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CARBONOSA
Él es una enfermedad infecciosa causada por el Bacillus anthracis, bacteria
formadora de esporas, grampositiva, aerobia en forma de bastón que pertenece a
la familia Bacillaceae. Las cepas del B. anthracis son muy virulentas y tienen 2
plásmidos: el pX01 que codifica el complejo de genes que producen tres
exotoxinas y el pX02 que codifica los genes de la cápsula. El B. anthracis es
genéticamente muy homogéneo; sin embargo, los investigadores han identificado
varios grupos genéticamente distintos que parecen derivar de clones. Algunos de
estos clones están distribuidos en el mundo entero, mientras que otros se
encuentran en áreas geográficas delimitadas. El B. anthracis es miembro del
grupo Bacillus cereus que también contiene B. cereus y Bacillus thuringiensis.
Estos 3 organismos están muy relacionados. Según los análisis genéticos
realizados, algunos autores los consideran una sola especie; sin embargo, esta
idea es controvertida. Recientemente se encontraron plásmidos directamente
relacionados con el pX01 y/o el pX02 en algunas pocas cepas del B. Cereus, que
causaron enfermedades similares al ántrax en personas, chimpancés y gorilas.
Período de Incubación
El período de incubación oscila entre 1 y 20 días. En los herbívoros, las
infecciones se manifiestan después de los 3 a 7 días; el período de incubación en
los cerdos generalmente es de 1 a 2 semanas.
Signos Clínicos
En los animales, el ántrax puede ser una enfermedad hiperaguda, aguda,
subaguda o crónica. En los rumiantes, la enfermedad sistémica hiperaguda es
frecuente y la muerte súbita puede ser el único signo. En algunos animales se
puede observar tambaleo, temblores y disnea, seguidos de un rápido colapso,
convulsiones y muerte. En la forma aguda, los signos clínicos pueden pasar
desapercibidos hasta 2 días antes de la muerte. En esta forma, la fiebre y la
excitación pueden estar seguidas por depresión, estupor, desorientación, temblor
muscular, disnea y membranas mucosas congestionadas. Las vacas preñadas
pueden abortar y la producción de leche puede disminuir notoriamente. En
algunos casos se observa pérdida de sangre a través de la nariz, la boca y el ano.
Ocasionalmente, las infecciones en los rumiantes se caracterizan por
inflamaciones edematosas subcutáneas, mayormente en la región ventral del
cuello, el tórax y los hombros.
Transmisibilidad
Existe una gran carga bacteriana presente en el cadáver y en las secreciones
sanguinolentas cuando se abre. Estas bacterias pueden contaminar el medio
ambiente o pueden ser una fuente de contagio directo para los humanos y para
otros animales; la piel y la lana pueden contener esporas que permanecen viables
durante períodos extensos.
Lesiones Post Mortem
El rigor mortis generalmente no ocurre o se da de manera incompleta y el cadáver
se hincha y se descompone rápidamente. Sangre oscura, de aspecto alquitranado
puede salir de los orificios del cuerpo; algunas fuentes sugieren que éste no es un
signo frecuente. En los caballos se puede observar edema generalmente,
alrededor de la garganta y del cuello. Deben evitarse las necropsias para evitar la
contaminación por las esporas. Si se abre el cadáver de un rumiante, se podrán
observar signos de septicemia. La sangre es oscura, espesa y no coagula
inmediatamente; se pueden observar efusiones edematosas sanguinolentas en los
tejidos subcutáneos, entre los músculos estriados y bajo la serosa de los órganos.
A menudo se observan petequias y equimosis en los ganglios linfáticos, en la
superficie serosa del abdomen y del tórax y en el epicardio y el endocardio.
También son frecuentes las hemorragias y úlceras en la mucosa intestinal; las
úlceras ocurren más a menudo sobre las placas de Peyer pero se pueden
encontrar en otras ubicaciones.
Se puede observar peritonitis y exceso de líquido peritoneal. El bazo generalmente
esta aumentado de tamaño y tiene una consistencia de “mermelada de moras”.
