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MUSICOTERAPIA EN EL ADULTO MAYOR

LIC FRANZ BALLIVIAN POL

En el trabajo con el adulto mayor o personas de la tercera edad se hace ineludible


recurrir a un grupo interdisciplinario, para atender con idoneidad a su problemática. Factores
tan determinantes como la amenaza del acercamiento a la muerte, la herida narcisista del
envejecimiento, entre otros, producen en cada anciano reacciones diversas, predominando
sentimientos tales como aburrimiento, estancamiento, empobrecimiento personal.

La Musicoterapia es una disciplina científica que estudia e investiga la relación del ser
humano con el sonido, la música, el ritmo, etc. Es una especialidad que aprovecha una serie de
recursos expresivos tales como la música, el sonido, el silencio, la palabra, la voz, el ruido, los
gestos y los movimientos corporales para configurar una estructura integrada de expresión,
promoviendo la salud física y mental.

En Musicoterapia se crea un espacio donde la persona pueda crear, jugar, expresarse,


encontrarse con sus sonidos y con el otro. El espacio musicoterapéutico es un ámbito en el
que se promueve la manifestación emocional y la actividad lúdica, donde las percepciones,
sensaciones y vivencias corporales son el punto de partida para que la persona pueda
encontrarse con sus propias posibilidades, con su cuerpo y sus sonidos.

En el juego sonoro la música puede actuar como disparador de nuevos pensamientos e


ideas creativas. A partir del trabajo creativo la persona puede rehacer, recuperar, reconstruir
su mundo pasado y presente, construyendo así su propia historia sonora.

Al momento de plantear las actividades, se tienen en cuenta las necesidades de cada


persona tales como:

 El reconocimiento como individuo, con sus expectativas e inquietudes, las cuales


se deben intentar satisfacer.
 Ser miembro activo, capaz y útil, considerando su capacidad física, mental y
emocional.
 Oportunidad de autoexpresión.
 Sentimientos de valoración.

GENERAR NUEVAS OPORTUNIDADES.

A partir de lo que la persona posee y despliega, en función de sus propios tiempos, la


Musicoterapia brinda una oportunidad para el desarrollo de diferentes objetivos, tales como :

 Generar y mantener la motivación por las nuevas actividades.


 Hacer posible la comunicación.
 Promover conductas e intercambios sociales.
 Prevenir o revertir el aislamiento.
 Ofrecer contención emocional.
 Descubrir potencialidades de producción propia, que aumenten la seguridad en sí
mismo y eleven la autoestima, alejando al individuo del lugar del déficit.
 Estimular permanentemente para lograr una promoción personal y una mayor
actividad comunitaria.

Considerando lo antes expuesto, pensando en brindar una mejor calidad de vida,


desde la Musicoterapia se ofrecen actividades que operen como sustituto o reparación de
gratificaciones perdidas. Se propone llevar a la persona a tomar parte activa y no caer en una
actitud pasiva y dependiente, como así también tener una disposición abierta y vital hacia la
vejez propia y ajena.

La Musicoterapia apela a la cualidad movilizadora de la música para provocar


respuestas que generen cambios positivos en las personas. El musicoterapeuta intuye,
propone, interviene, plantea modelos alternativos de participación y expresión, acompañando
al paciente en todo momento.

Pueden usarse muchos medios para la aproximarse a la problemática individual y para


profundizar la misma:

 Improvisaciones sonoras, vocales e instrumentales.


 El canto como disparador de recuerdos, posibilita el aprendizaje, mejora la
dicción (empobrecida por el uso de psicofármacos), ubica en tiempo y espacio
(atención, memoria, etc.), posibilita la externalización de la personalidad y la
conducta (permite efectuar señalamientos individuales tales como bloqueos,
silencios, estereotipos, inhibiciones, etc.)
 Trabajos con ritmos y melodías (estimulan la atención, memoria, secuencia
temporal y rapidez en las respuestas)

Para ello serán necesarios pocos recursos y materiales, tales como espacio físico
amplio y luminoso, instrumentos musicales, objetos sonoros que pueden ser creados por el
paciente, equipos de audio y demás elementos que se necesiten según el desarrollo de las
actividades.

