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Colección

IZQUIERDA FREUDIANA
dirigida por
Paul A. Robinson
Marie Langer

Paul A. Robinson:
La izquierda freudiana

Marie Langer (comp.)


LA IZDUIERDA FREUDIANA
Cuestionamos REICH - ROHEIM - MARCUSE
Erich Fromm, atto Fenichel
y otros:
Marxismo, psicoanálisis
y sexpol

rn gran1ca
m editor
Título del original inglés:
THE FREUDIAN LEFT
Harper & Row, Publishers, New York
1969 by Paul A. Robinson

INDICE

Prefacio 9
1ntroducción:
Radicalismo freudiano 11
WILHELM REICH 17
H edición: 1971
traducción: GEZA ROHEIM 69
Floreal Mazía HERBERT MARCUSE 125

.-
UNlVERSto~D IBEROAMERlC~N~
© by granica editor, 1971
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en la Argentina. Printed in Argentina

85177
PREFACIO

En este libro he examinado una tradición particular de la


historia del psicoanálisis, que yo he denominado tradición radical
o de izquierda. El libro trata de definir esta escuela de interpretación
por medio de un análisis de sus tres representantes más importantes:
Wilhelm Reich, Geza Roheim y Herbert Marcuse. En efecto, el
estudio está compuesto por tres bipgrafías intelectuales, en las
cuales sigo el desarrollo de la tradición . radical en el psicoanálisis,
desde la década del 20 hasta la del 60. La historia comienza en
Europa central (en Alemania, Austria y Hungría), pero pasa a
Norteamérica con la emigración de mis tres protagonistas en la
década del 30. He dividido mis esfu.erzos entre un análisis de la
conversión de cada uno de los tres pensadores en un radical
freudiano por un lado, y •el examen comparativo de sus respectivos
matices de radicalismo, por el otro. Al mismo tiempo, traté de
vincular la evolución de la tradición radical con la historia del
movimiento psicoanalítico en su conjunto, y con la trayectoria
general del pensamiento social europeo y norteamericano en los
siglos XI X y XX.
Deseo agradecer a muchos amigos por la ayuda que me brindaron
para la conclusión de este libro. La deuda principal es la que
tengo con David Hunt, con quien he sostenido un diálogo, a veces
freudiano, siempre radical, desde que llegamos a Harvard, en 1963,

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como graduados; es mi mejor crítico psicoanalítico, -Y'cada capítulo INTROQUCCION
de la presente obra se ha beneficiado con su concienzudo escudri-
ñamiento. Asimismo, deseo agradecer al profesor H. Stuart Hughes,
de Harvard, quien examinó una primera versión de este estudio, y
le dedicó tiempo y entusiasmo con gran generosidad. El manuscrito
fue leído muy a fondo por Ann Shorter, y le quedo agradecido
por la eliminación de muchas ambigüedades y expresiones poco
felices. Capítulos o partes fueron leídos también por Scott Massey,
William Beik, Edward Shorter, Christopher Lydon, y por distintos
miembros de mi familia, incluidos mi hermano y mi cuñada,
James y Joan Robinson, mi madre, Beryl Robinson Gore, y mi tía,
Margery Robertson. También a ellos, mi agradecimiento. RADICALISMO
Por último, deseo reconocer un par de deudas que datan de las
FREUDIANO
primeras y últimas etapas de la evolución del libro. La primera
es con Albert La Valley, quien me entregó mi primer ejemplar de
Eros and Civilization, de Marcuse,_ hace casi una década, y cuyo
estilo personal e intelectual ha sido quizá la influencia más
importante en el desarrollo de mi propio pensamiento. La segunda
es con el propio Herbert Marcuse, quien consintió amablemente Apenas empezamos a ver a F reud en perspectiva. Real izó sus
en leer el capítulo referente a su obra. En momentos muy difíciles grandes descubrimientos hace más de medio siglo, y ya no
del verano de 1968, cuando la Legión Americana y los miembros representan los datos inmediatos de nuestra cultura. En efecto,
reaccionarios del Congreso lo hostigaban, y mientras permanecía ~reud aparece ahora, en nuestra historia intelectual, como una
literafmente oculto como consecuencia de una amenaza contra f1_~ura ~uy~s logros deben ser sometidos al tipo de análisis y evalua-
su vida, el profesor Marcuse se _las arregló de alguna manera para Cion h1stóncos que efectuamos con el marxismo o el hegelianismo.
leer mi exposición de sus escaram.u zas anteriores, más puramente Por desgracia, el esfuerzo para entender a Freud en términos
intelectuales. No solo fue un acto de bondad de su parte, sino, históricos ha sido complicado por la división existente entre el
además, un testimonio de su buena volunt.ad, y de su notable hombre Y su obra. No ha habido un solo gran debate sobre
serenidad personal. el psicoanálisis, sino más bien una serie de controversias menores
sobre determinadas tensiones propias de la contextura intelectual
Universidad de Stanford
~e F reud. Está, ante todo, el problema de si el psicoanálisis
Febrero de 1969 t1ene que ser considerado una psicología científica o una metafísica
imaginativa. Por una parte tenemos a F reud el el ínico heredero
de la tradición científica de experimentación y observaciÓn, preocu-
pado por problemas terapéuticos concretos y limitados; por otro
lado, a Freud el filósofo especulativo, que se paseó por la
antropología y la teoría política, y se dedicó a diagnosticar la
neur~sis uni~ersal ~~ la humanidad. Está también el interrogante
d_e SI el ps1coanális1s fue el producto final del positivismo del
s1glo XIX, o una de las primeras manifestaciones de la rebelión
contra el positivismo con que comenzó nuestro siglo. En este caso

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contrastamos dos versiones de Freud. En una aparece como producto
de la escuela fisiológica de Helmholtz, enamorado toda su vida franco pesimismo histórico, se niega a adaptarse padficamente al
de metáforas mecánicas y eléctricas, insistente siempre en la orden sexual y poi ítico establecido. Por cierto que muchos conser-
afirmación de que la psicología sería un día una rama de la física vadores europeos y norteamericanos han encontrado a F reud
o la química, y en guerra con la religión, como si el siglo XIX sumamente inquietante, y por cierto que no menos peligroso
jamás hubiese transcurrido. En la otra versión, Freud es el hombre que el propio Marx.
que en la década del 90 hizo el revolucionario descubrimiento de ... Este estudio está dedicado a un grupo de intelectuales europeos
que los hombres enferman a causa de recuerdos, el hombre que que exploraron el potencial radical de la teoría psicoanal ítica.
leyó a Dostoievski con entusiasmo y escribió sobre Leonardo con No estaban dispuestos a aceptar la impresión general de que la
simpatía y penetración; que se caracterizó más como un conquis· gran -~mpresa. de Freud implicaba la renuncia a los instintos y la--
tador que como hombre de ciencia, y que al final de su vida reacclon política. Por el contrario, encontraron en la obra de Freud
identificó su empresa intelectual con la misión religiosa de Moisés. los rudimentos de una filosofía poi ítica y sexual radical, que
Por último, está el problema de la oposición entre racionalismo servía para socavar la cultura establecida. El resultado de sus
o instintivismo: hay un Freud que es hijo fiel de la Ilustración, que esfuerzos colectivos consistió en introducir una corrección en la
lucha para defender los valores de la razón y la humanidad, y para interpretación predominante sobre el conservadorismo de F reud.
proteger al yo de los ataques del instinto y la conciencia; otro En los escritos de Wilhelm Reich, Geza Roheim y Herbert Marcuse,
Freud es el médico y a veces apologista de las pasiones, que pintó Freud surge como el arquitecto de una organización más erótica
al hombre como licencioso y asesino, víctima de impulsos incons- ...,. Y humana de la vida comunal del hombre. Aparece como el
cientes, que solo es él mismo en sus momentos más infantiles heredero del impulso crítico contenido en el pensamiento social
e irracionales. europeo, como un profeta según la tradición de Carlos Marx.
Estas tensiones son todas muy reales, y los historiadores del Yo elegí estudiar a Reich, Roheim y Marcuse como los más
freudismo actuaron con legit~midad cuando trataron de resolverlas. destacados representantes de la tradición radical en el psicoanálisis.
Pero creo que existe una dicotomía mayor, bajo la cual se podría H_ace varios años llegué a la conclusión de que si lograba comprender
subsumir a las otras. Se trata del problema de la ubicación ~o_mo se las ar~eglaban ciertos intelectuales para ver en el psicoaná-
ideológica de Freud, en el espectro que va del conservadorismo a ~ lisis una doctnna revolucionaria o crítica, me resultaría más fácil
radicalismo. El problema se puede formular en términos políticos congeniar con el propio Freud. En otras palabras, sentía que se
y sexuales. ¿Los logros teóricos de F reud implican una actitud puede llegar con mayor éxito a la componente extremista de la
revolucionaria o reaccionaria, respecto de la situación humana? constitución intelectual de Freud por el camino indirecto de sus
lFue Freud de verdad el apologista de la represión sexual y disdpulos de izquierda. Por consiguiente, no abrigo ilusiones en
política, trazó un cuadro de desdicha inevitable, de falta de cua~to a las tendencias de las interpretaciones que he preferido
libertad y de agresión, o su nueva ciencia contenía la promesa de anal1zar. Por el contrario, me parecen útiles precisamente a causa
la gratificación, la libertad y la paz? Dicho de otro modo, en lo de su unilat~rali~ad: ~ostulan el problema con un enfoque claro, y
fundamental, lel psicoanálisis fue crítico o conformista? Pienso ofrecen al h1stonador Intelectual un puesto de observación ventajoso
que en general el veredicto, tanto acerca del propio F reud como desde el cual examinar al maestro.
de la ciencia que él creó, se ha inclinado hacia el lado conservador. Enti~nd~ que le debo al lector una caracterización más precisa
Con suma frecuencia se ha identificado a Freud, junto con Weber, del rad1cal1smo que descubro en Reich, Roheim y Marcuse. He
Durkheim, Pareto y aun Spengler, como uno de los grandes asignado al concepto varias significaciones distintas a lo largo de
antiutopistas de comienzos del siglo XX, el hombre que asestó este estudio. El denominador común que vincula a los tres pensado-
el golpe definitivo a las aspiraciones revolucionarias del marxismo. . r~s, Y el criterio fundamental que usé en la elección de mis protago-
Y s·m embargo sigue en pie la obsesiva sospecha de que Freud ~ mstas, es el radicalismo sexual. Reich, Roheim y Marcuse están
tramaba alguna travesura, de que el psicoanálisis, a pesar de su convencidos de la inigualada importancia del sexo, tanto en la
_,. psicología individual como en la evolución de la civilización. Supon-
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go que en ese sentido no difieren mucho del propio Freud. Lo que s:ñaladamente impacientes; la tolerancia pluralista de la imaginación
los convierte en extremistas sexuales es su entusiasmo sin atenuantes liberal solo les provoca desprecio.
por el sexo, su creencia de que el placer sexual es la medida última Si bien he tratado a estos tres pensadores como ejemplos de
de la dicha humana, y su p·ronunciada hostilidad a la represividad cierta tradición del psicoanálisis, también respeté su individualidad.
sexual de la civilización moderna. A menudo se me ha preguntado O sea que a la vez que trataba de ubicar sus ideas en la tradición
por qué mi estudio omite a un hombre como Erich Fromm, quien evolutiva del radicalismo freudiano, también me preocupó la lógica
se ha granjeado una considerable reputación como radical freudiano. de su desarrollo intelectual individual. Acabo de señalar, hace un
La respuesta es muy sencilla: si bien no cabe duda de que Fromm momento, que se puede usar a estos intelectuales como puntos de
se encuentra, én términos poi íticos, a ia izquierda de F re u~. es un ~poyo para llegar a Freud. Pero al mismo tiempo son teóricos que
ferviente conservador sexual; niega la importancia que atribuye a Interesan por derecho propio, y he tratado de hacer justicia a la
la sexualidad el propio Freud, y el valor que le asignan Reich, coherencia de su pensamiento. Esta preocupación me llevó a menudo
Roheim y Marcuse. muy lejos del psicoanálisis, a la histori,a de la antropoloqía a la
El segundo rasgo del radicalismo freudiano es de carácter polí- - teoría política y a la filosofía. En efecto, me pareció impo;tante
tico. Reich, Roheim y Marcuse comparten la convicción de que la ubicar _a R~ic~. Roheim y Marcuse dentro deLcontexto más amplio
política y la sexualidad tienen entre sí una estrecha relación. Su - de la h1stor1a Intelectual europea del período moderno.
radicalismo consiste en considerar la represión sexual como uno de - Por último, perm ítaseme indicar que no pretendo ser neutral en
los principales mecanismos de dominación política. También empleo - este ensayo. Considero erróneo el ideal weberiano de una ciencia
el término radicalismo en el sentido más corriente de defensa de la - wertfreien, y en definitiva entiendo que ese ideal es ilusorio. Por lo
revolución poi ítica, social o económica. Pero no he podido insistir _general, me parece aconsejable que una historia intelectual enfoque
en este criterio, pues solo a Reich y Marcuse se los puede caracte- su_ tema con simpatía, aunque sin abandonar su perspectiva crítica.
rizar como revolucionarios poi íticos en el sentido tradicional. La Mas aun, debo confesar que me resultó fácil tratar con generosidad
actitud crítica de Roheim hacia la poi ítica nunca produjo como a Reich, Roheim y Marcuse, pues comparto muchos de sus prejuicios
resultado un compromiso con el activismo político; en ese sentido Y convicciones. No pretendo que alguno de ellos sea un pensador de
se parecía mucho a Freud. ·Lo que es más,_Roheim no compartía las primera fila, pero los admiro a los tres. Lo que es más importante
simpatías marxistas de Reich o Marcuse, y no los siguió en el intento estoy convencido de que ofrecen una corrección legítima y trasce~
de elaborar una síntesis de Marx y F reud, empresa que también he dente a la interpretación de F reud que predomina en la actualic ::d.
tomado como característica, aunque no obligatoria, del radicalismo No puedo persuadirme de que Freud fuese algo menos que un
freudiano. rev~l~cionario, algo menos que el hombre que prestó al siglo XX
El tercer sentido en que utilicé el concepto de radicalismo es un serv1c1os comparables a los que prestó Marx en el siglo XIX.
tanto menos preciso. Se podría hablar de extremismo estilístico. Me
refiero a una propensión hacia la afirmación extrema, al desarrollo
de un lineamiento argumental en forma implacable -algunos dirían
inflexible-. Reich, Roheim y Marcuse presentan una mentalidad
categórica. Reich se concentró en una sola idea, la del orgasmo, y
la elevó al rango de principio exegético universal. Roheim fue un
inflexible nivelador; sometió todos los productos culturales al tipo
más intransigente de reduccionismo psicoanalítico. Y Marcuse se
· comprometió en forma entusiasta con los conceptos psicoanal íticos
más extremos, y en apariencia más extraños, que abarcaban a la vez
el instinto de muerte de Freud y ascendían hacia una elevada visión
de una gratificación erótica universal. Los tres pensadores son

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WILHELM REICH
Wilhelm Reich es un intelectual difícil, y debo admitir desde el
comienzo que mi actitud hacia él es ambivalente. Me impresiona su
frecuente incisividad , su evidente osadía teórica y su generosidad
humana Pero no quiero identificarme con su alarmante sencillez
intelectual. En una palabra, aprecio el radicalismo de Reich, pero me
molesta su insensibilidad ante la complejidad de las cosas. He tratado
de encarar esta ambivalencia leyéndolo con toda la simpatía que me
fue posible reunir. En todo momento intenté distinguir lo que hay
de valioso, o por lo menos de interesante, en su obra, diferenciándolo
de lo que es simplemente perverso.
Resulta claro que el pensamiento de Reich era de una sola pieza,
a pesar de los esfuerzos que hacia 1934 realizaron psicoanalistas
ortodoxos con el fin de trazar una 1ínea divisoria entre el Reich
bueno y el malo. No deseo afirmar que Reich jamás haya cambiado
de opinión. En rigor, poseía una de las imaginaciones más volátiles
del siglo XX. En este capítulo subrayo en especial el desarrollo de
su pensamiento. Poco o nada se ha escrito sobre su obra desde la
perspectiva particular de la historia intelectual. El único tratamiento
auténticamente refinado de su pensamiento que apareció en los
últimos años, un largo capítulo en The Triumph of the Therapeutic,
de Philip Rieff, ofrece muchas y muy interesantes percepciones
históricas, pero en general el enfoque de Rieff es más analítico que

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del psicoanálisis" 1 • Rank , Ferenczi y Reich se o rientaron precisa-
cronológico. Mi orientación es la contraria. Aunque rro desconozco mente hacia esa crisis de la terapia. A la larga, cada uno de ellos
las importantes continuidades que subyacen en las sucesivas fases abandonó la " cura por la palabra" de Freud en favor de un método
de la carrera de Reich, he tratado de ser escrupuloso en cuanto a terapéutico más activo, dramático y -así se esperaba- eficaz. Y en
distinguir las ideas y la retórica propias de cada etapa. Más aun, cada caso la ruptura con la terapia freudiana clásica fue seguida de
donde ello fue posible, vinculé el desarrollo teórico de Reich con manera inevitable por una desviación respecto de las concepciones
sus actividades prácticas, así como con la evolución general del psicológicas generales del maestro y de su Weltanschauung.
psicoanálisis y las corrientes intelectuales más amplias de la época. Reich se convirtió en miembro de la Sociedad Psicoanal ítica de
Mi punto de referencia en este capítulo, como en el estudio Viena en 1920, cuando todavía estudiaba medicina en la Universidad
todo, es el psicoanálisis freudiano clásico. Elegí estudiar las ideas de Viena .2 Resultaba más bien extraordinar io que un homb re tan jo-
de Reich como ejemplo particularmente atrayente del tipo de teoría ven fuese aceptado entre los miembros de mayor edad del movimien-
social y visión filosófica que nació a partir de Freud. Tiene impor- to psicoanalítico, pero es preciso tener en cuenta que Reich, como la
tancia señalarlo, pues el verdadero partidario de Reich está conven- mayoría de los europeos de su generación, tenía más madurez que la
cido de que las grandes contribuciones de este no se refieren al que indicaban sus pocos años. La experiencia de la guerra, en la
campo de la psicología, ni siquiera al de la sociología, sino a la cual había combatido desde 1915 a 1918, había quedado atrás. Los
biofísica y la astronomía. Pero desde mi perspectiva, Reich ofrece anteriores a la guerra fueron los años más felices; los pasó en la extensa
interés ante todo como el filósofo social que, quizá con mayor granja de su padre, en la parte germano-ucrania del Imperio aus-
coherencia que nadie, elaboró las consecuencias críticas y revolucio- tr íaco. De adolescente participó en la rutina agrícola anual, y en los
narias d_e la teoría psicoanal ítica. ratos libres cuidaba sus colecciones de plantas e insectos, así como
su propio laboratorio de cultivos. 3 En verdad, el rasgo más notable
de la infancia de Reich fue su ambiente bucólico. Es posible que esa
cercanía a la naturaleza explique su posterior antipatía a la civiliza-
ción industrial "mecánica", así como el papel destacado que la
retórica del "naturalismo" del siglo XVIII representó en su crítica
Wilhelm Reich perteneció a la segunda generac1on de críticos social.
psicoanalíticos de Freud. Esta fue una generación que se ubicó Una vez áceptado dentro del movimiento psicoanalítico, Reich
entre la de los primeros disidentes (Jung, Adler y Stekel) Y la no perdió tiempo en establecerse como experto en técn ica. En 1922
posterior de revisionistas y psicólogos del yo que iniciaron su obra ayudó a fundar el Seminario de Viena para Terapia Psicoanal ítica,
en la década del 30 (Fromm, Horney, Sullivan, Anna Freud, Ernst que dirigió desde 1924 hasta 1930. El "seminario técnico" era una
Kris, Heinz Hartmann y Erik Erikson). Además de Reich, los dos rama de la Sociedad Psicoanal ítica de Viena dedicada al mejoramien-
principales representantes de esa generación intermedia fueron to de la técnica terapéutica "por medio del estudio sistemático de
Sandor Ferenczi y Otto Rank. Lo que unió a Reich, Ferenczi y Rank casos" .4 Los integrantes del seminario trabajaban exclusivamen-
no fueron las fechas de nacimiento: Reich nació en 1897, Rank en te con historias de casos que ·habían resistido con éxito el análisis
1884 y Ferenczi en 1873. Pero los tres realizaron sus contribuciones
más importantes al psicoanálisis aproximadamente en la misma época 1 Clara Thompson, Psychoanalysis: Evolution and Development_ Nueva York ,
-la década del 20-, y los tres se apartaron de Freud en forma casi 1950, pág. 172.
simultánea, a comienzos de la del 30. Lo que es más importante, los 2 Reich, The Function of the Orgasm, Nueva York, 1961 , págs. 27- 29.
tres compartieron una preocupación similar durante el período de
3" Biographical Note", en Wilhelm Reich: Se/ected Writings, Nueva York,
su máximo impacto sobre el psicoanálisis, a saber, el problema de 1961, págs. 3-4.
la técnica. Clara Thompson caracterizó la época de posguerra como
4 The Function of the Orgasm, pág. 40.
"un período de creciente pesimismo acerca de la eficacia terapéutica

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tradicional. 5 Como director de ese seminario, Reich ganó una repu- Como Freud, Reich desarrolló sus ideas básicas en un esfuerzo
tación de terapeuta brillante, y sobre la base de sus experiencias en - por explicar la etiología de las neurosis. Todas las neurosis, afirmaba, -
esa labor desarrolló las componentes fundamentales de su propio sis- iban acompañadas por una perturbación de la genital idad. F reud
tema psicológico: la teoría del orgasmo, la teoría del carácter y la había declarado antes que no había neurosis sin conflicto sexual, pe-
técnica del análisis del carácter. ro daba a "sexual" el sentido más amplio posible. Reich sustituyó
Si bien su carrera estuvo regularmente sembrada de descubri- entonces "sexual" por ~ 'genital", con lo cual socavó ese ensancha-
mientos trascendentales, el mayor de todos fue sin duda el de la miento de nuestra sensibilidad erótica que había sido uno de los
función del orgasmo. El orgasmo era su idée fixe. Se encontraba en logros más duramente conquistados por Freud. Por cierto que Reich
el centro ele su teoría del . hombre y la sociedad, y a la larga se nunca negó que existieran manifestaciones no genitales de sexuali-
convirtió en el tema sobre la base del cual interpretaba todo el dad, pero al lado de la monumental importancia del acto genital,
cosmos. La sencillez y coherencia de esa visión son a la vez mag- se empequeñecían hasta volverse insignificantes.8
níficas y aterradoras. Como bien sabía Reich, su teoría genital de las neurosis había
Reich adquirió conciencia de la importancia de la vida se- sido prevista por el propio Freud. En la década del 90 este había
xual aun antes de incorporarse en forma oficial al movimiento distinguido, según su origen, dos grandes categorías de neurosis:
psicoanalítico: -~ las psiconeurosis -y- las neurosis actuales:' El psiconeurótico sufría de _..
recuerdos; los orígenes de su enfermedad se encontraban en las
Una anotación de mi diario, del 1° de marzo de 1919, dice: ''Es _ ansias reprimidas y los traumas de una infancia lejana. En el caso de
posible que mi propia moral se oponga a ello. Pero según mi expe- las neurosis actuales, la víctima enfermaba de una perturbación
riencia, y según la observación de mí mismo y de otros, he llegado contemporánea de la genitalidad, tal como, por ejemplo, una mas-
a la convicción de que la sexualidad es el centro en torno del cual turbación excesiva o un ascetismo pronunciado. 9 Una vez hecha la
6
gira toda la vida social, así como la vida interior del individuo". - distinción, F reud dedicó su carrera al estudio de las psiconeurosis;
Ocho años pasaron entre esta percepción original y la primera sus concepciones psicológicas posteriores y, con mayor claridad, su
técnica terapéutica, se adecuaban a la concepción histórica (opuesta
presentación sistemática de la teoría del orgasmo en Die Funktion
a la concepción contemporánea) de las perturbaciones neuróticas .
des Orgasmus. 7
Las neurosis actuales quedaron sencillamente olvidadas.
Reich, entonces, se propuso invertir el procedimiento de F reud.
SWalter Briehl, "Wilhelm Reich", en Psychoanalytic Pioneers, Franz Alexan- Reviviría el concepto de neurosis actuales y lo convertiría en el
der, Samuel Eisenstein, Martín Grotjahn, comps., Nueva York, 1966, pág. 4::!1 .
centro de su patología sistemática. 10 Había muchas cosas en juego
6 The Function of the Orgasm, pág. 4,
en este desplazamiento del acento, más que la diferencia entre una
7The Functian of the Orgasm (1942) no es una traducción de Die Funktioo
des Orgasmus ( 1927). Buena parte del material de la monograffa de 1927 se
concepción histórica y una contemporánea de la enfermedad mental,
incluyó en la obra posterior, pero para todos los fines prácticos se trata de dos por importante que ella fuere. Yo diría que la consecuencia más
libros distintos. Es posible que esta anomal(a bibliográfica resulte el ejemplo importante consiste en que implicaba optar por una noción cuan-
más evidente del lamentable estado editorial en que se encuentran los eSf'ritos titativa, no cualitativa, del funcionamiento psíquico. F reud había
de Reich. Según las normas del siglo XX, Reich fue notablemente prolífico. explicado la dinámica de las neurosis actuales en términos de lo que
Una lista oficial de sus publicaciones, compilada por la Orgone lnstitute Press,
anota veintiséis libros y casi un centenar de artrculos ("Apéndice 3", en 8
Se/ected Writings). La mayor(a de los libros más populares de Reich cono- Reich, Die Funktion des Orgasmus, Leipzig, Viena, Zurich, 1927, págs. 7,
cieron varias ediciones y traducciones en vida de éste, y en cada ocasión se 13-14; The Function of the Orgasm, pág. 87.
9 Cf. Sigmund Freud, "Sexuality in the Aetiology of the Neuroses", en The
dedicaba a poner sus ideas al dfa; por desgracia, sin molestarse nunca en info~­
mar al lector de ello. No es poco común, por ejemplo, encontrar una referencta Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud,
al pacto nazi-soviético en una obra supuestamente escrita en 1935. Resulta J;~mes Strachey, comp., Londres, 1953-1966, 111.
claro que hace falta una edición cr(t ica de las obras C:e Reich, pero me temo IODie Funktion des Orgasmus, págs. 9-10.
que no se ha pensado en nada por el es ti lo.

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luego denominó la perspectiva "económica" de la vida mental, es forma casi exclusiva, el análisis económico de las neurosis. En deti-
decir, en términos de la metáfora de la energía psíquica. El síntoma nitiva, el orgasmo, la liberación de energía sexual, era lo que esta-
neurótico actual era "alimentado" por la libido no descargada. La blecía la diferencia entre la enfermedad y la salud.
medida en que Freud pretendía que esta fórmula metapsicológica Cosa nada sorprendente, a menudo se exigió a Reich que defen-
fuese tomada en serio sigue siendo un tema muy discutido. No diera su teoría contra la objeción de que muchos neuróticos tenían
podríamos decir con certeza hasta qué punto estaba comprometido una "vida sexual completamente sana" . 15 Y creo que se mostró a
con la visión positivista, del siglo XI X, de una psicología científica, la altura de la tarea. Vista más de cerca, la teoría del orgasmo
que en definitiva trabajaría con cantidades mensurables y maneja- resulta ser mucho más sutil de lo que se creía al comienzo. Reich
bles, como la hidráulica o la electricidad. Pero si bien nuestra valora· acuñó la frase "potencia orgásmica" para designar con mayor preci-
ción en el caso de F reud debe estar rodeada de ambigüedades, no sión el fenómeno a que se refería. No todos los contactos sexuales
tenemos por qué ser tan cautelosos en lo que se refiere a Reich. que llegan a su culminación se encuentran a la altura de lo que él
Precisamente los aspectos del cientificismo de F reud que la mayoría entendía por "un verdadero orgasmo". El orgasmo debe ser hetero- -
de los comentaristas posteriores encontraron un tanto molesto (en sexual, sin fantasías ajenas a 21, y de duración adecuada. Sobre todo,
especial el vocabulario de "bloqueo", "catexia" y "desplazamiento") un verdadero orgasmo tiene que culminar en la liberación total de ·-
eran los que más le complacían. Inventó el término "economía la libido contenida. En otras palabras, la potencia orgásmica era
sexual", con su sugestión de síntesis de F reud y Marx (pero en rigor definida en términos económicos; era "la capacidad para la descarga
alc¡o más parecido a una amalgama de Freud y Adam Smith), para total de toda la excitación sexual contenida, por medio de con- -
designar la ciencia de la energía biopsíquica. 11 Toda la trayectoria tracciones involuntarias y placenteras del cuerpo." 16
del desarrollo intelectual de Reich se podría caracterizar como una A la luz de esta definición, la afirmación de Reich, de que "ni
elaboración del concepto freudiano de libido, en el proceso de la un solo individuo neurótico posee potencia orgásmica", 17 se hace
cual la "metáfora" primitiva. se endureció y convirtió en esa cosa a la vez más plausible y evasiva. ¿Quién podía decir si las costumbres
tan concreta que es la "E nergía Orgánica Cósmica". sexuales de determinado individuo cumplían con los criterios
He simplificado en exceso la teoría de Reich, a fin de contras- económicos de la potencia orgásmica? Reich no permitiría que su
tarla con la de Freud. Su afirmación fundamental era, en verdad, teoría fuese refutada por ansiosos empiristas. Por supuesto, ofreció
la de que los neuróticos enferman debido a una perturbación de la ciertas medidas empíricas mínimas de potencia orgásmica, pero al
genitalidad, o para decirlo con más exactitud, por su incapacidad mismo tiempo dejó bastante territorio para la discusión.
para lograr un orgasmo sati sfactorio. Pero no abandonó por completo Me agradaría presentar tres observaciones finales sobre la teoría
la preocupación de Freud por los orígenes psicológicos (o históricos) del orgasmo. Primero, es preciso señalar la diferencia radical exis-
de las neurosis. La situación edípica, en especial, seguía proporcio- tente entre la noción de . Reich y la cristiana tradicional, en cuanto
12
nando el material de la fantasía, el "contenido" de las neurosis. a la función del placer sexual. En la opinión pbpular (que por lo
Reich adoptó un vocabulario marx ista para iluminar el proceso: la menos en este sentido se ha mantenido notablemente fiel a la
ene1gía sexual contenida era la base de la formación de síntomas, ortodoxia cristiana), el orgasmo es la capa de azúcar con · que el
pero las neurosis también te nían una "superestructura psíquica". 13 Creador (o la naturaleza) ha recubierto la amarga píldora de la
Reich se vio en figurillas para explicar de qué manera se producía reproducción. Es cierto que puede ser nuestro más alto placer, pero
la perturbación de la genitalidad, y en una ocasión llegó a admitir en lo fundamental podemos arreglárnoslas sin él. Solo resulta vital
que en el comienzo de todos los desarrollos neuróticos había un para la supervivencia de la raza. Para Reich, por el contrario, el
conflicto psíquico. 14 Pero hay q-.¡~ subrayar que le preocupaba, en orgasmo ya no era una experfencia de la periferia de la vida biológica
11 15
The Function of the Orgasm, p. xvii. The Function of the Orgasm, pág. 75.
12 Die Funktion des Orgasmus, pág. 79. 16
/bid., pág. 79; Die Funktion des Orgasmus, págs. 18-28.
13 The Function of the Orgasm, pág. 68. 17
14 Die Funktion des Orgasmus, pág. 198. The Function of the Orgasm, pág. 79.

24 25
psíquica. Era, por el contrario, el mecanismo regulador central del Parece seguro que Reich jamás se habría granjeado una reputación
0
sistema cerrado de energía llamado hombre. Si la liberación sexual de importancia solo sobre la base de la teoría del orgasmo. El
normal fracasaba, el hombre enfermaba, ya fuera del cuerpo o de la entusiasmo con que aceptó y elaboró la hipótesis de F reud, sobre
mente, porque la libido no descargada se canalizaría hacia la forma- una economía libidinal , tendía a aislarlo de las principales preocupa-
ción de síntomas psíquicos o físicos. ciones de los psicoanalistas de su generación. Muy distinto, en
Segundo, si el orgasmo era la válvula de salida central para la cambio, fue lo que ocurrió con su teoría del carácter. En ese caso
economía corporal, se seguía de ello, con toda naturalidad, que la su obra se encontraba inserta en la corriP.nte principal del pensa-
genitalidad sin inhibiciones era la meta de la terapia. ~eich lle?ó miento psicoanalítico de las décadas del 20 y el 30. En rigor es
a esta conclusión con entusiasmo, aunque no se mostro muy dis- preciso contar a Reich entre los precursores de la psicología freu-
puesto a anunciarla con franqueza en los primeros años del se~i­ diana del yo, que (junto con su desviación herética, el revisionismo
nario técnico. 18 Pero en 1927, cuando se publicó Die FunktJOn 'neofreudiano) ha dominado el movimiento psicoanal ftico hasta la
des Orgasmus, tenía ya bastante confianza en su teorí~ para actualidad. Pero aun aquí, como veremos, Reich se encontraba
declarar sin ambages que el objeto de la terapia psicoanalít1ca era curiosamente fuera de compás, pues su concepto del carácter,
19
"el establecimiento de la potencia orgásmica". elaborado entre 1926 y 1934, debía, expresamente, acompañar a
Por último, me agradaría acudir en defensa de Reich, en cuan-t;o la teoría del orgasmo.
a su preocupación por la metáfora "mecanicista" de la ene_rg1a Reich llegó a su idea del carácter por el camino del problema
psíquica. Hace un momento señalé que para ~uchos_ ~omentanstas clínico de las resistencias. Advirtió que, con suma frecuencia, lo que
la teoría de la libido de Freud era una mamfestac1on muy poco se · entrometía en el progreso analítico del paciente no era determi-
atrayente de su positivismo residual. Hablando en términos históri- nada treta consciente o inconsciente, sino más bien el "estilo"
cos, no cabe duda de que la teoría tenía sus raíces en el siglo XIX. personal general del paciente, su "estructura de carácter". Por ejem-
Pero creo que si desechamos esta concepción por correspo~der ~ plo, en lugar de resistirse al proceso terapéutico por medio de objecio-
determinado período, no hacemos justicia a sus consecuenc1as cn- nes intelectuales putativas al psicoanálisis (ejemplo clásico de resisten-
ticas. El concepto materia1ista de la energía psíquica se oponía a cia). el paciente podía lograr los mismos fines reaccionando ante el
toda espiritualización de la sexualidad. No me parece accidental que analista con exageradé\ cortesía. Reich llamaba a esta cortesía "resis-
las escuelas de psicoanálisis que abandonaron o atenuaron en forma tencia de carácter" 21; cumplía las mismas funciones que la resis-
radical la teoría de la libido (el neofreudismo, y cada vez más, la tencia, reconocida con más facilidad, del análisis clásico -es deci r,
psicología del yo) hayan sido también las más pr~pensas a ~enos­ distraer al analista de la investigación de un material inconsciente
preciar el papel de la sexualidad. Por el contrano, la teona del peligroso-, · pero gozaba de la clara ventaja de encontrarse "inte-
orgasmo de Reich conservó y acentuó el ímpetu crítico de la con- grada" en el modo general de conducta del paciente.
cepción "mecanicista" freudiana. Por medio de un desplazamiento de acento, leve pero importante,
Reich llegó al tratamiento de la resistencia de carácter como la
manifestación central de la enfermedad del paciente. La frase
11 "resistencia de carácter" dejó paso, de manera casi imperceptible,
a "neurosis de carácter". Esta definición de la neurosis en términos
de carácter fue una de las ideas más interes.antes de Reich, y señaló
Die Funktion des Orgasmus fue dedicada a Freud, no obstante
20 un importante cambio histórico en el concepto de enfermedad
lo cual tuvo una recepción más bien tibia por parte del anciano.
mental. Para Reich, la atención del analista era reorientada desde
18
/bid, pág. 98.
1 9 Die Funktion des Orgasmus, pág. 193. 21 Reich, "On Character Analysis", 1928, en The Psycho"-Analytic Reader,
2 0The Function of the Orgasm, págs. 140-141 . Robert Fliess, comp., Londres, 1950, pág. 108.

26 27

--- ------ --
el síntoma neurótico fácilmente identificable, que había preocupado ser la de que la suerte del yo no era feliz, y que merecía toda nuestra
a F reud en la década del 90 (una parálisis, un tic, un ritual irra- simpatía y consideración.
cional o compulsivo), hacia el mal funcionamiento de la personalidad En realidad, la teoría del carácter de Reich era una teoría del yo.
en su conjunto. Desde el punto de vista de Reich, un síntoma, en el Supongo que en términos técnicos esta afirmación es incorrecta,
sentido clásico, era solo la manifestación de una perturbación psí- pues el concepto de carácter fue usado por Reich (como por los
quica general, "un concentrado del carácter neurótico" ,22 y no se psicoanalistas en general) para designar un tipo de conducta, antes
encontraba necesariamente presente en todas las neurosis. En tanto que una componente estructural de la personalidad. 25 Pero lo que
que el síntoma correspondía a una experiencia definida o un deseo ahí estaba en juego era en esencia la persona consciente, pre-
específico del pasado del paciente, la neurosis de carácter era el freudiana. El rasgo notable del tratamiento del carácter por Reich,
producto de toda su historia. 23 el rasgo que lo aislaba de todos sus contemporáneos, era la
La teoría del carácter de Reich fue una manifestación del reavi- inflexible hostilidad con que contemplaba esa dimensión de la
vamlento general de la psicología del yo durante la década del 20. personalidad. En tanto que al comienzo había hablado de "neurosis
Es claro que el gran descubrimiento de F reud fue el inconsciente, y de carácter" o "carácter neurótico", pronto cayó en la costumhre
por lo tanto no resulta sorprendente que los primeros esfuerzos del de tratar al carácter tout court como una enfermedad.H El
(
movimiento psicoanalítico fuesen dedicados a una exploración de carácter era una especie de "blindaje", una rígida cáscara exterior
esa dimensión no estudiada de la persona. Con la publicación de que protegía al individuo de los duros golpes de la realidad, pero
The Ego and the f(J ( 1923), sin embargo, F reud volvió a llevar el que al mismo tiempo limitaba su capacidad para experimentar la
foco de la atención al problema psicológico tradicional de la persona vida, tanto dentro como fuera de él, en toda su intensidad. 27
consciente, el yo. 24 En verdad, aún se seguía concibiendo a ese yo La obra más famosa de Reich, Character-Analysis, en la cual
como nacido de las dimensiones más oscuras, inconscientes, del espí- reunió, en forma de libro, los artículos que había escrito sobre el
ritu, y tenía una existencia muy precaria entre la sensualidad demo- tema entre 1928 y 1933, era, en efecto, un prolongado y a menudo
níaca del .ello y la .mbjigatería militante del superyó. Pero si bien el yo malhumorado ataque contra el yo. 28
de Freud careda de la fibra moral y la pura energía de que lo El contraste entre la hostilidad de Reich hacia el yo y la
dotarían los neofreudianos, e incluso de la autonomía que le han compasión de Freud por este, reflejaba con exactitud la diferencia
otorgado los psicólogos del yo, se lo pintaba con considerable · de sus respectivas actitudes hacia los instintos. Freud tendía a
compasión y admiración. En general, la actitud de Freud parecía considerar con desconfianza las profundidades animales, incons-
cientes. Presentaba el ello como "un caldero lleno de hirvientes
22 /bid.

23fbid., pág. 111. Esta concepción de la neurosis puede carecer de los 25


R eich, "The Genital Character and the Neurotic Character", 1929, en The
agudos contornos de la teoría freudiana original, pero es evidente que Psycho-Analytic Reader, pág. 15. El carácter se define aquí como "el modo
concuerda más con el empleo contemporáneo, por los legos, de la palabra típico de . reacción del yo hacia el ello y el mundo exterior" , Quizá se podría
"neurótico", y con nuestro prejuicio intelectual contra una explicación pensar mejor en el carácter como en el "estilo" del yo.
excesivamente precisa o mecanicista sobre el funcionamiento de la persona-
26
lidad. Cosa curiosa, el término "neurosis", usado para describir un síndrome Reich, Character-Analysis, 3a. ed., Nueva York, 1963, pág. 145.
clínico: parece estar pasando de moda, quizá porque todavía se apega a él
27
la sugestión de un cuerpo extraño ingerido en la trama de una personalidad Reich, "On Character Analysis", pág. 111; "Psychic Contact and Vegetative
en otro sentido sana. En cambio, ahora se tiabla de "perturbaciones del Current", 1935, en Character-Analysis, pág . 342.
carácter", y el concepto de Reich de "neurosis de carácter", constituye,
es evidente, un importante hito en ese cambio de perspectiva.
\ 28
He simplificado un tanto la posición de Reich a fin de subrayar lo que me
24 parece ser la lógica implicita de su caracterología. La noción de que el carácter
Por supuesto, "yo" y "consciente" no soh .absolutamente idénticos, pues
es en si mismo una enfermedad surge de afirmaciones tales como "El carácter
importantes funciones del yo son inconscientes. Cf. The Ego and the Id,
Standard Edition•. . , vol. XIX.
es esencial y principalmente un mecanismo de protección narcisista" ("Genital
and Neurotic Character", pág. 125) y "El carácter consiste en una alteración

28 29

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excitaciones"29 , y el inconsciente como poblado de horrendos talmente enferma de la respuesta del yo al perverso inconsciente
espectros y deseos asesinos. Reich no negaba la existencia de ese freudiano, es decir, de la estructura de carácter, resultaba mucho
inconsciente en toda su fealdad, pero para él seguía siendo la menos evidente.
30
deformación de una realidad fundamental que en esencia era sana. Detrás del análisis del carácter de Reich estaba la familiar
Su confianza en los instintos era prácticamente ilimitada. A la concepción económica de la vida psíquica, que hemos encontrado
larga llegó a pensar en la personalidad humana en los términos como leitmotiv de su teoría del orgasmo . En rigor, el carácte r
de un modelo de tres planos. En el plano más profundo estaban la era la antítesis económica del orgasmo. Se desarrollaba, en términos
"sociabilidad y sexualidad naturales del hombre, el goce espontáneo muy literales, a expensas del orgasmo; "consumía" la energía
del trabajo [y] la capacidad para el amor" .. Cuando estos instintos psíquica no descargada en las relaciones sexuales. 32 Por consiguiente,
saludables eran reprimidos, como en nuestra cultura negadora del
el establecimiento de la potencia orgásmica, que era la meta de la
sexo, surgía una segunda capa, "el [inconsciente] freudiano, en
terapia, involucraba la disolución del carácter y la liberación de la
el cual dominan el sadismo, la codicia, la lascivia, la envidia
energía psíquica, para sacarla de su cárcel caracterológica. 33 Con
[y] perversiones de todo tipo". A su vez, esta capa era cubierta
tal fin desarrolló Reich su famosa técnica de análisis del carácter.
y frenada por la superestructura caracterológica, "la máscara
Afirmaba invariablemente que la terapia analítica del carácter era
artificial del autodominio, de la cortesía compulsiva, insincera,
solo un prólogo de la exploración tradicional del inconsciente por
y de la sociabilidad artificial". 31
medio de asociaciones libres. 34 Pero muy pocas veces fue más allá
El carácter, pues, tenía una especie de justificación funcional;
representaba una protección necesaria frente a la perversión del de los preliminares. Una lectura cuidadosa de Character-Analysis,
instinto que la represión ya había engendrado. Pero en último o de cualquiera de los escritos el ínicos, revela que el descubrimiento
análisis, el carácter era en sí mismo una enfermedad, tanto más Y la disolución de las resistencias del carácter absorbían todas sus
energías terapéuticas.
perniciosa cuanto que no se la reconocía como tal. Por consiguiente,
Reich entendió que su misión especial era la denuncia del yo y todas El primer objetívo del análisis de Reich consistía en descubrir
la naturaleza exacta de la armadura caracterológica del paciente.
sus funciones. El inconsciente podía ocuparse de sí mismo; su fealdad
En el arte de la detección demostró su auténtico virtuosismo
era evidente incluso a ojo desnudo. Pero la naturaleza fundamen·
técnico. Llamó la atención hacia un nuevo dominio de pruebas
29 antes no advertidas o pasadas por alto como carentes de significación,
Freud, New lntroductory Lectures, The Standard Edition .. . , vol. XXII,
pág. 73.
y que para el observador alerta revelaban claves del verdadero
carácter del paciente. Freud había realizado un descubrimiento
30 The Function of the Orgasm, pág . 148: "Por debajo [de los] mecanismos
similar cuando encontró significados en aspectos tan descuidados
neuróticos, por detrás de todos [los] impulsos y fantasía s peligrosos, grotescos,
irracionales, encuentro un trozo de naturaleza sencilla, corriente, decente".
de la conducta como los sueños, las equivocaciones y los chistes.
Reich complementó entonces las pruebas de Freud con una nueva
31 serie de datos: "La forma de hablar del paciente, la manera en que
/bid., pág. 204.
mira al analista y lo saluda, la forma en que se recuesta en el diván, la
crónica del yo, que se podría describir como una rigidez" (Character-Analysis, inflexión de su voz, la medida de su cortesía convencional".35
pág. 145) . A manera de contraste, debo señalar que con .frecuencia Reich
trató de distinguir entre las buenas y las malas estructuras de carácter, entre Todo esto, junto con otros amaneramientos y actitudes de postura,
lo que él llama el carácter "genital" y el "neurótico". Pero cuando se la era la materia prima con que trabajaba el analista. Ya no resultaba
examina de cerca esta distinción resulta ilusoria. El buen carácter, e!
carácter genital, e~ una especi~ de anticarácter. Representa un estilo de yo 32 "Genital and Neurotic Character" , pág . ~ 28.
que es totalmente permeable para los deseos del ello. Dicho de otro modo, el
33 Character-Analysis, pág. 127.
carácter "genital me parece, no tanto un tipo estructural significativo, como
un conjunto de todas las virtudes concebibles, libidinales y otras. Cf. "Genital 34" 0n Character Analysis" , pág. 122.
and Neurotic Character", págs. 136-137. 35 /bid. , pág. 112.

30 31

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tan importante qué decía el paciente, sino cómo lo decía; lo
decisivo era la forma, antes que el contenido de sus revelaciones.
En rigor, el paciente no necesitaba decir nada ; se revelaba incluso 111
en sus movimientos corporales y expresiones faciales. En tanto
que el análisis tradicional había puesto el acento en el intercambio La teoría del carácter y la técnica de análisis del carácter
intelectual, o con más exactitud verbal (la "cura por la pal abra"), colocaron a Reich en la vanguardia del movimiento psicoanalítico
Reich concebía al paciente y el médico como actores en carne Y hueso. a fines de la década del 20. Pero . entretanto sus relaciones con
Decir que la terapia de Reich carecfa del decoro y la aus~eridad los miembros de más edad del movimiento habían sufrido un
del análisis freudiano clásico sería deéir poco. El est1lo de Re1ch era grave deterioro. En el seno del establishment psicoanalítico Paul
descaradamente melodramático. Su táctica fundamental consistía F~dern, Ernest Jones y Otto Fenichel fueron algunos · d~ los
en aislar determinado rasgo del carácter y enfrentar al paciente pnmeros detractores de Reich, y según el propio relato de este,
con él repetidas veces, incluso con la amenaza de terminar el el constante "socavamiento" de ellos logró a la larga que F reud
anál isis si encontraba oposición a ese procedimiento. A la larga, se volviera contra él. 39
el paciente se veía obligado a expe rimentar su amaneramiento Las rela~i~nes de Reich con Freud parecen haber seguido el
36
"como un acongojante síntoma compulsivo". El resultado de esquema clas1co de enamoramiento y desilusión tan característico
esta conciencia acrecentada era la disolución del rasgo de carácter, de las ~mistades ~sicoanalíticas. Se dice que Freud tenía en muy
y con él la liberación de la libido aprisonada. alta est1ma a Re1ch de joven, lo suficiente para incluirlo en el
En algunos sentidos, el procedimiento coincidía con la fó:mu~a círculo íntimo de amigos que se reunían una vez por mes en su
40
freudiana primitiva. En el análisis tradicional, llevar a la conc1enc1a c~a. Por parte de Reich, resulta evidente, según observaciones
un recuerdo infantil reprimido aliviaba al paciente de su síntoma dispersas a todo lo largo de sus escritos, que la relación con F reud
neurótico. También para Reich, la toma de conciencia, ahora de la fue el gran acontecimiento de su vida. 41 Sobre la base de estos
estructura de carácter actual, antes que de traumas pasados, era la hechos es legítimamente posible suponer que la amistad entre los
clave de la salud mental. Pero esa toma de conciencia sanadora dos hombres adoptó por lo menos algunas de las características
sólo se podía lograr mediante una vigorosa política de intervención d: una rel~ción ~adre-hijo. Esta hipótesis es respaldada por dos
por parte del analista, y una implacable explotación del vínculo c1rcunst~nc1as: pnmero, la diferencia de edad entre ambos (cuarenta
37
emocional existente entre paciente y médico (la transferencia). Y un anos), Y segundo, el hecho de que el padre de Reich había
Este acento sobre el papel activo del terapeuta y la reacc1on muerto en 1914, cuando este solo tenía diecisiete años. 42 Si no
afectiva del paciente fue lo que separó a Reich de F reud Y lo u~ i ó me equivoco, entonces, la ruptura de Reich con Freud fue una
a Ferenczi y Rank. Reich prevenía que ese procedimiento agres1vo necesidad más personal que intelectual. Esta interpretación también
no care.c fa de peligros; en cada caso, "el análisis de carácter provoca ayuda a explicar la naturaleza ambivalente de esa ruptura, por
violentos estallidos emocionales". 38 Reich provocaba a menudo lo menos por parte de Reich. Amamos a nuestros padres aunque
esas reacciones mediante la conducta más extravagante, Y no era los matemos; en verdad, buscamos su aprobación de nuestro acto
infrecuente que una sesión analítica terminase en un grosero ataque asesino. Así, Reich siempre sostuvo que Freud fue quien lo había
físico contra el médico . .Pero la meta final de la terapia era el amor. '-
39
En todos los casos, el tratamiento exitoso equivalía al aflojamiento Reich, Reich Speaks of Freud, Mary H iggins y Chester M. H iggins comps
de la armadura de carácter del paciente y .a la acentuación de su Nueva York, 1967, págs. 8, 10, 101 - 102, 105, 153, 195, 213. ' ·
40
capacidad de placer genital. Ernest Jones, Th~ Life and Work of Sigmund Freud, vol. 111, Nueva York ,
1957, pág. 191 ; Re1ch, The Function of the Orgasm, pág. 165; Reich Speaks
3 6 tbid., pág. 116. of Freud, págs. 41-42.
41
37Character-Analysis, págs. 126-128. Véase The Function of the Orgasm, págs. 17-18.
4 2 " B. " 1 Nate " , en Selected Writings, pág. 4.
38 "0n Character Analysis", pág. 122. 1ograp h 1ca

32 33

- ·----
si nos acostába~os juntos o no". 47 Su primera esposa, Annie Pink,
rechazado a él, y no a la inversa, e incluso argumentó que en el era una ex pac1ente, y en 1932, cuando el conflicto con F reud
43
fondo Freud aprobaba su herejía. llegaba a su culminación, Reich se divorció de Annie y fue a vivir
Hay que señalar que Reich tenía plena conciencia de la dimensión con otra .mujer, El.sa Lindenberg. El propio Reich subrayó más
psicológica de sus dificultades con Freud. Confesó sin renuencia tarde la 1mportanc1a que tuvieron estas circunstancias sexuales
su "fijación con el padre", y reconoció su necesidad de "llevar pe.rsonales .en su distanciamiento de Freud y de otros dirigentes
a cabo una clara ruptura" .44 Pero al mismo tiempo insistió en que PSICOanal ÍtiCOS. 4 8
la ruptura era también una necesidad personal para Freud. Afirmó La deserción de Reich de las filas de los ortodoxos no fue un
que varios factores psicológicos habían impedido a Freud aceptar su?e~o repent!no. N.i constituyó el resultado de un solo desacuerdo
la ecuación de satisfacción genital y salud psíquica. Señaló, ante teonco. Hab1a hab1do vanos enfrentamientos vagamente desagra-
todo , el judélísmo residu al de F reud , con su rigidez sexual y su dables con Freud, ya en 1926, situaciones en las cuales este
compromiso histórico con la monogamia. Sugirió, asimismo, que e~p.re~ó enérgicas reservas respecto de la teoría del orgasmo 0
Freud era la víctima de un matrimonio desdichado -que "estaba cnt1co los r:nétodos terapéuticos de Reich. 49 Pero lo que ocasionó
muy insatisfecho en el plano genital"-, y que por lo 45tanto la la ruptura fmal fue la hipótesis de Freud sobre el instinto de muerte
teoría del orgasmo lo asustaba en forma inconsciente. Sobre Y su :eoría de. la ?ialéctica inexorable de civilización y represión:
todo, atribuyó el desencanto de F reud al peso del éxito. Luego . Re1ch considero El malestar en la cultura como un desastre
de años de oscuridad y lucha, Freud conoció la aceptación general sm atenuantes. Cosa irónica, se consideraba indirectamente respon·
del psicoanálisis en la década del 20. Según Reich, para entonces sable d~ la publicación del libro. 50 Aparentemente, era de esperar
ya era demasiado viejo y estaba demasiado fatigado para correr que Re1ch mostrara una considerable admiración por las ideas de
el riesgo de enajenarse a su público (y a sus discípulos conservadores Freud sobre la civilización y la represión. En fin de cuentas el
del movimiento psicoanalítico) mediante el apoyo al radicalismo argum~nto de El m~les~ar e~ la cultura se basaba en forma ~uy
sexual de Reich. Por consiguiente toleró la castración de la teoría expl(c¡ta en la. teona hidráulica de la energía psíquica: la energía
de la libido a manos de discípulos que despreciaba en secreto.
que hacfa posible la civilización era "sustraída de" la experiencia
A la postre, argumentaba Reich, esa "admiración seductora" fue lo .
que impidió a Freud llevar su gran descubrimiento hasta su conclusión
47 1bid., pág. 103.
lógica. 4 6
Pienso que el análisis de Freud por Reich es por lo menos 48 1bid. , págs. 102-103, J05-107, 112. .
atendible, aunque exagerado. No cabe duda de que el compromiso 49
The Function of the Orgasm, págs. 140-143.
teórico de Reich con la realización sexual total constituía una 50 . .
.. He aquí su _p~opto relato, de The Function of the Orgasm, págs. 165-168;
fuente de ansiedad para el anciano F reud, así como para otros El 12 de dtctembre de 1929 ofrec( mi charla sobre la profilaxis de las
miembros de la élite psicoanal ítica. Lo que es más, la dificultad neuros1s en el cfrculo . íntimo de Freud . Esas sesiones mensuales en el hogar
se complicaba con la conducta privada de Reich en cuestiones de ~r.eud estaban abtertas solo para los miembros de la sociedad psico·
anall_ttca y un?s pocos invitados. Todos sabían que las discusiones, en esas
sexuales. Reich admitió más tarde que tenía relaciones con sus reuntones, tentan una enorme importancia ... En esas veladas en el hogar de
pacientes: "Una o dos veces ocu rrió que me enamorase de una Freud, dedtcadas a un análisis de la profilaxis de la neurosis y al problema d
paciente. Entonces me mostraba franco en ese sentido. 1nterrumpí a la cultura, Freud exp_uso por primera vez con claridad los puntos de vista qu:
el tratamiento y dejaba que el asunto se enfriase. Luego decidíamos en 1931 d [s1c] se publtcaron en ·'Das Unbehagen in der Kultur'• y que a menu d o
contra ed~n ,totalmente las opiniones que había expresado en 'Die Zukunft
43 The Function of the Orgasm, págs. 105, 187 , 197 ; Character-Analysis, emer ll/us10n . .. Muy pocos saben que 'Unbehagen in der Kultur' de F d
pág. XV i ii. tuvo su ongen en esas discusiones sobre la cultura, que se realizaban a fi~e~e
44 Reich Speaks of Freud, pág. 213; cf. también pág. x i ii. refutar m1 obra en maduractón y el 'peligro' que supuestamente surgía de ella
El ltbro conttene frases que Freud usó en nuestra d 's '6 '
451bid., págs. 20, 33-34, 129·130. mis opiniones". ' cust n para oponerse a
461bid., pág. 35; cf. también págs. 21 - 25, 34-36, 59 , 62, 66- 67 .

