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Análisis

Virtudes

Luis Narvarte
Presidente del Instituto E. Mounier.*

¿Qué es virtud? hasta la libertad, el riesgo y el amor. El peligro es


el mal idealismo: que la voluntad quede aferrada
El bien exige. Apremia al espíritu y a la concien- al bien en sí y no se implique con la realidad em-
cia. Esta exigencia se siente siempre, pero se ha- pírica. Que trabaje sólo con lo absoluto y per-
ce más consciente según lo vigilante que sea la fecto, que se haga impaciente y no quiera saber
actitud ética del individuo. Surge así una rela- nada de moderación o prudencia. Que devenga
ción que podría ser como sigue: el bien dice al rigorista y pierda la misericordia y el humor.
corazón del hombre «quiéreme, hazme presente Toda ética que considere punto central la au-
en el mundo». El hombre responde: «sí, quiero; torrealización autónoma es falsa y estéril. En la
pero, ¿cómo voy a hacerte presente? ¡No puedo medida en que el hombre se centra en sí mismo,
captarte!». De ahí no surge ninguna respuesta pierde de vista su verdadero ser. La ley funda-
inmediata. Pero entonces llega alguien que quie- mental de la auténtica autorrealización dice que
re ayuda y el bien dice: «¡Yo consisto en que ayu- el hombre se encuentra a sí mismo en la medida
des a éste! Esto es la virtud,1 traducir en una ac- en que sale de sus propios límites y se entrega a
ción en una situación concreta el deber sentido su tarea, de forma que se realiza en la medida en
hacia el bien. La situación concreta implica una que, olvidándose de sí mismo, cumple la exigen-
exigencia: espera algo de aquél a quien envuelve. cia que en cada momento se plantea. Progresar
El bien, en sí infinito en su contenido y simple en la realización del valor significa dar pasos en
en su forma, se realiza a través de la situación en la superación de los deseos de tener, utilizar y
lo particular. Hay que notar que la elección de dominar. Lo que llamamos «desprendimiento de
un ambiente excluye de antemano ciertas situa- uno mismo» quiere decir capacidad de sentir el
ciones mientras convierte otras en regla. valor.
La exigencia del bien no puede colmarla nin- Tal como hace R. Guardini, vamos a profun-
guna acción finita. Sólo cabe aproximarse a su dizar en qué es la virtud con el ejemplo de la ve-
satisfacción. Así entendido significa un perma- racidad. Si digo la verdad en una situación difícil,
nente crecimiento hasta lo absoluto. En ese cre- y luego otra, y otra…, acabo convenciéndome de
cimiento se expresa el buen idealismo: la incon- la importancia de decir la verdad, me fijo en ello,
dicionalidad de la exigencia, la aspiración a lo me examino constantemente, etc. Surge enton-
absoluto. Mediante el deber, la voluntad avanza ces una actitud tendente a decir siempre y sin ti-
tubeos la verdad. De lo que una vez dije ha naci-
* Luis Narvarte acaba de ser elegido Presidente por la
do la actitud de la veracidad. Esto es lo que
Asamblea del Instituto E. Mounier (septiembre), relevando significa la palabra virtud. ¿Cómo se presenta,
a Antonio Calvo. más en detalle, la «virtud de la veracidad»? En

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Valores, virtudes y militancia