Los ganglios linfáticos, el hígado y los riñones se presentan inflamados y
congestionados. La meningitis puede acompañar estos cuadros. En algunos
caballos se pueden observar lesiones internas de cierta similitud; en otros, las
lesiones pueden limitarse a edema en el cuello y en la garganta. Las lesiones
septicémicas también se pueden encontrar en omnívoros y en carnívoros pero son
menos frecuentes que el edema y la inflamación del área faríngea o que las
lesiones gastrointestinales. Los cerdos con ántrax crónico generalmente tienen
lesiones solamente en el área faríngea; las amígdalas y los ganglios linfáticos
cervicales suelen aumentar de tamaño y presentan un color moteado entre salmón
y rojo ladrillo en la superficie de corte.
Tratamiento
Los antibióticos pueden resultar eficaces si el tratamiento se inicia de forma
temprana; también se puede necesitar una terapia de sostén.
Prevención
En zonas endémicas, las vacunas vivas modificadas pueden prevenir el ántrax en
el ganado; vacunando anualmente. Las vacunas también se han utilizado para
proteger a los guepardos y rumiantes salvajes en peligro, incluidos los
rinocerontes negros. El ántrax es una enfermedad de denuncia; la cuarentena, la
correcta eliminación de los cadáveres y la desinfección pueden colaborar para
prevenir la propagación durante los brotes. Los animales enfermos se deben
aislar. Para prevenir la esporulación, no se deben abrir los cadáveres. También
deben tomarse medidas para evitar la presencia de animales carroñeros.
Existen reglamentaciones que determinan cómo eliminar el cadáver; sin embargo
se considera que la incineración o la calcinación es el método más eficaz para la
eliminación de los cadáveres, estiércol, camas y otros materiales contaminados.
También puede realizarse un entierro profundo, pero resulta menos conveniente.
Los establos, corrales y el equipamiento se deben limpiar y desinfectar. Una vez
que el suelo se ha contaminado por esporas es muy difícil de desinfectar; sin
embargo existen procedimientos como la remoción de la tierra y/o el tratamiento
con formaldehido que se pueden utilizar en algunos casos.
CARBUNCO SINTOMÁTICO
Enfermedad infecciosa caracterizada por inflamaciones enfisematosas que
contienen gas y contenido sero-hemorrágico, localizadas en las grandes masas
musculares.
Clostridium chauvoei es una bacteria Gram. (+), anaerobio estricto, móvil, de 3-8
x 0.5 micras, no capsulado, con esporo central o subterminal. Las colonias son
pequeñas, planas, transparentes con presencia de un halo de hemólisis Produce 4
tipos de toxinas: alfa, beta, gamma y delta, siendo la alfa la de mayor poder
patógeno.
Patogenia
En bovinos una vez ingerida la espora de esta bacteria llega a la mucosa del tubo
digestivo, pasa al torrente sanguíneo y por esta vía se disemina por diferentes
tejidos y órganos (miembros posteriores, cuello, miocardio, diafragma).
Para que la enfermedad se desarrolle tiene que haber un ambiente propicio para
que la espora germine (anaerobiosis, pH alcalino, energía), esto se da cuando hay
antecedentes de traumatismos en los animales, cuando se presenta una indigestión
aguda o luego de un ejercicio excesivo. Una vez desarrollada la bacteria, ésta
comienza a producir toxinas y enzimas que provocan una reacción tisular con
inflamación del músculo, edemas gaseosos (crepitación), hemorragias, necrosis,
fiebre y finalmente bacteriemia con septicemia y muerte del animal. En el ovino la
espora ingresa por las heridas provocando un cuadro de gangrena gaseosa con
necrosis de tejido.
Vías de Transmisión
Se encuentran diseminados en el ambiente y son frecuentemente cultivados de las
heces, tracto intestinal y otros órganos internos de una gran variedad de especies.
