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Contenido

Objetivo ......................................................................................................................................... 2
BIntroducción ................................................................................................................................ 2
Antecedentes del estrés postraumático ....................................................................................... 3
TRASTORNOS PSICOTRAUMÁTICOS EN LA CULTURA CLÁSICA ..................................................... 4
Guerras .......................................................................................................................................... 5
ESTRÉS ........................................................................................................................................... 5
Acontecimiento traumatico .......................................................................................................... 6
Trastorno de estrés postraumático ........................................................................................... 6
El psicodiagnóstico de trastorno de estrés postraumático ....................................................... 7
Aspectos conceptuales y diagnósticos del trastorno de estrés postraumático ........................ 8
Secuelas psicológicas en víctimas de terrorismo y secuestros ............................................... 10
Proceso de Evaluación ......................................................................................................... 11
Evaluación del paciente ....................................................................................................... 12
Tratamiento por medio de fármacos para el TEPT.............................................................. 13
Bibliografía................................................................................................................................... 14

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Objetivo
El trastorno de estrés postraumático es un trastorno que algunas personas presentan después
de haber vivido o presenciado un acontecimiento impactante, terrorífico o peligroso. Es natural
sentir temor durante una situación traumática o después de ésta.

El objetivo de este trabajo es estudiar los diferentes casos de estrés postraumático y recoger los
aspectos descritos en el presente trabajo sobre las causas con las que se relaciona el estrés
postraumático, analizando las consecuencias de un evento causador de estrés postraumático,
examinando las consecuencias de un evento de estrés postraumático de cualquier tipo de origen.

Introducción

En la terminología psiquiátrica, la denominación de Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) en


la tercera versión de la clasificación diagnóstica de la Asociación Psiquiátrica Americana. Desde
esa fecha en adelante este cuadro clínico ha cobrado gran importancia hasta alcanzar su máxima
divulgación con ocasión de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 a las Torres
Gemelas del World Trade Center de Nueva York y al Pentágono en Washington.

El TEPT se caracteriza por una tríada sintomática de fenómenos invasores, conductas de evitación
y síntomas de hiperalerta en respuesta a un acontecimiento traumático, el que puede presentarse
en cualquier sujeto y a cualquier edad. Este diagnóstico constituye un problema de salud pública

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por su alta prevalencia, por afectar de preferencia a población activa, por presentarse tanto en
población general como en combatientes, por la incapacidad que genera y por los altos costos de
salud que implica. Es un cuadro que en general ha sido subdiagnosticado y por ende subtratado.

Los trastornos psíquicos reactivos a experiencias psicotraumáticas constituyen un área de estudio


que suscita una gran preocupación social. El mundo occidental está cada vez más sensibilizado por
el impacto de este tipo de trastornos y por las medidas de prevención, tratamiento y reparación
de las víctimas. En este contexto ha surgido el término “Trastorno de estrés postraumático” que
ha producido una copiosa investigación y ha sido objeto de redefiniciones y controversias. El
concepto de trastorno de estrés postraumático representa la formulación actual de los trastornos
psíquicos reactivos a acontecimientos traumáticos, unificando una serie de categorías previas muy
dispersas de la bibliografía anterior (neurosis traumática, neurosis de renta, neurosis de guerra,
estrés de combate, etc). El trastorno se define por su etiología y por una serie de categorías
descriptivas.
El desarrollo de la psiquiatría militar ha transcurrido estrechamente unido al de los trastornos
psicotraumáticos. La psiquiatría de guerra y catástrofes constituye un campo privilegiado para el
estudio del trastorno de estrés postraumático. Los ejércitos modernos deben intervenir, como
fuerzas de interposición o pacificación, en conflictos bélicos localizados y en misiones de ayuda
humanitaria en grandes catástrofes. Además, los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado
constituyen un especial grupo de riesgo frente a la frecuente violencia ciudadana y terrorista. Por
todo ello constituyen un grupo, especialmente relevante, para el desarrollo de programas de
investigación que pueda contribuir a la prevención, al tratamiento y a la reparación de las víctimas.

