del ¡Jodor, 8in que, eJn ombarcot COIIIO eel'ia miento t11os6rlco-polltico lockoano marcha 4e consuno,
16 Macpl'ereotl, pU:.ldn ho.blnr~e do democret1teai6o real intentando resolver la problem~tica 8ooio-poltticR roa
del pod~~. ,a qua lo que 8610 eubsiste no 88 m(¡s que la pocto dol lndiBpeno~blo con80nso que lo tornnei6n de
plena cGuc1~n do un statu que 8ooio-polltico , eoon6mi­ la (!ent1'1 ti(¡ne que dor pare 01 perrecto a.1ustar.:ionto
co gue rmrponde al intor6. de la todopodorosA gOlltl'1 que conduaca a la recionolilloci6n dol poder politico,
britAnion, de la cual dovondo b&aiCAmente el ru~bo gona on ~l sootido de que olieiDe todoo loe ve8ti~08 toudA
rol y poro. cuya coneervnoi6n 8. eotableoe la ·prerrocu­ 108, verdodéroe obataoul1zod,'reo del impulso 40 la 1'1...
tiva" del 'Poder COOlO modio ds 8.egurl!'ll:'!iento en cuanto qunBo nacional, Semejante oonseneo oncuontra en Ingla­
con ella eo disponga de la posibilidad do saltaro. l. terra una realidad ,. osentado por medio do la opo81­
absoluta neooaidad de someter a legalidad todos los ao­ oi6n de lo baronta teudal britAnica al podor abeoluto

tos eoolale. y pol!tioo., mediante tal ajustamiento de del 1'<1 Juan, eupr1llliendO u1 todo teoorat1smo regio '1

cauoe y efocto, cuya rala oxplicativa orir.inar1a bay que oblle;SDdo 01 pro¡10 poder roal a somotorse a bs eondJ..

buscarla en lB obvia opoaioi6n lockeana al pod.•r tirAn! oion•• de raclonalizaci6n jur!diCD del poder, tal OOCo

co hoboseiano, 8e produco un d.sarrollo de la rola016n ocurra durante la rovoluc~6n do 1688, que 08 lo que le

Bocial y polltica mucho mAs aoordo Oon la. necGsidadea permite a LockJ oolocare. al trento de loe 1ntereondos

del 1Il0lllentn hist6rico, 8coptando la .",poc!tio. lUncian en doatruir lae barreras dol dO~TOll0 ooon6mioo, tal

de le outo-rG~lftcl6n dol ~orcado como olave control 0& oomo n08 lo "ofiola JIF, Paure-Sou1et, cuando n08 sen....
pl1cat1ve de loe derrotero. l,or 108 QUO debo d16currlr le lo 8iguiente. -En resumon, por ~ atirmoci6n de loa
la convivoncia humenat coao dnica condiei6n para pra.ot Derechos naturales del Hombre (aobro SU porsono, .obre
ver libertad pnra 108 mioubroo del cuorpo politico, sb~ 108 bien•• adquiridos aodianto su trabajo), Locko ha~{a
liondo ro! lna relaciones teudalee de vaaallaje. oon una introducido una tundacontal ambi8Uedod en lo que 8 la
8ceptac16n ostrictamente POGltiY& y e-orttlca do la ~ verdadora naturaleea de DOtOS derech08 00 refiere. on
11'ad Boclo-pol!Uca ., 800n&mlca, que BS, ,juatamonto, prinCipio, 80 trataba de loo de~choe de la humanidad,
lo que se lnfiere de las condioioneD metodo16g1cae now­ pero en la prActica no eran mle Que loo derechos 4e la
toniones, • las que eotuvo 01 temoso t116.oto 1n~1'8 tan burgueo!. naciente. Por entoncos, eatas dos ClaSDO dO
apegado, tpl como n08 lo .ofi81a con preoisi6n A. Ko.,r&. dorccbo8 COJ.n~idtan, tal .., OOlilO 8Ucedo:í.-4 en Jl'ranola en
cuando n08 adviorte. "No sr. sorprendente quo (curioee­ 01 oiglo siguiente, porQuo el Torcer Eotodo en su con­
monte mezclada con lo t110so!1. do Lo~ke) 01 nowtonia­ junto aotoba intero89do on la caido del Antiguo R6gi­
nleme hoye devenido 01 oredo o1ent{tlco del aiglo XVIII. men, que empleobo la eltrv1dumb...-e de unoe :1 retrasaba
( ••• ) La aUanlla impura de rtewton 1 de Locke 8Usc1t6 una el e!l'dQuecimiento do otro. tanto COIllO su acceso 81 p.Q
pOlcoloc;1a at6mica qua expl1c6 01 Elsplritu (o lo hizO der polltioo. Bata coillcldencia p.e ox-prooo en 01 carA,!
deoyonocerae expllc6ndolo) como siendo un mosaico de ter univa:'sal da 1no 101e8 naturo~Oo. EBttlO leyos tra­
"eenoaclonoa" , de "ideaa" lisp.dae entro ellas por loa ducen lo nuova rilooot!n de loe valoroa. El oriGen dol
leye8 do ln! 8ooeiaci6n (atr(loci6n). tuvimos es! una el! onrlquocimiofrto burgu&a y d bIenestar popular 80 en­
oiologl8 ot6mlce que reduciD la sociodad o un agro godo cuentron mo~c18doe on uoa lucho contro la tiloDorta
de Atomo8 humanos, .;o:;¡;f,10to8 .., cerradoe sobre al oiamoo, tradicionlll, 0\1.100 def'on80rOl~ 90n la nobleza , el cl...
no hAciendo, entro ollos, rn~s que atrDorae y ropcloreo." ro. Libertad, dosiguolded. proj.'liedod, toles seran laa
(19)
238 239
NO he1 duda olf)Uno que ei Locke, lnrluldo doci81
t1nicea idoolJ r$:"ollbles qlle convi..e al Hombre en gon.l
vamente por la estructuro motodo16gico de la oiono.io ne~
ral. ~a LiloEotlB do Locke ea burgu8ao. pero 01 miSDo
tonian_, orienta su rei'loxi6n ciontttloa etl torno oponer
tiempo Flf·;rIe:olo y oociol. 'UON" r6 en el honbro, en la
de manifiesto la ln.t1l"r~ia (le ';odo fundamonto l6gico.
nnz6n :J 1I0 tiene concieneia de e.tar aiz'Viendo oontemp.9,
ootar{eloo por ende, pnra 01 nexo cou801 quo do eato m.
r4neomonto ti la .l:roduoo16n, enunclo.nd.o los reglao 1nst.!
tucion81os faVOl:Bbloll a la expone1&n de 10 clR80 aeoon­
do tiene quo validarse sicuiendo exclusivamente la re!2
roncia ecplrica impl!clta en la roolid[)(! politice, en
. úente.· (20)
tanto crItica al aiatemo hobbaalano do ntirmaei6n de la
'¡.;vidontornente. 8i so porte "el on311818 1ockoano
auboran!e ~or encima da todas 108 CODBO, aun a pesar de
ntriett> oonsu, en 01 eenUdo do qU9 la leo:!. cazo equiVJ¡
su ejercieio arbitrario, le posioi6n or!~1ca de Montea­
h''1c1a totAl ontre ley fl"tural :1 ley tmiveraol. debe
quieu 80bnt .1 propiO anll1a1e locko80o dar' oOQO re sul
irrndlorlo todo, ontrmcea, la pftl'apectivo de coordino­
todo la cODpl.j1~ac160 de aquellos nexOs causales. eo la
ci6n do nr.¡boo p1!9.t'108 no puedo sosteners!) por el mi. .
medida on que nú .0 puedeD Com~r8Qd.r COQO indiferente.
roAn q'.l9 !1 con11e16n 10 intJtlfIt',I" ',09 BUpUNJtoe esenoiale.
a interp8l.1etrecionea factorialeu, ni tan ei.Qulore por
qUIl ha con lnnvi',oble 01 deGllrrollo tondonoilll hecia 100
marginal.. que puedan uer, .0 OUOOJto BU ioc1denoia, aun
objr>UVOll proindicado8 en aquella. nqui9aloncia, e1n :¡ue
a 'P.sar de su 103an!a, pUedo resultar deoisivo. Le ex­
des1. luep;o, tnl ~,orD!ll:'ctiv(t deba ftrs8 COIDO aimple '1
panai6n oau.al Que como co~pleJidad multiraotorial lnV:!
meramente uni1in••l en DU propio autodeoonvolvimiento.
d. el f,.ne8lDiento (,._I.nt!tlco moetesqulouano teniSr4 poa­
'8 ~U9 ello no 8ignificarla mAs que un ~uro ergotinmo
teriormente la reaec16n rouseeeuniano como alternativa
totalmente ficticio.
oritica desde donde so pon~~ do roliove la inefioaoia
operativa de tal co:nplo3idad en 1& IIIG:lida on QUe 000
ello no 88 bar!a _i_ que ocultar el aut&ntico eeoroto a
1.2.'.0.- tlOrfl'i;GQUlEU 'f ¡'l., l'Ror..t,F.1A DI!: LAOU;NOIA
yoco. del problema polltiOo. •• deoir, lo de la orcont­
POLlTIOA.
aaoi60 racional do lo libertad., lo cual no puede ser oon
La rolovo~oio d01 pon amionto oientlfioo-pol!ti­ templada bajo 108 auspioio. del eimple discurrir compa­
ca de Montooquiou oobra Q"a vigoncia enorme en la madi­ rativo, tal oomo sodin pretendo Bou.seau lo hace 01 Pl'!1
do on que por su intermedio ee ponen da rolleve la co~ pio Monteoquiau, cu,o an&11s18 YO a Oou¡>ernos segu1do­
100i60 do rectoras, inicialmente eotimado8 como mare;b.l mente.
lOS, respecto dol mioma fUndemento do la Cienoia PolitA
oa pr~piamonto cUcho. :Setol!! .toctoX'ea en modo alguno pu~ 1.2.'.0.1.... EL PROñL"FMA tm.i'OOCLOOtCO .EN r.ON'l'fl3QUn."U.
don aer yo soslayadaD y su atonoi6~ no debe ni sor omi­
Doade oato punto do v1l9tn, conviene proceder el
tida ni, n8~icQo, desvirtuar la boa. e80n01al del ~ro­
trov¿s de un examen de 108 condlcione9 rActicao de inc~
pio anAlista cienttUco que do la rool1de.d pallUca int8J!.
dlnnc16n do los prosupuostos rnclonoloG, loo cualoa, no
te arroGorse. E!"I esto 6Gntida Montosqulou aif.';1l1tica rea
puoden vnrtobrarso m~B que on tunei6n de procuponer. a
pocto do los conslderBoionoo hobboaionos y lockeano& al
8U voz, Aquella equivalencia que. cuando monos, pormite
rpopooto uno profundJzoei6n de 188 teleD considoraoione8
oal;nblecor un minlnultl do racionalidad oon lo cual 80 ha
'1 esta sil.)nHicaci6n rl)flOlta con luz pror:!n e Iilo:\ide qUo
oe absolutemente 1ndis~er.sublG eomonftar o oporar oomo
nos I1dentrenoD en 01 fu-f.lle1e minmo do OU ponoomlento.
240 241
conditio elne qua non de veroeidatl oornoooitiv&. ror ton autoglrarao on torno al 8usodicho relativi~o ~ogno8cit!
to, 01 PO(IO A1ru:i.snto gua dov~ r.oe lClrrc('clndible dar no 'Yo que ea. preoiantr.onto. lo que oonvierte a Nontenquleu
fin otro que cntfll'1dn!J.t' cotlI"ortltivMlonto la racionalidad en uno de 10B precursorGs m6a cloros '3 di¿tanoa do la aa
:¡or1.vndn d" IIquollR (ilquivalonnia lockenno con 10R mIpuaa tual raCionalidad 80010168100, como 08 bion sabido. Faro,
too do t'oclonn1i'lod il'\ndoo fin 01 tlompops8ado con vletae ante. de llftgsr a tol problema. voamoe detenidamente ~~
l! (lonfoT1llnr ltu,! oondicioneF, '.nexorableo do eu implicito lea 80n loa posoa Que conduoon al c6lebre ·pbIlo80phe de
danonvolvitdnnto b8ot:a loa 9UpUé'lItos actuales, lo cUftl la Brade" boata tal panorAmica oognoscitiva.
OA preoinomonto la tarea qUA tondr& quo realizar ~lonte...
I~oa dicho, pues, Que Montosquiou busca la inco~
qUieu. tnrea que, tondrA que gré'f'itar on tomo tanto ..
dlnncl6n .rooti... (le la raoionalidad, proauponiendo la
la domostraci6n ralrabl~ dnrivoda dol BUsodicho daGeD'f'D¡
equi'f'elencia entre lft7 naturel '3 le)' 'lniversal. Ahora bien
'f'imiQnto come roopooto dol hocho d. extraer 108 conao­
tal nrG8upueato oe lndiDoutlblomento una de las do cla­
cuencias inoxorob1oo del ejo de coordonadas 'f'8rltativo
raa conaoouenolno do la eatruct\tr8 metodo16gioa newtonia
lntrfneeco en tal .lnimos da racionalidad, aunque .'f'id~
na. ¿c6ao, pu.s, realizar tal tOrG8, acoptando de entamA
t~ente tal mlniDUm no ~. prasente aqut nA. que bajo el
no que la realidad eon la que O~ Uono que opopeB'. no pUJl
l'Opo.1C' do! mnxlmul!l d.9 l'801onalidcd 1>oalble, que o • .1u...
de d$'f'onIr, r nlve18ft oomprehen8ivo8~ meramonte menoura­
tamel'1te lo que oonoH tuj'o b p;:!:'8n4el'lA '1 le debilidad del ble en el sentido cuantitatIvo na\~onlano7 Lo respuosta
snfll1ais ti1006ticn-polttico monteaquieuano, en cuanto, a. asta cuest16n O!'l; :tuatMonto, la problotl6tioa que obl!
abBolu1:omonte ent:uoiaemorlo por le. antodicha equivalencia ga aanlt1ostnmonte a Moatosquiau n adoptar una poeici6a
llegarA. o tr~v'n de BU examGn, a dar perEoota cuenta d. ambivalente entre Descarto. )' Nevton, en 01 sontido de
los UmitoB eDpoc!ticoE dI') la raciona1!t'.8d inherento al que la operatividad do lao blp6teois'roeulta onteramenta
anhiBir lockenno, dando pi' pOl!ltar10:.llIente a la con... inevitablo aoeptarla, a posar que nuoo~ro ·phI1oeopho do
trucc16n p':r~va y llar'."' :~e 10 crItIca l"Ou8l!1oauniana. como 18 Brede" tienda a buscar la incard!nao16n real '3 ofoct!
podronoa d~ monUlaste lIIall p.d.lonto.
'f'ft de lna miemaa. incordioacitn Que es lo que suscitar'

Es de eeta oenora CO~Ot mutatIs mutondls. el arl. l8a oriticas a 8U intento de rac1ono11~eo16n do la 'f'ida
totelhll'lo on ciemee de ¡':onteequieu .. verA poateriormea aooio1 1 política. Montoaquleu t oorno ho~bre ilustrado,
to rebat1do por el platonismo rouas8auniono (21), arista "elote a 1.18 rO"?'Jionon tJoC~.n18G pl'op•.na de la &poca, 00­
teliemo carnotürizodo. b&81c~ntG, por la tonn8 b6aque­ noclondo a Fontanello, ilustre bi6crn!o de Descarten '1
N~ton. Gdem~s de ~utor de libros c61ebroB respocto de
da de incardinaci$n real de loe preoupu~8too raoionales
en 0.1 marco do voracidad que noa ea oonún 80 el mundo 1112 la p016~icR eiont!flca que, g-gdn Volte~ret hemos 'f'ieto
dqrno. 08 doolr, en 01 marco del rolntl'f'iemo 8uto-cn oaoa divl!\lr fl 101'1 eup{ritu8. ¡>ero taT.bitín conl. ce el. lIIiemo Vol.
16clco humano quo, prociaomonto. por ballaree todavía oJ! tnlre, ao! como conoe~n 10 tilolorta cartesiana, 30 que
di.nemento oculto en lionteequieu ea lo que le pe~ito in octu~l~ en el ColoGio de los oratorianos de Farie, donde

tentar resolver la antedicha equ1valonoia, cuyo alterna­ d.lscurr16 lo v110 del l'ere tinlobrancho, ~ la ve. que, no
tiva de Boluc16n, ello 08 juotooonte el OAA nítido ejem­ e610 'l1npul1o en su M.bl1otGca. pa...""t'iculnT.' de loa obraa de
plO del pet'nntori -: earAotor d:am6tlco que nnit.e al oono­ Descartes. sino edemAs la ~8 Rouba~lt. la de ~ewton '1 1.
cimiento moderno 3 actual, no 110go de suyo m6s Que a de S. Olnrke, ~1 fiel disc!pulo ncwton1ano. ~~ljuntamen­
mostrar BU b»olb:!.li"ad etoctivo '3, por ende. tiene que te con l~s do l~ibnl~, cono pued~ oboorv~ra. en 01 Oata­
loco de nu bibliotoca publicado por 1.oui8 Desr,ravo. (22).

.:...:ii.toI
242
243

8!11t Cooo tuvo eEJtrechso 1.'0100ion80 con el 1' .. Cestel quien, do 8U8 efectos, en lUtiar do tonor, sogdn estamos obll~
deüde lUOBO, tom6 p«I1:e Dctiva en la ro16~ieo eludido (23) doo, que extreer do ol6Uno9 ereotos. el conocimiento de
el cual .eUIl preceptor ,Je1 hijo 19 nuoGtro "philoeopbe de la cauea," (25), 10 cual ea proelsacente lo que n08 re­
la Dl'odo", del cual haco PontCl8quiou Un comentario en BU vola 1. limltaci6n dol Alcanco dol conocimiento reoio­
Spiol1oeo qua rIOO QUest1'o bicm a lB8 olnrn& el part;1 80­ nal 1I1ontoequieUlL"10, ajustendo (\ los proslJpuontoe 01 e~.,
bre el qua ~r8vitaba. OUOndo noe ai bolf1es de Osta mene­ do coordenadoa dél conooiclGnto oiontttlco gravitando
%'0 que. "rOl' lo d0lll&8, el .p. Ca.tol no deja, OOi!\O todo entH Doecort.8 '7 Nevton. como hemo. mostrado por 10 ea
JoouHn, de atacar al aefior Uewton sobre la ortodoxia da toriormente oxpuGato, que D8 lo Que n08 dibuja de 8010
GUS prinoipio. Que dice tender al ateio¡so. A peaar de qua el aarlotor ill'PU1'O do le roclonlllldM moderna (26), 11.1.
..)eto autor no 1'UooI.'I Ot11tir le divinidad poro haoer tunoi.a v'ndono. oxetemente • lo propoo1016n dol prefaoio de 6U
na..' O p.r\ro r\1odecuar ou ais;;omn. Dioe que, tendi!lonc1o 1. L#Eaprit da. Lota quo eOlIO opota(JJlla c..lontifico 008 db.l
pesan tos 8!omprc hooio 01 cent;ro, 108 cuerpos pesndoa por fía a'.!l,el parti prie. ouando n09 d{)rJitica QUe. "No he
81 misrooo ti~non ou MOvimionto en 01108 miam08, 10 que ~ deducido 1118 pr,Doiploo da mie pn.1uloioG. 108 be 8aOa­
nlleve &1 siet~ma de BPieura, rU~. babiendo peeantea 8010 do de le natural..a d8 lo 008&.8" (z7>, de modo QUe. "Ro
en lo l1¡ateria, la t'Itltorin tiono en .t lIIisDa au tuoraa. A­ e. eo lu meditao1ones de 'un cabillote dondo .,8 :preciaD
delll¿S, dice, Gstando Compuesto el mundo de lleno 7 de va­ buBcar prueba., eino en 01 ••no do le naturalela mioma."
c1o, ;y no nabiftn(\o 1100110 Dios el Yacio, h87 alguna oo•• (28), 1a QU8 le praeupoalo16o de le roolonalldod, aunque
en 01 mundo que Dioa no ha hecho. No 80 oomo BUaede qUe 811. l!mito. ruertu· {ioplotamente vialblo9, .1n emb~"O
as imposible rorrosr un slote=a do1 frondo 8io .er aaueado requer1an de UD 8"tudl0 '1 "allon 'o protundldad oon 'rlJ!
do ato!811:ot Dnscsl'teat Newton. Geaaendi, f181ebranobe. 000 too e haoer po.lbl. su looardinaci6n et6otiva, en tento
lo cual no .8 hace otra coaa que probar el atoiaao 1 dar­ que 0110 era lo quo •• doduo1e .speclticamente de loa
le ~orze8, baciendo creer qua el atoleDo o. tan natural UUpu••t08 metodol&s1001 newtooian08 1 en tanto que ello
como. todoo loo el.tElllla8, por di.f'erentee que sean '1 tien­
era precisasen te 10 quo ibe a ocupar la vida inteleotual
dan siompre a aerloe." (24)
del mismo Monteoquieu, en OU8Dto que .e aprestaba a llS
ver a cabo tal tarea, pue8to que "Trb babel' leido e1nl1
0(''"'0 ll'8t·Q pOrBl'elltlvll, pUGO, podem08 observar,
na. obree de ~ur1oprudenc1a la obeorv6 como un pela dOl1
con t:otal niUde. COLIO r10nteaquieu buD08 ob.1otiva.r loa
do la Ra,,6a querle hubitar aiD 1I'1108u1'18.· (29), lo ou81,
proeupuootoa de loa ·que P8:.'to, oomensando por eatablo'.er evidentemente, noo dibuja con absoluta t~D8p&r8ncla la
qua 01 od.lieis cauoo.l noo euminiatro un erado do iutol,! tooo11.ac16n del lntera. por el que iba a disourrir el
e;1bil 'fiad nbso1utomont;f) irrol;-atiblo. u10mpre quo, deedo
pensfl.Clento til086tico-polit1..so de ¡'¡ontellquieu, poniendo,
luogo, Be obClorvon determinada. condicionoo que no extra
a $U vell, de manifiosto 8U eepectfica itlGvrol6a como bo!.
polon las oonc1usion09, Y8 que. "Como nuostra vista ~8
bre iluatrado.
muy licitada, J COMO no vom08 mAs que pertea, no tenemoe
modo do Juz~r lOh propiedades de la materia. 7 consiCUian Obviamento, por tanto. co~o connoeuencia de lo ~
tooante laa loyes de la naturaleea, c6s que por 108 efoA cho, la tomo 6e poeioi6n Qont&8quiounn~, oomo tembi6n ..
toa qUG producen, pues. para .juzgar de ott'O modo, sorta hn oheol"VDdo, no donota, on modo alguno. nlnr;6n desoueaa
rreo1.... o conooer el todo en conjunto, mo(Uonto lo cual 0as. to ni 9aco;>t!oioIll0 respecto de lao yooibilidadee real0'
traertaaos, del conocir!ionto do la osuoa, ol conooimiento fle oU;onO~.6n do ob;Jetividod cor.'l<:scitiva,la cual, natu.
245
244
una naci6n que lo que da un cierto eep!r1tu a un parti­
rOlmonto, BO hallo circunecrita texetivomcnte a 108 COA
cular, lo que modifica un sexo que lo que afeota a un
dicianos cornoacitivo8 procodontcm~nte doeerits8. tel
hombro, lo que torma el genio do las sociedades que han
como 80 deducet doada 01 criterio teinta, 01 ciontitici. abrasado un g6nero de vida que el de una 6010 pereona."
mo newtoniono, bajo cuya f~rula, evidentemente, la poa! (31), revelindoaonoa od que la cauaol1da4 se prot.:onta
bil1<lod. ooco vimos en I..ceko, do interpretar lo realidad aqul en el 8eoo de un marco flexible, llbil, cuya ob3e­
humona tieno quo concebirse on funoi6n dol roourao ex;>l! tividad oognoscitivo, doo~e luego. no corro perojo oon
citamente enpírico, que, a BU ve., en el plano eocio-po­ la propieaento inheronte al conocimionto motem6tioo que
litico montesquieueno, no se eonetitu¡e mi. quo por la -no va mAD que de lo verdadero a lo verdadero, do lo

multifectori81idad relacional entre 108 miemoB .eres hu. talao a 10 urda4aro por 108 argumentos ab absurdO. No

monDO, doode dondo se hG~a posible indagar 108 presupu8A conoCen eata mldio, que .a 10 probable, lo m&. o mODoa

tos do raoionalidad para le8 susodiohas relaoion08 hume-­ probable. No 'hay, a este Nepacto, mio o menos en In

Das. "Los hocbX'G8 80 obsorven lo da cerca posible para


DOte~'tica•• (,2). t~ldenteaente, lo baae constructiva

vorso tel como son. Oomo no adYlerten eua Yirtudea y su. aonte.qnieuana h81 que ineardinarla der,4e este porspo~

vicios ~~s quo 8 trav60 dol a~or propio, que embellece ti.. no s&lo en ouanto heredera de tal probloma, slno,

todo, 80n sienpre tostirr,oa intieloe 7 jueces corrompidos ademAa, en tanto concepoi6n metodo16gica enteramonte

dO si miamos. ( ••• ) Dios ha querido que v1vle ••n on oomdn


abierta a &1, de tOl'lllat pues, que, aun ClUando la suso­

para servirse de guiaa unoe a otros. para qua pudieran


dicha causalidad, como criterio .eritativo en aéntido

ver por los ojoe de 10G d~68 lo que BU amor propio le. atrioto, no puede afirmar•• aobre boaea puramonte intui

oeul te, y pero que, en tin, por un comercio aagrado de tiya., 8in embargo, no por ello puede colegirae de aqui

confianza, pUdieran decirso y apaec1birae da la verdad." nin6Una poaici6n frontal respocto a la incertidumbre,

(30) 8ino tan 8&10 a UD maroo yeroatml1 de conocimiento, que

8S proci8emente lo que abro la perspocti.a plstonisonte

La invootiGQci6n, pUGO, dGbo discurrir dosde ta­


leo presupuestos y, der,dO lUogo, on tal sontido haJr qUe rouaseauniana poaterior en tunci6n do lo radical protua
adyortir quo la propio rncionalidod derivada do loo aia dizaci6n da lB8 oondicion08 arietotelisantee que aubs14
moa no pUedo doro s m~s que a oond1016n do subsumir baJo ten aotto VOOO en la motodologia newtoniona-lookeano,
coordenadas c;en91'11l08 le ontodioba multifactorialldad, .ovi~iento intelectivo a.te que arropa porfectamonte Y
ya que, eV1dontemonte, lo racionalidad con la que hay circunncribe t8xatiY8monte loe sondas por 188 que diacg
qUo opereu' aquí no ruode, sin V'8Ye riosGO, 1dentitic8l.
rre 01 peneamiento de Hooteaqu1eu, el cuol, pues, proD0l!,
8e li8a y llonoaento con la certela intuitiva inherente ta una extonsi6n cooplota dol supuosto locteano, en un
8 la "ratio oathocotice", por lo que, consocuentomonto,
intento do comprebendar au esoncia de eonlormidadcon su
aparece cloro ,. on l:ontosquieu que la conetrucc16n de clar:l.ricaei6n comNl.ratlva, • la .e. que por medio de su
lo "ratio idonlo" constituye un aut~ntico probl~n coo­ universaliz8ci6n cooperativa desomboOa cn 108 limita.
noeoHivo a rosol\;-.r. lo que. naturalmonte, irradia he­ Gspec!ficoa intorible. do aquel eupuouto, tal cual De
lioo6ntrlcomonte 8 todo el pens8r:.irmto ilustrado, puos­ prosonta bajo 01 c~ctor controdictorio bajo el cual
to que, C0l.'10 61 mismo ei(,,'llitical "Eetno causas resultan Montoequicu tiene que concobir la naturol.ao, la roalidad,
menoe arbltrar.iao a ~o:!idn quo tionon un erecto m6s go­
norol. As! sobomDc mojor lo que de un ciorto caracter a
247
246
1.2.'.0.2.- nOH'l'ESQUlEU t LA OIJ:lICIJ\ }'OLl'l'IOA.
es dGolr, balo loyt'~, bejo la loy, lo cllel, por ou porte,
e. vocon er; rIjo y d.¡:;ida y por contro e vecos on !'rlCil Asl, pue., sometido todo a la Ley. el eurs1mionto
1 varIable, on el propio basamento de BU contextura cau­ de Aata como expllcaCi6a causal, no ee puede colocar, ca
eal, lo qU(" oi !'.lO adviorte bien, no. indica. tar1Mlo, 02 mo en LockG, medianto uno more ldentiflcoc16n do la ley
mo controvertida, la eabivalencia montooquieuana respeo­ oonsigo miema en BU valides unlveroal, aloo Que, es esto
to de lo ~rlDDc!o iusnetursllata 1 luaposltiviata, ambi­ lo que caraoterisa b(¡siof..lente al "philo8opha de lo. Bre­
valencia Que constituye toda una toma do poaioi6n. pu... de", tal univeraalldad tiene que baceree pnlpnble 1 men!
to qua ~~lica la comprena16n de cada una de estaa Gat.. tieata de oonformidad oon 108 8upuoato8 oocperotivoa de.
rOA .1urtdicae bojo lo espnc!ticG perspeotiva de lo otra de 108 cualos. como legialaciooee concrete., hiat6ricam~
y vIcovorsa, on un intento do dar no 8610 car40tor atico t. vl1idao, .e articulen la raoionalidad que le sUbyaoQ.
al U90 del podor polltico, por modio de la tendencia ha­ ya que WHonteaquieu, como Looke. Y en oontraste oon el
cia lo c;oBti6n 80clal que debe careotorhlar a oqu61, on iusnaturalinao de BU tiempo,le30. de opOner la r8%6n a
tonto tal poder pollUco, oino, 8td.mir,lOo, de concebir P2 la hlotorle, la ve abr16ndoee paao en lata- (~), la cual
altivOlOonte B ln'rop1a naturaleza humane on su gonoral! eato e., la euaedioba raoionalidad tiene que des?logarao
dad, oato es, que 188 leyeD natural.a, pueR, no de.ienen en el examen borl.ontol 1 vertical a la vos quo noa eXP2
dé eu,o mAs quo lao l'iIAe elomontale., neo8"ldadao humen.... no lna explic8oionoo de condonauoi6n del peneaziento hu­
que es justamonto lo que en buna 16gice peralte expandir mano. CUJ'a generalidad, pUGa. no puod.e darse de suyo mAa
por eompleto 18 racional1dad dé la Le,. como eXplicac16D que en tunci6n del fundamento antropo16cico dlferenoial
causnl oertarft do 108 efrotoa presentados antea nuestroa que, como .. sabe, en t10nteoquieu ae halla Bujeto al tia.¡
ojos inquisitivo., "Laa leye8, en su eigniticaci6n mla 00 da neoeaidodea humana8 quo 8e inscriben .apeoltioamen
extonoa, no eon mAs qua los relacionoD naturales doriva­ te en el aeno do una comprenei6n da la misma realidad b~
dao de la nRturalG~a de 108 C08aa, y en este eentldo, ta una no abllOlutGlllento mediati88do. por oriterios motada!
dos los eer8p tionen allO loyes••• Como vemos que el muo­ ooa algunos. por lo que la ,uxtaposici6n legal v10na a
do, tomado por el tlOVil1ionto do la materia '1 privado da sustituir la 8uperpoalc16n logal vAlido, como bemos vis­
intolireDcis, subsiste elocpre, 80 torzOBo qua SUD movi­ to, en 01 tledioe'to. de torma. que lo que importa, pue.,
•• observar o6mo 80 hace posible la oonducoi6n humana B~
mientos obed~zcon a loyos invariables, y 8i pUdi'ramoa
imnr,inor otro mundo que 6ote, obedecor!a a reelaD oons­ g6n leye8 erigidaS por '1 mismo, dlstinguiendo notamonte
en &ato8 todo car60ter relitioao que do. por si no .8 coa
tantos o sorlo destruido. (u.) Fero talto mucho pora que
el aun do inteliDOnte se holle tan bien gobernado oomo el cibe md. que marglnalaonte dada la imposibilidad de re. .
Dundo deioo, pues aunquo taabl'o aqull tonga 10ye8 que liz8ci6n del eontido 8acoto16gico de la religiosidad la
por SU noturalema 80n invar1oble~,no los siGUo con8tant~ que "El. hOlllbro, como ser tlsico. es como loa deL16s OUO:':­
mente como ~l mundo traiGO sigue 188 GQyOS. La raz6n oe ~oe, gobornado por 1010S invariablos, como ser lnteliR8A
que 108 Geros pcrtieulnree intel1centoe 80n de intolleen te viola ain cosar la8 10Y08 que Dl08 ha establecido 1
cia limitada '3, por conSiGuionte, BujotO. ti error, por cambia los que 61 mismo eotableoi6. Es precieo que 61 ..
otra parto, eat4 un su naturaloz. qua obl~n por Al mio­ gobiorne, Y 8in embarto 8. UD ser limitados astA sujeto
mos. No oir;uon, rJuelll, do una menora cOllstante 8US 10.1013 a ln ignorancia '1 al error como todo inteligonoia tinlt••
primitiva13, y lo.a mi6Ll06 quo 01100 CO den, t8IlT'OCO las 14& d'bilee conoctmiontoo que tione, loe pierdo. Como
aiguen siempre." (,,)
248 249

crioturolsonsiblo, ~a pross do mil pssionoo. Un ser ost, con la cocplex16n legal que vivirica a los nacionos y a
rUdiorn el] cuulquior inotor:te olvidar e su crendor. Dioe 108 'poca. hiet6ricRn. 38 que -La libortad pura 09 mucho
lo r0tiono por laa layos do la relig16nt 8omojanto ser mAe un estado til086tioo quo un estado civil.- (39), de
pudiora en cualquier mOt,ento olvi<lo1'8o do Di rnicmo. loo torma que toda dotorminoot6n de la libertad, on tanto
til~sofos lo provianen por loe leyos do la moral, oreado tal. no puede realizarso :lAG gue en runci6n de la 8SPOC!
pera vivir on sociodad, pudiora olvidarse do loo dcm'. fica eubsunci6n a la leGAlidad jurtdlco-polltica. pueoto
hombros, 10$ lor;isladorea lo 11 llIIon a DUO deberes por DI que "Le l1barte.d politioa do un c1u<ladano es la tranqui­
dio do las 10Y08 politicao 1 oivilee. p (35), en tunoi6n lidad d. eoptrltu quo pravione de la contianza que tiene
do lo cual se porcibo cloremonto aquello diterencia 1&601 , cada uno de 8U aosurid.adt pan que esta libertad uiota,
la cual adquioro plono consistenoia de contormide4 con el 8. nooo&8r10 un gobierno tal que niDgán ciudadano pueda
hocho de que "Laa loyos diYina8 no deben eeti'1tuir eobre témer a otro.· (40), por lo que, naturalmonte, •••• No
lo gue co~epond8 a loa hUt:lonas, como aetas no deben in­ consiate la libortad pOlitioe en hocer 10 que S8 quiere
vadir lo que corroerondo a ,qu'1l8s. 1.. noturaloz8 de laa En un Eeta40, e. decir. en una sooiedad que tiene loy••,
lOYOB humanos oet3 eOl'lotida a todos 10B accidente. 1 8 VA la libertad no puede ooosistir en otra cooa que on po­
riar Q medida qua cambie la voluntad de loe hombres, la der hacer lo quo •• debo quorer 1 en no ser obligado •
nsturoleeo de la. leyes relicios.. ea inmutable. La tuer­ bacer 10 que-no debe quererse. Ea necoBario distincuir
za principal de la relir.i6n 08 que so oree en ella, la lo que 8. indepondeaoia de lo que oa libertad. La 11b~
tuorzo de 138 loyes humanos eotA en quo .8 lae tecla." (36) tad. e. el derecho de hacer lo que la8 leyeS parmltan,
1 .1 un eiuda/lano pUdiera haoer lo que 1a8 18108 prohi­
l~Ot pues, aal, cooo la 8t'1t;edicha ambivaloncia Don
tosquieuena va onoontrando eu tendenoialidad operativa, ben, no tf"'1dr& m4e liberted, porque 10B doc6.s tendrían
la <mal, supuosto "q1h! loe hoobrea puoa oston euJet08 a el mismo poder." (41)
l~es. ea algo que ya lo naturaleza de 108 cosa. n08 In­ Bajo eate &pti08, por conoir,ulonte, entramos de
s1n60." (37), e8 n08 revola. por ande, a trav6s del til­ pleno en le oonriguraci6n de la estruotura aoeiel y poli
tro dO que lo racionalidod lOgal, • pesar 1 precisamente tica del mundo moderno, la cual, de nu¡o, exigo nocoso­
J'lor eoo d.o coll~pliear permoabilidod :1 tlexibilidad BUti­ riamente 8U contormaci6n al universo legol atrioto e.nau,
ciento no olimino, on modo alruno, lo cortoze causal qua tal como ha sido planteada hasta ontonceb, por lo que,
la inhlero, de to::t'llla, puoa, q\Jo pUeda, entoncea, conce­ dosde lueSO, en modo alguno, puado algo reeultar al mor­
birso "~o 101. en ganerol, 8. la ra~6n hunan. on cuanto gon do la aisma confiznraci6n legal, n1 tan siquiera el
80 opllen 0.1 gobiorno do teJos los pueblos do lo Tierra, propio poder pOlttleo,puoBto que "••• Nos ba ensoñado
1 las leyes pOllticas y civilos do cada n80i6n no deben una oxperiencio eterna qua todo hombre inveotido de auta.
ser otro. Cosa alno caBOS pBrtivulares en quo 89 8plie. ridod abusa de elle. No hay poder que no incite al abueo,
la misma ram6n humnno." (38), oon 10 cual, evidentemente, a la extra11miteoi~n ••• Fara quo no 80 abuBo del poder,
PUO¡Jo advortirae la p~rdida del corActor to6rglco que la 00 ncoecorl0 que le ponce ltmitoD le nnturales. mioma de
vadta a lo vido .aoio-política para procoder expllcita­ las coseo. ft (42), lo cual eo Justaconte lo que conclu¡e
mente n osentarlo. sobro Dí misen, de to~~et por lo tanto, nuectro "phlloGophe do lo Brede", cuando en 17'1 regresa
que consoeuenteménte con 10 dicho, lo. libortsd tiono quo 8 su costillo do la Drodo, trAs su importantloima vieita
ldentilicarse, al codo co:~o lo l~llb!a cctublocido ;ya !JOcke. o lnr;lotorro, 'donde deocubro qUo la artioulao16n del po­
259
251

dor tieno qua (!ief/onor do Una HDitaai6n como condltio 101 hombrea hon renunciado a eu independoncie natural PA
slno qua non do GU .;JUGto y conecto uao, puosto (l cO ni re vivir sujetos a layaD paliticoa, de igual modo hao r~
lo confi(',ureci6n "decp6Uca" del poder pollUco, tel nunciado a la natural comunidad de bienes ~ora vivir su­
COP¡o lo ri(liculba on SUD Lettea :rerennes, poniendo de jeto. a laa leyes civiles. S1 IDa primeros loe a8eguran
rolievo 108 ooncomitanciso subsistentes entre el poder la libertad, laa ~ltima& 108 a.aguran lo prop&ednd. Y no
oriental y 01 abeolutimno de Luia XIV de modo genoral. oonviene qua la. loyel de la libertad, Q de 10 ciudada­
otroca Una perspeotiva eo~a ai ejercicio de la JustA nt., hayan de decidir 10 ,~o corroopondo a 108 le30s de
cia, ni, 88i~icmo, la nBtructUl'8ci~n dol pOdor romano la propiodad. Ea un paralogismo eso do que el bien part.
puedo conDorvarce, ya quo, inexorablemente, debe pro­ culer deba ,ector al bien pdblloo, lo cunl no QS cierto
ponder l!I deepcrocor, !;mosto quo nada nsocura la n['!Gn­ .ino cuando •• trata de la ciudad, oa docir, de la libot
ola do DU propio 8oC'\lridad COM entructura eatatal, ;ya ta.d del ciUdad"'."o, en 10 tocante a la prop.iodod no 08
que "Romo eataba, PUB., on guerra oterna ;y siempre "1.2 .iarto, porque en oate particular el bien p~b1ico estrI­
lente, y unn naciSo conotan~~onte en guarra, por pr~ ba en quo cada uno conoerve ain alteroci6n la propiedad
cipio de gobierno, o habla de parecor. o destruir a loa que 1•• layes oivil08 le dan o le roconoe... ( ••• ) Gont~
deo60. que ;ya on guerra, ya en pal, nunca e.tabon tan m08. pues, 1. m&x1ma de que, tratAnd08. del bien pGblico.
prontas para atacar ni tan preparadas para detenderse.­ aate no consiate nunca n1 pUede consi8tir en que ae prl­
(43', de torma quo 10 eBonciolmente earactor{stiCO de .8 de sus bieno. a un pertioular. 01 on QUO 8e le quito
nuostro mundo :nOO8mo no ea otra cosa que la 8atera de la menor parto de el108 por UDa le3 ~ol!tlc.. Si llega
libortad que se 8Ub8~~e en la misma estructura local, la el caso, debe 8eBUi~' rieurosGI!Iente la ley civil. que8.
oual. siendo inexistente en 10& derooa orientale8 de 8w el peladi&n de la propiedod. w (44)
.1ol'oioio de poder, dovione. para 01 mundo romono, tambiAn Don, puGa, o~omente. semejantos condicionoa la.
iluso~a y tnntAsticn. puesto que 01 propio Imperio no que Monteaqulou preeenta como inanlvnblee pora lo buena
pOd!a sostenerse m60 Que por medio de ponor de relieve maro4a de la estructura estatel modarna, laa cuelos, a su
su propotonté poder po!f.t1co-c:Iilitar, oomo poder que 8e yo., la8 encuentra en conformidad con 10 contiguraoi6n
autoerlgo po!' modio de 8\1 moetrea16n b611cn pemanonte, britAnlca del poder, pue8to que ·In~~aterra 08 hoy el pala
on el cunl lo unidad pGblico-privada no poa!e conoebir­ mAs· libre que hay en el mundo, 8in oxceptuar ningUDs re­
e9 de modo soparado debido G su fundamental identidad. pdblics, lo llamo libro porque 01 pr!noipe no tiaoo 01
BUnqUQ cerminolmonto lo ~uo oorno herencia noo ha dejado poder de hocer nin(?lneperjuic1o IooDnable cualquiera.
01 mundo romano no eo lllJ'is ~'JO la ot.acta posibilidad de por la ras6n de que BU poder eatA controlado '3 li~itado
tal sepnraoi6n, modiantft ln Justa Identidad Que subyaco por un aoto, poro ai lo cimera baja deviniose duefio, BU
ftn GU propia contiBUraci~n jur!dic8, cu;yo recepci~n en poder serIa llimitado ;y policroao. porque tendrlo al aiA
Francia t'ue bastante podaron8. 001:10 Oa bien sabido, a mo tlem,o 01 poder oJocutivo, miontr6. que boy el poder
diferencio del ~8rAoter jurídico ioS1Ao tcommon lew). ilimitado .atA en el parlamento ;y 01 re3, '3 el poder ej.
ebrl'ndoaenoe aa! la perepcctivn do nunstro mundo modo~ cutivo en el roy, c~yo poder es 1imitado. ft (45), por cu­
no, en lo Que rctJfH)cto a lo conrtf11rcci6n do su l,ibor­ yo intermedio 8e hace posiblo IlIstablecor lo beso limita­
tnd, la cual, 'rrecislltlonte. discurre por si Oondol"'() 00­ tivn d.osdo lB cual debo '3 tione quo vertebrarse la eotru,2,
toriOl:1l1onte ontroviotu y que !;ontoaquiou nolS oo':n!a turn de po(1er polItioo buscado y que, on consecuoncia.
claramente el vdvertirnOG ror;uid81Jcnto os! t "J~s! corno
252 253
018 de loa pUJbloe. ea decir, donde la l.,. tiene que
80 orir;e eOl~o ojo prlncipal do la propuoato do orienta­
reglamentar toda BU oxi.tenoie, tal oomo sucede en los
ct(.,n <)UO ltonteequlou, oomo prcoureor dol ponG(lmlc ·to 1­
pueblos civlli••deB, puesto Que "La libertad consiote
,lustrndo, VD a introducir en francia, 8i bien tal pro­
principalmento en no eatar nadie Obligado • hacer cosa
p-UCl -~ta ya habla os¡\tndo n cuehoe ponaodoMs polIticos,
como Gf'ñnla Dediou (4G), aun cuando con el "philosophv
ninv,una quo la1" 00 ordeno, ,. esa libertad no existe
8ioo en virtud de eetor ~b.rDad08 todo. por le8 ley••
de la Drode" adquioro unn C8¡~O de naturalo&a Gntor$­
oivilo•• Somo. libree porquo vivimos sujet08 a las 1.­
mO:'lto rol(w!.'Il'Ito, ya que con 'loe procedo • un anlliada
politico on prorundidGd quo 88 3uetmnento lo que pone 70. civil.o.- (40)
ele manifiosto BU IfL"l::sprit dee Lole", an61lBla que ten... Aal, puee, circunscritos toxatlvomente a la e..
dr!a que t!mor como a30 r,ravltatorio la posibilidod de tera s'l8Odlchl' de libertad, todo lo quo real , verdad,!
o:cp1icar 01 tundamonto caueal del mundo moderno, CU;Y. 1'8QGftte debo tonor qua mtarGa 00 08 otra C088 que el
baso, a 911 voz, hoJ' Que bU8corll1 en la oontextuf'a do la ~.o o a~l.o de podar doep&tlco que irrodio a loe impe­
lecnlidod y cUla articuloclJn hay que ostablecerla se­ 1'108 orientalea, puesto quo lae troo tOrllle8 de gobio1'*>
r;6n se ha indicado antorlor:!H:mt..i, por cuento lo que se no re.tantoa, a eabGl'1 lo monerquta, le aristocracia ,.
indaco claromente no 'Puede conetituirso m4a que eo con­ la democraola, d'sel'ian con balltcmte olCll'idad un respe­
tormMad ~on 108 9UrueGtOG orgoniBotivo8 dol poder OoelO to • 1.. oondioio"88 de libortod anteriormente apunta­
nÓcloo clo lrrodlooi6n de 1n8 Dondos por las que discu.­ c1at, pu.ato que en 811•••e puede 81vert.lr una tenden'"
rrir' 10 convivoneia 80alel, loa ~lal09, por 8U parte, oiolidad senara! b.~i. la geoti6o 000181, que es preoi­
on modo Rlf:uno roqutcrcn nin{S6n interroGonte Deerca do1 oamen~. la b3.e del gobiorno ¡para cuyo cometido 80
origen nociol, pueoto quo ItSlompre QUo he otdo hablnr nOl'lllattvba la vide 01vll, pues, aun cuendo en la Ho­
de derl~eho9 p-6blieoe, ho vioto que OOClonllAbon Invootl­ oarqu{a parecerla inexistonte tal estado do Bobioroo,
r;eodo tl.tant:ru,lonte cuAl ero el ori~ de leo eocied8dea, aln embarGO, aub8ieten unos tiltroa qua como w••• podS
0098 que mo paroeo rid!cQla. Si no De asociaran loa hoa rea intermodiario., aubordinados 7 depondiontes cODet1
b~at 81 se dOBvloran y huyeran un08 de otroo, entonae. tuyoo la naturaleza dol gobiorno mon&rquioo, e8 deoir,
o! qUé tuero necoGorio Bver1euar la cauea, indaGando do aquel -m que gobIerna uno solo por ley•• tundamentA
porque vivian aportadOS, poro todoa nMen conexos unoa lea. e.t.) La"! leye8 tunddoatalee .oponen tonoalUDen­
con otron, un hijo noca al lado do eu podre, y 8e queda to canales intermedios por loe cualoa corre todo el P2
con 611 eso NI la Goc.).o<'i!ld ,. 01 orl~n de la sociedad." dor del prtnoip~. Ft no hubiera en 01 Estedoa6. que la
(47) t do forma, pUGa, quo ~ o que ir ¡porto no es otra (l()SO voluntad moment6nen y capricho8a 19 uno 8010, no hobrl.
que le poDi~ilidod do articular lecnl~ento la orgon1.a­ nnda establo, noda 1130, , por conoi~lonto no exietl­
ci6" del Fodor, 18 cual tondr~ que nin~l1nrlzorce do a­ r!a nin~n. loy tundnmontal." (49), de modo que a tre­
cuordo con ~áltlplos combinaciones qua cada OGP{ritu, v3a de DU filtro 01 Ithonor" oe expanda por todos &U8
coda nncitin, CDC19 puoblo, codo r&c;i6n otc., considera poros, e diferencia dol ~tomo~" coco principio normat 1
ditorenoielmonte, diroronolabllidod que, 81 bion se ro­ vo oneneial de todo decpot1szo Y tirante, lo ouol, co­
conoc., onct.ootra 8U anuIDci6n all! dOlIdo In cultura mo tunc1&n ~bornotiv8, se c\uli"lo, 19~1tIonte, on la
tiene que lrro<llar ln O~dGteDcio de loe puoblos, 08 do­ Arietocrocia, puooto QUO oqu1 •••• 01 pod31' supremo ea
cir, dondo lo ley ticno qua rer;lamontar todo su existen.. tA 00 monoe do unes euontnc porDonos. Eetas hacen las
254 255
lay08 , laa he 'm ejecutar. lo rOfJtante dol puoblo os m! gundo. hace la pa. o la guerra, envta y recibe embojodOB,
rCldo pOl' nquollss persofms, a lo SUI:lO, como 108 vasallos Gatablece la soguridad pdblica 1 precave 108 invasiones.
en Ion r.lO!lttl'qu!os por 01 monorcn." (5<», rOl" cUJos fil...
Por 01 tercero, cantiga loe delitoD ~ jUBea lao direren­
tros corro 01 principio do la "J:1odoreoi6n", al cual. (';Uo­ clae entre particulnroa. Bo lloma a esto dltimo poder j~
taba r~ol1tüeQ1..iou {le hallorso oooCidot puesto que, deode diclal, 7 al otro poder ejecutivo dol Estado. ( ••• ) CU~
lueCO "La moJor do laG arictooI"8oiae es aquello. on que do el poder legislativo 1 el poder ejocutivo 80 rednon
lo p~rte dol pueblo oxolul~a del pOder en tan pequeOa 7 en la mioma persona o el mt&mo cuerpo no hay libertad.
ten pobro, Que la parte dominante DO tiane intor6. en o­ talta la oontienea, porque puodo tomerso que el monarca
prbirla. u (:.>1), • lo. voz. QUo, 8eitliemo, 88 cumplo taro­ o 81 Senodo hagan ley.a tir&nicaa 7 las ejecuten ell08
bi6n Ele ln !JoDiocrocia, cUJo principio do "virtud" condu­ miemos tir&nicamente." (,,)
ca 1no,.;( rnblou¡o:.tc t\ lo perticipooi6n, tlodiante rep ro8 en
tvtivid¿\d. en la vida pol!tlca, ;va qlie "El puoblo qua e;2 1'0 ea 41t!oll advertir que la ostructuraci6n de
lIa del pOdar eobortl.no debo h'lcer por al m1emo todo 10 que loa pod.rea, ses4n el esquema dlvi8ionorio. adquiere pl~
61 pueda hacor, 1 lo quo cl.'lterlalmonte no pueda hocer por na conaistencia olont!tica on tanto en cuanto que con
sí ,:!i¡;CQ y hacorlo bien. 00 monee ter que lo bap por d .... ella .. puede dar ras&n n!tida del ndoloo en torno al
lec nci6n en BUS mLliotroe. 1f (52) oual tiene que de6envolveree él propl0 podor político,
ea decir, on tomo el derecho privod.o. deodo donde aquel,
J:vil1~'1t:orn(lnte, no Vl\::'loe a OCUpO:m08 OQ\l' de Oboe" oomo poder pol!tico, so constituyo, como diJ1coB, ~n do­
VOl" la probloD~ticidn~ ~JO der.ive de la aplicabilidad de rocbo polltico etricto .enau, 01 cual, por SU port., ti.
106 pr.iocitliotll 8 IIJG oostumbres. lo que de"omos señalado, ne que artlculorse de modo estable 7 eQuillbrodomento.
p<:Iniendl.'l, yuca, nuestro intor6a cm el hocho do resaltar para obtener 10 cual. puea, 80 requioron, de~do luego,
que lonteoqll:!,OU no OILite do ninl',6n modo que la oreanlBa­ alguna. oondlc1onoa que l:onteequieu D08 laa rerleja del
cHm tormel del podar no oonstituya do suyo mAs que una el6Uiente DOd.ol "Esto quiere dooir que el poder legisla­
cllle:ltlend6n del lUlO pdbl1co o pol!Uco del pOder que, tivo debe oontisrae 6 un ouorpo de nobles, al mioma tie:a
;lor lo uodie, dO,je in1ot;orminarta sSlo hasta ciorto punto, po quo a otro elor;ido pnrll representar al puoblo. Ambos
on tanto propone Cf:\CO mota 01 acceDO el 18 configura­
C;¡V'l
cuerpoa celobrarA. BUS 8owobleaa 1 tondr6n sus debates
ci6n mixta 1fH,,:leSB como condlci6n 6ptima dol ojerciCio 8eparadamente, porque tiene miras dfrorontes '3 sus inte­
dol cierna poder pOlitioo, ya que 8 trev3e suyo el dere­ roses 80n dlatintoo.
cho polttlco no ee revola m6.a QUo derivndo del derocho
privado, con lo cual se carantiza do coneuno no 8&10 la Ente ouerpo de noblos debo ser horeditario• .Pero
l1berto(\ polttice, sino, odo~e, so evitn, 01 monoe rOl'­ como un poder beroditorio puede sor inducido a cuidarao
runlmonto, todo uso dosp6tico dol poder, lo que so n08 e;¡ pretorontomente de sus intoreses particulor08 1 a olvi­
pon& Elsh "¡m cndo Eotndo hay treo cl061.'1o do poderos. el dar 10R dol pueblo, es prociso quo lao COSBS on Que ton
poder lec;hlJ.atbfo, 01 rodor ejooutivo do 1119 cosos rola­ ga un inter6s particular, como loa loyes onncernionte&
tivos al dorocho do ~(jntoB, y el poder ejecutiVO do lne a lo tributaci6n, no sean do su incuobencial por 880 loa
COBDS que dopnndcm dol derecho civU. F'l v1.rtud dol pri­ impuootos lon rija 1 dotermina la cAmero POPUlar. Tiene
moro. el prtnci;-e (> jefe dol 1i:stndo haco loyos tro.noHo­ parto la c&mo~ heroditaria on la obre legislativa, por
riGs o definitivas. o (19ror:n los oxletontes. POl;' el 80­ su rocultad de impedir, poro no tieno la facultad de ...
tatuir." (54)
257

256
leglelativo.
Esto, por lo que corrospondo al podor legislativo Estos tres podoreB (pueato quo hay dos er) al le­
que do cuyo no cn mAs que "la volont& c~n6rRle de l'~~8t" Bialativo) 8e neutraUBlln prodUo1on:lO la inaccl6th 1-'oro
0\1;1'0 poder debo cor.pletoI'so Colf lo funoi6n "decisoria" impulaa40a por el movimiento necosario de la8 coses, han
del podor o,jeoutivo, yo. Qua. "ror otro. ptlrto. en un09 de verso tersados. ir do ooncierto.- (57)
tiomp06 os m6s oportuna Qua en otroe le rouoi6n de lo a
saubloa lo~lslRtiv8' do euerto que debe ser 01 poder e­ Sin ombarso. guardando lidelidad 8 la divioi6n 12
jeoutlvo quion convoque lo 8ooobleo y .uapando BUO del! oka8na, el pensamiento aontesquieueno dobe, asimismo p~
borncionos, eon arreGlo a circunatoncio8 quo debo oono­ aaotar otro trente de deapliegUG del poder politico, ju­
COI'. ( ••• ) lero si 01 poder locielntivo, on un Estado 11 rldioamente ooncebido, 1ft ouanto Que la aplicabilidad d.
bto, no dobe inmiscuirso en lae funciones del ejecutivo la ~u8ticia tiene qua concebiroe como tal. lo que adquis
ni pnralimnrlnn, tione el derecho y debe tener lo tacU¡ re 8apéoiol raloyancla In el dereoho continental dobido
tad d~~ eXDOinnr do quo manera les 10Y08 que &1 ha hocho hA.loamente a la enorme rocop016n del doreoho romano, lo
hen sido ej(>cutodes. ( ... ) El podor ejecutivo, como dI­ que •• DO. proaent. de la mnnera siguiente.~El poder ju­
cho queda, toma perto on lo labor ler.ls1ativa por su ' . dioial no debe d'rsele a Un Senado permanente, aino .er
eultad do róotriecl&n o veto, sin la oual oe vorla proa _.,eroldo por pereen•• solidas de la llleaa poltulu, peri6.­
1;0 (io~pojlldo de eus prorr"f.".ativas." (55) dioa , alternat:iYemente dasimoada de la Ilanora que la ley
dispansa. l.. onalGo tormaD un tribunal Que dure poco
r.s, puco, as! cono ee configuro la dIapoaici6n tiempo, el que exija la noceeidad.
de lor:; podores con vista!. a lo 8otructurnci&n E'Ilbornat!
va, on tanto eje clavo do lo con90cuci6n del objetIvo De e.te .040 .e oeneigue que el poder do jUSgBr,
principal. que no oa otro quo 01 do la GOBti6n eocial, tal terrible entre loa boabrea, no eea tuncI!n exolusiva
lo cuol apcrece precisamente on tuncl&n del lIlarco gro.vJ.. d8 una cla.. o de una prore.i6n, al contrarIo, serA UD
tatorlo impl1cito on 01 dorecho privado, como objeto. poder, por decirlo 8al, invisible Y nulo. No .e tiene
constituir por la leeciloci6n civil, o diterencia de lo jueó.. oonstantemente a la ?ieta, podrl temerso a la me­
ley politice que, propiomonto, no tien~ ~6s que aotuar gletratura, no a 108 magistrados. ( ••• )
como ~nronte 61timo de la eficaoia de dosenvolvimionto Loe otros doe podares, 8ste es, el legialatlvo 1
de ln vidn civil, como el !!'liamo Hontosquleu eJ:?reea 00­ el ejecutivo, pueden dar•• a mAGistrados lij08 O 8 CUor­
mo prop6sito, nI sicniticnrnoB "V01 n tratar de lea re­ poe permanontes, porque no e8 ojercon pnrticularmonte COA
lACionoo quo les loyoo politicoa tienon 'con los loyoa tra pereonas aleuna,- (58)
civileo, lo quo es una cosa que dOBconoBco que nlr,uion
~yidentemQnto, la contextura del ponsamiento poli
haya tretndo nntoD Que ,0." (56), que, como hemos indic,!
tico aonteaquieuano adquiore verdadem relevancia dosde
do relteradul:lento, 9S lo qua nos revele la baso oooncio1
donde la quo opora el ~enoarnionto polltico monteoquioun­ la porspectiva do establocor un marco explloito de doseA
no, cu;ya funcionAlidad quot\a o'X]"luoote oo!. "Ho equ1, pue9. volvicionto hacia el cual se puoda const1tuir una orean!
la conatituai6n fUndamontal del Gobierno de que hnblnooo. ..cI6n otéotivo dO 106 podoros pollticos de conformIdad
Compuesto do dos portes 01 pOdur lCBinlntivo. lo una on­ con 108 eupueatoa antoD soñalados, de torma que, a 8U
eadonar& n le otro por le mutua focultad dol veto. Aebes voz, se encuentre una alternativa olara a lo radioalidad
esteran lic;odao por 01 (lodor ejecutivo. como 6sto por 01
258 259
frontal de loo f01:'[.1I.1B do r;obierno, cuya incardinaci6n on d·> ¡."Espr1t da8 Lota, ouyo o~o graVitatorio no Sira. !lb
las costumbX'Os do OUE! prinoipios nos revela la posibili­ quo en tunoi6n de une oooprohonei6n bumane acorde con
dad plurl-orrenizativa del podar pol!tloo atendiondo e le8 nocesidades tloico-neturalea del mIoma Bor hUDono,
deto~lnndea condioionas leGalos, lee CUales aloanzan su e la YO. que ae conforma con 8U8 porspoctivas do into­
punto conl~;nl on In deseripoi6n orgnnizatlva oxpuoote 0.9, graci60 8Ociel. eaencialmonte artiouladas en torno e
mo meto 8 obtener. obtenoi6n que, precisDmente por la ~ lae 103e8 aooiale., que 08 lo que fundamenta el car6o­
deracitm J:'Iontesgulouena. tiene lugar en tunCi6n do Un dA ter realleta del pensamiento monto.quieuano, por UD le.
anrrollo gradual, poro inexornble, on cuanto que la Gae­ 40, aun ouando, por el otro, obviemonte, tloa dosoribe
ti6n B~cial, oono labor de gobierno, no puede ser 8001a­ a1nt0c6tio...nta. una mora 1 81mple acepta:i6a 4el ata­
3nda en m~do nlruno y tiono quo prevaleoor Como olnVG-e­ tu quo a nivele. 800i0-800n&.1000, que oa preoisamente
xi al de la mlsno ostruotura do poder pOlttlco, puea, ne­ el plano cognoscitivo que queda eiempre oculto )rAa lee
turalmúnte, la tunci6n conqulDtndora y eX'parJeivo. del Es­ bruma. del eatado natural 8n la toor!a polItice liberal
tado ho dado t~rmbo 1'9nde que la porra do loe Treinta etI tanto en cuanto que".a velad_anta o.condido 1 trene­
Añoa ha puouto tin 8 lo.o ambicionos regiaa, 10.8 cualea. pue8to en le determinaoi6o antropo16s1ca ambivaleotomea
para eostenerso a el mloooe, daben necesariamente articu.­ 'e concebida, IlIIbhal.enoia que, da84e luego, ai, por UD
lorao on una t6rroa orGQnisaci6n interna qua permita ha­ lado. DO permite ir aAaallA do tale. cond10ion8. 800io­
cer frrmte Q talos intoroses, loe CuoIGa, tlO obatGnto. "on&.1o... al. daade luego, que P8N1to avanzar. desda
no pueden aantonerse por .1 miemos, debido a la d8soontian el otre lado, baatente en el .entido do indicar clara 7
ea del pUoblo, cuyos coneoouonoiB8 puedon 801' tunootaa aan1tie.taaente la problea&tlca cognosoitiva acerca dal
para loo monorcao aterrados a la tOoorQoia rogia, con lo miamo Bar hUmaDO, en BU .entido aatual 1 presenoial, bA
que, obviamento, 80 abro lo. puorta a la lnterrogQo16n a­ ~o la tlaula de una panor&aica lOoio16810a atrlcto son8u,
cerca del depollitorio tlo la 80beranb qUo, desde luogo, por 0010 intermedio 88 rovela ntt1~ent. la comple~idad
tione qua ser otro sujeto polltioo diferento del propio en torno a la oonciencia intorna del 8U.1.tO oocoosoento,
Qonaroa. ~a qUG la toocroeio regia no permite Guponor. el cual tlone, naturalmente, Que propender a eu propia
de nin[~n modo, salvo oxoepoiones, renpocto por 108 dec! oonatruoci6n. aUD ouando, inlo1al~ento, ello no sienlt!
siones COlsCtiV99 quo Bon loo que .1uet;ornonte hay qUe re.. que qua h~a que lleverla basta SUB extremaa conseenea­
petar y e IDO cualos hay que oomotoreo y acatar, por don oloa, pUesto que "Paro .er tellz, es prociao tener UD
do, en llncoe Generoleo, esta obierta In puorta a la re­ objeto. porque es el medio do darle vida a nuostres ac­
tlexi6n rousoeaunlnna on ttrmino8 eetriotononto políti­ ciones, Devienen tanto ale importantes .oedn la natura­
cos, tal oomo 60 trtJtor6 m&o adelante. leza del objeto, " por esto, ocupan D6. nuestra alma.
Ge 08 ~oliz en la perscouoi6n de un objeto, aunque la
AhOtos bittn, en el BOno de tal ojo do coo!'lienodoo experiencia haga ~Gr que no os por el ob.1eto mismo, pe­
polftico-socilllcs, no 8610, aino pl'eoiOQl:lOllte por 41110, ro esta l1uai6n basta. La raa6n eatA en que nuestra al­
la tondencio. a lo Gcrti6n 8001al intoriblo dCl'l rH!:lnoamlo..!! ma oa una coria do idoao. Gutre cuando no eeta ooupada,
to tilofl6ticc-pol!tico r::ontosquiounno, condUce esimisl1o, como si eoto soria tuara intorruoplde, , amenaza'e eu
dosdo la nort!le.tivizec16n jur1dicn do 1~8 roloc!onae (:;00:1.0­ existgncls." (59), a cuyo trav&o, puea, puedo advertir­
politices, h(lcia un !lotoI'f.11nado tiro de m~tropoloF1at tlll oe c18ru~ente la ooCera do indeterminac16n a construir
co;no viene dedo. on 01 cnp!tu10 Bo~:undo del libro prJuoro por parté dol sujeto coe;nooeento, cuya inoardineol6n
2.;)J
¡' n 261
puoda devenir claro el cnrActer vector1ol propio de la
gnosoo165ica tieno ts:-abi&n eu contrapartida en el marco mismo nGsU6n aooial, donde dondo se bueco l'Oalmente
prlvado-,!1I:1dico que eo prociso r('o;otot', nun cuando, la conticrurooi6n eXplIcita de la -socuridnd oetnto1-,
desdo lueco. si bion 'ate 6ltimo oncuentra en la 08tru~ por dondo 80 n08 muostro di6tenOl:1ento ln concreto, en
tura lor;nl su l!1ut6ntiea conformación, ein 81'1t-DrCO, equ6l la misma cont.~tura del peneam1ento riloa6lico-pollti­
como pl~mo r;nosQolt$¡;ico, roquiel.'Er 060 de su contir;uro­ co de Monte8quleu, aquello que ton toliEmonte DOS ha
oi6n episto~016v.i08 tundente, que paro el propio ·phi12 deeor1to el proteDor FUoy~ ~~~~ -~~roa montia M, bD~o
sopbe do la llrode" quado h¡¡ 1'·; ~,nente detarminodo, co­ cuya &gida, pUGa, aparece claro el proc.eo do dosdobla
mo bomos indicado, ya quo 8U comprohensi6n do la 800i6n miento lntr!n.oco racionel, aln que, 81n embarco, ten­
roc10nol otricto Benau no OG constituye mAa qua compara gamo. luo1das tundamentodore recpccto do eu necoaidod
tivamento. quo ee 10 qua que se deduce correctamente do gno.eo166ioa , pUDa. an'logsmonte a Locke, 01 trAns1to
la 8j:)robunei6n te:nporral., auoque, tal aprehons16n tempo­ do la oualidad , de la cantidad epnrece subsumido bajo
ral quoclo aqul envuelta 00 UDa b1'Ul'lla denoa '3 profunda, una lndeterminaci6n que, por lo damA.. roquiero eu ex­
como ox?roai6n de las limitaciones oepeelticamonto pro­ preao tuodaIPOoto ccgnoac1tivo, 18 que contraata 9apOC!
pios de la Iluotrnoi6n coco ~ov1m1onto oultural 1 cien­ lioamente 18 dot.~1Daci6n legal del derocho polltico
ttrico, es decir, on el laber1nto nowtoniono de la abe.¡ con la indeterminoc16o le6al del darecbo pr1vodo, pue.
lutes y relstiviomo eopeolo-temporal. dejando, entone••, to quo, evidentellente, pare el primero •• buaca un mo..
un,vaclo en lo. mioma estructura co~tativ8 del ponaamioA eo de operat1Tidad lncidonc1al, mientrAs Que para 01
to montesquieueno quo, no ob.tanto, pretende 110n8ree .ogundo no ao eapecitioa nada al respeoto, es do01r.
por m(l~l1o de un tr&nelto no-recurronte. tal cual vione que oa abooluto en au lndoterminaoi6n on tanto que el
explicitado en la oonsideraoi6n .0010-r1010a en eatrio­ primero •• rel.t1vo 8n su determinac16n, lo que, desdo
to sen~ldo tio le realidad hUlllan., eobrepaeaDdo sobre 8U luo~, pollt1oamente tiene una importanoia de priaera
unidad psico-tlaieo que, naturalmonte, rOQUerirla, pre­ magnitud Que no puede quedaree intund.d~.Dt. aaentado,
viacento, el plantoamiento ep1atamo16gico que diera .. como t6cilmente advortimos qua 00 lo quo da p1' al enA
aionto y ~lndaaont. claro y di4tano a loa condi01ones 110ia rou••••uni.no '3 con 10 que podemos punto final •
60080016&1098 con laa que 80 eota operando aquí, como Get. examen sobro Yiontoequiou. como reoeptor de 1. tr,a
hornos !ndieo40. como bese dol preoupuoBto 8ociolAcico dioi60 nawtoniana-lockeen••
que aqut roalmonte, no quoda estableo ido m68 que margi­
nalmonte, aun cuondo, hoy lo o8bemos, ello era la obra
de sir;loo rosteriores, COtlO obra qua ~xr'licfl la tunda­
mentaei6n trnns1eional.

Dosdo lUogo, la oonntrucci6n montosqu1ouann ha


puosto de roliove loa oondi010nos do do[¡arrollo deedo
las cuolee dobla proD8cuirse 01 0061i018 eloctivo ros­
pocto do 108 pla.noo CoenoGoltivoe, equ{ doooril:o&, co­
mo, por ejemplo, or¡orOQIl eloraccnto mOfltrado e travlio xxx
de la con010ne1a aocio-pol!tica lnhoro~to n le r~sti6n
sociol, 001:10 tnrl'o gubernativa, oin qua, Dor do pronto,
262 263
1,2,'.d.- CCtlCi.'JlHor¡ i:fi:,ormo A 1,./\ R:-:F'IJéXICN On:i!f¡ plena valido& cientitica a tal oetoro te6rica. 6010,
Ti'lt:¡.\ m::t rT1C( ',LmA P01 ,1';' 100. puea, como exproei6n de tol limite, e8 decir, como tu.n
cl~n negotivo dol ejercicio dol peder polItico propia­
tol 0000 ha podido conetatarse por lo antedicho,
mento dicho, •• como edquiora plena consistencia la ea
Dubeiote ontro aoto" autores que hon ooupad.o BU refle­ tera del derecho civil o privedo, en la modida en que
80 preoiao coneolBnrla oomo deenrrollo funcional de la
xi6n c!ont{tica on roloc16n con el problema polltico
uno l{noo de continuidad qUu uoio 80 explicable de~do anterior, de la ••rora jur!dico-po1ttlCo, que ee 10 que
18 subyacento perspootivo motodo16cica que les ea O~
conduco a deBentra~or loo-eatados de naturaleza w para
m-tin. Ea indudablo ont,oncea que tomondo tal perepootiva . Locke '1 tiootoequleu, en ouanto a diferencia del .SOla­
110 abeoluto atdblSido por Hobbee 108 concibón eOlIo co11
metocto16C1ca oomo punto do partida 8e puedo clariticor
d10ion•• do realia.ci60 tranaitlV88 el presente, como
somojante !tnca <to continuidad en la sic;nUicaci6n deo!
..tlaf8Ccion.a de necesidade. que tienen quo tomar••
siva quP. 10 eo correspondiente, 18 cual •• varifloo O­
en et.ot!va. a tr8vla do la reolonaliBac160 d.~. poder
eonoinloonte por la importanoia que le 08 con~edlda al
politioo, en la medida en que tal raoionalisaci6n va
derecho politioo oxpresamente en rolec16n o loa ditoren
••treoheaeote un1da a tal.. 8atlafcocione., ooco con~

tea osfema cocfic,urodoros de la realidad politioe, en


lo modido quo 98 sobre tal oatere do derecho politlco oi6n de loa medi08 d.e eu'eletonoi. humana.

dondo parece encontrarse el meollo de toda lo realidad Ea, puea, a partir de aqul deode donde la retl.l
"o11tica por oxcolencia. en cuanto que la rorerencia 8 .16n ciont!rica de Mooteoquieu so 80?ara de Locke on
lS8 otros ootoro$ o.
realiza dondo la advertida Gotero, cuanto DO 8010 'Pretende tal .atiatocci~n de noceeidndes,
alno que haata oierto punto la convierto en ob30to del
Aa!. puos, DO es diticil advortir como desde la
proceso de gobierno, que e. justamento lo que le lleva
construcc16n d.el podor soberano de Ilobbes 8e llo(';a a
a di8cornir la8 tormo. de ~blorno oomo oon41ci60 anal1
eir,n1tic81' tanto para Locko como paro I'iontooqulou la n.l
tic. que h8g& factiblo aquel prosupuooto, reorientando
ceeido.J do la 8,.'\ocuoci6n dol mismo poder aoberano. on
por tanto 000 l1830r vigor quo en Lo.:.ke la C~08ti6n o.ce"
l'unci6n do la diviGi6n do poderes. a 108 domA. esterns
polltlcn8 que quedaban, como IUcodo on Robbon. ocultas ca de la aeat16n aocial.
y aplnotndns bajo la ornnipotonc1a atribuirla el propio Semejante rooriontao16n del probleoa politico e.
podor eoberano. prooieomente 10 que, mutatis lIutandi~, do pi6 o lo ro­
tlexi6n rouasoGuniana. tal como la veremos poatoriorme¡
DeDdo esto punto de visto. lo. doo-suotoncinlizA
ta, en cuanto e. intentar6 oon 'ate dar alternativa al
oi6n que 00 "oce'8rio realizar respocto dol poder sob,!
probloma politico planteado por cotoe autoreo, poniondo
rano do llobbee constituyo la orientnc16n ~rincipol del
en entrodicho la ciega contianzo eustentada por aquellos
probleoa en torno al conocimionto 0100 t ;ltico de lo p~
respecto do lo DOlidoz interno do lo realidad politica
litico, oondicionondo oxpl!citomonte lca consecuoncias
propiamonte d1cha, en la modida on que la cornplljlaa­
1nteribloe dol m1cmo.En oote DEmUdo, lo necesidnd do
oi6n caueol introducido por Montesquieu plantoando la
tomar concioncio acercn de lo roel1dnd nolhica so 1'i1
multifootoriolldad incidente respocto de la realidad Pa
tra a trnv6a do limitar 01 ejerCicio absolutista dol
l{tica no solo ooultaba una confianza c1o~ en la v.~
poder pOlltico co[<o condici6n irreeu!S('lble paro concedor
264 265
dera orieacln cion'trlca miema del probloma pOlitico OITAS DE LA PRI~ERA PARTE
que por lo dornA. era prBcieo traer a conciencia, sino
que oder.&e conrun<l{a cnc:pro8n~ontá el fluttntioo mool10
do la ouesti6n, totalmento irresolublo doede meme 8­ CAPITur..o SEGUNDO.
Proxi~6ctonea t6cnio8S, cuya imbricnoi6n motodo16~lca
no se puede oo~pronder m&. que en tunc16n de la onda 1.2.1.- LOS PROBI,Jil-lAS DE LA ~lE1'ODOLOGIA CARTESIANA.
expansiva do 16 clGr,a cr •. \;, .'." \,1 ponoamionto de No!!
ton a nlvolo6 olent!tloos. 1.- A. Koyre. Del Mundo Cerrado al Universo Intinito. pago 113

Ed. cit.

l:n acto sentido, pues, COD'vione e:r.aminar e:r.pre..


na¡;¡ente 108 condicionoo de reflexi6n cient!tioea planto! 2.- P. Cassioi. El Universo-M&quina. pago 55. Ed. Roca. Barce­

daD metodo16rr.icarnonte por otros pensadoras de la 3poca lona, 1971.

Con viAta.s n olariticar la contextura por la que debla 3.- A. Koyre. Op. cit. pago 198.

diecurdr 01 pensamiento ciontftico, pora cOIlIprondor con 4.- A. Koyre. Etudes NewtonieDDes. paga. 121 y 122. Gal1imard.

mayor nitidez lo oriontooi6n ofrecida por Roua.eau al Paria, 1968.

roopecto. lo cunl eloanz6 asimismo al propio MonteoQutau


en la modi~lB en que no se pU~d. negar lo influoncia qua

5.- P. Brunet. L'IDtroduction des th60ries de Newton en France

avant 1738. pags. 4 y 5. Slatkine Reprints. Geneve, 1970.

la fUoootia do r~olobronohe ticne lIobre SU peneamlonto,

como bion n08 lo elr,nifica, entre otras, el propio D.


6.- J. Fueyo Alvarez. La Mentalidad Moderna. pago 5Oas. ed. cit.

Huma on BU tamoso "An D)quir,r Conoerning tbe PrinOiple.


A~ Koyre Del Mundo Oerrado al Universo Infinito. pags. 8588.

ct florals". &d. cit. D. Papp. Ideas Revoluoionarias en la Ciencia. T.I.

paga. 64ss. Ed. Universitaria Chile, 1975. P. Rossi. La Ri­

7':9 :l.ndudable que la retleltMn lIIetodol~gica tieno yoluzione Bcientlficat Da Copernlco a Newton. paga. 166 y

velie molia una influencia decisiva respocto de la cona 167. Loescher ed. Torino, 1979.
truoc16n dol conooimionto cleotttlco d. la realidad 80­
7.- A. Koyre. Etudes Newtonienoea. pags. 117, 118 Y 119. Ed. oit.
cio-polttico y eeto juntamente 8a lo quo non va a ocu­
pnr on 01 O:\!r.uiente capitUlO, 'ltimo de oeta primera 8.- P. Brunet. Op. cit, paga. 2 y 3.
parte. como cltpoeici6n de laa condioionen COGnoscitivas 9.- A. Koyre. Etudea Newtoniennes paga. 119. ed. cit.
QUO darAn lu~ar a dou8ntroñer el prob1oao de la oliono­
10.- l. Newton. Resumen de Philosophiae Naturalis Principia Ma­
016n ooc6n BO daeprondo da 10 obro de ROU8Deau como con
410i6D do la alternativa moral kantiana. thematica. pago 17. Ed. U.N. Caracas. Venezuela. Ctr. l.
Newton. Principios Matemáticos de la Filosotla Notural y
su Sistema del Mundo. pags. 228 y 229. Ed. Nacional. Madrid,
1982.
11.- l. Newton. Resumen, cit. paga. 18 y 20. U.N. Caracas. Cfr.
l. Newton paga. 229, 230 Y 231. de la Ed. Naoional, Madrid,
xxx 1982.

1.2.2._ El. HMrrEAlUE'rrO DE LA 013JEi'IVIDAD COGNOSCl1'IVA EN NE'd'rON.


266 267
1.- A. Koyre. Etudes Newtonienoes. paga. 29 7 30. Ed. cit.
l. Newton. Philosophiae Naturalis PrinCipia t-lathematica.
2.- A. Koyre. lb. pago 30.
Libro 111. pago 2 a 5. Ed. 1725. 3~ ed. London. Vide. l.
3.- E. A. Burtt. Op. cit. pog. 248.
Nevton. Principios Matematicos de la Fl10sot1a Natural y
4._ l.
SU sistema del l':undo. pago 657sa. Ed. cit. A. Koyre. Etu­
Newton Optica. pago 319 Ed. Alfaguara. ~adrid, 1977. des Newtoniennes. pago 3l5ss. ed. cit.
5.- A. Koyre. lb. pago 31 y 32.
Vo1taire. Cartas Fi10s6ricas. pags. 117 7 lIBe Ed. Nacio­
6.- D. Papp. Ideas uevolucionariaa en la Ciencia. pago 211.
T.I. ed. cit. nal. Madrid, 1976.
E. Cassirer. El problema del Conocimiento. T.lI. Pago 424.
7.- E. A. Burtt. Op. cit. pago 264.

r.C.E. Mexico, 1979.


0.- D. Papp. lb. pags. 211 7 212.

A. Koyre. Etudes Newtoniennes, pago 40. ed. cit.

9.- D. Fapp. lb. pago 199.

6.- T. Bobbes. Leviathan. pags. 6, 15 Y 16. F.C.E. M~xicot 1980

10.- A. Koyre. Etudes Newtoniennes. pago 34.

11.- l. Newton. Optica paga. 342 y J4,_ ed. cit.

er·
b J. \.\o~\'e.5. \. ill \';¡~ -<0" 30;34. E'J. S<::;Q..rt,'~ -f~l"'kS Aalt-""
._ T. Hobbee. lb. paga. 107 y 108. -Jk\e EvJ. \-\.o\oJ,e.s. T. íJl'.

12.- l. Newton. lb. pago '36.


~~. ~33 '1 .1.3'-1. Ec.\. Sc'I€"'I-h',a {E"I'"'l~ AóI\e1'l G.erW1Qv\~.

Cfr. r. Madouas. D'sir et Ralson chez T. Hobbea. RMM. nQ


13.- l. Newton. lb. pago 34'.
Cfr. P. Costabel. Ea Reallsant
,. 197'.
"Les Principes Math6matique8 de la Pbi1osoph1e Naturell••
RMI".n~ 4. 197B. 8.- f. Hobbes. lb. pago 145. Jtde '€ w. \4o\,bE".l.. T. ur. fO~.

14.- l. Newton. lb. paga. 345 y 346. 1b(¡. Ec\. Sc:~",~';;;¡ -f~\Q~ Aa)f'VI

15.- R. Descartes. OCDA'f. pago 98. Vol. U.


9.- T. Hobbes. lb. pago 146. \'o\~ EW, ~bb4?S. T fOÓ'
rrr.
Cfr. G. Bache1ard. Ab5. Ec!. Sc\evrh';1 'Íer\e,g A~\eVl.