La musicoterapia data de los años 40 como rama de medicina recuparativa, que con
los efectos fisiológicos, afectivos y mentales de la música, contribuye a un equilibrio
psicofísico de las personas. Es una especialidad orientada a la apertura de los canales de
comunicación por medio del sonido, la música, el gesto, el movimiento, el silencio, en un
contexto no-verbal de la terapia, situando estas técnicas en un contexto verbal. La relalción
input-output que ocurre entre la persona y el terapeuta se ve acompañada por la música. La
musicoterapia pretende posibilitar la comunicación y expresión en aquellas personas
necesitadas de ello, facilitando la apertura emocional y el acceso hacia el lenguaje, lo que
contribuye enormemente en el proceso de curación.

Los objetivos pueden ser educacionales, recreativos, de rehabilitación, preventivos o


psicoterapeuticos y pueden ser programados hacia las necesidades físicas, emocioanales,
intelectuales del paciente. A nivel general esta terapia pretende:

 Desarrollar los aspectos referidos al bienestar emocional, la salud física, el


funcionamiento social, las habilidades de comunicación y cognoscitivas a través de
las respuestas musicales.
 Planificar sesiones musicales para los individuos y grupos teniendo en cuenta las
necesidades de los mismos, trabajando con: improvisaciones musicales,
auidiciones receptivas, analisis y comentario de canciones, actividades expresivo-
creativas (dibujo, danza, modelado, movimiento, expresión corporal)
 Recalcar la importancia de lo vivido corporalmente.
 En la persona de edad avanzada se trata de favorecer el recuerdo y el
mantenimiento de la memoria (por ejemplo con musica de su pasado), al tiempo
que se trata de disminuir la agitación e incremetar la orientación en la realidad.

La musica se disfruta y valora de manera universal y puesto que juega un papel


intergral en la vida cotidiana, la idea de utilizarla para propósitos terapeuticos parece
evidente y fascinante.

Los métodos de tratamiento pueden hacer resaltar la escucha, la improvisación, la


actuación, la comprensión, el movimiento y pueden incluir experiencias adicionales en el arte
como la danza, el teatro y la poesía.

A veces la música puede ser el punto de partida del movimiento para comenzar un
proceso de recuperación funcional; otras veces, invita al dialogo corporal entre paciente y
terapeuta. En ocasiones puede hacer que una sesión grupal sea más completa, ayudando a
sentir el ritmo y conseguir así mayor coordinación en los movimientos. La Musicoterapia
actúa como motivación para el desarrollo del autoestima, con técnicas que provoquen en el
individuosentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción y mucha
seguridad en sí mismo.

El ritmo, elemento básico, dinámico y potente de la música, es el estimulo orientador


de procesos psicomotores que promueven la ejecución de movimientos controlados,
desplazamientos tomando conciencia del espacio, vivenciados a través del propio cuerpo. Sin
embargo, no es necesario oir la música para sentir el ritmo, de ahí que podamos trabajar con
personas mayores hipoacúsicas o sordas a través de las vibraciones. La melodía permite
profundizar en las emociones además de otros aspectos relacionales, causando a veces
consuelo, sosiego, soñación y otros como reflexión, tristeza, ira, etc...

Los objetivos de la musicoterapìa como complemento al tratamiento fisioterápico


serán prestar ayuda a mayores inhibidos, a personas paralizadas en su expresión corporal,
encerrados en su soledad, a ayudar a encontrar a través del ritmo y la melodía la posibilidad
de liberación corporal, de expresión y de comunicación.

Los mecanismos emocionales que la experiencia musical vivida pone en


funcionamiento se traducen por respuestas motoras que siguen el ritmo de la música, por
respuesta cinestésicas del tipo tensión-distensión, frío-calor, etc y modificaciones
neurovegetativas como el enlentecimiento o aceleración del ritmo cardiaco, respiratorio, etc.