Diagnostico
Clínico
Clínico – patológico
Anatomo - patológico
Control
LA FIEBRE AFTOSA
La fiebre aftosa es una enfermedad vírica altamente contagiosa de los animales
biungulados cuyas repercusiones económicas son considerables; afecta a los
bovinos y suidos así como a ovinos y caprinos. En la fauna silvestre, los ciervos y
antílopes son sensibles a esta enfermedad, y algunas especies como el búfalo
africano actúan como portadores del virus sin mostrar síntomas clínicos. En una
población sensible y no vacunada, el índice de morbilidad (o sea, el número de
animales que contrae la enfermedad) puede alcanzar el 100%. La enfermedad es
rara vez fatal en los adultos, pero la mortalidad puede ser alta en los animales
jóvenes.
Causas
El virus responsable es un aftovirus de la familia Picornaviridae. Hay siete tipos de
virus inmunológicamente distintos: A, O, C, SAT1, SAT2, SAT3 y Asia1, cada uno
con una diversidad de genotipos, y de surgir un brote, para cada uno de estos, se
precisa una vacuna específi ca contra la circulación de la cepa (de terreno) para
garantizar la protección inmunitaria.
Transmisión y propagación
El virus de la fi ebre aftosa está presente en todas las excreciones y secreciones
del animal infectado, y puede propagarse fácil y rápidamente por cualquiera de los
siguientes medios: - introducción en un rebaño de nuevos animales portadores del
virus (saliva, leche, semen, etc.);
Uso de corrales, edifi cios o vehículos contaminados para la estabulación y
transporte de animales sensibles; - uso de materiales contaminados, tales como la
paja, piensos, agua, leche o productos biológicos; - porte de prendas o calzado
contaminados, o uso de equipos contaminados; - alimentación de animales
sensibles con productos animales, crudos o de cocción insufi ciente, infectados
con el virus; - diseminación del virus por aerosol, las partículas en suspensión son
transportadas desde la explotación infectada por las corrientes de aire; - liberación
accidental del virus de un laboratorio; - uso de vacunas que contienen el virus
activo debido a errores de producción.
Signos clínicos
La gravedad de los signos clínicos dependerá de la cepa vírica, de la edad de los
animales y de la especie y raza afectadas. El signo clínico característico es la
aparición de ampollas (o vesículas) en el hocico, lengua, labios, cavidad oral, entre
los dedos, sobre las pezuñas, mamas y puntos eventuales de presión de la piel.
Las ampollas abiertas en el espacio interdigital pueden ocasionar cojera extrema y
desgano del animal para moverse o comer debido a las vesículas presentes en la
boca. Puede haber también una infección bacteriana secundaria por las ampollas
abiertas. Otros síntomas que se observan con frecuencia son fi ebre, depresión,
hipersalivación, pérdida de apetito y peso, y disminución de la producción de
leche. La enfermedad es rara vez fatal en los adultos; sin embargo, puede
debilitarlos y ocasionar graves pérdidas de producción. La salud de los jóvenes
terneros, corderos, cabritos y cerditos puede verse comprometida por la falta de
leche de las hembras infectadas. Si el virus infecta a los animales jóvenes, la
mortalidad puede ser alta.
control
Las medidas iniciales en la estrategia global contra la fi ebre aftosa abarcan los
sistemas de detección y alerta tempranas y medidas de prevención establecidas
con arreglo a las Directrices de la OIE para la vigilancia de la fi ebre aftosa. La
respuesta para erradicar la enfermedad incluye: - la vigilancia y trazabilidad del
ganado potencialmente infectado o expuesto; - el sacrifi cio de los animales
infectados en condiciones decentes, conformemente a las normas internacionales
de la OIE en materia de bienestar animal; - la eliminación adecuada de los
cadáveres y de todos los productos animales conformemente a las directrices de
la OIE; - la cuarentena estricta y el control del movimiento del ganado, equipos,
vehículos; - la desinfección completa de los locales y de todo material infectado
(implementos, vehículos, vestimenta, etc.); - en determinadas condiciones, la
vacunación estratégica en anillo como medida complementaria.
Tratamiento
En general, no se recomienda tratamiento alguno de los animales aftosos. Menos
aún en zonas libres o de baja incidencia donde lo recomendable es dar muerte
inmediatamente a los afectados y contactos para luego enterrarlos o quemarlos.
