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ÉTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN: INFLUENCIA EN LA OPINIÓN PÚBLICA

LA ÉTICA. Es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir, está
considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN, Con el término medio de comunicación se hacen referencia al instrumento o forma de contenido
por el cual se realiza el proceso comunicacional o comunicación. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los
medios de comunicación masivos, sin embargo, otros medios de comunicación, como el teléfono, no son masivos sino interpersonales.
Los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución. Muy probablemente la primera forma de comunicarse entre
humanos fue la de los signos y señales empleados en la prehistoria, cuyo reflejo en la cultura material son las distintas manifestaciones
del arte prehistórico. La aparición de la escritura se toma como hito de inicio de la historia. A partir de ese momento, los cambios
económicos y sociales fueron impulsando el nacimiento y desarrollo de distintos medios de comunicación, desde los vinculados a la
escritura y su mecanización hasta los medios audiovisuales ligados a la era de la electricidad y a la revolución de la informática y las
telecomunicaciones cada uno de ellos esenciales para las distintas fases del denominado proceso de globalización.
ÉTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN: La relación entre la ética y los medios de comunicación implica una problemática
novedosa y cada vez más rica y compleja. Nos proponemos analizar aquí esa relación; en particular, nos preguntamos si es posible que
los medios de comunicación determinen la acción de los hombres de modo tal que ésta no pueda considerarse libre.
Decimos que esta problemática es novedosa porque la presencia de los medios en la vida cotidiana es un fenómeno de los últimos años.
Recordemos que solo a comienzos del siglo XX se transmite por primera vez la voz humana desde una emisora (radio), que la imagen
se emite, aproximadamente, a la mitad de siglo (televisión) y que, en estas últimas décadas, se produce lo que suele llamarse la
"explosión mediática". Los medios son un elemento en expansión dentro de nuestra cultura que está íntimamente vinculado con la
técnica; por eso, es que la relación entre ética y medios implica, a su vez, una posición respecto de la técnica.
Por otra parte, y al mismo tiempo, los medios son un componente esencial de los nuevos procesos políticos, económicos y culturales
que llamamos globalización; y, también, en este aspecto, guardan estrecha vinculación con la ética y la filosofía política.
INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA SOCIEDAD
El influjo que ejercen los medios de comunicación de masas sobre la sociedad actual es innegable, en unos casos esta capacidad de
intervención sobre el individuo, y por ende, sobre la colectividad social puede resultar beneficiosa, sin embargo en otras ocasiones,
puede tener un efecto realmente perjudicial. Así lo afirma Juan Pablo II al expresar en el año 1996 que “Estos medios tienen una
utilidad indiscutible, pero no deben engañarnos ni adueñarse de nuestra vida”. Así, las sociedades modernas disponen de unos sistemas
políticos principalmente basados en los principios democráticos, de este modo, para estos entes el manejo, o gestión de la información
tiene un carácter fundamental para sus objetivos, es la llamada teledemocracia, el psiquiatra Luis Rojas Marcos “la televisión hace
mucho bien como fuente de información, como factor de cohesión y como refuerzo de la democracia”, de aquí se desprende que
realicemos nuestra primera diferenciación importante entre información, desinformación y manipulación.
El primer concepto obedece a la comunicación de un hecho que por sus características propias tiene interés para la opinión pública, la
desinformación es la información errónea trasmitida por parte del emisor, ya sea por falta de celo profesional del informador u otras
causas imputables al emisor, al canal, etc., pero a diferencia de la manipulación nunca existe intencionalidad de faltar al principio ético
por antonomasia de la comunicación: la veracidad.
La opinión pública en ocasiones recibe tal cantidad de informaciones que es incapaz de reconocer cuales son erróneas y cuáles no,
cuales están manipuladas y cuáles no, precisamente esta hiperinformación sitúa al individuo en el punto inverso al que creía estar
ubicado, es decir, el receptor de ese enorme flujo informativo no tiene capacidad suficiente como para asimilar y procesar ese ingente
material. No es capaz de discriminar lo bueno de lo malo, un ejemplo muy en sintonía con este tema extrapolado del ámbito más
general a un espacio más concreto de la información, es la incapacidad de los servicios de inteligencia actuales para dar validez,
credibilidad, o certeza a los innumerables mensajes que reciben acerca de una determinada investigación. Precisamente por esa
imposibilidad manifiesta a la hora de diferenciar entre la información veraz, la desinformación o la manipulación.
