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LA VIOLENCIA EFECTO EN LA POBREZA

Que grato seria levantarse en las mañanas, prepararse para las labores diarias y desayunar
mientras disfrutamos con una deliciosa arepa al mejor estilo caicedonita y escuchar (o ver si el
TV nos deja concentrar en la comida) las buenas noticias del día: se ganaron una competencia,
se logró la meta, hubo puntos buenos, y no faltarían las malas: aprobaron el “fast track”
(mermelada otra vez…!!!), perdió el Cali o subio el América; en fin una de tantas que mejoran o
dan para pensar en mejorar el quehacer del día a día. Pero la verdad es todo lo contrario.

Se percibe la tristeza de escuchar no las muertes o casos graves de calamidad doméstica o


natural (gracias al efecto invernadero), esas son las noticias más suavecitas, se escucha y ve (en
su rojo intenso al mejor estilo del diario El Espacio) las muertes, secuestros y violaciones de
menores que todos, todos, todos lo benditos días se ven por Caracol, RCN, etc ( y más con el
reciente caso de Yuliana :( ) (El Espectador, 2016). Aunque curiosamente parecieran las mismas
en cada “noticiero” no lo son, difieren la zona, tal vez la hora, pero son diferentes colombianos
que le figura ser la portada de una historia de sacude al país desde mediados del siglo pasado y
que se repite cada vez con mayor indiferencia y tristeza; y eso que no se está contando con la
cortina de humo que desde el inicio del proceso de paz se ha dado a todos las acciones de
lastimosamente la guerrilla ha dado contra la población civil.

Curiosamente se ven en aquellas imágenes transmitidas escenas en un ambiente de


pobreza o abandono: como barrios perifericos, zonas alejadas o personas de escasos recursos, no
como las únicas, sino como las que en mayor proporción siente el efecto de la violencia. Es decir
se ve de la mano que donde hay violencia la pobreza está presente.

No hay que ser tajante en determinar que la violencia es la que engendra la pobreza o que
por el contrario es la pobreza la que alimenta la generación de la violencia, sino que por el
contrario estos dos escenarios se mezclan entre si, se retroalimen e intensifican en mayor o
menor grado apoyado por factores adicionales que incluso pueden llegar a generar las dos sin
que estos se viesen relacionados en una secuencia de causa y efecto.
Pues como negar, por ejemplo, en un primer escenario donde exista carencia de recursos
para satisfacer las necesidades básicas: alimento y vivienda, que ni de una u otra forma se logre
satisfacer incluso con ayuda externa: sector privado o publico, que las personas se ven obligadas
a rebuscarse la forma de llevar la migaja de pan a la boca del dia a día no solo para cada uno sino
para su familia: sus hijos. Si las posibilidades obtener fondos para alimentarse o conseguir un
techo son nulas (bien sea por falta de empleo, condiciones de exógenas, mendigar, etc) que otras
alternativas a recurrir a la fuerza para obtener algo del sustento diario bien sea con acciones
como el robo, atraco o aceptar trabajos que recurren a quitarle al otro de forma violenta para su
manutención o . Aquí la pobreza en sus extremo encuentra en la violencia una forma de intentar
salir de la misma.

En el otro escenario, por ejemplo, vemos grupos o personas cómodamente instaladas o


posicionadas en alguna actividad que les mantiene más que bien una forma de vida, incluso hasta
lujosa y hasta en la misma carcel (Ochoa, 2016) , que con el ánimo de mantener o expandir sus
dominios fuerzan a otros a salir de un territorio o ser despojados de sus bienes, que sin considerar
si son pocos o no los convierte una población sin recursos o posibilidad de trabajar en ellos a
desplazarse y convertirse en población sin nada: ni techo ni posibilidades de alimento. Es decir,
la violencia generada por ánimos particulares crea pobreza donde no la hay.

Y si la cadena se retroalimenta el último escenario bien se regresa al primero y crea una


cadena difícil de romper.

Ya se ha estudiado que la violencia en Colombia está fundamentada en la enorme


desigualdad (Asignatura Cátedra de Paz, Universidad del Valle – Sede Caicedonia, 2016), la
concentración de riqueza es inhumada, desafortunadamente fuimos malditos con una tierra muy
rica, con muchos recursos agrícolas y minerales, pero el 60% de la población es pobre y el 40%
está por debajo de la línea de miseria. De este ambiente nació la guerrilla izquierdista (violencia),
quienes al principio tenían ideales y luchaban por la represión del estado y terratenientes, pero
luego surgió el problema de la droga y esto la financia a un nivel que incrementa el nivel de
pobreza a los sectores que se niegan a ser parte del “negocio” o que caen en el consumo.
El problema es muy grande para reducirlo a una página o dos. La pobreza va en la
dirección de la violencia y esta alimenta la primera, una pareja que no solo aplica en Colombia,
una pareja que no se separa pero que vive siempre en pelea, y tenga seguridad que pese al
acuerdo de paz aprobado o por aprobar (eso si pisando la decisión previa del pueblo en el
plebiscito) está se mantendrá o incluso ampliará.
Referencias

Casa Editorial El Tiempo. El Libro de los Valores. (2002). Colombia: Casa Editorial el Tiempo,
143p.

El Espectador. (2016, 13 de diciembre). “Investigarán a Francisco Uribe Noguera por el caso de


Yuliana Samboní”. Recuperado de http://www.elespectador.com/noticias/judicial/
investigaran-francisco-uribe-noguera-el-caso-de-yuliana-articulo-670292

Ochoa, Paola. (2016, 12 de diciembre). “Parrandas en la Picota”. Recuperado de


http://blogs.elespectador.com/actualidad/detras-de-interbolsa/parrandas-la-picota

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