Antecedentes del estrés postraumático


La existencia del hombre, desde siempre, se ha visto amenazada por guerras y catástrofes
devastadoras. (Medina, 2001). La humanidad desde el inicio de todo se a encontrada inmiscuida
en conflictos desacuerdo entre los mismos que los llevan a actuar de una forma violenta y causar
un daño a la otra parte entonces partiremos desde las primeras culturas para ver las conductas
que muestran. van desde el Mediterráneo paleoriental hasta áreas culturales africanas o
americanas precolombinas.
En los fundamentos de nuestra cultura y en otras próximas, se pueden encontrar dos
concepciones, de gran trascendencia histórica, que han aportado una interpretación y un sentido
al sufrimiento postraumático:

 La primera concepción considera que “ el sufrimiento postraumático era imputable a la


voluntad Divina ”. Los eventos traumáticos han sido considerados como fenómenos
necesarios para la conversión religiosa y para la salvación.
 • La segunda, asimila el sufrimiento postraumático al “ drama de Dios que sufrió
hasta la muerte, sin ser culpable, para la expiación de las culpas humanas ”. La divina
víctima propiciatoria ha proporcionado el modelo de identificación para soportar el dolor
postraumático.

Ambas concepciones han persistido hasta la actualidad y contribuido al sentido de la


muerte para la cultura occidental

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Un evento traumático severo e inesperado ocurre en menos de un minuto, pero sus
consecuencias perduran varios años. (Pieschacón, 2011), nadie esta excepto de que en algún
momento de su vida llegue a pasar por algún momento fortuito que le lleve una mala
experiencia que le lleve un largo tiempo olvidar y este influya en su vida personal no dejándole
desarrollarse de mejor manera ante la sociedad. El hombre ha estado expuesto a eventos
traumáticos desde los principios de la humanidad: ha padecido las inclemencias de la
naturaleza, terremotos, huracanes, tsunamis, incendios, inundaciones. Sin embargo, la
condición humana ha sido capaz de producir eventos traumáticos más allá de cualquier límite:
guerras, violaciones, abuso sexual, maltrato infantil, secuestro, reclutamiento forzado,
explotación sexual, desplazamiento forzado, terrorismo, tortura, etcétera, son sólo algunos
ejemplos en los que la mano del hombre ha sido responsable de precipitar las alteraciones
cognitivas, emocionales y conductuales propias del trastorno de estrés postraumático (TEPT).
A raíz de estas atrocidades el ser humano ha cambiado su visión acerca de su propia
vulnerabilidad y acerca de la concepción del mundo como un lugar seguro, aspecto del
procesamiento cognoscitivo, fundamental en la etiología del TEPT (Pieschacón, 2011).

TRASTORNOS PSICOTRAUMÁTICOS EN LA CULTURA CLÁSICA


Una serie de arquetipos mitológicos representan el sufrimiento postraumático:
 Io , es el arquetipo de la mujer violada. Ovidio en su obra “Las Metamorfosis”, la
describe como una princesa seducida por Zeus, transformada en vaca y,
posteriormente, perseguida y atormentada por los celos de Hera, bajo la forma de un
“tábano”. Tormento asimilable a los recuerdos y pesadillas traumáticas de las víctimas
de la violencia sexual
 • Orfeo es el ejemplo del duelo psicotraumático. Su dolor, por la pérdida de
Euridíce, le abrió los infiernos y le devolvió a amada, para perderla de nuevo. La
desesperación de Orfeo le llevo a la soledad y la muerte.

En la llamada “Ilustración griega” tiene su origen la tragedia clásica, autores como


Sófocles, Esquilo y sobre todo Eurípides, aportan una nueva apreciación del sufrimiento
postraumático. El terror suscitado por la voluntad divina, pasa a ser contemplado desde la
perspectiva del destino humano incluyendo la culpa y la motivación en la acción trágica.

Los conceptos romanos sobre los trastornos psicotraumáticos repiten, con escasas
variaciones, los temas griegos. Quizá la única mención más destacada sería la de Lucrecio en
su “De Natura Rerum” que aborda en uno de sus capítulos el tema de los sueños y describe
las pesadillas dolorosamente persistentes que asedian a los protagonistas de acontecimientos
traumáticos.

