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Exposición Teológica ¿Quién soy Yo? Fundamentado en la Biblia.

El libro de Génesis explica sobre el principio de la creación. Antes de que


alguna cosa empezara a existir ya existía Dios; la Biblia enseña que sólo Dios es
eterno, es decir, que no tiene principio ni fin. Al hombre siempre le ha sido difícil
aceptar esto. Los mitos paganos hablan de una creación, pero siempre se refieren
a la creación basada en algo que ya estaba presente; como fango, el cuerpo de un
gigante, etc. El hombre ha querido creer que la materia es eterna. Muchas religiones
paganas enseñan que Dios y el universo son igualmente eternos, otros identifican
al universo con Dios haciendo de cada parte de la creación una parte de Dios. La
Biblia evita todas esas ideas y revela a un Dios personal que está por encima y
mucho más allá de su universo, pero que sin embargo, obra y se interesa en él.
También se observa un excelente balance en el plan de la creación. En los
dos primeros días Dios habló una vez cada día para realizar un acto creativo distinto
cada vez. El tercer día Dios habló dos veces y realizó dos actos creativos. En los
días cuarto y quinto también vemos que hubo un acto creativo en cada uno. El sexto
día Dios vuelve a hablar dos veces; e hizo la creación del hombre, el cual fue un
acto muy especial, distinto de todos los demás actos creativos. Al crear al hombre
dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó." Así, pues, notamos
el incremento en el interés y la atención personal llegando a su culminación en la
creación del ser humano. (Génesis 1:1-31).
Todo esto nos hace comprender que ni el mundo ni el hombre aparecieron
por mera casualidad. En su creación Dios tenía un plan maravilloso y un propósito
especial. La Biblia también nos enseña que Dios no ha cambiado, ni se ha cansado.
El seguirá obrando hasta concluir su plan supremo, y entre tanto que esperamos el
regreso de Cristo y nos disponemos a seguir sus instrucciones, él nos capacitará y
nos dará el privilegio de que tomemos parte en dicho plan (Isaías 40:28-31). Lo más
importante de todo es que se puede ver que Dios creó al hombre para sí mismo;
para que participara en su plan maravilloso y fuera semejante a él. El hombre fue
creado a imagen de Dios.
Fuimos formados del polvo de la tierra

Todo lo que dice el capítulo uno de Génesis acerca del cuerpo humano es
que "varón y hembra los creó". En él capítulo dos, es donde nos dan detalles
adicionales y se nos informa que la creación del hombre fue un acto bien planeado
y cuidadosamente realizado. Es lo que llamamos un acto directo e inmediato de
Dios, en el cual él utilizó sus manos y no únicamente su palabra, como había
ocurrido en los demás actos creativos. Dios tomó tierra húmeda y con todo cuidado
formó un vaso para la vida, tanto física como espiritual; el cual fue vitalizado por
medio de su aliento creador.
El cuerpo humano puede ser visto como la imagen de Dios únicamente en el
sentido de que éste constituye una habitación y a la vez es el medio de expresión
del hombre interior. Dios es Espíritu y no tiene un tipo de forma física del cual se
pueda hacer una imagen. Moisés se refiere a esto mismo cuando argumenta sobre
lo incorrecto de pensar hacerle una imagen a Dios. (Deuteronomio 4:15). La justicia,
la santidad, más el conocimiento y la experiencia espiritual son los elementos que
vienen a constituir en nosotros la imagen y la semejanza de Dios. (Efesios 4:24 y
Colosenses 3:10.). La obra primordial del plan de redención de nuestro Dios es
restaurar esta imagen en el hombre hasta que llegue a la perfección de Cristo para
que podamos participar de la gloria eterna y su reino glorioso (Efesios 4:13; Hebreos
1:3).
Una ayuda idónea. (Génesis 2:18-25)