primer lugar, la realización del acto correspon-


diente resulta cada vez más fácil, y necesita me-
nos de reflexión y sale más espontáneamente. Se
forma una capacidad, una facultad. Esta naturali-
dad no se encuentra, como en los actos instinti-
vos, al comienzo, sino al final, tras un camino de
reflexión, examen, entrenamiento y superación.
Entraña un peligro: que se convierta en una ruti-
na o en un virtuosismo.
El progreso que va desde decir la verdad una
vez hasta la actitud de veracidad influye también
en el contenido de lo que decimos. Conforme se
desarrolla la conciencia de verdad, vemos tam-
bién lo compleja que ésta es. La verdad no tiene
que ver sólo con el contenido objetivo de lo que
se dice, sino también con el modo en que ese
mismo contenido llega a los demás. Pero no só-
lo eso. Yo puedo decir la verdad de modo que Luis Narvarte, con María y dos conferenciantes precoces.
haga sufrir al otro y lo desanime. Y por eso tam-
bién la bondad con sus sentimientos forma par- pre que no se trate de lo propio o de lo cercano.
te del acto de decir la verdad. Para que la veraci- También se desconfía de que los demás lleven
dad sea perfecta, para que sea una actitud del esos valores a la práctica, terminando por depo-
hombre entero, tiene que ir más allá del simple sitar la responsabilidad de su realización en los
decir lo correcto y ser una conducta más amplia. estamentos públicos. El individualismo está ge-
Al valor y la claridad de decir la verdad hay que neralizado. La falta de actitudes éticas, la ausen-
sumar la sensibilidad para captar el estado del cia de virtud, no es un problema de sólo una
otro, la responsabilidad por lo que pueda pasar- parte de la sociedad, sino que parece un mal de
le como consecuencia de lo que yo le diga, el de- toda la especie humana. Profundicemos un poco
seo de que mis palabras sean captadas debida- más en este hecho y analicemos dónde radican
mente, sensibilidad instintiva para captar la las dificultades para la práctica de los valores.
situación psicológica del otro… Un primer obstáculo es el desorden radical
Hay otro elemento en el concepto de virtud: del ser humano. Si «un alguien» viera al hombre
el regalo, el don, la gracia, y la conciencia de desde fuera, ¿lo vería en orden?¿Qué es lo que
ello. Para que la virtud sea pura, plena y natural, vería? En primer lugar, un ser poderoso en el
tiene que existir una propensión a practicarla. La que concurren las energías del universo, y que le
auténtica virtud de la veracidad sólo la logra el han llevado a impresionantes resultados. Pero
que ama la verdad; se realiza no sólo por un «tú ¿esta fecundidad se desarrolla de forma clara y
debes», sino también porque se disfruta con ella, consecuente? No. Se desarrollan con confusión.
porque es hermosa. Estos sentimientos tienen En los últimos años han muerto asesinados mu-
que estar ahí, si no el empeño en la veracidad se chos millones de hombres, y no en guerra, sino
convierte en una fatiga. por decisiones tomadas y ejecutadas a sangre fría
y sistemáticamente. O también, la mayor parte
de la humanidad no dispone de alimentación,
Problemas de la especie humana para vestido y atención sanitaria para llevar una vida
poner en práctica las virtudes digna. ¿Puede decirse que está en orden un gé-
nero humano que es sujeto activo y pasivo de to-
Las encuestas de valores realizadas a nivel espa- do eso? O el desarrollo tecnológico. Se dirá que
ñol,2 europeo3 y mundial4 indican que nuestra depende del propio hombre cómo utilizarlo. Pe-
sociedad se caracteriza por no saber definir qué ro, ¿cómo es el hombre que las utiliza? Lo que
es bueno y qué es malo, y cuando valora algo co- garantiza su buen uso es que su sentido de la res-
mo bueno, hace muy poco para realizarlo, siem- ponsabilidad sea tan grande como su poder, y su