Ahora bien, el receptor del flujo informativo, es soberano en cuanto a su libertad de elección de medios de comunicación, de este modo,
la prensa escrita tradicionalmente se ha caracterizado por unos niveles de prestigio mayores que los obtenidos por los medios
audiovisuales, ello puede ser debido a que la información tratada se somete a un proceso de análisis más profundo, distinto al que puede
aplicarse a los audiovisuales, quizá por encontrarnos en la era de la noticia express, predominando de esta forma la instantaneidad
informativa, así el impacto producido por una noticia en el espectador cobra mayor relevancia si es emitida de forma inmediata, incluso
en directo, de este modo, en las redacciones de los medios informativos, en ocasiones ante determinadas noticias denominadas de
alcance no hay tiempo material para contrastar las noticias aparecidas en los teletipos y es necesario optar entre la inmediatez con el
consiguiente riesgo de faltar a la verdad o conseguir un relevante impacto visual en la audiencia del medio. Aunque el escritor Oscar
Wilde manifestara: “aquellos para quienes el presente lo constituyen las cosas presentes, no conocen nada del tiempo en que viven”.
Por su parte, la prensa escrita tradicional, no digital se enfrenta a un grave problema: la voracidad de la televisión, así el contenido de
una noticia difundido en un periódico un día después ya es historia.
Ahora bien, cada medio tiene su forma de tratar el material informativo, así la emisión de una noticia en televisión puede durar una
media de uno o dos minutos, en ese tiempo hay que comunicar al telespectador el que, él como el cuándo y el porqué de la noticia,
inevitablemente el hecho se va a ver seccionado o mutilado, ya que, por muy buena que sea la labor de síntesis, siempre van a faltar
elementos, entendemos que imprescindibles que permitan al telespectador formarse un juicio exacto del hecho difundido.
Así mismo, existen otras teorías que justifican esta instantaneidad de la televisión en el poder que proporciona la imagen, supliendo las
carencias de esa aludida celeridad. Por su parte la radiodifusión, se enfrenta con el reto de tener que utilizar la palabra para proporcionar
entidad visual a la noticia, objetivo que se consigue a través de descripciones o narraciones basadas en la aportación de múltiples datos,
que permiten al oyente formarse una idea muy exacta de la noticia, a través de la sucesión de testimonios e informaciones que
reemplazan esa invisibilidad del hecho noticiable.
El adolescente y la televisión
Dentro de los grupos más expuestos figuran los niños y los adolescentes porque su edad no les permite distinguir las intenciones de los
mayores. Aunque el adolescente ha pasado ya la etapa de la infancia, donde la falta de criterio al seleccionar la oferta televisiva
ocasiona los mayores problemas debido a que el niño aprende por imitación, no deja de ser vulnerable a los mensajes de la televisión,
porque se encuentre aun en una etapa de crecimiento. El adolescente ya distingue la realidad de la fantasía pero aún no tiene un criterio
sólido y una posición personal frente a las cosas que lo hace fácilmente influenciable. Por esta razón asume nuevas actitudes y
comportamientos, buscando siempre una imagen de sí mismo que se ajuste más a su idea del comportamiento de los adultos.
Es aquí donde la televisión puede influir, presentando una falsa vida de los adultos, con fuertes dosis de hedonismo y violencia, de
amores imposibles, buenos y malos, justicias e injusticias, ambición, barreras de clases sociales, intrigas, venganzas, infidelidades,
mentiras, etc. Pero con muy poco amor auténtico, responsabilidad y madurez. Como ejemplo tenemos las películas de acción, las
dramatizaciones o ciertas mini series que tratan temas con demasiada crudeza, denuncian ciertas desviaciones de la conducta humana o
cuestionan circunstancias o situaciones particulares de la sociedad o de la cultura que percibe el televidente adulto sin ser afectado pero
que pueden desorientar al joven porque las situaciones para ellos no son claras.
Como influye en la conciencia del adolescente.
Lo que no entiende el adolescente es que el mundo no está conformado por dos bandos, el de los buenos y el de los malos, si no por
seres humanos cuyas acciones son más complejas que los que se presenta en la pantalla.
El hombre es un ser racional, dotado de la libertas para decidir y, por lo mismo, no está libre de equivocaciones, porque nadie es
eternamente bueno o malo. Por lo tanto, la visión simplista podría ser reemplazada por otra en la cual los personajes aparezcan más
humanos, más reales en situaciones más próximas a las de cada día.
El afán de realismo puede confundir la conciencia de los jóvenes, si no existe una buena orientación al respecto es por eso la
importancia del control de los horarios de emisión de la televisión, tanto por parte de las televisoras como por parte de los padres, los
cuales no se encuentran exentos de los peligros a los que están expuestos sus hijos todos los días.
Esta confusión puede manifestarse en la pérdida de la sensibilidad. Un adolescente acostumbrado a ver escenas de violencia, entre las
que se encuentran no sólo series policíacas o de acción sino también ciertos dibujos animados, no tendrá la misma sensibilidad ante un
acto violento real como uno que ha visto dichas escenas. Y no sólo eso, también pierde el gusto por lo que no es violento.
