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La virtud es la integridad y excelencia moral, poder y fuerza; castidad o pureza.

Es también
una cualidad que permite a quien la posee, ayudarlo en las situaciones más difíciles para
cambiarlas a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a
sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un
objetivo diferente. El virtuoso es el que «sabe remar contra la corriente».

También, una persona virtuosa es aquella que sabe sacar adelante cualquier problema que se
avecina. Es una persona que tiene muchas cualidades y las pone en práctica a diario. La persona
que quiere ser virtuosa lucha por adquirir ese hábito bueno que hace al hombre capaz de cumplir
el bien.

Las virtudes se consideran cualidades positivas, y se oponen a los vicios. Las virtudes son las
cualidades buenas y sensitivas del ser humano.

Índice

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 1 Virtudes del ser humano

 2 Virtudes con un papel fundamental

 3 Véase también

 4 Bibliografía adicional

 5 Enlaces externos

Virtudes del ser humano[editar]

Platón plantea que el ser humano dispone de tres poderosas herramientas: el intelecto,
la voluntad y la emoción. Para cada una de estas existe una virtud: la sabiduría, el valory
el autocontrol. La sabiduría permite identificar las acciones correctas, saber cuándo realizarlas y
cómo realizarlas. El valor permite tomar estas acciones a pesar de las amenazas, y defender los
ideales propios. El autocontrol permite interactuar con las demás personas y ante las situaciones
más adversas cuando se está realizando lo que se debe hacer para lograr los fines propios.

A estas tres virtudes se añade una cuarta, la justicia, que ayuda a poder vivir responsablemente y
con seguridad ya que sin seguridad podrías salir de tu casa y ser asaltado (por falta de justicia).

Sócrates nos dice que la virtud nos permitirá resolver las mejores calificaciones y con ella
podremos distinguir entre el final, el mal, el bien y lo irrespetuoso. También dice que la virtud se
puede alcanzar por medio de la educación fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida
cotidiana.

Cree en el intelectualismo moral, el cual se basa en la idea de que la sabiduría se basa en la ética.
Si alguien es buena persona automáticamente será sabio. El sabio ve el mal de lejos y se aparta.
También Sócrates opina que la virtud es aquello que nos ayuda a conseguir el bien mediante
razonamientos y la filosofía.

Los estoicos sostenían que la virtud consistía en actuar siempre de acuerdo con la naturaleza, que,
para el caso del ser humano, concebido como ser racional, se identifica con actuar siempre de
acuerdo con la razón, evitando en todo momento dejarse llevar por los afectos o pasiones, esto es,
todo lo irracional que hay en nosotros, que no puede controlarse y por tanto debe evitarse. Los
estoicos consideraban que la virtud, como facultad activa, era el bien supremo.

Virtudes con un papel fundamental[editar]

Artículo principal: Virtudes cardinales

Las cuatro virtudes cardinales son:

 Templanza (del griego σωφροσύνη, en transliteración sōphrosýnē)

 Prudencia (del griego φρόνησις, en transliteración phrónēsis)

 Fortaleza (del griego ανδρεία, en transliteración andreía)

 Justicia (del griego δικαιοσύνη, en transliteración dikaiosýnē)

Estas virtudes eventualmente fueron incorporadas a distintas religiones.

Véase también[editar]

 Virtudes cristianas

 Ateas

 Ética nicomáquea

Bibliografía adicional[editar]

 MacIntyre, Alasdair (2004). Tras la virtud. Editorial Crítica. ISBN 978-84-8432-170-


5.

 Pieper, Josef (2007). Las virtudes fundamentales. Ediciones Rialp. ISBN 978-84-321-
3134-9.

Enlaces externos[editar]

Tomás de Aquino, en italiano Tommaso


D'Aquino (Roccasecca o Belcastro,1 Italia, 1224/1225 – Abadía de Fossanuova, 7 de marzo de 1274)
fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, el principal
representante de la enseñanza escolástica, una de las mayores figuras de la teología sistemática y,
a su vez, una de las mayores autoridades enmetafísica, hasta el punto de, después de muerto, ser
el referente de varias escuelas del pensamiento: tomista y neotomista. Es conocido también
como Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad, apodos dados por la Iglesia
católica, la cual lo recomienda para los estudios de filosofía y teología.

Sus obras más conocidas son la Summa theologiae, compendio de la doctrina católica en la cual
trata 495 cuestiones divididas en artículos, y la Summa contra gentiles, compendio
de apología filosófica de la fe católica, que consta de 410 capítulos agrupados en 4 libros,
redactado a petición de Raimundo de Peñafort.

Asimismo, fue muy popular por su aceptación y comentarios de las obras de Aristóteles,
señalando, por primera vez en la Historia, que eran compatibles con la fe católica. A Tomás se le
debe un rescate y reinterpretación de la metafísica y una obra de teología aún sin parangón, así
como una teoría del Derecho que sería muy consultada posteriormente. Canonizado en 1323, fue
declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de estudio
católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.

Juventud[editar]

Santo Tomás de Aquino (1650), deMurillo. Óleo sobre lienzo. 96x68 cm.