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Análisis
fuerza de carácter tan potente como los medios Pero el pesimismo que dice «así es el hombre,
de que dispone. ¿Podemos decir que existe esa malo, ciego, confuso, nunca ha sido de otro mo-
garantía? Sin duda que no. do ni será» también es falso. Por muy profunda-
Miremos nuestra vida personal. ¿Sacamos la mente que se reconozca el hecho del desorden y
impresión de que las cosas fueron como tenían por más vivamente que se experimente la imposi-
que ser? ¿Qué sucede con el hombre? Emprende bilidad de acabar con él, siempre ha de quedar la
algo y ¿cuántas veces lo acaba? ¿En cuántas oca- protesta: existe el desorden, pero no es bueno
siones nos topamos con una obra que tenga ca- que exista; ni debe, ni tiene por qué, ni necesita-
rácter de plenitud y madurez verdaderas? O, ría existir. Sólo entonces adquiere el conjunto del
¿cuándo llega a cuajar una amistad? Creo que, si hombre su peculiar carácter. Todo lo que hace
analizamos un campo de experiencias suficiente- lleva el marchamo del valor ético, que le distin-
mente amplio, y no nos llamemos a engaño, te- gue de la naturaleza. Pero al mismo tiempo lleva
nemos que decir que lo acabado es la excepción. en sí un desorden que lo penetra hasta lo más ín-
¿Es esto estar en orden? ¿No tendría que ser la timo, que no debería existir pero que existe.
regla que las cosas fueran como deben ser? Este desorden se expresa en otra dificultad: el
El valor ético nos es familiar. Cualquiera sabe resentimiento. En principio parecería que perso-
qué es la justicia, y que es algo bueno y necesario. nas de buena voluntad, al conocer el bien, se
¿Pero qué sucede cuando una persona se esfuerza sentirían obligados por él. Pero la práctica nos
por realizarla en su vida propia y pública? ¿No dice que constantemente, ante la manifestación
crea una actitud vitalmente insultante? ¿No impli- de un valor ético, se dice «esto no tiene nada de
ca una falta de comprensión, bondad y tolerancia? valor», o incluso «esto no es un valor, es un con-
¿Y no es curioso que un valor puro en sí mismo, travalor». Tras esa sentencia se esconde una ver-
en el momento en que se encuentra en la corrien- dadera irritación, el deseo de denigrar el valor en
te de la vida conlleve una contradicción consigo cuestión, vencerlo, afearlo y calumniarlo. Es el
mismo? La bondad: cuando una persona se em- resentimiento. La actitud debería ser: yo no los
