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El libro de la felicidad

y la esencia del amor


RAMÓN VELASCO MEDINA

2007
Lucho por devolver lo divino en mí, a lo divino en el todo
Eneadas, Plotino
Me llena de alegría pensar que este libro
es fruto del amor, de la paz,

la felicidad y la armonía:

fruto del deseo de perdonar


y ser perdonado:

fruto del deseo de vivir plena y eternamente.


(Epígrafes)

Dijo Jesús: “El que busca no deje de buscar hasta que encuentre. Y cuando encuentre
se estremecerá, y después de estremecerse se llenará de admiración y reinará sobre el
universo”

“Si aquellos que os guían os dijeran:

“¡Mirad, el Reino está en el Cielo”, entonces las aves del Cielo estarían antes que
vosotros.

Si os dijeran:

“¡Está en el mar!”, entonces los peces del mar os tomarían la delantera. Más bien, el
reino de Dios está dentro de vosotros y está fuera de vosotros.

Quienes llegan a conocerse a sí mismos lo hallarán y cuando lleguéis a conoceros a


vosotros mismos, sabréis que sois los Hijos del Padre viviente. Pero si no os conocéis a
vosotros mismos estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma”.

El Evangelio según Tomás

Eres el ser más importante del mundo, pues en el plano del alma, tu eres el mundo
El Libro de los secretos, Deepak Chopra
Contraportada

El autor de: El libro de la felicidad y la esencia del amor , basa su mensaje en la


idea de que a todos los seres humanos se nos está brindando la oportunidad de
evolucionar, pues en pleno siglo XXI, dice, el conocimiento y la espiritualidad están de
oferta, todos los días, la búsqueda interior llama a tu conciencia, y no importa lo mucho
o lo poco que hayas experimentado la vida, no importa incluso, cuánto te hayas
equivocado o cuántos errores hayas cometido, lo importante, es que te des una
oportunidad de crecer y mejorar.

Ramón Velasco Medina, al igual que Lao Tse, comparte la idea de que: los hombres
nacen suaves y flexibles, que en la muerte son rígidos y duros, que las plantas nacen
tiernas y dóciles, y que en la muerte son secas y quebradizas, entonces, dice,
cualquiera que sea inflexible, es un discípulo de la muerte, y cualquiera que sea suave,
abierto, flexible: es un discípulo de la vida.

En ese proceso, el perdón juega un papel fundamental para el desarrollo y crecimiento


de la persona, pues aquel ser que no aprende a perdonar, que su vida es regida por el
odio y el rencor, está destinada, comenta el autor, a vivir enllagada, a causa de las
heridas de su alma, que seguramente no serán sanadas, quedando de antemano
condenada al sufrimiento, e incluso, propensa a cierto tipo de enfermedades, como la
artritis, a causa del dolor que causan las emociones mal tratadas o tratadas a destiempo.

El libro de la felicidad y la esencia del amor , trabajo basado en una hermosa


simbiosis mezcla de psicología, filosofía y espiritualidad, te brinda la oportunidad de
que conozcas algunas herramientas que te ayudarán a ser mejor persona y a
experimentar la emoción de crecer, de ser un Ser Humano Verdadero.
Texto para solapas

