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Un líder conforme a lo que Dios quiere y lo que se necesita hoy con urgencia. Un hombre o
una mujer fiel a los principios del Señor Jesucristo; que no venda su conciencia; que no le
importe el que dirán las demás personas, que tome conciencia de todos sus pensamientos
y acciones y que tenga claro que el único propósito es su ministerial es la extensión del
Reino de los Cielos mediante la proclamación del Evangelio transformador de Cristo, y, por
consiguiente, que no estime ni se aferre a la fama y el reconocimiento de la gente, sino a
todo lo contrario, vistiéndose siempre en humildad y servidumbre en la obra de Dios, y cuyo
único fin es enaltecer el nombre del Señor. Pero muchos jóvenes son inmaduros y creen
que el ser miembros de una organización sin animo de lucro.
Entonces lo que Dios quiere de un líder cristiano es que tenga relaciones con los demás.
Aceptando los hermanos tal y como son, es lo importante.
“que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno”. (Romanos.
12: 3).
Debemos apreciar y respetar los valores de los demás para de esa forma ganar sus
voluntades sin recurrir a la oración. No impone su punto de vista solamente. En una
discusión, no trata de derrotar y humillar al contrincante, sino de persuadirlo a trabajar. Es
importante escuchar las opciones ajenas de imponer nuestras razones como las más
válidas. También el decirles a los jóvenes que tenemos que tener una mentalidad abierta.
Olvidándonos de los rencores, la amargura y el odio. Utilizar un enfoque cristiano.
“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro Señor Jesucristo sea sin acepción de
personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa
espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que
trae la ropa espléndida y le decís: siéntate tu aquí en buen lugar; y decís al pobre: estate tu
allí en pie, o siéntate aquí abajo mi estrado, ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos,
y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha
elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino
que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os
oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No
blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la
ley real, conforme a la escritura: amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si
hacemos acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como
transgresores”.
La enseñanza es lo primordial.
Creo que una tarea que se nos ha sido encomendada a todos es la enseñanza de la
doctrina del Reino de los Cielos, la cual debe de darse cada día, y al inculcarla en los
jóvenes que estamos preparando para que ganen almas para Cristo. Que podemos perder
cuando ellos pecan delante de Dios. Además, debemos de aprender sobre Dios en su
profundidad. Para eso es que los líderes debemos de repararnos, para enseñarle a estos
jóvenes que nos van a remplazar el día de mañana.
Mirando en el internet me encontré con una pagina del mundo de los jóvenes y que me
pareció muy hermoso de como ensenarles a los jóvenes según la visión de ellos y piensan
que se debe trazar un perfil de los jóvenes desde un punto de vista psicológico,
subrayando como los jóvenes pueden ser influenciados por movimientos ideológicos y
como se ponen en contacto con la iglesia. Esta tarea vasta y ambiciosa. Los jóvenes
manifiestan una variada fragilidad, aunque permanezcan abiertos, disponibles y generosos.
Ya no pesan sobre ellos ideologías como las generaciones precedentes. Aspiran a
relaciones auténticas y están en búsqueda de la verdad, pero al no encontrarlas en la
realidad, esperan encontrarlas en su propio interior. Tal actitud los predispone a replegarse
dentro de sus propias sensaciones y del individualismo, poniendo a su disposición el
vinculo social y el sentido del interés general. Aunque el contexto social no les ayudará a
desarrollar una verdadera y propia dimensión espiritual, están dispuestos a comprometer
con algunas causas más grandes que las suyas. Igualmente, los jóvenes están en
búsqueda de las razones para la vida sobre las que construir la existencia: la mayoría está
lejos de las preocupaciones religiosas y a menudo reconoce no haber sido sensibilizada ni
educada en este campo.