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EL TEATRO DEL ABSURDO

El Teatro del absurdo abarca un conjunto de obras escritas por ciertos dramaturgos
estadounidenses y europeos durante las décadas de 1940, 1950 y 1960 y, en general, el que surgió a
partir de la obra de aquellos. Se caracteriza por tramas que parecen carecer de
significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática que a menudo crean una
atmósfera onírica. El teatro del absurdo tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona la sociedad y
al hombre. A través del humor y la mitificación escondían una actitud muy exigente hacia su arte. La
incoherencia, el disparate y lo ilógico son también rasgos muy representativos de estas obras
comunes.
Muchos ven el Teatro del absurdo como una obra sin explicación lógica y sin sentido. Se resalta la
incongruencia entre el pensamiento y los hechos, así como la incoherencia entre las ideologías y los
actos. Los personajes tienen un gran obstáculo para expresarse y comunicarse entre ellos mismos
constantemente. En las obras, definitivamente el decorado y las escenografías (al igual con los objetos
y los accesorios utilizados) juegan un papel muy importante como contraste con el contenido de las
mismas, porque presentan imaginariamente la realidad de los mensajes que se pretenden llevar. Se
presenta todo en un marco de un mundo vacío y con objetos muy pesados que terminan dominando a
los personajes. Toca temas muy importantes, relacionados, por ejemplo, con cuán susceptible se
encontraba la civilización después de un gran conflicto bélico como lo fue la Segunda Guerra Mundial.
Se percibe a través de sus personajes la desorganización que existía hasta en la manera de
comunicarse unos a otros, donde muchas veces no había un punto de acuerdo entre todas las partes,
pero si un abuso de poder, donde los ricos y poderosos atropellaban a los más débiles y a los que
menos posibilidades tenían para sobrevivir ante tanto caos y confusión. Lo interesante del teatro del
absurdo es que no da las respuestas que esperamos, o las que creemos que vamos a esperar, sino
que nos deja a nosotros la interpretación y el análisis de cada una de sus obras. El término «absurdo»
proviene del uso de la misma palabra por los pensadores existencialistas como Albert Camus y Jean-
Paul Sartre.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

El teatro del absurdo busca romper con las categorías aristotélicas, por lo que uno de los cambios más
importantes se presenta en la acción a través de cuatro elementos diferentes: la transformación
repentina del personaje, la intensificación progresiva de la situación inicial, la inversión del principio de
causalidad (las causas producen efectos contrarios a los que cabría esperar) y el énfasis rítmico o
emocional para crear una impresión de desenlace.
Otra aporte innovador del teatro del absurdo es la repetición como forma de progresión: su función
cambia cada vez que una frase o un sonido se repite ("¡Qué curioso, qué extraño y qué coincidencia!"
que repiten los Martin en La cantante calva). En cuanto a los personajes, ya no son caracteres: pierden
su individualidad y se presentan como un conjunto. El teatro del absurdo es antisicológico lo que no se
mantiene la complejidad y riqueza psicológica del teatro anterior. Los personajes de este tipo de teatro
no parecen tener una función aparente, aunque, al final, el lector puede observar una evolución del
personaje.
Ejemplo de una obra del teatro del absurdo.
La Cantante Calva de Eugene Ionesco.

Escena IV

(La señora y el señor Martin se sientan el uno frente al otro, sin hablarse. Se sonríen con timidez. El
diálogo que sigue debe ser dicho con voz lánguida, monótona, un poco cantante, nada matizada).

Sr. Martin: Discúlpeme, señora, pero me parece si no me engaño, que la he encontrado yo en alguna parte.

Sra. Martin: A mí también me parece, señor, que lo he encontrado ya en alguna parte.

Sr. Martin: ¿No la habré visto, señora, en Manchester por casualidad?

Sra. Martin: Es muy posible. Yo soy originaria de la ciudad de Manchester. Pero no recuerdo muy bien, señor,
no podría afirmar si lo he visto allí o no.

Sr. Martin: ¡Dios mío, qué curioso! Yo también soy originario de la ciudad de Manchester.

(Siguen conversando y reconocen importantes coincidencias entre ambos)

Sr. Martin: (Después de haber reflexionado largamente, se levanta con lentitud y sin apresurarse, se dirige hacia
la señora Martin, quien, sorprendida por el aire solemne del señor Martin, se levanta también, muy suavemente;
el señor Martin habla con la misma voz rara, monótona, vagamente cantante) –Entonces, estimada señora, creo
que ya no cabe duda, nos hemos visto ya y usted es mi esposa… ¡Isabel, te he vuelto a encontrar!

Sra. Martin: (Se acerca al señor Martin sin apresurarse. Se abrazan sin expresión. El reloj suena una vez, muy
fuertemente. El sonido del reloj debe ser tan fuerte que sobresalte a los espectadores. Los esposos Martin no lo
oyen)

–¡Donald, eres tú, darling!

1. ¿Cuál es el conflicto humano que se plantea en los diálogos anteriores?

A) Los problemas conyugales.


B) La soledad.
C) La separación.
D) El desencuentro.
E) La incomunicación.

2. ¿Qué rol cumple el lenguaje de las acotaciones en el texto?

A) Especifica cómo deben actuar en el escenario los actores.


B) Indica la entrada de los personajes.
C) Reafirma el sin sentido del diálogo sostenido por los personajes.
D) Muestra al lector lo que hacen los personajes, mientras dialogan.
E) Narra la historia presentada.

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