Accidentes de ferrocarril del siglo XIX


La primera descripción de un cuadro en la literatura científica que se parezca al trastorno de estrés
postraumático surgió en la segunda mitad del siglo XIX cuando el medico británico Johhn Erich
Erichsen describió las lesiones “latigazos” describió las lesiones que sufrían las víctimas de los
accidentes ferroviarios. Este autor defendió la existencia de una enfermedad genuina y distinta,
tanto de la histeria como de la simulación. Esta propuesta fue muy debatida y otros insignes
autores como Page defendiendo que el origen de los railroad spines .

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Guerras civiles
en el mundo ya han existido un numero de guerras mundiales que han marcado en la historia y
en cada quien que las conformo y la forma en la que devastaron ciudades y a personas de las
mismas. Un psiquiatra militar británico acuñoo de sell shock en los estudios que realizo a soldados
británicos. En aquellos la neurosis traumatica planteaba serie de dificulta a todas las partes
implicadas. Los soldados no deseaban ser tratados como cobardes en combate, los médicos que
los diagnosticaban que no querían tener que diagnosticar cobardía, y las autoridades militares no
sabían explicar el hecho de que un soldado que había afrontado el combate de manera
satisfactoria se hundiera de repente. Esta cuestión era importante época, ya que mas de 200
soldados británicos fueron considerados a muerte y ejecutados por un delito de cobardía.

ESTRÉS
El término carga en general derivó en estas ciencias al término de «estresor», para hacer
alusión al estímulo inductor de estrés. ( Pérez Jarauta, Echauri Ozcoidi, & Salcedo, 2002) Los
términos de estrés y strain, sin embargo, habitualmente se han confundido subsumiéndose
ambos en el primero para denotar un estado del organismo («estado de estrés»); no obstante,
a veces se pueden encontrar diferenciados, reservándose el término de estrés para referirse
al estímulo, objetivamente mensurable, y el de strain para indicar la respuesta individual
(diferente en cada persona) al estresor.

A partir de este marco de referencia general, el concepto de estrés va a aplicarse de forma


diferente según el sesgo del científico. Así, mientras que los enfoques fisiológicos y
bioquímicos consideran el estrés en términos de respuestas, las orientaciones psicológicas y
psicosociales, al poner más énfasis en la situación estimular, han tendido a asumir el estrés
como un fenómeno externo, focalizado en el estímulo. Nos encontramos, por tanto, ante dos
tipos de perspectivas, las que enfatizan el componente externo (estresor) y las que enfatizan
el componente de respuesta fisiológica. Pronto, no obstante, se propuso un nuevo
componente, específicamente los factores psicológicos o subjetivos («cognitivos») que
median entre los agentes estresantes y las respuestas fi siológicas de estrés. Estas tres
orientaciones, es decir, estrés focalizado en la respuesta (por ejemplo, Selye, 1956), en el
estímulo (Holmes y Rahe, 1967) y en la interacción (Lazarus, 1966), marcarán el desarrollo de
la teoría general del estrés y de su aplicación al campo psicopatológico, y así mismo
clarificarán, cada una a su modo, lo que debe entenderse bajo el concepto del estrés.
Básicamente, se deduce que el estrés es un fenómeno complejo, que implica al menos a
estímulos y respuestas, y a procesos psicológicos diversos que median entre ambos.

El estrés se convierte en un problema cuando surge sin haber retos ni situaciones


excepcionales, cuando dura mucho tiempo después de que la situación estresante ha pasado,
si aparece ante situaciones que aún no han ocurrido o si no es suficiente para afrontar los
retos de la vida ( Pérez Jarauta, Echauri Ozcoidi, & Salcedo, 2002). Este estrés ya no nos ayuda
a vivir mejor sino que nos perjudica. Un nivel de estrés no adecuado mantenido durante cierto
tiempo produce malestar físico y emocional. Puede influir mucho en cómo nos sentimos y en
nuestra calidad de vida. Además, puede tener relación con algunas enfermedades como
problemas musculares, de la piel, digestivos, dolores de cabeza, insomnio.