Tomás de Aquino nació en 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el seno de una
numerosa y noble familia de sangre germana. 2 Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de los
condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija
de los condes de Taete y Chieti.

Recibió Tomás su primera educación cumplidos los cinco años, en la abadía de Montecasino, de la
que era abad su tío. Ya por estas fechas sus biógrafos más reputados (Guillermo de Tocco,
Bernardo Guido o Pedro Calo) destacan una singular devoción, señalando que, desde bebé, se
aferraba fuertemente a un papiro que tenía escrita el Ave María.3 Le enseñaron primariamente
gramática, moral, música y religión hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la
expulsión de los monjes. A finales del mismo año el joven Tomás entró en un centro más avanzado,
acorde a sus facultades: la Universidad de Nápoles, que, mediante las artes liberales, le introdujo
en la lógica aristotélica. En 1244, sintiéndose intensamente llamado a la vida austera e intelectual
de los frailes dominicos que había conocido en un convento de Nápoles, ingresó excepcionalmente
rápido en su Orden, gracias a la amistad que había trabado con el Maestro General Juan de
Wildeshausen. La decisión contrarió en sobremanera a su familia, que tenía planificado que Tomás
sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterados de que Tomás se iba a dirigir
a Roma para iniciarse en los estudios del noviciado sus hermanos lo raptaron y retuvieron durante
más de un año en el castillo de Roccasecca con la intención de disuadirlo de su ingreso definitivo
en la orden. Tras haber sido tentado varias veces, logró huir del castillo, y, para alejarse de su
familia tuvo que ser trasladado a París. El Aquinate sorprendió a los frailes cuando estos vieron que
se había dedicado a leer y memorizar la Biblia y lasSententias de Pedro Lombardo, incluso había
comentado un apartado de las Refutaciones sofísticas de Aristóteles que eran las referencias para
los estudios de la época.

Formación universitaria[editar]

Estatua de Santo Tomás de Aquino, ubicada en Santiago de Chile.

La Universidad de París era ideal para las aspiraciones del joven Tomás, por su marcada
predisposición al Trivium (ya tradicional enParís) y por sus escuelas de teología. Tuvo por maestros
más destacados a Alejandro de Hales y a Alberto Magno, ambos acogedores de la doctrina
aristotélica (especialmente el segundo). Entre sus compañeros estaba Buenaventura de
Fidanza con quien mantuvo una singular relación de amistad, aunque también de cierta polémica
intelectual. Antes de que Tomás acabara los estudios, Alberto Magno, sorprendido por el
entendimiento de su alumno napolitano, le encarga un Acto escolástico, y a sus fortísimos
argumentos el alumno responde con perfecta distinción, deshaciendo el discurso del Doctor
alemán, el cual dijo a la asamblea:

Vosotros llamaís a éste el Buey mudo, pero yo os aseguró que éste Buey dará tales mugidos con su
saber que resonarán por el mundo entero

Barbado Viejo, F. Introducción General en Tomás de Aquino Suma teologica Tomo I. BAC 1947, p.12

Alberto Magno, seguro del potencial del novicio, se llevó a éste consigo, a Colonia, a enseñarle y
estudiar profundamente las obras deAristóteles, que ambos habrían de defender posteriormente.
En esa época Tomás fue ordenado sacerdote. Tomás volvería a París en 1252 para continuar sus
estudios, pero encontraría una fuerte oposición a las Órdenes mendicantes, liderada por los
profesores seculares, que perseguían el abandono de la Universidad, en señal de protesta contra el
encarcelamiento de alumnos delincuentes. Pero el objeto último de su ira eran los maestros
mendicantes: su singular pobreza, constancia y hábito de estudio llenaba sus clases de alumnos
(Véase el caso de Alberto Magno) y ponía en evidencia a los seculares.

El punto álgido de aquel enfrentamiento, que llegó a amenazar la vida de los mendicantes, llegó
cuando el doctor Guillermo de Saint Amour publicó sus tratados: Libro del anticristo y sus
ministros y Contra los peligros de los novísimos tiempos. Tomás escribió en octubre de 1256, unos
meses más tarde del segundo panfleto de San Amour, Contra los que impugnan el culto divino y, el
Papa Alejandro IV, ese mismo mes, excomulgaría a San Amour, prohibiéndole la enseñanza y los
sacramentos. El joven napolitano contaría, a raíz de su respuesta a Saint Amour, con la confianza
papal en cuestiones teológicas, y se le asignó la revisión del Libro introductorio al Evangelio eterno,
de influencias joaquinistas.

Enseñanza universitaria[editar]

Tras aquella destacada actuación se le concedió el doctorado con la excepcional edad de 31 años,
por lo cual, en 1256 ejerce como maestro de Teología en la Universidad deParís. Allí escribe varios
opúsculos de gran profundidad metafísica, como De ente et essentia y su primera Summa o
compendio de saber: el Scriptum super Sententias. Además, goza del puesto de consejero personal
del Rey Luis IX de Francia.