35
34

- ~ ----- --- - -- -
veremos, que se lo debía explicar por las particularidades económicas,
sociales y políticas de la historia de Occidente. La cultura como tal
erótica directa. 5 1 Algunos pasajes de los primeros escritos de Reich no era incompatible con la sexualidad. En verdad, el tema de la
parecen reflejar una aceptación de este argumento. 52 Pero en 1930, "unidad de cultura y naturaleza" se repite a todo lo largo de los
53
cuando se publicó la primera edición de The Sexual Revolution, escritos de Reich. 5 6 Lejos de socavar la creatividad, la satisfacción
se contaba, sin duda alguna, entre los oponentes de la filosofía sexual es su principal requisito previo. "Los pocos malos poemas
cultural de F reud. que de vez en cuando se crean durante la abstinencia no tienen
La crítica de Reich a El malestar en la cultura no fue particular- gran interés." 57 Pero Reich no hacía caso omiso de la perspectiva
mente enérgica. Afirmaba habe~ descubierto una contradicción in- económica en su defensa de la cultura; mantenía equilibrado su
terna en la argumentación de Freud: presupuesto libidinal mediante el argumento de que las actividades
Hay dos hechos en pugna: pdr una parte, el niño tiene que culturales eran financiadas por la sublimación, no de la libido
reprimir sus instintos a fin de llegar a ser capaz de adaptación genital, sino de la pregenital. 58
cultural. Por la otra, en ese proceso mismo adquiere una Los mismos motivos que lo llevaron a rechazar la pesimista
neurosis que a su vez lo vuelve incapaz de desarrollo Y adaptación filosofía cultural de Freud lo obligaron también a rechazar el
cultural, y a la postre lo hace antisocial. 5
4
instinto de muerte. La hipótesis de un in~tinto de muerte era la
Es claro que flO se tratab~ de una contradicción; era, en rigor, manera que tenía F reud de expresar una característica incertidumbre
el dilema que Freud se proponía explicar. La contradicción, o sobre la naturaleza humana. En los últimos ciento cincuenta años,
mejor aun, la paradoja, existía, no en el pensamiento de Freud, la noción de un hombre natural inocente, corrompido por un
sino en el proceso objetivo de la civilización. Reich se anotó un orden social perverso, cedió paso a un profundo sentimiento de
punto con más elegancia cuando acusó a F reud de realizar ambigüedad acerca de la composición de nuestros instintos. Es
generalizaciones incorrectas a partir del carácter represivo de la corriente señalar que, en ese sentido, el siglo XX está más cerca
civilización occidental, para llegar a una ecuación universal de de la Edad Media que del Iluminismo. El instinto de muerte de
cultura y repre.sión. 55 En ese sentido pudo incorporarse al coro F reud parece ser el equivalente actual de la doctrina del pecado
general de relati-Jistas culturales que criticaban la obra de F_reud, original. Pero Reich estaba más profundamente enraizado que Freud
en ocasiones con suma injusticia, por su insensibilidad hac1a las en la tradición del Iluminismo y solo en algunas de sus manifes-
sociedades no europeas (y aun hacia las no victorianas). Reich taciones finales fue más allá de esa herencia del siglo XVIII. En la
coincidía plenamente con la valoración de F reud acerca del época del choque respecto del instinto de muerte, no pudo valorar
carácter represivo de la cultura occidental, pero afirmaba, como los sentimientos de Freud sobre la complejidad de la situación
humana.
51 F reud, Civilization and lts Discontents, The Standard Edition. - - . vol. XXI. Es claro que mantener reservas en cuanto al instinto de muerte
Véase, e~ especial, págs. 101-104. no era nada extraordinario, ni siquiera en los círculos ortodoxos.
52Die Funktion des Orgasmus, pág . 162; "Genital and Neurotic Character", Pocos parecían aceptar la noción con algún entusiasmo. Solo en la
pág. 129. década del 50, y en los escritos de Herbert Marcuse y Norman O.
53The Sexual Revolution es la pesadilla de un editor. El libro que circula con Brown, comenzó a examinarse con verdadera seriedad la idea de
ese título en una edición en rústica de Noonday Press, Nueva York, 1962, es
una traducción y revisión (1944) de Die Sexualitiit im Ku/turkampf, cuya
primera edición es de 1936. Esta, a su vez, es en realidad dos libros en uno: 56 tbid., pág. 269; TheFunctionof the Orgasm, pág. xx.
la primera mitad es una versión ·:ampliada" (pág. x xx 1) de Geschlechtsre1te. 57 Reich, The Sexual Revolution, pág. 66; cf. también Mass Psychology of
Enthaltsamkeit, Ehemoral, publicada por primera vez en 1930; la seg~.nda
Fascism. Nueva York, 1946, pág. 252.
parte se intitula "The Struggle for .the 'New Life' in the Sov1et Unton • Y
parece haber sido escrita en 1935. 58 Die Funktion des Orgasmus. pág. 188; "Neurotic and Genital Character"
54Reich, The Sexual Revolution, Nueva York, 1962, pág. 12. oágs. 139-140.

55/bid., pág. 1 O.
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Freud. En Die Funktion des Orgasmus, Reich todavía acompañaba Si la filosofía cultural de Freud minó las actividades de Reich
a F reud en la cuestión de la agresión innata, si bien aun en ese caso como reformador sexual, la hipótesis del instinto de muerte era más
argumentaba que la libido reprimida podía "aumentar" los impulsos tendenciosa aun. Hacía imposible, o por lo menos carente de sentido,
destructivos. 59 Pero era inevitable que tarde o temprano se viera ni sí quiera un compromiso con una crítica social y política radical. 63
obligado a rechazar del todo la hipótesis de F reud. Dentro de El instinto de muerte implicaba que el sufrimiento era inevitable,
su monismo de los instintos, no había lugar para dudas sobre la bajo el socialismo tanto como bajo el capitalismo. Así, Reich, como
bondad fundamental de la naturaleza humana. Adler antes que él, se vio obligado a separarse del psicoanálisis,
La refutación explícita del instinto de muerte llegó en un artículo tanto por razones poi íticas como por motivos intelectuales. También
titulado "The Masochistic Character", que Reich publicó en lnterna- Freud tenía plena conciencia de la naturaleza ideológica de su des·
tionale Zeitschrift für Psychoanalyse, en 1932, y luego incorporó acuerdo con Reich. Afirmó, con suma injusticia, que el artículo de
a Character-Analysis. Su argumentación era sencilla, a pesar de su Reich sobre el masoquismo "culminaba en la insensata afirmación
aparente refinamiento: el masoq11ismo es un derivado, y no un de que lo que hemos denominado instinto de muerte es un producto
fenómeno psíquico primario. Quien estuviese familiarizado con el del sistema capitalista". 64 1nclusive llegó a decir que "The Maso-
estilo de pensamiento general de Reich, en especial con su enamora- chistic Character" había sido escrito "al servicio" del partido
miento por la metáfora económica de Freud, habría podido prever comunista. 65
con facilidad la forma que adoptaría su pensamiento. La destruc·
tividad, como cualquier otra cosa indeseable, era en realidad una
63 Character-Analysis, pág. 214.
manifestaci6n de la libido reprimida: "La inhibición de la sexuali-
64
dad[ ... ] es la ·que convierte a la agresión en un poder indominable, Jones, Sigmund Freud, 111, 166.
porque la energía sexual inhibida se convierte en energía destructiva." 65 Cf . la "Nota del traductor" de " The Masochistic Character", Character-
Hasta ahora he tratado el choque de Reich y F reud a propósito Analysis, pág. 209. La forma exagerada en que F reud reaccionó ante el
del instinto de muerte y de la relación de la cultura con la represión, articulo de Reich sobre el masoquismo otorga peso al análisis psicológico
de Reich sobre Freud, que resumí más arr iba. "The Masochistic Character"
como resultado de las muy distintas predilecciones intelectuales y psi· era una teorización psicoanalitica perfectamente legítima, sin ningún obiter
cológicas de los dos hombres. Pero esa es solo una parte de la cuestión. dicta politico. Pero molesto tanto a Freud, que durante un tiempo insistió en
También estaban en juego asuntos prácticos de importancia crucial. que no podia aparecer en lnternationale Zeitschrift sin el siguiente comentario
Si las ideas de El malestar en la cultura eran correctas, todo compro· editorial:
Circunstancias especiales hacen que el editor deba llamar la atención del
miso con la liberación sexual implicaba por fuerza una disposición a
lector hacia un punto que por lo general se da por sentado. Dentro del
aceptar sus consecuencias culturales extremas: el final del arte, de la marco del psicoanálisis, esta publicación otorga, a todo autor que entrega
industria y, a la larga, incluso de la vida en comunidad. En verdad, un trabajo para su publicación, plena libertad de opinión, y por su parte
Reich .estaba convencido de que la perniciosa filosofía cultural de no acepta responsabilidad alguna por tales opiniones. Pero en el caso del
Freud estaba destinada expresamente a socavar sus actividades prác· doctor Reich el lector debe quedar informado de que el autor es miembro
del partido bolchevique. Ahora bien, se sabe que el bolcheviquismo impone
ticas en la causa de la reforma sexual. Freud había puesto su autoridad a la investigación cientlfica los mismos limites que impone la organización
científica "a disposición de una ideología conservadora" ;61 había su· de la Igl esia. La obediencia al partido exige que todo lo que contradiga las
pervisado el "desarrollo del psicoanálisis en una teoría antisexual". 62 premisas del dogma sea rechazado. Queda por cuenta del lector de este
artículo liberar al autor de tales sospechas; el editor habria hecho el mismo
59 comentario si se le hubiese presentado un trabajo de un miembro de la S. J.
Páqs, 94- 97. 153. 168- 169, 196. Reich llegó a sugerir que la Primera
Guerra Mundial fue causada por la vida sexual insatisfactoria del Káiser y la Reich Speaks of Freud, pág. 155. Reproducido con autorización de Farrar,
aristocracia alemana (pág. 169) . • Straus & G iroux.
6 Freud continuó su hostigamiento al año siguiente, cuando, en su condición
° Character-Analysis, pág. 290. de director edi torial de 1nternational Psychoanalytic Publishers, participó er
61 la decisión de cancelar la publicación de Character-Analysis de Reich
The Function of the Orgasm, pág. 195.
6 2 The Sexual Revolution, pág. 247. (Reich Speaks of Freud, págs. 159-161).

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-- ~- - . - ~·
Reich dejó formalmente de pertenecer a la Asociación P,sicoana- hasta que se hubiesen creado las condiciones previas para la pre-
lítica Internacional en el Congreso de Lucerna, en 1934. Ernest vención por ·medio de "una revolución fundamental en las institu-
Jones h:: afirmado incorrectamente (y sospecho que con cierta ciones sociales y en las ideologías", era mejor dedicar los esfuerzos
proporción de mala fe) que, en Lucerna, Reich "renunció" a la personales a un profundo estudio de las causas y curas de la pertur-
Asociación. 66 En verdad, Reich ya había sido expulsado en secreto bación psíquica individual. 69 Entonces· sería posible introducir,
de la Sociedad Psicoanalítica Alemana (y por lo tanto de la por lo menos, las medidas profilácticas adecuadas después de la
Asociación Internacional) un año antes. Poco antes del Congreso de revolución.
Lucerna se enteró de que su nombre no aparecería en el calendario En la práctica, Reich no pudo mantener .una distinción tan clara
que incluía la lista de los miembros de la Asociación. Según parece, entre la psicología individual del presente y la psicología de masas
se le dijo que la publicación de The Mass Psychology of Fascism del futuro. Casi desde el comienzo de su carrera profesional trató de
(1933) lo había convertido en un lastre para el movimiento psico- encontrar alguna síntesis institucional de sus compromisos políticos
analítico. 67 De manera que la ruptura de Reich con el psicoanálisis Y psicológicos. Como miembro del Partido Socialdemócrata Alemán
estaba inextricablemente unida a su papel de activista poi ítico y de se le ocurrió la idea de establecer dispensarios de higiene sexuaÍ
filósofo social. Ahora debemos volver sobre nuestros pasos para socialistas, que pondrían el asesoramiento psicoanalítico al alcance
seguir la evolución de las ideas políticas de Reich y sus compromisos de las masas, a la vez que despertarían en ellas una conciencia de las
en ese terreno, a fines de la década del 20 y comienzos de la del 30. reformas sexuales que debían acompañar a la revolución. Entre
En muchos sentidos, esa fue la fase más interesante de su carrera: 1927 y 1930 se establecieron seis de tales dispensarios en la zona de
70
el período de su intento de síntesis de Marx y F reud, así como el de Viena. Reich invirtió buena parte de su dinero en esas institucio-
las primeras polémicas antifascistas. Fue, asimismo, una fase nes, y más tarde afirmó que millares de hombres y mujeres habían
sorprendentemente breve, puesto que para mediados de la década acudido a escuchar sus. disertaciones y recibir consejos acerca de
del 30 ya había dirigido su atención hacia problemas más apremian- cuestiones sexuales. 71 En apariencia los dispensarios eran lo bastante
tes del campo de la biología. populares como para hacer que los padres del partido temieran que
restasen energías a la lucha económica y poi ítica. A consecuencia de
ello, fueron cerrados en 1930. Reich se trasladó entonces a Berlín
donde se incorporó al Partido Comunista y volvió a instalar su~
IV dispensarios. 72
Los intentos de Reich, de elaborar una conciliación intelectual
En el prefacio de la primera edición de Character-Analysis, entre Marx y F reud, fueron paralelos a sus esfuerzos prácticos por
Reich se preguntaba como se podía justificar la redacción de un fusionar la poi ítica socialista y la terapia psicoanal ítica. Desde 1929
libro sobre técnica analítica individual cuando "en una ciudad como
Berlín hay millones de personas cuya estructura psíquica está .
neuróticamente en ruinas". 68 La verdadera tare"a, sostenía, no era..! a
terapia, sino la profilaxis. Pero bajo el régimen existente, de repre- 69 /bid., págs. xx-xxi.

sión social, política y en especial sexual, le parecía que la prevención 70


"Biographical Note", Selected Writings, pág. 5; The Function of the
era imposible. Por lo cual concluía su disculpa argumentando que Orgasm, pág. 169; Reich Speaks of Freud, págs. 32-33, 48-50, 78-82.
71
Reich, Listen, Little Man!, 1948, Nueva York, 1965, pág. 102; The
66 Jones, Sigmund Freud,. 111, 191. Function the Orgasm, pág. 165.
72
67The Function of the Orgasm, pág. 265; Reich Speaks of Freud, págs. 189, Mildred E. Brady, 'The Strange Case of Wilhelm Reich", New Republic,
255-261. 26 de Mayo de 1947, pág. 21. En el PCA de Berlín, Reich era miembro de la
misma célula que Arthur Koestler. Cf. Koestler en The God That Failed
68 Character-Analysis, pág. xx.
Richard Crossman, comp. Nueva York, 1963, pág. 43. '

40 41

- · -------
hasta 1935, en no menos de seis libros distintos, 7 3 luchó contra esa
argumentos psicoanalíticos. 76 El tema dialéctico subyacente en toda
monumental tarea de síntesis. El resultado no fue un cuerpo cohe-
la obra de Freud era la noción de conflicto psíquico. Así como el
rente o acabado de teoría social, pues Reich carecía de la paciencia,
la disciplina y, es preciso admitirlo, la inteligencia primordial de un marxismo era una sociología del conflicto, así el freudismo era
teórico social verdaderamente grande. Su síntesis resultaba a menudo una psicología del conflicto. En lugar de subrayar el armonioso
poco más ql!e una tosca unión de comunismo y psicoanálisis, literal- funcionamiento de las partes dentro del todo, se tratara de la
mente un "freudomarxismo". 74 Había muchos cabos sueltos, argu- persona o de la sociedad, Marx y Freud prefirieron poner el
mentos insuficientemente digeridos y hasta contradicciones lisas y acento en los antagonismos que amenazaban al todo con su
llanas. Pero una vez hechas estas concesiones, queda, según disolución. 77
creo, mucho de incisivo en el esfuerzo de Reich por cerrar la brecha La demostración de Reich, de que el psicoanálisis y el marxismo
existente entre las dos tradiciones intelectuales dominantes de los eran una sola cosa en cuanto a su metodología materialista meta-
siglos XIX y XX. física y dialéctica, le resultó académica, de modo poco caracte-
La primera dificultad ante la cual se vio Reich consistió en rístico. Venía más al caso su afirmación de que, en el fondo, el
convencer a sus camaradas marxistas de que el psicoanálisis no era psicoanálisis era una ciencia revolucionaria. En ese sentido su argu-
una maniobra diversionistá "idealista" de la burguesía decadente, mentación resultaba mucho más ingeniosa. Sugería que así como
contrapartida espiritual, por decirlo así, del imperialismo. Dedicó el marxismo representaba una crítica de la economía burguesa pro-
a esa tarea una obra breve titulada Dialektischer Materialismus und vocada por las contradicciones internas del capitalismo, el psicoaná-
Psychoanalyse ( 1929). quizás el trabajo de más compacta argumen- lisis era una crítica de la moral burguesa, que, en forma dialéctica,
tación que nunca haya escrito. surgía de las contradicciones inherentes a la represión sexual. El pro-
En ese folleto afirmaba que el psicoanálisis compartía con el pio carácter represivo de las costumbres sexuales burguesas producía
marxismo varios importantes presupuestos. En primer lugar, el una intensificación de las perturbaciones neuróticas, y esa situación,
psicoanálisis era en lo fundamental una ciencia materialista, aunque a su vez, engendraba su antítesis: el gran hombre de ciencia que
no en el sentido mecanicista que hacía de "material" sinónimo de diagnosticaba la fuente de la nerviosidad moderna y apuntaba
"mensurable" o "palpable". Como Marx, F r~ud se concentraba en con un dedo acusador a nuestra moral sexual "civilizada". 78 Es claro
las necesidades y experiencias humanas reales. Empezó por los que la sociedad burguesa había hecho todo lo posible para destruir
hechos materiales concretos del amor y el hambre, y siguió el el psicoanálisis o para neutralizar su impacto crítico. Y en cierta
trágico destino de esos instintos cuando chocihían contra la hosti- medida había tenido éxito en ese esfuerzo. Reich admitía con tris·
lidad igualmente concreta de la naturaleza y lá sociedad. 75 Más aun , teza que el psicoanálisis parecía estar perdiendo su sentido misio-
argumentaba que el psicoanálisis era una ciencia dialéctica Como nero. El análisis se había convertido en un "buen negocio", y
prueba de esta afirmación reunía toda una serie de conceptos y discutir los propios complejos había llegado a ser un elegante
pasatiempo de la hora del cóctel. Lo peor era que el psicoanálisis
73 Dialektischer Materialismus und Psychoanalyse, 1929; Geschlechtsreife,
Enthaltsamkeit, Ehemoral, 1930; Der Sexuel/e Kampf der Jugend, 1932; 76
Por ejemplo, afirmaba que Freud había mostrado cómo el desarrollo libi-
Der Einbruch der Sexualmoral, 1932; Massenpsychologie des Faschismus, dinal del niño se seguía, de manera dialéctica, del conflicto entre el instinto y
1933; Die~ Sexualitiit im Kulturkampf, 1936. la real1dad exterior. El niño pasaba de una etapa de fijación libidinal a otra
74 Philip R ieff afirma que Reich se denominó explícitamente "freudomarxista". no debido a un "principio innato de desarrollo" (cosa que habríá"Sido a la ve;
Puede que haya usado la frase de vez en cuando (yo recuerdo un solo caso : metafísica y antidialéctica), sino como consecuencia de los repetidos choques
en el prefacio a la segunda edición de The Sexual Revolution), pero por entr_e el instinto y la sociedad, el deseo y la frustración, que obligaban al
cierto jamás la empleó con alguna coherencia. Cf. R ieff, The Triumph of mstmto a buscar siempre nuevas salidas Dialektischer Materialismus págs
the Therapeutic, Nueva York , 1966, pág. 143.
30-31. ' .
75 Reich, Dia/ektischer Materialismus und Psychoanalyse, Copenhague, 1934, . 77 /bid., págs. 25 y SS.
págs. 9-10, 12-17. 78
/bid., págs. 40-42, 46.

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- ... • -- -
había retrocedido en el plano teórico . El yo y el ello. ( 1923) inauguró
una era en que ya no resultaba popular hablar de la libido. Los psico- al impacto de la ideología, los hombres no solo pensaban en forma
analistas, como la mayoría de los reaccionarios no regenerados, hacían distinta, sino que eran diferen tes .31
saber que el sexo no lo era todo .7 9 Reich deploraba profundamente La idea de que la ideología quedaba anclada psicológicamente
toda esa evolución, así como Len in deploraba las conciliaciones que el permitía entender que la política no reflejara las realidades e.con~­
marxismo había realizado con la sociedad burguesa. Pero ninguna de micas, en especial en una sociedad en rápido cambio. La ideolog1a
esas débiles transacciones con el orden existente podía borrar el men- se interna! iza en la estructura de carácter, pero como esta se
saje fundamentalmente revolucionario de la nueva ciencia de ~re~d. forma en la infancia, encarna las formas ideológicas de una época
Con esta apología del psicoanálisis, Reich abrigaba, en apanenc1a, ant eriorf ' Ese era el significado de "la fuerza de la tradición" .82
la esperanza de preparar el camino para su reinterpretación de la Precisamente porque la tradición estaba integrada a la personalidad
teoría social marxista clásica. Según su afirmación fundamental, de los hombres, era capaz de mantener un orden social por completo
la existencia de un orden social injusto no podía explicarse, como en pugna con la ló~ica del desarrollo económico y de la realidad
lo hacía el marxista vulgar, solo en términos del poder .económico de las necesidades humanas~'
y político de la clase gobernante. Del mismo modo, no se podía A Reich no le satisfacía la sola afirmación desnuda de que la
explicar el fracaso de la revolución solo como resultado de la debi- ideología se encontraba anclada en la estructura de la personalidad.
iidad económica relativa de las clases oprimidas. Marx, por su- Además explicó dónde y cómo se producía el proceso. El vehículo
puesto, había reconocido la existencia de una brecha ~ntre . la de ese importantísimo acontecimiento era la familia. Freud había
infraestructura económica y la superestructura ideológica, mclu1da mostrado que llegamos a ser lo que somos, para bien o para mal,
la política. Por empezar, a veces los grupos económicos no actuaban como consecuencia de los conflictos y crisis de la vida familiar.
en consonancia con sus verdaderos intereses (el papel del campesina- Las peculiaridades de la relación del niño con su padre y su madre
do francés en las revoluciones de 1789 y 1848 era un ejemplo que determinan los contornos más amplios de su experiencia eje adulto.
venía al caso). Lo que es más, toda la estructura política e ideológica Para Reich, el drama doméstico era de importancia aun mayor.
de una sociedad podía quedar muy retrasada respecto de las realida- No solo el destino del individuo, sino el de naciones y razas
des económicas. La explicación de Marx, a menudo solo implícita, enteras, se decidía dentro de los límites de ese estrecho escenario.
de tales discrepancias era la noción de "falsa conciencia". Pero esta La familia, que a su vez era el producto histórico de constelac~ones
noción no encajaba muy bien con sus categóricos pronunciamientos económicas definidas, creaba, por medio del proceso de enanza
(en La ideología alemana) sobre la de¡;¡endencia de la conciencia del niño, el tipo de estructura de carácter que respaldaba el orden
respecto de las condiciones económicas reales. Ese fue el dilema político y económico de la sociedad en su conjunt~. 83 . .
que encaró Reich en sus escritos políticos. lCómo se podía explicar Expuesta así, en su forma más general, la teona soc1al de Re1ch
la fuerza en apariencia autónoma de la ideología? ofrece una rmaginativa herramienta conceptual para la investigación
La respuesta de Reich era que la ideología se internalizaba histórica y sociológica. Sugiere que es preciso observar la estructura
o quedaba "anclada" en la estructura de carácter del individuo. 80 de la familia y las prácticas de crianza de los niños de una cultura
Este hecho psicológico no era tenido en cuenta por el análisis 0 época histórica para entender de qué manera las realidades
·marxista clásico. Por cierto que las ideas, los imperativos morales económicas se traducen a la poi ítica, la ética y la religión, Y por
y los dogmas religiosos reflejaban sucesos económicos y tecnoló- cierto que también para entender cómo se mantiene el orden
gicos,- pero no se trataba de asuntos ·sencillos a los cuales los
miembros de la sociedad diesen su asentimiento intelectual. En
realidad se incrustaban en la estructura de la personalidad; debido !HThe Sexual Revolution, págs. x xv- x xv i i; Character-Analysis, págs.
xx i i-x x i i i; Mass Psychology of Fascism, pág. 67.
82 The Function of the Orgasm, pág. 161 ; Mass Psychology of Fascism,
7 9 tbid., págs. 43-45.
págs. 14, 16. ·
80Mass Psychology of Fascism·, pág. 13. 83 The Sexual Revolution, págs. 71-79.

44
45
absoluta del cabo rebelde, y al mismo tiempo adoptó una actitud au-
económico. La teoría sugiere, además, que se pueden analizar las toritaria similar a la del Führer, hacia los que se encontraban debajo
grandes fuerzas sociales internas de una sociedad dada en términos de ella. 8 6 Para Fromm, este síndrome autoritario era un producto
de una situación de familia y una estructura de carácter típicas. de las ansiedades económicas típicas de la vida de la clase media
Pero aquí Reich nos desilusiona. El carácter tosco, indisciplinado, inferior en especial el miedo a ser atrapados entre los capitalistas
de su mente no se prestaba a una paciente elaboración empírica adinerados, por una parte, y, por la otra, el proletariado que tenía
de su percepción fundamental. En ese sentido, como en muchos una conciencia de clase cada vez mayor. Argumentaba que las
otros, no estuvo a la altura de los más grandes teóricos sociales, crisis económicas de la República de Weimar llevaron esos temores
quienes jamás consideraron que la investigación histórica erudita a su apogeo, aunque su origen era tan lejano como 1as primeras
estuviese por debajo de su dignidad. Los ejemplos de los estudios agitaciones del capitalismo alemán durante la Reforma. 8 7
de Marx sobre la revolución francesa de 1848, el análisis de la Reich no estuvo a la altura de la erudición histórica de Fromm,
Reforma por Weber y la monografía de Durkheim sobre el suicidio pero en todo sentido fue el freudiano más concienzudo de los dos.
acuden en el acto al pensamiento. Afirmó que no es posible explicar la estructura de carácter sin
El único intento de aplicar los frutos de sus cavilaciones ex aminar la familia, y en particular la forma en que esta maneja
empíric¡¡s a un problema social concreto fue su análisis del la sexualidad infantil y adolescente. Los rasgos distintivos de la vida
fascismo, y los resultados o.o. fueron del todo satisfactorios. Una de la clase media baja correspondían a las estructuras económicas
década antes que Erich Fr9mm y dos antes que Adorno (y sus colaba· y familiares; la pequeña granja o el pequeño comercio eran
radares), Reich afirmó que el triunfo del nazismo en Alemania no explotados por miembros de la familia. Por lo tanto, la autoridad
podía explicarse sencillamente por el carisma de Hitler o las familiar del padre resultaba reforzada por su autoridad económica.
maquinaciones de los caP.italistas alemanes. Fue el teórico por Le era más fácil insistir en la abstínencia sexual que, digamo · al
excelencia de la sociedad de masas. Absolutamente nada podía padre proletario, cuyos hijos podían huir al anonimato relativo de la
explicarse en términos de individuos o élites. 84 E 1 nazismo, como
fábrica, y que a su vez estaban separados de la famili~ por la
cualquier movimiento poi ítico, se basaba en la estructura psicológica
naturaleza de su ocupación. Reich argumentó que precisamente
de las masas alemanas. 85
la implacable represión sexual a que se encontraba expuesto el niño
Cuando se termina de leer Mass Psycho/ogy of Fascism (1933),
de la clase media baja creaba la fijación autoritaria de que se
de Reich, queda la inevitable impresión de que ese libro debe
alimentaba el nazismo. 88
haber influido significativamente en Escape from Freedom (1942),
El interesantísimo análisis de las rafees sociológicas y sexuales
de Erich Fromm. Los paralelos son demasiado notables para
del nazismo ocupó solo una pequeña fracción de la atención de
ser fortuitos. Igual que Fromm, Reich describe los fundamentos
Reich en Mass Psycho/ogy of Fascism. Ni falta hace decirlo, no
psicológicos del nazismo como una relación ambigua con la
intentó probar sus argumentos empíricamente. Lo que es más,
autoridad, caraéterística de la capa baja de las ·clases medias
cuando se lee el libro resulta evidente que Reich no tenía un
alemanas. La pequeña burguesía ansiaba a la vez la autoridad
interés especial en trazar las vicisitudes de la historia alemana.
y se rebelaba contra ella. Por lo tanto se sometió a 1a dictadura
La suya era una m isión más elevada: diagnosticar las enfermedades
de la humanidad en su conjunto. Todas las categorías de su
84 Reich ,
Mass Psychology of Fascism , págs. 29, 278; Murder of Christ,
86 Mass Psychology of Fascism, págs. xi, 4, 30-31, 34, 39.
1953, Nueva York, 1966, pág. 142.
85 Cosa 87
irónica, el análisis de la psicología de masas del problema alemán Erich Fromm, Fear from Freedom, Londres, 1960, en especial caps. 3 y 6.
tenía una notable semejanza con las apologías de conservadores alemanes He usado una edición inglesa en rústica del libro que primitivamente se
tales como Friedrich Meineke y Gerhard Ritter, quienes, en su ansiedad publicó como Escape from Freedom (1942) .
por excusar a la élite alemana (ya fuese cultural, política o militar), 88Mass Psychology of Fascism, págs. 40-45, 162- 163; The Function of
no dudaron en atribuir la culpa al populacho. the Orgasm, págs. 213-214.

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análisis del nazismo se derrumban a medida que avanza el libro. explotador y el reg1men poi ítico autoritario de nuestra cultura
Resulta que el nazismo no es un fenónemo exclusivo, ni siquiera hubieran podido mantenerse sin esa institución. En verdad, la
típico, de la clase media baja, sino, más bien, un fenómeno familia patriarcal surgió precisamente para apuntalar el sistema de
respaldado por la estructura de carácter de todos los alemanes. explotación y dominación. 9 3 Cumplió con su finalidad al ejecutar
En rigor, ni siquiera se trata de un aspecto explícitamente alemán, una sola función: la de reprimir todas las manifestaciones de
pues en fin de cuentas el fascismo es internacional. Y no se limita sexualidad genital en niños y adolescentes. La familia podía cumplir
al siglo XX. El hitlerismo era solo la forma más altamente desarro- también otros fines, pero su raison d'etre era la represión sexual.
llada de una enfermedad que había acosado a la humanidad La relación entre la represión sexual y el orden social autoritario'
durante siglos, a saber: el misticismo.89 A la postre, el fascismo era sencilla y directa: el niño que experimentaba la represión en su
no hizo más que revelar sin disfraces la enfermedad de que sexualidad natural quedaba permanentemente mutilado en el des-
sufrimos todos, y de la cual hemos sufrido durante mucho tiempo. arrollo de su carácter; se volvía inevitablemente sumiso, aprensivo
"El 'fascismo' no es más que la expresión políticamente organizada frente a toda autoridad y en todo sentido incapaz de rebelarse. 9 4
de la estructura de carácter humana media, una estructura de En otras palabras, desarrollaba exactamente la estructura de carácter
carácter que nada tiene que ver con tal o cual raza, nación o que respaldaría a un régimen de injusticia y explotación. El primer
partido, sino que es general e internaciona1". 9 0 Así huía Reich acto de represión preparaba el camino para todas las tiranías
de lo particular a lo universal , el único dominio en que se sentía posteriores. Ahí, por fin, estaba la respuesta al enigma de la repre-
, totalmente a sus anchas. sión sexual. Reich llegaba a la conclusión de que la represión
f'.:,v - '> En lugar de llevar a cabo un cuidadoso análisis hi~tórico de existía, no para los fines de la edificación moral (como afirmaba
distintas estructuras de familia y prácticas de crianza de niños, la religión tradicional). ni para los de la cultura (como había·
Reich redujo sencillamente toda la historia a dos tipos fundamentales declarado Freud). sino, sencillamente, para crear la estructura de
de familia: el matriarcado que todo lo permite y el patriarcado carácter necesaria para la conservación de un régimen social
autoritario. Existía una sola 1ínea divisoria de las aguas importante en autoritario.
la historia humana: la que separaba la era del matriarcado de la En un esfuerzo por destacar la función represiva de la familia
del patriarcado (circa 4000 a. de C.). En comparación con este patriarcal, Reich, como Freud antes que él, cayó en una fantasía
gran acontecimiento, la transición del feudalismo al capitalismo antropológica. Pero a diferencia de Freud, quien había construido
palidecía hasta resultar insignificante. Del mismo modo, solo había su mito del origen humano sobre la base del totemismo, del e~tudio
dos estructuras de carácter de importancia histórica: el carácter de sir James Frazer, Reich comenzó con el análisis del matriarcado
genital de la sociedad matriarcal, capaz de una auténtica autodeter- en los escritos de Johan Bachofer., Lewis Morgan, Federico Engels
minación, y el carácter neurótico de la sociedad patriarcal, cuya y Bronislaw Malinowski. Las investigaciones de estos habían
postura poi ítica fundamental era la sumisión. 9 1 establecido "como un hecho históricamente probado" que el
El grueso de los escritos políticos de Reich fue dedicado a un matriarcado era la organización familiar de la "sociedad natural " . 95
análisis (y denuncia) de la familia patriarcal. Esta, respaldada por En términos políticos, caracterizaba al matriarcado la ausencia
la institución del matrimonio monógamo, servía como "fábrica de de todo sistema de dominación. En el plano económico corres-
ideologlas autoritarias y estructuras (de carácter) conservado- pondía a la era del comunismo primitivo de Marx. Era, en efecto,
ras".92 A Reich le resultaba inconcebible que el orden económico una sociedad sin Estado, unida solo por el clan, poco compacto,
que abarcaba a todos los parientes consanguíneos de ·una ñiadre.
89Mass Psycho/ogy of Fascism, págs. 97 - 98, 300. 93 Mass Psychology of Fascism, pág. i38.
90 /bid., pág. j X. 94 /bid.,
págs. 23-26; The Sexual Revolution, pág. 79; The Function of
91 /bid. , pág. x x i i i; The Sexual Revolution, págs. x xv i i-xxv i i i. the Orgasm, pág. 198.
92 The Sexual Revolution, pág. 95 Mass Psycho/ogy of Fascism, pág. 73.
72.

48 49
Lo que es más impor)ante, la sociedad matriarcal era completamente
permisiva en relación con la sexualidad infantil y adolescente. 96
Por supuesto, la represión sexual era innecesaria en semejante
sociedad. No existía explotación económicil ni dominio político
V
ni, por lo tanto, necesidad alguna de crear una estructura de
carácter sumiso que respaldara a tales instituciones. 1ncluso se En el fondo Reich era un formulador de programas poi íticos
ahorraba al niño las confusas ansias y los brutales castigos de la
antes que un teórico social. El análisis de la ideología, la teoría
crisis edípica, pues la tríada rígidamente definida (padre-madre- del matriarcado primitivo y la disección del fascismo estaban por
hijo) de la familia nuclear aun no había nacido. 97
igual destinados a servir a ·un solo fin : el de otorgar autoridad
En opinión de Reich, la tragedia de la historia humana consistía científica a su llamado a una revolución sexual. Pero esos estudios
en que ese orden maternal idílico había sucumbido a la postre teóricos eran importantes, pues demostraban, en opinión de Reich,
ante la dictadura tiránica del padre. Pero yo me temo que el la crucial interdependencia de la liberación social y la sexual. La
esfuerzo de Reich por relatar la serie de sucesos que llevaron revolución sexual no era solo deseable "además" de la revolución
a esa catástrofe no fuese muy exitoso. Su argumentación fue vaga poi ítica y económica. Por el contrario, la revolución poi ítica estaba
e inconcluyente, y no se encontraba en modo alguno a la altura condenada al fracaso si no iba acompañada por la abolición de la
de las normas establecidas por F reud en Tótem y tabú. En rigor, moralidad represiva. "Definir la libertad es lo mismo que definir
solo en los últtmos años de su vida, más de dos décadas después la salud sexual."98
de haber entregado a la imprenta la teoría del matriarcado primitivo,
Reich entendía que el desastroso resultado de la revolución
llegó a enfocar los orígenes de la represión. Entretanto, el verdadero
rusa respaldaba esa afirmación. Por cierto que la Unión Soviética
objetivo del rodeo antropológico de Reich no consistía tanto en
había dado importantes pasos en lo referente a la reforma sexual.
explicar cómo el matriarcado había dejado paso al patriarcado, sino,
Reich admiraba en especial las experiencias socialistas, que, aunque
sencillamente, en contrastar los majes del orden actual con un
en medida limitada, habían socavado la autoridad de la familia
pasado hacía tiempo olvidado.
patriarcai. 99 Pero las reformas fueron demasiado tímidas. Lo que
es más importante, la educación de los niños en la Unión Soviética
seguía siendo "negativa del sexo". Por consiguiente, la degeneración
de la Socialdemocracia de Lenin en la dictadura de Stalin era
una conclusión previsible. La estructura de carácter sumisa de las
masas rusas había permanecido inmutable. 100
96/bid., pág. 203-204; The Sexual Revolution, págs. 161-162, 236. Toda la obra de Reich como psicólogo, teórico social y
97 Es preciso señalar que Reich senHa que la teoría del matriarcado primitivo comentarista poi ítico apuntaba de manera inevitable hacia una sola
eliminaba a priori la explicación de Freud sobre los orígenes de la civilización · conclusión : la necesidad de una revolución que asegurase, de una
en Tótem y Tabú. Freud había dado por supuesto que el complejo de Edipo vez para siempre, los derechos sexuales de los niños y los adoles-
era el motor principal de ese desarrollo: los hermanos deseafl a la madre, centes. Por supuesto, no hizo caso omiso de las desigualdades de la
matan al padre para tener acceso a ella, y luego, debido a un profundo
sentimiento d~ culpa, crean la primera norma de legislación social : el tabú del vida sexual adulta. Fue, en especial, un ardoroso defensor de los
incesto. Lo malo de esa teoría, según Reich, era que hada caso omiso de la rela- derechos sexuales de las mujeres. Su feminismo fue tan pronunciado
tividad cultural del complejo de Edipo. En este caso se tomaba como testigo, en como la misoginia de Freud. Del mismo modo, fue un severo
especial, a Malinowski. En la sociedad matriarcal primitiva el complejo de
Edipo sencillamente no existía. Así, lejos de ser el primer motor de la dia-
léctica de la civilización, el complejo de Edipo resultaba ser él mismo el pro- 98 Mass Psychology of Fasc{sm, pág. 297.
ducto del orden patriarcal autoritario. Mass Psychology of Fascism, págs.
99 The Sexual Revolution, págs. 162-163; 232-233.
47-48; Dia/ektischer Materialismus, págs. 38-39.
lOO/bid., pág. 238; Mass Psychology of Fascism, pág. 213.

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51
su preocupación, inadecu adamente concreta, por el detalle adminis-
crítico de la idea tradicional de la fidelidad ma ri t al. El matrimonio trativo -su i~?iferencia hacia las sutilezas·del discurso académico y
compulsivo de la sociedad existente debía ser erradicado, ' pues su P~~ocup~c1on por el mantenimiento del nivel adecuado de abs·
cada uno de los individuos tenía el derecho de buscar un nuevo tracc1on- t1ene una cualidad refrescante.
compañero cuando su' dicha sexual así lo exigiera. 101 La revolución sexual de Reich no carecía de co.rolarios inquietan-
Pero se mostró más apasionado cuando retrataba las desdichas tes._ Aunque no era defensor de la perversión polimorfa su actitud
sexuales de los jóvenes. El niño era "divino" en su sensualidad ~ac1a la desviación sexual era por lo menos medianam~nte progre-
natural y en su sociabilidad innata. Solo por medio de la represión Sista. La homosexualidad, que como todos nuestros problemas era
brutal de sus impulsos naturales se convertía en un adulto ~rodu~to de la represión de los impulsos heterosexuales durante la
neurótico, -ªutoenvilecido. Por lo tanto, la revolución sexual impli- mfanc1a Y la adolescencia, desaparecería en la estela de la revolución.
caba proporcionar al niño protección legal contra la tiranía sexual Entretanto, Reich instaba a adoptar una actitud de tolerancia.10·6
de sus padres. En especial, debía garantizársele el derecho a Pero las tendencias autoritarias se revelaban en su caracterización
masturbarse y a jugar sexual mente con niños de su propia edad. 102 ~e la sociedad no represiva del futuro. Por ejemplo, habría una con-
El dilema de la adolescencia conmovió a Reich aun más profun- ~lde.rabl~ proporción de administración sexua~ En todas las grandes
damente que el de la infancia, y reflejó un sutil desplazamiento en mst1tuc1ones habría " funcionarios bien entrenados en materia sexo-
su perspectiva psicológica, que lo alejaba del acento casi exclusivo lógica" , quienes vigilarían las actividades "en conjunción con una
que el pensamiento freudiano clásico ponía en la primera infancia . 10 3 entidad sexo lógica central". )O? Un rasgo menos atrayente au'n de
La abstinencia sexual exigida a los adolescentes en la sociedad repre- la utopía de Reich era su carácter inesperadamente puritano. La
siva llevaba a la delincuencia juvenil, a las neurosis, a las perversiones revolución sexual señalaba el final de la pornografía y del lenguaje
y, por supuesto, a la apatía poi ítica. 104 Así, ante todo, la revolución ?bsc:no. Es claro que eso era perfectamente lógico. Una de las
sexual implicaba, no solo permitir, sino en verdad estimular las 1ron1as de una sociedad no represiva es la de que elimina la necesidad
relaciones sexuales de los adolescentes. Reich llevó esta conclusión de escape sexual que constituye la base de nuestra subcultura
radical hasta sus detalles administrativos más mundanos. Dedicó eróti~a. En ~esumen, el fin de la representación significaría que no
muchas páginas al problema de proporcionar a los adolescentes los habna ya ch1stes sexuales, conclusión ya implícita en el análisis del
lugares privados y los medios anticonceptivos necesarios para la humor Y la represión, por Freud, en El chiste y su relación con el
satisfacción de sus necesidades sexuales. 105 Resulta fácil divertirse inconsciente. 108
ante el ~echo de que se considerase, en apariencia, el Marx y el . R.eich no tuvo éxito alguno en sus esfuerzos por persuadir a la
Lenin de la revolución sexual, a la vez un gran teórico y un estratego 1zqu1erda europea de que incorporase la revolución sexual a su plata-
burocrático. Pero su compasión por las desdichas muy reales de la forma poi ítica. Los dispensarios de higiene que estableció en Berl fn
adolescencia atestiguaban su humana y generosa sensibilidad. Incluso como los de Viena, fueron un fracaso. 109 Reich fue expulsado deÍ
Partido Comunista alemán, así como antes se había visto obligado
1 0 1 The Sexual Revolution, págs. 123-125, 142-143. 106
1bid., pág. 211. Además propuso contrarrestar el desarrollo de la homosexua-
I0 2 1bid., págs. 75, 258-259; Murder of Christ, págs. 18-19. lidad med1ante lo que se podría denominar "comilitarismo": "la inclusión de
10 3 Hasta la distinción entre infancia y adolescencia tendía a desaparecer las Jóvenes en la vida del ejército y la armada". The Sexual Revolution
en la psicología de Reich . El período de latencia del esquema de desarrollo pág. 264. ,
de Freud aparecfa como un producto de nuestra civilización represiva. 107
The Sexual Revolution, pág. 262.
Así como el final de la represión socavaría el complejo de l::dipo, así 108 1b'd
también eliminaría el período supuestamente "natural" de abstinencia sexual 1

"Al gUien
. d ..IJO a 1guna vez que entre sus numerosos conocidos había
entre la primera infancia y la adolescencia. The Function of the Orgasm, solo uno a quien jamás le había escuchado decir una broma sucia · yo era
pág. 212; The Sexual Revolution, pág. 75. ese uno." Listen, Little Man! , pág. 65. '
109
104 The Sexual Revolution, págs. 80, 102-106, 257 . Listen, Little Man!, págs. 61 - 62.
105 1bid., 111-115,191,263.
53
52
a salir del Partido Socialdemócrata Austríaco. En 1932, según su
propio relato, los socialistas y ios comunistas de Alemania prohi· era "el cáncer del cuerpo social". 114 Ser "apolítico" era la
bieron la distribución de los trabajos publicados por la Verlag für suprema virtud, en tanto que antes Reich lo consideraba como un
Sexualp0litik; la editorial privada que él había establecido en Berlín. signo seguro de rigidez psíquica. La única esperanza para la
Los comunistas denunciaron The Mass Psychology of Fascism, humanidad consistía en poner fin a todas las poi íticas y dedicarse
en especial, como "contrarrevolucionaria". 110 Así, Reich se vio a las tareas prácticas de la vida. 115 A Reich no parecía preocuparte
separado de los marxistas aun antes de la terminación de su el hecho de que ese ataque contra los poi íticos contradecía su
relación oficial con el psicoanálisis. Hacia fines de 1933 cuando análisis anterior (y más tajante) de la naturaleza psicológica "de
salió de Alemania rumbo a Escandinavia, había sido r~chazado masas" de toda la conducta poi ítica.
por ambos campos. Su rechazo de la política trajo consigo una inevitable separación
El año 1934 señaló un importante punto de viraje en la carrera respecto de su mentor político, Carlos Marx. Nunca admitió la
de Reich. En el verano de ese año aceptó una invitación a enseñar ruptura en forma explícita, pero resulta evidente en sus eséritos
análisis del carácter en la Universidad de Oslo. El nombramiento posteriores. Rechazó el análisis de claSe como fundamentalmente
le dio acceso a un labol-atorio y la oportunidad de emprender err~neo. En especial, afirmó que no existían correlaciones signifi·
sus primeros experimentos biofísicos. 111 cat1vas entre la situación de clase y la estructura de carácter. 1 1 6
Entonces se retiró del escenario político para dedicarse por el Esta crítica a Marx se encontraba implícita en su anterior reducción
resto de su vida, primero en Noruega, y más tarde en Estados Unidos, de la historia a una era matriarcal y una patriarcal. En rigor,
a la elaboración del más notable mito biológico. solo en el análisis del fascismo se mantuvo por completo dentro de
Pero existen considerables pruebas en el sentido de que las un marco de referencia marxista. Pero ahora Reich admitía en
cosas habrían podido resultar muy distintas. Reich habría podido forma abierta la inutilidad de diferenciar entre "proletario" y
seguir el camino del político de poca monta, convertirse en el "capitalista", para no hablar de distinciones económicas más sutiles.
perenne candidato presidencial de algún partido socialista "de Detrás del rechazo de Marx por Reich se encontraban tos
reforma sexual". Sus escritos están repletos de referencias veladas mismos motivos fundamentales que condujeron a la ruptura con
a sus ambiciones políticas. 112 Y por un momento sucumbió en Freud. Una observación que hizo el propio Reich, y que ya señalé,
verdad a la tentación de la política. Luego de huir de Alemania, sugiere esa comparación. En Dialektischer Materialismus und Psycho·
y antes de recibir el llamado de Oslo, pasó varios meses en analyse había argumentado que tanto Freud como Marx interpre·
Dinamarca; durante su estadía allí convenció a uno de sus partidarios tab(i la realidad en términos de conflicto como lucha entre las
de que se presentase como candidato al Riksdag dinamarqués con clases en un caso y lucha entre los instintos en el otro. En
una plataforma poi ítico-sexual. Durante un tiempo pareció que aquella época Rei.ch señaló ese paralelo con aparente aprobación,
se podría lanzar un nuevo movimiento poi ítico. Pero no sería así. pero ~us propias predilecciones, tanto psicológicas como sociológicas,
El visado danés de Reich no fue renovado, y se vio obligado se onentaban en una dirección totalmente distinta. Ya he interpre·
a salir del país. 113 tado que su ruptura con F reud fue · ¡:¡roducto de su renuencia a
A medida que Reich envejecía se volvió cada vez más intolerante aceptar las inferencias pesimistas de la teoría dualista de los
en relación con todo el proceso político. El político, escribió, instintos de F reud. Se negaba a creer qi.Je el hombre pudiera
divi~irse contra sí mismo, del mismo modo querla cultura no
pod1a estar en pugna con la naturaleza. En forma similar, a la
110 Brady, "The Strange Case of Wilhelm Reich", pág. 21; Reich, Mass larga Reich encontró que la doctrina de la lucha de clases de Marx
Psychology of Fascism, págs. xi i i-xv i.
' 11 The Function of the Orgasm, pág. 326. 114
Mass Psychology of Fascism, pág. 181 .
112 Mass Psychology of Fasi:ism, págs. 280, 326. 115
/bid., págs. 172-173, 182,310-311.
113 'The Strange Case of Wilhelm Reich", pág. 21. 116/b1"d . , págs. 330-331; The Sexual Revolution, págs. xv ¡ i-x v ¡ ¡ i.