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Acontecimiento traumatico
Hemos visto como el constructo de c se ha ido elaborando con el tiempo, con numerosas
críticas y objeciones procedentes de campos muy dispares. El primer elemento del constructo
se refiere al acontecimiento traumático considerado responsable, etiológico, del cuadro
clínico. En este elemento confluyen, de forma un tanto discrepante como ya se ha comentado,
los conceptos de estrés y trauma. Y surge, inevitablemente, una cuestión general: ¿qué
características debe reunir el estrés para ser considerado traumático? y otra serie de
preguntas en cadena:

a) Desde el punto de vista patogénico: ¿Existen acontecimientos traumáticos específicos, que


influyen en la presentación o en el desencadenamiento del TEPT?.
b) Desde el punto de vista patoplástico: ¿Los acontecimientos traumáticos específicos influyen
sobre el cuadro clínico, modalidades de síntomas y curso del proceso?. ¿Existen formas
específicas de reaccionar clínicamente ante determinados acontecimientos?
c) Desde el punto de vista del desencadenamiento: ¿Los acontecimientos traumáticos
específicos desencadenan, movilizan, activan o ponen en evidencia procesos
psicopatológicos, hasta entonces latentes, remitidos o en evolución?.
d) Desde el punto de vista de la predisposición: ¿Los acontecimientos traumáticos específicos
pueden imprimir modificaciones esenciales en el individuo que le puedan predisponer al
desarrollo ulterior de trastornos psicopatológicos?.

Los efectos de un acontecimiento traumático son diferentes según las personas que los
experimentan. Desde una perspectiva epidemiológica los factores etiológicos que se
correlacionan con una mayor incidencia del TEPT han sido:
1) La intensidad y severidad del acontecimiento traumático.
2) El nivel de exposición.
3) La repetición de situaciones traumáticas.
4) El tipo de acontecimiento traumático.

Todos estos factores contribuyen a la psicotraumatogeneidad del acontecimiento traumático. De


aquí la necesidad de detallar de forma específica cada experiencia, desde el acontecimiento
traumático mismo a las percepciones, afectos e interpretaciones que realiza la persona afectada.
A este respecto existe escasa uniformidad en la bibliografía debido a las diferentes técnicas de
evaluación lo que ha dado lugar a importantes discrepancias e inconsistencias. Para fundamentar
un diagnóstico apropiado es necesaria una evaluación total del acontecimiento traumático y de
las reacciones de las víctimas al mismo. Aún más, cuanto más detalladas sean las evaluaciones del
trauma y de las reacciones de los afectados, más completa será nuestra comprensión del cuadro.
Trastorno de estrés postraumático
Los sucesos traumáticos generan terror e indefensión, ponen en peligro la integridad física o
psicológica de una persona y dejan con frecuencia a la víctima en tal situación emocional que es
incapaz de afrontarla por sí misma. Cualquier acontecimiento de este tipo (una agresión sexual o
la violencia machista, por ejemplo) supone una quiebra profunda en el sentimiento de seguridad
de una persona (Echeburúa y Martínez, 2008).

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En la gráfica hemos sintetizado la tétrada sintomática que caracteriza al TEPT, intentando mostrar
el evento traumático (e.t.) y la perturbación psíquica del sujeto (S) en una dimensión temporal.
Sobre esta misma gráfica iremos montando, en lo sucesivo, algunos modelos del trauma
propuesto por diversos autores a partir del propio Freud. Simplificación riesgosa, pero que
estimamos puede ilustrar mejor los contrastes que deseamos destacar
 Acontecimiento traumático vivido como amenaza vital que genera una intensa respuesta
angustiosa
 Reexperimentacion del acontecimiento traumático
 Evitación de estímulos asociados al trauma
 Síntomas de aumento de activación (arousal)

Trastorno de estrés postraumático modelo cognitivo-conductual (Pieschacon 2011)

El psicodiagnóstico de trastorno de estrés postraumático


Desde su aparición como trastorno en el DSM-III (1978), ha sido uno de los diagnósticos que con
mayor frecuencia se han realizado, como consecuencia de bs delitos de carácter violento (Soria &
Roca, 2005) .También han sido muy cuestionados los criterios para definir el padecimiento de
dicho trastorno. En nuestro Código Penal se contempla dentro de las secuelas, pero, si bien suele
conllevar a nivel psicológico una gran incapacidad para el que lo padece, no parece ser ésta la
consideración que de dicho trastorno se hace desde el ámbito jurídico, siendo su puntuación
máxima de 5, muy por debajo de la puntuación que se le concede al trastorno depresivo. Según
el DSM-IV-TR el trastorno de estrés postraumático se caracteriza por:
A) La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que ha existido :

1) La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos


caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás.
2) La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: en
los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o
agitados.

