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1. Preámbulos
1/ Para ampliar en el aparato crítico sobre Valle-Castillo, y conocer sus puntos de vista sobre
diversos temas, aparte de las diferentes y consabidas antologías e historias de la literatura
centroamericana, se recomiendan en Internet unas entrevistas: la que le hace Ariel Montoya
en http://www.dariana.com/diccionario/julio valle_castillo2.htm y la que hace Marta Leonor
González en http://www.laprensa.com.ni/archivo/2003/septiembre/20/ literaria/ensayos/.
Además, se encuentran los comentarios de J. Boccanera, Ramón Xirou, Fidel Coloma
González concretamente sobre el poemario que contiene el texto analizado en este trabajo en:
http://www.escritoresnicaragua.com/2009/05/04/con-sus-pasos-cantados/.
una positiva valoración de su poesía (con la cual coincido), más que justificada, por
su producción poética:
Sobre la poesía de Julio Valle Castillo, su crítico Jorge Boccanera expresa que
ella, especialmente la de su primera etapa, "responde al «Exteriorismo», que ya
parece una característica sustancial de la poesía de Nicaragua, en especial en el
recuento de los hechos o en la mención de carteles, todos en tipografía
destacada. La carga emotiva escapa del sentimentalismo balbuceante, por
medio de la desmitificación y la ironía (hasta la crueldad), en visibles gestos
ajenos a la autocompasión. Hay, por supuesto, rasgos epigramáticos —propios
de la formación del autor— que se presentan en este naufragio colectivo, no
exento de instancias líricas". Ernesto Cardenal en su Antología de la Poesía
Nicaragüense, nos dice que Valle Castillo es "uno de los principales darianos
de Nicaragua, siendo en esto último el más importante discípulo y continuador
de Ernesto Mejía Sánchez". A su vez, el Maestro Fidel Coloma González,
enjuició la obra poética de Valle Castillo afirmando de ella que es una: "Poesía
experimental, que ensaya, dentro de un verso libre que busca formas fijas o se
dispone geométricamente, y que usa por sistema la pirueta, la alusión
humorística, la cita textual disfrazada o el pastiche. Poesía moderna, en suma,
que en sus heterogéneos momentos, intenta reducir a un tono complejo de
desolación y rebeldía, la heterogeneidad alienante del mundo burgués."
(Tünnermann Bernheim 2002)
El poema específico que (con/pro) vacan estas palabras pertenece al poemario El libro
de los músicos y de los otros (1984-1998). Este corresponde, en su mayoría, a
diversos encuentros del poeta o de su poesía con otras artes y otros artistas. Se
mantuvo inédito hasta ser incluido en Con sus pasos cantados (1998), colección que
compendia treinta años de la obra del poeta, desde 1968 hasta 1998, y que no puede
separarse de la coyuntura finisecular que lo rodea (Solís 2000). Este poemario
sintetiza la actitud del poeta ante la vida, pues así anda él, con sus pasos cantados por
la poesía que escribe:
[...] es casi el cierre de su viaje, y síntesis de su jornada, el retorno por una parte
a la ciudad natal, a sus personajes, a sus valores locales, a su atmósfera, y por
otra una indagación de la memoria y aprovechamiento de las transfiguraciones
de ésta. De nuevo la estimación de las raíces, de nuevo la admiración y la
voluntad del oficio poético mediante la contemplación de los otros que de una
u otra forma han moldeado nuestros sentidos, la reflexión sobre las vidas y los
hechos de un lugar que se insinúa metáfora del mundo, el cultivo de la ternura
y del humor y de la mirada amorosa por el barro que nos hace, ya músicos, ya
poetas, ya locos. Pero sobre todo, admiración y gozo por la vida. (Tellez, 1999)2
Algunos, como el profesor Fidel Coloma, perciben atisbos surrealistas en esta poesía,
no sin cierta razón, como veremos más adelante. Pero en este poemario destaca —
según la crítica—la emotividad, el verso multiforme e irregular, un tono coloquial y
evocativo y, particularmente en El libro de los músicos y de los otros, se observa el
afán de poetizar la prosa (Aguirre 1999).