Ramón Velasco Medina, Ameca Jalisco México (1960), es un profesionista


multidisciplinario. A principios de los años ochenta estudió Relaciones Internacionales
en la Universidad Nacional Autónoma de México y a finales de esa misma década
estudió Derecho en la Universidad de Guadalajara, (institución para la que trabaja como
docente).
Como periodista y corresponsal, en distintas épocas colaboró para diferentes periódicos
de la ciudad de México y la ciudad de Guadalajara, entre los que se encuentran El
Universal, El Nacional, El Occidental, Ocho Columnas, y Siglo XXI.
A su paso por la facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, fundó una
revista universitaria (El Siglo XXI), la cual circuló en el ambiente académico en el año
de 1991. En los años 2003 -2004 fundó en su tierra natal un semanario, (El Siglo), que
al margen de las noticias, se caracterizó por apoyar y promover la obra literaria de
escritores y poetas de distintos países, entre los que se encuentran españoles, argentinos,
peruanos, colombianos y mexicanos, en una sección literaria llamada La Luciérnaga.
Como editor ha publicado libros de Historia, Literatura y Poesía a través de su propia
editorial, que lleva por nombre Velma Editores.
Como autor ha publicado: Viento de agua, Secretaría de Cultura, Gobierno de Jalisco,
(1995). Palabras alrededor del plato, edición de autor, (1996). Lluvia de primavera,
edición de autor, 1997. Ameca apuntes para su historia, Ed. Patronato del Centro
Universitario de los Valles, de la Universidad de Guadalajara, 2002. Cuentos y leyendas
de Ameca, (colectivo), Ed. Velma Editores, 2003, Poemas de la tierra (con DVD y CD
incluido), Velma Editores, 2005. Está incluido en revistas y antologías nacionales, entre
las que se encuentran: Poetas de Tierra Adentro, Ed. CONACULTA, 1994, Tiro al
blanco, Poesía última de Guadalajara, Ed. Arlequín- FONCA, 1998. Muestrario de
Letras en Jalisco, Tomo VI, Ed. Impre-Jal., 2007.
Como ponente a participado en distintos foros y espacios, en la televisión canadiense,
(Montreal 1988), XII Feria Internacional del libro de La Serena, Chile, a la cual regresó
como ponente en el 2007, y en distintas ciudades de su país, entre las que se encuentran
Morelia (Casa de la Cultura), (1998), Chetumal Quintana Roo (Museo de la Cultura
Maya), (1999), Guadalajara Jalisco, Exconvento del Carmen, (Capilla Elías Nandino,
(1987 y 1996).
En 1991 la Universidad de Guadalajara le entregó un diploma y una medalla de plata
como alumno sobresaliente en arte. En agosto de 2004 el Ayuntamiento de Ameca
Jalisco, le entregó un reconocimiento como fundador del evento Agosto Cultural, que en
ese año cumplió su XXV aniversario, habiéndose develado una placa en la Casa de la
Cultura de esa ciudad, alusiva al evento.
En la actualidad cursa una maestría en Desarrollo Humano en el ITESO de Guadalajara,
y durante 10 años impartió cursos en esta materia, en distintas empresas de la
comunicación y la industria azucarera, como Teléfonos de México y Beta San Miguel,
corporativo que aglutina a cinco empresas del ramo azucarero en la república mexicana.
Su formación multidisciplinaría le ha permitido escribir obras de distinta índole y en la
actualidad prepara dos libros en forma simultánea: La Historia de Ilse, (novela), y El
libro de la felicidad y la esencia del amor, (trabajo en el que logra una hermosa
simbiosis entre lo psicológico, filosófico y espiritual).
En la tradición hinduista, existe un saludo, que es con el que doy inicio a este libro:

NAMASKAR

El significado de este saludo es pleno y rebosante de espiritualidad, pues es el


equivalente a decirte:

Yo saludo a la conciencia suprema que está dentro de ti,

con toda la pureza de mi mente, y con toda la sinceridad

y el amor de mi corazón, saludo a la divinidad que hay dentro de ti


Quiero dejar constancia de un agradecimiento profundo, a todas
aquellas personas que al paso de los años, con sus consejos y comentarios
me han motivado para hacer posible la presente obra, que como dije, es
fruto del deseo de vivir plena y eternamente.

Para ellos, toda mi gratitud:

Dr. Antonio González Roser

Dr. Ángel Sánchez Belmonte

Dr. Alberto Sánchez Pichardo

Asimismo, reconozco el aporte de distintos autores, ya que gracias a sus


obras, ha sido posible dar forma a este libro. A ellos, con toda mi sinceridad
y humildad, por la luz que han brindado a sus lectores, entre los que me
incluyo:

Deepak Chopra, N. Donald Walsh, Irving Singer, Zecharia Sitchin, Erich


Fromm, Jean Klein, Henri J. M. Nouwen, Eugene E. Whitworth, Antonio
Cohelo, y Don Miguel Ruiz.

De una manera muy especial, agradezco la voz de aliento de quienes fueron


mis alumnas del curso La esencia del amor, impartido en los Estados
Unidos en el otoño de 2006: Lupita Huerta, Ofelia Pacheco, Sonia
Rodríguez, María G. Hernández, Connie Rodríguez, Bertha Martínez y su
hija Isabel Chudicek, entre otras.

POR AMOR Y FELICIDAD


El ser humano, desde que nace, al margen de sobrevivir, lucha
principalmente por dos cosas:

Por amor y felicidad

Cuando tú eras un bebé ¿Por qué llorabas? Llorabas por el deseo de


que los brazos de tu madre te abrazaran. Llorabas porque al margen del
instinto que te impulsaba a llorar, como una señal de que era la hora de
amamantarte, también deseabas la compañía de tu madre, o de quien
hiciera las veces de ella.
¿Y por qué sonreías? Sonreías porque era una forma de mostrar tu
agradecimiento a una caricia, porque era una forma de llamar la atención de
quien se te acercaba, porque deseabas, aún sin saber hablar, transmitir la
señal de que eras feliz, de que el estar cerca de alguien te llenaba de paz, de
tranquilidad, y no importaba si después lo hacías por mero chantaje, aún
así, te iba, te acomodaba, pues esa carita de inocencia que tuviste, te
justificaba todo, incluso tu llanto o tus berrinches.
¿Te han platicado que cuando te cambiaban el pañal, orinabas al que
estaba en frente de ti? ¿Por qué lo hacías?, por un gesto de amor, de
felicidad, de agradecimiento. Creciste en el amor y la felicidad, recibiste
tanto amor, que con los años empezaste a extrañar el amor y la felicidad,
pues para este entonces a tu alrededor tenías otro tipo de afectos, de cariño,
y empezabas a encontrar otra forma de amar, de ser feliz.
Ya tenías junto a ti otros niños y niñas que armonizaban tu entorno,
tenías el afecto de tus maestras y maestros, el afecto, a veces berrinchudo
de quienes eran tus compañeros y compañeras. En tu hogar ya empezabas a
extrañar las ausencias de tu padre o de tu madre, que te tenían que dejar a
solas para poder ir a trabajar. Ante ese hueco, ante ese vacío, empezaste la
búsqueda de tu propio amor y tu propia felicidad, sin embargo, no los
encontraste, y empezaste a sentir más hueco, más vacío.
Y así, con ese sentimiento de abandono, con ese vacío, seguiste
creciendo y tu comunicación empezó a variar. Tus pláticas ya no eran
acerca de monas, soldaditos o carritos. Empezaban a ser emociones
húmedas, pero tú no lo sabías, hasta que empezaste, una de tantas noches,
con una nueva historia: precisamente con la de un sueño húmedo.
Tú no sabías que era eso, pero sentías bonito, y querías seguir
soñando, sin importar que fuera o no en el sueño, querías seguir soñando,
luego, viviendo emociones que te hicieran vibrar, que te hicieran sentir más
hombre o más mujer, que te hicieran sentir más amor y más felicidad.
Seguías creciendo en busca de amor y felicidad.

