Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Asimismo, sabemos que la audiencia es quien decide que ver, pero tomemos en cuenta
que no todos cuentan con un sistema de cable de paga para poder elegir a libertad y
conciencia, ahora nos centramos en los pocos canales en señal abierta que tenemos y
nos damos cuenta que en su mayoría el dominio de contenidos es inculto y de farándula.
Tal como lo señala Aparici y García en su libro ¡Sonríe, te están puntuando!: “es una
emisión televisiva de alto espectro que tiene como fin primordial aumentar la audiencia,
aunque medie para ello productos de dudosa ética y discutible estética” (2017, sp). El
rating que suelen generar los espectadores impulsa a su crecimiento y sin querer llenan
los bolsillos de los productores de programación basura que alejan a los televidentes de
la realidad y no promueve la opinión libre y crítica.
Un claro ejemplo seria “El valor de la verdad”, programa que en cada transmisión aparte
de ponerle un precio a la veracidad implica manchar la dignidad de otra persona, hecho
que sirve como enlace para que este sea el próximo invitado, formando una cadena de
nunca acabar por las diversas preguntas formuladas que en muchas ocasiones son
irrelevantes y simples sobre su vida personal. Otro punto es la honorabilidad de la
poligrafía, este es un instrumento que en vez de ser usado para desmentir en el
programa intentan sacar lo positivo de un acto malo o limpiar el nombre de una persona
involucrada en algo fuerte como es el caso de “La fiesta del horror” donde diversos
chicos realities fueron implicados y acudieron al sillón rojo para aclarar el tema.
Es evidente que es un programa antiético, ya que sus valores los deja de lado para
enfocarse en la ganancia y beneficios a su criterio, estas últimas semanas fuimos testigos
de las confesiones de Erick Sabater y Coto Hernández que hicieron revelaciones fuertes
sobre sus ex parejas y temas íntimos obviando el respeto al integrante y los implicados
durante el desarrollo del programa. Por ello, Iberico (2018) añade que: “vulnerar
derechos y crear en la ciudadanía desconfianza sobre la transparencia que deberían
exhibir los hombres de prensa al acercarse a sus fuentes” (p.263). Como entenderán se
enfocan en el espectáculo, omiten los principios de la sociedad y transgrede sus
derechos a su conveniencia porque si el deber de la televisión es comunicar y difundir
programas de calidad pues es claro que este no lo representa.
Para culminar, este tema queda en manos de la sociedad y el estado tomar conciencia,
porque el tipo de calidad de contenidos que apuestan para las futuras generaciones será
de gran importancia para tener una mejor ciudadanía que la de ahora. Aunque en la
actualidad, el grado de importancia en la sociedad es bajo si no paramos esta
problemática, la pérdida de valores, los estereotipos y la deshumanización serán
consecuencias por la emisión de estos contenidos. Es pequeño el número de ciudadanos
que hoy se preocupan por esos temas, pero puede crecer si nos centramos en informar
y propagar diversas charlas de orientación sobre este asunto.
Autora: J.M.Q.P