La pintora o la ruta. Por su parte, la conocida pintora Frida Khalo (objeto del poeml
de Valle-Castillo), nació en México en 1907, aunque ella decía que lo había hecho en
1910, para coincidir con la RevoluciÓn Mexicana, momento crucial en la vida
política de dicho país, y que representa hasta la fecha la lucha campesina por justiia
y tierra (Kettenmann 1999: 7). Esto solamente nos da una leve idea de la fuerza de
Frida y de su compromiso social, marca indeleble en su obra. La pintura de Kahlo se
caracteriza por ser una de las más crudas y sangrientas
2/ Esta cita proviene de un texto que correspondió a la presentación que se hizo del poemario
Con sus pasos cantados, en la Casa de Cultura "Alejandro Vega Matus", Masaya, el 16 de
abril de 1999.
Que ha producido nuestro continente, aunque sin perder un toque de ternura, lo cual
la hace muy conmovedora, y donde se reconocen elementos primigenios de lo
latinoamericano: Sus pinceladas se hunden en sangre y fuerza vital, en lágrimas y
semen, en pus y leche, nervios pintados y deshilachados, venas que alimentan,
órganos heridos de los que surgen prolíficas raíces, cabello que era follaje, higos o
peras sangrando corno corazones vueltos al revés, pistilos fálicos, heridas abiertas
corno frutas y papayas ofrecidas como órganos sexuales, cuerpos enormes vaciados
donde los espíritus hacen guardia. Figuras compuestas basadas en la cosmogonía
indígena, donde lo humano, lo vegetal y lo animal existen en permanente
composición y descomposición, llenos de vida y muerte, a la vez. (Fabienne 2002:
200)3 Ahora bien. Frida es recordada no solo por su labor pictórica, sino que además
fue considerada, particularmente en los años 80, un símbolo del feminismo, gracias
a que los chicanos decidieron en aquel momento reivindicar su imagen en Estados
Unidos. De la mayoría de aspectos de la vida de esta pintora sabemos
fundamentalmente por su propia producción, ya que la enferma Kahlo convirtió a sus
lienzos en testigos de sus distintas vivencias: "pintura tras pintura, Kahlo dibujó las
cartas de un tarot en el que ella descifra el cumplimiento de su destino- (Fabienne
2002: 200)4. En este sentido, se podría
3/ La cita original dice en inglés: "Her paintbrushes soaked in blood and life form, in tears
and semen, in pus and milk, painted frayed nerves, nourishing veins, wounded organs out of
which carne prolific roots, hair that was foliage, prickly pears bleeding like tom-out hearts,
phallic pistils, open cuts like fruits and papayas offered like sexual organs, huge bodies
hollowed out where human, vegetable and animal exist in a permanent composition and
decomposition, full of life and death at the same time". Es mi traducción. 4/ La cita original
dice en inglés: "In picture after picture, Kahlo drew the cards of a tarot pack in which she
deciphered the fulfilment of her destiny". Es mi traducción.
Calificar a sus cuadros incluso de "registros" —si se me permite abusar del término—
pues, como se verá, la pintura, al igual que la literatura, no deja nunca de ser ficción.
Sin embargo, fuera de esta necesaria aclaración, no puede dejarse de advertir que
tanto el accidente que la dejó debilitada y prácticamente lisiada, como sus abortos,
sus amoríos, su relación tortuosa con Diego, su sexualidad ambigua, etcétera
(Kettenmann 1999), todo de una u otra manera, está contado y coloreado en sus
pinturas.