peña en ser buena, ¿no supone mayor debilidad a tengo, pero a pesar de ello, son valiosos. Estoy
la hora de tomar postura? ¿No lleva a ser condes- contento de que existan, aunque sea en otras
cendiente con la injusticia? Y lo mismo ocurre con personas. Así, el reconocimiento de las propias
cualquier otro valor ético: en sí mismo no ofrece limitaciones se convertiría en modestia y, por
dudas, pero en cuanto se halla inmerso en el en- medio de ésta, en liberación porque podría pre-
tramado de la vida humana, aparece rodeado de guntarse cómo él mismo, partiendo de sus con-
un vapor de imperfecciones y deformaciones. La diciones, podría acceder también al valor que en
voluntad, la acción y la existencia éticas resultan principio le es extraño. Si no, existe el peligro de
así profundamente cuestionables, y pueden dejar- querer hacer más llevadera la propia incapacidad,
nos totalmente desconcertados. desfigurando lo que cae fuera de las posibilida-
No es pesimismo. Da la impresión de que al- des actuales de uno mismo.
go de riqueza inagotable, grande y con capaci- Además están las dificultades asociadas a cada
dad creadora anda descompuesto. Esto se suavi- una de las fases de la vida por las que pasa todo
za de mil maneras: diciendo que la confusión ser humano. Veamos, a modo de ejemplo, la del
está en la superficie, pero el centro del hombre hombre adulto.
está en orden. Pero es precisamente lo más ínti- El adulto se caracteriza porque se siente segu-
mo lo que está en desorden, y de ahí surge el de- ro del núcleo de su propio ser, porque ha apren-
sorden que afecta a lo demás. O con el optimis- dido a tener consistencia en su propio yo y a res-
mo que dice que el hombre es educable y así es ponder de lo que hace. Una actitud que es al
posible ponerlo en orden, y que la humanidad mismo tiempo libertad, responsabilidad y fideli-
avanza hacia mejor. Cierto que el hombre traba- dad. Es ahora cuando se desarrolla lo que se lla-
ja por los demás, pero mientras más tiempo lle- ma «carácter»: la definición y firmeza propias de
ve en ese empeño con más claridad advertirá que la persona, la coherencia de lo que se piensa, se
la confusión de la que hablamos no desaparece. siente y se quiere con el propio núcleo espiritual.
Los grandes optimismos son ceguera, y en el Es aquí cuando se descubre lo que significa fun-
fondo, también cobardía. dar, consolidar, ordenar, y lo indigno que es

