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La formación del Estado en perspectiva de la larga duración. Pistas para


comprender los aportes de Charles Tilly, Norbert Elías, Michael Mann y Stein
Rokkan

Working Paper · November 2012


DOI: 10.13140/RG.2.1.1138.4721

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John Fernando Macias-Prada


Universidad EAFIT
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LA FORMACIÓN DEL ESTADO EN PERSPECTIVA DE LA LARGA DURACIÓN.
PISTAS PARA COMPRENDER LOS APORTES DE CHARLES TILLY, NORBERT ELÍAS, MICHAEL
MANN Y STEIN ROKKAN

John Fernando Macías Prada1



Presentación

Este paper tiene el propósito de presentar de manera sucinta los principales rasgos
teóricos de los aportes de cuatro pensadores del fenómeno del Estado que han sido
relevantes en las últimas décadas en la Ciencia Política: Charles TILLY, Norbert ELÍAS,
Michael MANN y Stein ROKKAN. El propósito del texto no es discutir los aportes de los
autores o proponer una confrontación sistemática entre ellos, sino identificar de manera
descriptiva sus posturas respecto a la formación de los Estados-Nación como procesos de
larga duración.

Es reconocido entre los estudiosos de la Ciencia Política la enorme dificultad intelectual
que representa acercarse por primera vez al conjunto de la obra de estos autores, no solo
por la amplitud de temas y la profundidad con que abordan sus objetos de estudio, sino,
además, porque en algunos casos, el tema del Estado no es su objeto central, como en el
caso de Elías. Por esa razón, estas notas pretenden acercar de manera general a los
nuevos estudiantes de Ciencia Política al problema de la formación del Estado, aportando
las pistas que deberían considerarse para proseguir profundizando en la importante obra
de estos cuatro pensadores cuyas investigaciones han arrojado comprensiones


1
Sociólogo y Magister en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia). Profesor
investigador del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT, Medellín.
jfmacias@outlook.com

1

indispensables sobre dicho problema. Las síntesis aquí ofrecidas no pueden considerarse
de ninguna manera concluyentes y definitivas, sino más bien como una invitación para
continuar profundizando en los aportes de estos autores. El texto incluye en su última
parte un conjunto de referencias bibliográficas que permiten al lector interesado
continuar avanzando en un acercamiento al problema del Estado desde la Ciencia Política.


I. El debate no clausurado sobre la formación del Estado

En general puede decirse que los autores que nos ocupan intentan describir y explicar los
fenómenos del Estado y su proceso histórico de formación, pero lo hacen poniendo el
acento en la larga duración y principalmente rescatando el tema del Estado como un eje
crucial dentro de las categorías y procesos de la ciencia política. Las versiones que
explicaron el Estado en el marco de las primeras décadas del siglo XX parecieron caer
presa de posiciones simplistas del neoinstitucionalismo politico, por lo que se asumía que
el Estado podía reducirse a un aparato funcional pero prescindible dentro de las
explicaciones de la política. Fue una idea muy fija la de pensar que el Estado era un tópico
clausurado del que poco quedaba por decir, entre otras razones porque se asumía con
que la ciencia política debía escapar a los asuntos institucionales del estado y ampliar su
espectro de problemas.

Autores como Tilly, Elías, Mann y Rokkan van a actualizar la invstigación politológica del
Estado discutiendo las creencias más comunes que estaban definiéndolo en la ciencia
política2 y ello los llevaría a desarrollar criterios metodológicos y conceptuales nuevos
para abordar el tema de la formación estatal, ahondando en la relación entre Estado y
Política y elaborando cada uno de ellos sus propias respuestas sobre la formación del
estado y sus condiciones de posibilidad histórica, con ello asumiendo las críticas cernidas
sobre el tema estatal acerca del reduccionismo de la política al Estado y al sistema

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Pensemos por ejemplo en la noción clásica weberiana que ha gozado de amplia aceptación y que se
convirtió en referente central sobre la institucionalidad del Estado-Nación moderno.

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político; ofreciendo por tanto elementos novedosos que presentan al Estado como un
escenario de estudio vigente. Se revela entonces que no todo se había dicho sobre la
formación del Estado y sobre todo, que su estudio no se podía reducir a una mirada desde
el Sistema Político Moderno.