La Actividad Racionalista de la Flsica


Contemporánea. pago
45. Ed. Ciglo veinte. B. Aires, 1975. c. B. Macpherson. La Teoria Politica del Individualismo
Posesivo. paga. 54ss., 56s8., 61ss. y 67ss. esp., Ed. FOD­
16.- l. Newton. Optica. pags. 346 7 347. ed. cit.

tanella. Barcelona, 1970.


17.- l. ~ewtoD. lb. pago 320.

.- r. T8nnies. T. Hobbes, Vida y Doctrina. Cfr. esp. primera

lB.- l. Newton. lb. pago 347


parte. Ed. Rev. de Occidente. l·ladrid. 1932.

19.- l. Newton. lb. pago 348.


.- J. H. Fige;is. El Derecho divino de los Reyes. F.C.E. "léxi­
20.- l. Newton. lb. pago 350.
co. 1982. E. L. Woodward. Hg de Inglaterra. pa~. 126ss.,
21.- A. Koyro. Etudes Newtoniennes. eep. Alianza. 1~. Madrid. 1974. L. Korler. Contribuci6n
paga. 42 Y l~,. ed. cit.
B. la llP. de la Sociedad Burguesa. pago 2568S. Ed. Amorror-­

1.2.3._ LA INFLUBHCIA DE LA f':El'ODOLOGIA DE NEí~l'ON y LA GI.:;rI:S8IS tu. 1974. Cfr. J. Madouas. Bssal sur le "teviathan" de T.
DE LA CIETmIA l'OLIi'lCA EN LA EPOCA DE LA UUSL'RACIOl'l. Hobbes. Le Cocodrile et Le Drecon. RMM. n9 4. 1976.
13._ J . Locke. Ensayo sobre el Entendimiento Humano. paga. 148
1.- E. Caseirer. FilOsofía de la Ilustraei6n. pago 61. F.C.E.
y 164. Ed. Nacional. riadrid, 1980, que corresponde a WJ.
M6xico, 1975.

Locke. pago 72, 82 Y 83. T.I.


268 269
14.- J. Fueyo Alvarez. La f'ientalidad Moderna. pag. 247 ed. cit. 31.- OCM. pago 485.
15.- 3. Locke. Ensayo sobre el Gobierno Civil. 2& Parte. page. 32.- ~1. pago 957.
28, 32, 35, 37. 38, 1~1, 1-'3, 64, 65, 93 y 94. Ed. Aguilar.
33.- Nontesquieu. El Espiritu de las leyes. pags. 3 y 4. ed.
Madrid, 1976, que corresponde a w.L. Locke. pag. 35, 358,
cit., que corresponde a la OCM. pag. 530.
~,~,~,~,B,~,m'~'_'~tm,~
y 4.13. T.., V. 34.- A. Truyol ,. Serra. H~ de la Pilosofía del Derecho y del
Estado. pago 221. T.ll. Rev. de Occidente, I':adrid, 1975.
16.- C. Moya Valgaffon. Prologo al Lev1athan de T. Hobbes, pag.
59. Ed. Nacional, Madrid. 1980. 35.- .!ontesquieu. El Espiritu de las Leyes. pae;. 4, que corré,!!
ponde a la OCM, page. 530 y 531.
17.- R. Polin. La Politique Moral. de J. Locke. Pas. 275. P.V.F.
Paris, 1960. 36.- Montesquieu. El Espiritu de las Leyes. pa8S. 308 ,. 309,
18.- c. B. t-lacphersoo, Op. cit. pags" 219 y 220. que corresponde a la OCM. pag. ?la.
37.- Montesquieu. OCH. pág. 175.
19.- A. Koyre. Etudes Newtoniennes. pags. 38 7 42. &d. oit.
38.- Montesquieu. El Espiritu de las Leyos. pago 6. que corre,!!
20.- J. P••aure-soulet. Economta Politica 3' ProgReso en el sl­
ponde a la OCM, pag. 532.
&lo de las Luces. pag. 137. Ed. Rev. de Traba3o. Madrid.
1974. Vide, respeoto de la Teocracia del rey Juan y la lu­ 39.- OCM. pag. 1035.
cha de la baroota inglesa. W. Ullmann. Op. cit. pas. 15588. 40.- Mo?tesguleu. El ~spiritu de las Leyes. pago 104, que eo­

21.- R. Derathe. J.-J. Rousseau et 1. Beience Politique de son


rresponde a la OOM, pago 586.
temps. pag. 27. Ed. VRIN. l'aris. 1910.
41.- Montesquieu. El Espiritu de las Leyes, pago 103, que co­
22.- L. Desgraves. Catalogue de la Bib1ioth~que de Montesquieu.
rresponde a la OOM. pago 586.
Geneve-Lille. 1954. Reimpresi6n.
42.- Montesquieu. El esplritu de l6S Leyes. pag. 103, que co­
23.- P. Brunet. Op. cit. paF,S. 104s8. 3' 124ss.
rresponde a la OOM. pag. 586.
24..- Montesquieu. Oeuvres Cocpletes pag. 413. Ed. Du Bevil 00­ 43.- Hontesquieu. Grandeza 3' decadencia de los Rom~nos. pag.
llection L'Int6grale. Paria. 1964. En adelante esta edi­
15. Espesa Calpe Madrid, 1962, que corresponde a la OCH,
ción se citar! por 0Cf.1.
pag. 4.37.
25.- OOM. pag. 953. 44._ Montesquieu. El Espiritu de 16s Leyes. pag. 317 que co­
rresponde a la O~f, pago 716.
26.- P. Verniere. Montesquieu et L'Esprit des Lola ou La Raison
Impura. Societ' d" EditioDS .' Enseignement Sup'rieur. Paria. 45.- OCM. pag. 334.
27.- f10ntesquieu. El Esplritu de las Leyes. pag. l. Ed. Porrua. 4.6.- J. Dedieu~ Montesquieu et la Tradition Politique Ang1aise.
M&xico. 1977, que corresponde a la OCM, pag. 529. Paris, 1909. Reimpresión.
28.- OOM. pag. 55. 47.- Montosquieu. Cartas Porsas. pa~s. 204 ,. 205. Ed. Calleja,
29.- OCM. pago 875. Madrid, que corresponde a la OCM, pago 111.
30.- OCM. pag. 43. 4.8._ ~ontosquieu. El Eapiritu de las Leyes, pag. 320, que co­
rresponde a la OCM, pago 717.
273 271
49.- Y-ontesquieu. lb. pa~s. 12 1 13, que corresponde a la OCM, CM nULO TmC1:>RO
pago 535.
50.- Montesquieu. lb. pago 11. que corresponde a l~ ~lt pago i'JIl:r'l1AlllCA Oa¡gr¡Jll, EH T!;¡m(, AL !o;:l\ATE UE'rO!lOl,OGIOO
5~. y G!jS corm'7cU):;nClArII EL RAClCih\l,Hi! ,0 y EL SiTIRlfl':O.

51.- Montosquieu. lb. pago 12, que corresponde a la OCH, pago


535. t.3.1.- LA CRIF.!TI'AOION RACIO:1.1\1,!D1'I\ y fiun l'nOBL!'!1ASJ
52,- Montesquieu. lb. pago 9., que corresponde a la OCM. pago
535. En Gato primor aportado n08 vamos a ooupar tundA
53.- Montesquieu. lb. pl.'g. 104. que corresponde a la OOM. pago .entalmonte d.e aquellos autorao Que profundlaondo 01
586. .1atema li10861100 cnrteoiano 10 onfrontaron tanto con
01 hecho de ...1"er lao dificultados 'P1'OOontmlas por 60­
54.-·Monteaquieu. lb. pago 166, qua corresponde a la COM. pago
te oomo oon la8 consecuencias interiblo8 del mi8~o. con
588. vi.t•• e reDolvor eua controdicclonoa. En este contexto,

55.- Montesquieu. lb. pago 107 1 108. que oorresponde a la OCM. 188 re"le:dones tanto de Spinolto eomo de Malebrnllche "1

pago 588 ., 589. do LGlbnie 80n enormeoonto au~etlvBs al res?ecto ndo­

56.- OCM. pago 895. m6. do que matodo16g1oecento ropresentan un punto do r~

teranola do primer o~en e t!n de plQnte8~ con claridad

57.- Montesquleu. El Espiritu de la8 Leyes. pago 109, que co­


1. problom&tica cognoscitiva qua envolver6 la crisis

rresponde 8 la OCM, pago 589.


olond.rica kantiana.

58.- Montesquieu. lb. pago 105, que corresponde a la OOM. pago


587. quA para salvaguardar la etectividad dol noxo
cauaal. el cual quodaba OL Doacartos ouJoto a una ambi­
59.- OCH. pago 916. Ofr. Simona Goyerd-Febre. De la phl1osophie
valencia subyacente 8ot;6n ,.. hemos mootrndo. fuera abB,2,
de Montosquieu et de son 8otualit6. RMM. na 3. 1971.
lutomonto necesario disponer la rolne16n do 18S sustan­
oiaa eorteolan!lB de aouordo 8 una orticulnc16n distinta
de la otoreada por el f116bvfo trane6s, no! como fUera
inomloiblo toner que onfrontarse con les subsecuentes
ooneocuoneiaA derivodsD de cado una do las 8ubeiCUientoB
artlculaclonolll ostableoidos poro dirimir la posihllidad
do prosontar ln aotornum la susodicha rolooi6n sustan­
cial, conutltu,yo tOlio 0110 un inGento ojercicio intol 0 .ll
tual que motodolécicomonto 08 lmportantlsimo para ndvo~
tir lo concioneia Que cstOD pensadoros posolan rospocto
del prohlo[!Jo al quo ee onfrontaban, do un lado, aperci­
birso de 10m lImiten inteloctivos hurlOnos, Identr's de
otro lado crn noccsnr10 dar cuento do la ol!lnlpotencia /(:~)"
do Dioo ccn tolos lbite13, eo dooil', habia qua .1ur;ar ~n :;
272 273
una oaucolidad que no obatante de$bordnba nuestros con~ la convet1bil1ded trnnotoronclal de lo "1ntuitus" on
cimientos, 10 cual en lo medida en Qua no permitia to­ "intuitu8 lntelloctualio" y vicovorsa, oonstituyendo el
mar una postura contrarla, 81n embargo tampoco permitt. centro desde 01 cual parto la oonetruce16o dol edificio
decidir nada mAs all& de tal coopronsi&n oera~ent. nOGB cognosCitivo dol mundo codorno. Conoei~ionto moderno
tlY8. 8 e~capol&n do operar ten 8010 eon el lIcito for­ que no puedo cone07Vnrco 8in eravo rloobO sobre una es­
mol propio de le matonAtloa que obViamente era inoompa­ 01816n a1ollar, puesto que, lnovitabloQonte y a primora
tibIe coft le realidad intrtnaoca a 18 divinidad propl. . v1.te parecerta oocontrorse ah! mlOl!lO 01 error cartes1J.
mente dicha, on tanto probloma clave • resolver. DO par excol1onoe, la que lo dificultad de construir t~
da objetividad co~oseltiva rov61oae an&!ogemente pro­
Desde Gata punto da vieta, pues, la OYoluoi6n del blem&tloe como oonsecuoncla de los onf'uorzoa perconontoa
ponsonionto de eatoe autoros, euporpon13ndo•• uno sobre a reallear para otorGar e 'ata uno aut&ntioa veracidad,
otro, 9S ten ilustrativa eOflO 8i¡:;n1ticat1Ya ••ra la 00­ ••tuorsOG quo chooan manlfiostamente con la evidoncia
rnspondhnto .. la oriontaoi&n empir1.ta qua noa ocupa­ que deberto dooprendoroo por sí miomn, puea esto 09 lo
r& en el olgUionto apartado de ••ta oapItulo, como pro­ que 01 "mAtado" nos habla 8eeguredo.
ped6nt\ca 01 plantoac1cnto oognoac1tlvo kantiano. Tal
Desdo eoto punto de visto lo que, en primer lu­
car6cter iluRtrativo, o~o podrA dlacornlreo por lo que
siguo, 80 man1fostarA con claridad allt donde no . . pu. car, &poreoo olaro os 1. nooesidad de ex¡)lloor f'undada­
da eludir la OUéBU6n an torno 01 aloano. d. la raci0n.! lIIente la corre1oci6n entro ambos planos, es decir, al
11dad humano, oaontoda eobrt la endoble bo•• dol lnte­ la Buaod1cha transferonoia OD tal, entoncos, o bion la.
leoto, juot~eDt. Q oomo la .i;n1ticatl.ldad d. le orl~ misma puede producirso do modo dlreoto, aunque, desde
taoiSn emplrista tOodrl qua bu80ar medioa de oooezl&n lue"o, 0110 impliquo uno romodo1ac16n de loo pro-supueA
para aolYoguerdar la ormipotGno1. di~n. que por el .la toa carteelanoA, o bian oonexionarae do tormo indirocta
ma o. ten osoura y contu.a 00lIl0 "oda no016n que no pre­ 7 problsm&tioamonte, lo quo, an'losamoDte, no dejo de
venga do la experioncia, t~l coao la •• advortirA poetA oolmpllcar un replantoamionto de aQuollos presupuestoD
riot1llente. Sor ahora. n08 V8JIIoa • centrar en 01 aomoro eatnblocldos por Descartos.
oxamen del ponsam1ento d. aquello. autores sntor10rmon­ 81 n08 eoloeamotl tronto a lo. primoro do loe pera
te 1'Ooetlndo8 oon la flnal1d.ad de lIIOetrar l.. 8usod10ha. pectlv8e moncionadas, entonC08, lo qua prinornmente DPA
orientacionoa cognoScltiva., profundleando la 1'Otloxi~n
rece ante nosotros no DO otra cooa QUo la posibilidad
oarteeiano, ~on la lntenei6n d. 81gniflcar el tundamen­

4e hacel' or:u:il'l"t:llmente la obvio. traocendonc10 u ora ha.­


to 1II0tcclolllgioo subyaconte Oontenido en taloa poos8111en

toa filoa6tioos. cor operar la trs8condonoia inmanont9mente por im6Con08


reprOclOntat1vns do Gi nimlllh En lo Que rOD['octa a osta
primera posibilidad do les indies.dns t,.rocodentemcnte eo
1.".1.'1\.- rt 1FOZA.
cloro que nos oncontrO!'10e trente al B1steoa ti1006t100
El problema flloo6t1co '3 a la VOIII metodol~5ico, opinoBiano, rosultando, poro la neGUndo, co~~ 8aquoma
ablerto por Descartes respecto de la div1oi6n '3 euboicuioa oomprensivo, la doctrina oelebranchiaoa su baee 8soncial.
te uni-!od rectore. entro lee ::!O$ sustanoies, lo "roo co­
gitans" y la "reo oxtctTIEla", n09 d1bujo lo. 8r1:iaulooi6n En lo que conciorno a lo primera do eotas dlt1mo8
da la objotlvidad cor,nollcitlvo T)odb}o para Uno "ratio
matbf~motlcft" y pora una "ra-:io idoolo", en funci6!1 do
274 275
pooibllidadee, (lO d.oO!r. én 10 que 8e rofiore o la con­ Por Dioa ontiendo un sor obsolutamento infinito,
c8pc16n ep1nosieta, obvinru:mto, 1'300 t,Qllemos trente a esto oa, uno eubatnncie qua consta de infinitos atribu­
le. cuost16n do rosolver la unidad aruetsllcia]. como eleve tos, cada uno de los cua108 ex~reen una esencia eterno
oontrol do todo conocimiento, de forca que la realidad e infinita.
hUlllSnn no eperozoa eneindida por 80, tal Como noulta
01'3 Desoartos, yo quo oon 0110 08 deja abierta la puorta Una substancia abeolutecente infinita 08 in4iW1~

8 uno rooionalidad tenuo ,. d'bil que, desde lue(::o, no


ble.
tieno consiatando m&o que a con4ici6n de no clarifIcar HO pucde dar08 ni concebirso substancia alguna
concreta y oapech'1cllRlonte 1ft 11mitaci6n del conocimiel1 exoepto Di08.
to humano 01'3 tuno16n do lo reallsaci6n de la unidad ~ Todo ouanto en, os on Di08, y sin Dioo nada puo­
tancla]. a su base, puesto qta", ~.('l que e. revelo en la de ser ni concebirse.
dualidad sustancial no 00 a~8 que una arrocancia del paa Dioo 8e eausa inmanente, pero no transitivo, de
samiento hUl1'l'l'Io. co:npletamonte pre-potent. en 8U natu­ todas 10B cose8.
rel impoto~ela. Desde tnl 6ptlco, 80 hoca abaolutomonte
improscindiblo proau'Ponor que la antedicha unidad Gustan. Di08 88 eterno, o ••a, todos 10G atributo. d.
cinl, poro podar 80r oocprendida, requiero de una. con­ Di08 80n eternoe.
~lcionoD oocnoocit1vo~ que desbordan, on buena 16g1ca, La oxistencia de Dioe y 8U escncia eon uno y lo
todos nuestras capacidadeD Ooenoacltiva. humanas, puea. mi8ll\O.
evidentomento, 6StoB no ~uodon ni intelicir ni compren­
der por oí miamaa 8 lo Guatana!a en el. la cual, dada La osoncia do laa C08as producidos por Di08 no
• u intinita Inlinitud, e~lo nOD e. dable Concebirla 00­ implica la extstoncia•
mo verdadera "CBUoa 8ui", puesto que en ello no ~ re­ Dloo no es B~lo cauea eliciente do la existonoia
s6n alGuna poro pensar similo~ont. a como lo hacemos do lao cODae, sino taebl&n de su esencia.- (1)
nosotros, ea decir, l1mitadaaente. No es posible, puea.
ostablecor correlaci6n alguno entro In poeit1vldad de De ccta lJ18r'lora, pues, una voz que hol':loo visto,
nUQstros conoci~iento8 , la SUatancia infinita, por lo Cor.lO sefiala C. Gebhordt. como I •••• Bpinoza transfiore
Que, en consecuoncia, siondo absólutamonte necesario p~ ca! el QUndo 8 lB divinidad, entoncos, 08 cloro quo la
tir de tete, os obvio, entonces. Que nuostro conocimi~ divinidad eo inmanente al mundo. SUbetancia 08 para "1
to dobe concobirllo limitsd81110nto t pero propendiendo a lo que existo on sI. y por tanto, todo lo Que oxiste,
olla, pues 10 intinita Intinitud do la Sustancia doba existo on Di08, y todo lo que ocurro, ocurre por lns 12
irradiarlo todo por COClploto y ebsolutOllJonte. "Por.sa!!­ yoe de lo neturnlozs infinita do Dioe. Dios 08 la COU80
~ 4! a! entiendo aquello cuyo 8soncia i~plica la exis­ inmanente do todos 188 COSS8. F~ os naturaleza nnturan­
tencia, o, lo que es lo ~ismo, aquello cuya noturaloza te, 01 Uno, y naturaloza noturBdn, él Todo, es Uno y T2
0610 puode concebirse como existente. do." (2)
Por SubetB!lCia ontlol'ldo aquello que es en 81 y
.e concibe por el. ooto 00, aquollo cuyo COClCOi)to, para De eata ~aoera, pues, oo~o doctooOG. tonecoo, en
formarao no preciss dol concepto do otro cosa. toncas, dOD esferas irreductiblos uno o otra dosdo nuca
tra li",itodo cap6cido~ co~~ooc1tivBt a soborl la de la
276
277
infinitud,. le de la finitud. 8610. obviamente, a partir
de 'sto so hace poolblo concebir ,., por lo tonto, intel.! todo vir,or, la oonoepci6n 'pantolata" de Spinoza, por
~lr, 81 bien entes capacidade. no puedo n de suyo roba.ar cuyo intermodio 89 doto al conocioionto huc~no de un di
8U propio marco, ein qua, no obotante, dejan por ello da' nemismo mucho m6.8 podoroso en relaci6n con lo eontextu..
disponor de la oooi6n correspondionte al plano contrario, re eatAtioa que del mismo otrcce DoscartaG, exceBiv80~
lo que 80 consigue tan 8610 en tunci6n do 108 atributo. ta reoogido on loe m6rgenos ostrictamento forcalos, di­
divinos en ouonto n08 Bon aoce.ibles da acuerdo con loa aaml8110 &pino.lana QUO 80 oeraetorilSo., fundamentalmente
limitae cognosoitivos nuestros, en ouanto en esto8 pOde­ ,. grasao modo, por la reeSu de que la8 idoa8 dosoopeñan
DOS comprender como no aometido8 a la duroc16o o tempera una runoi6n oOGnoa~itiva. do conformidad con 01 tercor
lided aquollos atributoe, en ouanto que .&10 por ellos ~do de conocimiento, 01 relativo 8 la intuici6D, que,
d18ponoooo do la p08ibllic1ad de COflpronder o intel1gir proyectando la rocionalidad sobre 189 merns opinionos
el Sar o Dioa (DeuB sive Natura), tal oomo n08 lo retle­ humonaa, dota a aquel conoc~iar.l;c do un corooter eter­
jo Aloio nl ••~alQrno8 lo 8icuiente. wTanomoe d08 mane­ no que ae justamente, en BU intemporalidad, lo quo 10
rae de considorar el ser o Dioe. rodomos con.iderarlo CA da aut&ntioa voracidad, como expreci6n do la infinitud
mo siendo 01 todo de los cuerpo., 8. decir cooo tOrDado intolectiva. Da ooto tormo, no oa baladl, on modo algu­
por 108 cuerpoa que ontran en 1. existenCia o aalen de no, establocer 188 detormtnaeioneo quo deben pormitir
ella. impUlsados o arrojado. por otros Ouerpoa que en .1 desenvolver la vida hu~ana, determinaciones que, implt­
misooa nncen ,. mUGren. En eato sentido dirta que la uni­ oitamento, deben roeo~or 01 espectro de interoses y pr~
dad de todoo estolJ cuerpoe, 8S decir, la extenei&n, que P68it08, en 8U generalidad, por 108 que diocurre la vi­
e. BU naturoleBa coman y BU lugar, 8. un atributo de Dio. da humano. cuyo objetivo supremo, evidonte~onte, no pu~
¡'odemoa tOf:¡biAn cona1dorar el ser Goma aiendo 01 tocio do do Dor otmo que el de aproximaree 8 Dios en la tolurie!
10$ pensomientos, e8 dooir, como tormado por toda8 lo. dad de nuestra oxiatonCia, ya que a ello nos ~ll8 la
esenciae, en tar.to Que 01108 .e explican la. unae por l •• buena oonducci6n do nuestros oapocidados cocnoscitivna,
otras tuera de la dureci6n, en lo eterno. En Bete senti­ para la8 cuales, no tieno por Qu6 exiotir contrndicci6n
do dir1a que el peneamiento, naturale.. comdo ,. lucer d. entre libertad y neoesidad, puesto que ello contradice
todoo 108 peneomientou, 88 un atributo de Dioe. I'era 00­ por el mi~o el rumbo rector, el cual doriv&do do nues­
.otroe, el beoho ,. la verdad 80n disUntos, pero no pue­ tras caracidados, nos obliga a roopotarlo en eu reali­
den Bor realmento distint08 en Dioe, puee Dio. 8. uno. dad '3 facticidad, so~1n 108 eSQuemao ORonciales a todo
Di08 88 puea a la Vea el hooho ,. la vordad, todo. 10. ha oonocimiento cierto,. objotivo, tal como no. eo Boflalo­
ohos '3 todo heCho, todas IDO verdadoo '3 toda verdad, 8. do por el mismo O. Oobhordt, cuando noa adviarte, al
la unidad del Uno ,. de lo otro, For 10 dem's. como Dl08 rospecto aal, ~ ••• El conoopto do una Atica vital, mA.
88 absolutamonte inrinito. no tenco nincuno roz6n para al16 del bicn y del DCl, ha sido formulado por Spinoza
limitar. dos 108 atributo. de Dioo. Diría, pues, que con claridad meridiano.
Dioo posoo una infinidad do infinitos atributos, de 108
cual08 no conocomoa m~s que daD la Extenei6n '3 el Fens&­ ••• Yo úD la teoría de la divinidad quoda señalA
lIIiento." O) do que 111 libortad no consisto en el libro albodrto de
obrer o caprioho. porque todo albedr10 dispara el meco­
Ea, pues, do oota Manera como va aurr,iondo, con nismo natural do la motivooi6n, on realidad, libertad '3
neMoldad Gon coincidontos. no hay oposic16n ontro libe!:
278
279
tcd ~ nocooidnd, sIno entro libertad y ooeroi&n. Escla­ a08 uno emsnaei6n naoeoaria da la Divinidad. Fomamos
vo 08 01 que obra doterminado por causoa externa.. li­ parte de elle. El Ser inrinitamente perteoto ea el Uni­
bro 01 que s6lo obra eeeGn eu propia lo~. ( ••• ) verso. 9S el conjunto 4e todo lo quo existe. N La res­
puesta de Teodoro reza osll "••• r~es aunque pocan e~
( ••• ) El concopto ~BplDooiano del Estado so di­ trsveganciaa de que no sean capaces los hOt!lbroB, yo ore,2.
torencia del do Hobbeo, vicente entoneoe, porquo bO 8S rte de buen grado que loa que engondrnn somejantes qui
moo'oioo, eino dio6oiool 01 valor del P~t8do no reoid. meras, eatan poco persuadidOS de ellas. Vues, en fin,
en la unldod extorna, impu08ta, 8ino on la lnterna, lI­ el autor que ha renovado esta inpiedad convione en que
breoento aceptado." (4)
Di08 os el Ser infinitamonte porfecto. Y siendo esto A
Con ello, por conSiguiento, Yemoa con olaridad .1 ¡c&mo hubiera podido creer que todoo los OGres oros
do8 no son aino partes o moditicaciones de la Divini­
c6mo la ospacífica oriontaol~n dada por Splaoa. el 000­
eopto oartesiono de la "lntultu.- Conduce, de 8U70, a dad! ¿Ea una pertecci3n sor injusto en BUS partos, do~
un plont~ruJiento distinto, roopecto del oonooimiento, graoiado en sus moditicaoiones, ignorante, insensato,
dol arreo ido por Descartes, planteamiento quo 80 carac­ implo! He:!' mAs pecadores que gentes honr8dos, m6s id&­
teriza, b6eicecente, como hecoa visto, por el heoho de ,latra. que ~ie1es, Iqu' desorden, qu' coobato entre la
qua lo intuic16n, como tal, no debe quedar aten"ada a.a Divinidad '3 sue parteel Iqu& monstruo, Aristoo, qu6 e4
pantOB~ 7 ridlou1a quiool"81 Un Dioe nocesari8lllente o­
IMonto respecto dol mundo extorno, aino que debe apre­
honder toda la interioridad humana isualmente, como o0l! 41ado. blastemado, desprociado o ul menos iGnoradO por
dic160 de BU eficaoia ooeno.oitiva atrioto senau. inte­ la me30r parte de lo que El es, pues, lqu' pocas pe~
rioridad que debe auto-conoobirae • 8t, de torma que Das pianeon en reconocer una Divinidad tall Un Dios n2
Dios no eea 3a una mora representaoi6n -eminonc1al-, 81 eeaariamente deDgrecindo e insensible en el mayor n6m~
no que incordine ooenciolmonte la totalidad, la cual ro de sus partes o de 8U8 moditicaciones, un Dios cs&­
tione quo doacubrirso por lo propia auto-aotlvidod del tiglndos8 o veng&ndose de sí aiamo. En 1mB palf.lbl"8, un
80r infinitamente perfocto, compuosto no obstante de
esp!ritu, en flU desplioe;ue lIIi8l:lO, como "11atura Coturnn."
'1 "lJaturo natureta" conjuntamoDte '3 a la vea. todos 108 dos6rdenes del Universo. IQu& noci&D m&s ll~
na de visibles contradicciones••• " (5)
t.3.1.b.- f"1ALEl3RA'1Ci.E.
Es, pues, evidente que no 09 posible, ein Grave
Ahore bien, partiendo do tolos GUpuostoo por 0B riesgo para mantoner la absoluta infinitud de la divi­
10 intermodio ce produco la dieo1uci6n lnmanentieta del nidad, dic:·ln::!' 8 'sta on la mero notivided espiritual
eap!ritu eplnoziano. la reacci&n no so biao osperar ~ te16riea, tal como i'!olebrlJnche interprote le cODcepci6n
yo on 1688, el miomo Pero r'lelebranOhe ataco aemejonte .piDozlst", por lo que, con vistas a salvaguardar aqu,!.
ooncepoi6n filos6rtoa que liquidaba ~r comploto todo lla absoluta inrlnit\ld 'luO irradia a la suprODS Unidad
oroacionisrno divino, tal cual so n08 pone de manifies­ 8tlsteooia1 eg hace complete.:''1ento proscritivo proceder
to en el ;:,a98.18 quo sOf:Uidemento intercolollloo. en el • determinar una ralecionabilidad entre la estera de

cual responde Teodoro (~~lllobranche) 8 9U OJlIlr;o Ari.teo la Infinitud y la de le Finitud completa 1 entoramente

quo 10 intorrogaba diciendo. NSl, nosotros 00000. pero direro~te do la diooluci6n spinozians, lo cual, preoi­

no hODOS sido hechos. Nuostra naturnlol'll! os etornn. S.2, Baccnto, es lo que int.enta 11enRrso de conformidad oon

los supuestos quo dan vivneidod o. la ooncepci6n de los

281
280 infinito '3 porque oomprende todo, pero no os nlng6n ser
"caUS:lS ocasion-:.los". uedin!lteo estos la Nprosentoci&D particular. ( ••• ) Adcmñs, oe puede decir quo no se ve
intelectiva se acuerda plenoo90te con lo estructura pu­ tanto les ideos de lsa e08~S, como les cosas mieces que
ra de la co(!nosclbiUdad 'ideal' que es lo que nos pax­ los Ideas representan. ( .... ) lio 801amente no podriamos
mite ¡ facilita ponor ~!l conco~Jancl~ la partioipabili­ ver Deda que Dioa no quisiera que vi6semoB, sino qu~ uo
dad de nuestra!! r'9;:!ro9~ntnc1onos con aquolla quo. en BU podremos ver nada que Di08 DO non lo haga ver. Non sum­
SUbY6conte totalidad unitaria, tenemos do la divinidad. mua aurticienteB cogitare aliquid a nobis, tamqUBIII ex
correlacionando lo~ plonos intuitivos, los cuales deben nobia, sed ou~tioientia nostra ex D80 est. C••• ) •• ­
vartebrarsa .1t1r4rquicooente d.esde donde lo ·puro, obso­ Dios os el mundo inteligente, o el lusar do 108 axp1ri­
lu~aD(mte puro" ndquier'l aut6ntica consistonoia hosta tu., lo mi_o que .1 mundo material es el lugar de los
dondo 1'\9 dobilita As!;a 011 " ..,-=,:.6n Con COS08 b:mUX8B O ouerpoe. Solo por su poder 8e dan todas las moditicacI2
moterialas, tal cual nos lo indica el propio t-¡alabran­ Des, &010 por su sabidurta encuentran todas sus ideno.
che cuundo nos advlorto ae{ t !tOreo Bin ombargo que no •• 1 e. en el que tenemoo lo vida, el movil!liento, Y 01
!la,y oubotancis pU1'8oente inteligible mf:s que la de D108, .er••• • (6)
que no se puode deocrubrir oon evidoncia noda m&. que
La reacci6n de Malebranche contra el sistOl!la de

bajo su lUR, y que la un16n de 108 eaptr1tu8 no puede


hacerlos tlutunl:1ente visibles. Fuea aunque estemoa lW;f' Splriosa os completamente legitima en la medida en que

la acoptaci6n del pensamiento dol ti1680to judío ~pli­

unidos oon nosotroe mlSC08t aoaos. y soremo. ininteli­


coba manifiestamente abandonar la coracteristicn 16gioa

gibles a nosotroe miemos, baata que veamos on Dioe. por


donde so ':'.)B prooente a nosotros miamos la ideo p.r~.J. que SUbyaoia a toda aubjetivida~ propiamente dicha 7,

por lo tanto, 8 la posibilidad do acceder a una objeti­

tO$ente inteligible Que hay de nuestro ser encerrado


00 el suyo... • •• no ee pueden ver lU8 cosas materiel••
vidad que no pOdio mostrarso al intelecto humano mAs

por sí miemas '3 sin idoae. ( ••• ) .tuoden solamente jUflcar que ~orma11ter, aun o pesar de que el conocimiento mat.

que estn eneucntro de dos bale., da oensi6n al Autor m&tico se id.nti~ic8Be con,una roalidad quo por lo dom6s

del movimionto do la I!latel~ia, dllt eJllteutsr 01 decreto da DO se revelaba mAs que como tal. o see, formalmente. E­

su voluntad. que os le causa universal do todas l~B c~ re, pues, c~o dijimos, obsolut&monte necosario salvar

$ns. comunicando a la otra bola una parte del movimi~ eete escollo '3 parB ello el recurso de Malobrenche, eo­

to de la primera.... ••• PuE.'Je la rueI1'lo moviente de ''le ~rontando le8 dos sustancias, Dios '3 la Naturaleza, le

cuerpos no puedo ser lli&S que lo voluntsd de aquel quo permite a} ~~n~. remontarse por encina del problema

los conserva••• ( •••Pero es preciso advertir bien que planteado por el pnnteiorno epinoziano, aunque para ello

no oe puede conoluir que los eopirituB vean la e8~ncia deba advertir la necesidad do que toda conexi6n del ea­

de Dioe 8 partir del bocho do quo voantodo:e las cosa. piritu humano con la realidad efoctiva no S8 pueda dar

m6. que bajo los 1t~ltes prescritos de unn cousalidad

en Dios••• Lo. esencia da Dioe en BU 801' obsoluto, y lo.


e&~frituB no ven la substancia divino tomado absoluttwon
que no es Butoautlciente Y la eual. en su autosufioien­

te, 8ino solnmonto en tanto quo relativo a loo criotu­ cia absoluta, no puode residir m6s que l>iofl, cuya omni­

1'08 o pnrticlpBble por ella8. l~ que von en Vioo eo muy


potencia S9 I!Innitiento a111 donde la C8ptoci6n intelec­

imperfecto, '3 Dios es muy porfocto. Von lo materia OODO tiva humana aoorca de la realidad da "ocasi6n" a tal ~
.:
divisible, figurada, eto. y en Dios no hoy nada que 80a velnci6n ele la omnipoter.cia divina.
divisible o ficuradol pues Dioe os ~cdo sor, porque es
282 283
la larIuencia de la filosof!a cartesiana. 7a quo, evi­
Sin &mbergo, adoitido os~o no ea posiblo dejar
dentemente, con ella se problernatiza Mel universo do la
de oeñalar le Bin~lnrid8d del plonteamionto que 8QU!
conciencia" que en DoscarteG quedaba oculto tr6s 01 ve­
se "00 manifiosto, cunl no éa otro slno que la causa
lo eminencial de la divinidad da r~rmn .i~ilar a como
de 188 cauaRa, eot.o os, la cauna suprema, debordB a t2
de intoligibl1idBd hur.ono. no haci6ndo88 compranalb1e
.8 encondla proteicnmente en el Coemos panteieta eplno­
.1eno. Era a su voz absolutamente necesorio desentrañar
por 'sta, por par3d6Jico que resulto, mis que rormall­
e.te problema, pues, evidenteMento, ni la suntanciali­
ter 08 docir. en le modida en que 01 conocimionto matA
uoi6n do la extan.i~n, n1 la comprensión ardino ceOIlle­

m&tico éB un conoeilionto que 6010 80 nos proporciona


trico de la vida espiritual, pormit'an , en lineae gene­

como consecuoncia do la 00d816o brindada por la divin1


rales, clerlricar el panorama do In objetividad cognoe­

dad al1! donda tomaDOS contacto aen80rinl con 108 cue~


citiYeé Ahora bien, desde este punto de vista las ideas.

pOB, loe Clldos en modo alB\;~('I (~t;8de luego sumlnatrau


en 'anto repre6entacione. por lna cualos se nos menirieA

por st minnos tal conocimiento, cono tampoco aparonte­


t8 ocaaionalmente el poder 1 la sabidurto de la divini­

mente nos 10 suministra ninguno de nuo.tros sentIdoe


dad. DO 'Pueden de sayo mostrarae simplemente como meroe

propiamente dichoB.
4e.crl.pclones del universo corporal. por lo que listo,
hosdo eoto punto de vista, puco, 8i haciendo naturalmente, dobe Ber c~prend1do a trav6s de la plen!
hlncapi&, contrari8l:lento a lo que psreCIJ deduclne -de. tu4 que no. arrojan aquellas, de torma Que la uni6n del
d. luego eo~o uno interprotaci6n muy particular- de la elDá y del ouerpO no puedo concebirse dondo una duali­
doctrina de Opinase, adopta al propio HalebranOb8 su dad 8U8toncial, slno, 3uatamonte, dende la unidad SU6t~
doctrinn ti1oo6ric8 raSDeeto de la primaoí. de Dios, 0,2 01al, incorporada en el sujeto hUl!lano. en cuanto por
mo clave de b6veda explicatiTa de toda cauealidad, Aa­ 188 1dea8, part1cipa ae la absolutos infinita divina.
ta en tonto tal causalidad \'lO e. revela _,. que oomo De esta manera, en obligada oODsecuenoia. ríO puede m.an­
contrapunto de lo asignado al pensamionto &pino.lano. tenerse 7a ain m's ambasos una ·conservnci6n del unlve~
esto os, do modo ma~ente tormal, indic'~donoa clara­ eo como establecida ab origine, ain necesidad de int~
mente el omoter enemporineo -aon todo lo que 8110 ....,oioo•• divinas. in aeternum, pU8Bto que ello ooloca
aignU'ioa d80d8 una optica radicalmente lnt81octiYO-h.!! al miBlllO Dios extra tempol'O. cuando manitioatomente he..!
mana- de la divinidad que, por lo tanto, deborA s_ t,2 ta la misma temporalidad no serta nada sin su creaci6n.
mada entonces como un pre-aupue.to puro 7 simple que La cODservac16n do la unidad del alma y del cuerpo im­
para su propia validez precisar' de la protundisaoi6n ",U.ea 01 hecho de no dejar tuera de considorac16n a las
en torno a la propia realidad condicional humana. que causaa eficientes Y rinales, puesto que ellas no revolan
e. just8lllontu lo que ocupnrl al pensamiento de Leibnl. de au¡o .'8 que 10B medioa por los ooales Dioo se exp~
en todo 10 que 'sta posee do magnificencia tiloa6tioa, •• 7 nanitiesta, Que e8 precisamente el lugar por donde
oomo vanos seguidmJonte D observar. eOll1ianza a surgir el pensDJlliento leibnillieno, profundi­
zando la rerlexi6n molebranchiana. tal CODO 61 mismo t!
1.,.1.0_ LEIBNIZ. lo.oro de Lelpzig noo lo descubre, cuando n08 dice astl
.Por lo que afecta o su ~~tattsica (la de Descartes),
Ea, pUGs. 8s1, CODO a trav'e do la teorla de 108
babeis hecho yer su imporfecoión t Y me uno a vuestra la
caueas ocasionales que esbozamos aqu{ som0~~ent. se
pres16n on ouanto a la i~POBibi1idad que hay de concobir
produce una nueva orientaci6n en el contoxto ~enornl de
284

285
c6mo uns substancia, que DO tiane nada ml. quo la extea la inexistencia del movimiento ronl. Por lo tanto, para
8i6n sin pensamionto, pueda obrar sobra una substancia decir que algo ee muove, necesitemos no s610 que modlt!
quo no tiene nada m'e qua 01 ponsamiento sin extenai6n. que SU situaci6n oon respecto de otras C080S, Blno tam­
Pero creo que no hebeie hebbo m&s que la mitad del c~ bi60 Que contenga la Causa del cambio (os decir), le tua~
no, 1 quo S8 pueda B~n socar otras oonsecuencias mle •• o acc130." (8)
que aquelloa que hebeie sacado. A mi juiCio, •• aigue
QUo le meteria oa alguna cosa distinta de la extenai6n Las hao•• constructoras de una divinidad coneabA
e~cluslvementé considerada, de lo cual creo que ha1 de­ da segura 1 rime, puee, deben discurrir por otros de­
mostraci6n. rroteros qUe, como ya hemos entrevisto en f-ialebranche,
"e uno por Completo a YUstra imprGai6o, cuando requieren de suyo DO conhndir el pensomiento 1 la extO!!,
daoia que Dios obra de la manera al. perreeta posible. .i60, extrapOlando BU unidad por medio de una separaci6n
y cuando docts, en cierto lu~t que hay !2!12 contra­ t4&ntlca -coDvertible-, d.e~Mdo bien claro qua le acti­
dioci60 que 81 hombre eea mis porracto de lo que lo e. vidad. sustancial debe concebirse ld6ntiea .. .1 miama,
por rolao16n e 108 cuerpos que lo rodean, no tena" mb aunque problem6ticamente proyeetnda, reqUiriondo clari­
que borrar tal oca80. Encuentro de este modo que beceia tieacionea ad hoo, puesto que, por prinCipiO, nada sub­
un uso IIIU.Y bello de le. oausas 1'in81••, a dUoreucia de aiste en '7 por .t a excepci60 de la absoluta infiDitud
la opini6n que mo causa el Sr. Cartee que lea raohas..­ 4iv1na que, por lo domb, no puedo diacurrir al margen
(7) de los acontecImientoB d.a este mundo nuestro, 8i bien
De acuardo con lo dicho '7 a partir de tAlea BU­ DO reducida. '1, COllo ea natural pensara -La distino­
puestos, comianza Leibniz a modirioar la baae aobre la 0160. del alma ~ d.el cuorpO DO oeta a~n enteramonte pro­
que se asentaba el sistema cartesiano, base que encuen­ bada. Ya que como contaBais que DO concebimos distinta­
tra en el deu. ez machina BU .~11caci3n 8uppema 1 qua ..nte mú que lo que es el pensamiento, no basta que p~
debe aqU{ caer por el mlsma, pueato que s610 hndu&n­ demoa dudar de la existoncia de la e~onni6n (ee decir
tando aquella idea sobre otro. supoeotos e. c6mo .e ha­ de 10j¡qua concebimos distilltamente) SlD godar dudar del
ce posible evitar las contradicciones ya vistea 1 c~o pensamlonto, oeto, dir,o, DO basta para concluir basta
eje gravitatorio gira en tOrDo a la COOrdlnaci6n que ~ donde va la dietinoi6n de lo quo os la extensi6n 1 de
pltcitamente deba roalizerse entre la8 caUDaa rinsle. 1 10 que es el pensamiento. porquo 89 pueda deoir quo ea
las erieieotea, sin ,cuyo concurso no hebr!a posibilidad acaso nuestra ignorancia lo que los distingue. y qua
de explicar nada de tlodo reol 1 con el cual 8e puede el pensamiento encierra la .~en8i6D de una mnnera qua
coaprahender la slgnlticaoi6n de la "tuerza" como cauea noa e8 desconocida." (9)
del movimiento, lo que 88 noa pone da relieve por el
As!, puee, debido a que lo conoxi6n del alma y
miamo Leibniz de la torma siguiente, "81 el moVimiento del cuerpo tiene que presentarse ba30 la torma de una
no e. sino el cambio de contacto o vecindad inmediota, comunicaci6n sustancial, entonces, la unl~n de amboe
8. seSUir' que nunca podremos determinor qua 0088 se
planos no puede dirimiree por 81 aAs que a condici6n
estA moviendo ••• Por ello, si nada hQ1 en el movimiento
de presuponer una unidad limitado como sujeto que, Bin
ruara de este cembl0 relativo, .e deduce que no hay re.
embargo, se prn;1octa en 1 desdo 81 misma en su totali­
.6n on la naturaloza para adjUdicar movimiento a una c~
dad limitada, tal cual so constituye lo propia ~8da",
sa mAs bien que a otras. ¡,o consocuencia de esto aeria Como exprosi6n suproma dol conocimiento humano, en taB
286
287
to en cuanto que incardine en si un todo cognoecitiVo
elaleB ee como se puodo dar cuonto de la estructura cos
limitado, imperfecto, cuya fuerza reside en su propia
nosdltlva que toma en la idea su rererencia originaria,
interioridad, • cuyo trov6. 88 e:zpltoite su exteriori_
, . que, una Te. aceptado aeme.1ant. supuesto ain CUJ'O COl!
dad, tal coao nos lo advierte el miamo Leil1nis al de­
curso DO puede haber plena certez. coenoscitiva, puesto
cimo., "Ahora bien, la muChedumbre no pUede tener BU
que la actividad de la concienoia no soría ontonces na­
roalidnd, como no sea tom6ndola de 188 unIdad.. verda­
da por al misma. para poder validar oato, ae hace abso­
deras, las cuales provienen de otro origen '1 son mu;r
lutamente Imprescindible profundizar la contoxtura CO~
otra COSBS que 108 puntoa, de loe cuales ea patente
no.oitiva que, obviam.nte. debe encontrar en la interi~
qua 10 contInuo no puede coaponerae, para hallar, pu.a,
rlda4 1IOtl6d!t'.. su vordndel'B re.s6n de oer, lo cual se nos
esas unidades reales, ~e obUsado a raCU1'l"ir a un .....
expon. de la 1l10nera siguiente. -El estado tran.itorio
tomo tomel, 7a que Un .er matarial no PUede aer, a un
,que .n't'Uel.... '1 repreaenta una muchedumbre en lo unidad.
tiempo mismo, material 7 perfectamente indIvisible .,
o en le BU.tancia simple, no .s otra COB8 que lo llamo­
provisto d. verdadera unidad•• (10)
~ ptECS1?916p, la oual d.be diatingulraa de la apercep­
De .ata manera, pu.s, •• advierte t6cilmeate que 0160 o OOD80ienoio•••
l. caracterizaci6n d. cetoe punto. lDextenso8. .pointa La aoci6n del principio interno, que verifico el
lIotapb;ysIquea·, oomo loe denOlDina eU). 00 puede dara.
mas que a coDdioi6n d.. concebirlos d. torma que. ~
monada de que vamoa a hablar . , este tratado, no 8a • .1
no una substancIa Simple, que entra a tormar loa eom­
puestos, e1mple quiere deoir ain parta••
.-bio o trAnsito de una percepci6n 8 otra, puede lla­
ane IP,tioi6u, ciertamente, el apetito DO pueda cons!.
.1'I1ne aiempN enteramente toda la percepoi6n a que
..¡ pero 8iempro obtiene algo de ella , consigue percep­
Otoa.. ntl.......

ti.
Tiene que haber substancias limpl••, ~~~ato que e.u) Pero como el sentimiento 9a algo m6.e que
bo;y compuestaa, puea lo "ompue.to no 8. mAs que un moa . . .ple peroepci6n, concod.o que el tlorabl'Q e;eneral de
tan o ~gatWB de .imple•• a8nedaa '1 entelequias baste para 108 sustancias simples
Ahora bien, donde DO bcq partes, no puedo beber
. . aolo contengan 890, 1llmense entonc.s a1my SOWGJ!
ni enend6n, ni .tigura, ni divisibilidad. y laa talea
" • ..,.u... ou;:ra percepci6n .,. m6s distinta '1 Ya aoom
aSnadaa $OD 108 ....rdaderos !tomos de la naturalesa 7,
J8Ilada da memoria. tt (U)
en Uno. palabra, loe Elementos de lu OO.e.

Evidentemonte, la interioridad 1Il0nAdico debe ser


C••• ) Loa monedas no tienen ventanas por donde Plenamente absoluta. en cuanto que ella no es mle Que
algo pueda ontrar o salir. Loa aocidentes no PUedon de,! la 8Xpree16n IUstanciol teldrica de lo suatanclalidad
prenderse de la. auotanciae, ni andar ruara de ellas. t'beolutamento pura do Dios, d. romO. que d.sprenda do
Slgueae d. lo que acabamoa de decir que loe cam­ el aiama 8U8 propias capacidades cognosoitivas, sin da­
bios contInuos de laa m6nodaa, vi.n.n de UD RrinCip!2 l·pendencia de nada externo, tal oual noa lo reY'ela el
1ntmo, pUesto que ninguna cauoa externa pUede intluir .Jm:lpio Leibniz en un pasaJe partiCUlarmente importante
on su interior." (12) en cuanto n08 refieja lo cobertura autoYintelectiva que
-ima al 8Uje~~ cognoscente. "Asl, puea. conviono die­
8610, pues, de lIcuordo con tales tormas auatan­ Un6Uir la 22rcepci6n, que es el estado intélrno de la
1IIOoed.a cuando represento. lo.s COBllS externo.s, 7 18 ~
288 289
oopci6n,qua es la conciencia o conocioiento retlexivo •••• Pero lea ideaa que proceden de los 6ontldos 80n con
do ese estado interior, esta conciencia no es dada a tusas, y lo mismo -puede decirse, por lo menos en parte, ',~
todas las almos, ni tampoco os dada eieopre a la mia­ de las VGrdodes que d. el18s dependen, mientrAs que las !
\
ld.as intelectuales ,. las vG~es d. ella8 dependientes
mo alma. ( ... ) 80y en las;,..:;rcepciones de lo. anima­
les cierto enlace que remeda la 1'tUI6D, pero se tunda D'
eon preoi888 '3 olll'rBS, '3 ni unaa otras deben su ori­
. 18ft • 108 sentidos. aunque 08 cierto quo sin 108 ••nti -
í
,.1
.610 en le momoria de 108 hechos, ,. de ning6n modo .n 11

el conocimiento de lea causas.· (1-> 408 no penaariam08 nunca en .110.••• (16)

Indiscutiblemente, es, pues, 8s1 como .8 contl Aa!. 'Pues, dependiendo de eetos d08 tipos de ve,t

gura el apotespa leibniziano "niei intallectus ipse·, dadas dispondremos aatalamo de d08 principios por cuyo

desdo donde .e desprende la contextura unitaria impl! lBtermedio n08 podamos orientar eapec1ticaoento en la

oita en la actividad mon'dica, dando como resultado


• 1 ·panlo6iamo· leibolziano que pretende la oontenci6n ftII.
OODetruocl&n 4el oonocimiento oierto, 108 cUalos, a su

no. of'reeeran una perapectlw completa del alean••

a otOl'f!jU' a DUGbtre8 verdades como derivadas del miemo

en el sujeto mismo de todo predicado (praedlcatua i~.at


suiecto), en funci6n de lo cual, .,Ulo/III, no se puede 0,2 OOftooiml.ntol "Buestros ráZon.JI11entoll 8e tundan en do.l

locar la objetividad cognoscltiYa, como eurg1ando mer:l mnda• WPciplogs ti. U SS!htradlcci6p. en virtud dOl

mente de la eXperiencia, tal 00lI)0 811 le retuta a Loon oual 3W1!g8IIIOs .t!lI2 lo que .ociarra cODtredicci6n, '1

en LES NOUVEAUX EGSAIB SUR L#li:NTF.:MDf:t1E!'fr leibn1sian08t .J!E4adtr2, lo opu.ato o contradictorio a 10 taleo. y el

puesto que, entonces, aquella ae di801verla en una ~ de J!I6a le&iol.n~I, en virtud del oual consideramos que

pls contin~ncia, cuando manitiastamente .1 origeo del ningun hecho puade .er verdadero o existente '3 pinguna

conocimiento no puede colocarse de BUYO ml8 qua en ~ 4RlUDciaci&n wrd.adora, ain que de ello ha,ya una ru&n

ci60 de lS8 mismas'ideos que, en 41tima instancia. 80n baetant. para que sea oai ,. PO de otro modo. Aunque 1 .

18s que garanti~an propioment. la cet.... En caDO con­ d. Yacea .sss rezones DO puedan ser conooid88 por noag,

trario, la posibilidad de pensar a la divinidad quede­ boa. -r.Ulllbi6n ha:r dos suertes de nfdad!11 las d• .[!!2­
rte envuelta en un vuolo absolutamente insostenible, 8IPlent~ '3 la8 de ~. Las verdados de ~azonamiont9

por 10 que, eonsecuentemonte, hay que establecer la P.2 .on ne~Aari.8 ,. BU opueato ea imposible, ,. 18s da ~

sibil1dacl de que el inteleoto o eeplritu desprenda de,! 80ft contingentes ,. su opuesto os posible. Quando una ve,t

de si miaDO, como se nos indica asl ••••• Que lo. sen­ 4a4 es necesaria, pUede hallarse su raz6n por lIlOdio del

tidos no tJaatan para cou:prender la necesidad de dichas anlli8ie, resolrl6ndola on ideas '3 verdades mAs simple.,

verdades, 7 que por lo tonto el espiritu tiene facultS hast'a llegar a las primitivae. Pero la ,az60 ,eficiente

d.s no 8610 pa8ivos, sino nctivos, pare 8ac~ de su s. deba oncontrnrse tembiAn en lna vOrS0d!! oontin5!Ptes 2

no dichas verdade•••• La prueba fundamental de loa TeE ... h.cho, el!! decir en la serie de 188 C0&88 dispersas

dodes necesorlas no puede provenir mAs que del eutend! ~r el universo de In. criaturas, en el cual la r8eolu­
miento, mientrls que las VGrdndes de otra claoe proce­ 016n en razones particulares podria llegar a un ilimit~

den de In experienoia o de las obsorvncionos do los do n~ero de detalles, a cauaa de la variedad inmenaa

aentidos." (15) de 18S C08a8 de la naturalos& 1 de la div1ai6n de 108

cuerpos hasta l~ infinito. ( •••) Lo raz6n suficiento o

Lo que se nos recalca do la sir,uionte tormal 61tima dobera hallarGe. pues, tuera do la socuencia o

290
291
series del detallo de 108 contingoncieo, por inrinito
que pudiera Bor.- (17) de pesada "le sophieme d88 Cartesiana" (21), ya que 86­
10 as! S8 neegura le unidad del 8ujetO cognosconte pro­
Desde ente punto de v'l.eta, pues, es indudable piCDante dicho como articulada desde al mismo, pueeto
que nuentros conooioIentos ir'" de conformidad eoa tale. Que es evidonte que "Adem4s, toda stBtancia e8 como un
supuostos, do forma que. "••• Cuando reconozco une Coaa amndo entero y oomo un eapfljo de n~.os o bion de todo el
entro otras sin poder decir en qu6 conaleten sua diterea Universo. 81 cual expresa cada una a su manera••• Tam­
ciaa o propiedadee, el conooimiento es cootuso••• Joíaa blb puede decirse, que toda sustancia tiene impreso en
cuendo pundo explictlr los signo. que tengo, el eonocl... oierto aodo el 8ello de la aabidur!a infinita 7 de la
miento se llama distinto. t cuando mi e.pírItu Comprende, omaipotencia de Di08, 1 1. Imitan en cuanto ea posible.
D la ve. 1 distintamente, todos los elementos prizitboe Porque toda sustanoia erpreea, aunque contuaamente, to­
de una noci6n. entonces tiene lugar un conocimiento lnt~ do 10 que sucede en el universo, pasado, presente o .ru­
ti'l'O, el cual .a lI'lQ' raro, porque 108 conocimiento8 haa­ turo, lo cual tiene alguna semejanaa COD una percopc16n
DOa, en su l119,)'er parte. son contusos, o bien bipntftlooa.­ O conoeislento inrinito••• • (22) Oon ello, pues, ~6 co­
(18), por lo que como, dollllente, .~l.:.ede varae no •• tra­ mo . . bace posible acceder al perspectlviemo pan16gico
ta equ{ ~Ja que de establecer 1. 3erarqul. de la objetivA letbn1s1ano, por cuento 188 bdStanciaa no 8e concibon
dad cognoscitiva de conformidad con lOG BUpuectoe ~ 1& 7a aeparadamente. aino unita:Mamoute, aun cuando su tin

aa d.el sujeto Cognoscente, que e.


miama. pero partiendo 81enrpre d. 1& mi8'lle aotividad lnt-,¡
lo que le da • la ~:!t.:­
trina leibniaiana el car(cter plat3nico que el .. atribu­
tltimo no .e pueda manifiestamente cerrar en modo algu­
no puesto que "Laa almas obran segGn la. leyes de lea
causa. tinale., por apetioiones, rinGa y medios. Loa
1'8 (19), de modo que quede perfectamente claro que po Be cuerpo. obren 8eg6n las l81e. de laa causBa eficientes
puede mantener ni espacio absoluto alguno nl tampooo e. O movimientos. y ambos reinoa, 01 de 188 caUS08 flnalos
posible la cdmisibilidad del vado (20), J'are no conver­ 1 el de lS8 causa. eficientes. son arm6nico8 entre ai.­
tir al ~ndo en el ".ensorium del·, por lo Que, en con... (23), por cuto oonourso .8 establece la p08ibilidad de
cuencia, la estrueturaci6n objetin de la realidad oogaoa propebder hacia la absoluta totalidad infinita, le cual
oitin debe p:-e8entoree de modo problem4tloa, debiendo 01 concebimos solamente e~ la divinidad, on cuanto que ea
miamo auJeto cognosoente, indagar 108 propios supuesto. ella ~'l:'~ de r&cilmente presupon.reo le toto.lidad susodi­
de su cognoaclbilided en aras a BU sub••cuente detormina­ oba como suprema erticulooi6n del universo tenom6nioo
c160 obj&tlve. la CUál, como dijimos. 00 se presenta aino de acuerdo, entonce •• con UDa "Armon!a preeatablecido­
compleja "1 problem'tlcamonte, ain que ello quiera slgn1r! Que justamente 8. lo que nos asegura y gnrantise la ve­
Dar imposibilidad alguna, por lo que abriendo nuectra racidad viviente del conocimiento ideal, puesto que .~
perapectiYa al infinito, pues como ••~ala Caas!rer. • ••• t. .ietame da la Armonia preestablecida proporciona una
Leibnia subraya continuamente, una "1 otra vez. el oar&o­ uuova prueba deeeon04ida hesta entonces de le Existencia
ter del cAlculo infinitesimal como el de una "fice!6n" de Dios, puesto que ea manifiesto, que el acuerdo de t8!l.
puramento motodo16gica, ficci6n que. sin embargo, ea nGc~ tea sustancias, de les cuales no tiene una influencia
.aria e indispensable. '8 que -(••• )_ todo se comporta en 80bre la otra, no podría veoir m4. que de una causa ge­
lea oosaa Como ,aLtues8 una verdad. incondioional", no ha­ neral, de la cual dependen todas, "1 eU30 poder 7 sabid,!l
remos otra COBa que r~bF,Uardarnos de aprehendor lo nbeoly ría para preostablecer todos estoa acuerdos no puede
to en n1go tan .610 relativo, con lo cual 08 oliminn de aer s1no infinito.'1 (24), lo cual, obviamente, resuelve
292
293
deede ton magna atalayo la problematicidad tel6rlca, Por
cuanto se puede concluir "••• Del 8istema de la armonia Lawrior~~~ca de la ~GCceldad" que solo pertenece a la

goneral que concibo, que nos indica que el reino de 18S (21), por lo que, ajust5Ddonoe a semejontes

causas oticlE'ntoD, '7 el do :, N' caU8ft8 finales. 80n Peu:& ff.eodd1cion99, 8e hace posiblo intograr no .610 los inte.!!.
lel08 entre sI, que Dioe no p08ee en menor grado la aqa lslbniBian08 de integraci6n de los croados .cl.si~
lidad de meJor ~onarcat que la del maa grande Arquitec­ (28)' 1a que a ello conduce la estructurn arm6nt­
to, que In materia osté diapueata de modo que las le,roa ~cional de su sietoma de pensamiento en cuanto no

dol movimiento sirven al m030r GObierno de 10B eoptritu8 &610 un 8Bquome tilos6.f'ioo, 8ino adem&8, es­
••• " (25) pecíficamente polltico, 18 que plantea la necesidad da
~uatar le~ condiciones f6ctlcaa a la mayor raciona-
Podemos discernir 'as! Con Suficiente olaridad la Udad posible 81n que por ello sufran 1'11&8 a1l6 de c1el)oo
cobertura dOflde la qu(3 ee aaienta el Optillli8lll0 rac10nal l{mtte irrobaaable los interese. en jueeo. cU;)'a dif2
leibn1ziano, en tan~o en cuanto .e constitQye a partir ftlDctabUldad, no obstante. DO pUede, en IIOdo alguno.
d. la apel'tU1'8 del posible en Dra8 8 8epeci:r1oar BU rea­ ,.ua1oar la racionalidad que le subyoce, lo que, nt el
luaci6n, tal como se revela en el ~in-ee8e" IIOn'd.....o. .... reterente al problema religioso, conduce a la autA
por lo quo la pooitividnd alama, pmpiR5ente dicha, no . afi,rmaoi6a del Pat_ ObriaUanUII. 18 que en 61 Be coim­
presenta mayor comploJidad que lo 08pecíficamente puro, plloan oonjuotamente el bien '7 la actividad baoia el
s» Cuanto entre ~bOB planoa ee plantea UDa referenoia as... bien que, en buena 16g1ca. constitU;)'e aquella "c!
semi-lineal qne justifioa la dialectloidad del OODOOt_ rito del ti bacia lo oual debe aproximarse la fenomenel­
miento lelbnldl1no (26), Cu:10 aprlorlnro no puede reai­ U4 eooial bunaena. como contrapunto de deatino do la ....
dir mlla que en 1" divinidad, oonstitU'7'ndo8e como cono­ xletenola hwaana 11.1&1110, en cuanto contiene el lII8Xi.mum
cimiento pare el Der humano de modo a posterior! (temP,2. de racionalidad, del mismo modo que. en lo que respecta.
re vel natura), pero cuya positbidad, en tllJli:o con.id.! 11 problema jur1dico subsisten embaa eotera, COIlO la del
rada oognoscitlvamente, n08 permite ent1'8ver das "1 pera tiea aupromo '7 la meramente <Jurídioa, a las cuales ba;y
pectivaa nU8VJQ Que son de inpresoindible servicio para que prrpeddor a unificar aio lacerar por ello interoses
la objetivlru i coe,noscitiva, en cuanto que oon ello 8. iba8diatos de modo absoluto. esto 8S, 8 10 lorso del ~
nos dibujo la porspoctiva do establecer un "Progré.BU8~ 118DYOl'filaiento de la Yida humana, hist6rical!lunte, tal
8in que por 0110 88a nacesarlo dejar al margen el tunda cual n08 lo señala, para terminar con este apartado, el
mento ideal de la coenoaoibllidad, tal como " presentA propio B. von Ulppel. cuando nos sir,nifical ftAunque el
ba contenciosomente con la estructura oognoscitiva eac2 Dtaw, como parto del eterno orden universa1, ea nec.!
l&sticB '7 tal como r.o ha venido intentando rnoolver a BIlriamente invariable "1 justo al mismo tiempo, la 1d&'t.
lo largo de osto arArtado desde la inicial eoluci6n otr~ toaIo obra buman8. es cO.IIIbiable e impertltcta. Sin embar­
cida por, Doscartes, la cual, como tambi6n hemos visto, BO, eote »Orecho hUdbno o positivo 8e encuentra en UD
adquiero aquí. en Leibniz, un viGOr y una potencia inu­ prooesu de d,esarrollo en cierto modo permanente, condu­
8itada por Cuanto con el ti1680to de Leipzi~ no se deja cente al orden del reino divino, para identificarae fi­
al 1IlIU'g«1 la poaltividad causal. aino que se la lnoor'P,2 nalmonte con '1, con lo quo entonces el ~tado terreno
,a a aquella alternativa do 801uci6n propuesta por &1, ea eleva 8 Est.Ado divino de loe &oplritus.
a pesar do nuestras li~itQoione8 al carp&~' do la nocién
La roaHlIlllci6n de la le;y eterna constituyo el
294
295

rin, poro la debilidad humana i~ride ciertamente alean­ .f80tlv~. con oierta reservan desde luego, pare estoa
earlo. la Derecho positivo atiende a la exigencia de . . autores tal ouanti6n va comple.1iz!ndose oada ve. mb 0,2
dOCUbrGe al ~&ximo a 108 imperativos del ius atrictum 110 ha podido advertir•• 7 COOO 80 monUlaste en la medi
-(el iUD strictum o juatitla commutativB, como grado j~ da en que la quibra 4a la postulo.cion oartesiana de la
r{dico O~8 bajo, descansa sobre 1. Propo8ici6n del Co~ inteligibilidad de la 00016n ~¡ltiva va poni&ndose de
pus lurie, que expone que Dadie eut! facultado para o~ rell.". 8 medIda que . . profundiza eu doctrino, indic6g,
.ar perjuicio ti 10G dGmlJa (o_lnen hadere), (nota elle'" 40noa aat qua la 801ides de 8U pO~8emieoto metafísico
trat el cual se VII clevando así hauta la aequites o JUJil sra m!. endeble de lo Que 61 mismo creía.
tlcin distributiva -suum cUique tribuore- para llegar
finalmente &1 EioD por el, 18 piataa, quo incorpora el En out. sentido, el $X8Ren de lan condicionen de
noneste vivero, en 01 cual e. orpreaa 81 tond.amento itt.l. 4esarro1lo humano, con toda eu complejidad psico-som't1
naturalIsta en su anhelo do poaitivarae)_, ~a que siD ca, dO 'Podte. aer yo m!lrg1nado -'tal como lo puso da roli.!.
tranquilidad ni &egur!dad no puede e2iatir el Estado, .... '8obboe por yl.a 'Peculiares lJU..yae- ni tan aiqui.ra ps.
.P or el contrario,la Nalboai!n ~.7 1 • .1u8'tioia er:. at. re 1. orientac16n reeioneliata que 'Por lo mIsmo t~en•
en 1'9lo016n a 1~9 paaionee bumanao, porticularmente en que paae.r a ocuparse d. tal rl"Oblema, tal coco lo vemoa
el terrono del orden de le pro~~ad3d., no 8. alSO 8 re... eurg1r d.l pensamiento de Bp4 nos8 que ndquiere con8ci.~
Usar e1n m&8. El Derecho poa1t1vo ai~1tica .qul,. en ela del miomo por caminos b'8i~ant8 ~etat{8ioos, so­
quo tADbil" anhela el bion, e610 una aituaci6n de ~~ 8Uft . . revela a trav&a del carlotar panteista d. 8U d~
ximaci6n a lo vAlido en ~{, 10 cual .310 podra real1a~ trine qu•• por lo denA., no viena 8 elgoif'iear otra 00­
&8 po~o a paso durante el CUrRO de la bietorla humen..­
e8 d. que 13 inposibll1dod de eviter tomar como m6vil
(29) 4e la enoduoto humane BUO propia. pesiones.
TOtlor en ouenta tal m6vil, al oodo como oourra
I.3.1.d.- OONCLUSl00 para Spinozn, no viono a 8i~1riear oino que la conviven
t,o es dif!cil advertir COUlO la conoepCi&' laibo! oiBl. u{vi,..,...ooial de los ciu1.ndanoB no puode escopar a
ctana del n( co causal ve problemal;b6:1dose de modo ine­ la 108i018c16n positlvu, en la nedidn en que 8610 por
xorablo, incluido el placo pOlItico rropiamente dicbo IN con:;:J....~O se beco pouibla aqu~lla, JlB que loo preC9p""
aegdn hemos ~eflalndo do acuordo a la intrinoada conexi&o toa insnatutallst38, aun 8 pODar de sor con~ebido8 com?
on la QUe hay que intel1gir laa relaciones de lo moral decretoD dlvitl08 grabadoB on el cor8z6n de los bombree,
7 10 jur{dico. ccao6nlea alternativa que haea posible DO poseon al car&cter irroousable de oumplimiento qué
resolver 108 escollos p18nt~~dos por lns do~;riDae de .erio necostui.o para invalidar la logisloción positiv.::.
GUa predecesores, o SEa, Spinoza 7 Malobrenche. de rorma que PO hay n!a alternativa que la de completar
por 6sta a aquellos ~\reC01>to8 lnanaturaliotaa.
PBsde 8ste punto de vista, puoo, os mnnir1esto
que 1& orlentoc:l.6n rnctonollsts que f.urr;o desde DeE;Car­ De advierte, ontonces, t'cllmente que 01 proble­
tes d9"0 atravesar toda una aerle de 08~[l.doG iDsalvobles ma del gobierno no ,uede residir en el simple dominio
como Gojea or.md1.016n quo rneilite el accoso pare el 8BS sobre .1 bO!llbre on cuneto que ello viola lae 181e8 d.1q
It.;urnmicnto do la oficacia del prinCipio dI) eause1idnd y Das. do modo !j~le es \locesa.ri::! conocer con olaridad las
ei al menos pora Descartes tel flIIegur"'JIlionto aparecla conductas bumanas como condici6n del ejercicio de gobie&
no que se lleva 11 cabo tn.,.,to por 10. c1'e!lci6n de la leci.a
29G 297
poeit1vn co~o por su aplicaci6n, conocimionto este de
preoi8amente de la imltaoi6n de la extemporanoidad con
lns conductas hucnnna que dobo observarse en fUnci6n del
18 que se rovola aquella omnipotoncia divina, por la ~
dospllel.'U1'J de laa pI'opioD pasiones bu:nonns y que por 10
~ldad radical que obliga al hombre a conduoirse de a­
tn:,to no pucc!o subsuJlirso ;.tI.! bojo ning6n cl',)ncopto on la
cuerdo con. los procept08 divinos grabados en su alma,
miserieordio$4 bondad divina. hL gobernnnte, pues. debo
aGn cuando ello no 8et6 al alcance de todos los hombros,
00 buena l6giea procoder do manera qua anteponga los d~
an cuanto 8610 algunos pOdriu remontaree n talea estera8
rechoa r,enorales de la comunidad s los do sus miembros.
en le medida en que la t6 debe jucar un impotant!aillo p.!.
aln que ollos si~itiqu8 quo talos derechos individuales
pel en al despliegue de las acciones humanas.
~obon ser aplastados en modo alguno, 8ino todo 10 contr.a
rio impulsados hosta dondo la trioci6n no tenga que pro­ Ro ea diticultuoao advertir on 01 planteamiento
ducirso respecto del dereoho comunitario, del Estado por de Holabranche que para salvaguardar la omnipotencia di
ts,nto. dna tengo que reducir la complejidad de las acciones hll
-.nas, contrartamente s como Be produce tol cuesti6n en
F.e clero que lo, rcti'ud de Bplnoza al respecto
8plDo.... Ea realidad. lIon loa dos caroa de le miema mone­
no "lud.o 0'1 Dodo nlr,uno 01 pt'OblC!'!'r.' polItico en k que
da, por ou;yo lntemodio, 89 decir. haci6ndoea cargo da
~ste ti~no do 1~po'~c~c10 decisive. es decir, en tanto
..bu posiciones to6rlca8 Ya a discurrir el penaomiento
cnrera n mljO t~v6s circula e~ e8r~etor 80cial de la
tiloe6tl00 '3 politioo d8 Leibnis, ein t60ilea cone80io­
r,onvive~eiB m'menA, con sus lnt8r$8es particulares y Ql
Dea eOl'cticas '3 con eu grandeza babitual, poniendo de
oO'!'olf!S, 108 euolnA tieno qmr COto reguladoa polltiC8\MIl
relieve con grao vleor como 188 concatenacionos .rectt­
te y 'baja ninr:;dn ceneepto subsumidos bajo lo atale;ra d,.
~ por 188 que ee desarrolla 18 conducto httmP-na anton~
la divinidAd en cuanto CT.le la un16n dél ttlaa '3 del eueA
da en sentido general no encuentran puntoa de reterODoi88
po no puede oscop~r 8 tal occiei6n peculiar, 8in que,
que no sean variables 7 QUa precioaaente por tal coodlci2
no ob:<;tante t ello implique ner-;nc16r: del e8n'~ '.do Atico­
na1idad e. neceeario sujetaree a una objetividad que en
aociel, que tieno Que mOBtrurae a travle de la forma d.
aedo alguno pUede contund1rae con ·10 abeoluto·, tal eo­
eob1erno qua pormit~ la port1elpac16n de 108 ciudadanos
lIO aubropticiuonte S8 hallaba en liewton '3 en Looke e",),
-aun 8 pesar del car'cter inooncluso que aOVUel?8 a SU
sin que ein embargo tuera por ello posible negar tal abo­
Treeto.tuc Pol1tieua- OIJltlO contrapunto del hecho de que
801ute8 que por lo demA. moatr4baao de to~a especiolmen
lndiv1duolmcnte t~mpoeo al hoebre es una naturaleza al
te extemporlnoa y CU1a incidencia temporal era por asto
modo como la v16 lfobbefl.
aanitieata.
La p~sioi6n de Upincs& no deja lugar a dudas de
En este sontido, pues, lna correlaoiones t8ctOri~
la eonnictivldlld c'>n la qUE" 1'8,1 que ob$ervc-:, el probl~
lee no por BU aomplejidnd debian ser eludidas, pero su
me dal nexo causal. sobre todo en cuanto abre el onlB­
1ntelacc16n tampoco por ello pOdia sor abaolutissda, ai­
ai. al problema pOl!tico de~de lo quiobro do la -reali­
no objotivada con la8 reservas correspondientes, como
dad teo16g1ea lt • que es justOJ:lente 10 que le reprocha el
Oircunspecci6n lnovitabla • la quo tonta que au.¡Jetarae
propiO Kalebranche on cuanto que con ello no h3CO otra
todo conocil'lionto humano. En tal condici6n 8a claro qua
C080 sino reduc1r el uleanae de la omnipotencia divina,
Jomplt...11zando el nexo causal .. 01 cunl para consorvarlo
la posibilidad de discernir para el conocimiento una ea­
tera efeotiva de incidencia solo formalltor y con gran
CODO t;al"no requiere de BUjO de aquellf. ;.';Q.:.~eci6D, slno
cuidado t6rnaboso tal. lo cual no tiene de SUJ'o otra con.
298
299
trapartida en el plano pOlitico, tal como indicamoa, mAs 1.,.2.- LA ORIENTACION EMPIRISrA y sus PROBLEMAS.
que la derivada de la problomaticidod de re811&aci6n ju­
rídica de le moralidad, 8inilarmente a como la efoctivi_ Anl1ot?;8lIente a como '008 hGCIOB ocupado de aquelloa
dad de la moral tropieza 00'0 el obst§eulo que ae oseonda autores qua se consideraran herederos de le filoso!!a
en la Jiridieidad, como roGUlac16n de intereses, cualea­ ,arte.iana, vamos en 01 praaente apartadO a ocuparnos de
quiera sea su tipo. aquello. que de una u otJ:'8. manera han reoibido el intlu­
La L~osibilidad do oaitir BOmoJantes contradic­ ",o newtoniano. E.tos autores, aun a pesar de BU d1vani­
cionen internss as lo quo esoncialmente caracteriza a la dad, DO dejan de mostrar UD hilo de oontinuidad al menos
orientaci6n racionalista del conocimiento, en la medida d.84e una &ptlca temAtloo, la cual gravita esenoialmente
en que no puodG aoslayar ocuparee de tale. cuestiones, ea torno a la experienoia como ctesti6n 8oluolonoble a­
las cuales deberían ser olnada8, tal COIllO le reprocha oeroa del fundamento 4el cODocimient? que 8010 talosmen­
lo orientaci6n empirista, d. la que nos vamos aeguidamen ,. •• posibl. colocarlo en otra estera distinta de la
te a ocupar, como contrapunto de todo Gate anbi8i8., en propiamente emplrlea, lo que e. viUdo aslJDillllllO para. el.
tanto contrapunto 8010 aparentemonte antag6nico. .40 a w1a~ ideaU8lIIo d. .Berbl«r tanto COllO 10 e. pare el

pesar de los anhelos de tales autores. lIIIP1rllJl11o neto d. Locke 7 para el empiriB1llo radical de
. . . . que 800 108 autoras que somoramente D08 van a ocu­
par en e.te apartado.