B) El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más)


de las siguientes formas:

1) Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que
se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: en los niños pequeños esto
puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos

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del trauma. 2) Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen
malestar. Nota: en los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
3) El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo
(se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y
episodios disociativos de flas- hback, incluso los que aparecen al despertarse o al
intoxicarse). Nota: los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático
específico.
4) Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
5) Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.

C) Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad


general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los
siguientes síntomas:

1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso


traumático.
2) Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
3) Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
4) Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
5) Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
6) Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor).
7) Sensación de un futuro limitado (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una
familia o, en definitiva, tener la esperanza de una vida normal).

D) Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y
como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:

1) Dificultades para conciliar o mantener el sueño.


2) Irritabilidad o ataques de ira.
3) Dificultades para concentrarse.
4) Hipervigilancia.
5) Respuestas exageradas de sobresalto.

E) Estas alto-aciones (síntomas de los criterios B, C y D) se prolongan más de un mes.


F) Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
Como se puede observar, es un trastorno muy incapacitante, donde se debe realizar un buen
diagnóstico diferencial con respecto a otros trastornos como el trastorno adaptativo, el
trastorno por estrés agudo, el trastorno obsesivo-compulsivo (Soria & Roca, 2005).

Aspectos conceptuales y diagnósticos del trastorno de estrés postraumático


(Friedman, Resick y Keane 2007) sostienen que el estudio de la presencia de eventos traumáticos
y sus consecuencias, dentro de un contexto médico y científico, data de mediados del siglo xix. Al
inicio de la guerra civil, las conceptualizaciones americanas de las reacciones postraumáticas se
entendían como reacciones somáticas y fisiológicas que afectaban el sistema cardiovascular.

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La primera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, incluyó el
diagnóstico de “reacción de estrés fuerte”, que era apropiado para casos que implicaran la
exposición a demandas severas y físicas o a estrés extremo, como situación es de combate o
catástrofes. Desafortunadamente, este diagnóstico cambió en la segunda edición del DSM (DSM-
II, APA, 1968) a “malestar situacional transitorio”. A pesar de que continuaba el énfasis en la
naturaleza sobrecogedora del estresor ambiental sobre la diátesis para generar la reacción, el
interés fue exclusivo para situaciones que implicaran “temor transitorio asociado a combate
militar, con manifestaciones de temblor, huida y escondite”, desconociendo el hecho de que estos
síntomas podían caracterizar mejor una condición crónica, en vez de una reacción aguda.
Es evidente que la adopción oficial del TEPT generó un cambio significativo en la teoría de la salud
mental y en la práctica clínica. Como primera medida, subrayó la importancia del aspecto
etiológico del evento traumático; segundo, el modelo del TEPT promovió la investigación básica
tanto animal como humana, sobre el impacto casual del estrés extremo en las expresiones
moleculares, hormonales, conductuales y sociales del individuo; tercer o, esta inclusión permitió
el desarrollo de estrategias terapéuticas para el TEPT; finalmente, el diagnóstico del TEPT DEL
DSM-III reconoció que las reacciones a los diferentes eventos traumáticos tenían más elementos
comunes que diferencias, lo cual ha permitido que las mismas terapias sean eficaces en
poblaciones de trauma diferentes (Friedman, Resick y Keane, 2007).
Como se mencionó anteriormente, el trau ma psíquico o la clasificación diagnóstica oficial del tept
fue reconocido oficialmente en 1980, Este reconocimiento sirvió para facilitar la comunicación, la
investigación y la práctica sobre este trastorno.
Al respecto, se establecieron cinco criterios:
a) la presencia de un estresor (definido como un evento fuera del rango de experiencia normal)
b) síntomas de reexperimentación (por lo menos uno)
c) síntomas de evitación y de entumecimiento general de respuesta (por lo menos tres)
d) síntomas de activación (por lo menos dos);
e) criterio de duración de un mes.

