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Sobre la arqueología del norte del Perú

Rogger Ravines

Hace cuatro décadas, Alfred L. Kroeber, publicó Peruvian Archaeolo-


gy in 1942, una importante evaluación de la arqueología peruana de enton-
ces. Esta nota, a semejanza del informe de Kroeber, no es un recuento histó-
rico de las investigaciones en la zona. Simplemente, un comentario al signifi-
cado de dichas evidencias; un balance personal de las investigaciones realiza-
das, sujeto a rectificaciones.

El señorío del Chimor y la cerámica chimú


En términos generales, la historia cultural del señorío Chimú ha sido
cabalmente delineada. Las investigaciones realizadas a partir de la década del
setenta han aclarado sustancialmente diversos problemas, sobre todo en lo
que concierne a Chanchán , su centro administrativo, uno de los más extra-
ordinarios sitios arqueológicos de los Andes Centrales. de excepcional rique-
za arquitectónica y esplendor artístico. Chanchán, poseedor de un sistema
socio-político de gran complejidad y una eficiente organización económica ,
fue la fuente de inspiración del imperio Inca.
Las ruinas de Chanchán cuoren un área de 6 Km2 y están constitui-
das por diez componentes (ciudadelas). cada una de las cuales se encontraba
rodeada por altos muros de adobe que las protegían y aislaban del exterior.
Su acceso se hacía a través de una sola entrada y un camino laberíntico que

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Crónicas B i b l i o g r á f i c a s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

conducía, en primer término. a una gigantesca audiencia y luego a una serie


de canchas. reservorios y un extenso conjunto de depósitos .
Cada ciudadela fue residencia del gobernante y contenía la c.ímara
funeraria real: es decir. el centro administrativo y el descanso final del gober-
nante de turno del Imperio Chimú. antes de su conquista por los Incas. hacia
el ario 1465 de nuestra era.
El Imperio Chimú fue la culminación de 4000 afios de desarrollo cul-
tural de la costa norte. donde recursos agrícolas y marinos tuvieron un papel
decisivo . Hacia el año 2000 a. de C. . las comunidades de pescadores de la
costa habían alcanzado un notable incremento demográfico y un superávit
productivo que hizo posible la organización y movilización de su población
para trabajos comunales y construcción de grandes obras monumentales.
Esta capacidad de movilizar grandes masas de trabajadores constituye el fun-
damento de la civilización andina.
Hacia el año 1800 a. de C., muchas de las comunidades costefias
abandonaban sus establecimientos y se instalaban tierra adentro del valle de
Moche . Hay desde entonces un fuerte énfasis en las actividades agrícolas y
una considerable expansión demográfica. Una inversión masiva de mano de
obra fue responsable . igualmente. de uno de los más notables proyectos de
irrigación del Nuevo Mundo , permitiendo el cultivo de un área desértica .
En la costa norte, el primer indicio de un Estado complejo con poder
centralizado se encuentra en Caballo Muerto. Hacia el año 1500 a. de C .. el
sitio deviene en el centro de poder de un señorío que supervivió durante más
ele 1000 años. Al inicio de nuestra era, el valle de Moche había experimenta-
do al menos 2 mil años de ocupación sedentaria intensiva. estabilidad cultu-
ral. experiencia en grandes construcciones y una economía agrícola muy
productiva , todo dentro de una coordinada organización política.
Sobre esta base social , económica y política. surgió Moche. uno de
los principales precursores del Estado Chimú. La cultura Moche, cuyo poder
político está simbolizado por las huacas del Sol y la Luna . las rrnis grandes
pirámid es de l Nuevo Mundo , fue una compleja organización administrativa .
religiosa. artesanal y agrícola. que a su vez era parte de un Estado centraliza-
do militarista y expansivo que unificó parte de la costa norte. alrededor del
valle de Moche . La autoridad central de ese sistema político, como se infiere
de la iconografía. fue un personaje preeminente totalmente segregado de la
población. que era visto por el común sólo en ocasiones muy formales.
Muy poco antes de la emergencia del Imperio Chimú. aproximadamen-
te el año 700 d. de C.. hay aparentemente un desarrollo particular en el sitio
de Galindo, en el valle de Moche , donde aparece un sistema social con una
nueva clase secular presidida por sacerdotes y sostenida por tradicionales sen-
timientos religiosos. La élite secular controlaba la vida del imperio y vivía en
un área residencial exclusiva. mientras que el pueblo ocupaba la parte alta de
las colinas, separada de los centros de actividad pública mediante altos muros
de adobes.