En junio de 1259, Tomás es llamado a Valenciennes, junto con Alberto Magno y Pedro de
Tarentaise (futuro papa Inocencio V), para organizar los estudios de la Orden, aprovechando que
tenía que trasladarse a su Italia natal. Estuvo durante un periodo de diez años enseñando
en Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo. En esta era de su vida Tomás termina la Summa contra
gentiles, que sería la guía de apología de la Orden en España, encarga la traducción de numerosas
obras de Aristóteles a su amigo eruditoGuillermo de Moerbeke, para evitar ciertos errores de
interpretación cometidos por los árabes, y comienza la redacción de la Summa Theologiae. Es
menester señalar que el Papa Urbano IV lo nombró consejero personal, y que le encargó la Catena
aurea (Comentario a los cuatro Evangelios), el Oficio y misa propia del Corpus Christi y la revisión
del libro Sobre la fe en la Santísima Trinidad, atribuído al obispo Nicolás de Durazzo.

El Aquinate fue enviado de vuelta a París, debido a la gran oposición que se había alzado en contra
de su figura y doctrina. Ésta época, por ser la última, es la más madura y fecunda del Aquinate, el
cuál se enfrentó a tres brazos del pensamiento: los idealistas agustinistas, encabezados por Juan
Peckham, los seculares antimendicantes, dirigidos por Gerardo de Abbeville y, por último
los averroístas, cuya figura visible era Sigerio de Brabante. Tomás ya había asumido públicamente,
numerosas ideas aristotélicas y completó las Exposiciones de las más destacadas obras
de Aristóteles, del Evangelio de Juan y de las Cartas de Pablo el apóstol. Por otro lado, escribe sus
famosas cuestiones disputadas de ética y algunos opúsculos en respuesta a Juan Peckham y
Nicolás de Lisieux, al tiempo que terminaba la segunda parte de la Summa Theologiae.

Pero su gran lucha vino contra los averroístas: Sigerio de Brabante, máxima figura de la Facultad de
Artes, había manifestado en sus clases (no en sus obras, de lógica y física, como el Sophisma y su
comentario a la Física de Aristóteles) que el hombre no tenía naturaleza espiritual por lo que la
razón podía contradecir la fe sin dejar ambas de ser verdaderas. Tomás, líder indiscutible de la
Facultad de Teología, respondería ese mismo año con su De unitate intellectus contra
averroistas terminando dicho opúsculo en una declaración sin par:

He aquí nuestra refutación del error. No está basada en documentos de fe sino de razón, y en los
asertos de los filósofos. Si hay, pues, alguien que, orgullosamente engreído en su supuesta ciencia,
quiera desafiar lo escrito, que no lo haga en un rincón o ante niños, sino que responda
públicamente si se atreve. El me encontrará frente a sí, y no sólo al mísero de mí, sino a muchos
otros que estudian la verdad. Daremos batalla a sus errores o curaremos su ignorancia

GK Chesterton Santo Tomás de Aquino. Espasa-Calpe 1941, p.84

Tras este desafío singular se dice, pues no consta entre sus biógrafos, que ambos se enfrentaron
públicamente4 y no sería descabellado, ya que Tomás había disputado con, por ejemplo, Peckham
ante la universidad5 pero lo históricamente válido es que Tomás salió ampliamente victorioso tras
la publicación del opúsculo, ya que, en primer lugar, Siger se retractó de muchas cuestiones en
su De anima intellectiva, y en segundo lugar, el obispo de París, Esteban Tempier condenaría a los
pocos meses hasta trece cuestiones esenciales del averroísmo, lo que provocó una gran huelga en
la Facultad de Artes.

Regreso y muerte[editar]

Terminada su labor en Francia, se le encargó la fundación de un nuevo capítulo provincial en


su Nápoles natal. Antes de ello Tomás visitó su familia, así como sus amigos el cardenal Anibaldo
degli Anibaldi y el abad de Montecassino Bernard Ayglier. En Nápoles debe destacarse que fue
recibido como un rey, así como la numerosa correspondencia que mantuvo, respondiendo dudas al
mismo Bernard Ayglier entre muchos otros. Sin embargo, tan pronto comenzó la tercera parte de
la Summa Theologiae tuvo una singular experiencia mística (ya las había tenido antes, está bien
documentado6 ) tras la cual se le haría imposible escribir:

Me han sido reveladas semejantes cosas que lo que he escrito me parece paja

Forment (2005, p. 21)

Al menos accedió a la invitación del Papa Gregorio X para asistir al Concilio de Lyon II. Sin embargo,
desde el arrebato místico estaba muy débil, y hubieron de acogerle en laAbadía de Fossanova. Tras
varias profecías y milagros7 documentados y con numerosos testimonios, Tomás murió haciendo
una enérgica profesión de fe el 7 de marzo de1274, cerca de Terracina. Posteriormente, el 28 de
enero de 1369, los restos mortales del grandísimo filósofo y teólogo fueron trasladados a Tolosa de
Languedoc, motivo por el cual la Iglesia católica celebra su memoria en esta fecha.

Después de su muerte, algunas tesis de Tomás de Aquino, confundidas entre las averroístas, fueron
condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, quien en 1277 lanzó una gran condena de 219
tesis respecto a la Universidad de París. A pesar de esto, ya que era una condena importante, pero
local, Tomás de Aquino fue canonizado rápidamente, el 18 de enero de 1323. Las condenas de
1277 fueron inmediatamente levantadas en lo que respecta a Tomás de Aquino el 14 de febrero de
1325.

