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Si bien es cierto el mundo globalizado de hoy ha evolucionado bastante, en

muchos aspectos de la vida se ha avanzado para bien, pero hay aspectos en los
que seguimos atascados en el pasado tal es el caso de la discriminación, y
especialmente hacia la mujer para aquellas que se dedican a ser trabajadoras
del hogar. En pleno siglo XXI en muchos hogares aún se sigue discriminando a
estas mujeres, mujeres que simplemente cumple con su trabajo, por una
necesidad, por mantener a sus familias, pero en muchas de estas casas el trato
que reciben son denigrantes, ya que son obligadas a dormir en cuartos
pequeños, oscuros y húmedos, se ha visto que también esos cuartos en muchos
lados se encuentra en el mismo cuarto que el de la lavandería, pero no solo es
eso; también se ve que estas personas son obligadas a usas ascensores o
entradas diferentes que los dueños, pero no solo en viviendas también es centros
de división tal es el caso de clubs, que se ha visto que han construido baños
específicamente para empleados del hogar.
Si bien es cierto en el Perú hay leyes hoy en día que protegen a las trabajadoras
del hogar tal es el caso de la ley 27986, en el cual establece los parámetros en
los que debe regir la contratación de una trabajadora del hogar. ¿La pregunta es
se cumple realmente? La respuesta es simple no se cumple, ya que Según el
último censo del INEI (2017) indica que 395. 200 personas se desempeñan como
trabajadoras o trabajadores del hogar y organizaciones como el Centro de la
mujer peruana Flora Tristán calculan que menos del 20% trabajan en
condiciones formales, lo cual nos da entender que de nada sirven los sindicatos
formados por estas mismas mujeres para frenar con el abuso que existe hacia
ellas.
Y que hacemos nosotros como sociedad; nada pasamos a ciegas y dejamos que
estos abusos sigan, pero es momento que pare, que el derecho a la igualdad es
para todos, nadie es más ni menos, todos tenemos el derecho al trato por
igualdad, no por cumplir un determinado trabajo por necesidad se tiene que
discriminar o denigrar a estas personas.
Se interrogo a una ex trabajadora del hogar y esto es lo que dijo la señora Ochoa
a sus cincuenta años, solo tiene malos recuerdos de su primer empleo. Tenía 11
años cuando empezó a trabajar para una familia que la obligaba a dormir en la
azotea junto con su hermana y los perros. “No sabía qué era descansar los días
domingo, pensé que así era todo, que no tenía derechos”, cuenta.
Según el ministerio de la mujer y desarrollo social señala que “Las mujeres en el
Perú -y también en el resto del mundo- no deben permanecer en desventaja en
relación a los varones. En el Perú, las mujeres constituyen el 50.3% de la
población peruana y son tratadas como pertenecientes a un grupo en situación
vulnerable. Esta mayoría numérica no se refleja en las relaciones cotidianas,
familiares, escolares, laborales, deportivas, culturales, religiosas, políticas o
electorales. Al negarnos la oportunidad de participar en igualdad de condiciones
se nos aleja del acceso al ejercicio real de los derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución Peruana, las demás leyes nacionales e
internacionales”

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