Una de las principales características en las que confluyen los autores estudiados es que
sus estrategias metodológicas no asumen el Estado Moderno como un elemento
teleológico a partir del cual se pueda pensar su formación, es decir, no caen en la práctica
de tomar la configuración institucional actual del Estado para referenciar su propia
construcción, como si se tratara de un proceso evolutivo unívoco cuya finalidad expresa
hubiese sido la formación de la versión contemporánea del Estado. Por el contrario, los
autores que nos ocupan, principalmente Tilly, Mann y Elías, plantean una dura crítica a
esas posturas mecanicistas del Estado, que lo describen como un fin, y optan por describir
desde sus propios métodos de explicación las trayectorias posibles que el proceso de
configuración del Estado ha tenido en la perspectiva de la larga duración, sin dejarse
tentar por la idea de que el presente explica el pasado, o sea, sin juzgar el proceso de
formación estatal por sus resultados finales, sino ubicando y describiendo los hitos
neurálgicos que en la línea de tiempo pueden servir de elementos explicativos de los
arreglos institucionales que las contingencias históricas y procesos sociales de largo
alcance harían converger para la formación del Estado (fundamentalmente los estados
europeos, que son el caso estudiado por todos los autores).

Un aspecto que nos permite ubicar puntos de cercanía entre los autores mencionados es
que sus aparatos conceptuales son bastante ligeros, en el sentido de que no construyen
complejas redes de conceptualizaciones sobre el Estado, más bien realizan
aproximaciones mínimas desde la conceptualización y se permiten llenar de contenido sus
modelos a base de las evidencias que van aportando para la explicación de formación
estatal. En ese sentido, particularmente Tilly, Mann y Elías, abandonan las grandes
categorizaciones del Estado y trasladan el eje de sus reflexiones desde una órbita

3

normativa hacia una perspectiva de Sociología Histórica. Esto significa afirmar que un
punto de confluencia de los autores estudiados lo encontraremos en su opción de dejar
de lado las perspectivas normativas de la política al modo que lo venía planteando la
Filosofía Política en temas centrales como la Soberanía, la Obediencia y su
fundamentación; y optan por apropiarse de una perspectiva histórica y sociológica que les
permite identificar pautas y trayectorias en el largo alcance temporal para explicar la
configuración de los estados. De este modo identifican los elementos sociológicos y
políticos que fueron dando a su modo de ver forma a los estados. Se interesan por los
hechos y no por los valores normativos subyacentes en la idea del Estado, renuncian a
perspectivas reducidas, microsociales, conductuales y optan por desarrollar perspectivas
dinámicas macrosociales, que les permitieran leer las estructuras y arreglos institucionales
derivados de los hechos históricos.


II. Perfil del aporte de los autores

1. Charles Tilly. La coerción y el capital son elementos constitutivos de la formación
del Estado

A Charles Tilly le interesará, pues, el proceso material de la dominación, es decir, el
proceso a través del cual una serie de hombres obedecen en un momento determinado.
De acuerdo con el modelo de Tilly, la formación de los Estados requirió concentrar un
nivel alto de coerción y de capital. Las organizaciones territoriales pre-estatales diferían en
cuanto a qué cantidades de capital y qué capacidad de coerción sobre su territorio
poseían. Dichas diferencias llevaron a que se adaptaran a su entorno mediante el uso de
sus recursos predominantes, es decir, unidades como Venecia usaron su extenso capital
económico para comprar protección (por ejemplo mediante la contratación de
mercenarios y la creación de una potente armada), mientras que otras como España
intensificaron su capacidad de extraer los escasos recursos de su población. Estas son

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llamadas por Tilly la vía intensiva en capital e intensiva en coerción, respectivamente.
Países como Francia, en el centro de este espectro, cursaron una vía intermedia que
combinó capital y coerción. El interrogante que guía este trabajo de Tilly (el porqué del
predominio del Estado Nación por sobre sus alternativas organizacionales) se explica
mediante las necesidades que plante el dilema de seguridad y el consiguiente esfuerzo
demandado por la guerra. En el ambiente hostil de Europa, aquellos incapaces de
organizarse de manera de ser exitosos en la guerra o poder comprar su seguridad,
perecían a manos del resto de las organizaciones territoriales rivales. En el largo plazo, el
Estado nación, con su particular combinación de altos niveles de coerción y capital, y su
exitosa (y costosa) maquinaria de guerra permanente forzaron a las repúblicas, imperios y
demás organizaciones a imitarlos o sucumbir.