Tú no recuerdas cuándo, ni cómo, pero tu felicidad y tu amor, esos


inseparables elementos de tu toda tu vida, se encapsularon. Tú luchabas por
encontrarlos, pero eran tantas las heridas del alma que empezabas a tener,
que no te dabas cuenta que esos elementos se enquistaron, se quedaron
gravitando en algún lugar de tu cuerpo, de tu mente.
Es cierto que tuviste amores, y también desamores, fuiste, sin
saberlo, acrecentando las heridas de tu alma, tal vez, hasta enllagarte,
aunque tú no vieras las heridas a flor de piel, pero era algo fuerte que te
limitaba y sentías que te obstruía el camino. Allí empezaste a forjar tu
propia búsqueda. En esa búsqueda, probablemente elegiste una pareja, que
sin que tú lo supieras, ¡después descubriste que mirabas en ella una figura
materna, y mirabas en él, una figura paterna! Y al paso de los años, tal vez
dijiste: ¡Qué sorpresas nos da la vida!
¡En esa pareja creíste encontrar la madre que te hizo falta o el padre
que estuvo ausente de tu lado!
Y tú, sin saber por qué, aún sentías que algo te hacía falta. Después
descubriste que era amor y felicidad. Por ello, continuaste tu interminable
búsqueda.
Tal vez terminaste una carrera, ejerces un oficio o eres empleado,
comerciante o trabajador asalariado. Tal vez has tenido algunos hijos o has
pensado en tenerlos algún día. Tal vez te viven tus padres o alguno está
ausente y otro te vive todavía, y la ausencia, ahora sabes que duele, y la
lejanía, tiene sabor a soledad.
Tal vez tomaste un curso, y luego otros cursos o retiros, tratando de
sanar las heridas que te generaron las huidas, los desencuentros, las
despedidas. Tal vez te moviste de ciudad, incluso, cambiaste de pareja, o te
inventaste temporalmente una pareja. La creaste en tu mente, en tus noches
de soledad, en tu solitario caminar por la ciudad. Tal vez fuiste al encuentro
de atardeceres y disfrutaste también de amaneceres, pero de lo que sí tienes
plena seguridad, es que ibas en busca de más amor y más felicidad.
¿Y entonces, qué pasó con tanto amor y con tanta felicidad, por qué
se han alejado de tu vida y sólo por breves temporadas sientes que regresan
a ti?

La mayoría de las veces, la respuesta la encontramos en los primeros


años de vida. Sin embargo, es un problema ubicar el momento exacto, pues
difícilmente recordamos sucesos de los primeros años de la infancia, por
ello es necesario acudir a terapias, pues justo en esa época es donde
empezamos a desviar nuestro camino.
¿Cuántas veces no fuíste testigo de acontecimientos que no eran
parte de ti, que correspondían a tus padres, historias ajenas que hacían que
tus noches te fueran de sobresalto, que no te dejaban conciliar un sueño
profundo cual tú merecías, y empezaste a sumar a tu historia, historias que
no te pertenecían?
¿Acaso fuíste la persona responsable del alcoholismo del padre, o los
ratos amargos de tu madre?
¿O tal vez fuíste responsable de la temporada que tu padre estuvo sin
trabajo, y por esos días no llevaste para el desayuno en la escuela, o tal vez
como estudiante que fuíste, te levantabas tarde para ahorrarte la comida de
la mañana y al medio día tratabas de llenar ese hueco con más tortillas de
las que normalmente te comías con cada comida?
¿Por cuántas experiencias no habrás cruzado en tu vida? Difícilmente
recuerdas cuándo te embriagaste por primera vez, dizque para olvidar las
penas, o ¿cómo fue que por mera curiosidad probaste alguna droga, lo cual
agradeces al todo poderoso porque no quedaste atrapada como muchas
personas en que resultó el dicho aquel de que “la curiosidad mató al gato”?
Tal vez agradeces a la vida porque lograste zafarte de las garras de la
prostitución, la que algunas veces, primero por necesidad, después por
mera inquietud, te viste tentada a llevarla a cabo, principalmente, en la
época que empezabas a tener tus primeros distanciamientos con tu familia,
cuando tu vida, la empezabas a jugar por cuenta propia.
Y todo esto, ¿por qué? ¿Qué buscabas en tantos brazos? ¿Qué buscabas en
aquellas botellas?
Simplemente buscabas amor y felicidad. Y yendo en busca de amor y
felicidad, ¿de cuántas cosas no has sido capaz en tu vida, arriesgándote,
incluso coqueteando con el peligro y la muerte?
Muchos caminos recorriste, muchas vivencias sorteaste. Enfrentaste
vientos tan fuertes que te sacudían la vida: dejaste el hogar, abandonaste tu
escuela, te saliste del trabajo que con tanto trabajo te habían ayudado a
conseguir y todo esto, ¿por qué?, simplemente porque ibas en pos del amor
y de la felicidad, que al paso de un tiempo se te volvían a esfumar.