De esta manera, es posible hablar de Frida como personaje de sí misma, pero también
como icono de América Latina, pues su reconocimiento llegó al punto de que un
cuadro suyo fue la primera obra latinoamericana colgada en el Louvre. Pero, tal vez,
la causa de que sea tan representativa es que, sin importar dónde o con quién
estuviera, Frida llevaba su identidad a flor de piel, con su indumentaria y sus peinados
tan mexicanos y, en sus cuadros, hacía no solo homenaje sino constante alarde de la
herencia prehispánica y de su nacionalidad, sin ocultar un claro antiimperialismo y
su filiación comunista. De igual modo, no se puede pensar en Frida sin traer a
colación a su colega y esposo Diego Rivera, con quien compartió un amor
tormentoso, del que se conoce bastante gracias al diario y obra de la artista, a las
películas, a las fotografías, y demás documentos. Asimismo, entre sus amistades mg
reconocidas se cuentan la cantante Chavela Vargas, los artistas André Breton, Marcel
Duchamp y los demás surrealistas, así como el político León Trosky, entre otros
(Kettenmann, 1999), quienes no escatimaron en palabras, y siempre han tenido algo
que decir sobre la mexicana. De esta manera, muchos de los escritores y artistas más
importantes del siglo XX se han pronunciado en algún momento sobre Frida o su
obra. Por ejemplo, Diego Rivera, su esposo, se manifestaba, ya desde el inicio de su
relación en los siguientes términos:
Por otro lado, el padre del surrealismo y autor del Manifiesto surrealista, André
Breton, quien se hospedara en casa de Frida, indica en El surrealismo y la pintura
(1945) que:
5/ Entre otros poetas que han dedicado algunas de sus producciones a Frida Kahlo y su obra
se pueden mencionar Carlos Pellicer, André Breton, Mercedes Durand y Eliecer Cárdenas
Espinoza.
Si yo pinto a mi perro
exactamente como es,
naturalmente tendré dos
perros, pero no una obra
de arte.
J. W Goethe.
Es decir, aún cuando la obra de Frida parece imitar su vida —sobre todo si se toma
en cuenta que la mayoría de sus pinturas son autorretratos— en realidad lo que hace
es reinventarla. En esa medida, como ya señalé anteriormente, ella es su propio
personaje, y esto es lo llamativo, y donde enfocaré el análisis, pues la imitación por
sí sola no tiene valor artístico (desde la perspectiva epistemológica aquí tratada).. En
el mismo nivel, debe considerarse la relación que iré estableciendo entre el poema
sobre Frida y los cuadros de Frida, pues no existe un traslado completo de la pintura
a la poesía, lo cual en principio sería una traducción, sino más bien una lectura; el
poema es una interpretación más y, por ello, presento aquí una interpretación en
segundo término, si se quiere una lectura de una lectura (lo que se puede repetir y, a
los ojos de Borges, volverse monstruoso). Al respecto, Kibédi Varga apunta que:
Caminata con pasos de Valle-Castillo sobre las huellas de Frida. Entonces, antes
que nada, en términos descriptivos y estilísticos, debo apuntar que el poema es "[a]eto
de ilusionismo, inventario y/o guía para recorrer el mundo de Frida Khalo",
perteneciente al poemario Con sus pasos cantados, consta de
Cabe indicar que hasta la estrofa 8, el tiempo verbal predominante a lo largo del
poema es el presente. Luego, en la estrofa 9, aparece el pretérito perfecto, para
continuar en las dos últimas estrofas con el presente. Este se debe a que nos
encontramos ante una descripción de diferentes elementos (circunstancias o
momentos) que juntos conforman un todo, pero que están siendo enumerados y
listados, lo cual remite al inventario mencionado en el título. Como cada sección del
poema es distinta y posee una estructura particular, deben describirse y analizarse por
separado. Así las cosas, el primer fragmento reza:
7/ Por verso libre debe entenderse, según lo define Octavio Paz, como una unidad rítmica, y
cita a D. H. Lawrence, para indicar que la unidad del verso libre, la da la imagen, esto es frase
llena de sentido, y no la medida externa (Paz, 1998: 92 - 93, 124). 8/ La metonimia se
conceptualiza, de acuerdo con lo planteado por Helena Beristáin, como una: "sustitución de
un término por otro cuya referencia habitual con el primero se funda en una causa
existencial." (2000: 327-330).
En otro orden de ideas, desde el inicio del poema asistimos a la intertextualidad, y así
se entreve también la posible comparación, pues hay varios elementos tomados de la
iconografía de Frida Kahlo: el mono, y es que ella tenía varios de mascotas en su casa
y los pintaba constantemente, así corno su cabeza convertida en copa de árbol, tal
como se ve en el cuadro "Autorretrato con mono", de 1938. El sentido del mono, en
todo caso, no se limita a la presencia de las mascotas en la vida de Frida, sino que:
En la mitología mexicana, es el patrón de la danza, pero también un
símbolo de lascivia. La artista ha representado al animal de tal
forma, que se convierte en el único ser realmente vivo, cariñoso y
animado, que, protector, enlaza con su brazo a la pintora.