Charles Tilly aplica un método especulativo fundado en amplias evidencias históricas que
sistematiza, pero también es un autor sintético. En su modelo los Estados se definen como
“organizaciones con poder coercitivo”, definición conveniente porque le permite repasar
las diversas versiones de estado y adecuarse a una definición propia del estado moderno.
Para Tilly es claro que no existe una sola vía en la constitución de los estados, pero para
comprender cada caso es importante identificar y explicar las trayectorias y de ellas
derivar las pautas de proceso. Uno de los aportes más destacados de su perspectiva es
que encuentra que los Estados desde su formación establecen sistemas de relaciones y
“redes” que resultan claves para comprender los procesos de constitución. Según esto, en
la perspectiva del autor, los estados emergen en grupos no como procesos aislados;
grupos cuyo eje constitutivo serán la coerción y la guerra. Tilly comprende que el Estado
deriva de los esfuerzos de los gobernantes por adquirir los recursos para preparar la
guerra y en esa búsqueda se van configurando en redes de alta complejidad los elementos
constitutivos de la institucionalización estatal. Por lo tanto, la génesis del Estado en Tilly
está en las prácticas de guerra, aunque explica que una vez formado el Estado no
necesariamente éste se dedica a hacer la guerra, sino que de la guerra surgen los Estados.
En contraste, Norbert Elías afirma que si bien la guerra juega un papel destacado en la

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formación de los Estados son los Monopolios sobre los recursos y las oportunidades el eje
central que podría explicar la institucionalización progresiva del estado.


2. Norbert Elías. La formación del Estado en el proceso de la civilización

Contrario a Tilly, Elías no se ubica en el Estado como centro de sus formulaciones, su
estudio de la génesis social del Estado se inscribe en un proyecto mayor de descripción del
marco de surgimiento de la civilización occidental, en el cual, el Estado, es una de sus
facetas, pero no representa la centralidad dentro los intereses del autor. Elías va tras la
pista del proceso civilizatorio y en el camino se encuentra con el destacado lugar que tiene
la formación estatal, pero no se queda allí. El autor comprende que las configuraciones
estatales son sólo un momento dentro del proceso de la civilización, el cual, a su modo de
ver, tiene al menos tres formas de entenderse: 1) desde el proceso de formación de la
personalidad basado en la creciente contención externa de las emociones; 2) la
dominación de la violencia por la vía de la moralización de conductas antes asumidas
como naturales y 3) la comprensión de la civilización como macroproceso que abarca toda
la sociedad y dentro del cual se encuentra la formación del Estado.

El método de Elías, llamado genético, deja a un lado las Estructuras y la Acción como
fuente de explicación, yéndose en contra de todas a avenencias de la sociología de época
(centrada en el abordaje de realidades inmediatas o cercanas en el tiempo), y se ubica
mejor en una perspectiva de largo plazo para aplicar una sociología histórica que le
permita describir las transformaciones de los procesos de configuración de la
personalidad en creciente dominación externa e interna3. Allí, encontrará Elías, en el largo
alcance histórico, pautas de la formación de la civilización y de la formación del Estado.


