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CELEBRACIÓN DEL LEVANTAMIENTO

DEL NIÑO DIOS EN FAMILIA


(Se comienza rezando el primer misterio gozoso del santo rosario. Al terminar continua con
la siguiente lectura)

Del libro del profeta Isaías 60, 1-6

(Se hace una pequeña meditación sobre la Palabra y luego se prosigue con lo siguiente)

Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra, en esta noche te queremos dar gracias
por el gran amor que nos mostraste al enviar a tu Hijo al mundo. Gracias por nuestra
familia y por nuestro hogar.

(En este momento se rocía a los presentes con agua bendita)

Bendícenos en este día en el que terminamos las celebraciones del nacimiento de


tu Hijo. Ayúdanos a siempre llevar la alegría de estas fiestas dentro nuestros
corazones y a nunca permitir que el odio, la amargura y la tristeza se aniden en
nuestras vidas.

Hoy al contemplar por última vez este pequeño “nacimiento” que hemos construido,
queremos pedirte que nunca nos olvidemos que la verdadera riqueza y honor se
encuentran en la humildad y sencillez de un corazón puro.

(En este momento alguien de la familia toma al niño del pesebre y lo levanta a la altura de
la cara. Otra persona enciende y levanta el cirio a la misma altura y se coloca del lado
derecho de la persona que tiene el niño).

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús siempre permanezca en nuestros


corazones para que podamos regalar el amor que Tú nos muestras cada día.
Ayúdanos a reflejar en nuestras actitudes tu abundante misericordia. Que junto con
tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

Vamos, pastores, vamos, vamos a Belén,


a ver en ese niño la gloria del Edén (2)

Sus ojitos preciosos yo me muero por ver,


su carita me encanta, su boquita también;
la madre lo acaricia, el padre mira en él
y, los dos extasiados, contemplan aquel ser.

(En este momento alguien de la familia toma la imagen de la virgen María del pesebre y la
levanta a la altura de la cara y se coloca del lado izquierdo de la persona que tiene el niño)

Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra,
gracias por tu amor y protección. Te pedimos que, así como cuidaste del pequeño
niño Jesús, así también nos tomes a nosotros bajo tu cuidado y nunca permitas que
tropecemos y nos desviemos del camino que lleva a la vida eterna.

Oh, María…

(En este momento alguien de la familia toma la imagen de san José del pesebre y la levanta
a la altura de la cara y se coloca del lado derecho junto a la persona que sostiene el cirio)

Querido San José, gracias por ser el padre adoptivo y protector del Niño Jesús, te
pedimos que veles y cuides de nuestra familia, ruega a Dios por nosotros para que
seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación
para los demás. Amén.

Por tus ruegos, oh san José, mil favores alcanzaré.

Oh, san José glorioso, digno de todo honor,


muéstrate generoso, al cielo llévanos.

(Por último, se entona el canto “levántate, niño, levántate ya, que hay viene María y dormido
estás”, u otro canto parecido. Mientras tanto, se reparten los dulces y se da a besar el niño
por última vez).

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