(Kettenman 1999: 45)
La imagen del verso anterior terminaba con "la copa del árbol" convertida en la
cabeza de Frida, y ahora directamente nos habla de las "largas trenzas" de la cabeza
de Frida Kahlo, lo cual es una sinécdoque. Pero, además las trenzas que están
"flotando en el aire entretejidas", remiten inmediatamente a las ramas del árbol,
siendo que el árbol se convirtió en la "cabeza de Frida". Allí tenemos más bien una
metáfora mediante la semejanza de forma. Hasta ahí el mecanismo metonímico
funciona encadenando diferentes significantes. Pero, la segunda parte de este verso
se vuelve desconcertante, pues rompe con la consecutividad que llevaba e introduce
una negación: las trenzas "no son culebras en celo". Podría comprenderse la relación
con las "culebras", si se continúa con la lógica de relación que se había establecido
entre la "cabeza de Frida" y "la copa del árbol". Esto en tanto dos formas o cuerpos
entrelazados en el aire, desde una copa de un árbol, serían posiblemente "culebras"
apareándose, lo que habría constituido una analogía", que por demás nos habría
colocado en el ámbito de lo sexual. Pero el verso niega la analogía, generando así
más bien una contradicción.
Es necesario, una vez más, traer a colación la pintura de Frida. El cuadro llamado
"Autorretrato con trenza" de 1941, en efecto hace pensar, como lo dice el poema a
continuación, más en el sistema circulatorio que en el pelo. Vale recordar que la
trenza era un peinado típico de la mujer de Oaxaca de donde era la pintora y Frida,
orgullosa de su identidad, la utilizaba a menudo. Esto guarda relación con la
descripción que se hace en el poema de las "trenzas", pues tienen "cintas de un color
rosa mexicano". Pero, yendo más allá de la vida de la pintora y del referente "real"
—el cual, como aclaré antes, no corresponde ni con la imagen ni con el poema—, la
trenza constituye un motivo cerrado y negativo, como indican Chevalier y
Gheerbrant, en tanto es lo opuesto a la espiral y representa el eterno retorno (1999:
1016).
9/ Introduzco el concepto de analogía —el cual corresponde, dentro de la lógica, a una relación
de semejanza de significado entre dos términos (Beristáin, 2000: 259)—, porque, aunque el
verso está en términos negativos, utiliza también el verbo copulativo 'ser', el cual sirve para
establecer relaciones de identidad o igualdad y, en ese sentido, para plantear analogías .
Esta unidad termina por hacer una especie de recapitulación con respecto al sistema
circulatorio que acaba de definir y de describir. El sistema circulatorio es una
"arrancada raigambre", imagen de gran fuerza y dolor. Esto se logra en el poema
gracias al uso del punto y seguido colocado después de la enumeración. El uso de
este punto y seguido sirve para que el texto siguiente —en casos como este— englobe
un aspecto del antecedente. De nuevo, por medio de la metonimia, al hablar del
sistema circulatorio de Frida, el poema da cuenta de la vida interior de la pintora y de
su estado insignificante y doloroso. En el siguiente fragmento se dice:
Hay así en esta unidad de sentido una gran presencia del elemento identitario, pero
relacionado con la violencia, la sangre y el sacrificio, como si Frida quisiera
compartir con los demás sacrificados su terrible destino. De forma semejante, esta
identidad se haya en directa concordancia con el problema de la maternidad, que fue
central y determinante en la vida de la pintora, así como en su producción. Para esta
sección, vienen a colación varios cuadros. Primero, y por una cuestión de similitud
de la situación presentada es "Unos cuantos piquetitos" (1939), donde se manifiesta
la escena terrible que salió en el periódico del asesinato de una esposa por su esposo.
Hay así un subtexto de género, donde se denuncia el abuso del hombre sobre la mujer.
