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ASOCIACION PSICOANALITICA DE BUENOS AIRES

DEPARTAMENTO DE NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

"RUPTURA ADOLESCENTE Y DIFICULTADES DIAGNOSTICAS"

Trabajo de ia Lie. ELIDA E. FERNÁNDEZ

Miércoles 25 de Agosto de 2004 - 13 Horas en APdeBA


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Adolescencia
La adolescencia no es una estructura subjetiva ni una organización
psicopatoiógica (aunque se llegó a hablar de síndrome normal de la
adolescencia) pero es un momento de la constitución subjetiva, determinado
por las pautas e ideales de cada cultura, que merece ser abordado con una
técnica particular.
En la literatura Hermán Hesse en Demián, Salinger en el Cazador Oculto,
Italo Calvino en El Barón Rampante nos dan entre otros una visión de este
“ lugar sin lugar” donde se despliegan los más intensos com bates de
la vida.

"Una mañana al despertar de sueños intranquilos, Gregor Samsa se


encontró en la cama convertido en un monstruoso insecto, Yacía sobre su
duro caparazón y, si levantaba un poco la cabeza, podía ver su abovedada
panza parda, con sus divisiones reforzadas en forma de arco, a cuya altura
la colcha, pronta a deslizarse por completo, apenas si podía sostenerse. Sus
numerosas patas, rídículamente delgadas en comparación con el volumen
de su cuerpo, vibraban Impotentes ante sus ojos’’.
Franz Kafka “La Metamorfosis”

Mas allá de las diferencias que cada momento histórico y cada sociedad
pauta para el ^despertar a dolescente, el comienzo de La Metamorfosis es un
clásico en la descripción desde la ficción de los cambios “monstruosos” con
los que el adolescente se enfrenta.
¿ Podríamos pensar que más allá de las diferencias es posible encontrar
una estm ctym jie-este momento de crisis y pasaje?

El adolescente está emparentado a las situaciones de crisis.


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Crisis deriva del griego “ krisis” desición y de "krino” separar.’ Momento en
que se produce un cambio muy marcado en algo. Mutación considerable en
enfermedades u otros procesos. Juicio sobre cosas examinadas. Momento
decisivo en algún negocio.
El sujeto durante este pasaje o movimiento tiene una “avería” en su
pensamiento, en sus cargas, en las diferencias entre discurso y acción,
objetivo y subjetivo, pequeño otro y gran Otro, entre pasado, presente y
futuro, lo familiar y lo social, etc. También puede producir, inventar, crear.
Según las clases sociales podemos pensar las enormes diferencias entre
“Los Pibes Chorros “ y “La Bergara Bersuit, pero es interesante pensar las
similitudes, que no son lo primero que vemos..
intentemos tomar los tres registros para pensar este momento de pasaje,
separación y cambio:

En lo im aginario el cuerpo es puestg^efí primer lugar, el espejo deja de


estar sostenido por el Otro parental para ser ubicado en los otros y en el otro
social. Irrumpen las anorexias y las bulimias. La moda hace presa del
adolescente, la ropa se uniforma. Los cuerpos se tatúan, se ponen aros, los
pelos se colorean y la depresión ronda.
Lo real puja desde el ritmo de las menstruaciones, el vello cubre el cuerpo
que se lo espera con brillo fálico para el otro. El semejante ocupa un lugar
relevante el amigo o enemigo se hace íntimo o su ausencia rasgo
demoledor. El semen empuja la erección y pone al sujeto varón en un borde
donde el acting y el pasaje al acto lo saca del cuerpo del autoerotismo a
pasear por las autopistas de una genitalidad donde el amor va a
contramano.
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En lo sim b ó lico se validan los títulos adquiridos y la relación con la ley se
sostiene con su transgresión, transgresión que al mismo tiempo que la
cuestiona, la demanda presente.
La caída de los Dioses arrastra los Ideales y por un período ninguna
autoridad parece merecer ocupar el lugar vacío.
La* vacuidad^apela a la u^encia^del^objeto que puede ser tóxico y necesita
cumplir la ilusión de proveerlo todo: droga, comida, baile o sexo, pero todo
de manera compulsiva y sin pensar o dejar al descubierto la ausencia de
representación.
E! fantasma está por construirse si los elementos con los que podría
armarse están a disposición del sujeto. Mientras lo logra Irá en una especie
de montaña rusa buscando los límites de esa subjetividad en la que aún no
se halla” .
El deseo del Otro es aprehendido por el sujeto en las faltas del discurso del
Otro, en lo no-dicho, en los intervalos,
El primer objeto que el niño propone a este deseo parental cuyo objeto es
desconocido es el deseo nacido de su propia pérdida: ¿Puedes perderme?
¿Qué te falta si no estoy?
“El fantasma de su muerte, de su desaparición es el primer objeto que el
sujeto tiene que poner en juego en esta dialéctica, en efecto ío pone - por
mil razones lo sabemos aunque sea por la anorexia mental. También
sabemos que la fantasía de su muerte es comúnmente esgrimida en sus
relaciones de amor con sus padres” (1)
Es en la adolescencia que este fantasma se reactualiza en el proceso de
separación. Proceso que no es sin lágrimas, sin desgarros y a veces con
sangre.
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El adolescente y la ley
Cuando hablamos de ley es necesario discriminar la ley de prohibición del
incesto: ¡nstauradora de la cultura, reguladora del intercambio de las
mujeres y establecedora de parentescos, y la ley jurídica: regula el goce,
castiga, prohíbe y habilita acerca de qué está bien y qué está mal dentro de
la sociedad., Además de dar paso a todas las artimañas y argucias para
burlarla., es decir que es el campo de la transgresión.
El adolescente se confronta con ambas legalidades. Con ambas establece
u r^ J u e rte ^ c ^ ^ ( si está marcado por ellas, de lo contrario
clamará por encontrarlas)
El clásico enfrentamiento padres - hijos pasa entre otras cosas por una
búsqueda de los alcances y límites de ambas legalidades y de los que las
sostienen frente a él.
El desbórdel e la sexualidad busca amarras, el desborde de la
potencialidad condenada muchas veces a una espera sin esperanzas,
vuelve al adolescente contestatario de las instituciones, sus reglas y “la
normalidad” a la que no hasta hace mucho se podría haber sometido.
En su encontronazo con lo establecido el adolescente corre el riesgo de
quedar desalojado y marginal y hacer de esta posición una manera de creer
que goza al otro y a fu tro .
Su lucha contra todo tipo de límite es muchas veces una trampa de la que
no sale indemne.
Expelerse a la marginalidad y/u ofrecerse como objeto al sacrificio son dos
extremos de las variables posibles.
Lo más difícil es la responsabilidad y decisión sobre los propios actos, por
esto ia salida más facilitada es la de ocupar el lugar de objeto en sus
múltiples variantes , potenciada por la cultura del marketing y la
desmemoria.
Objeto de consumo en las adicciones donde es aspirado, fumado , comido
o vomitado con la falsa ilusión que es él quien decide, mientras es presa de
un Ideal desconocido que lo devora y un Superyo obsceno , feroz y voraz.
Objeto de goce de otro que puede vestirse con los ropajes del más
apasionado romance.
En todos estos avatares mantiene las defensas maníacas, negación, triunfo
y desprecio y la locura de creérsela. En este punto la sociedad lo enloquece
y él participa jugándola de loco.
Los padres pueden sentir que ha llegado la hora de reclamarle por la deuda
de su propia existencia. Pero el deudor no tiene fondos para pagar la
deuda ni sabe que esa deuda es impagable. Lo más común es que no la
reconozca: el proverbial "yo no pedí naced’.
El adolescente se encuentra siendo reclamado por lo que le dieron ( cuerpo
y palabra), que tiene y sin embargo no posee, no son de su propiedad .
Con lo único que puede pagar el don es el precio de la castración y la
castración del Otro y por lo tanto caída del sujeto de su lugar de totalizador
o completando al Otro. Ni él ni el Otro.
La primera respuesta frente a esto es la agresividad, la bronca , el odio ,
también la cólera.
Dice Lacan en el Seminario de la Etica(2):
"El perpetuo reproche que nace entonces (serefiere al duelo por el padre
imaginario ) de manera más o menos definitiva y bien formada según los
casos , sigue siendo fundamental en lia estructura del sujeto .Ese padre
imaginario , es él y no el padre real , el fundamento de la imagen
providencial de Dios.Y la función del Superyó , en último término , en su
perspectiva última , es odio a dios , reproche a Dios por haber hecho tan mal
las cosas ",

