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CRÍTICA DE LECTURA

“A Oracao que Deus Ouve: Liturgia”


De:
Eugene Peterson
Por:
J. Alonso Leonardo Rivera Rifo.

Crítica de lectura presentado para cumplir los requisitos parciales de la asignatura de


Liturgia, enseñada por el profesor Pr. Rolando Zapata.

Seminario Teológico Presbiteriano


Sede Concepción

Concepción-Chile
Junio de 2019
CRÍTICA

El capítulo revisado habla respecto de la oración como parte de un culto común y


cómo éste resalta por sobre las devociones personales. En este sentido se pesquisa a los
salmos y la expresión “Selah”, para acreditar que más que suplicar personales, estos eran
rogativas comunitarias.
1. Desde la perspectiva de PRC
El gran postulado del PRC es que Dios ha determinado cómo es que quiere ser
adorado. En el capítulo leído se hace mención al lugar de la oración dentro de la liturgia.
Ahora, no se discute acerca del orden o acerca de los motivos de oración, ni nada de eso.
La cuestión del autor radica en el contenido de dichas oraciones. Se muestra que la
oración es fundamentalmente litúrgica y que ninguna oración en las Escrituras es con el
propósito de decisiones personales.
La idea del párrafo anterior se sintoniza con la del PRC y las expresiones litúrgicas
que vemos hoy en día. En la realidad de las iglesias presbiterianas, se ve cómo la práctica
de las oraciones comunitarias dentro del culto son frecuentes. Tal o cual hermano se
levanta de en medio de la congregación para elevar una petición común a toda la
hermandad y por toda ella. Los momentos de “Selah”, son precisamente aquellos en los
cuales un hermano ora a favor de sus hermanos. Distinta es la realidad de otras iglesias
en donde se privilegian oraciones personales y nula oración comunitaria más que la
bendición que impetre el pastor al final del culto. En este sentido vemos que lo que las
Escrituras enseñan a través de los Salmos y de las oraciones realizadas a lo largo de la
biblia, van en contra de las individualidades. Dios siempre se relaciones a la comunidad,
al pueblo. Crea un sistema de adoración para que el pueblo lo adore. Las veces que habló
individualmente con hombres fue para que estos hicieran bien a un pueblo. La idea de
comunidad se exalta siempre por sobre la idea de individualidad.
La oración litúrgica protege al hombre del individualismo. Dicha sentencia es cierta
y no debe ser desechada. Los peligros de oraciones individualistas son el perder el foco
del culto. Mientras que la oración comunitaria orientada a las distintas necesidades de la
comunidad, primando la necesidad de adorar a Dios, favorecen al centro del culto: Dios.
2. Desde la perspectiva de un modelo de adoración recibido por herencia
La oración comunitaria y con contenido es una herencia. A lo largo de toda la historia
la iglesia la ha desarrollado. En cierto momento, por ejemplo, se han cantado solamente
los salmo en el contexto de la adoración comunitaria, dando a entender la idea de oración
comunitaria en ellos. Por otro lado, dentro de la liturgia siempre la oración fue
comunitaria. Como se ha indicado anteriormente, la idea del culto tiene que ver con un
pueblo que adora a Dios, no con personas individuales que sólo se juntan en un espacio
en común. En efecto, existen distintas necesidades y en mayor o menor grados, pero en
el momento del culto todos están llamados a entregar sus cargas a Dios, a compartirlas
con los demás y orar los unos por los otros.
Lo que el autor indica respecto de “Selah” y la oración comunitaria, de hecho ya es
una herencia que se debe atesorar por la iglesia de generación en generación. El
cristianismo Bíblico debe resaltar por sobre el cristianismo individual y apático a las
necesidades de los hermanos.
3. Desde la perspectiva de la consideración del oyente
El autor indica que en la oración la idea es conectarse con otros, con los sentimientos
y realidades que son ajenos a la individualidad, a sentir el dolor del prójimo. Esa
comunidad está implícita en los salmos pues todas las generaciones de cristianos los
cantaban, oraban y danzaban. El otro es considerado en una oración comunitaria. Por
ejemplo, si alguien llega por primera vez y se realiza una oración de confesión de
pecados, puede ser un momento propicio para orar demostrando lo pecador que es la
comunidad y como en Cristo hay esperanza. Por otro lado, se puede evidenciar la
preocupación por la realidad actual cuando la iglesia ora por el país, las autoridad
nacionales, regionales y comunales.
El desarrollar oraciones individuales excluye a los pecadores, pues ellos se sienten
ajenos a la oración. Mientras que la oración comunitaria los incluye al orar por ellos y
que sean convencidos de pecado. No hay lugar para individualidades, no se usan
expresiones derivadas del “Yo”, más bien se reemplazan por expresiones provenientes
del “nosotros tu pueblo”.

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