3
Norbert Elias realiza su análisis de los cambios graduales que se dan en la conducta, las costumbres y el
carácter psicológico de las personas a través de la literatura, los libros de consejos y los manuales de
courtoise, donde se manifiesta la diversidad de códigos y reglas para la configuración de las “buenas
costumbres”, es decir, el proceso de modelación de los comportamientos hacia costumbres menos rudas en
situaciones como la compostura en la mesa, la realización de las necesidades fisiológicas, el modo de

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Para Elías este proceso reviste especial complejidad pero deja ver la necesidad de no
cosificar a la sociedad como si fuera un dato al margen del individuo, por lo que opta por
asumir una lógica de individuos interdependientes en donde el Estado es resultado de un
proceso que va condicionado por las configuraciones de control y autocontrol crecientes
subyacentes en las tramas de interacciones de los individuos. Elías no se interesa en las
estructuras de un lado y en los individuos de otro, no atomiza la sociedad no ubica su
interés en las estructuras sino que desarrolla una noción de red social para darle cabida a
una explicación de las instituciones por individuos interrelacionados y también
interdependientes. Resalta la naturaleza azarosa de los procesos sociales pero
confirmando que esa especie de azar confluye para formar pautas.

Ahora, lo que para Tilly era la guerra como configuradora de estados, en Elías son los
monopolios de oportunidades4. En Elías, la guerra o, mejor, la lucha, construye controles
hegemónicos, siendo la guerra solo un tipo de tensión resultante. Por tanto, el factor
guerra en Elías es solo uno de los medios de control. En este autor el Estado emerge
cuando la creciente organización de monopolio social (originalmente en equilibrio) se
institucionaliza en un aparato especial de para la gestión de los monopolios. Una vez que
se instala ese aparato permanente de monopolización, que desplaza las luchas
personalizadas por el poder de control de las oportunidades, la lucha se traslada hacia
quién controlará ese aparato. Por tanto, se desvirtúa la búsqueda de destrucción de los
monopolios de oportunidades de otros y se presenta la búsqueda por controlar el aparato
monopólico consolidado, que coincidirá con el Estado.



sonarse o de escupir, el comportamiento en el dormitorio, las relaciones sociales y en el manejo y represión
de la agresividad.
4
Respecto a Tilly, vale anotar que Elías plantea una periodización diferente dado su marco analítico
diferencial, para Elías las fases son básicamente dos: 1) la de constitución del monopolio y 2) la de
constitución del Estado.

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3. Michael Mann. Las fuentes del poder social explican la formación del Estado

De lleno la propuesta analítica de Mann es la sociología histórica. Contrario a Tilly y Elías,
para quienes los datos históricos (episodios, narrativas, fechas y escenarios) constituyen
elementos substanciales de su reconstrucción de pautas de la formación del Estado, en
Mann hay una separación de la narrativa histórica y los referentes teóricos que elabora.
Parte de una rotunda crítica a las categorías centrales de la Sociología y plantea la
necesidad de identificar el fenómeno social desde una perspectiva empírica que esté, por
así decirlo, no enviciada de conceptos sin conexión con la realidad. Según esto, para Mann
es fundamental en su modelo explicativo comprender los diferentes entramados sociales
como escenarios compuestos de múltiples redes socioespaciales de poder
interconectadas e interdependientes. Al asumir la Sociedad como un conjunto de redes
invita a no parcelar la realidad social y a ubicar en los lugares (en las geografías) las
preguntas de investigación. Mann no entiende, pues, la sociedad como un conjunto
abstracto sino como un resultado de la superposición de redes que se interceptan y
superponen, la entiende como un (des)orden pautado en que sus complejas redes
superpuestas lo organizan y dan sentido; entre otras: la política, lo militar, la economía y
lo ideológico. En estos cuatro elementos Mann encuentra las “fuentes”, el origen, de la
sociedad, y los considera poderes que le permiten explorar las diversas configuraciones
del Estado y, en general, de la sociedad.

En Mann el poder se toma como elemento constitutivo del dinamismo social. Las
voluntades individuales de buscar el bienestar propio, el máximo beneficio, se configuran
en redes socio-espaciales de organizaciones institucionalizadas y es este aspecto el que
interesa indagar a Mann. A través de su conceptualización clasificatoria del poder
(colectivo, distributivo, extensivo e intensivo) logra establecer las erráticas
configuraciones que producen a la sociedad. Importante señalar que su modelo no es
sistémico, no plantea articulaciones entre niveles o dimensiones sino más bien
traslapamientos de los tipos de poder que identifica. Su modelo sirve para entender la