I
7
Debemos aclarar que en este reproche al Otro no hay sólo un efecto
simbólico y algunas razones que pueden ser pensadas desde la caída del
narcisimo, sino que también puede haber reproche por un daño re a l. ^
El duelo no es sólo por lo que falta sino también por las características de
los progenitores en el período de desamparo de la infancia.
Jorge Palant (3)en su artículo “Jóvenes en análisis” remarca la venganza
v~ ------- SSSSSürnm

hacia los padres como obstáculo terapéutico en estos tratamientos.


"Vengándose Dora se rescata dignamente como sujeto .Paga muy cara esa
dignidad , pero no le queda otra salida.Vengándose la joven homosexual
transforma en satisfacción la herida abierta por el padre.
Desconfianza e ironía en Dora , indice de su transferencia negativa.
Indiferencia disfrazada en la joven homosexual , indice de un esfuerzo que
no ocultaba cierto sarcasmo.”

<(

Adolescentes en análisis
Muchos psicoanalistas se preguntan si se puede analizar al adolescente.
Winnicot piensa que la sociedad debe aceptar las crisis de adolescencia y
debería guardarse de tratar remediarlas. Dice que nuestro papel es afrontar;
lo cual da por sobreentendido que no se trata de soportar pasivamente ni de
reprimir ciegamente.
j O. Mannoníjdice: “Frente a una crisis de la adolescencia tengo la impresión
que no poseemos ningún medio de intervenir en lo que es esencial: las
elecciones en el campo de las identificaciones.
“Por ejemplo no se logrará la curación oponiendo lo simbólico a lo
imaginario... lo imaginario a la verdad.
Pues curiosamente es en lo imaginario donde se encontrará la curación 7
donde uno se liberará por obra del juego. Ahora, para explicar de qué juego
se trata habría que evocar todo el psicoanálisis en su conjunto.
En un análisis de adolescente, el analista no logrará gran cosa si permanece
ceñido a su saber, saber que forma parte del mundo que el adolescente
repudiaP__ ,
Par^R assial el análisis del adolescente sigue en alguna medida el recorrido
inverso al denominado clásico.
No partimos del análisis del fantasma para despejar el lugar del Otro como
vacío sino que trabajamos sobre la cualidad del Otro para que el fantasma
pueda ser el eje de la cura.
Estas consideraciones, no siempre tomadas en cuenta por el furor
interpretativo de muchos o por la pasión prematura a la escanción
indiscriminada; me parecen riquísimas para pensar el abordaje de cualquier
adolescente que ¡psicótico loco o neurótico se ve desbordado por la
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emergencia de lo real.
La presencia real de ios padres o sus equivalentes ( el dinero en las
sesiones revela la dependencia del adolescente con ellos) hace este
encuentro diferente
El analista se verá entre la fascinación de ofrecerse como un padre / madre
mejor ( como lo hizo la Escuela de Palo Alto o el Maternaje) o de quedarse
aliado a la censura y la representación de la Ley. Ambos intentos fracasan.
Atender a un adolescente es soporta^ que se vaya, soportar que vuelva,
mientras traza las marcas de su exogamia.
Este segundo^despertar sexual encontrará al niño munido o no de los
recursos necesarios par; rearmar una nueva vestidura im a g in a ria s ^
cambiar el modo de goce, abandonar los objetos edípicos y pasar a los
exogámicos.
El empuje de lo real muestra en carne viva lo inscripto, lo a d q u irido y in que t
no^sejiajrazadci-en cada promesa de subjetividad.
La adolescencia devela recursos y falencias y esto no sin crisis, crisis que
según lo que el adolescente h a y a ^ jid q u irid o ^ hará
emerger una locura, una psicosis o tanto y tan poco como un adolescente
quilombero que enfrenta al adulto con desconfianza y desprecio.
La caída imaginaria del Otro encarnada en los padres deja o no una
posibilidad de que el adolescente advenga sujeto desejrr^e, asuma una
posición sexuada, haga su propia inclusión en la ley que un principio sólo
desafiará.
Desencadenamientos
Si el significante de la fa lta d o ha operado este será el momento privilegiado
para que el anudamiento precario logrado en la infancia se despliegue en
crisis psicótica: derrumbe de la cadena significante y posición por fuera del
sexo_como objeto arrasado o como Otro omnipotente megalomaníaco. No
hay emblemas de los que apropiarse ni herencia que adquirir salvo la
inventada por medio de la creación delirante.
El imaginario se desanuda de lo real y de lo simbólico, el cuerpo se
desmorona, la palabra pierde referente y se junta locamente por
consonancia o por contigüidad, el padre ( que como dice Nietzche si uno no
lo tiene lo tiene que inventar) no logra más que armarse como un
Frankestein con retazos de autoridad arbitraria y se vuelve persecutorio y/o
vacío, a rellenar con el delirio que no hace sino reproducir el fracaso en
llegar a ser un padre muerto. La ley no se desprende de un ejercicio de
legalidad previsible sino que se vuelve arbitrariedad inadivinable y
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arrasamiento j e goce^ sin corte, corte que^seJntaiTta marcar e n jo real del


