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EL MUSEO DE ORO TAIRONA – CASA DE LA ADUANA

La Casa de la Aduana recoge la memoria de Santa Marta y su región sobre


conquistadores y piratas, sobre esclavos, curas y aguateros, sobre el
movimiento del puerto y la producción del banano, sobre las familias, las
instituciones, el comercio y hasta los huéspedes de hotel que la han
habitado.

El Museo de Oro Tairona – Casa de la Aduana es una de las casas más


antiguas del país, sin embargo Tan solo entre los siglos XVI y XVIII la ciudad
fue atacada por piratas en 46 ocasiones, dejando en ruinas las casas
construidas hasta entonces en Santa Marta. La casa de dos pisos data de
1730, cuando los hermanos Domingo y Nicolás Jimeno la construyeron con
dos plantas, como se la conoce hoy.
El Museo de Oro Tairona – Casa de la Aduana cuenta con cuatro salas
temáticas que nos invitan a adentrarnos en la vida y las historias de la gente
de la Sierra Nevada de Santa Marta y del departamento del Magdalena
durante los últimos 2000 años.
Santa Marta tiene unas características inconfundibles, como la Sierra
Nevada que es la montaña de litoral más alta del mundo, con su pico
Bolívar que es a su vez la mayor elevación de Colombia y que tiene la
altura de 5.775 metros sobre el nivel del mar; esto hace que sea la
única ciudad del mundo que posee todos los pisos térmicos y varios
tipos de vegetación, como húmeda tropical y seca a solo unos pocos
kilómetros una de otra en la zona que comprende este macizo
montañoso, dando así como resultado la ciudad con mayor
biodiversidad del mundo.
La Sierra Nevada de Santa Marta es el hábitat de más de 600 especies
de aves, 70 de murciélagos y 50 de ranas entre otras muchas especies
animales.

SOCIEDADES PREHISPÁNICAS

Dos períodos prehispánicos en la Sierra


Las investigaciones arqueológicas en la Sierra Nevada de Santa Marta han
propuesto distinguir dos periodos culturales: Nahuange y Tairona.

Entre el 200 y el 900 de nuestra era, durante el periodo Nahuange la gente


vivía de la pesca y la agricultura en aldeas cerca del mar. Se dedicaban a la
pesca, la explotación de sal, la caza y la agricultura de maíz y yuca; la talla
de piedras, la alfarería predominando en sus decoraciones los colores rojo y
negro y a la orfebrería con figuras zoomorfas.

A partir del 900 d.C., se observan transformaciones que marcan el comienzo


del periodo Tairona: mayor complejidad en las construcciones en piedra,
como basamentos de viviendas, caminos, plazas públicas y terrazas de
cultivo; notoria jerarquización social y concentración del poder; incremento
de la población y del territorio, y un nuevo estilo de orfebrería. Alimentos,
materias primas, saberes y objetos manufacturados fueron intercambiados
a través de circuitos sociales, políticos, económicos y religiosos que llegaron
a comunicar la Sierra con todo el Caribe y la cordillera Oriental.
En la cerámica continúan las superficies lisas, oscuras y pulidas, figuras
modeladas en arcilla y talladas en piedra, concha y hueso con figuras
antropozoomorfas.
En ambos períodos Nahuange y Tairona se hallaron pendientes de forma
alada que aluden al murciélago en su vuelo.

La ofrenda es una práctica ritual propia del periodo Tairona. Diferentes


objetos en vasijas de cerámica fueron hallados relacionados con la
continuidad de la vida.
Durante los dos períodos se hallaron entierros como una manera de retornar
a la tierra y existe diferencias dependiendo del periodo, edad, genero,
jerarquía social y región.

SALA DE ORFEBRERÍA
La orfebrería Nahuange, caracterizada por el martillado y vaciado de
narigueras y pectorales y otros adornos en aleaciones de cobre y oro,
llamada “tumbaga”. Predominó el color rosado.
La orfebrería Tairona era más evolucionada, se seguían usando técnicas del
período anterior pero aparecieron nuevas formas. El vaciado a la cera
perdida, decoraciones en filigrana. Hubo talleres de manufactura y se
siguieron usando aleaciones de tumbaga siendo predominante el color
dorado.

LA GENTE DEL MAGDALENA


Esta sala del Museo del Oro Tairona – Casa de la Aduana rinde homenaje a
la diversidad cultural del departamento del Magdalena.
LA GENTE DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA
Cuatro pueblos indígenas viven hoy en la Sierra Nevada de Santa Marta:
kogui, arhuaco o wíntukua, wiwa o arsario y kankuamo. Para estas cuatro
comunidades, la Sierra Nevada es el corazón del mundo. Es un territorio
sagrado, fuente de conocimiento, que debe ser cuidado a través del respeto
de los principios tradicionales y el trabajo espiritual.

La organización social, el vestido y la lengua varían entre los cuatro grupos,


pero los une su visión de creación, la Ley de Origen: una ley inscrita en cada
lugar de la Sierra, que guarda los principios y normas para la vida material
y espiritual de los indígenas.

