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Siempre explique el procedimiento antes de comenzar un tratamiento; si existe alguna duda sobre
el resultado final, se debe informar de esto al cliente. Se recomienda utilizar la tarjeta de registro
del cliente para tomar nota de todos los aspectos de una consulta. Puede ser adecuado solicitar al
cliente que firme un documento, estableciendo que está de acuerdo con el curso sugerido de
acción y que están al tanto de cualquier reserva que usted pueda tener.
Los sentidos de la vista, del olfato y del tacto brindan mucha información al estilista preparado. Sin
embargo, se necesita de una revisión más directa para confirmar la condición de cortex, la
porosidad del cabello, cualquier sensibilidad alérgica a un producto, y la presencia de químicos de
tratamientos previos.
La Prueba de Porosidad
La porosidad es la medida de la capacidad del cabello para absorber humedad. El cabello dañado
(por lo general cargado negativamente) será muy poroso, con una capa de cutícula abierta que
expone la corteza interna. El cabello en estas condiciones parecerá apagado y seco, y con
tendencia a quebrarse. Cuanto más poroso el cabello, más rápido tendrá efecto el tratamiento, y
los tiempos de exposición deben ajustarse en forma acorde.
Idealmente, el cabello dañado, muy poroso necesita cortarse antes de ser coloreado o
permamentado. A veces la porosidad varía; esto es especialmente común en el cabello largo, con
raíces grasas y puntas secas.
Con una mano, seleccionar un cabello individual o grupo de cabellos por la punta. Con la otra,
deslice el pulgar y el primer dedo hacia abajo por el cabello desde la punta hasta la base. Evalúe
cuán áspero o suave es el cabello, utilizando las siguientes pautas para determinar una línea de
acción:
Suave y vítreo
La cutícula es densa y dura. El cabello con una porosidad pobre puede estar falto de humedad y
será resistente al tratamiento.
Levemente áspero
Esto suele indicar un cabello normal y saludable.
Áspero
Demasiado poroso: el cabello puede haber sido tratado con anterioridad. Utilice un producto de
acondicionamiento previo.
La Prueba de Elasticidad
La elasticidad del cabello puede determinar la condición de la corteza; un cabello adecuadamente
acondicionado es elástico. Para realizar esta prueba, coja un único cabello entre ambos pulgares e
índices y estire el cabello (puede ser necesario desprender el cabello de la cabeza del cliente).
La Prueba de la Piel
Antes de utilizar cualquier tratamiento químico en el cabello por primera vez, es esencial realizar
una prueba de la piel, ya que en raras ocasiones puede ocurrir una reacción alérgica provocando
un enrojecimiento, picazón y ampollas. En particular, los químicos de color que contienen
fenilenediaminas (para dyes) y los colores permanentes que contienen peróxido de hidrógeno
pueden causar determinada reacción en algunas personas.
Limpie una pequeña área de piel sensible (detrás de la oreja, o dentro del codo) con algodón
empapado en alcohol.
Mezcle una pequeña cantidad del químico a utilizar y aplíquelo
Cubra con una tirita
Pídale al cliente que no lo retire durante 24 a 48 horas
Si ocurre una reacción adversa dentro de este tiempo, el cliente debe retirar el parche, lavar el área
con delicadeza y, de ser necesario, consultar con un médico. No se deberá continuar con el
tratamiento bajo ninguna circunstancia. Se recomienda realizar una prueba de piel cada vez que un
cliente solicite un tratamiento químico, ya que las reacciones alérgicas pueden desarrollarse a lo
largo del tiempo.
Si se sospecha la utilización previa de un producto con base química, o si existe una posibilidad de
que un tratamiento previo no se ha retirado, utilice la siguiente prueba:
Mezcle 40ml de peróxido de hidrógeno de 20 volúmenes (6%) con 2ml de amoníaco
Corte unas pocas muestras del cabello del cliente (asegúrese de que provengan del área
sospechosa) y únalas con algodón o cinta adhesiva
Coloque las muestras en la solución y déjelas por 30 minutos
Si el cabello ha cambiado de color o si se formaron burbujas, o si la solución está caliente, no
proceda con ningún tratamiento del salón que contenga peróxido de hidrógeno.