Mediante la aplicación de la musicoterapia, se ha podido constatar que muchas


personas han mejorado considerablemente su deficiencia. Es obvio que ésta será en función
del grado y de la cualidad de la misma, ya que podemos perseguir los mismos objetivos ni los
mismos resultados en un tipo de incapacidad que en otro.
“Para el cerebro no hay vacaciones ni retiro”, dice Alfred Tomatis, otorrinolaringólogo
francés, quien dedicó su vida a investigar las relaciones psico-neurologicas existentes entre el
oído, el lenguaje y la comunicación, y descubrió la enorme importancia que tiene la audición
en la dinamización del cerebro.

Tomatis ha demostrado que cuando se estimulan las habilidades para escuchar las
personas sienten un mayor interés por la lectura, el aprendizaje y la autoexpresion. Se
despierta un profundo deseo de comunicar, de contactarse con el mundo y de vivir. En otras
palabras, encuentran una manera eficaz de satisfacer la constante necesidad de rejuvenecer
que sienten todas las personas cuando empiezan a envejecer.

Hoy día se sabe que el oído humano es una verdadero dínamo para el cerebro y que
entrega más del 90% de la energía necesaria para mantenerse en estado de vigilia. Sin
embargo, para que esto ocurra es indispensable proveer al oído de estimulaciones continuas a
través del sonido, la música y el movimiento.

ESTIMULACIÓN PARA LOS OÍDOS.

Un oído que trabaja bien durante la vida activa y que cuando llega la jubilación deja de
hacer esfuerzos para escuchar, va a perder sus capacidades. Esto ocurre porque la escucha
depende de dos músculos que se encuentran en el oído medio y que, como todo músculo,
cuando dejan de ejercitarse pierden su tonicidad y se atrofian. El Oído Electrónico y la música
de Mozart ofrecen la posibilidad de reeducar esos músculos despertando el deseo de
comunicar y entregando un considerable aporte energético al cerebro.

A los pocos días de comenzar el tratamiento las personas se vuelven más dinámicas,
más comunicativas; su postura deviene menos encorvada y comienza a disminuir el tiempo
que pasan durmiendo. La piel de la cara se tensa y pone más lozana, como si se tratara de un
verdadero “lifting” dice Tomatis. El oído vuelve a entregar energía al cerebro.

Esta carga energética se traduce en bienestar y aumento de la vitalidad, lo cual tiende


a disminuir el cansancio y los malestares psicosomáticos propios de la edad y asociados a
estados depresivos. Comienza a instalarse una actitud mental mas positiva y optimista que
ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. En otras palabras, la modificación de la manera de
escuchar permite romper el circulo vicioso vejez-cansancio-dolor--depresión-soledad.

La voz también juega un rol muy importante en estos ejercicios de estimulación. En


una etapa del tratamiento se les pide a las personas que lean en voz alta frente a un micrófono
durante media hora. El oído Electrónico les devuelve la voz mejorada, haciendo énfasis en la
frecuencias del lenguaje y en las frecuencias más agudas que son las que se van perdiendo con
la edad. Este ejercicio les ayuda a mejorar el timbre, la articulación y el volumen de su voz y
sobretodo les enseña a autoestimular su oído y el cerebro haciendo resonar sus huesos con su
propia voz.

Muchos pensionistas después de seguir un curso audio vocal en nuestro Instituto


buscan integrarse a grupos corales para vivir el placer de cantar juntos, dar conciertos y
pertenecer a un grupo.
En general todas las actividades artísticas son bienvenidas en esta edad, porque
permiten la auto expresión y obligan a las personas a estar más conectadas y presentes en el
aquí y en el ahora, especialmente a aquellos que tienen tendencia a replegarse sobre si
mismos

Todos los ejercicios que se realizan en las sesiones de musicoterapia son «cosas muy
sencillas que ellos pueden hacer para que su autoestima suba». Igor López insiste en que no se
trata de seguir el dicho de que «la música amansa a las fieras» sino de provocar con la música
diversas reacciones. La relajación es una de ellas pero no la única también se ejercita la
memoria, el movimiento... o incluso «pasar un buen rato para evitar la depresión».

En este sentido el musicoterapeuta explica que «no siempre vas a querer que tu
paciente se relaje, tienes unos objetivos terapéuticos y utilizas la música para conseguirlos».