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55

---==-- -
'
era incompatible con su propia inclinación a ver e~ la vida social Los neofreudianos han acusado a los ortodoxos de hacer caso
omiso de las influencias sociales y económicas que gravitan sobre
un hecho libre, en el fondo, de conflictos. Los antagonismos dentro
de la sociedad no tenían base en la realidad; eran la creación la formación de la personalidad, en tanto que los ortodoxos
artificial de ideologías pólíticas. El propio marxismo era lo más denunciaron a los revisionistas por atenuar los desagradables hechos
de la sexualidad y la agresión. Una de las muchas anomalías
malsano en este sentido. Por debajo de los conflictos aparentes
existía una comunidad básica de interés que unía a todos los
individuos productivos. 117 Al final resultó evidente que Reich
prefer(a Bentham a Marx. Su inclinación utopista lo llevó a
- del pensamiento de Reich consiste en que desafía toda clasificación
en términos de esta dicotomía tan bien establecida. Reich se ha
mantenido como un verdadero enigma para ambos campos. A los
neofr0udianos les hubiera agradado mucho poder sostener que era
desechar las tensiones y presiones de la vida en comunidad, como
uno de los suyos. 118 En fin de cuentas Reich fue uno de los
hab(a hecho con las de la v*la psíquica. Es posible, el). verdad, que
primeros en reconocer la importancia de los factores sociales
Marx y Freud hayan sido correvolucionarios, como afirmaba
en el desarrollo psíquico. Rompió con el estrecho acento "biológico"
Rei en 1929, pero también r¡ran realistas. Reich, por otra parte,
de Freud y llamó la atenci~n hacia "toda la personalidad':. incluido
fue un romántico, tanto en su política como en su psicología.
su ambiente cultural. Y, sin embargo, fue Reich quien llevó el
psicoanálisis a su máximo extremo biológico, y quien reétujo toda
la vida psíquica a una manifestación de torrentes y espasmos
VI corporales. Desde el comienzo lo fascinó la inclinación de Freud
a explicar los fenómenos psíquicos en términos de conceptos ~
Las dos últimas décadas de la carrera de Wilhelm Reich son, de energía derivados de las ciencias naturales. En la fase final
en todo sentido, las más difíciles de encarar. Si sus ideas políticas de su · carrera siguió sencillamente la hipótesis de F reud, sobre
eran utópicas, sus especulaciones biológicas y cosmológicas pueden la energía sexual, hasta su conclusión "científica" lógica: para
ser consideradas insanas. Pero hay una extraña lógica debajo incluso horror de freudianos y neofreudianos, descubrió la realidad física
de sus formulaciones más extremas, y el estudioso que conoce de la libido.
los primeros trabajos de Reich encontrará curiosamente familiar · La línea que separa lo psíquico de lo somático nunca había
la ciencia de la orgonom ía. En esta breve consideración de sus sido trazada con claridad en el pensamiento de Reich. Inclusive
últimos escritos biológicos quiero subrayar los hilos de continuidad en Die Funktion des Orgasmus afirmaba que la estasis de la libido
que vinculan las primeras teorías psicológicas y sociológicas de podía conducir tanto a la enfermedad física como a la mental.
Reich con su último enfoque filosófico. Los detalles de la ciencia Más aun, una enfermedad -t,W.ca que se desarrollaba de esa manera
de la orgonomía tienen poco interés para el biógrafo intelectual, no era el producto de un misterioso fantasma psíquico. Reich
pero los grandes contornos de la mitología de Reich son por no quería saber nada de las teorías psicosomáticas de Georg
cierto importantes para comprendér su evolución. Groddeck. 119 Si el dualismo de mente y cuerpo llegaba a ser
Desde la década del 30 se ha convertido en práctica corriente resuelto alguna vez, lo sería en favor del cuerpo. La energía
distinguir dos grandes tradiciones dentro del psicoanálisis: el sexual era el producto muy concreto de "procesos secretores
freudismo ortodoxo "de orientación biológica", por una parte, internos". 120 Por consiguiente, la enfermedad física provocada
y el revisionismo neofreudiano "de orientación cultural", por la por la represión de la libido tenía una causa tan "real" como la
otra, con los psicólogos del yo, a caballo de la cerca divisori?. resultante de una infección o una falla mecánica.
Formulado en términos groseros, el problema existente entre estas
118
dos escuelas ha- sido el de la importancia relativa de los factores Cf., por ejemplo, Thompson, Psychoanalysis: Evo/ution and Development,
culturales, en oposición a los instintos, en . el desarrollo psíquico. págs. 189-191.
119
The Function of the Orgasm, págs. 44-45.
117 Mass Psychology of Fascism, pág. 265. I11Jo;e Funktion des Orgasmus, pág. 150; cf. también págs. 68-72.

56 57
Aunque la teoría del orgasmo de mediados de la década del 20 del paciente. En rigor, cambiar el cuerpo de un hombre era
ya canten ía las simientes de las preocupaciones biológicas poste- cambiar su We/tanschauung.J2s
riores de Reich, solo durante la del 30 dedicó su plena atención Los primeros esfuerzos de Reich por descubrir la realidad
a los fundamentos fisiológicos de la vida psíquica. 1..i1 primera fisiológica de la libido fueron paralelos a esa revolución biológica
indicación de este cambio de perspectiva fue una teoría revisada en la terapia. Comenzó su búsqueda de la esencia de la sexualidad
de las neurosis, y una transformación correspondiente de su técnica en el dominio de la electricidad. Desde 1934 hasta 1937 llevó a
terapéutica. En 1935 el "blindaje muscular" había reemplazado cabo una serie de extravagantes experimentos, destinados a medir
al "blindaje de carácter" como principal manifestación de la "si los órganos sexuales, en estado de · excitación. . . muestran
enfermedad psíquica. Ahora Reich afirmaba que la energía sexual un aumento en su carga bioeléctrica". 126 Los resultados, como
se encontraba aprisionada., no tanto en los mecanismos de defensa en el caso de todos los experimentos de Reich, fueron sumamente
psíquica del paciente, en los rasgos y amaneramientos de la satisfactorios. Encontró que la excitación sexual era idéntica a un
personalidad, sino en su rigidez muscular. 121 El neurótico era aum~nto 9e la carga eléctrica en 1~ superficie del organismo, en
una persona con un cuerpo rígido. Por consiguiente, la terapia particular en los genitales, en tanto que la ansiedad y otras
de análisis del carácter fue abandonada en favor de lo que Reich emociones desagradables correspondían a un retiro de la energía
denominaba "vegetoterapia", una curiosa amalgama de yoga y eléctrica hacia el centro del cuerpo. El concepto de Freud sobre
quiropráctica. La rigidez muscular se aliviaba por medio de la libido como medida de la energía psíquica "no era ya un
ejercicios de respiración profunda y masajes. 12 2 La cura por la simple símil". 127 La libido era electricidad, y el orH¡¡smo una
palabra fue abandonada del todo, pues las palabras, afirmaba espectacular tormenta eléctrica. Reich resumió bonitamente los
Reich, se interponían en el camino de la terapia. Solo el cuerpo resultados de sus experimentos cuando escribió: "Todos nosotros
decía la verdad. Del mismo modo, en la vegetoterapia, uno ya somos, sencillamente, una complicada máquina eléctrica".l28
no se ocupaba de recuerdos, sueños o asociaciones. 12 3 Por el Reich no se conformó durante mucho tiempo con su teoría
contrario, Reich limitaba toda su atención terapéutica a un ataque eléctrica de la sexualidad, aunque nunca la repudió en forma
sobre el cuerpo. Una terapia exitosa implicaba el relajamiento de ex pi(cita. Esta teoría contenía demasiadas incoherencias. Por em-
estructuras musculares tensas, comenzando por la frente y bajando pezar, la energía "bioeléctrica" violaba casi todas las leyes conocidas
hacia la pelvis. Con la eliminación de los últimos bloqueos de la co.nducta de la electricidad. Y, lo que es. más importante,
musculares, el paciente caería en convulsiones involuntarias, que pa~ecfa madecuado sostener que la sexualidad fuese una simple
Reich denominaba "reflejo del orgasmo". 124 En una palabra, el vanante de la electricidad. Entretanto, las investigaciones de Reich
proceso terapéutico culminaba en un acting out físico de las sobre la vida vegetal y animal microscópica revelaron que no solo
relaciones sexuales en el consultorio del médico. Y con el reflejo la sexualidad, sino la vida misma, funcionaban de acuerdo con el
del orgasmo surgía una revolución en toda la composición psíquica esqu~~a orgásmico de tensión y descarga, expansión y con-
traccl_on.129 Desde esta percepción hasta la hipótesis de un tipo
121 "Psychic Contact and Vegetative Current", págs. 341-354; The Function espec1al de energía, único para la vida y . ' sexualidad, había
of the Orgasm, págs. 240-241, 266-268 . ó'penas un breve salto. En 1939 Reich descubrió precisamente
122 Reich, "The Sch izophrenic Split" ( 1948), en Character-A nalysis, págs.
125 Véase 1 "C H' ··..
411-418; "The Expressive Language of the Living in Orgone l'herapy ' ' . a ase 1story. , en The .Function of the Orgasm, págs. 276-292;
(1948? ), en Character-Analysis, págs. 377-380; The Function of the Re1ch, Ether, God and Dev1/, Rangeley, Maine 1949 págs 45-52
126 , , . .
Orgasm, pág. 274. The Func1ion of the Orgasm, pág. 327.
123 "The Expressive Language .. .",págs. 361-362, 379; "The Schizophrenic 127
/bid., pág. 335.
Split", pág, 448; The F_unction of the Orgasm, pág. 267. 128
/bid., pág. 24.
124 The Function of the Orgasm, pág. 311; "The Expressive Language . . . ", 129/b 'd .
págs. 370-372. 1 ., págs. X X i, 255, 257.

58 59
1 --
esa fuerza vital. La llamó energía argón, y dedicó el resto de su
carrera a investigar sus características y a dominar sus inmensos Reich se adaptó con rapidez y facilidad a su nueva vida.
poderes terapéuticos. Sospecho que también en ese sentido su experiencia fue distinta
La energía argón era el élan vital de Reich. En rigor, este de la del emigrante europeo típico. Desde 1939 hasta 1941 ocupó
mencionó explícitamente a Bergson como un predecesor intelectual, el puesto de profesor adjunto de psicología médica en la Nueva
junto con Giordano Bruno y Johannes Kepler. 13 0 Pero a diferencia Escuela de Investigación Social de la ciudad de Nueva York,
del élan vital de Bergson, de la vis animalis de Kepler o de y pronto consolidó una lucrativa práctica privada en Forest Hills.
cualquier otra evocación metafórica de las fuerzas de la vida, En 1942 había acumulado suficiente dinero para comprar unas
la energía argón era "visible, mensurable y aplicable" . ' 31 En cien hectáreas cerca de Rangeley, Maine, donde instaló un instituto
verdad, la energía argón era turbadoramente concreta. Era de de investigación privada que llamó "Orgonon". 134 Allí, en los
color azul y se la podía observar en fenómenos naturales tales bosques de Maine, ayudado por una docena de colaboradores,
como el resplandor azulado de los corpúsculos sanguíneos "rojos" llévó adelante sus extraños experimentos, realizó "Convenciones
o en la coloración azul de las ranas sexualmente excitadas. Se orgonómicas" y envió coléricos mensajes al Congreso, exigiendo
12 podía medir por medio de un "medidor de campo de energía la promulgación de leyes para la protección de los derechos
argón", así como con un electroscopio y un contador Geiger. sexuales de niños y adolescentes. 135
Se la podía reunir en el "acumulador de energía argón". Y lo No puede resultar demasiado sorprendente que a Reich le
que quizá sea io más importante de todo, la energía argón se gustara mucho Estados Unidos. Su reacción a ese país, en verdad,
podía utilizar para curar toda clase de enfermedades psíquicas fue la contraria de la de muchos otros exiliados europeos de!
y físicas, desde la histeria hasta el cáncer. 132 campo psicoanalítico, tales como Erich Fromm, Theodor Adorno
Además de señalar el descubrimiento del argón, 1939 fue, y Herbert Marcuse, a quienes les molestó el autoritarismo agazapado
asimismo, el año en que Reich llegó a Estados Unidos. Su detrás de la fachada democrática. Para Reich, en cambio, Estados
emigración fue muy distinta de la de muchos otros intelectuales Unidos era el único país del mundo en que uno "podía erguirse
centroeuropeos que cruzaron el Atlántico durante las décadas del en busca de la felicidad y de los derechos de la vida". 136 Ni
30 y 40. No lo expulsaron de Europa los nazis, aunque sin duda siquiera la "experiencia McCarthy" logró apagar su entusiasmo. Y
lo habrían hecho a la larga. Sus investigaciones biofísicas cayeron hasta parece haberse sumado de todo corazón a la orgía antico-
primero bajo el fuego de los hombres de ciencia, y luego bajo munista de comienzos de la década del 50. Lo impacientaban
el de la prensa liberal de Noruega. La campaña periodística provocó los liberales inverteh.J:ados, dispuestos a entregar el país. "a los
un decreto real que estipulaba que todos los psicoanalistas debían habituales espías del reaccionario Imperio ruso", y denunció a
obtener licencia del gobierno, y bajo esa presión Reich aceptó nuestros supuestos aliados (en especial a los británicos) por
una invitación de un representante del movimiento de medicina
134
psicosomática norteamericana, Theodore P. Wolfe. En mayo de "The Strange Case of Wilhelm Reich", pág. 20; "Biographical Note",
1939 trasladó todo su Laboratorio de Energía Orgón a Forest pág. 5.
135
Hills, Nueva York. 1 33 Reich, Murder of Christ, págs. 163-164; Cosmic Superimposition, Ran-
geley, Maine, 1951, pág. 9.
13 0 /bid., pág. 6; Ether, God and Devil, págs. 17, 71, 75, 79; Murder of Christ,
136
pág. 104. Reich, "Prefacio" a la 4a. edición de The Sexual Revo/ution, pág. XV.
131 "Psychic Contact and Vegetative Cutrent", pág. 304, nota.
en su emigración a Estados Unidos. En la época de las dificultades de Reich
132 The Function of the Orgasm, págs. 341 - 342; Ether, God and Devil, con el gobierno noruego, Malinowski escribió una carta pública, en su favor,
págs 123-124. que contenla la siguiente apreciación : "Tanto por sus obras publicadas como
en contactos personales, [el doctor Wilhelm ReichL me ha impresionado
133 Brady, 'The Strange Case of Wilhelm Reich". págs. 21-22; Briehl,
como un pensador original y sólido, una auténtica personalidad y un hombre
"Wilhelm Reich", pág. 436; "Biographical Note", en Se/ected Writings, pág . 5.
de carácter franco y puntos de vista valientes" . Reich Speaks of Freud, pág. 19.
El antropólogo Bronislaw Malinowski, amigo y admirador de Reich, colaboró
Cf. también págs. 219-226.

60
61
"comerciar con los dictadores rojos". 137 Parece que la idea de Cornu Hegel, Reich consideró a su ciencia la culminación de la
volver a Europa después de la victoria aliada jamás le pasó por la historia intelectual de Occidente. Afirmaba que el sentimiento
cabeza. Y aunque los últimos años de su vida no fueron nada de la realidad del hombre occidental había quedado fracturado
serenos, es innegable que se sintió más a sus anchas en Estados en dos tradiciones intelectuales antagónicas. La ciencia natural
Unidos de lo que nunca se había sentido en Europa. había interpretado el universo según rígidas leyes mecánicas y
Los descubrimientos biológicos fundamentales de Reich fueron dejado al cosmos, por consiguiente, sin vitalidad. Como consecuencia
realizados antes de pisar territorio norteamericano. Sus actividades de ello, toda la conciencia de las fuerzas vivas, pujantes, del
intelectuales en el nuevo mundo consistieron principalmente en una universo, quedó relegada a la religión, que por desgracia interpretaba
fantástica elaboración de las consecuencias cosmológicas, y en esas energías de manera deformada, "mistificada". 141 Pero la
definitiva religiosas, del descubrimiento del orgón. Publicó libro orgonomía trascendía a la dicotomía de la ciencia y la religión,
tras libro, en los cuales hacía afirmaciones cada vez más extrava- puesto que representaba una comprensión científica (es decir,
gantes en relación con su nueva ciencia. No respetó ninguna concreta, tangible y mensurable) de las fuerzas que la religión
de las fronteras académicas tradicionales. Lleg~ incluso a hacer captaba solo en forma oscura e impresionlsta. 142
caso omiso de las limitaciones de sus propias definiciones. Al El rasgo más notable de esta historia metaintelectual de la
principio la energía orgón había sido definida como la forma civilización occidental era la simpatía por la religión, que Reich
de energía propia de la vida, pero en 1951 anunció que era la acababa de descubrir. Inició su carrera como anticlerical volteriano,
materia primordial, de la cual surgía toda la realidad. 138 La materia pero al final llegó a la conclusión de que la religión, por reaccionaria
misma se creaba por medio del abrazo sexual o "superposición" que pudiera ser, era la precursora legítima de su propia ciencia.
de dos torrentes de energía orgánica. Los sistemas galácticos, la Incluso se dedicó a reinterpretar las principales doctrinas cristianas
aurora boreal, los huracanes y la gravitación eran, asimismo, otras en términos de sus significados "Orgonóticos". "Dios': representaba
tantas manifestaciones de la energía orgónica. 139 En una palabra, una proyección antropomórfica de la conciencia que el hombre
Reich postulaba una teoría de campo unificado mucho más tenía del Océano Cósmico del Orgón. 143 El Reino de los Cielos
ambiciosa que la que hubiera podido soñar el más indisciplinado era l a "vibración de la Vida viviente en Cristo, tanto como en todos
de los físicos. Todos los aspectos de la realidad, desde la esquizo- los hombres de la tierra", y el propio Cristo era el carácter
frenia hasta la Vía Láctea, quedaban incluidos en su sistema. genital arquetípico, en comunicación directa con las fuerzas orgá-
Solo la energía nuclear conservaba su autonomía. En verdad, nicas cósmicas. 144 Reich estaba incluso dispuesto a admitir que
Reich llegó a concebir la historia del cosmos como una titánica . . el evangelio implacablemente antisexual de San Pablo se justificaba
lucha entre la energía orgánica y la atómica. Por notable que-# "históricamente, dada "la mentalidad pornográfica, sucia, enferma,
parezca, el inveterado monista había llegado a una cosmología del hombre en cuestiones sexuales". 145
dualista no muy distinta de un maniqueísmo. El eterno antagonismo Como lo hicieron Weber en La ética protestante, Durkheim
entre Eros y Tánatos, del cual Freud hablaba en forma tan en Las formas elementales de la vida religiosa y Malinowski
conmovedora en las páginas finales de El malestar en la cultura¡ en Magia, ciencia y religión, Reich abandonó sus prejuicios racionalis-
recibía ahora su confirmación científica. La lucha del amor contra
141
el odio era solo la manifestación psicológica de una antipatía Ether, God and Devil, págs. 33-34, 92; Cosmic Superimposition, pág. 10;
cósmica más fundamental. 14 0 The Function of the Orgasm, págs. 6- 7; Mass Psychology of Fascism, pág. 295.
142
Cosmic Superimposition, págs. 5-6; Murder of Christ: -pág. 200; The
JJ?Reich, Murder of Christ, pág. 217; The Oranur Experiment. 1951, en Oranur Experiment, págs. 422- 423.
Sclected Writings, pág. 357.
14 3 Listen, Little Man! , pág . 25; The Function of the Orgasm, pág. 319;
138 Cosmic Superimposition, pág. 12.
Ether, God and Devil, passim.
139 Jbid, págs. 15, 22-23, 53, 65, 87.
144
M urder of Christ, págs. 31, 33.
140 The Oranur Experiment, passim, en especial pág. 355.
145 /bid., pég. 193.

62
Reich tomó su tema del mito del .Arbol del Conocimiento, en
tas en favor de una interpretación de la religión como psicológica el Génesis, Y llegó en definitiva a la conclusión de que la
y sociológicamente "funcional". La religión no era simplemente conciencia de sí era la raíz del malestar humano. "Al pensar
un opiáceo, una treta con que los ricos impedían que los pobres ~obre su . propio ser y funcionamiento, el hombre se volvió
exigieran su justa participación en las riquezas de la tierra. Por mvoluntanamente contra sí mismo".147 Reich puso a Descartes
el contrario, representaba un bien positivo, puesto que ella sola Y Hegel cabeza abajo. El hombre, en verdad, era un animal
había conservado la conciencia del hombre acerca de las fuerzas pensante, Y la historia humana era el proceso por medio del cual
de la vida. Es claro que resulta un tanto despistador (aunque no "la energ i ~ orgánica cósmica [léase "el Espíritu"] adquiere con-
del todo) comparar los escritos de Reich sobre la religión con los ciencia de sí". 148 Pero la racionalidad y la conciencia de sí
de los grandes científicos sociales del primer cuarto del siglo. había_n despojado al hombre, al mismo tiempo, de su espontaneidad
Weber, Durkheim y Malinowski habían escrito sobre la religión emocional Y biológica. Aterrorizado por "la profunda experiencia
149
desde fuera, aunque indudablemente simpatizaban con ella. Es más de! yo", el hombre se había armado contra las fuerzas biológicas
que dudoso que pueda decirse lo mismo de Reich. A menudo con ex_1ste~t~s dentro de él, mediante la erección de la barrera
excesiva volubilidad los historiadores tienden a caracterizar las ps1colog~ca de la estructura de carácter y la barrera sociológica
filosofías seculares y las ideologías políticas como filosofías e del patnarcado represivo. Casi a pesar de sí mismo, Reich, como
ideologías que en el fondo son creencias religiosas; en general, creo F reud, llegaba a la conclusión de que la fuente de la desdic~a
que esta es una analogía que se debe evitar. Pero en el caso de ~~n:'ana se_encontraba dentro del hombre. Al mismo tiempo, el pre-
Reich las pruebas son abrumadoras. La ciencia de la orgonomía JUICio antuntelectual implícito en todo su pensamiento encontró
era tan fantástica y complicada como cualquier sistema teológico, al cabo una formulación explícita: el hombre sabía demasiado para
y su contenido era idéntico al de las grandes religiones de su propio bien.
salvación; prometía al mismo tiempo una interpretación total de le A pes_a r de la relativa tranquilidad y la innegable prosperidad
realidad y una terapia total para los males individuales y sociales d~ _su v1da en Estados Unidos, Reich se volvió cada vez más
del hombre. m1santro_po ..¡ ?~licoso. en ~us últimos años. Como la opinión
Como en el caso de todos los pensadores religiosos, la dificultad que ten1a de s1 1ba mas alla de todos los límites de la cordura
intel!\ctual más persistente de Reich fue el problema del mal. Ya para no hablar de los de la modestia, desarrolló un sentimient~
había luchado con él en sus escritos antropológicos, cuando trató de. ~rsecución c~i paranoico. Se identificó con todos los grandes
de explicar en qué forma el matriarcado primitivo dejó paso al mart1res, desde Socrates a Marx, y_con ninguno en forma tan íntima
patriarcado represivo. Pero como señalé antes, la solución que como con Jesucristo. 150 Hipostasió todas las crític-as- de sus teorías
elaboró a principios de la década del 30 estaba muy lejos de ser como "la Plaga Emocional", 151 con lo cual demostró ser superior
satisfactoria. Sus especulaciones cosmológicas acerca del eterno a Freud en el arte del argumento ad hominem. Reich parecía
antagonismo entre la energía orgánica y la atómica habrían podido temer a _sus posibles admiradores más aun que a sus críticos.
sugerir una solución del dilema, pero Reich nunca llevó esa Lo obses1onaba el pensamiento de qu.~ hombres de mentali-
alternativa más adelante. dad sucia utilizaran mal su autoridad para desatar "una epidemia
En efecto, el problema del mal era el de la enfermedad
147
humana: lpor qué, entre todas las criaturas, solo el hombre /bid., págs. 116-117.
enfermaba? Hacia fines de la década del 40 Reich ya no se encontra· 148
/bid., pág. 104.
ba en condiciones de creer que la armadura muscular y psíquica del 149
/bid., pág. 119.
hombre pudiese ser explicada en términos de influencias sociales y 150
MurderofChrist, págs. 76, 87.
económicas represivas. El maligno régimen socioeconómico era a 151
Reich, "The Emotional Plague", 1945, en Character-Analysis, págs.
su vez una manifestación de una perturbación más fundamenta1.146 277-278; Listen, Little Man!, pág. 9.
146
Cosmic Superimposition, pág. 112.

65
64

- -- -- ----- -
de fornicación libre" . 1 5 2 Embelleció una vez más su termino- luego de purgar ocho meses de su .
lag ía, en la esperanza de impedir la explotación pornográfica cárcel 156 Tal f 1 . sentencia de dos años de
. ue e tnste pero (impos 1'bl d .
de sus descubrimientos . La palabra "sexo", "manoseada y em- pertinente final de una e e¡ar de creerlo así)
porcada en una horrible pesadilla, en una frotación de fríos d esesperadamente grandioscarrera tan absolutam ente sena ·
y tan
penes dentro de vaginas marchitas", fue abandonada por com- la farsa. a, que poco a poco fue cayendo en
pleto, y en lugar de "relaciones sexuales" habló del "abrazo
genita1". 153 ·
Los complicados rituales de rechazo de Reich nos parecen un
tanto cómicos, y sus temores persecutorios exagerados hasta el
punto de la demencia. Pero en cierto sentido estaba justificado
en ambos aspectos. En la medida en que su obra provocó alguna
respuesta, esta provino de sectores muy dudosos: de los poetas
y novelistas de la generación beat, en especial William Burroughs
y Allen Ginsberg, quienes fusionaron la retórica de Reich con una
apología muy poco reichiana de la homosexualidad y las drogas
alucinógenas. 154 Y por cierto que la desdichada conclusión de la
carrera de Reich otorgaba cierta credibilidad a su señtimiento de
persecución. En 1954 la Administración Federal de Alimentos y
Drogas inició una acusación contra él por alquilar un dispositivo
terapéutico fraudulento, el Acumulador de Energía Orgónica, a
través de fronteras entre estados. El acumulador era una caja
exagonal, del tamaño de una cabina telefónica, metálica por dentro
y de madera por fuera. Era el recurso terapéutico final de Reich,
empleado después del fracaso del análisis del carácter y de la
vegetoterapia: el paciente se sentaba dentro de la caja y absorbía
radiación orgónica concentrada. 155 Cuando Reich se negó apresen-
tarse ante el tribunal por lo que consideraba una cuestión de
investigación científica, se emitió un embargo contra el aparato.
Al cabo, en 1956, fue llevado a juicio por hacer caso omiso de la
orden del tribunal. El 3 de noviembre de 1957 falleció de un ataque
cardíaco en la _penitenciaría federal de Lewisburg, Pennsylvania,

152Murder of Christ, pág. 94.


153 tbid., pág. 102.
154 Véase en particular William Burroughs, Nova Express, Nueva York,
1964, y William Burroughs y Allen G insberg, The Yage Letters, San
Francisco, 1963.
155 Brady, "The Strange Case of Wilhelm Reich", pág. 22; Reich, "The 156 The N ew York Ti
Note" · mes, 5 de noviembre de 1957 1
Schizophrenic Split", págs. 463-464. · pags. 5-6. Cf. Apéndice 1 d .. • 3 , 4; " Biographical
el decreto de embargo Y las protestase d!e~;~;~ Wntmgs, do nde se reproduce

66

67
GEZA ROHEIM


El radicalismo de Geza Roheim fue menos evidente que el de
Wilhelm Reich. Roheim era apol(tico, como el propio Freud, y
jamás proyectó su crítica cultural en forma de una utop(a sexual,
como Reich. Pero tiene decididamente su lugar en cualquier estudio
sobre la "izquierda freudiana". En el sentido más general, Roheim
era un revolucionario en virtud de la rectitud con que aplicó las
teorías psicoanal íticas al estudio de la cultura. En verdad los antro·
pólogos profesionales deploraron a menudo la inflexibilidad de sus
interpretaciones. Pero desde la perspectiva de este estudio, pre-
cisamente la implacabilidad con que Roheim llevó adelante la
interpretación psicoanalítica de la cultura, incluso hasta sus
conclusiones absurdas, permite calificarlo de radical freudiano. Lo
que es más, por encima de ese extremismo estilístico, el contenido
explícito del pensamiento de Roheim, en esencia, era crítico. En
todas las ocasiones se ocupaba de denunciar la naturaleza represiva
de la civilización moderna. Se mostraba sublimemente despectivo
ante todas las ideolog(as y tradiciones intelectuales que de alguna
manera serv(an para justificar el orden cultural establecido. Así,
aunque la hostilidad de Roheim contra la cultura no carecía
de una car.acterfstica ambivalencia freudiana, era mucho m'ás
explícita, menos reticente que la de Freud. Se podría decir que
su obra representa una presentación intermedia entre la atormentada

71
aquiescencia de F reud y la oposición sin atenuantes de Herbert rigo: •. s~ erudición era abrumadora. Por supuesto, estaba plenamente
Marcuse. fa:nrlran~ado con las complejidades de la teoría psicoanalítica. Al
Roheim fue un pensador muy coherente. En cuanto aceptó mr~mo tre~po tenía un total dominio de la bibliografía antropo-
el psicoanálisis, se mantuvo firmemente ortodoxo. Por consiguiente, lógr.ca comente y era un estudioso de la historia y la literatura
en gran medida, su desarrolro intele_ctual fue un simple paralelo de las antrguas. Era lector asiduo de las principales tradiciones literarias
vicisitudes de la carrera de F reud. Aun así, su pensamiento europeas, Y aficionado bien informado en el campo de la crítica
sufrió una considerable evolución; como en el caso de Reich bíblrca:, Se movía a sus . anchas en tres idiomas europeos, y
he examinado las lí~eas divisorias importantes y las continuidades apr~ndro por lo menos los rudimentos de varias lenguas primitivas
subyacentes en su desarrollo de teórico social. La relativa falta a .frn d.e poder ll~var adelante sus investigaciones de campo. Sus
de acontecimientos importantes en la vida de Roheim constituye vernte lrbros Y vanos centenares de artículos se encuentran divididos
un reflejo adecuado de su estabilidad intelectual. En una palabra, en forma más o m~nos pareja entre los escritos en húngaro, los
era un académico. Las complicaciones polfticas de la odisea de redactados en ~leman y los escritos en inglés.~ Por lo general
Reich habrían sido desde todo punto de vista incongruentes en el rese~~ba el hungaro para su interés más parroquial por las
contexto de su muy predecible carrera profesional. En efecto, tr~drcrones de su país natal, el alemán para sus contribuciones
hubo un solo acontecimiento en la vida de Roheim: su viaje teoncas al psicoanálisis y el inglés para sus escritos técnicos
a Australia y a los Mares del Sur entre 1929 y 1931. a~tropoló~icos. Su virtuosismo lingüístico ha sido la fuente de
Aunque era un psicoanalista practicante, se consideraba ante crerta ansredad de estudioso por mi parte. He leído las obras
todo un antropólogo profesional. Cursó estudios formales de en alemán Y en inglés, pero los escritos en húngaro permanecieron
antropología, 1 y durante toda su carrera se mantuvo al día con fuera de mi alcance. A consecuen~ia de ello, me he visto obligado
las novedades de su disciplina. Por lo tanto, en este capítulo a suponer que Roheim cuidó de presentar sus conclusiones más
me ocupo de la ubicación de Roheim en la historia del movimiento Importantes en los medios eruditos en general más accesibles
psicoanalítico y . de la relación de su pensamiento con los grandes del alemán y el inglés.
debates de la historia de la antropología: los temas del evolucionismo, A pesar de su formidable erudición, no era pedante. En rigor,
el difusionismo y el funcionalismo. He tratado, en especial, de en ~odo sen~rdo se eq~rparaba · a Reich en lo que respecta a
mostrar la deuda que contra1o con los fundadores de la antropo- a~t~r.ndulgencra especulatrva. Del mismo modo, sus escritos son tan
logía moderna, sir Edward Burnett Tylor y sir James Frazer, y drfr~rles de leer C?mo los de este, si bien por razones completamente
al mismo tiempo explicar su oposición al más influyente antropólogo drstrntas: Las incomodidades estilísticas de Roheim eran las del
del siglo XX, Bronislaw Malinowski. Esta preocupación por la antrcuano excesivamente conocedor. Su técnica consiste en abrumar
ubicación de Roheim en la historia de la antropología podría al lector con detalladas descripciones de mitos, creencias tradicio·
no parecer directamente pertinente con mi preocupación más nales Y prácticas rituales, en apariencia interminables. Las conclu ·
inmediata por su contribución a la tradición psicoanalftica revolu- srones q.ue deseaba extraer de esa masa de pruebas aparecían injertéldas
cionaria, pero ocurre que aquel llegó a algunas de sus conclusiones entre e¡emplos de aspecto inocente, a veces sin siquiera la co-
más radicales por el camino de su crítica de la antropología modrdad de un punto y aparte. Por lo demás, resultaba evidente
contemporánea. que escribí~ a toda velocidad y que dedicaba muy poco tiempo a los
· · Roheim, como Reich, fue un escritor inmensamente prolífico. aspectos mas refrnados de la organización y el estilo de la prosa. 3
Pero en contraste con el último, era ante todo un erudito. En 2
Para una bibliografla completa de las obras de Roheim hasta 1951 f
Psychoanalysis and Culture: Essays in Honor of Geza Roheim, Georg~ ~.
1 En realidad, para obtener su título de doctor en filosofía rindió examen de
Wllbur Y Warner Muensterberger, comps., Nueva York, 1951, págs. 455-462:
geografía como materia principal, y de antropología como materia secundaria. 3
Weston La Barre, "Geza Roheim", en Psychoanalytic Pioneers, Franz Alexan- Por lo que parece, los editores de Roheim ten{an una prisa similar; sus libros
der, Samuel Eisenstein, Martin Gvotjahn, comps. Nueva York. están repletos de errores de imprenta y de incoherencias.

72
73
Sin embargo, a pesar de la• negligencia de su ejecución, sus h.a:ta la muerte de Ferenczi en 1933 6 .
escritos constituyen, en conjunto, un logro sumamente impre- lrtrcos dogmáticos y a d • Y entre sus estilos ana-
' menu o extravagante · ·
liionante. Era capaz de sostenidos análisis teóricos de extrema una semejanza accidental. s, exrstra algo más que
complejidad, y muchos pasajes de sus obras tienen una argumentación _Roheim nació en Budapest en 18 .. . .
tan compacta y económica como cualquier trabajo de Freud. prospera familia burguesa ante d 91. Era hr¡o unrco de una
.d d. , ce ente que por lo
Por consiguiente, en mayor medida aun que en el caso de Reich, cr o ro como causa de .. . . . . menos un cono-
abrigo la esperanza de establecer que Geza Roheim es un intelectual d e su personalidad adulta" crerta
7 L
rmpenosrdad y
. .
l"d
.cua' ad categórica
indebidamente ignorado, una figura de gran importancia en la Roheim fueron exclusivam. t ols prrmeros rntereses intelectuales de
. en e rterarros e h istó · s F
historia del psicoanálisis y de estatura quizá muy poco menor tenrdo otros parecidos d . neos. reud había
e ¡oven, pero por supue t 1
en la historia intelectual general del siglo XX. una completa educación cientlfica Tod s o, . _uego pasó por
de Roheim, como contraste d . ~ la educacron profesional
• ' se esarrollo en el te d
gra f 'a y la antropología E . . rreno e la geo-
aunque obtuvo una edu~ac: ngor: nunca se doctoró en medicina,
lisis de Budapest.9 ' n clrnrca en el lnstrtuto de Psicoaná-
El psicoanálisis nació en los dolores de agonía del Imperio En la Hungría de pregu~rra no -
austro-húngaro. Pero el hecho de que el Imperio permaneciera cual Rohe im se vio obligado t se ensenaba antropología, por lo
intacto hasta 1918 ha sido, quizá, muy poco subrayado por los Leipzig Y Berlín para s . la rasladarse a las universidades de
egurr a carrera q ue de b D
historiadores del freudismo. Ese descuido impidió tomar con- estada en Alemania se . t d . . sea a. urante su
ciencia de la medida en que los intelectuales húngaros participaron con facilidad por el pun~~ dro ~JO efn el ~srcoanálisis y fue atraído
e vrsta reudrano ro p
en la elaboración de la teoría psicoanalítica. En verdad, se podría no representó un abandono d · ero su conversión
argumentar _q ue el psicoanálisis proporcionó a los pensadores contrario, llevó a la creación ~esu entrega a l_a ~ntropolo9ía. Por el
húngaros uno de sus más importantes medios de acceso ·a la Roheim bautizó con la deno . u~a ndueva -~rscrplrna, que en 1915
comunidad intelectual de Europa occidental. Después de F reud lítica".11 Luego de com le~~nacron e ~~- antropología psicoana-
(y descontando por el momento a figuras tan heterodoxas como hogar en Hungría y cua~do 1 su beducacron formal, estableció su
't d ' e go rerno de Béla K · .
Jung y Adler), el .nás grande de los primeros psicoanalistas ca e ra de antropología en la U . . un rnstalo una
'fue el húngaro Sandor Ferenczi. Fue este quien fundó la Sociedad Roheim s_e convirtió en su primer~,¡~~~:~~~~ de Budapest, en 1919,
Psicoanalítica de Budapest en 1913,4 y quien, como presidente y . Sus pnmeros trabajos eran un tanto an .
miembro más destacado de esa sociedad, estableció muy pronto trva de la antropología académica A trcuados desde la perspec-
a Budapest como uno de los principales centros psicoanalíticos de era un antropólogo "de b. ~ :. ntes de su vra¡e de 1929-3 1
. ga mete t~nto por el ··
Europa. Muchos no húngaros, entre ellos Melanie Klein, s acudieron necesrdad. Realizó amolias 1 t , de. . eccron como por
a Budapest para analizarse y perfeccionarse con Ferenczi. Pero no
ec ur.as .e. la literatura esencial .sobre
cabe duda de que el principal logro de este consistió en atraer a 6 La Barre, "Geza Roheim"
7 . ,
. 273
pag . .
los talentos húngaros nativos hacia los estudios psicoanal íticos. /bid., pág. 272. Cf. también Geza Roh .
Entre sus discípulos más ilustres se cuentan Sandor Rada y Geza Nueva York, 1950, pág. 380 _ erm, Psychoanalysis and Anthropology,
Roheim. Roheim siguió siendo un íntimo amigo y fiel discípulo :I.,Sandor L.~rland,
1ntroducción a Psychoanalysis and Culture,
a Barre, Geza Roheim", pág. 274 pág. x i.
10 o

4 ErnestJones, The Life and Work of Sigmund Freud, vol. 11, Nueva York, 11 Lorland, Introducción a Psychoanalysis and Culture, pág. x '·
1955, pág. 103. Roherm, The Gates of Dream, Nueva York 1952 .
12 La B .. • , pag. vi i.
s John Arnold Lindan, "Melanie Klein", en Psychoanalytic Pioneers, págs. arre Geza Roheim" . 2
Revolution: Nueva York 196'6pag; 7332; Marthe Robert, Th e Psychoana/ytic
361 , 363. • , pag. 4.

74
75
en exceso el contenido y los temas de Spiege!zauber, pero lo que
rimitivas, Y reunió una lmpre la base de esas le_ctur~:
. sionante biblioteca de obras
antecede basta para ilustrar el enfoque fundamental que empleó
b e
culturas p d" ·ones europeas. Sobre
las tra 1c1 d. pro d U jO . "interpretaciones Rohoim on '"' o.todlo, l"icoon ol itioo, dol folkioco. Po, '"P"'"o.
so r . . "d d de . su estu 10 ' , .
y en la, _mtlml a las creencias y practicas . reg~s . tradas por os
a 1929 pueden 1
no fue el único psicoanalista (ni el primero) que emprendió ese
tipo de investigación. De vez en cuando Freud dedicó su atención
psicoanalltlcas de Estos escritos antenore . , n principal
. dores de campo. fleja la tens1o al folklore y la mitología, y entre otros precursores psicoanalíticos,
dinvest1ga
. ·d·rse en dos gr upos ' división . que re .
de Rohe1m. Están ' ante todo,
Otto Rank, Ernest Jones y Carl Jung realizaron labores similares.
d lVI to1 t baj· os poste no res
dos los ra 't logía que lm plicaban interpre-
. . ad Pero Roheim fue el primer psicoanalista que hizo de tales estudios
estudl~s v_mc~ladashay
e . bre folklore Y mi o .' con determln os su preocupación central, cuando no exclusiva.

termm~,,
sus so 1íticas interculturales, un grupo de
taciones pslcoana 1 En segundo d la teoría de En sus estudios psicoanalíticos del folklore estableció ciertos
hechos de la cu tura.la defensa Y elaborac¡on e ede describir presupuestos psicológicos y sociológicos, y Ur:t análisis de esos
·
escritos
dedicados a
1 asesinato primiti~o. p sto que ·se pu
ue rolongado esfuerzo
supuestos sirve para destacar la relación de su obra con las grandes
tradiciones intelectuales de la historia de la antropología. El
intelec~u~ictorios
Freud sobre e 1 de Rohelm como un p d s direcciones
el desarrollo supuestos de estasd o cada una de presupuesto más importante, y sin embargo, quizá •• el menos
por resolver los c?n r examinar sus obras e evidente, es el de que los productos culturales pueden ser interpre·
b . valdra la pena
tados en los términos de la psicología del individuo. Roheim
de tra ajo, , . el estudio de la hizo caso omiso, altivamente, de la posibilidad de que las distintas
ambas categon as. t. o del primer tipo es 1919 13 Este
. representa 1v d"tado en · costumbres y creencias que decidió estudiar pudieran tener signifi·
Un escnto
"magia del
.
esp~jo . " (Spiegelzauber), e 1
aliza diversas
creencias Y costumbre~ :r
. .. fam i1ar e
adicionales vincu-
d que romper
cados económicos, religiosos o sociológicos. Desde un punto de
vista más general, se negó a reconocer una diferencia de peso entre las
trabajo an . mo la superstiCIOn 1 . e literalmente
n espejos co E 1 libro contlen ilusiones del individuo y las de 1a comunidad. En una etapa posterior
ladas co . t 'años de mala suerte. d 1 folklore europeo. de su carrera se mostró dispuesto a admitir por lo menos la
un espejo trae Sle e ados principalmente . e se ún sus
cientos de tales tem¡s~ toh:chos bajo títulos diferent~e;Í bá~ca que
posibilidad de interpretaciones no psicológicas, aunque solo fuese
Roheim agrup_a es ol 't.lcos La herramienta
. · d ps1coana 1 · .
c?n~ep
pract1cas
es la teoría para refutarlas.
ignorar Pero en los primeros años prefirió sencillamente
esas alternativas.
sign1f1ca os 1. esas creencias Y . s tabúes que
emplea p~r
psicoanal Ítlca de
a exp 1car
1 narcisismo. Asl, m er
, . t preta vano
1 espejo como intentos
d reprimir deseos
e do los adivi-
Tenía plena conciencia del supuesto que había establecido
respecto de 17la base psicológica individual de ideas y conductas
prohiben mirars~ a antisociales.14 Del mismo mo r~fetizar el compartidas, el cual lo enfrentaba a la escuela durkheimiana
narcisistas infantilesty que empleaban espejos para ~uperaron la do '""opolog ro, ontonco. '"m•mon to lnfloyonto 1M"co 1 M'""·
lucien lévy-Bruhl, Alfred Radcliffe-Brown), que rechazaba todo
d la suer e . 'd que nunca .
_anali~ ~síqUico.
nado res e . ados como indlvl uos . 1s Las difundidas intento de explicar la conducta colectiva en los términos de la
futuro son. fantil de desarrollo son interpretadas
psicología individual. En ese sentido, como en tantos otros, Roheim a
etapa narCISISta m . adas con los espejos rotos r amado, con
supersticiones
C
omo impulsos e
re~c~~r~ctivos dirigidos cont:,a.
. bro de la faml la.
~~ ~e simplificado
pertenecía a una tradición de antropología más antigua, del siglo
. XI X. Comportio la. p"'"P"'""' do la. fondodoco, do lo di,clplino, as
· un m1em ·
nDro~M
cha frecuencia und y en especial los de sir Edward Burnett Tylor, quien había explicado da
mu . el animismo18 primitivo a partir de la psicología de los sueños ca
. de esta categon a era 7
13 Losotros d os escritos
2 principales
Mondm . und Mondreligion, 192 .
ytho/ogle individuales. Por supuesto, tiene importancia señalar ·que la
k .. fer 191 Y 14 of
Drachen amp • ' . . 19 págs. 13- · 17
ias
14Roheim, Spiegelzauber, LelpZig, 19 • tb,d.. págs. 262- 263.
Jm
1 S /bid., pág. 34. 1ey
16/bid., págs. 191, 197.
1 18 H. R. Hays, Frorn Ape to Angel, Nueva York, 1958, págs. 68- 69.

76 79
77
perspectiva psicológica de Roheim era la del psicoanálisis ; rechazaba más extrema, tal como lo expuso el antropólogo inglés E lliot Smith
los ingenuos intentos de los primeros antropólogos, que pretendían ( 1871-1937), el difusionismo trataba de explicar todos los logros
explicar la cultura en los términos de una psicología racionalista :1m- culturales por el contacto directo o indirecto con el lugar único
piona. Los motivos psicológicos que daban forma a _una creenc1a o de nacimiento de la civilización, el valle del Nilo. Los críticos
práctica particulares eran siempre inconScientes. Los m1tos, en verdad, del difusionismo no perdieron oportunidad de hacer observaciones
constituían un reflejo de las experiencias psíquicas ~el individuo, jocosas acerca de los orígenes egipcios del iglú de Alaska, pero los
desconocidas para este. En una palabra, un mito debía ser tratado difusionistas encararon de frente el problema de las semejanzas,
19
en forma muy semejante al contenido manifiesto de un sueño. aunque su solución era un tanto improbable. No puede decirse
El segundo supuesto principal de los estudios folklóricos de lo mismo de la segunda escuela, a la larga mucho más influyente,
Roheim era el de la "unidad psíquica de la humanidad", y, como que puso en tela de juicio al evolucionismo: la escuela funcionalista.
su reduccionismo psicológico, reflejaba su dependencia intelectual En verdad, los funcionalistas no ofrecían solución al problema
respecto de los fundadores de la antropología moderna del siglo XI X. de las semejanzas; sencillamente negaban que el problema existiera.
Se podría caracterizar la historia de la antropología como un debate Para Malinowski, el más grande de los funcionalistas, determinado
no resuelto acerca del origen de las semejanzas culturales. Solo producto cultural podía ser entendido solo en términos del contexto
el problema complementario de cómo explicar las difere~~i-as cultural en que se lo encontraba. Carecía de significación en materia
culturales ha resultado igualmente irritante. La gran tradJcJon de entrecruzamiento de culturas.
antropológica del siglo XIX fue denominada "evolucionista", _preci- Según la doctrina funcionalista del relativismo cultural, la idea
samente porq!Je trataba de resolver el problema de las semeJanzas misma de la comparaciqn intercultural era estrictamente tabú. 21
mediante una hipótesis tomada de Darwin. Tylor, F razer Y sus Este breve rodeo a través de la historia de la antropología 22
contemporáneos .argumentaban que las semejanzas culturales existían debería ilustrar con cuánta firmeza estaba arraigado Roheim en la
porque todas las culturas pasaban por idénticos procesos de tradición del siglo XI X, dentro de la disciplina. Como su técnica,
desarrollo. 20 Por debajo de los argumentos evolucionistas estaba en una obra como Spiegelzauber, consistía en comparar costumbres
el presupuesto de que la naturaleza humana (la materia prima con y mitos similares en muchas culturas distintas, y buscar en toda
que se erigen las culturas) es una constante histórica; con más ocasión un denominador común, se vio obligado a suponer que
exactitud, se daba por sentado que el hombre evoluciona (tanto determinado tipo de producto había tenido siempre el mismo
en el plano intelectual como en el psicológico) según un ~sq~ema significado psicológij::O, no importa cuál fuese el contexto cultural
único. Así, las culturas primitivas, sostenían los evoluciOnistas, en el cual pudiera aparecer. Por cierto que trató de incorporar ciertos
representan una copia fiel de la civilización moderna en una etapa conceptos difusionistas y funcionalistas a su obra, pero sus supuestos
anterior de desarrollo. básicos, en especial el presupuesto de la unidad psíquica de la
El siglo XX ha presenciado una reacción doble contra la doc:rina humanidad, lo unían con claridad a los fundadores y lo separaban
evolucionista de la unidad psíquica de la humanidad. El pnmer de sus contemporáneos.
grupo de antropólogos que impugnó a Tylor y F razer fue el de los A medida que Roheim avanzaba en edad, adquiría una conciencia
difusionistas. Describiéndolo en forma sencilla, podemos dec1r que
el difusionismo intentó explicar las semejanzas culturales en términos 21 La posición funcionalista, en su estructura, es similar a la de los historicistas
históricos. Si el mismo producto cultural se encontraba en dos alemanes (Dilthey, Meinecke y Troeltsch), quienes insistieron en que cada
historia nacional es única y no debe ser encajada en un esquema histórico
culturas distintas, se daba por supuesto que en cierto momento
universal.
del pasado una civilización había tomado de la otra ese producto, 22 EI mejor examen hjstórico de la antropología sigue siendo la Hístory of
0 lo había recibido por intermedio de una tercera. En su forma Ethnologícal Theory, de Robert Lowie, Nueva York, 1937. Dos historias
más recientes, pero por cierto que menos incisivas, son H. R. Hays, From
19Spíegelzauber, págs. 227-228. Ape to Angel, Nueva York, 1958, y Abram Kardiner y Edward Preble, They
StudíedMan, Nueva York, 1961.
20Por esa razón la doctrina darwinista se llama a veces "paralelismo" .

79
78
cada vez más aguda de la bretha que .,xistía entre él y sus colegas;
al mismo tiempo se volvió más franco en sus críticas contra la mostrar la función que tales hechos culturales cumplían en la vida
ortodoxia antropológica reinante, del relativismo cultural. Subrayó contemporánea de determinada cultura. De ese modo se estableció
cada vez más su identificación con los "padres de la antropología" como el principal crítico de la doctrina evolucionista de las
y celebró abiertamente los logros del "grande y glorioso siglo s~pervivencia~, del siglo XI X (Tylor), según la cual el mito y el
XIX". 23 Más aun, reconoció de manera explícita el supuesto ntual representaban los vestigios defo rmados de alguna experiencia
primario que compartía con los evolucionistas clásicos: "Me parece 28
real del pasado. Por primera vez, Roheim parece haber marchado
que la unidad psíquica de la humanidad es algo más que una
hipótesis de trabajo; es tan evidente, que casi no necesita demostra-
d: acuerdo ~on_ sus contemporáneos, aunque volvería al punto de
v1sta evoluc10n1sta en su estudio de la hipótesis freudiana del
ción". 24 Traducido a categorías psicoanalíticas, ello significaba, crimen primitivo. Sin embargo, la trayectoria general de su desarrollo
como m ínimo absoluto, que el inconsciente era el mismo para todas intel~ctual avanzó hacia una aceptación aun más explícita de la
las culturas. 25 Pero Roheim estaba dispuesto a ir más allá. Como doctnna de Malinowski, y hacia un rechazo sumamente do loroso
i=reud, sostuvo que los símbolos primarios por medio de los cu~l:s (y nunca confesado del todo) de los presupuestos residualistas de
se revelaba el inconsciente en la vida consciente eran tamb1en Tótem y tabú.
iguales en todas las culturas. 26 Es evidente que había dado un
paso más allá de los evolucionistas clá~icos: sostenía que ~1
espíritu humano, en sus profundidades mas hondas, se manten 1a
constante a través de la historia. En el plano de los procesos
psíquicos primarios, los europeos modernos no dif~rían p~ra ~ada 11
de los más toscos primitivos. 27 Así, pues, Rohe1m sustituyo la
doctrina evolucionista del paralelismo por la noción, más radical La segunda preocupación de la fase "de gabinete" de Roheim
aun, de una psique humana eterna, estática, en que se basaba q~izá más importante aun que la exploración psicoanalítica del
la semejanza de las instituciones e ideas humanas. m1to Y el folklore, fue l_a teoría freudiana del crimen primitivo,
El supuesto final de los estudios psicoanalíticos del fol~lore ~n lo referente a los ongenes de la civili'zación. Como en todo
emprendidos por él era que todos los productos culturales t1enen Intelectual de formación psicoanal ítica, la influencia más penetrante
una pertinencia contemporánea. Ubico este supuesto al final, ya sobre su pe~samiento fue el propio F re u d. En rigor, su devoción
que, como veremos, Roheim era ambivalente en ese sentido. Pero a este carec1a de ate nuantes, y desprenderse de incluso las ideas
la idea de que el mito y el ritual tienen una significación contem- más secundarias de F reud le costó un gran esfuerzo. Pero es preciso .
poránea estaba implícita, por cierto, en una obra como SP_iegelzau- su~raya_r e~. aspecto especial del logro de Freud que encendió
ber. Dicho supuesto era, asimismo, uno de los le1tmot1vs de la la 1magmac1on de Roheim. Sin duda alguna, fue Freud el filósofo
antropología funcionalista. Malinowski argumentaba que no tenía es~e_culativo y antropólogo "aficionado", antes que Freud el
sentido estudiar el mito y el ritual por lo que pudieran r!lvelar clm1co, quien inspiró el grueso de su obra. Roheim consideraba
acerca de la historia de un pueblo. Mucho más Importante era que Tótem Y tabú era uno de los grandes mojones en la historia
de la antropología, comparable solo a Primitive Culture, de Tylor,
23p5 ychoana}ysis and Anthropology, págs. 1, 438; Introducción a Psycho- Y a La rama dorada, de Frazer. 29 Era, dijo "una obra trascendental;
analysis and the Social Sciences, Geza Roheim , vol. 1, Londres, 1947, pág. 26.
trascendental no solo en antropología, sino en todas las ciencias
24 Psychoanalysis and Anthropology, pág. 30
435. sociales". E incluso cuando se liberó de los antiguos e insostenib,les
25 Roheim, The Origin and Function of Culture, Nueva York, 1943, págs. 59-
60; Psychoanalysis and Anthropology, pág. 444. 28
Hays, From Ape to Angel, págs. 64, 77.
26 Roheim, Animism, Magic and the Divine King, Londre~. 1930, pág. 90. 29 R . , A ustra/Jan
·
o h eom Totemism, Londres, 1925, pág. 15.
27 Roheim, The Riddle of the Sphinx, Londres, 1934, pág. 56.
30 The Riddle o f the Sphinx, pág. 173.