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Valores, virtudes y militancia

abandonar constantemente la línea de actuación. fidelidad y exactitud. El sentido de la vida está en


Aparece la personalidad a la que puede confiarse él mismo. En esta actitud hay una gran discipli-
la vida porque se ha zambullido en lo que tiene na y renuncia, y el importante elemento de la fi-
vigencia. Uno de los síntomas más peligrosos de delidad y la paciencia con la vida. Se completa
nuestra época consiste en que esta imagen pare- aquí lo que se llama carácter. Es a esta clase de
ce debilitarse, y produce esa extraña impresión personas a las que se confía la existencia porque
frecuente hoy: que, a pesar de los conocimientos ya no tienen la ilusión del gran éxito, pero sí la
y de la exactitud de la técnica, la existencia está fuerza de la resistencia; son capaces de realizar lo
regida por gente no adulta. que tiene vigencia y perduración. Es el hombre
Es la época en que el impulso de la juventud soberano, capaz de dar garantía. Una época po-
se remansa, pero gana en profundidad y deter- dría valorarse por la cantidad de personas de es-
minación. Es la época en que la persona está más ta clase que se dan en ella.
dispuesta a asumir responsabilidades, a echarles a
las obras tiempo y fuerzas, sin ahorrar. Pero lle-
ga la crisis: una sensación creciente de los límites Para responder a este mundo real, con
de las propias fuerzas. La carga de trabajo se sus obstáculos a la virtud, ¿qué hay que
amontona. Se tiene la experiencia del cansancio. potenciar?
Pasan las ilusiones: no sólo las de juventud, sino
también aquellas que se deben a que la vida es
todavía una novedad. Se llega a saber qué es tra- Humor y paciencia
bajar y luchar, cómo se comportan los hombres, El mal está mezclado con el bien de tal forma
cómo empieza, se desarrolla y concluye una que no parece posible separarlos. Hay un doble
obra. Se pierde el estímulo del encuentro, la ten- peligro: o querer el bien de forma incondicional,
sión de la iniciativa. La existencia toma el carác- de un modo ajeno a la vida real y rigorista, o
ter de cosa conocida; el hombre «se las sabe to- quedarse excesivamente en los condicionantes
das». Nace así la sensación de monotonía, que de la vida y hacerse escéptico o cínico. De ahí
provoca más parálisis que las dificultades. Queda que sea tan difícil adoptar las únicas actitudes
al descubierto la mezquindad de la existencia: se que hacen justicia al carácter complicado de la
viven decepciones con personas. Aparece el has- existencia: el humor, que ama la vida y entiende
tío, lo que los romanos llamaron el «taedium vi- sus líos, e incluso la acepta cuando es desagrada-
tae», esa desilusión profunda que no nace de una ble; y la paciencia, que sabe que nada se arregla
ocasión aislada, sino del conjunto de la vida. con acciones vehementes, porque los cambios
¿Cómo supera el hombre esta experiencia? Pue- auténticos son siempre muy lentos.
de que se imponga el escepticismo y el desprecio
a la humanidad. Y también puede suceder que se Formación de la conciencia moral
adopte un optimismo forzado, que se haga acti- ¿Qué es lo que tiene que darse en el hombre pa-
vismo. Pero también puede ser que la persona se ra que sea posible la conducta ética? La concien-
dé cuenta de que la verdadera «infinitud» no re- cia moral es algo vivo, y por lo tanto, tiene sus
side en lo cuantitativo, sino en la entrega, en el mismos problemas: tiene una constitución inicial
servicio, en la autosuperación por un propósito y se desarrolla; puede ser fuerte o débil; es in-
absoluto. Advierte que tampoco existe la origi- fluenciable. Necesita también formarse. La edu-
nalidad siempre nueva, sino que el frescor que cación es en el fondo formación de la conciencia
busca tiene que estar en otra parte, en una tras- moral.
cendencia. Surge así un hombre nuevo: el hom- En primer lugar, hay que formar en el cono-
bre maduro. cimiento del bien: el bien sólo puede realizarse
El hombre maduro se caracteriza porque co- o negarse desde el conocimiento. Así, por ejem-
noce y asume los límites, insuficiencias y miserias plo, siempre que he hecho algo que no estaba
de la existencia. Pero eso no significa que dé por bien, pero que yo no lo sabía, no me siento res-
bueno lo malo, sino que se asume en el sentido ponsable. Se piensa que el bien es conocido. Pe-
de que es así y de que hay que arreglarse con ro la verdad es que, en general, el hombre me-
ello. Tampoco abandona el trabajo: lo hace con dio no conoce en absoluto el camino verdadero.