El DSM-IV se formalizaron algunos cambios en el criterio diagnóstico del TEPT y se incluyó una
nueva categoría, la del trastorno de estrés agudo, dando como resultado los siguientes criterios
para el TEPT:
1. Exposición a un evento traumático que involucra amenaza de muerte o muerte, lesión
severa o amenaza a la integridad física de sí mismo o de otros, que incluye una reacción
de temor intenso, desesperanza y horror.
2. Reexperimentación de al menos uno o más síntomas, mediante recuerdos e intrusiones
desagradables del evento, que abarcan imágenes, pensamientos y percepciones; sueños
desagradables y recurrentes; conductas o sentimientos como si el evento estuviese
ocurriendo
Los síntomas de reexperimentación generan angustia y son intrusivos, y la persona no
tiene control sobre la manera cómo y cuándo se presentan; adicionalmente, elicitan
fuertes emociones negativas asociadas con el trauma inicial (Janoff-Bulman, 1992; Resick
y Schnicke, 1992).

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3. Evitación persistente de estímulos asociados con el trauma y entumecimiento de
responsividad general (ausente antes del trauma), que se manifiesta en tres o más de las
siguientes respuestas: esfuerzo por evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones
asociados con el trauma; esfuerzo por evitar actividades, lugares o personas que activen
estos recuerdos
4. Activación fisiológica de síntomas (no presentes antes del trauma), que se manifiesta en
dos o más de las siguientes condiciones: dificultad para conciliar o mantener el sueño,
irritabilidad o explosiones de ira, dificultad para concentrarse, hipervigilancia y respuesta
de alarma exagerada, lo cual sugiere que el individuo permanece en un estado constante
de respuesta de lucha-huida, que es similar a la manera como su cuerpo reaccionó
durante el evento traumático.
5. Para cumplir el diagnóstico de TEPT, se requiere que la duración de la reexperimentación
de síntomas, la evitación/entumecimiento y la sobreactivación fisiológica se presente
concurrentemente durante por lo menos un mes, y que esta sintomatología genere un
malestar general en el funcionamiento del individuo.
6. El malestar ocasiona alteraciones clínicas severas en las áreas social, laboral y otras
funcionales importantes.

Secuelas psicológicas en víctimas de terrorismo y secuestros


Todos estos delitos tienen un aspecto fundamental en común y es la vulneración de la
idea de justicia, que sitúa a la víctima en una situación de indefensión absoluta y provoca
sentimientos de rabia profunda dirigidos hacia el agresor. En relación con las víctimas de actos
terroristas, el impacto es similar tanto en los supervivientes como en los familiares de los
fallecidos, caracterizándose por:

A corto plazo: horas después al • Derrumbe emocional.


acontecimiento • Reacción de incredulidad.
• Sobrecogimiento.
• Incapacidad para reaccionar.
• Alteración de la consecuencia.
• Abatimiento
A medio plazo: días después • Se diluye el estado de shock.
• Experimentación de sensación de ahogo o
muerte inminente.
• Intensificación de las vivencias afectivas:
dolor, rabia, odio, impotencia, miedo,
culpa...
• Internalización o externalización de la
culpa.
• Reexperimentación del acontecimiento
vivido (estrés postraumático).
• Reactividad emocional intensa ante
noticias de otros atentados.
A largo plazo: • Cambios en la personalidad: pasividad,
dependencia, introversión, actitud
victimista, irritabilidad, sobreacth/ación.

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• Complicaciones en las interacciones
sociales y familiares.
• Embotamiento emocional.
• Anclaje en el pasado.
• Suspicacia.
• Actitud derrotista ante acontecimientos
cotidianos.
• Sentimientos intensos de culpa generados
por la ambivalencia.
• Tendencia al consumo de alcohol y drogas.

