MONTERIA 21/08/18

INFLUENCIA DE LOS PROCESOS DE METEORIZACIÓN EN LA FORMACION

DEL SUELO.

María Carolina Barros de la Espriella.

Miguel Antonio Herazo Romero.

Es normal notar que el suelo tiene diferentes composiciones, colores, texturas, entre otras
características, de allí surge el cuestionamiento de a ¿a qué se debe o que podría haber
generado tal formación? Un factor que interviene en las características finales de los suelos
es la meteorización, dicho esto, la meteorización es el resultado de la disgregación o
descomposición de las rocas y minerales que se encuentran en la superficie terrestre, que
responden a la acción de factores físicos, químicos y biológicos.

La meteorización física causa el rompimiento de la roca sin afectar su composición química

o mineral. La gelifracción, por ejemplo, interviene en procesos de geomorfología, ya que
gracias a esta se logra el modelamiento y modificación del relieve, influyendo en la
topografía del terreno, es de relevancia en la formación del suelo debido a que áreas estables
y planas formarán suelos menos profundos, propiciarán mejores condiciones para la
descomposición de materia orgánica y los suelos de esta naturaleza serán ácidos, entre tanto,
la formación del suelo en zonas de pendientes marcadas tendrán menor concentración de
hidrogeno y por tanto una disminución del pH.

La meteorización química altera la composición interna de la roca, comprende varias fases:

oxidación, disolución, carbonatación, hidratación, e hidrólisis.

Las rocas con alto contenido de minerales compuestos de hierro como el olivino, la biotita,
la horblenda, entre otros, suelen ser atacadas por agua con oxígeno en solución y dan lugar
a, por ejemplo, la hematita, responsable del color rojizo del material parental del suelo, en
presencia de agua la oxidación de los minerales ricos en hierro da lugar a la limonita que
aporta color amarillento.

La hidratación consiste en la adición de moléculas de agua a la estructura de un mineral,

produciendo que éste pueda cambiar sus propiedades y su estructura, y convertirlo en un
mineral diferente, el aumento en la cantidad de agua afecta a rocas compuestas por silicatos
alumínicos que al hidratarse se transforma en arcillas, más sensibles a los agentes erosivos.

Por su parte, la hidrólisis es el proceso por el que el agua provoca la ruptura de la estructura
interna de los minerales silicatados, liberando al menos dos compuestos, uno de carácter
ácido y otro básico, el carácter de los productos resultantes dependerá del ambiente de
meteorización, en particular de la facilidad con que son removidos los cationes, teniendo en
cuenta la capacidad de drenaje y la acidez, como consecuencia se tiene la perdida de
minerales y la formación de arcillas, por ejemplo, en ambientes poco drenados se encuentra
montmorillonita, acompañada por lo general de sericita y clorita, este tipo de arcillas suelen
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ser muy plásticas y se contraen al secarse, mejorando su resistencia y haciéndose

impermeable, y en ambientes bien drenados, Caolinita acompañada de Goetita y Gibsita.

La disolución consiste en la mezcla homogénea de una sustancia o compuesto de la roca en

un líquido, generalmente agua, a partir de la cual se forma Halita. La halita es responsable de
la formación de suelos salinos, con características como la baja fertilidad.

La carbonatación es la disolución de los carbonatos existentes en el suelo e interviene,

particularmente, en la disolución de la caliza que a su vez es responsable de la formación de
relieves de tipo kárstico, además la disolución de la caliza aporta CaCo3 al suelo
disminuyendo la acidez y proporcionando al suelo una cantidad importante de nutrientes para
las plantas.

Por último, la meteorización biológica se da a partir de microorganismos, flora y microflora,

en este caso, intervienen en la formación del suelo de manera conjunta, debido a que la flora
y microflora aportan los residuos orgánicos que posteriormente son descompuestos gracias a
la actividad de los microorganismos. Otro de los determinantes de la cantidad y calidad de
materia orgánica aportada al suelo tiene que ver con la actividad agrícola realizada por el ser
humano.

De lo anterior, se tiene que la meteorización es de gran relevancia en la formación del relieve

debido a que favorece la distinción de los diferentes tipos de suelo, e interviene en su
composición y en los nutrientes que se le aportan.