Luego, si recordamos la triste historia de Frida, podemos señalar que hay una
referencia, a los tres abortos que la pintora sufrió en su vida —por cuanto la herida
es en el vientre—, y sobre los que pintó varios cuadros, entre los que destaca Henry
Ford Hospital o La cama volando (1932). Al observar el cuadro, ella está herida en
el vientre, tirada sobre la sábana llena de sangre y de este salen varios cordones
umbilicales o venas, de los cuales están sujetos, a modo de exvotos (que de nuevo
hace referencia a la cuestión de la identidad cultural), una maqueta de torso herido,
el feto como figura principal, un caracol, una pelvis, una flor muerta o marchita y un
aparato, elementos todos relacionados de una u otra manera con el aborto o la
maternidad truncada. El caracol, decía la propia Frida, simbolizaba la lentitud del
proceso abortivo. Según González Torres, tenía asociaciones lunares, por lo cual se
relacionaría con la feminidad y la fertilidad (1995: 34). La simbología del feto es más
que obvia, al igual que la pelvis; la máquina va en el mismo sentido pues recuerda
máquinas de hospital de la época y la flor marchita; aparentemente se la había
regalado Diego Rivera en el hospital, pero además es otro símbolo de fertilidad.
Ruge el león Trosky, busca entre las piernas la vulva, quiere mamar,
comer, probar la pulpa de la fruta original, pero no hay muslos sólo
columnas de un templo abandonado en el altiplano. (Valle-Castillo,
1998: 241)
En cuanto al cuadro que podemos poner a dialogar con esta sección del poema es "La
columna rota" de 1944, en donde el cuerpo de Frida aparece perforado por un montón
de clavos, y una herida en el medio del cuerpo deja ver su columna de metal. También
cabe establecer el vínculo con "Mi nacimiento" (1932); aquí se hace referencia a su
natividad, pero además a la muerte de la madre, por lo cual la mujer recién parida
aparece tapada, y además a los abortos de la propia Frida, por eso el bebé está muerto.
Después, el poema/camino sigue delineándose con la siguiente estrofa:
Canta el maniquí decapitado, su corsé está amamantando a André
Breton niño, que al despertar ya es adulto con la leche de una granada
de mano o de una candela de dinamita en los labios.
A la escena en donde se encontraban el mono en la rama del árbol que era la cabeza
de Frida, cuyas trenzas eran su sistema circulatorio, y el murciélago que es el bigote
de Stalin alimentándose de Frida, y el cuchillo de obsidiana que le hiere el vientre a
Frida y expone su entraña, y el león Trosky que busca las piernas de Frida, pero
encuentra columnas de templo, y donde se describe a Frida como una virgen de vestir,
y donde también están objetos que la hieren, y las heridas que la paren, se agrega un
maniquí decapitado, que por semejanza formal se refiere al corsé ortopédico que
Frida tenía que usar. La clara reminiscencia en la pintura de Frida es el cuadro "Corsé
o La columna rota", pintado alrededor de 1944, mencionado inmediatamente en el
otro verso.
bisturí,
pinzas,
puñal sacrifica
Esta unidad de sentido tiene relación con varios cuadros, pero vamos por partes. El
renacuajo, en tanto se encuentra en líquido amniótico, se debe analogizar con los
abortos de la pintora, por un lado, pero también, las ranas y renacuajos se
relacionaban, en los aztecas, con la temporada de lluvias y con el dios Tláloc
(González, 1995: 147). Se encuentra, de este modo. una vez más un elemento de
herencia prehispánica, constante en la producción de Kahlo, y que se ve reforzado
por los siguientes elementos enumerados y convocados por el propio renacuajo. La
rana o sapo va en el mismo sentido, pero adquiere más importancia ahora, pues es de
jade, piedra sagrada para los aztecas. Huitchilopoxtli de ónix negro es una de las
divinidades creadoras aztecas, guía del pueblo mexica a la tierra prometida y llamado
colibrí del sur, dios de la guerra, cuya oscuridad se refuerza, en este caso, por el ónix
(González, 1995: 86). Así el renacuajo, que en tanto cría puede representar la
esperanza. invoca a estas divinidades con gran determinación, corno lo indican los
guiones largos utilizados al principio de cada verso.
Después aparece la paleta donde, en lugar de colores, hay coágulos en relación con
los demás elementos en la paleta: el pincel pelón, el bisturí, las pinzas, el puñal
sacrificial, el quirófano o el teocalli. Todos ellos ponen en conjunción el arte, el dolor,
la enfermedad, y la muerte, y se insiste en los elementos prehispánicos.