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Cuando el legendario fundador del Imperio Chimú desembarcó en la


costa de la actual ciudad de Trujillo , en el valle de Moche. dio inicio a un
imperio de déspotas divinos que incorporaban en él toda una serie de elemen-
tos desarrollados previamente por otras culturas de la región. Sin embargo, la
clave para entender la nueva configuración cultural es el sistema hereditario
en el linaje real. que indicaba c.iue a la muerte de un señor, su ciudadela y
territorio adquirido y gobernado era mantenido en su nombre y administra-
do a perpetuidad por una burocracia separada. El nuevo gobernante debía
edificar su propio palacio y conquistar nuevos territorios, que debía gober-
nar. Los tributos recaudados en nombre del nuevo señor eran administrados
por una poderosa élite que ejercía a su vez control absoluto sobre la tierra.
agua. depósitos y redistribución de bienes. En Chanchán. cada nuevo gober-
nante edificó una nueva ciudadela. a la vez que vivía con los restos y burocra-
cia de sus predecesores. Pese a esta estructura socio-económica y política, el
Chimú fue un imperio que. en última instancia , controló casi toda la costa
norte y llegó a ser uno de los más ricos y poderosos del hemisferio occidental.
El estilo de cerámica adoptado por el Estado Chimú en sus inicios,
denominado Chimú L es un sincretismo de formas y estilos procedentes de
varias entidades políticas de la costa y sierra. Los antecedentes inmediatos
del estilo aparecen en el valle de Moche, a comienzos del Horizonte Medio 4
o fines del Horizonte Medio 3 (Menzel 1977 , Donnan y Mackey 1978).
Si bien la ubicación cronológica y definición del estilo no se discuten
actualmente. el problema se plantea en cuanto al origen de sus elementos
estilísticos. Convencionalmente, estilo e iconografía se han utilizado para
sostener una diversidad de influencias ideológicas ejercidas por otros centros
en el desarrollo del Estado Chimú.
La cerámica asignada al estilo Chimú I ha sido descrita por Kroeber
(1926 ). Bennett ( 1939 ). Larca Hoy le ( 1948 ), Ford y Willey (1949) , Willey
(1953) y Collier (1955 ). quienes la han atribuido a la influencia serrana de
Huari, aunque esta interpretación cronológica se debe a Uhle (1913 ), quien
postuló una intrusión del Tiahuanaco costeño entre Moche y Chimú.
A la fecha del análisis de cincuenta lotes de tumbas. procedentes de
los trabajos de los proyectos Valle Virú (1946) y Chanchán-Valle de Moche
(1969-75). realizado por Caro! Mackey. parece posible demostrar una conti-
nuidad de los elementos estilísticos y formales de la cerámica Chimú desde la
fase 4 del Horizonte Medio. Aparentemente no hay una ruptura entre la tra-
dición alfarera de Moche y la cerámica inicial del Estado Chimú. Los motivos
decorativos reconocidos como procedentes del estilo Huari-Tiahuanaco, son
simples motivos ornamentales y no elementos iconográficos religiosos que
puedan identificarse plenamente con dicha cultura. El sincretismo de elemen-
tos que configuran el estilo Chimú I no procede de una sola cultura, sino de
varias. Tradiciones tan diversas como Caja marca, Recuay, Pachacamac, Mo-
che y Huari han aportado elementos formales y de diseño que , adaptados y
repetidos por los alfareros chimú, dieron origen al distintivo estilo Chimú l.

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Crónicas Bibliográficas _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Las excavaciones de Topic y Mackey ( 1977) en C'hayhuac. uno de los