cuerpo y j s j j t H a c i ó n j ^ que contornee el adentro
y el afuera siempre pronto a disolverse, carente de fronteras precisas.
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En las locuras podemos situar la complejidad de la constitución subjetiva y
su operatoria, ya que aunque el Nombre del Padre operó, h a y ^ a ig i^ g y e no
se jTan^cumplido a^posteriori y la trama se desgarra mostrando otros
agujeros que generalmente aparecen con relación al deseo del Otro para el
cual no parece haberse encontrado un significante posible ni un objeto y su
no-inscripción joarece impedir la constitución fantasmática y en su lugar el
adolescente delira.
Las locuras pueden responder a una estructuración que llevaría a una
histeria, a una neurosis obsesiva o a una fobía.
En lugar de establecerse una neurosis estalla, una locura que teje con delirio
n ( símil psicosis ) aquella pregunta que no llega a formularse . La neurosis se
— — --------------- ------------------ ■— — - — ___________ — ----------------— — ---------------------— ----------------—

,n detiene ( Freud ) y emerge el significante abolido en lo simbólico desde lo


O* 1 v

oAÍiy-7' real, irrumpiendo con todo el despliegue de lo delirante.


Recortes clínicos
En mi clínica he acompañado o, como diría Winnicott, “afrontado” varios
adolescentes en plena locura. Esta locura aparecía como intento de situar,
desde el delirio y las alucinaciones auditivas y/o visuales, una posición
sexuada que respondiera a por qué se puede ser deseado.
Estaba conservada la sintaxis, la metáfora y la metonimia, por lo tanto la
asociación libre, la lógica utilizada es comunicable, sí aparecíajjji_a.guj©-FO--
donde se vaciaba la creación del delirio.

Jazmín se enfrentaba a un padre que había dejado los hábitos para casarse
con la mujer que deseaba y repetía luego que esperaba quedarse viudo
para el convento. No podía señalar ningún objeto de deseo, sino esta
vacilación entres dos lugares en los que nunca se mostraba instalado.
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Jazmín delira con El Salvador que le habla para decirle que tiene una
misión para ella que pronto le comunicará1.

Susana al llegar a la consulta luego de haber sido dejada por su novio sin
explicaciones piensa que la miran por la calle porque tiene “cara de rata” .
Esto la lleva a mirarse compulsivamente al espejo, su vida se detiene en
esta búsqueda de encontrar una imagen que le de la clave de qué ven en
ella, qué mira el otro cuando la mira.

Daniel vive pendiente de los eclipses, lee sobre eclipses, estudia los
eclipses y sostiene primero que un eclipse lo dejará ciego y luego que lo
hará invisible a ios otros, desaparecerá, se diluirá. Sueña ( ¿? ) que un tigre
salta por la ventana y lo devora. Por momentos el tigre avanza en su vigilia.
Termina metido en la cama a oscuras dispuesto a que el exterior lo eclipse o
lo devore.
Asocia tigre con el ideal masculino “ser un tigre con las mujeres” o con la
publicidad “ponga un tigre en su tanque” . ¿Las mujeres lo esperan un tigre?
Pero él nunca se imagina pudiendo. La madre se desdibuja ausente o
desinteresada, ajena, el padre hace alarde de una potencia y virilidad que la
indiferencia materna desmiente. El padre cae como, “un payaso” y la madre
abre un vacío acerca de su deseo, él opta por “aparecer” en esta
alucinación que al mismo tiempo lo devora.