Aunque poco seguido hoy, Tomás es, sin lugar a dudas, junto
con Aristóteles, Agustín, Leibniz, Kant y Hegel, uno de los intelectuales más profundos,
sistemáticos y fecundos (Respecto a sus años de vida) de la Historia.

Obra[editar]

La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa y, cuando se tiene en cuenta que murió a los
cuarenta y nueve años y había recorrido casi 10.000 kilómetros en viajes a pie se considera una
hazaña inigualable. Josef Pieper comentaba: Apenas puede creerse todo lo que escribió los últimos
años en París.8

Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son
sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y su Scriptum super Sententias.
Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, cuenta también con varios
comentarios a obras filosóficas, destacándose, como se ha dicho antes, enAristóteles con obras
filosóficas, polémicas o litúrgicas. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que
con el paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría. Así, sus obras se encuentran
divididas en:

 Tres síntesis teológicas, o summas

 Nueve tratados en la forma de disputas académicas

 Doce disputas quodlibetales


 Nueve exégesis sobre las Sagradas Escrituras

 Una colección de glosas de los Padres de la Iglesia sobre los Evangelios

 Once exposiciones sobre los trabajos de Aristóteles

 Dos exposiciones de trabajos de Boecio

 Dos exposiciones de trabajos de Proclo

 Cinco trabajos polémicos

 Cinco opiniones expertas, o responsa

 Quince letras sobre teología, filosofía o temas políticos

 Un texto litúrgico

 Dos oraciones famosas

 Aproximadamente 85 sermones

 Ocho tratados sobre teología

Pensamiento[editar]

Fe y Razón[editar]

El pensamiento de Tomás de Aquino partía de la superioridad de las verdades de la teología


respecto a las racionales, por la sublimidad de su fuente y de su objeto de estudio: Dios. Aunque
señaló que la razón era muy limitada para conocer a Dios, ello no le impidió mostrar que la filosofía
era un modo de hallar conocimientos verdaderos:

En primer lugar porque no contradice a la teología, así lo dice:

Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su


falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado
por Dios. Luego como sólamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban
sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean contrarios a la
verdad de la fe

Tomás de Aquino (2007, p. 53)

En segundo lugar, porque es la herramienta natural del hombre para conocer el mundo y el
Aquinate, como se ha visto, considera imposible pensar en la falsedad de la razón por lo connatural
que no es. No obstante, Tomás señalaba que si se llegaba a una contradicción real y no aparente
entre una conclusión de fe y otra racional, la errónea sería la de razón ya que Dios es infalible. Un
ejemplo de contradicción aparente sería la cuestión de la Trinidad:
Tomás, por razón, señala que "Dios es simple", y, por fe, que es "trino", pero para ser trino (que no
triple) hace falta ser uno, es decir simple, por lo que fe y razón no se contradicen, sino que la gracia
de la fe supone (acepta) y eleva (perfecciona) la naturaleza, racional en este caso.

Ontología[editar]

Tomás, como máximo exponente de la figura de Aristóteles, tiene en el ser el punto de partida de
su esquema del pensamiento. El Aquinate comienza su ciencia en el ente, que se define como lo
que está siendo, y distingue entre ente lógico (meramente pensado) y ente existente.

Ahí introduce su innovadora distinción entre esencia y existencia. Ya que podemos actualizar
interiormente la esencia de un objeto, independientemente de que exista, hay que concluir que
ambos son principios diferentes y Tomás asocia la esencia, por ser limitación, con la potencia
aristotélica, y la existencia, por ser perfección, como acto; en esta independencia de la existencia
respecto a la esencia radica la cuestión de la contingencia de los objetos. El Aquinate menciona
también el caso de Dios, que es plenamente subsistente no-contingente luego su existencia se
encuentra en su esencia, se define como el ser propio y absoluto.

La siguiente innovación radica en las propiedades inherentes del ser, o trascendentales, que son
tres:

Unidad: Un ente, por Principio de no contradicción, es una realidad simple, es decir,


incontradictoria. Esto enlaza con lo que dijo Aristóteles:

El Ser y el Uno son la misma cosa

Aristóteles Metafísica. Alianza Editorial, 2011, p.112

Verdad: Se dice aquí que todo ente es inteligible, que cualquier ente cabe de ser pensado. La
verdad sería pues la propiedad de cognoscibilidad del ente, cosa afirmada porAgustín de Hipona y
reforzada por Tomás en su famosa definición:

Conformidad del entendimiento con su principio, las cosas 9

Bondad: Ya que el mal, por ser mera corrupción, no existe como tal, como ente, no hay ente que
sea "malo", así pues, todo ente es bueno, apetecible por la voluntad.

La ontología de Tomás no es, pues, una metafísica de las esencias y de las categorías como venía
siendo tiempo atrás sino de algo aún más profundo: del ser mismo 10 lo cual conlleva un punto de
vista más real, optimista y exacto.