Tras la liberación, las reacciones psicológicas también son muy diversas, muy influidas por
la duración de éste y por las posibles secuelas físicas. Son frecuentes las alucinaciones, la
depresión, las crisis extremas de ansiedad, pesadillas, reacciones agorafobias o de terror a
espacios cerrados, síndrome de estrés postraumático, amnesias psicógena y disociativas,
cambios en la personalidad.

Aproximación teórica
Calhoun y Resick (1993) consideran que los diferentes modelos teóricos varían en su nivel de
análisis y complejidad, tendiendo en gran medida a superarse unos a otros. Desde el inicio de las
investigaciones de los combatientes de Vietnam en los años setenta, los investigadores han
tratado de explicar los síntomas del TEPT según las teorías del aprendizaje.
La teoría del procesamiento emocional y las teorías sociales cognoscitivas enfatizaron en
el procesamiento de información y el impacto del trauma en el sistema de creencias del
paciente.

Brewin, Dalgleish y Joseph (1996) propusieron la teoría de la representación dual, que


incorpora la teoría del procesamiento de la información y las teorías sociales-cognitivas. Estos
autores han centrado su trabajo en las investigaciones de las ciencias cognoscitivas
relacionadas con aspectos de memoria.

Cahill y Foa (2007) sostienen que una teoría psicológica adecuada del TEPT debe abarcar
por lo menos tres aspectos. Primero, debe incorporar la fenomenología del TEPT, incluyendo
los síntomas específicos y las características importantes asociadas. Segundo, debe considerar
el curso natural de las reacciones postrauma y el hecho de que los síntomas del TEPT son
comunes en la fase posterior inmediata al trauma. Finalmente, la teoría debe dar cuenta de
la eficacia de la terapia cognitiva-conductual, debido a que varias formas de esta terapia han
demostrado su efectividad en la reducción de síntomas severos de TEPT, así como en la
depresión y la ansiedad.

Proceso de Evaluación
A las dificultades, ya comentadas anteriormente, se añaden con frecuencia las siguientes:
a) La falta de datos sobre la situación, del individuo o de la población a estudiar, previos al
impacto del desastre. Con la excepción de algunas poblaciones en las que se requiere un
proceso de selección previo antes de incorporarse a determinadas profesiones, o de algunas

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poblaciones en las que se han realizado estudios epidemiológicos a gran escala. Muchos casos
carecen de antecedentes fiables.

b) Los individuos (y las poblaciones) son afectados, en diferente grado, por los desastres.
Existen diferentes grupos de afectados, incluso afectados “silentes” y otros “inesperados”,
como los miembros de los equipos de salvamento. Deberían establecerse criterios para
definir a las personas afectadas por un desastre.
c) A veces el acceso a los individuos, o a los datos, están limitados por factores de seguridad o
confidencialidad (es el caso de poblaciones militares).
d) Resulta difícil encontrar grupos control, con niveles semejantes de exposición que la
población que se quiere estudiar.
e) Se deben establecer que se va a evaluar, cuando, cómo y por qué.
f) Los procedimientos se deben adaptar a los recursos, con los que se cuenta (humanos,
materiales, etc.) y a las circunstancias sociales, políticas y económicas del momento.
g) Finalmente, hay que considerar los problemas éticos de este tipo de investigación,
consentimiento libre e informado, asegurar la confidencialidad, así como las posibles
repercusiones que puedan darse, cara a un proceso de compensación.

Evaluación del paciente


En el transcurso de la entrevista se va procediendo a la exploración psicopatológica del paciente
con TEPT para detectar:
 Alteraciones de la conciencia (estados de conciencia disociados, estados crepusculares).
 Alteraciones sensoperceptivas (flashbacks, ilusiones, alucinaciones).
 Alteraciones de la atención y concentración.
 Alteraciones de la memoria (hipomnesia, amnesia, hipermnesias).
 Alteraciones del pensamiento (recuerdos intrusivos, ideas fijas y sobrevaloradas).
 Alteraciones afectivas (embotamiento, distanciamiento afectivo, depresión, ansiedad).
 Comportamiento psicomotor (inhibición, inquietud). Alteraciones del sueño (insomnio,
pesadillas).
 Alteraciones del apetito y peso.
 Alteraciones sexuales.
 Alteraciones de las relaciones interpersonales (suspicacia, dependencia).
 Insight (conocimiento sobre sus problemas psicológicos, la atribución de los mismos y la
necesidad de tratamiento).
 Alteraciones psicofisiológicas (parámetros de activación autonómica).