Tal vez, en zonas de alta incidencia (o sea, con gran cantidad de casos anuales)
donde sea impracticable, por razones económicas, en vez de dar muerte a los
animales se puede hacer algún acto terapéutico. Cabe anotar que esta
enfermedad es de síntomas agresivos difíciles de tratar.
PIROPLASMOSIS
La piroplasmosis (babesiosis) es causada por dos especies de protozoarios que se
encuentran dentro del eritrocito, Babesia bovis y Babesia bigemina. En los glóbulos
rojos, aparecen con forma oval, ameboide, redondeada y más frecuentemente
piriforme (de aquí el nombre de piroplasma). Tiene una distribución amplia desde la
parte sur de Estados Unidos hasta Sudamérica
La Babesiosis es transmitida por garrapatas del género Boophilus, ubicándose en
regiones tropicales. Los animales afectados presentan fiebre y hemólisis
intravascular, causando un síndrome de anemia.
Todas las razas de bovinos son susceptibles y una vez que se recuperan de la
enfermedad, se convierten en portadores sanos, siendo un riesgo de contagio para
animales susceptibles.
La presentación de la enfermedad en los bovinos está determinada por la edad y
raza de los mismos, el ambiente y la población estacional de las garrapatas en la
región. En México solamente Sonora, Chihuahua parte de Durango y Zacatecas se
consideran libres de esta enfermedad.
Patogenia
La babesia presenta un ciclo indirecto y el único vector natural descubierto hasta
ahora es la garrapata.
La infección en la garrapata se produce cuando ésta ingiere sangre infectada, una
vez ingerida los eritrocitos se destruyen liberando a los parásitos en el lumen
intestinal de la garrapata, estos se convierten en formas conocidas como “quinetos
o vermículos” que atraviesan el intestino y se introducen en el ovario. Cuando la
garrapata ovoposita los “quinetos o vermículos llegan a las glándulas salivales a
través de la hemolinfa, siendo de esta forma en que la garrapata transmite la
enfermedad al alimentarse de los bovinos susceptibles.
Cuando la babesia se encuentra dentro del bovino se pueden presentar diferentes
tipos de acciones patógenas: acción mecánica (rotura de glóbulos rojos); acción
tóxica (mediante la elaboración y excreción de productos tóxicos, tras el
metabolismo de los zoítos, demostrada a nivel de SNC) y acción expoliadora, en
cuanto compite por determinadas sustancias con el organismo hospedador (p. ej.,
hemoglobinemia)
Signos clínicos
El período de incubación es de 8 a 10 días, algunos autores señalan que de 2 a 3
semanas se manifiestan los signos clínicos. Los animales se pueden encontrar con
fiebre alta (más de 41°C), anorexia, depresión, debilidad, cese de la rumia, pérdida
de peso y caída de la producción láctea. Se puede observar un cambio en la
coloración de las mucosas y conjuntivas, lo que indica una anemia grave. La muerte
en algunos casos puede sobrevenir en 24 hrs. Los animales gestantes abortan, los
animales jóvenes presentan un cuadro subagudo caracterizado por fiebre sin
hemoglobinuria. En áreas enzoóticas ha ocurrido encefalitis con incoordinación
seguida de parálisis posterior y convulsiones. La sangre se adelgaza y se vuelve
acuosa, la mortalidad puede llegar al 50% o más.
Sintomatología
se puede presentar de dos maneras diferentes:
Diagnóstico
Cuando los animales están muertos es posible, mediante un frotis de sangre y
posteriormente revisado con el microscopio identificar al piroplasma, el frotis de
sangre, cerebro, riñón, hígado y bazo, siempre y cuando la descomposición no
esté avanzada. Los frotis se fijan con metanol, se tiñen con Giemsa al
10% durante 20-30 minutos. Se toman muestras de sangre de animales vivos de
preferencia del extremo de la cola.
Tratamiento
Para tratar, prevenir y controlar en forma efectiva. se utiliza el Dipropionato de
Imidocarb, mismo que se recomienda a una dosis de 1ml por cada 100 Kg de peso
(para Babesiosis), por vía subcutánea o intramuscular.
