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Artículo: Los cambios y transformaciones en la familia.

Una paradoja entre lo sólido y lo


líquido.
Autora: María Cristina Palacio Valencia
Revista: Revista Latinoamericana Estudios de Familia.
Año: 2009.
Otros datos: Vol. 1, enero - diciembre, pp. 46 – 60.

Lo sólido y lo líquido: una mirada desde el ámbito familiar.


La autora hace un recorrido desde la familia tradicional hasta llegar a la familia
contemporánea. Se considera que existe un nuevo discurso que se esboza en la necesidad
del afecto dependiente, al igual que de la presencia, sin tener en cuenta la desigualdad y
asimetría de género, pues es algo que se tiende a dejar de lado; de ahí que se desarrolla una
dinámica en las relaciones caracterizada por ser confusa, debido a que además del amor, la
sexualidad, la maternidad y la paternidad, se involucran otras cuestiones que a pesar de ser
individuales afectan y se inmiscuyen, como lo son la profesión, el trabajo, las
oportunidades, los recursos económicos, la capacidad de decisión, la participación social y
comunitaria.
Utilizó a Bauman para presentar la paradoja entre lo sólido y lo líquido, en la cual,
se forma un nudo o tensión, manifestado en la tracción entre las expectativas de la
continuidad y la necesidad del cambio, el cual, se identifica como el resultado inesperado,
dado que, se equiparan los involucrados en la formación, la toma de conciencia de las
situaciones que se presentan y el amarre que se tiene con la tradición.
Desde otro punto, a manera metafórica, la tensión que se da entre lo sólido y lo
líquido en el ámbito familiar, tiene que ver con la configuración que coexiste en las
relaciones parentales, de tipo paterno y materno. Es entonces, cuando se dejan de
considerar a la paternidad y la maternidad los principios sacrosantos que sostienen el
matrimonio y a la familia. Esto sucede porque empiezan a disponer de las opciones de
elegir o tener la obligación de elegir ya sea en pareja o de manera individual.
Más allá de lo anterior, lo sólido y lo líquido no quiere decir que hay dos situaciones
opuestas o existe una polaridad entre la vida social y familiar, puesto que propone un
escenario de hibridación en el cual no hay cabida para la exclusión, tampoco anula o
desaparece cualquier tipo de familia que se encuentra en él, sino que permite la
simultaneidad en cuanto a la variedad y diversidad de formas de convivencia, al igual que
los arreglos familiares, interfamiliares y extrafamiliares.
Finalmente, se propone que la democratización de las emociones y los afectos están
ligados a las proyecciones y situaciones de los individuos dentro de una familia. Asimismo,
se extiende la familia a su politización y a considerarla colectivo político dado que tiene el
compromiso de ser formadores de seres humanos, que forjan sus bases como sujetos, de y
con derechos, que se individualizan desde su propio proyecto de vida con un enfoque como
ciudadanos y unidos en la responsabilidad social que se construye en sociedad, es decir, un
compromiso individual que en unión con otros sujetos resulta en una responsabilidad social
conjunta.

Jennifer Corcho Hurtado


Maestría en Familias y Género
2019-Semestre I

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