Algunos enfermos de Alzheimer no recuerdan ni su nombre y tienen dificultades para


la «ubicación temporal» pero la melodía de una canción puede traerles a la mente retazos de
su historia. En este sentido Igor López explica que «las canciones que escuchamos siempre
son de su época para enraizar con lo que es la reminiscencia». A estos pacientes en concreto y
a los ancianos en general, la música «les ayuda a recordar y ejercitar la memoria» pero
también «emocionalmente suelen sentirse mejor».

COMUNICACIÓN.

La música se convierte además en un medio de comunicación para estos «pacientes


que en muchos casos están aislados socialmente». En estas sesiones descubren que «no tienen
que hablar para comunicarse sino que pueden hacerlo a través de la música, cantando una
canción, tocando instrumentos…».

Igor López deja claro que no se trata de crear una orquesta profesional, que aprendan
a tocar el piano o ni siquiera que la música resultante «sea bonita sino que la utilicen». En las
sesiones de musicoterapia se da a cada anciano un instrumento «muy sencillo, de fácil manejo,
como los que utilizan los niños en la escuela». Panderos, maracas, claves, xilófonos… se
convierten en un elemento de comunicación para el que, en los casos más extremos,
únicamente hace falta un leve movimiento de muñeca como es el caso de las sonajas. Se trata
de que «ninguno se sienta imposibilitado para hacerlo sonar».

MOVIMIENTO.

Tocar los instrumentos musicales, por sencillos que sean, ya supone la realización de
movimientos lo que supone el cumplimiento de otro de los objetivos de la músicoterapia que
va dirigido al estado físico de los pacientes. Además de los instrumentos, la música facilita la
realización de movimientos más o menos coordinados con la realización de bailes.

En este apartado se da especial importancia a la improvisación en la que «los


pacientes tocan instrumentos y es lo que salga, no hay ninguna guía» y la misión del terapeuta
es «mirar cuál es el flujo musical de cada uno, si uno toca mucho o poco, si se comunica, si tú
te acercas y te contesta tocando…». A lo organizado por el musicoterapeuta se suma la
respuesta personal de cada paciente a la música que transmite a través del lenguaje corporal.
MUSICOTERAPIA Y GERIATRÍA.

La Musicoterapia es una técnica que ya ha demostrado sus beneficios en el


tratamiento de diversos trastornos, como el autismo, el insomnio, las enfermedades mentales,
e incluso influye positivamente en la recuperación de los bebés prematuros. Sin embargo, la
musicoterapia también pude ayudar a mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes
ancianos.

"La musicoterapia es, esencialmente, un lenguaje emocional. El compositor intenta


plasmar una serie de sentimientos, pero es el oyente quien transfiere a esa melodía su propio
estado de ánimo, sus recuerdos y las circunstancias de su vida pasada. Cada persona le da
significado a la música, y este significado va cambiando de una hora a otra y de un día a otro”,
explica Serafina Poch

Según Poch, quien trabaja en la aplicación de la musicoterapia en pacientes con


enfermedad de Alzheimer, Parkinson, demencias seniles o depresiones, la música actúa como
un estímulo emocional y físico. El estímulo emocional se consigue mediante la parte melódica
y armónica, mientras que “la estimulación física es posible gracias al ritmo, que es un
elemento energizante y hace que las personas mayores, que en ocasiones padecen un
cansancio crónico, acusen en menor medida los achaques físicos”.

De hecho, la musicoterapia “ayuda a reducir el tiempo de hospitalización y hace que el


paciente necesite mucha menos medicación de la habitual”.

La aplicación de la musicoterapia en personas mayores también permite mejorar su


comunicación con los demás y, en el caso de los enfermos con Alzheimer y otras demencias, es
un excelente medio de expresión de emociones. Asimismo, la música es una promotora de
asociaciones mentales y emocionales, una manera más recreativa de ejercitar la memoria y
mejorar la motricidad del enfermo, que puede moverse o realizar actividades físicas al ritmo
de la música. De ahí que muchos fisioterapeutas recurran en ocasiones a la música para que
los ejercicios de rehabilitación sean más eficaces.