¿Y qué sucede cuando tú continúas tu vida sin sanar primero tus


heridas, sin perdonar el daño que te han provocado, sin meditar un poco en
el daño que seguramente a causa de tus vivencias estás provocando en la
gente que tienes a tu alrededor?
La vida se te vuelve de cuadritos, y así es como se la haces a la gente
que está cerca de ti. Lo peor de todo, es que eres la última persona en
reconocerlo o darte cuenta de ello.
Muchas de las veces las personas que sufrieron, se vuelven
manipuladoras, tratan de controlar la vida de los demás, mantienen un
cerco en torno a sus seres más queridos, los acorralan, tratan de que hagan
la voluntad de ellos como padres, como esposos, como madres. ¿Y qué
pasa con esa pareja que vive dependiente del manipulador, de la
manipuladora? ¿Qué sucede con ese hijo que vive bajo las faldas de la
madre, bajo la dirección permanente del padre?
Muchas de las veces adoptan una personalidad de tipo masoquista,
pues les encanta que les marquen la pauta a seguir, les sugieran qué hacer,
cómo vestirse, qué decidir, hacia dónde ir o no ir. En otras palabras, se
convierten en seres dependientes. Pero el círculo no termina allí. Esas
personas, por lo regular juran que no repetirán con su gente la historia que
vivieron, pero cuando menos acuerdan, ya están haciendo exactamente lo
mismo que hacían con ellos, dentro de un círculo, difícil, más no imposible
de romper, en donde muchas veces el masoquista camina casi de la mano
de algún sádico que le complementa su círculo, su vida. Ante una patología
de éstas, sólo a través de asesoría profesional es posible romper con ese
círculo vicioso, para empezar a convertirlo, en un círculo virtuoso, pues al
estar conscientes del rol y del papel que cada uno juega con el otro, pasan a
convertirse en excelentes compañeros, amigos o pareja.
Lo difícil de todo esto es cuando por desconocimiento, ignorancia o
cerrazón, quien se ha criado bajo estas condiciones no pide ayuda o no
acude a una asesoría, -pues es importante que quien vive este tipo de
trance, la reciba-, a efecto de experimentar los beneficios, primero, de
tomar conciencia del tipo de personalidad que tiene, y después, si es que su
humildad y honradez se lo permiten, acercarse a y otorgar el perdón, puesto
que quien no logra experimentar en plena edad productiva o fecunda, el
perdón hacia aquél o aquéllos seres que siente le ofendieron, le amargaron
o le obstruyeron la vida y su desarrollo personal, o que él o ella haya hecho
lo mismo sin proponérselo, por haber vivido con el odio y el rencor a
cuestas, la persona está condenada a vivir enllagada, por no sanar a tiempo
las heridas de su alma, por no trabajar a fondo y de corazón el proceso del