Al crear al hombre Dios no sólo hizo un ser físico, moral y espiritual; también
lo hizo social.
Dios trajo delante de Adán las aves y todos los animales que él ya había
creado. Utilizando sus propias habilidades, el hombre observó cuidadosamente
cada uno de estos animales y les puso nombre de acuerdo con sus hábitos y
características sobresalientes. Pero mientras procedía a hacer todo esto, Adán
pudo darse cuenta de que en medio de todo lo que Dios había creado, él era el
único que estaba desprovisto de compañía apropiada. Por supuesto, Dios no
esperaba que el hombre encontrara ayuda idónea entre los animales. Es probable
que lo que Dios quería era que Adán se sintiera solo para que aceptara con alegría
y gratitud a la mujer que él estaba a punto de crear.
Obviamente, la creación de la mujer fue un acto distinto y específico; fue el
resultado de una intervención definitiva de Dios en la vida de la humanidad. Vale la
pena repetir aquí que Dios no sacó a la mujer de los pies del hombre como para
considerarla inferior a él, tampoco la sacó de la cabeza del hombre como para que
éste no se considerara inferior a ella. Dios tomó una costilla del hombre, de muy
cerca de su corazón para demostrar que el propósito de Dios era que la mujer fuera
una compañera bajo la protección del hombre. Así fue como Dios estableció la unión
matrimonial y estampó en ella su sello de aprobación divina desde el amanecer de
la raza humana.
Dios designó la relación matrimonial para que se llevaran a cabo tres
propósitos para la humanidad. En primer lugar el matrimonio sirve para alcanzar
satisfacción y placer. Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis
2:18). A Adán le faltaba algo cuando estaba solo. Aunque entendemos que algunas
veces Dios designa a algunas personas para que vivan solos, sin embargo, su plan
general para la humanidad es el matrimonio. En segundo lugar el matrimonio fue
planeado por Dios para darle al hombre compañerismo y ayuda. ("Le haré ayuda
idónea.") Finalmente, el matrimonio fue establecido por Dios para que hubiera
procreación. ("Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra.") Dentro de un ambiente
creado por una relación estable y amorosa entre esposo y esposa pueden crecer
los niños para amar y servir a Dios.

Dios no solamente espera que su creación física le rinda toda gloria y honor
sino que también desea restaurar su imagen en los corazones de los hombres. La
nueva creación alcanzada a través de la salvación completa tiene el propósito de
cooperar para que los planes originales de Dios sean realizados tanto en el hombre
como en el resto de la creación.
¿Quién soy Yo?
Primeramente mi nacimiento no fue un error o un accidente, tampoco es una
casualidad de la naturaleza, quizás mis padres no me planearon pero Dios lo hizo,
Él no se sorprendió del todo de mi nacimiento. De hecho, Él lo esperaba.
Mucho antes de que fuera concebida por mis padres, fui concebida en la
mente de Dios. Él fue el primero que pensó en mí. No es por el destino, o por
casualidad o por la suerte, o por coincidencia que en este momento estoy
respirando. Estoy viva ¡porque DIOS quiso crearme! La biblia dice, Jehová cumplirá
su propósito en mí; tu misericordia, o Jehová, es para siempre; no desampares la
obra de tus manos. (Salmos 138:8).
Dios prescribió cada uno de los detalles de mi cuerpo. El escogió
deliberadamente mi raza, el color de mi piel, y todos mis rasgos. El hizo mi cuerpo
como si fuera una orden especial de cliente, exactamente de la manera que Él lo
quiso. La Biblia dice: Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas
aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. (Salmo 139:16).
También planeo donde nacería y donde viviría para su propósito, nada es arbitrario.
La biblia dice: Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que
habiten sobre la faz de la tierra; y les he prefijado el orden de los tiempos, y los
límites de su habitación. (Hechos 17:26).
Lo más impresionante de todo es que Dios decidió como nacería, el no hace
nada accidental, nunca comete errores, teniendo así una razón para todo lo que ha
creado. El motivo de Él créame fue su amor, para obtener la salvación. La Biblia
dice: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio
para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo
cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor
Jesucristo” (2 Ts. 2: 13, 14).
Soy el enfoque de su amor y lo más valioso de su creación, diseñó el medio
ambiente para que pudiera vivir en él; y es así es como Dios nos ama. La biblia dice:
El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos
primicias de sus criaturas. (Santiago 1:18)
Soy la esencia de su amor, fui creada por Dios para expresar su amor, soy
quien soy por una razón, soy parte de un plan intrincado, soy un diseño único,
valioso y perfecto, llamada mujer especial de DIOS. Él no cometió un error en mí.
Él me entretejió dentro del vientre de mi madre, soy su hija por su gracia y por su
infinita misericordia. Él es la fuente de mi vida y gracias a Él descubrí mi propósito
en mi vida porque me dirigí a su palabra y no a la sabiduría del mundo. Su palabra
dice: pero por la gracia de DIOS soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano
para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo. (1 Corintios 15:10).

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