Conocimiento[editar]

La teoría del conocimiento de Tomás de Aquino es un rescate de la defendida por Aristóteles. Para
ambos el entendimiento toma la forma genérica y substancial de los objetos del exterior (percibida
a través de los individuos, plenamente reconocidos por la intencionalidad del esciente) y la
abstrae, dando lugar a la especie o universal en acto. En ello radica la diferencia cognoscitiva entre
hombre y animal, ya que el universal es un elemento indispensable para toda ciencia, que sólo
puede alcanzar el hombre.

La novedad de Tomás en este tema reside en su respuesta al problema de los universales. Dicho
problema, mencionado primeramente por Porfirio en su Isagoge, analiza el modo de ser
del universal. Ya que ésta cuestión es de capital importancia antropológica (Está visto arriba),
directa o indirectamente las grandes figuras intelectuales de la Edad Media como Agustín de
Hipona, Escoto Eriúgena, Anselmo de Canterbury, Pedro Abelardo o Sigerio de Brabante tomaron
postura en la polémica. Tomás no sería menos y dio la siguiente solución, destacando tres estados
reales del universal:11

 Ante rem (Anteriores a las cosas): En la mente de Dios, por ser Creador del mismo,
como arquetipo de los entes de la realidad material.

 In rem (En las cosas): Como estructura que conforma la especie de un objeto
singular. Está mezclado con la materia, por lo que, como tal, en el aspecto sensitivo es
potencial e imperceptible.

 Post Rem (Posteriores a las cosas): Como conceptos lógicos, abstraidos de los entes
reales materiales y, necesariamente por lo dicho arriba, inmateriales.

Existencia de Dios[editar]

La demostración de la existencia de Dios, ofrecida en una formulación sintética a través de las así
llamadas "Cinco Vías" es un punto breve en la magna obra de Tomás. No obstante, su exposición es
tan completa y sistemática que ha hecho sombra a Platón, Aristóteles, Agustín de
Hipona o Anselmo de Canterbury y se ha convertido en el modelo de la filosofía clásica respecto a
éste punto.12

La Primera Vía se deduce del movimiento de los objetos. Tomás explica mediante la distinción de
acto y potencia, que un mismo ente no puede mover y ser movido al momento, luego todo aquello
que se mueve lo hace en virtud de otro. Se inicia, pues, una serie de motores, y esta serie no
puede llevarse al infinito, porque no habría un primer motor, ni segundo (es decir, no habría
comunicación de movimiento) por lo tanto debe haber un Primer Motor Inmóvil que se identifica
con Dios, principio de todo.

La Segunda Vía se deduce de la causa eficiente (pues todo objeto sensible está limitado por la
forma, de ahí que no sea eterno y sí causado). Se inicia, por lo tanto, una serie de causas análoga a
los motores que termina en una Causa Incausada, identificada con Dios, creador de todo.

La Tercera Vía se deduce a partir de lo posible. Encontramos que las cosas pueden existir o no, que
pueden pensarse como no existentes y por lo tanto son contingentes. Es imposible que las cosas
sometidas a la posibilidad de no existir lleven existiendo eternamente pues en algún momento
habrían de no existir. Por lo tanto debe haber un Ser Necesario que se identifica con Dios, donde
esencia y existencia son una realidad.

La Cuarta Vía se deduce de la jerarquía de valores de las cosas. Encontramos que las cosas son más
o menos bondadosas, nobles o veraces. Y este "más o menos" se dice en cuanto que se aproxima a
lo máximo y (ya que los grados inferiores tienen su causa en algo genéricamente más perfecto) lo
máximo ha de ser causa de todo lo que pertenece a tal género. La causa de la bondad y la
veracidad se identifica con Dios, el Ser máximamente bueno.

La Quinta Vía se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Tomás recuerda como los cuerpos
naturales, siempre o a menudo, obran intencionadamente con el fín de lo mejor, muchos incluso
sin conocimiento. Llegó a decir, fiel a Aristóteles, que cada ente, como causado, debe tener un
orden dado, tanto por razón de su forma (esencia) como de su existencia y, remontándonos en la
serie de causas finales, ésto sólo es posible si hay un Ser supremamente inteligente, que es Dios.

Muchas de las numerosas críticas a esta propuesta de Tomás se deben a tres fenómenos
corregibles:

Lectura imprecisa

Se le ha criticado que no explicaba la solución a la serie de infinitos, ni la contingencia de los


cuerpos o que emplea el principio de razón suficiente y mal13 pero ninguna afirmación es cierta,
como hemos podido ver.

Formación insuficiente

Un caso muy notorio a este respecto es el del genético Richard Dawkins señalaba, entre otros, tres
aspectos imposibles de las Cinco Vías:

Que la causalidad habría de aplicarse igualmente a la Dios, por ser supuestamente objeto de
estudio (y de causa) por lo que no sería tal (citando a Immanuel Kant).

Que también los valores negativos, como "la hediondez", necesitaban de un máximo igualmente,
por lo que Dios no sería tal

Por último, que la omnipotencia de Dios le haría conocedor de su futuro y apto para negarse a sí
por lo tanto no sería tal.14

Lo que Dawkins no reconocía era:

 Que se ha difamado el argumento: la causalidad ha de detenerse necesariamente,


por ley científica, en un punto incausado, también llamado Dios.