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81
presupuestos de Tótem y tabú, nunca dejó de considerarlo un clásico, de :sa manera se podía im edir
el libro que había "creado" la antropología psicoanal ítica,3l botln de la victoria. Perop má ~ue estallara la guerra civil por el
F reud llegó a esta teoría altamente dramática de los orígenes asesinar a su padre los h s Importante era que después de
de la civilización por el camino ·d e un análisis del totemismo. 1o amaban; recordaron el ermanos- dese u b neron · •
que en verdad
Destacó cuatro características de esta práctica primitiva, de amplia Por lo tanto abandonara aspecto -tierno de sus relaciones con él
· n sus ex1genc· ·
difusión, como base de su investigación. En primer lugar, descubrió mujeres, por puro remord· . las sexuales respecto de las
• 1m1ento E-e t d ,
que el animal totémico era considerado sagrado por el clan totémico creo la base libidinal para la t .. ~ ac o_. e negacion sexual
y por lo tanto nunca se lo cazaba ni se lo hería. La única excepción (sociedad) que segu'n la po~_enor coheslon del clan fraterno
' • concepc1on • ·
a esta regla era la práctica según la cual, en ocasiones ceremoniales, sostenida por F reud s 0 10 d, economlca de la vida psíquica
• • po 1a mante ·
el animal era sacrificado y consumido por toda la tribu. Además, vmculos homoeróticos de . h"b· . , nerse unido mediante
d 1n 1 ICion de b' E
Freud señalaba que los miembros de la tribu hacían remontar su e culpa de los hermanos cond . . . o jeto. 1 sentimiento
del pad re muerto en U jo, as1m1smo a la t _ f .,
linaje al animal totémico ; es decir, que este era considerado el d' . ' rans ormac1on
un lOs, al com1enzo f
primer padre de la tribu. Por último, señaló que el totemismo rea 1' y luego bajo la f d . en su orma humana
.. , arma el an,mal t t, .
estaba siempre vinculado con la exogamia; un individuo no podía re llglon totémica F reud . o em,co. Así, en la
. encontraba res 1duo t
casarse con nadie que perteneciera al mismo grupo totémico que él. mismo como del remord· . s, anta del asesinato
. 1m1ento que lo · -.
Sobre la base de estos escasos hechos, Freud construyó una especial otorgado al animal t t' . slgu¡o; el tratamiento
..
d e 1os hijos, o em1co correspond • 1 . .
historia hipotética del totemismo. Sostuvo que al comienzo la y la comida totémica . , la a arrepentimiento
tribu no e ra más que una familia amplia, en la cual todas las mujeres del asesinato primitivo.32 constltUia una representación
-es decir, las madres y las hijas- eran monopolizadas sexual- Roheim presentó su defensa 1b ..
mente por el padre. Pero en cierto momento histórico, los hijos asesinato primitivo en va . •y e a orac,on de la hipótesis del
nos art1culos y l'b • .
sexualmente despojados se unieron en su rebelión contra el padre, lo d e los cuales es Australian Totemi ~ ros, e 1 mas Importante
mataron y literalmente lo consumieron. Después que el padre fue ase- en 1925. El grueso de Australian /~' u_n mmenso tomo publicado
sinado y comido, ocurrió algo muy curioso, un suceso que para Freud pruebas de la mitología el .t 1 o emtsm está dedicado a recoger
señalaba el comienzo de la historia: en lugar de regodearse con las en respaldo del argume' nton dua FY la estructura social australianos .
mujeres liberadas, los hermanos se abstuvieron de recoger los frutos · e reud Roh · f' •
ngor existla una sola "h d· ·. elm a lrmaba que en
de su victoria. En rigor, se comprometieron entre sí a prohibir h • or a australiana pr· -t .. ""
se abla representado el d lml IVa en la cual
el incesto, o, como lo expresa Freud, crearon la primera ley moral, d e pruebas del primitivorama ant
trascendental 33 E
. . ncontraba vestigios
agon1smo de pad ..
el tabú del incesto, que entonces se convirtió en la base de la cuerpo específico de la m ·t 1 • . res e hijos en un
primera sociedad, el clan fraterno. La tradición de exogamia, "mito del conflicto" que t' od_o~la australiana, conocido como el
• ra ICIOnalment h b · ·
que F reud encontraba acompañando siempre al totemismo, se como la supervivencia de . e a la Sido interpretado
• . una
Ad emas Interpretaba el dualismo ant1gua pugna t .
remontaba así al tabú del incesto, pues en la tribu · primitiva, . en re razas hostlles.34
que en verdad era solo una familia extensa, la obligación de pensam iento australianos como qu;, ~mpregnaba ~oda la vida Y el
casarse fuera de la familia (tabú del incesto) en rigor equivalía de padre e hijos. En Australia un ~e ejo de 1~ dualidad prehistórica
a la exigencia de casarse fuera de la tribu (exogamia). (sistema de mitades) . ' no so o era dualista la estructura social
· . . • Sino que todo el ·
F reud encontraba dos motivos para la acción de los hermanos d iVId ido en dos fratrías antagónicas. 3s p umvers~ se consideraba
en lo referente a prohibir el incesto. El primero tenía un carácter 32s· or lo demas, no esc aseaban
rgmund Freud, Totem and Taboo
puramente utilitario : los hermanos se dieron cuenta de que solo Complete Psychological Works of S . ' en The Standard Edition of the
Londres, 1953-1966 XIII pas . tgmund Freud. James Strachey comp
3 1 Roheim, Introducción a Psychoanalysis and the Social Sciences, pág. 12; 33 . ' ' sJm, en especral Parte IV. ' ·•
Australtan Totemism. pág. 86 .
" Freud and Cultural Anthropology", The Psychoanalytic Ouarterly, IX, 2, 34
1940, 246 . /b Jd.,pág . 38.
35
l b id. , págs. 86-88.
82

83
las pruebas mitológicas y ritualistas de los re~tantes s~p~estos de procreación.38 De ello se seguía que el propio asesinato primitivo ocu-
las hipótesis de Freud: la concepción del ~n1mal to~em1c~ como rría durante la estación del celo, pues solo en ese moment~ el macho
padre de la tribu, la derivación de la ~xogam1a del _tabu del mcesto, podía considerar necesario excluir de la horda a los hijos. 39 Con más
la deificación del padre asesinado, etcetera. A Rohe1m le preo?upaba exactitud, Roheim declaraba que el asesinato primitivo señalaba
en especial la reunión de pruebas para esclarecer los v1~.culos el final de la periodicidad sexual del hombre. El primer acto
homoeróticos de inhibición de objeto, que daban cohes1on al de represión condujo a una · internalización de la distinción entre
clan fraterno, y por lo tanto a la sociedad en su conjunto. En celo (período dedicado a la libido) y anulación del celo (período
Australia encontró notables pruebas de la existencia de _tal~s laz?s dedicado al yo). El hombre podía dejar a un lado su periodicidad
en las "ceremonias de acrecimiento" (lntichiumal. de ampl1a v1gen_c1~ . sexual porque había aprendido a hacer frente a las exigencias
La función manifiesta ~ estos ritos consistía en facilitar la multl~ll ­ de la realidad por medio de la represión. 40
cación del animal totémico. Pero, cosa característica, Roheim los In- Roheim también trató de rastrear los orígenes de la cultura
terpretaba como "una repetición simbólica de acciones onanistas co- de la Edad de Piedra en el asesinato primitivo. Al hacerlo, anticipó
lecticas y mutuas", "impulsada por la intención de fortalecer el se~tl ­ una de las permanentes preocupaciones de su obra posterior: la
reducción de las, revoluciones económicas a sus motivaciones
Las ~~~emon1as
36
miento de unidad entre [los] hermanos victoriosos"
psicológicas. Sugirió que los orígenes psíquicos de la cultura de
de acrecimiento, insistía, eran en realidad una repet1c1on de la
37 la Edad de Piedra debían buscarse en la forma particular en que el
fiesta de duelo del padre totémico. padre de la horda era asesinado por sus hijos. Según Roheim,
Aunque muy subordinado a las ideas de Freud, Roheim ~e
se lo mataba lapidándolo. Cuando quedaba asegurada la victoria de
mantuvo como un pensador sumamente original, con su propia
los hermanos, estos cubrían el cadáver del padre con un gran
idiosincrasia. No se conformó con proporcionar escolios a Tó~em Y
peñasco o losa. Roheim suponía que más tarde el montículo de
tabú, y en v~rdad Australian Totemism (junto c~n los art1c_ulos
piedra o. losa se convertía en un objeto de culto para los hijos
y críticas que se apiñaban en su derredor) conten1a una cantidad
arrepentidos, y el empleo de piedra para fines wácticos (la Edad
de refinamientos, modificaciones y aun sorprendentes transforma-
de Piedra) se seguía del significado simbólico adherido a ese
ciones de la hipótesis primitiva de Freud. . . . material debido a su pape! instrumental en el asesinato primitivo. 41
Como este, Roheim consideraba que el asesinato pnm1t1vo era
La noción de que el padre asesinado era sepultado bajo un montículo
la 1ínea demarcatoria entre la naturaleza y la humanidad, el momento
de piedras, en torno del cual los hermanos se reunían para llorarlo,
en que el hombre se diferenciaba del resto del reino an~~~l.
tam~ién proporcionó a Roheim una clara solución del problema
Pero el hecho mismo de que el suceso fuese una trans1c1on
de como el padre se convertía en un animal en la religión totémica.
significaba que debía ser descrito contra el· fondo de la un~?n
Pues no solo los hermanos arrepentidos, sino también los carnívoros,
del hombre con la naturaleza. Roheim dramatizó esta percepc1on
atraídos por el olor del cadáver en putrefacción, se reunían en torno
sosteniendo que el asesinato primitivo se produjo durante una
del túmulo. ~os asesinos, con remordimientos de conciencia, se
1 etapa de la evolución humana en que la sexualidad del hom~re,
como la de los otros animales, todavía era periódica. Los ntos
mostraban, por supuesto, con tendencia a percibir la imagen del
de acrecimiento australianos, en los cuales los nativos se ador- 38 /bid., pág. 242. Roheim también consideraba que las ceremonias europeas
naban en aparente imitación de las características sexua~es secun- del árbol de mayo eran supervivencias de la periodicidad sexual humana. Cf.
darias que se desarrollan en los animales durante la epoca del Animism, Magic, and the Divine King, págs. 297-307.
celo, eran, afirmaba, una supervivencia de la estación de la 39 Australian Totemism, págs. 243-244.
40 !bid. , págs. 280-281.
41 /bid., págs. 348, 355-356, 362-363, 366-369, 378. Roheim no trató de
36 tbid. , págs. 214,231,256-257 .
expl1car en que forma el asesinato podía ser consumido y a la vez enterrado
37 tbid., pág. 233. baJO el montículo de piedras.

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84

------ -
muerto en cada apanc1on inexplicable de vida en el ambiente, Y cuya contrapartida aparecía en la mitología de muchos pueblos
d ~stintos.
45
como deseaban a medías que se levantara de entre los muertos, El contrario "masculino" de Afrod ita era lóg icamente
era comprensible que identificaran a los animales que rondaban el hombre con vagina, y Roheim encontró precisamente esa signifi-
la tumba con la resurrección del progenitor. 42 · cación bisexual en la difundida p·rác~ ica primitiva de la subincisión.
Es probable que la mutación más notable a que Roheim sometió La abertura de la subincisión , afirmó, era en realidad una vagina
la hipótesis de Freud, y, una vez más, una mutación que refle!aba simbólica. 46 Este d~_scubrimiento tuvo considerable importancia
una preocupación característica, fue su idea de que el ammal para la hipótesis del asesinato primitivo, pues la herida de la
consumido en la comida totémica era sólo, en términos secundarios, sub incisión creaba una base fisiológica para los vínculos homoeróticos
un representante del padre. En un plano más fundamental, el que mantenían unida a la sociedad masculina. El objetivo de todos
de los procesos psíquicos primarios, el totem representaba a la los ritos de iniciación consistía en separar a los hijos de sus
madre, y comer el animal era un desplazamiento ascendente de madres, y unirlos a la sociedad de padres. Por lo tanto<el significado
las relaciones sexuales con la madre. 43 Esta interpretación introduce de la subincisión era "Deja a tu madre y ámanos a nosotros, pues
uno de los temas perdurables de la obra de Roheim: la ambisexua- también nosotros tenemos un a vagina". 47 En una palabra, la
lidad. En todas las formas de actividad cultural, así como en la cohesión de la sociedad se basaba en la disolución de las diferencias
psicología individual, encontraba una enorme confusión de elementos sexuales entre madres y padres, hombres y mujeres.
masculinos y femeninos. Aunque la bisexualidad no era un descu· A pesar de las desviaciones a veces osadas de Australian Totemism
brimiento exclusivamente freudiano, Freud incorporó esa percepción respecto de las hipótesis freudianas primitivas, los supuestos psicoló-
al cuerpo del psicoanálisis, de tal manera que ha llegado a vinculars~ gicos y sociológicos básicos del libro seguían siendo los de Tótem
con su nombre. Pero yo diría que el drama central del esquema V tabú. La mayoría de esos supuestos tenían incluso la fecha de
freudiano -el complejo de Edi po- tenía el efecto de apuntalar 1913, y para 1925, cuando apareció el IÍbro de Roheim, parecían
la distinción tradicional entre masculinidad y feminidad, pues las casi extraños. Estaba, por ejemplo, el presupuesto de un inconsciente
diferencias biológicas y psicológicas entre madre y padre eran colectivo, por medio del cual se conservaba el recuerdo del asesinato
las que creaban el di lema para el niño. Por otra parte, en el primitivo, después de la muerte de los asesinos. 48 Esta idea era
pensamiento de Roheim, había un claro desarrollo que se apartaba respaldada a su v~z po r la aceptación, por Roheim, de la ley
de esa tajante división entre macho y hembra, y una correspond1~nte biogenética de Haeckel : que la ontogenia recapitula la filogenia.
eliminación de la insistencia en el complejo de Edipo. En ese sent1do, Según esta hipótesis cada crisis ed ípica individt.:al reactualizaba la
Roheim representaba una figura de transición entre la hetero- experiencia formativa de la raza, por lo cual servía para reforzar
sexualidad exagerada, casi histérica, de Reich, y la franca celebración el recuerdo primitivo. 4 9 En Intima vinculación con estos dos
de la androginia de NormanO . Brown. 45
La idea de que el animal totémico simboliza a la madre y al padre Roheim, "Ap.h rodite or the Woman with a Penis", The Psychoana/ytic

1 era solo una de las muchas interpretaciones bisexuales de Roheim.


En sus escritos aparecen regularmente figuras míticas que combinan
Ouarterly, XIV, 1945, 350-90; Psychoanalysis and Anthropology, pág. 111;
"Psychmmalysis of Primit ive Cultural Types" ,lnternational Journal of Psycho-
analysis, XIII, 1932,53.
1
característi cas mascu linas y femeninas. E 1 más ilustre de tales 46
The Eterna/ Ones of the Dream. pág. 164-165; The Riddle of The
hermafroditas es la Esfinge de la leyenda de- Edipo. 44 Roheim Sphinx, pág. 72.
también interpretó la figura de Afrodita como "la mujer con pene", 41
The Eterna/ Ones of the Dream, págs. 166, 198. Roheim llevó la analogía
más lejos, hasta proponer que la sangre del pene subincidido estaba destinada
a sugerir la menstruación (págs. 170, 176), y que el consumo de la sangre era
42/bid., págs. 384-386. en la práctica " beber la leche de los hombres" (págs. 233 - 234) .
43/bid., págs. 249, 285; Roheim, "Nach dem Tode des Urvaters", /mago, IX, 48
Austra/ian Totemism, pág. 358; Animism, Magic, and the Divine King,
1923, 113; The Eterna/ Ones of the Oream, Nueva York, 1945, págs. 225-226. págs. 222- 223.
44The Riddle of the Sphinx, pág. 22. 49
Australian Totemism, pág. 391.

86 87
supuestos que Roheim compartía con Freud, había una concepción
jidades de la vida primitiva, tal como se las observa de manera
especl'f'1ca' de la naturaleza del mito. En contraste con los presu-
1 •
puestos de sus propios estudie folklóricos, Y_ de la an~ropo og_1a directa en el terreno, hayan conducido a cierto escepticismo en
d e 1 Slg
· 1 XX en general Roheim encontro necesano aduc1r, cuanto a la viabilidad de hipótesis teóricas ambiciosas. Sea como
O ' . d " 50 p fuere, resulta claro que los antropólogos modernos se han resistido
como Tylor, que "los mitos son registros del pa~.a o · .. or
cierto que vaciló un tanto al insistir en. ~ue el . pasa~? ~~­ enérgicamente a entregarse al tipo de audaces especulaciones que
bía entenderse a la vez en términos ontogene~1cos y fllogene~1cos. caracterizaron la obra de Tylor, Bachofen, Maine y Frazer. El
Pero el supuesto básico de la historicidad del m1to :e
mantuvo !~tacto. propio Boas fue un ejemplo de esa tendencia. Aunque es universal-
mente considerado entre los más influyentes de los antropólogos
Por consiguiente, en casi todos los sent1dos, los pn~e_r?s
trabajos de R~heim representaban una expresión d~ la trad1c1on modernos, y fue en rigor el maestro de muchos de los más
evolucionista del siglo XI X en materia de antropolog1a. Solo como famosos antropólogos que actuaron a mediados del siglo, nunca
consecuencia de sus experiencias de campo, entre 1929 ~ 1931, llegó a escribir una antropolog'ía general, a reunir los resultados
luego de años de dolorosa lucha intelectual, pudo liberarse discretos de sus investigaciones en una teoría sinóptica de la cultura.
y . ' . Por el contrario, todas sus contribuciones teóricas adoptaron la
de las trabas del realismo h1stonco.
forma de la crítica; jamás se cansó de emitir intimaciones a
suspender los juicios, ni de establecer diferencias y prevenir contra
las generalizaciones injustificadas. 52 Creo que la gran virtud de la
111 obra de Roheim consiste en que logró incorporar muchos de los
preceptos metodológicos de la moderna antropología de campo,
Es comprensible que la liberación de Roheim_ ~especto. d_e _los sin ceder al mismo tiempo a sus timideces teóricas. Así, si bien
anticuados presupuestos de la antropología darwmlana se IniCiara . hizo honor al imperativo de Boas, "de vivir entre ellos", en toda
con su abandono del gabinete. El antropólogo moderno, por_ lo menos ocasión siguió siendo un fiel discípulo de Tylor, F razer y, por
supuesto, F re u d.
desde la obra precursora de F ranz Boas, es P rimera y pnnc1palmente
..
. d de campo Pero por desgracia, la preocupaclon A principios de 1928 la princesa Marra Bonaparte dispuso
b
un tra a¡a or · ·. .•' h ·d mpañadas
por las técnicas de la invest1gac1on de campo a_n SI o aco _ financiar un viaje que ofrecería a Roheim la oportunidad de
con frecuencia por escrúpulos teóricos. Es posible que las comp 1e emprender el primer psicoanálisis de los primitivos. Roheim planeó
al comienzo dedicar toda la expedición a los aborígenes de Australia
central. Este itinerario se basaba en varias consideraciones. Por
so/bid., pág . 312. Cf. también pág . 117. Rdohesi~ee~:~e~~~v~~~~:~i~lrp: °~~:
ma de cómo un mito podía contener rdesf' . uoltad concierne a la supervivencia
1 empezar, los australianos eran considerados representantes clásicos
· "N stra pnmera 1 1cu del totemismo y de la caza como modo de vida . Además, Roheim ya
arrollo del lengua¡e. ue flejes de las batallas primitivas.
de todos los mitos que recon~cemos co_mo re ue conocemos para asegurar la había escrito ampliamente sobre Australia, y estaba ansioso por
\ La comunicación verbal_es el umco v~hlc~~:s; la época de la horda primitiva
continuidad de la tr_adlclón, pe~·l::esa'~~llo d~llenguaje. Ya hemos esbozado
poner a prueba sus teorías por medio de la observación directa. 5 3
Pero el factor más importante que influyó en esa decisión fue
debe de haber termmado antes e ha simulacros de lu-
el convencimiento de que los australianos representaban la raza
la forma de eludir esta dificultad : En ~ h~~~ ~:t~~:s~:ale~. Los ritos dramá-
1

cha que excluyen el resultado t~~ICO, asar~ir de estas batallas, y representar la


más primitiva existente. El tema de la r::,rimitividad australiana
tices pueden_ haberse desarrol a o a p derrota En ese caso, el texto Y el reaparece en forma persistente a lo largo de los muchos libros
lucha de un mdlvlduo contr~la ~~sa,l~s ~nidos g~turales de base emocional y artículos que Roheim dedicó a su civilización durante toda su
mito surgieron en forma gr ua -~ a época en que el homo a/alus era
que acompañarondprJ·mdero a ~~o aycc~l ~~:b~~ ya había aprendido los rudimen- 52
Lowie, History of Ethnological Theory, págs. 128- 155, en especial págs.
una etapa pasad a e 1 esarro .
tos del habla'' . The Riddle of the Sphmx, pág . 234. 130-131, 146-148, 151-152.
53
SIA.ustra/ian Totemism, pág. 312. "Psychoanalysis of Prim itive Cultural Types", pág. 2.

88
89
s4 "Solo mis amigos del desierto de Australia central pueden un tanto distinta de la de la mayoría de los antropólogos. Por cierto
~:;~;:~ritos como primitivos en el verdadero sentido d: la palabra . .. que efectuó el intento habitual de observar la estructura social, las
T do los otros 'primitivos' que conozco (somalles,_ papuano- instituciones económicas y el ritual público. Pero, con mucho,
m~la~esios, indios yuma) están psicológicamente mas .cerca de dedicó la 59mayor parte de su tiempo y energía al análisis de l
nosot ros q ue de los australianos". ss Roheim nunca ~~o . ~o.~m~ individuo. Para llevar a cabo esta tarea, empleó varias técnicas
exp lícita a las razones de su preocupación por la pnmltlvl a diferentes. Primero, trató de psicoanalizar a sujetos primitivos, lo
de los australianos, pero parece evl'd en t e que en el fondo de sus cual significaba, ante todo, interpretar sus sueños. 6 0 E 1 análisis
pensamientos se encontraba la tesis de El malestar en la cul~ura. individual era complementado con un estudio general de la vida
Si la civilización se basa en la rep resión, se sigue de ello qu e la. cu btura sexual de los nativos. 6 1 Por último, adoptó de Melanie K lein la
más primitiva debe ser ad emas · 1a mas • p ermisiva ' y sus m1em.. ros técnica del análisis del juego, que le proporcionó un exce lente
los más sanos en términos psicológicos, de los hombres vlvlent~s. método para observar los importantísimos procesos de la formación
y como vere~os cuando lleguemos al análisis de las conse.cuen~'-as de la personalidad infantil. 62 Corno precepto metodo lógico subya-
c ríticas del pensam iento de Roheim , precisamente esa es la afl rmaclon cente, insistió en que el investigador debe convertirse en un buen
amigo de los nativos, pues solo por medio de esa intimidad
que ha r ía. a Australia. Otras puede establecer los lazos afectivos (transferencia) tan importantes
En realidad Roheim no dedicó todo su viaje . . . 63
conside raciones le hicieron modificar sus planes p n mltl~os, Y _l a para el analista. Es evidente que las técnicas que empleó presupo-
más impo rtante entre ellas fue su deseo de refut~r la aflr~aclon n,·an, no solo que el propio antropólogo había sido ps icoanal izado,
de la ant ropolog ía funcionalista, de que el complejo de E.d.ipo no sino que además e ra un el ínico practicante, y, cosa característica,
es universal
• y en especia. 1• que falta en las culturas .matnlmeales. Roheim no se mostró en modo alguno reticente en lo refe rente
a insistir en esos requisitos previos. 64
Por consiguiente, alteró el itinerario de ~odo que mclu;:raAu~:
estada en la sociedad matrilineal de la Isla Norm~nby. , Dado su freudismo dogmático, se podía prever que su experiencia
ostre Roheim pasó dos meses en Australia e lgu~l penodo en el térreno tendría muy poco efecto sobre sus inclinaciones
~n Normanby. Esas dos permanencias fueron precedidas .Y ~e­ interpretativas ya bien establecidas. Y en rigor los escritos posteriores
rradas por breves estadías en Somalilandia Y entre_ los indios a la etapa "de gabinete" ostentan muchas de las señales familiares
d Arizona s 7 Durante todo el viaje fue acampanado por su de los que los precedieron. Existe el mismo caos orga n izativo y la
~~p::a ~llna, qui~n se ocupó de las fotografías y de las ta reas misma imperturbable convicción de la corrección uni versa: de las
domésticas habituales. 58 . f categorías psicoanalíticas. Pero una lectura más atenta revela que
Como psicoanalista, Roheim realizó su t rabajo de campo en o rma el viaje permitió un descubrimiento muy importante, que señaló
el comienzo de la liberación de Roheim respecto del literalismo
histórico de Freud. Roheim formuló ese descubrim iento co mo
54 AI margen d e Austra/ian Totemtsm grl~n es ~;~~Yo:~~analysis of Prim itive
. d ·ones de los siguiente s
. f
t raba¡o s ueron
ded icados a los austra tano s:
. f h S h ·n ( 934) The Eterna/ Ones
Cul t ural Types" (1932) , The Rtddle o t e P 1 x 1 • O)
'~ De
tal modo se ubicó en oposición al supuesto de Durkheim, de la primacla
de la sociedad. " Para entender a fondo la sociedad, debemos estud iarla en sus
of the Oream ( 1945) ' Y Psychoanalysis and An thropo/ogy ( 195 .
individuos". "Psychoanalysis of Primitive Cultural Types", pág . 151 .
0
. . .
ss " Psychoanalysis of Prtmtttve . · 4- ,5· Cf. .También
C u l tura 1 T ypes" • p ágs p h _ " Roheim, "Dream Ana lysis and Field Work in Anthropology", en Psycho-
Austra/ian To temism, pág. 221; The Riddle of the Sphmx, pag. 2 26 , syc o ana lysis and the Social Sciences, 1, 81 - 130; "Psychoanal ysis of Primitive
analysis and Anthropology, pág . 405 . Cultural Types", pág. 21 ; Psychoanalysis and A n thropology, pág . 127.
1
56 " Psychoan alysis of Prim itive Cultural Type s" ' pág . 2. o "Psychoan alysi s of Primitive Cultural Types" . pág. 21 .
62
57 /b id., p ág. 3; Psychoanalysis and Anth ropo 1ogy, P ág . 157 ; Th e Origin and 1bid.. Psychoanalysis and Anthropology, pág. 64.
Fun ct ion of Culture, p ág. 8
ó.J " Psycho analysis of Primitive Cultural Typ es". p ág. 8.
58 la Barre, "Geza Roheim", p ág. 280. 64
1bid. , pág. 7.

90
91
8'-5!1-1-
------ -
· Todas estas características se ubicaron de pronto en su lugar
"la teoría ontogenética de la cultura", y tal como lo sugiere el cuando una nativa le dijo a Roheim que las madres australianas
nombre, implicó un desplazamiento en el acento, de la historia dormían sobre sus hijos pequeños exactamente en la misma
posición que los hombres adultos adoptan en el coito.67 Ese
de la raza a la del individuo. .
Roheim afirmaba que la importancia fundamental de_l trab~jo era el trauma infantil caracterlstico que explicaría la concepción
en el terreno consistía en lo que revelaba acerca de las .d1ferenc1as fálica de la mujer (madre) y que, por el camino de la formación
culturales: "No quiero decir que el único tipo de trabajo ant~opo· reactiva, también daría razón de la hipermasculinidad de los hombres
lógico sea el de campo. "Los rasgos universales puede~ ser estudiados adultos, así como de la organización exclusivamente masculina del
sin él, pero no los diferenciales". 65 En verdad, despues de su reg~eso linaje, el ritual y la estructura social australianos 68
de los Mares del Sur, continuó produciendo obras especulativas Roheim descubrió un trauma análogo en la vida de los niños
sobre el origen y la función de la cultura como tal, pero sostuvo melanesios. En la isla Normanby los padres acostumbraban ponerse
concienzudamente que solo la observación directa puede llevar los genitales de los niños en la boca y decir: "Muerdo, como, el
a la comptensión de por qué una cultura difiere de otra. En. pocas pene (o la vagina)" 69 Roheim sostuvo que la consecuencia cultural
palabras, la teoría ontogenética de la cultura a~irma que las dlferen· de esta experiencia infantil típica era la famosa cultura melanesia
cias culturales son producto de traumas infantiles. En cada cultura, del ñame, en la cual los ñames son intercambiados compulsivamente
el niño experimenta una crisis característica. Dic~a crisis produce para crear un ansioso sentimiento de obligación. Los ñames
la estructura de la personalidad adulta característiCa de la cu~tura, representaban simbólicamente al dador, y todo el complejo se
6
y las instituciones económicas, políticas y religios~s de ~a soc1ed~ basaba en un temor particularmente agudo a la castración (oral) :
se basan, a su vez, en esa estructura de la personallda~ . La teona "Esas personas cuyos padres han a•nenazado con comerlas o castrarlas
ontogenética de Roheim tiene un_a _notab_le semeja~za con ~a se pasan la vida saldando o repitiendo esa experiencia; continuamente
teoría social general de Reich, en su ms1stenc1a sobre la 1mportan_~1a comen a los demás o son comidos por ellos" 70 Incluso la organi·
decisiva de las prácticas de crianza de los niños para la form~10n zación matrilineal de la sociedad melanesia, afirmaba Roheim,
de la personalidad, y por consiguiente para las instituciones soc1ales podía explicarse como una formación reactiva contra el "trauma
y económicas. Pero Roheim se negó inflexiblemente a ?_ar el paso paterno" existente en la vida del r.iño 71
posterior de basar las prácticas de crianza de l~s nmos en ~a Estas diferencias culturales eran atribuidas a traumas caracte·
infraestructura económica, y por lo tanto su teona, aunque ~as rísticos en la experiencia del individuo; no se consideraban productos
elegante, desde un punto de vista psicoanal ític~, que la de Re1ch, de una experiencia traumática de la raza. La teoría ontogenética
presenta cabos sueltos que el último, había ev1tad~. En rigor, se hacía totalmente prescindible la suposición de un inconsciente
trataba de un edificio teórico que carec1a de planta baja. ·colectivo, por lo menos en lo referente a las diferencias culturales. 7 "2'
Roheim llegó ·a la teoría ontogenética de la cu_lt~ra a través ?e Del mismo modo, la nueva teoría minaba considerablemente toda
preocupación por las expl.icaciones filogenéticas o históricas de los
observaciones específicas realizadas durante el VIaje, en espec1al
en Australia y Normanby. El rasgo más notable de la estructura productos culturales contemporáneos. Roheim reconvenía a Freud
de la personalidad y cultura australianas, argumentaba~ era su Y Ferenczi por su ingenuo prejuicio filogenético: "Me parece que
hipermasculinidad: los hombres eran sumamente ~gres1vos,_ las . . a p sychoanalysis and tl:e Social Sciences, pág. 18.
ó7 1ntro d ucc•on
mujeres implacablemente excluidas, de todas 1~ func1ones ~oc1ales
y ceremoniales, y la representacion ~e la mujer en e~ ~1to, los óK The Riddle of the Sphinx, págs. 162-165.

sueños y los juegos infantiles era cunosamente masculm~, m~y a ó<J /bid., pág. 162.
10
menudo se representaba a la mujer como un demomo fallco. /bid.,
71
65Roh e im, "Society and the Individual", The Psychoanalytic Quarterly, IX, The OrigiA and Function of Culture, pág . 39.
72
4, 1940, 544. The Riddle of the Sphinx, pág . 281 .

66The Riddle of the Sphinx, pég. 169.


93
92
La hipótesis de que las diferencias culturales se basaban, en
los intentos de derivar tipos específicos de cultura de las vicisitudes el fondo, en diferencias biológicas, nunca lo satisfizo del todo,
pasadas de distintos pueblos son simples especulaciones ociosas[ ... ) como resulta evidente por la manera tímida en que la expuso.
que es imposible sopesar científicamente".73 Como se daba cuenta Jugueteó con otras explicaciones posibles; en una ocasión sugirió
del paso decisivo que había dado en dirección al funcionalismo, que la observación, por el niño, de la escena primitiva, proporcionab ~
con su radical tendencia antihistórica, pero aún no se encontraba la transición a los distintos traumas específicos,78 y en otra que
preparado del todo para aceptar las consecuencias lógicas de ese las diferencias de juegos eróticos sentaban las bases de las variaciones
viraje, Roheim se apresuró a agregar que sus críticas no regían 79
culturales. Pero ninguna de estas hipótesis era explicada o
para la hipótesis de la horda primitiva. 74 Es claro que, en cierta elaborada. A la postre uno queda con la sensación de que Roheim
medida, esa brecha era legítima, pues la teoría de Freud estaba careda sencillamente de una respuesta definitiva para el problema
destinada a explicar, no las diferencias culturales, sino el origen de cómo surgieron las diferencias culturales.
de la cultura como tal, y cor:no ya lo señalé, Roheim sostenía
que los universales culturales eran el dominio adecuado de la
especulación de gabinete. Pero el paso de una perspectiva con- IV
temporánea a otra histórica era decisivo. Después de 1932, Roheim .,
jamás volvería a recoger la hipótesis de Tótem y tabú con el entu- Ya he sugerido que las lecciones empíricas del viaje de Roheim
siasmo con que lo hizo cuando escribía Australian Totemism. no fueron tan abrumadoras como para inhibir seriamente su
Tenía conciencia de que su teoría ontogenética de la cultura audacia teórica. Por cierto que su principal preocupación durante
adoleda de un gran defecto, pero su prejuicio antimarxista le la década que siguió a su regreso del Pacífico Sur fue la elaboración
había impedido enfrenta r esa dificultad en forma satisfactoria. de una teoría general del origen y función de la cultura. No
En rigor, tal vez los esquemas culturales estuvieran basados en obstante, la teoría ontogenética de las diferencias culturales -el
traumas infantiles característicos, ¿pero qué podía explicar el logro intelectual más importante de sus experiencias en el terreno-
hecho de que el niño fuera sometido a determinada forma de dejó con claridad su marca en las obras especulativas de las
crianza en una cultura dada? Roheim no hacía más que girar décadas del 30 y el 40. Pienso que esos trabajos especulativos
en círculo cuando declaraba que las peculiaridades de las prácticas constituyen el logro más impresionante de Roheim como teórico
de crianza infantil eran explicables en términos de las tendencias social, y por lo tamo quiero analizarlos más detalladamente que a
libidinales insatisfechas de los padres, que se dirigían hacia los su obra anterior. Ruego al lector que me perdone en este esfuerzo,
niños. 75 Pues es claro que la organización libidinal adulta era P~':s. es preciso admitir que el material es a la vez abstracto y
por sí misma producto de la experiencia infantil. Ridiculizó la idea, d1f1c1l. Pero creo que la visión total tiene suficiente grandeza
primitivamente derivada de Montesquieu , de que las diferencias de e incisividad como para que el esfuerzo valga la pena.
conducta y culturales podían rastrearse hasta encontrar diferencias de El hecho mismo de que Roheim continuara fascinado por el
ambiente. 76 Pero cuando se lo acosaba recurría a explicaciones igual ~ problema de los orígenes indica la fuerza de sus lazos con la
mente insatisfactorias. Qu izá, suponía la aparición de determinado tradición antropológica del siglo XIX. Pero dentro de ese marco
77
trauma infantil s_fr debía a algún "oscuro factor constitucional". general avanzó un gran trecho hacia la suavización del literalismo
histórico que había viciado la hipótesis de Tótem y tabú. Por
'13" Psychoanalysis of Primit ive Cultural Types", pág. 198; The Riddle of empezar, afirmó que Freud nunca había querido que la teoría
the Sphinx, págs. 166-167.
del asesinato primitivo se entendiera como una presentación literal
74"Psychoanalysis of Primitive Cultural Types", pág. 198. de los hechos. F reud sostuvo que si bien el asesinato del padre
75The Riddle of the Sphinx, págs. 165, 281 . primitivo ~ra una realidad histórica, ocurrió muchas veces a· lo
76 The Origin and Function of Culture, págs. 9-1 O. 78
/bid., pág. 196.
77"Psychoanalysis of Prim itive Cultural Types", pág. 198. 79
The Riddle of the Sphinx, pág . .235.

94 95
largo de la historia humana. Solo el efecto acumulativo de millares introducida por Roheim en la idea . . .
de tales asesinatos daba como suma la civilización, la creación de de su lucha por huir del l't 1' pnmltlva era un reflejo revelador
1 era 1smo hist · · d T:
comunidades humanas permanentes. 80 Roheim subrayó esta percep- La teoría ontogenética de las d.f _onco e otem Y tabú.
ción al extender el suceso primitivo a lo largo de un inmenso línea de ataque ma' . 1 erenclas culturales sugería una
s mteresante R h ·
trecho de tiempo. Malinowski se había quejado de que era características singulares d d t . . o el m razonaba que si las
imposible creer en el asesinato si la horda primitiva estaba expenencia infantil pec 1.e e ermmada cult ura d epend1an
· · de una
u 1ar, se seguía d 11
compuesta por hombres, e igualmente imposible creer en el general tenía que ser el lt d e e o que la cultura en
resu a o de un t . .
arrepentimiento de los hijos si estaba compuesta por animales. 81 a toda la humanidad . ~4 En efecto - . , rauma mfantil común
Esta objeción, según Roheim, hacía caso omiso de la intención Freud, de la transición de la h d • ad~i~lo que la explicación de
de Freud, en Tótem y tabú, de presentar una condensación en términos de una ,-n d odr a pn~ltlva a la sociedad humana
a ecua a satisface·· d •
altamente comprimida y dramática de los hechos. En realidad, Y de su postergada obediencia al . Ion - e los vencedores
"el padre" representaba generaciones de padres," y los "hermanos" todo persuasiva. No existían t- padre asesmado, no era del
generaciones de hermanos. 82 Una y otra vez la horda asesinaba tuviera que disminuir con :~~vos para _s_uponer que la satisfacción
al poderoso jefe y se apoderaba de las mujeres. Sólo poco a poco Lo malo era que Freud había ~~~~r~clon_ s_ucesiva de hermanos.
un sentimiento de inquietud comenzó a inhibir el placer de esa en su análisis. Había int t d _msuflclentemente freudiano ,,
conquista sexual. "Por cada padre asesinado había m@s pena y menos al hombre en términos ~n ~ o expl~car la transición del mono
triunfo que en el caso de su predecesor". 83 Esta respuesta no el padre Y la horda de los eh as expenencias de solo dos actores
. ermanos Así 1 - •
constitu (a una refutación satisfactoria de la crítica de Malinowski, segun Freud, en la mente de lo . • e gran cambio ocurrió,
pues en cierto momento del proceso evolutivo nos encontramos señalaba Roheim esta af· -, s hermanos adultos. Pero, como
- · 'rmac10n estaba e
todavía con una generación de hermanos que eran a la vez asesinos ps1coanal ítica de que los d d n pugna con la doctrina
y sin embargo sentían suficiente remordimiento como para abste- mente de los nin-os Po vler a eros cambios solo ucurren en la
· r o tanto su ·
nerse de relaciones sexuales con las .mujeres. Pero la modificación tres actores en el gran d - . - gena que en verdad había
rama pnm1t1vo · el d
Y los niños es decir lo - b · pa re, 1os hermanos
80 Existe aqu( un problema en cuanto a quién influyó sobre quién. En Group • · s m1em ros de 1 h d
a su inmadurez, eran simples testi os a o_r a ~ue, debido
Psvchology and the Alfalysis of the Ego, 1921, que era anterior a los diversos que observaba el · 1 g del asesmato. 5 El niño
intentos de Roheim de reinterpretar Tótem y tabú, Freud habfa afirmado, en . VIO ento ataque contra 1 d
violación sexual de la m d d, e pa re Y la posterior
rigor, que la hipótesis del asesinato primitivo río debfa ser entendida como una a re po 1a exp -
simple exposición de hechos. "Esta es solo una h ip6tesis, como tantas otras, concebirlo- un trauma de f. - - enmentar -es posible
su 1c1ente mtensid d - . .
con que los arqueólogos tratan de iluminar la oscuridad de los tiempos e! - ~roceso de represión sexual u - a como, para IniCiar
prehist6ricos, un 'relato y nada más', como la llamb divert1damente un nada CIVIlización. q e senalaba los ongenes de la
hostil cr(tico inglés, pero creo que es crefble como tal hipótesis si resulta que
Roheim afirmaba que las ob - d .
por Solly Zuckerman, en cua~~;;'~~~~:es e pn~era mano efectuadas
trae coherencia y comprensión a un número cada vez mayor de nuevas
regiones .. ." (Group Psychology, The Standard Edition... XVIII, pág. 122).
Pero el más explicito rechazo del literalismo histórico por Freud apareció (The Soci.'l/ Lite of A mportamlento de los primates
.. , pes and Monkeys 1932) f-
· solo después de la obra de reconstrucción de Roheim, en Moisés y el mono- h 1Potesis86 Los mon .• • • con 1rmaba esa
os pequenos aferrados 1
teísmo, 1934-1938: "El relato se narra en forma enormemente condensada, eran a menudo aplastados du a ~ 1 a cuerpo de su madre,
como si hubiese ocurrido en una sola ocasión, cuando en realidad abarcó jóvenes Y sus mayores Si 1 r n e o~ combates entre los machos
millares de años y fue repetido incontables veces durante ese largo perfodo"
(Moses and Monotheism, The Standard Edition . . . , XXIII, pág. 81).
presenciaban entonces. el a~s pequenos sobrevivían a la bataÍia,
uso sexual a que sus madres eran
81 Bronislaw Malinowski, Sex and Repression in Savage Society, Nueva York,
84
1959, págs. 133-152. Roheim, The Riddle of the Sphinx, págs. 202-203. The R iddle of the Sphinx, págs. 173, 216_
82
The Riddle of the Sphinx, págs. 202-203. 85 /bid., p<lg. 282.
83 Australian Totemism, pág. 380. 86
/bid. , pág. 192_

96
97
1 ~

= - - - - - - - --
1
. . . ~-----­
universal de la prolongada infancia del hombre ~rop~rcionaba
a la civilización un mecanismo que a la vez era h~stonco (p~es mucho más doloroso en el caso del ser humano. En verdad,
el retardo era un proceso en avance) y contemporaneo. Rohe1m Roheim afirmaba que la inevitable experiencia de la separación
había llegado. por fin al siglo XX , y lo hizo sin abandonar el era casi demasiado intensa para que el niño pudiera sobrellevarla.
bagaje intelectual de su juventud. . . A la luz de ese análisis, argumentaba luego que se podía entender
En la que es quizá su obra más importante, The ~ng1~- and mejor la civilización como un colosal esfuerzo, por parte del
Function of Culture ( 1943). llevó a su exito_s~ culmmac1on la niño en crecimiento, por protegerse contra la pérdida del objeto.
tarea de elaborar una interpretación psicoanal1t1ca. de. la cultura En todas sus empresas cÚiturales, el hombre buscaba sustitutos
totalmente moderna, tanto en sus supuestos sustltut~v~s como de su madre perdida. 93 Estas empresas, según Roheim, tenían
en los metodológicos. La obra maestra, poco caractenst1came~te un rasgo en común: "Unen a los seres humanos entre sí, son
breve, im:licaba su aceptación sin rodeos del_ ~~nto de v1s~a astutos recursos adoptados por el hombre, el niño, para no quedar
contemporáneo (no se mencionaba el asesinato pnm1t1v~). Y. a?emas a solas". 94 De ese modo, en tanto que Freud interpretaba la
contenfa su exposición más general de la dinámica ps1col~~1ca de cultura como un prolongado acto de expiación que surgía del
· ·1· · • En las obras que precedieron a The Ongm and sentimiento de culpa que experimentaban los hijos por haber 111
1a CIVI IZaCIOn. "
Function of Culture ("Psychoanalysis of Primitive Cultu_ral Types , asesinado a su padre, Roheim concebía el proceso de civilización
1932; Primitive High Gods, 1933; y en especial The_R1ddle _of ~he como un esfuerzo para compensar el sentimiento de pérdida que
Sphinx, 1934). el análisis de la cultura por Rohe1m hab1~ s1do experimenta el niño separado de su madre. Roheim iluminó el
expresado en una incómoda retórica clínic~.. No abandon~ por mecanismo específico por medio del cual Eros realiza su eterna
completo su vocabulario técnico en The Ongm and Funct10n of tarea de unir a los hombres en grupos cada vez mayores. Freud
Culture, pero en esta obra hay un innegable esfuerz? p~r. encontr~r había escrito acerca de esa "obra de amor" en las espectaculares
un lenguaje más adecuado para los problemas fiiO~OfiCOS hacia páginas finales de El malestar en la cultura, pero en apariencia
los cuales . se orientaba. Los principales temas de_l libro. n? eran se conformaba con expresarse en un vago lenguaje metafórico.
aspectos clfnicos tan familiares como el compleJO de Ed1po, la Roheim puso el análisis con los pies en la tierra, al argumentar
catexia de objeto 0 la represión, sino más bien el amor, la muerte que la constante búsqueda, por el niño, de un sustituto de la
y, cosa más importante, la separación. . . . madre, proporcionaba su impulso a la civilización. 95 La paradoja
El punto de partida de Roheim en The Ongm and Funct10n of de la civilización consiste en que el hombre se civiliza sólo con el
Culture fue, una vez más, la infancia prolongada del hom~re Y_ ~u fin de seguir siendo niño. 96
prolongada dependencia. Pero en lugar de examin_ar esta s1tuac1on La interpretación de la civilización como un grandioso esfuerzo
desde el punto de vista edípico, como lo habla hecho. en sus para superar la separación por medio de la formación de vínculos
incursiones teóricas previas, es decir, desde 1~ perspectiva que de grupo, era absolutamente original. Pero la teoría no fue
ponía el acento en las ansiedades eróticas y agres1v_~ _que formaban concebida en el vacío, y es posible identificar a algunos de sus
parte de la experiencia de todos los niños, pref1no subraya~ _un antecedentes intelectuales. The Origin and Function of Culture
problema infantil mucho más evide~te (y m~cho menos expiiCI~a­ está evidentemente endeudada con Otto Rank y Sandor Ferenczi.
mente psicoanalítico). El niño emp1eza su .v1da en lo que Rohe1m El tema de la separación desplazó el foco de la atención desde el
denominaba la situación de "unidad dual": era a la vez una complejo de Edipo al trauma del nacimiento, pues si bien el hombre
entidad separada y una parte de su madre. Esto ocur~e en la forma comparte la experiencia del nacimiento con todos los animales,
más evidente, cuando el niño se encuentra aún en el ute~o de la ma: 93 The Origin and Function of Culture, págs. 36-39, 76-77, 81-82; The
dre. Pero a diferencia de cualqu~e.r otro a_m mal, expenmenta u~a Eterna/ Ones of the Dream, pág. 202.
prolongación artificial de la situac10n de umdad dual a consecue~c1a 94 The Origin and Function of Culture, págs. 83-84.
de su infancia prolongada. El proceso de crecimiento, que en ngor 95
/bid., p~gs. v, 98-100.
es el de la separación respecto de la madre, resulta por lo tanto 96 tbid., p~g . 31 ; The Riddle of the Sphinx, p~g. 214.

100 101
'

,.

11
Hasta aquí llegó en su análisis. Luego de descubrir en la ~-éc ada se dedicó a un implacable reduccionismo psicológico, 107 y preci-
del 40 la importancia primordial de la angustia de separac•~n: se samente ello fue lo que dotó a su análisis de un abrasivo ímpetu
mostró dispuesto a afirmar que el temor a la muerte era lqUJza :: polémico.
manifestación final del horror del homb_re a _quedar_ so o en ara Para él, la política era una especie de magia negra. El dirigente
oscu n·d a d . I04 s·1n embargo nunca pudo mvert1r la formula 1 · ¡- P ba político, lejos de descender de los dioses (como en la teoría jerárqui-
ex licar por qué los hombres desean la muerte, como _o •mp_•ca
la ~órmula de Freud. Pero estaban presentes todo_s los mgred~entes ca tradicional), se había elevado de las profundidades del infierno.
El político era el descendiente moderno del brujo, y p-or lo tanto
para semejante . exp 1"•cacJon.
., s·• "la muerte es co•to Y elrt coJto
s unes la ciencia política debía ser considerada, con más precisión, como
muerte " Jos entonces ·no cabe duda de que la mue ed e R una rama de la demonología. En las sociedades primitivas, argumen-

desideratum, -- co n la ma
porque significa la eterna reunlon .. re .Pero
e- taba Roheim, la extraordinaria influencia del brujo derivaba de su
presenta la solución final del pro~l-ema de 1~ s~p~~acJon~anera papel de castrador simbólico. Su autoridad política se seguía de su
Roheim jamás llegó a esta formulac•on; nunca mv_Jrtb•o ~~e de la autoridad psicológica como punto focal ·del temor inconsciente del
explícita su afirmac•on. , antenor
· ( l930) ' de que
. el f's1m bres
o 1smo
de todas hombre primitivo y de su deseo de castración. La vara mágica del
regresión. uterina, tan ~red~~~~ua~:eo~~u~~~ ;~~~ssu~:~ar el temor de hechicero, tan importante en la práctica médica primitiva, era un
las cultun:;, era a 1go mas q . , . · , · de pene castrador, y el hechicero mismo, un individuo que sufría de una
.. " I0 6 Para una investigación pslcoanalltlca smopt•ca
:: c;:i~~f~7a . de la muerte tendremos que esperar las especula-
angustia de castración particularmente aguda, y que encaraba ese
problema castrando a otros en lugar de ser castrado éf.l os
dones de He~bert Marcuse Y Norman O. Brown. Esta interpretación de los orígenes psicológicos de la brujería
era en sí misma un an.álisis más bien imaginativo. Pero Roheim no
se conformó con terminar su interpretación en ese punto. Siguió
adelante, y proyectó la teoría de la castración de la hechicería en
V una teoría de los orígenes de la realeza, y, en definitiva en una
interpretación general de los fundamentos psicológicos de toda la
autoridad política. En esa tarea seguía los pasos de sir James Frazer,
Empecé este capítulo afirmando que Roheim no era un p~nsad~r
quien, según palabras del propio Roheim, había "demostrado en
olítico que a consecuencia de ello, su extremismo no a opta a
ia forma yde u~a crítica política explícita, tal como la enc?ntra~os forma maestra los orígenes de la realeza en la clase social de los
magos". IO Q Pero es claro que la explir.ación freudiana de Roheim
en Reich Y Marcuse. Ahora querría atenuar un tanto es~ af•rmacJOn.
n los escritos de Roheim no hay nada tan ev•dente~ente acerca del mecanismo psíquico de la realeza, era totalmente nueva,
~~~~~ ~omo en los de otros miembros de la izquierda _freu~~:-na, y por cierto que ajena en todo sentido al estilo de análisis de Frazer.
Roheim encontró considerables pruebas, en las tradiciones y
su obra contenía-por lo menos los rudimentos de una_teona po 1 ·~a,
así como algunas penetrantes observaciones en matena de econ~mla. rituales de la realeza, para confirmar la afirmación de Frazer de que
E . . Roheim pretendía que estas últimas observaciones el rey era en realidad muy poco más que un brujo glorificado, y
n apanenc1a, . h' t ' · pero su postuló que el mismo mecanismo psíquico que explicaba la autoridad
1 me nos una crítica del materialismo IS onc 0 '
fuesen por o , · t la de los del hechicero era también responsable de la autoridad del rey. Como
. sición en todo caso, era mas extrem•s a que ,
~~~i:t~s~ En t~das
sus observaciones sobre poi ítica Y econom 1a I07Psychoanalysis and Anthropology, pág. 452: "Una visión psicoanalítica
de la cultura es necesariamente reduccionista (reduce la cultura a la psicología,
104 The Origin and Function of Culture, P ág s. g 5 ' 91·' Psychoanalysis and y aun a la biología) ... " '
Anthropology, pág. 137.
IOBAnimism, Magic, and the Divine King, págs. 58, 68-69, 104, 135, 154.
105Animism, Magic, and the Divine King, pág. 233. 163, 175, 381-382.
106fbid., pág. 56. 109Spiegelzauber, pág. 82.