diez componentes de C'hanchán. sefialaron también la presencia de este com-
ponente alfarero temprano en la capital C'himú. lo que indica que ésta fue
ocupada desde la fase 4 del Horizonte Medio y que el desarrollo del Estado
Chimú estü plenamente vinculado al crecimiento de su capital.
Un segundo aspecto es el carácter que tuvo la expansión del Estado
Chirnú al norte y sur de su capital. Las evidencias disponibles sugieren que
hay una diferencia notable entre la expansión sur y norte y que éstas no si-
guieron el mismo patrón. Al sur de Moche . la arquitectura local correspon-
diente al Horizonte Medio y comienzos del Período Intermedio Tardío. ante-
rior a b ocupación Chimú. consiste generalmente de complejos que contie-
nen varias canchas o patios. cuartos y montículos. Los patios a veces tienen
nichos en las paredes. pero carecen de banquetas o rampas. Las paredes gene-
ralmente son de adobes cuadrangulares o adobe y piedra: ocasionalmente hay
paredes de doble cara con relleno central. La complejidad arquitectónica y el
tamario de estos sitios sugiere una sociedad centralizada y jcrürquica. organi-
zada alrededor de un centro principal. como El Purgatorio en el valle de
Casrna.
Es difícil distinguir la cerámica asociada a este período. puesto que a
la fecha se han identificado pocas características diagnósticas (Keatinge 1973:
Mackey y Klimyshyn 1982). Aparentemente. existe una continuidad de las
características alfareras del período anterior. sobre todo en el uso de decora-
ción pintada y moldeada. salvo la presencia de nuevos diseños moldeados en
la cerú mica negra.
No debe sorprender. entonces. que los Chimú mantuvieran en los va-
lles de Virú. Casma y Huarmey sus antiguos patrones de asentamientos o que
los construyeran siguiendo patrones tradicionales. Si bien aún no es posible
distinguir el carácter y grado de los centros político-administrativos chimú.
sin embargo complejos arquitectónicos como Manchan. en el valle de Casma ,
sugieren la presencia de centros regionales. de primer, segundo y hasta de ter-
cer orden . La diferencia entre los Períodos Intermedio Tardío I y II es la fre-
cuencia de cerámica negra antes que su presencia o ausencia. En general. hay
una continuidad en el uso de formas locales. sobre todo en la vajilla domésti-
ca culinaria. Los estilos San Nicolás Moldeado y San Juan Moldeado (Collier
1955) del valle ele Virú y el estilo Casma Inciso del valle de Casma (Collier
1962) parecen estar asociados a las fases tardías del Horizonte Medio y Perío-
do Intermedio Tardío y Chimú. Wegner ha sugerido que el estilo (asma Inci-
so puede segregarse en dos fases: la más antigua. asociada al Horizonte Medio
4-Período Intermedio Tardío L mientras que la más tardía correspondería al
Período Intermedio Tardío II y estaría asociada con la cerámica Chimú. Esta.
a su vez. podría correlacionarse con la cerámica Chimú de Chanchán. espe-
cialmente con la proveniente de la Ciudadela Rivera. estableciendo de este
modo la contemporaneidad de Rivera y Manchan y en conservación su de-
pendencia socio-política .

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En general. podría señalarse que el Imperio Chimú Sur comparte.


desde el punto de vista arquitectónico. muchas de las características encon-
tradas en Chanchán: cuartos con nichos. canchas con banquetas y rampas. y
plataformas funerarias. elementos propios de las clases dirigeílt~s de Chan-
chán. Estos sitios también muestran la división en tres clases sociales sugeri-
da para Chanchán. con estructuras que se relacion,m a la nobleza más baja y
al común. En cuanto a su función. estos complejos de administración provin-
cial tienen más semejanza con los complejos de administración rural estudia-
dos por Keatinge ( 1974 ). en cuanto no se relacionan con sistemas de almace-
namiento, sino con el control de recursos hidráulicos y de comunicación.
El Chimú Norte está asociado. indiscutiblemente. a los grandes pro-
yectos hidráulicos y a todo un sistema de riego interconectado que unificó al
menos tres valles: Jequetepeque-Zaña-La Leche. Una de las características
del dominio chimú sobre estas áreas. fue su control sobre dos recursos bási-
cos: tierra y agua. Este sistema de control socio-económico está ejemplifica-
do. por un lado, en los sistemas de establecimientos comunales de Chanchán.
donde la presencia estratificada de tres tipos de arquitectura supone diferen-
cias en el estatus social. y. por otro, en la política estatal restringida a los
establecimientos rurales (Keatinge 1975 ). La combinación de ambos patro-
nes tipifica el hinterland de Chanchán.
El estudio de la organización socio-poi ítica de los valles de J equete-
peque-Zaña y Lambayeque. antes y después de la conquista chimú, son cues-
tiones que requieren especial atención.
La in formación proveniente del J equetepeque indica que el control
del Estado Chimú no sobrepasa el curso medio del valle. 50 Kms. de tierra
adentro desde el litoral. limitándose en la zona al establecimiento de centros
administrativos de segundo y tercer orden. destinados al control del agua y
pequeños campos agrícolas que usufructuaron sus habitantes. Los mayores
establecimientos. Gallito Ciego y Ventanillas, corresponden a centros rurales.
de los cuales el primero tiene aproximadamente 20 has .. mientras que Venta-
nillas está ubicado estratégicamente en el cuello del valle. cerca al punto más
alto de la toma del canal Talarnbo Sur. Una de las estructuras mayores de
Ventanillas es una huaca que tiene planta similar a las de Pacatnamú. el cen-
tro administrativo-religioso más importante del valle.
La presencia de esta estructura relacionada con rasgos arquitectóni-
cos de sus componen tes ad yacen tes , sugiere una estrecha relación con Paca t-
namú . Al parecer. Ventanillas tuvo una doble función: centro de control en
la parte media del sistema de riego del valle y centro administrativo de las tie-
rras del oráculo. en lo que podría denominarse el área rural.
Pacatnamú. ubicado unos pocos kilómetros antes de la desembocadu-
ra del Jequetepcque en el mar. es el más importante centro de peregrinación
y oráculo de la costa norte desde fines del Horizonte Medio. Su actividad e
importancia fueron considerables para el resto del valle . En términos de su
impacto sobre la organización económica del valle, tuvo, al parecer. la fun-