perdón, proceso que no es fácil, pero que quien lo logra concluir, alcanza a
equilibrar su vida, a generar condiciones para continuar por esa difícil
senda del desarrollo humano integral.
Te invito a reflexionar en lo anterior, bajo el convencimiento de que
no importa lo mucho o poco que hayas vivido. No importa incluso cuántos
errores hayas cometido, lo que hayas hecho o hayas dejado de hacer, lo
importante es que te brindes una oportunidad de crecer como persona,
como ser humano, recordando que el desarrollo humano, es parte de un
proceso que culmina con un último aprendizaje: Con la muerte.
Por lo tanto, mientras vivas, bríndate la oportunidad, primero, de
perdonar a quien te haya ofendido, a quien te haya originado algún daño,
para que puedas seguir en esa constante búsqueda de amor y felicidad, pues
sin el perdón previo no lograrás estos elementos tan importantes para la
vida feliz de todo persona. Segundo, a partir de la presente obra, disponte a
emprender un cambio en tu vida, resígnate a perdonar el daño que te hayan
provocado, el mal que te hayan hecho. Lo anterior es un requisito
indispensable para alcanzar el verdadero amor y la felicidad. Recuerda que
a todos los seres humanos (por derecho) nos corresponde una historia de
mármol. Si a través de este libro tú la encuentras, no dejes, no permitas que
te sea mínima.
OTORGANDOY RECONOCIENDO EL AMOR
No importa si a tu lado tienes a una persona que a otras les parece no
atractiva. Para ti, ella es una reina o un príncipe, y le ves con los ojos que
sólo miran las virtudes y cualidades ¿Por qué? Porque tú le otorgas el
reconocimiento y la calificación que brinda el amor en una relación
interpersonal, de enamorado a enamorado. Para ti, ese es el ser más
maravilloso que existe sobre la faz de la tierra ¿y sabes? En realidad tienes
razón, pues lo más maravilloso que puede existir en este mundo, lo más
perfecto, es el cuerpo, que habita en un ser humano.
Para que te des una idea, te diré que el cuerpo que posees, el que el
gran creador te está regalando, contiene un promedio de doscientas
diferentes clases de células que actúan como bloques de construcción de tu
masa corporal, repartidas entre órganos, tejidos, sistemas y músculos.
Un cuerpo humano adulto se compone de unos 50 trillones de células
en total, de las cuáles alrededor de tres mil millones de células orgánicas
fenecen o mueren a cada minuto, con la ventaja de que la mayoría de éstas
se renuevan. El óvulo es la célula más grande. Las células se reproducen y
la reproducción más rápida se lleva a cabo antes del nacimiento, ya que
después, es más lenta.
Cuando una persona es un bebé, posee alrededor de trescientos
huesos, los cuales, conforme se desarrolla, algunos de ellos se soldan, para
quedar compuesto por doscientos seis huesos. Más de la mitad de estos
huesos se reparten entre las manos y los pies, y algo muy interesante: en
plena edad activa, el hueso de un ser humano es aproximadamente cinco
veces más resistente que una barra de acero del mismo peso.
Alrededor del 99% del calcio de nuestro cuerpo se encuentra en los
huesos. En promedio, el 10% de ellos se renuevan un diez por ciento cada
año. Las células que se encargan de su destrucción se llaman osteoclastos y
las que se encargan de su renovación se llaman osteoblastos.
Nuestra columna vertebral está compuesta de treinta y tres huesos
llamados vértebras, las cuales rodean la médula espinal. Los huesos se
encuentran unidos en una articulación a la que suelen estar sujetos por
bandas de tejidos llamadas ligamentos. Algunas articulaciones son fijas con
los huesos unidos uno al otro, mientras que otras, se mueven libremente,
contando con superficies de contacto protegidas por cartílagos.
Las articulaciones y los músculos permiten al cuerpo un amplio margen de
movimientos, propiciándose con ello, las flexiones, que se generan por
ejemplo en los codos. La mayor articulación del cuerpo es la rodilla y el
líquido sinovial es el encargado de lubricar la mayoría de las articulaciones
móviles.
Por otra parte, el cuerpo humano está compuesto por más de 600
músculos, que son los encargados de darle movimiento al cuerpo, y
representan el 40% de nuestro peso corporal. Si en un ejercicio riguroso
llega poco oxígeno a éstos, se forma en ellos ácido láctico que les causa
fatiga muscular.
En nuestro organismo tenemos el sistema nervioso central, que lo
componen el cerebro y la médula espinal, que a su vez se interconecta con
el sistema nervioso periférico, el cual forma una red de fibras nerviosas
extendidas por todo el cuerpo, y ambos sistemas trabajan juntos para
coordinar las acciones del mismo.
Si colocáramos en línea recta todos nuestros nervios, alcanzaríamos
una extensión de 75 kilómetros. El nervio más largo que tenemos se llama
ciático, y nuestras señales nerviosas viajan a 400 kilómetros por hora,
mientras que las señales de dolor viajan a menor velocidad.
Nuestro cerebro está compuesto por dos hemisferios: el izquierdo,
que nos controla las actividades lógicas, intelectuales y el habla, mientras
que el derecho, regula la actividad creativa y los pensamientos. El cerebro,
para su funcionamiento se apoya en gran medida en las neuronas, éstas, no
pueden dividirse ni multiplicarse como las células, y a su muerte, no se
sustituyen. La actividad neuronal aumenta durante el sueño y la mayoría de
nuestros sueños ocurren durante la fase conocida como REM. Una forma
de diferenciar este tipo de sueño, es cuando los ojos se mueven por debajo
de los párpados constantemente, el otro se le conoce como de onda lenta.
Despiertos producimos un tipo de ondas que se conocen como ondas Alfa;
en un estado de concentración producimos un tipo de ondas llamadas Beta,
mientras que dormidos profundamente, generamos un tipo de ondas
llamadas Delta.
En el cerebro, una célula puede conectarse con otras 25 mil células
cerebrales, pero si a una de éstas le falta oxígeno, muere a los cinco
minutos. En el cerebro y su bulbo raquídeo se originan doce pares de
nervios principales, estos nervios craneales conducen señales motoras a los
músculos de la cabeza y de la nuca, o información sensorial de vuelta al
cerebro desde los órganos. Nueve de los doce nervios llevan mensajes a los
músculos.
Recientemente se han descubierto nervios que funcionan de manera
autónoma en la parte de los intestinos “anteriormente se consideraba que la
capacidad de la inteligencia era exclusiva del cerebro, pero entonces se
descubrieron indicios de inteligencia en el sistema inmune y luego en el
digestivo”... (Deepak Chopra, El libro de los secretos, alamah, 2005).
“Hace diez años parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se
sabía que el revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones
nerviosas, pero se les consideraba simples extensiones del sistema
nervioso, un medio para mantener la insulsa tarea de extraer sustancias
nutritivas del alimento. Hoy sabemos que después de todo, los intestinos no
son tan insulsos. Estas células nerviosas que se extienden por el tracto
digestivo forman un fino sistema que reacciona a sucesos externos…Las
reacciones del estómago son tan confiables como los pensamientos del
cerebro, e igualmente complicadas. Las células del colon, hígado y
estómago también piensan, sólo que no con el lenguaje verbal del cerebro.
Lo que llamamos reacción visceral, es apenas un indicio de la compleja
inteligencia de estos miles de millones de células”.
En lo que respecta a los órganos, la piel es el órgano más largo que
tenemos, y durante la vida promedio de un ser humano, el cuerpo renueva
unos 18 kilos de ésta, la cual se regenera a si misma. El polvo que vemos
en las casas cuando están cerradas, se compone mayoritariamente de
células muertas de la piel.
Nuestro sentido del olfato puede detectar entre dos mil a cuatro mil
olores diferentes, incluso, cuando nacemos, el bebé reconoce a su madre
primero, por medio del olfato, asimismo, contamos con un promedio de
diez mil papilas gustativas en nuestra lengua y las células de ésta, se
renuevan cada semana.
El ser humano puede distinguir hasta mil quinientos tonos musicales,
y el hueso más pequeño del cuerpo, se encuentra justo, dentro del oído y es
el hueso llamado estribo.