1.,.2...- LOCKE.
Gemas observado precedentemente como la critica
el innatismo oartesiano por parte de Locke se conBtl~ta
en tunel6n do eaentar la cobertura do toda objetividad
ocenosoUi.... on el marco expreao de la experiencia. ain
poder abordar '.te la ou••t16n que .er!a plante~ por
Leibnie • BU conetrucei5n empírica del conocimionto be­
~o el ator18t1o -tempore vel nature", .... n LES flOUVEAUX
BBSA18 que quedaron in6dlt08 por expreso deseo del tilA
IlOta de J.eipsig al morir el pensodor britAnico a pr!130!
pios de aiglo, en l.104-. La construcc16n lock.ana del
editicio cognoscitivo rasponde. obviamonte. por cOlltplo­
to a 108 presupuestos Elotodo16gicos lntoriblas dol pon­
aomiento nevtoniano, pueRto que e6lo de eeta manera, en
lUno16n de la prosuposic16D del espDoio 7 del tiempo a~
aoluto, tal como aparecen 013 N.wton, puede darse plena
ras6n del ab8oluto empirico en el que asienta Locte BU
baae de fundamentocit5n, tal cual, pues. 8e puso de maDi
tiosto antoriormente.
300 301
Desdo eeto punto da vista, por tanto, es induda­ AS!, puaD, una vea aclarado el hecho do que dis­
blo gUQ el origen cognoscitivo no puedo hnllnrse m6s que ponemos de ideas simples, os obvio, entonces, dada la
"en 01 momento en que tiene una sensaci6n por voz prirn~ :recurroncia emplrlca sobro la que se torman los miemos,
re. Porque visto que, BOr,6n parece, no existen idoas en que nuestro conocimiento acerca de los miamas debe pro­
la monte octea do que ee les comuniquon 108 sentidos, porcionarnos una indubitable certeza, que oblies a da­
pionso que las ideas en el entendimiento SOD simultAneas tertd..c4l.' cualitativamente la mera toma como coneecuen­
a la 8en08ci6n, Que es una ~prosi6D heoha en alguDa p~ eia del a.ent8EIlento simple do las ideoé por referenoia
te dol cuerpo, de tal lndole que provocan oleuna percep. a lo meramente emplrico, que ea, proo1s8lllente, 10 que
ci6n en 01 entendiniento... • •• La mento, a lo larso del no8 de la DOci6n de cualidades primarias ~ secundarias,
tiempo, llega a ronexionar sobre SUs propias operacio­ a ~o travae obtenemos nooiooes olaras 1 distinta., en
nes en torno a 108 idees adqUiridas por la nensaci6n, 3 lugar primero, respecto de la torma de 108 cuerpos. tt
de ese E1odo acumula una tluen serie de ideas, Que 80n puee una div1ai6n ( ...) no puede priver a un cuorpo da
lse que 30 lIomo idoas de retle:xi6t1. Estas son las lmP1!! la solides, la extensi6n, la forma ~ la movilidad, sino
sionos quo en nuestroe santidoe hecen los objeto. exte­ tue tan &610 hace, ele lo que antee ero una sola cosa,
riores, iMpresionoB extrínsecas a la mente, 1 aua pro­ do. O m6.a masas 4e _teria aeparodea 1 diferenciadas...
pina opersciones, que responden a potenCias iotrinaecas Ca todo lo cual) llamo••• cualidades oriGinales o prima
que le pertenocen de monero exolusiYa, operaciones que r1ea de uo cuerpo, 1 croo que podemos advertir qua pro­
cuando 80n l!lotlvc do una rotloxi6n por la monte milJ!llo. 8.: ducen en nosotros lea iderls simples de la solidell, la
convierton a al miem8S en ob3etos de eu co~emplación ••• " extenai6n, la forma, el movimiento, el repOBO ~ el nGmS
(1) VeFAe eeta 6ptica, pues, se adyierte epn olaridad :.oo.. (3) y t obrlamente, en tuno16n 1 &610 a partir de
quO el eja ~rav1tatol'io de conocimiento tlO reside de su­ aetaa cualidades primarias, disponemos, entonoes, de la
yo sino en funci6n del recurso explicito a lo experien­ posibilidad de conocor "unas cualidedes que realmente
cia, por cuyo intermedio hOj' que tiltrar stricto 8eneu no 80D nada en loo objeto. mismos, aino potenciao para
todo la nctivldad intelectivo propienente dicho, puesto producir eo nosotros diversas sanaaciones... como son
qua la interioridad misca de 'ata no se COD8tit~e El'. loe eolores, aonidoD, gustos, etc., las cualos llamo
qua como reflejo de aquella rocurrencia empírica, por lo cualidades secundariaa- (4)
que, dnda selZlOjsnte identidad entre IlI!IboEl planos, se ha­
ce pODiblo y neceMrio, a la vez, proceder a la genarol..! Ahora bien, una ves que hemos visto con lo ante­
!lación de loa miamos de toma que S8 pUeda sil!l1iticar rior cuAl eea la base do tundementac16n de la epistemo­
que no ·parecer' tan extraño penaar que estos pocas ideas lo&1a lookeana, se hacs, entonce., abaolutamente nece~
simples (o sober. no solo las que catan directamente ~ rlo proceder a investicar o6mo sea posible construir tA
lncionadas con los sentifIoa, oino, edem~s. las propiamoJl do otro tipo do conocimiento, pues, no hoy duda, da que
to lnteloctivna, ya que 'atna se rigen por medio de aqus la limitaci6n a tal entera abple de conocimiento DO
lla aubyaoent& roferencia BlUdlda, tl\l",. ~omo la percop­ nos ofrecería base euticiente alguna para otorgar vali­
016n, voluntad. el placer, dolor, pOder. unidad, existen des a tal concepci6n sistemAtica da la objetividad co0­
o1a, sucesión, etc.) soan suticiontes para llenar por noacitiva, por lo que, en obligado consecuencia, De t~
oompleto el penosmiento mAs ogudo o la capacidad mAs so­ na que procoñer a exoalnBr el plono de lo que Locke 11A
plia, 1 pEtra dotar los materialOIJ de todo ese conocinieJl IDa "ideas COtllple.,ns 11 , llls cuales 88 dividen, a su ves,
vario.... " (2)
302
303
on "modos" que pueden Ber simples, co~ por ejemplo la lectiva atricto 88DSU. Ea esto lo que preciBar.:lentet lo
1de& de ospaCio, tiempo 7 ndmero, o aixtoe, 108 cuale_ que haclaso necesario plantear desde la absolutas espa­
ft
son cambinacionos de idees simples, que no Be tionen eio temporal del ms%'Co metodo16sioo newtoniano para 11.1.
como rasgos carncterlsticos de ning60 sor real que ton­ ~ su reprosentaci6n baeta el tinal de SUB consecuen­
R8 una existencia estable, 8ino como ideas d'apersaa e oias, dado el car'cter a posteriori de la necesidad. bu­
independientes unidaa por la ment.... ft (5), entre loa .:00" {:-.,aw pleno cognoscitivo. Abora bien, una cobertura
qua puedo concebireo al longuaj. como expreai6n confI­ 'an estrechamente limitada eoao la quo 80 presenta 8qU{.
GUrada do la articulaci6n intelectiva. Proaiguiendo con 4GDde la propia actividad dol pensar quoda simplemente
la antedicha. diT1s16n, tcmomOI! tembi6n laa Id.u complS reducida al mero hocho eeD.orial '1 no puada sostenerse
jna do INStancia, 188 cuale. no Gon m!a que "ide•• al_ par .e ain Grave fia.RO do dejar inexplicados todas UDa.
pIes, as! reunida.. en UD subatrattul com6n, que .to:naan eeri.. da cuentionaa, entre 1118 cuales el fundamento miA
nuestras idea8 eomplo~88 do diveraaa cIa••• de sustan­ 110 del peJJfJBr11ento no e. de su;yo nada balad!. Evidente­
ciaa... que hetto. recibido a partir do la refioxi6n o -.uta, el trAnaito a lo propiamente cualitativo queda
de la eens8ci6n... (qua no 80n de 8Q70 mla que) ••• ao­ oculto 7 mieterioaamonte velado, dada la antedioha red.
lamente potenoias, aunque n08 inclinamo8 • tomarlas 00­ oalidad de la dlvlsi60 cualitativa, lo que puede verse
mo cualidades positivao••• " (6). a la ves que, fin~ OOD nitidez en su opoaici6n trente a la estructura l6gl
te, nos tropesamo. con 188 14e88 de ,1'018ci6n. por 188 oa 4al pensamiento (9), lo cual reb8~at a trav6. del h.l.
cuales se tiene "0088160 para que la mente 1'e1hJa de ... cbo de que la baoe esencial de la ob~.tivldad cognoso!­
modo a doa COBaa 7, como ai d1~'remoa,l•• unio1'llL en W) tl~ DO puedo residir mAs que en el conocimiento intui­
cOtl~unto. aunque la8 aign con.iderando COll~ d1.utintae. tivo '1 domostrativo, '1 ademb (10), 188 pretensiones del
por eso oualquiera de nuestras idea8 puedo servir de oonocimiento raoional, 7- que • ••• en realidad "3 bien
.tundamento para una relaci6n••• ft (7). con lo cual. puea, considerado el asunto, 108 objetos inmediatos de todo
puede otreceree raz6n de la relaci6n causal, as! como nuestro l'UODAIllonto '1 oonocimiento no son slno lea 00­
de lo id6ntlco 7 lo dhllrllOt a partir de todo lo cual ... pertioulore••••••• (por lo que tan 8~]~) ••• l~ pe~
se fundamenta la conciencia del BUJeto cocnoscente, pues c:epci6n del acuerdo o desacuerdo "',e nuestras ideaa pUl­
to que 6610 -el tener una mi... conclencia e. lo que ~ tieularea es el conjunto 7 la c6spide de todo nuestro
CE! que un hombre aea '1 mim::lO para '1 aiamo, de .ao so­ ooDooimiento. La universalidad no 8. aino acoidental PA
ltllllente dopando la identidad pel'8On81, con indopenden­ re 'l. 7 tinic8llente consiste on que 1o.a ideas quo 800
I
eia de que ee oircunsoriba a 8610 una auatancia indiY1­ part;iculare8 '1 de 108 cualea 88 objeto son de tal natu.­
dual o que pueda continuaree en una 8ucesi6n de divtin­ raleza que puodan corresponderles m!a do una 0088 pert.
taa su.tancias••• • (8). cular 7 pueden ser reprosontadas por elloe••• ft (11). Do
forma que no es posible dirimir ~a racionolidad
F. evidente, pues, .n tunci6n de lo eXpUesto Que cor,noscitiva sino a oxcepci~n de comprobar lo que lnol­
la contextura del peneoniento loekoano ~lvitQ espocíti­ pientemente 89 ha unificado por moro 8sentsmionto, CU7a
camente sobre un marco comprehensivo do la actividad in­ cobertura no resido mAs Que on la simple probabilidad, ~
teleoti98 propioaonte limitado a entrictas relacionos m~ la Qual so ajusta porfeotamente s conocimiento cuanto
O'Oi088, monsurables, otrociondo oomo sofiala Kant una m~or grndo de verificabilidad disponGO con respecto •
perspectiva moramente etisio16&ica ft do la actividad int~ la mayor universalidad de prueban cm~!ric.. (12).
304
305
La armazSn lackeana do la estruCtura cognosciti_
1. "ratio ideala" en funoi6n de le do la "ratio mntbema
va nos presenta de este modo lS8 consecuencia!'), en BU
tice", que la compronsi6n de Gota 6ltimo., por tanto, no
mayor generalidad posible, der1v~deG do su oposici6n a
pU~l. darDe sin la o.rticuloci6n que lo presta la primo­
toda tundaoentaci6n innatiata del conocimiento, que re­
re, por lo que, entonces, caoteri. paribus, 8e puode px:q
quiero, inexorablemente, 0000 contrapunto te lar como
04t4er a tronamutar ab intogro la supuost,.. 'P-lraoidad, di,!,
·3~ do partida la -tabula rasa", C~~ la ~inalldad de o­
poa1endo ea! de otro plano veritativo, el fundamento de
vitar el asentamiento de la ob3etiviQad cocnoGcltiYa ~
4eterminaci60 eausal para operar con uno u otro plano A
bre r..~ .... ;' bip6teaia, de modo que, ellnlinsdaa 'stas, la
pareoe n!tidamente indeterminado en SUs Mtimas conse­
posibtltdad de admitir In exiatencla de Dioa tieue que
ouanel• • como sena proscriptivamente poeiblo ooncluir,
roalizarse en f'unci6n de la miBlllO 1ntroapecci6u eub.1et!
puesto que, eYident01llOnte, lo experienoia oomo tal no
va que 3 pesar de lo parad6jioD, se transforlDa en ob~ ....
puede sor aimplomonte un o4mul0 de sensaciones 7 si es
tiva, como contrapartida del recurrente empírico, no
al80 d. no es comprensible mú que OOClO un eubetratum
siend" por tanto, as! nec88lll.'io, 01'1 modo alguno, deri­
IISter18l IIOrament. nomin8l. Es decir, que la~xperioncia
var a Dios de estructuras pensante. gue, en realidad,
.. si lIilllll8 no .er!a aino propiamente ....spac1al '1 o-tea
debido a la convertibilidad tran.~eroncial oartesiana
,oral, por lo qua, entonces, para guardar la coherencia
anteriormente planteada. no lleTer!a, deade la 6ptioa.
requerida 88 bBce abaolutamente indisponsable proceder a
locteana, mis Que a un materia1icmo dIvino abeolutamen­
te insostenible (13). Puede ObSerYars8 sal 000 nitides .stablecer que laa perspectivas de generolizaci6n no se
1I08t:ienen por al mismas 810 un ale;o que los otorgue su
suficiente, como la alternatlft lockeona reapoDde etri&,
cualidad como aubatratum material nominativo, por lo que
to san su a u:aa "apuesta plana a loa prob::amoa planta....
al 8. quiere conoervar la posibilidad do tal eubatratum.
dos por Descartes. en baso a apo;ya.rae su cobertura t111
s6tica en el l'illltrco metodo16g1co nevton1o.no. ~o -.1. r:t 'ate, obrtemento, no puede verse mAs que en tunci6n do
ooovertIrao esp1r1tualmont. punto 'ste desde donde o~a
~orenol.l hay que establecerlo en tunc16n de impedir la
aptica nos permite no 8610 evitar la parodoja de una
unidad sustancial Carteal811. dol espaoio 7 la materie,
como inferencia absoluta do la -roa extGnssft. peroepCi6n reflexiva, l'Jep;4n ba debido establecer el Pl'2
pio Lacte para rosolver el conflicto de las ideas que
I.,.2.b._ EEHKIJ:.r::Y . . le planteaba, en cuanto que al oponerse al innatiomo
de lae ideas, la posibilidad. de absolut1zar la experien
Ahora bien, si, para impedir tal correlacl&n c~ ela constitula el oontrapunto inevitable. Semej(lnte ab­
tesiana. se procOOe ese;un liewton, es decir, por I'.:IOOio aolutlzaci6n de la experienOia, la cual viene dada a
de establecor un aSPocIo-tiompo absoluto, entonceo, la trav&s de 180.•1.,.88 de la asoc1aci6n, obliga de su;yo a
actIvidad cognoscitiva queda estrictamente inscrita en identiricar ser 7 peroepolón en la medida en que aparen
el pleno de la méra aonenci6n, la cual, como hemos vis­ temente 8s legitimo 7 no esconde contrndioci6n, de ~or­
to en Locke, ndquicro car6cter de aut6ntIco y exclusivo lita que es tan vAlido presuponer Que la percepci6n " da
.tundamonto de fome quo la ectivi('a¿ bt '7.!oc'.lva tiene en la experienCia como gue la experienoia da en la per­
necesariamonte que auto-regirse por sccojantes mocanis­ cepci6n, por donde, coco consecuencia, es interible que
mo cor,noscitivo. Ee nOG asegure as! la verdad, poro, oh -ease est percipi aut percipore-, en cuanto que la exps
Yiamente, so hace tombi~n pOtliblo inforir do toles su­ riencia en tanto tal es plenamente !donti~icable enton­
puestotJ, 90:108 CUalN1 se aubsur.¡e 19 cor;nol'lcibilidad do ces con 01 Gor.
306 301
Advertida tal especificidad 16g1co, es incueati2
" Bddentemonte, la ooncopoi6n berkole;yena que 0.2,
neble que tal ser no pUede eotonce. identificarse de ~
~o, como nbDolute~ manifieste conten1da en '1 m&a que
con la divinidad, on le medida en que el percibir humo­
"'tzoo8 DO hemos .&9 que esbozado aquí, de acuerdo con
. el inter6s dorivado de poner de ManUiesto las contra­
41ooionee que pudieran tnrerirae del p "'.anteomiento nex
no no puede identificarse con el objeto eio tener en
~iaDo-lockeann (14) implica de suyo, a partir de la
cuente los sentidos propios suyos que dirimen su peroG,2
idealista del eonoc1mionto, la d1ticul­
ci60, le cual no ea ya purosente empírica, 8ino indá~
...noia1 surgida en tnrno 8 la adecuoci6n cBUsal
tamsnte empírica, en lo medida en que el percibir presa
~ato 8enllU, puesto que la alternativa de presuponer
pone un ser oculto eo la experiencia si 'ata tiene que
.;. SubatretUIII ssp1ritusl en tunci6n del cual pudiera
mostrarse como absoluto, en ouanto que de otro modo la
~ plena 7 certera cuenta dol desenvolVimiento cn600a
experiencia no podría colocarae c~ clave de b6veda
.ti'ftl de la realidad conlleva, an6.1ogacente 7 como coa
del Conocimieoto, ea decir, como su fundamento, de modo
trapuato al car&Oter meramente nacina! de la identidad
que pera que esto Bea as! e. necesario preaUponer aque­
.'beo1uta eepao1o-temporal newtonion...lockeane, impllc!
lla transferencia de absolutes, la cual por tanto tiene
~t. a le negaci6n de la realidad comn tal, eato ea,
que revelarso Como un "Sor" pleno 1 ain fisuras, de RO­
do que la porcepci6n osconde en su fectioidad el ser
eamo sometida a condicionea especlo-temporalea 1 a su
que por lo mismo no 88 ajeno a aquella. iDe'fitabls p:resupoaic16n, en tantn tal realidad, como
. der1Y8ble 7 emanablo desde eu oric;en divino, por cuyo
Todo esto no 8innifioa de suyo .ino que la posi­ lDtermedio Be nos hace posible la cocnoBcibilidad como
bilidad de concabir como fundamento dol conocimiento a tal. oogn08cibilidad que, en modo alr,unn, requiere co~
la experiencia presupone netamente la eustanola!idad ~ ·8811ded, por cuanto la propia constltuci6n cognnscitiva
plíoita en la divinidad aunque transferida & aquella, del ser humano la welve 1rreloVD.tlte, lo cual e8, desde
de manera que la suotancinlidad de la experiencia e. PR 1ueSO. In que va ti ocupar la base fundamental del exa­
aibl. al menoe identificarla Con .1 "Sor", el cual e8 aeatilns6tico do Huoe, en cuanto va a intentar reeol­
dibuja peroeptivamento, coco es claro ya, conteaiondó ger er!ticomente la problem!tice nowtoniana-lookeana,
en su percopoi6n la 8uatencialidsd que, por ende, no es operando a partir, a BU ves, del criticismo berkele1a­
divisible nI parcielizable. DO, 8n tanto se puede hablar as! en tunci6n de la absR
1uta ldealicaci60 de toda oonexi6n con la realidad.
~ este sentido. pues, lo percepci6n como facul­
tal cognoocltiva humana implioa de suyo un conocicionto
humano estructurado como nspeculum dei", obligando en­
1.,.2.0.- 11UME.

tonces. para evitar reducir a la omnipotencia divina a


Aat, pues, al enfrontarnos con la concepci6n me­
todológico-tilosófico humeana, lo que, en pr~er lUBOr,
seneorialidad mero, a elevar a la percepci6n a facultad
aparece en 01 horizonte de su radio de acc1ón meditati­
cognoscitiva humana quo capta la omniprasente sustancia
Ya no ea otra CO~la ~. el poner de rolieve que toda orJ.
divino, es decir, a arrocnrle carVoter no meramente 00­
p{rico y ei conJuntamente intelectivo. ginariedad explioativo en torno al fundamento causal
atrioto senau deber ser cocprehendido de conformtdad con
Bajo tal porspoctivo, pues. la oDnipotoncio diV1 el potenciel cognoscitivo explloitomente humano, ain rG5
na involucra on su suotancielidad a toda porcepci6n hu­ l1car extrapolocionoB ncarca de nuestro objetividad cOG­
mann, cuyo desonvolvimiento la presupone inoxoroblomon­ noscitiva, por cuyos arquetipos primitivos y prístinos,
te•••
308 309
;~

j
"
l
pudleramo8 disponer de uno GXplicaci6n indubitable del I
cerlcter empírico da nu9stro conocimionto, ya que, tal ':r"IIIIIientoT de las condiciones posibles, on tanto "campo­ 1
como señala 01 mismo D. Hume en au Enguir,y Concernine; .ibilidad" lelbnimlana, dispone de cobertura suficiente
1J
The Uumon Understanding. -ReCurrir a 1.. veracidad del pora asentarse como criterio oognoscitiYo, puesto que
Ser SUl~romo pnra demostrar la vorl!cidod de nllestroo sel! 4e 10 que ospeoUicamente se trata aqui no es más que

tldo8 es, desde luego, dar un rodoo m~ inesperado. e•• de la posibilidad de descubrir, con .fundada solidez, CA

.1 Ea universaloente aceptado por inYeatigadorea moder­ eo que exista naturalmente, o6mo sea posible concebir

nos, quo todos lns cualidades sensibles de 108 objetos, la eetts81idad desde nuestra limitada perspectiva humana,

como le dureza, la blandura, el oalor, el irto, la bl~ a3uat6ndon08 estrecha , concretamente a lo que, obJeti­
cura, la neE;.I'UrL'l., son meramento eecundarilUl, no existen '... e inexcuaableflumt., nos ea dablá conocer, esto ea,
en loe objetos mismos, Bino Que 80D perC.peionee aiD ~ que 108 obJeto. "illlpresionan" nuestros sentido. '3 t ada­
quotipo , IIOdelo externo alsuno que reproswtar. 8i se .... que loa ideaa que de ellos nos tormamos no son mAs
aC9pta esto, Con respecto 8 la8 cualidade. seauodaria8,
tamb16n ba de ser vllido para 1.8 aupuestes cualidad.. ....t..
QUe d'bUt. y Yagas impresiones de loo mismos. Evident.!,
buscar como l'Undal!lent:o causal otro que no 8ea el
propiamente empíriCO, no deja de sor un completo en~o,
mao tenor lil'.
pritlarins de extensi6n '3 1II011d... '3 no pueden 1118 6l.tl­
dorocho a este denominaci6n quo la. pr1­
meraa. La idea de e:xtonai6u 80 adguir!da ea 8U totali.
puesto que la configuración de todo conocimiento que no
.itu. BUB raieea en lo emp~rico no constituye do s~o
dad por loe eentlclos do le v1eta O de la sensDci6n, y .... que una extrapoloci6n do las susodichas condiciones
81 tt'dne las cualidndes pOl"Oibides por loe sentidos e.. _plriC8.8, OU¡II pretensi6n do validor: absolutamente ce­
t'n en la monte y no en el obJeto, la miama CODclusi6o nera! no 8e conCede aino como in.traoci6n de los limites
ha de ser ~6l1da pere la idea de e:xtens16n, que depon­ especificos de le objetividad cognoscitiva humanal -La
de totalmonte de las idoos e~lslble8 o de la. ideae de id.. de una suutancla. 10 miuo que la de WI modo, no
cualidades secundarias. Nada nos pUede salvar de eeta ea .la que una colecci6n de idoa. simples que estAn un!
cODclusl6n, sino afirmar qua lna ideas de astas cualId.! 4as por la imaginaci6n '3 poseen un nombre particular a­
des p~imQriaB son alcanzadas por Ibstracci6l!, oplni6n ai6nado a ellas, por el que somos capaces de recordar
Que,si la examinamos con riGOr, encontraPemo8 iniDte~ para nosotroa miamos o 100 otros Bsta colecci6n, pero
e;ible o inclu80 absurda. No puede concobiroe une e%tea
la diferencia entro aate.e idess consisto en que las cu,l
816n gue no soo tancible ni visible. y uno extonsi6n
lidadee particulares qu~ forman una sustancia 88 refie­
tanClble o visible que no Boa ni dura ni blande, ni
ren corrientemente o un al&o desconocido, al qua se su­
blanca ni n~era. está igualmente 8llendo el alcanoe de
pone 80n inherentea••• (••• )
la monte humana. ft (15) C••• ) La~ ideas abstractas SOD, pues, en sI mio­

.08 individuales, aunque puedan llogar a ser genorales

A.s! como em¡:,ieza a con.tifl:Ul'8rs8 01 exoopticiemo


en su roprosontaci6n. La il!ltl.E8o eo le mente e8 solamen­

humeano como m'todo cognOSCitivo, pUes el rechaso rod!


t. la de un ob3eto particular, aunque su aplicao16n, en

cs.l de toda racionalidad por S8 no deja lusar a dudas


nuestro razonamiento sea la miama que 8i rueso unlver­
algunos, 'ata, como tal racionalidad, no puede nsontBA
881. C••• ) Como quiera que esto 80S, ea cierto que noa

S8 de suyo ni en el s.;ubetratmo borkeleyMo obsoluttu!lo!!'


.tOt'lll8l!l08 la Idea de roalidadea individuales eietlpro que

te espiritual, ni tampoeo, concomitantemente el ¿mojo­


Uueoa un t6rmino general, que raro ve. o nunca asot8.lllOB

Ii
J
310 311
eotas raalidadea individUales 1 que 108 que peraanecen
determinar cualquier acontecimiento 8in~
por reprooentar son representadas solamente por modio
o inferir cualquiar causa o electo. sin la aaistea
del h~bi tI') por el qun lns reproducimos CUando alguna
de la observaci6o y do la experiencia." (17)
ocasi6n presente lna eXiGe. Esta ea, pUGS, lo notu~
~a do nuestras ideos ebstractaa y t6rminoe eoneralos•• Desde este punto de vista, puede lnt.'igire8 pe~
• El explicar lns causas 'dltimoB do nuostras accionol!l reotamente la problem4tlcB por la cual va 8 discurrir
men~olos os imposible. ft (16)
concepoi60 .etodol6gico-tilos6rioa humeana. eo el e~
d. que, apo,&ndoaG sobre ~l n6cleo de la crItica
De osta manera el lenomenismo humeano empieza a
a Locke 1 replanteando la problomática c04
Ildq'llr1r Ct'trtll de natUraleza, por cuanto toda deter::ni_
"poacitiTa newtoniano-lockeanat llegarA a determioar el
n~e16n do objetividad COl!O080itift no puede a.aentarse
"ear6cter renom'nico de la auto-gnosis humaDat la propia
do lOluyC en 01lll1'loll explicaciones raeionales, qUe la r.t.
~it~oidad dé la misma, entendida en su t'rmioo abs~
currancia a lo exporienoia tranat6roase en un criterio
'1'10 repreae'l'lta mAe que una ¿deooptrix? complot_el!.
de vertJc!dad nbsolutnl:'lente lrrebasll'b18Y ad ....-Aa toda
ift808ton1ble. ya que, evidentemente, para doterminar
contieuroci6n de racionalidad tiene necosnrinm~e que
'.011 exacta certeza la veracidad del conocirJiento .,0 se
conGolidn~e a partir da 0110. Apareoe éS! dGse~nblo
puMe, en 10 que raer,oota al plano propiome'l'lte eual1ta­
todo apriorismo por principio, de tal modo que 188 ba­
-tI..", que 8. 3ustomonte lo que constituye el n4cleo de
sos de laa mismas "relotlona 01 idess", talea como la
" t. 01'1tl08 berltole,ana 01 Intento euantitativleta newt.Q.
8«30js.nZQ. conti~ldad espacio-temporal ~ In relación
81aDo-lockeano, preceder ml. qua de contormld&d con p~
eauGal t no pu~den detaroineras alno corno espectrlc8a
IQpOner la posibilidad de la a81gnac16n ceusal para lo
"llUlttera Jt fact", on funci6n del hecho de que maestra
GUal, de~~. luego, '1'10 Be puedo pretender entera 7 com­
objetividad Cognoscitiva ti~~e que discurrir ine%ore­
pleta nrncidad. sino a1nple verosimilitud.. Sin embargo
blamante, de contoroidod con el supuesto empírico aonA
DO puede dlr1mirae ZOApecto de eeta simple sproximoci6n
lado en In impresi6n (teelins) como C!t%PI'ési6n 6ltima
y remota desde la cual hoy que vertebrar t0d.8 aquolla
_A. exactitud que la que .e deriva de la mi~ asigna­
e16n cauaal problem6tica, que es precisamente lo que le
posible objetivida.d cognoscitiva, .....:r-),. causaD '3 eles
lleva al mlomo Hume a plantear la probl~~atioidad de la
toa no pueden doscubrirs9 por la rnz6n, sino por la
-ratio lIIatheaotico fl en su obra 1'1'1ic1&1, Treatieo al Uu­
exporiencia•••••• Nadio 80 imagioa qus la e:JCplosi6n de
aan Rature, como expresión de lo univerS91idad do sus
la p~lvorn o la atrncci6n de un 1m!n podrlan doscubrir­
eoncepcione:~, aun cuando en esta obra pervive con fuer ­
se por aedio de argumentos a priori... (por lo que, ea
.. 7 vigor todsv{a, precisamonte por no extreol" lila oon
evidente quo) ••• Todo otecto 9S un BUCOSO distinto do
8ewencias revolucionarias de su obra posterior, Enqui­
BU causn. Ho pOdrio, por tanto. Ilescubrirpe en su cau­
'17 Coneemine; the HULlan Underetandlng, tal como uef'l.ala.
aa, '3 SU hallazgo inicial o reprasentao16n a priori,
el propio J. No%Ont adv1rt16ndonos de semejantes CODeo­
hAn de ser onteramente arbitrorios. E incluso deepu6a
etanolest ouando n08 dice) "~~ sistema til0861100 quo
de habel' sido Bu~erida su conjunci6n con lo. causa, ha
lJume había proyectado. inapir&ndo8o cm NewtoD, era UDa
do parecer ir,unlmente arbitraria, puesto que u1eopre
aventu1~ ~V incierta. A la hora de aplicar el m6todo
h~ muchos otroe efectos que han do pnrecor totalmen_
e:xporimental nI pe!'lsamien"to, sentimiento 1 8coi6n hume­
te coneruentoa y naturales 8 la rnz6n. ~n vano, ruca,
n08 ae p1anteaTOn dificultades t6cnicas abrumadoras. K1
312 313
in tonto de e~plic8r cientíticamente 108 ocontecimient08 dad del plano cognosoitivo humano, para comprender 10
manteles ~e vió viciado por un problema insoluble cro~ eual, pues, hoy que discernir con nitide. no eólo cu61
do por. 01 dualismo metafísico que Hume daba por aupueo­ ... la base teleo16gica que vivirica a las eocione8 h~
to. Aun cuando hubiooe podido superar 8etos problemos ..nas, sino, ademAs, como pueden 'stas engarzarse a sI
metat!sicos y rnetodo16~ic08, fhuBe habr1a llegado n la .1aDaa con viata8 a determinar pIona Objetividad para
brecha insalvable que separe las teoria8 descriptiv8s, lI\1'b,yaoente racionalidad. Todo 10 cual, por otra pa.E,
con las que los cient!tic08 emplricos explican loa pro­ ••, no Be presentarA de SUla m6a que bajo lae cond1ci2
ceeos de pensamiento, de lae reglas metodo16gicae, con ••• espeoio-teaporel.a 7, por ende, baJo la másoara de
las que 108 16gicos eva16an los productos del peneamle!!. la lapo.ibl. reali••oi6n efectivo de aquella finalidad
to." (l8)
p1'4I'-Ppuosta, tel como n08 lo presenta, como problema
.• al propio Hume, .n tanto eje gravitatorio haoia el cual
En la 61tima do lss obras mencionadae, el propio
ti.~ a olarificar el panorama cognoscitivo su conco~
lfume aborda le cueeti6n matam&tica, dando una alteroati
va de exactitud, puesto que olIo la permitía seguir Pr.2 .i&o lI!l8to4ol6g1oo-!l1os6tlcal "... LI~ en toda la nat,!!
tundizando en 8Us investigaciones ein obat&culo alguno, 281... IlBO m6. misterio.o que la uni6n de alma y oue~
10 que, implicito en el entusiasmo inCipiente, al de8c~ po, fm Yirtud da la oual UDa supueeta sustanoia eopir!
brir la problem6tioa cognoscitiva aoerca de la validez . , tual adquiere sobre 18 materia influjo tal Que 01 pen­
:"M!IIiento 111&. refinado e. capas do activar la materia
causal del autoconocimientó humano, 1. condu~o a un es­
coptici&~o radical que, sin embargo, DO era necesario lo" grosere?" (20)
en modo alguno, a excepoi6n como m'todo de ruptura 1n­ Aa!, pues. en ares a d.t~inar la posibilidad
vésti88tiva, como 61 mismo indica que "la gran ventaja d. ....janto conexi6n 8e requiere esteblecer de modo f~
de laa oielloi8s matern6tic8S sobre 18. morales consi.te " tl00 • inmediato la posibilidad veritotlva de la CODe­
en 10 siguientel los ideas do l8s primeres, al ser sen­ d&o cBUcal. ;,a que 80J.O os! se podrIa salvagunrdar la
sibles, 80n siompre claras y precisBa, la m&a .1nima ~ tr&naterenc1a entre lo racional 7 lo f'ctico, puesto
rerencia ontre ell09 es inmediatamente perceptible, 7 ... "todos nuestros razonamiontos acorca de las cues­
loa t6rminos expresan siempre las mismas idea., ein em­ tione. de heoho parecen fundarse en la reloci6n de ~­
bigOedad ni varisci6n" (19). Be pana as1 d. relieve que JI 7 !tecto. Tan 8610 por ~edio de eota relación pode­
la especifioidad del lnter&. humeano, aun cuando acaso 110. ir 1Il&0 e116 de le evidencia do nuestra I:IGlDoria y se!!,
61 mismo no haya sido todo lo consciento de su inveat!­ t1do.... ••• ¿Da qué manara, preguntD1 habrIa de proce­
gooi6n, no gravitaba simplemente sobre un escepticismo der la mente en esta operaci6n? Habré de inventar o im,a
groseramente inteligido, sino que, apoy!nd08o ooncreta­ 81nar algGn acontociQionto que pudiora considerarse co­
mente sobre la problem&tica abi~s por Berleley y, plon
teando él problemo de la ba•• oualitativa de conex16n
.0 el erecto dO dicho objeto. 1 e. olaro que esta invea.
oi60 ha de sor totalmente arbitrarie. La mente nunca
oognosoitiva trento al cuantitativiamo empirista looke~ PUede encontrar el erecto en la supuesta cauoa por el
no, .8 da de brucos con un problema de indiscutible vi­
••crutinio o examen m'. riGUroso, puea el orocto ea to­
gencia. En el sentido de Que. si bien toda detormina­ talmente distinto a lo ceusa 7, en consecuenoia, no pu~
oi6n cognoscitiva hucana no puedo rebasar el morco eSPA da ser doscubierto en 61. ( ••• ) T, como en todsa los
cio-tamporal, ain embar~, tel oarao no agota In totall Oporaciones do la naturales8, la invonc16n o la represoa
314

taci~n imaginativa iniciales de un dotercinado etecto


315
eon orbitrorios. rniontr6a no consultemos a lo Oxperien_ conclusi6n. Esta principio ce la Costumbre (cuatom)
oin, do lo misllIIJ forca tombi¡n bOf!lOS do eE;timar 01 su­ o el H6bito. Pues 8101111>1'0 qua la repetici6n de UD acto

puosto enloce o Qonexi6n entre causa y etecto, que loe a operaci6D partiCUlar produco una propenoi6n o renovar

une y hace imposiblo gua cualquier otro etecto puedo r~ .1 mismo aoto u operaci60, sin estor impelido por nin­

$uHer de la oporncU5n do aquello enusa." (21) lartion­ .g6D razonamiento o proceao del entendimiento, deoimos
do de toles condiciones, es entoneos obvio qua la dnien 8iempre que esta propenei6n e8 01 etecto de la Coetumbr,.
p08ibilidP~ de asentar el criterio veritotivo da l. co­ r. cosf;ullbre es, pues, gran g1da de la vida humana. Tan
nex16n cBusol no puede residir m&s que on aceptar la p~ 111610 esto r-"incipio haoe que nuestra experiencia nos "".
blematicidod del fundamento enlozante o coneQtivo, es • 4tll 7 DOS obliga a eaperar en el tuturo una serie de
"idente de su;ro quo, aunque lo apoyemos en la experion­ acontecimientos slm1larea o los Que han apare~.ido en 01
cia, 6sta tampoco ae revola par se Como criterio dete~ pa88dO. (22). As!, disponemos de la posibilidad de com­
minante, puos, 8i bien h83 determinados tipoa de conoe! prender la "para construen." del rsdicalismo e.c6pt1co
miento cuyo incardinac16n empírioa ea poaible, ain em­
bargo, la totalidad del conooimiento no se redUce a 'e­
tos. Hay que e:xpl1ear por lo tanto como 88 ssienta aqu,!
""""0, 81 cual, colocado .trente a la cuesti6n de ele­
,-..toO' tundademetlte .1 contro ele la causalidad eOlIto
~cipio cognosoitiYO, deba admitir su problematicidad.
lla posible veracidad, y aeto 80 justacenta 10 Que etUl , . QUe la objetividad coen08citi"a qua le e8 inherente,
de al propio Hune 11evando1. ea el Treatla., hasta e
en 8ll con'telCtU:ra ....spacial 1 a-temporal. 'Joma deviene
convertirse en crítico de la certeza inheronte a la
ft
preswiptivo suponerlo para poder otorgar fundamento de
rA
tio mathematic.-, ya que el aseguramiento, coxo contr~ "1'8cidad absoluta. tal COlllO se pretendo, no puede artA
partida, de la relaci6a causal tendría que ser nltido 1 aularse mAs que por el filtro de referencias roiterati­
obvio allí donde preCisamente no se revela m&s que como Y88, al modo como se DOS tacilita lo virtualidad conee­
sujeto a probabilidades que bec.oitoo por sl miomas ex~ ti". a trav6s do la eoetuobre. En detinitiva., la cont8,&
menea ulteriorss, pues aunque -Supongamos ahora quo (una tun 8iama de plene ceJrtlllla cpgnoscitivo DO puede asen­
pereona cualquiera) ha adquirido eSa experiencia y ha tarse, de S'U;Jo• • que en el heobo de adecuar &ptb:la­
vivido en el mundo t1~po suticiente como para haber o~ mente su probabilidad, por tanto sobre le simple veroo!
servado qu6 objetos o acontecimientos taoilinro8 ostan ailitud doagejabla de la mora oreenciat nDi~, pue., quo
constantenente unidos. ¿cuAl es la consecuencia de esta la creencia no 8S sino una illlB8'On lII&e vivida, intonsa,
ex?eriencio? Inmediatamente intiere la exiatoncia de un Tlgoroao, tirmo y .e&'!ll'B de un objeto que aquella que
objeto de la aparici6n de otro• .Pero, con toda su expe­ la lmaginnci6o. por sI sola, os capaz de alcanzar. C••• )
riencia, no ha adquirido idea o conocimiento alguno del 1 en la tilo8ot{a no podemos ir m6e 10j08 de afirmar
secreto poder por el que un objeto produee el otro. nI qua la oreeDci, es algo sentido por la mente que distin
está torzado a alcanzar tal interoncia por cualquier cae las ideos dal juicio de las ficoion08 de la imeg1D~
proceso do racon8Qiento. Pero. de t~ maneros, so en­ 816n. tée da m&. peso e influjo, le8 bace aparentar ma­
cuentra obligado a realizarla. y aunque se convenciese 10r importanoia, 10s impon o a la mente :1 laa hoco al pri.u.
de que su entendimiento no tiene parte alguna en la op~ cipio regulador de nuostras acciones. (•••) Desda luego,
raci6n, de tOdas tormos continuad pensando del Mismo existe una probabilidad quo sv~ do la suporioridad do
modo. Hay alg(ín otro principto que le determina 8 formar posibilidades do ,na do lee alternativas :1, aegdn aum~
t. esta suporioridad y sobreposa loa posibilidades con­
316 317
trariae.. la probabil1dod aumenta proporcionalmente 7 en. aupone que existe un e610 dios, que es la pertee­
gendra un erado mayor de creencia o asentBllliento on fa­ de la rBa6n ~ la bondad, pOdria, si fUera eeguido
vor de la altornatlve, cuya superioridad deecubr~. C. ~.lD8Dte, abolir todo lo tr{volot irracional e lnh~
•• ) CUando un gran n6moro de experiencias en determina. del culto •.' 8111'.;(.080 ., .:......:... ~ loe hombree el ejemplO
do mOQento, concurren en un mlemo hecho, lo Eortaleoen ineigne asl como 18a mAs convincentes razonos de
7 confirman en la imaclnoci6n, en~ndren el aentimiento ',..-tic!a '1 benevolencia.
que llomemos 2;009018, y daD a SU objeto preterenoia 82 C•••) La 1"Oli&i6n prit1iUva de la humanidad ti!,
bro el objeto contrario que no e. apoyado por un n4mQro 8Q fuante principal en el inquietante tomor dol tu-
ee.ejonte de experiencias, nl aCUde tan trecuentemente
al pensamiento cuando 'ate traslada el posado al futuro.­ C••• ) L8 l~oranoia ge la madre de la dovoci60a
(2') bt aqu! UDa m!xima que as proverb101 '1 que ha sido coa
Aa!, puea, de contoI'lll1dad oon la problemltica in firmada por la exporiencia general.
troduc1da por lo determinad6" d. la objetividad cogn0.l C••• ) ,o6mo Doa vamos a quedar satisfechos en­
citivn en torno a la Yeroa1mU1tuc1 oreenoial (baliet), ~ODC" oon respecto a la cu"sti6n de eae ser al qua tÍl
se abre pRDO en la conciencia c1~nt!tioa moderna, a tr,¡ .apoDe. autor de la naturele.a o, segan tu sistema de
"". del an611aia humeano, la d1tioultad de tundameDta­ aatJ."OpOlItOrti8l"o, I"f'IT! respecto a 8.8 mundo ideal al que
c16n del conocimiento. 01 enol no puede quedar reducido be. . que lIe remonte el ItJU1ldo mater1al'l ,No tenemos loa
al 1II0ro cuantitativ1smo nGWtoniano qua, lIIarglnando la
.lemaa rasone. para hacer que es" mundo 14.81 8e remoD,
cuestión ~n torno a la diYinidad, raauelYe en una 000­ t. • otro mundo ideal o a un nuevo principio intelisen
trcdictio in adjecto la oompleja cueati6n ante la que te' Pero el noa detonemos 7 DO YaDlOS lilAs lejos ¿por quA
~ que colocarse, que os, 3uet8I!Jente, 10 que comporta
ir proo1.amante hasta aquU ¿Por qu6 no detel'lsrnos en el
como colncidantia oppoaitoruD la or!tica berkel~ena 1IImd.o lIIaterIal? ,0&120 podelllOs darnos por saU.fechoa
que no podIa quedar IU .".IrCe" del altanon bumeano '7 por a1n continuar in intinitum'l t, despu6a de todo Lqu6 ~
o~o intermedio so V8 el propio tilo86~0 ..ooe6& 11....
tiat8cci6~ hay en 808 progreei6n infinita? ( ••• ) Seria
do a establecer 8U rAdical critica al conocimiento re~
me.1or por ooo81cuiente nn mirar nunca m6a allA del mus.
gioso, que ea un eje ~vitator1o de primara magnitud
do material preoente. SUponiendo qun oon~iene el prin­
para medir con ul'Jctitud el aloan.e de au coocepci6n lI.t oipio de su orden en si mismo, at!1'III8Il10B en roalidad
todo16gico-tiloa6ticat -El politeiamo o adoraci6n idol!
Que es Dioe, 7 cuanto ~!B pronto llegueco a ese ser
triea, al estar basado {Dtegram.n~e en la. tradiciones
cSivino, tanto me;!or. OWmdo dGS un peDO lilAs alll del s1.l.
vulgares, so halla expuesto a este grave inconvenientes
tema del mundo. lo 6nioo quo haces 8S excitar un bUDor
cualquier pr6ctica u opini6n, por blrbora o eorromtl4a
lnq.u1e1tiYO que no es posible 8': 1st'acer .lemas.· (24)
que 80a, puad. ser Elcaptoda por 61 7 dojo un amplio 1D8;t
gen pora quo la tGllaQuerta ee erijo sobre la oreduli­ Es.. pu.a, as!, de conformidad con los presupu••
dad, hosta que lo moral y loe sentimientos humanitarios toa do su critica reliposa en su. Natural Ubtor,y ol
expulsan loa sistemas religiosos de entra 108 hombroa. Rel i l1'J.on y Dialor;uea Ooncerning Natural Rollgion COIllO
( ••• ) ~~ ;.."_onotelsmo el.: todo lo contrario, tonto Hume pone de monitiesto la total coherencia de su pen­
en aus ventajaa eomo en eUB desventajas. Como asto aio­ samiento, olkinando todo teleologismo como ostruetura
318 319
Clognoscitivo relir,iosa, pUos, caso de ser cIerto, antes .. reallaa 8in alguDa rorerencio a las acciones de
tondrta qu~ validnrtm a sI mir,mo, on tonto tal teloolo­ 4emAs, lss cuales BOD imprescindibles pora que 80
gisrno, do acuerdo Con 10 Posibilidad de que nos tuera la intenoi6n del agente. C••• ) t, ciortaaen­
posible expl1car n{tldsmento su 8itue.Ci6n oc;pncio-temp,2 cuando cr 081 d~r8lll08 (c...!rJ ¡¡;';$Cuod8l!lente ae vinculan
rlll, aiondo absolutomente noceoa-io sometornos a taloa ""tre sí la evid_.neia patura], '1 la evidencia .!2m1, '3 .---"1

limitas cognoscitivos, entonces se boce completamente ~.n une 8ela e.dena de inferencias, no tendremoa
indispensable no oObrepODBr.. en m040 alguno, la aatera ~ en admitir que son de una mloma naturaleza '1
Clr90nciel ~nteriormeDte reseñada, por lo que si de~o8 de 108 .tamo. prinCipio••- (25)
a.1ustaI'TJos expltoitacGnto a ello, la posibilidad. de _
clarar para la 111181:10 una ob.1etivida1 no puo:!.J de BUyO COnsigUientemente con lo dicho, 8. evidente qua

~08trnrso sino como sujeta a un relativismo. Eato indu­ tun4emeDtaci6n bumeana de la oritica al tenómeno ~

dablemente marca y detormina toda POsibilidad, a BU ves, en tunci6n de la imposibilidad de dar raz6n

do obJ~tlvidod cognoscitiva en ~!anto quo 'uta tien9 que 1.u 08Ullas Unalo. lO 6lt1maB de codo absoluto, pro­

inclinar$8 ante 10 propia legialaoi6n oxtraida do lRS -01 principal decto del exsmOt'l osc6ptico a QUe

mismos accionoa humanas, c~o conocimionto, como tal 1. DaaG las pretensiones de la motntisiaa••• (0r.L­
Sioloci6n, On tanto autonnoeta aocio16gico.. tlO pUOdo ~o sal) ••• el eooovamiento de dichos fundamentos.
darse sino. como dijimos, relatiYillsndo todo el _reo it als6n aapecto de la filosorie de HUBO e. tan t6cil
gonerol dO CoCOoocibl1idad, a la va. que c1rounacribi6A de var como la inrlucocia p081tlva del m6todo newtoniA
dolo toxst1vomonte a l . reo.urrencia hiat6r1ea, puesto DO, e. precisamente la condona de loa eapeculaciones
que no disponemos do otros Dodioa COr,noacitivo., que os teo16gioas en que incurriao loa newtonianos" (26), tal
~rocisa~ont. lo que fundamenta el tonomoniemo bumeano eual, COIIlO hemos ind1cado, re.aultaba un postulado inso.!.
on todo lo que de Conatructivo tiene BU e8cepticismo r. ~able d.~d. la artioulooi6n critica de la filosofía
dical, tal 001110 noo l~ :l•.::p%'e:Ja '1 mismol "E. untversal_ ~lfqan•• 00 el sentido de que ambao, atendiende 8.
Dente odmi t1do qUe ha:? una gran unUormidad en las aceia. 8U mera torma absoluta, colmpllcan una indubitable cer­
Des de 108 hombroa do todos las tl9cion08 7 edades, y que tosa quo, aln embGrRo, no cerre paralelamente COD el c.!,
la naturol~8a humana pormanoce 10 mtsma en lo que rsBpe~ rAotar problomAtico y rolativista s trav6s dol cual di.!.
ta a SUs principios 7 operacionos. Los miam08 motivo. carro la previsible obtenc16n de objetividad co~oscit!
han Producido .iampro las misma. 80cionos, los mislllOs
. . desde la 6ptica humano, 8&660 él planteamiento humo.!,
acontecimiontos .e siguen de laa miama. causas. C••• )
~. en tanto ooodltio 8ine qua non de doterminaci6o de
stn -barso, no debemos SUponer QUe esta uni1'ormidad de
la realidad erecUYa de la susodicho. ob.jeti 'rldad.
las acciones humanas se realIza hasta el punto do ',.l"'oI

,todo hombro, en las miamos c1rcunatanclast obrar6 exrio­ Lo cuest16n aceroa de la cortoea moral, iDoludt­
tam(imte do la micma manera, ain contar Con la diversi­ blemente, debe cser tambi&n en el seDO de tal relstivia
dad de oar8ctoros. pro~uicios y opinionen, En nlng6n mo cognoscitivo y, en consocuencia, flltrcr8~ a través
bbito de la natura19la 08 onauentra u..,l.formidad on to­ del marco doclsorio subjetivo, ajust&ndos9 expre8amonto
d08 108 de1:rtu.,.q. C...) lo;s tr.n erando la interdopenden­ • la b6Gqueda del 6ptimo grado do placer y al m!nimo do
oia de 1013 hombros en todas lno sociodades quo casi Di!! dolor, tal como 8e infiore do la morgiDslidad bajo la
gana acci6n humana ea totalmento coeplota en sí mismo, Cual se considera todo iODotiomo cOBnoBcitivo. Aa! en
obli~Bda cohorencia, la oriontaci6n general dal proble­
321
32J
me apresuro" a ccntestar. Perque de otro mo­

me co~oscitivo, máximo en le que cencierne al plano no podria subsistir la sociedad••• " (27)

prdctico-morel, tiene que articularee explícitamento de


acuerde con la gonoralidad. derivada del mismo "ep8culum As!, puea, el recurso. 8sencia1 desde y hacia el
sociQtstis", c~o indetormiosci6n es plenamente clara 'Oúal debe articularse 10 vida social y polltica, supuea
come expo.nente de OU~ determinaciones socio-at6micss, to el tajante rachasO de tede innatismo. cognescitivo,
la incidencia do tal circunstancia no. deja de tenor un pUede lIer otro que aquel que gravita en torne de la
valor de primer rango en la ioterpretaci6n del problema wwn!n16n ~neral" (28) que eu 10 exprosi6n ~~8 nttida
8ocio-polltico, pera el cual todo planteamiento en tor­ ear6cter utilitarista de la tilosotla moral 1 po1{­
no ti 18 originariedad de 8U realidad leglti.ma W&lveoe bumeana, para C'lq8 valides, naturalmente, se re­

1nott.aI 7 vicioso, puesto que la eticiencia del cont~ .-lere, inevitablemente, UD lIIarce pOlltlco-oen stitucio­

to social, 00::10 reuni6D existencial 8ccial de 1cs hom­ ae1 qua permita el desenvolvimiento. de 108 intereses,

bree, baje In 6gida del gobierne, no. preci.. de el .... laD euan4e, dende luogo, sometido ¡ate a aqu61, en le ·',1
\1
1(U8 la evidente concluG16n de que 8610. de eea 11180era 011 preclasmento, posee de ordenaci6n Y normatividad, '¡
J
cómo S8 haco posible conservar la vida de 108 miemes sA pel••, evidentemente, la base gubsmamentsl no puede h.l
res humanos que, aisladamente, no. aerla pesible lIine 0.,2. liarse totalmonte escindida de 108 objetives quo su p~
mo falacia metodo.lógica, por le que la aceptaci6n de la pla contextura le prescribe, 108 cuales vienen dados en
dosigualdad social, ae! come la completa neceoidad del tuno16n de la erientaci6n lnvolucrada en aquolla "epl­
F,Obiorno, 8en condicieneR reales, ineo.el$7ab1es, de la 'Dl6ra genere1."
vida humana. Esta, en tanto. tal, no puod.G interpretarse
Desde tal perapectlva, por tonto, es eb'Vio que

odénicat!lonte mIs que sin atender a la miama realidad,


la determlnno16n del rumbe aocio-pla!tice a 80culr tia­

cu;ys exproei6n se nes manitiesta en el hecho de que "SI


Da que venir dado. Y regul0.4e de cenfermidad cen una ee­

todos 10B hembree protoaasen un respeto tan intlexible


t~tura politice que permita el susedicho desenvolvi­

per la justicia que s& abatuneran por propia V01Ul'ltM


alento socio-politico 1 econ6mico, desenvolvimiento que

de atentar contre los biene. ajenos, hubieran permanec!


uaturalment., tione, 8 su wz, que fscilitar la coordi­

do en absoluta l1bert0.4, sln 8uJsci6n a ning6n moeiatrs


D80i6o de intereses, por le que, consecuentemente, no.

do o. ao.aiedad pelitica, pero 'ste ea un estodo de per­


11610 ea necesario. quo 01 poder limite al .. >der, tal cual

. tecc16n del que acertadamente se considera incapaz 8 la


se no. pre8snta en la propia estructura brit6nica da la

naturaloza hWlInn. Del mioma medo, 8i todos 10& hombres


S8 hallasen dotados de un entendimiento tan perfecto. que diviei6n de po.derss, en runc16n de la torma "milr:ta" de

sobiarno que establece un equilibriO. pel!tico del poder

conocieran siempre sus verdadero a intoreses, no. se bubl~


(Balen ce et power), sino, edom&s. que permita la propia

l'80 evenido nunca a etra te1'li18 de gobierno que la tunda­


estructuraci6n orsanizntiva de les mismos intereses, de

da en el consenticionto y constituida con la plena part!,


lo cual tau;bi6n ofrece la vida politica inglesa un 1IIDe­

cipaci6n de todeD loa miOllbroa de 10 oociedad, pero tal


estado de perfocei6n ee igualmento euperior a la natura
DUice ejOlllplo, ya que 18 orF;8nizao16n partidista dirl­

clicla entre 10B propios orcanizades permito entrelazar

leB8 humana. La raz6n, la historia y la experioncia nes


\IDOs intereso a gravitando. en terno a un marco. ordenador,

muestran qUQ laa socied8dGS pol!tieo.o han ~enido un or!


cu;ye Nepoto debe ser siOlllPro loalmente rosguardado, y8

gon muc~~ menos preciso y regular••• Si se De progunta


por la ro.z6n de la obedioncia QUo homoEJ de pl'Gstsr al que 0610 Bol presorva 10 vida aocial del temido estallA

322 323
do perturbador, facilitando 01 pacifico diSCUrrir de
tedo por .1"derecho a ln pro?lodnd" ea dosonvuelvo oon
los cambios y el propio desenvolvimiento de la misma
la 1Nl70r libertad. En reo.l1dad puo1.o decirse sin tomar
• peDar de que "las 6poces do mrua alto espíritu pdbli_ e1suao de equivocaci6n que es este "(lorecho a la pro­
ca no sie.mpre sobresalen por las virtudes provedas". en
~ledad· quien configura aquella estructura organlzeti­
10 que se atisba claramonte la vota oandovllliéna que
ya del poder polItico, Begdn noe lo ha dibujado 01 p~
anima al ponsamiento tilos6fico-politico humeano. Evi.
pio Hume. puesto que ello 8S consocuencia tundomonta~
dentemento, la .Btruct~ organi~ntiva partidista, so­
. . 48 loa 1&K08 socialea por loe que discurre la vida
bra Cuyas espaldas reCDe la m10i6n 7 01 comotido da ~
bumana. la cual de.arrollAndo.e sogán unos condiciones
rigir la vida social, pol{tica y econ6cice, tiena gUe
s.pue.taa inevitablemente desda el punto de vista eco­
articularse de acuerdo Con el antedicho respeto a la
.&aleo obliga a oircunoribirae taxativamonte a lna mi.
conotituci6n 80cial 7 3urldica m&r4ade. de forma que
.... en cuanto que dada la ••casos de bienes, .n la JI,!
la mismo actividad Partidista quede oircunsorita en el
4lda en que la absoluta abundancia de 108 miemos DO
"'eno de Partidos roCidos por "prinCipios" (29) que 8S
NDetltuye m6a que una -fiad6D poética de la ~ á!
la base de la actiVidad pOlitioa del mundo moderno, que,
flS," que tioue eOlllO contrapartida ineluctnble la "!12­
como catalizadores de los iatereve. g9nSralee. de~
llen los miemos interesos, tal cual puede observarae
.&é ,,~pe§,!CI do1 1614.9 .!&!. Rllturel!!aw (53), Dada
... operativo. entonces. que, a.1ust&ndo.e expresamente
que existen "d08 partidos de Prinqipiol implicados en
• tal limitaoi6n. diaponer una reglamentaoi6D Jurtdica
la naturaleza misma de nuestra conetituci6n 7 que pueden
de aquel ·Urocho a la proplodad" como condid6n de a­
Con ba~tanto propiodad Ser denominados de la ~ y del
MgU1"8IIIanto de la pas oiuda4ana, como "interesea gens
l!!!!" (30). a cuyo baria se PUede per1"ectOJ:leote YOr 1W1•• de la aociedad" (34).
reflejado el avance dado desde la Revoluci6n da 1688.
pues, evidentoaonte, por 8\18 POros oireula el aire que Ea claro entoncDa que taxativamente circunsori­
Conserva viva y 861ida la propia conatituci6n eooic-~2 tos • tal lImite social, aeg4n viono mediatizado por
lttica, ya. que..... Un l.2Ez puede ser detinido cm pocas el derecho a la propiedad coco 6nlca alternativa quo
palabras Como amonte do la monarquía. aunque ain dee~ permite operar COD el marco uocial en el que los hom­
dar lo libertad. 7 partidario de los EotuardOB, 7 UD
bree deaonvuelven sus aociones, no hay duda olgana de
.!!!!!!G como amonte de lo libertad, aunque ain renunciar a
que 8108 intereees gonerales de lo sooiedad- daban pr,L
la monarqulo t y partidario de la dinastía protestante
-.r eobre todo tipo d. intereses, sin que no obstante
de 108 Hennover* (31), por donde 80 reouelve claramente
ello implique nlns'n aplastamiento d. 108 propiOa intS
el problema acerca del derecho al poder" como compleme,a
reaea Individualee, en lo medido en que deben hallarae
to Justo 7 adecuado al "dereoho a la Pro~ied8d", oomo
sarontizados por el propio -derechO a la propiedad".
ejes de CoordenadDD dosdo 108 cueleo tiene que gravitar

toda lo notividad ltubernotin (Jé!).


Desde esta perspeotiva ea, pues, manifiesto que
los intereses generales de la oociedad, consideradoa
Que el ejercicio del poder politico tenga que etrlcto 8ensu t no vionon do BUYO a significar m6a que
llevarse a cabo en el seno de tal estruct'lr8 organizat,! el criterio operativo desde 01 que hQ1 que erigir toda
va ea algo indUdable ya que esta es la ~niC8 nonorn d02 la vida DOcio-polltice y Jurldica, en la medida en que
de donde se puodo preoervnr que el Contrupunto roproson ello es conditio aine qua non de tal desarrollo que.
por lo d~l'B, no os posible subsumirlo boJo criterios
324
325
puros que no sean eoinent~ento operativos 8 niveles
cient1ficos (35)t ya gua admitido ~ ••• qua la propie­ es necesario, por lo tanto, remontarse Q pr~

dad depende de lns leyos Civileo t se roconoce que lna ldeale$. en la medida 00 que &oto8 no vienen

l8.1e8 ciViles no tionoo otro objeto que el interés de eigniflcur.&. que falaciaa que no atienden a la ve~

la 80ciOO84. f'or 000, tiene que raconocerao asto como ~,f1le4erll constituoi6n do la rO'alidad. la cunl DOS indica

01 Goico fundamento de la propiedad y de la Justicia• 'de UD"e coaplet8lllente nítida qua la oboervaci6n de
••• ~ (36), no existe otro altornativa qUe tomar la .~ 18.1es tanto pdbllcas como privadas, o sea, tanto
ü
tilidod pÓblicn como tal referencia, advirti6ndoae ¡..u.ticea oomo c1viles, ea 10 que oonstitU;Ye prinoipal
expresamonte que esto referencia DO surge m6s que de _--- la base por la qua discurre toda la vida 8Oclo­
la realidad t'undamentadora del haCho social y pol!tl­ ,politica 7, eo eate oeotld.o, tambi6a la justicia pro­
ca, en la medida en qua la contrapo8ici6n entro i~ : ti_ote dioha que por lo mislIIO no debe extrapolaree a
dad Y deaigualdad DO viene 8 alenificar m6s que una _terioe puros que no conducen de su"o mAs que a tal­
oxtrapolaci6n de egu'l sentido operativo desde el que .eart COlllO hemoa dicho, la propia :realidad, al modo cp,
h83 que esentar to<:le cocnoscibll1dad cientlfico al .o'oourre por ejemplo con el inanaturollsmo ('9).
respecto t en cuanto que·... las reglas de eqUidad o de
Desde e.te punto de vista, puos, rospetando tal
justicin dependen enteramente del particular estado 7
toDO resulta ineludible la operatividad desde la que 88
COndici6n en que estAn situado. 108 bombrea, dobiendo
..lenta 1a cobertura del conocimiento cientítioo no es
BU origen y existencia a e8a Utilidad que ra8Ulta pa­
4ttloil advertir el 1napos1tiviamo en cioroes que gal­
ra lo pdbllco do su estricta y regular observanoia•••
,'11mb. al, pensamiento polÍtico de Hume, desde donde se
La 8itue.c16n comt1n de lo 8ociedad. consista en un tlz
baot .ntono•• posible COlegir la espeoificidad da la
mino medio entre todoe eBOS extremos... De aquí, pUGa,
't'14a social, en la medida en que ella Obligo 8 predi....
quo 1!18 idea., de propiedad. lleguen a sor necesaria8 en
poner al intercambio tal como es consecuencia de tal
toda sociedad Civil, do ah! deriva la justicia BU utA
aentido eoc1a1, intercambio que obliga no 8010 a partA
lidad para lo p¿blico, y s6lo de ah! sale su o6rlto 7
su obligatoriedad moral." (31) aularea, alno a8imismo a la8 propioa nociones, en cuu,n
to que tal predicpoaici60 tambi&n debe alcanzar a 6e­
Pnrtiendo, por consiguiento, de tales heohos,
tas, como expans16n de BU industria y de 8US mDO de
es claro qua no es poaiblo más que callo simple extra­
influenciae acon&.ica8, desde donde edificar el acceso
polac16n t 80r;11n nos ha indicado el mismo Humo. decir
.al mayor bienestar posible. ya que time atrevo a afirmar
que la virtud de la Justioia no S9 8Umple on el plano
que al aumento de lu riqueza ,. el cacerola de una aa­
pOl1tiCO-SOOial, aGn cuando aCa80 no adquiera este
olóo no sole no perjudica, sino que de ordinario tomen
cumplimiento la extensi6n desoada, le cual no ee mAs
t. 10B de SUB vecinos" (40), 80 la medida on Que ello
que Una simple Petitio prinCipie (38). f~ este sonti. .S UD bien social al que ninguDa 08ci6n puede renunciar
do, ha.,y que advertir que la garantia dol orden ,. de puesto que tal renuncia DO significar1a eás que no at~
la pea C!vica 8&10 tione lugar a trev6a do eate reo­ dar al criterio de utilidad soclal quo debe estar sin
péto por las leyes públicas,. civiles, en la medida en embargo a la base do toda deoisión politico-gubernatl­
que su tuerza no reside más que en aquellJ. conserva­ .... , en cuanto que "la mejora de lo industria naoional
oi60 del orden y de la paz oiudadano t o cuyo trov's .. la bose del comercio exterior. Donde s~ cultiva ~
se desarrollo la justicia propiManh diCha. per1'ecoionn un g:-&;¡) n6moro de productos para el Mrcado

l
interior siompro h8brá alGUnos quo puadan ser exportados
326 327
oon beneticio. Pero si nuestros Yecinos carecen de sr­
~e cuando nada se opone a que debido a la interrelA
teo y cultlvrs no pOdrán adquirirlos, porque nada ue
en que deben riYir talMl nociones se pueden orear
nos pn6r6 dar II cambio. ~~, este alrpeoto. lo. estados
se oncuentran en la I!lbma sitUtlc16n que 10(\ individuos.
seria de ~G. de lea Naciones" por la. cuales ha.
80 aparlc16n el sentido dtil de la jueticia como viE
F~ diticil que un hOl!lbre sea irduetrioao cuando todos
sue oonvocino8 son indolentes. La riqueza de 108 miem­ tu4 que no puede _.pararae del propio desonvolvimiento
bros do mi ccomunidad oontribu;ve a aumentar la IIlb, cua¡
quiera que sea lIIi trabajo. Consumen el producto de mi ..,.e
. . 1a& aocione8 humanas, cualquiera sea BU nivel o al­
(1t2)
nctividnd y me Proporcionan a cambio la 8\~a. ( ••• ) La Deme~ant. aJustamiento al sentido operativo del
e/llUlaci6n entro les n.s.ci.onoa lIim mth!! bien pora mentA ODoooimianto conetltu1. 00 8010 una caracterlatica del
nar viva ln industria on todna eUas..... (41) pea_lento humeano, sino, 881111smo una co:racterlstica
del pan_lanto Wrgu6a en general en la modida en que
En el trancur80 del 8iglo XVIII, Be&'1n ea oomli,a
. . bao. cargo de los propios limite. do BU racionalidad
mente conocido, 01 incremento comereial adquiere un Y~
lumen considerable respecto de 108 aigloo preCedentea, 8OOUl. _to e., da 18 racionalidad derinda del propio
puesto qun a .tin de cuenta. el imperio brit6nico n be ranolon8Dianto del sistema capitali[~a, el cual nO pue­
conYertido :ra ceai en Uba 1'ealldtld. tal como lo viY16 de etitar asumir la. condlcione. por lae que diecurré,
el propio Hume. Ellta expo.nai6n cOIIIereial. Producto del oond1cionaa que implican de manera ineludible la con.e~
desarrollo de una industria Dacional. 8sentada sobre 10 . .01&0 de una desigualdad en la8 relacioDo. sociales ea
disposición de materias primaa adquiridac a baJo coete tendide4 lato .ensu, sin que DO obstante deba ello ver­
eouo consecuencia de la dominaci6n polItioa e. Una eonJ! .. oomo uo entorpeoimiento d. la 3uetic1a en la medida
tante carscterisadora del misao imperio británico, en en que la proporcl6n de '.te corre paralelBJllente CCJQ la
tanto expreei6n m&a acabada. .egdn una 6ptioa biot6rl_ legalidad visente, cuyo acotamiento ao plenamente ventA
ea, •• laa condicione8 impuestas por la ley del morea­ 3080 precisamente por la utilidad que reporta eo tanto

do en el sistema capitalista de relaciones socialos, en .., cuanto garantil:a a su YO la oon88"o.ci60 del orden
la medida en qua la obtonción del boneficio conetitU7e '1 de la pu c1\o'ica.
la piodra angular d81 mÓYll económico 8 indirectamente Una vea llegadOS aquí es noce~¡ario advertir Que
filtra por sI mismo a todas loa actividades restantes. la cCJQstrucc16n dal ponaamionto pol!tico-social bumeaoo
L3 neceoidad do involucrar Il. la8 docl6s unciones secón poaa. UDS8 característioas muY especlCicss que contras­
esto eje de coordonadas. tal como n08 lo subray6 el
tan decia1vamente con lS8 de Roueseau aun a poaor 7 pro!
propio ilumo, no ea de suyo mts que la 16l~loa oculta del el.amonte por le precaria amistad Que les uni6. Acaso
proceso de dcminación Que es lnheronte al propio .tunci~ h818 pocaa ocasiones do encontrar, tal como parece aer
namiento dol sistema capitalista, 8 la cual hay inevitA 'ata, una contraposici6n más prorunda entre contigurooi2
blomento qUQ plegarse, en la modida on qUé tampoco es nee te&rica8, teniendo on cuenta le casi portecta aoeta
operativo hablar aquí ni de una igualflnd ni do una dos!
Deidad de ambo. ponosdoros, en la medida on que el Gap'!
gualdad absoluto do laa n/Jeiones, ya que 01 criterio do e1tico escepticismo humoaDO quo no ea tal cA_ que apa­
utilidad rir,e aquí tal1bi6n el 8ontido do la justicia
rentemente, es decir, lo es 8010 filoe6r1~8Qonte 0, por
que por lo mismo tarJpoco puede decirse quo no exieta,
mejor decir motG~o16~icamonto, deviene constructivo do~
328 329
de tenia que mostrarse todo lo contrario. a diterencia o1arida4 88 n08 ha puesto de relieve en 108 ao~lial.
del ponoamionto roussennniano quien. dejando en lo po­ ~.took.ano 7 humeano que hemos reDl.bado. No deja do ser
. sible al margosn la lntc.~"gaciótl rUost)UcOIIIDetodo1661 YO que all! donde la orientación racionalis­
en. se YO obligado a entrar cr!ticomente en el terreno ta asume con desoleción la impotoncia de universalidad
pOlítico, planteando con toda su viruloncia el proble­ ~ galvaniza su pensamiento, la orientnci6n empirista
ma de ls dosi¡runldad como contrapunto de Ilnuleci6n de ;' 'l'1eata una solides externa que DO obstante nO tiene
los dOl.>eC'lOS sociales que en Bume estaD velad08 r~uhá contropUnto d. que una endebles interna, tal COllO
por la i~rlu~ncla decisiva que el lmpnrl0 bri~enico ~ eeoeptlciaao lo pone de relieve oon inigualable en­
bis expandido sobre su poneemiento polltifo-BOclel. ~Ia. aunque a& oculte tr6a la wcara de UD emp1ri...
l'8oional1a8Dte. le preM"aOi6n del noxo caueel. quo­
I .•3.2.d.... CONClI,tlSIOO. ,_ por 10 d.eIÚ.a ahora aometido a presionos que 8. proc!
Tal como :111 I>odido con8tatara. a pcrtir de lo ..larar 7. en eate .entido, la recepci6n kantiana ea
oX?uesto on este apartado, la ovoluci6n del peouamiento .,a preparada para intentar re.ol....r la cri8is olent1
tilos6rico onglosaj6n. influido decisivamente por la equ! plarlhad.a. tal 001lI0 'Va a ocuparnoa en la o....
retloxi6n cientifica newtoniana, procode 8 plantear la Itilllll'llta parte .e o.te traba3o.
problom&tica cognoscitiva a su ba8a de una manera .uy
sinGUlar. es decir, IOOstr6ndo•• cauto en BUS conclusi.2,
ne8 de matiz tilos6lico, para. 9ft contrapartida, 1118D1­
reataree seettro 7 firmo eo 8U6 an&lis18 efectivo., e..
pecialmonte sociales 7 politicos. tal cual 8. claro
tanto para Locke como para Ilume, el'.:'!) la excepci6n de
Berkeley. cU7a indolencia a este respecto e.tA cODIple­
tamente justUicadn por ruanes obvia. que ahora no
vienen 01 caso comentar.

Es indudable que la poaici6n filos6tica de Bar­


keley constituye una postura ~ especi&~ ,n la medida
eo que pono de relieve que el criticismo empirista tre~
te nl innatismo de lns idaa. no termina do suyo mio que
en validar una suotnnciBlidad nominol inoVitable pora
no 8utodisolveroe como ponsamiento cient!tico, aun cu~
do la lntonoi6n del cismo Berkeley acaeo no ruera nunca
haber llegado a plantear tal cuosti6n con la virulencia
con que 80le de su pluma. Semejante sustnnciolidnd nomA
nol no viene entonaoo a indicar m&a quo la posibilidnd
de introducir bajo cuerda In baso donde la qUQ operar
cientiticnrnente en los morcon dondo tal oporatividod DO xxx

. pllod8. sin grave riot:[,o, ser 8oalnyu.da, qua es lo qua


330 331
OITAS DE LA PRIMERA PARTE
Leibniz. Obras varias. pae. 389. Ed. Porrúa, que corre§
a la DPh. aLG. pags. 607 y 608. Vol. VI.
OAPITULo T~~O~~O. Obras varias. paes. 390 y 391. Ed. Porrúa, que
a la DPh. nLG. t pag. 608, 609 Y 610. Vol. VI.
1.3.1.- LA ORIEIll(,AOION RAOIONALISTA 1 SUS PROBLENAS. Leibniz. Opras varias. pago 406, Ed. Porr6a, que corre~
a la DF1J. SLG. pago 600 y GOl. Vol. VI.
1.- B. Spinoza. Etica pags. 49, 50, 51, 63, 64, 74, 75 y 79.
Leibniz. Obras varies. pa~. 85. Ed. Porrúa, que corree­
Ed. lIacional "~I'l.drid, 1975, que corresponde a B. Spinoza. a la DPh. SLO. pago 76. Vol. V. Otro L.E. Loemker.
Oeuvres Oompletes. pags. 309. 310, 321. 322, 323, 331.
und die Granzen dos F.mpir18111ue. 1<8.. 1966. Hett 4.
332, 3~ y 335. Gallimard. Paria. 1967.
Obras varias. pago 86. Ed. Porrda, que corres-
2.- O. Gebhardt. Spinoze. pago 103. Ed. l~seda. B. Aires. 1977.
a la DPh. SLG. pag.. 77. Vol. V.
3.- Alain. Spinoza. pago 59 y GO. Ed. Gallimard. Paria, 1972.
Obras varias. paga. 392 y 393. Ed. Forrua, que
Ofr. a este respecto, F. Galichet. L. f'robleme de L'lllu_
a la DEb. SLG. pags. 612 y 613. Vol. VI.
sion chez Spinoze. R~~ • •0 1. 1972. Y F. Tinland. Spinoza
ou la Force d'attirmer. m1M. nQ 1. 1978. Leibniz. 6bros varias. pago 25. Ed. Porrus, que corres-
a la ~. SLG. pags. 449 y 450. Vol. IV.
4._ O. Gebhardt. Op. cit. pa~s. 116 y 120-121.
Obras varias. pags. 61 y 64. Ed.POrrua, que
5.~ N.Malebranche. Oonversaciones sobre Metatisica y Religi6n.
b~rraBDonde a la DPh. GLG. paga. 41 y 44. Vol. V.
paga. 174 y 175. Ed. Reus. Madrid, 1921, que corresponda
a N. Malebranche. Entretiens sur La M3taphyaique et sur la La Pol&mica Leibniz-olarke. pags. 67, 68, 69,
Religión. pago 199 y 200. VRIN. T. XII Y XIII. Paris. 1965. Y 112ss. Ed. Tnurus. ~ladrid, 1980, que corresponde a
la DPh. SLG.par;s. 363, 364-, 378 y 400. Vol. VII.
6.- N. f-lalebrnnehe. Recherche de La V6rité. pags. 416,

y 447. '1'.1. VRIN. Paris, 1972.


G. Leibniz.. Obras varias. pago 79. Ed. Porrúa, que corros­
ponde a la DPh. SLG. pago 65. Vel. V. Vide, asimismo, E.
7.- G. Leibniz. Die Phi10sophiacheD Bchritten. pago 328. Vol.
Cassirer. El Problema del Oonocimiento. T. 11. pago 92 y
l. Ed. Gerhardt. 1978. La referencia a eata edioi6n se hará
bajo el grntismo DPh.S.LG.
G. Leibniz. Obras varias. pago 12. Ed. Porrda, que corres­
8.- G. Leibniz. DPh. SLG. pago 369. Vol. IV. Vide B. Russe1.

434. Vol. IV.


Exposj.ci6n Oritica de la Filosot!a de Leibniz. pag. 269.

Ed. Siglo Veinte. B. Aires. 1977.


G. Leibniz.• Obras varias, pago 398. Ed. Porrua, que corre§
9.- G. Leibniz. DPb. aLG. pago 332. Vol. l. pondo a la DPb. SLG. pago 620. Vol. VI.
Leibniz. DPh. SLG. pago 541. Vol. VI.

10.- O. Leibnb. Obras varias. pago 42. Ed. Porrúa. N6xieo, 1977,
que oorreoponde El DPh. &LG. pago 47B. Vol. IV. l'eibniz. DPh. SLG. pago 264. Vol. VI.

11.- G. Leibniz. Obrea varias. pag. 45. Ed. Porrda, qUe corres­ H.H. Holz. l,eibniz. pags. 89ss. Ed. Teanos. Madrid, 19'10.
ponde a DPh. SLG. pago 482. Vol. IV. Otro O.G. Grengon. G. Leibniz. Obras varias. pags. 11 y 12. Ed. Porrua, que

Philosophie et Math'lllatique Leibniziennes. RnN. n!2 1. 1981. corresponde a la DPh. SLG. paGs. 432 y 433. Vol. IV.

332 333
que eor;'esponde a YiJ. Locke, pago
28.- H.H. Holz. Cp. cit. pags. 1778S.
29.- E. von lIippel. H~ de la Filosofía Polities. '1'.11. pa¡:l"I. pago 921so., que corresponde a WJ. Loeke, pago
y 83. I.E.P. J.1adrid, 1962.
111 •
.30.- G. Leibniz. La 1'01&lIIioa Leibn:lz-Clarke. pne;s. 67ss.
:aerkeley. l'ratado sobre los Principios dol Donocimiento
quo cOl~esponde a la DFh. SLG. pago .363. Vol. VII.
, esp. par&grafos 1 a 3.3, 43 a 47, 72, 73, 89, 90,
97. 98, 99, 117 , de 139 a 141, que corresponde a The
1 • .3.2.- LA ORIEN'l'ACION E¡'¡PIRISTA y SUS PROBLErlAS.
ol G. Berke1ey. Volumen Twos A Treatiee concerning
PriDciples of Human Knowledge. T. Nelaon and SOns Ltd.
1.- J. Locke. Ensayo sobre el Entend.imiento Humano. pago 182.
~on. 1949. A este respecto, vide, adem!s, P. Csssini.
Ed. Nacional. f.ladrid, 1980, Las referenci9S a esta edici611
UDivers~1'quina. pago 250ss. ed. cit, A. Koyre. Del
se hará bajo la rGbriea JLEEH, que oorresponde a a. Locke. Cerrado al Universo Infinito. paes. 20598. ed. cit.
The Works of••• pago 97 y 98. Vol. l . Scientia Verlag
Michaud. La formetion de la Prob16mat1que de La Subs­
Germany. 1963, cuya referencia se har' segun el grs1'ismo
ilpirituel1e chez Ber1:eley. ruiM. uD l. 1974. J. ea­
\1 ••• Looke.
Tbe British Empiricists. Locke, Berkeley, Hume.
2.- J.L.E.E.H. pago 201 y 202, que corresponde a WJ. Locke, Bmce Publishing Company. Milwaukee. 1967. M. Gueroult.
pago 116. Vol. l. transtormatioD des id&es en choses dans la Philosophie
3.- J.L.E.E.H. pago 207, que corresponde a YiJ. Locke. pago G. Berkeley RIP. nº 23-24. tasc. 1-2.
Vol. l. sobre el Conocimiento Humano. paga.
4.- J.L.E.E.H. pago 207, que corresponde a WJ. Locke, pago 120 182. Alianza ed. Madrid, 1980. Respocto de la valo­
Vol. l. A este respecto, erro E.A. Burtt. Op. oit. pago de Berkeley por Hume, vide. lb. pago l76ss. , D.
Tratado de la Naturaleza Humana. pago 24. esp. Ed.
5.- J.L.E.E.H. pago 423, que corresponde a WJ. Locke,
~rrua. M6xico. 1977, que corresponde, respectivamente, a
y 294. Vol. l.
lIume. The Phi10sophical works, pago 126 Y lZl del Vol.
6.- J.L.E.E.ii. pego 465 y 466, que corresponde 8 WJ. Locke, IV, a 122s9. del Vol. IV Y a pago 325 del Vol. l. Las re­
pago .3.3 y .34. Vol. 11. a la ed. inglesa se daran según la rúbrica: PW.
7.- J.LI E.E.H. pago 469, que corresponde a WJ. Locke, pago 37. , reimpresi6n de Sciontia Verla~ Aelen. Germany.l964.
Vol. 11. lIume. 'l'ratado de la h a tura1eza Humana. pags. 23, 25 ,
B.- J.L.E.E.H. pago 494, que corresponde a WJ. Locke, pago 56. • ed. cit., que corresponde a PW. Hume. pags. 324, ,:n,
Vol. 11. 328 y 3.30. Vol. l.
9.- J.L.E.E.H. pago 995sB, que corresponde a YiJ. Locke. pago D. Hume. lnvestieaci6n sobre el Conocimiento lIuml!lno. pago
1158S. Vol. 111. 50, 52 y 53. ed. cit. que corresponde 8 PW. Hume, pago 25
10.- J.L.E.E.H. pago 792, que corresponde a WJ. Locke, pago
319s8. Vol. 111. J. Noxon. La lNo1uci6n de la Filosofía de hume. pago 183.
Rev. do Occidente. liadrid, 1974.
11.- J.L.E.E.H. pago 1010, que corresponde a WJ. Locke, paCa.
128 y 129. Vol. 111
334

335
19.- D. Hume. Investigsci6n sobre el Oonocimiento Humano. Pago
84, quo corresponde a PrJ. Hume. pago 50. Vol. IV. A este pago 77, que corresponde a PI';. Hume, pago 1'9.
respecto, vide,D. Hume. l'ratado de La Naturaleza Humana,
Libro I, parte segunda, que corresponde a PW. Hume, Book D. Hume. lb. pago 37 y 38ss., que corresponde a PW. Hume,

1, part 11. Vol. l.


pago 10989. Vol. 111.

20.- D. Hume. Investignci6n sobre el Conocimiento Humano. pago .D. Hume.


De la Horal y otros escri.tos. pago 28. I.E.P.
8'1, que corresponde a PIf. liume, pago 54. Vol. IV. Vide, El Madrid. 1982, que corresponde a N. Hume, pago 184. Vol. IV.
este respecto, D. Hume. Tratado de la Naturaleza Humana,
nota 16, pago 71 de la ed.. cit. D. Hume. lb. pago 37, que corresponde a I'W. Hume. pago 189.

21- D. Hume. Investigaci6n sobre el Oonocimiento Humano. pago


lb. pag. 47, que corresponde a P\ti. Hume, pago 196.
49, 51 y 52. ed. cit., que corresponde a PW,¡ Hume, pago
24 y 26. Vol. IV.
lb. pago 39, que oorrespondo a P\ti. liume, pago 191.
22.- D. Hume. lB. pago 65, 66 Y 68, que corresponde a pw. Hume,
pago 37 y 39. Vol. IV.

23.~ D. Hume. lb. pago 72, 73, 80 '3 83; que corresponde a PW.
lb. pago 27, que corresponde a PW. Hume, pago 18'.
Hume. pago 42, 47 Y 49. Vol. IY.
24.- D. Hume. W! Natural de La Religi6n. pags. 66, 85 '3 96. y
D. RUDe. lb. pago 349S•• que corresponde a PW. Hume. pago

18? Vol. IV.

Dialogos sobre la Religi6n hatural. pAgo 131. Ed. Sigueme


Salamanca, 1974, que corresponde, respectivamente, a pw. lb. pSB'. 49, que corresponde a PYJ. Hume. pago 19'7.
Hume, paga. 336, 352, y 363 de Vol. IV '3 a pago 408 '3 409
de Vol. 11.
D. flume. Ensayos polIticos. pago 16'7, ed. cit. que corres­

25.- D. Hume. Investigaci6n sobre el Oonocimiento Humano. pago ponde a PW. Hume, pago 345. Vol. 111.

107, 109, 113 Y 114. ed.. cit.; que cOrresponde 8 pw. Hume D. l/ume. Ensayos politicos. pae;s. 168
y 169. ad. cit, que

page. GR, 70, 72. y 74. Vol. IV. corresponde a PW. Hume paga. 346 y 347. Vol. lII.

26.- J. Noxon. Op. cit. pago 84. Ofr. N. Oapaldi. D. Hume. The
D. Hume. Tratado de la Naturaleza Humana. Libro 111. parte
!Iewtonian Pbilosopber. Boston Twa-:¡ne Publishers. 1975.
segunda, sección XII. pago 364. ed. cit, que corresponde
27.- D. Hume. Ensayos PolIticos. pags. 127 y 133. Unión ed. Ma­ 8.PW. Hume. pago 328. Vol. 11. Vide, adamAs, D. llume. De
drid, 1975, que corresponde a Pw. Hume, paga. 450 y 456. la Moral y otros escritos, pago 49ss., ad. cit., que co­
Vol. IIl. rresponde 8 P\ti. Nume. pago 197. Vol. IV.
28.- D. Hume. lb. pago 137, que corresponde a pw. Hume, pago
460. Vol. 111.

29.- D. Hume. lb. pago 67, que corresponde a PW. Hume, pago 130.
Vol. 111.

~.- D. Hume. lb. pag. 71 y 72, que corresponde n p~,r. Hume, pa!3.
134. Vol. IIl.
336

y RECONS'l'RUCCION EI'IS'rEl'lOLOGICA l.!.1i KANT J EL ME'l'ODO


!tuSCENDEN'l'AL y SUS CONSECUENCIAS. EL PROBLEMA DE LA
337
CAFITULO FRIMERO

EL PRottU'.MA DFJJ OCNCOIMl'F'NTO

1I.l.l.- LA ¡"ILOSOIIA TRASCENDENTltL DI; Jt_AHT.