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Análisis
Cierto que siempre se tiene una idea oscura de la Que algo merece la pena, es bello, se percibe en
orientación correcta de la vida, pero también se forma de «sentimiento». El sentimiento hace
confunde muy fácilmente. El conocimiento de la que el centro vital mismo se implique en el co-
exigencia ética es en sí mismo una tarea ética; es nocimiento, la volición y la acción. Sin este sen-
decir, hay que procurarlo y lograrlo. ¿Tenemos timiento de vivencia la vida es más fácil pero en-
medios para ello? Sí, por ejemplo, leyendo, siem- tonces no se capta el hombre, se pasa intacto
pre que se pase de la mera lectura a la asimilación entre los acontecimientos y encuentros. Pero
interior. También puede servir el ejemplo de la también es más pesada porque se queda sin lo
vida de hombres que son modelo. Tales referen- que eleva y estimula.
cias son importantes para el conocimiento: en- En quinto lugar, la memoria. ¿Qué es la me-
cienden la llama del toque personal, convencen moria? Significa que lo que en un momento an-
conmoviendo, lo universal se ve plasmado en al- terior conocí, hice o viví, vuelvo a traerlo al pla-
go concreto. En este caso el conocimiento ético no consciente en el momento presente. También
consistiría en preguntarse: ¿cómo se comportan lo que otros hicieron y de quienes soy deudor.
estas personas? ¿Dónde encuentran el sentido de La acción ética sólo es posible sobre la base de la
sus esfuerzos a veces sobrehumanos? ¿Qué es al memoria. Sin memoria desaparecería todo lo
final decisivo para ellas? que tiene que ver con la pregunta ¿de qué soy
En segundo lugar, formar en la libertad: la responsable? Desaparecería todo lo que es exa-
conducta ética sólo es posible si hay libertad. La minarse, reparar el mal hecho y proponerse me-
acción libre la hago yo; mi yo está en ella. Y por jorar. La memoria garantiza que el desarrollo de
eso frente a ella he de situarme con responsabi- una acción va a seguir el camino marcado por la
lidad. El sentimiento de responsabilidad es un intención primera.
elemento inevitable del fenómeno ético. Ahora En sexto lugar la previsión y la confianza.
bien, sólo puede existir responsabilidad si la ac- Para actuar necesito también establecer una rela-
ción depende de mí, si yo mando en su inicio, es ción con lo que viene después, con el futuro: la
decir, si soy libre. previsión. En el momento en que interviene una
En tercer lugar, la acción. Mientras la con- persona resalta el elemento de la libertad, y en
ducta ética permanece en el ámbito de la inte- mayor medida el carácter de la previsión será de
rioridad, está en estado de suspensión. En la ac- mayor probabilidad y, consiguientemente, de
ción la conciencia se convierte en historia. riesgo. La seguridad que entonces surge tiene
Acción significa salir del ámbito interior y pasar otra naturaleza: se convierte en confianza. La
a lo realmente existente. Aquí radica el problema confianza es la peculiar forma de seguridad que
de toda acción: por un lado, está sometida al yo tengo frente a lo incalculable, frente a la es-
mandato implacable de la realidad, que me exi- pontaneidad de la libertad. La previsión es nece-
ge que no actúe pensando en lo fantástico, sino saria para poder actuar éticamente. Sin previsión
en el mundo real. Pero, por otro lado, se en- de futuro sólo podríamos tomar la simple deci-
cuentra también con los obstáculos que le pone sión de «quiero ser bueno», pero sin traducción
esa realidad misma, con el carácter accidental y práctica.
deficiente de lo que existe en cada momento. Todos esos elementos se resumen en que la
Ante las contrariedades y peligros de la realidad, persona es el hecho ético central. Si desaparece
manteniendo el tipo, luchando, sufriendo y su- la persona desaparece el carácter ético. Proble-
perando dificultades, es como se pone de mani- mática: su carácter absoluto tiene que realizarse
fiesto la calidad de lo que se piensa. en un ser finito. Pero hay que mantener la ten-
En cuarto lugar, los sentimientos. El senti- sión entre que el hombre es un ser finito, espiri-
miento se mezcla con el concepto de intuición. tual, corporal, creado y no eterno, responsable y
El racionalismo considera que el verdadero co- no autónomo; y que ese mismo hombre es por-
nocimiento sólo se da en la captación de lo abs- tador de un absoluto que ni otros pueden arre-
tracto y general, en la ciencia. Pues bien, lo sin- batarle ni él puede evitar. Es la tensión entre que
gular se capta mediante la intuición. Las en él hay una exigencia absoluta, pero que, a la
relaciones entre personas siempre siguen esta vez, es finito, dependiente y deficiente. La carga
clase de intuición: un «sentirse tocado» por algo. puede resultar muy pesada: responsabilidad de lo