Respecto al ojo, éste puede ver hasta diez mil colores diferentes, el ojo de
funcionamiento normal, puede detectar una vela encendida a 1.6 kilómetros
de distancia y cuenta con un excelente mecanismo de defensa y
lubricación, pues éste, parpadea hasta quince veces por minuto.
Nuestro sistema circulatorio cuenta con un promedio de ciento
cincuenta mil kilómetros de vasos sanguíneos y el corazón bombea más de
trece litros y medio de sangre al día, latiendo más de treinta millones de
veces al año. En cuanto a los pulmones, éstos contienen dos mil
cuatrocientos kilómetros de vías de aire, unos trescientos millones de
alvéolos y cada pulmón tiene una superficie total de 180 metros cuadrados.
Cada minuto se respiran seis litros de aire en la gente joven, los pulmones
adultos respiran un promedio de tres litros de aire.
Los riñones filtran en promedio siete litros de sangre a cada hora,
esto significa que al año, filtran más de seis mil cien litros y a tu cerebro se
irriga un promedio de doscientos cincuenta milímetros de sangre por
segundo.
Por todas estas funciones y muchas otras, ¿Cuánto te cobra tu cuerpo
por día, a cuánto asciende tu deuda con él, ¿Cuánto te cobra el creador por
permitirte vivir día con día y año con año?
Entonces estarás de acuerdo que la vida, es el regalo más maravilloso que
se te ha dado.
Y ese ser con el que compartes tu vida, con el que convives, el
mismo que a veces -ahora comprendes-, has dañado, es a quien tú,
voluntariamente has autorizado a quererte, a compartir tu vida, y le has
entregado lo que tú consideraste más preciado, tu juventud, tu pasión, tu
energía, todo lo que compone tu fortaleza, tu encanto, tu atractivo, sin pedir
nada. A ese ser, le has extendido un cheque en blanco, ¿y a cuántas
personas en tu vida te atreves a dejarles tus cheques firmados y en blanco?
Son pocos o contados, pero cuando tú sientes plena confianza en alguien,
cuando eres capaz de caminar bajo la guía y dirección de la otra persona
aun cuando llevaras una venda en los ojos, sucede lo maravilloso: depositas
tu fe, toda tu confianza en ella, y no sientes temor o inseguridad de ser
traicionado. En este proceso, la seguridad es un factor fundamental pues sin
ella, la gente se vuelve desconfiada, insegura e incluso celosa.
LOS CELOS
¿Conoces alguna persona que sea celosa?
¿Alguna vez has sentido celos?
¿Por qué crees que tu respuesta va a ser afirmativa sin mayor problema?
¿Por qué afloran esos sentimientos y qué papel juegan en la vida de
las gentes que se ven atrapadas en sus redes?
La mayoría de los seres humanos tenemos la tendencia a sentir celos
desde que somos niños, es la forma casi natural en que te has desarrollado
en tu entorno familiar, es el producto de lo que observaste.
El infante siente celos del señor que saluda en extremo amable a la
mamá, la niña siente celos si una tía, hermana del papá lo abraza. El niño
siente celos si alguien abraza en exceso al abuelito. Cuando eras infante te
hicieron sentir entre juegos que ser una persona celosa era bonito, luego tú
creíste que era saludable, con ello entendiste que era bueno defender lo
tuyo, y así es como fuiste creciendo. Incluso en la adolescencia
incrementaste ese sentimiento creyéndote la única dueña y poseedora de tu
pareja y empezaste por exigir exclusividad y fidelidad. Incluso no es
extraño que en más de alguna ocasión hayas roto algún noviazgo a causa de
los celos.
En la relación de pareja, los celos están asociados con la falta de
seguridad de las personas. También se asocia con un criterio empobrecido,
con la ausencia de confianza, de certeza en la persona que nos rodea, o con
quien convivimos.
En adición a ello, casi a todos se nos olvida que los seres humanos no
somos dueños de nadie. Somos nosotros mismos los que al consentir, y no
aclarar el punto, hacemos creer a la otra persona que es nuestra propietaria,
pero en estricto apego a la naturaleza, ningún ser es dueño de otro ser vivo,
así sea este su propio descendiente.
Hay un pensamiento de Fritz Peris, muy ilustrativo a este tema, por
lo que lo cito: “yo hago lo mío y tú haces lo tuyo/ No estoy en el mundo
para llenar tus expectativas/ Ni tú estás en el mundo para llenar las mías/
Tú eres tú y yo soy yo/ Si casualmente nos encontramos será hermoso/ Si
no, no importa”.
Un factor que influye para que alguien sea en extremo celosa, es
cuando existe una relación de personas muy dependientes una de otra, de
allí la importancia de permitir que las partes sean autónomas,
independientes, que construyan, sin generar malos entendidos, sus propios
espacios, entretenimientos, incluso amistades. Éstas, no necesitan ser
amistades comunes de ambos, pues mientras exista el respeto, y la armonía,
podrá prevalecer un estado de entendimiento mutuo que le dará fluidez y
naturalidad a la relación de pareja.