Una vez esbo~adoB Ion problemas teóricos rcnteri2


la neccudded de clarl.fiear el horizonte propiamen­
cognoscitivo volvieso absolutrunonte insoslaynble "3
impresoindible, ya que la con.figurac~6n
la obJetividad asignablo B la "ratio ideale" babias.
enteramente comple.1a y problem6tica, no 8610
el positivismo newtoniaoo, sino, además, en fun­
del radicalismo eso6ptlco humeaDo, en tanto proye~
de la8 oondiciones cognoscitivas de aquól. pues os
.tralJlente 8 este plano b&cia el cual. dirige Hume sus
que aleansa asimismo al marco propio de la mat~

La imporiosa neoesidad de devolver a 'sta 6ltima


.. eut6ntico reducto de veracidad obligu, por otra pa~
'tia, a reconducir todo el plantoamie!lto metodo16g1co a­
Cerca de la base de .fundamentaci6n de la objetividad
oogno8citiva asignable a la "ratio idonle n , la cual, n~
~nte, tiene quo buscar BU engarce originario en
IOndieiones de objetividad totalmente distintaS de aqu~
11as en las cuales SP. haoe posible otorgar absoluta po­
eitividad para la idea pura misma a su bane, de rorma
que, CaBO de subsistir como elemento cognoscitivo exp~
80, entonces, tiene que validar ml e.ficacia cognosoiti­
''fa a partir de una imposiblo eonsidero.c:l6n absolutamen­
t. positiva para si misma como id.ea pura, en tanto ex­
preei6n suprema y acabada de su veraz existir, como nI',!
tio ideale". Golo ao!, partiendo de quo toda raz60 pura
tiene qua configurarse como "ratio idoale", es como se
PUade evitar la porplejidad en que incurre toda inte1e~
ci6n que qTliera concederse plena validez cognoscitiva "3
no meramente especulativa, aun cuando ello altere sua­
tanc1nlmente 01 fundamento explicito que orienta a toda
338 339
racionalidad propiamente dicha, en la medida en que Ya
~gen018 de Teaeo para salir del mismo Laberinto sino.
no puede rebasar determinados limites que:.le Son anejos,
tal como nos lo rerleja Kant Cuando presenta el proble­ ÚIIiemo, de la suerte de hallar el ovillo ariadneo que
ma en los siguientes t6rminosJ " •••Ciertos conocimien_ permita advortir nuestros errores, similares a los
enigmas ocultos en la validaci6n erectiva de
tos abandonan incluso el campo de todas las experienCias
posibles y, mediante conceptos pare los cuales no puede para las ideas puras reseñadns, su mar­
ser dado en la experiencia ninsón objeto correspondien­ demostrativo, oomo condi~i6n necesaria de Objetividad
~oscit1va, no puede ser otro que el meramente 16gico,
te. parece que Bmplirican la extensi~n de nuestros jui_
cios por encima de todos los limites de la experienCia." que, no obstante ello, sea posible ni ractible por
(1) otorgar aut6ntica existencia o realidad al mismo .
tal como el mismo Kant nos lo signirica
ES, por consiguiente, desde tales elementos, de.!"
de donde se consignan los problemaa aludidos que el mi.! nos advierte asl, con total claridad al respecto a
verdad oonsiste en la coincidencia del conocimiento
mo Kant los reduce a tres. la Inmortalidad, la Libertad
y Dios. Expresiones cognoscitivas que, indisoutiblemen_ el objeto. Seg6n esta simple derinici6n del t6rmino,
te, deben poseer por sI mismos su propia causaci6n ori­ oonooimiento debe, pues, ooinoidir con el objeto pa­
ginarie, lo cual, si se atiende bien a lo antedioho, no tener valor de verdad. Ahora bien, el 6nico medio que
puede comprenderse ni inteligirse mAs que sobre la base de oomparar el objeto oon mi conocimiento ~ gue
misma de operar con estructuras l6g1cas presuntamente OonoSC•• As!, mi conocimiento debe conrirmarse a sI
proyectadas existencialmente que, desde luego. por lo pero ello est& bien lejos de abarcar la verdad.
que les correeponde, requieren explicitamente una dilu­ como el objeto est& ruara de mi y como el conoci­
cidación clara y transparente en aras a poner de relie­ est& en m!; todo lo que puedo apreoiar es si mi
~1m1ento del objeto ooincide con mi conocimiento

ve sus inherentes limitacionest "Una gran Parte, quiz&


la mayor parte de la labor de nuestra razón, consiste Objeto. ( ••• ) y. en erecto, esta es una ralta que

en ANALISIS de los conceptos que ya tenemos de los obj§. ISc&pticos no han cesado nunoa de reprochar a los

tos. Ella nos proporciona una multitud de conocimientos


~Ug1oos ... • (,)

que, aunque no son mAs que aclaraciones o explicaciones


De esta Eorma, pues, la construcci6n de la obj.!
de lo que ya estaba pensado en nuestros conceptos (aun­
~iV1dad de conocimiento para la "ratio ideale" no pue­
que s610 de un modo contuso), son apreciedos sin que,
aclararse mAs que en t6rminos de un posible marco
al menos, según le rorma, al igual que conocimientos
de demostrabilidad lógic8, lo cual, natural­
nuevos, aunque por lo materia o el contenido, no ampllen,
contrasta en toda su radicalidad con la posibil!
sino s610 dilucidan los conceptos que tenemos." (2)
"intuitiva" que nos asegura la certeza de la reali
De esta manera, toda posibilidad de acercarnos a dad. ~ada m6s lejano pues que garantizar para aquel ­
la objetividad cognoscitiva inherente a la ~ratio idea­ l8rcó demostrativo lógico una ericas realidad cognosc!
le" nos obliga a desembocar en el pi¡lago de la compre~ ~tiYa por sI misma, pueSI "Si se quisiera servirse de
si6n lógica de la Inrinitud, como clave central de la ••ta doctrina (la L6gica) simplemente te6rica y gene­
mentalidad barroca, pero atendiendo a su Posible solu­ ral como de un argumento práctico, es decir., como de
ci6n, la cual, desde lueeo, requiere no s6lo de la int~ Un organon, devendría DIALEOTIOA. LOGIOA DE LA APARIEN
OlA (ARS SOPHISTICA, DISPUTATORIA), lo cual sucede poi
que se Ilbuda simplemente de la Analítioa, er. la medida
341
34;)

lBS esteras mismas que se ballan a su base, tal


en qUe, por la simple ~ 16gica, se suscita la apa_ n08 10 muestre el propio Kant de la torma siguien­
riencia de un verdadero conocimiento, cuyos caracterea wOONOCER un objeto exige que yo pueda demostrar SU
deben al contrario ser extraidos mediante la coincidea (ora, aeg6n el testimonio de la experiencia,
cia con el objeto, del contenido por tanto. ft (4) lJ\l realidad, ora.!! priori por la rez6n). Fero PEN­
puedo pensar lo que quiera coO tal de que no me
Evidentemente, operando con lo susodicho, no hay "radiga a m! mismo, es decir, basta que mi concepto
duda alguna de que toda posibilidad de otorgar aut6nti_ UD pensamiento posible, aunque no pueda ciertamente
ca objetividad cognoscitiva para la misma racionalidad si en el conjunto de todas las posibilidades le
no puede establecerse m&s que a condici6n de concebirla ~8ponde o no un objeto. Fero para atribUir validez
y comprenderla en BU propio fUero interno como una obj~ Hetiva a un concepto semejante (posibilidad real, pues
tividad "marginalmente H asignable, esto es, de modo "n2 pri$era era 8610 l6gica). se exige algo m&s. Abora

positivo ft , aqui perfectamente convertible en menitiestA -n. este algo mle no necesita precisamente bUscarse

mente "negativoftl ftAs!, pues, el criterio meramente 16­ 188 fuentes te6ricas de conocimiento, puede estar

gico de la verdad -nos señala Kent con rotundidad..., a


..bi6n en las prAoticas.- (6)
saber, la coincidencia de 6n conocimiento con las leyes
universales y rormales del entendimiento y de la rez6n. Lapoaibilidsd de asegurar alguna objetividad

es la crn~DITIO SINE QUA NON, Y por tanto la condici6n ~8citiva para el conocimiento racional pasa, inelu­

negativa de toda verdad. ft (5) por el riltro de la antedicha marginalidad

la oual ea, justamente, la característica esen

ES indudable que aun cuando el pensamiento tilo­


de toda racionalidad así concebida, os decir, art!

s6fico-metodo16gico Kantiano no puede por encima del en torno a la ftev1,dentia fUgex" que la inbiere Y

problema de la racionalidad anal6gamente a como tampoco subsume al inte1eoto en la perplejidad antedicha.

Hume, a pesar de su empiriamo radical, pOdia soslayar ~amente, toda posibilidad de dirimir objetividad pa­

tal cuesti6n. el planteamiento que hace del mismo pro­ tal plano requiere necesariamente de su mera domos­
blema acerca de la racionalidad. en tanto alcance y li­ 16gica, con lo cual, naturalmente, no salimos
mite de todo conocimiento, como consecuencia del ftdes­
.. suyo de si misma, siendo maniriestamente claro la in
pertar del adormecimiento dogm&tico ft , implica toda una lUticiencia de tal requisito para determinar plena cer­
serie de graves cuestiones que es necesario abordar y que no sea la propiamente l6gica, tal cual se puso

orientar con perspectivas de soluci6n de manere que 4_ relieve en el circulo vicioso anteriormente trazadol

cuando menos sean asumidas como tales problemas a resol cosas son opuestas entre si cuando el becho de po­
ver, la soluci6n de los mismos, desde luego, no puede ~.r una suprime a la otra. Esta oposici6n e8 doblel sea
venir dada de modo efectivo por simple subsunci6n lógi­
16g1ca (por la contradicci6n), sea real (sin contradic­
oi6n). Hasta ahora DO se ha considerado m~s que la pri­
ca en cuanto que lo que importa no es s6lo su ple.ntea­
miento correcto l6gicamente, sino, para su soluci6n co.!!
..re oposici6n u oposici6n 16gica. ( ••• ) En la incompa­
plata, es pre~iso atender adem'. a su realizaci6n eticaz
tibilidad l6gica no se considera más que la relaci6n por
la cual desborda el propio limite especifico del pensa­
la cual los predicadOS de una cosa 1 sus consecuencias
miento y obliga a discernir tales alcances cognosciti­ Be suprimen recíprocamente por la contradicci6n. ( ••• )
vos. As1 para asegurar la veracidad del propio conoci­
La incompatibilidad real reposa igualmente sobre la re­
miento racional, se hace absolutamente imprescindible
342 343
lación de dos predicados opuestos de Una misma cosa, P.l
ro difiere esencialmente de la oposición 16gica. Lo qUe As!, aun cuando la recurroacia empírica es impre4
sin embargo respeoto de la posibilidad de ofr~
es afirmado por un predicado no es negado por el otro,
¡'..arte" explicación del fundamento originario de la
pues esto es imposible, al contrario, los predicadoa A
cognosoitiva de la matemática DO basta por
y B son ambos afirmativos, pero como las consecuenciaa
t que es ~ustamente lo que trab6 el "fisiologema
de cada uno tomndae en particular serian a y b, ni uno
t ya Que requiere la coa~vaoión del propio
ni otro pueden coexistir en un sujeto, de suerte que la
consecuencia es cero." (7) cognoscente sin cuya participaci6n todo quedaria
1 velado tr&s el escepticismo humeano como base
Es, pues, desde este punto de vista desde donde de la realidad cognosoitiva oompletamente es-
hay qUe atisbar la especificidad del planteamiento fi~ en su oerteza.
s6Eico-metodológiCo kantiano, en el sentido de advertir
el "giro copernicano" que su reflexión desarrollada y Evidentemente pnra poder ofrecer testimonio fid~
que vivifica su pensamiento, ya que la raoionalidad co­ lo anteriormente expuesto, es claro, entonces,
mo tal no puede articularse ni concebirse de ninguna o­ propia constitutividad cognoscitiva debe articu­
tra manera m&s que como sujeta a l!mites, limites qUe lDdispenseblemente en fUnoi6n de tener en cuenta
por su parte no hecen más que indicar claramente la 1m­ actividad inherente al sujeto oognoscente, sin
posibilidad de traspasar el alcance meramemente lntele~ eoncurso no podría eliminarse la contradicoi6n an­
tivo bajo el que tiene que desenvolverse todo conocimie~
~a que. KNo hay duda de que todo nuestro

to humano para evitar que el encruio de la razón que se li11M11Dliento comienza eón la experiencia. Pues ¿por d6n
eSConde en el mecanismo lógico presupuesto en la meta­ • despertarse la facultad de conocer, para su
morfosis del raciocinio puro no desvirtue la eficacia -.01010, como DO fuera por medio de objetos que hieren
~ro8 sentidos 1 ora provocan por si miemos represen
cognoscitiva que debe ser propia de la ciencia en tanto
tal. , ora ponen en movimiento nuestra capacidad in­
~1 para compararlos, enlazarlos. o separarlos ~
No es posible asentar la cobertura cientílica b~
a8!, con la materia bruta de la8 impresiones
jo ninguna base especUlatiV~t ya que con ello no se ha­
1D81nles, un conocimiento de los ob~etos llamado exp&­
ce m&s que incurrir en contradicci6n y desde tal pers­
Segtin el tiempo, pues, ningún conocimiento Pr.!
peotiva se torna indispensable concluir no sólo que el
nosotros a la experiencia 1 todo conocimiento
fundamento do certeza que construye el edilicio de la

"ratio mathematice", sino edem&s esta misma, en tanto

conocimiento olaro y evidente, dispone de una esfera de Mls si bien todo nuestro conocimiento comienza
incidencia Cognoscitiva que al invalidar todo especula­ 1. experiencia, no por eso originase todo él EN la
tivismo obliga de suyo a adecuarse expresamente a la ~encia. Pues bien podría ser que nuestro conoci­

misma, en tanto tal certeza, que desde luego no so pue­ de experiencia tuere compuesto -adviértaso bien
de derivar inmediatamente de 109 sentidos como qUisie­ significado de les palabras- de lo que reoibimos por
ron hacerlo los empiristas. de impresiones 1 de lo que nuestra propia lacul­
de conocer (con ocasi6n tan s610 de las impresiones
~bles) proporciona por sl misma, sin que distinga­
aquella materia fundamental hasta
34,1
34a
que un largo ejercicio nos ha hecho atentos a ello y h!
biles en eeparar ambas oosae." (8) inherente al conocimiento matem&tico encuentra

exPlicaoi6n para su certeza y objetividad cogno,!

De este modo, operando con la posible inteligiu! En tunci6n de la representaci6n "intuitiva",

lidad de 10 empírico que es justamente 10 que convierto :,¡


adecuar perfeotamente y sin ries~o de error ~

a la experiencia en un mareo cognoGcitivo 9Xpreseie ve!: la Lorma de la susodicho ropresentaci6n intuitiva

bis, es como se hnC0 posible, al menos en principio, a­ la torma intuida del objeto reprQsentado que, sub­
hordar y plantear la cuesti6n transicional entre 10 ___idas bajo la representaci6n conceptual pertinente,
cuantitattvo y lo cualitativo en Locke, de .torma que dibuja. .1tida 1 claramente la antedicha certeza a

pueda resolv~rsela de alguna manera. Ello implica por


base, por cuyo intermedio se nos.bace, entonces, P2

un lado, la posibilidad de dar plena cuenta del asiento predicar, con absoluta coberemcia la universali­

relativo al fundamento propio de la "ratio mathematice", da tal objetividad. Inevitablemente, se dispone as!

como conocimiento que se encarna tambi6n en la misma


la garantla de su cognoscibilldad apri6rica, que os

actividad del sujeto cognoscente, del mismo modo que


lo que habia de preservar a todo riesgo,

determina la inomisible condici6n de colocar en tal a~


hereDoia preciada del .Barroco, tal cual se nos s~

tividad subjetivamente cognoscitiva la espeoltica cog.


seguidamente. "Cierto es que la experiencia nos

noocibilidad de la "ratio ideale" como expresi6n eupr.!


r"áD••fta que algo est& constituido de oste u otro modo,
ma y acabada de la actividad intelocti'!a propiamente

no que ello no pueda ser de otra manera. As!, pues,

dicha. En consecuencia, la base de todo conocimiento

lfieefOl si se encuentra una proposici6n que sea pens~

trascendente, metatísico por ende, queda, prima Lacie,


, al mismo tiempo con 8U necesidad, es entonces, un

expuesta ante eu propia e irreversible ambigUedad, con


:U1cio A prio;i t ei sdem's no estA derivada do ninguna

10 qu~ comienza a intentar resolverse la problem4tica


Ot~ que no sea a su vez valodera como proposici6n ne­
planteada por Descartes desde una 6ptica de activaci6n

ee entonoes absolut8lllente !nptii0ti. Segundo.


nueva respeoto de las condiciones meto¿016gicas senta­
experienCia no da jamAs a SUB ~uicios universalidad

das por la rerlex16n newtoniana-lockeana. "La matemát!


~dere o estricta, sino s6lo admitida y comparativa

ca evoluciona sobre el terrano de lo sensible donde la

(por lnducci6n), de tal modo que se debe decir. en 10

raz6n tiene la posibilidad de CODstl~ir sus conceptos,

<.tus hasta ahora bemOB percibido no se encuentra excep­


es decir, prenelltarlos .! priori en la intuiei6n y asI
'i 0160 alguna o esta o aquella regle. Asl pues, si un
cooocer .! J2:r:iori los Objetos, la .tUoso.rla en revancha • ~uicl0 es pensado con estricta universalidad, de suer­
emprende a extender el conocimiento de la raz6n por
!te que DO Be permita como posible ninguna excepci6n,
simples conceptos, en un dominio donde, a ditorencia
"antonces no es· derivado de la experiencia, sino abeol.!!.
de la procedente, eo imposible colocar sus objetos an­
;.tamente !. priori. ( ... ) Necesidades y Universalidad e,!
te sI, rlotando, por el contrario, como si estuvieran
trictu 80n pues señales seguras de un conocimiento .!

suspendidos en el sire••• " (9)


RE10ri y estan inseparablemente unidas. ( ••• ) Es L&cil

Oircunscritos al marco exnminado 10 que, en Pri mostrar ahora que* realmente en el conocimiento hu­

mano juicios necesarios y universales, en el más estris

mer lugar, nos sale rortuitamente al paso no ce otra


COSa que el hecho de Que la contextura no 5610 de .run~ to sentido, juicios por tanto puros a ori0ri. Si ee

- ...:.=-=
mento originario, sino, también, ~c aplicabilidad pre­ quiere un ejemplo sacado de las ciencias, no bay m&s

que rijarse en todas las proposiciones matemáticas. (10)

ft
3!í:'-:)
347
Ea indudable, por lo tanto, que la contextura del
pensamiento kantiano se situa radical y enteramente en 10okeana-leibn1ziana, en cuanto que facilita
torno a la objetividad Cognoscitiva gue, por lo menos i_ comprensi6n de la problem6tica actividad receptiva
nicialmente~ prop~rciona el conocimionto matemático, en al mismo sujeto cognoscente, aunque ello no
un intento de ofrecer soluci6n clara al probloma de su tenga validez m!s que desde una 6ptica puramente te6­
fundamento, en cuanto éste no puede ser explicado más , como racionalidad elaborada de la actividad in­
gue en funci6n del recurso explícito al plano "sintético iva, que os precisamente lo que permite determ!
a priori". El recurrir al marco "analftico" no conlleva_ 81 car6cter trascendental del pensamiento kantia­
rfa más que contradicciones irresolubles, al modo como "Llamo trascendental toco 60nocimiento que se oc~
ya se ha indicado por la separaci6n de las esferas, aun ita en general no tanto de ob3etos como de nuestro mo­
cuando, obviamonte, también la Física dispone~ en lo gue .o de conocerlos, en cuanto bste debe ser posible a
respecta al plano te6rico de conocimiento, de Uns objet! I!riorl .." (12)
vidad cognoscitiva indiscutible, tal como nos lo señala aLa lilo8211, trascendental es la idea de una
el mismo Kant, ya que para ambos, Con diferencias que no 01ancia para la cual la critica de la raz6n pura debe
afectan a lo sustancial, se puede predicar necesidad y ;,o.que3ar todo el plano de un modo arquitect6nico, es
universalidad estrictasl "k! matem'tica Z ~ fisica son
4ecir, por principios, con garant!a completa de la in
los dos conocimiontos te6ricos de la raz6n que deben de­ tegridad 7 certeza de todas las partes que constituyen
terminar sus objetos ~ priori, la primera con entera pu­ ... edil1cio. Ella es el sistema de todos los princi­
reza, la segunda Con pureza al menos parcial, pero ento~
pl08 de la raz6n pura.. - (13)
ces según la medida de otras fuentes cognoscitivas que
las de la rnz6n." (11) De esta manera puede apreciarse que la contex­
tura del pensamiento metodo16g1co kantiano da plena
No es difícil advertir c6mo a partir de semejantes respuesta al problema cognoscitiVO con el que se tro­
postulados comienza a adquirir aut6ntico sentido el fun­
pi.za 7 cuya clave hay que colocarla en el eje de la
damento "trascendental" con el Cual erige el propio fil~ pollmica cartesiano-newtoniaos, en funci6n de la cual
sofo de K8enisgberg su sistema metodo16gico cognoscitivo.
e. percibe la necesidad de otorgar auténtico rundamen
El eje gravitatorio de este sistema hay que colocarlo 82

bre el marco re~erencial estrictamente jUdicativo gue i~

_o oognoscitivo para la matem&tica propiamente dicha


~, ademAs, poner de relievo los limites cognoscitivos
valida toda metamorfosis para el raoiocinio puro, colo­

"1gnables a la "ratio ideale" en tanto condici6n de


cando frontalmente, de esta manera, la cuesti6n de la o~

atirmaci6n 1 consolidaci6n de la misma objetividad


jetiVidad cognoscitiva y una vez rechazado el plano mer~

COgnoscitiva inmanente a la misma "ratio mathematice",


mente "analítico~, sobre la base "sint6tico a priori" s~

lo así se puede dar cuenta de modo pleno del carácter La construcci6n limitativa de la actividad ~
"repreaontativo" de todo conocimiento, cuya validez ex­ ciooel ~o puode doterminarse m6e que a condici6n de
presa queda salvaguardada en funci6n del inexorable re­ resolver aquella p016mica, al menos ofreciendo una
Curso empírico que suministra la base demostrativa pro­ perspectiva sistem&tica de incardinaci6n de los ele­
pia para toda veracidad dol mismo, gue aparece así clar~ -entos que esten a su base, la cual, desde luego. ti~
monte avalada. So atisba aquí la solución kantiana a la ne que gravitar embivalentemoote. por lo que la situa
oi6n de afirmar un fundamento ooto16gico de cooocimie~
348
:349
to se presenta, si no radicalmente negada, si al menos
..clsi~b de los pl$nos cognoscitivos en cuanto que s610
problemáticamente asentada. Todo ello, evidentemente,
..1 se asegura práscriptivamente aquella aludida certa­
no se acuerda con la presunoi6n de objetividad inhere~
sa. 18 que de otro modo, esto es, si tal certeza se ll~
to al bntologismo linealmente racional, ya que la dia~
lecticidad hegeliana aún no ha hecho su apariCión, por
vara a la esfera prActica, a la esCera o plano relativa
• los actos humanos, no resultaria de ello más que el
lo que hay que recoger con fidelidod el testimonio de
hecho ambivalente de que o bien 109 actos bumanos as­
las palabras kantianas con las que roconoce que. .EBt~
rian 8ubsumibles bajo tal certeza, lo que de suyo es
ria muy arectado Creyendo que el trabajo de algunas bg
ras seria susceptible de trastornar a Un coloso que o­
culta su cabeza en las nubes de la antigUedad y C~08
pies son de arcilla." (l~)
t...
oODtradictorio puesto que habría que comprender tal ceE
como ora meramente formal ora imposible de subsu­
air 8n cuanto que los actos humanos trascienden en su
desarrollo tal tormalidad, o bien tal imposibilidad de
Se pone de relieve as! la imposibilidad de man­ aubsunoi6n deber!. revelar la conflictividad que nos
tener una objetividad cognoscitiva asentada sobre la .uestra el pensamiento fi16sofico práotico kantiano, ~
simple metamorfosis del raciocinio puro, tal como la 111 donde la interpenetraci6n entre moralidad y juridi­
silogistica aristot'lica lo babía determinado, por lo oidad deja indeterminado el problema ético.
que, consecuentemente, se exige una comprehensi6n de
la actividad racional sometida a limites especificos.
IDeste sentido, por tanto, partiendo del heoho
de que para el conocimiento matem&tico la certeza que
los cuales, naturalmente, exigen por al su sujeci6n
DO puede darse mla que formalmente en la medida en que
simplemente jUdicativa, rechazando la realidad etect!

1. propia forma constituye la materia misma de tal cong


Va para toda actividad puramente con elusiva. La es­

cimiento, por as! decirlo, ee cloro, entonces, que toda


tructura total de la objetividad cognoscitiva no se

traelación de tal especifica certeza no puede llevarse


puede presentar más que escindida en dos planos, el

puro o te6rico 1 el propiamente pr!ctico, puesto que

mla que con grandes reservas a otros planos cognosciti­


vo. ~ bajo tal perspectiva es pertectamente evidente
s6lo as! se puede evitar incurrir en el error humea­

que la raoionalidad que h81 que presuponer para el pla­


no, de que al advertir la imposibilidad de alcanzar

plena objetiVidad para la actividad rocioDal sobre no práctiCO, como determinaci6n intelectiva apri6rica
de la conducta humana contrasta radicalmente con el li­
el propio acto humano conduce su examen a lo dubita­
ci6n de la certeza matern&tica, el cual, segGn el pl~ mite judicativo inherente a la determinaci6n intelecti­
teamiento kantiano, tiene, entonces, una vez que se va del plano puro, aun cuando sea precisamente en este
ha visto la ineludible tundaci6n de la certeza matern! coutraite donde haya que buscar su punto de inílexi6n.
tica, que consolidarse en tunci6n de una actividad r;! de oonexi6D, que es lo que dramatiza a la reílexi6n k~
cional limitada que, naturalmente, irradiaria asimis­ tiana por su esci8i6n entre fen6meno 1 no~meoo. como
veremos en el apartado siguiente.
mo al plano práctico, por lo Que la moralidad se ver~~
sometida a un relativismo absolutamente incompatible _ Es indudable que la estructura cognoscitiva kan­
consigo misma segÓn Kant. De esta torma, pues, se po­ tiana presenta una sistem&tica cerrada, desde donde pu~
ne olaramente de manifiesto que para poder preservar de atisbarse su negac16n a adoptar la toma de posici6n
la certezn descubierta es necesario operar con una derivada de la imposibilidad de asentar la idea pura en
BU absolutez positiva, para lo cual se reserva la esfera
"'-0
JJ
351
pr6ctica, a diferencia de la esfera te6rica donde 01 ~
nos no se postula la posibilidad de tal acceso a la ra~ que s610 as! se puede preservar para II marco em
cionalidad pura de modo indudable, que es por donde Kant una verdadera elicacia de conocimiento, 10 pro­
reco~o la herencia de toda la problemática filos6fica emp1riCo es igualmente indeterminüdo como con­
de la mencionada pol~mica. La lntervencióm kantiana es que necesita plenificarse y auto-comprenderse co­
absolutamente decisiva en la conformación de la mental! tal, por lo que, naturalmente, se requiere, por su
dad moderna, a posar de todas las contradicciones que UD marco relerencial que no sea la misma emplri­
puedan hallarse en su contextura cOgitativa, ya que el 1 que no puede ser mAs que 01 sujeto cognoscente,
intento de determinar objetividad cognoscitiva para el ... que se ha rechazado toda elicacia especulati.a
plano te6rico enfunci6n de relativizar el pOder conclB el conooimiento racional. El sujeto cognoscente s~
sivo'lnherente 01 conocimiento l6gico, de acuerdo Con disponga de la posibilidad de articular ou pr2
la limitación jUdicativa, y el esfuerzo de racionalizar ob~etivida~ cognoscitiva operando. siempre, con la

conclusivamente la actividad cognoscitiva p~ctica. im­ ~cia empírica que es precisamente la base sobre
;lica una coordinación explicita que, no obstante, no .e asienta el edilicio de la lilo~olía trascen­
deja de mostrar t'isuras bien claras. 'ral distinción de coostruido sobre 01 principio "si~t6tioo a pri2
planos no se puede sustentar sino en función de un for­ Ooao garantía que nos evita la "evidentia rugax" que
zamiento expreso de la bose unitaria, la Cual, por su a todo planteamiento meramente especulativo y,
parte, necesita constatarse nítidamente, aun CUando su ademAs, nos resguarda de toda Meta1'ísica 00 tundada.
comprobación se esconde en las sutiles brumas de post~
Desde este punto de vista todo conocimiento pro­
lados racionales para los cuales no existe la demostra_ "11>,'
ileaeote dioho tiene que presentarse ineludiblemente b~
ción euclidea, ya que oscilan pendularmente desde cla­
la seftal de l~'estrictamente "representativo" como
ros presupuestos estrictamente lógit::-os, que es 10 que
va a ocuparnos seguidamonte. 1 exclusiva oondici6n de validez de la relerencia
,
1"1"
t6la1oa advertida, el mismo Kant nos lo advierte aS!1
1"1

II.l.2.- RAZON TEORICA y RAZON PRACTICA. la metafísioa se puede hacer un ensayo semejante.
for lo que se reliero a la intuici6n de los objetos. Si
1. intuic16n tuviera que regirse por la constituci6n de
Cuando en l78i se publica la primera edición de
la Critica do la Raz6n pura de Kant, la rría acogida
10. objetos, no comprendo c6mo se pueda .a priori saber
que le dispensa el público lector no deja entrever de
aleo de ella. ¿Rígese empero el objeto (como objeto de
loa sentidos) por la constituci6n de nuestra racultad
modo claro el car6cter revolucionario que caracteriza_
de iotuici6n? entonces puedo muy bien representarme esa
ba a la obra y que se reflejaba en el "giro copernica_
poaibilidad. Pero Como no puedo permanecer atenido a
no" que se it;trodujo dentro de los esquemas de pensa­
teas intuiciones, si han de llegar a ser conocimientos,
miento. al transformar':radicalmente la orientación ge­
aloo que tengo que referirlas, como represe~taciones. a
neral por las que discurría toda la reflexi6n teórica
la base realista del pensamiento sufre con esta obra
algo oomo objeto, y determinar 6ste mediante aquellas,
PUedo por tantol o bien admitir que 10B conceptos, me­
su primer ataque, al ponerse de manifiesto que el fun­
diante los cuales llevo a cabo esa determinación, se ri
damento cognoscitivo humano adquiere aut6ntico sentido
B8D tambi6n por 01 objeto y ontonceu caigo de nuevo en
a partir de la propia actividad auto-intelectiva. y en
la misma perp&ejidad sobre el modo como pueda saber ~
·352 353
i!riori aleo de 61. o bien admitir que los otjatos o, 10 con los objetoe que, sin embargo, no son ~~oducidos
que es lo mismo, la expari9ncia, en donde tan só~o Son ellas?, y, en fin, en lo que concierne a los nxiomaQ
ellos (como objetos dados) conocidos, se rige por esos la raz6n pura que se refieren a eatos Objetos, ¿de
conceptos y entonces veo enseguida una explicación fá­ proviene que coincidan con 'stos oín que tal coi~
cil, porque la experiencia misma es un modo de cono­ cidenoia deba apoyarse en la experioncia? En materoáti­
cimiento que exige entendimiento, cQya re~~a debo supo­ esto puede comprenderse porque los objetos son para
ner en mi, aun antes de que me sean dados objetos, por magnitudes y no pueden ser reprosentados mAs
lo tanto, ~ priori, regla que se expresa en conceptos porque podemos producir su representaci6n, añadiell­
~ priori, por los que tienen que regirse necesariamente la unidad a si misma. Esta 9d la razón por la que los
todos los objetos de la experiencia y con los que tie­ ~ceptos de magnitudes pueden ser ospontáneos y sus
nen que concordar." (15)
pueden aer establecidos ~ priori. Pero bajo
A partir de semejantes presupuestos Kant proyec­ relaci6n de las cualidades, ¿cómo mi entendimiento
ta la orientaci6n de su pensamiento filos6fico-metodol~ tpuede formarse ~l mismo enteramente ~ eri2ri conceptos
gieo, dando plena cuenta no s6lo de la "evidentia rugax" de la8 oosas, con las que deben necosnriam&nto ooinci­
que caracteriza a todo conocimiento especulativo. y ad~ 'dlr1. ¿cómo puede establecer respecto a su posibilidad
~ncipioe renles, con los que la experiencia debo fiel
m&s, resolviendo la cuestión central desde la cual se
construye su edificio del conocimiento trascendental, ooincidir, y que, sin embargo, no dependen de e­
anquilosado por consideraciones meramente negativas re! , es 'sta una cuesti6n que implica siempro una os­
pecto da la esfera especulativa como puede verse en el euridad relativa para nuestro entondimiento como facul­
pasaje famoso de su carta a Marcus Herz. en la cual de­ tad, que no consiste en saber m&s que de dónda proviene
sarrolla las condiciones generales que desde el "vitium .eta coincidenoia con las cosas mismas. ( •••••• ) Pero
sUbreptionis Metaphysicum" de la DISSERTATIO de 1770 en la determinaci6n del ori~en y del valor de nuestro
(16) lleva hasta el planteamiento anteriormente reseña­ conocimiento, la via más absurda que se pueda escoger
do, "En la Dissertatio me habia contentado con expresar consiste en recurrir al Daua !5 machina que, además,
la naturaleza de las representaciones intelectuales de del circulo engañoso que introduce eo el encadenamiento
una manera simplemente negativa diciendo que no eran 16g1co de nuestros conocimientos, poseo, asimismo, de
precisamente modiricaciones del alma producidas por el per3udicial el apoyo que presta a toda ficci6n o a qui­
objeto. Pero habia pasndo sin decir nada respecto de la piadosas y fant~Bticas." (17)
cuestión de sober como era posible unü representación Oon bastante facilidad puede aúyertirse aqul la

que se relaciona con un objeto sin ser de ningún modo explicita conciencia que Kant tenia de la problemática

afectada por él. Habia dicho: las representacionos sen* .obre la que se construía su sistema filos6tico-tras­

sibles representan las cosas tal como aparecen, las re­ ••ndental y c6mo se circunscribe aquí la cuestión cog­

presentaciones intelectuales tal como son. Pero ¿cómo


noscitiva relativa a la objetividad cognoscitiva del

estas Cosas nos son dadao si~o lo son siguiondo el mo­


Barrooo, esto es, del si~lo XVII, tnl como lo. hemos

do seG4n el cual nos afectan?, y si tales representa­ puesto d,e reliove en In prir;¡ora parte de este trabajo.

cioneo intelectuales reposan sobre nuestra actividad i~


terna. ¿de d6r.1e proviene la coincidencia quo deben te­
354 355
Evidentemente, la problemática en torno a la se­ ~n concepto es representar ~ priori la intuici6n que le
paraci6n de esreras en el sujeto cognoscente no podia
oorresponde. La construcci6n de un concepto exige, pues,
mantenerse ya sin el riesgo de incurrir en el mismo es­
intuici6n ~ empirica, que por conseouencia, en cu~
cepticismo radical humeano, por lo que la necesidad de
to intuici6n sea un objeto ginGHlnr, pero que sin emb~
interpretar la cognoscibilidad inhorente a la "ratio
go, como construcci6n de un concepto (de una represent~
ideale" hacíase indispensable, para, a su vez, dar ple­
~ei6n general) debe expresar en la representaoi6n alGUna
na respuesta a la .fundamentaci6n de la "ratio mathemat!
oose universal que se aplica a todas las intuiciones PQ
ce" cada Vez más Oscurecida a trnv&s de semejantes du­
.aiblee, perteneciendo a este concepto. ( ••• ) El oonoci­
das, hasta llegar incluso a negar su certeza como tal.
miento fil086fico considera solamente lo partiCUlar en
Desde tal perspectiva, pues, la constitución del princ!
10 general, y el conocimiento matemático lo general en
pio "sint&tico a priori" kantiano viene a resolver o,
10 particular y en lo general, pero ~ yriori y por me­
cuando menos, a dar buona cuenta de la problemátioa an­
dio de la raz6n, de tal suerte que lo mismo que lo sin­
tecedente, en tanto que en .funci6n de la representati~
BUlar está determinado bajo cier"tas condiciones genera­
dad que irradia a todo potencial cognoscitivo implica
les de la conatrucci6n, lo mismo el objeto del concepto
la articulaci6n del mismo conocimiento de conrormidad
al qUe 'ste singular no corresponde más que como esque­
con tales presupuestos, garantizando así, al menos por
ma, debe ser ooncebido como universalmente determinado.
lo que respecto a la matemática, una esrera de objetiv!
( ••• ) Loa que creen distinguir la tilosoria de la mate­
dad nota y l!epia, aunque para ello sea nedesario proc,!
m6ticat diciendo que la primera no tiene por objeto más
dar a estableoer los límites explicitos entre los cua­
que la cualidar. y la segunda la cantidad, han tomado el
les debe discurrir todo conocimiento racional que no
ereoto por la causa. La torma del conocimiento matem&b!
puede ya recurrir al fundamento de la metamorfosis del
00 ee la CaUsa que hace que este conocimiento pueda re­
raciocinio puro y debe circunscribirse al plano de la
ferirse 6.nicamente a dos cantidades o magnitudes. ¡qo
intelecci6n como conditio de objetividad cognoscitiva
expressis verbis. b~f en efecto, más que el s6lo oonoepto de magnitud
que se pueda construir, es decir, representar ~ priori
Semejante planteamiento basado en la actividad
en la intuici6n, las causalidados no se dejan, al con­
representativa intelectiva-intuitiva, obliga de suyo a
trario, l"Opresentar m6s que en la intuición empírica.
reconsiderar la propia unidad cognoscente, de torma que
Un conocimiento racional de estas cualidades no es pa­
no se pueda ya dirimir direrencia radical en sus deter­
sible m6s que por conceptos. Así n~die sabrá sacar eñs
minaciones COBnoscitivas, pues, cuando menos, se esta­
que de la experiencia una intuici6n correspondiente al
blece una tunción tranSitivo-eXplicativa de la c&nesis
concepto de la realidad, y no so puede llegar ~ priori
cognoscitiva unitaria que, inicialmente, resuelve, por
en si mismo y anteriormente a la construcci6n empirica
lo que respecta prinCipalmente al plano teórico de conQ
de esta intuici6n. Podrá hacerse de la forma cónica un
cimiento, la dualidad, bien positivamente concebida, o objeto de intuici6n sin ninguna ayuda empiricn, simpl~
bien marginalmante y negativamente, que invade a la re­ mente según 01 concepto, pero el color de este cono d,!
rlexi6n del siglo XVII y que se nos refleja as!: "El cQ biera ser dado antes. en una eXperienoia o en otro cono.
nocimiento tilosotico es 01 conocimiento racional por ( ••• ) (la rilosorla) ••• tiende siempre a conceptos ge­
dbnceptos, y el ~onocimiento mgtemñti~ es Un conocimien nerales, (la matemática) ••• nada pucelo haoer oon el
to racional yor ~on8trucci6n de conceptos. Pero construiD simple ooncepto, pero so apresura a recurrir a la intu!
356 357

,
olaramente dibujada la limitación cognoscitiva de

ción, dondo considera el concepto !g concreto, no sin


racionalidad, en al sentido de QUo no se hace po­

embar60, emplricamente, sino simplemente en una intui_


sobrepasar tales limites a excepción de correr

ci6n que me he rapresentDdo ~ priori, es decir, que ha v


riesgo de no asegurar sU propia e inherente objeti 1

construido y en la cual resulta de las condiciones ge­


COgnoscitiva, de modo que, como obligada consecuen

nerales de la construcción que debe aplicarse 1;aobién


1at haya que circunscribirse al plano propio del mar­
'.
"~
de una manera general al objoto del concepto construi_
fenom4ni co t para el cual se puede pretender detera!
do." (lB)
una certeza co~oscitiva Que se esfuma como las n~
Desde tal perspectiva es obvio que el rumbo del en cuanto ee rebasa tal plano, incurriendo asi en
planteamiento filosórico-metodológico kantiano ha ad­ esfere noum6nica. Lae condicionas epistémicas no
quirido ya plena conciencia de las modificaciones cog­ ten, en modo alguno, sobrepasar tal realidad cog­
noscitivas que introduce, transformando as! la base ~o8c1tiva, al modo como nos lo dibuja el propio Kant en
constitutiva del pensamiento barroco, al poner de re­ pasaje que no SU fama deja de tener permanente int~
lieve la conexión expliCita de objetividad cognosciti­ e in~ortancia, "Nuestro conocimiento se origina en

va asignable a la "ratio ideale", y limitando espec!f! 40s ruentes fundamentales del ospiritu: la primera es

camente sus presunc~ones cognoscitivas al sujetar las la facultad de recibir representaciones (la receptivi­

mismas al plano propiamente representativo inteleotiv2 de las impresiones), la segunda es la facultad de

intuitivo. t-1ediante dicho plano, ee puede dar tundat''l conocer un objeto mediante esas represontaciones, por

explicaci6n del fundamento del conocimiento matem&tico la primera noS es dado un objeto, por la segunda es &~

que la base ";'lDal!tica" leibniziana babia dejado en t. ~ensadQ en la relaci6n con aquella representaci6n

suspenso, como consecuencia del entrelazamiento de 106 (como mers determinación del esp!ritu). Intuici6n y con

presupuestos racionoles-intelectivos en el plano intu1 oepto constituyen, pues, loe elementos de todo nuestro

tivo y cuyo resultado, pues, no fue mAs que la adver­ conocimientot de tal modo que ni conceptos sin intui­

tencia de ln problematicidad relacional entre ambos ci6n. que de alguna manera le corresponda. ni intuici6n

planos. sin conceptos, pueden dar un conocimiento. ( ••• ) Llom~

remos sensibilidad a la !!~eptividad de nuestro espir!

Ahora bien, partiendo de talos condiciones cog­ tu para recibir representaciones, en cuanto 6ste es a­

nosoitivas, lo que, en primer lugar, resalta del nnál! lectado de alguna manera, llamaremos en c~bio entend!

sis kantiano, DO es otra cosa sino el hecho de que la .iento a la facultad de producir nosotros mismos repr~

representatividad, como marco de deoenvolvimiento cog­ sentaciones, o a la espontaneidad del convcimiento.

noscitivo intogrado por la actividad intelectiva e in­ Nuestra naturaleza lleva consigo que la intuici6n no

tuitiva, debe, a su vez, configurarse en su génesis e~ pueda nunca ser más que sensible, es decir, que encie­

pistemológica, as! que s6lo por el concurso de tales rre s610 el modo cómo somos afectados por objetoS. En

facultades cognoscitivas se haga posible la concioncia ar


cambio es el entendimiento la facultad de pons el oS

de tal actividad répresentativa para el marco general jeto de la intuici6n sensible. Ninguna de estas propi~

cognoscitivo stricto sensu, a trav&s de cuyo filtro se dades ha de preforirse a la otra. Sin sensibilidad, nO

pueda dar buena cuenta de que toda construcci6n cogno~ nos seria dado objeto alguno, Y sin entendimiento, ni~

oitiva "arquetípica" no se puede sostener mAs que en guno seria pensado. Pensamientos sin contenido son va­
tunci6n de la misma base "ectipica". De tal forma apa­
358 359
nos, intuiciones sin conceptos son ciegas. Por eso es le son tan necesarias como las categorias al
tan necesario hacerse sensibles los conceptos (es decir, o con esta diferencia, no obstante I que en

añedirles el objeto en la intuici6n) como hacerse com~ estas 61timas conduoen a la verdad, es decir, a

prensibles les intuiciones (es decir, traerles bajo cOn 1:,


ceptos)." (19) _ adecuaoi6n de nuC8tro concepto con el objeto, las

no producen más qua una simple, pero inevita­

apariencia de la que apenas se puede descartar la

La estructuraci6n de la objetividad cognosCitiva


debe quedar inscrita en tal esfera, ya que s610 88! se 1lus16n sino por medio de la más aguda critica." (20)

puede evitar la "evidentia fugax" que invade por compl~ De este modo la activid.ad cognoscitiva racional
to a todo conocimiento especulativamente concebido, e~ ~~18a de una clarilicaci6n eXplicita de la objetivi­

su afán por transcender las barreras mismas de lo rep~ que se le pueda asignar, desde un punto de vista,

sentativo y, qUe condUce inexorablemente a la "perplex.! ralmente, epist6mico, ya que su nogaci¿n no condu­

tas mentia" en la qUe se encuentra toda actividad c0S"­ obviamente, más que a presuponerla sotto voce, por

noacitiva. Be G~~funden así las esleras del conocimien_ que, en consecuencia, la susodicha actividad racio­

to y del pensamiento, sin advertir la especifica dife­ I entonces, a niveles cOg'lloscit'ivos, indudablemente,

rencia do objetiVidad, que s610 se garantiza en tanto que concebirla co~o incardinada en su carácter de

en Cuanto se atiende a las condiciones anteriormente s~ '1nrlnitud, -tal como señala Ileidegger (21)-, a di:f'er0!l
ñalados, que de esta forma aValaD la prescripci6n de del carlcter finito en el Que debe acabar su obra

certeza a través de la correlaci6n epist6mica aludida la actividad propiamente especulativa. La elucid~

entro la actividad intelectivo-intuitiva.


de la misma actividad cognoscitiva racional tiene

~a limitación impuesta por la imposibilidad de


esta forma que filtrarse por la canalizaci6n siguie!l

I "La raz6n no se refiere directamente a un objeto,

superar tales barreras muestra el marco al cual debe

sujetarse tooa actividad propiamente espeCUlativa, ya


simplemente al entendimiento, y por medio de 'ste

que s6lo as.{ Se garantiza la veracidad cognOscitiva,


su propio uso empírico, la raz60 00 crea conceptos

sin que por ello haya, desde luego, que negar ninguna
ob3etivos, sino que se dirige a ordenarlos 7 a sumini~

actividad racional, aun cuando para asegurar su objet!


trarlea la unidad que pueden tener en su mayor exten­
vidad, ~sta, en tanto que conocimiento racional debe 8160 pOSible, es decir, pd' relaci6n a la totalidad de

evitar su proyecci6n especulativa que, de por si, no 188 aeries, totalidad que 00 peroibe el entendimiento,

termina m~s Que en un aut'ntico espejismo, tal como ,OCUPado solnmente en el encadenamiento por el cual las
nos lo subraya el propio Kant: "El ensayo de todas la~ !Ieries ~ condiciones son por todas partes constitui­
tentativas dial'cticas de la rat6n pura no solamente ,das segdn conceptos. ( ••• ) ••• La parte pertenociente
confirma••• que todos 1''>8 razonamientos que quieren ¿. la raz6n, o lo que ella quiere constituir, es lo !!&­
conducirnos más allá del csmpo de la experiencia posi­ temAtico del conocimiento, es deoir, su encadenamiento
ble Son equivocados y carecen de fUndamento, sino que 'en virtud de un principio. Esta unidad racional supone
nos orroca al mismo tiempo esta particularidadl que la aiempre Una ideal la de la forma de UD todo del conoc!
ras6n humana tiene una natural inclinaci6n a salir de miento que precede al conocimiento determinado de las
estos limites de la experioncia, que las ideas trasC9Q Partes y que contione las condiciones necesarias para
determinar ~ priori a cada parte su lugar y su relaci6n
con las dem&s•••
~ 3.6~
Pero la raz6n no sabrá concebir esta unidad si& principio de la racionalidad, mientrás que tal racion~
tomáticn ain dar al miomo tiempo a su idea un objeto
lidad se disuelve. te6ricamente, en la inteligibilidad
que no puede ser, sin embargo, proporcionado por ninga
de laa representaciones conceptuales apo~adas sobre la
na experiencia, pues, una experiencia no da Jamás un ~
aotividad de la Sensibilidad apist6mica.
jemplo de unidad sistemática peri'ecta..... (22)
Tenemoa, pues, de esta manera, dos planos bien
Tenemos así planteada la base i'undnmental oper~ delimitados, a sa~er. el primero, es aquel donde sub­
tiva de la Raz6n teórica como posible Razón cient{i'ica.
aiste contradioci6n entre los marcos tenom6nicos 7 no~
Ahora bion, ¿qu6 validez ~ alcance cognoscitivo pUeden
.6Dicos, oorrespondiente a la Raz6n te6r1ca, mientrás
otorgárseles? Esta es precisamente la cuestión central
que. por el contrario, el segundo. afianzado sobre la
sobre la que pendUla dicot6micamente la reflexión ril~
perspeotiva de racionalidad inherente al causalismo.
s6i'ico-metodo16Bica kantiana. Se hace posible as! fun­
niega tal contradioc16n en tanto en cuanto que la sub­
damentar no s610 la Matemática, as! como tambi&o la Pi
.um8 en lo meramente puro-oesotivo, en i'unci6n de la
sica, una vez que se ha despojado a 'sta de toda tras­
imperiosa necesidad de aalvaguerdar la absoluta ident!
cendencia ~ se la observa bajo una óptica estrictamen_
dad del sujeto intelectivo ~ voluntario, para acceder
te cognoscitiva, cient!i'ica por ende, es decir, regul~
• 10 puro-positivo, de oonformidad con la unidad supr.!,
da según las condiciones cognoScitivas trazadas para
. . de conocimiento racional, presupuesta por la ident!
el plano te6rico de conocimiento. Sin embargo, someja~
dad del binomio anteriormente trazado. Se adivina as!
te Razón teórica no puede abarcar, pese a las determi_
la plenitud racional con la que hacer trente expl!cit~
naciones nuevas ~ precisamente por ello. el conocimiea
.ente al ·vac!o" que subsistir!a en caso contrario, en
to propio en torno a la misma realidad humana, el cual
tanto 8e determinara la valides absoluta del plano te2
se di1'umina en su multitormidad en la perspectiva de Una
rioo de conocimiento para toda cognoscibilidad, lo cual,
racionalidad moral pura, i'ormalmente asentada, como no
no obstante, no de3aría de entrañar la problemática de
pod1a Ser de otro modo, basándose eKpl{citamente en las
su clariticaci6n, aun cuando, desde luego, 'sta seria
posibles pretenoioDes de la racionalidad descubierta.
tan oompleja al modo como ee presenta la estructura d!
La racionalidad si bien no puede presumir de alcnnce
visionaria subsistente en el seno del sujeto cognos­
Puro-positivo. si que dispone no obstante de un marco
cente escindido entre ambos planoa. La temporalizaci6D
puro-negativo. que es Justamente lo que abre el binomio

oon la que el plano te6rico pretende aprehender la un!


de Libertad ~ Voluntad, c~a i'undamentaci6n debe enco~

dad sub,racente del su3eto cognoscente contrasta radical


trarse articulada de coni'ormidad con la posibilidad de

7 visceralmente con la potencia racional que le otorga


adecuar una determinoci6n i'ormal que reUDa tales req l

u el plano práctico. Semejante contradicci6n consti_qye


sitos puros-negativos, requisitos que, por su propia d!
además, uno de los ejes claves de investigaci6n que abre
nárnica interna tendrán que tranSformarse en puroa-pos!
el pensamiento kantiano, el mismo Kant no ahorra esru~
tivos, tal cual lo manda la ei'icacia cognoscitiva inhS
BOS por poner de manifiesto tal radicalidad modal que
rente a la ley moral, c~o sujeto se Ve obliBado a to­
se presenta oontradictoriamente y que pueden atisbarse
mar determinaciones v&lidas üe{~n la eficiencia del
claramente en este pasaje kantiano que insertemos a
continuacl6n, en el cual puede advertiree todo lo que
hemos señalado aquí. " •••¿0u6l es ese tesoro que pens~
362
363

mos dejar a la posteridad con semejante metafisica, d~ • la rerlexi6n del gibebrino, en un intento de soluci~
purada por la critica, y por ella tambi~n reducida a
Dar racionalmente, lo que le' es aportado por su propio
un estado inmutable? En una pasajera inspecci6n de es­
anllisis de la dial&ctica trascendental, la escisi6n
ta obra, se creerá percibir que su utilidad no es más
bist6rica O enajenaci6n en la que Roussoou coloca al
que negativa, la de no atrevernos nunca, con la raz6n
sujeto cognoscente., esto es, en la dualidad volitiva
especulativa, a salir de los limites de la experiencia,
en que lo asienta. Precisamente por esto, Kant ee ve
y on realidad tal es su primera utilidad. Esta empero
obligado a distinguir antin6micamente entre los dos
se torna pronto en positiva, por cuanto se advierte que
planos oognoscitivos reseñados, en lo cual, desde lue­
esos prinCipios, con que la raz6n especulativa se atr~
go, a pesar del t6pieo, tiene erectiva incidencia el
ve a salir de sus limites, tienen por indeclinable co~
pietismo epeneriano en el cual Kant crece y desarrolla
secuencia, en realidad, no una ampliaci6n, sino, cons!
su vida y qUe le obliga. a guardar unas rormas para las
derándolos más de cerca, una ~educci6n de nuestro uso
ouales el pensamiento moderno estaba preparándose en
de raz6n, ya que ell08 realmente amenazan ampliar des­
abordar. El desdoblamiento al que se somete al sujeto
comedidamente los limites de la sensibilidad, a que
cognoscente no deja de presentarse como un problema,
perteneoen propiamente, y suprimir asi del todo el USO
cuya manirestaci6n más alt.~ puede ya entreverse bajo el
puro (práctico) de la Raz6n. Por e80 una critioa que
panorama de la coincidencia de racionalidad y r6 bus­
limita la sensibilidad, si bien en este sentido 8S ~
oada anbelantemente, para salvaguardar y evitar el
gativa, sin embargo, en realidad, como elimina de ese
"horror vacuis" que subsistiria en función de la exte~
modo al mismo tiempo un obst&CUlo que limita y basta
8i6n universal de la8 condiciones intolectivas a toda
amenaza aniquilar el uso puro prActico, resulta de Una
realidad cognoscitiva, al modo como posteriormente se
utilidad positiva, y mQy importante, tan pronto como
llevará a cabo, comenzando por la concepción rilos6r!
se adquire la convicci6n de que hay Un uso práctico a~
Ca tichtena. pese a la desautorizaci6n que Kant bará
solutamente necesario de la raz6n pura (el moral). en
del gran pensador alemán alumno suyo. Todo esto, en
el cual 6sta se amplia inevitablemente más allá de 108
BU generalidad nos lo expresa Kant, de la siguiente
limites de la sensibilidad." (23)
manera, NAs!, pues, no puedo admitir B!2!, la Libertad
La ya citada contraposici6n de planos Cognosci_
y la Inmortalidad para el uso práctico necesario de mi
tivos consti~e un avance de primera magnitud en el
raz6n, como no cercene al mismo tiempo a la raz6n esp~
desenvolvimiento de las condiciones intelectivas de la
culativa BU pretensi6n de conocimiento trascendentesw
realidad humana moderna, pues, -Como vimos en la prila~
Porque Asta, para llegar a tales conocimientos, tieno
ra parte-, tal distinci6n de esreras se presentaba pa­ que servirse de principios que no alcanzan en realidad
ra el siglo XVII solo sotto Voce, mientrás que aqui se m~s que a objetos de la experiencia posible, y por t~
presenta clara y nitidamente como una radical contrap~ to, cuando son aplicados, sin embargo, a lo que no pu~
8ici6n. y en esto, adem!¡) de constituir uno de los mé­ de ser objeto de la experiencia, lo transrorman real­
ritos mayores de la rerlexi6n rilos6rico-metodo16gico mente siempre en renómeno y declaran asl imposible to­
kantiana, se atisba en BU construcci6n la enorme inci­ da AMPLIACION PRACTICA de la raz6n pura. 'Xuve, pues,
dencia que el pensamiento kantiano ha recibido de Rou­ que anular el SABER, para preservar un sitio a la FE,
sseau, pues no en vano intenta el ri16soro de Kaenisg­ y el dogmatismo de la meteriaica, es decir, el preju!
berg resolver la tremenda contradicci6n que envuelve cio de que puede avanzarse en metafisica, sin critioa
3&5
364
mantener. de forma, pues, que resulte claro el desdobl~
de la raz6n pura. es la verdadera fuente de todo des­
miento sobre el que se asienta de suyo la realidad sub­
creimiento opuesto a la moralidad, qua siempre es muy
yaoente al propio sujeto cognoscente para observar asl
dogmAtico." (24)
le8 condiciones transformadoras desde las cualea se ba­
Puede advertirso, da entrada, que el trAnsito ce neoesario reconsiderar tal circunstancia cognosciti­
entre el plano te6rico y el plano prlotico, sobre la va como ~nloa 1 exolusiva coo410i60 de suvalldes cog­
problem&tica articillaci6n de 'ste (¡ltimo sobre la '\fa­ nosoitiva.
lidez universal del principio "sint6tico a priori" se
presenta complicada y difícilmente, pero. sin embargo,
ello contiene una específica funci6n transitiva que P2
drá observarse a medida que se avance en la lectura de
la exposici6n del pensamiento kantiano que proseguirl
agu!, como expresi6n proped6utica de las condiciones
generales que fundamentan la posibilidad de una "Raz6n
socio16gica". ~ la tercera parte de este trabajo se
buscaran sus bases operativas"n el mismo examen filo­
s6tico-metodo16gico realizado por Kant oomo 6nica al­
ternativa de explicaci6n fundada de las condiciones
cognoscitivas que orientan a nuestro pensamiento con­
tempor6neo. La importancia tundameotadora del pensamie~
to kantiano es, pues, 8s1 enteramente indiscutible y,
evidentemente, operando sobre semejante base vamo~•.
proceder a realizar un examen en profundidad de las
condiciones cognoscitivas a trav6s de lo cual debe ~
ticularse la propia retlexi6n.del fi16sofo de KHenisg
berg"

Desde este punto de vista procederemos en loa


capitulos sigu1ent~s a analizar las condiciones epist~
mo16g1c8s sobre las cualea asienta Kant el problema gn2
seol6gico stricto sensu desde una &ptica espec!tic8me~
te te6rica, para, posteriormente proceder, a su vez, a
examinar la concreta construcci6n que se otrece del pl~
no pr&ctico de conocimiento, poniendo as! de relieve
las consecuencias socio-politicas sobre las que se asie~
ta el pensamiento Kantiano en este plano. Obaervar pues,
además, las condiciones cognOSCitivas desde las cuales
hace operativo el fundamento conclusivo que pretende

I
L
366
367
OITAS DE LA SEGUNDA PARTE
l. Kant. CRPu. pago 27, que corresponde 8 WA. Kant. pago
45 (B 1,2) Band. 111.
CJ1PI'I'ULO FHIJ.lERO.
l. Kant. Les Progras de la Metaphysique en Allemagne de­
puia Leibniz et Wolt. pago 12 '1 13. VRIN, Parie, 1973,
1.- l. Kant. CrItica de la Raz6n Pura. pago 30. Ed. Porr6a. que corresponde a VA. Kant, pago 598 (A 14, 15, 16). Band
M6xico, 1972, que corrosponde a I. Kant. Werkausgabe. 111. Respecto de esta obra, cf'r. H.-J Vleeachauwer. Op.
Herausgegeben von W. \¡ebchedel. pago 49 (B 'l/A 3). o:lt. pago 15'.

Band III. Frankturt, 1968. Las reterencias a la edici6n


1, Xaat. 0RPu. pago 28, que corresponde a VA. Kant. pago

castellana ee har'n según el eratismo CRPu., en tanto


46 '1 47 (B,. 4 / B 5) Band 111.

las de la edici6n alemana se haran de aouerdo al gratismo


WA. Kant. Respecto de esta cuesti6n. vide. H.-J. Vlees­ l. Kaat. ORPU. pago 12, que corresponde a VA. Kant, pag.

chauwer. La evoluci6D del Pensamiento kantiano. pago 6Oso. 21 '1 22 (B n f X / B n. XII) Band IIl. Ofr. 6., érner.

U.N.A.M. M6xico, 19Za, as! como G. Cantecor. Kant, pago zar K..tiacheD BegrUadung dar Mathematik und dar Netur­

155s8. Ed. Bateu. Barcelona, 1967. vi•••D8chaftea. KS. 1966. Heft. 4.

2.- l . Kant. CRPu. pago ~1, que corresponde a WA. Kant. pago lé KaBt. CRPU. pago 38, que corresponde a WA. Kant. pago
51 (B 9,10/A6) Band III. Ctr. J. Proust. Analyse et Daf'i­ '63 (B 26 / A l ' Anm•• / A 12). Band. 111. Cfr. E. Oass1­
nition Chez Kant. KS. 1975. Hett l. rer, Kant, vida '1 doctrina. pago 195 '1. asimismo, H.-J.
Vleeschauwer. La RevolutioD Kantieane. pago 558S. Ed. Ga
3.- l. 'Kant. Logique. pago 54. Ed. VRIN. Paris, 19?9, que co­
111mard. Paris, 1978.
rresponde a WA. Kant. pago 476 (A 70). Band. VI.J. Vui­
11emin. Ref'lexioDen ttber Kante Logik. Ka. 1961. Bef't ,. l. Kant. CRPu. pago '9, que corresponde a VA. Kant, pago
4._ l . Kant. Logique. pago 15.&1. oit, que corresponde a WA.
64 (B27, 28/ A14) Band. 111.
Kant. pago 4~8, (A 11). Band VI. l. Kant. De la Fausse Sobtilit6 des QUatre Figures des
8,11ogiamas. pago 83, obraf incluida en QUelques Opuscu­
5.- l. Kant. CRPu. pago 61, que corresponde a WA. Kant. pae.

lea ~critique8o VRIN, Perie, 1970, que corresponde a


103 (B 84/ A 59, 60). Band 111. A este respecto,ctr. E.

VA. Kant. paso 610 (A 26, 27) Band 11. A este respecto
Oassirer. El ~roblema del Conocimiento. pago 625s8. T. 11

Ed. cit. vide U. Schultz. Kant. pago 5'. Ed. Labor. Barcelona,
1971, en relaci6n con el problema de onto1ogizaci6n kan­
6.- l. Kant. CRPu. pago 10, que corresponde a WA. Kant. pago
tiano, crr. E. Oassirer. kan, vida y doctrina. pago 176
31 (E XXVII, XXVIII) Band 111. En ralaoi6n con la posibi­
y 177. ed. cit. y B. de Ge1der. L'Equivoque ontologique
lidad de objetividad para el conocimiento metafisico, otr.
de la pens6e kantianoe. KS. 1972. Bott. 4.
E. Cassirer. Kant, vida y doctrina. pago 86ss. F.C.E. M6­
xico, 1948. Cfr, &demás, J. E. Schlanger. LtEnorg~tique
l. Kant. ORPu. pags. 1'~ y 15 que corresponde a WA. Kant.
pago 25 y 26 (B XVI, XVII/XVIII, XIX Anm.t / B XIX)
de la Raison dans les pr&faoes de la "Oritique"de la Rai­
son pura". Rf'l11. n2 l. 1975. Band. III.

7.- l. Kant. ESGai pour Introduire en Philosophie Le Concept 16•• l. Kant. Dissertatio de 1770. pago 58. Ed. Univ. Oentral
de Grandeur N&gative. pog. 19 y 20. }~. ~iIN, 'aria, 1972,
de Caraoas. Venezuela, 1974, que corresponde a VA. Kant
pags 86 y 87 (A JI). Dand V Ofr. R. Theis. Le ailence de
que corresponde a WA. Kant, ps(\'s. 783 y 7l34. (A 3,4) Band II.
Kant. Rl"J.1. 002. 1982." Y J. Schmucker. Zur entwicklungs­
368 369
~eschichtlichen
Bedeutung der Inaueuraldissertation Van OAPITULO SEGUNOO
1770. KG. 1974. Heft. 3..
EL CONOOIMIEN'l'O INTITIVO
17.- l. Kant. Lettre a M. Herz .. 21 Febrier 1772. paga 133 y
134. VRIN Paria, 1976. Sobre la importancia de esta car­
ta, Orr. G. Cantecor. Op. cit. pego 162 y 163. V. Schultz 11.2.1.- LA FACULTAD DE LA SENSIBILIDAD.
Op. cit. paga 64 y 65. IJ.-.T. Vleeschauwer. Op. cit. pago
63sa. E. Cssairer. Kant, vida y doctrina. pago 1558s. ed. La posibilidad de aeceso al conoc~iento requi~
cit. Vida, asimismo, H.-.T. Vleeschauwer. La ~duction re la validación de la "intuición" Como elemento esen­
TrascendentDle dans l'oeuvre de Kant. Tome Premier. La oial dal mismo conocimiento, de un conocimiento que DO
D6duction Trascendental0 ftvant La Critique de la RAison puede originarse de que a partir del sujeto cognOBCEI]!
Pure. Garland Publishing Inc. New York and London. 1976. te, es 6ste justamente quien 10 hace posible. Debon
18.- l. Kant. CHPu. pags. 314 y 315, que corresponde a WA. Kant presentarse as{ los medios a trav6s de los cuales el
paga. 613, 614 Y 615 CB 741, 742 / A 713. 714 / B 743 / conocimiento adquiere oarta de naturaleza. esto es fa­
A 715 / B744, 745 / A 716. 717). Band. 111. Crr. F. Marty cultades que establecen as!, como medios eseDciales de
La Motodologie Trascendentale, deux1~me partie de la "Cr,! la fa~tad de la SensibiliJad, el marco "intuitivo"
tique de la Raiason Pure". RHM. DD l. 1975. de conocimiento, bace posible aquella 6nitunci&n de que
19.- l. Kant CRPu, pag. 58, que corr'esponde a WA. Kant, pag. estA a 8U base. Oomo se ha visto, sólo por el recurso
97 y 98 CB 74, 751 A 50, 51 / B 76, 77/ A 52). Band 111. al marco "intuitivo" es c6mo tendremos posibilidad de
Cfr. 8. K8rner ~ant. pag. 268S. Alianza Univ. Hadrid. 1977. e.tablecer la retarencialidad cognoscitiva, y demost~
tiva por tanto, del sujeto cognoscente con 108 objetos
20.- l. Kant. CRPu. pago 288, que corresponde a VA. Kant, pago
experienciales, ea caso contrario, el plano demoetrat!
563 y 564. (B 670 / A 642 / B 671 / A 643) Band, 11. Ofr.
vo quédaria circunscrito a la eatera "lógica" y, en
G. Prauss. Zum Wahrheitsproblembei Kant. KB. 1969. Batt. 2. consecuencia, la "ratio matbbmatice" habrla que 8seo­
21.- "1.Heidegger. Kant y El Problema de la Netad.eica. paga. tarla sobre el principium identitatis o principium oo~
15 y 16 Y 35 esp. F.O.E. {'il!:dco, 1973. tradlctionie, sin, no obstante, poder explioar su tun~
22.- l. Kant ORPu. paBS. 288, 289 Y 303, que corresponde a WA. mento originario explicativo.
Kant. pago 564, 565, 566 y 590. (B 671 / A 643 / B 672, Toda posibilidad de captación de la esencia del
673 / A 644, 645 / B 674 / A 646 / B 708, 709 / A 680. ser-en-si del objeto no tiene mAs rundameoto que 01 r~
681) Band. IV. .
curso de fundamentaci6n propryrcionado por la referen­
23.- l. Kant. CRPu. pago 17, que corresponde a WA. Kant. pago cialidad experiencial presupuesta en las potencialida­
29 y 30 CE XXIV / B XXV, XXVI) Band. 111. Ctr. M. Gueroult des cO€ n oscitivas del sujeto cognoscente, pues a610
Vom Kanon der Kritik der Reinen Vernunrt zur Kritik der as1 se preserva la baae "demostrativa" que da sentido
Praotischen Vernunft. KS. 1963. Heft. 4. a la veracidad inconstatable para toda esencia pura.
24.- l. Kant CRPu. pago 19, que corresponde a WA. Kant. pago Por consiguiente, como toda captaoión de esencialidad
33 CB XXX, XXXI) Band. 111. Cfr. R. Arrillaga T. Kant y pura, como ser efeotivo de la "rotio ideale" no se de­
el Idealismo Trascendental paga. 186, 193 Y 195. Ed. Hev. sarrolla m6s que a partir de un marco demostrativo pu­
de Occidente. ramente "lógico" y, evidentemente, semejante marco ha;y
370 371
que apoyarlo sobre alr,una base demostrativa que sea ~ xorable de la Facultad de la Sensibilidad, "Sean cuale~
da por rererencia experimental, la base demostrativa quiera el modo 7 los medios cOD'que un conocimiento se
"16gica" no nos remite m&a que al marco purc.lnente "con. teriera a sus objetos, la referencia inmediata -que to­
do pensar busca como m~io- se lIaDa intuici6n. (2)
R
ceptual" como morco demostrativo que no acaba, como
vimos. m6s que en la esfera judicativa y no subsiste Una vez señalado lo anteior, convine establecer
más posibilidad que indQ~ar en relaci6n con aquel mar­
que "intuir" significa una remisi6n o referencia de la
co demostrativo qu~ nos es proporcionado por la intui­
lensibilidad del Bujeto cognoscente a los objetos empí­
ci6n, pues que la concepción platónica del conocimien­
ricos, a diferencia de la tunci6n cognoscitiva represO!!.
to no hace más que sumergirnos en la esfera de una ra­
tada por la Imaginación, OomO se verá en adelante, tal
z6n ideal proñada de vacio, como el mismo Kant nos lo
advertencia, no carece de sentido pues no obstante lo
subrayas "La paloma ligera que hiende en BU libre vue­
dicho, es olaro que en el aeno de la validaoión pura p~
lo los airan, percibiendo su resistencia. podrÍa for­
aitiva de la "ratio ideale" el resultado cognoscitivo
jarse la ropresenleción do que volerá mucho mojor en
derivado de la actividad imaginativa adquiere sesgos de
el vacio. De igual.modo abandon6 Platón el mundo sens!
lntuitiV1dad, como inferenc~a positiva del fundamento
ble, porque 'ste pone al entendimiento estrechas limit~
puro, 10 cual. como hemos visto, excluye sintomáticamen.
cioneo y se arries~ más allá, en el espacio vacío del
te, toda posible demostrat1vidad 1 no desemboca, en lo
entendimiento puro, llevado por lRS alas de las Ideas,"
que ooneierne a la referencfalidad experiencial. más
(1)
que en una vana, pero no por ello despreoiable. preten­
Si no queremos dejar al descubierto la apoyatura .i6n, oomo expresi6n de su pre-pontencia absoluta que,
necesaria de todo conocimiento, 9S absolutamente impre& evidentemente, DO termina más que, como soñalamos, en
cindible sujetarnos, al marco de referencialidad expe­ una "evidentia tugax".
riencial ya observado oomo implícito en la intuición,
Intuir no es m6s que la capacidad da recibir re­
pU"-C': do otro Jr.odo, no hariamos t!l~S que desembocar en
pres~ntaeiones sensibles de los objetos empíricos 1, en
el escepticismo. Toda posibilidad de otorgar validez al
consecuencia, de ser afectados por ellos, capacidad que
conocimiento requiere de suyo de la comprenei6n del mi~
Kant denomina con el rótulo de Sensibilidad, como expr~
mo como actividad del Bujeto cor,noscento y, n~turallllen­
8i6n de la facultad generada a partir de aquella capae!
te. en este sentido no existe mhs alternativa que la de
dad de ser afeotados por objetos empíriCOS. Se percibe
validar la. esfera de la "Objetividad para sí" como de­
as! claramente la tunci6n intuitiva derivable de tal o~
terminaci6n asintótica de la esencialidad pura del ser­
pacidad, como noa lo indica Kant. "La capacidad (recep­
en-si y, en consecuencia, tomar aquella objetividal1 pa­
tividad) de recibir representaCiones por el modo cómo
ra si como derivada expresamente de su actividad coeno~
somo. afectados por objetos, llámase sensibilidad. Así,
citiva, la cual, por su parte, debe hacer posible tal
pues, por medio de la sensibilidad nos son dedos ob3e­
"objetividad para si" de conformidad con el resultado
tos y ella sola nos proporoiona intuiciones," (3)
cognoscitivo de su inherente auto-actividad cognoscente,
de modo que sea por me'Uo de la intuici6n c6mo se real! 8610 presuponiendo semejante capaoidad de recep­
ce la efectividad de aquella objetividad para si en lo tividad sensible podemos establecer la necesaria capac!
que concierne al plano experiencial como rererente ine­ dad de ser afectados por objetos sensibles, pues sin tal
372 373
y. adem6o, para poder proceder a tal otorgamien­

afectación no habr!a recurso demostrativo y, por consi_ de verdad, se hace absolutamente imprescindible que

guiente, sin ello, todo conocimiento no pOdr!a confir­ determinar con exactitud la materia propia dé

marse como tal conocimiento, de modo que la fUnción cos "ratiO matbematice" qua, en cuanto tal, com? materia

nOBcitiva de la intuición se bace indispensable en lo contenido cognoscitiVO, no esta constituida más que
que respecta a somejante afectaci6n. Se problematiza a­ por la estriCra Forma del conocimiento sensible, por 10
si la referencialidad demostrativa emp!rica. visto des­ qué nO hOY duda d3 que no s6lo ta.l contenido cognoscitl
de una perspectivo. estrictamente "ontológica", ya que, YO es factible concebirlo ~ ~riori, sino que, por lo dS
evidentemente. la validación de una capacidad de "intu! .As, SiD esta concepción anriórioa todo el rundamento
ción imaginaria" no termina, de suyo, más que en una
de la "ratio matbematice" se diluirla.
"creencia" que, desde luego. no puede sustentar sobre
s! ninguna objetividad que no sea aquella que inhiere a No obstante, la manera en c6mo sea posible dete~

la "evidentia fugnx". Indudablemente, se genera entonces, minar conocimiento ~ri6rico para la "ratio matbematice"

la necesidad de otorgar a la intuici6n como tal su fun­ en fUnoi6n de la determinaci6n ~ormal que la tnbiera

ción cognoscitiva oomo condi~i6n oecesaria de objetivi­ partiendo de la intuición r.~pírica se convierte en un

dad cognoscitiva, por cuanto con ella nos ~s proporcio­ problema, desde luego, no más complicado que aquel que
nada la posibilidad de la susodicha afectaci6n que nos se infiere en !:'9laci.6n coo la posible aSignaci6n de ce~
o
garantiza la edificación cognoscitiva de uoa objetivi­ teza pura poaitiva para la "ratio ideelo". Veamosl de­
dad demostrativa, y as! nos lo indica el mismo Kant con tenidamente, pu~s es un problema central.
nitidozs uEl efecto de un objeto sobre la capacidad de
En primer lugar, conviene resaltar aqu! que es
representación, en cuanto somos afeotados por 61, es
precisamente la esencialidad de otorgar carácter §Rri6­
sensaci6n. Aquella intuici6n que se reliere al objeto
rico para la "ratio mathematice", puesto que de otro
por modio de la sensaci6n, llámase empirica. El objeto
indeterminado 1e una intuición empírica, llámase ~ modo, 6sta no podr!a determinarse como criterio seguro
.!!!!E2." (4)
~ firme de conocimiento. AdemAs, debemos advertir que
la posibilidad de fundamentaoión de la misma DO se es­
Evident~mente, si procedemos estriotamente de tablece más ~ue a partir de su cobertura sensible, que
conrormidad con la sujeoci6n del oonocimiento al marco nos es proporcionada por la referencia implícita en to­
de intuiciones emp!ricas, tomamos como referencialidnd da intuición empiricn, como condición ráctica de nues­
empírioa a este mismo marco, el cual nos garantiza la tra facultad de la Sensibilidad. Así, pues, la interro­
base demostrativa cognoscitiva. Sin embargo, hay que gación sir,uiente es la que noS ofrece la clave reoolutQ
precisar por lo que concierne a la "ratio mathematice" r1a del problema planteadOS t cómo es posible determinar
que 6sts, indiscutiblemente, no puede apoyarso sin más a priori la intuición sensible, dado que todo conoci­
ambages sobra tal criterio de intuición empírica, ya miento emp!rico ee siempro ~ jLosterioril La respuesta.
que. entonces, obviament.', no pOdriamos establecer 6s­ se inrtere del becbo de que, una vez dadas retterati~~­
te mAs que a partir de su sempiterna conclusión ~ pos­ mente l~s condiciones de intuici6n emplrica, 'stas mis­
teriori, lo cual, justamente, no es coherente con la mllS cond:l.ciones pueden do sUYo transmutarse en determi­
aSignnci6n delfordad que irradia al con"cimiento mate­ nantes de las mismas, como determinantes formales. de
mática como tal "ratio mathematice" propiamente dicha.
375