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que debe o no hacerse, cuidado de los que nos de la misma vida. Un deslizamiento siempre
están confiados, la exigencia existencial que nace igual conduciría a la parálisis, a la incapacidad vi-
del hecho de que yo sea yo y tengo que seguir tal. Uno de los peligros más profundos del alma
siéndolo a pesar de que choco con límites por es el aburrimiento: ante él, el descanso creativo,
todas partes… De ahí la urgencia por liberarse la técnica del recomenzar… Este comenzar de
de esta carga, aunque sea de forma aparente y nuevo es de la mayor importancia para la vida
transitoria. ética. Forma parte de la sabiduría y de la técnica
de la vida ética reconocer esos comienzos y apro-
Espontaneidad y esfuerzo vecharlos porque el arco del impulso se destensa
Hay una conducta ética que brota espontánea- permanentemente, porque el brío interior se va
mente del interior y que resulta de la mayor im- apagando por la acumulación de fracasos, con la
portancia. Gracias a ella es posible la conducta vivencia constante de la propia insuficiencia, etc.
ética en general. Del simple deber y querer no La vida religiosa ofrece numerosas ocasiones pa-
surge la acción ética. A ella ha de sumarse el es- ra este nuevo comienzo.
fuerzo consciente y el ejercicio. Es frecuente en- Otro aspecto del ejercicio consiste en que la
contrarse con la idea de que sólo lo que brota vida del hombre emana de unas fuentes últimas
del hombre como una necesidad interior es real- que nutren todos sus elementos concretos. Es
mente bueno. Cuando esta idea se convierte en nuestra energía vital. Esto significa que la ener-
el principio fundamental desaparece lo decisivo gía que yo gasto en una cosa dejo de tenerla a mi
en la vida ética: la seriedad y la responsabilidad. disposición para otra cosa. La persona que quie-
En lugar de lo objetivamente bueno, aparece lo re crecer renuncia a la satisfacción inmediata con
subjetivamente auténtico; en lugar de la obliga- el fin de ahorrar energías en lo inferior y poder
ción y la responsabilidad éticas aparece el senti- orientarlas hacia lo más elevado. Es lo que la psi-
miento de autorrealización inmediata, y todo cología conoce como represión y sublimación.
adquiere un carácter meramente estético. Es un fenómeno conocido por la sabiduría de
Una acción ética que no contemple el esfuer- todos los tiempos: no puedes tenerlo todo; tie-
zo no llega a dar el salto de la intención a la ver- nes que elegir; puedes alcanzar lo más elevado si
dadera realidad. La psicología general afirma que renuncias a lo de más abajo.
toda acción parte de una acción previa que po-
demos llamar energía, aptitud, que cuanto más Culpa, arrepentimiento y perdón
se activa más fuerte se hace. Lo mismo hay que La mala acción realizada no fue necesaria. Nece-
decir de la acción: todo lo que significa consecu- sario es lo sometido a la causalidad del conjunto
ción de un hábito ético, una virtud, es resultado del mundo. Cuando es así, no hay culpa sino de-
de un trabajo educativo. Existe una idea del sorden, infelicidad, sufrimiento. La culpa presu-
hombre bueno por la que es como si hubiera na- pone libertad: la acción no tenía que darse nece-
cido por generación espontánea, pero la auto- sariamente; se dio porque quise, y, por tanto,
rrealización ética descansa en el ejercicio realiza- tengo que responder tanto de la acción como de
do por responsabilidad y con disciplina. lo que tiene su causa en ella. Y así, lo sucedido re-
El ejercicio tiene diversos aspectos. En primer presenta para mí una tarea ética. ¿Cómo se debe
lugar, el examen de uno mismo. Yo no seré me- reparar la culpa contraída? La primera condición
jor si no me pregunto constantemente qué he para asumir correctamente la culpa contraída es
hecho y por qué, si lo que hice estaba bien o reconocerla verdaderamente, de la forma y en la
mal. Este examen tiene que ir acompañado de medida en que sea. Pero también que quien
un comenzar de nuevo. La vida no progresa si- manda en mi vida no es la culpa, sino mi libertad.
guiendo una línea sencilla, sino que lo hace por La asumo pero no como una exageración psico-
tramos: las distintas fases de nuestra vida, o el lógica, sino como responsabilidad personal.
desarrollo de una acción, una empresa, etc. En El segundo paso es el arrepentimiento. Sue-
todos los casos se comienza, hay un desarrollo y na a debilidad pero lo que significa de verdad es
se termina o continúa en otras fases. La vida, a que el arrepentido dice «lo que hice no estuvo
través de estas fases, presenta siempre el comien- bien y quisiera que no hubiera sucedido; pero no
zo en el que opera la gracia, la fuerza originaria me es posible borrarlo. Pero lo que sí puedo ha-