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sociedad contemporánea, en que el Estado es su centro, pero de Mann podemos afirmar
que su potencia explicativa nos lleva a entender que lo social no es solo el Estado, más
bien el Estado es una de las modalidades del poder, pero no la única y ni siquiera la
principal. El interés del autor es más bien identificar fuentes del poder y sus
cristalizaciones en organizaciones de larga duración, con lo que pueden explicarse en cada
época las fuerzas emergentes e intersticiales que dan forma en cada momento histórico a
las configuraciones de poder propias. En contraste con Tilly, Mann si logra darle lugar a las
fuerzas institucionales (que se presumen existen en cada momento histórico) su lugar en
cada configuración social, asunto en el cual Tilly es acusado cuando se le achaca no
considerar las fuerzas institucionales que previas a la formación del Estado en Europa.


4. Stein Rokkan. Una metodología fundada en datos duros y narrativas pueden co-
ayudar a la explicación de la formación del Estado

El politólogo noruego Stein Rokkan fue uno de los científicos sociales más importantes de
la posguerra, pero su contribución intelectual para la consolidación y desarrollo de la
ciencia política contemporánea es aun prácticamente desconocida en el ámbito
latinoamericano. Su original y a la vez compleja "Teoría del desarrollo político, de la
democracia y del pluralismo", se basa una serie de modelos para el análisis de la
construcción de los estados-nación y los procesos de democratización en Europa
Occidental. Si bien tiene como foco de análisis la historia de Europa, no debe considerarse
como una «teoría estrictamente europea», sino un cuerpo de conceptos que ofrecen una
perspectiva de análisis para otras experiencias históríco-polítícas como es el caso de los
países latinoamericanos.

Para comprender el alcance de los aportes de Rokkan hace falta anotar el profuso interés
del autor por incorporar al análisis politológico herramientas infovirtuales tecnológicas
que ayudarían a mejorar la capacidad interpretativa de los investigadores en materia

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social y política, optimizando las posibilidades de manipular grandes bases de datos y
haciendo uso al mismo tiempo de conceptualizaciones contextualizadas (narrativas de
explicación nacionales que dieran sentido a los datos duros). Esta perspectiva
metodológica de Rokkan le pone indudablemente como un exponente de la investigación
politológica aplicada además de que le ha valido el título de uno de los padres de la
investigación política comparada, lo cual se expresa en su interés por centrarse en los
casos de los países menos recurridos al momento de rastrear las pautas de la formación
del Estado en Europa.

El modelo analítico de Rokkan construye complejos esquemas interpretativos típico
ideales en los que cruza variables que se revelan importantes a lo largo de toda su obra,
como son: la economía, el territorio y la cultura. Ello le permite ubicar en los escenarios
concretos geográficos las diversas tensiones que pueden explicar procesos de
configuración del Desarrollo Político. En suma, es posible afirmar que la Teoría de Rokkan
abre un extenso abanico de proposiciones para el análisis del proceso del desarrollo
político, abre nuevas perspectivas de estudio para proponer y entender los sistemas de
fracturas propias de los territorios, debiendo escudriñar en los orígenes de los estados-
nación incluso en las herencias de los siglos anteriores, así como posteriormente los
efectos de los acontecimientos puntuales en las continuas dinámicas de clausura/apertura
de los umbrales de la democratización, y el desempeño de las estructuras económicas
dependientes al interior y hacia el exterior de los territorios.

En síntesis podemos pensar que en las Ciencias Sociales se corre siempre el riesgo de
utilizar teorías, modelos y conceptos de forma rígida, mecánica y repetitiva. Ello ha
sucedido con la teoría de los clavages, que fue diseñada para explicar aspectos de una
fase histórica determinada, y por tanto, sólo para aquella; pero es posible encontrar
textos académicos que retoman sin consideraciones metodológicas dicha teoría, y por lo
tanto no explican nada o mejor dicho, mal explican las cosas; esta es una precaución a

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considerar al estudiar la totalidad Teoría de Rokkan, pero naturalmente, también es una
alerta en el caso de los modelos explicativos de Tilly, Elías y Mann.


Referencias bibliográficas básicas para continuar profundizando en los autores

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Pp. 15-131
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