104
105

- ---- --- --~


---
nos queda por investigar, Herbert Marcuse. Roheim, en cambio, fue,
si es posible, más hostil al marxismo que el propio Freud.
rey en términos de "territorialidad"
d la guerra por R o b er t Ard ' d El antagonismo mutuo entre el psicoanálisis y el socialismo
.e R h ' ·m afirmaba que el ejemplo australiano anulaba des e revolucionario es uno de los misterios de la historia intelectual del
mnata. o el ¡· ·¡¡ nte no
• 1 h·lpo'tesis darwinista. En Austra la, sencl ame , siglo XX, todavía no explicados en forma adecuada. Por cierto que
el com1enzo a . . .
existían las guerras de conquista. Cuando aparecl a algun ~o~~~ctoÍ ha desconcertado a los conservadores modernos, quienes consideran
surgía "como consecuencia de una venganza de sangre e 1 a a por igual a ambos movimientos casi como amenazas satánicas contra
asesinato de un miembro de un grupo local por uno de otro grupo el orden poi ítico y mor.al establecido. No cabe duda de que una
. , . , 11 9
local casi siempre por mediOS mag¡cos . d d buena parte de la desconfianza que marxistas y freudianos sin-
R~heim creía que Freud había sentado las ~ases de. una a. ecua ~ tieron unos hacia otros puede atribuirse a la ingenuidad y rigidez
teoría psicológica de la guerra cuando postulo. ~a ex~stencla d~du d psicológica de los marxistas. Como activistas poi íticos, temían, quizá
ansia biológica innata de destruir.l20 Pero t~mble~ vela la neces~ al legítimamente, que la postura introspectiva dictada por el psico-
de un mecanismo más específico para explicar como encontr~ a ~ análisis pudiera minar el ardor revolucionario. No supieron reconocer
a resión su expresión social. Lo halló en ia hip?tesis relativa .a la medida en que el psicoanálisis revelaba una dimensión más de
c~rácter de unidad dual de la vida del grupo. Segom la concepc~?n represión y alienación, con lo cual se establecía como un importante
de The Origin and Function of Culture, el sentin:'iento de un¡on vehículo de crítica cultural. Por otra parte, hay que admitir que la
con el grupo (nación) era una proyección de la umdad de madre e sensibilidad burguesa de Freud, junto con su desmesurado temor de
d esa unión placentera cons-
h .. Todo lo que se encontrase f uera e . propietario ante cualquier explotación "impura" de su nueva ciencia,
IJO. .. lo tanto se lo conceb1a lo condujo a una exagerada minuciosidad en materia de movimientos
tituía una fuerote de frustraciOn, y por
. .· "malo" El primer "otro", por supuesto, era políticos.
mev1tablemente como · · 1 arar al
el padre quien llegaba a representar un papel eruela 1 a. sep d 1 Sea como fuere, Roheim era un discípulo demasiado fiel como
hi·o de 'su madre. En la vida social, decía Roheim, la ¡magen e para romper con F reud en ese aspecto. Más aun, dentro de la disci-
~dre malo se proyectab~ a todos los que se pallab~~ ~~era d~~ plina que había elegido se veía ante el desdichado hecho de que
P El odio nacional no era otra cosa que una verslon ad~lta los antropológos con inclinaciones psicoanalíticas que basaban sus
~~~~~io del niño hacia el padre separador. "La gu~rra ~_las r~~a~IO~:~ análisis en Marx lo hacían a menudo diluyendo fas ideas de Freud
internacionales se basan específicamente en la s¡tuaclon e 1p¡~a, hasta el punto de volverlas irreconocibles. Así, la pugna de Roheim
_ ·d del niño y el extrano es
adre es el primer extrano en 1a VI a ' . con el marxismo adoptó la forma de un ácido debate con los
~ .. d " 121 Así la guerra como la sociedad, result¡¡ba neofreudianos, en especial con el antropólogo Abram Kardiner; 122
s1empre e 1 pa re · ' ' b t·
un producto del infantilismo del hombre. El homb~e c~mbla ~a, desdichado estado de cosas, pues apartó a Roheim de una tarea
como amaba, porque era incapaz de soportar el peso mevlta e e mucho más seria: la de leer y entender al propio Marx. El resultado
la separación. fue una confianza · aun más rígida en el reduccionismo psicológico,
aunque, como ya lo señalé, esta postura conscientemente antimarxis-
U de los temas de este estudio ha sido el intento, realizado por ta lo condujo a menudo a conclusiones no menos radicales.
no dores de elaborar una conciliación intelectual entre Roheim hab(a sostenido desde hacía tiempo que las explicaciones
algunos pensa • h · durante años
Marx Y Freud. Wilhelm Reich, como vimo~, 1uc o .d económicas o ambientales de las pautas culturales y psicológicas
nsam1ento como en su VI a, fundamentales eran groseramente inadecuadas. La experiencia aus-
~a~:~;~: ;:~e=í~~=s~~at~~!~ :~e~~u~:ción del teórico que todavía traliana respaldó a fondo esa idea. He ah( gentes que, a consecuencia
de lo árido del suelo y del cambiante clima, vivían en todo momento
.. Journal of Criminal Psyco- 122 Cf. Roheim, "Society and the 1ndividual", págs. 526-545; Introducción a
ll9 R h · "War Crime and the Covenant •
o eom, . 2-843 Psychoana/ysis iind the Social Sciences, pág. 29; Psychoanalvsis and Anthro-
pathology, IV, V, 1943, 1944, 84 ·
po/ogy, págs. 255-256, 260-261, 423-424.
120 /bid., pág. 840.
12l¡bid., pág. 844. 109

108

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y e 1 e O mercio podía muy bien explicar la supervivencia
. .. de esas
instituciones. Pero en todo caso los motivos pnm1t1vos eran Kluckhohn entre los navaj'os), hasta su muerte en 1953. 137
l·b·d ·nales.I34 Lo que es más, resultaba muy sensato que las metas El más importante de sus últimos escritos es sin duda Psycho-
' ' ello
del ' correspondieran en esos casos a 1as d. e 1 ~~· pu es. cada ana/ysis and Anthropo/ogy ( 1950), en el cual sometió a sus colegas
revolución representaba un intento de recrear la stt_uacton dualidad- a un implacable ataque verbal por su cobardía intelectual. El libro
unidad en que el niño obtenía a la vez placer y allm~nto del p~cho era una prolongada embestida intelectual contra el dogma funcio-
de la madre. Estaba en la naturaleza del hombre dommar la realtdad nalista del relativismo cultural (que, cosa irónica, se ha convertido
sobre una base libidinal. 135 . . en una especie de absolútismo académico), y una reafirmación de la
Roheim había entrado en terreno enemigo y saltdo mdemne. unidad psíquica de la humanidad. Constituye el más legible de los
Incluso las conquistas culturales que en apariencia se encontraban · muchos escritos de Roheim, y una recapitulación muy vivaz de la
labor de su vida.
más alejadas del inconsciente, más completamente ?asad~ en __ la
realidad habían sido sometidas con éxito a un estudto Y dtsecc~~n El "funcionalismo" ha llegado a representar dos actitudes inte-
psicoan~t íticos. En su trabajo, . como en su re_ligión Y_:n su c~eacton lectuales relacionadas entre sí (y a menudo distinguidas en forma
de mitos, el hombre seguía siendo en esenc1a un nmo crec_t?o. La inadecuada). En el sentido más general, por cierto tan general que a
visión crítica de Roheim reducía la política a la adoracton _del veces me pregunto si es legítimo designarlo como una posición inte-
pene la guerra a las rabietas de ·un niño frustrado y la econom1a a lectual definida, el funcionalismo sugiere que todas las ideas e
un i~tercambio ritual de heces. Pero apenas hemo~ comenzado a instituciones sirven para un fin. Pero es un hecho de historia
explorar las consecuencias radicales de su pe~s~~tento. _ Veamos intelectual que en el siglo XX sólo cierto tipo de instituciones e
ahora el enfrentamiento de Roheim con la tradtcton dommante en ideas han sido sometidas al análisis funcionalista; a saber, aquellas
la antropología contemporánea, el funcionalismo, y sus ataques que la ideología liberal tradicional desechaba como carentes de
explícitos contra el establishment intelectual conservador. sentido o positivamente censurables. Así, los funcionalistas durkhei-
1: mianos demostraron el papel constructivo que representa la religión
(en la ideología liberal, "!'infame") en el logro de la integración
social, en tanto que antropólogos funcionales como Malinowski

VI
declaraban que la magia, tradicionalmente considerada como una
Roheim emigró a Estados Unidos en 1938. U.n bió~rafo.com~ntó manifestación de irracionalidad primitiva, representa un legítimo
que cuando salió de Hungría "era difícil saber s1 corna mas peligro medio precientffico de dominar la realidad. La tradición vigente en
por parte de los comunistas q_ue de l~s f~scistas". 136 Sea com~ fuer~, las ciencias sociales norteamericanas, con las cuales Roheim entró
la emigración no constituyo un htto Importante en su ?'ograf1.a en contacto directo como consecuencia de su emigración, se ha
intelectual, aunque el contacto directo con la a~tropologta a~ade­ mantenido dentro de ese marco intelectual general, para gran
congoja de radicales como C. Wright Mills.1 3s
mica norteamericana, que en esa época era do~~nada por las 1~eas
de Boas y Malinowski, precipitó por cierto su cnttca en profu~dtdad Roheim no carecía necesariamente de simpatía hacia la empresa
del funcionalismo. Luego de trabajar poco tiempo e~ el hospital del funcionalista, entendida en ese sentido, aunque tenía conciencia de
Estado de Worcester, Roheim se estableció en la ctud~-d de_ Nueva su tendencia conservadora. En verdad, a medida. que envejecía,
York a comienzos de la década del 40, y permanecto alli, salvo adoptaba muy a menudo, con conciencia de lo que hacía, el punto
breves viajes (en especial a la sede de las investigaciones de. Clyde de vista funcionalista. Sus cambiantes ideas sobre la·· naturaleza y
objetivos de la magia son un ejemplo que viene al caso. En Animis'rn,
'134p5 ychoanalysis and Anthropo/ogy, págs. 405, 418. 137
Roheim, Magic and Schizophrenia, pág. 93; Psychoana/ysis and Anthro·
135 The Origin and Fun ~ tion of Culture, págs. 80-81. po/ogy, págs. 324, 343; Sandor Lorland, Prefacio de Magic and Schizophrenia,
pág. VIl.
136 La Barre, "Geza Roheim", pág. 280. 138
Cf. en especial The Sociologicallmagination, Nueva York, 1959.

112
113
Magic, and the Divine King (1930) interpretaba la magia en forma al :n6:a~:~~:a~~a,u~od:~~ debilitó su crftica del relativismo cultural
completamente negativa: los procedimientos mágicos eran una del complejo de Edipo 14~ ~a~ente de sentid~ sob~e la universalidad
funcionalista Malinowski q . es~ ~;uer~o dlscutla contra el archi-
manifestación de la angustia de castración. En el caso de la magia
simpática, por ejemplo, el brujo lograba su objetivo obteniendo
las Trobriand no sufrfan' deu~e~ a a afirmado_ que los isleños de
alguna parte separada del cuerpo de la vfctima (cabello, excremen·
R_oheim consideraba necesari~ e~a~earu7as psíquicos. ~n apariencia,
tos), y en opinión de Roheim el efecto vinculado con la parte
1 39 directa, en relación con ese rob rente al enemigo en forma
separada era, por supuesto, una forma de angustia de castración. en un punto de concentra .• P lema, porque_ se había convertido
Pero en una obra posterior, Magic and Schizophrenia, de edición Sostuvo que Malinowski ~~~~( d: todos los críticos del psicoanálisis.
póstuma, invertía por completo su posición en ese sentido. En este de las Trobriand al f a Interpretado muy mal la situación
caso su interpretación de la magia se desarrollaba en gran medida en la "europeo" apare~(a u~ l;,~~r qlu~ en lugar d~l complejo de Er:Jipo
vena tuncionalista. Como Malinowski, trataba de demqstrar que la mp ejo avuncular . En verdad 11 • 1
magia representaba una herramienta constructiva para dominar el punto de considerar absurdo el análisis de M~linow k' ' ego a
ambiente. Sus argumentos eran complejos y refinados, pero en aun en las islas Trobriand los niños . , s 1, puesto que
esencia sostenía que el esfuerzo mágico por dominar la realidad por durante los cinco o diez primeros :~~lsa~ec~: ~:adre Y su mad~e
eran entregados a su tío materno 144 . a, Y s~lo despues
medio del pensamiento (AIImacht der Gedanken, de Freud) era un
requisito previo necesario para su dominio efectivo.
140
Del mismo "c~mplejo avuncular" existiera,. peroEne~lg:~i~~~npo;~bl~ que el
modo, como ya señalé, Roheim llegó a una aceptación atenuada de denvaba claramente del com le'o d E . . ohelm,
mente más fundamental. 145 p j e dipo, antenor Y psicológica-
la teoría del mito implfcita en el . punto de vista funcionalista; los
mitos eran funcionales en la medida en que reflejaban realidades De la misma
cultura 1 manera• .' R 0 h elm · tom 6 ' una por una, todas las
141
contemporáneas, antes que experiencias históricas olvidadas. no hab:r eennc~~t:deo ~lnlsdt~~n~os dantropólogos _o psicólogos afirmaban
Pero el término "funcionalismo", en especial tal como se usa Clos e un complejo de Ed' .•
1¡ para caracterizar una tradición intelectual específica dentro de la a exhumar las pruebas deseadas. 146 Esta lpo, Y se dedico
1 encontró esforzándose por ha empresa, que a menudo lo
con la teoría, constituyó un erro~e;ác{i~~ ~~~ s~echos coincidieran
antropolog[a, ha adquirido un segundo significado, más estrecho.
En ese sentido, el funcionalismo se usa para designar la doctrina
muy mal con la tendencia de s 'lt" P . parte. Concordaba
de Malinowski según la cual los productos culturales solo pueden 1 • . us u Irnos escritos a quitar el acento
ser entendidos dentro del contexto total de la cultura en la cual a complejo de Edipo; en ellos, la angustia de separación
aparecen. Esta significación del funcionalismo equivale a un relati-
vismo cultural extremista; elimina todas las comparaciones ínter-
:u~~
·
~a~:srgo p:::nft~~amental de la psi~olo_gía humana. A~ea~eá~:
con mayor ef1cac1a su ar ..
culturales así como cualquier afirmación sobre la cultura en abs· contra el relativismo cultural basándose . . gumentaciOn
universales culturales y su . . t . en un análiSIS general de los
tracto. Contra esta rama del funcionalismo dirigió Roheim sus ' lnSIS encla en el complejo de Edipo
142
andat'ladas en Psychoanalysis and Anthropology.
143 Psy h
e oana 1ys1s
· and Anthropology, págs. 424_ 426 .
139 Animism, Magic, and the Oivine King, p~gs. 1-5, 15, 74, 95-96. 144Malinowski, The Sexual Life of Savages• N ueva y or k • 1929 pág. 201-222.
145
140 Magic and Schizophrenia, págs. 3, 10-11, 46, 82-85, 226-227. and Anthropology, pág. 167 ; .. Society and the Individual",
pág.Psychoanalysis
542.
!41Cf. Las observaciones de Roheim sobre Kardiner y Malinowski, en la lntro-
ducciói'l" a Psychoana/ysis and the Social Sciences, págs. 17-18, 32. 146p h 1 .
317,s~~2~a3n;9:s'~ and Anthropology, págs. 264-265, 302, 311-312, 316-
142 Pero los odgenes de la crftica de Roheim pueden rastrearse hasta los
comien zos de la década del 30. Cf. "Psychoanalysis of Primitive Cultural
Types", págs. 20-21; "Todas las publicaciones de esta escuela, se refieran una función bien d ef .lnl.'d a en e 1 organismo social, está correlac1'onado
a canoas o a matrimonios, a la magia o al comercio, parecen llegar a la misma otros fenómenos. o 1f( Cl 1mente nos conformarán perogrulladas de esta con
turaleza.'' na-
conclusión, a saber: que el fenómeno en cuestión es parte de un todo, tiene

114 115
introdu¡o· una no t a ·1nnecesaria e inadecuada de especificidad en
su razonamiento. _
En la época de su enunciación, la doct~1~a del relativismo ción ape nas velada de nacionalismo, contrapartida democ rá tica de la
cultural había efectuado un importante serv1c1o cultural, como doctrina racial nazi ... 'Eres totalmente distinto, pero te perdono',
vienen a querer decir". J s t
b 1-en lo sa b 1a
· Ro he1·m · 147 En los escritos de un pensador
· . como
B apuntaba el mal empleo de las doctrinas evolutivas del Estuviera o no justificado el análisis de Roheim sobre el prejuicio
si~l~· XX por los imperialistas poi íticos. Si era ver?ad _qu~ _las psicológico del funcionalistno, estaba totalmente acertado, en mi
culturas eran incomparables, entonces resultaba impos1ble ¡ust1f1car opinión, al presentir un matiz conservador en el relativismo cultural
la explotación de los pueblos "subdesarrollados" del globo ~on el dogmático de los funcionalistas. El conservadorismo depende, para
pretexto de su inferioridad cultural y moral. Las culturas afncanas su supervivencia, de la negación de la abstracción , así como el
y asiáticas, por cierto, eran distl'ntas de la europea, pero no por eso radicalismo se basa con fuerza en la legitimidad de la afirmación
se las podía juzgar mejores o peores. Per~ ~~ su deseo d: defen~er categórica. Esto rige tanto para la cl"ítica de Edmund Burke
contra el universalismo de los philosophes, como para la oposición
a los primitivos los funcionalistas, en opm1on de Rohe1m, hab1an
exagerado. Si bien resultaba perfectamente legítimo concentrarse de los historicistas a la historia universal de los hegelianos.
en las diferencias culturales, no era me~,?i razo_nable llevar adel~nte El orden establecido solo se puede defender si se lo salva de las
el estudio de los universales culturales. En fm de cuenta~, s:n_ala- censuras de la racionalidad abstracta y de la comparación con las
ba Roheim, los hombres comparten los mismos rasgos b1~log1cos concepciones normativas de la salud humana o de la buena sociedad.
e instintivos básicos, todos se ven ante problemas amb1ent~les Como veremos, Roheim deseaba dedicarse precisamente a esa
similares y, lo que es más importante desde el punto _de v1sta crítica de la civilización moderna. En vista de ese objetivo conscien-
psicoanalítico, todos experimentan ~n. prolongado penodo de temente polémico, su hostilidad hacia el relativismo cultural
· _·mfan t 1"1. 149 Más aun , ex1st1an
d epen d enc1a _ . abrumadoras
• _ pruebas
. funcionalista era en todo sentido coherente.
empíricas en apoyo de la tesis de ~a un1dad ps1~u:~~ del genero
humano: los sueños, los símbolos, el ntual y la mag1a . _ _
Para Roheim la intransigente hostilidad de los func10nallstas VIl
a las comparacio~es interculturales y a las generalizaciones.abstra~tas
sobre la naturaleza y funciones de la cultura solo se pod1a expl_•~ar He afirmado varias veces, a lo largo de este capítulo, ¡ ue en .o
en términos psicoanalíticos. De tal manera continu~ con_la fam11iar fundamental, el pensamiento de Roheim era crítico, en el sentido '
táctica ad hominem, tan cara a Freud. Los func1onall~tas p:efe- revolucionario en que era crítico el de Marx, en oposición a la
rían hacer caso omiso de las "claras pruebas" de la un1versalld~d crítica discreta y en lo fundamental conservadora de un antro-
del complejo de Edipo porque ~o querían reconocer sus prop1~ pólogo como Boas. Debo admitir, sin embargo, que Roheim, a
ansias edípicas. Lo que es más, Roheim tuvo el descar_o _de sugenr diferencia de Reich y Marcuse, nunca se liberó por completo de los
que los funcionalistas, a pesar de su franco cosmopol1t1smo, er_an supuestos pesimistas de la filosofía cultural de Freud. Su crítica
en realidad nacionalistas en secreto: "La idea de que todas las nacio- se mantuvo, en toda ocasión, dentro de los marcos conceptuales
nes son totalmente diferentes en~re s~, Y que la met-a de la antr~folo~ conservadores de El malestar en la cultura. Es decir, que aceptó
gía es simplemente descubrir cuan diferentes son, es una mam esta la ecuación de Freud: civilización es igual a represión. 1 52 Concordó
con Ernst Cassirer en cuanto a que el hombre ?S un animal
fabricante de símbolos, y por definición un símbolo era para él
147/bid., pág. 394.
una transformación (cultural) de un impulso libidinal de objeto,
148/bid. , págs. 1-2, 363.
149 /bid., págs. 63, 409. 151
/bid., pág. 362.
t solbid., págs. 5, 13, 15, 22, 24-27, 38-39. 152
The Riddle of the Sphinx, págs. 232, ;136, 276; Australian Totemism,
págs. 426-427.
116

117

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.' ba el lu ar de la verdadera gratificació_n, del bienestar de los primitivos en la permisividad general de su
transformaclon ~ue. ocup_a h' b'd g ediante la metáfora (lenguaje, cultura.
al sublimar el mstmto m 1 1 0 m . ••. ) 153
. . , . a estructura socia 1' po 11Llca . Una de las preocupaciones características de la antropología
ritual, actividad economlc ' . d Roheim existían insinuaciones
p · rto que en los escntos e . moderna, y en especial del fl'ncionalismo, fue su insistencia en la
~r Cl~· d de que la fórmula civilización/represión ~od 1a no ser moralidad primitiva. En su deseo de contrarrestar la ecuación de los
en e sen 1 o . una eneración posvictonana, recono- imperialistas, que equiparaba "vida primitiva" a "vida subhumana" ,
invariable. Como per:enecl a ad g los acontecimientos del siglo
los funcionalistas se dedicaron a demostrar la severidad de los códi-
cía, como no lo hizo F~eu ' que al de la hipótesis. La tendencia gos éticos y religiosos primitivos. En gran medida, los escritos antro-
XX parecían socavar la validez gener . d d 1900 a liberalizar
. . . .. a y norteamencana, es e • pológicos de Freud respaldaban ese punto de vista. Entendía que los
de la CIVII1zac1on europe , . de crianza de los niños, primitivos experimentaban un horror más intenso que el hombre
b xuales y las tecn1cas
sus costum res se . Roheim buscaban una moderno hacia el incesto, y que por lo tanto establecían tabúes
presentaba dificultades para ~~~ednes, ~~~:~ y la re~resión sexual.
de incesto extraordinariamente rigurosos, respaldados_por las más
correlación entre la compleJI a cu 1 'a cultura Roheim severas sanciones.
. · de E1 m a estar en ' •
Para mantenerse f¡el a 1a teSIS 1 odernos experimentábamos En realidad, Freud llegó hasta el punto de comparar el horror
encontró _necesario a!' r~.a~ qu~ "~asmtendencias liberadoras de la de los primitivos hacia el incesto con la moderna neurosis. 157
una especie de neopnmltlvlsmojt moderna deben ser concebidas
Hablando en términos estrictos, Roheim no se apartó de F reud
Revolución Francesa _Y de la ~u.t~ra ( Rousseau). no constituyen la
tro cesos hacia lo pnml IVO . '. e en ese sentido. También él comparó las ideas y prácticas primitivas
como_ re ue determina la hlstona humana V .. ~~4- con las neurosis modernas, 15 8 y subrayq, quizá más que F reud , la
esencla del proces? ~, ro resiva denominamos cultura . fuerza de los tabúes primitivos contra el incesto . 1 59 Los primitivos,
como una humamz~c¡on pda~a en 'la curiosa posición de tener en fin de cuentas, eran hombres, y la represión, el precio inexcusable
De esa_ forma, R~hel~a~ueMedia representaba la marea alta del para convertirse en seres humanos. Pero Roheim insistió en que
que ·af¡rm_ar _qu; ~ss Resultaba claro que se sentía un tanto entre los v~rdaderos primitivos (es decir, entre los australianos), el
proceso CIViliza or. d F d a pesar de lo cual se horizonte de la represión se limitaba en forma estricta al tabú del
molesto con la fórmula ge~eral e r:uJ·e; de su obra que se hacen
1 cluso se tropieza con pas .. · incesto. En todas las demás dimensiones 'de la actividad humana,
atuvo a e 11 a. n . d de los logros de la civilizac1on, gozaban de una permisividad casi total. Era como si la represividad
eco de los juicios de F re u acerca t n demasiada convicción.
f ·ones no trasun e difundida en toda la vida moderna se concentrase en una sola
aunque tales a lr~acl a neurosis pero no carecía de prohibición entre los primitivos. La madre australiana garantizaba a
· - - ·• af1rmaba, es un • ) t56
La c1v1 11Zac1on, . d . (ventaja de enfermedad . su hijo una total gratificación oral: "Los niños nunca son destetados,
una Krankheitsgewmn secun a;la_ d .tro de los cuales Roheim
y la madre jamás les niega sus pechos". 160 Las funciones excretoras
Luego de reconocer los liml_tes enb ar ahora la convicción
, 't' cultural quiero su ray .. no estaban sometidas a ninguno de los característicos controles
enmarco su en 1ca ' 't' En casi todas las pagmas
.• . llevó adelante esa cn 1ca. . . modernos: "Por cierto que al niño se le dice que defeque afuera,
y paslon co_n que , bl cer la superioridad psicolog¡ca de 1a pero esta regla no se toma muy en serio". 161 Del mismo modo, no
de sus escntos trato de esta e 1 1 d primitiva con la enfermedad
exisHa ninguna de las prohibiciones sexuales modernas, siendo la
cultura primitiva y de contrastard~ sal u freudianos encontró la clave
mo d erna. Y Com o todos los ra 1ca es • 157
Freud, Totem and Taboo, págs. 26-29.
158Australian Totemism, págs. 98, 189.
~3Australian Totemism, págs. 251-252.
159
i54The Riddle of the Sphinx. pág. 284; cf. también pág. 243. . /bid., pág. 151.
160
. .
155/bid., págs. 242-243; Ammlsm.
M · and the Oivine Kmg, pág. 94·
aglc, The Riddle of the Sphinx, pág. 30; Psychoanalysi~ and Anthropology,
pág. 55.
.
t 56 The Riddle of the Sphinx, pags.
279 - 280·· The Origin and Function of
161
The Riddle of the Sphinx, pág. 30,
Culture, págs. 24-25.

118 119

--·----
1
elevado por la civilización. El primitivo, a pesar deA-as evidentes penu-
unlca excepción la de que a los niños no se l_es permitía ob~ervar ~ rias a que debía hacer frente, había solucionado el problema de la vi-
sus padres en sus relaciones sexuales.16 2 Por c1e':o que Rohem~ llego da comunal en una forma mucho más satisfactoria que su he1·mano
a afirmar que en Australia no existía un p~nodo de l:tenc1a, un civilizado. 17° La civilización moderna, con sus métodos de educación
período en que los nativos no "realizaran mtent~s mas o _menos "insanos", su represión de la sexualidad y su "moralidad de es-
exitosos de coito" .I6 3 En una palabra, los australla~os t~n1an un fínter", había hecho del · hombre un enfermo. 171 La cultura era
superyo' mu y de'bil •· con una excepción notable
. -el
. tabu!64del mcesto-, una neurosis, y las neurosis individuales "una supercultura, una
simplemente realizaban el acting out de sus m~tmtos.. . exageración de lo que es específicamente humano". 17 2 La función
La importancia de la permisividad australiana era resum1~~. ~~; del psicoanálisis era diagnosticar esa neurosis. Roheim admitía su
Roheim en una sola frase: "El aranda es un hombre f~llz · ·
pesimismo en cuanto a las posibilidades de la terapia culturaJ.I73
La satisfacción de los instintos producía la salud psíqUica. Las
En ese sentido se encontraba más cerc'i de Freud que de Reich
observaciones de Roheim sobre los australianos, en ef~~to, res-
o Marcuse. Pero insistía en que era deber del analista protestar
paldaban la afirmación básica de Reich, acerca de la rela~1on entre
con energía contra la patología de la cultura, y desenmascarar
la sexualidad y la felicidad. A consecuencia de la falta cas1 absoluta
fórmulas intelectuales tales como el funcionalismo, que querrían
de prohibiciones, los australianos desarrollaban saludables est~u~t~ras
' t er "gen 1·tai "I. 66 Roheim no encontró entre hacemos creer que este es el mejor de los mundos posibles:
d e carac .. , los pnm1t1vos
pruebas de impotencia o frigidez, y solo ~~~s pocos smt~mas dudo- Nuestros oponentes suelen quejarse de que el análisis es hostil
sos" de perversiones sadomasoquistas. Los australianos_ er~n a la cultura. Creo que no debemos protestar con demasiada
eminentemente racionales, en apariencia incapaces de la t1ran1a violencia contra esa queja ... La cultura implica neurosis, que
e intolerancia tan predominantes en la civilización moderna. 168 nosotros tratamos de debilitar. La cultura implica la conservación
Constituían "un pueblo singularmente agradable, con el cual resul- de la situación infantil, de la cual nosotros tratamos de liberar
taba fácil entenderse, que ayudaba a quienes ... se encontraban en a nuestros .pacientes. 174
dificultades, y tan poco neurótico y tan libre de ansiedades como
Tiene que resultar claro, entonces, por qué Roheim se oponía
puede estarlo un ser humano" . 169 . .. .
Por lo tanto, Roheim era heredero de una la~ga tra~1c1on de pn- con tanta fuerza a los intentos de los revisionistas y de· los
mitivismo en el pensamiento europeo. Pero a d1ferenc1a ~~ ~u gran psicólogos del yo, de agregar una dimensión "cultural" al psicoaná-
predecesor Rousseau, designó de manera explícita la permiSIVIdad s~­
xual como la medida y la fuente de la felicidad primitiva. El mensaJe
lisis. Al hacer tal cosa, se convertían inevitablemente en apologistas
del orden cultural establecido, en partidarios de la sublimación
1
de su obra afirmaba que habíamos pagado un precio demasiado y la adaptación. 175 El análisis de los yurok por Erik Erikson era
un ejemplo que venía al caso. 176 Roheim se opuso con energía
l 62Jbid. , págs. 30, 115.
a la suavización de la terminología crítica de Freud por Erikson.
\63 " Psvchoanalysis of Primitive Cultural Types" , pág. 91. 170
The Riddle of the Sphinx, págs. 237, 278-279.
!64/bid., pág. 120. 171
/bid., págs. 244, 284.
165/bid., pág. 119. 172
/bid., págs. 235-236.
166/bid., pág. 94; Psychoanalysis and Anthropology, pág. 150; The Riddfc · 113
/bid., pág. 254.
of the Sphinx, pág. 237. 114
/bid., págs. 235-236. Cf. asimismo págs. 214,254-255.
167 Psychoanalysis and Anthropology, pág. 150; The Ridd/e of the Sphinx, 175
pág. 113. tbid., pág. 245; Psychoanalysis and Anthropo/ogy, pág. 287.
176
168 The Riddle of the Sphinx, págs. 241 - 242; Psychoanalysis and Anthro· Erik Erikson, "Observations on the Yurok; Childhood and World lmage",
pology, pág. 34. University of California Publications in American Anthropology, Archeo/ogy,
and Ethno/ogy, vol. 35, Berkeley, 1943.
I69psychoanalysis and Anthropology, pág. 57 .

120 121
En lugar de considerar a los yurok anales, cosa que eran, Erikson que han interpretado la obra de Freud ~amo un acta de acusación
prefería hablar de "retentividad", y, peor aun, los elogiaba por esa contra la civilización contemporánea, y como un llamado a las armas.
cualidad .177 Pero su transgresión más imperdonable era la de Aunque los ensayos filosóficos altamente especulativos de Herbert
respaldar la represión de la sexualidad adolescente entre los yurok, Marcuse y Norman O. Brown no constituyen el legado que Roheim
con el argumento de que preparaba a los jóvenes para adoptar habría podido prever, resulta evidente que son los pensadores que
los valores y los estilos de vida del yurok adulto y su civilización. han heredado su tarea crítica.
"Algunos antropólogos, y evidentemente también Erikson, parecen
creer que todo lo que exija una 'cultura' tiene que ser 'bueno' y que
lo principal es la 'síntesis cultural'." 178 Pero para Roheim la
civilización yurok estaba condenada; ninguna cultura con una actitud
179
antigenital tan pronunciada podía ser considerada saludable.
Sin lugar a dudas, su dogmática negativa a adoptar el cómodo
conservadorismo de sus colegas antropólogos y analistas contribuyó
a su aislamiento intelectual. Tenía plena conciencia de que su labor
ejercía muy escaso impacto sobre la antropología o la psicología
académicas.1 80 Entre los principales antropólogos norteamericanos
solo Margaret Mead y Clyde Kluckhohn parecieron responder de
alguna manera a su genialidad particular, pero incluso el entusiasmo
de ellos estaba sumamente atenuado . 181 No obstante, Roheim se
mantuvo confiado en que sus logros serían reconocidos algún día,
y en que la antropología p~icoanalítica sería "la única antropología
del futuro".1 82 Sin embargo, desde nuestro punto de vista, no
parece ser una figura tan aislada como él mismo creía ser. R.esulta
claro que pertenece a la tradición en desarrollo de los posfreudianos

177 Psychoanalysis and Anthropology, págs. 272, 286.


1781bid. , pág. 287. Esa misma disposición a ceder ante la cultura era lo qu e
Roheim encontraba tan objetable en el funcionalisrno. Los funcion alistas
extraían, del simple hecho de que una cultura existiera, la conclus~?l1 de qu?
estaba integrada y funcionaba de manera armon1osa. De ese modo escotom1·
zaban" todos los hechos psicoanalíticos que llamaban la atención hacia el
terrible precio que pagamos por la civilización:· el complejo de Edipo, el
superyó, el complejo de castración y la formación de carácter anal. Cf.
Psychoanalysis and Anthropology, pág. 455; 1ntroducción a Psychoanalys1s
and the Social Sciences, pág. 32.
1 7 9 Psychoanalysis and Anthropology, pág. 288.
180 1ntroducción a Psychoanalysis and the Social Sciences, págs. 13-14.
181Cf. Clyde Kluckhohn , " Some Notes on Navaho Dreams", en Psychoanalysis
and Culture: Essays in Honor of Geza Roheim, págs. 120-121 ; La Barre,
"Geza Roheim", págs. 274-275 , 277 .
182 "Psychoanalysis of Primitive Cult ural Types" , pág . 6.

122 123
HERBERT MARCUSE
La tradición radical en psicoanálisis ha representado una escuela
de interpretación claramente minoritaria, que funcionaba en la
periferia del establishment conservador freudiano . Reich fue oficial-
mente excluido de - la Asociación Psicoanal ítica Internacional, y
Roheim, aunque se mantuvo leal a Freud, pudo continuar con su
crítica radical sólo en la disciplina aliada de la antropología En la
década del 40, cuando el psicoanálisis había perdido su novedad
de escándalo, la comunidad intelectual europea y norteamericana
llegó a un ponderable acuerdo en cuanto al carácter fundamental -
mente conservador de la doctrina freudiana. Más aun, ese consenso
estaba justificado en vista de la dirección tímida y exclusivamente
clínica en que se había desarrollado el movimiento psicoanalítico.
El psicoanálisis se había convertido en una rama de la profesión
médica, y el psicoanalista practicante típico distinguía con cuidado
los d istintos preceptos y técnicas de su ciencia terapéutica, de las
. ambiciosas aventuras metahistóricas a que se había dedicado Freud.
Críticos y apologistas ajenos al movimiento psicoanalítico, fuesen
de la izquierda o de la derecha, parecían confirmar la interpretación
predominante, en el sentido de que F reud era un conservador.
Los neofreudianos se apartaron de la ortodoxia psicoanal ítica,
precisamente debido al presunto prejuicio conservador de la teoría
freudiana. Erich Fromm y sus colaboradores afirmaron que el
pansexualismo de Freud, su determinismo ps(quico (que se concen- que se encuentran en ningu d .
de Freud. no e 1os antenores exégetas de izquierda
traba con exclusividad en la primera infancia). su concepto del
instinto de muerte y su expHcita negación de la importancia de En este capítulo he decidido e . ..
la reforma pql (ti ca y social servían a los intereses de la reacción revolucionaria de Herbert Mar ;an:Jnar la Critica freudiana
poi ítica. 1 Disidentes como F ro mm, en la izquierda, encontraron a Norman O. 8 rown A ~use, . y edJ?ar solo un breve apartado
confirmada su valoración de Freud -cosa irónica- por intérpretes atención a ambos hom.bre: pnncJpio hhabla planeado prestar igual
de la derecha que simpatizaban con el maestro. Se puede tomar es decididamente el más ~e~~~~d~ede e 1convencid.o _de que Marcuse
a Philip R ieff como el más erudito y enérgico representante de con más extensión que Brown os dos teoncos. He escrito
ande,· ·¡· . ' Y su tratamiento de Freud en Eros
esta segunda escuela de interpretación. En Freud: The Mind of VI 1Zat1on me parece ahora · .
the Moralist, R ieff presentaba a F reud como heredero de la tradición parable de Brown en Lite Agains~~:;~~taCncJal que la excursión com-
R h · • · omo en el caso de Reich
de Montaigne, Burton, Hobbes y La Rochefoucauld, como un o eJm, trate de seguir la pista de 1 1. . Y
hombre profundamente impresionado por las limitaciones del de Marcuse como radical f d . a ogJca de la evolución
menudo . . reu Jano. Este esfuerzo me llevó a
intelecto y por la obstinación de las pasiones. Según Rieff, Freud muy lejos del psicoanálisis. Marcuse llegó a Fr d
era el defensor de la conciliación psíquica; instaba a los hombres una etapa bastante avanzada de su vida· antes de 1955 eu en
a sacar el mejor partido posible de un destino inevitablemente se desarrolló en gran med 'd d ' su obra
desdichado. Lo que es más, resulta evidente que admiraba el hegeliana y de la 't· 1 a e~tro de la tradición de la filosofía
Crl ICa SOCial mar . t C
sobrio realismo de Freud; solo se mostró disgustado cuando este justificación para incluirlo en u t ;.'s a. omo la principal
abandonó su escepticismo ol(mpico para adoptar el papel de en su contribución al radJ'c 1' nf es ~ lO de este tipo se basa
. a 1smo reud 1ano e ·
estridente crítico, por ejemplo en El futuro de una ilusión. 2 pnmeros trabajos trataré de subra ar a . . ' . n mi examen de sus
En la década del 50 aparecieron tres libros que ponían en tela psicológicos posteriores. Al mis~o ~tJCipacJones de sus intereses
de juicio la interpretación predominante de Freud: Freud and the de las tendencias de sus escrito tJemp~, pienso tomar nota
Crisis of Our Culture, de Lionel Trilling; Eros and Civilization, de contra de un comprom,·so . s prefreudJanos que obraron en
seno con la teor( · •.
Herbert Marcuse y Lite Against Death, de Norman O. Brown. El por lo tanto debieron ser supe d a P.SICOan¡¡ 1ltJca y que

11 ego a escribir Eros and e· . .
ra as o mantenidas a ·ra d
ensayo de Trilling era una contribución superficial en comparación . ya cuan o
lVI11zat10n E1 ex a d .
con las de Brown y Marcuse, pero compartía con estas la convicción trabajos me permitirá dist· . 1 • men e sus pnmeros
estilo intelectual que se hlngUJr os .rasgos característicos de su
de que el gran logro de F reud consistí a en recordarnos el alto precio • a manten1do notablem t h ·
que hemos pagado por nuestra civilización. 3 Los tres autores desde los primeros escritos sobre Hegel hasta One o ·en e _co erente
- 1mens10nal Man.
coincidían en que el elemento crítico en Freud debía buscarse en
sus últimas incursiones metahistóricas, es decir, precisamente en
las obras que los ortodoxos consideraban no científicas y que los
neofreudianos condenaban como reaccionarias. Brown y Marcuse
emprendi¿ron un análisis sistemático de la teoría psicoanalítica La c~r~era de estudioso de Herbert Marcuse puede d . .d.
para revelar sus consecuencias críticas, ·e incluso revolucionarias. fases diStintas. Durante la Segunda G M . lVI Irse en dos
añ d , . .. uerra undJal y hasta varios
Ambos fueron mucho más allá que Reich o Roheim en lo referente en osla eÓt~e_s sJrvdJO en la . Oti.~ina de Servicios Estratégicos (OSS)
a hurgar en las sutilezas dialécticas del pensamiento de Freud, ICJna e lnvestJgacJon de lnt 1- · E . .
y llegaron a conclusiones más extremas, más "utópicas" que las mientras trabajaba para el gobiern M e JgencJa. . n apanencJa,
para ocupaciones erudita . o . a~cuse encontro poco tiempo
1
Erich Fromm, Fear of Freedom, Londres, 1960, págs. 1-18, 239-253. 1950 4 p 1 s, solo publico un artículo entre 1942 Y
2 . or o tanto, la década del 40 constituye una 1ínea
Philip Rieff, Freud: The Mind of the Moralist, Nueva York, 1961,
págs. 281 y SS. 4
Para una bibliograUa completad 1 .
3 Critica/ Spirit, K. H. Wolff y B eM~s escntos de Marcuse hasta 1967, ver The
Lionel Trilling, Freud and the Crisis of Our Culture, Boston, 1955, passim. . ore, Jr ., comp., Boston, pág s. 427-433.

128
129
d arrollo intelectual. Durante la década
Studien über Autoritá't und Familie. Autoritá't und Familie era
divisoria natura_l de su ~s Instituto de Investigación Social de en rigor un estudio preparatorio para el más famoso The Authori-
del 30 fue miembro de 1 olpe nazi impuso su trasplante, tarian Personality ( 1950). también patrocinado por el Instituto
Francfort del Meno, hasta que, e .g d d de Nueva York, donde se (mucho después que Marcuse lo hubiera abandonado) y compilado
primero a Ginebra y luego a a ~~~ ada que puso a su disposición por Theodor Adorno, otrora colega de Marcuse. Autoritá.t und
., 1950 en una v1v1en 'd
alojo, de 1934 a ' . s El ·nstituto había sido establee! o Familie, al cual Marcuse contribuyó debidamente con un capítulo
la Universidad de Columbia. . ' 'd d de Francfort. Su objetivo sobre la historia de la familia en el pensamiento europeo, prefiguró
en 1923 como afiliado de la Un_lv~rsl. a . roblemas de teoría a The Authoritarian Personality, tanto por el método como por
declarado era el estudio !nterdls~~pllndaenola~e cfencias sociales "en su contenido. En términos metodológicos, reunía las fuerzas de la
. ·t a la mtegrac10n . · investigación empírica anglosajona (incluido el empleo de cuestio-
soc1al, con VIS a~ . d d" 6 Para cuando se mcorporo
una teoría amplia de . la socle a. . de la década del 30, en ·narios, análisis estadísticos, etcétera, y de todos los refinamientos
al Instituto de Francfort, a com~nzos o distinguido, figuraban teóricos europeos continentales, lo cual equivalía, en especial, a una
d profesores pequeno per saludable dosis de marxismo. En términos sustantivos, el estudio
su cuerpo . e . k' p 11 k Leo Lowenthal, Erich Fromm,
Max Horkhelmer, Fredenc o oc ' se ocupaba de los fundamentos psicológicos de la autoridad.
7
Theodor Adorno. Apuntaba a explicar el triunfo de la política autoritaria en Europa,
F ranz Neumann Y perta residente del 1nstituto en
1
El joven Marc~se, qu~. era e ex laramente influido por la en la década del 30, así como The Authoritarian Personality se
filosofía y teona polltlca, bestab~ e or sus colegas. El clima ocupaba de los cimientos psicológicos de lo que sus autores
ers ectiva teórica general a raza a p . d má- consideraban las variantes norteamericanas del antisemitismo y
fnteiectual del Instituto era t_otalmentMe marxlst:~~~~é~uep~~de~g ser etnocentrismo fascista. 8
• 1 rimeros trabajOS de arcuse . . La relación de Marcuse con esta empresa fue un tanto ambiva-
t1co, y os P 'd , bien amplio como marx1stas.
caracterizados, en un sentl o ma~ 1 stituto dedicaba una atención lente. Respaldó sus supuestos metodológicos generales, que evitaban
Más ~un, ~~~~~o~~err:~: ai~~:~~gea;io:es individuales como en _las
las trampas del empirismo no crítico por una parte y la abstracción
especial, . , dida las preocupaciones de los propiOS metafísica por la otra. Pero no participó en la investigación empírica
colectivas, defmlan en gran m: d d 1 30 Erich Fromm y Franz concreta, con lo cual estableció una especie de precedente negativo
escritos de Marcuse en 1~ d~ca ~e ~os e~tudios clásicos sobre el para todas sus posteriores críticas sociales. Tampoco le atrajo en
Neumann eran autores e os 8 hemoth y del mismo modo especial el interés de sus colegas por la familia y su relación con
nazismo. Escap.e from_ Freedom Y .; a los' orígenes ideológicos la autoridad. Su indiferencia por la familia sería crónica; incluso
Marcuse dedico cons,~erable at~nc~rnlos intereses de Neumann en cuando se dedicó a cuestiones psicológicas en Eros and Civilization,
del fascismo. Com~artla en ~a~,c~\ectual cultural y política del eludió todo análisis importante del núcleo familiar. Así, aunque
lo referente a la lm,.portancla.,m,~ mism~ que Neumann, conside- compartía muchos de los intereses de sus colegas, y simpatizaba
capitalismo monopo 1sta, que e •, . . con su perspectiva teórica general, era un pensador muy indepen-
raba vehículo económico carac:enstdlcOI ~~~:i~~~~~m:~rante la década diente, plenamente convencido de la legitimidad de su propio
El r proyecto colectiVO e · enfoque exclusivamente teórico de los problemas históricos que lo
del 30 ~~~~n estudio sobre la función_ poi ítica de la fa~~~ai~~~~i:~ preocupaban no menos que a sus colegas.
cuyos resultados se publicaron en una mmensa monogra . . La obra de Marcuse durante el período anterior al de sus
. . Research; A Report on /ts Htstory, Atrns
slnternational lnstttute of Socti'l k /f é s 6-7 servicios en la OSS abarcaba dos libros; Hegels Ontologie und
. .. 3 1938 Nueva Yor , s , P 9 • · die Grundlegung einer Theorie der Geschichtlichkeit ( 1932), y
andActtvtttes, 193 - ' kh · r (1931)
. .1 ural de Max Hor elme ...'
6/bid., pág. 5. Cf. además el discurso ~a~g Wolfgang Goethe-Universttat 8 /bid., págs. 10-13; Studien über Autoritiit un<:/. Familie: Forschungsberichte
en /nstitut für Sczia/forschung an d_ebr odannFeier seiner Wiedereroffnung,
· . E'n Bencht u er te ág 10 ~ aus dem lnstitut für Sozialforschung, Parfs 193S-Qágs. 899-907. Cf. T. W.
Frankfurt am M atn, '. A b ·r Francfort del Meno, 1952, P · · Adorno et al., The Authoritarian Personality, Nuevll- York, 1964, l. V-XII,
seine Geschichte und selne r et en,
1-27.
7 t' al 1nstitute of Social Research, págs. 4-,-6.
1nterna 10n
13.1
130
Reason and Revo/ution ( 1941), así como muchos artículos la r-
gos, la mayoría de los cuales aparecieron en la publicación del Hege/s Ontologie, señaló la culminación de la vinculación de
In stituto Zeitschrift für Sozialforschung. Dos figuras dominaban Marcuse con el Instituto de Investigación Social. Marcuse carac-
esos esc~itos -Hegel y Marx-, y en la primera parte de este terizó el libro como una popularización, que apuntaba a pre-
capítulo me ocuparé del análisis que hace Marcuse del destino sentar a Hegel ante los intelectuales ingleses y norteamericanos.l 3
histórico de la filosofía hegeliana y la crítica social marxista. P_e ro Reason and Revolution era mucho más que una introducción
Marcuse se formó como filósofo profesional en las universidades general a Hegel. En verdad era un folleto altamente polémico;
de Berlín y Friburgo. 9 Su primer libro, Hege/s Ontologie, fue un sostenía que Hegel era un revolucionario.
ejercicio filosófico sumamente competente , en apariencia escrito Como Freud, Hegel es uno de esos intelectuales a quienes
teniendo en cuenta un público de estudiosos de Hegel y estudiantes resulta muy difíci 1 ubicar en el plano ideológico. En rigor, el más
de filosofía. El libro presentaba una tesis cuidadosamente limitada grande debate de la historia de los estudios sobre Hegel se relaciona
acerca del significado de ciertas concepciones hegelianas, en especial con el problema de si se lo debe tratar como a un radical o a un
las de la Logik.t 0 El r~sgo más notable de Hege/s Onto/ogie era reaccionario. El debate se originó en el propio siglo XI X, con la
la forma en que difería, en alcances e intención , del grueso de los división del campo hegeliano en el ala izquierda (los JOvenes
posteriores escritos de Marcuse sobre Hegel. No había en el libro hegelianos) y el . ala derecha (los viejos hegelianos). En el siglo
nada sobre la importancia crítica de las categorías ontológicas de XX se renovó la controversia como consecuencia del ascenso
Hegel, ni intento alguno de sugerir que Heg~l y Marx fuesen del fascismo. Karl Popper adoptó quizá la posición más hosti 1,
espíritus afines. 11 En verdad, Marcuse apenas mencionaba la al sostener que existe una línea directa de desarrollo, de Hegel
filosofía política de Hegel. El tono del libro era característicamente a Hitler.
amistoso hacia este, y como en todos los escritos de Marcuse, resulta En Reason and Revolution Marcuse se ocupó de refutar esa
muy difícil distinguir entre la simple exposición y el análisis, por afirmación y de establecer las credenciales revolucionarias de Hegel. 1 4
una parte, y la aprobación crítica por la otra. Pero los aspect?s Poi- lo tanto, en objetivos y estructura, el libro era notablemente
del pensamiento de Hegel que Marcuse apartó para su recomendacion similar a Eros and Civilization. En los casos de Hegel y Freud,
especial eran los habituales citados por los historiadores de la Marcuse trató de rescatar a dos grandes intelectuales europeos de
filosofía: el intento de superar las dicotomías tradicionales de las garras de intérpretes que, amistosos u hostiles, afirmaban que
sujeto y objeto, mente y cuerpo, razón y sensorialidad, Y la esos innovadores tenían en lo fundamental un pensamiento conser-
insistencia en una concepción de la realidad como movimiento , vador (y, en el caso de Hegel, que incluso se trataba de un
proceso o desarrollo. 12 Así, aunque Hegels Ontologie presentaba protofascista). En sus esfuerzos por salvar las reputaciones revolu-
una gran capacidad técnica, no ofrecía promesas de la originalidad cionarias de F reud y Hegel, Marcuse siguió la misma táctica
o energía de la gran contribución de Marcuse al estudio de Hegel fundamental. Trató de desarrollar su argumentación haciendo caso
en Reason and Revo/ution. El libro solo demostraba que el joven omiso de los pronunciamientos poi íticos explícitos de ambos, y
filósofo profesional se sentía perfectamente a sus anchas con el dedicándose en cambio a un análisis de sus concepciones filosóficas
más abstracto vocabulario filosófico. o psicológicas básicas. En uno y otro caso encontró un mensaje
Reason and Revolution, publicado casi una década después de revolucionario, intacto a pesar de todas las francas concesiones
9HerbertMarcuse, Kultur und Gesellschaft 1, Francfort del Meno, 1965, pág.2. 13
Marcuse, Reason and Revolution, Boston, 1960, págs. XV-XVI.
lOMarcuse, Hege/s Ontologie und die Grund/egung einer Theorie der Ges-- 14
Es evidente que la apología de Marcuse no estaba dirigida contra Popper,
chichtlichkeit, Francfort del Meno, 1932, págs. 3-4. puesto que el ataque de este contra Hegel (en The Open Society and lts
11 Marcuse se preocupaba más de la relación entre Hegel y Dilthey, que Enemies) es nueve años posterior a Reason and Revo/ution. En Reason
entre Hegel y Marx. Hegels Ontologifr. . . , págs. 2-3. and Revolution la tesis Hegel-como-totalitario era representada por L. T .
Hobhouse, quien anunció la idea (en forma menos virul enta que Popper) en
12 Hege/s Ontologie . . . • págs.· 5-7 . su Metaphysical Theory of the S tate ( 1918) . Reason and Revolution,
389-390.
al pes1m1smo histórico, al autoritarismo, al status quo o a la Espíritu, 19 pero el proceso racionalizador no se limitaba al reino
idea de la inevitabilidad de la violencia. Por debajo de una capa de la mente. Hegel se oponía a la manera en que Kant y Fichte
en apariencia conservadora, descubrió el mismo ímpetu crítico habían relegado la libertad al pensamiento puro, "atribuyendo a
que encontró formulación explícita en los escritos de Carlos Marx. 15 la persona autónoma toda la libertad que falta en el mundo
La defensa que Marcuse hacía de Hegel como revolucionario exterior". 20 En la concepción de Hegel, todo el mundo espacio-
dependía mucho de su análisis del concepto hegeliano de razón; temporal, incluida la sociedad humana, estaba incorporado al
de ahí el título del libro. Afirmaba que Hegel concebía la razón proceso de racionalización. 21 En una palabra, Marcuse afirmaba
como una fuerza histórica que disuelve la realidad establecida; la que el concepto de razón en Hegel era eminentemente político.
razón socava el orden histórico existente en la medida en que ese La mayor dificultad que ofrece la filosofía de la historia de
orden es irracional: "El concepto de Hegel sobre la razón ... tiene Hegel parece ser la de que deja poco. espacio importante para la
un carácter claramente crítico y polémico. Se opone a toda fácil interacción concreta de los movimientos revolucionarios y contrarre-
aceptación del estado de cosas existentes. Niega la hegemonía volucionarios.22 Pero Marcuse se negó a admitir que Hegel concibiera
de toda forma de existencia predominante al demostrar los el progreso inevitable hacia una racionalidad superior como si
antagonismos que la disuelven en otras formas". 16 Más aun, Marcuse ocurriese con independencia de los esfuerzos históricos de la
insiste en que la famosa sentencia hegeliana, "lo racional es lo real humanidad; declaró que Hegel identificaba el proceso racionalizador
y lo real es lo racional", no tenía la intención de ser una vindicación con las actividades históricas concretas de los revolucionarios. En
del orden establecido. La unidad de razón y realidad constituye cierto sentido, el proceso histórico revolucionario no era otra
más bien una proyección de las potencialidades humanas e históricas; cosa que la historia de las revoluciones.
en lugar de sancionar el ordefl existente como racional, el famoso Para fundamentar esta tesis, Marcuse recurrió a las declaraciones