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Análisis
cer es asumirlo y envolverlo en ese comienzo Conclusión
que nace de la relación entre la libertad y el
bien». Se rechaza por orgullo, que es debilidad: Nuestra existencia no está en orden, ha caído en
miedo a aceptar la propia dimensión. Pero el una crisis que alcanza los fundamentos. Esto lo ve
arrepentimiento es fuerza, colocarse del lado del el hombre moderno pero responde que irá mejor:
bien frente a uno mismo, desencadenando el tiene un remedio mágico, el concepto de progre-
misterio de un nuevo comienzo. so. Por progreso entiende que lo más profundo
El tercer momento es el nuevo propósito. del hombre y las cosas están en orden. ¿Eso es así?
Libertad significa que el hombre puede comen- No, pues si seguimos la evolución que ha traído la
zar la acción desde sí mismo y él tiene que res- situación actual, hay que decir que empeora cada
ponder de ella. El examen ético y el arrepenti- vez más. Parece que en el interior de nuestra rea-
miento introducen lo sucedido en la energía vital lidad cultural falla algo, que el punto de referen-
inicial y surge el propósito: quiero hacer esto o cia último se ha perdido, que se ha olvidado el or-
comportarme así… Sin ello, puede ser que el den que todo lo configura. El punto de partida de
culpable capitule o tenga una actitud de ligereza ese desajuste es la aspiración a la autonomía, la fal-
(no concretar cómo actuar en el camino que se ta de referencia a Dios. La psicología sabe que si
abre). algo queda reprimido, no por eso queda suprimi-
Pero sentimos que con eso no basta. Llega- do, sino que continúa actuando, pero en la forma
mos a la auténtica idea de perdón al caer en la de enfermedad. A Dios es imposible suprimirle,
cuenta de que el hombre dañado es una perso- autoafirmarse autónomamente sin él, y permane-
na. El mal que se le hace exige que ella misma cer sano. ¿Qué significa esta actitud? Pues que es-
esté de acuerdo en limpiarlo. La frase «te perdo- tá disminuyendo la capacidad para ver y para rea-
no» significa: tú me has hecho mal pero desde lizar lo incondicionado, lo valioso, lo lleno de
mi libertad renuncio a hacer valer contra ti el sentido. A todas las realidades incondicionalmen-
mal que me has hecho, y todo lo sucedido que- te válidas pertenece la verdad. Pero ésta se ha li-
da asumido en una relación positiva nueva. La mitado a la exactitud científica. El comporta-
petición de perdón busca ese nuevo comienzo. miento global de la vida transcurre bajo el hábito
El ser perdonado por el otro no es un derecho, de mentir. Eso es nihilismo. Lo mismo pasa con la
es una gracia, y por eso tengo que solicitarla. En- bondad, o con la fidelidad: han quedado disuel-
tre el que hizo el mal y el que lo sufrió existe un tas. Pero sólo lo incondicional confiere a la vida su
vínculo misterioso, y la voluntad de comenzar de sentido. El hombre así permanece frío ante el va-
nuevo ha de procurar que el otro le acompañe, y lor, que no le conmueve. Desaparecen los grandes
eso se logra mediante su perdón. Perdonar pue- pensamientos que justifican la existencia, y en su
de resultar tan difícil como pedirlo pero es una lugar surge el relativismo. La pregunta por el úl-
tarea ética igual. timo porqué no obtiene respuesta, pero nada
puede hacérnosla olvidar. De aquí salen todos los
Educar para ser persona sentimientos de vacío. Eso es el nihilismo.
Educar no es enseñar sino formar: no se trata de La actual situación es grave, pero tiene algo
que el niño aprenda algo, sino de que llegue a positivo: ahora se ve con claridad qué ocurre
ser alguien. ¿Cómo se realiza esto? En la medida realmente. Uno puede darse cuenta de que no se
en que se llega a un orden interior, a una cos- trata ya de correcciones y mejoras; que la ideo-
movisión, a un punto de partida unificador del logía del progreso carece de entidad; que no se
actuar y condensador de la experiencia, una me- trata de progreso, sino de un cambio de sentido,
dida para lo correcto y para lo falso. Una forma- de la metanoia, de la conversión.
ción tal no es una serie de frases o de preceptos. Notas
Por el contrario, las imágenes formativas son 1. Todo el artículo está basado en la obra de R. Guardini, Ética,
concretas y tocan la vida: es el ejemplo. Cuando Ed. BAC, 1999.
2. J. Elzo et al., Jóvenes españoles 99, Ed. SM, 1999.
el educador contradice con su comportamiento 3. J. Elzo, F. Andrés Orizo, et al., España 2000, entre el localismo
lo que dice, todo discurso es en vano. Debe es- y la globalidad. La encuesta europea de valores en su tercera apli-
tar convencido de lo que dice, e intentar hacer él cación, 1981-1999, Ed. SM, 2000.
4. UNESCO, Informe mundial sobre la cultura, Fundación Santa
mismo lo que solicita. María, 1999.

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