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Crónicas Bibliográficas_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

ción de concentrar los recursos externos. La constante afluencia de peregri-


nos debió haber sido un importante estímulo a la economía local , a la vez
que permitía a los sacerdotes obtener objetos suntuarios mediante ofertorios
y tributos.
No es hipotético seiialar. por otro lado, que el valle de Jequetepequc
sirvió como centro de intercambio regional no sólo con otros valles costeños .
sino también con la sierra. Tal como observara Kosok (1965). el valle de Je-
quctepeque es vía natural para las comunicaciones costa-sierra y funciona
como punto de enlace de las actividades político-económicas. Aunque es po-
sible llegar a Cajamarca siguiendo diversas rutas , la del Jequetepeque es la
más fácil y directa. Tanto los Chimú como los Incas utilizaron esta vía en su
trato con Cajamarca. La presencia de cerámica Cajamarca en sitios costeños
como Pacatnamú , San José de Moro y NamboL es indicadora de lo señalaJo .
La organización económica y las relaciones políticas entre valles. du-
rante el Estado Chimú. se caracterizan por la presencia de otros centros loca-
les importantes al lado de Pacatnamú. pero con función diferente. pese a que
la ubicación cronológica de los mismos no está cabalm ente esclarecida. Sitios
como Dos Cabezas, San José de Moro. Nambol y Sisnam. tuvieron en su pro-
pia medida un control político diferente sobre distintas partes del valle , lle-
gando incluso a ser entre sí competidores potenciales. Pacatnamú, por otro
lado. tuvo una trascendencia política indiscutible por cuanto su influencia
se ex tendió más allá de la periferia del valle.
Dos sitios que merecen especial consideración en el valle de Jequete-
peque son Talambo y Farfán . Representan los más típicos ejemplos de la ar-
quitectura política del Estado Chimú , incluyendo algunos rasgos presentes en
Chanchán , como plataforma funeraria, depósitos y audiencias .
Farfán, ubicado en la falda sur-este de Cerro Flaco, próximo al río
Jequetepeque , puede identificarse tentativamente como el Palacio del Gober-
nador de Pacatnamú , al que hace alusión Calancha,y en consecuencia indicar
una definitiva reorganización del valle de Jequetepeque siguiendo los patro-
nes identificados en el área central del Estado Chimú.
En suma , podría señalarse que una de las principales necesidades para
conocer el impacto de la conquista Chimú en el norte del Perú es tener un
contro l cronológico absoluto. A la fecha, la secuencia general estable.cicla
para la costa norte, basada en asociaciones de tumbas, resulta insuficiente
para este propósito. ya que está sujeta a los efectos de las variacion es regiona-
les . Por otro lado. la cerámica funeraria,presente en muy pequeñas cantida-
des en la mayoría de los sitios arqueológicos, salvo los cementerios, tiene li-
mitada utilidad como indicador cronológico. El desarrollo de una cronología
basada en la cerámica doméstica es indispensable como una meta inmediata
de la investigación.

El Horizonte Medio en la sie"a norte


El supuesto que el Horizonte Medio se caracterizó por una expansión

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militar masiva de un Estado cuya capital fue Huari, ha resultado a la postre


