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Contratos de seguros en el Perú

Para comenzar a hablar sobre los contratos de seguro es importante diferenciar los dos
tipos que existen. En primer lugar, está el seguro privado, relacionado a empresas privadas, en
los cuales debe haber mutuo acuerdo entre ambas partes para concretarse. Por otro lado, está
el seguro social, el cual es impuesto por el gobierno y es de carácter obligatorio. Además de que
el segundo está exento de del lucro.

Los contratos de seguros se diferencian de los contratos convencionales de compra y


venta (permanentes) en que los primeros sí tienen un tiempo de caducidad; es decir, luego de
pasado el tiempo pactado es necesario hacer una renovación del contrato entre ambas partes,
con el fin de amplia el tiempo de este. El ser humano está expuesto continuamente a sufrir daños
tanto en su salud como a sus bienes materiales. Es por esto, que existen distintos tipos de
seguros: de salud y para bienes inmuebles como pueden ser los vehículos de motor o las
viviendas. Los cuales generan una relación jurídica con el fin mencionado previamente. El
contrato tiene principalmente dos partes fundamentales: la vigencia del contrato de seguro y el
periodo de cobertura. El primero es el tiempo de propio de duración del contrato y el segundo
es el periodo en el que la empresa aseguradora se hace responsable de todos los perjuicios que
sufra el asegurado o sus bienes. Vale decir que en su mayoría estos tiempos no coinciden, siendo
el segundo menor.

Es difícil saber en qué momento entra en vigor un contrato de seguro, por ejemplo, se
mencionará al seguro SOAT, el cual es de uso obligatorio para todos los carros, este,
actualmente, se puede adquirir vía telefónica o vía web, además del método tradicional en una
agencia de tu aseguradora. Sin embargo, para este caso surge la duda sobre qué momento entra
en vigor, si una vez realizada la llamada o cuando te entregan algún documento en físico. Se
sabe que la mayoría de las empresas suelen enviar un documento con una firma ya impresa, sin
necesidad de que ambas partes firmen el documento. Sin embargo, toman el contrato como
dado y empiezan con sus responsabilidades, de parte del asegurar: pagar su póliza y de parte
del asegurador: poner en vigor el seguro.

Para la creación de un contrato de seguro, el asegurador tiene información asimétrica,


no sabe con certeza el comportamiento del usuario, sino que debe de confiar en la “buena fe”
del mismo.

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