 Que la hediondez es una corrupción de la bondad (verdadero valor) en cuanto


olfativa
 Por último, que Dios no tiene futuro, no existe término alguno en él pues es
absolutamente inmutable e inmóvil.

Error terminológico

Arthur Schopenhauer criticaba que la necesidad era un efecto de un principio. Esa definición, bien
conocida por Tomás, se aplica a la analítica lógica, por eso es incompleta. Tomás se refiere a la
necesidad como tal de la existencia, que se contiene en la naturaleza divina.

También se le ha criticado que dicho Dios no tiene por qué ser el Dios cristiano, sino que podría ser
el Uno de Plotino o la Causa Incausada de Aristóteles. A esto hay que decir que el Dios de las Cinco
Vías es el ser por esencia, el acto puro y propio que se lee en el Éxodo, capítulo 3, versículo 14:

"Yo soy el que es15 "

A pesar del gran optimismo de Tomás respecto a la cognoscibilidad de Dios, éste no estaba
dispuesto aceptar cualquier vía para demostrar la existencia de Dios. Su realismo aristotélico
provocó numerosos enfrentamientos con los agustinistas, y, entre otras cuestiones, con el muy
discutido argumento ontológico; es poco menos que impresionante apreciar que Tomás, por
defender la verdad, es capaz de negar uno de los pilares doctrinales de un Doctor de la Iglesia, que
él, como devoto creyente, considera casi infalible.

Tomás, muy por delante de las futuras exposiciones empíricas (Hume y Kant), da dos razones
simples y fáciles de entender para negar la conclusión del argumento.

Una radica en la evidencia de la idea de Dios:

Que Dios existe, es ciertamente evidente en sí, porque es su mismo ser, pero con respecto a
nosotros, Dios no es evidente. Que el todo sea mayor que las partes es, en sí, absolutamente
evidente. Pero no lo es para el que no concible el todo. Y así sucede con nuestro entendimiento

Tomás de Aquino (2007, p. 60)

Otra radica en la existencia de la idea de Dios:

Y de que concibamos intelectualmente el significado del término "Dios" no se sigue que Dios sea
existente sino concebido en el entendimiento. Y en consecuencia, el ser más perfecto que se
pueda pensar no es necesario que se de fuera del entendimiento

Tomás de Aquino (2007, p. 60)

Aquí el Aquinate distingue "pensar algo como existente" y "pensar algo ya existente", señalando
que la existencia que pide Anselmo es necesariedad, es un deber-sermeramente intelectual, no
existencial.
Asimismo, Tomás defendió, con gran éxito, frente a Juan Peckham la posibilidad de que el mundo
fuera causado y eterno al mismo tiempo, es decir, con término de ser pero no de movimiento
físico, demostrando su cercanía con el pensamiento clásico griego:

La causa completa y su efecto son simultáneos, pero a Dios no le falta ningún complemento luego
su efecto siempre puede darse

«Sobre la eternidad del mundo».

Esencia de Dios[editar]

Tomás, como se ha visto, dejó claro que (Debido a su inmensidad) no podemos contemplar a Dios
como tal y señaló que la mejor forma de conocer a Dios sería mediante su Revelación directa:
la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, la Tradición apostólica y el Magisterio de la Iglesia.
Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente filosófico, se habría de conocer a Dios no
mediante dichas fuentes sino del modo en que está ordenada la razón natural: tomando las cosas
sensibles (los efectos) y abstraerse a sus principios (la causa) o fines. Una vez realizado ese proceso
se establece qué tienen en común y qué no, es decir, las dos Vías del Conocimiento de Dios:

Vía negativa

El Aquinate afirma en su Summa contra gentiles que en Dios no hay composición, violencia,
corporeidad o potencia alguna, no porque le falten dichos rasgos y parezca,así, incompleto, sino
porque está por encima de todo límite o posibilidad.

De esta manera, eliminando predicados "negativos" obtenemos una imagen más exacta de Dios,
que es, por oposición, simple, natural, incorpóreo y acto puro.

Vía afirmativa

Se trata de predicar de Dios todos aquellos atributos de bondad, veracidad y otros valores
"positivos" pues él es causa de todo cuanto bueno hay en la tierra, y por lo tanto, como está dicho
en la Cuarta Vía, él es la pura Bondad, Verdad etc...

Este modo de relacionar sujetos entre sí por su parecido, fruto de la proporcionalidad de ciertos
predicados es lo que Tomás llama analogía. Aunque es una herramienta definida y empleada como
tal por primera vez por Aristóteles, no era sino un aspecto de la sofística sin analizar internamente,
de lo cual se ocuparía Tomás. Éste distinguió dos clases de analogías:

De proporcionalidad

Se da en un conjunto de objetos, con distinta naturaleza por la distinta entidad de éstos. Es de


forma "horizontal" y según el atributo, puede ser propia o metafórica.

De atribución
Se da desde un "primer analogado" activo o un "analogado" pasivo, por lo que es de forma
"vertical".