demasiado simplista . Las evidencias reunidas durante los últimos años han
cuestionado seriamente tal supuesto. Bawden ( 1983 ). Moseley ( 1973) y
Topic ( 1982) han argumentado convincentemente que no hay ninguna evi-
dencia que demuestre palmariamente la invasión Huari al valle de Moch e.
Mackey ( 1982) ha observado que existe una continuidad en la tradición alfa-
rera del Período Intermedio Temprano hasta el Horizonte Medio en la costa
norte. A su vez. John y Teresa Topic han señalado algunas de las peculiarida-
des de este período en la zona de Huamachuco .
El panorama se ha ampliado considerablemente gracias a las investiga-
ciones realizadas en el propio territorio Huari , y los trabajos de lsbell ( 1977 ).
Schreiber ( 1978) y Anders ( 1977, 1979) han puesto en evidencia la existen-
cia de numerosos sitios con funciones administrativas y de almacenamiento
propios de un Estado centralizado .
A partir de estas consideraciones. resulta obvio que el impacto de la
expansión Huari fue diferente en cada región y que en el caso de la sierra
norte , incluyendo en esta denominación las provincias de Cajamarca y Hua-
machuco (La Libertad). su impacto fue sobre una entidad socio-política que
se había consolidado ya durante el Período Intermedio Temprano y cuya
esfera de interacción llegaba por el sur al Callejón de Huaylas y por el este a
los bordes orientales del Marañón , en el departamento de Amazonas .
La influencia Huari en el área de Huamachuco fue breve y no tuvo
mayores efectos sobre la tradición local. Durante el período comprendido
entre 800 y 1000 d . de C. continuaban las construcciones monumentales . En
Marcahuamachuco se edificó por entonces una gran galería rectangular y en
Cerro Las Monjas. una estructura circular (Topic 1983). Huamachuco, al pa-
recer. también recibió influencias de los bordes orientales de la divisoria con-
tinental. a la vez que influía fuertemente sobre los valles de Moche y Virú.
donde se levantaron muros fronterizos que dividían el valle medio del bajo
(Mackenzie ; Topic y Topic). El valle de Moche fue controlado brevemente. al
parecer, por grupos serranos de los flancos occidentales (Melly 1983 ).
Por otro lado , durante este período, mientras en Huamachuco se des-
tacan importantes vínculos con la región occidental. no hay indicios de su
relación con el Callejón de Huaylas. Los intercambios con Cajamarca. si bien
existentes. no tuvieron mayor importancia. hasta casi desaparecer después
del año l 000 d . de C.
Es difícil especificar cuál fue el tipo de influencias Huari en Huama-
chuco . La alfarería asignada a este estilo se encuentra presente únicamente
en entierros de élite o grupos foráneos. La abundancia de materiales exóticos
encontrados en el área indica , por otra parte, que el intercambio tuvo una
función importante o que estuvo vinculado a un contexto ritual. Si los depó-
sitos ubicados en diferentes puntos del área corresponden a la época Huari,
éstos corresponderían a depósitos de ofrendas antes que de almacenamiento
de tributos impuestos a la población local. El asentamiento de Cerro Amaru,

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en Huamachuco. sugiere, un enclave de influencias foráneas controladas por


Marcahuamachuco. dentro de un contexto ritual.
Por otra parte. mientras las evidencias de Cerro Amaru no indican
una conquista militar del área. las de Viracochapampa son aun más ambiguas
y no permiten mayores consideraciones. Lo único evidente a la fecha. tal
como ha obse rvado Topic , es que Viracochapampa es una estructura incon-
clusa. con características y patrones Huari. que se ejecutaba en el momento
que la quebró la influencia y control Huari. Desde este punto de vista, cabe
destacar también que la arquitectura de Huamachuco influyó sobre los patro-
nes Huari de los sitios sureños de la época 2. Por otro lado. la presencia
Huari. en Marcahuamachuco. se correlaciona cronológicamente con la apari-
ción de las fortificaciones de la costa norte. asignadas a la fase Moche V.
De acuerdo con Topic. el impacto más importante de Huari en la
sierra norte fue la transformación de las relaciones cooperativas costa-sierra
en competitivas, lo que originaría la emergencia de varios Estados indepen-
dientes en la sierra y luego un aumento del grado de interacción entre los
Estados serranos . En este proceso, Huamachuco tendría un papel destacado
desde los años 300-400 d. de C. hasta el año 1000 d. de C. Su interacción
con Huari fue breve , pero contribuyó con muchos de los conceptos arqui-
tectónicos presentes en la sierra central.

El Horizonte Temprano y la Arquitectura Monumental

La última década ha sido de especial importancia en lo que respecta a


nuestro conocimiento del Horizonte Temprano. Las investigaciones realiza-
das tanto en la costa como en la sierra norte han permitido. desde este punto
de vista. re formular el carácter, origen, naturaleza , cronología y expansión de
la Cultura Chavín y sustentar la necesidad de investigaciones adicionales que
planteen el problema dentro de los términos de las evidencias descubiertas.
El Horizonte Temprano ( 1300 a 500 a . de C.) representa la expansión
de Chav ín, la primera civilización del área andina. Reconocida por Julio C.
Tello en 1919, durante sus excavaciones en el Templo de Chavín de Huántar.
quedó definida en la costa con sus trabajos de 1933, en los pequeños templos
de adobe y piedra de Punkuri y Cerro Blanco en el valle de Nepeña. Los fri-
sos. el altorrelieve de los muros de estas estructuras. así como los artefactos
encontrados. indican una fuerte conexión con el sitio de Chavín. Nuevas evi-
dencias de la presencia Chavín en la costa fueron proporcionadas por los tra-
bajos de Tello en el valle de Casma. en 193 7. y por sus investigaciones en los
sitios de Pal lea. Mojeque y Cerro Sech ín .
Como resultado de sus investigaciones en las tres áreas. Tello planteó
el desarrollo independiente de Chavín en la sierra (estimulado mediante con-
tactos con la floresta) ; de donde se difundió a los valles de la costa. Una vez
que alcanzó la costa , sufrió algunas modificaciones o adaptaciones en su nue-
vo ambiente. Tello sugiere que el centro de desarrollo costeño fueron los