Paula hace primero una huida a la adultez, se embaraza precozmente y


continúa su embarazo sin comunicarlo a nadie hasta que su vientre alcanza
la prominencia ,que advierte a los padres que algo ocurre. El novio, otro
adolescente, se borra de la escena. Ella cae en una duda obsesiva acerca

1Caso publicado en Diagnosticar las Psicosis.


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de si io que hace crecer su vientre es un monstruo producto de un


contacto satánico o el haberse acostado con su novio, ya que sostiene que
los malos pensamientos pueden ser castigados con un producto que la
denuncie a los ojos de todos como habiendo mantenido comercio camal con
el diablo.
Sus padres son evangelistas y sostienen con tenacidad la existencia del
diablo.
Las preguntas se abren en cada extremo del péndulo de su pensamiento y
ponen sobre el tapete sus teorías acerca de la sexualidad y el acto sexual
que la genitaliza o la desgenitaliza según la posición en la que se estanca.
Mientras tanto se detiene toda afirmación de su maternidad próxima.
Cuando puede admitir que ese hijo que viene es producto de su encuentro
sexual con el novio puede llamarlo, buscado, pedirle que no la deje sola.
Llora una semana seguida, no puede parar, me pide que no haga nada para
que deje de llorar, “tiene” que hacerlo, Dice que cuando termine de llorar va
a ser distinta. En las sesiones sólo quiere que yo esté ahí mientras llora. El
bebé nace y vive sólo dos días. Paula vuelve a llorar pero esta vez dice
saber qué llora: los monstruos que la acompañaron toda su infancia, la
asustaban en la cama a la noche, o desde la pantalla del televisor, o desde
el cine donde no se perdía ninguna “de terror”. También, dice, eran
queribles.
Paula dibuja monstruos, compra muñecos monstruosos y los colecciona.
Van adquiriendo algo simpático o tierno. Decide ponerles nombres,
bautizarlos.

. A casi todos estos pacientes los vi muchos años después en entrevistas o


supe de ellos porque me escribieron o me llamaron por teléfono. La locura
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quedó sepultada por la represión o añorada como ese momento en el que
ejercían la libertad de enfrentarse a los mandatos de los adultos.
A veces la pregunta es más decidida y deviene en un pedido que les relate o
les lea mis notas de esos momentos. Cuando lo hago, generalmente me
escuchan, ya jóvenes, sin reconocerse y hacen chistes sobre ellos mismos.
El drama se transmutó en síntoma, ironía y un lejano recuerdo.
EÍ"3est¡no~de""lalnetámorfosis de la pubertad puede ser trágico, dramático o
cómico según la posición subjetiva que logra advenir de estejqasajejsiempre
doloroso y que también abre la posjbilidad a las creaciones innovadoras.
La salida de la adolescencia está dada por el margen de creación que se
abre donde la ley calla, donde el Otro no tiene respuesta, allí donde no hay
nada legislado , donde e sta lo ln cre a d o . Tomar la palabra allí donde la ley
calla es el privilegio que queda a los jóvenes, los que arriesgan.(4)

Bibliografía
Lacan.J. Seminario 11-Cap 16 (1)
Seminario “La ética del Psicoanálisis”(2)
Paiant, J. “Jóvenes en análisi” Conjetural 30(3)
Didier —W e il, A. ¿ Hacia una clínica de la metáfora paterna?”(4)
Hesse, H. “Demián” - Alianza Edit.
Salinger J.D ./’el Cazador Oculto “
Calvino , I. “el Barón Rampante “ Siruela bolsillo e
Kafka F. La Metamorfosis. Edic. Colihue.
Freud S. La Metamorfosis de la Pubertad en tres Ensayos. Vol. 7. Amorrortu.
Mannoni O. La Crisis de la Adolescencia. Gedisa editorial.

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