Muchos hombres y mujeres, incluso niños, sufren de celos


compulsivos. El alcohol, las sustancias psicotrópicas y las actitudes mal
heredadas son otro de los factores que dominan los celos, desencadenando
lo que hoy en día se conoce como celotipia.

Una persona celosa es capaz de propiciar aun sin querer, maltrato


físico y verbal a quien considera sus seres queridos. Existen casos
documentados de personas que bajo una especie de paranoia, acosan a sus
parejas, hurgando en sus espacios u objetos personales tal como carteras,
bolsos, cajones, cajuelas, guanteras de vehículos, bajo los colchones y
asientos de carro. Creando calificativos, inventando adulterios, contratando
espías, colocando grabadoras o cámaras de video. Inspeccionando ropa
interior, cuellos de camisa, y tratando de detectar posibles apretones,
fragancias u olores en la piel. Buscando siempre, todo lo que pueda ser un
indicio de traición o quebranto de la supuesta confianza, sin saber que lo
único que está mostrando esa persona es la baja autoestima con la que fue
criada, y exhibiendo con ello la inseguridad desarrollada al paso de los años
y con ello la poca valía como persona, porque ¿qué valor se le puede
agregar a quien sólo se dedica a estar hostigando de celos a los demás?

Hay quienes hacen de la forma de vestir un motivo para hacerse la


víctima, aún cuando son crueles victimarios, para tornarse ofensivos,
olvidando que al no ser dueños de nadie, no tenemos ningún derecho de
influir en la otra persona en su forma de vestir. Hay quien incluso, trata de
regular las palabras o el lenguaje que la pareja debe utilizar, los programas
televisivos que debe ver y las amistades que debe tener. Hay personas que
al no ver satisfechas este tipo de exigencias, primero se reprimen y luego
explotan de ira, llenas de odio, con sed de venganza desmedida se tornan
violentas, ofensivas, sarcásticas y almacenan en sus mentes costales de
supuestas traiciones, se vuelven seres insoportables, llegando incluso, en
muchos casos, al extremo de la paranoia, pues no pocas personas celosas,
en otra fase más crítica de su enfermedad, llegan al extremo de alucinar,
creyendo que planean asesinarles.
En este tipo de personas no es difícil encontrar a quienes abandonan sus
trabajos para poder seguir, vigilar y asechar a su pareja, pues a mañana,
tarde y noche, no hacen otra cosa más que pensar en el engaño. Procesando
en sus mentes traiciones permanentes, abandonan la diversión y se
convierten en guaruras de su pareja. Este tipo de personas, hombres y
mujeres, se complican mucho su existencia. Son incapaces de disfrutar la
vida, pues no se sienten seguros de dejar algunos días a su pareja, mucho
menos por periodos largos, aun cuando se ven obligados por ejemplo, por
razones de trabajo.