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vall es de Nepe i'ia y Casma . puesto que en ellos se encontraban las manifesta-
ciones arquitectónicas más elaboradas.
En 1933 . Rafael La rco Hoyle desc ubrió e n la quebrada de Cupisni-
que. al norte del vall e de Chicama . un iinportante ce menterio del Horizonte
Temprano . La cerámica funerari a tenía motivos simihlres a las piedras graba-
das de Chavín de Hu á ntar y. a la vez. una fu erte semejanza con los frisos en
altorrelieve de los templos de Casma y Nepei'ia. A diferencia de Tel10. Larco
planteó qu e la cultura Cupisnique (Chavín de la costa) tenía sus oríge nes en
el valle de Ne peña . Su argum ento se basaba en la naturaleza formativa de los
sitios de dicho valle . El Te mplo de Chavín de Huántar. al igual que muchos
otros sitios de la sierra. era muy elaborado comparado con los de la costa. un
indi cador de su caráct er má s tardío .
Actualmente se han sumado nuevas evidencias al debate. Las e xcava-
ciones d e la Universid ad de Tokyo en Kotosh. en 1960. 1963 y 1966 . han se-
ñalado que aunque aquí el fenómeno Chavín es intruso . el sitio exhibe una
larga secuencia de arquitectura ceremonial y desarrollo cultural que preced e
a Chavín . Por otro lado , las relaciones estilísticas entre la cerámica más tem-
prana del sitio y la procede nte de la floresta tropical d el Ucayali son de espe-
cial consideración. Un análisis de los motivos de las esculturas líticas de
Chavín e xhibe una rica iconografía de origen amazónico . dando fu erza al
argumento de Tel10. John H. Rowe. en 1962.estableL·ió cuatro frases para las
esculturas líticas de Chavín : AB . C. D. EF. Los relieves del Templo de Cerro
Blanco. en Nepefia , han sido asignados a la fase C, lo que por otro lado sus-
tentaría la opinión de Larco, en cuanto fueron prototipos del elaborado
Templo de Chavín de Huántar.
La excavación en Cerro Sechín , Casma , ha confundido los orígenes
costefios de Chavín al señalar la presencia de varias fases de construcción.
qu e se inician en el Período precerámico . El templo más antiguo corresponde
a una plataforma y templo con fachada de piedras grabadas. Los motivos del
frontis son peces antropomorfos o polícromos, delineados mediante incisio-
nes . Durante el Período Inicial , el templo fue ampliado y la fachada cubierta
con una pared de estilo lítico en plano relieve. En 1937, Tello consideraba a
este edificio post Chavín. El problema aún irresoluto gira alrededor de los
motivos esculpidos : ¿son ancestros de Chavín o representan manifestaciones
independientes? El problema resulta aún más confuso debido a la ocupación
Chavín del sitio, al comienzo del Horizonte Temprano .
La distribución de las manifestaciones Chavín en el norte del paralelo
6º22 al paralelo 7012 es considerable. Numerosos objetos Chavín se han des-
cubierto en el valle de Lambayeque . El cementerio del Morro de Eten ha sido
especialmente significativo en lo que respecta a sus ofrendas funerarias y con
motivos míticos en relieve, que hacen recordar a los ornamentos de oro des-
cubiertos en Chongoyape en 1939 . Tel10 sefiala una ocupación Chavín deba-
jo del material Chimú en Huaca de la Ventana, en el valle de Lambayeque.
Excavaciones recientes en la zona de Batán Grande confirman lo señalado

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Crónicas Bibliográficas _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