aforismo pretende ser en realidad un imperativo poi ítico y moral. de Hegel sobre la tradición revolucionaria europea. Destacó especial-
1mplica que mientras exista una brecha entre lo que es y lo que puede mente el entusiasmo con que incluso el Hegel maduro, heredero
ser, hay que "actuar sobre lo primero y cambiarlo hasta ponerlo de la cátedra de filosofía de Fichte en la Universidad de Berlín
en 1ínea con la razón". 17
1
Marcuse respaldó esta tesis señalando la distinción que establecía ~ Reason and Revolution, pág. 227 .
Hegel entre realidad y actualidad; la primera representa lo que 20 /bid., pág. 47.
en verdad existe; la segunda, una realidad que ha superado la 21
/bid., págs. 5. 1 O.
discrepancia entre lo posible y lo existente. 18 Más aun, Marcuse 22 Esta dificultad sugiere una importante diferencia entre la concepción
insistía en que la razón revolucionaria de Hegel no correspondía hegeliana de la racionalización y la expuesta por Max Weber. Este también
simplemente al dominio del pensamiento. Es preciso admitir que caracterizaba la historia del mundo (o por lo menos del mundo occidental)
la fuerza impulsora de ese desarrollo histórico era la Mente o como la historia del progreso de la racionalidad. Pero el análisis de Weber
se ofrecía solo como una descripción de los hechos históricos o, con más
15 La notable semejanza de Reason and Revolution y Eros and Civilization exactitud, como una manera de ver y organizar la experiencia de Occidente:
se extiende también a sus criticas paralelas a los oponentes de mentalidad un tipo ideal ambicioso. Por consiguiente, Weber no corría el riesgo de anurar
supuestamente positiva de las doctrinas originales: en el caso de Hegel, la realidad o significación de los esfuerzos de los grandes racionalizadores.
a los positivistas de mediados del siglo XI X; en el de Freud, a los revisionistas fuesen ellos hombres o movimientos. Al mismo tiempo, no podía ofrecer
de mediados del siglo XX. explicación alguna del proceso de racionalización; en verdad, su manera
16 Reason and Revolution, pág. 11 . novelística de enfocar el problema sugería que la historia de Occidente era
solo la historia de la racionalidad si -y siempre que- se prefiriese verla de
17 tbid. esa manera. En la concepci9n de Hegel no encontramos semejahte timidez
18 /bid. , pág. 153. Sin embargo, persiste una nota de ambigüedad, pues la o modestia epistemológica; para él la historia de Hegel es racional porque
famosa ecuación de lo real y lo racional lleva a pensar que Hegel debería la razón trascendental gobierna el mundo. Véase Reinhard Bendix, Max
designar la " actualidad" (y no la "realidad"). como la encarnación imperfecta Weber : An lntellectual Portrait, Garden City, Nueva York, 1952, en especial
caps. 111 y XII. ·
de lo racional. Pero hace lo contrario.

134 135
y filósofo "oficial" del Estado prusiano, apoyó las conquistas
orden social feudal reaccionario. 26 Por lo demás, Marcuse afirmaba
de la Revolución Francesa. Según Marcuse, Hegel la aprobaba,
que en el contexto de la Restauración alemana, el entusiasmo de
precisamente porque representaba un importante paso adelante
Hegel_ por un Estado fuerte iba dirigido contra un grupo muy
en el esfuerzo del hombre por racionalizar su mundo:
especral de fuerzas sociales reaccionarias, o potencialmente reaccio-
En opinión de Hegel, el giro decisivo que la historia describió nar~a~, en part_icular las seudodemocráticas Burshenschaften y los
fanat1cos entusrastas del re avivamiento religioso. 2 7
con la Revolución Francesa consistió en que el hombre llegó a
confiar en su mente y se atrevió a someter la realidad dada a las El retrato de Hegel como revolucionario, no concluía en el
normas de la razón . . . El hombre .. . se dedicó a organizar compromiso d~l. ,filósofo con la revolución burguesa del siglo
la realidad de acuerdo con las exigencias de su pensamiento XVIII. En op1mon de Marcuse, no bastaba sencillamente con
racional libre, en lugar de adaptar sencillamente sus pensamientos m~s~rar ~ue ~~gel era un philosophe de último momento ; eso
.
al orden exrstente y a 1os va 1ores pre d ommantes.
. 23 qUtza sena suf1c1ente para refutar la acusación de conservadorismo (
pero ~n modo alguno establecía a Hegel como pensador originaÍ
En cuanto a la oposición de Hegel a las críticas a la Restauración Y rad1cal en el contexto de la Europa posrevolucionaria. Así,
alemana, Marcuse se dedicó a demostrar que las credenciales liberales gran parte de Reason and Revolution está dedicada a la tesis
de esos reformistas eran muy sospechosas. Citó en especial el caso de que Hegel anticipó una crítica, marxista en lo fundamental
de las Asociaciones de Estudiantes (Burschenschaften), cuyos puntos de la civilización moderna. A Marcuse no le interesaba trabaja~
de vista libertarios estaban comprometidos a fondo por un racismo con las evidentes semejanzas metodológicas o estructurales entre
incipiente. 24 Así, la hostilidad de Hegel hacia la izquierda alemana Marx ~ Hegel: el tema de la dialéctica. Antes bien, afirmó que
de principios del siglo XIX era, en opinión de Marcuse, perfectamente los escntos de Hegel contenían muchas de las intuiciones sustantivas
coherente con su simpatía hacia la Revolución Francesa. que se convertirían en los preceptos centrales del marxismo. Este es-
Para rei.Jnir nuevas pruebas de su concepción de Hegel como fuer_zo por d~scub~ir a .Marx en Hegel era, en la práctica, un corolario
el filósofo de la Revolución Francesa, Marcuse recurrió al complejo del _mtento Simultaneo de Marcuse, de re interpretar la propia crítica
dominio de los pronunciamientos de Hegel sobre el Estado. La so~ra_l de Marx. Marcuse fue significativamente influido por el redescu-
"deificación" del Estado en los escritos políticos de Hegel había bn~rento de los primeros manuscritos de Marx en la década del 30, y
sido tradicionalmente considerada como una evidencia inconfundible deb1?o a ello le preocupó el papel de este como filósofo social en el
de su conservadorismo y autoritarismo. El rechazo de esta acusación s~ntrd? más a~plio. Su análisis de Hegel como crítico social revolu-
por Marcuse adoptó dos formas: una teórica y la otra histórica. En cro~ano era analogo a su análisis de Marx como filósofo . El resultado
el plano de la teorfa señalaba que el Estado de Hegel era siempre conjunto de estos esfuerzos paralelos consiste en reducir sustancial -
concebido como un Estado de ley (Rechtsstaat). 25 Por lo tanto mente la distancia ideólogica existente entre los dos pensadores.
Hegel no podía apoyar un "Estado de poder" que no acentuara Marcuse se concentró en tres temas marxistas de la filosofía de
la libertad y poder de sus ciudadanos. Más importante era el hecho ~e~el: 1~, al_i,enación, el c~nflicto y el trabajo. Sostuvo que el término
de que, en su contexto histórico, la concepción de Hegel del _al1~~ac1on , en los escntos de Hegel, tenía precisamente el mismo
Estado fuerte cumplfa una función progresista. En la Europa de srgnlflc~~o ~ue e_n los de Marx. Marx no necesitaba traducir ninguna
comienzos del siglo X IX, ser defensor del Estado centralizado percepc1on Idealista putativa a términos materialistas, puesto que
fuerte significaba estar del lado de la revolución, pues el Estado, 26 /bid., pág. 54, 61 .
como lo reconoció el propio Marx, era el oponente inveterado del
27
lb 1a., Pá~s. 180, 220. Ma~cuse cas1· h1zo
· caso omiso del argumento de
23 Reason and Revolution, págs. 5-6. que el prop10 Hegel era un filósofo religioso, casi cristiano. Le bastaba con
2 4/bid.,
que He~el . trata_ra t?dos los conceptos morales o religiosos en términos
págs. 179-180. de su Slgn1f1cac1ón Inmanente, con lo cual negaba la existencia de una
25 /bid., pág. 83; cf. asimismo págs. 178 , 181. realidad trascendente. Cf. pág. 137 y pág. 167 de Reason and Revolution.

136 11
137
para Hegel el concepto ya significaba la transformación del mundo de había allanado el cam ino del naz · .
objetos, los productos del trabajo humano, en entidades independien- era lo que lo había hech , •sm o. La teor •a del Estado de Hege l
· . 0 mas vulnerable a Ja a .,
tes "gobernadas por fuerzas y leyes incontroladas en las cuales el ya Indiqué, Marcuse volvió la a .. cusac•on , y, como
hombre ya no reconoce su propia persona" .28 Más aun, para Hegel, aquel al señalar que en real"d d cusac• ~n contra los críticos de
lo mismo que para Marx, el hecho histórico de la alienación tenía crítica. Declaró Juego q ' a 1 s~ estatismo ~umplía una función
vinculación directa con la institución de la propiedad privada. En La régimen de intereses esp:c~ale sbtado fascl ~ta representaba el
. , ' es so re el con¡unt ..
filosofía del derecho, Hegel había expuesto en forma absolutamente 1a s1tuacion que el Rechtsstaat de H . . o, precisamente
marxista la relación entre la acumulación de capital y el creciente afirmó que la concepcl· o'n f . egel quena lffipedir. 32 Además
asc1sta del E t d •
empobrecimiento de los trabajadores, que culminaba en el crecimien- heredera de la tradición o . . s a o era en verdad la
to de "un vasto ejército industrial" .29 Por lo tanto Marcuse podía como defensor de una teor;;arna'c~lsta ¡·en tdeoría poi ítica, Y Hegel,
, . 1ona 1sta el Estad h b . .
afirmar que Hegel concebía la historia, no solo como una lucha po 1em1camente contra uno d 1 . o, a 1a escnto
· · e os pnmeros y , · fl
dialéctica entre sistemas ideológicos competitivos, sino como una t. eoncos organicistas• K· L. von Haller 33 p
. . · mas
¡ · m uyentes
lucha muy real entre fuerzas sociales antagónicas. JUICIO crítico contra los pro . . . . or u timo estaba el
Marcuse afirmó asimismo que para Hegel, como para Marx, el Marcuse señalaba con suma t•os_teoncos fas~istas, Y en este caso
sistema de fuerzas sociales en conflicto tiene sus orígenes en el unánimes en su rechazo deel,ctac•a ~I,Je l~s .naz•s se habían mostrado
modo de trabajo social. Subrayaba en especial que Hegel había d .. a eona pol1t1ca de He 1
e su humanitarismo racional". 34 ge ' so pretexto
desarrollado el concepto. de " trab<Jjo abstracto" (la noción de que
La preocupación de Marcuse
bajo el capitalismo el trabajo individual pierde su particularidad, acusación de fascismo se 1 . pbor defender a Hegel contra la
re ac1ona a con s ..
se vuelve general). que desempeñó un papel crucial en el análisis en la década del 30 acercad 1 • u preocupac•on general
• e os ongen ·d 1' · '
de Marx sobre la plusvalía en El capital. Citó a Hegel en el derecha. Al absolver de 1 es ' eo og•cos de la extrema
. cu pa a Hegel no q · .
sentido de que la cuantificación del traba}o obliga · a los hombres nazismo fuese una aberración aislada d 1 . 1 uena sugenr que el
a llegar a "un estado de la máxima barbarie", en especial la parte 30 estaba convencido de que el na . e s•g. o XX. Por el contrario,
de la población "sometida al trabajo mecánico en las fábricas". en el siglo XIX_ Js N b , Zlsm? tenia sus raíces profundas
usco esas ra1ces en p d .. .
e~sa ores penfencos
, 0
De ello se seguía que la. concepción de Hegel sobre la racionalización o excentricos del siglo X 1X . .
11
de la realidad incluía cierta noción de trascendencia del orden intelectuales alemanes como' CFU~t oshiCieron recientes historiadores
. n z tern y Geo M 36
social existente (contradictorio). El análisis de la alienación y del contrano propuso la a d, .. . rge osse. Por el
. ' p ra OJICa teSIS de q J ·
trabajo abstracto apuntaba a una transformacióP de la realidad crecido de la tradición .d ¡· . ue e nazismo había
social que reconciliara a los hombres entre sí y con el mundo de la que en la superficie parec~a el~ o~~ca de . mediados_ d~l siglo X IX,
naturaleza. 3 1 De ese .modo terminaba Marcuse su defen·sa del el liberalismo 37 Por s hostil al totailtansmo, esto es
· supuesto Marcuse t b d. ·
Hegel marxista, habiendo demostrado que las categorías centrales que otras tradiciones intelect~ale h b ' es a a •spuesto a admitir
s a lan contnbuldo a la mezcla
de . la teoría social revolucionaria, así como la trascendencia de
dichas categorías, habían sido ya esbozadas, aunque solo fuese 32 /bid. , pág. 216.
en forma rudimentaria, en la obra hegeliana.
Una vez que estableció las credenciales revolucionarias de Hegel, S33 /bid .. · 181 •. "Th eoret1sche
. ·• pág . E ntwürfe über
tud,en uber Autoritat und Familie, p ág. 220 Auto r itiit und Fam il ie" ,
le resultó relativamente fácil liberarlo de la acusación de que M .
Reason and Revolution, págs. 390 411 413
35 " • • ' .
36 Vorwo r t ', Kultur und Gesellschaft 1, p ágs. 7- 8.
28 /bid., pág. 23.
F ntz Stern, The Po/itics of C .
29 /bid. , pégs. 205-206; cf. págs. 34-35. Mosse, The Crisis of German ldeologultu~a/ Deyspa~r, Berke ley , 1963; Geo rge
:; Y. ueva ork, 1964.
30 /bid. , págs. 57-?8. 77-79, 148. 7 Marcuse "Vo
' rwort .. · K ultur und Gesellschaft ¡
31 /bid., pégs. 113, 148. Nueva York 1958, pag. 22 , • pág. 8 ; Soviet marx ism,
1

138
objeto de diatribas a todo lo largo de su carrera de crítico social
y filosófico. Si bien admitía que ambas doctrinas cumplieron sin
de doctrinas y actitudes que caracterizaba al fascis~o eu:o~eo. duda alguna una importante función crítica durante la Ilustración
En particular, apuntaba un dedo acusador c~ntra lo~ ex1stenc1alistas con Jo cual contribuyeron a la racionalización de la sociedad
y sus precursores, incluido Kierkegaard, q_u~en habla ~br~zado una europea, insistía en que su importancia última consistía en abandonar
filosofía de activismo sin contenido, la act1v1dad por SI m1sma antes el proceso histórico a fuerzas que se encontraban más allá de la
que como medio para un fin racionai. 3 M Dirigía, asimismo, una jurisdicción de la razón. Es decir, que si bien los teóricos liberales
flecha hosti 1 contra el positivismo comteano, con su postura habían apoyado la empresa racionalizadora del empresar-ip individual,
seudorreligiosa y su autoritarismo nada disimulado. 39 Pero la mayor relegaron la racionalidad del todo a las "leyes de la· naturaleza".
parte de las energías críticas de Marcuse quedaron reserval'as _P_a.ra Entendían que el aparato económico desarrollaría "naturalmente"
un análisis de las corrientes subterráneas del fascismo en la trad1c1on su propio equilibrio racional y armonioso. Marcuse· encontraba,
ltberal. .• d F .pues, un cimiento blando e irracional debajo del edificio liberal,
En esta tarea estaba presupuesta la demostrac1on e ranz que servía para Jegitimizar como "naturales" Jos ordenamientos
Neumann de la interdependencia del capitalismo avanzado Y el económicos más inhumanos e irrazonables. El irracionalismo fascista
fascis mo,' que Marcuse veía reflejada, en el plano ideo~óg!co, e_n creció a partir del irracionalismo liberal, y la doctrina de la ley
el concepto fascista de la abnegación hero1ca. La ms1stenc1a natural permitía una fácil traducción al naturalismo del Blut und
fasci st a en el deber, el sacrificio y la devoción _servía muy bien Boden (Sangre y Tierra) de los nazis. 42 Marcuse señaló que el
para reconciliar a las masas con su desdichado smo de Jabonosos empirismo liberal dogmático implicaba una sumisión análoga a la
servidores de la maquinaria capitalista. 40 Pero Marcuse no esta~a irracionalidad. En este caso la razón resultaba víctima, no de la
dispuesto a limitar su crítica de la tradición liberal a u~a an~log1a naturaleza, sino de una adoración acrítica a situaciones de hecho.
que mostrara al fascismo como servidor de las neces1dades 1~eolo~1cas Cuando "Jos hechos" eran elevados al nivel de autoridad absoluta,
del capitalismo monopolista del mismo modo que ~1 1_1berailsmo resultaba imposible distinguir entre Jos buenos y Jos malos, y el
clásico sirvió a las del capitalismo individualista de pnnc1p1os de la orden económico establecido quedaba al margen de la crítica
época moderna. No ten(a dud~s de que el fascismo había expulsado racional, sencillamente porque existía. 4 3
al liberalismo como ideología capitalista oficial, precisamente porque Resultaba claro que la crítica de Marcuse contra el liberalismo
servía mejor a los fines de la nueva economía monolítica, en espec1al era un corolario de su defensa del hegelianismo. Hegel era una
a la necesidad de un Estado fuerte para movilizar plenamente las figura atrayente para él porque se oponía al empirismo acrítico
fuerzas productivas de la población. 41 Pero no se tratab·a de una y al naturalismo de la ideología liberal. Pero debo señalar que su
vieja ideología que fuese reemplazada por otra total.mente nueva, actitud hacia f-fegel no era en todo sentido apologética. Era
mejor adaptada a la situación económica contemporanea. La v1e¡a capaz de reconocer Jos 1ímites de la defensa de Hegel como
ideología ya contenía las simientes de la nu_eva. . . revolucionario. Admitía, por· ejemplo, que el compromiso de Hegel
Marcuse encaró en particular dos muletillas l1berales caractens- con la racionalización del mundo de la gente y las cosas era
ticas: el naturalismo y el empiris~o. y las dos seguirían siendo constantemente amenazado por su idealismo. Al final de La
fenomenología del espíritu, "el conocimiento absoluto" parecía
.\ K Ma rcuse, "'Der Kampf gegen den Liberalismus in der totalitiiren Staat-
desplazar a la organización racional de la sociedad como concreción
sauff assung"', Kultur und Gesellschaft 1, págs. 43-;-44, 47; Reason and
de la histeria; con palabras de Marcuse, "la autocertidumbre de la
R P. volution, págs. 264, 267 . Pero· Nietzsche era expl1 c1tamente exceptuado
de es ta censura. Por lo tanto, Marcuse no se hacía culpable de una tor~e filosofía que abarca al mundo triunfa sobre la práctica que Jo
volte o·e ta cuando en Eros and Civi/ization inclu(a a Nietzsche .~n _su Pt;~e o~l
de filósofos cr(ticos. Cf. "'Der Kampf gegen den Loberalosmus . . · , pags. 1 · 42tbid., págs. 25-26, 31, 39; Reason and R,evolution, pág. 341.

.\ 9 Reason and Revolution, págs. 342-343, 350-351. 43"Der Kampf gegen den Liberalismus ... ", págs. 27-30; Reason and
Revolution, págs. 20-21.
4ti "' Der Kampf gegen den Liberalisrnus ... "', págs. 33 Y ss., 40, 43.
41 /bid., págs. 22, 32.
141
cambia".44 Lo que es más, Marcuse confesaba que los rasgos -conservadores tales como . Burke y Herder. Hegel intentó cerrar la
críticos contenidos en la filosofía del Estado de · Hegel resultaban brecha existente entre el Iluminismo y sus críticos del siglo XIX.
"empequeñecidos por las tendencias opresivas inherentes a todo En general, el Iluminismo creía que la historia debía ser juzgada pot·
45 la razón. Las leyes, instituciones, actitudes y costumbres que cons·
autoritarismo" .
Se sentía ofendido en mucha mayor. medida por la noción de tituían el legado histórico de la sociedad europea eran sometidas a
Hegel de que la guerra era una prueba inevitable y legítima de un riguroso examen crítico, y cuando no se encontraban a la altura
soberanía, y por su arrogante desdén hacia los sacrificios y de los dictados de la razón se los juzgaba indignos de seguir siendo
sufrimientos de la historia humana. En verdad, consideraba "ri- sostenidos, por reverenciados que hubiesen sido hasta entonces. Se
dícula" la visión de Hegel de un inevitable y armonioso pro- puede considerar la Revolución Francesa como una representación
greso hacia una racionalidad superior. 46 Pero estas observacio- de esa actitud crítica hacia el pasado; su supuesto subyacente era el
nes críticas, juiciosamente salpicadas a todo lo largo de Reason de que el hombre podía reconstruir la sociedad según una fórmula
and Revolution, ofrecían solo un suave correctivo del retrato racional, o, dicho en forma más modesta, que el hombre podía
central de Hegel como hijo fiel de la Ilustración y crítico proto- eliminar las instituciones que, a pesar de su irracionalidad, se soste-
marxista del orden social europeo. nían sobre la base de la tradición. Los pensadores de la primera gene-
No deseo discutir la caracterización que hace Marcuse de Hegel ración posrevolucionaria, como bien se sabe, opusieron, a las afirma-
como filósofo crítico; en general la entuentro bastante persuasiva. ciones de la razón, las de la historia. Tanto para Burke corno para
Tampoco creo que valga la pena discutir su pintura de la iz- de Maistre, por ejemplo, la historia y la sociedad históricamente
quierda alemana de principios del siglo XIX. La defensa de evolucionada asumían el derecho de abrir juicio respecto de cualquier ,,,•'
Marcuse se basaba principalmente en su disección del concepto sociedad supuestamente "ideal" que la razón pura pudiese concebir. JI'
,,
hegeliano de razón, y muy bien habría podido admitir que los Las instituciones tradicionales, en virtud de su historicidad misma
pronunciamientos poi íttcos específicos de Hegel eran reaccionarios, tenían derechos sobre el presente ... y sobre el futuro; no se la~
sin poner en peligro su análisis del ímpetu crítico inherente a la podía disolver de acuerdo con los dictados de alguna teoría abstracta
teoría misma. Por otra parte, considero i111portante señalar que la acerca de la buena sociedad.
intención polémica de Marcuse inhibió en considerable medida Creo que el genio de Hegel consiste en haber sintetizado las
una valoración exacta del lugar que ocupó Hegel en la historia pretensiones opuestas de la razón y de la historia, y en haber elabo-
intelectual europea. Al presentar su defensa de este como revolu- rado una posición teórica que trascendía al debate entre el Ilumini s-
cionario, Marcuse prefirió hacer caso omiso de la deuda teérica que mo y sus críticos. Lo hizo, muy sencillamente, mediante la identifi-
Hegel había contraído con el conservadorismo europeo .•Pero una cación de la razón con la historia. Con ello se ubicó aparte de los
cosa es sostener que Hegel mismo no era cot,servador -o que las philosophes (que cónsideraban la racionalidad como un accidente de
inferencias de su filosofar eran claramente revolucionarias-, y otra la conciencia individual que se hacía incidir sobre los datos pasivos
muy distinta pasar por alto la manera en que recibió una clara de la historia) pero también de los conservadores (quienes recono-
influencia de teóricos conservadores. cían el carácter orgánico de la historia pero no valoraban correcta-
Podemos entender que la filosofía revolucionaria de Hegel difería mente su contenido racional). Por supuesto, la identificación, hecha 1¡
de la de sus predecesores del siglo XVIII, solo cuando reconocemos por Hegel, de la razón y la historia, fue lo que Marcuse se dedicó a
que el nuevo ingrediente de dich¡¡ filosofía era un concepto de la demostrar en Reason and Revolution, pero sin presta~· un adecuado
historia tomado, en form a más o menos consciente, de p~nsadores tributo histórico a los pensadores conservadores que habían hecho
posible esa síntesis. En apariencia, sentía que esa concesión a la
44 Reason and Revoluuon. págs. 120. 92 - 93, 161
oposición habría minado la eficacia de sus argumentos.
4S !bid. , pág. 221; cf. " Th eoretische Entwurfe uber Autoritat und Familie",
págs. 182 - 183. ·
46 Reason and Revolutwn. pág . 246; el . pág . 22 1.

142 143
de la el_e cción ética y la realización psicológica. 48 Marcuse se esfow
por separarse de esta escuela de interpretación. No le interesaba
Marx el_ poeta, ni siquiera Marx el filósofo. En cambio, usó las
11 m:d1tac1one~ h~gelianas de Marx como prueba de la tesis de que la
cnt~ca econom1ca de este era el producto directo, y por cierto que
Como ya señalé, Carlos Marx fue el segundo punto focal de las la un1ca extensión legítima, de las tendencias críticas del propio
primeras empresas intelectuales de Marcuse. La investigación del pensamiento de Hegel. 49 Era incorrecto, sostuvo, extraer de los
marxismo por este constituyó una manifestación de la revaluación pnmeros manuscritos la conclusión de que Marx era un filósofo
general del materialismo histórico, estimulada por el descubrimiento frustrado que pretendía ser un economista. Los conceptos centrales
de los manuscritos económicos y filosóficos de Marx. En rigor, esa de esos p~imeros escritos eran ya conceptos económicos, aunque no
fue la segunda gran reinterpretación a que había sido sometido Marx, en el sent1do estrecho de una teoría económica técnica. Represe nta-
y llegaba más o menos tres décadas después de la gran controversia ban una traducción a términos económicos de las tendencias críticas
revisionista de principios de siglo. En ambos episodios se plantearon ante~ ~xpresadas en un vocabulario más o menos exclusivamente
los mismos problemas: el materialismo, la revolución y el determi- fllosof1co. Ello regía inclusive en los casos en que Marx conservaba
nismo. Dados los acontecimientos históricos y las inclinaciones tem- la terminología filosófica tradicional (es decir, hegelian a): "Todos
peramentales, ambas generaciones de estudiosos se sintieron desilu- los con~eptos filosóficos de la teoría marxista son categorías soc iales
sionadas con el rígido reduccionismo sociológico y el determinismo Y econom1cas . . . Ni los primeros escritos de Marx son filosóficos.
histórico de los marxistas ortodoxos. La primera se vio frente a la Expresan la negación de la filosofía, aunque todavía lo hagan en
falta de materialización de la revolución prevista, y la segunda encaró lenguaje filosófico ." 50 Al mismo tiempo, Marcuse insistía en que los
una grosera insensibilidad de los intérpretes oficiales de Marx res- conceptos económicos fundamentales de Marx contenían en sí una
pecto de los problemas psicológicos y morales. La solución de Eduard crítica de la situación humana bajo el capitali smo en su totalidad . s 1
Bernstein consistió en abandonar a Marx por completo, negar la Como sus colegas ·neomarxistas Georg Lukács y Antonio Gramsci
dialéctica histórica y la primacía de las fuerzas materiales sobre las Marcuse se concentró en tres nociones elaboradas en los primero~
intelectuales y morales en el proceso histórico. Sus críticos, en manuscritos. La primera de ellas, y quizá la más importante era la
especial Lenin, trataron de salvar la visión de Marx sobre el derrum- de alienación. Mqrcuse mostró que el concepto de alienación. conte-
be inevitable del capitalismo, para lo cual introdujeron un nuevo nía . un.a crítica psicológica general de la condición hum ana bajo el
factor económico: la teoría del imperialismo. Así, la división entre cap1tal1~~o. Como concepto económico, la alienac:ón significaba la
revisionistas y antirrevisionistas, a comienzos del siglo XX, le dejaba separac1.on de la clase obrera respecto de los medios de producción,
a uno la elección entre un moralismo ahistórico, fiel a la tradición en el SIStema de propiedad privada. Pero en manos de Marx el
del Iluminismo, de libre albedrío y compromiso ético, y un determi- concepto denotaba además la frustración total de las facult;des
nismo económico más bien tosco, pero acabadamente histórico. 47 hu~anas. En especial, la alienación significaba la contracción , per-
El descubrimiento de los primeros manuscritos ofreció a los vertida Y en masa, de los talentos del individuo, para la ejecución de
neomarxistas de la década del 30 un camino intermedio mucho más una sola tarea monótona. El problema ya no era filosóf1co, puesto
atrayente entre esas dos alternativas. Los manuscritos indicaban con
suma claridad que la crítica social de Marx había nacido de una 48
Cf., por ejemplo, Erich F ro mm, Marx 's Concept of Man, Nueva York, 1961 .
prolongada lucha contra la filosofía hegeliana. Para algunos reinter-
" D~r
49
Reason and Revolution, pág. 252; Kampf gegen den Liberalismus "
pretadores, ello significaba que en el fondo Marx seguía siendo un pág. 55. .. . •
filósofo idealista, un espíritu libre, preocupado por los problemas 50
Reason and Revolution, pág. 258.
51
4 7 Para
una exposición clara de la primera controversia revisionista, véase Marcuse, "Philosophie und kritische Theorie", Kultur und Gesellschaft t,
Peter Gay, The Dilemma of Democratic Socialism, Nueva York, 1952 . pág. 102.

144 145
. - . , n solo se podía solucionar- aboliendo proporcionaban el contexto general para la libre iRiciativa. La clave
que el dilema de 1~ ahenaciO_ t "52 Así si bien resultab a r i:J r<'
"el modo de trab~o p~:~:~~~~~ls~s hum~nitaristas de la Ilustra-
del éxito o el fracaso de la revolución, y en verdad de la dialéctica
que Marx era here ero -· alización humana a histórica en su totalidad, e ra la conciencia. Así, Marcuse desplazaba
ción, tradujo la ~reocupaclon d? e_sta P~~ ~~a r~ctura de Marx por el acento de su análisis, alejándolo de los mecanismos puramente
categorías exclusivamente ~~ono~~asia libertad humana se había económicos de fa dialéctica (superproducción, tasa descendente de
Marcuse, el problema tradlclona. _e las ganancias, etcétera) e insistía, en la importancia central de la
convertido en un P~?blen:'a e~o.~om~c~.rcionaba el segundo foco del
conciencia revolucionaria. La lógica económica podía muy bien
El concepto de conciencia pr p 1 oblema del crear las condiciones materi ales para la revolución, pero esas condi-
E se caso luchaba contra e pr ciones se volvían revolucio narias "solo si las captaba y dirigía una
análisis de Marcuse.. ~ e ramente filosóficos, se trataba de si
determinismo. En termmos pu . . es acio de importancia actividad consciente apuntada hacia la meta socialista". 55 Según
la dialéctica hist~;ica de Marx de¡~~~oa~ga:o :ara el ejercicio signi- este análisis resultaba claro que el marxismo bien entendido era
incompatible con el "determinismo fatalista". 56
para la intervenc1on humana, Y P , - históricos Marcuse se
-b rtad humana En termmos • La insistencia de Marcuse en el papel central de la conciencia en
ficativo de 1a 11 e · bl e había dividido las filas
- b ás hacia el pro ema qu E el pensamiento de Marx explicaba asimismo su total falta de interés
onenta a una vez n:' - - i Jo· la revolución no realizada. 1
del marxismo a pnnci~IOs ~e s g - el desarrollo de la sociedad
por el reduccionismo sociológico marxista. En la interpretación
capital de Marx parecl a senal~r l~ue era una cuestión de simple tradicional de Marx, el concepto de una dialéctica económica inevi-
1 italismo al soc1a 1smo, - _ table estaba vinculado a una sociología marxista que negaba la
europea, d e cap _ _ 1" taconteníaciertosmecan1smos
lógica económica. El SIStema caplta IS d cción la tasa decreciente de autonomía, y por lo tanto la importancia histórica, de los factores
ideológicos, religiosos y filosóficos. El propio Marx había sentado
puramente econ~~ic?s -:-la ~~~~rp~e ~levab~n a su caída. Si Marx
las bases teóricas de esa sociología en La ideología alemana, y se
ganancias, las c:lsls ~~~vltab ro ~ner semejante tesis, entonces, en
había tenido la mtenclon ~-e p P h. t ·a no había lugar para la
contó entre los más expertos practicantes del arte reduccionista Pero
. . . oncepc1on de la 1s on no recuerdo un solo ejemplo, en los escritos de Marcuse, en que se
apanencla, en su e -· uía ue la táctica adecuada para
demuestre la dependencia causal de una determinada tradición ideo-
libertad hum~na. Tamblen se segrevo~ción era la adoptada por los
tratar de explicar .el ~rae aso_ de 1~ ,
lógica respecto de las fuerzas económicas objetivas. Marcuse no
otro hecho económico (el
antirrevisionistas, quienes mtro uclan, o ese nuevo hecho obsta- afirma que tales esfuerzos sean ilegítimos o antimarxistas, pero su
- . ) t ataban de mostrar com descubrimiento del papel central de la conciencia en Marx lo condujo
impena 11smo Y r , _ ro io Marx había delineado.
por el camino exactamente opuesto. Toda su atención se dirigió
culizaba la lógica econ.omlca que _: Pha~ia el papel central de la
1

Pero Marcuse llamo la aten~lon - t'a sJ No abandonó la hacia el impacto histórico de las fuerzas ideológicas, en especial las
d - J' fea
1 histonca marx1s · que incidían sobre la cristalización o enmudecimiento de la concien-
conciencia en la la ec , _ b'etivo como lo habla hecho
cia revolucionaria. En apariencia sentía que los marxistas ortodoxos
noción de un dinan:'i~m~ econo~~~~s~ei~ pe;o argumentó que Marx
la generación de reVISIOniStas ~e . - m~ si funcionara de acuerdo y los sociólogos del conocimiento habían agotado las posibilidades
del reduccionismo sociológico. Su tarea correcta consistí a en demos-
nunca concibió ~1 ~roceso h_~~~~:~co ~~ revolución dependía de la
trar qué era lo falso y lo heterónomo en la historia del pensamiento.
con leyes economl_c~s mecab. . - " 54 pero estas condiciones solo
"totalidad de condiCIOnes o ¡etlvas , Por otra parte, el filósofo debe ocuparse de la verdad -pero de la
1 verdad sobre el hombre y la sociedad- contenida en las empresas
. 275,. cf . pags.
. 273- 278 ' 281-282.
1 52 Reason and Revolution. pag. . especulativas del pasado. 5 7
ran arte de su reinterpretacoón, Marcuse
53 En este asunto. J:Qmo en g P G h 'chte und Klassenbewusstsem .
seguía las huellas de Georg Luckács, cuya ese l~ciones de Los manuscritos 55 /bid.
Berlín, 1923, anticipó muchas de las reve
56
económicos y filosóficos. tbid., pág. 319.
57
54 Reason and Revolution, pág. 318. "Philosophie und Kritische Theorie", págs. 115- 116.

146 147
Por último, junto con la nueva perspectiva sobre Marx apo1tada
por las nociones de alienación y conciencia, los prim eros manuscn - que el tipo de marxismo de Marcuse seguía siendo en comparación
tos introducían también una nueva comprensión del comunismo. ~~stante duro y revolucionario. Este insistía en que una compren-
Marcuse sentía que los intérpretes oficiales de Marx, preocupados s~on corre~ta _de Marx no podía basarse de manera exclusiva, ni
como estaban con los mecanismos económicos, habían hecho un SiqUiera pnnc1pal_mente, en los primeros manuscritos, y eludir los
fetiche de la abolición de la propiedad privada y de la socialización desarrollos postenores como aberraciones o maniobras tácticas, como
de los medios de producción. 58 Como las categorías económicas ~ menudo _1? hace Lichtheim. 62 Y en efecto, Marcuse respaldó su
siempre denotaban para Marx una realidad humana más fundam en- mterpretac10n del trabajo alienado y de la conciencia por medio de
tal los ordenamientos económicos especificas que preveía eran solo una le~tura c:ítica de los escritos maduros de Marx, en especiar de
m~dios para alcanzar una meta humana más fundamental. Los pri- El capttal. Mas aun, a diferencia de Lichtheim; no intentó culpar a
meros manuscritos anunciaban esa meta como la abolición del tra- Engels de los aspectos del credo matxista que no coincidían con el
bajo. Si la irracionalidad básica del orden capitalista era el trabajo retrato ?eMarx como humanista y demócrata (la revolución violen-
alienado -que, como vimos, Marcuse interpretaba como la frustra- t~, la dictadura del proletariado, el determinismc económico). Por
ción total de las potencialidades humanas-, se seguía de ello que el Cierto que casi no mencionaba a Engels. Lo que es más importante
derribamiento del capitalismo implicaba la eliminación de su perver- ~pesar de todo el acento que puso en el papel de la conciencia y des~
sión central : "La abolición del proletariado equivale también a la lllS1sten~1a en la preocupación de Marx por la situación humana en
abolición del trabajo como tai" .''J La cuestión de la propiedad su totalidad, atacó con vigor la idea de que este fuese otra cosa que
privada tenía importancia solo porque "la alienación ha adoptado un revolucionario. Para Marcuse, Marx no era el profeta de un
su forma más universal en la institución de la propiedad privada" hU c~pitalismo más humano o de un socialismo democrático, que pu-
En rigor, Marcuse argumentaba que la concepción de Marx sobre el dieran logr~rse por medio de reformas constitucionales graduales.
comunismo era más extremista aun de lo que habían imaginado sus E_n e_ se sent1do se distinguía de los revisionistas, tanto de los de su
epígonos . Significaba mucho más que una redistribución de las prop1a generación como los de la de Bemstein, que se apartaron de
relaciones de propiedad . El comunismo significaba "no solo un las consecuencias · revolucionarias de la dialéctica marxista.63 Era
sistema económico nuevo y distinto, sino un distinto sistema de claro ~ue a Ma~cuse no le interesaba diluir a Marx para hacerlo más
vida . .. una nueva forma de individualismo" h 1 atractivo a los liberales de Occidente.
Considero impo1tante subrayar de qué manera la comprensión Luego de afirmar que presentó a este como un revolucionario
de Marx por Marcuse difería, tanto de l a interpretación t radicional, ahora tengo que explicar las propias relaciones de Marcuse con 1~
con su deteJmini.smo rígido, su reduccionismo sociológico y su caus_a revolucionaria. Antes de iniciar su carrera de estudioso, se
enfoque exclusivamente económico, como de las revaluaciones hab1a mostrado activo en el movimiento espartaquista, en especial
ahistóricas y blandas propuestas por algunos de sus colegas revisio- durante las conmociones políticas que asolaron a Alemania en 1918
nistas. Si tomamos el reciente estudio del marxismo por George ~ 1919. Más aun, resulta claro, por muchos de sus comentarios, que
Lichtheim como un resumen sintomático de lo que muchos estudio- el Y sus colegas del Instituto de Investigaciones Sociales fueron
sos occidentales hicieron con el joven Marx, descubrimos en seguida modera~amente entusiastas en cuanto al destino de la revolución
h~ta b1en avanzada la década del 30. 64 Quizá sería más exacto
SR Reason and Revolucion. pag . 294. af1rmar que aún no les resultaba claro si la clase obrera europea
59 /bid.. pag . 292 . "Mnrx . ve1'a e l futuro modo d e traba¡ o tan d1f~rentc
62
del predominante. que vac ilaba e n usa1 el m1smo termmo ·traba¡ o pa1a fb1d., pág. 295; George Lichtheim. Marxism. Nueva York 1961 nans 54
designar por igual e l p10ceso mater1al de la soc iedad cap1 talista Y de la
105. . . ,. ~ . .
comunista" (pag . 293) . 63
Reason and Revo/ution, págs. 398-399; Lichtheim Marxism ·
60 /bid. . pág. 282.
62, 99, 234-258. · · pags. 58,
64 Vé . 1o, " Zur Kritik des Hedonismus", Kultur und Gesel/schaft
r. t /bid., pág 286. ase, por ejemp
1, págs. 159-160.

148
149
cumpliría con su m1s1on histórica o sucumbiría ante las presiones En su crítica del empirismo y de sus subproductos característicos,
administrativas y militares del fascismo . En 1934, por ejemplo, en especial el cientificismo y el relativismo, Marcuse se basó en una
Marcuse escribía: "hoy el destino del movimiento obrero ... es única percepción: la de que el empirismo eleva a la dignidad de doc-
incierto"_6s L·a desilusión final llegó con la guerra civil !!spañola trina filosófica una actitud hacia la realidad que en esencia es
y los juicios de Moscú. 66 En esa época, según su propio relato, se conservadora. En Reason and Revolution presentó ese argumento
dedicó a una lectura profunda de Freud. 6 7 No perdió la fe en lo por medio de un análisis del empirismo inglés, en especial la filosofía
correcto o pertinente de la teoría marxista, pero el fracaso histórico de David Hume. Si se toman como únicas guías de la verdad la
de las fuerzas a las que Marx había confiado la revolución lo con· experiencia y la costumt;>re, entonces, ~gún Maryuse, se despoja al
venció de que la sociedad europea había llegado a una e~apa en q~e hombre de una facultad -la razón- que le permite actuar de
hacían falta conceptos críticos más extremistas. El marx1smo hab1a acuerdo con ideas y principios que trascienden al orden establecido.
resultado inadecuado, no porque fuese francamente abstracto Y El producto final de la actitud de Hume era, pues, no un simple
revolucionario, sino precisamente porque no era lo bastante r~volu­ escepticismo, sino además el conformismo. La crítica de los empi-
cionario. Marcuse sentía que la crítica social del futuro tendna que ristas contra la metafísica era en realidad "un ataque contra las
ser a la vez más negativa y más utópica aun que el marxismo. En la condiciones de la libertad humana, porque el derecho de la razón a
era del capitalismo monopolista y del totalitarismo, solo las concep- guiar la experiencia es una parte adecuada de esas ·condiciones".6 9
ciones más radicales de Marx conservaban su plena fuerza crítica. Marcuse declaraba que las consecuencias conservadoras de esa
Marcuse señalaba en especial la idea de la abolición del trabajo. Este filosofía resultaban explícitas en la variedad del empirismo más
concepto, enunciado en los primeros manuscritos y desecha?o por influyente en el siglo XIX: el positivismo. Por positivismo entendía
el teórico más sobrio de los escritos maduros, conservaba aun una el intento de descubrir, por medio de la investigación empírica, un
significativa promesa de una existencia humana, más allá de los sistema de leyes sociales inexorables, análogas a las de las ciencias
68
límites del capitalismo industrial avanzado y del totalitarismo. naturales. Tal como lo propuso en Francia Augusto Comte y en
Alemania Friedrich Julius Stahl, el repudio positivista a la metafísica
iba acompañado por una explícita negación del derecho del hombre
a reorganizar su sociedad de ocuerdo con los dictados de la razón:
111 "Los protagonistas de este positivismo hicieron grandes esfuerzos
por subrayar la actitud conservadora y afirmativa ·de su filosofía:
Antes de dedicarnos a la confrontación de Marcuse con Freu?, induce al pensamiento a conformarse con los hechos, renuncia a
deseo comentar varias actitudes y prejuicios intelectuales car~c~ens ­ toda transgresión que vaya más allá de ellos y se inclina ante el
ticos que impregnaron sus priJTleros escritos y que se conv1rt1er~n estado de cosas ex.i stente". 70 En el análisis · de Marcuse, · pues, el
en elementos permanentes de su pensamiento madur_o. En m1 _a~all ­ positivismo aparece como un heredero directo (je la tradición de
sis de la crítica del liberalismo por Marcuse, me reten a su host1l1dad Burke y de Maistre. Lo que es más, señala que el positivismo -surgió
al empirismo filosófico. Pero ese antagonismo era ta_n fundamental en especial en Alemania, en respuesta a las tendencias negativas o
para toda su visión filosófica y poi ítica, y estaba articulado con tal críticas del idealismo hegeliano. 71 En otras palabras, encuentra en
convicción, que merece un tratamiento más extenso. el antagonismo histórico del positivismo contra el hegelianismo una
ilustración concreta de la alianza del empirismo y el conservadorismo
óS Marcuse, "Der Kampf gegen den Liberalismus . .. " , pág. 55; "Vorwort", contra las fuerzas críticas de la razón.
Kultur und Gesellschaft 1, pág. 7 .
6ó"Vorwort" , pág. 11. 69 Reason and Revolution, págs. 20-21 .
67 Marcuse me proporcionó esta información en una entrevista privada, el 70 /bid., págs. 27, 343-- 344, 348-349.
15 de noviembre de 1965, en Cambridge, Massachusetts.
11
/bid., págs. 326-328
ó8" Vorwort " , págs. 12, 14- 16.

151
150
La oposición de Marcuse al emp1nsmo filosófico tenía es~~cha político~ por el otro. 75 Hegel era uno de los pocos filósofos europeos
relación con su crítica del relativismo. En este caso tamb1en se que habra tr_a tado de superar esa oposición de sujeto y objeto, cosa
concentró en los positivistas de mediados del siglo XIX, quienes que proporcionaba a Marcuse otra justificación más para presentarlo
insistían en que una teoría científica de la sociedad era necesaria- como revolucionario. 76
mente neutréll en materia de valores. Comte decía que la sociología Marcuse encontró los mismos motivos poi íticos en acción en la
positivista "no ad•ni ra ni condena los hechos poi íticos, sino que los famosa distinción alemana entre cultura y civilización. Acuñó la
~rase_ "cultura afirmativa" para caracterizar la noción de un cultivo
72
contempla ... como simples objetos de observación". Marcuse
consideraba toda la sociología m0dema, con su insistencia en la rn~enor que se opone a todo "simple" bienestar físico. La cultura
neutralidad de la investigación científica, como la víctima del rela· af1 rmativa representa un mundo de belleza, libertad y dicha, total-
tivismo positivista. 7 3 La noción de que el relativismo es intrínseca- mente separado del m_undo de trabajo cotidiano de la civilización, y
mente conservador era, por supuesto, la conclusión a que había por lo tanto es acces1ble a cualquier individuo, no importa cuáles
llegado Geza Roheim en sus luchas contra la tradición fu~cionalista sean la fealdad, miseria y trajín de su existencia material. En otras
en antropología. Pero Marcuse fue más lejos que Rohe1m, puesto palabras, la doctrina de un bello y libre espíritu dentro de un cuerpo
que siguió a ese conservadorismo implícito hasta su origen en los esclavizado sirvió para perpetuar el orden económico establecido. 77
supuestos básicos de la empresa científica de Occidente, asunto al La disección hecha por Marcuse de la función represiva de la
cual volvería con energía en One-Dimensional Man. En la Weltans- cult~ra concordaba mal con· otro tema básico de sus primeros
chauung científica encontraba, no solo una sumisi?~ no críti':a a _los escntos: la ~nción crítica del arte. Aquí encontramos una ambigüe-
hechos, que logró formulación filosófica en el emp1nsmo mgle~ •. smo dad que en ngor se intensificó en los escritos freudianos de Marcuse
también una preocupación por un modo neutral de abstracc10n, a de las _décadas del 50 y el 60, y que refleja con exactitud una ambi:
saber, las matemáticas, en perjuicio de otros modos, potencialmente valenc1a paralela en la actitud de Freud hacia el arte. En su análisis
críticos. Eri la tradición intelectual dominante del período moderno, de la cultura a_firmativa, M~rcuse trataba el arte como otro aspecto
una adoración ciega de "los hechos" se había combinado con el de esa cultura rntema que s1rve para reconciliar al individuo con un
"formalismo matemático" para inhibir cualquier comprensión autén- orden económico explotador: "Puesto que el arte muestra lo bello
74
ticamente. crítica del mündo que experimentamos. como present~, pacifica el deseo revolucionario. Junto con los otros
Así como Marcuse acusó a la tradición filosófica anglosajona de P_roductos culturales, ha contribuido a la más amplia tarea educa-
aquiescencia empírica, asimismo consideró a la filosofía continental Cional de esta cultura: disciplinar al individuo liberado ... de modo
totalmente comprometida por su persistente dualismo. En este caso, que pueda soportar la falta de libertad de la existencia sociai". 7B
una vez más, su queja fundamental era política: el dualismo mente- Este antagonismo hacia el arte se me ocurre perfectamente coherente
cuerpo que impregnaba gran parte de la filosofía europea, relegaba con la ~esconfianza general hacia la cultura, característica de todos
la libertad y la autorrealización a un mundo interior del espíritu, en los escntos de Marcuse. Es comparable al tratamiento freudiano
tanto que el mundo "exterior" de la cultura material y las relaciones d:_l arte como sublimación, es decir, como sustituto de una satisfac-
sociales era considerado no pertinente en lo referente a la realización Cion corporal más fundamental.
del hombre un reino de inevitabilidad y miseria. En su contribución P~ro como Freud, Marcuse fue incapaz de mantener una actitud
a Autoritá·/ und Familie, Marcuse hizo la historia de esta tradición hostil coherente hacia la tarea artística. En verdad, afirmó con mayor
filosófica, desde Lutero hasta Kant, mostró la relación entre el 75 Ma
reuse, "Th eoret1sche
· ..
Entwurfe über Autoritiit und Fa ·¡· " á
dualismo por un lado y el conservadorismo y el autoritarismo 140-146, 172 _ m1 1e , p gs. 137,
76
Hegels Onto/ogie . . . , págs. 13, 15.
72 /bid., 354. 77
Marcuse, "Uber den affirmativen Charakter der K u ltur", K ultur und
73/bid., l'égs. 375-37E Gesellschaft /, págs. 63, 66, 77.
74 /bid., 78
11 ág. 145. /bid., pág. 89.

152 153
frecuencia que el arte representa un asilo para la verdad revolucio-
carácter "negativo" . .
naria; es la criada de la teoría social izquierdista. Aun cuando la :1
en el sentido de qu~ ~/~spal?o veredicto del positivismo europeo
filosofía y la religión habían traicionado su función crítica, el arte La filosofía de H 1 egel:~nrsn:o era una "filosofía negativa". 83,
seguía firmemente comprometido con la promesa de un futuro ege estaba motrvada p 1 . .,
hechos dados, que ante el t 'd , or a convrccron de que los
mejor. 7 9 De tal manera, Marcuse afirmaba que la esencia del arte positivo de la verdad sen ' ~ comun aparecen como el índice
era la crítica, y llegaba a sostener que la realización final de una modo que esta solo ' son en realrdad la negación de la verdad de
sociedad racional significaría el final del arte tal como lo conocemos. Esta apoteosis de n:gu;~~nserd::~able<:i.da por su destrucción :•_B4
Una vez completada la tarea crítica, la vida adquiriría la realidad del hegelianismo de M Y ruc~ron, que constituía el centro
ahora conservada en la obra de arte, y el arte mismo llegaría a "care- arcuse, se manrfestaba d' .. ,
elaborar con seriedad las m . . en su rsposrcron a
cer de objeto". 80 . as negatrvas y viol t .
Intelectuales, en especial el instinto de en as construccrones
En todos sus escritos utiliza en forma irónica la antítesis negati- también, su disgusto ante el o t' . mu~r~e de Freud. Explicaba,
vo-positivo o afirmativo-destructivo. Ser positivo, afirmativo, gá- hegeliano Y de los revisionistas npe rfmrsmdo facrl del positivismo anti-
rrulamente optimista, ya sea en el sentido de Augusto Comte o en el ., o reu ranos Porsu M
se h u~dro en las profundidades de la ne .; puesto, a reuse
de Norman Vincent Peale, significa adoptar un punto de vista una vrsión más elevada de 1 f' . . gacron solo para ascender a
fundamentalmente conservador. La actitud verdaderamente progre- a a rrmacron humana 1 · .•
pfo, en que si bien fa filosofía de H 1 " . . nsrstro, por ejem-
sista es la negación. Pienso que la elección, por Marcuse, de este de lo dado y conserva s·remp ege . comrenza con la negación
vocabulario evidentemente consciente, nos dice mucho acerca de su re esa negacró " " ·
ración de que la historia ha 1 d 1 ~ , termrna con la decla-
estructura intelectual y psicológica. En el sentido más inmediato, misma manera, como verem ogra o a _realrdad. ~e la razón" .8s De la
revela una mentalidad más bien juguetona, una inteligencia filosófica, tinto de muerte con vist adopto 1~ nocron freudiana del ins-
os¡.
(por ejemplo, declaró que había escrito Reason and Revolution a fa Muerte Per; m as a a rrmarel trrunfo final de la Vida sobre
fin de revivir "el poder del pensamiento negativo"). 81 Al mismo alienación . de Marc~s:~:c:~~mportante subr~yar la medida de la
tiempo, el repetido empleo honorífico de "negación" y "destruc- existentes. Solo una inten~ -~ de la c~ltura rntelectual y material !i
ción" sugiere una cólera feroz y apenas disimulada, que refleja el siasmo por la negación 1 co era podra dar nacimiento a tal entu- lt,1
grado de la alienación de Marcuse respecto del orden establecido. . . Y a muerte.
Mr retrato del joven Marcuse sería . . 1
La medida en que lo fascina la negación es hasta cierto punto de las tendencias de sus . rncompleto srn una evaluación
responsable de su predilección por ciertos pensadores y conceptos. prrmeras obras que t' · b .
posterior por Freud En 1 f' . an rcrpa an su rnterés
Define, por ejemplo, la medida de su identificación con Hegel. En . · a super rcre de las cos h
predrlecciones intelectuales de Marcuse , ~s • .mue as de fas
Soviet Marxism, Marcuse dejó establecido con suma claridad que promiso serio con el psicoanálisis Su entpa.recran rnhrbrr todo com -
no aceptaba la noción hegeliana de una Razón metafísica o es pi ritual hegeliano, por ejemplo implic b . . . usras~~ ~or el racronalismo