3,74

, por cuento el susodicho concepto referido 8 la in


manora que a la base de toda intuici6n ompírica debe n~ formal es posible representarlo como forma de
cesariamente subsistir una intuici6n pura ~ priori que,
como cxpresi6n del "orden tormal" de las reiteradas ca!!.
diciones permitan dirimir formalmente para las intuici2 For lo tanto, de esta manera, tenemos la posibi­
nes empíricas, una realidad cognoscitiva previa, por c~ , B partir de semejantes intuiciones puras ~ Erio­
yo intermedio comprenderemos las "formas puras de la " formas puras de la Sensibilidad de "ordenar" el
Sensibilidad". -'!tiple de la intuici6n sensible o, lo que es lo mismo,
81 m6ltiple del Pen6meno, de modo que, en fUnción de s~
¿CU&les, pues, pueden ser estas intuiciones puras .8~ante ordenaci6n es c6mo se hace posible otorgar para c
~ priori, estas formos puras de la Sensibilidad, por c~ la "ratio mathematice" indubitable objetividad cogoos 1
yo modio disponemos de la posibilidad no sólo de antic! tiva, la cual, noS es proporcionada por medio de la fa­
par las condiciones generales en las que debe darse to­ cultad de la Sensibilidad, como capaoidad de receptivi­
da intuici6n empírica, sino, adem&s, el auténtico lUnd~ dad de las impresiones sensible, por cuyo medio queda
mento cOGOoscitivo de la "ratio mathematice"7. Evideot~ perfectamente asegurada la referencialidad empírica que
mente, si tenemos en cuenta semejanté vinculaoi6n, es ea completa y absolutamente indispensable para dar ple­
claro que la Geometria, como conocimiento objetivo, Pr.2 Da validez al marco demostrativo que debe estar a la b~
yecta en el espacio la delimitación formal de objetos y Be de todo conocimiento con pretensiones de explicita
relaciones, a la vez que la Aritmética nos conduce a la ob~etividad de tal forma que con ello se evita asi inc~
numerabilidad ordenada, de modo que agregando la unidad rrir en el error Y equivocaci6n ora de asignarle un ~
a si misma, obviamente, puede establecer una sucesión damento "analltico" para la "ratio lIl(ltbempt.i.~e", ora sJ!
interminable en fUnción de aquella numerabilidad, suce­ primirla como conocimiento integrado en la unidad pura
si6n Que es lo que, justamente, oaracteriza al transcu­ (Hilemorfismo) que sustancia la base de todo ontologis­
rrir temporal, como es claramente advertible. mo, y, por ende, de toda proyección pura positiva para
Así, pues, por lo expuesto, es obvio, que tales la "ratio ideale" stricto sensU.
intuiciones puras ~ priori o formas puras de le. Sensib1 A partir de tales consideraciones Kant abre paso
lidad, como condiciones generales en el seno de las cua al actual desarrollo de la conciencia cient!f~CR moder­
les debe darse toda intuici6n empírica, DO pueden ser na y Be pone de relieve que el asentamiento de la objs
otras que el Espacio y el Tiempo, como determinantes tiv1dad cognoscitiva no puede iDcardinarse ni articul~
formales de la Sensibilidad, e. truvés de los cuales és­ se de suyo a partir dEl la "constituci6n del objeto", si
ta, la Sensibilidad, se nos descubre como facultad. Co­ DO en fUnción del "objeto intelectivamente constituidO·
mo condiciones generales de le. Sensibilidad y formas p~ La actividad inherente al sujeto Cognoscente adquiere
ras de la misma, hay que presuponer plena objetividad aqui y aa! un rol de primordial ma.gnitud. Ha;, que in­
para ellas, es decir, para tales intuiciones puras ~ ~ quirir ncerca del desarrollo de las oapaoidades subjet1
ri. De un lndo, toda intuición empírica debe caer bajo vas el auténtico origen de la yosible objetividad cog­
su foco de irradiación, a la vez que, como determinan­ noscitiva Y ello no puede, como superficialmente se ha
tes formnles fUndacionales de la "ratio mathematice", hecho aleunas veces, concebirse a partir de un artilu­
adquieren su certeza a partir del examen de la y con­ gio puramente fantástico, como ocurre en relación con
cordancia de su "forma intelectiva" con su "forma sens!
376
377
la validez pura positiva de la "ratio ideale" fUndamen_ _.4~~on sensible, universalidad Y necesidad que, por la
tada en la metamorfosis del raciocinio puro, la objeti. que le corresponde, nos dibuja, a su vez, la pos!
vidad cognoscitiva inferible de tales capacidades SUbj~ ~~~~Q8d de concebir un conocimiento plenamente conforme
tivas se halla especlficamente circunscrita no sólo por tales condiciones, el cual, de suyo, es lo que abre
11;
medio de la referencia empirica, como Bsiento de toda ,la puerta a la fUndamentaoión expresa de la "ratio ma­ ¡
demostrpbilidad, sino, asimismo, lo que es mAs importa~ ~>"<~"" __ ft+-ioea como vamos seguidamente a observar, por medio ....~

te, fundada a partir de la conjunci6n y coincidencia de V~ examen espeoirico de cada una de estas intuicio­
las capacidades subjetivas con el marco objetivo, sens! aas puras ~ prior1, el cual no es, desde luego, como p~
ble, taxativamente sujetas al plano meramente formal, cognoscitivo más que la inferencia inevitable del
como hemos descrito, lo cual es lo que caracteriza, pues, planteamiento kantiano de la DISSERTATIO DE 1770 en tOE
a la facultad ~a la Sensibilidad, "Asi, pues, en la es­ ""DO al origen del conocimiento, como hemos mencionado 8!!.
t~tica trascendental aislaremos primeramente la sensib!
teriormente.
lidad, 'separando de ella todo lo que el entendimiento,
con sus conceptos, piensa en ella, para que no nos que­
de nada más que la intuici6n emplrica. En segundo t6rm!
no, separaremos a6n de ~Bta todo cuanto pertenece a la
sensación, para que no nos quede nada más que la intui­
ci6n pura y la mera forma de los fen6menos, que es lo
6nico que la sensibilidad ~ priori puede proporcionar.
En esta investigaci6n se hallará que hay, como princi­
11'
1 ¡
pios del conocimiento ~ priori, dos formas puras de, la
'1 "
, , intuici6n sensible, a saber, el espacio y el tiempo,"
i ~ I
(5)
" l', ,i
,' ' Es evidente que, con lo dicho, hemos dibujado el
1'1 "
l. l' marco de incidencia del conocimiento implleito en la f~
'1 1 ,¡
'1"
" '
'"
cultad de la Sensibilidad, por cuanto, mediante aquellas
IW intuiciones puras ~ priori o formas pur~s de la Sensib!
lidad nos deacriben un radio de acci6n expreso, por cu~
yo medio es posible y factible "ordenar" de modo previo
el múltiple del fenómeno, de acuerdo con las condiciones
generales del Espacio y del Tiempo, bajo cuya 6gida se
dan la totalidad de las intuiciones empirioas. En base .~. > ,

al Espacio y al Tiempo como intuiciones puras a priori


la facultad de la Sensibilidad se conatruye, ya que pu~
de objetivar plena y coherentemente el conocimiento de­
:1' rivable de acuerdo con su universalidad y neceaidad co­
mo determinantes formales bajo los cuales se da toda iQ
~ !
378 379
Kant, pues, no deja de tomar posición, aun antes
11.2.2.- EL ESPACIO.
de haber lle3sdo a la resoluci6n del problema mismo,
El tratamiento que Kant va a realizar para embas puesto que ello era condioión inexorable da ~ste 6ltimo.
intuiciones puras ~ priori y, en consecuencia, del Esp~ En este sentido, dende la problem~tica en torno al Esp~
cio y del 'r1empo, representa un hito en lo que ee refi,!! eio Y al Tiempo se habia construido toda una serie de
re a la profundizaci6n filosófica de la ~poca contempo­ soluciones que, como reinos de taifas, requerian para
ránea, pues, como puede con toda claridad apreciarse en 18 'o.i la presunci6n resolutoria, si bien la dispersión,
la Dissertatio, Kant se propone, por medio del examen debido a los estudios realizados de modo exhaustivo por
del Espacio y del ''ciempo, como intuiciones puras a pri2 mucho de los pensadores de aquella ~poca -como pone de
ri, dirimir una g6nesis subjetiva de lss mismas, como relieve Vleeschauwer (7)-, habia aido concentrada sobre
condici6n de toda posible objetividad cognoscitiva. Me­ dos ejes, a saber, los representadOS por las soluciones
diante tal consideraci6n del problema, aparece olaro, newtonianas Y las soluciones leibnicianas, con un evi­
de una vez por todas, que el tundamento supremo del pe!!. dente buen juicio. l. evidentemente, en la susodicha o­
samiento !i16sof1co ontologizante carece de verdadera bro, la postuta de Kant, como puede verse con claridad,
solidez desde el instante mismo en que su apoyatura no nO podia ser otra que la de aproximarse a Newton, ya
roside m~s que en la aplicación de la metamorfosis del que, seg6n la panorimicn leibniciana en torno a la rea­
raciocinio puro hasta aquellos hechos en los cuales no lidad espacial, apenaS permitia decidir con nitidez aees
puede haber autorizaci6n alguna para semejante proyec­ ca del "ser-asi" o "positividad" de la realidad, aun
r
ci6n, por lo cual, obviamente, no puede decirse sin m6s cuando la presupusiera, de conformidad oon el oarActe
que el Espacio se hallo propiamente incardinado en las existenoial que solicitaba para toda esencia, por lo
relaciones cosales, como ordenaci6n de las mismas ex­ cual la paradoja de los objetos sim'trioos volviase en
traido de lns susodichas relaciones cosales, ya que e­ contra suYa, lo que Kant no deja de mostrarnos al deciS
llo, claramente, coimplica tautologia. Y esto es preci­ nosl "QUeremos, por consiguiente, mostrar que el tunda­
samente lo que adquiere en la construcción filOsófica mento de una determinación complota de una forma corpo­
leibo1ziana verdadera carta de naturaleza, haoia la oual ral no reposa exclusivamente sobre la relación Y la si­
dirige el mismo Kant su pluma, cuando nos advierte, en tuaci6n de sus partes por relación da unas a otras, si­
una obra de finales de la fructi!era d&cada de los se­ no, además, sobre una relaci6n que nlantienen con el es­
senta del siglo XVIII, conocida bajo el título DEL 1~1- paoio absoluto Y general, tal oomo los geómetras se 10
MER FUN7lANmITO DE LA DIFERENCIA DE L.AS REGIONES EN Ji;!, representan Y aunque, sin embargo, esta relaci6n no pu~
ESPACIO, la directriz do su investigación de la siguie~ da ser percibid,a inmediatam~ ...te. ( ••• ) Por tanto, si se
te forma: "••• Mi objeto, en esta disertación, es inve4 admite la concopción de varios filósofos recientes, al,!!
tigar si no se puede hallar en los juicios intuitivos manes sobre todo, a saber, que el esr-acio consiste sol~
relativos a la exteosi6n, tales como se los encuentra mente en las ~lacionas exteriores de las pnrte& coexia
en la geometría, una prueba evidente dl que el espacio tentes de la materia, entonces, en el caso menclou~uu,
absoluto, lndependiente de la existencia de toda materia, el espacio real seria solamente el que esta mano ocupa.
examinado como primer fundamento de la posibilidad de Pero, l,uesto que DO hey ninguna diferencia e;l las rela­
su composición, comporta una realidad que le es propia." cionea de sus partes entre ella, cualquiera que sea,
(6) ora la mano izquierda, ora la mano derecha, ~Bta mano
380 381
sería, respecto de una tal propiodad, enteramente inde­
Kant da la denominaci6n de "exposici6n metafísica" ~
terminada, es decir, que POdrfa convenir a cada parte
del cuerpo. lo que ee imposible." (8)
-
ca del Espacio, para, posteriormente, ofrecer los fun~
mentos mismos de la objetividad inferible del mismo, lo
cual es realizado por Kant bajo el r6tulo de "exposici6n
Desde luego, seme,1ante crítica a la concepción
leibniciana, conduce a Kant a posiciones proximas a Nej! ~!scendental" ~ ~ R! Espacio.

ton, sin que, no obstante, pUeda in~orirse de aquí que


Kant no guarde distancias críticas bien fundadas, ya que 11.2.2.a.- EXPOSICION r-lEl'AFISIOA DEL ESIJAOIO.
la composición de la realidad absoluta del espacio y del
tiempo newtoniaoa, evidentemente, planteaba problemas Vesmos, pues, las razones del carácter "intui~\vO"
que ya hemos señalado Con anterioridad, por lo que, na­ del EspaCiO, por cuyo intermodio será posible discernir
turalmente, la directriz orientadora del pensamiento la falacia que se produce al concebir la realidad espa­
kantiano debla inexorablemente diri6irse hacia otro pl~ cial como relaci6n y composici6n de las partes integr~
no de raíz originaria con respecto a la fundamentación tes del mismo, COBalmente determinadas, tal como se coa
del espacio y del tiempo. En primer lugar, se hace abss. servan en el filosofar barroco, aun apegadas al esquema
lutnmente indispensable separar Con estricta radicali_ determinante de onticidad cognoscitiva. Y verdaderamen­
dad las atribuciones cognoscitivas de la "ratio ideale" te lo que, en primer lugar, es imprescindible advertir
de las correspondientes a la "ratio mathematice" como DO es otra cosa que el hecho simple y claro de que el
requisito para preservar objetividad cognoscitiva para Espacio no es comprensible más que como dcte~inaci6n
~sta última, a la vez que para la primera, en función -intuitiva", por cúyo medio nos representamos los obje­
de un oxamen especIfico de sus elementos COBnoBcitiva_ tos, s610 asi conservamos el discernimiento esencialmen
mente constitutivos. te vinculado a la separaci6n de la objetividad COgDOSO!
tiva asignable tanto a la "ratio ideale" como a la "ra­
Así, pues, partiendo de tales condiciones, el e& tio mathematice". La subsunci6n de 6sta 61tlma en la ~
pacio, no puede tener ninBÚn otro fUndamento que aquel terior carece de toda fundamentaci6n desde el mismo in&
que se in~iere de su incardinaci6n en el sujeto cognoS­ tante en que Hume realiza su análisis critico rospecto
cente, como verdadero artífice de toda posible objetiv.! del alcance cognoscitivo de la "ratio ideale", como ha
dad cognOSCitiva, y concebido como intuición PVra ~ Rrlo­ podido apreciarse por lo anteriormente expuesto, puesto
!1. En funci6n de tal intuición a priori se hace posiw
que, si bien para 'sta 6ltima, toda posibilidad de dir!
ble dirimir las condiciones generales bajo las cuales
mir causalidad deviene problemática, sin embargo, en lo
oaen las intuiciones emplricas, como múltiples del ten~
que concierne a la "ratio mathematice", la causalidad
meno, de manera que semejante m~ltiple pueda de suyo
se halla perfectamente integrada, lo cual, desde luego,
ser Ordenado, en tanto que ein esta operaci6n carecerí~ no puede tener otro fUndamento que la expresa reteren­
mos de fUndamento sUficiente para pOder o~recer perspe~ cialidad smpirica que le ea inherente, tal como el mis­
tiva cognoscitiva del mismo múltiple. mo Kant noa lo establece con nitidez incontrovertible,
al mostrarnos queJ "l'or medio del sentido externo (pro­
Ahora bien, una vez mostrado lo anterior, es ne­
piedad de nuentro eepiritu) nos representamos objetos
cesario proceder a examinar las bases o razones del oa­
como fUera de nosotros y todos ellos en el espacio. En
r&cter "intUitivo" del espacio Como intuición a lo que
&1 oc; determinada o determinable su figux'a, mugnitud y
382
mutua rolación." (9) 383
De esta manera, por consiguiente, contando con mano debemos pre-suponer para el Espacio alguna reali­
semejante determinaci6n cognoscitiva respecto del Espa_ dad telúrica y, en consecueDcia, debemos admitirla co­
cio, cuya definici6n nos remite clara y explícitamente mo dada efectivamente en nosotros, la cual, por las r~
al marco de referencialidad externa, y empírica, dispo_ Bones antedichas, no puede de suyo caracterizarse m~s
nemos de la posibilidad de profundizar aquellas razones que como intuitiva, puesto que el Espacio mismo, en si,
que avalan el carácter "intuitivo" del espacio mismo. no es m&s que la referencia realizada, como reprosent.!!,
Razones que Kant describe mediante las siguientes expr,!! oi6n conceptual -t6rmino:Espacio- a la exterioridad por
siones:
cuanto la exterioridad nos afecta sensiblomente. Es '1
a) "El enpacio no es Un concepto empírico sacado de mismo como Espacio quien, por medio de la intuitividad,
experiencias externas".
nos permite el aoceso a la experiencia externa, la se~
Evidentemente, si procedi&ramos a constituir el saci6n por ende, puesto que si no pudiera tener la po­
Espacio como una realidad efectiva estrictamente consi­ áibilidad de semejante re!erencialidad de la experien­
derada; en función de posibles "abstracciones", n08 en­ cia al Espacio, todo conocimiento se diluirla por la
contraríamos inmersos en el marco de la "perplexitas .encilla razón de Que la experiencia que, como tal, no
mentis" en relación directa al hecho de qué sea el Esp~ es mAs que l~ repreaentaci6n inteleotiva de un marco
cio mismo, si de experiencias externas -sensaciones- p~ empíriCO susceptible de or.denaci6n, no sería mAs que
diéramos inferir un concepto acerca de las mismas, aca­ un agregado o compuesto indiscernible y el escepticis­
baríamos en una problemática bi-polar, a saber. de un mo se apoderaría de toda realidad cognoscitiva, 10 que
lado, el EspaCio, así abstraido, no seria, para nosotros, Kant nos deja advertido de la siguiente manera: ~egún
m!s que also que "pre-suponemos" y, por consiguiente, esto, la representaci6n del espacio no puedo ser toma­
habría que admitir que tal "pre-suposición" posea, en da, por experiencia, de las relaciones del fen6meno e~
algún lugar¡ un ser para quien este Espacio fuera- capa­ terno, sino ~ue ~sta misma experiencia externa no es
cidad de r9presentnción como sujeto cognoscente, de mo­ ella misma posible sino mediante dicha representaci6n."
do que, en última instancia, por su absoluta supremacía (10)
pudiera dar raz6n de la totalidad intelectiva intuitiva
mente considerada, lo que no deja de ser Una contradic_ b) "El espacio es una representaci6n necesaria, ~
tio in adjecto, de otro lado, si no se admite la Necce­ priori, que estA a la base de todas las intuiciones e~
sitas de aquél, os decir, de ese ftalF,Ún lugar", entonces, ternas".
nos encontraríamos i~lalmente atUrdidos, puesto que no El Espacio como condición general y absoluta de
sabríamos qué hacer con la brújula. Naturalmente, ni tan los fenómenos, de las intuiciones empíricas. es algo
siquiera con la brújUla Podríamos oriontarnos, puesto que creemos qued6 claro por lo anteriormente expuesto,
que el Espacio en sí no soría nada m6s que un a~ragado por consiguiente, el EspaciO, como tal, no puede ser
o compuosto de partes simples, enteramente iguales, co­ m&s que una representnci6n absolutamente necesaria de i
mo expresi6n de la unidad inteloctiva del morco intuit! las mismas intuiciones empíricas y, por ende, debe ha­
vo, al modo Como no puedo, desde lueGO, darse más que llarse ~ priori. Obviamente, si todos los fenómenos,
en una mora raz6n especulativa. Así, puos, si tratamos como intuiciones empíricas, deben y, asimismo, s6lo pu,!!
espocíficEL'Jente del alcance de nuostro conocimiento hu­ den hallarse en el Espacio, ~ste mismo, en tanto tal
384 385
Espacio, debe contonerlos, como capacidad intrínseca al
su peculiaridad característica, como ya dijimos. Ahora
sujeto coanoscente, ya que 6ste puedo muy bien reprosea
bien, si la realidad intuitiva, como base del Espacio,
tarae que no haya objetos on al mi5mo Espacio, pero no
la aprehendemos por medio de la reprohentación intele~
pueda representarse que no haya Espacio, puesto que en
tiva por el concepto Espacio, sin embargo, tal repre­
toncos, aquellos objetos como fen6menos externoD o in­
sentaci6n conceptual no implica de suyo claridad algu­
tuiciones emplricos, no sabriamos qué son, si no tuVie­
na al respecto si no se presupone a su vez, la refero~
ramos la posibilidad de representarnoslos en el Espacio
cialidad experiencial de la misma representaci6n con­
como condici6n general do loa mismos. y eeto es así,
ceptual. En este sentido, no hay duda alguna, que 11m!
pllr la sencilla raz6n de que el Espacio, si no fuera
t~se a la misma reprosentaci6n conceptual en la dete~
"intuici6n pUra ,!. priori", no nos permitiría represen_
minaci6n espacial como eapr9si6n absoluta de su reten­
taci6n externa alguna y en consecuencia, no sabríamos
clalidad emplrica. convierte, como ,a sucedi6 para De~
qué hacer con los objetos externos, quedando estos tan
cartes. a la infinitud que es inherente al espacio en
6610 sometidos al uso m&gico de algun supremo ser para
una mera -lndefinici6n" del mismo. Todo lo cual no pu~
quien desde la ahsolutez de su infinitud, tales objetos
de concebirse claramente, puesto que el EspaCio admite
pudieran poseer algún sentido. Para el conocimiento hu­
en sl determinaciones de figuras, magnitud y re18ci6n
mano al menos, sin la representaci6n a priori del Espa­
mutua, como indicó Kant, que no podrían darse efectiv,!.
cio toda exterioridad se nos volvería ignota e inaccea!
mente por medio de aquella concepci6n "inderinida" del
blof al pretender proyectar sobre ella esquemas cognoS­
mismo. I'recisamente por eeto, conviene dejar sentado
citivos meramente l6gicos que no harian m6s que estre­
Que en tanto intuición pura ,!. priori, el Espacio no es
char y comprimir aquello que denominamos realid~d, tal
más que uno, unidad. aun cuando pueda hablarse ee pa~
y como suceda para la determinación onto16gica del conQ
tes del mismo como partes en sí, lo que no quiere sig­
cimiento. 8610 presuponiendo 01 Espacio como intuici6n
Dificar m&s que semejante racionalidad espacial DO nos
pura ~ prio~! tengo la posibilidad de dirimir el Uso
conduciría de suyo m&s que a una tragmentariedad del
mismo de los objetos externos, en base a Que ellos me
mismo, de manera qua la intuici6n pura ~ priori se vi,!.
son posible. cognoscitivamente hablando, en cuanto que
ra dada, efectivamente, en cada intuici6n empírica, cQ
puedo referirlos a algo como mío, es decir, en base a
mo consecuencia de que cada intuici6n empírica presupy
que puedo representármelos mediante la condici6n general
siera, an'logamente, a cada -intuición pura ~ priori
contenida en Al Espacio como capacidad lntrlnsGcamente
propia del sujeto COf;noocente. en sí misma positivamente dada", 10 cual no es, por ,su
parte, m!s que una tautología que no permite avanzar
c) "El espacio no ea un concepto discursivo o, según
en la determinaci6n 6nica de la realidad espacial, pues
se dice, universal, do las relacionoo de las Cosas en
ello s6lo llevaría a dividir el espacio de modo infin!
general, sino una intuici6n pura".
to, como si la infinitud DO estuViera ya presupuesta
en 61. Ea pues, por lo dicho, absolutamente preciso
10 característicamente distintivo y singular de
que el EsPRCio, en tanto intuici6n pura ,!. priori, ponea
la intuición es que debe contener en su base la posibi­
unidad propia, de tal modo que su tragmontaci6n no sea
lidad de la "intuición pura", como unidad esencial de
posible sino como medio de re1'erencialidad, pero DO cQ
si misma, de manero que bajo su égida pueda ser subsum!
mo ser-en-oí, ya que el Espacio como'.tal, como intuición
do lo mÚltiple, ya que sólo así es factiblo aprehendor
pura ~ priori, no se puede auto-construir agregando la
386 387
unidad a sl misma, puesto que semejante agregación de yo. De esta manera, y una vez advertido lo anterior, no
le unidad a si misma debe hallarse contenida en el Es­ queda ya más vio que la de proceder al examen de la "e5
pacio como intuición pura a priori de modo necesario y
poslci6n trascénd~ntal" del Espacio, puesto que las coa
asl nos lo subraya el mismo Kant: "••• El (el espacio)
diciones trascéndentalesdel Espacio quedan delineadas
es esencialmente uno, lo múltiple en él y por tanto
por medio de la nexposic16n metalisiaa" anteriormente..
también el concepto universal de espacios en general,
vista.
se oriEina s6lo en limitaciones. De aqui se sigue ,Ue
en lo que a él respecta, una intuici6n ~ priori (que
II.2.2.b.- EXPOSICION TRAscn,DENTAL DEL ESPACIO.
no es empírica) sirve de base a todos los conceptos
del mismo." (11) Es indudable por lo ya expuesto que el Espacio
como intuición PUre ~ prIori, debe concebirse como la
d) "El espacio es representado como Una magnitud
infinita dada". capacidad intrins8ca al sujeto cognoscente de represen­
tarse los objetos exteriores, de manera que aquél, res­
Puedo concebir el Espacio como una infinidad de pecto de 'stos, suministra la tormo misma en que se de­
partes suyas conjuntamente dadas, precisamente por la ben dar y de pIona conformidad permite ap~i6ricemente,
característica distintiva aneja a la intuición qUe ee­ determinar la forma de aquellos taxativamente el Espa­
tá a su base, ya que mediante la intUición pUedo m~ cio como tal, DO es más que la torma general de la sen­
bien considorar al Espacio como compuesto de Una infi­ sibilidad en la cual se dan los fen6menos externos, por
nita multiplicidad de partes s~as, esto es, como "maa lo que la torma de 108 tales fenómenos externos debe
nitud infinita dada", 10 que, desde luego, serie impo­ plenamente coincidir con la torma en la que se subsumen
sible si tomara la realidad espacial como realidad co~ en el Espacio como doterminante formal externo propia­
ceptual. El concepto no puede representarme se,ejante mente dicho. No hay dUda olguna de que semejante refe­
infinitud de partes subsistentes a la vez, puesto que rencia no deja de ser tautológica, pero precisamente en
de un concepto cualquiera, la mesa, no puedo represen­ este car&cter tauto16gico es en el que radica princip~
tarme la infinidad de las mesas existentes, SiDO sólo
mente la certeza y objetividad cognoscitiva asignada
y exclusivamente su característica com6n, por lo que
por Kant a la "ratio mathematico", como pudo comprende~
la posibilidad de concebir semejante infinidad de per­
se anteriormente, ostableciendose asi que la tundament~
tes dadas s6lo es viable en función de presuponer al
oi6n cartesiana de la "res extensa" DO conduce m&s que
Espacio como "lntuici6n pura ~ priori", en cuanto que
a una hipostatización absolutamente insostenible en 10
toda la infinidad divisible etectiv~ espacial queda su~
que se refiere a la determinación de la objetividad coa
sumida bajo la intuici6n pura ~ ~riori, por la senci­
noscitiva.
lla raz6n de que 'sta dltima presupone a aquella mult!
plicidad de partes dadas bajo sí. As!, pues, toda posl De esta manera, la raiz apriórica que esencial­
bilidad de fundamentar el Espacio como tal no puede mente es inherente al Espacio, en tanto forma pura de
Concebirse m6s que como "intuición pura ~ Briori", en la Sensibilidad, DOS proporciona la basa de sustenta­
cuanto que s6lc Bsí habremos aprehendido la caracter!§ ción de las proposiciones geomótricas, puosto que todas
tica distintiva y singular que es cognOscitivamente 1m ellas conllevan Neccesitos en su determinaci6n y por c~
plícito al Espacio como detorminante formal cor,noscit! yo medio disponemos, como ya habiamos entrevisto, de la
posibilidad do asignar auténtica carteza y objetividad
388

389

a la "ratio mathematice" que era lo que, propiamente ~


suJeto, como creaci6n cOBnoscitiva de la actividad pro­
bia que establecer como determinaci6n trascendental del
Espacio. Desde lueeot una vez visto que no puede ser pia del sujeto cognoscente, "El espacio no es otra cosa
considerado m6s que como intuici6n pura ~ Rriori, la que la torma de todos los tenómenos del sentido oxterno,
cual, a su vez, no puede de suyo más que radicarse in_ .a decir, la oondición subjetiva de la sensibilic1 gd, b~
trinsecamente en el sujeto cognoscente, como es eviden_ jo la cual tan s6lo es posible para nosotros intuici6n
externa. Mas como la receptividad del sujeto para ser
te por las razones apuntadas anteriormente en la expos!
ci6n metafísica, lo que nos es subrayado por el mismo afectado por objetos, precede necesariamente a todas las
ri16soro de K8enisgberg del siguiente modol "Mss, ¿c6mo iotuiciones de esos objetos, se puede comprender cómo
puede estor en el espíritu una intuiciSn externa que p~ la torma de todos los tenSmenos puede ser dada en el e~
cede a 10B objetos mismos 7 en la cual el concepto de ptritu antes que las percepciones reales 7, por tanto,
~stos ~ltimos puede ser determinado ~ erior !? ManirieR a Priori 7 como ella, siendo una intuición pura en la
tamente no puede estar da otro modo que teniendo su a­ que todos los objetos tienen que ser determinados, pue­
siento en el sujeto, como propiedad rormal de ~ste de 4. contener prinCipios de las relaciones de los miemos,
ser arectado por objetos 7 asl de recibir reeresentaci6n antes de toda experiencia." (13)
inmediata de estos últimos, es decir, intuici6n. Esto es, Con todo 10 anterior, bemos :a mostrado la cues­
s6lo como rorma del sontido externo en general. t16n relativa al car6cter trascendental inrerible de la
Por tanto, s6lo nuestra explicación hace concebi_ consideraci6n del EApacio como intuición pura ~ priori,
ble la eosibilidad de la Slometr{a como conocimiento sin por medio del cual se garantiza la Neccesitas inherente
tético ~ eriori." (12) • la Geometría, como exponente de la "ratio mathemati­
ce" 7 en tanto que Oiencia de la rorms externa de los
Es incuestionable que 8610 mediante semejante objetos.
plantesmiento se hace posible establecer un fundamento
rirme 7 s6lido para el oonocimiento geom6trico 7 su Bec­ Ahora es imprescindible proceder al examen de
cesitas, la cual, por su parte, no es posible a su vez, lss condiciones intuitivas del Tiempo, como el restante
establecer ni desde una perspectiva puramente ~anallti­ componente de la "ratio mathematice ft , 10 que vamos se­
ca" • ni, desde luego, deede una perspectiva meramente guidamente a realizar.
emplrica, pues por medio de la base ~ eosteplori, seria
imposible determinar Neccesitas alguna, como prescripti_ 1I.2.3.- EL TIl'l-lFO.
vamente es indispensable. 8610 por referencia al princi­ An610samente a lo que ocurrió para la exposición
pio "sint~tico ~ prior!" es c6mo se raci11ta semejante del Espacio, dividida en metafísica y trascendental, a­
relaci6n de elementos para dar cuenta explicitamente de simismo sucederé por lo que concierne al Tiempo, el cual,
la Susodicha Neccesitas que acompaña a toda determinación a BU vez, sera expuesto por medio de la exposición mota
geom~tricao Es así absolutsmente imprescindible establo­ tlsica, inicialmente, y, la exposición trascendental.
cer que la residencia natural del EspaCio como intuici6n posteriormente, con 10 que dejamos sentada la adverten­
pura ~ priori 7, por consiguionte. como torma pura de la cia preliminar respecto del hilo conductor de nuostra
Sensibilidad, en tanto rorma de todos los ren6menos del
exposici6n propiao
sentido externo, no puede determinarse sino en el mismo
390
391
II.2.3.a._ EXPOSICION MErAFISICA DEL TIEMFO.
'11d.8d absoluta, como pretendía Newton, ni tampoco dete!;.
Previamente como proped~utica a la exposición me minar su comprensión como un "orden de sucesiones", pue~
tafisica del ~iempo, conviene advertir lo gue postariQ~ Kto que ello est& completamente irnpl!cito en la misma d~
mente ee concluirá, de forma que el ob3etivo de la eXp2 ~erminaci6n formal. La realidad cognoscitiva a la que
sici6n de quedo inicialmente planteado. En tal sentido noe abre el acceBO no puede clarificarse considerando
es indiscutible qUe, si el Espacio hay que comprenderlo .el susodicho aCCeso en tanto que determinación formal
como la forma de todos los f6n6menos externos, eVident~ de referencialidad experioncial, más que por medio de
mente el ~iempo debe comprenderse como la forma de todos IU consideraci6n como intuici6n que, en tanto tal, no
los fen6menos del sentido interno. Se constituye as! c2 88 m&s que intuición pura ~ priori, tal y como lo pone
mo la fOrma de todos los fenómenos, tanto del sentido Kant de manifiesto por la exposición metat!siea y cuyo
interno Como del externo, ya que la respuesta a la in­ desarrollo tiene lugar de la siguiente formas
terrogaci6n, ¿qu6 sea en si mismo el sentido interno?,
a) "El tiempo no es un concepto empírico que se de­
desde luego, no es contostable, sino a oondici6a de el!
rive de una experiencia".
minar toda esencialidad pura del mismo sentido interno,
puesto que entonces, todo sentido no seria más que una Nos damos aquí de bruces con la perplejidad agu~
perífrasis. Debemos sujetarnos pues a la exposición re~ tiniana, seg6n la cual se nos indica que por Tiempo hay
lizada por Kant al respecto, por cuyo intermedio se po­ qua entender aquello q~~ no ee puede expresar oralmente
ne de manifiesto la oaracterización del tiempo como fo~ (8i non roges intelligo), este reencuentro es muy sign~
ma absoluta y como condición de todos los fe.::ól.::mos, ricativo 81 se advierte lo antedicho por Kant respecto
tanto del sentido externo como del sentido interno. "El de la fundamentación del Alma humana, como determinaci6n
sentido interno, mediante en CUal el espíritu se intuye trascendente de la raz6n espeCulativa. Pues, precisam~
a s! mismo o intuye su estado interno, no nos da; es te, a esta "perplexitss mentis" ea a lo que VamOs o de­
cierto, intuición a¡guna del alma misma, como un objeto, sembocar desde el mismo instante en que se pretende ex­
pero, sin embargo, es una forma determinada, ba30 la traer el concepto de Tiempo de una sucesión o simulta­
cual tan sólo es poeible una intuición de su estado in­ neidad de cosas, pues, con absoluto evidencia, sin la
terno, de modo que todo lo que pertenece a las determi_
presuposición de la propia temporalidad, no hay modo ~
naciones internas ea representado en relaciones de tie~
guno de determinar si B sigue a A o si es simultaneo
po." (14) con ella, lo que, por la parte que lo corresponde, DOS
indica que sin semejante presuposición de la temporali­
Se hace indispensable que el Tiempo, como deter­ dad 1. por consiguiente, mediante ~~ subs6cuonte consi­
minaci6n formal del sentido interno, no pueda ser conc~ deraci6n ~ priori de la misma temporalidad, no hay pos~
biqo más que como una "intuici6n 'pura ~ eriori", al i­ bilidad ninguna de dirimir para los objetos o cosas su­
gual que el EspaCio, ya que sólo por medio del recurso cesi6n o simultaneidad. Sólo así la oonceptuación Tiem­
a la conjunci6n de ambos es c6mo se hace factible hablar nos permite representarnos la intrínseca referenciali­
de la facultad de la Sensibilidad. Y, en este sentido, dad experiencial que vivifica a la susodicha represent~
no es posible establecer para el mismo Tiempo, como tal ci6n que, en caso contrario, no nos llevaría a desembo­
determinación formal de todos los fen6menos, ni uns re~ car mits que en la imposibilidad de difinir qué sea ese
algo que llamamos tempol:al!dad, puesto que toda defini­
392 393
ción no sería de sUYo más que una auto-defintci6n que,
tiempo es pues dado a priori. En &1 ten sólo es posible
en vano. tondría la posibilidad de presumir mayor Con~
cimiento qUe aquel gue irradia la "perplexitas mentis" toda realidad de los fenómenos. Estos todos pueden des~
agustiniana que. naturalmente, en el determinar la te~ pareoer. pero el tiempo mismo (como la condici6n univo~
poralidad por el proceso de B sigue a A no nOa descubr! . eal de su posibilidad) no puede ser suprimido." (15)
ria otra cosa sino que Tiempo es la SUcesión de A a B, El tiempo como condición general de todos los
como si no fuera ello en sl mismo enteramente obvio. ten&menos, debe asimismo y en oonsecuencia. ser consld~
Seria por tanto Una contradicci6n en los t'rminos dar rado a priori 7t por 10 tanto, como intuición pura ~
semejante definición, puesto que para la daci6n efec­ aFior1. Sólo mediante semejante condici6n ~ priori es,
tiva de aquella sucesión es preciso establecer como oomo se puede garantizar la reterencialidad exporionoial
pre-suposición, la d~ción apriórica de la Temporalidad -del conocimiento para proceder a la determi~ación de la
como condición general de tadas las daoiones sucesivas Objetividad cognoscitiva que debe inherir a todo conoe!
Y ello no puede extraerse m&s que de la consideraoión miento propiamente dioho.
del Tiempo como "intuici6n pura a Rriori". como ya ma­
nifestemos con anterioridad. o) WEn esta Deoesldad ~ Rriori fdnd~ee tambi&n la P2
eibllldad de principios apodlcticos de las relaciones
b) "El tiempo es une representaoi6n necesaria qUe de tiempo o axiomas del tiempo en general".
est& e la base de tedas las intuiciones"_
Naturalmente, la certeza apod!ctica inferible de
Es svidente por lo expuesto. que toda concepci6n
de la temporalidad no puede determinarse m&s que Oomo 1.e proposiciones inheridaa al mismo Tiempo no podr!an
condición general de todos los fenómenos. tanto del se~ derivarse de eXperiencia alguna, puesto que la apodict!
tido interno como del externo, y en el supuesto de que cidad es impensable por medio del recurso a criterios
sólo as! se nos facilita la referencialidad experien_ meramente emp!rioos. es decir. a posteriori. En efeoto,
oial es claro que todos los fenómenos caen ba~o su 'G1 aquella no puede darse m&s que por medio de fundamentos
da. pueden ssl, desaparecer los fen6menos o pueden 3a­ epr16ricos. de tal modo que la Gnica y exclusiva alter­
tos no darse, pero lo que no puede hacerse en manera
Dativa que resulta de lo dicho no e8 otra que aquella
alguna es suprimir a la misma y propia temporalidad,
que deviene en funci~n de la consideración del Tiempo
puesto que, sin ella, sin su estricta preSUposiCión,
como lntuioi6n pura ~ priori, de conrormidad con 10 cual
no habría posibilidad ninguna de Ordenación de los fe­
puede mu;y bien determinarse el fundamento de precisa e­
nómenos Y. en consecuencia,las sensaciones no se con­
xaotitud y apodictioidad que se halla impl{~ito en las
vertirían m5s que un mero y simple &ggregatum sin pos! proposiciones derivadas de la temporalidad.
bilidad alguna de reconvertirlo en conocimiento Propi~
d) "El tiempo no es un concepto discursivo o, como
mente dioho. Por conSigUiente, sólo por la presuposi_
ción del Tiempo Como intuición pura ~ Rriori es como
se le llama, universal, sino una rorma pura de la lntu!
dnicamonte dispongo del fundamento necesario y suticie~
oi60 sensible".
te de transmutar a los objetos de la intuición empíri_ El tiempo no puede ser concebido ni comprendido

Oa en conocimiento estrictamente considerado, lo que es por medio de la referencia a porcionalidades discretaa

subrayado por el mismo Kant de la siguiente manera: "El del mismo, puesto que ~l mismo se halla en semejante

porcionalidades discretae como la condici6n general de

394 39S
laa mismas porCionalidades discretas y, por ende, está captar y aprehender en el concepto de la temp~
presupuesto en oada una de la susodichas poreionalida_ ~9lidad asl entendido no son m~s que limitaciones del
des diseretas, si pudiera inteligirse como la suma de tiempo mismo fragmentado, sin que, no obstante, nos de~
~Btas, habría en consecuencia gue concebirlo a su Vez . prendamos de la unicidad temporal que está a su base c2
como Un aggregatum incoherente con la misma determina_ mo condición formal de toda porcionalidad temporal di~
c16n formal que 10 inhiere Como tal temporalidad. Evi­ creta, 10 cual, evidentemente, nos conduce, por indecl!
dentemente si "cada tiempo" tuera posible concebirlo nable contrapartida, a establecer y determinar su tot!
Como "Tiempo en sí" no encallaríamos mIs que en una ta,!! me intinidad, como base de desarrollo de toda porcion~
tOlogÍa que, desde luego, en nada aumentaría nuestro lided temporal discreta. Naturalmente, es por esto por
conocimiento acerca de la tunci6n cognoscitiva asigna_ lo que justamente se hace imposible en términos absol~
ble al mismo Tiempo propiamente dicho, por cuanto el tos proceder a la comprensi6n meramente intelectiva del
proceder "sint6tioo" no quedaría d. s~o m&s que neu­ Tiempo, en tanto representaci6n conceptual, ya que ésta
tralizado y anulado por medio de una base-analítica" no nos remite a la característica de infinitud que irr~
absolutamente dil~yente y dispersiva, sio que, por ello. dia a la temporalidad. sino que tan sólo nos describe
nos ofrezca claridad alguna respecto a quA sea la tem­ 8U indel'inici6o que, desde lueSO, no dgnifica de suyo
poralidad, lo cual 8610 noa es explicable a partir de .le que una comprensi6n de la facultad de la Sensibil!
su consideraci6n como intuici60 pura ~ Rriorit como h~ dad y de toda rel'erencialidad oxperiencial bajo el Im­
mos indicado.
perium de la "ratio ideale", lo que, como fácilmente
•• adviert~, no deja de ser una clarividente oontradis
.) "La infinidad del tiempo no 8ignitic~ ~~ra Cosa
tio in adjecto, absolutamente insostenible.
sino que toda magnitUd determinada del tiempo 98 s610
posible mediante limitaciones de un tiempo dnieo tun~ De conform~~ad con lo dicho, es oompletamente ~
mental"
Vidente que no existe ninguna otra posible explicaci6n _
Semejante característica aCerca del fundamento
Con sUficiente grado de plausibilidad, que permita di­
cognoscitivo de la ternporalidad nos descubre que la p~
rimir para el Tiempo alguna tunc16n cognOSCitiva que
sibilidad de concebirlo c~mo representaci6n intelecti­
no Bea la propiamente "intuitiva". 8610 por medio del
Va y, por ende, conceptual, no puede sostenerse a st
recurso a la función intuitiva es oómo Be puede ofreoer
misma en manera alguna. Pues, si bien podemos conside­
una perspectiva integrada de la ~~ferencialidad expe­
rar partes del Tiemp~, éste como tal, como condici6D
riencial que debe hallarse a su base, puesto que en c~
de la totalidad de los fen6menoB o oomo condiei6n for­ 80 contrario no haríamos otra cosa que desembocar ine­
mal de lss partes mismas, no puede ser considerado m~8 xorablemente en la "perplexitas mentis" anteriormente
que ~omo ilimitado y, desde luego. 8ólo as! se pOdrá aludida. Y además, semejante cobertura "intuitiva" pa­
ooncebir a aquellas partes como. "limitaciones" del Ti~ ra la temporalidad, no puede ser considerada sin más
po 6nieo absolutamente infinito. Toda Posibilidad de como meramente intuitiva, aino gue requiere un grado
concebir al Tiempo como 8ujeto a sus partes mismas y mucho más elovado, tal cual deviene aquel que resulta
extraerlo de ellas no conctuce más que a una intelección de su consideración como "intuición pura ~ priori",
conceptual del mismo, de la propia temporalidad, aUn­ tampoco de otro modo, habria posibilidad alguna de
que, desde luego, con la mayor evidencia. Todo lo qUe fundamentar la apodicticidsd da sus principios, como
395
397
tambi'n ae ha dejado ya maniriestamente claro. Cerramos
aquí el examen relativo a la ~exposici6n met~~ísica" de DO podría concepto alguno, tuere el que tuere, hacer
la temporalidad 1 pasemos a la "exposlci6n trascenden_ oomprensibla la posibilidad de un cambio, es decir, da
tal". UD enlace de predicados contradictoriamente opuestos
(v.g. el ser en un lugar ~ el no ser esa misma coaa en
II.2.3.b._ EXPOSICION TRASCENDENTAL DEL TIEMPO. el mismo lugar) en uno ~ en el mismo objeto ••• como bay
en la teoria generel del movimiento." (16)
H~V que resaltar en primer lugar que la relaci6n
de la temporalidad con la Aritm~tica guarda un profUndo Evidentemente, aunque semejante ejemplo pueda
e íntimo enlace. por cuanto, al igúal que en el Tiempo pareoer a primera vista contradictorio sin embargo e8­
se dan la sucesi6n y la simultaneidad, en la Aritm&tica ti perfectamente enmarcado en el seno del estudio til~
se plantea el escalonamiento num6rico por agregaci6n de .&~ico kantiano, pues desde luego, hay que determinar
la unidad a sI misma, a la Yez que se pueden establecer que la objetividad cognosoitiva que debe irradiar a la
comparaciones de magnitUdes de forma clara. Así 1 como -ratio p~aicew depende en buena medida, de la objeti­
ya so lndic6, la relaci6n SUbSistente entre ambos pla­ vidad cognoscitiva ~ de la subsiguiente tundamentaci6n
nos, nos condUce 8 un determinado tipo de opoeici6D, ea de la miama respecto de la "ratio matbematice", lo que,
to cs, a aquella que, en el capitulo anterior, hemos d~ obviamente, Kant no va a desarrollar hasta su plantea­
nominado como "OPosioi6n real", o~a característica dia .lento en torno a los principios del conocimiento ris!
tintiva radica on el hecho de que no se desarrolla m's co. lncluidoa en la Analítica de los Principios de la
que A partir de la "poeitiVidad~ de los opuestos, a di­ ARALITICA TRASOENDENTAL que busca su solidez y firmeza
ferencia de la "oPOsici6n l6gica" que determina la eupr~ en la cobertura intuitiva de la ESTE1'ICA TRASCENDE~rALt
si6n radical de Uno de loa opue~t08 una vez dado el otro. que es lo que justamente DOS ocupa en este capitUlO.
por vía antag6nica. Semejante condici6n deviene importap
te retenerla en la ~Gdida en que el mismo Kant nos ln~ De esta manera ~ partiendo de la posibilidad de
car! que 8610 en funci6n de tales consideraciones ser' que .610 en el Tiempo es dable semejante "enlace de pr~
POEible determinar funci6n cognoscitiva para la "ratio

~~sice", pues su ralz originaria oXplicativa hay qUe

dicados contradiotoriamente opuestos en uno y en el mis


,
mo objeto" es, como tal relaci6n debe ser comprendida,
-
presuponerla en funci6n de Un enlace semejante, ~a que
a partir del sentido interno subsistente en el Tiempo
80n mt relativa pero importante rererencialidad empiri_
mismo, como relaci6n de simultaneidad sucesiva. T, na­
ca, la "ratio Physiceo, no dispono de otro fundamento
turalmente, a partir de la interioridad inherente al
que aquel que se infiere de 10 comprensi6D intelectiva
mismo Tiempo, en tanto condici6n general de todos los
de la "opoaioi6n real", que es lo que convierte a la te~
fenómenos, 'sta. es decir, la propia interioridad tem­
poralidad en esenc~a explicativa de la misma, esto es,
poral, debe contener por si ~ para sí la posibilidad
de la "ratio physice" propiamente diCha, tal como pue~e
de la representatividad externa inmanente al Espacio,
advertirse por lo qUé el mismo Kant nos expone seguida_
de modo que los objetos externos representados por 6a­
mente. "••• El ooncepto de cambio ~ con 61 el Ooncepto te puedan ser. a su vez, representados como relaciones
del movimiento (como cnrubio d~ lugar) no Bon posibleo temporales, de acuerdo con las vine de la sucesi6n ~
8ino mediante y en la representaci6n del tiempo, que sl simultaneidad intrínsecas al propio Tiempo, es decir,
esa repreaentaci6n no ruese i ntuic16n (interna) ~ ~riorl, por medio de una "oposici6n real". Ello es lo que nos
398 399
suministra la combinatoria de "8Ucesi6n simult&nea" o • la base de la Geometr!a analítica cartesiana, a par­
de "Simultaneidad sucesiva". lo cual no vale para el
tir de 10 cual, desde luego, puede asimismo inteligir­
principio l6gico Como verdadero artírice de la tunda_
¡ •• la raz6n de por qu6 el tiempo es la condición for­
mentaci6n Cognoscitiva de la "ratio ideale", bomo fá­ .al general de todos los Cen6menos, tanto del sentido
cilmente puede apercibirse. De tal manera la represen_
interno como del sentido externo, a diferencia del Es­
taci6n espadial se contiene en la representaoi6n temp2 pacio, cuyo alcance no se proyecta m's que a la sombra
mI, por cuanto 6sta misma no cODstit~e m&s que la r~ del expreso sentido externo, como condici6n formsl ge­
ferencia interna representativa del ob3eto e8pnoialme~ neral de 108 fen6menos del sentido externo, como hemos
te representado como objeto externo.
'8 puesto de relieve, 7 tal como noe lo subraya Kant
Semejantes condiciones estableaen UDa radical de la siguiente manera. "El tiempo es la condici6n fo~
ruptura con el pre~uPuesto metafísico de la "iDtempo~ .al a priori de todos los fen6menos en general. El es­
lidad de la interioridad" que se sustantiva en la re­ paoio, como rorma pura de toda intuición externa, está
presentaci6D del "A1IIIa~. Oomo expresil)n de un Ego DO-­ , limitado. como condición ~ priori, s610 a los fen6me­
empírico, concebido ent6rminoa absolutos, a diferencia DOS externos. En cambio, todas las representaciones, ~
del planteamiento kantiano en el CUal obviamente pue­ tengan o no Cosa8 exteriores como objetos, pertenecen
de discernirse que la temporalidad. como expreai6n d. ea ai mismas al estado interno, como determinaciones
la interioridad, requiere 7 presupone una reterencial! del espttitu, 7 este eatado interno se balla bajo la
dad empírica, en tanto intuici6n pura ~ PEloEi. Toda condioi6n tormal de la intuición interna, por 10 tanto
POSibilidad de fUndamentar al Ego como interioridad e­ del tiempo. De donde resulta que el tiempo es una con­
sencial no puede realizarse sino en fUnci6n de seme3~ dici6n ~ priori de todo ten6meno en general 7 es con~
te referencialidad experiencial intrínseca a la propia oi60 inmediata de los fen6menos internos (de nuesta ~
temporalidad. ..) 1 preoisamente por ello condición inmediata tambi6n
de los fen6menos externos. Si puedo decir ~ priori. to­
Es claro en base a tales supuestos,que para que dos los ten6menos externos estan determinedos en el e~
subsista el cambio hQ3 que presuponer de suyo a la T~ pacio y segÚn las relaciones del espacio ~ priori, pu~
poralidad, ya que todo cambio implica que algo cambia do decir, por el principio del sentido interno, con t2
y 'ste algo no pUede ser el Tiempo mismo, puesto que da seneralidadt todos los fenómenos en general, es de­
61 mismo no ea m&s que la condici6n propia del cambio, cir, todos los ob~etos de 108 sentidos son en el tiem­
en el seno del cual tiene lugar aquel algo que oambia. po y estan neoesariamente en relaciones de tiempo.
8610 por medio de la relaci6n COD el sentido externo
es comprensible ese algo Que cambia a trav6s de la Pro! (, •• ) El tiempo es, pues, solamente UDa condioi6n
viamente Subsecuente determinaoi6n del sentido interno, subjetiva de nuestra (humana) intuici6n (la cUál es
de tal manera que, en lo que concierne a la tundament~ siempre sensible, es decir, por cuanto somos areotados
oi6n de la "ratio mathematice", tenemos claramente ea­ por objetos) y no es nada en si. tuera del SU3eto.- (17)
tablecido que la posibilidad de comprensi6n aritm6tica
tia¡ Que establecer pues con toda claridad que la
de laa diversas figuras geom6tric88 ea algo perfecta_
60icB posible comprensión para el Espacio y el Tiempo
mente concebible. Lo que esta claro en lo que respecta
no puede ser otra que In propiemente intuitiva, ya que
s610 por medio de la propia intuición es factible no
461
400
Sin embargo, no resulta dificil advertir aimiemo
8610 dar cuenta de la reforencialidad emplrica que debe dadas tales caraeteristicae serta totalmente innec~
irradicnr al conocimiento, sino además tsmbi6n su oriF~ 8erio establecor referencia empirica alguna, tal como
nariedad estrictamente subjetiva, esto es, como perten~ ~05 que es insoslayable, ¡ desde esta 6pticasi aten­
ciento al sujeto cognoscente, Y, naturalmente, presupo­ 4emos a la imposible omisi6n de tal referencia emplrioa,
niendo semejantes condiciones oognoscitivas, es obvio ..g6D se nos ha puesto de relieve por Kant en tunci6n
entonces, que.aquollas intuiciones del Espacio y del 48 10 expuesto, es claro entonces como contrapartida que
Tiempo no puedan de suyo ser inteligidas más que como no es posible proceder a establecer ni aquel tipo de c~
"intuiciones puras ~ priori", puesto que, como vimos, nocimiento decisivo esencialmente ni asimieno presuponer
ellas nos tacultad para la reterencialidad emplrica y • SU base la realidad animlca tundamentada m!s que met~

desde ellas se puede en consecuencia construir la tacu! ti.icam , es decir, espeCUlativamente, no cientitic~

ente

tad de la Sensibilidad. Disponemos as! de la posibili­ .ente como e8 preecriptivo.

dad de ser afectados por objetos, los cuales, subsumidos Si debemos circunscribirnos a la esfera cientif!

bajO la condici6n formal inherente s aquellas intuicio­


ca propiamente dicha es evidente que el soslayamiento

nes puras ~ priori. pueden convertirse, a su vez, en


.de la referencia emp{riea es oompletamente imposible Y

conocimiento y, sobre todo, en conocimiento objetivo


en tal sectido su consideraci6n como condición necesa­

por cuanto la forma misma de 106 objetos que nos arec­


ria de todo conocimiento obliga inexorablemente a fijar

tan debe coincidir plenamente COD la torma misma en la


108 limites de todo especulativismo, en cuanto que Dolo

que nosotros nos lo representamos, como hablamos ante­


••l es como se puede respetar la directriz trazada por

riormente mencionado. Esta coincidencia formal es la


el principiO "sint6tico a priori" tomado por Kant como
que, l6gicamente dota de un irrecusable fundamento a la
objetividad cognoscitiva propia de la "ratio mathemati­ base explicativa 1 tundnmentadora.
ce", que por su parte inquiere tan 8610 por la susodi­ Desde esta perspectiva, la racionalidsd propia­
cha roterencialidad remota a la experioncia su verdade­ mente dicha, en cuanto que ella misma es consecuencia
ra ralz originaria explicativa de su total y plena cer­ de la actividad cognoscitiva, inherente al propio suje­
teza. to Cognoscente, no puede concebirse más que como un co­
nocimiento que ee aproxima negativamente a toda deci­
Atendiendo a lo expuesto puede advetirse entonces
816n esencial , que justamente por el recurso emplrico
la problematicidad que envuelva a todo intento de fund~
gue le es intrinseco debe plegarse a tales limites COE­
mentaci6n meteIisies del Alma, en la medida en que si ceso
noscitivos. en la medida en que su auto-ac no tiene
ésta fuera poaible como tal lo serIa análogamente a la
lugar m's que por identidades que solo lo son nominal­
posibilidad de postular un conocimiento que decidiera
mente, es decir, idealmente, en tanto "ratio ideale",
acerca de las propias esencias, esto es, de un conocimie~
aun a pesar de la aporta que ello implica inevitable­
to sub specia aeternitatis, como expresi6n tangible de
mente, aporta que permite al menos resolver operativame~
la conciencia pura que deberla hallarse a su base, y que
I te el conflicto abierto por Descartes al respecto, como
como contrapunto permitirla postular una "autoconecion­
fácilmente 6e advierte por todo lo antedicho.
cia absoluta" sobre sI mismo respocto del propio ser
humano.
402
403
II .. 2.4.- LA IDEALlj)J\D TRASCENDEtHAL DEL F.,Sl:ACI0 y DEL
48 la estricta presuposioi6n del EspaciO Y delfiempo
TIrITO.
como determinantes formales de toda intuici6n empírica
y, en conseouencia, como "intuiciones puras ~ priori".
'l'oda posibilidad de validar la objetividad cog­ por cuyo medio taO 8610 nos es accesible aquella obje­
noscH;iva propiamente dicha en lo que concierne al un! tividad cognoscitiva que, sin embargo, no puede abora
verso sensible debe necesariamente incardinaree operan concebirse como absolutamente pura, sino, por el con­
do sobre el modo c6mo lo~ objetos nos afectan, y en fun trario, comprenderla como sujeta a limites. El plano
ci6n de las intuiciones empiricBS, pues sólo a trav6s 48 incidenoia operativa de aquella objetividad cogno~

de 6stas es como se puede conceder valides al conoci­


miento mediante referencialidad emplrica a la experien
cia como marco originario en el que remotamente debo
.al.
citiva queda oircunscrito al marco estrictamente ~or­

puesto que del pleno referencial que nos es pro­

porcionado por la intuici60 no nos es dada m&s objet!

suponer tod.o origen. Es evidente que s610 presuponien.. rtda.d que la propiamente formal, precisamente por 10

do ~ la base de las intuiciones empíricas una posible cual la miama objetividad debe, como hemos señalado

ordenaci6n de la8 r.'~r:;mas que, desde luego, no puede ser oon anterioridad. obBervarae oomo Bujeta a límites v~

m&s que estrictamento formal, puedo de suyo extraer c2 ritatlvo8, que es precisamente lo que noa indica la

nocimiento avalado en su certeza, puesto que si semej~ dietinci60 kantiana entro el conocimiento fenom6nico

te ordenación hubiera que esteblecerla a partir de su 1 el coroc1miento noum6nico.

unidad formal-matetlal no desembocariamos más que en­


A partir de semejantes condiciones cognosciti­
una pretenciosa racionalidad cognoscitiva. VBno en su
intento de auto-otorgarse pura posltividad que seria T88, dadas a trav6s del alcance meramente formal de
siempre imposible demostrarla. Por 10 procedentemente la ob3etividad oognoscitiva, adquiere pleno rigor
expuesto, se ha revelado con claridad que nos sumergi­ oient!tico la "ratio mathematice n • puesto que la mia­
mos así en las et6reas brumas de la más pura "causa ma base intuitiva nos suministra la exacta coinciden­
sui", por cUanto proyectamos sob~ nosotros la umbría cia entre la forma representada en la intutci6n del o~
perspectiva de captar la Infinitud auxiliados tan 9610 3eto 1 el objeto formalmente representado en la intui­
por la posibilidad que tenemos de concebirla concep­ oi6n, tal ooincidencia nos proporciona la s61ida y ri~
tualmente transmutada como idea pura, dentro del inme~ .e fundamentación ~\lE'I nos conduce a la atribuci60 de
so poderlo de una raz6n especulativa pura con la que la susodicha objetividad cognoscitiva propia de la ·r~
sempiternamenteintentamos asemejarnos concibi6ndola c2 tio mathematice n • r eeta no se puede establecer sino
mo "Causs de lss causas" que nos doscubre el reflejo a partir de la estricta consideraci6n del EspaciO Y
de la "imago del". del Tiempo como intuiciones pures ~ priori. No podrÍa­
mos explicar, en caso contrario, con suficiente exact!
La absoluta pttreza implíCita en el inquirir ex­ tud como puede darse efectivamente tal coincidencia,
periencial ncerce de la susodicha "unidad f'ormal-mete­ puesto que no podría verse con claridad c6mo deba pre­
riol" no nos descubre de suyo más que un eniBma mágico suponeree tal coincidencia si Be admitiera la cobertu­
irresoluble, se hace indispensable proceder e examinar ra espacio-temporal como perteneciente al objeto pro­
cuáles sean loa soportes en funci6n do 109 cuales equ~ piamente considerado, tel como ocurre tanto para la r~
lla objetividad cognoücitiva quede porfectamente pre­ flexi6n filos6fica leibniciana como para la reflexi6n
servada. No nos resta otra alternativa que la derivada
494 405
D08citivo derivado de la propia actividad cognoscitiva
metodológica newtoniana. del mismo su3eto cognoscente. t, es en este sentido c2
Si presupusi~ramos por consiguiente, como pert~ mo hay que puntualizar, una ve~ establecido el hecbo
necientes al objeto semejcntes formas puras, no desem­ de que 8610 por aquellas formas pura de la sensibili­
bocorinmos más que en la compronsi6n racional del pro­ dad podemos ser atectados por objetos empiricoe, que
blema, nos veriamos aai inexorablemente conducidos a la misma esencia del sujeto cognoscente bay que fil­

determinar un alcance que propiamente seria noum~nico, trarla por releoi6n e semejante referencia1idad expe­

absolutamente inaccesible para toda objetividad cogno~ riencial, la cual, desde luego, no puede ser comprend!

citiva, por 10 que estaríamos eempiternamente inmersos da ein m&. oomo meramente determiniata, como 8ucede en

en el marco de la "evidentia fugex", animados y .: stimy. todo emptrlsmo propiamente dicho, sino que bay que con

lados sólo por el prepotente at6n de acceder a una de­ oebirla, de la manera ,a dicha, como una consecuenoia

terminaci6n objetiva y que sólo DOS puede caer como e­ de la aotividad intrinseca al sujeto Cognoscente , SiD

manada de uno ras6n especulativa. No existe pues otra la cual desaparece toda ob3etivi dad cognoscitiva en

altornativa que la d .. ~6tab1ecer aquellos lImites ope­ laa brumae de la raz6n especulativa.

rativos con los cua1e.9 puede tenerse plona confianza Lo que bay que concluir de lo dicho es el hecho
en la objetividad cognoscitiva y que no nos son propo~
4e que toda ob3etivided cognoscitiva pura queda, para
cionados m~s que por medio de la inte1ecci6n intuitiva
DOSOtroS. Bujeta al plano meramente formal. Desde lue­
del Espacio y del Ti'.,rnpo como form,s,s puras de la Sens! go, en contrapartida, 10 que si puede establecerse es
bi1idad, disponemos es! no s610 de la posibilidad de
que 'ste, o sea, el plano formal, nos proporoiona un
1~ referencia experiencia1, sino adem&s, de la objeti­
marco de ob3etividad Cognoscitiva incontrovertible,
vidad cognoscitiva deriveda de la coincidencia formal,
.61i.do, tal cual es aquel en el que se asienta la "ra­
anteriormente expuesta, tal como nos lo indica el mis­
tio matl.ematice" pro~lamente dicha. Por tanto de esta
mo Kant:nEspacio y ¡'iempo son, por tanto, dos fuentes
manera, queda cODlpletamente marginada toda posibilidad
de conocimiento de las cuales ~ pxiori podemos extraer
de preguntar por el conocimiento noum6nico, por cuanto
diferentes conocimientos sintéticos. ( ••• ) Ambas toma­
todo interrogar por la osencia del sor-en-s{ no repre­
das juntas, son forcas puras de toda intuición sensi­
senta de suyo más qúc una extrapolaci6n del fundamento
ble " por eso, hacen posible propoBiciones sint~ticaB
originario del conocimiento. Tal , como el mismo Kant
.!! priori. Has esas fuentes de conocimiento !! priori d.!!
nos lo señala con claridad al advertirnos lo siguiente,
terminan SUB limites precisamente por eso (porque son
"Ahora bien, lo que. como representaci6n, puede prece­
meras condiciones de la sensibilidadl a ssbarz que se
der a toda acoi6n de pensar algo, es la intuición ,.
refieren s610 a objetos en cuanto son considerados co­
ei no encierra nada más que relaciones es la torma de
mo fenómenos, más no representan cosas en sI mismas."
la intuici6n, la cual, no representando nada 8ino por
(18)
cuanto algo es puesto en el esplritu, no puede Ber n­
De e~ta manera, ateni~ndonos El las susodichas tra cosa que el modo como el esplritu eS afectado por
condiciones del Espacio y del Tiempo como intuiciones la propia aotividad. a saber, por ese poner sus repr~
puras .!! priori, toda residencia de las mismas no puede scotaciones y, por lo tanto, por sI mismo, es decir,
establecerse sino en el Bujeto cogno~;cente, puesto que que es un sentido interno segÓn su forma. Todo lo que
ellas mismas de suyo no son máa que un resultado co~-
f06
fO?
es representado por un sentido es siempre fen6meno y o -1
no se admita el sentido interno, o el sUJeto, que con,!! dad. por cuyo medio disponemos de la posibilidad de d~

tituye el objeto de dicho sentido, no puede ser repre­ terminar aquella ooincidencia ya mencionada. La obJet! 1

sentado por ~l, más que como fen6mcno y no al modo Co­ .id8d cognoscitiva infer1ble de aquí tieno que propor­

mo juzgaría el sujeto do eí mismo si su intuici6n rua­ cionarnos una pieza de cardinal importancia, con vis­

se mera activIdad propia, es decir, intelectUal." (19) ta8 a establecer qu6 sea la interioridad humana 7 que

80 virtud de lo expuesto, no puede ser comprendida m&s

Determinado todo lo anterior, conviene proceder que a partir de su apa,yatura en relaci6n con la condi­
a abordar una de las CueRtiones más interesantes del 016n t'orroal de la temporalidad. dado que ea 'sta la que

planteamiento .filóso.fico kantiano~ por medio de la cual CODtiene en 8U 8eDO la .forma general de todos los ren!

se abre la por;ibil1dad de resolver aquella problamllti_ ••nos.

ca planteada por Hume respecto del auto-conocerse de


la humanidad en su interioridad propia, si la causali_ 81 19 forma génera1 de todos los fen6menos no
dad no d:f.spone de ob,1('>t-~vidad absoluta en su int'eren­ reside m&s que en la temporalidad,como hemos dicho, la
cialidad. Esta cuestión no puede dejar al margen, ya interioridad propiamente dicha, no puede rad~carse si­
que a 0110 nos remite claramente la cuesti6n acerCa del DO en la misma temporalidad, de tal modo que la inexo­
Espacio ~ del Tiempo como condiciones termales de los rable consecuencia no es otra que aquello que deriva
.fenómenos externos e internos y to~a consideración ca~ de oomprender a tal interioridad como renom~nica, lo
sal de la interioridad humana, como bane irradiada del que. naturalmente. no se puede concebir, aunque parad!
Imporio de la Razón espoculativa no puede sostenerse 3icamente DO resulte a primera bista de otra manera,
ai BO intenta suprimir la base intuitiva del mismo meE 1111. qua como una representaci6n de la "auto-conciencia"
co de la Sensibilidad, y se deja el descubierto toda de cooformidad oon el criterio mismo derivado de la co~
respuesta coherente en lo que concierne a la objetivi_ Ciencia 1nferible de aquella afectaoi6n empírica de los
dad Cor,noscitive propiamente dicha. objetos e~ la Bensibili~ad. Tal considoraci6n del pro­
blema n6 implica la inexistencia de objetividad cogno~
Desde tal perspoctiva, lo que primeramente hay
citiva, 10 que no sería m&s que proceder a una compre~
que advertir es que toda consideración de la interior!
816n meramente racionol de una cuesti6n que desborda
dad humana requiere inevitablemente BU planteomionto a
radicalmente BUS prc~ica limites cognoscitiVOS. pura­
trav~s del filtro de la temporalidad, única manera que
mente reducidos al marco l6gico. al marco del mero pan
tenemos de o.frecer sólido basamento do la receptividad
sam19nto, pues es precisamente la inversión absoluta
de las imprasiones sensibles, a su vez, de la posibil!
de la conciencia regida por un pensar apto-eonsciente
dad de otor~ar rererencia experiencial para la intui_
la que nos hace, invariablemente, desembocar en la B1~
ción, como capacidad gestada por la propia actividad dida "evidentia fUgax". l'or el contrario la posibilidad
del ~ujeto cognoscente. y de esta guiea, toda posibil! de acceso a la objetividad cognoscitiva, queda asegur~
dnd de otorp,"ar sólido fundamento a la ordenaci6n de la da precisamente porque la misma propiedad .fenom~nica
mUltiplicidad fenoménica implícita en aquella recepti­ que irradia a la interioridad humana, nos descubre que
vidad c'ene:i.ble, no puede ro.dicarso Bino, en In eonsid~ el alcance del pensamiento tiene limites y, en tanto
ración ~el Espacio y del Tiempo como intuicion~s purae tal, el pensamiento, circunscrito tambi~n a los susodi
~ priori, es decir, como formas pur~s de la Sensibili_ chos límites, debe buscar inexorablemente su posible

1
I
«08
(09
construcci6n a partir de elementos b~sicos que no soan
precisamente los suyos propios, como esfera pensante, ten6menos pueden decirse por lo tanto ~npfior1 muchas
lo que no tiene lugar más qU'e en funci6n del marco in­ cosas, en lo que toca a la forma de los mismos, pero
tuitivo que. como referento de experiencia, n08 permi­ no se puede decir lo más mlnimo de la cos en si misma,
te discernir para le eelfera del pensamiento de Un abs.Q. que estA a la base de esos ten6menos." (20)
luto de cobartura ofrecido por tal referencia de expe­
riencia preeUpUt'lflta en la intuici6n•• Consecuentemente Es precisamente el aspecto tormal el que aot6a
con eato no; se pono, en entredicho la objetivided cog­ como fundamento de la objetividad cognoscitiva, puesto
noscitiva por cuanto la interioridad soa posible conc~ que respecto de los fen6menos en lo que se refiere al
birla como fen6meno, sino que, justamente 01 cont~~iot marco intuitivo de cotlocimlento, tan 8610 la forma del
lo que sucede es que se presorva a la misma objetivi­ objeto sensible n08 es conocida, evidenteme~te, en raz6n
dad de dorivar hacia las difUminacionos de los limites de que tal torma no es puesta de suyo mAs que por la
de la objetividad cognoscitiva, tal y como se hallan aisma auto-actividad del sUjeto cognoscente, en la me­
dado en cuento De ti~G~ la pretensi6n de dar plena y dida en que. en si. en un objeto sensible, no puede di
absoluta validez a la metamorfosis del raciocinio puro, terenciarse la 'orma de la materia. a excepci6n de que
sin un ajuste critico severo Que impida el desembocar algo lo distinga 7 ese algo, pues no puede ser otro que
en la mencionada "evidontia tugnx", & la cual no se. a.Q. el propio sujeto cognoscente. Y, a su vez, es jUBtamell
cede m!s que como cO~3ecuenaia de la interminable bGa­ te por medio de esta distinci6n c6mo el sujeto cognos­
queda del conocimiento in aeternum, que os lo propia­ cente realisa una slntesis entre el objeto mismo, for­
ms;¡te caracterlstico de la Meta:..lsioa. malmente configurado y la torma que S9 configura en la
representaci6n subjetiva del objeto, forma ~ue una vez
Para evitar semejante esoollo no existe mte al­ establecida hay que adoptarla como criterio firme y S2
ternativa que aquella que se construye expresamente al lido de conocimiento pues la coincidencia entro la fOE
tOr:1l'lr como punto de partida el marco intuitivo de con.Q. ma subjetivamente representada del objeto en la intui­
cimiento, por cuya auto-actividad podemos construir la oi6n y el objeto intuitivamente (tormalmente, por tan­
facultad de la Sonsibilidad, de conformidad con la pa­ to) representado en el sujeto viene a ser plena, ya que
sible ordenaci6n del máltiple fenomónioo que nos es ambas representaciones no son mAs que las dos caras de
proporcionada por las intuiciones puras A priori del una misma moneda, en tunoi6n de la cual, obviamente.
Espaoio y del Tiempo. As! toda posible incardinaci6n puede determinarse certeza apodictica de manera A priori
de objetividad cosnoscitiv8 hayt que edifioarla a par­ sobre la base la antedicho. coincidencia.
tir.de los susodichos supuestos, lo que nos es SUbrayA
do por Kant de la siguiente manera I "Es pues, induda­ 8610 sobre semejante base, como es evidente. pr.Q.
blemente cierto y no sólo posible o verosímil, que el porcionada por tal coincidenoia, que es lo Que se re­
espacio y el tiempo, como condiciones necesarias de t.Q. suelve a través del principio "sint&tieo n priori", de~
da experiencia (externa e interna) son 8610 condicio­ de donde Kant construye la objetividad cognosditivs pr~
nes subjetivas de toda nuestra intuibi6n, en re18ci6n piamente dicha, es desde donde a BU voz se revela el
con las cuales, por tanto, todos los objotos son meros fundamento de certeza apodictica que envuelve a la "rA
fen6menos y no COssa dadas por si en ose modo, de esos tio mathematice", certeza apodlctica o pura que no pu~
de encontar su cobertura explicativo, oomo ha podido
410
411

constatarss, m6s que al11 donde la delimitaci6n de las


intuiciones puras a priori por tanto, ha sido estable­ gO en si mismo, sin relación a vuestro sujeto, ~c6mo p~
cida y fijada, en cuanto que de otra manera tanto el dr!ais deoir que lo que yace necesariamente en vuestras
espacio como el tiempo tendr1an que ser explicados co­ condiciones oUbjetivas para construir un triángulo. ti~
mo formas materiales stricto seneu sin que no obstante ne que convenir tambi6n al triángulO en s1 mismo? Pues
digan ambos algo más sobre la materialidad que lo que • vuestros conceptos (de tres lineas) no podr!ais aña­
resulta de la simple forma con la que la conciben, to~ dir nada nuevo (la figura) que hubiese necesariamente
ma 'sta que precisamente por ello nada puede deoidir a de hallarse en el objeto, porquo 'ste es dado antes de
priori respecto de toda mat6rialidad más que la propia nuestro conocimiento y no por 61. Así, pues, si el esp~
formalidad que le eatá imp11oita, como condición gene­ cio (1 tambi6n el tiempo) t I ) fuese una mera rorma de
ral de todo múltiple fenom6nico, en cuanto la recepti_ vuestra intuición, que contiene las condiciones ~ prio­
vidad sensible del sujeto oognoscente penetra explica­ Ji ba30 las cuales solamente las C0888 pueden ser pare
tivamente esta mediación, convirti~ndola as1 en un fa~ vosotros objet08 exteriores (quo, sin esas condiciones
tor epistemOlógico decisivo, en la medida en que pro­ subjetivas DO son nada en sí) DO pOdríais decidir nada
porciona por su parte al conocimiento matemático la r~ eiDt6ticamente y .!"moti sobre objetos exteriores."
ferencia explicativa de su fundamento originario, des­ (21)
poj&ndolo del auspicio misterioso de un espíritu que 8610 a partir de semejante fundamentaoión del c~
resuelve el problema de lo absoluto en BU mera forma r!cter intuitivo .! priori del Espacio y del Tiempo se
sin que ein embargo tal forma sea elevada u tal absol~ logra ofrecer una perspectiva de "realismo filos6fico·
tez como contrapartida parad6jica.
para la propia rafz originaria explicativa de la objet!
vidad CognosOitiva, la cual no puede construirse sino
Samejante asignaci6n de certeza pura a la "ratio
por medio del edificio de la racultad de la Sensibili­
mathematice" adquiere en el seno de la reflexi6n filo­
dad, puesto que 6610 por 6sta es como disponemos de la
sófica de Kant un status de primer orden, puesto qUe
posibilidad de fundamentar. a su vez, a partir de la a~
eólo atendiendo a tal fundamentación se hace posible
tiv1dad inherente al sujeto cognoscente, la objetividad
conceder al conocimiento la objetividad indispensable
cognoscitiva inmanente al Espacio y al Tiempo como in­
que. hasta entonces, no hab!a hecho mAs que evaporar­
se Como loo fluidos et6reos del vorticismo cartesiano. tuiciones puras ~ priori 7. por ende, como mareo de or­
y eVidentemente, tal objetividad no se adquiere sino
denación del m~ltiple fenoménico.
en función de la mencionada coincidencia, como el mis­ De conformidad con semejantes condiciones, es o~
mo Kant nos lo pone de manifiesto, cuando nos indica vio entonces, que s6lo por medio de una estricta oonsi­
los pasos a dar para pOder orrecer Una explicaci6n ní­ doraci6n del Espacio y del Tiempo como intuiciones puras
tida del fundamento matemáticol "Ahora bien, si no hu­ a priori y en coosecuencia, a partir del carácter de "!
biera en vosotros una facultad de intuir ~ priori, si dealidad trascendental" que las iohiere como expresi6n
esa condición Subjetiva no fuera, según la forma, al
de la gestaci6n cognoscitiva en base a la actividad in­
mismo tiempot la condición universal ~ Driori. bajo la trinseca al sujeto cognoscente, es c6mo podemos decir
cual tan s6lo el objeto de esa intuición (exterior) que existe un marco estricto de objetividad cognosciti­
misma es posible t si el objeto (el triángulo) fuera a! va. puesto que 6 ello es a lo que nos remite la "ideal!
dad trascendental" colocada por Kant a la base de todo
112 'j3

su sistema fi10s6fico.
LOa que soetienen la realidad absoluta del espacio y del
La "idealidad trascendental" se configura en fun tiempo, admltanla como ~ubsistente O sólo como inberen­
ci6n de la presuposición expresa y enormemente import~ te. tienen que hallarse en contradicción con los princ!
te, de un "realismo" exclusivamente basado en la "expe_ pios de la experiencia misma. Pues, si se deciden por
riencia", en la estricta empiricidnd, lo que como vere­ 10 primero. partido que generalmente adoptan loe que i!!,
mos más adelante, es lo que dii'erencia la idealidad ka!!, vestigan matemAtieamente la naturaleza) tienen que adm!
tiena de la propiamente berkeleyane y que nosotros aqui tir dos nadas eternas, infinitas, existentes por sl (el
nos limitamos a apuntar. Por medio del recurso a la "i­ espacio y el tiempo) que existen (sin que, sin embargo,
doalidad trascendental", esencialmente construida sobre ninguna realidad exista) s6lo para comprender dentro de
el principio "sint6tico ~ prior!", Kant da cuenta de la ei todo lo real. Si se deciden por el segundo partido
objetividad cognoscitiva de la "ratio mathematice", por (al cual pertenecen algunos que investigan metarlsica­
10 que respecta al marco de la facultad de la SeDsibil! aente la naturaleza) y consideran el espacio y el tiem­
dad, sólo COD la referencia El aquella "idealidad tras­ pO como relaciones de los fenómenos (al lado O después
cendental" VU~lvese posible el conocimiento objetivo, uoos de otros) a~straidas de la experiencia, si bien
el cual no puede apoyarse ni fundamentarse sin m~s en confUsamente representadas en la separaoi6n. entonces
la mera experiencia, que es precisamente lo que parado­ tienen que negar a les teorias matemáticas ~ priori, en
jiz~, hasta dialelizarla, a la explicación metodológica 10 que se refiere a cosas reales (v. g. en el espaoio)
newtoniana acerca del Espacio y del 'l'iempo, como pUdo ~ su validez o, al menos, la certeza apodictica.- (22)
preciarse por lo anteriormeDte expuesto. En 'sta conce~
ci6n se sustancia una rei'erencia tormal a la experien­ SÓlo a partir de la consideración del Espacio y
cia sin referencialidad experiencial, lo que Justamente del Tiempo como condiciones generales del múltiple fen~
hace presuponer para la torma misma una incardinación ~ .&nico, y en tanto detorminaciones formales surgidas por
fectivamente absoluta en la materinlidad misma que estA la propia actividad intrlnseca al sujeto cognoscente,
8 su base, como si de la propia materialidad pura. en por cuanto nos permiten establecer la impreSCindible r~
si misma fuera posible extraer su torma, sin establecer terencialidad experiencial que debe estar a le base de
previamente qué sea ln fr.ma misma. La misma cuosti6n A toda posible objetividad cognoscitiva, podemos dirimir
tenaza tambUn la explicaci6n lockeana y que de suyo po.!: para la "ratio mat~~M1~iceq la objetividad cognoscitival
mita a Leibniz, SUpuesta tal incardinBci6n, otorgar, a sin la cual toda posibilidad de conocimiento no haria
partir de semejante extracción formal de la materialidad, de suyo más que desembocar, desde la critice radical de
a la "ratio ideale" un podar efectivo de conocimiento Hume a la determinaoi6n racional pura del conocimiento,
"eminentemonte" eXplicativo que, por su lado, no termi_ más que en el más visceral escepticismo. que a su vez
na más qUe en la propia determinaci6n positiva segÚn es lo que funde~enta la tarea kantiana respecto de la
criterios meliorativos, sin que por eso sea comprensi_ construcci6n del edificio tilos6i'ico de la "idealidad
ble su fundamento, tan veleidoso como el propiamente ne~ trascendental".
toniano-lockeano. Kant nos desvela el enigma que se o­
De conformidad con 10 dicho, 8S claro que solo
culta en esta sUsodiclla comprensi&fí puramente racional
la propia actividad intr!nseca al sujeto cognosoente es
de lo meramente sensible de la siguiente manera: "•••
lo que nos revela la antedicha capacidad de receptividad
de las impresiones sensibles y es lo que por su parte
flf 415
como tal actividad establece la Facultad de la Senslb! tivo inaccesible y en es&e sentido debemos su~etar las
11ded como marco general en el quo, dada entonces la aspiraciones presuntas de universalidad del conocimie~
determinaei6n formal de las intuiciones puras a priori, to metafísico a su esfera de generallzaci6n, tal como
debe caer todo m6ltiple fenoménico de intuiciones emp! es prescriptivo, en cuanto que ello es condici6n neo e­ ; ,
ricas, desde donde se baga predicable la certeza pro­ derivada de aquellos limites.
piamente dicha, certeza que~ evidentemente, eGtá enc~
nada en función de la posibilidad que existe de extraer Desde este punto de vista, atendi6ndo al becho
de talos intuiclone~ puras, el espacio u el tiempo por de que toda universalidad no puede ir más all& de su
ende, la base propia de la "ratio matbematice., en cua~ simple generalizaci6n en cuanto que es a esto a lo que
to que tanto la geometría como la aritmética son imP9Q conduce dar por conocida toda universalidad bajo su ,­
Bables sin aquellas y CUYa efectividad no viene dada gida meramente tormal. no es dificil como contrapunto
más que a través de aquellas miBlllas, como ya se ba su­ disoernir que la metamorfosis del raciocinio puro no
brayado, en tanto son éstaa las bases esenciales, ori­ DOS otrece de suyo más que la expresi60 .onsomada de
ginarias, de todo conoc1miento matem&tlco stricto Beneu, 'UDa "idea11zaci6n de la idea" o, si se prefiere, de un
siguiendo el hilo conductor proporcionado por el prin­ oonocimiento c~a universalidad no es tal m~s que tor­
cipio "slnt~tico a priori", tal como Be ba significado maliter, lo que no deja de resultar parad6jico, tal c2
POI: todo lo dicho, como expresi6n 1'undamontal del Ide,!! mo ya se puso de relievo en el examen de la reflex16n
lismo Trascendental kantiano. tl10s6fica cartesiana y tal y como Kant debe enfrentar
aem.jante cuesti6n pars no incurrir en el mismo error.
8i particos, pues, corno es necesario desde tal
perspectivo es indudable que lss veleidades expeculat!
vas de la Notaf!aics tropiezan Con UD obstáculo insal­
vable en la medida en que no ea posible entonces extr,!!
polar de su ~eferencia empírica s la determinsci6n de
objetividad cognoscitiva que es intrínaeca a la "ratio
mathemo.tice", tal como ya hornos observado. Semejante

referencia empírica constituye un factor explicativo

esencial respecto de la propia certeza inheronte al c2

nocimiento matemático y por ende concerniente s toda

cantidad en general, cualquiora ses su modo de iDtele,2,

ci6n.

La posibilidad de pensar y de conocer por tanto


la materia independiontemente de los límites formales
que vienen dados según el antedicho modo de conocimie~
to, tal como lo requiere todo conocimiento metaf!sico
para di~Bir la cuestión acerca de la sUstancia strio­ xxx
to sensu, muéstrase ontonces como un alcance cormosci­
417
crrAS DE LA f3EGUNDA PARTE. l. Kant. CRPu. paga 44, que corresponde a WA. Kant. paga
CAi:ITULO SEGUNDO. 73 (B 40 I A 25) Band 111. Cfr. G. Cantecor. Op. cit. pago

179·
1.- l. Kant. CRru. pago 31, que corresponde a WA. Kant. pago
1. Kant. CRPU. pago 44, que corresponde a WA. Kant, pago
51 (b 9, 10 I A 6) Band 111. Crr. He. Heimeoeth. Kant und
7 • (B 41) Band 111. Cfr. J. Ferrari. Op. cit. pago 478S.
Plato. KS. 1966. Hert. 4.
4
, tembi6n J.E. Viredu. Kant's s¡nthethic a priori iD geo­
2.- l. Kant. CRPu. 41, que corresponde a WA. Kant. pago

pa~. metry and the rise or non-euclidean geometries. Ka. 19?0.


69 (B 33, 34 I A 19, 20) Band 111. Cfr. S. K6rnor. Kant.
Hen l. Vide, adem6.s t R. Torreti. La Geometria en el :i'en­
pago 27. od. cit.
semiento de Kant. Anales del Seminario de Metafísica. Univ.
de Madrid. , L. Couturat. La Filo8otía de las Matem6ticas
3.- l. kant. CRPu. pago 41., que corresponde a WA. Kantt pago

69 (B 33, 34 I A19, 20). Band. 111. Cfr. R. Arrill~a T.


en Kant. !d. U.N.A.M. M6xico, 1960.
Op. cit. pago 47.
l. K ant. CRPu. pago 45. que corresponde a La WA. Kant, pag.