por Tel10, por cuanto muchas de estas pirámides truncas tienen una ocupa-
ción inicial temprana . Un importante templo Chavín en la sierra es Pacopam-
pa. que tiene igualmente una fase inicial pre-Chavín.
La parte media del valle de Santa Cruz (Cajamarca). por donde pasa
el río Cañad , afluente del Chilato , contiene evidencias de una notable ocupa-
ción temprana . Los numerosos montículos asociados con cerámica incidida y
grabada de estilo Cupisnique sugieren notables relaciones con el valle de Je-
quetcpeque. A su vez, este valle es el que ha ofrecido las más importantes evi-
dencias de una arquitectura ceremonial temprana. En él, aparte del templo
con frisos en alto relieve de Limóncarro y los cementerios de la cuenca media
del valle , se han identificado 52 sitios correspondientes a este período.
En el valle de Chicama , una ocupación del Horizonte Temprano está
presente en los niveles superiores de Huaca Prieta y comprende habitaciones
construidas con adobes cónicos .
El Complejo de Caballo Muerto en el valle de Moche , descubierto ha-
cia 1974, está compuesto por 20 sitios, correspondientes a montículos. plata-
forma, cimientos, habitaciones, una colina fortificada y un cementerio . El
monumento más elaborado corresponde. sin embargo , a la Huaca de los
Reyes. una plataforma aterrazada en forma de U, con grandes frisos de barro
que incluyen cabezas antropomorfas con atributos felinos , figuras paradas y
figuras zoomorfas. El sitio es uno de los más elaborados de los encontrados
en la costa norte y rivaliza con los templos de Nepe11a y Casma . Algunos si-
tios más se han encontrado en el valle , pero el complejo de Caballo Muerto
ofrece evidencias importantes sobre la naturaleza de la ocupación del Hori-
zonte Temprano y su influencia en la costa nor-central.
El valle de Virú fue estudiado intensivamente por un grupo de arqueó-
logos en 1946. Las culturas del Horizonte Temprano, denominadas Guañape
Tardío , han sido identificadas en once sitios, ubicados en la cuenca inferior
del valle. El aspecto a destacar es la identificación que se hizo por primera vez
de cerámica doméstica de este período.
Poco se conoce de los sitios tempranos del valle del Santa. La presen-
cia de algunos cementerios de donde se habría extraído cerámica temprana.
así como de geoglifos en las colinas de la cuenca media , insinúa que se trata
de una región de especial importancia por su relación con el valle de Casma.
En el valle de Casma , las primeras evidencias del Horizonte Temprano
- Mojeque. Paica y Sechín - fueron identificadas porTello en 1937. En 1956,
Donald Collier y Donald Thompson exploraron el valle . Thompson señala
seis grandes sitios del Horizonte Temprano. de los cuales tres corresponden a
pirámides de piedra y barro , dos son sitios residenciales y uno es templo . El
estilo de cerámica correspondiente a este período ha sido definido como
Patazca y su arquitectura es similar a la de Nepeña. lo cual sugiere que ambos
valles constituyen una unidad.
Finalmente. el valle de Huarmey. Duccio Bonavia (1982) ha señalado
la presencia de algunos asentamientos tempranos y montículos pirámides co-

200 Revista Andina, año 3


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mo Huaca Huamba y Huaca Semillar. que a juzgar por sus patrones arquitec-
tónicos corresponden a conceptos similares a los del valle de Casma.
El sumario de estas evidencias sugiere la presencia de dos entidades
sincrónicas durante el Horizonte Temprano: la tradición Cupisnique. al norte
del río Virú. y la tradición Paica, al sur del mismo río. En el primer caso. la
interacción entre los valles de Virú. Chicama , Moche , Jequetepeque y Lam-
bayeque y su hinterland, debió manifestarse a través de los templos de Paco-
pampa y La Copa. mientras que los valles de Casma, Nepeña y Huarmey esta-
rían vinculados directamente con Chavín. Esta relación, sin embargo. queda
cuestionada si se considera la presencia de Caballo Muerto en el valle de Mo-
che , cuyas esculturas en barro pueden correlacionarse claramente con las de
los templos de Cerro Blanco y Puncuri , en Nepeña , y Mojeque. en Casma .
Un segundo problema incluye la cronología de la cerámica. la función
de los sitios y el papel que desempeñaron las culturas del Período Inicial en
el origen del fenómeno Chavín.
Del examen de las evidencias recogidas y documentadas en el valle
medio del J equetepeque surgen algunos planteamientos. En primer término.
la homogeneidad de los materiales culturales en la totalidad de los monumen-
tos examinados. tanto en lo que respecta a su técnica de construcción como
en lo que se refiere a la presencia sistemática de los mismos -incluyendo los
estilos alfareros, espejos y vasos de antracita. recipientes tallados en rocas
ígneas y cuentas de sodalita y cristal de roca- , sugiere su contemporaneidad
y establece un límite cronológico que los ubica entre fines del Período Inicial
y comienzos del Horizonte Temprano.
Las estructuras, en general, presentan fases de construcción en forma
de ampliaciones o reconstrucciones. Estas, sin embargo, no parecen corres-
ponder a largos períodos de tiempo y necesarios cambios en el estilo. Res-
ponden más bien a un patrón o práctica de construcción que en muchos ca-
sos debió de ser coetánea. Se rellenaban estructuras acabadas a las que luego
se les adosaba muros de sostenimiento a fin de ampliar las plataformas y
terrazas. Del mismo modo, pisos acabados se cubrían y rellenaban a fin de
soportar la estructura superior que debió construirse inmediatamente.
No debe olvidarse, por otro lado, que calamidades naturales, en for-
ma de inundaciones por el desborde de las quebradas o avenidas de tierra y
lodo , semejantes a las ocurridas en 1972 y 198 l que inundaron Tembladera
y destruyeron parte del pueblo de Chilete, en el mismo valle de Jequetepe-
que, han ocurrido durante todo el período prehispánico, pues es un fenóme-
no cíclico de la zona, consignándose sus huellas en muchos de los sitios tem-
pranos y recientes del valle. Sin embargo, estos fenómenos no deben consi-
derarse como causa exclusiva para la remodelación de las estructuras monu-
mentales.
Los estilos de cerámica asociados con las estructuras corresponden,
en un porcentaje superior al 900/0, a los estilos tempranos encontrados en
el valle de Cajamarca y definidos principalmente en los sitios de Huacaloma

