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Epístolas de fama las de Santiago, Pedro, Judas, Pablo y Juan. A los corintios, a los
efesios, a los romanos. Es posible que tal tradición sea la que obliga a papas y demás
autoridades religiosas a escribir al modo de comunicados públicos, las cartas de hoy. Una
anunciaba que Benedicto XVI, abrió cuenta en twitter. Francisco, su sucesor, haciendo
recurso del mismo medio ha ganado prestigio de menor mística y mayor pragmatismo al
El hecho es que las cartas comportan, muy posiblemente, unos contenidos que
difieren de los demás escritos y a lo mejor eso sea lo que les da consistencia histórica y les
Llama la atención, por ejemplo, que la carta siempre entrega un mensaje como un
encuentro con otro y como una novedad; porta alguna fatalidad: te amo o este amor se
tragedia antigua, le era dada la muerte después de decir el mensaje que portaba. De hecho
también, el Mensajero de los dioses del Olimpo de la mitología griega antigua, Hermes,
venía con el mensaje de la muerte a quien vivía para anunciarle su hora y luego le conducía
al Hades. Esta fatalidad de los mensajes, menester de los mensajeros, parece propia de su
sino que también es destino de quienes lo envían como de los que lo reciben.
Los historiadores, intentando vérselas con el devenir, se valen de las cartas para decir
cómo se dio la vida de un grupo humano al resolver algún asunto y estudian las cartas de
inspectores, empleados, militares, directivos, líderes, mujeres del pueblo, hombres que
luchan, maestras y maestros, etc. ¿Quién no se acuerda de Las Cartas a una maestra de
Barbiana escritas por sus alumnos? ¿Quién puede olvidar las palabras de la carta de Albert
Los filósofos, han apelado al ejercicio epistolar para decir aquello que piensan a
algún amigo o enemigo veraz o inventado, como parece que ocurrió a un tal Alonso
Quijano, dadas las paranoias que van generando las ideas que se cruzan en la soledad y en
los asideros imaginarios de las que se estudian. No es gratuito, entonces, que al sabio se le
haya tildado de loco. A veces, los filósofos, cual lo hacían Juan Jacobo Rousseau y Voltaire
se cruzan cartas en las que pelean ante un público que los lee fascinados y les promueve a ir
optando por tal o cual acción que retoman del uno y del otro.
En las ciencias, son famosas las cartas de Freud y de Albert Einstein. No sólo las
escritas a sus amores sino las que tenían que ver con sus ciencias y aquello que podían
prever; demos el caso de la famosa carta del segundo al Presidente Franklin Delano
mundo, el hecho de que los físicos alemanes nazis trabajaban con uranio. Ello les daría, en
atómicas, dado el ánimo ilusorio que les imponía la idea de dominar el mundo. O la carta
guerra ¿por qué la guerra? – Le decía – alarmado por la insensatez de sus promotores.
Freud contestó tal pregunta con la sabiduría y tranquilidad del más alto ejercicio del
pensamiento, el famoso ensayo Porqué la guerra tan consentido por la tenacidad de sus
ideas, por ejemplo: la guerra es una fiesta, somos el ser que desea la muerte del otro
congénere.
En nuestro ámbito nacional, también son de fama los millares de cartas urdidas por
Simón Bolívar. Los seis tomos de cartas de Santander o las cartas de los poetas Porfirio
Obviamente, también hay cartas de amor y muy famosas como mil existen de cartas
infames, es decir, sin fama y no por ello menos bellas: menos fatales, menos arriesgadas,
menos portadoras de mensajes. Estas, las cartas de amor, que incluyen también las del amor
de los amigos, portan consigo aquello que es de cada uno, su sangre, si aceptamos que
tratan de una escritura de verdad. ¡Escribir con sangre! – manda Nietzsche -. ¡Con el
entremezcladas en un solo mensaje, dos. Se llaman chat y sabemos que en este o estos
mensajes posiblemente haya una aventura, un riesgo que se juega la vida, una fatalidad, un
encuentro escrito también con la savia humana pero sólo le merodeamos, bordeamos
algunos de sus límites, quizá nos paremos en alguno de sus centros pero no le logramos
entender. Quizá no haya que hacerlo, de todos modos también nos acercamos a sus modos
novedad:
Un chat
A: Tonces
B:
A: y eso
A: a ya
B: y q
A: bn
B: birras o nenas
B: todo bien
A: tonces
B: por ai a las 8 o q
A: eso
B: ok lleve $ jajaja
A: ps si
B:
A: mk
B: a yo
A: claro gbn
A: le contara
B: cuent ps
A: la embarazo un man
(Lo más curioso – según mi parecer - es que así puede ocurrir todo el día y parte de la
noche).