4.- l . Kant. CRPu. pego 41. que corresponde a WA. Kant. pBg.
15, (B 42, 43 I A 26, 27) Band. 111.
69 (B 33, 34 I A 19. 20) Band 111. Cfr. R. Vernaux. Cri­
l. Kaat. CRPu. pago 42 , 4', que corresponde a VA. Kant.
tica de la "Critica de la Raz6n Pura". pago 123e8., así
pago 71 (B '7 I A 22, 23) Band 111. Cfr. R. Arr1llaga T.
como R. Arrillaga T. Op. cit. pego 47. Vide, edem&s, R.
Op. oit. paga 50 , 51 , J. Moreau. Le Tem~s, La succession
E. Aquila. The Relation ship between Pure snd Empirical et les seDS interne. KS. 1974. Hert. 2.
lntuition in Kent. KS. 1977. Hert 3. 1. K ant. CRPu. pago 47, que oorresponde a WA. Kant. paga
5.- l. Kant. CRPu. pago 42, que corresponde a WA. Kent. pago 78 (B 46, 47 I A ,1) Band. 111, Cfr. C. DunaD. Lea rormes
71 (B 37 I A 22. 23). Band. 111. Cfr. V. Schults. Op. ait. a priori de la sensibi1it6. VRIN. Paria. 1884.
pago 72. l. Kant. CRPU. pago 48. que oorresponde a WA •. ~ant. pago
6.- l. Kant. Quelquee Opuscules Pr6critiques, pago 92. éd.
80 (B 49 I A 3') Band 111. Vide M. G. Horante. Op.,cit.
cit, que corresponde a WA. Kant, pago 994. Band 11. Cfr.
pago 54es •
E•. Cassirer. El Problema del Conocimiento pago 5758S. T.·
•_ l. Kant. CRPU. pago 49, que oorresponde a WA. Kant. pag_
11. ed. cit., as! como J. Ferrari. Kant. pago 45. EDAF. 81 , 82 (B ~, 51 I A 34 I B 52 I A 35. 36). Band 111.
Nadrid, 1974. Cfr. S. K8rDer. Kant paga. 34. 35 y ,6. ed. cit.
7.- H.-J. Vleescbauwer. La h'Voluci6n del Pensamiento kantiano. peg. 51, que corresponde a WA. Kant, paga
pago 53. ad. cit. 56 I A 38, '9 I B 57 I A 40) Band 111.
8.- l . Kent. Quelquae Opuscules Pr6critiques. pago 96 y 98, l. Kant, CRPu. pago 55, que corresponde a WA. Kant. pag.
que corresponde a WA. Kant. pag. 997. 998 y 1000. Band 11
92 y 93. (B 67. 68 I B 69) Band 111.
Cfr. E. Cassirer. Kant, vida y doctrina. pago 136. ed. cit.
l. Kant. CRPu. pago 55, que corresponde a WA. Kant. paga.
9.- l. Kant. CRPu. pago 42, que corresponde a WA. Kant. peg. 91 , 92. (B 66 I A 48, 49 I B 67, 68) Band 111. Vide H.-J
71 (B 37 I A 22, 23) 13and lIl. Vide ~'. G. r'lorenta. La Fi­ Vl&eschauwer. La Revolution kantianne. pag. 45. , J!l.G. Mg,
losotia de Kant. pa~. 49138. Ed. Espesa Ca.lpe. ¡'iadrid, 1975,
rente. Op. cit. pago 42ss.
as! como R. Arrillaga r. Op. cit. pa~_ 40 y 488S.
10.- l. Kant. CRl-'u. paga J~" que corresponde a ¡vA. Kant. pago
72. (B 38, '9 I A 24) Band. 111.
418 '19
21.- l. Kant. CRPu. pago 54 y 55, que corresponde a WA. Kant. OAFIl'ULO TEROERO
pago 91. (B 66 / A 48, 49) Band 111.
22.- l. Kant. CRPu. pago 51, que corresponde a WA. Kant. pago EL CONOCIl-lIENrO DISCUHSIVO
85 (B5? / A 40). Band 111. Otro H.-J Vleeschauwe. La rÑo_
luci6n del Pensamiento kantiano. pago 56ss. ed. cit.
11.3.1.- EL PROBLffiA DE LA LOGIOA.

De análoga manera a como puede hablarse de un


conocimiento intuitivo, y en tunoi6n de que éste es i~
separable del conocimiento conceptual, ya qUe, en caso
contrario, no desembocariamoB m&s que en la ininteli~
bi1idad empirica, puede de BUYO hablarse de un conoci­
miento conceptual, discursivo por lo tanto, puesto que
este dltimo en su elemento bAsico, el concepto, presu­
pone siempre de m(l!~ ::toeserio una intuici6n a su base.
ta susodicha correlación entre ambos elementos es la
que consolida el planteamiento kantiano en torno a la
detnminaci6n del conocimiento y a la subsecuente obj~
tividad que debe serle inherente. El conocimiento como
tal no puede por tanto incardinar su tundamentaci6n mis
que a partir de la intima interrelaci6n subsistente en
tre estos dos mismos elementos cognoscitivos, aun cu~
do aus tunciones indudablemente sean bien distintas,
quo es procisamente lo que obliga e tratarlos de mane­
ra especifica.

I.a ESTETIOA TRASCENDELTAL ae ocupa del marco i!!


tuitivo de conocimiento hamoa podido observar que el
Espacio y el 'l'iempo son intuiciones puras .!! priori,
siendo la primera la condición general de toda intui­
ci6n externa y la segunda. la condición indispensable
de toda intuici6n en genoral por lo q\:i.e respecta al
m61tiple fenoménico, por medio de los cuales podemos DO
s610 dar cuenta de la oaracterística intuitiva que su~
yace a todo conocimiento, sino adem~s, de la subsiguie!,!
te objotividad cognoscitiva inferible del mismo conoc!
miento intuitivo, que siguiendO el hilo conductor del
principi(" "sint6tico .! priori". nos lleva a otrogar
420
421
vordadera funtiamentnci6n para la "ratio mathematiCQ/I.
De manera similar aqui deberemos lnda~ar si, por lo estrictamente circunscrito al marco de la forma pura del
que concierne al marco del conociQiento discursivo o pensar no nos ofrece de s~yo más que las condiciones b~
intelectivo, no es posiblo y hasto necesariamente in­ Jo las cuales el Entendimiento se piensa a si mismo, sin
dispensable hall"r a la baae del concepto, como ele­ que por ello hayamos podido esclarecer en nada el cono­
mento básico del conocimiento discursivo, las subsi_ cimiento efe4tivo como tal, es decir, respecto de los o~
guientes funciones puras del mismo, Con cuyo concurso jetos mismos del intelecto, sino tan s610 las reglas, ~
se nos dibuje la posibilidad misma del pensar en su a.rales, absolutamente generales, bajo las cuales el En­
aut6ntica fundamentaoión, puesto que, desde luego, se tendimiento piensa en general o bien, como es obvio. pu~
ha~e imposible el recurso a otro fundamonto gue no sea de pensar objetos en general, sin que por ello el conoc!
~ste, una vez admitida la insostenible rosidencia de miento avance paso alguno en la determinación efectiva
la idenlidad pura, como hemos visto Con anterioridad. del objeto cognoscible.
Y, naturalmente, 8emejante fundomanto del conocimien_
Vemos, pues, que intentar fundamontar el conoci­
to discursivo no puede, extraerse sin mlis, por medio
miento en general sobre las leyes mediante las cuales el
de un mecanismo simplemente abotracCionistn, sino que
Entendimiento se piensa a si mismo en cuanto puede pen­
consecuentemente debe adquirirse como condici6n pree­
.ar objetos en genoral no conduce a conocimiento alguno
criptiva de todo pensar. En caso contrario, toda pos!
que no sea el propiamente relativo al auto-intelectivo,
billdad do inteliRir la experiencia se nos volvería
18 que se carece de la inevitable e indispensable refe­
misteriosa, lo que no es conforme Con lo anteriormen­
rencialidad experiencial subsumida en la representación
te apuntado, por 10 que s610 mediante la referencia a
del objeto como referencia al objeto del pensar, lo que
un cuadro de conceptos puros de est~ tipo es cómo po­
es condición absolutamente necesaria de todo pensar. Y,
dríamos concoder 8ut~ntico fundamento al conocimiento
d:l.scursivo. desde luego, es esta la tarea que, precisamente. cumple
la LÓgica en su función pura 1, por ende, estrictamente
Si, por consiguiente. semejante cuadro se hace formal, por cuanto ella no ofrece más que lae reglas ~
absolutamente imprescindible, es entonces claro que la nerales mediante las cuales piensa el Entendimiento o
posibilidad de pensar Un objeto en general debe halls~ puede pensar un objeto en general, sin que no obstante,
se en relaci6n con el morco experiencial y, por 10 se disponga aqui de objeto alguno mediante el cual pue­
tanto, toda posibilidad de pensar no puede hallarse da, efectivamente, pensar el hntendimiento en aras a la
subsumida bajo su forma pura sin roferehcia a los obj~ expresa "determinación cognoscitiva".
tos mismos del pensar, puesto que debe cumplir la fun­
Tomar semejante planteamiento respecto de la LÓ­
ci6n de permitir pensar eetos mismos objetos, en con­
gica pura como condición absolutamente necesaria del c~
formidad con las leyes del Entendimiento. Es indudable
nocimiento mismo y no del pensar en l)enerlll. cODs3tl1'J
que con ello entramos de pleno en 01 mnrco clarificatQ
Como ya se ha señalado, en extrapolar el alcance propiO
rio de la objetividad co~oscitiva intrínseca a la "r~
de la funci6n cognoscitiva del principio "analítico" y
tio ideale" que debe comprenderse como fundamentada a
proceder a una doterminaci6n cognoscitiva estricta se­
partir de las condicione~ aquí establocidos, puesto que
gón su mera forma pura, 10 que, evidentemento no puede
toda posibilidad de construir un edificio intelectivo
realizarse sin claro menoscabo de la posible certeza

l_
422 '2:t
cognoscitiva propiamente dicho, por el procedimiento Es evidente que si querernos preguntarnos por las
6.1timamente mencionado se ornnmenta un objeto "cua1qui§. condiciones gen&ticas, y ori~inaria8 del conocimiento 1
ra" bajo las susodichas formas generales que dan la "a­ observar cómo se hace posible, el examen del problema a
pariencia" de un conocimiento, pero cuya determinaci6n partir de la L6gica pura, a6n cuando sin 61 no seria P2
Cognoscitiva deviene tan indeterminada cuanto que la e­ aibls semejante pregunta, resulta insuficiente en 10 que
1ecci6n "cualquiera" difumina y contunde la aut~ntica y concierne a la respuesta respecto del fundamento origi­
verdadera realidad del mismo, puee se carece de reterea nario del conocimiento intelectivo. Toda fundamentaci6n
cia de experiencia, como ya se ha dicho. El mismo Kant de la determinaci6n de la obJetividad cognoscitiva sobre
nor .soslaya de ningún modo este problema, c~mo puede a­ el prinCipiO meramente "ana1itico" no conduce más que
preciarse a continuaci6n donde dirime semejante cuesti6nz al ontologismo. como consecuencia inexorable de poetu­
"••• (la 16&ic8 ~enera1) ••• encierra las re~las del lar "vida" para el concepto transmutado, mediante meta­
pensar, absolutamente necesarias, sin las cuales no hay morfosis del raciocinio puro en Idea que. mediante aut2
uso al&Uno del entendimiento, y se dirige, pues, a 61 aplicabilidad de sus "unidad sistemática" inquiere para
sin tener en cuenta la diferencia entre los objetos a el misma su status de pureza absoluta, finalmente, nos 1
"
que pueda referirse. ( ••• ) La 16gica general hace abs­
tracci6n, como hemoa visto, de todo contenido del cono­
resulte una "Idea pura", en y por ei misma", que es lo
que sucede para el meoanismo cartesiano de la "ratio i­
i
cimiento, es decir, de toda r~ferencia del conocimiento deale", pues en Asta se halla incardinado semejante pr~ t
al objeto y considera solamente la forma 16gica en la supuesto y que no ou1mina mls que un marco d~ desarro­ 1
relaci6n de loa conocimientos entra sI, es decir, la fo~ llo cognoscitivo puramente di&léctico.
ma del pen~amiento en genero1. ( ••• ) La lógica general
nouse preocupa del oricren del conocimiento, pues no coa La dnica manera de poder otorgar determinaci6n
sidera las representaciones-, -sean desde un principio efectivamente cognoscitiva para el Entendimiento radica
dadas ~ priori en nosotros mismoe o séannos e610 emp!ri esencialmente en observar, como sucedi6 para la facul­
cament:e dadas- más que por las 1eyos se~n las cuales tad de la Sensibilidad, si no ea posible a trav6s de la
el entendimiento las Usa en relación mutua, cuando piea propia actividad intelectiva etricto sensu hallar algún
sa, es decir, que treta e610 de la forma del entendi­ marco desde el cual pueda darse la posibilidad origina­
miento que puede ser proporcionada a las representacio­ ria, 1 gen6tica del conocimiento intelectivo, de tal m~
nes, cualquiera que sea su origen." (1) do que 6ste genere BUB propias condiciones cognosciti­
Vas que, como dijimos anteriormente, no pueden sor m&e
Todo el conocimiento que nos es proporcionada que plenamente prescriptivas rospecto de aquella deter­
por la Lógica pura o general no está circunscrito m~s minaci6n cognoscitiva propiamnnte dicha, puesto que és­
que a oo!;err:3inar le "forma" según la cual pienea el En­ ta es la 6nica alternativa que nos resta para evitar la
tendimiento y, por consiGUiente, su alcance co(!Oosciti­ indecisión y el titubeo en el que nos encontramos lnmer
vo no queda eotab1ecido más que en cuanto podemos admi­ e08 a consecuencia de aquella "perp1exitas mentis".
tirlo como "criteriolJ que se rofieren a In forma de la
verdad", como el mismo Kant apuntilla de modo claro (2). De esta forma, pues, partiendo del hecho de que
la actividad intelectiva propiamente dicha permita la
gestación de sus mismas condiciones cor,noscitivas, es


I

424 425

cómo únicamente puede hacerse comprensible la posibil! tiva propiamente dicha.


dad de determinación intelectiva desde una óptica Co&­
noscitiva y no, como para la L6gica pura o general, m~ Vemos por consiguiente, que In LOGICA TRASCENDER
ramente "cogita~iva". Evidentemente, semejante marco TAL se ~Dda a sI misma a partir de "conceptos aprióri­
prescriptivo de la posibilidad de conocimiento intele~ S" '3 en ~nci6n de los cufll.es se determina la garan­
tivó no puede de suyo establecerse sino mediante la ba tia y cauci6n s~ioiente en lo que concierne a la obje­
se "sintético a priori", es decir, derivándolo de las tividad cognoscitiva circunscrita al marco intelectivo.
propias bases desde las cuales se edi~ica toda intele~ 8610 por medio del recurso a los susodichos "concentos
ción y, en consecuencia, de la representación "concep­ A prior!" es como estrictamente puede establecerse la
tual", la cual, por su parte, debe incardinarse sobre posibilidad de pensar de conformidad plena con el proc~
la correspondiente intuición, como 61 mismo Kant nos eo de "slntesie" que debe ser inherente, a la base de
lo subrayó con anterioridad. todo el marco intelectivo. Si semejante marco prescrip­
tivo de conceptos apri6ricos no nos ~era dable, enton­
Decde este punto de vista, es claro que el mar­ ces encallarlamos otra vez en la "perplexits8 mentis",
co prescriptivo de la posibilidad de intelección cog­
pues la facultad de la Sensibilidad DO tendria objeto
noscitiva que debe necesariamente incardinarae a par­
alguno oomo consecuencia de que en la Idea pura pudi6r~
tir de conceptos estará él mismo inteligido conceptual
.as no s610 pensar, sino, en e~ecto, "conocer" la tota­
mente y la susodicha intelecci6n conceptual comprendi_
lidad refll. no s610 en su unidad pura, sino adem&s en su
da como marco prescriptico intelectivo se compondrá de
despliegue y subsiguiente desarrollo emplrico.
conceptos puros, bajo los cuales sea no sólo posible
el concepto empírico, rererido intuitivamente, sino, ~ Supuesta pues la posibilidad de establecer eeme­
demás, la posibilidDd de pensar a priori ei mismo con­ ~ante marco prescriptivo de conceptos a priori, como co~
cepto empírico que será entonces pensado bajo la mera dici6n de conocimiento intelectivo, tendremos como con­
"~orma de todo pensar", rorma, pues, que debe hallarse secuencia, una Vez eea establecido, la posibilidad de
en la misma actividad intrlnseca al sujeto co~~oscente aplicarlo de con~ormidad con los principios que de 61
y que, en consecuencia, le permite a 6ste pensar obje­ podamos in~erir y derivar, -Esperando, pues, que pueda
tos en general y, por ende, anrióricamente. Esta es la haber quizá conceptos que sé re~ieren ~ priori a obje­
indeclinable consecuencia que Kant infiere del examen tos, no como intuiciones puras o sensibles, sino 8610
del problema en torno a la L6gica, por cuanto toda co~ como scciones del pensar puro, que sean, por tanto, con
preneión de su alcance cognoscitivo, y como ~unci6n ceptos, pero cuyo origen no sea empírico ni est4tico,
cognoscitiva propiamente dicha, hay que sujetarla y l! nos hacemos de antemano la idea de una ciencia del en­
mitarla al marco prescriptivo susodicho en todo lo que tendimiento puro y del conocimiento racional, por 18
concierne a la mencionada objetividad cognoscitiva, ~~~ cual pensamos enteramente ~ priori objetos. Semejante
es, lo que nos proporciona la LOGICA THASCENDEtlTAL a la ciencia, que determinase el origen, la extensión y val!
que hace alusi6n nuestro ~i16so~o de K8enisgberg para dez objetiva de esos conocimientos, tendrla que llamar­
poner de manifiesto la distinci6n entre la "pre-ponte~ se lógica trascendental. porque no trata sino de las l~
eia cO(jitatlva" y la "potencia cogitativa" en lo que yes del entendimiento y de la raz6n, pero solamente en
respecta a la determinaci6n de la objetividad COgn08C! Cuanto son re~eridas a objetos ~ priori y no, como la

426 «27
16gica general, a los conocimientos racionales, ernp{r1 lI.3.2•• EL CONCEPTO Y EL JUICIO.
cos o puros, sin dlstinci6n." (3)
La determinación efectivamento cognoscitiva no
Contando con semejante supuesto en lo que con­
cierne al establecimiento del marco prescriptivo de cOQ es posible basarla en el mecanismo de la metamortosis
ceptos aprióric08, por cuyo medio pueda decidirse el del raciocinio puro intrlseco 8 la "ratio ideale",
panorama cognoscitivo propiamente intelectivo, que Kant pues en vano intentar!amoe indagar un acuerdo experieQ
sborda en la parte denominada ANALITICfI DE LOS ConcEP­ ola! para la unIdad pura que como Idea pura subyace al
TeS de la ANALITICA 'l'RJlSCENDENTAL, nosotros vamos a eQ mismo, no hariamos as! m6s que movernos en el seno mi~
trar en el citado examen para poner de relieve qu6 co­ mo del principio "analltico", es decir, no saldriam08
nocimiento so pueden inferir de tal presupuesto que s~ del 'rea propia del pensamiento, por lo que toda deteE
rá expuestos en la parte consignada por Kant como ANA­ minaei6n efectivamente cognoscitiva inter'dd de tales
LITIOA DE LOS PRINCIPIOS de la ANAl.InCA 1'RlISCENDENTAL condiciones no DOS haria desembocar m&a que en la men­
y que como Veremos poste~iormente. serán los propiamen cionada especulaci6n que no explicita de ningún modo
te correspondientes a la fundamentnei6n f'ilos6fica de el fundamento desde el cual hay que edificar toda pos!
la Ciencia Natural o Física, como manifestaci6n resol~ ble determinación cognoscitiva y qU& no es otro que el
toria de la problemAtica tlloa6tica que se infiere 08­
cilante e indecIsa de la estructura metodol6gica pro­
puesta por Newton. La fundamentaci6n filos6fica de la
~ ..
que 80 vertebra en torno al principio "sint6tico ~ prio­

Se pone de manifiesto con notable claridad que


Ciencia Natural newtoniana se pierde en las brumas et! la función cognoscitiva asignable a la "ratio ideale n
raas del "Sensorium dei", como consecuencia de la pod,! no es de suyo rechazable sino en tanto en cuanto se ha
rosa Influencia congervada a6n por el mecanismo anejo operado previamente la tranamutaci6n intr!nseca a la
a la "ratio ideale", cuyo peso especIfico sobre las i~ metamorfosis del raciocinio puro y se ha en consecuen­
teligencias del Barroco ha podido constatarae por lo cia ftconvertido~ a aquella en razón especulativa. Esta
expuesto en la primera parte de este trabajo.
como expresión suprema y como CaUsa de las causae, nos
dirime enigmáticamente aquello que precisamente hay que
constatar. constataci6n que no puede llevarse a cabo
sino a consecuencia de explicitar el antedicho meDani~
mo por el cual la "ratio ideale" se autohipostatiza ID,!
diente la autoaplicaci6n de su mecanismo cognoscitivo
como Motafiaica pura.

De esta manera, pues, es claro que eólo un re­


torno como examen retroactivo a los origenes cognoeciti
vos nos preserva de esas "pretensiones de conquista en
el campo de lo suprasensible n , como el Qismo Kant nos
xxx dice (4), y, desde luego, sólo por medio del recurso a
este retorno t esto es, mediante el examen de las cond!


428 429

ciones co~oscitivas intolectivas que no pueden ser o­ el marco intuitivo, permite de suyo pasar a la editic~
tras que las estrictamente conceptuales, es como pode­ oi6n cognosoitiva intelectiva, como bemos menoionado an
mos clarificar 01 horizonte COBUoscitivos propiamente teriormente Y el mismo Kant lo señala asit " ••• El co­
intelectivo, en la medida en que su imposible subsun_ nocimiento de todo entendimiento, por lo menos humano,
ci60 bajo racionalidad alguna permita dirimir para a­ es un conocimiento por conceptos, no intuitivo, sino
quél su radio de incidencia, a la vez que esclarezca discursivo." (5)
la ambivalencia esencial escondida en toda racionalidad
propiamente dicha. . Por consiguiente, es indudablo, que inscritos en
el seno del marco conceptual propio del Entendimiento,
Partiendo de la realidad cognoscitiva sUbyaoe.!!, toda posibilidad de determinaci6n cognOSCitiva queda,
te a la represenf:;aci6n conceptual, lo que en primer l:!!, entonces, subsumida bajo las coordenadas judicativas
gar resalta por si mismo es la indispensable referen­ propiamente dichas. t. toda posibilidad de determinaci6n
oialidad eXperiencial que nos proporcione la base re­ cognoscitiva erigida mediante la metamorfosis del ra­
presentativa objetual que si bien es creada por la mi~ ciocinio puro queda estrictamente obstaculizada en su
ma actividad intelectiva del sujeto cognoscente, sin fehaciente constataci6n, puesto que cr.rece de la subs~
embargo, deviene necesaria como eXplicitaci6n de la v~ cuente intuici6n, dnica torma posible de delimitar e­
racidad co~itativa. Por consiguiente, en segundo lugar, lectiva dete~inaci6n en lo que concierne al plano in­
lo que hay que considerar es que si cada repreaentaci6n telectivo, por lo que la posible preaunci6n incardina­
conceptual debe poseer en su base la correspondiente da en el concepto puro vivificado como concepto en y
intuici6n, es obvio entonces que el alcance de nuestro
por sI mismo en aras a su subsiguiente determinaci6n
conocimiento intelectivo debe quedar circunscrito al
positiva no constituye de suyo m6s qua una extrapola­
plano propiamente "judicativo" y, en manera alguna, a­
oi6n del alcance cognosoitivo, propiamente judicativo
rrogarse la prceunci6n de acceso al conocimiento "puro
e intrlnseco al miamo concepto, que necesariamente hay
pOSitivo", tal como ee incardina en la unidad pura de
que retrotraer al retorno· examinado como unica manera
la Idea racional. La consideraci6n del concepto como
posible de evit~ que la especulaci6n adquiera plena
Idea ¡:"llra no se construye más que por medio de la CO!!!
consistencia cognoscitiva, en cuanto qU'il.lIste. no deven
binntoria de identidad y opoeici6n segÓn desarrollo
drla otra cosa m'. que puro engaño de la raz6n al pre­
jUdicativos, como es sabido. Y, en consecuencia, 01
suponer determinaciones que le son comprobablemente
propio despliegue conceptual debe quedar circunscrito inaccesibles.
al marco judicativo, por lo que toda posibilidad de
conocimiento inteloctivo no se establece m&s que en 6610 por medio dellrecurao empirico inherente a
funci6n de semejante alcance cognOSCitivo, tal cual la intuici6n que corresponde al supuesto concepto, es
viene definido por el marco judicativo. y os a esto a como podemos otorgar para el mismo concepto un plano
lo que nos permite acceder la propia representaci6n cog COBDoscitivo propiamente dicho, de modo que toda rep~
coptual, en cuanto que 6stn coco concepto se genera c~ sentaci6n conceptual que carezca de semejante base no
mo actividad propia e intrínseca al sujeto cognoscente deja de aparecer como un "evidente engaño", tanto más
es decir, como "espontaneidad" intelectiva, como pro­ fatal cuanto no puedo advertirF.Je con nitidez. De esta
ducto de la misma actividad pensante que apoyada sobre manere, tenemos la posibilidad de caracterizar la tu.!!,
ci6n COGnoscitiva eneja B la representaci6n conceptual


430
&31
como una funci6n que Be infiere de la clarificaci6n j~ 8ibilidad de clarifioar un contenido de cualquiera re­
dicetiva -dofinici6n_ del concepto correspondiente, la presentaci6n oonceptual no puede hacerse sino por medio
cual desde luego no p~rmite sobrepasar la referencia do pensar la misma, aun cuando la representación ses
intuitiva, corno reqt'isito necesario de su validez 'Y, intuitiva, es evidente, que s6lo por medio de la refe­
por ende, 60 hIJco ebsolutlmonte indispensable suJetar­ renoia al marco de coordenadas judicativ&s es c6mo se
se al marco Judicativo de modo tajante, como Gaioa pa­ bace posible no s610 la clarificac16n conceptual pro­
sibilidad de ~BlvQeunrdar para el conocimiento intele~ piamente dicha, sino que adem&s se nos describe el m~
tivo una base de determinaci6n cognOScitiva propiamen_ 00 de objetividad cognoscitiva inherente a la represen
te efectiva, "Todas les intuiciones, como sensibles qUe taci6n conceptual '1 en consecuencia de la represente.
son, doseaneon en afecc:l.ones, los conceptos en funcio... oi6n inteleotiva, a trav&s del desarrollo judicativo
nes. Has por funci6n entiendo la unidad de la acci6n de la susodicha represontaci6n conceptual. es decir,
que consiste en ordonar diversas representaciones bajo discursivsmente. De conformidad con lo dicho '1 sujetos
una comán. Los conceptos se fundan pUé S en la esponta­ a 108 inevitables limites cognosoitivos propios del
neidad del pensar, como las intuiciones sensibles en marco judicativo, debemos eetablecer que el juicio co­
la receptividad da lss impresiones. De estos conceptos -o tal determinaci6n cognoscitiva no l!OS ofreoe respe.!.
no puede el entendimiento hacer otro uso que el de ju~ to de la representaci6n oonoeptual propiamente dicha
gar por medio de ellos. Como ninguna representaoi6n se _6s que un conooimiento "mediato", en manera alguno
refiere inmediatamente al objoto, a no ser la intuición, "inmediato". como pretendía la "ratio divinitetis", por
resulta que un concepto no se refiere nunca inmediata_ "intuici6n intelectual", por cuanto bajo el ~uicio no
mente a un objeto, sino a alguna otra representación hago otra cosa que "oonceptuar él concepto" o, si se
del mismo (sea intuici6n o incluso ya concepto)." (6) prefiere. "pensar el pensamiento", tal como Kant nos
lo indica oon notable claridad, al decirnos. "El jui­
Oonviene por lo tanto, ofrecer respuesta a la
oio pues es el Cotlocimiento mediato de un objeto, por
pree;unte. de la circunscripci6n conceptu8,1 al marco jud!
10 tanto, la representaci6n de una representeci6n del
cntivo, cuya inserción queda reflejada por cuento el
mismo. En oada juicio hay un concepto que vale para m~
concer.:';o, en tanto representación intelectiva, debe el,!
oboe '1 entre esta multitud comprende tambi6n una repr.!
rificarse bien por medio de la referencia intuitiva,
eentaci6n dada, que se refiere entonces illmed~atamente
bien a través d,e su oxPosic~.6n conceptual y, por tanto,
al objeto." (7)
Judicative. Siendo el coneepto Una reprasentaci6n int~
lectiva espontánea, en cUanto que oólo es comprensible Evidentemente, no es dificil colegir de lo ex­
como producto de la misma actividad del pensar, toda pueeto que la facultad de pensar, en tanto en ouanto
posible comprensi6n del contenido de la repressntaci6n facultad de Entendimiento, Be articula de modo radica!
oonceptual debe a su vez, hacllrsenos inteligible sólo mente directo oon la facultad de j11zgar. En última in,!
por medio de la referencia su intuici6n correspondiente tancia, pensar no viene a ser ni resulta otra cosa de
o, por contra, mediante la posibilidad de pensar el pell suyo que juzgar, de modo que 'toda indagación acerca de
samiento contenido en la misma, es decir, por medio de laa estriotos "funciones puraaft del Entendimiento, en
la "oonceptuaci6n del concepto" que, de suyo, no es o­ tanto "concoptos puros" mediante los cuales nos sea P,2
tra Cosa que un juicio. Y, naturalmente, como toda po­ siblo ponflar .!! pl.~iori objetos en general, no puede mo,!


432 t33
trarse m~s que mediante un examen profUndo de las "mo_
Una vez deducida la cuesti6n de c6mo pueda int~
dalidades jUdicativas" ya que son precisamente las que
ligiree paro el concepto un marco demostrativo como
nos descubren la clarificaci6n posible de la ~epresen_
plena cauci6n veritativa, y por cUJo medio se preserve
taci6n conceptual, como "modalidades" do pensar lógic!!
la referencialidad experiencial que irradia a toda pa­
mente. Puede hablarse aquí de un marco "demostrativo",
sible obj~tividad cognoscitiva, no es dirícil compren­
por cuanto las COOrdenadas judicativas nos descubren
der para el concepto tal marco demostrativo queda in­
la posibilidad de pensar lógicamente el pensamiento,
merso en el &rea propiamente jUdicativa, ella DOS pro­
posibilidad que no nos permite ir m&s all&, pero que
porcioroa las "modalidades" eeg6n las cualas el crite­
preserva la objotividad cognoscitiva de aquí inferible,
rio l6gico acompaña a todo concepto como ~criterio ne­
por cuanto que poniendo atenci6n es factible la deter­
gativo de toda verdad", por lo que estableoido 10 pre­
minación jUdicativa. El alcance cognoscitivo de la re­
cedente, ee inriere que el siguiente paso que hemos de
presentación conceptual es as! veraz en cuanto que la
dar como requisito demostrativo de lo expuesto, debe
determinnci6n jUdicativa debe realizarse en base a la
eistematisarse a trav6s del exemén de las "modalidades
subsiguiente "modalidad jUdicativa", la cual nos asefli!!
3udicativas" para observar qué posibilidades subsisten
ra In verdad intelectiva, es decir, el pensar Con a~
de extraer de ellas loe tundamentos propios del pensar
glo a criterios l6gicos, de modo que podemos otorgar a
1 del conocimiento intelectivo.
las "modalidades jUdicat!vas" plena veracidad, por cua.!!
to en ellas no se esconde falsedad, 1a que nos asegu_
ran m&s que la posibilidad de pensar según reglas l6g!
cas. Semejante pensar pues no se refiere a contenido
alguno, a ningún Objeto, sino tan s6lo al concepto c~
mo posibilidad de subsumir bajo 61 algún contenido o
alguna representaci6n objetual, por lo que en lo que
respecta a la determinación cognoscitiva intr!nseca al
concepto hay que asignar como marco de~ostrativo de
te el plano de coordenadas jUdicativas, "Mas podemos
'!!
reducir a Juicios tO(laG las acciones del entendimiento,
de modo que el entendimiento en general puede represe.!!
tarse como una [aculto.d 2! ..1..uzgar. Pues, según lo que
antecede, es una facultad de pensar. Los conceptos em­
pero se refieren, como predicado de posibles juicios,
a alguna representación de un objeto aGn indeterminado.
( ••• ) As!, pues, no es concepto sino porque, bajo 61,
otras representaciones son contenidas, por medio de las
cuales puede rererirse a objetos." (8)

xxx


434 435
II.3.3.- US FUllCIONES'LOGIOAS JUDIOATIVAS.
Esta es la exposici6n completa que Kant ofrece
Todo objéto del pensamiento no puede de suyo r~ acerca de las funcines 16gicas de loa júicioB, coco con
presentarse más que como concepto y, todo concepto no dieiones del pensar con arreglo a criterios 16gicos.
puede, inteligirse más que en tunci6n del marco Judic~ Se haoe indispensable a su vez clarificar cada tipo jg
tivo. Las modalidades judicativas nos ofrecen pues las dicativo de modo expreso, 10 que nos expone Kant res­
referencias indispensables para poder establecer los peoto del primer tipo o juioio de cantidad, del siguien
fundamentos de c6mo pueda el Entendimiento pensar ~ ~rio­ te modol "SegÓn la csntidad, los juicios son universa­
!1 objetos en general y semejante pensar debe resolve~ ¡es, o particulares, o singulareg, segÚn que el sujeto
ee en su calidad de ~1l!tiorit en juicios puros, bajo en el juicio se halle enteramen~o implicadO -o exclui­
los cuales se ponga de manifiesto la diversidad 16gica do S!- la nooi60 del predicado, o se halle parcialmen­
judicativa que como funciones cognoscitivas intelecti­ !! implicadO en -o exoluido de- 6sto. En los juicios
vas nos proporcionen la base en torno a la clarifioa­ uniVersales, la esfera de un ooncepto esta enteramente
ci6n del pensar ~ priori de objetos en general, sin 10 enoerrada en el interior de la esfera de otro, en un
cual no habDta verdadera tundamentaci6n de la aotividad juicio particular, una parte del primero est& bajo la
intelectiva del sujeto cognoscente y, toda Objetividad estera del otro. y en los juioios singulares en fín, un
cognoscitiva se disolvería. La posibilidad de pensar ~ concepto que no tiene del todo esfera est6, asi, com­
priori un objeto en general solo se nos hace factible prendido simplemente oomo parte ~ la esfera de un 2
a trav~s de las funciones 16gicas judicativas, cuya tro." (9)
olasifioaoi6n por 10 tanto imprescindible establecerla
para olarificar la cuesti6n tratada Kant confirma esta Podemos establecer pues como ejemplos de tales
clasificaci6n del modo siguiente. tipos de juicios los siguientesi para el universal, "t2
dos los hombres son mortales", para el partiCUlar, "al­
a7 Por su cantidad, los juicios pueden ser. Universales, gunos hombres son blancos", y, finalmente, para el sin­
Particulares gular, "Pedro es bs.jo", por medio de los cualen se pone
y de manifiesto 10 anteriormente apuntado por Kant. As!,
Sin~lareB. pues, pasemos seguidamente al examen de los juicios de
b) Por su cualidad, pueden manifestarse oomOI Afirmativos, cualidad, cuyas formas n08 son expuostas as! por el mi~
mo Kant. "Segdn la cualidad, los juicios son afirmati­
Negativos e
vos, negativos e infinitos. En los juicios afirmativos
Infinitos.
el sujeto esta pensado bajo la esfera de un predicadO,
c) Por su relaci6n, pueden dividirse en: Oateg6ricos, el! los juioios negativos esta colocndo tuera de la esf.!,
flipot&ticos y ra de 'áte último y en los juicios infinitos esta colo­
Disyuntivos. cado en lB esfera de un otro. El juicio infinito no in­
d) Por su modalidad, se nos muestra comOI Problemáticos, dica simplemente que un sujeto no esta contenido bajo
Asertóricos y la esfera de un predicado, sino que se encuentra alguna
Apodícticos. parte en la esfera infinita que es exterior a la esfera
de este prodicado, por consiguiente, este juicio repre­ ~'~"-""
senta la osfera del predicado ~ limitada." (10)
!
{
.':.."
1 •
('"
t 1

436 f37
En realidad, en 10 que concierne a los juicios Kant nos revela con entera nitidez la signiticación del
de la cualidad, la dificultad reside en la determina_ propio juicio, el cual nos dice aS!1 "El mundo existe o
ción del juicio infinito, que Kant introdujo como apoA por un Ciego azar, o por una interior necesidad, o por
taci6n propia al cuadro de las funciones lógicas judi­ una causa exterior". As!, pues, para finalizar, debemos
cstivas. Evidentemente, cuando ejempliticamos semejan_ examinar los juicios segÚn modalidad que quedan e8tabl~
te tipo judicativo infinito, mediante "algunos hombres oidos por Kant de la siguiente moneral "Desda el punto
son no-sabios" o "el alma humana es inmortal", queda de vista de la modalidad, momento que permite determi­
en base a la limitaci6n del predicado enteramente ind~ nar 18 relación de todo el juicio a la facultad de con~
terminado el sujeto, ya que la extensi6n de 6ste resu! oer. los juicios son problemátioos, asert6ricos y apo­
ta abierta por completo ~ ~l mism~ Kant advierte que dict1cos. Los jUicios prOblemátiCOS estan acompañados
tambi6n los "limites son conceptos positivos de obje_ de la conoiencia de 18 simple posibilidad, los asort6r!
tos limitados", con lo que ,puede clarificarae la alu~ cos de la oonoiencia de la realidad, los apod!oticos f!
da problemática. J·et ""7'.'0
nalmente de la conoienoia .de la necesidad del juicio."
La exposici6n correspondiente a los juici08 de (12)
relaci6n que queda mostrada asta "Begdn la relaci6n 108 Evidentemente, los antedichos juicios de modali­
juicios son categóricos, hipot'tico~ y pisyuntivoo. Las dad resultan claros de por sl, por lo que basta expre­
represontaciones dadas en un Juicio son, para la unidad sar Que para el juicio problemático, el ejemplo del ju!
de la conciencio, subordinadas unas ti otras, ora como 010 disyunt:ivo cumple un oometido esclarecedor. análo~
el predicado 10 es al sUjeto, ora como ;8 consecuenqia mente 8 como tambi6n lo cumple la proposición antecedens
10 es al principio, ora Oomo un miembro ~ !! diyi@i6n del 3uicio hipot4tico. En lo que se refiere al juicio ~
lo es al concepto dividido. La primera relaci6n deter­ aert6rico, vale la proposici6n coneequens del juicio h!
mina los juicios categórico!, la segunda, los juicios pot6tico. J, finalmente, por 10 que concierne 01 juicio
hipotéticos, la tercera, los juicios diayuntivos." (11) apod!ctioo valdría la s:l.gn1ticaci6n reprep9l1tada por
-108 tres ladoa de un triángulO equilátero son iguales",
La explicación es más compleja para los juicios como casi todas las proposiciones de la matem~ti08.
segdn la relaci6n para da lo que result6 para los dos
tipos precedentes. Por referencias los juicios cate~ Oon la descripci6n realizada tenemos establecido
ricos, el ejemplo clarificador es ya CláSico, "todo el marco general de las funciones l6gica8 judicativas,
triángulo tiene tres ~ngul08", mientrás qUe por lo que a trav6s de lo que tiene lugar el desarrollo de la fa­
concierne a los juicios hipotéticos transparente el e­ cultad de pensar, como facultad del Entendimiento. Tal
jemplo propuesto por Kant Que nos dice "si existe una exposici6n en 10 qus se refiere n este cuadro nos per­
justicia perfecta, 01 malo impenitente es castigado". mite la posibilidad de inteligir en BU pureza formal
En el juicio hipot,&tico, hay que establecer la aiguien los senderos por los ouales discurre nuestro pensamien
te advertencias si el prinoipio es Verdadero, la cons~ to como aotividad inteleotiva del sujeto cognoscente,
cuencia es iguolmento verdadera (mOdus ponens), pero le oual de suyo tiene que haoerse posible a si misma a
si la consecuencia es talsB, el principio es asimismo pertir de las susodichas descripciones de las funciones
falso (modus tollona). Para los juicios disyuntivos l6gicas judicativBs, como vamos a ver en 01 siguiente
consecuentemente, el ejemplo dilucidatorio aportado por

43a
438
II.,."- LAS CATEG01UAS.
apartado relativo a la exposición do las condiciones
que noo posibilitan el pensar ~ priori objetos en ge­ Todo máltip1e de la intuici6n, como m6ltiple r~
neral y qUé nos desvelan el enigma de la determinación noménico, es conocimiento propiamente dicho y circuns­
intelectiva de objetividad cognoscitiva. crito a su esfera puedo subsumirlo bajo les condiciones
tormales del Espacio y del Tiempo que como intuiciones
puras ~ priori, me facilitan lae condiciones mediante
1a8 cuales puedo "ordenar" según su torma aquel m61ti­
p1e d. la intuición sensible. Ello es lo estriotamente
preceptivo para la facultad d. la Sensibilidad.

Para estab1ecor baJo qu6 condiciones puede el


Entendimiento pensar ~ priori objetos en general debe­
remos investigar ou&les seao esas condioiones, por l8s
cuales "ordena" 81 Entendimiento sus representaciones
conceptuales, en tanto múltiple intelectivo a enlazar,
es decir, como ·ordenaci6n intelectiva" del mismo. Ta­
les condiciones ordenadoras deben específicamente ha­
1larss en tunoi6n de la aotividad intrínseca al sujeto
cognoscente y s610 8 partir del criterio l6gico subya­
oente en las funciones 16gicas judicativas, es como se
pueden extraer semejantes condiciones ordenadoras, pues,
en realidad ~stas no pueden de suyo encontrarse m&s que
...
en un marco estrictamente circunscrito a la tunci6n de
pensar, análogamente a oomo ocurre para la Sensibilidad,
puesto que sus condiciones ordenadoras deben ser esen­
cialmente intuitivas. Semejantes condiciones ordenado­
ras de la labor intAlp~tiva deben ser encontradas para
poder determinar algdn centro de objetividad para la
funci6n cognoscitiva del hntendimiento.

Supuesta la inevitabilidad de la impotencia de


la razón en 10 que concierne al establecimiento de una
alntesie objetiva de las representaciones iDtelectivas
para la determinaci6n cognoscitiva de la "divinidad",
tal como hemos visto que sucedía, rosu1ta imprescindi­
ble interrogarse acerca de les citadas condiciones or­
xxx
denadoras de la síntesis objetiva a nivel&s intelecti­
vos, le cual no puode ser dada más que a trav6s del


440
141
examen de las mismos condiciones posibles de objetivi_
dad inferibles de la propia labor intelectiva, tal Cual Evidentemente, si las funciones l6gicas Judicat!
vienen dRdas por medio do lns !'unciones l6g:l.cas judic!. vas deben dese~peñar un papel de vital importancia, 6s­
tivas. E118.$ son las que nos proporcione.o la posibili_ te no se desarrolla por semejantes derroteros "positi­
dad d" ponear con Ilrreglo a un cri-l;erio 16gico y, nos vos", puesto que su rol cognoscitiVO, como indic6 el
suministran la posibilid.ad de la objetividad intelect,! 1I1sIIIO Kant anteriormente, no puede ser otro que el de
va, pues bajo tales funciones 16gicas judicativas el ·criterio negativo de toda verdad". Si desde luego. no
pensamiento Cenera su l!lut6nticl'. ol3!'era demostrativa, 8e atiende a la antedicha indicaci6n del rol cognoBcit!
con los limites que le son anejos dentro de la sistem! vo de las funciones 16gicas jUdicatives, entonoes es
t ics. de In. visi6n kan '; ~.f': "\. cuando, estas consideradas positivamente oomo conocimien
to, extrapolan su aloance ¡ una Vez determinada la rea­
De esta manera ., por medio del reourso a las fun lidad conceptual mediante subsiguiente definici6n, oe
ciones l6Bicas judicativas se dispone claramente del clesembooa en la perpleJidad de indagar efectiva realidad
marco demostrativo conceptual, pero ello no nos indica para un concepto, lintentando hacer realidad de la Ima­
ni puede indicarnos mAs que la esfera "ana11tica" con­ ginaci6nl. Evidentemento, tales condieiones cognosciti­
ceptual propiamenta dicha. Desde luego, acogi6ndonos a vaa no desembocan m!e que en la raz6n ambivalente alud!
tal alcance cognoscitivo no saldriamos en modo al~no da, 78 que la extrapolaei6n dé la tunci6n cognoscitiva
del plano meramente "ana11tico", a cuya base no puede ele 1-, Imaginaci6n no conduce mAs qua a interminables con
colocarse objetividad alguna que no sea la l'uramente tradicoiones, como consecuencia de atribuciones que so­
l6gica que además no nos asegura m&s que la posibili­ brepasan oon muoho au naturaleza humana, puesto que la
dad de pensar con arreglo a la "ratio ideale", esto es, funci6n intelectiva convi6rtese a6bitemente en funei6n
de un"pons8IlIiento l6gico", cuya caraoteristica "tauto­ imaginaria como si tal transmutaoi6n no tuviera en si
l6gica" no nos abre perspectiva alguna de incardinaci6n importancia alguna.
efectiva de oonocimiento, por 10 que no hacemos más que
movernos en el más estricto plano l6gico, y sin poder Advertir semejante hip6stnsis cognoscitiva es P~
dar cuenta del enlace intelectivo que como stntasie d~ go que no puede escapar a Kant, m&xime cuando en la fa­
be permitirnos subsumir 01 m~ltiple de la intuici6n sen 1I0Ba carta a su amigo M. Herz le hemos visto expresar
sible bajo intelecci6n, es decir, bajo concepto. Esta 8u perplejidad al respecto. Nay que concluir entonces,
rolaei6n evita el escollo representado por una esfera que toda posibilidad de asentar conocimiento efectivo '1,
"analítica" de conocimiento, cuya exclusiva referencia por ende, susceptible de objetividad en el marco inte­
demostrativa queda taxativamente circunscrita a sI mie lectivo, requiere de suyo no omitir ni soslayar somejan
mal la situaci6n no sería otra que la dada a partir de te circuostnncin, puss el conocimiento conceptual y co­
la mera referencia del concepto a su función 16gica J~ 110 repl'esen,,;aei6n intelectiva, implica la realizaci6n
dicativa "como si" su resultado oognoscitivo no estu­ ele una s{nt&sis del m61tiple proporcionadO por la intu!
viera ya previamente pre-supuesto en el mismo concepto 0160 e~p{rica y semejante síntesis se constituye como
como 1nferancia' PUl') de la de antemano realizada fun­ la ~nica posibilidad efectiva de determinar conocimien­
ci6n l6gica judicativa correspondiente para el establ~ to de 13, misma, sólo as! existe Una re.ferollcinlidad ex­
cimiento del mismo concepto, os decir, c('~o si su "de­ perj.~moial qua rabasa el oero marco demost.rativo 16gioo,
.f1.oici6n" nos diera efect;iva realidad. sin la cual se esfumaría todo conocimiento. La evidenoia
de semejante planteamiento apenas requiere comentario
442
4, !:I.J

m~yor, pues el conepto debe ser inteligido de conform! en general no puede confundirse con una mera aplicabil!
dad con criterios l6gicos, sin embargo, como tal con­ dad de las funciones lógicas judicativas, por la simple
cepto, y como represontaci6n intelectiva, 'ste debe ser 1 sencilla raz6n de que 'sta dltime no subsumen en si
algo más que un mero juicio lógico, puesto quo en '1 se mismas m6s que el desarrollo lógicamente concordante del
subsumen toda una serie de caracter!sticas quo, si bien concepto. el cual por su parte, no es m&s que la repre­
son pensadas conceptualmente, no obstente s~ enlace no sentaci6n pensante de la unidad del enlace sint6tico a­
pertenece de suyo al concepto mismo. Este enlace natu­ ludido. El propio enlace aint6tico debe bacerse a su
rnlmAnte, no puede serle atribuido más que a la Imagl­ vez posible de una manera especifica y particular 9 no
naci6n, de modo 8610 8~{ 'sta cumple un papel cognosc! oomo mera inrerencia a partir del concepto dado, que,
tivo esencial, y enteramente circunscri~o a demoetra­
no seria m's que mero desarrollo "analítico", que de a­
cibn, por lo que toda atribuci6n de realidad efectiva ouerdo con las funciones lógicas judicativas. Se ooncl!
a la lmaginacibn debe, derivarse del aouerdo intelect! 18 así, por lo que respecta a las mismas funciones 16g!
vo que ella misma coadyuva a erigir, "La síntesis en Oa8 3udicativas. que nunca proporcionan la base necesa­
general es, como veremos m~B adelante, el mero efecto ria para la d8terminaci6n del enlace sint6tico, que es
de la imaginaci6n, funci6n ciega aunquo indispensable
lo que nos ocupa aquí exprenamente, aunque. por otro lA
del alma, sin la cual no tendriamos conocimiento algu­
40, desde luego, nada indica que las funciones 16gicas
no, mñs de la cual rara vez llegamos n ser oonscientes.
~udicativaB no puedan contribuir al esclarecimiento de
Pero roducir esa síntesis ~ conceptos, ~8ta 88 una fun la cuesti6n. Ya el enlace sint&tico propio de In Imagi­
ci6n que corresponda al Entendimiento ~ por la cual, y
naci6n solo puede determinarse por medio de &reas deli­
8610 entonces, 4~te nos proporciona el oonocimiento en
mitadoras intelectivaa que, a su vez. no pue~gn ser me­
la propia eignific~ci6n de esta palabra." (13)
ramente funciones 16gicas 3udicativas, ya que ello sig­
Ee evidente que si el enlace sint'tico corres­ nifica una transici6n de roles cognoscitivos que no es
ponde a la IQsginaoi6n, cuya unidad del enlace sintét! autorizable respecto de la clariticaci6n del problema
co propia.mente dicho, y producto inteloctivo no termi­ aquí planteadO.
na máa que en un concepto, dobe, constatarae que la P2 Ahora bien, en la mencionada olarifioaoi6n no e­
eibllidad cognoscitiva interible del múltiple de la in
xiste m&e alternativa para poder detoI'lUinar cómo soa P.Q.
tuici60 sensible a trav6s del citadc enlace sintético
aible pensar A priori objetos en goneral y fundamentar
no puede detel'minm'lSe m!s que en l:l:lse a lo. posibilidad
el enlace sintético intrínseco a la Imaginaci6n, que eA
do poder penDar ~ priori ob.letos en genex-al como lLúlt!
tablecer una operaci6n similar a aquella que se infiere
pIes de la intvici6n senoible. r.a care.eterizaciÓn de
para el concepto como unidad del enlace sintético real!
semojante poaihi.lidad de penMr !!. priori objetos en g.!!
zada por 01 intelecto obrando sobre los datos proporci.Q.
nera¡ tiono as! l1eoesariamouto que establecerse a par­
nados por la propia representaci6n imaginaria. Debemos,
tir de lo &nter'iol"'mente dicho :r en tanto que inferen­
asi determinar c6mo sea posible extraer de las funcio­
cia <le lo supuesto.
nes 16gicas judicativas las correspondientes áreas int~
Seme;jante posibilidad de pensar .!!. priori objetos lectivas, que no podrán ser concebidas mñs que como pu­
ras y comprehendidas como "Conceptos puros del Entendi­
miento", mediante su generolizaci6n puede pensarse a t.Q.
,tJ "5

elo oh,jeto en e;enClral corno incluido !!. priori en el seno


de los mismos, por cuanto deben CEler inexorablemente
CUALIDAD
Realidad
--
RELACION
Inherencia Y Subsistencia
bajo aquellas áreas y así n08 10 advierte Kant. "La mi~ (substancia Y acoidens)
Negaci6n
ma funci6n que da unidad a las diferentes represeotaci,2 Oausa1idad Y Dependencia
Limitaci6n
nos ~ YA ~cio, da también unidad a la mera slntesis (Causa y efeóto)
de diferentes representaciones !n ~ intuici6n. y eSa Oomunidad
(Aoción reciproca entre el
unidad se llama, con expresión general, el concepto pu­
ro del entendimiento. El mismo entendimiento pues, y agente y el paoiente)
mediante las mismas acciones por 1ns cuales produjo en
MODALIDAD
los conceptos la forma lógica de un juicio por medio de
la unidad analítica, pone tambi6n. por medio de la uni­ Posibilidad-Imposibilidad

dad sintética de 10 múltiple en la intuición en general, Existencia-No existencia

un contenido trascendental en sus representaciones, por Necesidad-Oontingencia

10 cual 11ámanse 6stas conceptos puros del entendimien­


De esta manera. son las Categorías, oomo conoep­
to, que se refieron !!. priori a objetos, cosa que la 16­
tos puros del Entendimiento, las que nos desoriben la
gica general no puade llevar a cabo." (14)
posibilidad de pensar ~ priori objetos en general, por
En el Concepto puro del Entendimiento disponemos cuanto, como &reas de delimitaci6n operativa do todo
I
de la posibilidad de pensar ~ priori objetos eD general, pensar. nos permiten circunscribir la función inte1ectl
e\9.~:rttzón de que los susodichos Conceptos puros del Ente!!. va bajo sus propias coordenadas cogno,¡;,oh¡ivas, :¡ obli­
dimiento nos descubren la posibilidad de determinar !!. gando a que toda la labor imaginaria del enlace sint6tl
priori, en su máxima generalidad, las 'reas en las cua­ 00 disponga de la posibilidad de convertirse en oonoci­
les tiene 1u~ar el desarrollo de la actividad pensante miento inte1eotivo, ya que su inscripción en el seno de
y cuya concreci6n se establece en base a las funciones las coordenadas representadas por las antedichas &reas
lógicas judicativas operando ya con el concepto como u­ nos proporciona la posibilidad de objetividad cognosci­
nidad del onlace sint6tico. Establece es realizado cog­ tiva para el Lntendimionto, en cuanto que tales límites
noscitivamente por la imaginaoi6n de acuerdo con las á­ no eon derivados m&8 que de la actividad intrlnsecamen­
reas citadas en les que inte1ectivanente debe darse pa­ te propia del sujeto cognoscente.
ra su conversi6n en conocimiento efectivo. Y son preci­
Oircunscritos al marco de las Categorías, convi~
samente, estas !roas de detercinaci6n intelectiva de la
na. proceder a un breve excursus sobre las mismas, pues,
función cognoscitiva intrínseoa a la imaginación, aque­
en primer lugar, resalta el hecho de que las dos prime­
llas que Kant denomina ospec1ficamente como CNl'EGORIAS,
ras, es decir, las referentes a la Cantidad Y a la Cua­
cuyo cuadro se determina de la forma siguientel
lidad carecen de correlatos, ademhs de que en ellas hay
OANl'IDAD una referencia pensante estrictamente vinculable, de un
lado, con el marco de la intuici6n pura _Cantidad-, mie~
Unidad
trás qua, de otro lado, subsiste una remisi6n a la in­
P1ura1ictad
l'otalidad
146 447
tuici6n empírica -Cua1idad-, como ~Aci1mente puede ve~
vnmente por su concurso es como se torna factible la d2
se, y por cuyo intermedio se hace posible pensar el m~
terminnci6n intelectiva del enlace sint6tico dol múlti­
ca intuitivo, por 10 que Kant las denomina como Cate~
ple de la intuici6n sensible, determinaci6n inteleotiva
rias matem!ticas. Sin embargo, en 10 que ooncierne a
que por su parte se realiza a trav~s de lo subeunoi6n
las dos restantes, la de la Re1ac16n y la de la r'10da1!
conceptual en tanto expresi6n del enlace sint~tico pro­
dad, vemos que sí poseen correlatos, por cuyo intermedio
piamente dicho.
de un lado, procedemos a establecer referencias de unos
objetos con otroe, como nos 10 indica la Re1aci6n, mien Ahora bien, si atendemos oxplícitamente a lo que
trás que, de otro lado. segdn la NOda1idad, indagamos todo esto implica es manifiesto que la posibilidad de
la re1aci6n con el propio Entendimiento. a causa de 10 pensar ideas puras como talos puede sustancializars9 de
cual la denominaci6n otorgada por Kant es la de Catego­ acuerdo con el hecho de soslayar el carácter sintético
rías dinámicas, 10 Oua1 esta justificado en raz6n de enlazador que subyace a la propia determinaci6n inte1e~
que las primeras, esto~ es, las Categorías mstem&ticas, tiva • en este sentido la representaci6n conceptual ti2
nos indican una referencia directa que, para las Cate82 ne que hacerse real tan s610 a11! donde es posible, 10
ríaa din~icas, no tiene lugar sino de modo indireoto, que desde luego en modo alguno implica su conocimiento
mediante la susodicha correlaci6n que le es inherente, atricto sensu en la medida en que este no es deducible
Oomo fácilmente puede advertirse. m's que como posibilidad. Asentar, pues, el conocimien­
to sobre su propia posibilidad no deja de ser un contr~
y obviamente, en segundo lugar, resalta el hecho
sentido en cuanto que lo que con aqu6l se busca es algo
de que cada una de las rúbricas se halle compuesta por
m's que su mera posibilidad, tal como la subsunci6n con
tres re~erGncias, de las cuales, a primera vista, pare­
ceptual a trav6s del enlace sint&tico del múltiple de
ceria que la tercera no lUera más que Una resultante de
la intuición sensible nos lo pone de manifiesto.
la contraposici6n de las dos anteriores, pero que, sin
embargo, seoejante resultante no se puede tomar como un Desde este punto de vista conviene insos1eyable­
mero derivado, sino como una caracteristica peculiar mente ocuparse do esta prob1em'tica tan decisiva, que
propia, tal oomo nos lo pone de mani~iesto el mismo Kant, 8a preoisamente de lo que tratar& el siguiente apartado.
cuando matiza la citada re1aoi6n posibles "Así la tota­
lidad no es otra cosa que la mUltiplicidad oonsiderada
como unidad, la 1imitaci6n, no otra coaa que la realidad
enlazada Con la negaci6n, La comunidad es la causalidad
de una sustancia en la determinaci6n de las otras recí­
procas y, ~~na1monte, la necesidad no es otra Cosa que
la existenoia que me es dada por la posibilidad misma."
(15)

Es, pues, claro que sólo por intermedio del cua­


dro cateBorial es como disponemos de la posibilidad de
pensar ~ Eriori objotos en general, puesto que exclusi­ xxx
149
"8
Por tanto, si queremos preservar la esfera de o~
II.3.5.- LA LEGITI1HDAD DE I,AS OATEGOHIAS.
jetividad co~oscitiva para el marco inte1eotivo, no e­
Hemos visto en el precedente apartado 01 cuadro xiete .&s alternativa que apoyarla en funci6n de las C!
general de las eateeorlas que, en tanto conceptos puros teBorías propiamente dichas, para disponer de la posibi
del Entendimiento, nos permiten pensar a priori objetos lidad de pensar A priori un objeto en general, y 8610
asl ee vuelve nítida la comprensi6n acerca de cómo pue­
en general. El objetivo específico de este apartado Que
do conocer intelectivamonte el múltiple de la intuici6n
ahora nos ocupa no es otro que el de establecer la ínti
eensible. Toda otra posl·:Jilidad de fundamentaoión deso!!
roa necesidad que se dedu~e de las condiciones del pen­
boca en una consideraci6n sotto voce del conocimiento
Bar a priori objetos on general seg6n las Oategorlas,
onto16gico, por cuanto, presupuesto el objeto como tal,
es deoir. demostrar la estricta Neccesitas de estas 61­
timas, como requisito de la objetividad cognoscitiva bAllase el intelecto aturdido en cuanto concierne a su
determinaci6n cognoscitiva acerca del antedicho obje·¡;o ..
que debe inherir al plano intelectivo.
SÓlo por medio de la posibilidad de pensar la i~
Por consiguiente, debemos delinear el estricto
carácter de objetividad coenoscitiva que abarca a las tuici6n como múltiple fenom'nico, tal y como apri6rica­
Categorías, como &reas intelectivas del proceso imagin! mente me ee proporcionada por la Categorla. es como pu~
rio de síntesis, lns cuales no pueden mostrarse más que do proceder a la subsecuente conoeptuaci6n del mdltiple
como conocimiento ! prior~. pues, en caso contrario, no de la intuici6n sensible como unidad operada sobre el
sa1drlamoB de la perplejidad de comprender cómo es pos! previo enlace sint~tioo iQsginario Y cuya certeza inte­
ble deterudnar intelectivamente la objetividad cognosc! lectiva queda plenamente asegurada por medio del car!o­
tiva. Desde esta perspectiva y sólo haui6ndonos eco do ter~ priori categorial. y tal seguridad de conocimien­
tales c~ndicione9 cognoscitivas aprióricas para las 00­ to intelectivo no puede radicarse más que en la propia
teeorias es como podemos preservar aut60tica estera de ac~:ividsd intelectiva intrinseca al sujeto co~oscente,
certeza para el conocimiento intelectivo, de modo que puesto que es ~1 quien piensa, mediante la prescripci6n
~ste no se pierda en la inaccesible veleidad de su pos!
oategorial, el múltiple de la intuici6n sensible, con­
bilidad pura. virti~ndolo en conocimiento efectivo. Olaramente n08 lo
subrayado por Kant, por medio de una inte~ogaci6n fom2
El problema e~ torDO a la validez objetiva de laS Be, Que transparenta la complejidad del problema aqul
Oategorias el es un problema de enorme magnitud puee ein tratado. Y a la vez nos dilucida la orientaci6n filos6­
semejantes condiciones ! priori del panGar, el pensamien rica kantiana, por medio del "giro copernicano" que el
to stricto sensu ee diluiría en su propia identidad co­ ti16eofo de K6enisgberg introduoe en su sistema de pen­
gitativa, circunscrito a una esfera purnmente lanaU.ti­ samientos ti . . . . ¿C6mo condiciones suhjetivas S!!. pensar
. ca" y meramente "lligica", lo que nos obliGaría a consi­ han de tener validez objetiva, es decir, deben ofrecer
derar como enigmático todo contenido corrnoscitivo y su condiciones de la posibilidad de todo conocimiento de
origen ee volvería misterioso y mágico con una cobertu­ los objetos?" (16)
ra estrictamente "creoncial", COrlC) si no hubiera que
fundamentar la creencia propiamonte dicha. Esta importantísima interro~aci6n, nos suminis­
tra la obligada consecuencia que se deduce de colocar a
450 451

la base de toda objetibidad cognoscitiva e intelectiv!


mente considerada un cuadro categorial estrictamente d~ sontaciones sint~ticas con sus objetos, re1'orirse nec~
terminado, pues, a pesar do lo parad6¡fico que rosulte a sariamente unas a otras y por decirlo asi sslirse al
primera vista, sólo as! es posiblo evitar el osc01lo r! encuentro. O que sea 01 objeto el que hace posible la
prosentado por la base ontOlógica de todo oonocimiento representaci6n, o que sea ésta la que hace posible el
meta1'isico para la "marcho. segura de la Ciencia". 3ólo objeto. Si ocurre lo primero, entonces, la relaci6n es
por medio del recurso al cuadro categorial, es c6mo el emplrica y la representación no es nunca posible ~ ~rio­
Entendimiento genera y produce sus propias auto-condici~ ¡!. y 'ste es el caso de los fenómenos por 10 que se r~
nes, auto-1'undamenta la posibilidad de conocimiento pa­ tiere a cuanto en ellos pertenece a la sensación. Nas
ra el plano ~~ramente cogitativo, y pensante, por cuan­ si ocurre 10 segundo, puesto que la representaoibn en
to que sólo as! es como pueda ponerse de manifiesto Con el mismas ( ••• ) no produce BU propio ob~eto, según la
total claridad la imprescindible referencia que debe BU~ existencia, babr&:,de ser la representación entonces d~
sistir a toda determinaci6n cognoscitiva. En la es1'era terminante 4 priori, en lo que se retiere al objeto,
intelectiva, esta referencia debe articularse por medio cuando s6lo por ella Boa posible conocer algo ~~
de la posibilidad de pensar ~ priori objetos en general ob,leto. n (17)
que nos es suministrada por el cuadro categorial propi! hsl, pues, de con1'ormidad con lo dicho, es evi­
mente dicho, mediante 01 cual nos es tactible penear el
dente que toda posibilidad de pensar un objeto como tal
m~ltiple de In intuición sensible hast~ poder converti~ es algo que se infiere propiamente de la aotividad int~
10 en objeto intelectivo. esto es, en concepto, a tra­
leotivamente subjetiva -que su~eta a la consideración
vés del enlace sintético proporcionado por la Imagina­
trascendental no implioa in-objetividad, como el que s~
ción, que ea 10 que nos permite establecer la determin!
cede para la mera contrnposici6n 16gioa- y, naturalmen­
ci6n de objetividad cognoscitiva para In esfera propia­
te, tal pensar el objeto requiere no s610 el concepto
mente inteloctiva. Todo pensar sin 188 condiciones im­
resJ'3ctivo, en el que se establezca la unidad de las si!!
puestas por la necesidad a priori inherente a las Cate­
tesis, sino, asimismo, el enlace sint6tioo de la imagi­
gorias, no haria más que diluirse en el marco de la a­
nación a su base, 10 cual, obviamente, no ea dable sino
sintótica presunci6n de su simple posibilidad, en su
en funcibn de la pre-suposición ~ priori oculta, si se
propósito prepotente de hacerse realidad, sin que no ob~
me permite la expresi6n, en las Oategorlas. Sin ésta,
tante, podamos salir del laberinto de la perplejidad iU
toda slntesis no seria miÍs que "aniÍlis1s" puro, carente
telectiva, pues, toda explicaci6n posible en torno al
por completo de la oorrespondiente intuición que debe
enlace sint~tico que~r!a sujeto a la térula del escep­
hallarse necesariamente a la base de todo concepto como
ticismo, posibilidad esceptica gue nos puso de relieve
re1'erencialidad del pensamien-:::> objetuado.
con absoluta transparencia la re1'lexi6n 1'ilos61'ica hu­
meana. Para establecer la objetividad cognoscitiva striS Vemos as! con nitidez que s6lo por medio de la
to sensu, Kant nos dispone por tanto de mas alternativa Oategoria, como posibilidad de pensar! priori objetos
que la que se inriere de la atribuci6n genética del co­ en general, disponemos a su vez de la posibilidad de e~
nocimiento a la esfera propiamente aUb,1etiva, tal y co­ tablecer "orden" para los enlacos sintéticos que nos prg,
mo nos 10 indica 8 continuación I "No hay más que dos c! pordona la Imagirlaeión, convirtiendo el m1iltiplo de la
sos POSibles, en los cuales puodan coincidir las repre­ intuición sensible en objeto de pensamiento, con arreglo
f52 453
a la normativa intelectiva presupuesta en el cuadro Ca_
tamente a la rspresentación conceptual, que es inaccesA
teG'orial, "orden" qua viene pues dado porque en las Ca_
ble sin su correspondiente múltiple fenoménico a su ba­
togorias se determina especificamente el 'rea intelect!
se.
va bajo la cual "caen" las representaciones intuitivas.
Podemos pensar de modo a priori 6stas para, posterior­ En este sentido, pues, no es dificil advertir
mente, por los pasos indicados, reconvertirlas en obje­ que la posibilidad que nos os suministrnda por el cuadro
to~ cognoscitivo, de cUJ7a orientaci6n nos valemos para categorial, en cuanto nos permite pensar a priori obje­
decidir la objetividad cognosoitiva que se irradia des_ tos en general no es do suyo más que la captaci6n inte­
de la misma actividad intelectiva intrlnseca al sujeto lectiva de manera puramente formal de aquello que desiS
cognoscente, como verdadero artlfice del conocimiento namos como experiencia, la cual no es ya por ende un m~
propiamente dioho. La normativa 16gica, como marco su­ ro efecto de condicionos sensoriales, tal como 01 empi­
premo de conocimiento inteloctivo, está oa1 plenamente rismo la emple6, segÚn nos lo traza el propio Kant d~
presupuesta en el desoliegue del cuadro categorial, co­ modo clarol "Mas toda experiencia contiene. además de
~o consecuencia de su extracci6n a partir de las runci~ la intuición de los sentidos, por la cual algo es dado,
nos lógicas jUdicativaa que, a eu vez. nos indican 1 r~ un oonoepto de un obJeto, que está dado o aparece en la
velan las precondiciones de todo pensar y que, por lo intuici6n, segán esto, B la base de todo conocimiento
tanto, no expiden objetividad, ya que 'ata es impensa­ de experiencia, habrá, como SUB condiciones ~ priori,
ble sin aquellas, es decir, sin las precondiciones de­ conceptos de objetos en general. por consiguiente la v~
terminadas por laa propias tunciones 16gicss judicati­ lidez objetiva de las categorías, como conceptos ~ prio­
vas. Al, descansará en que sólo por ellas es posible la exp~
riencia (según la torma del pensar). rue~ entonces, se
Es evidente, por lo tanto, que s610 por medio

referiren necesariamente ~ ~ priori a obJetos de la ex­


de la funci6n representada por el cuadro categorial es

periencia, porque s610 mediante ellas puede, en general.


Como se hace posible decidir que sea la experiencia en

ser pensado un objeto de la experiencia." (18)


la medida eo que s610 por 61 se hace a su vez posible

decidir qué sea el conocimiento, ya que ~ste tanto co­


Naturalmente, de consiguiente con lo expuesto,
mo aqu&lla encuentran su qu~ a partir, lo cual es lo
es obvio que sólo por medio de los Categorías puedo pe~
qu~ proporciona explícitamente el cuadro categorial, de
sar la intuición, le cual, desde lueBo, 8610 ~ priori
su c6mo, en cnanto que, como hemos visto, precisanente es captable y aprehensible para el posterior desarrollo
por el car&cter de abstracci6n que fundamenta el cuadro intelectivo de la mi6mo. 8in embargo, si no pudiera pe~
categorial operado desde las funciones 16gicas judicat! sar la intuici6n, lo cual es requisito indispensable
vas no es posible, por su parte, decidir como se cons­ que se realice ~ priori entonces, la eXp~riencia no po­
truye 6ste con la excepción de reoperar constantemente dría inteliG'irse como marco cognoscitivo, por las ante­
Oon tales funciones lógicas jUdicativas, en tanto en dichas razones. Por lo tanto, de este modo, no resta
cuanto que como enlace de conceptos obliG'an a referir­ otra alternativa que la que se infiere del hecho de que
se a intuiciones cuyos mÚltiples fenom~nicos solo tor­ la intelección experiencial sólo tiene sentido auténti­
maliter se hallan inteleotivamente aprehendidos por el co desde las condiciones descritas en torno al carácter
cuadro categorial, el cual necesitn c~~o portrecho Jus­ ~ lJriori de las Categor!as y ello es así porque el pon­
[¡55

454
8 partir del hecho proporcionadO por lo inteleoción ~
eemiento objetunl no tiene lugar m~s que 8 partir de la nr ioriinserto en el cuadro categorial que, por sU p~
realizaci6n del enlace sint6tico del múltiple de la 1n­ te, determina la posibilidad de pensar la experiencia,
tuici6n sensible, cuya disecci6n no es pdsible gpranti_ en funci6n de que la susodicha intelección anriórica
zerla sino por medio de las 'rees categóriales intelec_ categorial suministra lo base de desarrollo del enlace
tivas que nos muast;rlln 01 sendero en el cual es facti­ sint~tico de la Imaginaci6n sujeta a normativa intele~
ble est:l'lblecer la subsiguiente determinación de objeti­ tivn, incardinada en las Oategorias como expresión con
vidad cognoacitiva para la sElfera del ponsamiento, ava­ oeptual intelectiva do las tuncioneD lógicas judicati­

lando osi la unidad iDtrinveca a la repreeentaci6n con­ vas, que posibilita'la unidad sint6tica del Concepto,

c~ptual, sin que, DO obstante, sea por ello posible ri­ como reprosentación objotual de la correspondiente in­

gidificarla, pero ei, cuando menoa, puede poseer la a­ tuición sensible cogitativamente aprehendida. As! su

tribuci6n de determinante como tal objetividad cognoso! definitivo desenlace permite, consecuentemente la pos!

tiva. s610, por consi~ientet por medio de la Oategoria bilidad de establecer verdadera "detorminaci6n" de ob­
dispol1f,o de la posib~.J.ldad d.e pensar la experiencia 00­ jetividad cognoscitiva.
mo mÚltiple de la intuici6n sensible, ya que, en caso
contrario, nada podria decidir aceraa de la exporiencia, y es, precisamente, a partir do semejante "dete~
en la medida en que 6sta se me apareceria, como para el minaoión" de objetividad cognoscitiva como, propiamento,
mismo Hume, como una mera "creencia". Toda posibilidad puede establecerse una certera base de apoyo para la
de pensar, al carecer de Oategorias, carecería asi, an! construcci6n del edificio cognoscitivo de la Cienoia N~
logamento, de la posibilidad de pensar ~ priori la in­ tural o lisioa, operando conjuntamente con ambas facul­
tnic~.6n, de modo que lo referenoia objntual convertiri~ tades, tanto la de la Sensibilidad como la del Entendi­
se en un mero juguete de la imaginaci6n, como si enlace miento, ya que de ambas se hace posible determinar obj~
sintético debiera incardinarae en algo tan voluble como tlvidad cognoscitiva plenamente concordante con el cri­
una veleta, lo que nos es asegurado por el mismo Kant, terio remoto empirico, es decir, con la refcrencialidad
..... ~ Categorias eon coneptos de un objeto en gene­ experiencial que se halla a la base de todo este edifi­
ral, por medio de los cuales la intuici6n de 6ste es con cio de objetividad cognoscitiva tan magno Y elocuente
siderada como determinada con reapecto a una de las ~­ como nos lo describe el filósofo de K6enisgberg,
cionea 16gíca! en loa juicios." (19)