La novedad de Tomás radica no sólo en tal distinción sino en emplear éste nexo lógico en un
campo existencial y sumándole el concepto de "eminencia" (Dios posee el atributo de modo
supremo por lo que está absolutamente identificado con tal).

El alma y el cuerpo[editar]

La enseñanza filosófica del Aquinate sobre la entidad y relación del alma y cuerpo viene recogida,
en gran medida, en la respuesta que da al averroísmo y a su Teoría de la unidad del intelecto o
entendimiento:

Fruto de la exégesis neoplatónica de Alejandro de Afrodisias de los textos aristotélicos, así como
del extremismo teocentrista arábigo, el filósofo árabe Averroes, evolucionando la opinión del
verdadero precursor, Avicena, defendió que el intelecto agente, el actualizador del universal,
era Alá, y que tal universal el género humano lo asimilaba y hacía ciencia con él en el intelecto
posible (que era único para todos) por lo que ninguna alma tenía, como individuo, nada
incorpóreo; así pues, ninguna era inmortal. Averroesindicaba que la relación entre entendimiento
y alma humana se daba mediante la fantasía, entendida como facultad de conocimiento sensitivo,
propia del animal. A esto dicho filósofo añadía, como nos ha dejado constancia Tomás, que ésta
era la opinión de Aristóteles, pues él decía que el entendimiento era impasible, inmixto y
separado16

Para entender la singular energía de Tomás en respuesta a esta opinión habría que caer en la
cuenta de dos aspectos de la misma.

 Traicionaban y confundían el legado de Aristóteles, provocando que el Aquinate


fuera objeto de innecesarias críticas (de Buenaventura de Fidanza por ejemplo)

 Negaba, a través de elementos verdaderos, toda relación posible del hombre con
Dios, lo que daría pie a la Teoría de la doble verdad donde se despreciaba la fe y confundía
la persona de Jesucristo, haciéndola pasar por un sujeto doble, divino y humano, como lo
hace hoy el modernismo teológico y la teología de la liberación.

Vistos estos puntos se puede entender la energía del Aquinate en responder a Sigerio, pero no lo
hace desde el sentimiento y la sofística sino, como se verá, desde el sentido común y la sencillez:

El individuo es hombre porque entiende mediante su entendimiento posible. Si este hombre tiene
una fantasía distinta de aquél pero no otro entendimiento posible sino uno idéntico, seguíriase que
son dos animales y un único hombre, que es evidentemente imposible, luego no hay un único
entendimiento posible

Tomás de Aquino (2007, p. 528)


Los fantasmas o imágenes, que son entendidos en potencia, son diversos, lo que da la especie ha
de ser uno pues la especie es una y a lo uno corresponde luego el hombre no recibe la especie por
los fantasmas

Tomás de Aquino (2007, p. 529)

Si el entendimiento posible es algo del alma humana y se multiplica en atención a los individuos,
como ya se demostró, por proporción igual será el entendimiento agente, y no uno para todos

Tomás de Aquino (2007, p. 554)

Del mismo modo, criticaría que la opinión de Aristóteles no era tal pues él afirmó por escrito que el
entendimiento es potencia genérica del alma mediante el cual opina y entiende17 por lo tanto el
que esté separado e inmixto se toma respecto a otras potencias del individuo.

A partir del asentimiento de Tomás a el intelectualismo del alma, afirmará, por ser recipiente del
universal, que ésta es inmaterial e incorruptible. Respecto al cuerpo, Tomás criticó a Platón de
rechazarlo y de afirmar la unión de ambos como accidental, por lo que defendió la unidad
sustancial de ambos y su identidad como un solo sujeto.

Ley natural[editar]

El fin último del hombre es el bien de su especie, su plenitud-perfección, alcanzar la felicidad. Para
obtenerla debe responderse a su naturaleza, a su forma humana, y que el ser humano entiende a
Dios, Sumo Bien, por el dictamen de su intelecto es como llega al bien (del cual da Dios razón) de
las cosas 18 Ya que todo ente tiene una forma, con sus límites y medidas, según esas leyes de
naturaleza, el hombre alcanza su bien, su virtud. A ello se le llamaría ley natural.

En consecuencia, la ley positiva, si es contraria a la ley natural, es injusta pues atenta contra el bien
del hombre. De este modo, la ley natural expresa la libertad del hombre y exige una ordenación
racional de su conducta. Esto explica que, para Tomás de Aquino, la peor forma de gobierno es
la tiranía. Tomás de Aquino recoge las virtudes aristotélicas cuya realización está en el justo medio.
Esto se ve corroborado, profundizado y trascendido por la revelación cristiana. Según ésta, el
compendio de la ética es el amor al prójimo, que es querer el bien de todo hombre.