VIAJES MUSICALES.

Entre los ejercicios puestos en práctica por Poch se encuentran los ‘viajes musicales’,
que consisten en la realización de viajes imaginarios mediante la combinación de la
visualización de paisajes o escenas y música evocadora. De esta manera, “los enfermos pueden
trasladarse mentalmente a un lugar ficticio y realizar ‘viajes’, aunque sean imaginarios, fuera
del hospital”.

Una prueba más de que la música puede mejorar la calidad de vida de los pacientes
mayores se halla en un estudio realizado por Poch en un grupo de once pacientes del
recientemente desaparecido Instituto Psiquiátrico Tomás Dolsa, de Barcelona. Los resultados
del trabajo, que tuvo una duración de tres meses, indicaron que la musicoterapia
“proporcionaba un mayor apoyo emocional casi en el 85 por ciento de los casos y favorecía la
activación sensorial y motora de pacientes muy sedentarios”.

RELACIONES INTERPERSONALES.
Asimismo, la música se convirtió en un excelente medio para fomentar “las relaciones
interpersonales, que mejoraron hasta en un 48 por ciento, y para la expresión de
sentimientos, lo cual resulta significativo si se tiene en cuenta que algunos de los pacientes ni
siquiera hablaban”.

Para que la musicoterapia aporte beneficios las sesiones no deben componerse


exclusivamente de técnicas musicales, sino que debe tener un contenido psicoterapéutico,
pues uno de los principales beneficios de la musicoterapia es que “ayuda a tomar contacto con
la vida emocional del paciente. Es imprescindible establecer una buena comunicación con el
paciente, hacerle tomar contacto temporal con su entorno y conectar con su vida emocional”,
Poch.

En el trabajo con la tercera edad se hace ineludible recurrir a un grupo


interdisciplinario, para atender con idoneidad a su problemática. Factores tan determinantes
como la amenaza del acercamiento a la muerte, la herida narcisista del envejecimiento, entre
otros, producen en cada anciano reacciones diversas, predominando sentimientos tales como
aburrimiento, estancamiento, empobrecimiento personal.

La Musicoterapia es una disciplina científica que estudia e investiga la relación del ser
humano con el sonido, la música, el ritmo, etc. Es una especialidad que aprovecha una serie de
recursos expresivos tales como la música, el sonido, el silencio, la palabra, la voz, el ruido, los
gestos y los movimientos corporales para configurar una estructura integrada de expresión,
promoviendo la salud física y mental.

En Musicoterapia se crea un espacio donde la persona pueda crear, jugar, expresarse,


encontrarse con sus sonidos y con el otro. El espacio musicoterapéutico es un ámbito en el
que se promueve la manifestación emocional y la actividad lúdica, donde las percepciones,
sensaciones y vivencias corporales son el punto de partida para que la persona pueda
encontrarse con sus propias posibilidades, con su cuerpo y sus sonidos.

En el juego sonoro la música puede actuar como disparador de nuevos pensamientos e


ideas creativas. A partir del trabajo creativo la persona puede rehacer, recuperar, reconstruir
su mundo pasado y presente, construyendo así su propia historia sonora.

Al momento de plantear las actividades, se tienen en cuenta las necesidades de cada


persona tales como:

 El reconocimiento como individuo, con sus expectativas e inquietudes, las


cuales se deben intentar satisfacer.
 Ser miembro activo, capaz y útil, considerando su capacidad física, mental y
emocional.
 Oportunidad de auto expresión.
 Sentimientos de valoración.

La aplicación de la musicoterapia en personas mayores también permite mejorar su


comunicación con los demás y, en el caso de los enfermos con Alzheimer y otras demencias, es
un excelente medio de expresión de emociones. Asimismo, la música es una promotora de
asociaciones mentales y emocionales, una manera más recreativa de ejercitar la memoria y
mejorar la motricidad del enfermo, que puede moverse o realizar actividades físicas al ritmo
de la música. De ahí que muchos fisioterapeutas recurran en ocasiones a la música para que
los ejercicios de rehabilitación sean más eficaces

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