Por lo tanto, el área más afectada por la televisión es la conciencia, pues la caja mágica intenta promover la compra y venta de algún
producto mediante la explotación del sexo y el placer, colocándolos como final feliz de toda acción. Al hacer esto la conciencia no va
dirigida hacia los buenos hábitos, hacia los valores humanos, o hacia el desarrollo cultural o intelectual; sino que ocasiona una grave
distorsión de valores, que al darse en forma masiva altera notablemente el equilibrio de una sociedad.
FALTAS A LA ÉTICA EN EL PERIODISMO
Las principales líneas que deben seguir los medios de comunicación para cumplir con su función social de informar a la sociedad son:
objetividad, veracidad, oportunidad y pluralidad. Cuando estos criterios no se consideran en la información presentada, esta es imparcial
1.- Omitir información. Cuando la pluralidad, que en teoría debería caracterizar a los medios de comunicación, no se cumple;
cuando no se da a conocer la información que generan los diversos actores sociales; cuando la información es parcial y tendenciosa,
entonces, decimos, se está faltando a la ética.
Cuando se ignora la información procedente de todos los actores involucrados en los acontecimientos obviamente se presenta al público
una visión sumamente limitada y unilateral de los hechos, lo que influye en la toma de decisiones de los ciudadanos.
2.- Presentar la información acompañada de adjetivos calificativos. En la información que se dada conocer debe existir objetividad
e imparcialidad. Esto se pasa por alto cuando la información se transmite con diversos adjetivos y frases exageradamente elogiosas que
califican a los personaste y las acciones que realizan para incidir en la opinión del público receptor.
3.- Hacer énfasis sólo en un aspecto de la información. Al hacer hincapié sólo en algunos detalles se transmite una información
sesgada, es decir, con una intencionalidad específica: fomentar la imagen positiva de algún personaje o quitarle mérito a otro.
4.- Diferencias en los tiempos asignados para dar información sobre los diversos actores. Como se ha dicho anteriormente, los
medios de comunicación tienen el compromiso de informar a la sociedad de manera objetiva, veraz, oportuna y plural. La pluralidad es
sinónimo de variedad; implica dar las mismas posibilidades en tiempo y espacio a los actores sociales que toman parte en los
acontecimientos. En este punto la ausencia de ética se ha reflejado en diversas ocasiones.
Cuando se habla de informar con equidad no se trata de cubrir tiempos iguales con cualquier información sobre determinados
personajes. La equidad se refiere a dar el tiempo necesario para conocer información sustancial sobre los personajes públicos
involucrados en el tema sobre el cual se informa; es decir, que los medios aporte los datos necesarios para que los receptores se formen
una idea propia de lo que acontece en el entorno.
5.- Uso de los planos televisivos para ensalzar o perjudicar la imagen de algunos actores sociales. Otro de los recursos que utilizan
los comunicadores para mostrar preferencia por determinados actores sociales más que el uso de calificativos es el manejo de diferentes
tomas de cámara o planos televisivos; con ellos s e da agilidad o lentitud a la nota informativa que transmiten (plano general,
acercamiento, toma de detalle...) Una noticia será más atractiva si se emplean cambios constantes de imágenes, a diferencia de
aquellas noticias informativas donde sólo se observan imágenes estáticas.
6.- No dar los antecedentes suficientes para entender la noticia. La falta de ética se observa porque no se dan a los espectadores los
elementos necesarios para elaborar un juicio crítico respecto a los acontecimientos y a las partes involucradas.
7.- Utilizar los medios de comunicación como tribuna para defensa o autopromoción. Los medios de comunicación tienen la tarea
de informa lo que acontece. También se reconoce en ellos la función de orientar a la opinión pública, una meta que se alcanzaría si se
dieran a conocer los elementos necesarios para que los espectadores tengan un punto de vista propio sobre los distintos sucesos. No
obstante, existe la posibilidad de confundir esa orientación informativa con la búsqueda de confrontaciones y de aliados para resolver
una situación; al hacerlo, la empresa comunicadora sólo se torna un espacio para dirimir conflictos, para atacar y defenderse, para
enaltecer o desprestigiar a los actores involucrados.
8.- Inducción en las preguntas durante las entrevistas. Las entrevistas que se realizan a personajes públicos se hacen para dar
información (de alguna fuente directa) sobre algún acontecimiento o dar a conocer al público algunas características de ciertos
personajes. En ninguno de los dos casos el reportero deber apoyar o negar lo expuesto por el entrevistado y mucho menos, elaborar las
preguntas de tal manera que permita obtener una respuesta esperada.

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