Cabe mencionar que Diego Rivera era llamado por quienes lo conocían "sapo" y Frida
"la paloma", de modo que este sapo de jade, sin duda, debe relacionarse con Diego.
En este caso, los cuadros que evoca el poema son por una parte, "Lo que el agua me
dio" (1938), por encontrarse en la bañera, aunque los elementos mencionados no
corresponden a lo que aparece en la pintura. Por otra parte, podemos ver en el cuadro
titulado -E1 abrazo de amor de El universo, la tierra (México), Yo, Diego y el señor
Xolotl" (1949), el sentimiento maternal que tenía Frida por Diego y la manera en que
lo vislumbraba como su hijo, hecho que entra en directa correlación con el renacuajo
del poema. El último fragmento de este poema se construye con los siguientes versos:
Yo me quedo con tu silla de ruedas en silla de ruedas y croa Diego, croa toda la noche del
universo a los pies amputados de Frida Kahlo. (Valle-Castillo, 1998: 242)
Como es posible advertir, el hablante, lírico vuelve a intervenir en esta sección final
del poema, e indica mediante un complemento directo que se queda con la "silla de
ruedas" de Frida, en la medida en que ella es el tú lírico ya así establecido. Luego,
mediante un complemento circunstancial de lugar, manifiesta que está él "en silla de
ruedas". Posteriormente continúa con un imperativo, a través del cual se invita a la
escena a Diego Rivera, el esposo de Frida. Así, el hablante lírico le ordena a Diego,
quien se vuelve un segundo tú lírico: "croa" durante "toda la noche del universo a los
pies amputados de Frida Kahlo". Con esta demanda, el hablante lírico condena a
Diego Rivera a una adoración constante de su-Frida, la cual a modo de víctima
sacrificial ha perdido sus "pies"; y Diego, "croa" en alusión al renacuajo del verso
anterior y al apodo ya mencionado del pintor. Aquí el cuadro al que se remite es
"Autorretrato con el retrato del Dr. Farill" de 1951, en donde ya le habían amputado
sus pies porque se le habían gangrenado, y ella aparece en silla de ruedas con un
corazón de paleta, por lo cual también se relaciona con la estrofa anterior.
El nombre del camino. Después de este largo tránsito siguiendo las huellas de Valle-
Castillo, debo regresar al principio y abordar el asunto del título del poema, para así
poder culminar la lectura intertextual que propongo entre el texto lírico del poeta
nicaragüense y el texto pictórico de Frida Kahlo. El título, al igual que el nombre en
el caso de una persona, sirve de presentación y de identificador, pues como señalan
Marchese y Forradellas en el Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria:
En la comunicación literaria el título pertenece —al menos en los últimos tiempos— de pleno
derecho a la semántica del texto y constituye, por ello mismo, una especie de información
catafórica o condensadora del mensaje íntegro que preanuncia y al cual remite. (Marchese y
Forradellas 1986: 404)
La promesa del título se cumple, como se observa, y al final de la lectura del poema
se obtiene una interpretación de todos los aspectos de la vida de Frida. Se inicia con
la cabeza de Frida, con el mono enroscado y la trenza. Ya en esa primera unidad de
sentido, como se vio, se lleva al lector a las ideas recurrentes en la pintura de Frida,
a su sexualidad explícita y a su identidad mexicana, así como a la constante
exploración de lo inconsciente. Continúa el poema con el sistema circulatorio y el
bigote (tanto el suyo como el de Stalin). Se hace ahora referencia a la vida interior
biológica de la pintora, pero además a su estética grotesca y descarnada, como a su
posición política e ideológica.
Sigue el texto con las imágenes del cuchillo de obsidiana, su vientre y la entraña
expuesta, donde se encuentra una vez más su herencia prehispánica, su identidad en
relación con la maternidad y el sacrificio, como ya se explicó. Consecutivamente,
está la unidad de sentido referida a su sexualidad, también en relación con la política,
debido a la introducción de Trosky, corno el león que busca la vulva y las piernas de
Frida y lo que encuentra son columnas de templo abandonado.
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