06lo, pues, por cuanto, mediante las Catee;or:las,


puedo pensar la experiencia, en tanto que puedo pensar
~ priori el múltiple do la intuici6n sensible para con­
vertirlo en inteligible, desempeña: la experiencia una
funci6n cognoscitiva de primer orden en aras a la dete,!
minaci6n de la objetividad cognoscitiva, la cual queda­
ba, en el filosofar barroco, oculta tras la nebulosa de
su outo-determinaci6n cognoscitiva absolutamente pura. xxx.
Toda pooible determinaci6n de objetividad cognoscitiva
plenoIDonte concordante con lo expuesto no so gesta sino
456 f57
II.3.6.- LA FUNCION COGNOSOITIVA DEL PENSAMI.t<JiTO. sin que haya posibilidad alguna de "d.eterminaci6n" de
objetividad cO!';Doscitiva, a e:<:cepoión de la .forma ex­
Hemos expue~to como al presentarse un múltiple plioitada aquí.
de la intuici6n sensible, mediante la Oategoría, disP2
nemos de la posibilidad de pensarlo A priori como obj~ Naturalmente, de conformidad con la citada Gl~
to en general y, en necesaria concordancia, convertir tesis de las representaciones del m6ltiple de üna in­
a aquél múltiple de la intuici6n sensible en posible tuici6n sensible que es dada como "enlace" sint(¡tico
objeto de conocimionto. Ahora bien, la interrogaci6n para la subsiguiente tranetormac16n en "unidad sint6t!
siguienter¿~6mo, pues, y por qu~ medios tiene lugar s~ ca" en el concepto, aunque esta retrospectiva no pue­
¡

mejante operaci6n cognoscitiva? es la respuesta que hay da efectivamente ccncebirse sino como propiamente pro~
que ofrecer, según la contestaci6n dada por Kant al re~ pectiva, tenemos por consiguiente. la posibilidad de
pecto bajo la r6bricn famosa ds la DEDUCOION TRABOENDEN establecer la base estricta desde la cual se ~onfigurat
TAl. DE LOS CONCETTOS PUH08 m,"T.. ENTENDnHENTO, por cu;yo tundadamente, la aotividad inteleotiva intr!nseoa al
intermedio, intenta nuestro filósofo poner de manifies_ sujeto cognoscente, que &1 y 8610 ~l puede articularse
to la problemática intr!nseca a la determinaci6n cogiv~ la tunoi6n de "enlace sint(¡tico" que garantiza la de­
tiva de la objetividad cognosoitiva. la Oual hay que terminaci6n de objetividad cognoscitiva para el m6lti­
ooncebirla oomo desplegada a partir de las múltiples i~ ple de la intuici6n sensible. Kant se pronuncia aqu!
terrogantes que el mismo Kant se hace en el extracto r~ de la siguiente manerar lO • • • Y de todas la8 represent,!
señado de la carta a M. flerz, donde se muestra la i.pre~ . ciones es el enlace la 6nioa que no es dadavor medio
cindible necesidad de replantear toda esta prOblemática de objetos, sino que 8610 por el sujeto mismo puede ser
Cuya soluci6n vamos seguidamente a abordar. ejecutada, por ser un acto de sU actividad propia. ( ••
• ) Mas el concepto de enlace contiene, adehl~s del con­
Desde este punto de vista, lo que en primer lugar oepto de lo múltiple y dé la síntesis del mismo, tam­
resalta con n!tida transparencia no es otra OOsa sino el bién el de la unidad. Enlace es la representación de
beoho de que a la base de todo oonocimiento conoeptual la unidad sintética de lo múltiple. La reprosentaci6n
debe, necesariamente. presuponerse una s!ntaeie que, en de esa unidad no puede, por tanto, nacer del enlaCé,
tanto reuni6n de las representaoiones del {lJúltiple de la m&s bien es ella la que hace posible el concepto del
intuici6n sensible, por aplicabilidad del cuadro oatego­ enlace, viniendo a añadirse a la repreeentaci6n de lo
rial, me permita el noceso al conooimiento propiamente múltiple." (20)
dioho. o sea, al ob~eto do conooimiento estrictamente d~
rivado de la acción sint~tica intr!naeca al concepto, c2 Es e-ridente, según se advierte, que a la base
mo representación intelectiva do aquella síntesis de las de todo enlace debe hallarse la subsecuente "unidad"
representaoiones intuitivas, pues, evidentemente, en ce­ que lo haoe posible, que, a su vez, subsumida como u­
so contrario, no haríamos de suYO más que desembocar on nidad sintética en 01 concepto, nos descubre su inbe­
el piélligo "anlJlítico-esp&ptico". Desde allora, ambss fo};. renciD en el seno mismo del propio pensamiento, como
mas no representan más que dos maner3S de reterirse al residencia natural de todo conocimiento intelectivo,
miamo objeto, por cuanto en ambas la objetividad cognos­ siendo, pues, &1 en consecuenoia, como tal pensamien­
citiva no está enoardenada más que C01:10 raz6n ilusoria. to enlm..ador quien hace posible el antedicho enlace,
&58 '59
do modo que es este mismo pensamionto quien se convie~
le corresponde, no se constituye, como actividad co(';i­
te en autor de sl mismo, ~or cuanto todo enlace sint~­
tativa, más que en funci6n de la propia conciencia en­
tico no puede tenor lu[':ar sino a trav6e suya, aun eua!!
lazadora sint~tica mediante la posibilidad de estable­
do 61 mismo como tal pensamiento se constituya como a!
cer a partir de la actividad enlazadora sintótica inh~
go m~s que una simple slntesis, es decir, que se esta­
rida a la conciencia una "Identidad conciencia!" disp,2
blezca como aut6ntico "pensamiento enlazador", r.El Z2
nemos de la posibilidad de decidir vordadera base Han!.
pienso tiene que poder acompañar a todas mis represen_
litica" pnra la !unci6n intelectiva propiamente dicha,
taciones, pues, si no, serla representando en ml algo
por cuanto, ahora, ei que ee puede determinar base "a­
que no pOdría Ber pensadO, lo cual significa tanto co­
nalitica" en ~unci6n de la previa base "sintética" Pl'.2
mo decir que la representaci6n seria, o bien imposible
porcionada por el enlace de las representaciones del
o al menos nada para mi." (21)
m6ltiple de la intuici6n sensible en la unidnd sintét!
A semejante representaci6n del pensamiento ~el ca del concepto. De esta munera, pues, se ob~iene la
"Yo Pienso") que me proporciona la conciencia enlat;ad,2 profilaxis indispensable para no incurrir en el magno
ra, le da Kant la denorninaci6n de "Apercepci6n pura u error de apoyar la "Apercepci6n pura u originaria" en
originaria", por cuanto Con ella deacubrimoe el car6c­ .1 mero "sentido interno", como ocurro de modo nitido,
ter de espontaneidad Que os intrinseco a la facultad en el preciso instante en que se intenta dotar al con,2
de Entendimiento, ya que tal conciencia enlazadora no cimiento de una autoreferencialidad propiamente empir!
nos suministra máe que el propio recurso desde el cual ca, inmediatamente experiencial, por lo que se hace a~
se hace factible el desarrollo cognoscitivo intelectivo. solutamente imprescindible atenerse a los cánones aqul
A partir de sf:lluejante conciencia enlat;adora se vertebra descritos, "La unidad sint6tica de lo mÚltiple de las
I
la poeiblb "Autoconciencia" que, debe circunscribirse intuiciones, como dada ~ priori, es pues el fuod&mento
al marco cognoscitivo aqui descrito, puesto que s6lo de la id~!)tidad de la apercepci6n misma, Que precede !.
por medio de la conciencia enlazadora es c6mo puedo as uriori a todo mi pensamiento determinado. Mas el enla­
ceder a la determinaci6n de la objetividad cognoscitiva. Ce no está en los objetos y ho puede ser tomado de ellos
El alcance cognoscitivo de la propia "Autoconciencia" v.g. mediante la percepci6n, y recogido asi en el en­
queda as! plenamente sujeto a la mencionada actividad tendimiento, el cual no oa mAs que la facultad de enl!.
intelectiva intrinseca al sujeto cognoscente, sin poder zar !. priori y reducir lo m-6ltiple de repre~lentaciones
elevarse a es~erns trascendentesudesde donde sea posi­ dadas bajo la unidad de la apercepci6n. ( ••• ) Soy pues
ble su auto-detorminaci6n supra-estelar, como si fuera oonsciente del yo idlmtico, con respecto a lo m6ltiple
posible establecer Una "Identidad autoconciencial", al de las represent.eciones, dadas a ml on una in1.uici6n,
modo como desearla todo plantew~iento co~noscitivo on­ porque a todas ellas ll~mo mis reprosentaciones, que
to16gico o, ei se pre~iere, estrictamente meta!isico, constituyen !!!!Ji! sola. '-las esto significa que soy cons­
como fácilmente se puede advertir por lo expuesto. ciente ~ priori de una sintesis necesaria de las mismas,
que se llama la unidad sintética originaria de la ape~
Toda pcsibilidad do validar la "Autoconciencia" cepci6n, bajo la cual estlln todas las representaciones
no tiene lur,ar más que a travós de establecer la subs~ dlldas a mi. pero bajo la cual también tienen ellas que
cuente "Identidad conciencial" quc, por la parte que ser reducidas por medio do una sintesis." (22)
460 461
ta en la Apercepci6n, el múltiple de la intuici6n en ~
No es dificil advertir, pues el hecho de que s,2
nidad sint4tica en tanto base de todo concepto, de to­
lo a partir de la "Identidad concioncial" que está 8.
da representaci6n conceptual, la referencia no puede
la base de toda unidad sintética dol múltiple de la iQ
ser establecida más que en funoi6n (101 propio enlaoe siQ
tuici6n sensible en general, que os obtenida s6lo y 02S
tético que por su parte tiene que estar a la base de tQ
clusivam(>nte por medio do la aplicabllidad del cuadro
da unidad sint~tica como "constitutiva" del propio objª
categorial, es únicamonte 8s1, se~n tal desonvolvimioQ
to de conocimiento, os por su lado entonces tembi6n ma­
to, cómo adquirilnos plenamente conocimiento intelecti_
nifiesto que la concidencia entre la unidad sint6tica y
vo, a partir de la unidad sint~tica de la apercepci6n
su correspondiente enlace puede postularse do modo ino­
ori~inaria, dispongo de la posibilidad, a su vez, no S2
q\.tivoco, sin que no obstante pueda e. su vez decirse que
lo de reunir mediante enlace sint~tico el múltiple de
con ello, con tal enlace sint&tico agotemos la totali­
la representación intuitiva, sino, además, por medio de
4ad de determinaciones intr1nsecas al obje~o de conoci­
la referencia de la unidad sint~tica del múltiplo de la
miento propiamente dicho en la medida en que si bien la
intuición a la unidad sintética originaria de la aper­
mentada unidad sint6tica n06 despliega tales dete~ina­
cepci6n, 8 su vez, puedo construir la posible "identidad
ciones de 6ste acaso sin falsedad, no podemos empero p~
conciencial". En realidad, es esto lo que me proporcio­
suponerlo como absolutamente acabado otricto sensu por
na claramente el desarrollo trascendental del conocimieQ
cuanto la única certeza de que disponemos es tan sólo
to intelectivo, porque, a trav6s suya, puedo, asimismo,
la de nuestro inteleoto, C~YO desarrollo eminentemente
referir el múltiple de l~ intuici6n senoible representª
judicativo no nos permite decidir de una vez por todas
do en lo unidad sintética a la base de todo concepto a
la veraoidad imp11cita como pura racionalidad, ya que
un "objeto" que, en si miomo, no es obtenido más que a
de admitir esto seria entonces posible por via meramen­
partir de la susodicha "identidad oonciencial". La objª
te l6gica reducir a su expresi6n m1nima, y por ende a
tividad cocnoBcitiva queda estrictamente garsntizada por
la vez máxima, a todas las funciones lógicas judicati­
la subsecuencia de pasos &raduales explicitadOS precedeQ
vas, al modo como se oculta trAs el mecanismo de lic.me­
tecente, como to.cbién habiamos indicado con anterioridad,
tamorfosis del raciocinio puro, deoidiendo acerca de
lo cual. desde luego, nos es nitidamente expresado por
-los principios puros" por via indemostrativa. que es
Kant, con el prop6sito de clarificar la senda de la an­
precisamente lo que soslaya el problema empirico como
tedicha objetividad c06noscitiva intelectiva, de la ma­
fuente de conocimiento. tal como el mismo Kant lo ha
nera siguiente~ "Entendimiento es, hablando en general,
significado a trav6s de lo precedentemente eXpuesto y
la facultad de los conocimientos. Estos consisten en la
tal como se pondr& de relieve en la medida en que para
deteI'!liinada referoncia de laa representaciones dadas a
no incurrir en la falaci.a dialéctica se requiere desen­
un objeto. Objeto empero es aquello en cuyo concepto lo
trañar el problema "analitico", el cual sin el recurso
múltiple de una intuici6n dada es reunido. ( ••• ) Consi­
a la propia actividad intelectivo enlazadora quedaria
guientemente, la unidad de la conciencia es lo que con~
subsumido en una esfera racional inverificable e incom­
tit~Ye la referoncia de los ropresentaciones a un obje­
prensible como referoncias suprasensibles puras.
to, por tanto, su validez objetiva ••• " (2;5)
De esta manera, por lo tanto, queda perfectamen­
Es claro entoncos que convertido. tal como se h~
te dibujada el área sobre la que incide el foco cOBDos­
ce posible a trovés do la identidad conciencial presupuo~
462 463
citivo del pensamiento, en aras a determinar eXpreS8Men pletamente inherente, ya que 5610 para la antedicha r!
te su objetividad estrictamente considerada, por cuanto terancia empírica e8 para lo que despliega su pOder e!
s6lo por medio de la referencialidad eXperiencial conte euadro categorial, en la medida en que 9610 por ella
nida intrínsecamente en 01 cuadro categorial es c6mo e­ puede pensar ~ priori ob~etos en genaral el Entendimies
fectivamcnte podemos tenor acceso a tal determinación to como tacultad cognoscitiva, lo que nos lo indica Kant
de objetividad cognoscitiva. Pues, en realidad, es en de la forma siguiente. D ••• No obtienen las categorías
funci6n exclusivamente del cuadro categorial como pode­ uso para el oonocimiento de las oosas, mAs que en cuan­
mos pensar ~ prior~ el m6ltiple de la intuioi6n sensi­ to 6stas son admitidas oomo objetos de experiencia pos!
ble hasta convertirlo en posible objetividad cogooscit! bIs." (251
va, ya que a ello coa~uva por entero y totalmente la
labor intelectiva propiamente dicha, sin semejante ref~ Ahora bien. si s6lo y exclusivam~nte por medio
rencialidad intrínseca al ouadro categorial n08 hallarl~ del cuadro oategorial disponemos de la posibilidad de
mos aturdidos respecto a c~mo 8ea posible inteligir el convertir en obje)o el múltiple de la intuici6n sensi­
múltiple de la intuici6n sensible, puesto que sólo por ble correspond.iente, en base a qua ellas DOS sumiDis­
el propio cuadro categorial es como la labor intelecti_ t~an. es decir, las oategorlas, el 'rea de intelecci6n
va propiamente dicha puede "ordenar" perfectamente el bajo el cual debe caer, neoesariamente, el enlace sin­
múltiple de la intuici6n sensible con el propósito de t6tico de las representaciones respectivas al múltiple
transformarlo en objetividad oognoscitiva, del modo que mismo, es eviden~e que, entonces, la estricta determi­
hemos de~crito anteriormente, " ••• Les categorlas••• son naci6n del oitado enlace sint6tico debe ser proporcio­
8610 reglas para un entendimiento, cuya facultad toda nado por una peCUliar facultad que, como veiamoo, 00
consisto en pensar, es deoir, en la acción de reducir n podia ser otra que la de la Imaginaci6n, por cuyo mo­
la unidad do la apercepción la síntesis de lo múltiple, dio dispusi6ramos de le. posibilidad de "determinar" la
que le es dado por otra perte en la intuici6n, entendi­ Sensibilidad por el Entendimiento. Solo asl puede est~
miento pues que no conoce nada por sl, sino que ordena blecerse el esquema operativo que ostá a la base d~:;2
y enlaza tan s6lo la materia para el conocimiento, la do enlaco sint6tico, ya que, en caso contrario, no po­
intuici6n, que tenía que serIe dada por el objeto." (24) dria verse con suficiente nitidez c6mo sea posible di­
rimir para el cuadro categorial el área intelectiva que
El cuadro categorial nos proporciona la posibil! le es propia y que, en consecuencia, (Iebe envolver a
dad de pensar ~ Rriori obJetos en general Y. naturalmen todo mdltiple de la intuioi6n sensible para convertir­
te, toda determinación en torno al objeto correspondien lo en objeto de conocimiento, es decir, para realizar
te no puede establecerse sino en funci6n de realizar el la unidad sint&tica con la que opera toda Apercepción
enlace sint6tico a partir de la intelecci6n que se inti2 pura u originaria, en funci6n de lo cual puede, con a~
re dA pensar el múltiple de la intuici6n sensible corre~ soluta trar!.'3parencia, inteligirse perfectamente la tu!!,
pondiente bajo el Area intelectiva m8rcada por el cuadro oi6n cognoscitiva desarrollada por la Imaginaci6n en
categorial. Le citada área inteloctiva nos descubre, a aras a determinar el enlace sintético que propicia la
su vez, el enorme alcance intelectivo que subyace al cu~ citada conversión del mÚltiple de la intuici6n sensi­
dro categorial que siempre y como es necesario, debe man ble en objeto de conocimiento. Las 6reas intelectivBs
tenerse en 01 marco de referencia empírico que le es co! anejas al cuadro cateeorial nos dictaminan olaramente
los senderos de desenvolvimiento coCnoscitivo respeoto
464
465
de la nctividad irr.aginntiva Con vistas a la realizaci6n
del sUbaiguiente enlace sintético, tal como el mismo tioo de las representaciones del mismo múltiple de la
Kant nos 10 expone, sin tangencialidad alguna, para eVl intuición sensible, por cuyo medio adec60 las represen
ter confbai6n en un asunto tan relevante y complejo a tacioDOs oogitativas. Desde el citado enlace sint'tico,
la vez, advirtiéndonos 10 siguiente: "Imaginaci6n es la puedo t pasar a la determinación de la unidad sint6tica
facultad de representar en la intuición un objeto aan del mismo, de manera, pues, que a trav&s de todo este
~ gua esté ~res~nte. Mas como toda nucs~ra intuici6n proceso cognoscitivo se pone de manifiesto la base de­
es sensible, pertenece la im8gina~i6n a la oensibilida~, mostrativa que irradia a todo el conocimiento intelec­
por la condición subjetiva bajo la cual tan sólo puede tivo, por cuanto, una vez dado todo esto, puedo, median
ella dar a loo conceptos puroe del entendimiento Una in te la identidad conciencial que inhiere a la propia A­
tuición correspondiente, pero, sin embargo, en cuanto percopci6n pura u originaria, proceder a la clasifica­
que su alntesie es un ejercicio de la espontaneidad, la c160 cognoscitiva intrineeca a su inferida objetividad.
cual es determinante y no, oomo el sentido, meramente
Por consiguinnte. tan s610 modiante la ima8iDa­
determinable y puede por lo tanto determinar el sentido,
c16n productiva se dispone de la posibilidad. dadas las
se~n Sil forma, conforme a la unidad de la apercepción, antedichas características que le son anejas, de que la
ea la imaginación en este respecto una facultad de de­
unidad sint6tica de la apercepci6n pueda ser reprosen­
terminar ~ erior~ la sensibilidad, y su slntesie de las
tada mediante intuici6n. en la medida en que sólo con
intuioiones, conforme ~,~ categorlas, debe ser la sin
ella. por ouanto el Entendimiento puede determinar la
tesis trascendental de la ima&inaci6n, la cual es un e­
Sensibilidad, puede squ6l, esto es, el Entendimiento,
fecto del entendimiento en la sensibilidad y la primera
"producir" el enlo.ce sint6tico del múltiple de la intu!
aplicaci6n del mismo (al mismo tiempo !Undamento de to­
ci6n sen8ible afectando as! al sentido interno. Este úl
das las demás) a objeto de la intuici6n posible para n~
sotros." (26) timo, como tal sentido interno, no puede por sl 661o,
dar ral6n de enlace alguno, sino exclusivamente atene~
La fecultad. de .I.mag inación nos permite disponer se el multiple de la lntuici6n sensible de manera ef9~
de la posibilidad de doterminaci6n intelectiva de la Sen tivnmente presencial, ein poder en oonsecuencia tener
sibilidad, por ouanto ea factible la representaoi6n in­ presunción alguna respecto de conocimiento intelectivo
tuitiva del objeto sin la inmediata presencia de éste a partir de sl mismo. Este, ~omo tal eonoci~ieDto int~
mismo, de modo que la incardinaci6n de tal determinaci60 leotivo, DO tiene lugar sino por medio de la objetividad
adquiere en la estricta elntasis imaginativa un caráo­ aneja al enlace sint'tico que proporciona por si la im~
tel' enlazador, por 10 cual, precisQ/JIente, le coneede ginaci6n Rroduotiva, y por cuyo intermedio se nos apar~
Kant la denominación de imaginaci6n "prOductiva", a di­ ce el merco "demostrativo" intelectivo, desde donde pu~
ferencia de la meramonte "reproductiva", cuyas conso­ de edificarae el propio conooimiento intelectivo de pl~
cuencias paicologistas no facilitan ni permiten inferir, na conformid'ld con criterios veritativos, de modo que
como ocurre para la primera, la !Unción cOGnoscitiva que se pueda eludir la contusi6n derivada do la inadmisibi­
le es inherente. Esto 08, precisamonte, 10 que poeibill lidad de limites cognoscitivos, para desembocar inexo­
ta, mediante la representación intuitiva del objeto en rablemente en el universo de la raz6n ilusoria, cuyo
su inmediata ausencia, la realización del enlace sint6­ fundamento vamos seguidamente a comprender en funci6n
de una incardinaci6n absolutamente inautorizada desde
466 467
una 6pticn estrictamente cognOScitiva.
oi6n presuponer aquella identidad aludida. "La aperce~
Desde luago, toda identificaci6n sin más ambajaa ci6n y eu unidad sint6tica está tan lejos de ser id6n­
de le unidad sintética de la Apercapci6n coo'el sentido tica al sentido interno, que aquella, como fuento de
interno propiamente dicho, tal como es necesario para todo enlace. Be refiere a lo múltiple de lae intuicio­
postular el concepto racional de alma, no es posible e4 Ees en ganer§! Y. bajo el nombre de las categorías, a
tablecorla sin atender claramente a loa problemas Que objetos ~ general. antes de toda intuici6n sensible,
plantea en cuanto que si bien una separnción de ambss en cambio, el sentido interno encierra la mera ,orma de
esferas es insostenible, sin embargo, es análog~ente la intuici6n. pero sin enlace de 10 m61tiy19 en la mia
inconsistente su identidad. sobre todo allí donde se mat por tanto no encierra a6n ninguna intuici6n detar­
pretende reservar para la ciencia un marco de inciden_ ~~. la cual 8S s610 posible por la conciencia de

cia operativo, en radical contraste con todo tipo de e4 ladeterminaci6n de lo mdlt1plo, mediante la aoc160
peculativlsmo cognOSCitivo, si se puede hablar así. trascendental de la tmaginaoi6n (influjo sint'tico del
entendimiento sobre el sentido interno) que be llamado
Aun cuar;do no se pueda negar, por obvias razones, 1a s!ntesis figurada.
que el Entendimiento determine al sentido interno median
te la representaoión do la unidad sint'ticB de la Aper­ 1 esto 10 percibimos siempro en nosotros. No ps
cepci6n con el recurso a la imaginaci6n "productiva", damos penaar uoa lloea sin trazarla en el pensamiento.
sin embargo es asimismo innegable que tal determinsci6n Di pensar un circulO. sin describirlo, ni representar
en modo alguno puede ser confundida ni traspuesta de Una las tres dimensioD9s del espacio, sin hacer salir des­
vez por todas, en la medida en que el Concurso de elemeQ de el mismo punto tres líneas perpendiculares." (27)
tos y ractores no se puade reducir a priori m!s que for­
Evidentemonte, semejante distinci6n o a-identi­
maliter. tal como nos lo reflejan las categorias propia­
dad eotro la unidad sint&tica do la Aperoepci6n y el se~
mente dichas, por 10 que decidir que sea el sentido in­
tido interno, propiamente dicho, os lo que permite, eE
terno es una labor intelectiva también tanto como la in­
tonces, decidir plena objetividad cognoscitiva inteles
teligibilidad tiene que desplegarse refiriéndose a capt~
tiva, aun cuando ello. desde luogo, conduzca, inexora­
ciones conceptuales de múltiples fenoménicos como condi­
blemente, a desembocar, a pe~ar de 10 paradojico que
ci6n inexorable de su validez cognoscitiva, la cual no
resulte a primera vista, en un aparente contradicci6n,
puede deoidirse sino en funci6n de tal problematicidad y
que nos es formulada por el mismo Kant, bajo la siguie~
en !IIodo alguno, al menos que se admita como problem¡§tica
te interrogaci6nl " ••• ¿c6mo el yo que piensa es dis­
a su vez, eo el recul.'SO a una intulei6i1 intelectual que
tinto del yo que Sé intuye a si mismo (ya que puedo r~
por 10 demás traspone los limites propios del carácter

presentarme a6n otro modo de intuici6n al menos como


positivo del intelecto humano según nos lo ha descrito

Kant aquí. posible) y sin embargo, es id&ntico a &1 como el mismo


Bujeto?" (28)
Ss asi, eVi.dentemente, como nos tropezamos Con el
tiaturalmente, como hemos visto anteriormente,
prOblema especifico acerca de la validez relativa de to­
sólo estableciendo nítidamente la preoauci6n derivada
do conocimiento según 10 tienQ que enfrentar la perspec­
de le susodicha distinci6n es cómo precisamente salva­
tiva cientifica, o al menos como validez "no-absoluta",
gu~amos plema objetividad cognosoitiva intelectiva.
en la medida en~e no es posible m~s que Como extrapola_
468
469
la cual, como tal objetividad COGnoscitiva, aparecerta CO~
ción sensible tan s610 como representaci6n intelectiva y,
plata y totalmente diluida on el seno de un conocimiento
en .oneecuencia. tan s610 oomo objeto de conooimiento. Si,
eflmero desde el mismo instante en que nos propusi6ramos
pues, mediante la tunci6n cognoscitiva de la imaginación,
determinar co~oscit.ivamcnte aquella otra modalidad intui_
ae gesta la posibilidad de prOducir el Entendimiento el
tiva de la que nos habla el fi16sofo de K8enisgberg. No
m61tiple de la intuición sensible como objeto de conoci­
hartamos así, m6s que ir a parar al seno del "Intellectus
miento. mediante la susodicha determinación intelectiva
nrchetYPuB", cuya incardinnci6n efectivamente cognoscitiva
del. sentido interno, 'sta. es decir, la antedicha determi
no se darla mne que como consecuencia de una raz6n enITaña_
nación intelectiva del sentido interno, como síntesis fi­
dora, al presuponer en aqu61 unas condiciones co~oeciti_
gurada plenamente dioha, queda porfeotamente constabada 1
vas absolutamente fantasmales en lo que respecta a la de­
. verificada a partir de la determinación "perceptiva" Idel
terminaci6n efectiva de objetividad cognoscitiva, contando
miamo objeto en la "sintesis de la aprehensión"_ PueJo asl
con la operaci6n sutil y vana de creer que con la re-def!
"componer el múltiple en una intuición empirica", permiti6~
n1c16n analttica obtenemos plena veracidad efectiva. Ello,
do. de semejante modo t la necesaria base para la conciencia
pues, no es de suyo más que la inevitable concomitancia
emplrica que, en tanto percepci6n, h'llase aaimismo bajo
que se infiere de presuponer el foco de irradiaci6n cog­
el influjo del cuadro categorial, como el mismo Kant nos
nosoitiva en una "Autoconciencia pura", a partir de una e§.
lo advierte a reng16n seguido. ftAnte todo, advierto que
tricta vnlidaci6n de absoluta "Identidad autoconciencial".
por aínte,i, ~ le aprehen@ión entiendo la composición de
Manifiestamente es ello lo que nos ha revelado el ontolo­
lo mdltiple en una intuici6n empiric8. p.r la cual se hace
gismo como ficci6n al tomol:' como realidad veritativa lo
posible la peroepci6nt es decir, la conciencia empírica de
que no eran más que meras condiciones impuestas intelecti
la misma (como fen6meno)." (29)
vamente, siguiendo el mecaniemo de la metamorfosis del ra­
ciocinio puro, como si fuera posible tal transmutaci6n sin Queda así puesto de manifiesto el diseño del marco
la subsiguiente explicaci6n de la misma a trav's de la in­ cognoscitivo, en tanto y en cuanto puedo pensar ob3etos m~
dispensable rcferencialidad experiencial, evaporada aquí, diente conceptos, en la medida en que el cuadro categorial
como por arte de magia.
me proporCiona la poeibilidad aprióri de pensar los mismos
objetos en general, de tal modo que pueda representar osos
SÓlo, pues, por medio del citado recurso empírico
objetos oomo representaciones intelectivas conceptuales en
es cómo puede darse razón y, por ende, fundamento del con~
la intuición 1 en función de la actividad intelectiva ane­
cimiento intelectivo que, obliga, en consecuencia, a una
38 a la imsginaci6n, mediante la cual puedo determinar in­
postulaci6n del mismo como "Intellectus ectypuS" tan s610.
telectivamente 8 la sensibilidad, para finalmente componer
Y, evidentemente, tal recurso empírico s610 es proporcio­
nada por el cuadro categor.ial, por cuyo recurso dispongo el múltiple en una intuición emplrica y percibirlo como
de. la posibilidad de pensar apri6ric8lllente el ob,joto en !1;!!. conciencia empírica. La referencia experiencial se halla
neral como represent.aci6n intelectiva del m6ltiple de la permanentemente irradiando todos los graduales pasos cog­
intuici6n sensible, a trav6s de la unidad sintética de la noscitivos. como criterio remoto de fundamento cognosoiti­
Apercepci6n realizada sobr.e la baso dol enlace sint~tico vo, en plena conformidad con la determinación del "Intelle~
suministrado por la determinaci6n intelectiva sobre la Se,!! tus eotypua", tal como hemos indicado oon anterioridad. ES t
e1bilidad en funci6n de la síntesis de la imaginaci6n pro­ por tanto, evidente que toda posibilidad de determinaci6n
mer8~entc óntica debe requerir para su explicación los pa­
ductiva. Esta nos presenta el propio ~últiple de la intui­
470 f?t

sos aqu! reseñados, Ion cuales de suyo n08 muestren que 10 Kant, el enlace sint6tico del mdltiple de la intuición 8e~
propiamonte 6ntico no es s6lo "el-ser-en-sl", sino su aaiU .ibl~t para convertirlo en objeto de conocimiento. cuya v~
tótic!l inferencia en base al "ser-pare-el", por 10 que, en riticaci6n queda estrictamente establooida por medio de r~
concomitancia, debemos advertir que la indeclinable conae_ curso de la composioión del m61tiple en ln conciencia empi
cuencia no os otra sino que la que viene derivada a partir rioa aneja a la percepci6n, de tal modo que oon ello se P2
de la "creaci6n-6ntica" desde el "sor-para-s!" o, si se De un infranqueable limites e toda presunci6n de conooi­
prefiere, tal como Kant le roprocha a Eberherd, en su tam2 miento especulativo, cuya veleidad es por sI tan vol&til
ea respuesta, 8610 8. partir de la objetividad de la SubJe_ como las de 10B esp!ritus swedenborgianos. cuyas" preten­
tividad es factible derivar "subjetividad-onticidad" para aiones de conquista en el terreno de lo 8uprasensiblp" DO
la objetividad-6ntica, lo cual nos es oxpuesto por Kant de 80n mla que mera quimeras gigantescas y colosales cODstru!
modo claro, evitando lns perítrasis nuestras, de la siguie~ das. como el miamo Kant determin6. sobre fr6Sil arcilla.
te maneral "Las categor!as eon conceptos que prescrihen
las leyes ~ priori a los fen6menos Y. por 10 tanto, a la Ea absolutamente imprescindible, 8i 00 se quiere d~
Naturaleza como conjunto de todos los fen6menos ••• " (30) 3ar a la Oiencia Naturel o Fisica entera y totalmente sus­
pendida de hilos et6reos inescrutables. suprimir todas esas
Es, por tanto, a partir d. semejantes condiciones .eleidades espeCUlativas, para proceder con paso firme B
cómo se hace posible fundamentar la funci6n cognOScitiva examinar sus fundamentos propios, de los ouales deben extr~e~
para el penaemiento, el cual. subsumido en la estera meta­ •• 861idoB conocimientos, tal como deben derivarse de la
flsica, devenla una realidad m'gica, y misteriosa, como co~ eatructura oognoscitiva propiamente intelectiva precedent~
secuencia de la imposibilidad de asentar en 01 recurso em­ mente descrita.
plrico su veracidad plena. Este s6lo queda preservado an­
tendiendo a las condicionas genorales inEeribles de la va­ Bajo esta perapectiva, pues. as claro que la Ciencia
lidez del principio "sint~tico ~ priori", tal como ha sido Natural representa UD despliegue de la propia actividad ia
señalado por el mismo Kant, por cuyo modio se establece t2 teleotiva humana y en atenci6n a esto es necesario adver­
da la construcci6n del ediEicio del conocimiento lnteleot!
tir que sus leyes deben al menos ser metodo16gicamente de­
vo, como ha sido desarrollado anteriormente, y para cuya
.entrafiadas como condici6n que permita escrutar iotelecti­
constitución utHiz6 Kant la obra de Tetens "Ensayos fUo­
vamente otros dominios cognoscitivos, similarmente a como
sóficos sobre la Naturaleza Humana", como
señalan tanto C~
sucedi& con el conocimiento matemático.
ssirer (31) como Vleeschauwer (32), quien
incide especial­
mente el respecto. As!, pues. es imprescindible a su vez advertir que
tal desentramiento tendr' que llevarse a cabo siguiendo
Ea indUdable pues que s610 por medio de la referen­ los criterios oognoscitivos presupuestos y en este sentido
cialidad experiencial contenida en el cuadro cateBorial c2 es imposible recurrir en modo alguno no solo ya a laa "qu~
mo posibilidad de pensar ~ ~riori un Objeto en F,eneral, litas occultas" que Newton reproch6 a Arist6teles. sino
puedo validar ele modo plenamente objetivo al conocimiento asimismo a ninguna construcci6n ni elaboraci6n de tal do­
intelectivo, en cuanto que es, precisamente su car6cter minio cognoscitivo que no tenga en cuenta el car&cter traa
ectipico, el que nos proporciona la posibilidad de dirimir cendental que envuelvo a toda realidad cognoscitiva propia
para la unidad sint¿tica, como "prospf>ctivamente" realiza mente dicha, carócter este que de 8~YO no hace mAs que re­
velarnos con total claridad la imposibilidad de edificar
472' 473
la ciencia natural a excepci6n de apoyar su 'fundamentaci6n
Il.3.7.- EL ESQUl.l'íATIS"MO 'rRASCENDEN'rAL.
en torno a las especificas condiciones doscritas, las CUa_
les obviamente ta~poco permiton otorgar para tal construc_
Con este nuevo apartado se abr~ la segunda parte de
ci6n cientifica otro alcance que 01 que nos ha sido propo~
la ANAU'fICA THASCENDENTAL, la ANALITICA DE LOS PHINCIPIOS,
cionado por las citadas condiciones, c~yo alcance eminont~
por cuanto con ella va a ponerse de relieve !a aignifica­
mente ror~al os ya una realidad moniftosta y cuya articu1~
ci6n de los postulados examinados en la primera parte, as!
oi6n es preciso descubrir ahora, que es justamente 10 que
_iamo llamada ANALITICA DE LOS CONCEPTOS, que es 10 que
nos ocupará en adelante, por 10 que respocta a la propia
Ciencia Natural. nos ha ocupado en los seis apartados precedentes de este
trabajo. Del mismo modo a 10 que ocurre para la ANALI1'ICA
DE LOS CONCEP1'OB, en la cual Aant muestra c6mo sea posible
determinar con certeza completa la intrinseca objetividad
cognOSCitiva del conocimiento intelectivo, en la ANALITICA
DE LOS PRINCIPIOS, vamos seguidamente a observar c6mo sea
posible inoardinar aquella objetividad intr!nseca al cono­
cimiento intelectivo en la determinaci6n efectiva de la re~
1idad derivable de si misma, en tanto que plena objetividad
cognOsCitiva, pues s610 as! podremos aprender el modo de
ap1icaci6n del cuadro categorial a los fe~6monos. "La All!­
litica ~ ~ principios será pues tan s610 un oánon para
el juicio, a quien enseña a aplicar los conceptos del en­
tendimiento -que contienen la oondici6n para reglas ~ prio­
!i- a 108 fen6menos." (33)
Dentro de la ANALITICA DE LOS PRINCIPIeS conviene
aeña1ar en primer lugar, oómo sea posible la ap1icaci6n del
Cuadro categorial a los fenómenos, para posteriormente en
el siguiente apartado ocuparnos explícitamente de los con2
cimientos que como Principios sea posible inferir en función
de las antedichas oondiciones de aplicación fenoménica del
cuadro categorial. Y, por oonsigu!ente, analizamos inmedi~
tamente este problema aqui planteado.

~emos ya visto que todo múltiple de la intuici6n


sensible presupone y implico a su base, para que sea posi­
ble su conversión en conocimiento intelectivo, al cuadro
categorial, mediante cuyo ooncurso podemos pensar apri6ri­
xxx
cam~nte aquel múltiple de la intuici6n como objeto de oon2
cimiento en general. Recurriendo 91 cuadro categorial dis'"
474

475
ponemos del medio ,le pensar apri6ricamcnte un objoto en ¡~!!
l.a homogeneidad del concepto con el objeto en el su~
norol y s~ pUBde as! delimitar el tiren intelectivo desde
sumido no o.trece mayor dificultad, puesto es precisamente
la que opera el enlace sint~tico para la determinación do
lo que nos está garantizado por el c\ladro categorial do la
la unidad sintótica de la Apercepci6n, la cual por su par­
disponibilidad inmenente a ~l en 10 que concierne a la po­
te, deber! buscar sus asientos "demostrativos", concomita,!!
sibilidad de penear ~ priori objetos en gener~l, siguiendO
tes con toda objotividud cognosoitiva, no en 108 funcionos
el ejemplo propuesto por Áant es obvio, que el concepto em
lógicas judicativtlG de forma simple, sino en el cBr6cter
p!riCo de "plato" se conforma plenamonte con el concepto
trascendental que irrAdia n la función judicativa entorno
de "circulo ft • oomo lo establece como requisito la geometría,
al fen6meno, su aut6ntica y s61ida contextura cognoscitiva,
dado que en ambos puede porfectamente pensarse la "redon­
oomo expl!oita l!eterminaoi6n cognosoitiva de la sensibili_
des" sin ningún g&nero de dudas.
dad modinnte les objetivas funciones intelaotivas anterio~
mento descritas. As!, pues, lo que aquí nos ocupa es el Sin embargo, respecto de la determinaci6n de objet1
examen del maroo cognoscitivo de la función judicativa trsI vidad cognoscitiva en base a la tunci6n judicativa trasce~
cendental, por cuyo medio se va a poner de manifiesto c6mo dental y oomo oonocimiento determinado según "principios",
sea posible inferir plena objetividad cognoscitiva desde .i que se presenta el eludido problema respecto al "nexo
la aplicaoión fenoménica del cundro oategorial. Y, lo que de uni6n" pues mediante el cuadro oategorial no dispongo
primeramente resaltA aquí es el hecho de que el cuadro ca­ m's que de la posibilidad de pensar ~ eriori objetos en
tegorial como foco intelectivo no puede de ninguna manera general. pero no de proceder a su determinaci6n "in concr~
irradiar determinaci6n expresa de objetividad cognoscitiva to· 1 oomo lo requiere por si toda refernncia estricta el
para el marco fenom~nico, el cual hay que insertar especí­ marco tenom&nioo. Tal problema lo se6a1a claramente Kant,
ficamente en la Sensibilidad propiamente dicha.¡';n conse­ ál advertirnos la heterogeneidad que se infiere de la su82
cuencia, es transparente el hecho de que la aplicsbilidad dioha posible aplicaoión: "Mas los conceptos puros del en­
dol cu&dro categorial a los fen6menos representa un probl~ tendimiento, si los comparamos con intuiciones empiricas
ma cognoscitivo strictu seneu, c~ya posible soluci6n no (y eún en general sensibles), son enteramente heterosénoo.
puede venir dada más que a partir de encontrar un "nexo de y no pueden jam¿s ser hallados en iDtuici6n alguna. ¿06mo
uni6n" entre embos planos qua permita por consiguiente tr~ e. pues posible la eubsUDci6n de 'stas en aquellos ~ por
zar un puente para procedor a la susodicha posible aplica­ ende la aplicaci6n dé las oategorías a los ten6menos, ya
oi6n que es el objeto propio del Juicio trascendental, y que nadie dirá. esta categoría por ejemplo la causalidad,
por cuyo medio sea a su vez poeible In determinación de In puede tambi6n ser intuida por los sentidos y está conteni­
objetividad cognoscitiva según "principios", lo cual nos da en los fenomenos?" ('5) sub. nuestro
es subrnysdo por Kant de la siguiente manera: "En todas
las subsunciones de un objeto bajo un concepto, tiene que Por consiguiente, ente el cuadro categorial 1 la
ser la representaci6n del primero homogénea con el segun­ realidad fenoménica es neceeario encontrar algún "nexo" que
do, es decir, el concepto debe contener aquello que es re­ trabando la referencia entre ambas esferas, permita deter­
presentado en el objeto e subsumir on ~l, esto precisamen­ minar su unión, en la medida en que semejante nexo -como
te es 10 que s18ni.tica la expresión. "un objeto esta cont~ indica el propio Kant- debe ofrecer un sentido "homog6neo
nido .2.!1 un concepto." (34) de una parte con la categoria y de otra parte con el f9n6­
meno", ya que solo así es como se puede virtualmente conB~
lidar la perspectiva científica, siguiendo su trabaz6n re­

......
~
476
477

ferencJ.al, sin que haya neceoidad de incurrir en especula_ oi6n intrínseoa al "esquema trascendental", siempre como
ciones que son m8rginales al problema científico propiamcn esp~esi6n de la tunci6n judicativa trasoendenta1, por cuyo
te considerado. ooncurso se hace posible la ap1ioaoión fenom'nica de la
presupuesta homogeneidad del objeto subsumido en el conce~
Es pues solo asI como 90 impidE' que el acceso a lo
"in concreto" .'lparezca revestido de condiciones extrañns
As!, pues, toda posible validez objetiva intrinseca
al mi::'mo alcance cor;noecitivo, de modo que la cientifici_
• 108 ·principios* que, como funciones judicativas trs8cen
dad quede perfectamente ajustada Q las prescripciones cog­
dentales, nos proporcionan plena objetividad cognoscitiva,
noseitivas epiatemológicamente derivadas, como unidad arti
DO a. puede eatablecer ni muoho menoa determinarse como
cul~ble sceGn los preceptos propios de la actividad judicA
tal objetividad cognoscitiva, 8ino preoisamonte por medio
tiva trascendental, en cuanto sea posible elevarla al ni­
del concurso del "esquema tra'cendental" qua apoyando su
vel de "principio", como determinaci6n cientIfica irrecuGA
oobert;ura en el car!cter puro de la tomporalidad, nos per­
blo de la unidad que ella mIsma establece por su propia
.ite entonces, pasar a la subsiguiente determinación "prin
elaboración cognoscitivn, y cuya validez óbjetiva no puede
cipial~. No obstante, no hay que into1igir tales "princi­
asentarse mBs que sobre equel nexo que r:arantiza tal elevA .1
pioa" bajo el ropaje de certeza cognoscitiva metarisica,
ción a "principio" stricto sonsu, en la medida en que su
~iDO bajo el amparo de la flexibilidad de oriterios que se
objetividad debe salir de la combinatoria de factoree int~
deriv~ de la temporalidad a l~ base de todo "esquema" pro­
lectivos y empíricos. co~o marco de discernimi~nto de toda
piamente dioho, 8in que ello, desde luego, represente me­
objetividad, de toda racionalidad, por ende, cuya oientif!
nosoabo alguno en la determinaci6n de objetividad que le
cidad en modo alguno puede rebasar los moncionados limites
•• inherente. tal cual DOS 10 expone el mism(' hlmt al su­
cognoscitivos y a cuyas condiciones debe a3ustarse inexorA
blemente. br.,-arnoB lo uiguiente. "Ahora bien, UDa determinaoi6n
crasoendental del tiempo es homog60ea con 10 catesoria
']'al caracterización del aludl.do "nexo de uni6n" que (que oonstituye la unidad de la misma). por cuanto es yg!­
debe en si implicar efectiva homogeneidad tanto para el veraal 1 descanaa en una regla ~ priori. Pero por otra p~
cuadro categorial como para el fenómeno, no puede determi­ te ea homog6nea oon el ren6meoo, por cuanto el tiempo eatA
narse ni estableceree sino por medio del "Esquema trascen­ contenido eo toda representaci6n empírioa de lo m6ltiple.
dental". Dicho esquema como expresión del "nexo de uni6n" Por eso una aplicaci6n de la oategoría a los fenómenos se­
no puede incardinarse llIáa que bajo la cobertura de la tem­ r! posible por medio de la determinación trascendental del
poralidad Tiempo que s6lo mediante la pureza que le ea im­ tiempo quo, como esquema de los conceptos puros del enten­
plicita, y nUnCa apoyando la temporalidad sobre bases mer~ dimiento, sirve de término medio para subsumir loa ten6me­
mente emplricas, me permite disponer de la posibilidad de noa en la categoría." ('6)
hallar el nexo quo permita la homogeneidad para amboe pla­
nos y que a la vez permita la determinación in concreto y De conror~idad con todo lo antoriormonte expueoto,
fenoménica del cuadro oategorial. Evidentemente; y de conío,!: tenemos que sólo mediante el "esquema" disponemos de la P,2.
midad con lo dicho, no puede dirimirse otra aplicabilidad .i~l1idad de aplicar el cuadro categorial a 108 l'enómenos,
del cuadro categorial a los fenómenos de manera in concre­ por cuanto la ct')bertu1.>(l propia del "esquema" no es otra.
to, IIh~s que en función de la referencia inh¡ftiv8 in:pl!ci­ qua aquolla que le ea proporcionada por la temporalidad, 1
ta en la te~pornlidad que suministra la posible detcrmina­ cU,'la baBe pura es enteramcn'te indiscutible. Oonviene así
«79
478

b) El "esquema" propio de la cualidad vendrl dado a tr;a


prúcis/lr con exactitud la peculiar caracter!stica del "es_ v6s de la sensaoi6n, en tanto que 6sta poseer' grados de
quema" a partir de su clara distinci6n rospecto de 18 "im~ intensidad, por lo que la realidad presupondrl "senoaci6n",
gen", pues la cobertura de 6sta lÍl tima, sI que resulta em­ mientras que la negaci6n requerirá la extinci6n completa
p!ric8 y naturalmente no puede ser atribuida a esquema al­ de la misma "sensaci6n", es decir, que 6ste o bien no exi4
guno, yo que es 6sta el qua preoisamente posibilita la im~ ta o bien deje de existir. en cuanto que por intermedio de
gen tal como nos lo Va a oxponer el mismo Kant. "••• La !_ la "sen8aoi6n" 88 posible la plenificsci6n o vacio del tiem
magen es un producto de la facultad empírica de la imngin~ po, de manera que por ella es posible la referencia al pr~
ci6n prOductiva, el esguema de 108 conceptos sensibles (c~ pio "contenido del tiempo".
mo el de las figuras en el especio) es un producto y como
un monograma de la imaginaci6n pura ~ priori, por el cual e) Por lo que respecta a la8 Categorías de la relaci6n,
y según el cual se hacen posiblea lS6 im~genes, 6stas emp~ quedan determinados 108 esquemas del siguiente modo. en
ro tienen quo enlazarse con el concepto mediante el esque_ cuanto ooneierne a la sustancia, corresponde la permanen­
ma que ellas indican y no son en aí enteramente congruen_ cia de los cambios, en el sentido de que con ello se hace
tes con 61 mismo." (37) reterencia a la permanencia del tiempo, en cuyo seno fluye
lo cambiable. En cuanto se refiere al esquema de la S!!!!­
Es evidente a partir de lo diCho, que s610 mediante 1 ldad, 'ste queda determinado en tunci6n de que en 61 se
la determinaci6n ~ priori intrínseca en la temporalidad 7, presupone "la sucesi6n de lo m61tiple, por cuanto se halla
de Conformidad implícita con el "esquema", como pueda ha­ sometida a una regla" ('9). Finalmente, en lo que comporta
cerse posihle la susodicha aplicabilidad del cuadro cate~ al esquema de la acci6n reciproca, 'ste viene dado en base
riel a los fen6menos. Debe existir así para cada rúbrioa o • la "simultaneidad de las determinaciones de uno con la8
clase de Categorías un "esquema" oorrespondiente que de de otro, segón una regla universal" (40). por cuyo medio
cuenta de la posibilidad de la antedicha aplicabilidad y me refiero para la "ordenaci6n del tiempo".
sin cuyo concurso toda reforencialidad quedaría enteramen­
te al deSCUbierto. En consecuencia, se hace absolutamente
d) Finalmente. por lo que toda a la modalidad, tenemos
indispensable proceder a la verificaci6n del examen de 108
que el esquema de la posibilidad no se determina simplemen
mencionados correspondientes esquemas y cuya configuraci6n
te mediante mera posibilidad 16gica, sino mediante posibi­
es la establecida n continuación.
lidad temporal, como, por ejemplo, que lo que es opuesto
en una COS8 8610 puede ser sucesivo, pero nó simultáneo.
a) El "esquema" correspondiente a la categoría de la El esquema de la existencia no es, pues, en definitiva,
cantidad, pues, será el número, ya que sólo bajo &1 puedo mAs que ls misma "existencia en un determinado tiempo" (41)
comparar cantidades. El "número" mismo no es, como indica y para acabar, el esquema de la necesidad es la estricta
el propio Kant, sino "la unidad de la síntesis de lo múlt! "existencia de un objeto en todo tiempo" (42), en base al
pIe de una intuición homog6nea en general, por la cual p~ cual me refiero al "conjunto del tiempo, con respecto a t2
duzco yo el tiempo mismo en lo. aprehensi6n de la intuici6n" dos los objetos posibles" (4').
(38) 7 por cUYo concurso y medio, esto es, mediante el tic§.
quema" del "nÚmero" se hace posible el establecer una adi­ Como conclusi6n, pues, de este apartado, hay que s~
ción sucesiva y referirse a la "serie del tiempo". ñalar que 8610 a partir ñe los susodichos "esquemas" es c~
mo Únicamente puede preservarse para el cusdro categorial
480 481
un U80 emp1rico o fenoménico que DOS permita determinar en 1I.3.8.- EL BIS'rEMA DE LOS !'RINClPIOO DEL EN'I'ENDIrU.mTO
"principios". la objetividad cognoscitiva anteriormente e~ PURO.
tablecida por medio da lRS funciones jUdicativas trascen_
dentales, lo cual es lo que seguidamente va a Ocuparnos. Tal como ee ha observado en el apartado anterior,
la dnica posibilidad do deteroinar in concreto el fen6me­
no nos viene dada en funoión de la compresi6n esquemática
del cuadro categorial. Semejante esquematizaci6n no bace
de suyo m!. que revolamos ya el carácter aprioristico que
e. propio de la determinaci6n temporal en la medida en que
aquella 8e impensable y por ende imposible sin presuponer
• este como oondioi6n constructiva que asegura la oientit!
cidad en CUanto que permite trascender la sintesis sin por
8110 resolverla anal!ticamente de modo puro, como seria
• contradictorio entonces. de torma que BO conserve claremea
te la bomogeneidad vAlida tanto para la esfera del cuad~o
oategorial como para la realldadtenómenica. Siguiendo,
pues, tal orientaci6D cognosoitiva es claro que en la medA
da en que en la eaquematizaci6n Be hallan presupuostas les
indicadas condiciones nos encontramos entonces con la pos!
bilidad de discernir el 'rea intelectiva que ri~a las con­
clusiones que. como principios, deba extraer la actividad
jUdicativa trascendental, en cuanto que ella misma no es
de suyo m'. que todo este proceso en funcionsmiento, con­
torme con su posibilidad de subsecuente objetivaci6n.

La posibilidad de Beme~antes "principios", en tanto


ob~etividad cognosoitiva, nos viene determinada en base a
la garantia inferible de aquellas 'reas intelectivas que,
como normas o reglas, permiten subsumir el conocimiento de
tal modo que, por consiguiente, procediendo a observar cu!
lee deban ser los susodichos "principios", articulados en
conformidad con la9 antedichas 'reae intelectivas, debemos.
consecuentemente, remitirnos otra vez al cuadro categorial
para poder deducir de 6ste lss propias rúbricas que deben
establecer los s61idos oimiontos que, permitidOS por Isa
susodichas 'reas o rsglas intelectivas en 10 ~ue reBpecta
xxx a le función ~udicativa trascendental, no podrán t en cone~
cuencia, que ser otros que aquellos que exponemos s conti­
482 .83

nuaciónt la determinaci6n objetiva de la Cateeoria, sino de la de­


terminac16n objetiva in concreto del cuadro categorial y,
a) AXlOi';AS de la intuición por ende, con referencia a los ten6menos, es decir, a la
b) lm'_~ICnAC10NES de la percepci6n referencielidad experienoia1 propiamento dicha, no como
c) ANALOGIAS de la experiencia erigen remoto del posible conocimiento objetivo, sino como
d) l'OSl'ULADOS del pensar empírico en general. determinaci6n intelectiva de la finalidad cognoscitiva que
le es aneja 81 referente experienoiel intrinseoo a toda oS
Semejantes principios no se incardinan m!s gue a tr~
tivided intelectiva. Es esto lo que seguidamente va 8 ocu­
v's de la determinación temporal (sentido interno) que pe!:
parnos, por cuanto la tarea de este apartado no va a con­
mita, a su vez, la determinación esquem6tica por medio de
.iatir sino en dar buena ouente del fUndamento intelectiv~
la mencionada homogeneidad. Es evidente por 10 que concie!:
.ento oxplicativo de loe sUBodichos wprincipios" articula­
ne a lo~ dos primeros, los "axiomas de la intuici6n" 3 las
dos de la manera aquí indicada.
"anticipaCiones de la percepci6n", que podemos claramente
determinar que la certeza que irradian es esencialmente "i,!!. a) AXIOMAS DE LA IN1~IOION.
tuitiva", por 10 que Kant propone para 'stos la denomina_
oión de "principios matemáticos", mientráe que, por lo que Por cuanto oorresponde a la categoría de la S!D!!­
respecta a los dos restantes, las "analogias de la experie,!!. ~ el prinCipio queda formulado de la siguiente maneral
cia" y los "postUlados da1 pensar empírico en general", la -Todas las intuiciones son magnitudes extenaivas-.
certeza que los invade es plenamente "discursiva", por 10
que, en consecuencia, les asigna la denominaci6n de "prin­ Oonviene antes de entrar en la exposici6n del suso­
cipios dinámicos". Oon su conjunción total, es decir. art! dicho principio relativo a los axiomas de la intuici6n. r.!
culada en función de 109 cuatro principios aquí aludidos, saltar aQui Que eo base al examen de los mencionsdos prin­
disponemos de la posjbi1idad de proceder, mediante la de­ cipios del Entendimiento puro disponemos de la posibilidad
terminación intelectiva del sentldo interno, a configurar -como se ha indicado-, de proporcionar objetividad cognos­
la objetividad cognoscitiva de la Oiencia Natural o Física, oitiva a 1a8 determinaciones de la Oienoia Natural o Fisi­
pues es a este tipo de conocimiento al que nos remiten los oa, por lo que hay que advertir además, que 6610 así se da
susodichos "prinCipios" operando a partir de la determina_ clara respuesta al reproche realizado por Newton respecto
ci6n cognOScitiva de las funciones jUdicativos trascenden­ a Descartes, sobre la imposible identificaci60 sin m'. de
tales. Estas nos expreson asi, en aquellos "principios" la la exten8i6n con la realidad t!sica, de modo que hay Que
exp1icatividad de las leyes apri6ricas por las cuales de­ partir de la propia realidad tisica, presuponiendo como d~
terminemO(l la Naturaleza propiamente dicha, pues, en real,! da en esta la extensi6n, pero sin proceder a la confusi6n
dad, ésta y por si misma, no es m6s que un "concepto", cu­ cartesiana. Sin embargo, el planteamiento newtoniano Queda
ya SUbsiguiente comprensi6n requiero a su base determina_ al descubierto desde el mismo instante en que no dilucida
ciones objetivas gue como "principios" nos permitan deci­ lns condiciones inte1ectivas Que estan 8 su base, situánd2
dir la veritatividad oculta en 'J1 mismo concepto de Natur,!! las y eistematizhndo1a. en un m&gico "sensorium dei" que
lezo. Tal veritatividad no puede mostrarse m~s que por mo­ justifica plenamente el api1año de "qua1itas occu1ta" para
dio de la exp1icatividad fundada de tales "prinCipios", a!: su concepción de la gravedad. Esto quede reauelto en la r~
ticu1ados en tunci6n de la inte1ecci6n que se deriva no de flexión kantiana que a continuaci6n va a exponerse y desde
184 .85

la cual se vertebra, a su vez, toda la oonsideraci6n kan... • parte en la aprehensión." (44)


tiana oxpuesta en sus !'I\II;mw:\ l'lUNCIl-IOS NF:rA!?ISICOS DE
La síntesis suoesiva de lo semejante no deviene as!
LA CIElICIA DE LA NATI.TRAL¡';ZA IlE' 1786, obra en la que recoge
más que una obligada consecuencia do la imaginaci6n produ~
las determinaciones co~oBoitivas fieioss Que, en general,
tiva y por medio de la cual. como vim~B. es determina~a la
habian sido establecidas por Newton, aportando alf~unas CO!!
sensibilidad inteleotivamente por referenoia a la tempora­
aidaracionss personales, pero sin extraer de la explicati_
lidad eustanciatis en el esquema correspondiente por el cual
vidad que nos ocupa las revolucionarias consecuencias que
disponemos del nexo de unión para la aplicaoi6n del cuadro
sólo el tiempo irá clarificando como brevemente apuntare_
categorial al fen6meno, esto, por lo tanto, queda, a su vea
mos en sus lugares correspondientes.
determinado extensivamente 7 ouantificable. por la inexor~
En primer lugar, 10 que resalta on el seno de la ble reterenoialidan temporal que está a su base. De esta
construcci6n del conocimiento rlaico es el hecho de la manera, puea, es obvio que dada la cuantificaci6n aneja a
cuantificaci6n que inbiere 8 toda realidad fisica 7, en toda posible intuioión, podemos oonsecuentementa 7 en lo
consecuencia toda intuici6n deber' ser una "magnitud"ex_ que hace referencia a la determinaci6n del sentido externo,
tensiva", como el propio Rant nos ~o advierte en la tormu­ al espacio por tanto, acotarlo 7 establecer, concomitante­
l8ci6n. Ello es consecuencia obligada eD la medida en que mente riguras, que es lo que nos proporciona la Objetividad
co~o la temporalidad constituye la referencia lejana, 7 p~ cognoscitiva intr!nseca al carActer a priori de la intui­
tanta por ende. del caracter de homogeneidad de la catego­ ci6n pura propia del sentido externo, esto es, la Geometria
ría con el fenómeno y viceversa, la posibilidad de cuanti­ o, Como el mismo Kant la denomina, "matemática de la exte~
ticsoi6n se hace manitiesta desde 01 instante mismo en que, 8i6n". en la cual es factible la realizaci6n de la determ!
tal oomo S9 nos advirti6 anteriormente. la temporalidad naci6n esquemática como oonsecuenoia de las proposioiones
era la CODdici6n imprasériptlble que otorga validez, desde universales 7 neoesarias que de aqui se derivan 7 a las cu~
una óptica epistemice, a la matem'tica. a trav6s de su de­ les Kant otorg6 un rango de primer ordene "No se puede pro!
sarrollo aritm~tico, determinaci6n que nos es puesta de r~ sentar un solo libro, COIDO se puede presentar un libro de
lieve por Kant cuando nos dicel "Llamo m~gnitud extensiva Euclides, 7 decirl 'sta es la Hetatisica. aqui teneia el
aquella en que la representaci6n de las partes hace posi­ objeto más noble de esta ciencia ••• " (45)
ble la representación del todo (7 la precede. pues. neces~
Además. hay que advertir, por lo que respecta a las
riamente). No puado representarme una linea, por pequeña
proposicionos aritm~ticas, a las que Kant les tla"el nombre
que sea, sin trazarla con el pensamionto, es decir, sin
de"r6rmulas numéricas", que BU base do sustentación aun
produci~ todas sus partos poco a poco, desde un punto. y
Ouando S9 presente en "particular" no elimina su universa­
asl dibujar esa intuición. Lo mismo OCUrI'e con el tiempo
lidad, como es cientificamente prescriptivo. Desde luego.
por Corto que sea. Pienso en el trAnsito sucesivo de un m~
no se puede dejar de oonsiderar la posici6n kantiana al re~
mento a otro, por donde, mediante todas las partes de tia!
pecto como compleja. pues. o bien presupone la universali­
po y su adici6n, proddcese finalmente una determinada mag­
dad de las proposiciones aritm~tiCB8 como evidentes, a lo
nitud de tiempo. Como la mera intuici6n de todos los fen6­
que se inclina nuostro parecer, o bien. en contra, establ~
menoa es el espacio 7 01 tiempo, todo fen6meno, como intu!
ce para lss mismas una particularidad que es tanto mls co~
ci6n. es una magnitud extensiva. puesto que no puede ser
trastante cuanto que admite la univer6alidad de las propo­
conocido más que mediante una sintesis sucesiva de parte
.86
.87
aiciones geom~tricas, lo cual, naturalmente, no deja de ser en su obra "Analyse et Reprósentation n (Vrin, paris, 1977)
contradictorio con el car!cter de intuiciones puras A Qf!2­ as! como de J. M. Aiaza en su libro nOiencia Moderna y Fi­
ri en las que basa bmbas determinaciones de objetividad coS llsoUa" (B~ A. o. l-ladrid, 1969), donde se pueden atestie
noscitiva. La opp.raci6n realizada por Descartes por medio guar tales problemas. Por lo que se refiere al desarrollo
de la construcción dé su Geometría analítica, fundamontando estadístico, es claro que las perspectivas de elevación de
la aplicabiliñad del Algebra, establecía suficientes condi_ las nociones aritm6ticas a tales alcances tampoco ere una
ciones para eliminar la particularidad de las proposiciones cuesti6n que pudiera desatender el propio Kant, tal como
aritméticns, m~xime cuando un pensador como Kant estaba al 8e podrá poner de relieve en el siguiente apartado, donde
tanto de tales desarrollos que ocuparon bastante buena par­ se advertirá la relevancia que la cuantificaci6n posee pa­
te de su tiempo como fil6sofo. 8610, pues, por medio de una ra extender todo conocimiento humano desde un punto de via
intelecci6n, bastante endeble, que, desde luego, no es pos! ta esencialmente operativo, en cuanto que el número, en
blo atribuir~ela a Kant, respecto de la crítica Dewtoniana tanto "esquema de la cantidad". adquirira as! y 8010 as!
al planteamiento de la ~res extensa" cartesiana, es como se SU verdadero caracter oognosoitivo, como insoslayable pun­
puede determinar alguna particularidad para la aritm'tica, to de uni6n que permita construir el editicio de la Fisics
pero, sin embargo, dada la determinaci6n meramente formal que desde Newton ya no puede separarse de sus sustanciales
que irradia al conocimiento intuitivo puro A priori no se elementos matemáticos, en tanto condiciones inexorables de
puede en consec\'3ncia, presuponer conocimiento 6ntico para preaoripei6n de objetividad cognoscitiva.
la consolidación de la universalidad aneja a sus proposiciQ
nes, puesto que la susodicha universalidad debe quedar cir­ b) A~~IOIPAOIONES DE LA PERCEPCION.
cunscrita al marco proriamente formal.
De similar forma a como hemos visto aplicarse el e4

Es indUdable que. los actuales desarrollos de la mat§


quema del n6mero a la cantidad que, por sU parte, es lo que
m&tica, sobre todo por lo que respecta a la geometría con
n08 suministra el marco de los "axiomas de la intuici6n"
el dosplie~e de las geometrías no-euclídeas y por lo que
mediante magnitud extensiva. Ahora debemos inda~ar la apli­
se refiere a la aritm6tica con el desenvolvimiento de los
oabilidad a la categorla de la cuelidad del esquema correa­
m~todos estadísticos, sobrepasan al menos aparentemente los
pondiente que no es otro que el ds la sensaci6n. Oon el prQ
límites cognoscitivos con los que al respecto tuvo que ope­
p6sito de observar c6mo sea posible concebirlo como "princ!
rar el propio Kant y que sin cierta ilegitimidnd se le po­
pio~ 1, por ende, decidir algo ~ priori sobre ~l.

drían presentar como objeciones. Sin embargo, en modo algu­


En el seno de esta problem&tica lo que primeramente
no si se pone suficiente atenci6n esta justificada tal obj~
nos sale al paso, es el hecho de que en el marco de la oua­
ci6n en la medida en que es laotible der por conocidos por
lidad, no podemos jugar mAs que con sensaciones, las cuales
Kant teles problemas, actualmente desarrollados, ya que le
n08 pertenecen por medio del conocimiento emplrico represe~
cuesti6n, por lo que concierne e la esfora de la geometría,
tedo en la percepci6n, como es clero y como ~l mismo Kant
acerca del V postulado era perfectamente conocida en su 6pQ
nos lo pone de relieve sin tangencialidad elguna, al decir­
ca, Como se pone de manifiesto por la Preocupación que cau­
n08' "Percepci6n ea la conciencia empírica, es decir, una
só en el italiano J. Saccheri, así como al germano Lambert,
conciencie en la cual al mismo tiempo hQ3 sensaci~n.I.(4ó)
amigo del propio Kant, Con quien mantuvo correspondencia,
corno puede constatarse por las reflexiones tanto de C. Debru
488 f89
Ahora bien, es indudable que si en la oarera correA discretas operadas en ella, por lo que, en consecuencia,
pondiente al marco de la cualidad no pOdemos salir del f~ la peculiaridad de su mensurabilidad debe ser direrente
tum perceptivo y, por ende, sensorial, es obvio, entonces, de aquella que irradia a 1aa intuiciones COlDO tales.
que toda POsibilidad de decidir algo ~ priori del mismo,
Desde luego, por 10 que respecta a la sensaci6n 02
al menos al principio, pres~ntase como un aut6ntico prob1A
mo tal no puede decirse de ella más que el "grado de in­
ma, que nos os advertido y formulado por el mismo Kant en
tensidad" que la invade, el cual deberé alcanzar una esca
loe t&rminos que e continuaci6n siguenl "••• ¿C6mo puede
la que abarque desde su inexistencia como tal sensaci6n,
el entendimiento pronunciarse aquí slnt~ticamente, ~ RFio­
dirimida por O (cero) hasta el grado erectivo de daci6n
!1, sobre fen6menos y aún anticiparlos en 10 que 9S propia de la misma o gradO de intensidad, por medio de 10 cual
y meramente empírico, en 10 que toca a la s9noaci6n1." (47)
prooedemos a aplicar a la misma sena8ci6D la magnitud ex­
Desde luego, semejante decidir ~ priori no puede t~ tensiva derivada de toda intuici6n. Así, en funci6n de la
ner lugar de la manera aquí indicada, por sl sola y sin co~ susodicha mensurabilIdad podemos decidir para la sensación
curso alguno de nada extraño a ella misma. Pero, no obat~ *0 gradO de intensidad que es resuelto apri6ricpmente, en
te 10 dicho, es obvio que al menos todas las' percepciones tuoci6n, de la mensurabilidad que nos~es proporcionada por
como tales son intuiciones y en 10 que respecta a &stas h~ toda intuici6n. Pero, h~ q~e hacer la advertencia de que
biamos visto c6mo de el198 se inrería necesariamente la una vez establecida la antedicha posibilidad de mensurabi­
cuantificaci6n en tánto magnitud extensiva, de modo que por lidad para la sensaci6n segdn grsdos de intensidad es nec~
la misma regla de aplicación habría que observa~¡si la pe~ sarIo caracterizar a aquella mensurabilidad, no ya como mas
cepci6n, como tal sensación, no es posible someterla a Cua~ nitud extensiva, sino propiamente como magnitud "intensiva"
tiricación, por 10 que, en consecuencia, semejante cuantir! pues precisamente, es la gradualidad de la intensidad impl!
caci6n de la sensación seria, entonces, posible determinar­ cita en la sensaci6n lo que tan s610 puede significarse de
la' aprióricamente, desde luego, tal mensurabilidad no pue­ manera ~ priori al respecto, bien, como se mencion6, desde
de colocarse sin m6s en el mismo ractum sensorial, Supues­ su inexistencia como tal sensación hasta el grado de inte~
tas, como es evidente, las condiciones aRrióricas que en­ eIdad aneJo a la daci6n de la misma, bien desde &sta, es
vuelven a las intuiciones puras del espacio y del tiempo, decir, desde su grado de intensidad de dación, hasta su e~
sobre todo 'sta 61tima que aquí, preCisamente, es determi­ tinci6n como tal, 10 que nos es advertid.o por Kant de la
nante, ya qua, como vimos, sólo sobre ella puede ha1larae
siguiente manera. "Ahora bien, llamo magnitud intensiva a
el mndamento de determinación hornog&nea de la categoría
aquella que e8 aprehendida sólo como unidad y en la cual
con respecto al ren6meno.
la multiplicidad no puede ser representada más que por a­
proximaci6n a la negación, al 0."(.8)
Supuesta, pues, la posibi1irlad de mensurabilidad p~
rs. la sensaci6n, 6sta no puade mostrarse como magnitud ex­ Es sólo a partir de semejantes condiciones impues­
tensiva, por cuanto ello contradiría a la misma realidad tas por la característica de "continuidad" que invade a t2
inherente a la propia sensación como tal, cuya continuidad da percepCión como no es posible decidir d9 ella ~ priori
no permite segmentacionüs discretas, como es lógico, sino otra cosa más que el gradual incremento o el ~radua1 decr~
a partir de le propia continuidad que le es inherente, es mento significados imp1icitamente por su "grado de intens!
decir, que no permite abstracción alguna de se{~entaciones dad", de tal modo que, entonces, sea posible advertir el
.so
(91.
carácter. de "infinita grndualidad" derivado de la daci6n En base a semejantes condiciones puede resolverse
da la sensoción propiamente dicha y cuya detorminaci6n, la cuesti6D en torno a la aplicabilidad de la 'Jratio m8­
relativa a la infinita grndualidad do la misma, no pOdrá, thematioe" a la experiencia, por cuyo medio da lugar la
en consecuencia, establecerse sino en t~rminos de aproxi_ determinaci6n cognoscitiva de la "ratio physice" como cl~
maci6n cognoscitiva•••• El método leibniciano del cálcu­ ramente puede colegiras. As! la determineción matemética
lo infinitesimal, análogamente al c'lculo de las fluxio­ del objeto flsico no puede pretender más determinaci6n
nes de Newton, representa al respecto aqu1 un útil y valiQ Que la propiamente inherente 8 la objetividad cognosciti­
s1si~0 instrumento de conocimiento, en la medida en que va intrin~eca a la misma Dratio mathematice", es decir,
nos ofrecen la posibilidad de establecer comparaci6n y r~ conforme a una estricta determinación formal. La presun­
laci6n de magnitudes cuyae funciones no vienen dadas m&s ci6n cartesiana queda al descubierto en lo que básicamente
que de conformidad 'con valores matemáticos a los que no toca al alcance cuasi-6ntico asignado a la res extensa, es
es ajena cierta arbitrariedad, tal como es prescriptivo mo conseouencia de incardinar para &sta áltima la validez
para validar las correlaciones graduales mencionadas, se­ de la "ratio ideal. D• sin advertir la extrapolaci6n come­
gun nos lo indican tan~o el propio K~rner como tambi&n G. tida. Ea Justamente lo contrario lo que se rgquiere hacer,
Morente en BUS obras sobre el propio Kant (49). Con ello, tal oual 10 estA mostrando Kant, es decir, invadir el al­
por lo tanto, se pone de reliove Que la identidad carte­ cance de la "ratio ideale" a partir de los supuestos deteE
siana del "cuerpo f1sico' l con la ree extensa no constitu_ minantes inferidos de la "ratio mathematioe", eeto a sU
ye más que una obnubilaci6n entusi&stica del fi16sofo de vez, ea 10 que permite construir el edilicio de la Natura­
la Fleche impactado por el poderoso resurgir del pensa­ lesa de conformidad con los conocimientos Que tenemos y
miento pitag6rico-plat6nico tampoco Newton, y pese a lo que deben articularse en función de la validez de obJetiv!
fundado de sus censuras al cartesianismo pudo explicar e~ dad cognosoitiva intrínseca a la "ratio mathematice", como
to con suriciente transparencia, encallándose. como hemos conditio sine qua non de exacta objetiVidad cognoscitiva
ya indicado. en el tfsensorium dei". Evidentemente tal prQ Que, cuando menos, es lo Que permite determinar mediante
blem!tic8. no queda explicada sino por medio de la refe­ BU incarctinaci6n propia para el conocimiento Físico la pu­
rencia al pensamiento filos6fico kantiano, el Oual nos reza parcial anteriormente asignada por Kant. S6lo as! se
descubre el oni~a, aeg6n sus propias palabras, de la si­ hace posible estableoer determinaciones en función de la
guiente manera&"Se puede pues hacer por completn abstrac­ mensurabilidad indicada, permitiendo decidir ~ priori para
ci6n de las magnitudes extensivas del fen6meno y represo~ la sensaci6n un grado de intensidad que le es inherente y
tarse sin embargo en la cera sensaci6n, en un momento, una qUé queda expuesto por el enunciado kantiano acerca de la
e!ntesis de incremento uniforme, desde O hasta la concie~ susodicha cuestión, que reza a.ít "En todos los fenómenos.
cia empírica dada. Todas las sensaciones por tanto son d~ lo real, que es un obJeto de la sensación, tiene magnitud
das como tales sólo ~ Eostoriori. pero su propiedad de t~ intensiva, o sea un grado".
ner un grado puede ser conocida ~ Eriori. Es de notar que De conformidad con el hecho de que toda determina­
en las magnitudes en General no conocemos ~ priori, m6s
ción de la Naturaleza como "ratio ideale" debe encontrar
que Una sola cualidad, la continuidad. pero en toda cual!
en la "ratio mathematioe" su propia determinaci6n de obJ~
dad (lo real de 10:3 fen6menos) no pOdemos Conocer ~ ~!2-
tividad cognoscitiva principal, como consecuencia de la
El m~s que la cantidad intensiva de la misma, o sea que validez efectiva derivada del conocimiento intrínseco a la
tienen un grado. todo lo demás queda para la experiencia."
(50)
&93

492 "oonstitutiva" para los miemos, lo que puede determinarse


parallos primeros principiOS, auhque, naturalmente, tan
"ratio mathemlltice"t conviene precisar tal eir.;ni.fieeci6n
s610 de una manera meramente formal. Consltu i entemente.
con las palabras exactas de Kant, de manera que puedan e­ los sUBodiohoB principios que establecen su estricta co­
ludirse los correspondientes equívocos al respecto. pues­ bertura en el plano "discursivo" y que posteriormente
to que la nitidez iopuesta por tal circunstancia se infi~ trataremos implican una referencia experiencial especifi­
re sin nin~na complejidad, como seguidamente vamos a verl ca, puesto que al no disponer de la potestad "constitutiva"
"Los dos principios anteriores, que llam~ matemáticos pOE deber'n consecuentemente oireunscribirse a una determina­
que dan derecho a aplicar la matem6tica a los fen6menos. ci6n cognoscitiva "regulativa". Su objeto, como el mismo
referíanse a 109 fen6menoB seg6n su mera posibilidad y eg Kant nos lo indicar' a oontinuaoión. no estar' focalizado
Beñaban c6mo 6stos, tanto en lo que se refiere a la intu! sino en funci6n de la misma existencia de los fenómenos,
ci6n, como tarnbi~n a lo real de su percepci6n, pOdrían ser ouya intelecci6n no puede determinarse como propiamente
producidos se~n reglas de una síntesis matem&tica, por "constitutiva". sino como meramente "regulativa" por raz.Q.
eso, tanto en uno como en otro principio, pueden usarse nes cuya evidenoia es nltidal "Muy de otro modo acontece­
las magnitudes num~ricas y con ellas la determinaci6n del r! con 108 principiOS que deben reducir ~ priori bajo re­
fen6meno como ma.gnitud." (51) glas la existencia de 10sfen6menos. PUes como 'sta no se
Oon semejante examen, pues, damos por concluido el puede oonstruir, no pOdrán referirse m!s que a la relación
correspondbnte análisis de los principios fundados sobre de la existenoia Y no pOdrán dar m&s que principiOS ~­
el marco intuitivo, en el cual la validez de la "ratio m~ lativos. No hay Que pensar aqul pues ni en exiomas, ni en
thematice" no ofrece fisura alguna. A trav6s de la tempo­ anticipaoiones. ouando una percopoi6n nos sea dada en una
ralidad implícita como condici6n de homogeneidad para la relaci6n de tiempo con otras (aunque sean indeterminadas).
aplicabilidad de la categor!a al fen6meno será completam~n no podrá decirse ~ priori cual ~ cuan srande sea esta otra
te cierta la propia determinaoi6n cognoscitiva intr!nseca percepción, sino c6mo, seg6n la existencia, está enlazada
al principio como tal, en cuanto está fundamentado en la necesariamente con aquella, en este ~ del tiempo." (52)
propia temporalidad, base de toda construcci6n de la mis­ Dicho y establecido lo anterior, conviene entonces
ma "ratio mathematice". pasar inmediatamente a examinar estos otros dos prinoipios
Ahora bien, por lo que ooncierne a los doo princi­ restantes, cuya objetividad oOgnoscitiva se configura se­
pios restantes, a saberl "Analog!as de la experiencia" y g6n lo expuesto Y que 16gicamente van a ocuparnos segui~
"Postulados del pensar empírico en general", su cobertura mente.
como ya vimos no viene dada de una manera intuitiva, sino,
por el contrario, propiamente "discursiva", en consecuen­ o) ANALOGIAS DE LA ExpeRIENCIA.
cia, la referencia "explícita" a la temporalidad se haoe Es incuestionable que antes de entrar de lleno en
absolutamente improocindible. cosa que es innocesaria en el examen de la temática aquí reseñada, debemos establecer
lo que reopocta a los dos anteriores por la propia impli­
qu~ deba inteligirse aquí por "analogía", ya que tal con­
citud de la temporalidad en el mismo esquema del "número".
cepto va a ser esencial para dilucidar lo que sigue. Si­
Y, evidentemente semejante "explicitud" a la tell'P2 guiendo la estricta consideración que Kant ofrece al res­
ralidad nos obliga as! a no poder detorminar plena esencia
49. C9S
pecto, debemos señalar que subsisten dos formas o modos de
Lo que resalta en primer lugar es la posibilidad de
concebir e interpretar la "analor,ía lt propiamente dicha, y
las cuales quedan determinadas así: en primer lugar, con­ determinar un enlace necesnrio de las percepciones ~ es ju~
viene exponer la "analogía" baBada el 01 conocimiento ma­ tamente lo que noa revela la intelección de aquello que d.!
temático, mediante la cual, dado que se opera tan sólo a nominamos ~experieDoia", por cuanto a la base de la misma
nivelas meramente tormales, se hace posible, dados tres experiencia Be hao e impresoindible prceu~oner "la unidad
miembros, infer:r el cuarto, por lo que ~ste, como tal sint&tica de lo mdltiple de la percepción en una concien­
cuarto miembro o, si se prefiere, presentado como x puede cia", oomo el mismo Kant nos lo SUbraya (53). Bin embargo,
determinarse constitutivamente, pero, insistimos, tan s6­ no podemos adjudicar necesidad alguna por sI misma a la
lo como constitutivamente tormal, en segundo lugar, tene­ mera percepción, la oua1 para poder determinar la Neccesi­
mos la "annlog!a" .fundada en el conocimiento filosótioo, taa del enlace debe en consecuencia presupon~~ al mismo en
en la cual, como es obvio, no se opera ya tan sólo desde lace como neoesario en funci6n de enlaces .! priori que pr2
una perspectiva meramente tormal, por lo que el cv,arto piamente no pueden pertenecer m&s que a conceptos y como
miembro, una vez dados 108 tres precedentes, DO podemos expresión da la actividad inteleotiva subsumida en la ~uD1
desentranarlo constitutivamente, sino sólo determinar "au dad sintética de la apercepoi6n pura u origina.ria". Be ha­
rolación" oon loe otros tres miembros dados, sin que. sin ce imprescindible asi, para poder llevar a cabo el enlace
embargo, h·.,ya qua presuponer semejante "relación" como no! neoesario de la8 percepciones, la referencia a la tempora­
cesariamente a posteriori. evidentemente, pOdemos determ1 lidad. por cuanto sólo con ella me ea posible determinar,
narla .! priori, pero desde luego sujeta al maroo estricto mediante el enlace sintético proporcionado por la imagina­
de certoza "regulativa" y, de ningón modo, concebida como ción productiva, a la sensibilidad mediante el Entendimie~
constitutiva, dado que la cobortura del principio aquí e­ to que ea lo que propiamente se solicita.
xaminado no rl)side propiamente más qUQ en el plano cogno,! Por tanto, toda determinación de un enlace necesa­
citivo discursivo, como habíamos señalado precedentemente. rio para las percepciones por medio de la referencia a la
Hecha pUGS, la antedicha e importanto advertencia, temporalidad, no puede ser dada de manera meramente aoci­
so hace indispensable proceder a observar cuál sea el enun dental o aleatoria, sino conforme a validez objetiva, pues
oiado por el que se rige el principio derivado de la8 pr 2 es claro que la referencia de la temporalidad a las perce~
pias "analog!as'de la eXperienciaM, Como propedéutica a ciones implica, por su parte, determinación de lo empírico
su postrero desenvolvimiento, el cual noe es .formulado por respecto de los posibles modos del Tiempo mismo y por cuyo
Kant como seguidamente lo exponemos: "La oxperiencia es intermedio podemos tener la fundada pretensibn de conocer
posible sólo mediante la representación de un enlace nee.! .! priori, si bien no la propia existenoia de los fenómenos,
sario de lss percepciones". En tunción de ecto y mediante sI al menos, la "relación" de unos con otros fenámenos. Y
la rp.ferencia a la rúbrica categorial de la Relación, va­ es exactamente esto, el oonocimiento que se nos dibuja.
mos Q intentar delimitar el área operativa para la funci6n tr&s lo expuesto anteriormente, en la propia "enalogia ti­
judicativQ trasoendental que se oculta en la determinación los6fica".
cor,noscitivamGnte intelectiva de la ExperienCia, por medio
De conformidad con esto y a trav~s de la Neoccsitas
del pocible conocimiento .! priori que se pueda derivar.
inherida al enlace de las percepoiones que nos es propor­
cionada por la determinación temporal que est& a su base
podemos obtener conocimiento firme y sólido al respecto,
496
497

de modo, pues, qu~ sea el propio marco temporal, segdn SUs


riamos más que desembocar en una supar-posici6n de tempor~
modal1dañes intrí n sec8mente propias, quien nos suministra
lidad múltiplemente oambiante, sin posibilidad alguna de
una certera cobertura de intelecci6n de la experiencia, p~
determinar objetividad ooenoscitiva al respecto, para sa­
re evitar, con ello, que esta se n08 vuelva un aggregatum
lir de semejante problema cognoscitivo, debemos validar lo
al mismo modo como ocurría para Hume. Las SUsodichas moda_
anteriormente signiticado, es decir, presupuesto el tiempo
lidades tempornleo deben en conseouencia mostrar las posi­
como la forma de toda percepci6n empírica, es obligado coa
bles relaciones de los ten6menos entre sí, qua como tales
cluir su a-cambiabilided y hacer descansar al cambio pro­
relaciones de fen6menos quedan oircunscritas seg&n las mo­
piamente dicho en el objeto de la percepci6n misma. La coa
dalidades temporales que a continuaoi6n 8e indicanl a) Pe~
aeouencia que se deduce de lo dicho es qua pare poder dar
menencie, b) 6uoe8i6n y, tinalmente, o) Simultaneidad, tal
validez al oambio es preciso, como decíamos, establecer su
cual n08 lo expresa el mi8mo Kant. "Los tres modos del tie~
referenoia a algo que no cambie, que sea permanente, lo
po son. permanencia, sucesi6n y simUltaneidad. Por aso hay
oual debe constituirse como "sustrato de todo lo real, es
tres reglas de todas las relaciones de tiempo entre los t1
decir. de lo perteneCiente a la existencia de lae cosas"
n6menoB, por las ouales puede determinarse a oada uno 8U
que no ea, de suyo, más que "la sustancia, en la cual todo
existencia con respeoto a la unidad de todo tiempot y esas
cuanto pertenece a la existencia puede ser pensado s610 c~
tres reglas preceden a toda experiencia y la hacen posible."
(54) mo detarminaci6n" (55).
As!, pues, oontando con el car'cter cognosoitivo m~ La caracterizaci6n de le permanencia como sustancia
ramente "regulativo" que debe envolver a talas "analogías", de los ten6menos 8S algo autorizado propiamente por la de­
como consecuencia de que las mencionadas reglas, derivadas terminaci6n intelectiva que podemos realizar para la sens!
de las modalidades temporales, no nos otreoen conocimiento bilidad, de acuerdo con le determinaci6n del Tiompo como
sino de las relaciones de los ten6menos, ya que, para con~ sentido interno determinado a su vez, por el enlace sint&­
cer su existencia efeotiva, no me resta otra alternativa tico de la imaginaci6n productiva conteni~ndo la unidad
que la mera percepci6n, vamos, pues, a exponerla in concr~ eint&tic8 de le apercepci6n, como indicamos precedentemen­
to, a partir del conocimiento ~ 14riori que n08 espropor­
te, 8 partir de la susodicha permanenoia de la sustancia
cionado por 108 modos temporales.

que determina la cambiebilidad de los ten6menos, podemos


obviamente, concebir el cambio fenoménico tanto sucesiva­
PRIMERA ~NALOGIA._ Como vimos anteriormente, en el mente como simultlneamente, en cuanto modos do determina­
Tiempo, en tanto sentido internot 8e de"termina la condici6n oi6n relacional de la temporalidad, tal como nos lo expre­
rormsl de todos los fen6menos y por lo tanto 61 es la for­ se el mismo Kant 0.1 significarnos lo siguiente. "6610 en
ma de toda posible percepci6n empírioa, por lo que, 61 mi~ lo permanente son pues posibles relaciones de tiempo (pues
mo, como Tiempo, no puede de suyo ser sujeto de cambio, el simultaneidad y eucesi6n son las dnicBs relaciones en el
cual, como tal cambio no podrá darse m6s que en las perce~ tiempo), es decir, lo permanente es el sustrato de la re­
ciones meramente empíricas. Naturalmente, para poder deta~ presontaci6n empirica del tiempo mismo y en ese sustrato
minar cambio en slgo es preciso qpe haya algo que no cam­ tan s610 es posible una determinaci6n de tiempo. La permA
bie, algo que permane~c~l, puesto que en Caso contrario y nencia expresa el tiempo en general como el correlato con~
al referir lo que cambia 8 sIgo que tambi¿n cambia, no ha­ tante de toda existencia de los ten6menos, de todo cambio
y de todo acompañamiento." (56)

.........
498 ~99

Por consiguiente, sólo por medio de semejante "per­ terminaoionos del tiempo." (57)
manencia" nos ea explicable la determina.ci6n de las rela­
De acuerdo con esto s6lo es posible o partir de se­
ciones de ~iempo, por cuanto ella mi~ma ea Tiempo, en tan­
mejante permanencia, pensar la sustancia como "subsisten­
to no es ella otra cosa que el sustrato de toda representA
cia", mientr~s que los accidentes son perrectamente pensa­
ción empI.rica del 'riempo mismo. Evidentemente, s6lo siguien.
bIes oomo "inherencia", en cuanto que sea posible atribuir
do les condiciones establecidas es c6mo pOdemos determinar
existencia particular a aquello que deviene real en le SU&
para el mismo Tiempo unA realidad efectiva, a trav's de la
tancia. Y, evidentemente, tambi&n sólo a partir dé la pre­
permanencia como sustrato, en Caso contrario, no hnbrla
suposición de la permanencia que resulta intrlnseca a la
otra nlternativa que ir a desembocar en un origen ex nihi­
sustancia, es cómo puede pensarse le "Alteraci6n", la cual
lo para la temporalidad, positivament.e considerada, o bion
no es posible determinarla sin tener permanencia alguna a
redicarla en el "sensorium dei", nl modo newtoniano. S6lo,
su base. puesto que como tal, la Ralteraoión" no coimplica
pues, a partir de dichas condiciones ee hace sólidamente
la negación dé lo alterado, sino propiamente su permanen­
comprensible la tlllturaleza propiamente dicha, ya que ein
cia como tal alteraci6n en tanto "cambio de estado" de lo
el basamento otrogado por la permanencia de la sustancia,
alterado. Esto deviene lógicamente claro, desde el mismo
que por lo mismo ni aumenta ni disminuye y sólo en cuyo s~
instante en que se advierte que alteración no explicita
no tiene lugar el cambio de los fenómonos, nos verlamos
propiamente mera negación de sí. de lo propiamente altera­
conducidos a la explicaci6n de la misma Naturaleza, seg6n
do, tal como noe lo subraya el mismo Kant, al referirse a
la "qualitas occulta n aristot&lic8, que tanta perple~idad
esto de la manera siguientel ..... Sólo lo permanente (la
generó a lns inteligencias del Barroco, lo que queda per­
sustanCia) se altera, lo mudable no sufre alteración algu­
fectamente reflejado en la formulación que Kant ofrece reg
na, sino cambio. puesto que unas determinaciones acaban 7
pecto de este principio y que nos dice asl, "En todo cam­
otras empiezen." (58)
bio de los fenómenos permanece la sustancia, y el guantum
de la misma ni aumenta ni disminuye on la naturaleza". Damos por finalizado con lo expuesto el oxamen en
torno a la primera analogla que nos posibilitó la explica­
S6lo, pues, por medio n la susodicha permanencia de
ción acerca del fundamento de la Naturaleza, en el sentido
la sustancia podemos establecer la posibilidad del cambio
de que n05 expresó cómo sea posible pensa.r la sustancia a
pera los fenómenos, de sus relaciones, sin poder además d~
trav's de la permanencia que se infiere de la determina­
terminar ls oxistencia de loa mismos, como ya se indic6.
ción temporal de las modalidades aplio8nas por el tiempo a
Y, desde luer,o, tal determinación relacional es posible
el mismo.
por cuanto el Tiem~o mismo puede concebiree med.iante inte­
lecci6n de sI mismo, como fenómeno su~eto a sus propias rg Esta forma de comprensi6n de la sustancie modifica
gIae, que es lo que propiamente nos desvelo el enigma de por completo la intelecci6n aristotélica de la misma on la
la permanencia de la sustancia, como sustrato de su propia medido en que busca resolver la posibilidad de pensarla y
auto-representación, en la cual se da la cambiabilidad fe­ de conocerla operativamente eliminando a la vez la neces! ­
nom&nica, como Doa lo sUbrnya el mismo Kontl"Esta permanen dad de superposición sobre sI misma que la sustancia debe
cia empero no es otra cosa que el modo de representarnos establecer pllra hacerse comprensible operativnmente, es d~
la exietencia de lss cosas (en el fenómrno). ( ••• ) Las su~ cír, aun a pesar de lo parádojico que resulte, tal como
tancias (en el fonómeno) son los sustratos de todas las dQ ocurre en el penRsmiento ontológico pcripat~tico.
501
500