Signos clínicos
Se dice que los animales jóvenes son resistentes a la enfermedad pero susceptibles
a la infección, en este sentido quedan como portadores sanos. El período de
incubación es de 2 a 4 semanas después de la infección por garrapatas, y de 5
semanas después de la inoculación en sangre. Una característica de la enfermedad
es que “no se aprecia hemoglobinuria”. Las vacas gestantes suelen abortar, algunos
animales pueden mostrar trastornos cerebrales. A la necropsia se aprecia
hepatomegalia, hígado rojo intenso, congestión renal, sangre acuosa y
esplenomegalia.
Diagnóstico
Por un lado, el diagnóstico se realiza con el reconocimiento de la anemia e ictericia
en animales mayores de un año de edad, el incremento de la enfermedad en la
época de lluvias, por el otro lado, la demostración del anaplasma en animales
sospechosos a través de la tinción de frotis sanguíneos, en animales jóvenes o
anémicos.
Existen otras técnicas basadas en la serología como son la fijación de complemento
y el uso de los anticuerpos fluorescentes para detectar el anaplasma en sangre.
Tratamiento y Control
Las situaciones en las cuales se produce la intoxicación por Urea son las
siguientes:
Efectos tóxicos
La Urea es degradada en el rumen para liberar amoniaco (NH3), el cual es usado
por los microorganismos para producir aminoácidos. Cuando la urea libera NH3
más rápido de lo que pudiera ser convertido en proteína microbiana, el exceso de
amoniaco será absorbido a través de las paredes del rumen y llevado al hígado
por la corriente sanguínea, causando una alcalosis, lo cual es una intoxicación por
amoniaco.
Los síntomas
Inquietud.
Salivación espumosa excesiva, Rechinamiento de los dientes
Movimientos masticatorios.-Poliuria, Dificultad para respirar.
Altera la coordinación motora. Tremores musculares, timpanismo
(acumulación de gases en el rumen)
Convulsiones, Mugidos.-Coceo de Abdomen. (Indica Dolor abdominal)
Rigidez en las patas delanteras.
Finalmente la muerte.
Lesiones Anatomopatológicas
Se han observado comúnmente edema pulmonar, congestión y hemorragias
petequiales. Además, puede existir bronquitis leve, ingesta ruminal en traquea y
bronquios, especialmente en ovinos, puede encontrarse gastroenteritis catarral.
Algunos autores han descrito hidrotórax, hidropericardio, hemorragias sobre el
corazón, pulmones e intestino, degeneración grasa del hígado y riñón,
degeneración neuronal congestión y hemorragia en la piamadre un fuerte olor a
amoníaco.
Tratamiento
Si no se trata inmediatamente, el animal morirá en un lapso de tres horas. En los
bovinos el tratamiento común de la toxicidad amoniacal consiste en suministrar por
vía oral una solución dos a tres litros de Ácido Acético al 5% o vinagre disueltos en
20 -30 litros de agua fresca, antes que el animal alcance la etapa de rigidez
muscular. Ha dado buenos resultados el suministro de 50 ml de vinagre o acido
acético al 5% en 500 ml de Solución salina Intra venosa. Cloropromacina 2ml/ 20
Kg IM. IV.
INTOXICACIÓN POR ORGANOS FOSFORADOS
Presentación de la intoxicación
Mecanismo de acción
Diagnóstico
Pesquizaje toxicológico
Cuadro clínico
Análisis químico
Evaluación gradual de inhibición de la actividad colinesterágica en toda la
sangre y tejido del animal sospechoso.
Cuadro clínico
Bradicardia
Convulsiones
Coma
Disnea
Debilidad muscular
Diarrea
Edema pulmonar
Hipermotilidad intestinal
Somnolencia
Secreción salival
Visión borrosa
Vómitos
Tratamiento
TIMPANISMO
Síntomas
Son varios los síntomas que se presentan en una vaca lechera con cetosis. Estos
signos pueden ser ligeros (subclínicos) al comienzo pero con el paso del tiempo
éstos empeoran notablemente.
Diagnostico
El diagnóstico se realiza por observación de los signos clínicos y por medio del uso
de reactivos: Acetest, Cetotest, prueba de Rothera.
Tratamiento
Prevención