Para favorecer la expresión emocional se han propuesto técnicas como:


a) Imaginación, pidiendo al paciente que imagine el momento del trauma, realice el recuerdo
sensitivo del acontecimiento y pase a la reexperimentación y expresión emocional.
b) Escucha activa: se invita al paciente a que reconstruya el acontecimiento traumático. El
proceso se realiza en una serie de fases:

(a) Escuchar: invitando al paciente a hablar de la experiencia traumática.


(b) Definir: poner de relieve los elementos más significativos de la experiencia.
(c) Confrontar: al paciente con la discrepancia entre su incapacidad social y la percepción
del trauma. Y se le enfrenta con su evitación y ansiedades.

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(d) Resolver: intentando que el paciente recuerde el acontecimiento con detalle.
(e) Aprobar: facilitando la catarsis del paciente.

Tratamiento por medio de fármacos para el TEPT

La utilización de psicofármacos en el TEPT se encuentra ampliamente documentada. Los


psicofármacos se han utilizado desde una prescripción puramente sintomática, para el alivio
de los síntomas como ansiedad, depresión o insomnio del TEPT. Pero también, distintos
fármacos se han empleado desde perspectivas presuntamente etiológicas, sustentándose
sobre los hallazgos neurobiológicos del TEPT: hiperactividad del sistema nervioso simpático,
alteraciones en el eje hipotálamo - hipofiso - adrenocortical, el sistema opioide endógeno,
alteraciones de la fisiología del sueño, entre otros. Se han propuesto diferentes modelos
neurobiológicos para la comprensión del TEPT

 Así, síntomas específicos tales como hipervigilancia, pesadillas y los flashbacks, se


atribuyen a la potenciación del locus coeruleus, del sistema septohipocámpico y de la
amígdala. Modelos experimentales (indefensión aprendida) han mostrado la eficacia
de sustancias que actúan a nivel del locus coeruleus o sobre las vías noradrenérgicas,
como los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de la MAO, las benzodiacepinas y
la clonidina.
 Síntomas como los recuerdos intrusivos, así como ilusiones o alucinaciones referentes
al trauma, se han relacionado con la hipersensibilización del sistema límbico (“modelo
kindling”). Sobre esta hipótesis se han intentado bloquear con la carbamacepina.
También se han relacionado con disfunción serotoninérgica y noradrenérgica, por ello
se han tratado con antidepresivos que actúen sobre estos sistemas.
 Síntomas de embotamiento afectivo pueden relacionarse con la hipótesis de un
aumento de los opiáceos endógenos y las similitudes con síntomas de abstinencia a
los opiáceos. Sobre esta base se ha ensayado el tratamiento con naloxona.
 Síntomas de evitación y otras alteraciones conductuales se han relacionado con una
hipotética disfunción serotoninérgica a nivel septohipocampal. Por ello se han
utilizado ISRS.

Conclusiones
Los tratamientos farmacológicos, tienen sus modelos de referencia, sobre una hiperactividad del
sistema nervioso autónomo, del sistema endocrino y de otros sistemas interrelacionados
(noradrenérgico, dopaminérgico, serotoninérgico y de los opiáceos endógenos). Los fármacos más
empleados son los ansiolíticos y los antidepresivos, este último grupo es el que ha generado una
mayor investigación. Las últimas perspectivas se orientan hacia los ISRS solos o en asociación con
BZD.

Los tratamientos psicológicos de referencia son las técnicas cognitivo-conductuales que se


agrupan en torno a los procedimientos para controlar la ansiedad (relajación, control de
respiración, inoculación de estrés, procesamiento cognitivo y otras) y los procedimientos de
exposición, en este último grupo destacan las técnicas de exposición prolongada y la
desensibilización por movimientos oculares (F. Shapiro), técnica controvertida que ha alcanzado
una gran popularidad.

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Con estas técnicas se han elaborado diversos programas para el tratamiento de grupos de
afectados (violaciones, terrorismo, accidentes, catástrofes, etc.).

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