que empujaría la historia hacia una meta predeterminada. 82 Así, en to lóbrego de fa ment; humana a cr~rta rnsensrbrlr.d ad hacia el aspec-
un sentido estricto, supongo, no era hegeliano. Lo que compartía dad, que Freud investigó en f~r~a'~:n~a cap~rdad de irracionali -
con Hegel, aparte de su convicción de la legitimidad de una perspec- otra parte una actitud mas' b. 1' srstematrca. Implicaba, por
tiva filosófica nada inhibidamente abstracta, era una firme. creencia ' ren neg rgente ha · 1
Y hacia la sexualidad en partic 1 M era e cuerpo en general ,
en la función progresista del pensamiElfltO negativo. Citaba con en que en el pensamiento de ~e ar.l 1 arcu~e, ~or supuesto, insistió
aprobación la afirmación de Hegel de que la dialéctica tenía un había sido superada. Pero resu'rtag~m a a~rtesrs de mente Y cuerpo
poco sentimiento de un cue posr fe negar que existe muy
19fbid. , pág. 85; "Philosophie und kritische Theorie", pág. 123. rpo concreto en la densa atmósfera
83
80 "Uber den affirmativen Charakter der Kultur", pág. 99.
81 Reason and Revolution, pág. VIl. 84
Reason and Revolution, págs. 123, 325 . IL
/bid. , págs. 26-27.
85
82 soviet Marxism, págs. 1-5. /bid., pág. 27.

154
155
ci?n de Eros and Civilization. Varios de sus primeros ensayos conte-
de La fenomenologia del espiritu, donde la realidad amenaza cons- ntan trozos de análisis qutJ ya eran totalmente freudianos en su espí-
86
tantemente con disolverse en una pura autoconciencia. ritu, Y en ocas10nes reich ianos. Aún en la década del 30 consideraba la
El propio Marcuse asumía sin retaceos la antigua (y represiva) re~resión corporal, Y en especial la sexual, como uno de los atributos
sabiduría de la tradición cristiano-racionalista, que destacaba la mas Importantes del orden social explotador. Era más sensible a la
capacidad del hombre para el pensamiento como la medí~~ última dime~sión sexual de la represión que ninguno de sus predecesores
de su dignidad. 87 En la misma vena debe verse su valoracton ~ega­ marxtstas ortodoxos o sus contemporáneos revisionistas. Por consi-
tiva de tradiciones filosóficas como el utilitarismo y el hedomsmo, gwen:e. ·su crítica del dualismo de Occidente subrayaba, no solo la
que parecen tener mucho en común con el psicoanálisis. Marcuse mtsena económica, sino también la miseria sexual perpetuaday racio-
consideraba que el utilitarismo y el hedonismo eran intrínseca~e~t.e na!tzada por la metafísica dualista. 91 Al mismo tiempo suavizó su
conservadores, pues ambos ofrecen soluciones exclusivament:- t~dtv~ ­ Crlttca contra los excesos individualistas del hedonismo y el materia-
dualistas al problema de la felicidad, y no son capaces de dtstmgutr lismo del siglo XVIII, al elogiar su insistencia en el derecho del
entre las necesidades verdaderas y las· falsas .88 hombre al placer físico sin sentimientos de culpa ni vergüenza.92
Por último está su aversión general a los modos psicológicos de Una preocupación similar por la represión sexual resulta evidente
razonamiento.' En ese contexto, quizá debería volver a mencionar en el análisis crítico que hace del concepto burgués del amor. Bajo
su participación arr.bivalente en el proyecto psicopol ítico del Insti- el ~r~en capita~ista, afirma, el amor sexual queda despojado de su
tuto de Investigación Social. Cuando se publicaron los resultados del esptntu JUgueton y de su espontaneidad (cualidades que aún se
proyecto en Studien über Autoritiit und Familie, a Marcuse se le conservan, aunque en forma vicaria, en los despliegues físicos que
asignó la tarea de escribir una historia del pensamtento europeo se ven en los circos y espectáculos de variedades).93 El amor se
sobre el tema. El ensayo resultante fue notable por la forma en que convierte en una cuestión de deber y costumbre, cuidadosamente
se las arreglaba para eludir casi toda mención a la familia. ~~s pocas ctrcunscripta por la ideología de la fidelidad monogámica. Su única
observaciones que hizo respecto del tema eran poco ongmales Y función, además de perpetuar la especie, es la higiénica de mantener
superficiales,B 9 y dedicó la mayor parte de su energía ~ u~ análisis la salud física y mental necesaria para el funcionamiento continuado
de la interrelación entre el dualismo filosófico y el autontansmo. En del aparato económico. 94 Entre los obreros, la sexualidad está limi-
un ensayo agregado, intitulado "Autoridad y familia en la sociología tada de manera estricta al breve período de tiempo libre concedido
alemana hasta 1933", llegaba a afirmar que la familia no tenía una para !!1 ~escanso y la recuperación, y Marcuse sostenía que el
importancia histórica fundamental; no era el baluarte del auto.ri- embotamtento de la sensualidad era el subproducto inevitable del
tarismo, porque además de la familia burguesa estaba la proletana, ~rabajo industrial, que producía la atrofia y embrutecimiento de los
"que cría a sus hijos con plena conciencia de la moral de clase organos corporales.9 S
proletaria".9o Por consiguiente, ni siquiera compartía los modestos No for~uló el problema de la represión sexual como cosa aparte.
entusiasmos freudianos de sus colegas más próximos a él. ~a represton sexual era algo más que "apenas otro mal" del capita-
Sin embargo, quiero afirmar que en realidad habí~ en las prim.eras lismo. En forma reichiana, declaró que la represión de la sexualidad
obras de Marcuse elementos que apuntaban con clandad en la dtrec-
91
"Ub er d en aff'~rmat1ven
· Charakter der Kultur", pág. 58,
R6ct. Hegels Ontologie .. . , pág. 29. 92
87 "Der Kampf gegen den Liberalismus ... ". pág. 53. 1bid., págs. 68-69; "Zur Kritik des Hedonismus" págs. 130--131;
Reason and Revo/ution, pág. 270. '
88" zur Kritik des Hedonismus", págs.. 136-137, 160; "Über den affirmativen 93
K~ltur",
Charakter der Kultur", pág. 98.
89"Theoretische Entvvürfe über Autoritat und Familie", págs. 156-157,
94

95
" Uber den affirmativen Charakter der
"Zur Kritik des Hedonismus", pág. 155.
pág. 84.

/bid. , págs. 153- 156 ; "Ub er d en affirmativen Charakter der Kultur",


l.
159-160, 184, 197, 216-217 .
págs. 79-80.
90Marcuse. "Autoritat und Familie in der deutschen Soziologie bis 1933".
Srudien über Autoritiit unr/ Familie, pág. 752.
157
156
contribuía de modo significativo al mantenimiento del orden general
de represión . Era un hecho poi ítico, tanto como psicológico. El de perfección humana (" . . .
criminales"99) Y cons,·de sbegl Uira habiendo inválidos, neuróticos Y
análisis de Ma reuse sobre la función poi ítica de 1a represión sexual • ra emente más v
era bastante ingenioso. Declaraba que en una sociedad en que todos tes de la permisividad sexual . . . ago en cuanto a los lími-
, lnSIStia en la real ·b·l·
los valores se basan en el trabajo, .el placer queda necesariamente mun d o sustancialmente libre de cul . . . _ Po~¡ . ' ldad de un
desvalorizado : "Si solo el trabajo abstracto crea el valor de acuerdo en el cual la internalización bl~a, ~~~ena e InjUStiCia, un mundo
Y su lmaciOn de la l"d .
con el cual se regula la justicia del intercambio, entonces el placer Paso a una acentuación del placer_ loo sexua' ad dejaran
no puede ser un valor. Si lo fuera, quedaría puesta en tela de juicio
la justicia de la sociedad; en verdad, se revelaría como una notable
injusticia". 96 Y, lo que es más importante aun, todo aumento del
placer pondría en peligro la disciplina y regimentación tan necesarias IV
para el funcionamiento continuado de la maquinaria del capitalismo:
El empleo de Marcuse por el obi
La liberación no sublimada, no racionalizada, de las relaciones la década del 40 le permif' 1 g ':[~o de _Estados Unidos durante
sexuales, significaría la más enfática liberación del placer como toria", un período en el q~oe ou~~e nk ~nkson llamó una "mora-
tal, y la devaluación total del trabajo por el trabajo mismo. La lectuales de su juventud Y traz! el d revalonzar l_as escaramuzas in te-
tensión entre el valor innato del trabajo y la 1ibertad del placer El marxismo había pro - errotero de futuras empresas.! OJ
• - - porc10nado una her · .
no podría ser tolerada por el individuo, la desesperación y la util pero insuficiente Y result b . ramlenta de analisis radical
injusticia de las condiciones de trabajo penetrarían profundamente modificaciones de imp,ort . a_ a evidente que necesitaba algunas
- . anc1a s1 se deseab . .
en la conciencia de los individuos y harían imposible su Sitos cnticos de Marcuse a_ que S1rv1era a los propó-
1
regimentación [Einordnung] pacífica en el sistema social del ampliamente a Freud hac¡·eanf_a erda posfasc¡sta. Ya dije que él leyó
mes e 1a déc d d 1 3
mundo burgués .9 7 que antes de lanzarse al ps,·co ' 1" . . a a e O. Pero parece
Precisamente porque las clases dominantes conocían en forma l'.d _ades. Es claro· que la corriente
ana 1s1s exam 1 • t b. ·
intel no am .'en otras posibi-
consciente o subliminal el potencial revolucionario de la sexualidad, exlstencialismo. En los escr·t 1 d J ectual que mas lo atraía era el
1· • os e ean-Paul S rt .
habían insistido en una ética sexual puritana, y hasta maniquea. Al 1smo hab1a logrado la unió d • _ a re, el existencia-
1
mismo tiempo, habían ideado inteligentes gratificaciones de sustitu- unión esta que Marcuse enc~ntr:b: met~flsl~a- y la poi ítica crítica,
ción, que canalizaban las energías sexuales en ocupaciones inofensi- referencia al interés de M tan ':resiStible en Hegel. y con
vas tales como los deportes y las diversiones populares. ficativo que los existenc~a~~:~ por el exlstencialismo, resulta signi-
Por último, anticipando uno de los temas centrales de Eros and más ávidos del hegelianismo E se ~onta~an entre los estudiantes
Civilization, Marcuse sugería que había una relación directa entre la elogió a Heidegger por su co.nt~;~ ~-nmer libro so_bre Hegel, Marcuse
represión de la sexualidad y la erupción de la agresión en forma de encomio que probable 1 Clon. a los estudios sobre Hegel J 0 2
. . mente amento des . . ,
terrorismo sádico y sometimiento masoquista. 98 También aquí, mostro su Ubicación POII't · . - pues, cuando Heidegger
lea a contmuaclón d 1 1 .
como en su análisis de la función política de la represión sexual, parte, Sartre poseí a impecabl d . e go pe nazi. Por otra
es ere enc1ales p n ·
Marcuse coincidía con Reich en lo sustancial. La organizacion racio- ~na prolongada Y atenta mirada a las o o' ':~s, Y Marcuse echó
nal de la sociedad significaría el final, tanto de la moral sexual ngor, la_ única publicación ponderabl bras del filosofo francés. En
represiva como de las deformaciones psicológicas que ella introducía. que paso en el Departamento de E ~de Marcuse durante los años
Aunque era menos enérgico que Reich en cuanto a las posibilidades 99 - sta o fue un Prolongado análisis
lb!d., pág. 161; cf. tambi ' n "Ub _
pág. 100. e er den afformativen Charakter der K lt "
9
6 "zur Kritik des Hedonismus" , pág. 153. y ur ,
91
IOO .. zur Kritik des Hedonis ..
/bid., pág. 156; cf., asimismo , pág. 152. 101 - __ mus· págs. 161-162, 166-167
98 Erok Erokson Youn9 M L .
tbid. , págs. 153-154, 157-158. 102H ' an uther, Nueva York, 1958 pág
egels Ontologie . . . , pág. B. ' ·
4 3.

158
159
crítico de El ser y la nada publicado en Philosophy and Phenome-
co~tradice las inferencias conformistas de . . .,
nological Research, en 1948. El artículo documentaba las fuentes de Según Sartre en 1 d
SO!. la dlstmclon pour-soi/en-
. e eseo sexual
su interés en el tipo de radicalismo de Sartre, y su desilusión final en ~na cosa; la conciencia queda e b uno se vuelve muy parecido a
ese sentido. Su rasgo más revelador era el entusiasmo que expresaba Incesantes "proyectos" . . m atada Y el yo abandona sus
ante ciertos temas de la obra de Sartre, autor que sugería la posibi- d e manera pasiva. Marcuse Y e¡ecuc1ones a f d
se a . In e entregarse al placer
lidad de una organización más 'e rótica de la realidad. Era evidente que como prueba prodigiosa de la fue~~dero de. este trozo de análisis
Freud acechaba entre bambalinas, y los coqueteos de Marcuse con el El acto sexual y las actitud 1 . revoluciOnaria de la sexualidad
existencialismo pueden verse, en una ojeada retrospectiva, como un 1a estructura psicológica d 1es re. ac1onadas
.
·¡ .
con e subvertl an toda
·
breve rodeo en el camino que llevaba hacia Eros and Civilization. e cap1tal1smo :
La crítica de Marcuse a Sartre sonará familiar a quienes conozcan El "d eslr
· · sexueJ" revela su b.
sus trabajos filosóficos anteriores. Acusó al filósofo francés de propug- · o ¡eto como d · d
actitudes, gestos y afiliacion 1 espo¡a o de todas las
nar un tipo ilusorio de radicalismo, que en verdad perpetuaba la vieja to estandarizado revela el e.~ que o convierten en un instrumen-
metafísica dualista de libertad interior y esclavización exterior: "La " ' cuerpo como e ,
como una fascinante revelación de f . . ~;ne • Y con ello,
libertad esencial del hombre, tal como la ve Sartre, sigue siendo la mis- Y la represión quedan anulad actiCidad . La esclavización
ma antes, durante y después de la esclavización totalitaria del hombre. "proyectiva" intencional Sl·noas, nol .~n la esfera de la actividad
Pues la libertad es la estructura misma del ser humano, y ni las condi- en la " red de la inercia".•JO s en e cuer po VIVI
· ·d o como ca~ne",
ciones más adversas pueden aniquilarla: el hombre es libre aun en ma-
nos del verdugo" .1 0 3 Con lo cual la poi ítica izquierdista de Sartre Mar~use tenía plena conciencia de . . .
era, en opinion de Marcuse, totalmente extrínseca a su metafísica, co- revoluclonana a la pasividad sexual ~ue al .a tnbwr Significación
sa que, por lógica, implicaba una especie de quietismo poi ítico. 1 04 una especie de cosificación. Tanto Jah~bla sancionado en la práctica
El tema más célebre de El ser y la nada es la distinción sartreana puramente psicológico como 1 d lcha humana, como problema
entre el pour-so/, el ser-para-sí, y el en-soi, el ser-en-sí, que ~stablecido, parecían 'vinculad:s a e~:umbe ~el orden económico
aproximadamente corresponden al ser del hombre y el ser de las parecerse a una cosa" Ad . . capacidad del hombre de
· m1t1a con fra
cosas. Sartre instó al hombre a abrazar el carácter para-sí de su eso ~ra una cosificación pero d ~queza que en realidad
existencia, su capacidad para la acción, decisión y conciencia, y a cosificación ya no s· . ' e una vanedad liberadora· "E t
. 1rve. para pe rpet • s a
resistir la fuerte inclinación a la existencia pasiva, semiconsciente, Sino que es determinada en uar. 1a explotación Y el trajín
característica de las cosas. A Ma reuse no le interesaba esta 1ínea de placer.' ."' 06 La idea no fue ela~~r::alld?d por el 'principio deÍ
argumentación, porque permite racionalizar la necesidad compulsiva de 1948, pero el concepto de una pas · 'd mas a fondo en el artículo
"b " lVI ad O f Jt d ·
de actuar, de ser productivo, que el capitalismo instiló en el hombre uena reaparecería en Eros and e· '/' . a a e tntencionalidad
moderno. Señalaba, sin embargo, que en los pasajes de El ser y la el uso de la categoría freudiana " . IVt. t~atton. y es evidente que
nada que trataban de la sexualidad, Sartre presenta un análisis que de El ser Y la nada constituye pnn~IPio .del .placer" en la crítica
103 en que se movía Marcuse. un e aro Indicio de la dirección
Marcuse, "Existentialism : Remarks on Jean-Paul Sartre's L 'Etre et le
néant", Philosophy and Phenomenological Research, VIII, 3, Marzo de 1948,
pág. 311 .
104
1bid., págs. 335-336. La traducción alemana de la crftica de Marcuse,
publicada en 1965, conten fa un nuevo parágrafo final, en el cual reconocfa
que su evaluación negativa de Sartre en 1948 hab(a sido prematura. Resultaba
evidente que la Crítica de la razón dialéctica, as( como el compromiso
personal de Sartre con la "oposición radical", impulsaron a Marcuse 105 /b 1.d
., pág. 327.
a repensar su opinión sobre El ser y la nada. Cf. Kultur und Gese/lschaft 1/,
l06 ,'b 1'd
Francfort del Meno, 1965, págs. 83-84. ' ., pág. 328.

160
161
revisionistas habían llegado a sus conclusiones mejoradoras mediante
V el abandono de los duros y desagradables hechos de la psicología
profunda de Freud; el papel preponderante de la sexualidad en la
e Eros and Civilization ~iene psicología humana, la función del inconsciente, la primacía de la
esto, . el Marcuse a~~~r d
Por su¡~rincipal tema de anaiiSIS ~n tudio de la izquierda
este e;ros and Civilization,
infancia, el instinto de muerte y la teoría del asesinato primitivo.

s~:n:. precedler:'nt~do Por lo tanto eran culpables a la vez de cobardía intelectual y de

freu~
que Ni las obras que alguno lo bastante superficialidad teórica. El filósofo sistemático que había en Marcuse

'"':d'~:~,c~;:lc~t~' ""ilcol. ·~ P•lc~oo~~~;;:~~~


que la siguieron, fueron en permitir calificar a Marcuse reaccionó con violencia contra el carácter ecléctico o aditivo de la
teoría neofreudiana, contra la negativa a tratar los problemas
::pi ldt" on '"
de gran .r~presdent;~o:
el propos1to e
and Civilization conslstadla
. .
e~
y conserv ons
me:: del pensa-
. .
teóricos con el rigor que en su opinión merecían tales asuntos.
No tenía tolerancia para con el sentido común putativo de los
0

unatende?l~la
or debajo del aparente peslmlsm . crítica -Marcuse la denommo revisionistas, ni para con el inveterado pluralismo, lo que se podría
p . nto de Freud había " 107 _ que contenía a la vez denominar el carácter de "sí, pero" de la teoría neofreudiana:
m1e d 1 psicoana ISIS ·d y una "Existe... el trabajo de la sabiduría evidente ... cotidiana... Freud
"la tendencia oculta e 1 civilización estab 1ecl a ..
una aplastante ac usación
.. f contra a
1 Propuso .mvertlr
. la interpretaciOn
. Tsis tenía razón; la vida es mala, represiva, destructiva; pero no es
P romesa de liberaciOn mal. 1 mensaje central del pslcoana 1 tan mala, represiva, destructiva. También están los aspectos cons-
predominante, segu· n la. .cua. . .e debe ser necesaname. nte repres1va.
. b tructivos, productivos. La sociedad no solo es esto, sino también
.
es la noc1on. de que la CIVillzaciOn
. ·a de que los neo freudianos afirma t ans aquello; el hombre 10 no solo está contra sí mismo, sino también
Marcuse tenía plena conclen~l rescatar a F reud de sus p :es_ u pues ou a su favor".' Marcuse se oponía en especial a la afirmación
haber realizado ya la tarea e tanto se dedicó a distinguir s de los revisionistas, de que habían "agregado" una dimensión

~copio "''""P"'toclón do ~"'"~SI blon'" c<ltlco dol noof.eu~'~.o


esimistas Y ahistóricos. Por lo de las revisiones propuestas_ por sociológica a la psicología de Freud; se oponía, tanto por la
aparente ignorancia de aquellos acerca del carácter profundamente
ErichFrommysuscolabo;,a doreEros and Civilization, ya se da;: sociológico del pensamiento de F reud, como por su noción nada
apareció como "Epílogo d e rtículo 108 Y en los términ?s . e _ sistemática de que a una psicología individual se le podía adherir
publicado antes en forma . e aMarcuse• sobre F reu d ' era "mas. 1log1co
de " una dimensión social. En la teoría de Freud, insistió, la dimensión
evolución del pensamle~to . e a arecido como un Pro ~g_o . sociológica estaba incluida y desarrollada en las categorías fundamen-
que la crítica al revi_sionls~o d~~b;~~a~ente eficiente como _cntl~_o. tales, en tanto que en el freudismo revisionista aparecía bajo el
Marcuse era (y SlgU~ Sien n más claridad que en su dlsecciOn disfraz de "aspectos sociológicos", t:omo "factores externos, incom-
En ninguna parte se VIO. esto c~mplacable y absolutamente devasta- prendidos". En general, entonces, Marcuse lamentaba la "declinación
del neofreudismo. ~~ cntlc~ ets ~tos de Erich Fromm de defende~e de la teoría" en las escuelas revisionistas. lit
dora En comparaclon, los m e freudianos en las columnas e Declaró que al abandonar los conceptos críticos de la psicología
a Sí. mismo Y a sus c?legas 'bn_elo 10 9
. t fueron mas · bien de 1 es.
Mar~use
mostró que los de Freud, los revisionistas también habían sostenido que el problema
de la infelicidad humana es mucho menos serio de lo que le
D1ssen , págs. 11, 20.
parecía a Freud y, por consiguiente, que admite una solución
.. . 2 a ed. Boston, 1966 •
107 Marcuse, Eros and Civ¡flzat/On, . ' d. 'Revisionism' "' Difsent, bastante fácil. Si la sexualidad, por ejemplo, no representa el
108 Marcuse, " The Social lmpl - ications of Freu tan 1 .
1955 221 - 240 . papel constitucional central que le atribuía F reud, entonces resu(ta
. ¡· ' "
evidente que la contradicción entre la búsqueda del placer por el
ll, 3, verano de • . lnstinctual 'Radica tsm •
" Human lmpltcattons of "A Reply to individuo y la exigencia social de productividad útil (Freud diría
109 Erich Fromrn, The 55 342-349. Cf. también Marcuse, "A
Dissent, 11, 4 0 t on- 0. de 19 , 1 invierno de
" D tssent 111 • • 1956 , 79-81; Fromm, 110
Eros and Civi/ization, pág. 250.
.....
Er ich F ro mm • .. b id' págs. 81 - 83. 111
Counter- Rebuttal ' ' ., /bid.

162

163
sublimación) puede reducirse al mínimo con facili~ad. La ins.i.stencia que eran el resultado de condiciones sociales variables, a la vez
de los revisionistas en psicoanalizar a la "personalidad_total , antes que pasaban por alto el impacto profundamente represivo de todas
que los simples hechos "biológicos" de 1~ sexualidad~ l~g_raba las formas históricas de sociedad. Del mismo modo al desechar
precisamente esa reducción al mínimo del conflicto entr~ el md1v1duo el instinto de muerte, los revisionistas habían opt~o una vez
y la sociedad.'' 2 Para Marcuse se _trataba de otro e¡emplo de la más por un optimismo cómodo, eludiendo la estocada crítica
espiritualización represiva de la l~bertad Y la dicha humanas, . del concepto de Freud, que "revelaba el vínculo inconsciente
característica del pensamiento occidental en gene r~l. F reud, . ~n oculto que une a los oprimidos con sus opresores".' 17
. cambio coincidía con la negativa rríaterialista a traducir la pnvac10n Después de mostrar que los neofreudianos eran culpables de
• 1 13
corporal a uri problema moral o mental. . chapucería teórica, y de despojar a la teoría de Freud de su filo
Marcuse señalaba que, además, los neofreudianos hablan oscure- crítico, Marcuse concluye demostrando que el extremismo poi ítico
cido las dimensiones de la alienación humana al d~splazar . el y social de los revisionistas es desde todo punto de vista ilusorio.
foco de su psicología alejándolo del acento casi exclus1~0 p~es~o En un plano más profundo, la teoría neofreudiana, tal como era,
or Freud en la pri~era infancia. Para Marcuse, ese_ e~f~sls e seguía comprometida con los valores represivos del orden capitalista.
~reud subrayaba el carácter superficial de las diversidades ln~I~Idu~les Marcuse declaraba que a pesar de su crítica a ordenamientos,
de las diferencias entre sociedades, que destacaban los _ reVISIO~Is as, instituciones y pautas de conducta específicos, los revisionistas
Y l . f . a "el período formativo del destmo umversal continuaban defendiendo los valores idealistas que racionalizan
pdules_ da_ mdaon~~~,;r En rigor la concentración de Freud en la la explotación y alienación características del capitalismo. Ello
e In lVI U · ' . · · · · 1 era reprensible, ante todo porque resultaba totalmente arbitrario
· f · lo llevó a minimizar las diferencias md1v1dua es, pero
m anc1a no . · p. ·mido desde el punto de vista teórico; otro ejemplo del pauperismo
· rt ue le preocupaba el carácter necesanamente re n
por c1e o q · M · "Detrás teórico del revisionismo.' 18 Más aun, el contenido específico de
de todos los hombres civilizados, como lo expreso arcuse. _ ..
de todas las diferencias que existen entre .l~s forma: histoncas la ética revisionista era la antigua lista de las virtudes protestante-
· dad Freud veía la inhumanidad bas1ca comun a todas capitalistas: "Fromm revive los añejos valores de la ética idealista
d e soc1e , . opia estructura como si nadie hubiera demostrado nunca sus rasgos conformistas
ellas, Y los controles represivos que perpetuan, en 1a pr "115
de los instintos, la dominación del hom~re por el ho~~re . · y represivos". 11 9 En último análisis, la crítica social revisionista
Así, la exigencia en apariencia progresista d_e los revi ~Ionistas, se orientaba solo hacia los fenómenos superficiales de la economía
que pedían una concepción "dinámica" de la sociedad_. sensible a l~s de mercado y dejaba virtualmente intactas las premisas ideológicas
variaciones entre las culturas, era en realidad reac_c10nana. H~1a y psicológicas fundamentales de la sociedad criticada.
caso omiso de los denominadores comunes repres1v~s _que ~n' an En contraste, entonces, con los neofreudianos, Marcuse se pro-
a todas las sociedades. En verdad, la tan elegant~ _ms1stenc!a d~ ponía emprender una reinterpretación auténticamente radical de
los revisionistas acerca de la influencia de las "co~~I.Ciones sociales Freud . No eludiría los desagradables hechos psicológicos descu-
en la formación de la personalidad era, en ~pm~o~ de Marcuse, biertos por este, ni defendería ninguna solución fácil de los
"mucho menos importante, sociológica y psicologicame~te, _que problemas planteados por esos hechos. En forma verdaderamente
116
el 'descuido', por Freud, de esas condiciones" . Los reviSIO~Istas hegeliana, la reinterpretación de Marcuse era enteramente dialéctica.
· las d 1'ferencias superficiales de personalidad, Empezaba por aceptar los supuestos psicológicos más extremos
prestaban atencion a
1 7
' /bid., pág. 270.
112/bid., págs 247 - 248, 251, 2f¿7 . 11
~ /bid. , pág. 250 : "Existe .. . la distinción entre bueno y malo, constructivo
113/bid., págs. 265, 268 - 279; "Existentialism . . . ," págs. 268-270, y destructivo (según Fromm: productivo e improductivo, positivo y negativo),
que no deriva de principio teórico alguno, sino que sencillamente se toma
114 Eros and Civilization, págs·. 253-254. de la ideología predominante. Por ese motivo, la distinción es puramente
11 S /bid., pág. 257 . ecléctica, ajena a la teoría, y equivale al lema de ' Acentuar lo positivo'."
1 19
116/bid.. pág. 265. /bid. , págs. 258, 260-262, 265.

164 165
de Freud, y en apariencia los más pes1m1stas: la importancia
sin paralelo de 1a sexualidad, la trascendencia fundamental del a_históricas . -la noc10n, - por ejemplo, de que la civilización es
inconsciente y de la represión, y por último, la hipótesis de un s1empre _e . Inevitablemente represiva- en otras, históricas (lo cual
instinto de muerte. Incluso empleaba, aunque no siempre en forma le perm1t1a a Marcuse correlacionar la teoría psicoanalítica con
congruente, o en el sentido que había querido F reud, nociones los supuestos previos del marxismo). .
tan poco populares como la del asesinato primitivo, el paralelo Los dos conceptos más importantes elaborados en Eros and
ontogenético-filogenético y la concepción hidráulica de la energía Civilization son la plusrepresión y el principio de ejecución
libidinal. Pero logró llegar a conclusiones que eran mucho más (performance) . La noción de plusrepresión estaba destinada a
"positivas" que las imaginadas por los revisionistas. Ese sentimiento introducir una dimensión histórica en la ecuación general de Freud
de la emergencia dialéctica de la realización humana, desde las que equip~ra _ civilización y represión. La plusrepresión se refiere
profundidades de la depravación y la opresión, es el que proporciona a las restncc1ones cuantitativas sobre la sexualidad que resultan
a Eros and Civilization su extraño impacto dramático, cualidad de la dominación política y económica. 12 I Este concepto, en
que yo sólo encontré en igual medida en El capital de Marx. efector une_ ,la teoría_ hidráulica de Freud sobre la energía psíquica
a una noc10n esencialmente reichiana de la componente sexual
La mención de Marx - está destinada a ser algo más que una '111
del régimen político y económico. Lo que es más, la terminología
comparación ociosa. Es evidente que se trata del protagonista
no reconocido de Eros and Civilization. El hecho de que Marcuse de Marcuse revela con claridad la relación de esta idea con la
P_l~sval ía de Marx, es decir, con la medida cuantitativa de la explota-
1 '
jamás mencione a Marx en el libro es una extraordinaria hazaña
de prestidigitación. Yo afirmo que la táctica subyacente de Eros CID~ hu~ana bajo el capitalismo . Aunque admitía que Freud
and Civilization consiste en alinear la teoría freudiana con las ten 1a razon cuan?o reconocía ~ierta proporción mínima de represión
como la concomitante necesana de la civilización, Marcuse afirmaba
categorías del marxismo. Este esfuerzo no dio como resultado
que . buena parte de la represión sexual es impuesta por la forma
la reducción de Freud a Marx; Marcuse sentía con sinceridad
h1stonca part1~ular de civilización. Insistía en que la mayor parte
que el psicoanálisis abría dimensiones de crítica no previstas en
la teoría marxista. Pero cuando se lee y relee Eros and Civilization de la rep~es10n se~~al de la__civilización moderna es en rigor
uno queda inevitablemente impresionado por la forma sistemática plusrepres1~n, repres1on al serv1c1o de la dominación.I 22 La impor-
en que Marcuse tradujo las categorías ahistóricas, psicológicas, del tancia cruc1al de su distinción entre represión básica y plusrepresión
pensamiento de Freud, a las categorías eminentemente históricas consis~e en que abría, por lo menos en el plano teórico, un camino
y poi íticas del marxismo. Precisamente esa síntesis de F reud y de sal1da para la desdichada equivalencia establecida por Freud
Marx es lo que quiero destacar en las páginas que siguen. entre civilización y represión . En teoría, podía aliviarse a la sociedad
Al defender a Freud contra sus críticos neofreudianos, Marcuse moderna _de su carácter represivo sin caer al mismo tiempo en
argumentaba que la teoría de F reud era " 'sociológica' en su la barbane _Y el caos, sin disolver el cemento libidinal que
mantiene un1da a la sociedad.
sustancia misma", y que no necesitaba "una nueva orientación
cultural o sociológica ... para revelar esa sustancia". 12 0 Esta Marcuse atravesó el mismo terreno teórico, pero ya desde un
afirmación resultaba un tanto engañosa, porque la propia reinter- punto de VIsta cualitativo, con su distinción entre el principio
pretación de Marcuse respecto de lá teoría psicoanalítica dependía de realidad Y el pnnc1p1o de ejecución. La distinción de Freud
en rigor de la introducción de varias distinciones históricas y entre los dos principios del funcionamiento mental, el princi-
sociológicas importantes. Marcuse insinuaba que introducía tales p~o de placer y el de realidad, correspondía de manera apro-
distinciones solo para reforfar el carácter esencialmente histórico XImada a la diferencia entre conducta no reprimida, por una
de las hipótesis de Freud. Pero tales distinciones tenían el efecto parte, Y conducta reprimida, civilizada, por la otra. De tal mo-
de transformar lo que yo creo que son percepciones completamente do, el principio de realidad era el título bajo el cual surgía la
121
120 /bid. , págs. 5, 16. /bid. , págs. 35 , 37.
122
/bid.' pág. 155.

166
167

u
. . la le itimidad de la distinción est_a- En este caso su argumento era idéntico al de Reich. La noc1on
civilización.123 Marcuse admltlab u; en el período moderno, bajo
blecida por Freud, pero declara . a ~ . de realidad había adoptado cualitativa del principio de ejecución se correlaciona con un análisis
. .. italista el prmclplo . cualitativo de la represión sexual impuesta por la dominación
·la dommac10n cap • . . · . . mayor para ser
una ·forma espe~la q_ la efectivamente necesaria ~ar~ . a
. 1 ue exlgla una represiOn , 0 1 poi ítica y económica. En este caso Marcuse iba claramente más
más exactos, mas vanada que .. l. ·,o· n per se 124 "Pnnclplo allá de Reich . En verdad, ese análisis cualitativo de la sexualidad
. t' ada de la CIVI IZac . . bajo el capitalismo representa el momento más original del libro
supervivencia
. · . • " fue el nombre que lO M arcuse a esta van ante
con m u d' de Marcuse.
de ejecuclon . . . i io de realidad.
histórica especifica del pnnc p d' lac.lona~e con la nociOn El principio de ejecución implica no solo Ufla represión innece-
Como la plusrepresiOn, ·· que po 1a dcorre1 alía ·~ el principio . . de saria de la sexualidad per se, sino la de un tipo especial de
esencialmente cuantl't a f IV a de Marx e dp 'usv a la' caracterizacion . sexualidad, a saber: los impulsos sexuales secundarios o parciales.
.. . Ma reuse correspon 1a . F reud había afirmado que la sexualidad se origina en un erotismo
ejecuc¡on, sostenla '. . b ·o el capitalismo, es decir,
marxista cualitativa de la exlstencl~f. aj_. . "Baj·o el régimen del corporal generalizado. Para el niño, el cuerpo todo, es una fuente
l. ·' y COSI ICaciOn. de placer sexual. Pero en los cinco primeros años de la vida
a las nociones de a lenaciOn t son convertidos en instru-
d . "n cuerpo y mene . ese erotismo generalizado se concentra en determinados órganos
principio e ejecuciO ' d funcionar como tales mstru-
mentos del trabajo ali_e nado; P~~ en d del sujeto-objeto libidinal,
corporales o se organiza en torno de ellos: la boca, el ano, y por
mentas solo si renuncian a la 11 ert~ y desea" 125 Por último los genitales. Freud parecía insinuar que existe una especie
q . h ma1o primordialmente es de lógica biológica que explica la progresión de organizaciones
ue el organ1smo . · u· de ejecuciOn . . • de Marcuse es un concepto
sexuales, desde el erotismo generalizado de la primera infancia
cierto que el pnnclplo 1' .• n o cosificación . 1ncorpora
. ue el de a 1enac10 'd d hasta la sexualidad genital de la adolescencia y la edad adulta. 128
más mcluyente q d Weber (la irracional neces1 a
elementos de la ética ~ro~est~n~l :rabajo mismo), así como los
Marcuse no negaba la explicación biológica subyacente de esa
de ejecutar, de trabaja~. ~o d 1 moderna sociedad de masas progresión (y en ese punto su análisis era menos extremista que
rasgos salientes del ~nalisl~. ede ~as masas Y la organización del el de Norman O. Brown), pero insistía en que la progresión
(la técnica de. la manlp~l~lon. de las comur.icaciones Y de la es acentuada y pervertida por el principio de ejecución . 129 Este
ocio por medio de las m ustn~s del concepto está la noción de lleva a la . desexualización casi total de las zonas erotogénicas
diversión).126 Pero en el corazon .. de los hombres en cosas, pregenitales, y en verdad del cuerpo en general, y refuerza la
f t la transformac10n · d genitalización total de la sexualidad. Esta desexualización del
Marx re eren e a b . del propio proceso e
a l1en ados de los productos
o
. de su tra ajO,
121 cuerpo trae como resultat:lo la reducción radical del potencial
trabajo y de sus semejantes. . d es transladada también de placer del hombre. Marcuse explica la relación histórica entre
La distinció~ entre~an~d~ c~l~~~é
Yd que Marcuse introdujo
"tiranía genital" y principio de ejecución con un razonamiento
extraordinariamente ingenioso: la libido se concentra en una parte
al análisis de la sexuallda . a des . ar una dimensión cuantita-
d lusrepresión para es1gn .. del cuerpo, a saber, los genitales, a fin de dejar el resto lib re
el. concepto
d e P sexual 1.mpuesta por los intereses de la dominac1on.
·ón . .. para su uso como instrumento de trabajo: "El progreso normal
t1va e represl P . . les of Mental Function1ng . hacia la genitalidad ha sido organizado de tal manera que los
123Freud • "Formulat1ons . on the Two ronc1p p
.
hological Works of S1gmun
d
Ed ' · of the Complete syc impulsos parciales y sus 'zonas' quedan casi desexualizados a fin
en The Standard ¡t¡on d _1966, XII, 218-226.
Freud, James Strachey, comp. Lon res, 1953
de concordar con las exigencias .de una organización social específica
124 Eros and Civilization, pág. 124. de la existencia humana". 13 0
125 /bid. , pág . 46.
págs. 46-48.
l2 6 tbid.,
127Marx, "Aiienated Labor", en Fromm, Marx 's Concept o
f M
an,
págs.
128

129
Freud, Three Essays on the Theory of Sexuality, The Standard Edition. . . ,
V 11, en especial el segundo ensayo.
Eros and Civilization, págs. 38- 41.
-
..
93-109. 130 /bid., págs. 38, 48 . Marcuse presentaba varios otros argumentos para
explicar la relación entre la desexualización y el principio de ejecución. Por
168
169

J
La conclusión evidente que se debía extraer de este análisis
no pretendía tener competencia .
del destino de la sexualidad bajo la dominación capitalista era que En manos de Marcuse 1 . en cuestiones antropológicas 134
la resexualización del cuerpo constituye la meta de la realización e asesmato · ·· ·
especie de alegoría capital· t A pnmltlvo se convierte en una
humana. La humanidad ansía volver a un estado de "perversidad e~plícita, resultaba evidente '~e\ ~nque n~ lo dijo en forma
polimorfa" en el cual todo el cuerpo volvería a ser fuente del placer de Freud en el empresario ca~ital . atbla convertido al padre primitivo
sexual. 131 De ese modo Marcuse criticaba a Reich, aunque simpa-
en el proletariado europeo. El :s~Ít~d~ la ~an_da de los hermanos,
tizando con él, por suponer que el objeto de la dicha humana
transmutación de la teorí d F mas Importante de esta
era una intensificación de la sexualidad genital. 132 Semejante
el punto focal del drama, a~jánedol~e~~ l:s el ~~ haber desplazado
noción era sexualmente reaccionaria, porque dejaba al cuerpo que para Freud señalaba 1 . rebelion de los hermanos
desexualizado y susceptible de mayor explotación económica y llevarlo de vuelta al estabel _co_m,enzo de la civilización par~
poi ítica. Solo el cuerpo resexualizado, el cuerpo polimórficamente p ec1m1ento de 1 d' '
ara Marcuse, la civilización b a lctadura paternal.
pervertido, resistía su transformación en un instrumento de trabajo. la t' , comenza a no con 1 b 1',
lran la paterna, sino con la f .', a re e IOn contra
De acuerdo con esta 1 ínea de razonamiento, Marcuse declaraba sobre sus hijos. Ese fue el mo undaclo~ _del dominio del padre
que la perversión sexual tiene que ser vista en una forma totalmente de realidad (o con más exac~e~to hlston~o en que . el principio
nueva. No defendía la homosexualidad en la forma sentimental principio del placer.I3s ' u ' el de e¡ecuciónj reemplazó al
y paternalista de la ideología liberal. Por el contrario, subrayaba Marcuse no ignoró por completo
la función crítica de la perversión sexual: "Las perversiones .. . Se convirtió para él en un , b la rebelión de los hermanos.
expresan rebelión contra el sometimiento de la sexualidad al orden frustrada, Y sugirió que la s;m olo d~ una revolución proletaria
de 1a procreación, y contra las instituciones que garantizan ese después del asesinato era uncu pad expenmentada por los hermanos
orden". 133 Las desv"iaciones sexuales representan, en especial, una padre, sino también de su pro. u~to, no solo de su amor por el
protesta contra la tiranía genital. En cierto sentido, entonces, la revolución al volver a instalars~ntlmlento de haber traicionado la
función social del homosexual es análoga a la del filósofo crítico. con el aspecto de una religió ~ tl~a~ ía paterna y la moral paterna
Encuentro otras pruebas del intento de Marcuse de sintetizar las es la que carga el proletari~d otem,ca. L~ culpa _de lo~ hermanos
categorías freudianas y marxistas en su rei[lterpretación de la la revolución a una culminacio' o ~or s~ 36m capacidad para llevar
hipótesis freudiana del"'iiSesinato primitivo. Afirmó sin rodeos que suge , n exitosa Esta 1 ,
na que el fracaso histórico de la r . ., ana ogla también
pretendía usar esa hipótesis solo por su valor simbólico, ya que tanto una cuestión de psic 1 , _evoluciOn proletaria constituye
. C O Ogla como de pode 1, .
mico. omo el proletariad , r po ltlco Y econó-
131 /bid. , pág . 49 . d 1 o aun ostentaba las cíe t . .
e orden paternal-capital' t a nces PSicológicas
132 tbid., pág. 239. del sistema de dominación IS ~· colaboraba en el .restablecimiento
133
tbid., pág. 49; cf. págs. 49- 51, 109, 171, 252-253.
siguió identificándose con ~~ und en el momento de la revolución
Marcuse coincidía con F ~o er contra el cual se rebelaba.I37
ejemplo: "El olfato y el gusto proporcionan, por decirlo así, un placer no de la dictadura primitiva c~~~ist~n que el re~ultado más importante
sublimado per se (y un disgusto irreprimido). Relacionan (y separan) a los
sexua 1 a 1as hermanas y a la m d 1a en y
exclu1r
.
a los h"1¡os d el acceso
individuos inmediatamente, sin las formas generalizadas y convencionalizadas que 1 a re. af1rmaba d
de conciencia, moral, estética. Esa inmediatez es incompatible con la efecti-
e corolario económico de es . . e manera explícita
vidad de la dominación organizada, con una sociedad que 'tiende a aislar en que los hijos soportaron el peso dtel a¡s~a~lento sexual consistió
a la gente, a poner distancias entre ella y a impedir las relaciones espontáneas e tra a¡o en la horda primitiva.
y las expresiones "naturales" casi animales de tales relaciones' . E 1 placer de 134
/bid., pág, 60.
los sentidos de proximidad juega sobre las zonas erotogénicas del cuerpo -y
lo hace solo con vistas al placer-. Su desarrollo irreprimido erotizaría·el cuerpo
135/bid., pág. 15.
en tal medida, que contrarrestaría la desexualización del organismo, exigida 136
/bid., págs. 66-67.
por su utilización social como instrumento de trabajo" (pág . 39).
1371bid., págs. 90-91 .

170

171
Excluidos del placer sexual, eran "libres" de canalizar la energía de
P_sic?log_í~ individual de Freud, así como de su psicología socia l; la
sus instintos en actividades no placenteras pero necesarias. 138
C1~!1izac10n empezaba con una dramatización histórica del eterno
Por consiguiente, la cuestión de la represión sexual tenía una clara
tr~a~~ul~ de padre, madre e hijo. A modo de contraste, en Eros and
Ctvtl!zat/On Marcuse_apenas menciona el complejo de Edipo, como
relación con la subordinación económica, y por lo tanto con el no sea para negar su 1mportancia . I42
ascenso del capitalismo. Pero Marcuse no pudo explicar si el padre
La intención de Marcuse en Eros and Civilization no era sencilla-
estableció su dominio económico porque logró excluir a los hijos
mente_,la de disecar las relaciones entre la dominación poi ítica y la
del supremo placer (como sostenía Reich), o si la represión sexual
rep_r,esiOn sexu_al, ~u-mentar .e! clásico análisis marxista de la explo-
se siguió de la subordinación económica. 139 Más aun, ta~poco taciOn con las 1ntu1c1ones cnt1cas del psicoanálisis. Del mismo modo
pudo relacionar su análisis del asesinato primitivo con su noc1on de
el n:ensaje que_,deseaba transmitir no era solo la conveniencia d~
la represión de los impulsos sexuales secundarios. La re~resi?n
sexual iniciada por el padre primitivo correspondía, en apanenc1a,
a~~l~r 1~ repres1on (o la plusrepresión) sexual. El tono de Eros and
Ctvtl!zat/On es mucho más apremiante . Sobre la civilización represiva
solo a la sexualidad genital, y en rigor la idea de Freud de que el
pende no solo la perspectiva de una falta de placer y un trajín
clan de los hermanos se mantenía unido por vínculos homosexuales,
continuados, y aun aumentados, sino, además, la amenaza de la
insinuaba que solo los impulsos secundarios sobrevivieron a la
autodestrucción . Más aun, Marcuse sentía que la posibilidad de la
revd'lución paternal. De ese modo, Marcuse podía usar la hipótesis
de Freud para corroborar únicamente las limitaciones cuantitativas
autoani~uilación tenía i'ntima relación con la represividad misma
-es dec1r, con, la represividad sexual- de la civilización establecida.
impuestas a la sexualidad por los intereses de la dominación, Y no
la dimensión cualitativa de la represión, que había sido el rasgo más
Esta percepc10n lo condujo al concepto freudiano de "instint
de muerte." o
..••1
original de su análisis del principio de ejecución. , _
Esta era, con mucho, una de las concepciones más impopulares
Considero importante señalar, a esta altura, que en todo el anall-
de_ ~ reud, y es prec1so admitir que la respaldaban muy pocas pruebas
sis de la relación recíproca entre represión sexual y dominio poi ítico,
Cllnlcas. Sm emba~go debo confesar que comparto la fascinación de
Marcuse prácticamente no menciona a la familia. Incluso la familia
~arc,u~e ante la 1dea; posee una innegable grandeza y misterio
· f1losof1~os. La destructividad parece haber llegado a una etapa
primitiva es tratada como una representación simbólica de fuerzas
sociológicas. En ese sentido, como en su tratamiento de los impulsos
parciales, su análisis diverge en forma pronunciada del de Aeich. Para
cuallta~lvamente nueva en el siglo XX, con dos guerras mundiales
extermm10s e~ mas.a Y. por supuesto, Hiroshima. Presiento qu~
este la familia patriarcal era el mecanismo específico por medio del
Marcuse expenmento la necesidad de algún medio conceptual para
cual se transmitían al individuo los rasgos represivos del orden social. enfocar la v1olen~1a del siglo XX, y el instinto de muerte de Freud
llena,ba en forma Ideal ~sa necesidad . La noción convenía a la incli-
Por el contrario, Marcuse sentía que el desarrollo peculiar de la civili-
zación europea y norteamericana del siglo XX hab(a eliminado efecti- n~ciOn de Marcuse hac1a las abstracciones ambiciosas -su hegelia-
vamente a la familia como vehículo de represión. En la civilización so- nismo resl_d ual-, ~ ~ ~us sentimientos de ofensa y horror ante los
breadministrada de la década del 50, la sociedad represiva actuaba de acontec1m1entos h1stoncos que veía desarrollarse ante sí 143
manera directa sobre el individuo. El padre represivo había sido En el primer capítulo de Eros and Civi/ization , Mar~use presenta
reemplazado por la burocracia y los medios de comunicación d_e los resultado~ _d_e su confrontación con la teoría de los instintos de
masas.I40 Y con la "declinación de la función social de la faml- Freud. El analis1s es brillante, pero el resultado curiosamente incon-
lia"I4I llegó una disminución comparable de la importancia psico- cluyente . Es correcto su acento en la propensión de Freud a las
lógica del complejo de Edipo. Este se encontraba en el centro de la
142
138 /bid., págs. 61-62. /bid ág 204 " . . .
139 /bid., pág . 61.
ti .1, P . . . Aunque fuente pnnclpal Y modelo de conflictos neuró-
cos,. e comple¡o de Ed1po no es, por cierto, la causa central de los descon-
tentos en la CIV1I1zac1ón, ni el obstáculo central para la eliminac ión de esto "
.......
140 /bid., págs. 96-1 OO. 143 . . S .
fb1d., págs. 4, 87, 101-102.
141 /bid., pág. 96.

172 173
concepciones dualistas, y también su descripción del proceso teórico freudiana, hidráulica o económica, de la energía psíquica -en forma
por medio del cual el primer dualismo de Freud, de Amor y Hambre, muy poco común, por cierto- a fin de postular la existencia de
dejó paso al dualismo final de Eros y Tánatos, sexualidad y muerte. una interacción cuantitativa entre las energías libidinales y destruc-
Pero el aspecto más impresionante del análisis de Marcuse fue la tivas, en la evolución de la civilización. La energía destructiva solo
manera en que exploró el carácter ambivalente del dualismo final se puede manifestar en el "espacio" que le deja disponible el retiro
de Freud. Indicó la tendencia regresiva común a los instintos erótico de la energía libidinal. Si se quiere eliminar o reducir la destructi-
y destructivo, el hecho de que Eros trata de reducir el nivel de vidad, es preciso no atenuar la libido, no desviarla hacia las distintas
energía psíquica (en realidad, el más elevado placer sexual, el del sublimaciones, como por ejemplo el trabajo. Solo cuando la libido
orgasmo, resulta de la repentina liberación de energía libidinal se mantiene fuerte y no sublimada -solo cuando se da rienda suelta
acumulada), en tanto que Tánatos trata de volver a la quietud del a la sexualidad, tanto en el sentido cuantitativo de una vida sexual
mundo inorgánico. Así, el dualismo de Eros y Tánatos amenazaba más intensa y en el cualitativo de una sexualidad más variada
constantemente con convertirse en "un monismo de muerte". 144 (polimórfica)- es posible mantener en el mínimo la destructividad
Esta noción de la unidad subyacente de los instintos atrajo, A esta economía libidinal la denominó Marcuse "dialéctica d~
naturalmente, a Marcuse, el inveterado antidualista. Pero en úl- civilización", Y su principa'l preocupación en Eros and Civilization
timo análisis subrayó que, a pesar de esta tendencia monista, fue la de demostrar que la civilización moderna, bajo la égida del ''
Freud continuó insistiendo en el antagonismo fundamental de principio de ejecución, ahoga en realidad a Eros. De ese modo se
precipita hacia su propia destrucción. 146 ' ',¡
los dos instintos: ,.
Es importante destacar que el análisis de la "dialéctica de civili-
La primacía del principio del Nirvana, la aterradora convergencia · zación" hecho por Marcuse difiere en forma significativa del que
de placer y muerte, se disuelve tan pronto como se establece. No Freud propone en El malestar en la cultura. En los escritos de
· importa cuar¡ universal sea la inercia regresiva de la vida orgánica, Freud hay tres pasajes que parecen insinuar el {>roceso psíquico
los instintos luchan por lograr sus objetivos en formas fun- esbozado por ·Marcuse, pero en su mayor parte el análisis de aquel
damentalmente diferentes. La diferencia equivale a la que me- diverge pronunciadamente del de este. Para Freud, el antagonismo
dia entre conservar la vida y destruirla. A partir de la natura- de Eros Y Tánatos implica que la detención de la destructividad
leza común de la vida instintiva se desarrollan dos instintos depende, no de la liberación de Eros, sino de su represión. La única
antagónicos.14s fuerza capaz de contrarrestar la hostilidad del hombre hacia sus seme-
jantes es el amor. Pero no es el amor sexual irreprimido el que frena
Marcuse eligió compartir las tendencias dualistas de Freud para
las destructivas energías del hombre, sino más bien su contrario: el
los fines de su propia argumentación, y en ese sentido se separa
amor reprimido, de "inhibición de objeto" o sublimado; en una
bruscamente de Norman O. Brown. Lo que es más, creo que esta
palabra, el "afecto". La energía libidinal que se crea con estos
elección es muy poco característica y quizás incoherente con suo;
vínculos es retirada del rt!ino de la sexualidad franca. Para Freud,
prejuicios filosóficos de larga data.
entonces, la reducción de la destrucción, -lo primero que según él
Adoptó el dualismo de Freud a fin de argumentar que el futuro
posibilita la civilización-, implica, no la permisividad sexual, sino
de la humanidad depende de la capacidad del hombre para invertir 147
restricciones sexuales. La idea de Marcuse de que solo la sexua-
la tendencia fundamentalmente represiva de la civilización moderna.
lidad no reprimida puede contrarrestar la fuerza de la destructividad
Veía la civilización como una lucha dialéctica entre las fuerzas del
contradecía de ese modo el análisis de Freud sobre la dinámic~
Amor y la Muerte, en la cual la derrota de Tánatos solo se podía
libidinal de la civilización.
asegurar por medio de la liberación de Eros. Adoptó la concepción
146
144 fbid., pág. 28; cf. págs. 23-29. 147
fbid., págs. 54, 80-83, 139.
. ......
Freud, Civifization and fts Oiscontents, The Standard Edition . . . , XXI,
145 fbid., pág . 25. 103-104, 108-116.

174 175
Marcuse también parecía interpretar mal las observacione: ~~
palabras, afirmaba que el desarrollo de la tecnología había eliminado ~