Neccesitas presupuesta en el onlace de la c$usalidad ofre­


E~~uesto esto, es entonces claro que la relaci6n
cida por Kant aqu! adquiere su fundamento si nos limitamos
causal debe ser examinada de modo o;:era.tivo, ya que nndA
a la circunsoripci6n intrínseca al fen6meno propiamente d!
garantiza su eftcacio, al modo corno Ruceda con la sustan­
cho, en cuanto &1 se revela oomo el "al~o" en el que tiene
cia primere del ef'ter;irista, lo cual, en tanto tal opera­
lugar loa cambios implíoitos en la suatancia. por cuanto
tivi'lad ctr.lsn1 es lo que hay que eX8cinar en ln segunda !!
la permanencia de la misma hoy que dolimitar1a a partir de
nalogis, se~n puede observarse por lo que sigue.
la cambiabilidad d9 los mismos fen6menos. y. desde luego,
8610 atendiondo a semnjante condiciones cogr~ecitivas, es
SEGUNDA AHALOGIA.- Indudablemente, hay que retenor,
como propiamente puede decirse que noa es acc~sible ln ex­
como paso previo al examen de esta segunda analogía, la
periencia como tal, de modo Que tan 8610 de esta menera es,
circunstancia anteriormente descrita en lo que oorrespon_
e su vez. corno se facilita nquella Necceaitas intrinseoe
de a la primera analogía, pues s6lo por medio de tal plaQ
al enlace causal propiamente dicho, por cuanto la podemos
teamiento cs posible desvelar el enigma intrínsoco a la
establecer y determinar espeeificemente para el Area feno­
sustancia y, en consecuencia, a partir de la permanenoia
m6nica propiamente dicha, evitando por consiguiente el es­
de la misma, como caracterizaci6n trsBcendéntal de la eUA
collo que representaba para Hume la incardinaci6n absolut~
tancia, es oomo se hace ~xclusivamente posiblo admitir
mente pura de la causalidnd, lo que nos es indicado por
loa oambios de los fenómenos de modo "bene fundatum". Na­
Kant del siguiente modol "As! pues. B~lo porque sometemos
tUl'almento, establecido entonces que todo cambio de los
la sucesi6n de los fen6menos, y por ende toda alteraci6n,
fen6menoB no puede tener lur,sr m&s que en el seno de la
a la ley de la causalidad, es posible la eXperiencia mia­
susodicha permanencia de la sustancia, es obvio que el "n~
ma o sea el conocimiento emp!rico de los fen6manos. por
cer" y el "morir" de los mismos fen6menos no puede tener
consiguiente 'stos mismos, como objetos de la eXperiencia,
lugar de suyo m~8 que en el propio aeno de la permanencia
DO son posibles m6s que por esa misma ley. (59)
de la sustancie misma, sin que desde luego, sea posible
prosuponer semejante mecanismo en la misma permanencia de S6lo, pues, porque puedo someter los ten6menos en
la sustancia, a excepci6n de cometer le super-posici6n a­ su sueeei6n a la ley de la. cauSlllidad es por lo que se ha­
ristot6lica de la "substantia prima" que, por lo demás, ce posible la experiencia, es decir, intoligirla, ya que
nos conduce a desembocar en el "seneorium dei" newtoniano, en ceso contrario, no habda posibilidad alf3\lnn de objeti­
extrapolando la ra!z originaria intuitiva de la temporal! vidad cognoscitiva, a excepci6n de aquella que disuelve la
dad a intuici6n intelectual intrinsoca a la "ratio divin! exporiencia en un mero faotum sensorial. sin poder determ!
tatis", puesto que como dijimos, 9610 a trav6s de presuP2 narla inteleotivamente, sino R través de la funci6n "cree~
ner la alteraci6n rle los fenómenos en la permanencia ane­ cial" que, no obstante, no puede ~er elevada a criterio de
ja a la sustancia es como se evita la antedicha contradig objetividad cognoscittva corno tal. A este respecto, la ca;e
oi6n.
taci6n de reservas no DOS permite tal edificaci6n de la oh
A partir de lo diCho, pOdemos ahora proceder a ofr! jetividad cognoscitiva plenSll\ente consolidada. Así, pues.
cer el enunciado Con 01 cual recoge Kant la validez princ! s6lo contando eon semejante intelecci6n del marco experieQ
piel de este segunda analogía que queda establecida del m2 cial, tal cual viene dado en base e que la Neccesitas del
do siguienter "Todas lea a1teracion~s suceden según la ley enlace causal no es determinado sino por medio de la apli­
del enlace entre la Causa y el efecto". EVidentemente, la cabHidad de los conceptos puros del Entendimiento o cuadro
502 a03

categorial, en funci6n de BUS respoctivos "esquemas", a los sin más ambage, puesto que la posibilidad mediante alntesis
fen6menos, o travós de la determinación dal sentido interno de la aprehc'Msi6n de "componer el m6ltiple" no nes queda e~
por la facultad de iroaginoci6n, ee c6mo únicamente se hace trictamente delimitsda en su intrinseca necesidad, por lo
posible proyectar estricta validez objetiva para la ley de Que se hace imprescindible recurrir a la misma ley de cau­
la causalidad, por cuyo medio. entonces, nos es factible la salidad para pasar, subsiguientemente, a su aplicabilidad,
determinaci6n propia de la misma oxperiencia como tal. de modo ans16gico, 8unque~. inicialmente. pueda parecer p,a
rad6jico, ea decir. mediante la posibHidad dI? convertir
De esta manera, pues, inmersos en el mismo seno de la alntesis subjetiva en alntesis objetiva para determinar,
la causalidad, debemos en consecuencia estllblecer que sub­ posteriormente a la primera, tal cual nos lo expresa el mi~
sisten dos modos de daci6n efectiva para la misma determi­ mo Kant. "As! pues, cuando mi slntesis subjetiva (de la a­
naci6n causal, que no son otros que aquellos que se nos 0­ prehensi6n) la convierto en objetiva, ocurre ello aiompre
freconl o bien que la suoesión se d6, en efecto, en el mi~ oon referencia a una regla, segón la cual, los fen6monos
mo objeto y, por endo, su determinaoi6n sea irreversible, son determinados en su secuencia, es decir. tal como ocurren
o bion que la sucesi6n no pueda determinarse en el mismo por el estado anterior. s6lo bajo eate suposici6n es posi­
objeto y, en consecuencia, haya que comprenderla como re­ ble la experiencia de algo que sucede. ( ••• ) Tendr6 que de­
versible. Evidentemente, si nos circunscribimos al marco ducir la Bucesi6n subjetiva de la aprehensi6n, de la ~-
mencionado en primer lugar, hay, por tanto, que establecer 8i6n objetiva de los ten6menos, porque ei no, aquella es t~
que la objetividad insita en la causalidad no ofrece dudas, talmente indeterminada y no distingue a un fen6mcno de otro."
por cuanto si, siguiendo el ejemplo dado por Kant, determ! (60)
namos que un barco desciende por la pendiente de un r!o y, Evidentemente, oircunscrito en el marco dol carácter
primeramente, lo vemos colocado en su punto m&s elevado y sucesivo intr!ns9co a la temporalidad, puedo, determinar e­
posteriormente lo observamos en el m~s bajo, es obvio. en­ t'ctiva causalidad para los fen6menost por cuanto en 6stos
t6nces, que una vez descrita la transici6n de A a D, tal es determinable aquella como aplicaci6n intelectiva del ou~
como hemos antedicho, sea. irreversible determinar lo con­ dro categorial a los propios fenómenos y, en consecuencia.
trario, sin evidente menoscabo de la linealidad del proce­ puedo proceder a determinar la experiencia como tal, en cu.
so causal, naturalmente, la s1tuaci6n S9 hace irreversible yo seno es, pues, como adquiere verdadero sentido y plena
y la causalidad noa o:¡uede. perfectamente asegurada, como h,a orientación el "principium rotionis sutfcientis" leibnicia­
blamos establecido. no. puesto que sujeto a tales condiciones, su pre-suposi­
ción como principio es absolutamente válida, en tanto en
Sin embargo, como vimos, hay, además, que admitir cuanto se observa para el mismo prinoipio Una validez obje­
un proceso reversible, por cuyo medio la determinación cay tiva y, por ende, positiva enteramente inseparable de las
sal, al no prenontsrse inherida en el objeto, debemos pro­ determinaciones intelectivas implicadas por la "ratio math~
ceder a su posible detorminaci6n de manera peCUliar. con
matice". en su intuitivided, en relaci6n con 1o.s prerroe;at!
lo cual se adopta asimismo por Kant una sinBUlar compren­
vas intrinsecas a la "ratio ideale", tal cual nos la expone
sión de la determinoci6n causal como complejs, tal cual
el mismo Kant s6F,Uidamentel " ••• El principio de raz6n sur!
n05 viene doscrita, siguiendo tambi~n el ejemplo dado por
cien!;e ElS el fundamento de la experiencia posible, o sea·
el fu6sofo de J{oenisgberg, al contemplar una casa, la Ne!,
del conocimionto objetivo de los fenómenos, respecto de las
cssitas del enlace no pOdr1amos determinorla callsslr.lEmte
relaciones de los mismos en la serie sucesiva del tiempo."
(61)
504 Sl}5;
De eota manera, por tanto, queda dibujado claramen­ ejemplo el problema, se puede subrayar que lo peculiar de
te el marco de objetividad cognoscitiva intrínseco ,1 la v.!! la simultaneidad es justamente que asi como antes velemos
lidez de la regla de lB cBusalid(;d, en te.nto se n08 mues­ que B debla seguir a A, ahora debemos presuponer que A 1
tra como una regla .!! priori, mediante la cual podemos pro. B se dan conjuntamente, ee decir, al mismo tiempo. Faro,
ceder a e:Jo:-plicar le Ducesi6n fenoménica segllu objetividad como es lógico admitir, el mismo tiempo no es m!s que una
y en cuanto quo 6610 se nos revela COIlJO una regla .!! priori, pertfrasis, por ouanto 6ste, el tiempo no Be da m&s que
no oxtraida .! posteriori, jnductivamente por ende, sino en como 8uces16n, por lo que la posible caracterir.aci6n de la
funci6n de la aplicabilidad trenzada por el Entendimiento, simultaneidad hay, pues. que establecerla en fUnci6n del
en bose a la determinación imaginativa, sobre 01 sentido hecho de que la inversión del orden de los factores, A, B,
interno, que es 10 que permite, en consecuencia, validar e, D, E, eo E, D, e, B, A, no represente mAs que la cond!
objetividad cognoscitiva para el propio "juicio trascendea c16n misma de la simultaneidad. Es evidente, que ellos no
tal", "Para toda experienciA 1 su posibilidad hace falta pueden darse m!s que seg6n la sucesión desorita, en plena
entendimionto y lo primero que éste hace no es aclarar la conformidad oon la posible Neceesitas que puede derivarse
ropresentnción de los objetos, sino hacer posible la reprs del enlace de la simultaneidad, ya que las percepciones c~
sentsción de un objeto en ceneral. Ahora bien, esto ocurre mo tales. no pueden decidir respecto de le conjuoci6n te~
porque el entendimiento traslada el orden temporal a los poral misma atricto aensu que, en t~rminos puros, puede
fcn6~on08 y su existencia, reoonociendo a cada uno de ellos, pensarse, como objetividad, para la temporalidad simult6­
con el caráoter de conseouenoia, un lugar determinado ~ nea, como deviene imprescindible desde semejante 6ptica,
priori en el tiempo, con respecto a los fenómenos antece­ por lo que hay, entonoes, que concluir lo dicho como neos
dentes, sin lo cuel, el t'en6llleno no ooncordaria Con el tio!!, s~io en lo que respecta s'la ooncepci6n de la simultaneA
po mismo que determina ~ priori 8U lugar a todas sus pe~ dad, de tal modo que 8610 asl se preserva la acci6n reci­
te'J." (62) proca subsistente para los susodichos fen6monos. Pues, jUA
tamente, s610 por medio del 'rea intelectiva contenida en
TERCERA ArlAJ..oGIA.- La eXposici6n de esta tercera analo­ el concepto puro del Entendimiento denominado Acc16n Recí­
Bia versar! esencialmente en torno 8 la simultaneidad como prooa es como podemos dar cuenta de la simultaneidad, por
modo temporal, por cuanto con ella se hace posible la de­ lo que se refiere a la reversibilidad u orden indiferente
terminaci6n intelectiva de la acción reciproca en el marco . de 108 factores implíoitos, lo que nos es expuesto por
de la temporalidad, en función de 10 cual podemos delinear Kant del modo siguiente I "Asi pues, adem&s del mero exis­
su principio, siguiendo a Kant, de la manera que indicamos I tir, debe haber algo por 10 cual A determina el lugar en
"'rodas l!ls sustancias, en cuanto pueden ser percibidas en el tieopo de B y viceversa B de A. pues s610 con esa coo­
el espacio como simultlneas, esten en universal acción re­ dici6n pueden las referidas sustancias ser representadas
cIproca". De tal modo, por consiguiente, la caracteríetica empíricamente como simultAneBgente existentes. ( ••• ) Así
distintiva de la simultaneidad es propiamente la de que los toda sustancia (ya que s610 respecto de sus determinacio­
fen6menos se den al mismo tiempo, pero Como el tiempo no nes puede ser consecuoncia) debe contener en si la causa­
se da mñs que como "sucesión", habr& entonces que concluir lidad de ciertas determinaciones en las otras y al mismo
que precisamente es la propia caracteristica distintiva es tiempo los efectos de la causalidad de las otras, es de­ i"'~
que loe fen6menos se den en l~ simultaneidad como "inmedi~ cir$ las sustancias deben estar en comunidad dinámica
/ '.~

~
c,.
,
tamente Sucesivos". De esta manere, para clarificar Con un ¿,' t'
.-'. .
~~ "" , "" ,,"
~~"1'
. ""

' "
¡

,I
506
507

(immediata o mediatamente), si la simultaneidad ba de sor


mente distintivo de las categpr!as contenidas bajo la rd­
conocida on alEuno experiencia posible. ( ••• ) As! pU9S, a
brica de foiodalidad. Y en consecuencia, nos hablan de las
todas las sUBtancins, en el ton6meno, lea es necesaria el
condiciones bajo lss cuales algo puede ser concebido como
tar en universal comunidad de acci6n recIproca." (63)
"posible", como "real" y, finalmente, como "necesariolt.
De esta manera, pues, respecto de estas tres reglas As!, puee, loe "postulados del pens8lúempSrico en general"
se contir.;ura el marco de las Itanalogías de la experiencia", nos hablaran ora de la posibilidad, o...·a de la relUidad, Q
por cuyo intermedio nos es posible al menos inicialmente, re de la necesidad, en cuanto ello Boa estrictamente rel~
-aunque falta todavía el examen correspondiente de integr~ cionable con la proyia facultad de conocer, en tunci6n de
ci6n trascendental de los "postulados del pensar empIrico lo cual, obvismente, deberan conservar plena concordancia
en general"-. proceder a la determinaci6n intelectiva de respecto de los tres prinoipios anteriores, esto es, en
la "unidad sint6tica" representada por la voz "Naturaleza", relaci6n ya con los "axiomas de la intuici6n", ya con las
en la cual subsumimos la unidad experiencial, cuya reali­ "anticipaciones de la percepci6n", ya con las "analogias
zaci6n depende claramente de la subsiguiente determinaci6n de la experiencia", configurándose aquellos "postulados",
temporal por medio del enlace sint'tico proporcionado por por 10 tanto, en cuanto se refiere a sua enunciados, de
la imaginaci6n productiva que, prospeetivamente nos sumi­ la manera siguientel "la.... Lo que conviene con la8 condi­
nistra la ~Intesis aprehensiva. Se puede entonces, deter­ ciones formales de la experiencia (seB6n la intuici6n ~
minar de modo propiamente intelectivo a la misma experien los conceptos). ee posible. 2R.- Lo que está en conexi6n
cia que, en caso contrario, no devendrla más que un "aggr~ con las condiciones materiales de la experiencia (de la
gatum sensuum" absolutamente inexplicable, tal como, para sensBci6n), 8S!!!l. 'Q.- Aquello cuya conexi6n con lo
finaliza.r este examen de las "analoglss", nos lo pone de real est& determinada seg6n condiciones universales de la
relieve el mismo Kant al expresarse asta "Nuestra ana10­ experiencia, 8a (existe) necesariamente." (65)
gias presentan pues propiamente la unidad de la naturaleza,
Vistos, puee, en lineas generales, eXRminemos aten
en la conexi6n de todos loe fen6menos, bajo ciertos expo­
tamente, entonces, cada uno de ellos seguidamente I
nentes, que no expref'an otra cosa que la relaci6n del tie!!!.
po (en cuanto éste comprende en si todo cuanto existe) con
PRIMER POGTULADO.- Es claro, una vez establecido todo
la unidad de la apercepci6n, que e610 en la sintesis seg6n
lo anterior, que las condiciones formales de experiencia
reBlas puede tener lugar. En conjunto dicen pues estas an~
contienen per ss un alcance cognoscitivo que en modo algg
logias: todoe los fen6menoB están en Una naturaleza y de­
no es desdeñable, segÚn pretendería lcgitimamente toda on
ben esta en ellat porque, sin esta unidad ~ priori, no 8~
tOlogia stricto sensu. Tales condiciones formalea do la
ria posible unidad alguna de la e~eriencia y por 10 tanto
experiencia no vienen de suyo m&s que a revelar el marco
determinac16n alguna de los objetos en la misma." (64)
do posibilidad que, por lo tanto, encuentra 9U propio li­
mite en aquellas y que en consecuencia no puede permane­
d) POS'l'UId'tDOS DEL FEnSAR n~PIRICO EN GENERAl.
cer totalmente abierto, como sucede para aquella perspec­
LOR "Postulados del pensar empirico en general", cQ tiva ontológica, ya que all! donde cierra tal marco no h~
mo posible prinCipios, hacen referencia directa, no ya a ce más que dejarlo subrepticiamente abierto en una infin!
la experiencia, sino, precisamente a la relaci6n con la tud que como contrapunto r~sulta extraña en relación con
propia tacultad de conocer pues esto es 10 carscterística­ la (n;fera finita que envuelve al conocimiento humano pro­
508 aú~

piamente dicho. lado, para conocer la realidad de las cosas, exige percep­
Desde este punto de visto, pues, si atendemos, como ción, por tanto, aensaci6n, de la cual se tiene conciencia,
es prescriptivo, a tales lImites respecto del conocimiento pero no exige inmediata sensaci6n del objeto, cuyo conoci­
humano es fáoilmente comprensible que las condioionee for­ miento ha de ser conocido, aunque s! al menos, conexi6n del
males de la experiencia nos revelen especIficamente el al­ objeto con alguna percepción real, según las analoglas de
cance cognoscitivo que non es consustancial y en este sen­ la experiencia, que exponen todo enlace real en una expe­
tido todo rebasamiento por el ~arco de posibilidades del riencia en general." (67)
mismo no viene a significar m'e que una extrapolaci6n de A Bey que hacer aqul, pues, un excursuB, previamente
quel1a8 condiciones ~imitativas inmanentes formalmente a al examen del tercer po¡;tulado, para insertarnos en un prQ
la experiencia misms, que 9S ~ustamente por 1aa cuales por blema esenoia1 que, como centro del pensamiento filos6fico
donde se nos asegura lo certeza Cognoscitiva propiamente moderno ha atenazado muchas de l&s soluoiones cognoscitivas
dicho, tal como el propio Kant noa lo indics ssía "AsImis_ aportadas, sobre todo por lo Que respecta a la lundamenta­
mo podemos conocer y caracterizar la posibilidad de la8 cQ oi6n del conocimiento en el marco de las Ideas, tal cusl
e8s, sin pracisnmente tomarla de la experiencia misma, .6­
se incardina la reflexión kantiana basada .en el Idealis.o
10 por referencia 8 las condiciones formales, bajo la8 cu~ trascendental. Evidentemente, la determinaci6n cognosciti­
les, en la experiencia en general, algo és determinado 00­ va de la "realidad" no es una oosa baladÍ, sino uno de los
rno objeto, os decir, podemos haoer eso ~ priori, pero 8610 ejes graVitatorios de todo el pensamiento ti10s6f1co mode~
con re1aci6n a la experiencia y dentro de sus limites." (66) no y de la claridad correspondiente a tal determinaci6n d~
p6nde, en buena medida, la suerte que haya de correr tal
SEGUUDQ ,FOSTULAOO._ Si, con lo precedentemente, hemoa
reflexi6n tilos6fica.
podido observ8r que la validez de la "posibilidad" debe i~

cardinarse en el mismo aeno de les condiciones formales de


El tratamiento que Kant ofrece al reF.pecto, conoci­
la experiencia, toda posible determinaci6n de "realidad",
do bajo el r6tulo de "Retutaoi6n del Idealismo", gravita
desde luego, no es preciso que ee delimite y establezca 8
en torno a la problemática de la realidad otorgable a 108
partir tan sólo de una inmediata percepción empirica, como
objetos exteriores, los cuales, desde luego, no puedon in­
ocurre para toda consideraci6n filos6fica basada en el "a­
ferirse al modo como plantea Descartes, determinando la re~
g~egatum sensuum", Una vez admitido el hecho de que la e~
1idad de los mismos no a partir de una p()!;ible "conciencia
periencia requiere intelecci6n oomo fundamentación de 81 emplrica", tal cual se nos ofrece en la "síntesis de la a­
misma, pOdemos, en cO'l~;eouencia, hecer roferencia a la8 l,! prehensi6n", sino en :"lnci6n de une comprensi6n de la !fra._
yes que como prinCipios determinan ya la misma unidad oXp,! tio mathematice" como plenamente abrazada por la "ratio i­
riencia1, a las "analogías" por tanto, para determinar as! deale", tel cual se nos resuelve en la inte1ccci6n meramé~
plena "realidad", puesto ~ue los supuestos ~e aquí inferi­ te raoional del objeto fiLico, corp6reo, de la "res exten­
dos, tendr~n naturalmente, que implicar su determinaci6n sa", donde si bien no niega el objeto, tampoco, desde lue­
como "realjdad", aceptadas las condiciones anteriormente go, da una determinaci6n del mismo como "posibilidad real",
descritos en torno a semejante planteamiento coenoscitivo sino tan sólo "lógica", que es por lo cual ~ust8JDente Kant
y esencialmente intelectivo de la experiencia. Ello es así, le concede la denominación de Idealismo "problOllI~tico",
por las rllzones que Kant apunta a continuaci6n: ":!!:l poatu­ frente al Idealismo "doe;mático" de Berkeley, para este si
510 511

que, obviamonte, el objeto externo ee suprime, en tanto que


en funci6n de un limitar el alcanco de nuestra facultades
no as mlis qua mora "fantasla inteloctiva", puesto que se
cognoscitivas, para evitar caer en el error de una prepo­
pS.rte de manera radicnl, del hecho de que todo objeto para
tente ilusi6n racional.
ser concebido Como tal objeto externo no puede ser dado m6a
qua como "el percibir ose ser mismo do la coaa" Que, como
TEHC.h'R POSTULADO.- Este "tercer postulado" y de confo~
es natural, conduce dOGde el m6s radic~l empirismo a la m&s
midad con lo dicho, hace estricta referencia alla posible
visceral erradicación del mismo empirismo, presuponiendo,
determinaci6n de la Neccosita9 en el enlace, para lo cual,
por lo tanto, en su nuto-negaci6n el más acendrado idealis­
desde luego, se requiere no s610 realidad, sino, además,
mo, al que, justamente, le consigna Kant el nombre de "dog_
mático". que la posibilidad inferencial se encuentre plenamente a­
segurada y garantizada, ya que on caso oontrariom nos ha­
Desde este punto C~ vista, pues, no existe mÁs alte~ llar!amos e6bitamente desorientados respecto a como sea
nativa para asegurar le propia existencia del objeto exter­ posible determinar la susodioha "necesidad", la cual s610
no, que aquella qua ha sido propuesta por Kant, se~n el rg, puede, entonces, derivarse a partir rle la condici6n de P2
tulo de "Idealismo trascendental", sólo con ls susodicha dar establecer una relaoi6n causal absolutomente ved.dica
proposición se hace posible por "la mera oonciencia, pero al respecto, teniendo bien presente que tal Neccesitos no
empiricamente determinada, de mi propia existencia" demos­ puede asentarse de modo meramente "16gico", sino que, por
trar "la existencia de 10$ objetos en el espacio fuera de oontra, debe asentarse csusalmente y por cuyo medio sea
m!", tal como nos señala el mismo fi16sofo de K8eniagberg. posible, en consecuencia', derivar necesidad a partir tsm­
La claridad del planteamiento kantiano no ofrece duda algu­ bi6n de su intr!nseca realidad. Sucede asl, por ejemplo,
na al reSpEcto, atendiendo a todo lo antariomente dicho y cuando se puede observar que a una deteI~inañ& temperatu­
expuesto, por cuanto la referencinlidad 0xperiencial se cOQ ra hierve el agua, de tal modo que, entonces, podemos co.!!
vierte en un nexo (lo imprescindible fundamentsci6n de toda cluir que el agua hierve a la antedicha temperatura pres~
objeUvidad co!:,nOBcitivE, la cual quedar!a enteramente al puesta, tal cual nos es expresado por Kant as!. "La nece­
descubi9rto si tal posibilidad de referencia experienoial sidad se refiere pues 6ólo o las relaciones de 108 fen6m~
no estuviera plenament~ asoBUrada, por cuanto 9610 por ella nos, segón la ley dinámica de la causolidad, y a la posi­
puede ponerse de manifieGto por qué precisamente no es po­ bilidad, en ella fundada, de sacar de una existencia dada
sible trnnsfonnar la Bctividad cogitativa, conciencial si (de una causa) la 'conclusi6n ~ priori de otra existencia
se prefiere, en conocimiento autoconci~neial. l~ propia "I­ (del efecto)." (68)
dentidad autoconciencial" erradica todo criterio de refere~
cia experiencial, por medio de la determinaci6n pura de lo La relaci6n que puedo, por tanto, existir entre pg
sibilidad, realidad y necesidad debe ser correlativa, aun
positivo. es decir, por medio del sentido onto16gico que i­
cuando determinarla con prncisión sea en muchos casos muy
rradia sotto voco. Se pone as! de reliove que la posibili­
dificultuosa y hasta imposible. debirlo a nues~ra limita­
dad de transmutar 8. la "ratio ideale" en "causs sUi", tal
ciones co¡:;noscitivas. Corrnlatividad obvia por la propia
como aquella r(~quiero de sí misma para s! misma, no consti­
transicionalidad que subsiste entre los plonos antedichos,
tU;Ye más que una consecuencia de un oc:erar con una realidnd
t81 cual se infiere claramente del supuesto de que los
sin, DO obstante, haberse asegurado la misma, no por modio
principios de la modalidad no nos remiten m~a que a la
d.e la presentizaci6n perceptiva del objeto empírico, sino
facultad de conocer, se(;Ún los "modos" como sea posible
512 513
el conocimiento, según su posibilidad, realidad o, final­ II.3.9.- NOUNEr~o y FENO!'iENO.
mente, necesidad.
En este apartado vamos a ofrecer una recapitulaci6n
Finalizamos aquí este apartado que nos ha puesto de general de lo expuesto en la medida en que por su eapec!f!
relieve c6mo sea posible aplicar el cuadro categorial a ca tematica se va a poner de manifiesto toda la problemat!
los fen6menos, con vistas a determinar objetividad cogno~ cidad que envuelve al criticismo kantiano como pensamiento
aitiva plena, tal cual se nos muestra on la propia Fisiea. filos6fico, es decir, toda la problematicidad que se deri­
a partir de la unidnd fisicomatem!tica de tales bases d•• , Va al cuestionar las dificultades que resultan de asentar
rivadas que, como se sabe, tiene hoy un impulso de prime­ sobre sl misma, como "causa sui" a la propia racionalidad
ra magnitud en lo que respecta a la doterminaci6n funda­ stricto sensu, como es prescriptivo si se ha de moverse
cional de la Fisica actual, eliminando así los fundamen­ en el seno de una lógica que conlleve instancies determi­
tos enigm~ticoB de las "qualitaa occulta" del especulati­ nantes desde una óptica positivamente pura.
vierno aristot'lico-ptolemaico, tal como, segón vimos ant~
riormente, se nos puso de relieve en el examen del pensa­ Desde 1ueco, tales instancias determinantes en modo
miento nev/toniano. alguno pueden ser comprendidas como tales m6s que como ex­
trapolaoiones, en la medida on que la positividad pura a
niveles l6gic08 no es, corno ya nos señaló el propio Kant,
más que "el criterio negativo de toda verdad", por lo que
como consecuencia se precisa no evitar ni eludir aquella
problematicidad, cuya especificidad no viene m~s que a re­
velarnos la necesidad de asumir como problema al alcance
cognoscitivo otoreab1e a toda causalidad propiamente dicha,
la cual debe entonces ser resuelta desde su propia perspe~
tiva empirico-operativa, es decir, fenom6nicamento, tal cQ
mo nos lo indicó precedemente el mismo Kant, atendiendo a
las condiciones cognoscitivas que se deducen de nuestra e~
tructura cogitativa.

Y, evidentemente, lo primero que hay que significar


es que el uso del cuadro categorial queda como tal determ!
naci6n intelectiva sujeto estrictamente al marco empirico,
al marco fenom'nico por ende, siendo absolutamente imposi­
ble concebir una aplicabilidad trascendental del cuadro c~
tegorial ya que ello no sólo seria una cootradictio in ad­
jecto, sino, ademAs, no cond*ciria de suyo más que a una
extrapolación de su mismo alcance cognoscitivo. Y ello pu~
xxx de fAcilmente advertirse apenes ss comprenda qued las ca­
tegorias son les determinaciones inteloctivas por las cua­
les podemos pensar ~ priori un objeto en general, ellas
514
515
mismas deben, en consecuencia, referirRe ~ priori a ob3e­
uso de las mismas no se vertebra, a su vez, mAs que por m~
tos de la experiencia y, en manera alguna, pueden cons­
dio de la referencia empirica contenida en la intuioi6n,
truir conocimientos "desde si mismas sobre s! mismas", co­
no podemos establecer, a su vez, para el pensamiento en su
mo lo implicarla el uso trascendental de las mismas, pues
fUnci6n cognoscitiva, mAs que un alcance similar a aquel
esto eliminarla toda posible intuición y, consecuentemen_
que nos es proporoionado por el marco intuitivo de la Sen­
te, toda posible reterencialidad experiencial, sin la cual
sibilidad, de tal modo que no podemos salir del marco cog­
el conocimiento intelectivo volveríase intelpcción de lo
nosoitivo tenom'nico, que es el que nos circunscribe taxa­
intelectual, es decir, meramente racional y fundado en un
tivamente a la determinaci6n de objetividad cognoscitiva
puro "ens a se", propenso a la onticidad, suprimiendo, a
para toda inteleoci6n del marco experiencial, obligándonos,
la vez, toda posible base de enlace sint~tico para la ima­
en conseouenoia, a no sobrepasar las barreras, por lo de­
ginaci6n productiva a consecuencia de la operaci6n de la
mle infranqueables, del enigma emplicito en la "causa sui"
metamorfosis del raciocinio puro que transforma la intele~
de la "ratio 1deale", tal cual nos es puesto de manifiesto
ción conceptual en Idea pura, tal cual se ha visto prece­
por el mismo Kant en un pasaje de la primera edición de su
dentem~nte, por lo que necesariamente, entrar!amos de ple­
CRI'rICA DE LA RAZON PURA., en el que noe adviertes "Todas
no en el marco de la mera pre-suposición "lógica", sin
nuestras representaciones en realidad son referidas por el
prestar suficiente atención al car&cter "intuitivo" reque­
entendimiento a algdn obje<o y como loe fenómenos no sao
rido para validar toda posible demostraci6n, en aras a de­
nada m6a que representaciones, el entendimiento las refie­
sembocar en una ínterra objetividad cognoscitiva tal cual
ra a algo, 'como objeto de la intuición nensible, pero ese
nos lo muestra el mismo Kant nos subraya todo lo anterior
algo es .610, en ese respeoto, el objeto trascendental. E~
de la siguiente manera: "••• La posibilidad de una Cosa no
te empero signifioa un algo -x, del cual nada sabemos ni,
puede demostrar~e nunca por la no contradicción de un con­
en general, podemos éaber (seg&n la actual disposici6n de
cepto de ella, sino sólo garantizando este concepto por m~
nuestro entendimiento), y que s610 puede servir como un c2
dio de una intuición correspondiente. Si puea, quisiéramos
rrelato de la unidad de la aperoepci6n con la unidad de lo
aplicar las categorías s obje~os que no son considerados
mÚltiple en la intulci6n sensible, por medio de la cual el
Como fen6menos, deberiamos poner aeu base otra intuición
entendimiento unifica lo múltiple en el concepto de un ob­
que no la sensible y, entonces, seria el objeto un noúmeno

en sentido positivo." (69)


jeto. Ese objeto trascendental no se puede en modo alguno
separar do los datos sensibles, porque entonces no queda
Las categorins no puaden tener otro uso ni aplicab! nada por modio de lo cual soo pensado. No es pues objeto
lidad que la propiamente empírica, ya que como se vi6, la alguno de conooimiento en ei mismo, sino sólo la represen­
posibilidad de constituir un conocimiento desde sí mismas tación de los fen6monos bajo el ooncepto de un ob3eto en
sobre sí miamns no representa más que Un "auto-pensarse" a ~eneral, concepto determinable por medio de lo múltiple de

s! mismas sin objeto alGUno correspondiente en la intui­ los fen6menos." (70)


ci6n, cerrando así el conocimiento hasta cercarlo dial~li­
camente. En consecuencia, como toda posibilidad de "posi'ti­
var" el conocimiento no se asienta m6s que a partir del al
As!, pues, ai todo pen~ar no puade articularse si­ canee renom6nico, toda posibilidad, a su vez, d~ objetivi­
no a trav6s de la validez intelectiva intrínseca al cuadro dad cognoscitiva, en lo que se refiere a la intelección,
categorial, entonces, obviamente, una vez decidido que el como objeto. de conocimiento, por medio del oUfldro catego-

L.. .
516 hit'

rial, del m61tiple de la intuici6n sensible, en su unidad debe poder ser pensado, el menos, por esos conceptos puros
sint6tica de Apercepci6n, debe sujetarse a semejante alcan del entendimiento, por donda es engañosamente conducido a
oe cognoscitivo, esto es, sujetarse al alcance cognosoiti_ considerar que el oonoepto totalmente indeterminado de un
vo fenom6nico, por cuanto es ~ste el únioo conocimiento o~ ente inteligible, el cual no os más que un algo en gene­
jetivo que n09 es proporcionado por la validez propia del ral, tuera de nuestra sensibilidad, es un oonoepto determ!
cuadro cate~orial. nado de un ente que. por medio del entendimien1:0, podría­
mos conooer de alguna manera." (71)
Ahora bien, una vez delimitado el campo operatbu
de objetividad oognosoitiva que nos suministra el pensar Oirounsoritos, oomo debemos hallarnos respecto de
inteleotivo intrínseco al cuadro categorial. se haoe impre~ toda pretensi6n de objetividad oognoscitiva, al marco ten2
cindible conoluir que el objeto de oonocimiento inherente m&nioo como único marco fundamentalmente demostrativo, por
a la susodicha actividad intelectiva no ~uede de suyo reb~ ouyo medio podemos hacer referencia a la eefera de la Sen­
sar el terreno propiamente tenom'nioo, por 10 que todo de­ sibilidad como oauci6n del conocimiento, es claro, enton­
cidir respecto de tal objeto de conooimiento DO es más que cee, que toda posibilidad de decidir acerca del "en-si" in
un decidir "para_si" ~, en manera alguna, un deoidir "an­ ~r!nseoo al objeto no nos indica más Que un oonocimiento
si". El oar6.cter positivo que la ea implioito al antedicho asint6tico, del cual no pOI'amos e..f'irmar nada, pero, desdo
objeto de conocimiento debe neoesariamente, para su admi­ luego, del cual tampoco podemos negar nada en principio,
si6n como tal objeto de conocimiento. dejarse eXponer en pues rebasa toda pretenei6n de objetividad cognoscitiva
la Sensibilidad, sin lo oual no es posible objetiYidad co~ propiamente dioha pronunciarse al respecto. Fijamos as! el
noscitiva a conseouencia de la "indeterminaci6n" en la que eXpreso sentido de aquello que Kant denomine. "not'Ímeno", b~
queda subsumido el objeto alUdido, indicándosenoa quo, si jo ouya eetera oae espeoificamente todo el oonocimiento
bien indetorminaci6n no signitica negrei6n de la realidad trasoendente, desde una 6ptica esencialmente demostrativa,
del objeto, aí que, desde luego, representa una lejana re­ tIa oual es necesaria para la detorminaoi6n cognoscitiva
190i6n del mismo objeto con nuestra capacidad oognosoitiva, de la Raz6n te6rica, oomo nos es subrayado por el mismo
en cuanto cae fuera del radio de acci6n de 6sta última. por Kant de la siguiente formal "Si por not'Ímeno entendemos una
lo que, evidentomente, respecto de tal objeto "en-si" no cosa, ~ cuanto !!! ~ ~ ~ objeto 22 nuestra intuici6n
podemos prooeder a determinar "positividnd" alguna por las sensible, ~ haoemos abetracci6n de nuestro modo de intuir­
razones antedichas, por lo que todo decidir acerca de 61 la. tenemos un not'Ímeno en sentido negativo. Paro si enten­
mismo no puede establecerse ni afirmativa ni negativamente, demos por not'Ímeno ~ ob¡leto de ~ intuici6n !!2. sensible,
tal cual nos lo advierte el mismo Kantr "Desde el principio, entonces admitimos una espeoie partioular de intuioi6n, a
empero, ee advierte agut una ambigledad que puede ooasionar saber, la int91eotual, que no es, empero, la nuestra, ~ cy
un grave malenteT'ldido, y es que el entendimiento ouando ll~ ya posibilidad no podemos conocer, 1 ~ste sería el not'Ímeno
ma en cierto sentido, mero fen6meno a un objeto, se forja en sentido positivo." (72)
al mismo tiompo, fuera de ese sentido, una representaoi6n
de ~ objeto .2!l si ~ y por ende se figura poder tambllm Por lo tanto, Di como observamos, toda posible de­
obtener un concepto de este objeto, pero el entendimiento te~oinoci6n cognoscitiva no puede asentarse m&~ que a tra­
no tiene de suyo m6s conceptos que los oategorías, y cnton v~s de uso meramente empírioo del cuadro oatogorial, seg6n
ces se Eir,ura que el objeto, en BU 6ltima significación, el cual nos eo factible transformar el múltiple de la in­
tuici6n sensible en un objeto de conocimiento en basa a
518
519

establecer la unidad slnt~tica de la Apercepci6n de con ro!,:: de K5enisgberg al subrayar 10 siguientel "El ooncepto de
midad con el enlace sintético de la imaginsci6n productivo, notlmeno ea puos s6lo un concepto-lImite, para poner coto
cuya detú~~inaci6n temporal nos proporciona la síntesis de a la pretensi6n de la sensibilidad, tiene por tanto s6lo
la aprehensión como conciencia empírica del susodioho m6l­ un uso negativo. C••• ) El concepto de noúmeno, tomado m~
tiple, entonces, conclusivamente, se hace radicalmente im­ ramente como problem&tico, sigue siendo sin embargo DO
posible proceder a realizar una traslaci6n del maroo int~ 8610 admisible sino hneta inevitable, oomo concepto que
lectivo fenom6nico aquí descrito a cualquier diferente eje pone limitaciones a la sensibilidad." (74)
de coordenadas que no sean, justamente, 1~~ aludidas, con
ello se rebasarta estrictamente toda posible determineci6n
cognoscitiva esencialmente "demostrable", para incardinar­
se en el et&reo mar de brumas de la metamorfosis del raoi2
cinio puro, tal cual lo hemos apuntado CC'?1 anterioridad 8!!
pliamente.Este planteamiento requiere para clarificaree
no sobrepasar de ningún modo el marco intrínseco a la Sen­
sibilidad, como detorminoci6n referenoial fundamental de
todo posible plano demostrativo, lo que es SUbrayado por
Kant así, "La teoría de la Sensibilidad es al mismo tiempo
la de 109 no6menos en sentido negativo••• " (73)

La escisión kantiana entre el marco fenom¿nico de

conocimiento y el marco nouménioo adquiere una relevancia

de primor ordon y conviene retenerla Con la mayor nitidez

por cuanto con ella rlnfi.nH:ivamente comienza a exponerse

la "funcicSn-limite" del conocimiento como tal, es decir,

sujeto al eje de coordenadas trazado por las agudas inte­

ligencias de la retlexi6n filos6fica barroca, t~l cual lo

hemos visto en la primera parte de este trabajo. Tal esoi­


sión pone de manifiesto que toda articulaci6n demostrativa
y, en consecuencia, incardinada a partir de la validez po­
sitiva strictu sensu del conocimiento, no puedo asentarse
de suyo mDs que en función de semejante cobertura, esen­
cialmente Apoyada en la determinación sensible del conoc1
miento, por cuyo medio se coloca a la presunción arrop;o.ll­
te de la "ratio idf-lale" en su esfuerzo de auto-aplicación
d" SUs propias conñicionol3 para moetrorne corno "causa sui"
en un plano rte incertidumbre e indeterminación totalmonte
coherente Con los supuestos aquí examinadoo, tal cual nos
lo revelD, para finalizar este apartado, el mismo fi16sofo xxx

.~
520 521

1I.3.l0.- ANFIJ10LIA DE 1,00 CONGEITOS DE LA REFI,EnON.


lido que pueda imaginarse, a primera vista, pues, no puede
devenir ning6n otro que no sea el propiamente l6gico, por
Si con el apartado pracedente Kant pone t~rmino a cuanto la misma reflexi6n al menos aparentemente, aparece
la AnalItica de los lRtNClf'IOS, con el presente apartado como irradiada desde el eje focel propiamente 16gico. Aho­
se pone fin a la ANAI,ITICA 'i.'RASCENDEN!'AL, revelándonos ra bien, reflexionar, como acción del pensamiento, requie­
ss! no sólo las bases fundementales sobI'9 las que se con§. re no s610 de una determinaci6n l6gica, sino, adem~s, de
t~e el conocimiento t!sico, 'sino asimismo lo t,emendemea una incardinaci6n fontanal y, por ende, tundame~ltal de sí
te importante que resulta la problematiC!:3d que rodea a misma. Y, en consecuencia, si asentamos tal incardinaci6n
toda lntelecci6n como condici6n de certeza cognoscitiva, fontanal y tundamental sobre la determinaci6n meramente l!
de veracidad irrecusable, que nos permita evitar las i16­ gica, entonces, como por arte de magia, noe encontramos
sorias presuncionea de una razón especulativa que por lo trente a una situación desde donde la acción de reflexio­
demás no resulta operante cientificamento máe que aten­ nar se auto-determina a s1 miama, erigi6ndose consecuente­
diendo a un criticismo que escapa a su propia instancia mente en "causs sui", lo que, naturalmente, se puede tan
determinante. 8610 llevar a cabo por medio de la vertebraci6n logicista
de todo el proceso cognoscitivo stricto sensu.
Desde este punto de vista, tomando como punto de
referencia al pensamiento filosófico de Leibniz, Kant va De esta manera, siguiendO tal consideraci6n, es ind~
a trazar las lineas fundamentales por la8 cuales discurre dable que la problem!tica que se nos presenta no discurre
el desarrollo del pensemiento critico, en la medida ,n que de suyo m&s que en runción de la posibilidad de subsumir
su construcción cognoscitiva revela un operar con la pro­ la retle~lón propiamente dicha en la propia actividad cog­
pia actividad cogitativa de manera no'puramente 16~ica co­ noscitiva racional, de forma que aquella acci6n reflexiva
mo lo supuso el panlOGiemo leibniciano, aun cuando aquí h~ viniera determinada segón tal actividad racional, lo cual
brla que esclarúcer :,: .'jl!..! )r delicadeza las atribuciones es una extrapolación en la medida en que es necesario de­
que 8e le otorgan al propio Leibniz. Bin embargo, lo que terminar antes los rinea de la propia acci6n reflexiva por
sI resulta claro es hue la posibilidad de conservar, siqui~ medio de la intelecci6n conceptual la cual no esta dada a
ro sea negativamente como ee propio de Leibniz, Un conooi­ priori, de modo racional, sino que, al contrario, esta, en
miento de tipo metafísico se halla en contradicci6n direc­ tanto tal intelección conceptual es condición inexorable
ta con las consecuencias extraidas del 8n'lisis del criti­ de toda racionalidad que, por lo mismo ha de ajustarse ex­
cismo kantiano y ~n este sentido plantear tal contradic_ pr~samente a tales condiciones.

ci6n, que es lo que n09 Va a OCupar aquí, representa una


Desde luego, I;el condición acerca de la acci6n I'9rl~
tarea enormemente relevante para clarificar la problomáti_
xiva, por mera concomitancia erradica y suprime 6sta de un
ca que nos ocupa, cunl no es otra más que aquolla que nos
golpe, por cuento le determinaci6n proviamente dada, no n~
obliga 8 intellgir toda conceptuación en su referencia fe­
nom~nica stricto seneu.
cesita ue ningún modo de la susodicha acci6n reflexiva. No
obstante por lo que respecta a la concepción filoaófica
Evidentemente. todo examen acerca de la acción de leibniciana queda enteramonte abierto este problema, en tua
reflexionar debo nrticlllarso en función de algúl" fundamen_ ci6n de la estimeci6n de la "armonía pre-establecida" que
to de la misma. Naturalmente, el apoyo mñs .firlllO y más eó­ provoco una incardinaci6n del estricto plano de la "ratio
522
523

mnthematice" en la esfera de la "ratio ideale" de modo suí


preoisamente conceptos particulares, porque contienen más
generis, como indical:los en su lugar correspondiente, sin
que lo pensado en general. Ahora bien, en éste último priU
que a pesar de ello, deje de subsistir aquella determine­
cipio ea realmente en el Que se funda todo el sistema int~
c16n previQ de la lDis;na acción reflexiva, como 1"cilmente
lectual de Leibniz ••• " (75)
puede advertirse, puesto que el mismo J~ibniz determina
el sendero a seguir por la "perceptio con1'usa" en aras a Evidontemente, inscritos en el marco cognoscitivo
alcanzar la "perceptío distincta", por medio de clari1'ic.!! res9Psdo, es obvio, entonces. Que le cobet~ura propia del
cionos dcfinitori~s que, naturalmenta, no 10 riben por un pan-logismo loibniciano, a pesar de su intento fundamenta­
criterio lÓfjico meramente "positivo", tal cual sucede pa­ dor aportado por el principium rationls suffic1entiB, sin
ra el ontologismo aristot~lico, sino por me:tio Ite un cri­ embargo, resultaba frágil y endeble para explicar la aut&Q
terio Hir,ico "negRti vo", como es prescriptivo una vez que tica contextura do In objetividad cognoscitiva, en funci60
se intenta adecuar el pons!ll!licntn Q ¡Jugar con tunciones­ b6sioamente del hecho do la "preciss determinnci6n previa"
H.mites infinitas, esto es, en base a Juno c..et9rmine.ci6n que se sustanoia a partir de 10 anteriormente expuesto, en
que hoy que determinarl, con las ingentes implicaciones la cual la acoi6n reflexiva se ve sometida a presionos no
que puedan 1arivaroe de aquí, neglin ya holtos indicado en intr!nsecBlllente proptas, por 10 Que ser' conveniente ofre­
la primera parte y tal como pueden advertirse por 10 di­ oer aquí, en consecuencia, la caterizaci6n kantiana acerca
cho por F. M. Marzoa (u~ de la FlLOSO~IA. Vol. 11, pag.
de la filoeor!a leibnizo-wolrtiana oomo en su ~poca se le
108 ss, y esp. 115 es Ed. ISTY.O, 1975) y por l. Belaval
deDomin6t M • • • l.a f1loFlofía leibnizo-wolff'iana •••••• creía
y M. Serrea en su estudio sobre Leibniz (nI! Filoso1'!a.
haber pu~sto -ar~en~a Kaot- en las manos de los t1l6so­
Siglo XXI, 1978). tos, además del viejo principio aristot&lico de contradic­
ci6n, una nueva brújula paro dirigirse: el principio de ra
As!, pues, circunscritos a la mencionada problem!­
z6n suficiente d.e la existencia de las cosas por oposici6n
tica acerca de la incl"!'r'.! rl".l':i 60 de la acción de re1'lexio­
a su simple posibilidad seg6n loe oonceptos, y el principio
nar, salta a le vista súbitamente que ésta como tal acción
de le diferencia entre las representeciones osouras, claras
se pierde en el brumoso universo estelar como radicalmen­
pero a6n contuse.s, y lS13 re~\resentac1ones distintas, para
te y previamente determinada, que es precisamente, 10 que
di.rereneisl' la intuic{(;n dol conocimiento por conceptos.
conduce a la re1'lexión 1'110sófioa humeana de modo claro y
Si!'! embf.!.rgo, a pesar de todos estos esfuerzos, no permane­
transparente, haci~Ddose así necesario una caracterizaci6n
cer[. menos, Min advertirlo, en el sempiterno ,1.'::Iminio de
especifica del mencionado prOblema, tal cual nos la deseQ
In l(\g;<:a•••
vuelve el mismo Kant, cuando nos advierte 10 siguiente:
"IIay que decib, ciertamente, que 10 que convione o contra ••• La pro~osici6n: "todo tiene BU raz6n", que se
dice a un concepto general, conviene o contradice tambilm une o eeta otra: ntodo es una consecuencis" no puede, pues,
a todo 10 particular contenido ba¡Jo ese concepto (dictum depen~Ar más que de la l6gica••• y esta distineión es sim­
de omni el nullo), pero sería absurdo alterar ese principio plemente analitics, ~uesto que si debia valer para laa co­
lógico de modo que dijera asi: 10 que no está contenido en Bt\S en el sentido de que todas las cosas no deberían ser
un concepto general, tampoco está contenido en los parti­ consideradas más que como consecuencias do la existencia
culares que se hallan ha.1o ose concepto, pueo óst09 son de alfSUna otra, la raz6n suficiente, que ne tonía, sin em­
bargo, a la vistR, no se encontrará en ninguna parte. Con­

--
521 f)S'a

tra este absUrdo, se bUBcnbs entonces refugio en la afirm~ #


mas que un mero jue"o
u
o ftventura
~
intolectual, en el
6 mejor
ción de que una coss (ens a se) tendría siempre un princi_ de los casos, por determinar qu~ sea 10 real y qu sea lo
pio de su existencia, pero 10 tendría en sí misma, es de­ lógico, como dialelo propio de la refloxi6n pura. esto es,
cir, que existiría como una consecuencia de s! misma, por pre-determinada.
donde se ve que, a excepción del absurdo manifiesto, el
De esta manera, pues, atendiendo a la relación co~
principio no pOdría valer para las cosas, sino solamente
parativa que tunda la acci6n refloxiva y por cuyo medio 6,!!
para los juicios y, asimismo, simplemente para los juicios
analíticos." (76) ta ~ltima se desenvuelve, tenemos, entonces, que si parti
mos del criterio lógico, positivamente considerado. la s~
AS!, pues, no es posible otorear verdadera eficacia sodicho primera relación comparativa entre la Identidad y
co~noscitiva para la acci6n reflexiva propiamente dicha en la Diversidad no devendr!a más que la referencia estriota
función de las susodichas presuposiciones meramente lógicas a los antedichos t&rminos relacionalos. Ahora bien, si se
tal cual se sistematizan en la cencepción filosófica leib­ perte de la singular interpretación leibniciana del pro­
niciana. Por 10 tanto para poder validar esfera operativa blema lógico acerca de esta cueetióo, desde luego, sólo
de conocimionto a la llcci6n reflexiva, cuya tares no con­ nominalmente salimos de la antedicha esfera meraoente con
siste mJis que en indar"ar reflexivamente la g6nesis de las signadora. por cuanto toda correlatividad de las osferas
representaciones conceptuales, de modo fundamental, se ha­ de 10 Idéntico y de lo Diverso no puede subsistir en si.
ce así indispenGsble proceder a admitir que la raíz de la lo que elimina claramente el carácter relacional del mar­
acción reflexiva hay que establecerla a partir de la cons! co comparativo, tal cual nos viene significado por el pria
deración epistemo16gica aquí expuesta, segÓn la vertebra­ c1pium identitatis indiscernibilium, en el cual no puede
ción facultativa intrínseca al sujeto cognoscente. en su haber lugar para lo numéricamonte diverso en lo idóntico
propia actividad cognoscitiva, 1 no, desde luego. incardi­ sin partir, por ende, de la misma "Implicitud", tal cual
narla de nine6n modo en una consideración meramente "dia­ aparece, pues, en el ejemplo dado por Kant, según sea im­
nOialógica", tal cual pretendía realizarlo el gran filóso­ posiblo determinar diferencia numérica para dos gotas de
fo de Leipzig, como hemos puesto de manifiesto. Asirnisma, agua. En consecuencia, para poder detel~inar tal fehacien
la acción reflexiva hay que inteligirln en función de su te determinación diferencial numérica debemos, naturalmen
carácter "trascendental" y no puede, por las antedichas te, validar la propia relacionabilidad comparativa, incl~
razones, concebirse de una manera moramente "l{)gica", pue,!! yendo en su seno, es decir, en el seno de la misma acción
to que toda determinación conceptual a partir de la acci6n reflexiva, la esfora de la propia Sensibilidad, como "re­
reflexiva no puada articularse sino on base a las relacio­ flexión trascendental", según la cual, pues, la misma ac­
nes compar&tivos que se sustantivan del sil';uiente modo: a) ci6n reflexiva debe orientarse no sólo respecto del marco
Identidad y Diversidad, b) Concordancia y oposición, c) In cogitativo, pensante, que ahora no puede ser signiricado
terior y Exterior y, finalmente, d) Detorminable (materia) m&s que inteloctivamente, sino, además, al marco de la Sea
y Determinación (forma), quo, naturalmente, requieren de sibilidad, por donde la relncionabilidad comparativa sus­
un asent~~iento trascendental como conditio sine qua non pendida en aquellas relaciones previamente dichas adquie­
de la validez propia da la acción reflexiva, ya que, en ro pleno sentido coenoscitivo, como fácilmente se puede
caso contrario, estas relacionos comparativas vendrfan de inferir, ya que sólo así se asegura una comprensión efec­
antemano netermina4ns y toda comparativjdad no resultaría tiva de la "Naturaleza" que, en Leibniz, como tambi6n pu~
520 51.1
Uf
de percibirse f!1cilment.e. quedaba meramente inscrita en le Evidentemente, la in1'erencia que de aqui deriva no es otra
"Implicitud", por cuyo medio no es factible determinar ley que la de la posibilidad de dar validez al enunciado: "pra~
de naturaleza blguna de modo efectivo. dicatum inest 8ubiecto", como determinante inferencial -cl~
rificatorio, difinitorio, por ende- de la "Implicitud" COL
Por lo quo concierne a In se(~nda relación compar~ noscitiva inherente a lar propia N6nada, en su intento de
tiva, indicada bajo el rótulo de Concordancia y opOSición, conceder acceso cognoscitivo monádico al noúmeno, absolut~
debemos rosaltar el hocho de que, obsúrvnda bajo el domi_ mente inaccesible para la imprescindible reíeroncialidad
nio meramente lógico, en 01 cual hay que inscribir la cOE intuitiva sensible que debe acompañar a todo conocimiento.
textura del pensamiento leibniciano, pese a las motizaci2 La 6nica manera de conservar aquella relacionabilidad com­
nes mencionadas, no es posiblo dirimir en manera alguna, parativa no tiene lugar m!s que por medio de la "reflexión
para la acción reflexiva propiamente dicha, relacionabil! trascendental", por cuanto con 'sta se aseBUra una refere~
dad comparativa para la "ratio mathematice lt , al modo como cia no solamente intelectual del conocimiento, sino una P2
vimos que lo expuso Kant nn 01 primer capItUlo de esta f!,! sible refereneialidad sensible, sobre la cual opera el á­
cunda parte, por Cuanto la propia concordancia y oposición rea intelectiva, en aras a la subsiguiente determineci6n
ló~ica no puede determinor la oposición real, de tal forma cognoscitiva en torno a la explicatividad cognoscitiva de
que no es posible, entonces, visto bajo la perspectiva m~ la acción reflexiva propiamente dicha,
ramente lÓGica, establecer realidad para el ser y no ser
al misrlo tiempo la misma Cosa, lo cual, en el terreno ma­ En lo que se refiere, finalmente, a la cuarta rela­
temático, hay que consignarlo as!, desde el mismo instan­ ción comparativa, en tanto fundamento de la acci6n reflex!
te en que nerar no deja de significar una afirmaci6n, co­ va, conocida como Determinable y Determinación, como !',ate­
mo por ejemplo si a 3 le restamos -3, puesto que -3 no d~ ria y Forma, es claro que si concebimos la incidencia "de­
ja. de ser resultado positivo cn su negación misma, cuyo r~ terminable" como materialmente "determinada" en y segÚn su
sultado, por tanto, es nulo -O, lo que, naturalmente, no forma, conceptualmente representada como absolutamente pu­
vale pe.re la función opositivll 16r.;lca, como ya se puso de ra positiva, es claro, entonces, que no desembocamos con
manifiesto con anterioridad. Se hace, en consecuoncia, i!!! ella más que en una negación de la propia relaci6n compar~
preSCindible proceder a operar la deteminacíón cognoacit,! tiva como es lógico, una vez dado 10 determinable como de­
Va mediante mar.co fenom~nico, ya que sólo as! es factible terminado, la determinación en si no se constituye más que
presuponer semejante relacionalidad comparativa para la como una mera inferencia según ell~ecnniGmO de la metamor­
ecci6n reflexiva qu!'? incluya, por ende, la oposición inh,!! fosis del raciocinio puro, derivando de la Idea pura su
rente a la "ratio mathematice" señalada. propia positividad, es decir, nourn6nicamente. Naturalmente,
para poder evitar semejante dialelo del pensamiento hay
En tercer lUGar y por ~o que respecta a la reloci6n que ajustarse al marco fenoménico in1'erido del conocimien­
comparativa desi~nada con el nombre de Interior y Exterior, to intuitivo, cuya determinaci6n for.nal permite establecor
la consecUencia para el sistema filOsófico leibniciano no relaciones comparativas, una vez operada la síntesis for­
es difícil de advertir, una vez vista la inexorable esen­ mal intelectiva por medio dol cuadro categorial del objeto
cialidad que el filósofo de I,eipzig toma como punto de po!: de conocimiento. No obstante, tal determinaci6n no puede
tida, subsumiendo "no-ner;ativa¡r.ente" la "ratio idealc" en comprtlnderse como absolutamente pura positiva, en si y por
la "ratio mathcmatice" o, si so pr01'iere, subsumiendo "no­ si mim:IB, sino tan sólo como pos:l1::>le conclusión operada a
positiV8Jnflnte" la "ratio IDathomatice" en la "rnt;io ideale". partir de los elementos susodichos y asegurada en conse­
528 ñ2U
entonces, pasar a ocuparnos del posible alcance cognoscit!
cuoncia por ID clflr.í.ficaci6n qua semojante acci6n reflexi
vo asignable 8 la "ratio idealo", tal cual viene detemina.
va permita trenzar 01 rcspcct;o, dado que la 'determinación
do en la DIAIJECTICA '1'RASCEHIlI;krAL, en lo que vamos B entrar
debe realizarse sobre 10 detol~inabln que, por eso mismo,
de modo inmediatamente seguido.
dota de condL:ionnmientos a la misma determinaci6n en su
anhelo de pura r6ctica, "al cual ha sido expuesto a lo
largo de esta seGunda parto.

Evidentemente, el examen presentado por Kant en es­


te apartado rolativo a la "an!ibolia de los conceptos de
la refloxión", consti::uye un eje de cardinal importancia
para poder poner de manifiesto el alcance cognoscitivo que
inhiere al ponsamiento filosófico del gran pensador de
Leipzig. 6610 por medio de la incardinaci6n trascendental
de la acci6n reflexiva podemos discernir para las repre­
sent;aciones un "lur-;ar trascendental" que, en manera algu­
na, resiste la "ubicuidad 16gica", sempitornamente unita­
ria en sus rAices CO~lOBcitivas, erradicando o, si se pr~
fiere, "implicitando hasta su negación" la posible rela­
ción comparativa desde la que se asiente el propio tras­
cendentalismo de la acción reflexiva, tal cual nos lo
muestra el mismo Kant, nI apuntarnos lo siguientel "Por
meros conceptos no puedo, seguramente, pensar nada exte­
rior, sin alGO interior, precisamente porque los concep­
tos de rel(Jci6n suponen cosas absolutamente dadas, y sin
lmtas no son posibles ••• Lo que conocemos en la materia
son sólo relaciones (lo que llamamos determinaciones in­
ternas de la misma es s~lo comparativamente interno) •••
Asimismo, cuando se empieza por meros conceptos, s610 pu~
den pencarse las relaciones de 1,'.8 cosas in abstracto,
siendo uno la causa de determinacl6n en la otra, pues ()ste
es nuestro concepto intelectual de la9 relaciones mismas.
Pero como ontonces hacemos abstracciones de toña intui­
ción, resulta que prescindimos de una de las maneras co­
mo lo m'ÍÍltiple puede determinar su lur:ar, es decir, pres­
cindimos de la forma de la sensibilidad (el espacio), que
precede sin embarro a toda causalidad empírica." (77)
xxx
Una vez, pues, establec' ,;0 lo antorior, co:"o diji­
mos, se pone fin a lo MiIlLIl'ICA 'jHM,C:¡:¡ll-: :AL, debiendo,
S31
CIl'AS DE M SEGUNDA PAfH'E
9.- l. Kant. Logique. pago 111 VRIN, Paris 1979, que corres­

ponda WA. Kant. Pago 532 (A 157, 158) Band VI Cf. S. K5r­

nor. Kant. pug. 4788. y ~. Arril1aga T. Op. cit. pago 62.

CATUULO l']~HC}:RO.
10.- t. Aant. Logique. pago 113. ed. cit, que cor~esponde 8. WAJ
1.- l. Kant. e11Pu. pago 59 y 60, que correeponde a ViA. Kant. Kant, pago 534 (A 161) BaTId VI.
pago 98, 100 Y 101 (B 76, 77 I A ;2 I B 79, 80 I A 55 I 11.- l. Kant. lb. pago 114, que corresponde a \\a. Kant, pago
B 81 I A 56, 57) I~rd 111. Cfr. J. Ferrari. Op. cit. pago 535 (A 162, 163). Band VI.
575S. y B. K~rner. Kant pago 4Os9. ed. cit. Vide, asimis­ 12.- l. Kant. lb. paga. 118 y 119, que corresponde a WA. Aant
mo. Ladislav benze1. Das Problem der Formalen Logik in dar pago 539 (A 168, 169). Band VI.
kI'itik der reinen vernunft. K8. 1966. Hett 4. y J. Hintik­
ka. J.6r,iea, Juee,os de Lenf::uaje o Informaci6n. Temas kantil! 13.- l. Kant. 0RPu. paso 69. que corresponde a WA. Aant, pago
nos de Filosoria de la l.6gica. '1'ocnos. l'Iadrid, 1976. 117 (B 104. 105 I A 78, 79) Band 111. Cfr. D.-J. VIees­
chauwar La Bvoluc1.6n del Pensamiento kantiano. pago 77.
2.- l. Kan!;. CRPu. pago 61, que corresponde a WA. Kant. pago ed. cit.
103 (B84 I A 59, 60). Band. 111.
14.- l. Kant. ORPu. pago 70, que corresponde a WA. Kant. pago
3.- l. Kant. CRPu. par.:. 60 y 61, que corresponde 8 VlA. Kant. 117 1 118 (BI04, 105 I A 78, 79 I B 106 I A 00) Band 111
pago 101 y 102. (B 81 I A 56, 57 I B 82, 8~ I A 58) Bond Cfr. H.-J VIeescnauwer. :t;.a Evoluci6n del lansamiento kan­
111. Cfr. R. Arrillaga T. Op. cit. pago 55s9. tiano, png. 798a. ed. cit. y H. Heimsoeth. Zur Herkuntt
4.- l. Kant. LeA l'roe;res de 1al.~etaphysique en Allemagne de und Entwicllung von Kante Kategorientafel. KS. 196~, Heft 4.
puls Leibniz et Wo1f pago 14. ed. cit., que corresponde 15.- l. Kant. ORPu. pago 72, que corresponde a WA. Kant. pag.

a WA, Kant. paITI '94 (A 19, 20) Band VI. 122, (B 111, 112) Band IIl. err. M.G. Morenta. Op. cit.

5.- l. Kant. CHPu. pa(';. 65, que correaponde a WA. Kant. pago
pego 83ss.

109 (B 92, 9~ I A 67, 6(3) Band III Cfr. G. Cantecor. Op.


16.- l. Kant. ORPu. pago 76, que corresponde a WA. Kant. pago
cit. pa("s. 176 y 177. Y R. AI'rillar;a 'r. Op. cit. pa[~s. 57
129 (B 122 I A 90) Band 111. Cfr. B.-J V1easchauwer. La
y ,')13.
Evoluci6u del I'ensamiento kantiao'o. pago 11288. ed. cit.
6.- l. Kant. CHPu. pago 65, que corresponde 8. 'tiA. Kant. pago 17.- l. Kant. CRPu. pago 77 que corresponda a nA. Kant pago
109 y 110 (H 92, 93 I A 67, G8 I R 91~ I A 69) J!.and IIl. 131 (n 125 I A 92, 93) Band 111. Vide S. Komer. Kant.
Cfr. g. Oasairer.El J.roblema del Conocimiento. T. 11 pago 5000. ed. dit.
par;. 6158s. y E. Cnasiror. Kant, vida y doc"rina, pago
2061:18. eds. oite. 18.- l. Kant. CRPu. pago ?8 t que corresponde a WA. t..ant. png.
132 (B 126, 1~ I A 94) Band 111.
7.- l. Kant. ClU'u. pDg. 65, que oorresponde a WA. Kant. pago
110 (n 94 I A 69) Band III Cfr. S. Korner. Kant. pnr;. 1~4as. 19.- l. Kant. CRPu. png. 79, que corresponde a. WA. Kant. pago
133 (B 128) Bond III. Cfr. H.-J. Vlaescbauwer. La Revolu­
8.- l. Kant. CRPu. p(lg. 66, que corresponde a VlA. Kant. pl"(';. tion kantienoe. pa~. 45Gs. y G. Cantecor. Op. cit. pago
110 (B 94 I A 69) }~and IlI. Cfr. H.-J VleeschaulY'er. La E­ 180ss.
volución del Pensamiento kantiano. pnr::a. 74 y 75. ed. cit.
5:~~
!\3~
.. ,
20.- l. Kant Cl?Pu. pog. 80, Que corresponde a WA. Kant. pa~.
135 (n 130, 131) f\and IIl. Vide, El Ogte r8Spncto, B. ROll!!. 30.- l. Kant. CFY.u. pago 92, gue corresponde a WA. Kant. pago
sato La doctrino 1~an1;ien!1a dp. l'objoctivit6. pago 23. 156 (8 164) Band 111.
Urin. ~o.ris, 196í'. Ofr. asL~ismo, R••4rril18l1a 'f. Op. cit. ~1.- E. Oassirer. Kant, vida y dootrina. P8~. 232. 7 tambi6n,
pago 62sr,. y 1;. K15z-ner. Knnt pog. 59. ed. cit. E. Cesairer. El f·r"bleI11a del Conocimiento. T. II. pago 663.
21.- l. Kant. CRPu. pl3e;. 80. que corr0f-poade a \'¡A. Aant.• pr,c;. Ed3. cit8.
136 (13 132, 133) Baad !II Cl'r. I~. Cassirer. Kant, vida y 32.- H.-J. V1oeechauwer. La Evo1uci6n del j;'onsamiento kantiano.
doct:rina, pago 23285. y D. KBrner "'ant poe;. 61ea. oda cit. pago 8688. ed. cit.
22.- l. Kant. CHPu pa¡~. 81 y 82, que corrasponde a wA. Kant.
33.- l. Kant. CRPU. pago 95, que corresponde a WA• Kant. pago
pago 137 y 138 (n 13'; l\om. r / B 134 / B 135, 136) Band IIl. 184 (8 172 / A 133) Band 111 Cfr. E. Cassirer. Kant, vida
Cfr. :r~. Cas::lirQ:::'. I~ant, vida y doc~rina. pago 23Q. ad. cit. y doctrina. pago 210s8. y E. Oaseirer. El Problema del Co­
23.- l. ".unt. CilPu. parro 82, que corresponde a WA, Kant. paco nocimiento, pago 66588. Eds. cite.
1::;9 (n 137) Band 111. Cfr. G. Canteco:r. Opa cit. pa{';. 192811. 34.- l. Kant. CRPU pago 97, que oorresponde a WA. Kant, pago
Vido, :1demlia I'!. ¡:oubUlt. Gewissen bei Kant. KS. 1980. 187 (n 176, 177 / A 137, 138) Band III. Cfr. S. K8rner.
Heft I~.
Kant. pa~. 65 y 66.
24.- l. Kant. CtlPu. p[l!~. 85, que correaponde a b'A. l\.ant. pago 35.- l. Kant. CRPo. pago 97, que corresponde a WA. Kant. pago
1411· y 1h 5 (E 1/~5 / E 146, 147) B"nd IIl. Crr. Arrillaga '1 • 187 (817S, 177 / A 137. 138) Band 111.
'
Cp. cit. pa~. 77.
36.- l. Kant. CRPu. pago 97, que corresponde a WA. Kant, pago
25.- l. Kant. cru>u. par. 86, que corrol'lponde a W/l. Kant. pac;.
146. (n 14.. .3) Band lII. 188 (8 178. 179 / A 139) i3and III. Cfr. t1.G. Morente. Op.
cit. pago 91.
26.- l. Kant. CRPu. po~. 88, que corresponde n WA. Kant. pago
37.- l. Kant. CRPu. pago 99, que corresponde a WA. Kant, pago
148 y 149 (n 151 / TI 152, 153 ) Bond nI crr. R. Arrilla­
ca ,no CIp. cit. paGS. 6f:-QO. 190 (B 181, 182 / A 142) Band 111 Cfr. R. Arri11aga T. Op.
cit. pago 848S. , J. Herrari. Cp. cit. pago 70ss. Final­
27.­ l. l;nnt. cnPu. png. 89, que corresponde a \vA. Kant. po(\'.
monte, vide S. K8rner. Kant. PRfS.,66. ed. oit.
150 (n 1:;4) :1and UI. Cfr. S. Kornor. Kant. pago 61ss. y
E. Cas:ürcr. Kant, vida y doctrina, par;. 23588. ed9. oits.
38.- l. ~ant m~Pu. pago 99, que corresponde a WA. Kant pago 191
28.­ l. Kant. CHPu. pago 89, que corresponde a WA. Kant. pago (n 183 / A 143, 144) Band lIl.

1~1 (H 155, 156) Band IIl. Cfr. G. Cantecor. Op. cit. pago 39.- l. Kant. ORPu. pag, 100, que corresponde a WA. Kant. pago
191+$s. 192. (B 184 / A 145) Eand 111.
29.­ l. Kant CHPu. 91, qua correspor;de a WII. ,Kant, paG.
Pllfj. 40.- l. Kant. lb.
154 (R 160, 1::>1 IInm. I / B 161) Band IIl. En l'e1aci6n con 41.- l. Kant. lb.
18. posihilidad de unir cOI:¡pletnmúnte la sl.tosis de la
aprenhensioo con "10 reproductivo", vide el ma(\Tlo comenta­
42.- r. Kant. lb.
rio de H.-J. PDt:on. Kllnt's Ije~oph:ysics of Experiúnce. Pilt;. 43.- I. Kant. CRPu. pago 100, que corresponde a WA. Kant, pago
47fl. Vol. l. G. A110n and Unwin htd. 1,ondon, 1936. 193 (D 185, 186 / A 146, 147) Band. III.
534 5"35

44.- l. Kant. GRPu. pago 107, que corresponde a WA. Kant, pago 55.- 1. Kant. CRPU. pago 116, que corresponde a WA• Kant. pago
205 (n 203, 204 / A 1G~) Band lIl. Vide a este reopecto 221. (B 226 / A 183) Dand 111. Cfr. B. K8rner. Kant. pago
G. B8hme. Uber KRnts Untorscheidun~ von extensiven und '77ss. ed. cit. y E. Cassirer. Kant, vida y doctrina. pago
intensiven Grassen. KS. 1974. lIert 2. Ofr., asimismo, E. 219ss. ed. cit.
Cnsairar. Kant, vida y doctrina. pago 211ss., asi como 56.- l. Kant. CRPu. pago 116, que corresponde a WA. Kant. pago
M.G. ¡¡orente. Op. cit. pago 96sa. y finalmente, R. Arri­ 221 (E 226 / A 183) Band. lII.
llaga 'ro Op. cit. pago 94 y s. K8rner. Kant. paga. 67 y
57.- 1. Kant. CRPu. pago 118, que corresponde a WA. Kant. pago
73. od. cit.
224 y 225 (B 230 / A 18'7 / B 231, 232 / A 188. 189) Dand.
45.- 1. Kant. Pro1er;6menos a toda Netariaica del Porvenir. lII.
pago 35. M. Porrua. N6xico, 1978, que corresponde a WAJ
Kant, png. 130. (B 123, 124 / A 91) Band V.
58.- l. Kant. lb.
59.- 1. Aant. CRPu. pag. 119, que corresponde a WA• Kant, pago
46.- l. Kant. CRPu. pago 109, que corresponde a WA. Kant. pago
227 (B 234, 235 / A 190) Eand 111.
208. (E 208) Band 111. Cfr. R. Arri11aga T. Op. cit. pag.
95. M.O. Horente. Op. cit. pago 98ss. 60.- 1. Kant CRPu pago 121 ¡ 122, que corresponde a WA. Kant.
pago 2;0 y 231. (B 239 / A 194 / E 240. 241 / A 195, 196)
47.- l. Kant. CRPu. pae. 112, que corresponde a WA. Kant. pago
Band 111.
215 (B 218 / A 176) Band IIl.
61.- l. Kant. CRPu. pago 124. que corresponde a WA. Kant. Pago
1~8._ 1. Kant. CHPu. pago 110, que corresponde a WA. Kant. pago
235 (E 246. 247 / A 201) Band 111.
210. (E 210. 211 / A 169)
62.- l. Kant. CRPu. pago 123, que corresponde a WA. Kant. pago
49.- s. KBrner. Y,ant. pag, 74. Vide, ademAs, M. G. Morente. üp.
234 (B 245 / A 200) Band 111.
cit. pago 99, y Leibniz-Newton. Cálculo Infinitesimal.
Int. J. Babini. Eudeba, D. Airea, 1977. L. Couturat. La 63.- l. Kant CRPu. pago 129, que corresponde a WA. Kant. pago
Filosofía de las MatemAticas en Kant. U.N.A.M. M~xico, 1960. 244. (n 259, 260 / A 212, 213) Band 111.
50.- l. Kant. CRPu. pAgo 113, que corresponde n W·'. Kant, pago 64.- 1 Kant. CRPu. pag~ 130, que corresponde a wA. Kant. pago
215 (D 218 / A 176) Dand 111. 246 Y 247. (E 262, 263 , A 215, 216 / B 264 / A 217) Band
III.
51.- 1. Kant. CRPu. pOG. 114, que corresponde a WA. Kant. pa~.
218 (B 222 / A 179) l~nd 111. Cfr. R. Arrillaga T. Op. 65.- 1. Kant. CRPu. paB. 131, que corresponde a WA. Kant. pago
c&t. pago 93. 248. (B 265, 266 / A 218, 219) Band 111. Cfr. S. K6rner.
Kant pago 81ss. ed. cit.
52.- l. Kant. CRPu. pnr,. 114, que corresponde a WA. Kant pag.
218. (B222 / A 179) Band 111. 66.- 1. Kant. CRPu pago 133 y 134, que corresponde a WA. Kant.
pago 252 (8 271, 272 / A 224) Band. 111.
53.- l. Aant. CHPu. pago 113, que corresponde a ~¡A. Kant. pug.
216 (E 219 Aorn.1 / A 177) Band IIl. Cfr. r,;. Guerin. Kant 67.- 1. Kant 0RPu. paGo 134, que corresponde a WA. Kant. pag.
et L'Ont.o1or,ie nnalo~ique. Recherches our le Concept kan­ 253 (E 273 / A 225, 226) Band IIl.
tien do L' Analogie. R.!-l.!:. nQ 4. 1974. 68.- l. Kant. CRPu. pag. 137. que corresponde a WA. Kant. pago
54.- l. Kant. el/Fu. PDG. 114, que corresponde a WA. Kant, pago 258 (B 2(30, 281 / A 228) Band IIl.
21'1 (n 220, 221 / A. l'la) llnnd III.
536

69.- l. Kant. CRPu. pago 150, que corresponde a WA. Kant. pago
27B (B 309 Anm.! I A 2l~9) Bend III. Cfr. R. ArrillBr;a '1'.
Op. cit. pa~. 11;as.
70.- l. Kant CHPu. pago 14[3, que corresponde a \YA. "ant pae;.
280 (B 255 Imm.! I A 250, 251). 1'Ilnd !II. Cfr. E. Cassi­
roro lc:1 Froblt>ma del Conocir:lionto.T. 11. pago 6BI~8S. ed.
cit, Be! como M.G. Horante. Op. cit. pago 10789. H.-J.
V1eeschauwer. Lo TIcvo1ution kantianne. pa!.';. 588S. ed. cit.
y J. Ferrari. 01'. cit. pago 76ss.

71.- l. Kant. CR~u pa~. 149 y 150, que corresponde a WA. Kant.
pae. 277 CB 307, 308) Bond 111.
72.- l. KAnt. CJU'U. par;. 150, que oorresponde a 'tiA. Kant. pago
277 (B 307, 308) Band 111. Cfr. S. K5rner. Kant. pa~. 85es.
y H.-J- V1eeechauwer. La hvo1uci6n del .l:ensemiento r'antin­
no. pago 125s9. od. cit.
73.- l. Kant. CRPu. pa!.';. 150, que corrosponde a WA. Kant. pago
277 (B 307, 3OB) Eand 111.
74.- l. Kant. CRPu. pa{';. 151, que corresponde a WA. Kant. pago
282 (n 311, 312 I A 256) Band 111.
75.- l. Kant. CRPu. pago 161, que corresponde a WA. Kant. pag.
299 y 300 (B 336, 337 I A 280, 281 I B 338 I A 282) Band
111. Cfr. 8. Korner Kant. paco 88es. y R. Arri11aga fl'. Op.
cit. pog. 116sB.
76.- l. Kant. Las l'ror.;rés de la Méthaphysique en Allemo.gne de­
puie Leibniz et "volf pago ;2 y 33 ed. cit, que correspon­
de a i~A. Kant. pae;. 610 y 611. (A 55,56 I A 57 t 58, 59)
Band. VI.
77.- l. Kant. CRPu. pago 162 y 163, que corresponde a WA. Kant.
pago 302 y 303 (B 341 I A 285 I B 31~2, 343 I A 286) Fland.
111. Hespecto de la Retutaci6n del Idealismo, Cfr. G. Can
tacor. (~. cit. pago 1999B. así como S. K8rner. Kant. pago
84. ed. cit. s la vez que H.-J. V1eeschauwer. La Evoluci6n
del Pensamiento kontiano. pAgo 105as. ed. cit., además de
E. Cassirer. El ~rOb1er.1a del Conocimiento '1'.11. pago 676 y
677. ed. cit. Vide, asimim:lo, G. 11111ar. Kant snd Berkeley!
the Alternativa 'l'heorics. KS. 1973. Heft ;.

Potrebbero piacerti anche