En el caso de mujeres, hay quienes se dan el lujo de embarazarse año


tras año, pensando que con ello podrán retener al marido, sin considerar
que muchas de las veces, al verse limitadas por las atenciones que los hijos
requieren, y por las carencias de tipo económica que se vive con familias
grandes, adoptan actitudes de neurosis e histeria, y al igual sucede con
muchos hombres, que tratando de controlar y manipular a cualquier precio
a sus esposas, aceptan tener muchos hijos. Este tipo de ejemplo no hace
sino demostrar la inseguridad que viven una y otra parte de la pareja.

En toda enfermedad de celos se produce una especie de paranoia


(Alain Krotenberg 2001). El paranoico es un ser que jamás se equivoca
(según él), pues su visión del mundo hace que perciba a las personas
deformadas, y nada ni nadie podrá convencerle de lo contrario. Esa
concepción consiste en una fijación de determinadas ideas que quedan
como ancladas en lo profundo en su mente y difícilmente son removidas de
ahí. Incluso, Todo lo que el sujeto perciba pasara por el filtro de esa curiosa
fijación.

La vida entre esas personas se hace cada vez más insoportable, tanto,
que lo último que les queda como opción a la pareja, y ojo: a la pareja, es
acudir a una ayuda profesional, ya que a esas alturas, si la víctima de los
celos cedió a las exigencias del celoso, las obsesiones de éste se volverán
inagotables y se sucederán una tras de otra y cada vez el celoso será más
intransigente en sus exigencias. Si la víctima ha cedido y deja de salir a tal
lugar, o ya no le llama a sus amistades por teléfono o no recibe llamadas,
esto, lejos de tranquilizar a la persona celosa, la hace más paranoica
todavía: ahora tendrá celos hasta de lo que la otra parte esté pensando,
pues ceder a las exigencias de ella es caer en una espiral interminable.

¿Qué se esconde detrás de la mentalidad de la persona celosa, detrás


de sus pensamientos obsesivos? Dependencia afectiva y falta de
autoestima. En el fondo de sí misma, esconde una personalidad débil,
insegura, carente de autonomía. Es un pequeño infante que no soporta la
idea del abandono, la idea de que le dejen sola. Su autoestima es tan baja
que siente (quizá en forma inconsciente) que cualquier otro ser le puede
arrebatar su tesoro, pues en su mente, cualquier rival vale más que ella.
Todas las personas que aparecen su entorno, y que reúnan ciertas
características de edad, formación, solidez económica o nivel laboral, se le
antojarán como candidatos a la rivalidad en busca del mismo trofeo. Piensa
que los demás son ladrones potenciales que se le acercan con las pérfidas
intenciones de robarle su tesoro. Esa misma inseguridad hace que la
persona celosa agarre el objeto de su amor apache, con dientes y muelas,
como un niño se agarra a un trapito y se obsesiona con la sensación de
suavidad que le provoca en su rostro.

Por eso estas gentes son posesivas, quieren disponer de la pareja


como si fueran su objeto o cosa de su propiedad. No quieren que se les
escape, la tienen siempre a la vista, la vigilan como si se tratara de una
mascota enjaulada. En esta patología hay ahí una dependencia efectiva muy
profunda: el celoso no se imagina solo, necesita del otro para vivir, se le
hace traumante la idea del abandono o de verse en soledad. Esta idea llega
a convertirse en una pesadilla obsesiva que no le deja vivir. ¿Y por qué
teme que pueda alguien arrebatarle su amor? Por su propia inseguridad,
porque se valora poco, porque tiene baja su autoestima, porque no ha
tenido la oportunidad de experimentar el amor y la felicidad.

La persona que cree en si misma, y en su potencial como ser, no


tiene este tipo de problemas. Sin embargo, quien padece de celos teme que
aparezca cualquier rival porque se considera a sí misma como alguien que
no está a la altura de las circunstancias, a la altura de lo que la persona
amada merece, y por eso teme la aparición de otro u otra con más meritos y
que ésta se posesione de su objeto, llámese ser amado o pareja.
El no corregir este tipo de patología a tiempo, es dejar una de las
peores herencias a los hijos y a la familia en general, pues al a larga, todo el
entorno familiar se ve dañado por estas personas, quienes no reconocen
que a través de su egoísmo, sólo cultivan terreno para que afloren los
miedos y se agranden los sentimientos machistas en el caso de los varones,
pretendiendo falsas o insanas atenciones que creen, las esposas les deben
brindar. Anhelan haber sido los únicos que cruzaron por la vida de sus
parejas, y no conciben en su mente la idea de que otra gente haya formado
parte de su pasado.

Los celos, son una enfermedad progresiva que sí es curable, sobre


todo cuando se comprende lo que es realmente el amor, la dignidad y el
respeto. Por lo tanto, los celos de ninguna forma son, como algunos lo
creen, una muestra de amor.
LA CULPA
EL PERDON
ENCONTRANDO TU FELICIDAD
¿HASTA CUÁNDO EL AMOR?
ÍNDICE

PRIMERA PARTE

Por amor y felicidad

Otorgando y reconociendo el amor

Los celos

La culpa

El Perdón

Encontrando tu felicidad

¿Hasta cuándo el amor?

SEGUNDA PARTE
El amor en la filosofía

El amor en la psicología

El amor y la espiritualidad

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