Influencias y repercusiones[editar]

Tomás, aun siendo teólogo, destacó por haber leído y estudiado exhaustivamente a todos los
intelectuales referenciales del momento, filosóficos incluidos, de ahí que pudiera alcanzar una
síntesis tan extensa y consistente. Los materiales para su pensamiento son de muy diverso origen:

En primer lugar de Platón. A él se le debe cierta doctrina de la participación (aún no plenamente


metafísica), para explicar la relación entre Dios y las criaturas, asi como la cuestión de los grados de
perfección. Tomás también conocía a los estoicos como antecedentes de la idea tomista de ley
natural.
De Aristóteles coge sus teorías principales, aunque con la perspectiva cristiana del ser, como se ha
visto antes. Los conceptos de forma y materia, acto y potencia, substancia y accidentes y Dios
como fundamento último de los movimientos de la realidad (primera y quinta Vía). Asume toda su
teoría del conocimiento y las bases de su antropología: la concepción formal del alma, su división
tripartita etc.. En Ética y Política recoge el concepto y la clasificación aristotélica de la virtud y
completa sus aportaciones sobre la ley natural (base del derecho natural, que, aún defendido
por John Locke e Inmanuel Kant, es metafísico), y completa estos esquemas con la referencia a la
ley eterna y las virtudes teologales (ajenas a la misma cultura griega). Por otra parte, la Lógica la
acepta íntegramente desde su juventud.

Del pensamiento musulmán y judío, además de acoger sus comentarios a Aristóteles destaca por
su atención a Avicena en su distinción (aún inexacta, debido a su esencialismo) entre esencia y
existencia, y en la formulación de la Tercera Vía. Por otro lado, de Maimónides recoge la defensa
de la creación de la nada y su modo de entender las relaciones entre la fe y la razón. En cuanto a lo
cristiano, es fundamental recordar su adhesión inquebrantable a la Biblia, los Decretos de los
Concilios y los Papas (destaca Gregorio Magno por sus tratados morales y pastorales). Entre los
Padres de la Iglesia destaca, eminentemente, Agustín de Hipona en la relación de los atributos de
Dios, la idea de la creación o la tesis de la inmaterialidad del alma, la cuestión de la Trinidad entre
muchas otras (afinadas por su aristotelismo)

De otros neoplatónicos como Pseudo Dionisio Areopagita asume los aspectos neoplatónicos de sus
obras, como el concepto de participación y las grados de perfecciones, en clave teológica.
De Boecio, sus aportes a los dogmas trinitarios y cristológicos. Alberto Magno, en último lugar, le
introduje en el conocimiento de Aristóteles y le inició en la cuestión de los trascendentales.

Respecto a su influencia posterior, Tomás jugó un papel capital, nunca antes visto en la Iglesia
católica, como referencia y modelo de pensamiento, tanto en la Inquisición como en el Concilio de
Trento. En el Siglo XV sus seguidores son muy diversos: el canciller Juan Gerson, el
inquisidor Tomás de Torquemada y Girolamo Savonarola. En el Siglo XVIdefienden su doctrina y
figura el Papa Pío V (que lo nombró Doctor de la Iglesia) y un buen número de distinguidos
españoles como el fundador de la Compañía de JesúsIgnacio de Loyola (cuya lectura él decreta en
el Cap. 14, punto 4° de las Constituciones19 ), el Doctor místico Juan de la Cruz (que emplea
constantemente sus principios para explicar los mecanismos espirituales), el cardenal Tomás
Cayetano, Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Más tarde, asentando la reforma contra
el protestantismo en elSiglo XVII, destacan el obispo Francisco de Sales, Juan de Santo
Tomás, Francisco Suárez y Domingo Báñez.

En el siglo XVIII, a pesar de la poderosa aparición del racionalismo y, a raíz de él,


el empirismo (entre ilustrados) y ontologismo (entre católicos como Nicolas de Malebranche) cabe
mencionar las aportaciones del cardenal Juan Tomás de Boxadors y los obispos Alfonso María de
Ligorio y Jacques Bossuet.
Ante las nuevas corrientes: idealismo romántico, nihilismo vitalista, filosofía de la conciencia (Henri
Bergson) y Fenomenología, así como una rama fideísta ultra-católica (Louis Eugène Marie
Bautain, Louis de Bonald y el joven Félicité Robert de Lamennais) la Iglesia católica recomendó
directamente a Tomás para un estudio veraz, acorde a la fe católica. Ya en el Siglo XIX Tomás es
recomendado por los Papas Leon XIII (es famoso por su encíclica Aeterni Patris) y Pio X (destacó
su motu propio Doctoris Angelici) con el apoyo de los cardenales Désiré Félicien-François-Joseph
Mercier y Zeferino González y Pierre Mandonnet. Y, al fín, en el Siglo XX se trata de los Papas Pío
XI (Studiorum Ducem), Juan Pablo II (formado en el Angelicum), el cardenal Henri de Lubac, el
canciller Etienne Gilson, Josef Pieper, Reginald Garrigou-Lagrange, Jacques Maritain y Antonin-
Dalmace Sertillanges

En la Iglesia en general, es la referencia de los Concilios Trento y Vaticano I (en la constitución Dei
Filius), a la vez que se coloca como paradigma de estudios en general en elVaticano II (se vuelve a
nombrar como autoridad a seguir en cuestiones especulativas y metafísicas 20 ) y en el Código de
Derecho Canónico (can. 589 y 1366). De hecho, hoy, numerosos escritos de los Papas vuelven
constantemente a él.

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