No . 1, julio 1985 201


Crónicas Bibliográficas _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

(Ravines 1976 ; Terada y Onuki 1982) y la Hacienda Torrecitas (Reichlen


1949).
Entre las formas características de las vasijas tempranas presentes tan-
to en el valle de Cajamarca como en el de Jequetepeque, figuran: a) ollas glo-
bulares sin cuello con borde engrosado; b) cuencos altos de lados convexos o
ligera mente rectos ; c) escudillas carenadas; d) escudillas de lados rectos lige-
ramente expandidos ; e) vasijas cerradas con cuello cilíndrico corto y labio
engrosado ; f) escudillas con decoración pintada post-cocción ; y g) botellas
globulares con base plana y asa estribo. En general , la decoración es particu-
lar a cada una de las formas señaladas, figurando entre los motivos y técnicas
decorativas: a) puntos y círculos estampados con caña en la pasta bastante
húmeda y que forman agrupaciones de triángulos ; b) líneas incisas profundas
qu e forman arcos paralelos o triángulos pendientes achurados ; c) aplicaciones
en forma de botones o cordones delgados con presión digital: d) zonas puli-
das con bruñido diferencial en forma de líneas oblicuas o bandas pulidas
alred edor del cuello que contrastan con la superficie áspera de la vasija ; e) lí-
neas incisas anchas y poco profundas.
Los estilos alfareros iniciales propios de la zona , asociados a vasijas de
estilo Cupisnique costeño en el valle de Cajamarca , que dieron margen a
Reichlen para definir el estilo Torrecitas-Chavín (Reichlen 1949), sugieren un
intenso contacto entre el valle y la cuenca alta del J equetepeque , afianzado
con la presencia de numerosos y diversos moluscos marinos en la basura de
todos los sitios excavados correspondientes al período Inicial-Horizonte Tem-
prano, a la vez que parecen indicar la contemporaneidad del estilo Cupisni-
que con los estilos iniciales del valle medio del Jequetepeque y Cajamarca .
La totalidad de las evidencias registradas ~ugiere , igualmente, que los
div ersos montículos-plataforma tenían una función ritual. Sin embargo , salvo
un a plataforma asociada con un sistema agrícola y un conjunto de plataformas
at errazadas (13 .17) vinculado aparentemente al complejo funerario de edifi-
cios circulares, ninguno de los otros monumentos ha aportado pruebas sufi-
cientes sobre su función. Aparentemente, las viviendas de los pobladores del
Período Formativo se agrupaban alrededor de grandes conjuntos monumen-
tal es. En general, estos poblados estaban constituidos por estructuras preca-
rias, hechas a base de cañas y postes de madera, de las que quedan, como úni-
cas evidencias, series irregulares de huecos de postes, impresiones de barro,
pretiles de piedra, hornillas. De modo general, las viviendas eran de planta
rectangular o ligeramente oval , tenían un solo recinto y en la parte central
una hornilla cuadrangular, de piedra o barro.
Un sistema de riego a base de canales y presas de lecho, incluyendo
el represamiento frontal de torrenteras y quebradas, fue evidentemente la
base económica de estas poblaciones. Debe señalarse que por entonces el
fondo del valle, debido a la presencia de una densa vegetación leñosa subtro-
pical , resultaba incultivable , siendo sólo las terrazas, de primer y segundo
nivel , las únicas tierras aptas para la agricultura.

202 Revista Andina, año 3


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Ravines: Arqueología del norte - Perú

En este aspecto parece obvio que los recursos marinos sólo adquirie-
ron importancia con el establecimiento y desarrollo de las comunidades agrí-
colas. si se considera aclem:ts lo notabk del cultivo y el aprovechamiento ele
plantas comestibles durante las últimas fases del Periodo Prccerámico.
Finalm e nte, pese a lo sugestivo del tema. resulta un poco apresura-
do comparar las estructuras ceremoniales del valle del Jcquetepeque con
otras de los Ancles Centrales. Desde este punto ele vista, si en verdad se com-
prueba en todas las estructuras públicas una voluntad de fonna que les con-
fiere cierta familiaridad. su comparación en detalle requiere algunas defini-
ciom·s y precisiones aún no establecidas.

Rogger Ravines
Apartado 3048
Lima 100
Perú

No. 1, julio 1985 203


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