Freud acerca del creciente sentimiento de cu_lp~ qtue ~~~~lpp:n: lo considerablemente la necesidad del trabajo alienado, y que la auto-
avance de la c1v1 . . 1. .•
1zac10n. Equiparaba
. ese sent1m1en o. .d d 14 8 Pero
matización nos acerca al punto en que se puede prescindir por
s~gún ds~ac~:~;~c:~;ree;ean:aba
.. u mento de la destruct1v1 a ·
que la antítesis económica de la des- completo del trabajo. Si el aparato económico era casi totalmente
para . _reu moderno se siente culpable porque no es autosuficiente, se seguía de ello que ya no existía una necesidad
truct1v1dad. El hombre . . · m ·lcos la culpa constituye la técnica del tipo de represión sexual que acompañó el ascenso del
d d t · En termmos econo '
~::: f~rm:s ~~~r ~dopta de~truct~vidad
la cuando se le nieg~:;i~:~: capitalismo moderno. El cuerpo del hombre puede volver a conver-
tirse en órgano de placer antes que de trabajo. La resexualización
1 mundo de las relaciones lnterpersonales. Es una .
Slo~. en_neterior del Tánatos, en la cual las energías destructivas que del cuerpo revitalizaría las energías libidinales de la humanidad y
taclon 1 habrían dirigido contra otros hombres, se aseguraría el triunfo definitivo de Eros sobre Tánatos. La inminente
en forma natural se .1 0 0 14 9 No uiero insinuar con esta campa- posibilidad de la autoaniquilación quedaría de ese modo eliminada
vuelven contra el ~rop _ X · F d ~ ·a razón y Marcuse estaba en forma efectiva. En una palabra, Marcuse afirmaba que el principio
. , que en mi opmlon re u en 1 ., " .
raciOn 1 T1515
. de la "dialéctica de la civilizaclon 'smo de ejecución había creado las condiciones históricas previas para su
equivocado en e ana . de manera explícita la propia abolición . 150
solo indicar que el último no reconocla
No pretendo sugerir que el tratamiento marcusiano de las ten- 1 1
forma en que su propio análisis divergía del de Freud.
dencias históricas que conducen a una sociedad no represiva es en
algún sentido superficial. En escritos posteriores, en especial en
One-Dimensiona/ Man, Marcuse dedicó cada vez mayor atención a
VI ese problema. Pero deseo subrayar que Eros and Civilization es en
su mayor parte un libro de teoría, que se desarrolla en un elevado
·Eros and Civilization contiene. mue h o ma·5 que un od análisis del
Es nivel de abstracción. Incluso el tratamiento del material histórico
dilema sexual . Y po lt~c.o_ qu
1. . e enfrenta el hombre m erno. se expresa en términos de categorías, y los temas teóricos son
esbozó en rasgos generales los
también un libro .P~I~ :~~i~~· n~u~presiva, y los medios intelectuales encarados con suma seriedad. Marcuse parece insinuar que la simple
contornos de una CIVI IZ d, eal .
l zar tal civilización. Marcuse conceptualización de determinada posibilidad histórica (tal como la
• · 0 los cuales se po 1a r
y pract1cos P r 'bTd . . 1.IZa c·lo'n no represiva en dos de una civilización no represiva) representa más de la mitad de la
1 1 d de una CIVI
defendía la tposl batalla. El solo hecho de que los escritos de Hegel, Marx
· ·co ela otro h 1stonco.
' . . En te' rminos históricos trataba
frentes: uno e~n ' d ·as del desarrollo de la civilización con- Freud y otros contuviesen tan espléndidas acusaciones contra el
~ee~~~~:~!~a~~:~~:~:;nha:~z1 el orden n? represivo, o que~ e~:~~ 1~; orden existente, argumentos tan tajantes en favor de una sociedad
no represiva, tendió a hacer que Marcuse hablara como si el nuevo
condiciones históricas previas para se~eJi:~t~n~~~~~·d;lnpen~miento orden ya tuviese vigencia. Las teorías "sugerían", "simbolizaban",
la teoría, intentaba de~ostrar que 1~ lo~eóricos de los siglos XIX Y "preveían", "percibían", "indicaban" y "presagiaban" permanente-
de Freud, Y la de vanos otros gran es ..
mente una civilización no represiva a punto de descender sobre
XX, sugería una solución _al. dilema de la re~;:~~~~~ a las tendencias nosotros. En otras palabras, nuestro autor sugería a menudo que la
Cosa característica, dedico mucha menos . la cuestión posibilidad estaba al borde de convertirse en realidad debido a las
históricas que facilita~ ~n~ civiliza.ci?n n~~ep;:~~~ ql~e ~omponente distintas acusaciones y promesas teóricas contenidas en los escritos de
~~st~~i~ao~t;a:u s~rg~~:~n~~d:~a ~a~~~:~e sencilla y directa. En pocas
Hegel, Freud, Schiller, Nietzsche y otros críticos.
Ya he presentado las grandes tesis de la reinterpretación crítica
de la teoría freudiana por Marcuse. Al distinguir entre represión y
!48Eros and Civilization, pág. 78. plusrepresión, principio de realidad y principio de ejecución, Marcuse ·-'
149 Freud, Civilization and lts Disc~ntents, págs. 129-139. 150
Eros and Civilization, págs. 92- 93, 101 - 102, "105, 129-131 .

176
177
d~muestra que la identidad establecida por Freud entre civiliza- disminución como deseable en . .
ción y represión era prematura. De ese modo libera las tendencias automóviles aparatos de t 1 ~ . ~or s' misma, pues fa demanda de
críticas del pensamiento freudiano de sus trabas pesimistas y ahistó- d • e ev1s1on av1ones es .
e opulencia represiva. La vasta redu . . ' _una manifestación
ricas, y presenta a Freud como el g~an profeta de una civilización dedicados al traba¡·o ""rmitl. . 1 CCion del tiempo y la energía
no represiva en el siglo XX. Ni siquiera el instinto de muerte de "" na a a vez una may . t .d
mayor variedad de fa expresión . . 154 or m ensl ad Y una
Freud embotó el · optimismo de Márcuse: fa agresión podía ser L .. erot1ca.
. a nociOn complementaria de M , . .•
frenada mediante la liberación de energías eróticas. Solo queclaba Slva" es difícil de ·¡· arcuse de subl,maciOn no repre-
por eliminar un último obstáculo: la teoría freudiana de la sublima- conc¡ 1ar con fa conc .. .
energía psíquica que éf s . . epciOn economica de fa
ción. Según esta teoría, la civilización (tanto en el sentido de la d 1 . • ' e mostro dispuesto a .
e a diafectica de la civilización- resuf . aceptar en su anafisis
existencia colectiva del hombre per se, como en el de una serie de rechazaba la metáfora hidráulica 'se ú ta ev,_d~nte que adoptaba o
proyectos económicos, poi íticos y culturales) se basa en la represión argumentación. Basó su defensa de~ n co~vm'~:a a los fines de su
de la sexualidad. Para Freud, los vínculos afectivos que unen a los . ef supuesto de que ef nuevo ord ? _sublimaciOn no represiva en
hombres entre sí exigen una reducción de la vida erótica, y la "obra" ·· en erot1co represent ·
Cion ta~ radical respecto del mundo del . . . an_a un~ _desvia-
de la civilización no es, en verdad, otra cosa que energía sexual subli- ef traba¡o mismo adquiriría un nuev f>nnclpiO _de e¡ecuciOn, que
mada.151 Como apologista de una civilización no represiva, Marcuse de que en el nuevo orden las 1o ~aracter. Abngaba fa esperanza
se veía entonces obligado a entendérselas con las consecuencias carácter de relaciones de ·ue o re a~lones de tr?bajo adoptaran ef
pesimistas de la teoría de la sublimación. trabajo mismo podía conve:tir;e ~ne mc~uso llego . a sugerir que el
Para hacerlo, trató el problema de la sublimación como si en el "Si ef trabajo fuese acompañ d una orma de liberación erótica:
fondo fuese el del trabajo. El trabajo físico y mental es la principal polimorfo pregenital tender' a ohpor una reactivación del erotismo
manifestación de la empresa cultural, por lo cual, si se puede · ' la a acerse gratifican! •
Sl_n perder su contenido de trabajo" 155 M e _P?~ s! mismo
resolver el antagonismo entre sexualidad y trabajo, resulta posible como es posible que el trab . . e resulta dificil Imaginar
eludir la desdichada conclusión de que la cultura implica por fuerza -€S decir sublimación- ni a_¡o ~ea alguna vez otra cosa que trabajo
una vasta atenuación de la sexualidad. Marcuse trató de plantear una ' , SIQUiera en un orden .
que Marcuse pisaba un terreno . . no represivo, y creo
solución de ese tipo, primero mediante el argumento de que la posibilidad de una reducció ~as . firme cuando demostró fa
automatización reduce con rapidez la cantidad de energía que es labor, que dejaría a los hom~r~~:~t~,~~tlva en masa_ de fa jornada de
preciso invertir en el trabajo, y en segundo lugar al postular la cada vez mayor de h ' ertad de dedicar una cantidad
posibilidad de lo que denominó "sublimación no represiva". El La teoría de Freud oras de man
a ocupaciones d ·
. . . e ¡uego Y eróticas.
argumento relativo a la automatización me parece perfectamente sugirió la posib,·¡,·dad d'e era _mas expliCita que ninguna otra
coherente con los preceptos de la teoría psicoanal ítica. Marcuse una organ1z · · ¡·b· · •
Pero fa de Freud fue solo aclon ' ldmal de la sociedad.
imaginaba una reducción radical del día de trabajo, que tendría . una -aunque 1 • ·
filosofías críticas que Marcuse . . , a mas Importante- de varias
lugar cuando la producción y la distribución estuviesen organizadas un orden no represivo ou· smtflo. que abrían la perspectiva de
"de tal manera, que se dedique el menor tiempo posible a satisfacer ' 1· . . lero re enrme en P . 1b
ana ISIS de varios otro t . . ocas pa a ras a su
todas las necesidades de todos los miembros de la sociedad. " 152 Schiller a quienes ta b..
s eoncos en esp · 1 N"
: ec¡a 1etzsche, Fourier y
Admitía que semejante reducción de la jornada de trabajo implicaría . • m 1en cons1dera profet d
terminas de la tesis de Eros an ·- - . ~s e ese orden. En los
"una considerable disminución en el nivel de vida predominante hoy estos teóricos por Marcuse estab ~ C~vlllzatiOn, el tratamiento de
en los países industriales más avanzados", 153 pero consideraba esa lidar la noción de una ci .l. . . a estmado, por supuesto, a conva-
' d e vista más neutral del VIh.IZaciOn t . d
no represiva p d d
· ero es e el punto
151 /bid., págs. 81 - 83. · IS ona or de la cultura ·1· ·
cons1derarse una explorac· . . . . • su ana 1s1s puede
152 /bid., pág . 195. 154 . - IOn lmagmatlva de los temas eróticos o
lbld., págs. 152-157 ,,..,.,
153 tbid., págs. 152-153. 155/b "d .
' ., pág . 215; cf. págs. 155
• 157-158, 212- 217, 220.
178
179

j
freudianos en el pensamiento de tres grandes intelectuales del siglo
XIX. En efecto, afirmó que el psicoanálisis es el hereder~ de una especial los mitos órficos y narcisistas de la cultura griega, contras-
tradición bien establecida del pensamiento europeo -con_ mdepe~ ­ tándolos con la leyenda de Prometeo ("el héroe arquetípico del
dencia de que Freud haya sufrido o no en forma directa la mfluenc1a ~rinci~i_? de e!e_cución") 159 como imágenes de realización erótica y
de tal tradición-. . llberac1on pol1t1ca. Orfeo y Narciso no habían logrado ser los héroes
No le resultó difícil a Marcuse discernir una nota de pro_testa culturales del mundo occidental precisamente porque se negaban a
sexual en Nietzsche y Fourier. En la crítica del primero al raclona- aceptar las limitaciones del principio de realidad. Orfeo era la "voz
160
lis~o de Occidente, su insistencia en la alegría (Lust) Y el ~oce_ como que. no ordena sino canta", y N_arciso se apartaba del mundo de
medida de la realización, y su análisis de la mala conc1enc1a.. que la productividad hacia la contemplación voluptuosa de su· propio
resulta de negar los instintos de ·la vida, Marcuse detectaba una cuerpo. Ambos eran encarnaciones clásicas de la función crítica del
actitud erótica hacia el ser". 1 56 Del mismo modo, declaraba -~ue el arte, la negativa a aceptar las privaciones sexuales· y el trabajo
socialismo utópico de Fourier se basaba en una clara _percepc1on - ~e compulsivo que han acompañado al progreso de la civilización.
la interdependencia de la libertad política y la sex_~alldad. Ta~b1en Eros and Civilization de~ciende muy pocas veces al plano de la
encontraba en Fourier una noción de transformac1on del trabaJo en táctica. Marcuse considera ?solo en unos escasos pasajes dispersos el
placer (traviJil attrayant), que identificaba con el concepto marcu- problema de como se realizaría el orden no repr~sivo. Como táctico
.
siano de subllmac10n . , ·
no repres1va. 1S 7 el filósofo por lo común audaz y enfático se vuelve f!vasivo y tímido:
Más interesante y por cierto más ingeniosa, fue la forma en que Juguetea con la noción platónica de que el nuevo orden podría
Marcuse convirtió 'a Schiller en propugnador de la liberación sexual. i~iciarse por medio de una dictadura de los esclarecidos, pero su nia-
Afirmó que el concepto de Schiller de "educación_estética:· _subraya llsmo Y su compromiso democrático lo obligaron a abandonar la idea
el carácter impulsivo, erótico y lúdico de la act1tud estet1ca, que casi en el momento mismo de presentarla. 161 En las páginas finales
serviría para transformar el orden político represivo ~-n un ord~n de del libro habla de la función liberadora del recuerdo, la recherche
libertad y de realización de los instintos. La c~~cepc1.?n sen~onal de du temps perdu, que equipara a la noción freudiana del retorno de
Schiller acerca de la razón representa una cr1t1ca a la r~zon ~e la lo reprimido. En apariencia abrigaba la esperanza de que el recuerdo
dominaciÓn", que tuvo un prolongado predominio en la f1losof~a de pudiera funcionar como recurso táctico para realizar el orden no
Occidente. 15 8 En efecto, Marcuse había echado una seg~nda m1rada represivo. Como en el 'caso de su idea de una vanguardia esclarecida
a la revolución intelectual alemana de comienzos del s~~lo XI,~ Y Marcuse aceptó muy pronto que el recuerdo no bastaba: "L~
descubierto que Schiller, y no Hegel, era el verdadero esp1r1tu cr1t1co recordación no es un arma de verdad, a menos de que se la traduzca
162
del movimiento. a acción histórica". En último análisis, no ofreció un claro pro-
El esteticismo erótico de Schiller encarnaba asimismo la concep- grama táctico para la revolución sexual. No era un Lenin; por cierto
ción crítica del . .arte que Marcuse había articulado ya en l.a década que ni siquiera tenía el talento de Reich como activista político y
del 30. Eros and Civilization continuaba este tema med1ante un sexual. En definitiva, Eros and Civilization queda como una obra de
análisis de ciertos arquetipos literarios que sirvieron para socav.ar la teoría, pero en ese plano es, me parece, un poderoso trabajo de
análisis crítico. ·
sexualidad represiva del orden establecido. Marcuse subrayo en

!5 6 /bid. , págs. 122, 121-124.

157/bid. , págs. 217 - 218. Este tema del pensamiento de Fourier ha si-
do subravado por el otrora colega de Marcuse en Brande1s, Frank Ma-
nuel, en · especial en su Prophets of Paris, Cambridge, Massachusetts, 15 9
/bid., pág. 161.
1962. 160
/bid. , págs. 162, 161-170.
15 8 /bid., págs. 111-112, 124, 179-182, 186-193. 161
/bid. , pág. 225.
162
/bid., pág. 233.
180

181
acto. Como el último, aquel se dedicó a mostrar que las consecuen-
cias últimas del psicoanálisis son críticas, no conservadoras. Del
mismo modo, advirtió la grandeza de Freud en su ambicioso análisis
VIl metahistórico de "la neurosis general de la humanidad". 164 Como
Marcuse, Brown afirmó que el hombre moderno está enfermo por
Al comienzo de este capítulo observé que Er~s and C~vilization las cargas de represión sexual y de agresión incontrolada, y trató de
tiene mucho en comúh con otra crítica freud1ana rad1cal de la sacar a la superficie la tendencia oculta en el psicoanálisis, que
civilización moderna, Life Against Death, de Norman _o. Brown. A ofrece una solució'n al problema de la infelicidad moderna; quiso
menudo se ha comparado estas dos obras, y por c!erto que son descubrir la promesa de una civilización no represiva por debajo del
notablemente similares, no solo por sus puntos de VISta gener?le~, manifiesto pesimismo histórico de Freud. Lo que es más importante,
sino incluso en los conceptos freudianos que eligen para ~u anaiiSIS siguió el mismo rumbo dialéctico que había adoptado Marcuse, y
especial Pero en lo que sigue he preferido subrayar las ~~porta~­ comenzó su análisis con la total aceptación de los supuestos psico-
tísimas .diferencias que separan a Brown de Mar_c~~e, ~ lo hice a fin lógicos más extremos y más desalentadores de Freud: el papel
de subrayar la energía específica de Eros and CIVIItzat~on. . absoluto de la sexualidad y el factor irreductible del instinto de
No cabe duda de que Life Against Death es un ltbr~ _vlgoros~­ muerte. Pero aquí terminan las similitudes, y en verdad Brown ofre-
Brown llegó al psicoanálisis desde la literatu_ra y lo~ clas1cos, mas ce un análisis sumamente individual de los problemas de sexualidad
que desde la filosofía y la teoría poi ítica. L~fe Agamst Death,. P_o_r y muerte, y una solución igualmente personal de tales problemas.
consiguiente, está escrito con mayor elegancia ~u e ~ros and Ctvtlt- Como Marcuse, Brown expuso en forma admirable la ambivalen-
zation, y Brown, además, supo emplear las citas l1te~a_r1as co_n mayo r cia subyacente del dualismo instintual tardío de Freud. Eros y
eficacia que Marcuse (que por su parte no era un f1l1steo 11ter_ar~o 1- Tánatos aparecen como principios psicológicos antagónicos que con-
En la estructura intelectual de Brown hay una fuerte v~ta ~1st1ca, tinuamente amenazan con derrumbarse el uno sobre el otro. Pero
y Life Against Death se basó en ciertos temas revo!uc10nanos _d~l donde Marcuse prefirió subrayar la naturaleza antitética de los dos
pensamiento religioso de Occidente, co~ _preferencia e~ el miSti- instintos, Brown, con plena conciencia, opta por destacar su unidad
cismo corporal de Jakob Bóhme y W1ll1am Bla~e- Ma~ aun, en subyacente. 165 Lo hizo porque su táctica propone una manera de
ciertas direcciones Brown exploró las con~ecue~c~as rad1cales del eludir la desdichada conclusión de Freud, de que la agresión o
psicoanálisis en una forma más rigurosa y s1stemat1ca que Marcu~e; destructividad es inevitable.
En la introducción a Life Against Death declara que no va~1lo Resulta fácil olvidar, como lo señaló Brown, que Freud en rigor
"en seguir nuevas ideas hasta sus últimas y 'locas' consecuenciaS, no con-sideraba la agresión como un hecho psicológico básico. Para
Y des?e el ~unto de
163
sabiendo que también F reud parecía loco". él, la agresión era más bien una manifestación secundaria de la fuerza
vista psicológico, su análisis es coherenten:ente ~a_s rad1cal qu_e instintiva más fundamental, el instinto de muerte. Era la expresión
el de Marct.:~e. Pero si bien ·Brown fue ps1~oa~al _1t1camente mas externa de un impulso primitivamente dirigido contra el yo: el
osado que Marcuse, era al mismo tiempo -~as t1m1do en el pla_n? deseo de morir o de destruirse. De esa manera la agresión se convier-
poi ítico. En verdad, he llegado a la conclu_s1on de que Er~s and ~tvt­ te en un problema, porque Eros puede crear vida sólo cuando el
lization constituye un análisis más convtncente que Ltfe Agams~ instinto de muerte resulta frustrado en su empresa primitiva. Para
Death, precisamente porque Marcuse consiguió -co~o n_o l_o _logro poder vivir (y amar), los hombres estarían inevitablemente forzados
Brown- convertir la teoría psicoanalítica en categor1as h1stoncas Y a destruir, a dirigir las energías del instinto de muerte hacia afuera
poi íticas. Solo Marcuse consiguió sintetizar el legado de Freud con la hacia los semejantes. '
crítica histórica revolucionaria de Marx. _ Pero según Brown, Freud se equivocaba en ese análisis de la
Las semejanzas entre Brown y Marcuse resultan ev1dentes en el 164 /bid., pág. X i i i.
165 tibd., págs. 77-91 .
163Norman 0 . Brown, Ufe Against Oeath, Nueva York, 1959, pág. xiv.

183
182
dinámica de la Vida y la Muerte . El descubrimiento del ~ropio Freud sino ~~s. bie~. la sexualidad é!nárquica y total de la primera infancia;
de la identidad última de los dos instintos, su unión primordial, una CIVIiiZ~CIOn en verdad no represiva es aquella en quE. se permite
implica que no existe un antagonismo necesario entre Eros y Tána- a la ·sexual1da~ volver a adoptar su forma polimorfa y "perversa".170
tos. En un plano más profundo de la vida psíquica, entre los dos Pero Brown Interpretaba la perversión polimórfica de una manera
instintos hay armonía recíproca. Por lo tanto, la agresión no sería m~cho ~ás radical (y creo que más coherente) que Marcuse. Al
el subproducto inevitable de la vida. 166 El instinto de muerte no m1sm_o ~1empo, ~o s~po proporcionar una explicación histórica y
necesitaría ser externalizado en forma de destructividad si los hom- econom1ca de la t1ran1a genital, explicación que, en cambio, se puede
bres pudiesen recuperar la primitiva armonía indiferenciada de Vida encontrar en Eros and civilization. · Una vez más, sus argumentos
y Muerte. Es evidente que Brown sintió que los hombres pueden eran exclusivamente psicológicos.
aprender a contener la Muerte dentro de la Vida. Pidió que terminara Brown reconocía que si la sexualidad indiferenciada fuera la
la "represión de la muerte" o "la huida de la muerte", que perpetúa medida final de la dicha humana, entonces cualquier forma de
la agresión. 167 En una palabra, los hombres tienen que aprender a org~nización sexual ya resultaba represiva. En general Marcuse se
morir, o, en términos psicológicos más concretos, aprender a quejó. sól? de 1~ ~i~anía de la sexualidad genital, y sostuvo que las
envejecer. 16 8 organ1zac1ones l1b1dmales pregenitales debían ser reactivadas en una
Era un análisis audaz. Como solución del problema de la agresión, civiliza.ción no represiva. Brown insistió en que las organizaciones
estaba a años luz de la propuesta por Marcuse. Es claro que este pregen1tales son tan tiránicas como la sexualidad adulta. La or9ani-
había preferido tomar en serio el dualismo de Freud, y ello lo llevó zaci.ón pri~itiva de la energía libidinal en los síndromes oral, a~al y
a formular su planteo en términos de una lucha psicológica e ge.nltal es ajena al erotismo indiferenciado de la primera infancia lo
histórica entre las fuerzas de la Vida y la Muerte. Mediante su m1smo que la tiranía final de la genitalidad. De tal modo Bro,wn
versión particular de la analogía hidráulica, entrevió un triunfo no se mostraba dispuesto a aceptar la caracterización q~e hacía
sobre la agresión como resultado de la acumulación en masa de Ma~cu~e . del .?esviado sexual como un profeta de la perversión
energía erótica que se liberaría en una civilización no represiva. Y pol1morf1ca: Las perversiones sexuales adultas, como la sexualidad
esto a su vez era una cuestión de política y economía; se trataba normal adulta, son tiranías bien organizadas: también ellas represen-
de liberar a Eros de los grilletes del trabajo represivo innecesario. A tan una concentración exagerada en una de las muchas potencialida-
modo de contraste, la solución de Brown implicaba una dinámica des eróticas presentes en el cuerpo humano". 171 En una civilización
de los instintos totalmente distinta, que subrayaba, no el antago- verdaderamente no represiva, la sexualidad sería indiferenciada por
nismo de estos, sino su reconciliación. Lo que es más, su solución ~ompleto . No solo todas las partes del cuerpo participarían por
era exclusivamente psicológica: una nueva actitud hacia la muerte. Igual e.n ~a l_i~ración d~ energía libidinal, sino que incluso llegaría
No implicaba una revolución poi ítica o económica. a ser tns1gn1f1cante la distinción entre hombre y mujer. 172 De tal
Un contraste análogo entre Marcuse y Brown puede extraerse de manera, Brown retomaba el tema andrógino de los escritos de Geza
su tratamiento de la sexualidad. Al comienzo impresiona la notable R?heim (.a quien admiraba y citó con frecuencia a todo lo largo de
semejanza que existe en sus respectivos análisis de la represión ~de Ag~~ns.~ Death l. y se declaraba partidario de una especie de
sexual. Brown, como Marcuse, criticó a Reich por presentar en . pe~ers10n sexual mucho más extrema que la que pudo haber
forma errónea la cuestión de la represión, como problema de 1magmado Marcuse.
sexualidad genital. 16 9 El hombre no ansía más y mejores orgasmos, L~ perv~rsión polimórfica era para Brown el hecho primitivo de
la ex1stenc1a humana y la medida final de la salud física. A conti -
166
/bid., págs. 99-101 .
170 /bid. , págs. 23-39.
167
/bid., págs. 100, 109.
168 171/b1'd., pág. 27.
/bid., pág. 103.
169 172 /bid., págs. 122-127. 131-134.
/bid., págs. 140-142.

184 185
nuación intentaba explicar cómo ocurrió que la humanidad llegó a de la perversión polimórfica de la primera infancia, de ese erotismo ·
abandonar esa dicha primitiva. No aceptaba la tesis de Freud refe- indiferenciado que permanece para siempre en la memoria del indi-
rente a una dinámica biológica innata que llev~ra desde la se_xua!1dad viduo, como la única experiencia de dicha sin atenuantes. Por
·m d "f1 eren c·ada
1 de la ·1nfancia • a través de las d1stmtas
. . organ1zac1ones 1 73 ejemplo, en el proyecto oral el niño trata de superar la separación
·t
pregen1 a , les hasta la tiranía final de la gen1talldad
. .. adulta. be por medio de "la hipercatexia en el acto de la succión", reuniéndose
A comienzos del libro se indica que la expllcac1on correc~a d~ . con la madre mediante la boca (y, en la fantasía, ingiriendo a la
encontrarse en la historia social del hombre, en la "organ1zac1on madre por completo). 177 El proyecto anal implica la "manipulación
1 74
social que señala el paso del mono al hombre" . Pero en verdad, es simbólica de las heces como instrumento mágico para restablecer
en vano buscar en Life Against Death un análisi~ ~istónco de l~s la comunión con la madre". 178 Brown seguía el Tha/assa de Ferenczi,
factores sedales y económicos que puedan haber IniCiado _la organi- e interpretaba el proyecto fálico como "el restablecimiento genital de
zación de la sexualidad bajo las distintas tiranías. En camb1o, Brown la situación intrauterina", es decir, como un intento de reunirse con
ofreció una explicación exclusivamente ontogénica de este proceso, la madre por medio del pene, que se identifica con todo el cuerpo. 179
y lo que es más, una explicación que me parece mcongruente con Todos estos proyectos suponen una reorganización de la economía ll
las intenciones proféticas de su planteo general. . . libidinal; en esa reorganización la energía sexual es transladada del
Brown encontró la clave de la diferenciación repres1va en un b1en cuerpo en su totalidad a un órgano en especial. Además, todas las
conocido enunciado de Freud: "La angustia es la que produce la organizaciones tiránicas son autoimpuestas. La diferenciación repre-
represión, y no, como yo ere ía antes, la represión la que produce siva de la sexualidad no resulta de la acción de alguna fuerza
. " t7 5 Como Roheim Brown consideraba que la angustia externa, y menos aun de una exigencia social o económica; en
angus t 1a . • . ·- .
fundamental es la de separación. Deb1do a que el mno pasa por un último análisis, la represión es "autorrepresión ". 180
prolongado período de dependencia, el inevitable hecho de la se.~a­ Hay que admirar el rigor y la imaginación desplegados por Brown.
ración se presenta como problema . Brown identifica 1~ separac1~n Pero en su análisis de la génesis de la diferenciación sexual subvirtió,
con la muerte con la ruptura de esa unión interdepend1ente de hiJO sin quererlo, su propósito más amplio de demostrar la verdadera
y madre, hijo' y universo, "que es la esencia · d_e 1a VI"da " 176. , Me posibilidad de una organización no represiva de la vida sexual. Si las
resulta difícil entender esta identificación de la v1da con la ~n10n Y organizaciones sexuales tiránicas resultan de la incapacidad para
de la muerte con la separación, pero no creo que sea esenc1~l para aceptar la separación o, en los términos de Brown, para aceptar la 01

el pensamiento de Brown. Le bastaba identifi_car angustia ~~n muerte, y si esa huida de la separación se basa a su vez en el hecho
separación, y mostrar que esta última causa angustia porque la un10n de la prolongada dependencia infantil, entonces la represión sexual
es larga y se la disfruta con amor. El niño responde a la angustia parece constituir una inevitabilidad biológica. El animal humano es
cnusada por la separación con diversos proyectos, para restabl~cer físicamente incapaz de la autonomía temprana de que gozan otros
la unidad original, proyectos que Brown identi:icaba com_o "hu~das animales y, si Roheim tenía razón, la dependencia infantil se vuelve
de la muerte", pero que se habría podido descnb1r con mas sencillez cada vez más extrema. Brown no hizo esfuerzo alguno para discutir
como huidas de la separación. . . este hecho en Life Against Death. Así, a pesar de sí mismo, en
Estos proyectos son precisamente las distintas organ 1Zac1ones de definitiva ofrecía un consejo que llevaba a desesperar. Su análisis
la libido que Brown caracterizó como represivas;exigen el abandono de la represión sexual no ofrece siquiera la explicación teórica de
una eventual civilización no represiva. La organización represiva

17~/bid. , pág. 111 .


177 /bid:, pág. 116.
174/bid., pág. 24.
d A · t The Standard 178/bid.,
175 /bid., pág. 112; Freud, lnhibitions, Symptoms an nx1e y,
179 /bid., pág. 115.
Edition . . . , X X, 108- 109.
180 /bid., pág. 112.
176 /bid. , pág. 114.

186 187
Y en segundo lugar para caracterizar la manera en que sus ideas
de la sexualidad tiene un origen psicológico, pero la dinámica sobre Freud cambiaron en los últimos años. Tanto Marcuse como
psicológica de la repres1on se basa, a su vez, con firmeza, en los Brown, en cierto sentido, fueron más allá de Freud, hacia otras
hechos -ele la biología humana. preocupaciones, y me resulta revelador que se hayan desplazado
Marcuse tuvo éxito donde Brown fracasó en gran medida, en d1recc1ones muy distintas. La única publicación de importancia
porque su análisis de la represión sexual es auténticamente histórico. ~e Brown desde Life Against Death ha sido Love's Body (1966).
Logró correlacionar la represión de la sexualidad pregenital con l1bro que establece con claridad que el psicoanálisis fue solo u~a
las necesidades económicas del orden capitalista: la exigencia de etapa en el desarro11o del autor hacia un tipo más bien curioso
que la libido se concentre en los genitales a fin de que el resto (y_ radic~l) de misticismo religioso. El tan concreto cuerpo de la
del cuerpo -se convierta en 'un instrumento de trabajo. Por consi- ps1colog1a freud1ana ha quedado absorbido en el Cuerpo Místico
guiente, la represión se basa en la dominación social y . poi ítica, de 1~ teología cristiana tradicional. En verdad, Freud sigue siendo
y la posibilidad histórica de eliminar la dominación involucra una Importante autoridad, y hay una picante (y confusa) exhibición
la promesa de la liberación de los instintos. Brown no aceptaba de re:ó~ica sexual. :ero el lenguaje erótico es en gran medida
las transacciones sexuales inherentes al orden no represivo de metafonco; como d1ce el propio Brown "Todo es simbólico
Cosa significattva, se muestra lo basta~~~
183
Marcuse; se mostraba más coherentemente extremista que este último incluido el acto sexual."
en su rechazo de toda distinción entre represión legítima e ilegítima franco como para enunciar en forma explícita los destacados
(represión básica y plusrepresión), entre sublimación represiva y subli- ~upu~s~os antipol íticos que en Life Against Death estaban apenas
mación no represiva, o entre trabajo erótico y no erótico. 181 Al mis- 1mpl1c1tos. Aduce que la poi ítica nunca puede ser el vehículo de
mo tiempo, no supo explicar el a:.censo histórico de la civilización la liberación, no solo porque la acción poi ítica está invariablemente
represiva (el subtítulo de Life Against Death, "E'I significado corrompida, sino, además, porque la poi ítica en realidad no .existe.
psicoanalítico de la historia", era a la vez pomposo y engañoso). La conducta poi ítica es conducta teatral. Las revoluciones poi íticas
e igualmente se mostró incapaz de percibir alguna salida histórica son "reorganizaciones del teatro, del escenario de la acción humana.
al problema de la infelicidad moderna. Su análisis se movía con La sustancia sigue siendo la misma". 1 8 4
exclusividad en el plano de la psicología individual, y aun en ese Pienso que Marcuse se ha desarrollado en dirección opuesta
plano no proporcionaba una "salida". La represión continuaba a la de Brown. En especial en One-Dimensiona/ Man (1964),
apareciendo basada en las desdichadas peculiaridades de la biología ha vuelto a las preocupaciones poi íticas, y explícitamente marxistas
humana. 182 de sus primeros escritos. Es posible que su retorno a la poi ític~
pueda explicarse en los términos del cambio de ambiente político
en los Estados Unidos de la década del 60, donde, luego de diez años
de _reac~ión (maccartismo) e inercia (la administración Eisenhower),
la 1~qU1erda ha experimentado un sorprendente renacimiento. En
VIII la decada del 50 el ~e~enne extremismo de Marcuse se vio obligado
a _pasar a la clandestm1dad; en la teoría psicoanal ítica encontró una
Marcuse ha publicado muchos trabajos desde Eros and Civilization. valvula de escape para sus energías de crítico, en un período que
Yo quiero tratar sobre estos escritos en forma más bien selectiva, ante va desde el derrumbe del marxismo europeo, en la década del 30,
todo para indicar la dirección general que si9uió su pensamiento 183
Norman O. Brown, Love's Body, Nueva York, 1966, pág. 131.
desde el gran ejercicio freudiano de mediados de la década del 50,
184
/bíd., pág. 115. Véase la crítica de Love's Body por Marcuse en Commen-
181 Cf. Parte Cuarta de Ufe Agaínst Death: "Sublimation". tarv,_ donde seña_la . con eficacia las inferencias antisexuales, colectivistas y
182 Frederick C. Crews ha escrito una punzante crítica de Brown, subrayando, apoilt•cas de la ult•ma posición de Brown: "Love Mystified: A Critique of
como lo hice yo, el carácter ahistórico del pensamiento de este: "Love in the Norman O. Brown", Commentary, XLIII, 2, febrero de 1967, 71 - 75.
Western World", Partísan Revíew, x xx iv, 2, primavera de 1967, 272-287.
189
188
hasta el reavivamiento de la política izquierdista en los Estados · relacionan con la tesis de Eros and Civilization. Dos temas en
Unidos, durante la del 60. particular me parecen de gran importancia para la valoración
El enmudecimiento de la conciencia poi ítica de Marcuse durante anterior hecha por Marcuse sobre el futuro de la represión : su
la década del 50 se reflejó en el extraño carácter académico y revaluación del proyecto tecnológico, el avance hacia la automati-
exangüe de su único gran escrito político de esa década, Soviet zación total sobre la base del cual se había predicado la posibilidad
Marxism (1958) . Marcuse trabajaba en la investigación v redacción de la liberación erótica, y su evaluación negativa de la permisividad
de Soviet Marxism simultáneamente con Eros and Civilization} 85 sexual de la sociedad norteamericana contemporánea.
y resulta claro que sus muy ponderables facultades críticas e Una de las afirmaciones más importantes de Marcuse en Eros
imaginativas se encuentran representadas con más justicia en esta and Civilization era la de que el principio de ejecución había
última obra. A pesar de toda su competencia erudita, Soviet Marxism creado las condiciones previas para su propia abolición. Declaraba
es el menos interesante de sus escritos. Su notable hostilidad hacia que la racionalidad económica y tecnológica moderna, si bien
el comunismo soviético refleja la atmósfera de la guerra fría de en sí misma era el producto de una tremenda represión sexual,
ese período, aunque Marcuse trató de explicar el desdichado rumbo había provocado una situación en la cual la jornada de trabajo
que seguía el desarrollo político y social de la U.R .S.S. en términos se podía reducir en una proporción drástica, con lo cual se liberaba
de la persistente vitalidad del capitalismo de Occidente Y, del a l~s hombres de la necesidad represiva del trabajo y se abría la
carácter agresivo de la poi ítica exterior occidental, en especial la nor- posibil_idad de un crecimiento en masa del erotismo. En otras
teamericana.1 86 En general, el libro carece del filo crítico que carac- palabras; Marcuse había supuesto que la ciencia, la tecnología y la 1
1 1
teriza al análisis de la guerra fría realizado contemporáneamente por eficiencia económica eran, en teoría, política y sexualmente
C. Wright Milis en The Power Elite, que atribuye directamente la neutrales. Si en el pasado habían servido los intereses de la
culpa al establishment económico, poi ítico y militar nort~ameri · represión, con la misma facilidad podían constituir la base de la
cano. 187 De la lectura de Soviet Marxism difícilmente se podría liberación en el futuro. Pero para mediados de 1960 Marcuse
inferir que su autor trabajaba simultáneamente en una ambiciosa llegó a dudar de la neutralidad de los proyectos tecnológico y
excursión por la teoría psicoanal ítica. En el plano psicológico, el científico. 190 La Weltanschauung científica .le pareció entonces
libro es muy cauteloso. Menciona a Freud una sola vez, y aun irrevocablemente represiva. En la década del 30 había criticado
esa referencia es en todo sentido superficial. 188 Se critica el a la ciencia moderna como implícitamente conservadora debido
carácter represivo de la ética sexual soviética, pero sin la energía a su actitud acrítica o pasiva hacia "los hechos". Pero las censuras
o la penetración teórica de la crítica de Reich, más extensa, de la contenidas eil One-Dimensional Man fueron mucho más extremas :
década del 30 ("The Struggle for the 'New Lite' in the Soviet la ciencia era acusada, no solo por su inclinación anticrítica, sino
Union") . 189 también por el aporte real que brindaba a la ideología de la
A modo de contraste, One-Dimensional Man constituye un digno dominación y la manipulación . Marcuse decía que la ciencia trataba
sucesor de Eros and Civilization. El libro representa una poderosa a la naturaleza como un objeto de control; sus categorías fundamen - ·'
acta de acusación contra la poi ítica y la cultura norteamericanas. tales eran operativas, con lo cual sentaba el precedente para las
Marcuse desarrollaba su crítica en forma detallada y sistemática, empresas manipuladoras económicas y poi íticas del período moderno :
y aquí solo quiero examinar los elementos de su análisis que se
Los principios de la ciencia moderna fueron estructurados
185Soviet Marxism, "Acknowledgments". a priori de tal manera que pudieran servir como instrumentos
18 6 /bid., págs. 6-7, 33-35, 38-39, 195. conceptuales para un universo de control autoimpulsado, produc-
187c. Wright Milis, tivo; el operacionalismo teórico llegó a corresponderse con el
The Power Elite, Nueva York, 1956.
operacionalismo práctico. El método científico que llevó al
188 soviet Marxism, pág. 224.

189 /bid., págs. 244-253. 190


Marcuse, One-Oimensional Man , Boston , 1964, págs. xv i, 17- 18.

190 191
dominio cada vez más efectivo de la naturaleza proporcionó, así, La pacificación de la existencia ex1g1na una invers1on total del
los conceptos puros, y a la vez los instrumentos para el proyecto tecnológico mismo, "un cambio en la base técnica" del
dominio cada vez más eficaz del hombre por el hombre mediante 196
orden establecido. En cierta medida, esa inversión implica un
el dominio de la naturaleza. 191 primitivismo modificado (una "reducción del sobredesarrollo") ,197
Ninguna revolución, fuese ella poi ítica, económica o sexual, tal como aparece en las especulaciones antropológicas críticas de
podría tener éxito sin una transformación en la concepción y ~~heim:. Pero, al mismo tiempo, Marcuse insiste en que la
función de la ciencia. Marcuse .exige, no el retorno a una concepción l1berac10n respecto de la sociedad opulenta no significa el regreso
pregalileana de la ciencia, sino más bien "la cuantificación científica a la sana V robusta pobreza, a la limpieza moral y a la sencillez".19 B
de nuevas metas, derivadas de una nueva experiencia del hombre · El punto que se debe subrayar es que la crítica de la racionalidad
y la naturaleza: las metas de la pacificación". 192 tecnológica contenida en One-Dimensional Man debilitaba en
Como en el caso de la ciencia, argumenta ahora que la sustancia, las ideas enunciadas por Marcuse en Eros and Civiliza;ion.
tecnología contiene una dinámica intrínsecamente represiva, que La tecnología de la automatización ya no aparecía como el cimiento
le impide alcanzar los objetivos de la liberación: de la liberación erótica, sino más bien como el principal apoyo
de una organización cada vez más irracional y represiva de la
En el medio de la tecnología, la cultura, la poi ítica y la econo- vida del hombre.
mía se fusionan en un sistema omnipresente que devora o rechaza La evaluación pesimista de Marcuse sobre la· tecnología moderna
todas las alternativas . La productividad y el potencial de creci- se complementa con un análisis igualmente lúgubre de la permisividad
miento de este sistema estabilizan la sociedad y contienen sexual en la sociedad industrial avanzada. En apariencia Marcuse
el progreso técnico dentro del marco de la dominación. La temía que se lo hubiese interpretado mal, como un ~pologista
racionalidad tecnológica se ha convertido en la racionalidad de la promiscuidad sexual que se había convertido en un rasgo
poi ítica.1 93 destacado de la vida norteamericana contemporánea. A veces
Marcuse no es siempre coherentemente pesimista sobre la sospecho que en su personalidad hay una veta apenas reprimida
tecnología en One-Dimensional Man; en rigor, hay pasajes que de puritanismo, un melindre que le permite tratar la sexualidad con
destacan el antiguo ideal de su potencial liberador. 194 Pero la gran soltura · en el plano de la teoría, pero que produce un
nota dominante es de escepticismo y desesperación . Señala, en alarmado "i Eso no es en modo alguno lo que quise decir! "
especial, que la revolución tecnológica creó toda una serie de cuando se ve frente a la poco pulcra realidad del sexo. Al mismo
necesidades falsas y represivas -de refrigeradoras, aparatos de tiempo, creo que tenemos la obligación de respetar su integridad
televisión, poderosísimos automóviles, adminículos mecánicos y, lo como crítico de la permisividad moderna; presentó una fuerte
que es más ominoso, complicadas máquinas de destrucción- que defensa empírica de su afirmación de que las manifestaciones
"contienen" al potencial liberador de la tecnología . 195 Por con- francas de sexualidad permitidas en nuestra sociedad engendran
siguiente, él ya no podía pensar en una liberación política y en realidad la supervivencia continuada del orden represivo en sus
sexual que se produjera sobre la base de la tecnología existente. contornos más amplios.
Formuló el concepto de "desublimación represiva" para carac-
191 tbid., pág. 158; cf. páqs. 153-160. terizar ese tipo de permisividad. El concepto fue anticipado en
192 Marcuse, "Re~arks on a Redefinition of Culture", Daedalus, XCIV, 1, algunos pasajes aislados de Eros and Civilization, 199 pero solo
invierno de 1965, 203; Dne-Dimensional Man, págs. 166-167. 196 /bid-, págs. 18, 227-228.
193Qne-Dimensional Man, pág. xv i. 197 /bid., pág. 242.
194 /bid., págs. 34-37, 230-235. ·''
198
/bid.; cf. también págs. 238, 251-252.
195 /bid., págs. 3-7 . 199 Eros and Cívílízatíon, págs. 94-95, 202.

192
193
Man el neurótico sumamente reprimido adoptaba el papel de
principal crítico social. La enfermedad del neurótico representa
alcanzó una elaboración explícita y detallada en One-Dimensional una protesta sin conciliaciones contra el mundo represivo en que
Man. La desublimación represiva ha puesto la sexualidad al servicio vive. 203 Marcuse también señala que la represividad de la educación
del orden establecido, y en especial del sistema económico estable- tradicional es preferible a la licencia de la educación progresista,
cido: "A menudo se ha observado que la civilización industrial pues la primera mantenía vivo ese sentimiento de alienación
avanzada opera con un mayor grado de 1ibertad sexual; 'opera' en que es el único que puede derrotar al orden represivo. 204 Como
el sentido de que [la libertad sexual) se convierte en un valor prueba final del carácter conformista de la revolución sexual
de mercado .. . Las empleadas y vendedoras sexy, los bellos, viri- contemporánea, Marcuse indica que el avance de la permisividad
les y jóvenes ejecutivos y .encargados de piso, son mercanc_ías ha ido acompañado, no por una declinación, sino más bien por
altamente vendibles". 200 El hecho _ de que el sexo haya stdo un aumento de la destructividad. En Eros and Civilization había
incorporado al mundo del trabajo cotidiano, contribuye al someti- demostrado que una auténtica liberación de las energías eróticas
miento voluntario del individuo reprimido a las reglamentaciones produciría como resultado una reducción de la agresión. Pero,
y objetivos del orden represivo. El trabajo sigue siendo trabajo, en rigor, la agresividad "se ha desencadenado en toda la sociedad
pero se lo hace parecer más atrayente. industrial contemporánea"/ 05 lo cual deja muy pocas dudas acerca
Marcuse contrastó esta libidinización de la economía con la del carácter espurio del relajamiento contemporáneo de las cos-
complementaria "deserotización del ambiente" por medio de la tumbres sexuales.
mecanización, proceso que identifica en general con el estableci- En el pensamiento reciente de Marcuse se presiente a la vez una
miento de la tiranía genital: valoración más sobria sobre el futuro del hombre que la que se
Compárese la manera de hacer el amor en un prado Y en un encuentra en Eros and Civilization, y un leve desencanto en
automóvil en un sendero fuera de la ciudad y en una calle de relación con la teoría psicoanalítica. 206
Manhatta~. En los primeros casos, el ambiente comparte la Marcuse no ha repudiado a Freud, pero por cierto su entusiasmo
catexia libidinal, invita a ella y tiende a erotizarse. La libido por el psicoanálisis se ha atenuado. Lo que es más, quizá sea
trasciende más allá de las zonas erotogénicas inmediatas, en un sintomático de la atmósfera más lúgubre de su obra más reciente
proceso de sublimación no represiva. En cambio un ambi~nte el hecho de que una de las percepciones psicoanal íticas que más
mecanizado parece bloquear esa autotrascendencia de la ltbtdo. valora, por encima de todas las otras, es el concepto freudiano
Impulsada por el esfuerzo de ampliar el campo de gratificación de instinto de muerte. 207 Pero si bien se ha vuelto más pesimista
erótica la libido se vuelve menos "polimorfa", menos capaz en los últimos años, al mismo tiempo se ha hecho cada vez más
de un 'erotismo que vaya más allá de la sexualidad localizada, enérgico, algunos dirían estridente, como crítico poi ítico. La
201 segunda edición de Eros and Civilization contiene una nueva
y esta ultima se intensifica.
Marcuse insiste en que la antigua hostilidad cristiana a la
203
sexualidad es mucho más preferible, puesto que por lo menos /bid., pág. 183.
204
impidió que quedara comprometida la fuerza opositora revolucio- Marcuse, "Repressive Tolerance", en A Critique of Pure Tolerance, Boston,
r¡aria. pe la sexualidad. La sublimación tenía la virtud de conservar 1965,págs.113-115.
;'la··. conciencia de los renunciamientos que la sociedad represiva 205
0ne-Dimensional Man, pág. 78.
ihldq~e . al individuo". 202 Por lo tanto, así como el desviado 206 Marcuse, "Das V eral ten der Psychoanalyse", trabajo presentado en 1963,
se.xÜ.a:l ·fue el héroe de Eros and Civilization, en One-Dimensional en Nueva York, en la convención de la Asociación Norteamericana de
Ciencias Políticas, reproducido (en alemán) en Kultur und Gese/lschaft 11,
200 One:...Dimensional Man, págs. 74, 72-79 . págs. 85-106.
207 Marcuse, en una entrevista del 15 de noviembre de 1965.
201 /bid. , pág. 73.
202 /bid., pág. 75.
195
194
introducción, titulada, con justicia, "Prefacio político 1966". En Marcuse no parece dispuesto a abandonar del todo su visión
ella el autor confiesa su anterior sobrestimación del pot~cial anterior de una unión de la protesta política y la erótica. El
revolucionario de la sociedad industrial avanzada, y su sentimiento "Prefacio poi ítico" culmina en una reafirmación curiosamente
de que la revolución sexual ha sido traicionada. 208 Al mismo ambivalente de esa síntesis de energías poi íticas y sexuales que
tiempo, en el "Prefacio poi ítico" y en otros escritos recientes constituye el leitmotiv de Eros and Civilization:
(en especial en "Repressive Tolerance") anunció su apoyo a las ¿Podemos hablar de una conjunción de la dimensión erótica
formas ·más extremistas de protesta poi ítica. La única postura y la poi ítica 7 En y contra la organización mortíferamente
poi ítica legítima, señala, es la de "absoluta negación", que incluye eficiente de la sociedad opulenta, no solo la protesta extremista,
la negativa a extender la habitual tolerancia a los apologistas sino incluso el intento de formular, de articular, de dar expresión
de la reacción. 209 En efecto, Marcuse se ha convertido en uno a la protesta adquiere un aspecto de inmadurez infantil, ridícula.
de los principales ideólogos de la Nueva Izquierda, y dirige el ataque Así, resulta ridículo, y quizá "lógico", que el Movimiento por
contra la opulencia represiva en el plano interno y contra las guerras la Libertad de Palabra, de Berkeley, terminara en un tu m u Ita
neocoloniales en el exterior. 210 Ha adoptado este papel político provocado por la aparición de un cartel con una palabra obscena.
de buena gana. Ahora identifica a los estudiantes que participan Quizá sea igualmente ridículo y correcto ver una signifkación
en las demostraciones contra la guerra, a los luchadores por los más profunda en los botones que usan a modo de distintivo
derechos civiles, a las víctimas oprimidas del colonialismo en Africa quienes participan en las demostraciones (entre ellos algunos
y Asia (los "condenados de la tierra" de Frantz Fanon) y aun niños) contra la matanza de Vietnam: HAGAN EL AMOR
a los hippies, como los verdaderos descendientes del proletariado NO LA GUERRA. 21 3 ,
marxista clásico. 211 Y aunque continúa dispuesto a emplear la
retórica de la teoría psicoanal ítica, insiste con énfasis en la primacía
de la política, tanto de la crítica política como de la acción
poi ítica: "Hoy la lucha por la vida, la lucha por Eros, es la
lucha poi ítica. " 212
En el sentido más general, entonces, su reciente evolución puede
caracterizarse como un retorno de Freud a Marx, de la psicología
a la poi ítica. En la actualidad es problemático el futuro del "1
extremismo freudiano. Es posible que esta tradición se haya agotado
y que su legado . permanente consista en haber corregido la interpre·
tación predominante, según la cual Freud fue un conservador. Pero
aun en medio de sus preocupaciones exclusivamente poi íticas,

208 Marcuse, "Political Preface 1966", Eros and Civilization, págs. x i,


xiii-xv.
209 one-Dimensional Man, pág. 255; ;;·Repressive Tolerance", passim.
210"Political Preface 1966". pags. · xvi-xviii. lrwin Unger, 'The "New
Left' and American History: Sorne Recent Trends in United States Historio-
graphy", American Historical Peview, LXXII, 4 de julio de 1967, 1242 n.
211Qne-Dimensional Man, pág. 257; "Political Preface 1966", págs. xvi, ·'
xxi,xxv ~

212"Political Preface 1966", pág. xxv. 213 /bid., pág. xxi.

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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
Este libro se terminó
de imprimir en
TALLERES GRAFICOS RODA ,
Ombú 477, Valentín Alsina,
el mes de diciembre de 1971

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