LA GENTE DE RÍO
Alrededor de los ríos, caños, ciénagas y humedales del bajo río Magdalena
viven poblaciones de pescadores y agricultores. Para los ribereños, como se
les conoce, el río es vida: está presente en todos los aspectos de su cultura,
y sus fluctuaciones determinan el ritmo de la pesca, la agricultura y el uso
de la tierra.

LA GENTE DE SABANA
Los habitantes de las sabanas se dedican a la cría de ganado, al cultivo de
maíz, yuca y plátano, y al cuidado de sus huertas de pancoger. En el centro
de estas planicies vive la comunidad indígena ette. Muchas de sus
tradiciones, costumbres y territorio, su mundo cosmológico y formas de vida
fueron afectadas desde el siglo XVI por las diferentes oleadas de
colonización. Recientemente, los ettes iniciaron un proceso de recuperación
de su lengua, de sus tradiciones y su historia.

LA GENTE DE MAR

En la franja costera que se extiende desde la desembocadura del río


Magdalena hasta el río Palomino vive la gente de mar del Magdalena. En
esta región, de bahías, ensenadas y tierras bajas, se encuentran Santa
Marta, capital del departamento, y los municipios de Ciénaga, Pueblo Viejo,
Zona Bananera y Aracataca. Sus habitantes, rurales y urbanos, son
producto de migraciones y confluencias de culturas.

SABORES Y SABERES DEL MAGDALENA


La sala dedicada a la riqueza cultural del Magdalena termina con un
llamativo conjunto de videos, que pueden ser vistos en nuestra sección
Multimedia.

HISTORIAS DESDE LA CASA DE LA ADUANA

HISTORIA DE LA CASA
Usos de la casa
 1817 a 1819. Castillo de San Lázaro
 1819 a 1855. Casa de la Aduana
 1855 a 1910. Propiedad de la familia de Mier
 1910 a 1920. Oficina de la United Fruit Company

Usos comerciales de la Casa de la Aduana – Museo del Oro durante el


siglo XX.
 1944 Banco de Colombia
 1947 Contraloría Departamental ()
 1949 Avianca.
 1956 a 1958 Internado del colegio San Luis Beltrán funcionó en el
segundo piso y el prefecto de disciplina dormía en el minarete.
 1959 fue ocupada por tres negocios diferentes: en el primer piso, por el
Bar el Chicote y Taxader (Taxi Aéreo de Santander), y en el segundo piso,
por el Hotel Colonial.
 1970Declarada Monumento Nacional la Casa de la Aduana pasó tres
años más tarde a ser propiedad de la Nación.
 1979 el Banco de la República la adquirió para albergar el Museo del Oro
Tairona.

LOS NOMBRES
Palacio Verde
Castillo de San Lázaro
Casa de la Aduana
Casa del Consulado
Comisariato de la United Fruit Company
Hotel Colonial
Museo del Oro Tairona
Museo del Oro Tairona - Casa de la Aduana
A partir de la historia de la casa misma, recuperada gracias a las
excavaciones arqueológicas y los archivos, se desarrolla una historia del
departamento del Magdalena. Mejor aún, la sala se divide en distintas
épocas que representan a la vez diferentes enfoques de la disciplina
histórica.

Un enfoque inicia con las primeras exploraciones europeas del Caribe


colombiano, a partir de 1492, y describe la conquista, la fundación de Santa
Marta, la difícil relación entre los europeos y los indígenas de la Sierra y las
llanuras: es una historia de batallas, y a la vez que menciona al fundador
Rodrigo de Bastidas destaca al cacique Cuchacique, líder de la resistencia
indígena. Asimismo se da testimonio de la llegada de los negros africanos,
esclavizados, para contar sobre sus palenques, y de los ataques de piratas,
contra quienes se construyeron fortalezas.
Sigue una historia urbana, atenta al lento desenvolvimiento de la ciudad de
Santa Marta en sus difíciles primeros 300 años.
El tono cambia hacia una historia social al describir la sociedad samaria en
los siglos XVIII y XIX, heredera del sistema de castas: españoles, criollos,
indígenas, mestizos, esclavos, mulatos, zambos y pardos. El género, la edad
y la capacidad económica definían también los comportamientos, relaciones
y actividades permitidos a un individuo en vida cotidiana, al menos en la
apariencia.
Los últimos siglos se cuentan desde una historia económica, pues gracias a
su puerto marítimo Santa Marta llegó a liderar el intercambio comercial y
cultural y entre 1840 y 1870 se convirtió en el principal puerto importador
de la Nueva Granada. Empresarios extranjeros y criollos que tenían grandes
haciendas y plantaciones invirtieron en la navegación a vapor y el ferrocarril,
éste último vinculado a la exportación de banano. El progreso de esa época
contrasta duramente con la represión de la gran huelga bananera.
La economía de hoy está representada por el carbón y el turismo, en una
región que redescubre la Sierra Nevada y sus riquezas naturales para
orientarse hacia el ecoturismo.

BOLÍVAR ESTUVO AQUÍ


Es la sala dedicada al libertador de seis naciones. Bolívar quien murió en
1830 en Santa Marta y fue velado en el segundo piso de esta casa.
Una cronología traza sus triunfos y derrotas, sus amores y desencuentros
de una de las personas más admiradas en la historia.

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